"36 semanas para crecer" (NiallHoran&___Enrich)

Sii!! Poneme como otra embarazada!!! y vos sos mas grosa!! el capitulo estuve re AWESOMEE BESSSOOS

Respuestas:
#Maartu: Sos Martu de Martina? Si es así, hubieses sido mi tocaya! Jaa. Lamentablemente, soy Lucianna u.u Me venis de diez, te juro. Para ir haciendola variar de amistades... si nos quedamos con Avi nomás, nos fundimos! Jaa. Vos mucho más grosa, divina. xx
FelizAñoo(:

#Nialler'sPotato: Mi amoor, ¿cómo me va a molestar tu vocabulario si el mío es peorrr! Jaa. Me encanta que te encante. xx
FelizAñoo(:

#HermanaMía: Oiiish, la Sool pasó a comentarmee, que felíz me hace, mi hermana pecadora)? Jajajaja. Obvio que faltaba tu coment! xx LoveYa!
FelizAñoo(:

#FaatimuchaSexy: Fijate, che, que sos la única que le dije Sexy :B Jajaja. Me dio risa el ''está ofendida" nose porqué... CHAN. ESTOY YO EMBARAZADA)? JAAJAJ. Mi vieja me responde lo que yo le pregunte, y tenemos que agradecer que nos respondan... peor cuando son las madres que ni bola a las hijas... asi es como terminan después... Jajaja, de nada. Era regalo de Reyes, cumpleaños... y no pidas más eh!. xx
PD: Apareces en el prox capitulo :DD
FelizAñoo(:

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Capítulo 3.
Tercer semana.
Las hormonas siguen en la semana tres, ¿qué me espera para la treinta? Empieza el acondicionamiento de nuestra futura casita.
Último día de Julio y Primer semana de Agosto. 2011.
Almagro, Buenos Aires. Argentina.
Domingo 31

Desde el viernes no cruzaba palabra con Avi. Llamaba a casa, a mi celu, a mi prima inclusive. Se veía desesperada. A la vez, estaba siendo inmadura al evitarla. Apenas volvió a intentar hablar conmigo, le atendí.
―En “El Banderín” en treinta minutos. –corté. Esto se iba a acabar ahora. Tendría cara de estúpida, pero en esta situación no demostraba que no lo era.

Me senté en frente de ella.
― Gracias por venir, de verdad. –me dijo apenas toqué la silla.
― Yo te dije que vinieras, no veo el sentido para no venir.
― Se muy bien que no querés perdonarme… per-
― Te perdono, Abril.
― ¿De verdad? –una sonrisa se dibujó en su cara, pero la mía permaneció neutra. –eso no significa que volvamos a ser amigas, necesito tiempo para digerir todo.
― ¿Eh? Me estas jodiendo. ¿Para digerir qué?
― El hecho que dijiste que me preferías como una total forever alone solamente para tenerme tipo de la amiga que nunca te abandona. ¿Te parece que eso a mí me pareció lindo? ¿Te crees que acaso me llego a parecer gracioso sentirme como una cosa más que como una amiga, y no, no estoy sobreactuando nada, es así como me hiciste sentir, Avi. No hay más excusas. Pensaba que no querías que salga de fiestas porque no estaba acostumbrada y me querías cuidar. ¿Qué iba a pasar si yo me quedaba sola? No iba a importarle a nadie. Vos tenés un grupo de amigas, yo tenía una sola. Y no me gustó nada la forma en que nos separamos. –y tragándome todas las lágrimas, me levanté y me fui, dejando zanjado el asunto. No tenía la suficiente fuerza para seguir con eso.
Lunes 1 | ¡Agosto comenzó!

Entré en mi salón y Avi no había llegado todavía. Anoche hablé con mi mamá. Ella cree, al igual que yo, que ambas necesitamos un descanso de la otra, por consecuente, hoy no me sentaría con ella si no en la primera fila, en la otra punta. Cuanto más aire, mejor. Ella llegó y puso su mochila junto a la mía.
― ¿Nos cambiaron de banco? –me preguntó y se sentó sobre la mesa. No pude sonreír y largarme a llorar, pese a lo que haya pasado, ella seguía fiel a mí, pero el llanto fueron por las queridas hormonas que estaban comenzando a hacer cada vez más efecto en mi estado anímico y como pudieran, las muy hijas de puta. Abracé a mi mejor amiga hasta casi asfixiarla.
― ¡Veo que me perdonaste!
― Callate tarada, no cagués el momento.
La profesora de inglés tuvo la maravillosa idea de faltar sin avisar.
― Mañana me viene a buscar Niall y vamos a ir a comprar pinturas y empapelados para el depto., ¿quieren venir con Liam?
― Sería lindo, cuando me llame le digo. ¿Van a dormir juntos? ¿De qué color van a pintar su pieza? ¿La pieza del bebé? ¿Vas a hacer cocina comedor living o los vas a separar? ¿Cómo va a ser la cocina?
― ¿Y si mañana te traigo los planos de como planeamos que quede?
― Mejor… si, puedo esperar… no, no puedo, ya decime. –me limité a negar con la cabeza, Avi tendría que resistir.
― Al menos decime si van a compartir cuarto. –solo asentí y volví mi mirada a mi curso.

Martes 2.
Gracias al cielo, o a la de inglés otra santa vez, nos retiramos a las 5. Niall nos esperaba para ir a comprar las cosas, ya con Liam.
― ¡Yo quiero elegir los colores para el cuarto de juegos! –y Payne nos regaló a todos una tierna sonrisa que mostraba la alegría que sentía porque lo hayamos elegido.
― ¿Perdón, querido? ¿Cuarto de juegos? No, no y no. El tercer cuarto sobrante, tiene que ser algo para los tres, algo que disfruten juntos. No uno para que ustedes se sienten por siete horas, ahí, haciendo nada. Pensemos en otra cosa.
― ¿De qué mierda hablan si solo hay dos habitaciones, una cocina comedor, un mini living y un baño? Parece que nunca estuvieron ahí.
― De… eso. Mira, yo creo que la habitación de ustedes debe ser en blanco, negro y rojo. La del bebé en verde y blanco. Editen eso y dejen el resto como está. El baño te viene perfecto la mesada amplia que tiene para la bañera ya desde chiquito. La cocina, en ese color gris y madera clara está perfecta. Para el comedor, podrían agregar una mesa común y sillas grises, de caño, cómodas. El living… -estiró la G mientras pensaba –el sofá negro de la pieza de Niall y tus dos pufs del mismo color, quedan ya. Cada uno tiene su tele, tu cama _____ es negra. Bárbaro. Niall tiene el acolchado blanco de dos plazas. Algunos detalles en rojo, como almohadones, portarretratos y está lista. La pieza del futuro o futura Horan. Se podría pintar de blanco en pequeños detalles verdes, aunque yo apostaría a remodelarla para cuando sepamos si será niña o niño, de ese modo, podemos tener una variedad más amplia de colores para hacer los detalles. Aprovechemos ahora que si compramos más pintura nos saldrá más barato. –para cuando Liam terminó de hablar, habíamos llegado a la pinturería uno más sorprendido que el otro.
― ¿Cómo se te ocurrió todo eso? Digo, está elegido con muy buen gusto.
― Elegí el año que viene seguir diseñador de interiores. Empecé ya a leer libros, mirar programas, me gusta la idea.
― ¡Pues ya tenemos un decorador gratis! –exclamó Niall al notar que a su mejor amigo se le empañaron los ojos. Eso lastimaba verdaderamente a Liam y al notar el intento de Horan por alegrarlo lo hicieron sonreír. Su padre quería que siguiera en la empresa familiar fabricando aviones. Había sufrido mucho y a causa de la negación de nuestro amigo por seguir algo que no le gustaba, sus padres se habían divorciado. Aquello no había dejado de hacer sentir culpable a Payne, pero todo comenzó a cesar cuando su madre le dijo que no piense en aquello, que en parte ella lo hizo pensando en su persona. Bajamos en la pinturería, y la cantidad de colores me extasió, era una cosa que el color me llenaba de algo, que no podía decir con exactitud qué, pero era algo positivo.
― Mira esos rosas, nononono, tengo que cambiar el color por ese rosa, me encanta.
― Avi, pintaste hace dos meses.
― Bueno, ya me aburrió.
― ¿Vamos?
― ¿Eh? Recién llegamos Liam, estás loco.
― No estoy loco, cambié de opinión, ya tengo todas las pinturas, ahora VA-MOS.
Llegamos a casa y pasamos directamente a mi futuro nuevo hogar. Estaba vacío y las paredes blancas. Papá este medio día había puesto un plástico para no manchar los pisos de madera.
― Esta pared va a ir azul, esta blanca –comenzó a dirigir Liam, mientras, suave pero notablemente escribía que color iba a ir en cada pared de cada cuarto. Pidió encargarse del nuestro, y literalmente se encerró en él con un par de tarros de pintura, que no sabía el color. Me dirigí a una pared que indicaba que tenía que ser pintada de terracota. Esta sería una tarde muy larga.

Miércoles 3
Con Niall seguíamos en la duda de cómo había quedado nuestra habitación y lo estaríamos hasta, más o menos, el viernes, el bendito día en el que nuestro querido Payne terminara de pintarla.
Con respecto a mi casa, tenía que aceptar que me estaba gustando. El living estaba pintado de terracota y una guarda pintada de blanco. El comedor estaba blanco, por ahora ya que compraríamos una guarda de papel y se la pegaríamos. Mientras tanto, el cuarto del bebé no había sido tocado. Seguía con las paredes listas para pintar. Era el último cuarto que se arreglaría, pero en poco tiempo, tan solo 6 semanas aproximadamente. Miré el cuarto, de aquí a un año estaría mi bebé, durmiendo, jugando, viviendo. Estaría con nosotros. Sería algo pequeño, rosadito, lo más precioso que en la vida puede existir. Iba a ser mamá. Iba a formar una familia con alguien que amo. Me di cuenta en ese momento, que no importaba la edad si hay amor, si hay confianza, si realmente nos íbamos a hacer cargo y tomarlo como nuestra prioridad más grande.
Hoy había jornada institucional de profesores, eso significaba NO CLASES, BITCH. Eso, a su vez, significaba seguir pintando bajo las órdenes de Liam.
― Me estoy cagando de hambre, Payne, ¿podemos ir adelante a comer?
― Bueno, ahora salgo. –hubo un par de ruidos y salió volviendo a cerrar con llave el cuarto. Sabíamos que se cambiaba de ropa para que nadie supiera los colores del cuarto. Nos daba gracia cómo intentaba mantener todo en secreto. No había una mancha que evidenciara algún color, nada. El muy hijo de puta sabía esconder lo que quería.
― ¿Vamos, gente? –cuando Avi se dignó a dejar de mirar un rosa que se había comprado y al final no lo usamos, pudimos ir a consumir algo.
― De algo estoy seguro… en comida me voy a fundir –todos me miraban mientras comía. La verdad no me molestaba… jamás lo hizo. Reí, escupiendo un poco, por lo que había dicho mi novio, y no se alejaba mucho de la verdad. Él comía como si estuviera esperando 7163873 hijos, yo comía por dos. ¿Una monedita por favor?

Jueves 4
Vuelta a clases, nadie tenía ganas. La gente se adapta rápido a los pequeños placeres, las vacaciones, algún fin de semana largo, un solo día sin clases, el inclusive entrar tarde o retirarte hacen que el cuerpo y la mente sufran un pequeño desbarajuste que causan que uno tenga 100% pachorra de empezar al otro día y a veces, eso se extendía por los siguientes dos o tres días. Me levanté a las 6, bajé y mis papás estaban desayunando.
―Tengo hambre. Mamá, no sé de qué, pero hambre.
― ¡Antojos, eh! Se ponen peor más avanzadas… por suerte vas a vivir con Horan –ese comentario tan inteligente lo aportó mi papá.
― Callate porque voy a venir a golpearte la puerta a las tres de la mañana. Mira que no voy a vivir tan lejos, eh y sobre todo sabés que soy capaz de hacerlo.
― Bueno, a ver. ¿Una manzana? –negué. – ¿Pan con manteca y mermelada? –volví anegar. Estuvimos por quince minutos nombrando que era de lo que yo podría estar con hambre.
― Quiero Ferrero Rocher. Ahora, tengo hambre de eso. –para buena suerte mía, mi mamá compraba para mi papá una caja de 60. Esa caja duró menos que decir “a”. Me la bajé en dos segundos.
― ¿Mejor? –mamá estaba preocupada, lo que no sé era porque sería, por mi rapidez para atragantarme con los chocolates o que yo tuviese hambre todavía.
― Si, gracias. –y lo más pancha me volví a dormir, hasta las 11:30, hora a la que estaba programada mi alarma.
Este día fue el día con más antojo. De comer quise ravioles, y me comí media olla sola, en el colegio, a la primera hora, quería más chocolate, por lo cual tuvieron que abrirme el kiosco de la escuela para comprar una Rhodesia. A los treinta minutos, al recreo, me compré dos pesos de gomitas de fruta. Al próximo recreo, tres en caramelos de miel y antes de irme tuve que comprar un alfajor de arroz. Era como comer cartón, pero tenía ganas de eso. Niall me pasó a buscar y lo obligué a parar por un kiosquito, necesitaba un chupetín.
Al llegar a casa me hice una torre de fiambre y me lo comí sola. Niall me miraba preocupado. Después de eso me preparé milanesas con papa y mayonesa. Llamé por teléfono. A la media hora llegaron Liam, Abril y lo más importante. Mis dos kilos de helado de tramontana. Tengo que decir que lo bueno de estar embarazada era comer sin culpa. Oh, y Niall, Liam y Avi, comieron una ensaladita

Viernes 5
La hora de Derecho se pasaba torturosamente lenta, sin contar que el profesor era alto boludo y se la pasaba mirando por la ventana. Algún día me iba a agarrar cruzada y lo más probable fuera que lo ahorcara con esos cintos fieros que solo él compraba.
― Profesor, puedo ir al baño, tengo descompostura.
―No. –me miró y devolvió su vista a la ventana
―Profesor, por favor, estoy muy descompuesta. Es normal que me pase en el embarazo.
―No.
Respire profundamente siete veces y salí corriendo.
Corrí por el pasillo hasta el baño. Cuando salí estaba el esperándome afuera.
―Ahora vamos a hablar con la directora, estas en problemas. –me empujó por la espalda hasta llegar a la oficina del mayor directivo.
― ¿Puede ser, Claudia, que yo le digo que no y se va?
― Ella tiene permiso, está embarazada. Te lo dijimos, Oscar.
― No me importa, en mi hora nadie sale del aula, entiendan eso, por favor.
― Mire, el que tiene que entender es usted, eso es algo que no puede manejar.
―Primero no me faltes el respeto asi, como si fueras a llegar muy lejos. Las pendejas asi no avanzan. ¿Qué me vas a decir? ¿Tu novio prometió estar con vos, cuidarlo para que sigas la escuela? Ese tipo de pibes no duran nada, nena. Con la primera que se le cruce cuando vea que la cosa va peor, se va a ir.
― Sabe que, No, él no me prometió estar conmigo mañana, me prometió estar conmigo hoy. Tenemos niñera gratis, que lo hace porque está encantada. Y sobre todo, que me mira a mí si usted tampoco fue muy lejos, tanto que dice que es el mejor abogado en Almagro, ¿por qué está en una escuela dando clases? Si es el mejor, gana, si gana, la gente paga. Porque no se fija primero en usted, antes que andar criticando a mi novio. Y si tanto sabe de mujeres y de relaciones como siempre dijo, ¿por qué se casó tres veces? Hay algo que no le ha funcionado.
Salí de la oficina de la directora con el corazón a mil y la respiración agitada. Pedí llamar a Jessica para que me retirara. Mis padres trabajaban, Niall estaba en su colegio, era la única que me podía retirar ya que ella figuraba en los tres tutores que yo tenía. Mi razón para retirarme era que me había descompuesto y que se me “partía” la cabeza. En menos de diez Jessica estuvo por mí. Sentí que este sería el primero de los muchos cruces que tendría con el chiflado ese.

Sábado 6
Cómo todos los viernes, me quedé a dormir en lo de Jessica, aprovechando que quedaba cerca del trabajo.
Un rico desayuno y aproveché.
―Jess, con Niall ya elegimos los padrinos.
― ¿Enserio? Y…
― Él eligió a Liam como padrino y como madrina Avi –la desilusión que vi en sus ojos me aterraba, de verdad quería ser la madrina, y, como ya saben, lo iba a ser. –y vos. Desde chiquitita quiero que vos seas la madrina de mi primer bebé. Y aunque lo tengas que compartir con Avi, porque no la quería dejar afuera a ella, sabés que sos la madrina número uno, la primera que elegí, mi todo sos Jessica, mi hermana más grande, mi mejor mejor amiga, la persona que me dio los mejores momentos de mi vida, en vacaciones, en viajes cortos o largos, inclusive en casa quizás haciendo nada, pero estando juntas, eso es lo que yo creo que vale. Te amo, Jessi –la abracé y escuche que lloraba, y sin querer evitarlo lloré también.
―Decime, si es mujer, ¿cómo se va a llamar?
―Kimberly Alexandra.
― Y si es varón lo elige Niall, ¿no?
― Si, quiere que se llame Colin James.
― Ojalá sea nena. La abuela me dijo que quería que la primera hija que tengas se llame como ella. Ojalá sea nena. Kimmy, va a ser lo mejor de todos nosotros. –me emocioné y la abracé fuerte a mi hermana, deseando que nunca me dejara.

Fin semana tres. Por lo que puedo apreciar… ahora predominan las hormonas emocionales, espero no deshidratarme para la semana 4. ¡La semana que viene será un mes!

SAAJSHAJHDSAJDHJSAHDS QUE CÚL ESTUVO EL CAP!! si soy Maartu de Martina!!! ajjaja seguila sos una grosa mal escribiendo

Nueva Lectora*!
Siguela (:

#SoolcitoHermoooso: Graaaaaaacias, querida. yoquierosercomovosahoraturra
Acá tenés tu semana Jaaaaaa.
Te amo máaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas, abandonadora. :DD
xx

#Maartu: Diosaaaaaaaaa, gracias por comentar mi amor. Vos más, divinaa.
xx

#beliveinyou: Bienvenida, muñeca! Ya la sigo
xx
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Capítulo 4.
Cuarta semana.
Lo único que podía sentir era culpa. ¿Por qué las cosas buenas duran poco? Porque si llegaste fácil a ellas, es que no valen la pena.
Segunda semana de Agosto. 2011.
Almagro, Buenos Aires. Argentina.

Domingo 7
Me broté. Estaba más roja que el traje de Papá Noel. Concurrí a la doctora asustadísima. ¿Si le pasaba algo? El diagnóstico fue urticaria. Manchas rojas con especie de granitos en el cuerpo. Mi dieta fue difícil de armar, pero, al final, los alimentos que tenía permitido, los tenía que duplicar. Me recetó unas pastillas fuertes, pero no para el bebé y que harían que en unos tres días todo se fuera. Respiré aliviada. Sobre todo cuando le pregunté si algo me harían las pinturas. Por las dudas, pidió que me alejara. Solo faltaba un par de detalles. Hoy, finalmente, veríamos cómo había quedado nuestro cuarto. Estaba más ansiosa Avi que todos nosotros. Pero decidimos verla a la noche, cuando la Rodríguez esté en su casa, muriéndose de ansias, definitivamente somos malos.
El domingo me lo pasé mirando en la tele un maratón de The Simpson. No podía pedir nada máaaaaas! Me hice una ensalada para nunca acabar más o menos y me senté en el sofá. Estuve allí hasta que la maratón terminó. Comencé a pensar. Este año Niall terminaría el colegio, iría a la facultad. De repente sentí en el pecho un hueco de culpa. Culpa… eso que uno siente cuando sabe que hizo o está haciendo algo incorrecto. Le había arruinado el futuro a mi novio. No sería fácil para él estudiar donde haya ruidos de cosas que se caen, un bebé llorando, cansancio. Querría dormir de noche y nuestro bebé haría lloraría, habría que levantarse. Comencé a llorar, si habíamos llegado a esta situación, era por mí. Él no se había cuidado, solo una vez, pero yo tuve muchísimas oportunidades para pedir las pastillas anticonceptivas. La conciencia me masacraba el alma. Niall no merecía eso. El chico es un sol y yo aquí, arruinándole la vida. Quizás no era él el que le pondría punto final a la relación si no yo. No podía permitirme el ser culpable de que Niall termine trabajando de algo que no le gusta solo para quedarse conmigo, no podía sentirme con culpa por el resto de mi vida. Esto, quisiera o no, se terminaría aquí.
Llamé insistentemente a Niall. Me dijo que estaba durmiendo y que no nos podríamos ver, ya que estaría trabajando y luego se juntaría con unos nuevos compañeros de trabajo. Harry Styles y Louis Tomlinson, algo asi creí entenderle. Si le parecía que mañana nos juntemos. No podría aguantar hasta mañana, tenía que decírselo.
―Terminamos Niall. –alcancé a decirle antes que cortara.
― ¿Qué? –la voz se le quebró. –por favor, dime que solo me juegas una broma y que no es cierto. Solo decime eso. –de fondo oía ruidos como golpes, puertas cerrándose, cosas que se caían. Por Dios… ¡que Niall no esté destruyendo su casa!
― No, no te estoy haciendo ningún chiste. ¡Es que no podés darte cuenta que te arruiné la vida! –colgué. No seguiría torturándome. Dos minutos y trece segundos luego, el timbre de mi casa sonó y golpearon a la puerta insistentemente. Abrí ya desesperada por que dejaran de hacer bochinche.
― Decime que lo me dijiste no es verdad. –nunca había visto a Horan asi, desolado, llorando, con los ojos hinchados y rojos, es más, me atrevía a decir que tenían un tinte más grisáceo. Me hizo sentir peor. ¿Qué no podía lamentarme por una cosa a la vez?
― Niall, escúchame, te arruiné la vida. El año que viene empezas la facultad, no va a ser fácil. No vas a poder estudiar con un bebé llorando, haciendo ruido, las cosas hechas un desastre, no puedo soportar eso, no puedo acarrear con la culpa de que tengas un futuro de mierda por mi culpa. Quedó todo acá, Niall. Basta. –con todo el dolor del mundo lo empujé fuera de mi casa, sin dejarlo explicarse. Si se explicaba, como tonta iba a volver con él. Y no, no lo haría. A partir de ahora sería madre soltera… apechugaría con esto… sola. Sola, una palabra a la que le tenía tanto miedo, pero que me lo había buscado.

Lunes 8
Había pasado toda la noche mal. No tenía hambre y no había comido nada. Por suerte, a mi bebé jamás le iba a faltar nada. Niall no me había dejado de llamar en toda la noche y también en la mañana, cuando tendría que estar en clases. Me sentía con aquel nudo en el estómago, aquel que tan mal lo hace sentir a uno.
Me miré al espejo y no me reconocí. Estaba pálida, los ojos rojos y el cuerpo me pesaba. Fui hasta el cuarto de mi mamá y tomé el termómetro. 39, 7° C. Rozaba los cuarenta. Mandé un mensaje a mi mamá y me acosté. A los quince minutos oí la puerta y las escaleras. Abrieron la puerta y yo seguía con los ojos cerrados. Inspiré profundamente y su perfume me relajó tanto como no quería.
― Tranquila, mi amor. Estate tranquila que a ninguno de los dos les va a pasar nada. –la voz de Niall llegó a mis oídos en forma de susurro, depositó un beso en mi frente y se volvió a apartar. ¿Luego de tanto que le dije, seguía a mi lado? Sí, porque me ama. Yo también lo amo, por eso me aparté de él. Anjá, aunque fuera un cliché tan aburrido eso de alejarse, en este caso debía hacerlo. Niall era brillante, uno de los mejores promedios de su colegio, ¿lo dejaría todo por nosotros? Era tirar a la basura algo que no merecía ser botado.
Al rato sentí en mi frente un paño frío al igual que en mi estómago. Escuché las teclas de su celular.
― ¿Por qué viniste? Además de que solicité a mi mamá. Deberías estar en el colegio, no aquí luego de todo lo que te dije ayer. –le pregunté, mientras colocaba un paño en la frente, helado, y uno en igual temperatura en el estómago.
― Primero, los amo, por eso estoy acá. Dos, tu mamá me pidió que venga. Y tres, no fui al colegio, no estaba muy bien de los ánimos, por decir. –la voz se le tornó llorosa.
― Estas arruinando tu futuro, mi amor.
― Cariño, ¿quién dijo que quería ir a la facultad? Estoy bien donde estoy, a mi tío las cosas le están yendo bien, me dijo que tengo trabajo seguro por lo menos durante los próximos diez años.
― Sos uno de los mejores promedios…
― Y eso no signifique que me guste estudiar. Mi gran futuro es quedarme con ustedes y ser feliz con ustedes. –quitó el paño de mi frente y volvió a humedecerlo, repitiendo el acto con el otro.
―Perdón. –lo miré, y sonreí.
― ¿Por qué tendría que perdonarte?
― Por hacer un drama tan idiota… verdaderamente tarado.
― Que fue estúpido no lo niego, pero me gustó que intentaras que fuera feliz, lo estabas haciendo de la peor manera, pero vale el intento ¿o no?
― ¿Acaso tus padres te hicieron con tanto esfuerzo que les saliste tan perfecto?
― Oh, dios, me hiciste un trauma ahora. ¿Cómo voy a hacer para sobrevivir?
― Pues, ¡golpeate la cabeza y olvídate! O preguntale a Tan Biónica por sus pastillitas del olvido.
―Te amo.
― No se compara con cuanto te amo yo.
Me acomodé en su pecho y me dormí, sintiéndome mucho mejor. No se si fue porque la fiebre había bajado o porque en brazos de Niall me sentía plenamente tranquila.

Martes 9
El día se había pasado relativamente rápido. Eran las 6 de la tarde y aunque fuera oscuro, decidimos empezar a pasar cosas ya a la casa. Para nuestra tortura, aunque estuviese listo, Liam no nos dejaba ver nuestra habitación.
― ¡Cuidado las paredes! –le grité a Niall mientras acomodaba un esquinero. –qué no las manche por favor.
― No las voy a manchar, nena. Que hinchapelotas que sos.
― Mirá, o me cuidas las paredes o dormís afuera.
― Mirá, amor. No vamos a tener que pagar el cable, tenés la novela acá nomás.
― Morite, tarado –le dijo mi novio a su mejor amigo.
― A ver, par de tontos, se dejan de pelear y vengan a buscar el futón que hay que bajarlo de allá arriba. –la cara de espanto de ambos fue monumental. Fue un momento único. Por supuesto, gracias a su gran machismo, no me quisieron escuchar cómo bajarlo. Fue una escena parecida a la de Friends, con Rachel, Ross y Chandler, pero cambiando el sillón por algo parecido y en vez de subir, bajábamos. Cuando terminamos de bajar y me dieron la palabra, les avisé que podían sacar el colchón y plegarlo. Salí para chusmearle a Abril de la situación.
― Uno más boludo que el otro, eh. –les reproche.
―Eso les pasa por ser machistas. –Avi también puso el dedo en la llaga, como a todos nos gusta hacer, de vez en cuando.
― Callensé, ustedes son mujeres, ¡no saben lo que nos costó! –ambos
― Yo soy una mujer que sabía que el futón se podía plegar. ¡Corranse! – saqué el colchón negro y con un poquito de esfuerza, lo reduje. Terminamos cerca de las 23:30. Sentíamos que moriríamos. Solo faltaba pasar mi cama, pero según él me dijo, mi papá llamaría a unos tipos para hacerlo. Nose, que se maten entre ellos, yo me desligo del tema.

Miercoles 10
― Mamá –la llamé, con miedo.
― Decime, hija. Voy a preparar la comida en un rato.
― Mami, ¿estaría mal si yo decido empezar a trabajar todos los días y dejar la escuela? Me gustaría aportar lo mismo que Niall a la casa. Sacaron los talleres de la tarde de su colegio y va a empezar a trabajar con su tío todos los días, trabajando los fines de semana me siento una inútil. A la mañana duermo, a la tarde en la escuela y a la nochecita otra vez nada. Solo hago los fines de semana con Meli.
― No tenés porqué sentirte así. Cuando recién nos casamos con tu papá, yo no tenía trabajo… es más, no lo tuve hasta que vos tuviste 10 meses. Me sentía muy mal, pensando que solo era útil para las cosas de la casa. Vos sabés que tu papá no creció con una familia muy unida. Sus papás trabajaban muchísimo tiempo, apenas podían estar con él. Tus abuelos fueron los que más se opusieron terriblemente a que yo saliera de casa, no por ser cerrados, si no porque no querían que sus nietas sufrieran lo mismo que su hijo sufría. No los escuché y comencé a trabajar. No era algo que, al fin y al cabo hiciera por dinero, económicamente estábamos bien solo con tu padre. Pero era una necesidad mía, de sentirme útil, ¿de que servía limpiar y hacer tanto esfuerzo si solo iban a ver donde estaban las cosas sucias? Necesitaba que alguien me dijera ¡me gusto tu trabajo Elizabeth! ¡Bien hecho!, cosas así, que nadie me lo decía normalmente. Comencé y aunque las extrañaba como a nadie, comencé a sentir el gusto de no ser atada a tu padre. Me casé a los 20, mientras estudiaba. Seguí estudiando Administración de Empresas, pero jamás ejercí. Me devastaba por dentro. Piensa, si estudias, podrás seguir más adelante, cuando ella crezca y crecer tu también. No te reprimas por que vayas a ser mamá, liberate. Crece con tu bebé.
― Gracias mamá –la abracé fuerte, trasmitiéndole toda la niña que aún quedaba en mí.
― De nada, mi bebé.

Jueves 11
Entré al salón pensando en mi bebé. No quería que cuado creciera se sintiera como lo que no me permitió seguir estudiando.
―Hey, Avi. ¿Qué pasó?
― Mis viejos se separaron. –lloraba a alma viva. –mi vieja me llamó recién. Nos vamos. Nos vamos a vivir a Venezuela. Mi mamá no quiere que me quede sola con mi papá. No hay nada para hacer. El sábado me voy. Perdón. Voy a intentar viajar cuando vaya a nacer la nena, porque te juro que va a ser una nena. –mientras ella hablaba yo comenzaba a llorar. Mi mejor amiga se iba, me quedaba sola.
― Avi, amor. Tranquila ¿si? Vamos a escribirnos todos los días, hablar por Skype, por Facebook, voy a subirte una vez por mes como va creciendo la pancita. No nos vamos a separar, lo juro. –la abracé como si fuera la última vez. No era la última, pero estaba cerca.
Niall me mandó un mensaje, preguntándome como estaba todo y le conté. Me contestó que Liam le había contado y que este se encontraba muy mal desde que mi mejor terminó todo lo que tenía con él. Estaba destrozado. La íbamos a extrañar todos.
No iba a asistir a clases al otro día, asique antes de irnos, pidió unos minutos a la profesora de Literatura para despedirse de todos. Desde el fondo, yo lloraba con angustia y eso se escuchaba hasta la dirección, estaba segura.
Salí de mi casa y fuimos con Abril a McDonals, juntas. Comimos hasta reventar y nos gastamos una fortuna en los locales de ropa. Jamás sentí tanta plenitud de estar con Avi. Deseaba una cajita y guardar esa sensación de felicidad, asi al sentirme sola podría revivirla al menos un poquito. Algo asi no se siente todos los días.
Llegué a casa y me desplomé en el sillón. Prendí la tele y enganche justo la novela “Sos Mi Vida” Dios, como amaba esa tira. Al ir a la cocina por hambre, mis papás habían dejado una nota que salieron a cenar con su hija mayor y su yerno. Me tiré a ver la tele hasta que me dormí.

Viernes 12.
Niall me sacó a comer. No los dos solos, si no con sus dos nuevos compañeros de trabajo, Harry y Louis. Estos a su vez vinieron con sus novias, Karla y Fatima. ¡Por lo menos dos mujeres para charlar!

¡Es una de las mejores cenas de mi vida! Karly y Fati son divinas, teníamos cosas en común como nadie. Me enteré que iban al turno mañana del cole, yo estaba en el comercial, turno tarde y ellas en el turno opuesto, en humanísticas, pero, por casualidad ambas estaban pensando pasarse a la tarde. Antes de olvidarnos, entramos por el celu al Twitter y al Facebook y nos seguimos y agregamos como amigas. Estuvimos charlando y diciendo pavadas, tantas que terminamos llorando. Nos disculpamos de nuestros novios y fuimos al baño.
― ¡Saquemos fotos antes que ____ nos engordeeeeeeeee! –chilló Kar y comenzamos a posar frente al espejo. Entré en Facebook y subí una de las fotos.
“Con Kaarly & Faati. Tres diosas totales. Cena con los noviooos. Se vienen muchas noches juntas más, bitches.” –rezó el pié de foto. Sonreí y di el OK a Añadir Fotografía.
Apagué el FB y volvimos a la mesa. Esta vez, empezamos todos juntos una charla. Nos divertimos tanto, que se hicieron las tres de la madrugada. Nos dimos cuenta que nos miraban mal, casi echándonos. Nuestros novios se dividieron la cuenta, como muy machistas que eran no nos iban a dejar pagar, y partimos. Niall se quedaría en mi casa, por lo tarde que era. Me acosté y mientras esperaba que Niall salga del baño entré a FB. En la foto que había subido con las chicas había un comentario de Avi que me partió el alma:
Avi Rodriguez Mirá vos, che. No me fui y ya me olvidaste… de parranda por ahí y yo me voy a las 7. Bueno, supongo que no nos despediremos.

Sábado 13
Cansada, bajé del taxi y le pagué como 30 pesos de más. No estaba para esperar, Avi se iba en una hora. Entré en Ezeiza y la busqué a ella o a su mamá.
―¡Avi!
― ¡Viniste! ¿De verdad? Cansada y acostándote tarde viniste.
― Bueno, me acosté a las cuatro pero no me pude dormir al final. Asique, con un sueño terrible acá me tenés.
Charlamos toda la hora, como íbamos a hacer y cosas así. Cuando se hizo el tercer y último llamado comenzamos a llorar, nos abrazamos todo lo que pudimos y me quedé hasta que el avión se fue. Había perdido a mi mejor amiga.

Fin semana 4: Sigo agradeciendo no rodar…

Seguila pliiss es tan dsjfkjfksjdfksdjfsdf

¡¡ S I G U E L A !!

Me encanta. Lu.
¡Mira vos! Aca me tenes leyendo tu novela, es GENIAL.

Esta parte:
Vuelta a clases, nadie tenía ganas. La gente se adapta rápido a los pequeños placeres, las vacaciones, algún fin de semana largo, un solo día sin clases, el inclusive entrar tarde o retirarte hacen que el cuerpo y la mente sufran un pequeño desbarajuste que causan que uno tenga 100% pachorra de empezar al otro día y a veces, eso se extendía por los siguientes dos o tres días.
Es la puta verdad.

Me encanta como escribis, yo hablo asi, para la mierda. Como se nota que somos porteñas carajo.
Un beso Lu...