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˜Reveal˜
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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˜Reveal˜
Ficha de la serie
Título: "Reveal".
Autor: tayftswift, en otras palabras, yo.
Adaptación: A medias. Es una adaptación de la famosa saga literaria "Harry Potter" de Joanne Diosa Rowling. Sin embargo algunos que otros personajes que saldrán más adelante son de mi total invención. Al igual que la idea. Astoria Greengrass es, total y plenamente, de J Rowling.
Género: Creo que se cataloga más por fantasía (duh...) y, claramente, magia. Si habrá más géneros de lectura, se verá más adelante.
Contenido: Exactamente aún no sé que contenido tendrá. Pero guiándome por mi misma, no será lo que se dice, hot. Ya que hablará de la historia de la pequeña Astoria Greengrass, centrándose más en ella misma que en adolescente con las hormonas por los aires.
Advertencias: No subiré muy seguido, ya que con los trabajos y las otras fics que tengo (no en esta misma página) no sé de donde sacaré tiempo.
Otras páginas: Por ahora, esta fanfiction solo está aquí y en quotev. Quizás la suba a wattpad y potterfics.
˜Reveal˜
La pequeña Astoria Greengrass, muchas veces bajo la sombra de Daphne Greengrass, la hermosa Daphne Greengrass. Pero ya ha sido suficiente. Astoria ha aguantado demasiado. Ahora es el momento, de rebelarse.
Título: "Reveal".
Autor: tayftswift, en otras palabras, yo.
Adaptación: A medias. Es una adaptación de la famosa saga literaria "Harry Potter" de Joanne Diosa Rowling. Sin embargo algunos que otros personajes que saldrán más adelante son de mi total invención. Al igual que la idea. Astoria Greengrass es, total y plenamente, de J Rowling.
Género: Creo que se cataloga más por fantasía (duh...) y, claramente, magia. Si habrá más géneros de lectura, se verá más adelante.
Contenido: Exactamente aún no sé que contenido tendrá. Pero guiándome por mi misma, no será lo que se dice, hot. Ya que hablará de la historia de la pequeña Astoria Greengrass, centrándose más en ella misma que en adolescente con las hormonas por los aires.
Advertencias: No subiré muy seguido, ya que con los trabajos y las otras fics que tengo (no en esta misma página) no sé de donde sacaré tiempo.
Otras páginas: Por ahora, esta fanfiction solo está aquí y en quotev. Quizás la suba a wattpad y potterfics.
˜Reveal˜
La pequeña Astoria Greengrass, muchas veces bajo la sombra de Daphne Greengrass, la hermosa Daphne Greengrass. Pero ya ha sido suficiente. Astoria ha aguantado demasiado. Ahora es el momento, de rebelarse.
tayftswift
La primera reunión I.
1
La primera reunión I.
Astoria Greengrass siempre vivió entre reuniones, fiestas y celebraciones de familias amigas. Aunque claro, amigas de sus padres y su hermana. Oh, su hermana. Daphne Greengrass era una chica hermosa, de eso no había duda. Pero su actitud no era, lo que se puede decir, la correcta. Era astuta e inteligente, pero muy pocas veces usaba su audacia y su inteligencia de un modo correcto que no fuera seducir y, para que mentir, acostarse con chicos de mucho atractivo y fama, además de popularidad en su escuela. Daphne era el calco en femenino de su padre, ambos de cabello rubio y ojos claros. Astoria por su parte, era igualita a su madre. Las dos con el mismo cabello rojo y ojos de un avellana claro. Su madre era hermosa, y la pequeña Greengrass había heredado su particular belleza. Aunque, claro, el problema es que ella no lo sabía. A pesar de que todos a su alrededor parecían saberlo. No se daba cuenta de lo hermosa que era, ni de las muchas miradas que la población masculina le dedicaba cuando ella paseaba por los pasillos. Y eso, la hacía ver muchísimo más bella de lo que ya era. Desde niña, Daphne era a la que sus padres les gustaba presentar a sus amigos mas allegados. O más bien, su padre. Su madre no era de ese tipo de típicas madres pegajosas y sumisas. Su madre tenía su propia personalidad. Ella era cariñosa, pero autoritaria. Amable, pero se hacía respetar. Simplemente, era de esas madres únicas. Por la belleza iningualable de Daphne, o eso habituaba a pensar Astoria, siempre era ella la elegida para las celebraciones y pocas veces la llevaban a ella, aunque poco le importaba. Las consideraba aburridas y mónotonas, siempre hablando de dinero, el linaje de la sangre pura o de temas más maduros pero aún así estúpidos para ella. Pero Astoria aún recordaba la primera reunión-fiesta-celebración (ella no sabía muy bien que había sido aquello).
Daphne había sido invitada (y además había asistido) a doce reuniones durante toda su vida. Y Astoria, a sus siete años de edad, no había acudido a ninguna. Aunque pronto, eso cambiaría. La noche anterior la Greengrass había oído a sus padres discutir, y nada le había dolido más que oír su nombre tantas veces en la discusión. ¿Es que acaso discutían por ella? ¿Tenía la culpa de algo? ¿Había hecho algo mal y además había causado el enfado que había notado en la voz de su padre?
Eran unas cuantas de las miles de preguntas que se amontonaban en la cabeza de la pequeña Astoria. Ella no lograba entender porque discutían sus padres, pues aunque fuera muy inteligente, aún seguía siendo una simple niña que muy poco sabía de la vida.
Poco después, lo supo.
La tarde del día después, su padre acudió a su habitación. Él las describió como "una simple visita", pero para Astoria no era una simple visita. Todas las noches había oído a su padre en el cuarto de Daphne, hablándole con cariño y dulzura para que logrará conciliar el sueño. Cuando era sabido por todos que Daphne nada más tocar la almohada se dormía al instante. Y ella solía esperar a que su padre fuera a su habitación, solo para hablar. Pues a ella no le hacían faltas cánticos de cuna, o cuentos muggles para dormirse. Solo necesitaba un padre que al menos le dedicará una hora de su vida. Pero claro, al parecer solo la perfecta Daphne Greengrass merecía la preciada atención de su padre que ella tanto ansiaba. Y ese día, el primer y único día en el que su padre la había visitado a su habitación como habituaba a hacer todas las noches con Daphne, solo fue para decirle que la semana siguiente los acompañaría a ellos y a su hermana a una reunión. Puede que a ustedes os parezca poco, incluso estúpido. Pero Astoria se sintió tan llena de dicha porque su padre confiará lo suficiente en ella como para llevarle a una de sus importante reuniones que todo le dio igual durante un instante. E intentó que no le importará y mucho menos le dolería cuando Daphne había aparecido en su habitación, apoyada en el marco de la puerta con cara de lástima y le había preguntado con ternura a su padre cuando iría a leerle cuentos para dormirse.
¡FALSA! Quiso gritarle Astoria, y estaba segura de que lo hubiera hecho si su padre no se hubiera levantado y abandonado su habitación tan fugazmente que cualquiera habría pensado que jamás había estado allí. Y la expresión de regocijo del rostro de Daphne solo la hizo enfurecer aún más, Daphne le envió una última mirada llena de superioridad a su hermana pequeña antes de irse y cerrar la puerta. Y con el corazón encogido, Astoria trató de aguantar las lágrimas.
Había pasado una semana desde que su padre le había comunicado su asistencia a su primera (y quizás última, aunque Astoria prefería no pensar en ello) reunión con amigos de la familia Greengrass. Y Astoria no podía estar más entusiasta y emocionada. Cuando había aparecido en el comedor de la Greengrass Manor con un precioso vestido azul cayendo en volandas hasta sus rodillas y unas zapatillas azul claro, Daphne le había dado tal mirada de reproche que Astoria se había sentido tan intimidada y dolida que una expresión de dolor había cruzado su rostro. Aunque Daphne fuera muy arrogante y la despreciará como si fuera un muggle (aunque Astoria ni siquiera creyera en esos prejuicios), era su hermana mayor y la quería. Aunque ella evitó lo más posible siquiera se notará. De cualquier modo, sus padres las habían hecho aparecer (al igual que a ellos) delante de una gran y lujosa mansión. En la puerta de entrada de barrotes de oro, una gran "M" pintada de esmeralda y plata se podía vislumbrar. La puerta se abrió, cediéndoles el paso, y entraron. Daphne caminaba con tanta seguridad por los pasillos de la mansión que Astoria pensó que la había visitado muchísimas veces. Y quizás así era. Sus padres se habían parado delante de una puerta de mármol, y ambos las habían mirado. A Astoria no le hizo falta mucho más para saber que ese era el momento de que se fueran. Y al parecer, a Daphne tampoco.
"Daphne, cuida de tu hermana" su madre le había advertido. Daphne asintió, aunque no había parecido escuchar nada de lo que había dicho, o quizás la había ignorado. Sus padres entraron en la sala, Astoria tras un amargo "Sígueme" de su hermana, se precipitó a seguir a Daphne. En cualquier otro momento, Astoria no habría confiado en lo más mínimo de seguir a su hermana, pero sabía que tras la advertencia de su madre (la hubiera ignorado ella como no), Daphne lo haría el más mínimo daño. O al menos, intencionado. A Astoria se le paso por la cabeza que quizás Daphne pagará a alguien para que le hiciera algo, una broma quizás. Pero pensó que ella no sería lo suficientemente malvada. De todos modos, ella prefería no pensar en ello. Siguió a Daphne por muchos pasillos, tantos que ya incluso había perdido la cuenta. Justo en el momento en el que Astoria empezaba a pensar que su hermana se había perdido, ella paró ante una parte y la tocó suavemente con los nudillos. Al instante, la puerta se abrió.
La primera reunión I.
Astoria Greengrass siempre vivió entre reuniones, fiestas y celebraciones de familias amigas. Aunque claro, amigas de sus padres y su hermana. Oh, su hermana. Daphne Greengrass era una chica hermosa, de eso no había duda. Pero su actitud no era, lo que se puede decir, la correcta. Era astuta e inteligente, pero muy pocas veces usaba su audacia y su inteligencia de un modo correcto que no fuera seducir y, para que mentir, acostarse con chicos de mucho atractivo y fama, además de popularidad en su escuela. Daphne era el calco en femenino de su padre, ambos de cabello rubio y ojos claros. Astoria por su parte, era igualita a su madre. Las dos con el mismo cabello rojo y ojos de un avellana claro. Su madre era hermosa, y la pequeña Greengrass había heredado su particular belleza. Aunque, claro, el problema es que ella no lo sabía. A pesar de que todos a su alrededor parecían saberlo. No se daba cuenta de lo hermosa que era, ni de las muchas miradas que la población masculina le dedicaba cuando ella paseaba por los pasillos. Y eso, la hacía ver muchísimo más bella de lo que ya era. Desde niña, Daphne era a la que sus padres les gustaba presentar a sus amigos mas allegados. O más bien, su padre. Su madre no era de ese tipo de típicas madres pegajosas y sumisas. Su madre tenía su propia personalidad. Ella era cariñosa, pero autoritaria. Amable, pero se hacía respetar. Simplemente, era de esas madres únicas. Por la belleza iningualable de Daphne, o eso habituaba a pensar Astoria, siempre era ella la elegida para las celebraciones y pocas veces la llevaban a ella, aunque poco le importaba. Las consideraba aburridas y mónotonas, siempre hablando de dinero, el linaje de la sangre pura o de temas más maduros pero aún así estúpidos para ella. Pero Astoria aún recordaba la primera reunión-fiesta-celebración (ella no sabía muy bien que había sido aquello).
Daphne había sido invitada (y además había asistido) a doce reuniones durante toda su vida. Y Astoria, a sus siete años de edad, no había acudido a ninguna. Aunque pronto, eso cambiaría. La noche anterior la Greengrass había oído a sus padres discutir, y nada le había dolido más que oír su nombre tantas veces en la discusión. ¿Es que acaso discutían por ella? ¿Tenía la culpa de algo? ¿Había hecho algo mal y además había causado el enfado que había notado en la voz de su padre?
Eran unas cuantas de las miles de preguntas que se amontonaban en la cabeza de la pequeña Astoria. Ella no lograba entender porque discutían sus padres, pues aunque fuera muy inteligente, aún seguía siendo una simple niña que muy poco sabía de la vida.
Poco después, lo supo.
La tarde del día después, su padre acudió a su habitación. Él las describió como "una simple visita", pero para Astoria no era una simple visita. Todas las noches había oído a su padre en el cuarto de Daphne, hablándole con cariño y dulzura para que logrará conciliar el sueño. Cuando era sabido por todos que Daphne nada más tocar la almohada se dormía al instante. Y ella solía esperar a que su padre fuera a su habitación, solo para hablar. Pues a ella no le hacían faltas cánticos de cuna, o cuentos muggles para dormirse. Solo necesitaba un padre que al menos le dedicará una hora de su vida. Pero claro, al parecer solo la perfecta Daphne Greengrass merecía la preciada atención de su padre que ella tanto ansiaba. Y ese día, el primer y único día en el que su padre la había visitado a su habitación como habituaba a hacer todas las noches con Daphne, solo fue para decirle que la semana siguiente los acompañaría a ellos y a su hermana a una reunión. Puede que a ustedes os parezca poco, incluso estúpido. Pero Astoria se sintió tan llena de dicha porque su padre confiará lo suficiente en ella como para llevarle a una de sus importante reuniones que todo le dio igual durante un instante. E intentó que no le importará y mucho menos le dolería cuando Daphne había aparecido en su habitación, apoyada en el marco de la puerta con cara de lástima y le había preguntado con ternura a su padre cuando iría a leerle cuentos para dormirse.
¡FALSA! Quiso gritarle Astoria, y estaba segura de que lo hubiera hecho si su padre no se hubiera levantado y abandonado su habitación tan fugazmente que cualquiera habría pensado que jamás había estado allí. Y la expresión de regocijo del rostro de Daphne solo la hizo enfurecer aún más, Daphne le envió una última mirada llena de superioridad a su hermana pequeña antes de irse y cerrar la puerta. Y con el corazón encogido, Astoria trató de aguantar las lágrimas.
Había pasado una semana desde que su padre le había comunicado su asistencia a su primera (y quizás última, aunque Astoria prefería no pensar en ello) reunión con amigos de la familia Greengrass. Y Astoria no podía estar más entusiasta y emocionada. Cuando había aparecido en el comedor de la Greengrass Manor con un precioso vestido azul cayendo en volandas hasta sus rodillas y unas zapatillas azul claro, Daphne le había dado tal mirada de reproche que Astoria se había sentido tan intimidada y dolida que una expresión de dolor había cruzado su rostro. Aunque Daphne fuera muy arrogante y la despreciará como si fuera un muggle (aunque Astoria ni siquiera creyera en esos prejuicios), era su hermana mayor y la quería. Aunque ella evitó lo más posible siquiera se notará. De cualquier modo, sus padres las habían hecho aparecer (al igual que a ellos) delante de una gran y lujosa mansión. En la puerta de entrada de barrotes de oro, una gran "M" pintada de esmeralda y plata se podía vislumbrar. La puerta se abrió, cediéndoles el paso, y entraron. Daphne caminaba con tanta seguridad por los pasillos de la mansión que Astoria pensó que la había visitado muchísimas veces. Y quizás así era. Sus padres se habían parado delante de una puerta de mármol, y ambos las habían mirado. A Astoria no le hizo falta mucho más para saber que ese era el momento de que se fueran. Y al parecer, a Daphne tampoco.
"Daphne, cuida de tu hermana" su madre le había advertido. Daphne asintió, aunque no había parecido escuchar nada de lo que había dicho, o quizás la había ignorado. Sus padres entraron en la sala, Astoria tras un amargo "Sígueme" de su hermana, se precipitó a seguir a Daphne. En cualquier otro momento, Astoria no habría confiado en lo más mínimo de seguir a su hermana, pero sabía que tras la advertencia de su madre (la hubiera ignorado ella como no), Daphne lo haría el más mínimo daño. O al menos, intencionado. A Astoria se le paso por la cabeza que quizás Daphne pagará a alguien para que le hiciera algo, una broma quizás. Pero pensó que ella no sería lo suficientemente malvada. De todos modos, ella prefería no pensar en ello. Siguió a Daphne por muchos pasillos, tantos que ya incluso había perdido la cuenta. Justo en el momento en el que Astoria empezaba a pensar que su hermana se había perdido, ella paró ante una parte y la tocó suavemente con los nudillos. Al instante, la puerta se abrió.
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
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