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Where You Stand
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Where You Stand
Literalmente, mi expresión durante todo el capítulo...
Podría decir que mi cabeza tuvo un cortocircuito mientras formaba un sinfín de hipótesis sobre lo que probablemente hizo Skandar para que Sarah desapareciera (?)
No tengo nada más que decir al respecto; me he quedado sin palabras, Edd, ¡estoy en terreno desconocido!
Espero el próximo capítulo; saludos
- Eddie:
P.S. ¡por la causa! ¡qué viva!Eddie escribió:- Becca:
- mccartney. escribió:Comento sólo para hacer acto de presencia (?) ahque
Bonjour!
Bueno, he actualizado un capítulo por tu causa :3
Corto, pero al menos da razones de lo que se cuenta en el anterior.
Prometo que enfocaré en escribir el siguiente apenas salga del bloqueo que tengo con A Tiempo :)
P.S2. ¿A Tiempo? Hmmm...
Invitado
Invitado
Re: Where You Stand
Capítulo 06
Por -look-Gaspard
Noviembre 2009.
Noviembre 2009.
Era la última semana de noviembre cuando volví a casa de mis padres al norte de París, luego de llegar al final del semestre en Saint-Denis.
Algo no estaba bien, mi madre me abrazó eufórica aunque triste, lo noté en sus ojos apenas la vi. Mi padre me sonrió, posteriormente me felicitó y su expresión volvió a reflejar preocupación.
—¿Todo bien? —Pregunté, aguardando una respuesta— ¿dónde está Mikayla?
—En su habitación —Respondió mi madre a mi segunda pregunta, su garganta ahogó un sollozo de inmediato.
—¿Papá, qué ocurre? —lo miré, desconcertado.
—¡Gaspard! —Mikayla apareció de inmediato, rodeándome con una fuerza desesperante.
Levanté su rostro sujetándola de la mejilla derecha, me miro con los ojos rojos e inflamados.
—¿Estás bien? —La cuestioné, con la preocupación y el desespero en aumento.
—Yo estoy perfecta. Sarah no —murmuró, esforzándose por sostener el llanto.
¿Sarah? ¿Mi hermosa amiga Sarah? ¿La misma chica hermosa que hace dos veranos era mi novia? ¿Mi Juliette?
—¿Sarah Brown? —quise cerciorarme, no sería capaz de soportar que algo malo le sucediese.
Mikayla asintió, volvió a echarse a llorar inconsolablemente mientras se refugiaba en mi pecho.
Volví a mirar a mi padre.
—Desapareció —pronunció cuidadosamente.
Aguardé unos minutos en silencio, procesando las actitudes de mi familia y la contestación de mi padre. ¿Qué había dicho? Me negué a entender lo que sucedía, había hablado con Sarah a principios de mes, cuando viajé a Londres por el cumpleaños de Max… La abracé un montón de tiempo, la cuidé y consolé después de que logré hacerla hablar sobre su catastrófica ruptura amorosa con Skandar Keynes.
Era verdad que no se encontraba en su mejor momento, sus ojos estaban tristes y lloraba incontrolablemente la mitad del tiempo, pero para mí fue fácil entenderla, Skandar se había portado como un verdadero imbécil y realmente había pisoteado los pedazos de su corazón luego de haberlo roto. Y también era verdad que quise golpearlo hasta cansarme, pero Sarah me hizo prometerle que guardaría el secreto y que me quedaría toda la semana con ella para distraernos de nuestras decepciones amorosas; a cambio, ella me prometió que estaría mejor para la siguiente vez que nos viéramos: cuando llegara diciembre.
No pudo haber desparecido.
—¿Escapó? —preferí ser sensato, preferí agotar opciones antes de no imaginar lo peor.
—Tuvo un accidente automovilístico. En la escena solo quedó su auto hecho un desastre y… —mi padre empezaba a encajarme una daga al corazón con sus palabras.
—¿Y…? —Lo incité a continuar.
—Varios charcos de sangre seca, sangre que es de ella.
Me aferré al abrazo de mi hermana con fuerza.
—Empiezan a dudar que ella esté v… bien. —Mikayla prefirió cambiar su última palabra para no atormentarme.
Nadie dijimos nada más.
Esa misma tarde, mi familia y yo viajamos a Londres. Al día siguiente ofrecimos nuestro apoyo en persona a la familia Brown. Todos nos encontrábamos en estado de angustia e incertidumbre casi destructivo, pero Max… Max estaba deshecho, necesitaba un amigo, necesitaba un apoyo… necesitaba a Mikayla más que nunca.
La necesitaba de la misma manera en la que yo necesitaba a Sarah.
De la misma forma en la que Skandar también parecía necesitarla. Sentía rabia al verlo. Al saber lo mal que Sarah estuvo por él. ¿Cómo pudo haberla lastimado tanto? ¿Cómo puede decir que la ama en frente de mí, si yo sé que no es así?
Porque cuando amas a alguien, haces todo lo posible porqué esté bien… sin importar si tú lo estás o no, lo más importante es la felicidad del ser amado.
Tarareaba una de las tantas canciones que Zac guardaba en su teléfono móvil mientras caminaba por la calle y miraba los aparadores de la Oxford Street para luego admirar detenidamente el cielo gris azulado que se alzaba imperial sobre las cabezas de todos los que transitábamos por la famosa avenida.
—No sabía que te gustara la buena música. —Una voz varonil me asaltó repentinamente por detrás.
—¡Zachary! —Exclamé, contenta por tener a “mi hermano mayor” cerca— creí que estabas trabajando.
—Hoy me dejaron salir temprano, necesitan una nueva cantante para este sábado en la noche y no pude evitar no pensar en ti. Fui a buscarte y mamá dijo que habías salido para recoger a Stephanie —explicó— entonces te seguí.
—¿Crees que soy una buena cantante?
—Tienes una voz muy dulce. Caminabas mientras entonabas “The Scientist”, un éxito indiscutible de Coldplay.
—¿Crees que en mi otra vida, a mí me gustaba esa canción? —le pregunté, llena de curiosidad.
—Suena a que reencarnaste —se rio.
—A veces siento que eso fue lo que ocurrió conmigo. —Le revelé, observando a una pareja de novios, el chico reía mientras la chica sacudía su oscuro cabello, luego se detuvo a tomarla por las mejillas y mirarla directamente con sus grandes ojos marrones. —¿Qué miras? —cuestionó Zac.
—¿Crees que alguna vez yo me haya enamorado? —Él miró al mismo punto que yo, para posteriormente suspirar y relajar su tono.
—Creo que eres bastante joven, y el amor a tu edad no siempre se logra distinguir de las emociones adolescentes. Pero si te llegó a suceder, entonces creo que fuiste una persona dichosa, y sinceramente, como tu hermano mayor te digo que estaría muy orgulloso y feliz por ti. Aunque, si se portó como un imbécil y se atrevió a romperte el corazón, entonces te advierto que cuando lo encontremos tendrá que saborear el último aspiro de oxígeno antes de que lo conozca porque como deber de hermano…
Empecé a reír como desquiciada.
—Probablemente no me enamoré nunca —concluí, interrumpiéndolo— no tengo ni la más mínimo sensación de que eso me haya ocurrido. Tampoco me imagino como debe sentirse quedar con el corazón roto…
—Felicidades, entonces —sonrió— luego de enamorarse, lo mejor que podría pasarte es que jamás sepas cómo se siente que te rompan el corazón.
—¿Te ocurrió alguna vez? —lo miré, expectante.
—Lamentablemente sí. Kathie… —No dijo nada más. Y yo no pregunté nada más.
—Kathie es un horrible nombre —Traté de hacerlo sentir mejor.
—¿Qué tal si haces una prueba en el restaurant? Tu voz es realmente dulce, Alice.
—¿Y si no obtengo el empleo? —Lo miré, insegura.
—Yo sé que lo harás. —Me abrazó por los hombros.
Ilógica. Ilógica es la vida. Ilógica es mi vida. Y pensar que el chico al que abrazo es el mismo que se quejaba de mí, alegando que yo era una niña rica exageradamente mimada… No sé si su primera impresión de sobre mí sería acertada, pero lo que si sabía, era que Zac Miller era el mejor hermano que alguien podría desear.
Desde que Gaspard había llegado a Londres, entre nosotros la tensión era evidente pero sobre todo insoportable.
Para mí no era fácil olvidar que él era el mismo chico francés del que Sarah me habló una vez, cuando recién llegó. Dijo que era su mejor amigo, su apoyo, e inexplicablemente, la persona que ella más necesitó cuando el divorcio de sus padres. Tampoco me era fácil olvidar las incontables veces que los vi juntos cuanto Sarah y yo terminamos con nuestra relación sentimental de catorce meses.
Los catorce meses más felices de mi vida.
Y aunque aceptarlo me destrozaba por completo, el francés era mucho mejor para ella que yo. Yo era el veneno que desencadenó todo esto.
Fue mi culpa que Sarah despareciera.
Si pudiera volver el tiempo atrás, con tal de que ella estuviera a salvo, hubiera ignorado el amor que sentía porque de esa manera no hubiéramos comenzado una relación y así, no hubiera terminado diciéndole lo que le dije la noche en la que desapareció,
Probablemente Gaspard la hubiese reconquistado y todo entre ellos hubiese vuelto a ser igual de perfecto que hace dos años. Yo, probablemente hubiese vuelto con Tiana. O quizá terminaría haciéndole caso a Kara, la rubia de mi clase con la que conversaba todo el tiempo y que me besó en mi cumpleaños.
Probablemente ahora estarían juntos, probablemente estarían planeando su vida juntos en el futuro. Yo, probablemente saldría con mis amigos a embriagarme todo el tiempo sin tomar en serio a nadie… sin haberme enamorado de nadie.
Gaspard había terminado el tercer semestre de Arte y Filosofía en la Université Paris VIII cuando recién desapareció mi hermana. Posteriormente él y su familia volvieron a Francia en enero de 2010 para reintegrarse a sus estudios. Mikayla y su hermano volvieron en mayo… Y él encontró pistas fundamentales: los zafiros tan propios de Sarah.
Skandar solía acompañarme en mis tardes de soledad mientras mis padres se dedicaban a la búsqueda intensiva de mi hermana, cuando me sentía bien solía acompañarles pero la mayoría del tiempo no era así. Skandar parecía entender lo que yo sentía, la residencia Keynes se había convertido en una especie de Fuerte, pues la separación de mis padres impedía que ellos pudieran soportar vivir juntos así que cada quien alquiló un pent-house en Londres mientras que yo me negué a ir a vivir con alguno de ellos, preferí seguir hospedado en la casa de Zelfa y Randal, pues para mí olía a familia y eso me hacía sentir un poco mejor.
Gaspard me visitaba en las tardes, era el más tranquilo en todo éste caos. Me invitaba a salir a caminar o a cualquier otra actividad que pudiera distraerme. Un atardecer llegó con los pendientes y el brazalete de Sarah… me quedé atónito cuando los vi.
—¿Por qué dices que no puedes creer que aun los llevara puestos? —fue lo único que pude preguntarle.
—Dijiste que la última vez que la viste, es decir, la noche del accidente, los traía puestos, fue la cena de no sé qué en celebración a Skandar y su hermana.
—Despedida. Iba a pasar unos días con mis abuelos en el Líbano. —Intervino Skan, Gaspard se comporta despectivo en todo lo que tiene que ver con él.
—Pero también despidieron a Sarah, ¿no? Iba a viajar a Liverpool y yo la vería allá en cuanto saliera de la universidad. —Continuó.
—No muchos lo sabían que Sarah tenía esos planes. Solo me lo dijo a mí, a Will y a ti —dije yo— así que no, nadie la despidió.
—¿Pero llevaba los pendientes, verdad? —Gaspard quiso confirmarlo una vez más.
—Sí, junto con el brazalete. ¿Dónde los encontraste? —nada tenía sentido para mí, mi mente estaba tan confusa que envidié la expresión de Gaspard: parecía saber con exactitud lo que hacía y decía.
—En la vitrina de una vieja joyería de la Oxford, según me dijo el encargado, un matrimonio se los vendió a cambio de cinco mil libras… Me los dio por diez mil —mostró su tarjeta de crédito— obviamente valen más.
—¿De qué nos sirve todo esto? —preguntó Skandar.
—Encuentro los zafiros de Sarah y tú preguntas “¿de qué sirve?” —El ojos azules exasperó ante la pregunta del británico— ¡pistas, Skandar! ¡Pistas! —Exclamó con obviedad— Evidentemente, esto –señaló las joyas de mi hermana en su manos— fue vendido en el lapso de noviembre a mayo… solo tenemos que averiguar quién las vendió al joyero. Siguiendo la teoría de Max –continuó— tal vez, las personas que ayudaron a Sarah necesitaban dinero para… bueno, gastos médicos.
—Si es que Sarah sigue con vida. —Soumaya Keynes bajaba los escalones cuando lanzó ese mortífero comentario, lo hacía para lastimarme.
—¡Cierra la estúpida boca, Soumaya! —Estallé— estoy harto de escuchar y recibir tu veneno, ¿por qué mejor no llevas tu actitud de arpía a otro lado? —caminé a donde ella.
—Max, basta —Gaspard colocó una mano sobre uno de sus hombros, en muestra de apoyo— tú no eres así.
—¿Sabes de qué estoy harta yo? —La chica me encaró con furia notoria— Estoy harta de que te la pases haciendo escenitas con la zorra de su hermana —señaló al francés, refiriéndose a Mikayla— en mi propia casa.
—No voy a aceptar que difames a mi hermana frente a mí. —Intervino el chico de ojos azules.
—Pues, si tanto les molesta…
—Soumaya, ya cállate. Hablas sin ningún sentido —Skandar la interrumpió— Elise está esperándote en el vestíbulo.
La chica se fue enfurecida con dirección a donde su hermano le indicó, una de sus amigas la esperaba. Cuando abandonó la estancia, Keynes me observó desconcertado.
—No tenías que ser tan grosero con ella. —Me recriminó.
—¿Yo? ¿Grosero? ¿Has oído toda la mierda que me dice cuando está Mikayla? ¿Acaso no oíste lo que dijo? —Exasperé.
—Alguien tenía que ponerle un alto. —Dijo Ulliel.
—¡Tú cállate! —Skandar lo señaló, sulfurado.
—¡Suficiente! —Exclamé.
Gaspard se llevó una mano a masajearse los parpados.
—Eres tan infantil, Keynes.
Algo no estaba bien, mi madre me abrazó eufórica aunque triste, lo noté en sus ojos apenas la vi. Mi padre me sonrió, posteriormente me felicitó y su expresión volvió a reflejar preocupación.
—¿Todo bien? —Pregunté, aguardando una respuesta— ¿dónde está Mikayla?
—En su habitación —Respondió mi madre a mi segunda pregunta, su garganta ahogó un sollozo de inmediato.
—¿Papá, qué ocurre? —lo miré, desconcertado.
—¡Gaspard! —Mikayla apareció de inmediato, rodeándome con una fuerza desesperante.
Levanté su rostro sujetándola de la mejilla derecha, me miro con los ojos rojos e inflamados.
—¿Estás bien? —La cuestioné, con la preocupación y el desespero en aumento.
—Yo estoy perfecta. Sarah no —murmuró, esforzándose por sostener el llanto.
¿Sarah? ¿Mi hermosa amiga Sarah? ¿La misma chica hermosa que hace dos veranos era mi novia? ¿Mi Juliette?
—¿Sarah Brown? —quise cerciorarme, no sería capaz de soportar que algo malo le sucediese.
Mikayla asintió, volvió a echarse a llorar inconsolablemente mientras se refugiaba en mi pecho.
Volví a mirar a mi padre.
—Desapareció —pronunció cuidadosamente.
Aguardé unos minutos en silencio, procesando las actitudes de mi familia y la contestación de mi padre. ¿Qué había dicho? Me negué a entender lo que sucedía, había hablado con Sarah a principios de mes, cuando viajé a Londres por el cumpleaños de Max… La abracé un montón de tiempo, la cuidé y consolé después de que logré hacerla hablar sobre su catastrófica ruptura amorosa con Skandar Keynes.
Era verdad que no se encontraba en su mejor momento, sus ojos estaban tristes y lloraba incontrolablemente la mitad del tiempo, pero para mí fue fácil entenderla, Skandar se había portado como un verdadero imbécil y realmente había pisoteado los pedazos de su corazón luego de haberlo roto. Y también era verdad que quise golpearlo hasta cansarme, pero Sarah me hizo prometerle que guardaría el secreto y que me quedaría toda la semana con ella para distraernos de nuestras decepciones amorosas; a cambio, ella me prometió que estaría mejor para la siguiente vez que nos viéramos: cuando llegara diciembre.
No pudo haber desparecido.
—¿Escapó? —preferí ser sensato, preferí agotar opciones antes de no imaginar lo peor.
—Tuvo un accidente automovilístico. En la escena solo quedó su auto hecho un desastre y… —mi padre empezaba a encajarme una daga al corazón con sus palabras.
—¿Y…? —Lo incité a continuar.
—Varios charcos de sangre seca, sangre que es de ella.
Me aferré al abrazo de mi hermana con fuerza.
—Empiezan a dudar que ella esté v… bien. —Mikayla prefirió cambiar su última palabra para no atormentarme.
Nadie dijimos nada más.
Esa misma tarde, mi familia y yo viajamos a Londres. Al día siguiente ofrecimos nuestro apoyo en persona a la familia Brown. Todos nos encontrábamos en estado de angustia e incertidumbre casi destructivo, pero Max… Max estaba deshecho, necesitaba un amigo, necesitaba un apoyo… necesitaba a Mikayla más que nunca.
La necesitaba de la misma manera en la que yo necesitaba a Sarah.
De la misma forma en la que Skandar también parecía necesitarla. Sentía rabia al verlo. Al saber lo mal que Sarah estuvo por él. ¿Cómo pudo haberla lastimado tanto? ¿Cómo puede decir que la ama en frente de mí, si yo sé que no es así?
Porque cuando amas a alguien, haces todo lo posible porqué esté bien… sin importar si tú lo estás o no, lo más importante es la felicidad del ser amado.
…
Alice
Mayo 2010.
Mayo 2010.
Tarareaba una de las tantas canciones que Zac guardaba en su teléfono móvil mientras caminaba por la calle y miraba los aparadores de la Oxford Street para luego admirar detenidamente el cielo gris azulado que se alzaba imperial sobre las cabezas de todos los que transitábamos por la famosa avenida.
—No sabía que te gustara la buena música. —Una voz varonil me asaltó repentinamente por detrás.
—¡Zachary! —Exclamé, contenta por tener a “mi hermano mayor” cerca— creí que estabas trabajando.
—Hoy me dejaron salir temprano, necesitan una nueva cantante para este sábado en la noche y no pude evitar no pensar en ti. Fui a buscarte y mamá dijo que habías salido para recoger a Stephanie —explicó— entonces te seguí.
—¿Crees que soy una buena cantante?
—Tienes una voz muy dulce. Caminabas mientras entonabas “The Scientist”, un éxito indiscutible de Coldplay.
—¿Crees que en mi otra vida, a mí me gustaba esa canción? —le pregunté, llena de curiosidad.
—Suena a que reencarnaste —se rio.
—A veces siento que eso fue lo que ocurrió conmigo. —Le revelé, observando a una pareja de novios, el chico reía mientras la chica sacudía su oscuro cabello, luego se detuvo a tomarla por las mejillas y mirarla directamente con sus grandes ojos marrones. —¿Qué miras? —cuestionó Zac.
—¿Crees que alguna vez yo me haya enamorado? —Él miró al mismo punto que yo, para posteriormente suspirar y relajar su tono.
—Creo que eres bastante joven, y el amor a tu edad no siempre se logra distinguir de las emociones adolescentes. Pero si te llegó a suceder, entonces creo que fuiste una persona dichosa, y sinceramente, como tu hermano mayor te digo que estaría muy orgulloso y feliz por ti. Aunque, si se portó como un imbécil y se atrevió a romperte el corazón, entonces te advierto que cuando lo encontremos tendrá que saborear el último aspiro de oxígeno antes de que lo conozca porque como deber de hermano…
Empecé a reír como desquiciada.
—Probablemente no me enamoré nunca —concluí, interrumpiéndolo— no tengo ni la más mínimo sensación de que eso me haya ocurrido. Tampoco me imagino como debe sentirse quedar con el corazón roto…
—Felicidades, entonces —sonrió— luego de enamorarse, lo mejor que podría pasarte es que jamás sepas cómo se siente que te rompan el corazón.
—¿Te ocurrió alguna vez? —lo miré, expectante.
—Lamentablemente sí. Kathie… —No dijo nada más. Y yo no pregunté nada más.
—Kathie es un horrible nombre —Traté de hacerlo sentir mejor.
—¿Qué tal si haces una prueba en el restaurant? Tu voz es realmente dulce, Alice.
—¿Y si no obtengo el empleo? —Lo miré, insegura.
—Yo sé que lo harás. —Me abrazó por los hombros.
Ilógica. Ilógica es la vida. Ilógica es mi vida. Y pensar que el chico al que abrazo es el mismo que se quejaba de mí, alegando que yo era una niña rica exageradamente mimada… No sé si su primera impresión de sobre mí sería acertada, pero lo que si sabía, era que Zac Miller era el mejor hermano que alguien podría desear.
…
Skandar
Desde que Gaspard había llegado a Londres, entre nosotros la tensión era evidente pero sobre todo insoportable.
Para mí no era fácil olvidar que él era el mismo chico francés del que Sarah me habló una vez, cuando recién llegó. Dijo que era su mejor amigo, su apoyo, e inexplicablemente, la persona que ella más necesitó cuando el divorcio de sus padres. Tampoco me era fácil olvidar las incontables veces que los vi juntos cuanto Sarah y yo terminamos con nuestra relación sentimental de catorce meses.
Los catorce meses más felices de mi vida.
Y aunque aceptarlo me destrozaba por completo, el francés era mucho mejor para ella que yo. Yo era el veneno que desencadenó todo esto.
Fue mi culpa que Sarah despareciera.
Si pudiera volver el tiempo atrás, con tal de que ella estuviera a salvo, hubiera ignorado el amor que sentía porque de esa manera no hubiéramos comenzado una relación y así, no hubiera terminado diciéndole lo que le dije la noche en la que desapareció,
Probablemente Gaspard la hubiese reconquistado y todo entre ellos hubiese vuelto a ser igual de perfecto que hace dos años. Yo, probablemente hubiese vuelto con Tiana. O quizá terminaría haciéndole caso a Kara, la rubia de mi clase con la que conversaba todo el tiempo y que me besó en mi cumpleaños.
Probablemente ahora estarían juntos, probablemente estarían planeando su vida juntos en el futuro. Yo, probablemente saldría con mis amigos a embriagarme todo el tiempo sin tomar en serio a nadie… sin haberme enamorado de nadie.
...
Max
Mayo 2010.
Mayo 2010.
Gaspard había terminado el tercer semestre de Arte y Filosofía en la Université Paris VIII cuando recién desapareció mi hermana. Posteriormente él y su familia volvieron a Francia en enero de 2010 para reintegrarse a sus estudios. Mikayla y su hermano volvieron en mayo… Y él encontró pistas fundamentales: los zafiros tan propios de Sarah.
Skandar solía acompañarme en mis tardes de soledad mientras mis padres se dedicaban a la búsqueda intensiva de mi hermana, cuando me sentía bien solía acompañarles pero la mayoría del tiempo no era así. Skandar parecía entender lo que yo sentía, la residencia Keynes se había convertido en una especie de Fuerte, pues la separación de mis padres impedía que ellos pudieran soportar vivir juntos así que cada quien alquiló un pent-house en Londres mientras que yo me negué a ir a vivir con alguno de ellos, preferí seguir hospedado en la casa de Zelfa y Randal, pues para mí olía a familia y eso me hacía sentir un poco mejor.
Gaspard me visitaba en las tardes, era el más tranquilo en todo éste caos. Me invitaba a salir a caminar o a cualquier otra actividad que pudiera distraerme. Un atardecer llegó con los pendientes y el brazalete de Sarah… me quedé atónito cuando los vi.
—¿Por qué dices que no puedes creer que aun los llevara puestos? —fue lo único que pude preguntarle.
—Dijiste que la última vez que la viste, es decir, la noche del accidente, los traía puestos, fue la cena de no sé qué en celebración a Skandar y su hermana.
—Despedida. Iba a pasar unos días con mis abuelos en el Líbano. —Intervino Skan, Gaspard se comporta despectivo en todo lo que tiene que ver con él.
—Pero también despidieron a Sarah, ¿no? Iba a viajar a Liverpool y yo la vería allá en cuanto saliera de la universidad. —Continuó.
—No muchos lo sabían que Sarah tenía esos planes. Solo me lo dijo a mí, a Will y a ti —dije yo— así que no, nadie la despidió.
—¿Pero llevaba los pendientes, verdad? —Gaspard quiso confirmarlo una vez más.
—Sí, junto con el brazalete. ¿Dónde los encontraste? —nada tenía sentido para mí, mi mente estaba tan confusa que envidié la expresión de Gaspard: parecía saber con exactitud lo que hacía y decía.
—En la vitrina de una vieja joyería de la Oxford, según me dijo el encargado, un matrimonio se los vendió a cambio de cinco mil libras… Me los dio por diez mil —mostró su tarjeta de crédito— obviamente valen más.
—¿De qué nos sirve todo esto? —preguntó Skandar.
—Encuentro los zafiros de Sarah y tú preguntas “¿de qué sirve?” —El ojos azules exasperó ante la pregunta del británico— ¡pistas, Skandar! ¡Pistas! —Exclamó con obviedad— Evidentemente, esto –señaló las joyas de mi hermana en su manos— fue vendido en el lapso de noviembre a mayo… solo tenemos que averiguar quién las vendió al joyero. Siguiendo la teoría de Max –continuó— tal vez, las personas que ayudaron a Sarah necesitaban dinero para… bueno, gastos médicos.
—Si es que Sarah sigue con vida. —Soumaya Keynes bajaba los escalones cuando lanzó ese mortífero comentario, lo hacía para lastimarme.
—¡Cierra la estúpida boca, Soumaya! —Estallé— estoy harto de escuchar y recibir tu veneno, ¿por qué mejor no llevas tu actitud de arpía a otro lado? —caminé a donde ella.
—Max, basta —Gaspard colocó una mano sobre uno de sus hombros, en muestra de apoyo— tú no eres así.
—¿Sabes de qué estoy harta yo? —La chica me encaró con furia notoria— Estoy harta de que te la pases haciendo escenitas con la zorra de su hermana —señaló al francés, refiriéndose a Mikayla— en mi propia casa.
—No voy a aceptar que difames a mi hermana frente a mí. —Intervino el chico de ojos azules.
—Pues, si tanto les molesta…
—Soumaya, ya cállate. Hablas sin ningún sentido —Skandar la interrumpió— Elise está esperándote en el vestíbulo.
La chica se fue enfurecida con dirección a donde su hermano le indicó, una de sus amigas la esperaba. Cuando abandonó la estancia, Keynes me observó desconcertado.
—No tenías que ser tan grosero con ella. —Me recriminó.
—¿Yo? ¿Grosero? ¿Has oído toda la mierda que me dice cuando está Mikayla? ¿Acaso no oíste lo que dijo? —Exasperé.
—Alguien tenía que ponerle un alto. —Dijo Ulliel.
—¡Tú cállate! —Skandar lo señaló, sulfurado.
—¡Suficiente! —Exclamé.
Gaspard se llevó una mano a masajearse los parpados.
—Eres tan infantil, Keynes.
Última edición por Eddie el Sáb 06 Jun 2015, 10:38 am, editado 1 vez
Eddie
Re: Where You Stand
- Becca:
- mccartney. escribió:
Literalmente, mi expresión durante todo el capítulo...
Podría decir que mi cabeza tuvo un cortocircuito mientras formaba un sinfín de hipótesis sobre lo que probablemente hizo Skandar para que Sarah desapareciera (?)
No tengo nada más que decir al respecto; me he quedado sin palabras, Edd, ¡estoy en terreno desconocido!
Espero el próximo capítulo; saludos- Eddie:
P.S. ¡por la causa! ¡qué viva!Eddie escribió:- Becca:
- mccartney. escribió:Comento sólo para hacer acto de presencia (?) ahque
Bonjour!
Bueno, he actualizado un capítulo por tu causa :3
Corto, pero al menos da razones de lo que se cuenta en el anterior.
Prometo que enfocaré en escribir el siguiente apenas salga del bloqueo que tengo con A Tiempo :)
P.S2. ¿A Tiempo? Hmmm...
Jajajajajajaja, ¿si? ¿Estuvo impactante?
No te preocupes,ya pronto los personajes dirán todo lo que paso en ese lapso de mayo 2008 a noviembre 2009.
Well... ¡actualicé! ¡Y actualicé pronto!
P.D. ¡Gracias por siempre dejar comment y tu opinión!
Eddie
Re: Where You Stand
- abre:
- Zachary pasó de ser un rotundo quejumbroso de primera a ser el mejor hermano del mundo que alguien podría desear... eso me gusta Pero, ¿y Max? ¿Qué pasará cuándo Sarah recuerde que tiene otro hermano? ¿Qué pasará con Zac? ¿Qué pasará con los Miller?
Gaspard, oh, mi querido Gaspard Ulliel; estoy simplemente encantada con la actitud de ese chico, es decir, ¿quién como él?
Soumaya, yo no te crié así, mocosa inculta (?)
¿Y Skandar? Skandar está actuando como un reverendo... él... Skandar es un maldito, osea, todos estaban felices, el mundo era perfecto y... y... ¿qué te sucede, Keynes? ¡Nah! I love you forever you (?)
Gracias por actualizar; nos leemos pronto.
Saludos .
Invitado
Invitado
Re: Where You Stand
¡Hola, corazón!
Lo sé, he estado muy alejada de este fic, pero de repente se me secó la cabeza para seguir escribiendo sobre Keyrown y ahora me volví una Brolliel Shipper (igual tenía que pasar pero no tan pronto) es que... les escribí una escena divina, pero descuida, seguramente pronto vuelvo a idear más romance para Skan y Sarah y poder hacer un capitulo decente.
El punto es que también me distraje por la otra novela que tengo (A Tiempo) la cual he seguido en wattpad y me quedé en un punto importante, Elliot (el protagonista) tendrá que atravesar una crisis que fragmenté por capítulos.
En pocas palabras, sólo alargué su cautiverio y si me distraigo de eso puede quedar feo y parecer falso. (Es falso, pero tiene que parecer real. Es la novela "más real" que he escrito) te dejo el link
(clic here) por si te animas a leerlo en lo que continuo Where You Stand.
El siguiente capítulo te lo dedicaré a ti por ser tan paciente y adorable♥
Lo sé, he estado muy alejada de este fic, pero de repente se me secó la cabeza para seguir escribiendo sobre Keyrown y ahora me volví una Brolliel Shipper (igual tenía que pasar pero no tan pronto) es que... les escribí una escena divina, pero descuida, seguramente pronto vuelvo a idear más romance para Skan y Sarah y poder hacer un capitulo decente.
El punto es que también me distraje por la otra novela que tengo (A Tiempo) la cual he seguido en wattpad y me quedé en un punto importante, Elliot (el protagonista) tendrá que atravesar una crisis que fragmenté por capítulos.
En pocas palabras, sólo alargué su cautiverio y si me distraigo de eso puede quedar feo y parecer falso. (Es falso, pero tiene que parecer real. Es la novela "más real" que he escrito) te dejo el link
(clic here) por si te animas a leerlo en lo que continuo Where You Stand.
El siguiente capítulo te lo dedicaré a ti por ser tan paciente y adorable♥
Eddie
Re: Where You Stand
- abre:
- ¡Hola! :lizzena:
¿Brolliel? ¡Venga! Gaspard merecepor muchomás a Sarah en este momento... Keynes se está comportando horrible y su actitud apesta, así que... Keyrown puede esperar
Y bueno, no tengo cuenta en Wattpad, pero me he leído la sinopsis y el prólogo de A Tiempo y están hermosos Me imagino a Elliot como Skandar puesto a que es descrito como un "adorado chico de ojos oscuros y cabello azabache" (?) Y sé que hay un montón de muchachos con esos atributos físicos, pero que importa
¿Sacaste la parte de ¿Nunca cambiamos, o sí? de We Never Change? Porque yo estaba así (descripción gráfica aquí: ) cuando leí eso¿Coldplay dónde?
Pero, luego de "[...]todo el mundo tiene una historia que contar" y un molesto letrero en el que se leía un Regístrate gratis para seguir leyendo, todo se volvió borroso... literalmente :kalgh:
En fin, no hay problema por la espera; te comprendo y seguiré esperando tu próxima actualización
Saludos y gracias por dedicarme el siguiente capítulo .
Invitado
Invitado
Re: Where You Stand
Capítulo 07
Parte l
Por -look-Parte l
Para Becca, por tu admirable paciencia
Amnesia postraumática global.
Palabras que un hombre de cabello rubio cobrizo ha utilizado constantemente para contagiárselas a todas las personas que formaban parte de mí alrededor, según me dijeron. Nadie se atreve a decirlas en voz alta en frente mío, nadie excepto Zac.
—¡Esto es una mierda! —Grita mi hermano, desesperado. Yo asiento, totalmente de acuerdo— todo estaba bien antes.
—Lo sé. —admito, siendo egoísta.
Egoísta porque antes de ser la protagonista de un fatídico accidente, yo tenía una familia, tenía amigos, probablemente un compañero amoroso. No obstante los olvidé y me dediqué a pensar únicamente en mí, tal como lo hago ahora… sólo importamos los Miller y yo.
Y no pienso cambiar eso en mi mente.
—¿Por qué tuvimos que encontrárnoslo? —Continuó Zachary, refiriéndose al chico de cabello oscuro que con sus ojos plateados me mira siempre con tristeza.
Hablaba de Max, un chico cuatro años mayor que yo con el que comparto la misma sangre y un gran parecido físico.
Me encogí de hombros, volviendo a repasar la escena por enésima vez.
Era junio, Zac y yo salimos a realizar encargos que Camille nos había pedido, jugueteábamos a corretear entre los charcos formados en las calles londinenses gracias a la lluvia, el de los iris celestes me había regalado ventaja, de pronto un Mustang amarillo me mojó completamente con el agua de un considerable laguito, inmediatamente un lujoso Audi plateado imitó la acción. El rojo Mercedes clásico que les seguía se detuvo para ayudarme. Para ayudar a la pobre chica mugrosa cubierta de lodo.
—¡¿Estás bien, amiga?! —Dijo el dueño del automóvil carmesí.
—No me toques —protesté, molesta alejando mi mano. No me gustaba que los extraños me tocaran.
El chico se quedó estático apenas lo miré con tremendo rencor, su rostro empalideció y sus labios se secaron repentinamente.
Balbuceó algo para sí mismo que no logré entender.
—Sarah —repitió—, Sarah —esta vez sonrió eufórico— Sarah, ¡cariño eres tú! —Me tomó de ambas mejillas con sus dos manos— ¿dónde has estado todo este tiempo? ¡Princesa, te he extrañado tanto! —me besó la frente.
—¡Alice!, ¿Alice? —La voz de Zac me perseguía, para luego sonar desconcertado— ¿todo bien? —arrugó el ceño. Notando como el desconocido me sujetaba por los pómulos y esparcía cientos de besos en toda mi cara.
Yo no pronunciaba palabra alguna.
—Alice, ¿lo conoces? —insistió mi hermano el Miller.
—Es él. —Ahora yo era quien murmuraba asombrada— ¡es él, Zac! —Grité— ¡es el chico de mis sueños!
El dueño del cabello color limón entendía de lo que hablaba. Yo despertaba constantemente abrumada por un sueño en particular, un sueño en el que el protagonista era el mismo chico que tenía en frente, lo sabía, era él; eran sus ojos de plata.
—¿Princesita, estás bien? —me preguntó.
—No sé quién eres tú. —Le dije.
Su expresión volvió a cambiar a causa de mis palabras, su mirada pareció entristecerse, llenándose de preocupación.
—¿No lo sabes? —Me examinó de pies a cabeza— Soy yo, soy Max —me susurró.
—¡Max! —Exclamé, mirando a Zac, quien se encontraba sorprendido.
Últimamente, solía confundirme mucho llamando así a Zachary. No me daba cuenta si él no me decía que acababa de cambiarle el nombre.
—¿Quién eres? —Quería una contestación más contundente.
—Soy Max, Sarah. Soy tu hermano —su contestación me llenó de felicidad, de tristeza, de confusión… no sabía que podía ser receptora de miles de sentimientos al mismo tiempo.
—Soy Alice —Lo único que pude hacer fue corregirlo— me llamo Alice, seguramente me confundes, no sé, yo… —comenzaba a llenarme de pavor.
—Eres mi hermana. Tal vez pudiste cortarte el cabello, cambiar de estilo, de vida, olvidar o recordar un infinito de cosas pero eres tú. Eres mi hermana, porque lo único que nunca podría cambiar es el singular brillo de los ojos dorados de mi hermanita. —Dijo Max.
Palabras que un hombre de cabello rubio cobrizo ha utilizado constantemente para contagiárselas a todas las personas que formaban parte de mí alrededor, según me dijeron. Nadie se atreve a decirlas en voz alta en frente mío, nadie excepto Zac.
—¡Esto es una mierda! —Grita mi hermano, desesperado. Yo asiento, totalmente de acuerdo— todo estaba bien antes.
—Lo sé. —admito, siendo egoísta.
Egoísta porque antes de ser la protagonista de un fatídico accidente, yo tenía una familia, tenía amigos, probablemente un compañero amoroso. No obstante los olvidé y me dediqué a pensar únicamente en mí, tal como lo hago ahora… sólo importamos los Miller y yo.
Y no pienso cambiar eso en mi mente.
—¿Por qué tuvimos que encontrárnoslo? —Continuó Zachary, refiriéndose al chico de cabello oscuro que con sus ojos plateados me mira siempre con tristeza.
Hablaba de Max, un chico cuatro años mayor que yo con el que comparto la misma sangre y un gran parecido físico.
Me encogí de hombros, volviendo a repasar la escena por enésima vez.
Era junio, Zac y yo salimos a realizar encargos que Camille nos había pedido, jugueteábamos a corretear entre los charcos formados en las calles londinenses gracias a la lluvia, el de los iris celestes me había regalado ventaja, de pronto un Mustang amarillo me mojó completamente con el agua de un considerable laguito, inmediatamente un lujoso Audi plateado imitó la acción. El rojo Mercedes clásico que les seguía se detuvo para ayudarme. Para ayudar a la pobre chica mugrosa cubierta de lodo.
—¡¿Estás bien, amiga?! —Dijo el dueño del automóvil carmesí.
—No me toques —protesté, molesta alejando mi mano. No me gustaba que los extraños me tocaran.
El chico se quedó estático apenas lo miré con tremendo rencor, su rostro empalideció y sus labios se secaron repentinamente.
Balbuceó algo para sí mismo que no logré entender.
—Sarah —repitió—, Sarah —esta vez sonrió eufórico— Sarah, ¡cariño eres tú! —Me tomó de ambas mejillas con sus dos manos— ¿dónde has estado todo este tiempo? ¡Princesa, te he extrañado tanto! —me besó la frente.
—¡Alice!, ¿Alice? —La voz de Zac me perseguía, para luego sonar desconcertado— ¿todo bien? —arrugó el ceño. Notando como el desconocido me sujetaba por los pómulos y esparcía cientos de besos en toda mi cara.
Yo no pronunciaba palabra alguna.
—Alice, ¿lo conoces? —insistió mi hermano el Miller.
—Es él. —Ahora yo era quien murmuraba asombrada— ¡es él, Zac! —Grité— ¡es el chico de mis sueños!
El dueño del cabello color limón entendía de lo que hablaba. Yo despertaba constantemente abrumada por un sueño en particular, un sueño en el que el protagonista era el mismo chico que tenía en frente, lo sabía, era él; eran sus ojos de plata.
—¿Princesita, estás bien? —me preguntó.
—No sé quién eres tú. —Le dije.
Su expresión volvió a cambiar a causa de mis palabras, su mirada pareció entristecerse, llenándose de preocupación.
—¿No lo sabes? —Me examinó de pies a cabeza— Soy yo, soy Max —me susurró.
—¡Max! —Exclamé, mirando a Zac, quien se encontraba sorprendido.
Últimamente, solía confundirme mucho llamando así a Zachary. No me daba cuenta si él no me decía que acababa de cambiarle el nombre.
—¿Quién eres? —Quería una contestación más contundente.
—Soy Max, Sarah. Soy tu hermano —su contestación me llenó de felicidad, de tristeza, de confusión… no sabía que podía ser receptora de miles de sentimientos al mismo tiempo.
—Soy Alice —Lo único que pude hacer fue corregirlo— me llamo Alice, seguramente me confundes, no sé, yo… —comenzaba a llenarme de pavor.
—Eres mi hermana. Tal vez pudiste cortarte el cabello, cambiar de estilo, de vida, olvidar o recordar un infinito de cosas pero eres tú. Eres mi hermana, porque lo único que nunca podría cambiar es el singular brillo de los ojos dorados de mi hermanita. —Dijo Max.
Eddie
Re: Where You Stand
pietro. escribió:
- abre:
¡Hola! :lizzena:
¿Brolliel? ¡Venga! Gaspard merecepor muchomás a Sarah en este momento... Keynes se está comportando horrible y su actitud apesta, así que... Keyrown puede esperar
Y bueno, no tengo cuenta en Wattpad, pero me he leído la sinopsis y el prólogo de A Tiempo y están hermosos Me imagino a Elliot como Skandar puesto a que es descrito como un "adorado chico de ojos oscuros y cabello azabache" (?) Y sé que hay un montón de muchachos con esos atributos físicos, pero que importa
¿Sacaste la parte de ¿Nunca cambiamos, o sí? de We Never Change? Porque yo estaba así (descripción gráfica aquí: ) cuando leí eso¿Coldplay dónde?
Pero, luego de "[...]todo el mundo tiene una historia que contar" y un molesto letrero en el que se leía un Regístrate gratis para seguir leyendo, todo se volvió borroso... literalmente :kalgh:
En fin, no hay problema por la espera; te comprendo y seguiré esperando tu próxima actualización
Saludos y gracias por dedicarme el siguiente capítulo .
Es que... Brolliel... ellos, ¡son tan divinos juntos! Y no es que Keyrown no lo sea, no, también son hermosos; pero como que Sarah y Gaspard tienen una química tan no sé. Probablemente nos volvamos #TeamUlliel cuando los veamos actuar como pareja, o quizá le seremos fieles al #TeamKeynes, idk, yo me cambio de Team cada cinco segundos .-.
¿Sí? En lo personal a mí esa novela me encanta, desborda drama por todos lados y yo soy una gran fan del drama. Básicamente, Elliot está físicamente basado en Skan, pero es más alto y con ciertos rasgos más a lo Elliot O'Connor (? So... estúpido wattpad, me hubiera encantado que fangirlearamos juntas como hacemos con Where You Stand, (WYS)
Jajajajajajaja, ¡por supuesto que la saqué de We Never Change! Elliot le dice eso a Astrid cuando le hace una completa idiotez, en una parte tan #NoMoreSpoiler
Soy una amadora de Coldplay, me inspiran en cientos de cosas. Y algunos capítulos de A Tiempo se titulan como las canciones, el capítulo tres por ejemplo, se llama "The Green Eyes" Sí, por Green Eyes; el doce se titula "Everithing's not lost"
Well, no quise seguir haciéndote esperar y subí la primera parte. Tal vez sea molesto leer en tanto flashback pero idk, iremos descubriendo cosas tan repentinamente como Sarah lo haga, me gusta así, ahorra un montón de cosas, y ayuda a conectarnos con el personaje.
P.S. Are you Coldplayer?
P.S2 Creo que somos las únicas que fangirleamos en este foro, sobre Skan.
¿Sí? En lo personal a mí esa novela me encanta, desborda drama por todos lados y yo soy una gran fan del drama. Básicamente, Elliot está físicamente basado en Skan, pero es más alto y con ciertos rasgos más a lo Elliot O'Connor (? So... estúpido wattpad, me hubiera encantado que fangirlearamos juntas como hacemos con Where You Stand, (WYS)
Jajajajajajaja, ¡por supuesto que la saqué de We Never Change! Elliot le dice eso a Astrid cuando le hace una completa idiotez, en una parte tan #NoMoreSpoiler
Soy una amadora de Coldplay, me inspiran en cientos de cosas. Y algunos capítulos de A Tiempo se titulan como las canciones, el capítulo tres por ejemplo, se llama "The Green Eyes" Sí, por Green Eyes; el doce se titula "Everithing's not lost"
Well, no quise seguir haciéndote esperar y subí la primera parte. Tal vez sea molesto leer en tanto flashback pero idk, iremos descubriendo cosas tan repentinamente como Sarah lo haga, me gusta así, ahorra un montón de cosas, y ayuda a conectarnos con el personaje.
P.S. Are you Coldplayer?
P.S2 Creo que somos las únicas que fangirleamos en este foro, sobre Skan.
Eddie
Re: Where You Stand
- abre:
- Oh.Por.Dios
Zachary vs. Maximilian.
Miller vs. Brown.
¿A quién eligiría yo en su lugar? okno.
Y justo cuando todo estaba tan bonito, el Mustang amarillo, el Audi plateado y el rojo Mercedes clásico hacen su entrada
Y... y... y ellos solo estaban jugando en los charcos; ellos eran felices. Solo eran niños (?)
Bien, basta. Mucho drama
En parte estoy feliz porque hayan encontrado a Sarah pero por otra me pregunto, ¿qué pasará con los Miller?
Y yo estaba como qtpza, Max ( ) cuando comenzó a darle besitos a "Alice", pero media hora después me acordé de que él no tenía ni la menor idea de la amnesia postraumática global de su hermana
Datos, datos, datos.
No puedo hacer ladrillos sin arcilla.
A esperar por el próximo capítulo, ¡he dicho! .
- abre 2:
- #TeamUlliel & #TeamKeynes Le voy a los dos
Drama everywhere, también me hubiese gustado fangirlear sobre A Tiempo... pero creo que dentro de un tiempo tendrás alguno de mis comentarios estrafalarios en el tema de Cambiaste mi crudo invierno. Sí, he comenzado a leerla :posoc:
Coldplay, cambiando vidas desde 1996
¡Nah! Los flashbacks no son para nada molestos, al contrario, me parecen interesantes
Respuesta a tu P.S sí, soy Coldplayer Tenía nueve cuando pasaba los canales del tv y me topé con un programa de música que estaba pasando Life in Technicolor II; los muñequitos y el asombroso mini escenario que se transformaba a medida que sonaba la canción tomaron mi atención de inmediato, sin olvidar el mini helicóptero que rompe la ventana y entra a recogerlos <3 y por aquel entonces se convirtió en mi canción favorita #AlwaysInMyHeart So, Coldplay es mi banda favorita, junto con Queen y The Beatles #FeelingsOn
Respuesta a tu P.S2 Creo que sí... somos las únicas que mantenemos activa esta sección del foro Quiero decir, ¿en qué clase de mundo vivimos hoy en día?
Invitado
Invitado
Re: Where You Stand
Capítulo 07
Parte II
Por -look-Parte II
Para Becca, por tu admirable paciencia
La miraba desde el marco de la puerta, sentada sobre una silla de caoba mirando el paisaje que le ofrecía la ventana de su habitación, estaba tan quieta y parecía tan frágil.
Si tan sólo pudiera haber tomado su lugar y sufrir todo lo que ella tuvo que pasar, no podía soportar ver a mi princesita así, pero el que no me reconozca me rompe el corazón en mil pedazos, cuando intento abrazarla se aleja, hay veces en las que lo piensa por largos minutos y supongo que le causo tanta lástima que acepta abrazarme.
—Sarah —rompo su concentración— Zac ha venido a verte. —Anunció la llegada del extraño que me robó mi lugar.
Mi hermanita se pone de pie inmediatamente, se gira para verme: hay una gran sonrisa en su rostro.
—¿Sabes si vino con Stephanie? —Me pregunta.
Niego con la cabeza, causándole una pequeña desilusión.
—Quiero verlo —declara, dispuesta a encaminarse hacia el vestíbulo.
—Le diré que suba. —La interrumpo.
Me regala apenas una fracción de sonrisa, esa clase de gesto con el que agradeces algo a un desconocido.
Cuando Zachary Miller se encuentra con ella, Sarah se transforma en Alice y es feliz. Lo abraza, le dice que lo extraña y el rubio le responde que él igual.
Max Brown se hizo invisible.
Decido quedarme afuera, escuchar su conversación sin permiso. No me importa lo maleducado que esto sea, al menos puedo oír su voz combinada con algunas risas. La chica callada desaparece pero yo vuelvo a quebrarme por enésima vez.
—Joven Max, el joven Gaspard lo espera abajo —me avisa el ama de llaves.
—Gracias Louise —le agradezco.
Suspiro, me dirijo a recibir al francés que aguarda con una expresión decaída.
—Hola tú. —Imito un saludo de Sarah.
—Hola tú —me responde con una sonrisilla nostálgica—, ¿cómo está ella?
Lo sujeto por una de las mangas de su camisa tipo polo para dirigirlo al despacho de la nueva casa que mis padres decidieron comprar para establecerse en Londres por tiempo indefinido.
—Bien, mal, no sé. Vino a verla el Miller, en este momento está bien. —Me encogí de hombros, tirándome sobre una gran silla de cuero negro.
—¿Sigue distante contigo? —Al menos el entendía el significado de mis palabras.
Asentí.
—Justo ahora ellos hablan de lo terrible que fue encontrarse conmigo aquella vez.
El francés no dijo nada más. Había pasado una semana, recuerdo lo preocupante que fue el que ella me haya dicho que no sabía quién era yo.
La enrollé con brazos y le pedí que viniera a casa, conmigo. Sarah titubeó, así que le ofrecí a Zac que nos acompañara…
Subimos a mi Mercedes, conduje hasta la residencia Keynes –que era donde viví hasta hace unos días- Zelfa y Randal nos vieron llegar, quisieron abrazarla también pero los detuve.
—Sarah no recuerda nada. Necesitamos sesenta minutos a solas. —Les pedí.
No hicieron preguntas. Los tres subimos a la que fuese la habitación de mi hermana, un femenino espacio púrpura de estilo minimalista que guardaba toda su esencia.
—El baño es por allá, el armario por acá —señalé— todas tus cosas están ahí. El chico y yo te esperaremos afuera, ¿está bien?
Respondió moviendo su cabeza de arriba a abajo.
Fue todo, había que pensar todo fríamente. El de los ojos celestes me siguió hasta un ventanal al final del pasillo, había una pequeña mesa con asientos para conversar.
—Soy Max Brown. —Decidí empezar de nuevo— Mi hermana, Sarah Brown, desapareció en noviembre; en el lugar del accidente sólo estaba su auto y su sangre esparcida por todos lados. Hace unos meses, un amigo de la familia encontró los pendientes y un brazalete de zafiros pertenecientes a Sarah… ¿Puedes ayudarme a completar el rompecabezas? —Pregunté.
—¿Sólo porque sí? ¿Te das cuenta que para nosotros eres un desconocido? ¿Cómo sé que dices la verdad?
Lo miré atentamente un par de segundos, busqué mi teléfono móvil para mostrarle la última foto que tenía con mi hermana. Estábamos en Disneyland París, siendo tan felices como solíamos serlo.
—Háblame más de tu familia —fue su segundo requisito.
Tal vez, yo en su lugar estaría en la misma posición, o tal vez estaría histérico.
—Mi padre es neurocirujano, Sebastian Brown. Mi madre es Carolina Havard, se separaron hace más de un año y se divorciaron en septiembre pasado. Yo soy pasante de medicina en Cambridge. Sarah estudiaba biomedicina en la Universidad de Oxford, no sé qué más podría decirte.
—He oído de tu padre, no mucho pero reconozco su nombre —fue su respuesta.
—Ahora, ¿ya puedes ayudarme?
—Soy Zac Miller —contestó a mi primera presentación, extendiendo su mano— mi familia y yo no somos como ustedes —continuó una vez que estrechamos las manos. Entendí lo que quiso decir, era notorio—, yo trabajo en un restaurante por las tardes cuando no estudio, soy mesero. Recuerdo que eran alrededor de las once de la noche de un sábado de noviembre, venía del trabajo cuando vi la escena de un accidente. Había un lujoso auto destruido y había una chica gravemente herida, mi casa no estaba muy lejos, así que la cargué y la llevé conmigo. Mi familia me ayudó a llevarla al hospital, necesitaba sangre del tipo B negativo… mi tipo de sangre. Le doné lo necesario para mantenerla con vida para la cirugía que siguió. Sufrió fracturas, y una secuela preocupante fue la amnesia. Mis padres y mi hermana la hemos hecho parte de nuestra familia, es Alice para nosotros.
—¿Sabes? Ella también se llama Alice legalmente. —Nos sonreímos por primera vez — Sarah Juliette Alice Brown Havard. —Le dije su nombre completo— Te agradezco infinitamente lo que hiciste por ella, Zac. Aun no puedo creer que haya vuelto a casa.
Posteriormente, llamé a mis padres y a nuestros allegados.
Mi papá explica que Sarah sufrió un golpe terrible y de eso se desglosa su diagnóstico: mi hermana tiene amnesia postraumática global, sus colegas piensan que es un milagro que siga viva. El neurólogo, tiene esperanzas en que mi hermana vuelva a ser ella misma. Mientras tanto, mis padres tienen que conformarse con que los llame “señor y señora”…
—Me gustaría ver a Sarah —Gaspard me trajo nuevamente a la realidad.
Ellos no se han encontrado a pesar de que él ha venido a diario, pues el parisino teme reaccionar mal si ella no lo recuerda, lo cual es muy posible.
—¿Seguro? —Le cuestioné— Yo aún no me repongo de la desconocida que me dio.
—Estaré bien. El saber que estamos tan cerca y el no poder verla, me están haciendo más daño. —Contestó. Admiraba en demasía la sensatez del chico.
—Cuando el Miller se vaya, iremos juntos a verla —acepté.
—El Miller —repitió— suena despectivo, ¿lo sabías? Sobre todo el modo y la mueca con la que lo dices.
—Tú le dices a Skandar, “el Keynes” y nadie te dice nada. —Protesté.
—¡Y él me dice “el Ulliel”! —Se rió— Lo nuestro es natural, pero lo tuyo con el chico Miller lo hiciste personal. Por cierto, a todo esto, ¿dónde está Skandar? Supuse que estaría aquí desde la semana pasada, armando todo un circo de desesperación.
—Se fue al Líbano a pasar el verano con sus abuelos. No he sabido nada, ni siquiera respondió el texto que le envié pero no creo que importe, es decir, dudo que a Sarah le cause interés.
—Supongo que es lo que menos interesa en medio de todo esto, como bien dices, Sarah ni siquiera lo extraña.
Para cuando Gaspard terminó su oración, escuchamos que mi hermana despedía al Miller en el vestíbulo, deseándole buena suerte para su día.
—Es tu momento. —Declaré, el asintió, suspiró y se puso de pie.
Nos encaminamos hacia la habitación de Sarah, llamé dos veces para obtener su consentimiento de poder entrar.
—Sarah, hay alguien más que quiere verte —le avisé.
No me respondió, simplemente se limitó a observarme expectante. Le hice señas al parisino, indicándole que podía pasar. La expresión de mi princesita cambió considerablemente apenas lo vio, sus ojos dorados se abrieron de par en par y pude divisar una pequeñísima sonrisita en su rostro.
—Hola, Sarah. ¿Qué tal? —El chico la saludó completamente normal, como si nada hubiera pasado— Soy Gaspard, amigo de Max… y tuyo, por supuesto. Gusto en verte —Le ofreció su mano, sonriéndole ampliamente y con confianza.
Alice dudó un par de segundos el qué responder, sin embargo Ulliel no desvaneció su gesto.
—Gracias. —Fue lo único que ella dijo, aunque aceptó su mano para estrecharla.
Lo miraba con una curiosidad que no podía esconder, para luego dar paso a un largo minuto de incómodo silencio.
—¡Oh! —Exclamó Gaspard— Sólo veníamos a ver si quieres venir con nosotros —sacó tres boletos del bolsillo trasero de su jeans negros— Son para un juego de tenis en el All England Club, ya sabes, por el Wimbledon Open.
Recordé quién jugaba hoy.
—Son para el de Murray. ¡Vamos! No te arrepentirás de verlo jugar —la animé.
Sarah amaba el deporte blanco y por si eso fuera poco, Andy Murray era su jugador favorito.
«Buena esa, Ulliel»
—Supongo que estaría bien —Para nuestra sorpresa, mi hermana aceptó de inmediato.
Si tan sólo pudiera haber tomado su lugar y sufrir todo lo que ella tuvo que pasar, no podía soportar ver a mi princesita así, pero el que no me reconozca me rompe el corazón en mil pedazos, cuando intento abrazarla se aleja, hay veces en las que lo piensa por largos minutos y supongo que le causo tanta lástima que acepta abrazarme.
—Sarah —rompo su concentración— Zac ha venido a verte. —Anunció la llegada del extraño que me robó mi lugar.
Mi hermanita se pone de pie inmediatamente, se gira para verme: hay una gran sonrisa en su rostro.
—¿Sabes si vino con Stephanie? —Me pregunta.
Niego con la cabeza, causándole una pequeña desilusión.
—Quiero verlo —declara, dispuesta a encaminarse hacia el vestíbulo.
—Le diré que suba. —La interrumpo.
Me regala apenas una fracción de sonrisa, esa clase de gesto con el que agradeces algo a un desconocido.
Cuando Zachary Miller se encuentra con ella, Sarah se transforma en Alice y es feliz. Lo abraza, le dice que lo extraña y el rubio le responde que él igual.
Max Brown se hizo invisible.
Decido quedarme afuera, escuchar su conversación sin permiso. No me importa lo maleducado que esto sea, al menos puedo oír su voz combinada con algunas risas. La chica callada desaparece pero yo vuelvo a quebrarme por enésima vez.
—Joven Max, el joven Gaspard lo espera abajo —me avisa el ama de llaves.
—Gracias Louise —le agradezco.
Suspiro, me dirijo a recibir al francés que aguarda con una expresión decaída.
—Hola tú. —Imito un saludo de Sarah.
—Hola tú —me responde con una sonrisilla nostálgica—, ¿cómo está ella?
Lo sujeto por una de las mangas de su camisa tipo polo para dirigirlo al despacho de la nueva casa que mis padres decidieron comprar para establecerse en Londres por tiempo indefinido.
—Bien, mal, no sé. Vino a verla el Miller, en este momento está bien. —Me encogí de hombros, tirándome sobre una gran silla de cuero negro.
—¿Sigue distante contigo? —Al menos el entendía el significado de mis palabras.
Asentí.
—Justo ahora ellos hablan de lo terrible que fue encontrarse conmigo aquella vez.
El francés no dijo nada más. Había pasado una semana, recuerdo lo preocupante que fue el que ella me haya dicho que no sabía quién era yo.
La enrollé con brazos y le pedí que viniera a casa, conmigo. Sarah titubeó, así que le ofrecí a Zac que nos acompañara…
Subimos a mi Mercedes, conduje hasta la residencia Keynes –que era donde viví hasta hace unos días- Zelfa y Randal nos vieron llegar, quisieron abrazarla también pero los detuve.
—Sarah no recuerda nada. Necesitamos sesenta minutos a solas. —Les pedí.
No hicieron preguntas. Los tres subimos a la que fuese la habitación de mi hermana, un femenino espacio púrpura de estilo minimalista que guardaba toda su esencia.
—El baño es por allá, el armario por acá —señalé— todas tus cosas están ahí. El chico y yo te esperaremos afuera, ¿está bien?
Respondió moviendo su cabeza de arriba a abajo.
Fue todo, había que pensar todo fríamente. El de los ojos celestes me siguió hasta un ventanal al final del pasillo, había una pequeña mesa con asientos para conversar.
—Soy Max Brown. —Decidí empezar de nuevo— Mi hermana, Sarah Brown, desapareció en noviembre; en el lugar del accidente sólo estaba su auto y su sangre esparcida por todos lados. Hace unos meses, un amigo de la familia encontró los pendientes y un brazalete de zafiros pertenecientes a Sarah… ¿Puedes ayudarme a completar el rompecabezas? —Pregunté.
—¿Sólo porque sí? ¿Te das cuenta que para nosotros eres un desconocido? ¿Cómo sé que dices la verdad?
Lo miré atentamente un par de segundos, busqué mi teléfono móvil para mostrarle la última foto que tenía con mi hermana. Estábamos en Disneyland París, siendo tan felices como solíamos serlo.
—Háblame más de tu familia —fue su segundo requisito.
Tal vez, yo en su lugar estaría en la misma posición, o tal vez estaría histérico.
—Mi padre es neurocirujano, Sebastian Brown. Mi madre es Carolina Havard, se separaron hace más de un año y se divorciaron en septiembre pasado. Yo soy pasante de medicina en Cambridge. Sarah estudiaba biomedicina en la Universidad de Oxford, no sé qué más podría decirte.
—He oído de tu padre, no mucho pero reconozco su nombre —fue su respuesta.
—Ahora, ¿ya puedes ayudarme?
—Soy Zac Miller —contestó a mi primera presentación, extendiendo su mano— mi familia y yo no somos como ustedes —continuó una vez que estrechamos las manos. Entendí lo que quiso decir, era notorio—, yo trabajo en un restaurante por las tardes cuando no estudio, soy mesero. Recuerdo que eran alrededor de las once de la noche de un sábado de noviembre, venía del trabajo cuando vi la escena de un accidente. Había un lujoso auto destruido y había una chica gravemente herida, mi casa no estaba muy lejos, así que la cargué y la llevé conmigo. Mi familia me ayudó a llevarla al hospital, necesitaba sangre del tipo B negativo… mi tipo de sangre. Le doné lo necesario para mantenerla con vida para la cirugía que siguió. Sufrió fracturas, y una secuela preocupante fue la amnesia. Mis padres y mi hermana la hemos hecho parte de nuestra familia, es Alice para nosotros.
—¿Sabes? Ella también se llama Alice legalmente. —Nos sonreímos por primera vez — Sarah Juliette Alice Brown Havard. —Le dije su nombre completo— Te agradezco infinitamente lo que hiciste por ella, Zac. Aun no puedo creer que haya vuelto a casa.
Posteriormente, llamé a mis padres y a nuestros allegados.
Mi papá explica que Sarah sufrió un golpe terrible y de eso se desglosa su diagnóstico: mi hermana tiene amnesia postraumática global, sus colegas piensan que es un milagro que siga viva. El neurólogo, tiene esperanzas en que mi hermana vuelva a ser ella misma. Mientras tanto, mis padres tienen que conformarse con que los llame “señor y señora”…
—Me gustaría ver a Sarah —Gaspard me trajo nuevamente a la realidad.
Ellos no se han encontrado a pesar de que él ha venido a diario, pues el parisino teme reaccionar mal si ella no lo recuerda, lo cual es muy posible.
—¿Seguro? —Le cuestioné— Yo aún no me repongo de la desconocida que me dio.
—Estaré bien. El saber que estamos tan cerca y el no poder verla, me están haciendo más daño. —Contestó. Admiraba en demasía la sensatez del chico.
—Cuando el Miller se vaya, iremos juntos a verla —acepté.
—El Miller —repitió— suena despectivo, ¿lo sabías? Sobre todo el modo y la mueca con la que lo dices.
—Tú le dices a Skandar, “el Keynes” y nadie te dice nada. —Protesté.
—¡Y él me dice “el Ulliel”! —Se rió— Lo nuestro es natural, pero lo tuyo con el chico Miller lo hiciste personal. Por cierto, a todo esto, ¿dónde está Skandar? Supuse que estaría aquí desde la semana pasada, armando todo un circo de desesperación.
—Se fue al Líbano a pasar el verano con sus abuelos. No he sabido nada, ni siquiera respondió el texto que le envié pero no creo que importe, es decir, dudo que a Sarah le cause interés.
—Supongo que es lo que menos interesa en medio de todo esto, como bien dices, Sarah ni siquiera lo extraña.
Para cuando Gaspard terminó su oración, escuchamos que mi hermana despedía al Miller en el vestíbulo, deseándole buena suerte para su día.
—Es tu momento. —Declaré, el asintió, suspiró y se puso de pie.
Nos encaminamos hacia la habitación de Sarah, llamé dos veces para obtener su consentimiento de poder entrar.
—Sarah, hay alguien más que quiere verte —le avisé.
No me respondió, simplemente se limitó a observarme expectante. Le hice señas al parisino, indicándole que podía pasar. La expresión de mi princesita cambió considerablemente apenas lo vio, sus ojos dorados se abrieron de par en par y pude divisar una pequeñísima sonrisita en su rostro.
—Hola, Sarah. ¿Qué tal? —El chico la saludó completamente normal, como si nada hubiera pasado— Soy Gaspard, amigo de Max… y tuyo, por supuesto. Gusto en verte —Le ofreció su mano, sonriéndole ampliamente y con confianza.
Alice dudó un par de segundos el qué responder, sin embargo Ulliel no desvaneció su gesto.
—Gracias. —Fue lo único que ella dijo, aunque aceptó su mano para estrecharla.
Lo miraba con una curiosidad que no podía esconder, para luego dar paso a un largo minuto de incómodo silencio.
—¡Oh! —Exclamó Gaspard— Sólo veníamos a ver si quieres venir con nosotros —sacó tres boletos del bolsillo trasero de su jeans negros— Son para un juego de tenis en el All England Club, ya sabes, por el Wimbledon Open.
Recordé quién jugaba hoy.
—Son para el de Murray. ¡Vamos! No te arrepentirás de verlo jugar —la animé.
Sarah amaba el deporte blanco y por si eso fuera poco, Andy Murray era su jugador favorito.
«Buena esa, Ulliel»
—Supongo que estaría bien —Para nuestra sorpresa, mi hermana aceptó de inmediato.
Eddie
Re: Where You Stand
pietro. escribió:
- abre:
Oh.Por.Dios
Zachary vs. Maximilian.
Miller vs. Brown.
¿A quién eligiría yo en su lugar? okno.
Y justo cuando todo estaba tan bonito, el Mustang amarillo, el Audi plateado y el rojo Mercedes clásico hacen su entrada
Y... y... y ellos solo estaban jugando en los charcos; ellos eran felices. Solo eran niños (?)
Bien, basta. Mucho drama
En parte estoy feliz porque hayan encontrado a Sarah pero por otra me pregunto, ¿qué pasará con los Miller?
Y yo estaba como qtpza, Max ( ) cuando comenzó a darle besitos a "Alice", pero media hora después me acordé de que él no tenía ni la menor idea de la amnesia postraumática global de su hermana
Datos, datos, datos.
No puedo hacer ladrillos sin arcilla.
A esperar por el próximo capítulo, ¡he dicho! .
- abre 2:
#TeamUlliel & #TeamKeynes Le voy a los dos
Drama everywhere, también me hubiese gustado fangirlear sobre A Tiempo... pero creo que dentro de un tiempo tendrás alguno de mis comentarios estrafalarios en el tema de Cambiaste mi crudo invierno. Sí, he comenzado a leerla :posoc:
Coldplay, cambiando vidas desde 1996
¡Nah! Los flashbacks no son para nada molestos, al contrario, me parecen interesantes
Respuesta a tu P.S sí, soy Coldplayer Tenía nueve cuando pasaba los canales del tv y me topé con un programa de música que estaba pasando Life in Technicolor II; los muñequitos y el asombroso mini escenario que se transformaba a medida que sonaba la canción tomaron mi atención de inmediato, sin olvidar el mini helicóptero que rompe la ventana y entra a recogerlos <3 y por aquel entonces se convirtió en mi canción favorita #AlwaysInMyHeart So, Coldplay es mi banda favorita, junto con Queen y The Beatles #FeelingsOn
Respuesta a tu P.S2 Creo que sí... somos las únicas que mantenemos activa esta sección del foro Quiero decir, ¿en qué clase de mundo vivimos hoy en día?
- Becca:
- En el caso #TeamMax y #TeamZac supongo que soy #TeamMax... y también #TeamZac lol.
So, no te preocupes, pronto tendremos toda la arcilla necesaria.
Supongo que con el capítulo 7, el #TeamUlliel hizo un break point y le ha ganado este game al #TeamKeynes, veamos si Skandar se recupera y logra el set point .-. Porque antes de todo lo que pasó, el Skandar ya había hecho game ponit cuando la Sarah vio las fotos del Gaspard con su nueva novia.PorFavorNotéseQueAEdithNoLeGustaMuchoElTennis#Sarcasmo.
Oh God, really? Ese fic era tan encantador, tan... idk. Pero a veces recuerdo que lo escribí cuando no tenía la mejor escritura y... se me cae la cara de vergüenza. Lo bueno es que he mejorado, tal vez no tanto pero sí he hecho un avance.
¡Lo sé! De Pectoralz a Starfish a Coldplay.
Yo los amo con todo mi heartsito Y es fantástico conocer una Coldplayer, una Coldplayer de verdad. El semestre pasado conocí a una chica que dijo que le gustaba Coldplay y se atrevió a reclamar a Chris, ¡a MÍ Chris! como si fuera qué. Pero terminé dándome cuenta que era una xylobrite. :jum:
Hace unos años, solía ser una sección activa. Dios, el "hace unos años" me ha hecho sentir una veterana, ¡jajajajajajajajajá! Era cuando entraba al foro sin tener una cuenta c':
Eddie
Re: Where You Stand
Lo sé. Cumplió 25. ¡Veinticinco años!
Es un adulto, escribí un tweet todo melancólico ese día
Es un adulto, escribí un tweet todo melancólico ese día
Eddie
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