Re: The Roadtrip

por **believe.** Lun 12 Ene 2015, 11:22 pm

markott. escribió:Yaz

Bae, ¿en qué ciudad están ahora? ya no me acuerdo The Roadtrip - Página 53 1054092304

por **Atenea.** Mar 13 Ene 2015, 12:16 pm

Nevada creo, pero tampoco recuerdo The Roadtrip - Página 53 1054092304

por **peralta.** Mar 13 Ene 2015, 2:52 pm

ST LAKE CITY, YA DEJARON NEVADA DESDE HACE MUCHO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!111

por **Atenea.** Mar 13 Ene 2015, 3:23 pm

Por eso digo que no recuerdo The Roadtrip - Página 53 1054092304

por **nayeon.** Jue 15 Ene 2015, 2:43 pm

por **Atenea.** Jue 15 Ene 2015, 9:09 pm

por **believe.** Vie 16 Ene 2015, 12:57 pm

ya casi acabo el cap The Roadtrip - Página 53 1054092304

por **Atenea.** Vie 16 Ene 2015, 1:52 pm

por **believe.** Vie 16 Ene 2015, 10:33 pm

hiii:

CAPITULO 54.

✖BY KITTY SYKES 2014.

Bueno, había una gran probabilidad de que todo esto lo estuviera soñando, ¿no?

Si alguien le hubiera dicho hace dos años atrás que habría huido de su casa para irse con un grupo de desconocidos, sin saber qué rayos hacer con su vida y encima drogándose, se hubiera reído tan fuerte que el buen humor le hubiera durado por días. Y ahora miraba la pastilla en sus manos sin poder creerse aún que hace apenas unas horas había tomado una de esas. ¿La razón? No tenía la más mínima idea. O quizás sí, y no admitía que aún no asimilaba el hecho de que cómo sus vidas—la de Sam y la de ella—habían cambiado tan radicalmente estos últimos meses. Lo habían dejado todo atrás por el engaño de sus padres, y aunque en ese momento ambos habían creído que era lo mejor pues ya no soportaban más esa situación, ahora él estaba enamorado de una chica que acababa de perder un bebé y huido a quien sabe a dónde y ella del chico que estuvo a punto de convertirse en padre de aquel bebé. Bueno, ahora sí creía ese dicho de "el mundo da vueltas".

Rió, imaginando qué diría su madre si la viera así. "Deja de llorar por un chico y concéntrate en estudiar, que es lo único que importa". Sí, eso era tan típico de ella. Pero tampoco es que tuviera idea de qué rayos hacer con su vida en ese momento, y el olvidar a Tyler también era otra cuestión. Lo había intentado, pero hasta ahora todos sus esfuerzos habían sido en vano. ¿Así se supone que se sentía enamorarse? Porque si dolía tanto ya no le resultaba tan atractiva la idea.

—¿Estás bien?—escuchó la voz de Tyler a sus espaldas, y dio un pequeño salto. Rápidamente guardó la pastilla en el bolsillo de sus jeans, mientras que el chico se sentaba a su lado.

—Eso debería yo preguntártelo a ti.

—Ya se me pasará.

—Tyler, no me refiero a los golpes—la castaña desvió la mirada del ojiverde al recordar la pelea con Sam. Este también tenía algunos moretones, pero la peor parte se la había llevado Tyler, sin duda alguna.

—Ya te dije que se me pasará—Tyler sonrió, pero Diane sabía que no era una sonrisa sincera. Aún así, le sonrió de vuelta, como siempre lo hacía cada vez que él y ella pasaban tiempo juntos. Que, últimamente, había sido mucho menos de lo normal, puesto que lo único que hacía él era fumar, caminar o pasar el día encerrado en su carpa sin ver a nadie.

—¿Seguro?—insistió Diane, y Tyler asintió, soltando una risa.

—Estoy bien, en serio—contestó, cambiando de tema rápidamente—¿Y tú? ¿Qué tal te fue consumiendo algo de droga por primera vez?—Diane sintió como la verguenza y la sorpresa la invadían, y Tyler rió al verla así—Vamos, todo el mundo vio como te metías esa pastilla a la boca anoche.

—Podría haber sido una pastilla para el dolor de cabeza, ¿no crees?

—Ya..¿y tú crees que esa hubiera sido su primera conclusión?

—Bien, tú ganas—Diane suspiró, y sacó la pastilla que llevaba en los jeans. El chico sólo negó con la cabeza—Pero ya no la quiero. Sólo hice el ridículo ayer, y no pienso repetirlo.

—Bien, porque no volverás a drogarte. Nunca—luego de quitarle la pastilla de su mano, Tyler la guardó en el bolsillo de su pantalón—Tú no eres para eso.

—Tal vez deberías de tomar tu propio consejo, ¿no crees?

—No harás que deje de drogarme, Diane. Además, no es como si fuera un drogadicto o algo parecido. Sólo lo hago cuando me apetece. Así como todos, o la gran mayoría, aquí.

—Al menos lo intenté—ambos sonrieron, y Tyler sacó de su bolsillo un cigarrillo y un encendedor. Al ver la cara de asco que puso Diane, no pudo evitar reír.

—Vamos, ¿es en serio? ¿Nunca has fumado en tu vida? Como, ¿ni una sola vez?

La castaña negó con la cabeza—Nunca me ha llamado la atención. Además, fumar hará que te enfermes. Te malogra los pulmones y...

—Sí, me sé todo el sermón, ya mis papás me lo dijeron muchas veces.

—Eres increíble—Diane entornó los ojos, pero dejó que Tyler encendiera el cigarrillo—Sólo...no entiendo qué le ven de especial a fumar. No te beneficia en nada. Y te perjudica mucho más.

—Sigue intentando, no lograrás que cambie de opinión.

—Verdad, olvidé que eres de las personas más obstinadas que conozco.

—Diane...

—No trates de refutar eso último.

—No, no es eso—Tyler se puso repentimanente serio. Aunque quizás era el hecho de que expresar sus sentimientos era algo que lo ponía nervioso y odiaba con todo su ser. Pero Diane había hecho tanto por él, que lo menos que merecía era un agradecimiento de su parte—Sólo...gracias.

—¿Por qué?

—Por todo—Tyler se encogió de hombros— Verás, te conozco de hace poco y has estado más para mí que las personas que conozco de toda mi vida. Gracias.

—De nada.

—Tú...olvídalo.

—No, dime.

—Olvídalo, Tyler. No es nada importante.

—Quiero escucharlo.

—¿Por qué te gusta pasar tiempo conmigo?—preguntó de repente. Tyler volteó a verla, extrañado. Pero de todas formas sonrió.

—Porque me caes bien—Diane sonrió, casi inconscientemente—Además, eres de las pocas personas en las que confío.

—¿En serio?—Tyler asintió—Pensé que, ya sabes, yo era la única que confiaba en ti y no al revés.

—No, claro que no. Además, Zuzu ya no está, y todo se ha tornado más aburrido que de costumbre y...

—¿Osea que sólo quieres pasar tiempo conmigo cuando estás aburrido?—bien, eso había sonado mal. Tyler negó con la cabeza.

—Significa que eres divertida, por eso me gusta pasar tiempo contigo. Además, ya sabes, siempre estás ahí para mí y..

—¿Y ahora que no está Zuzu recién te das cuenta?

—No, no era eso lo que quería decir. Yo..

—No, tranquilo— Diane se levantó del suelo, alejándose del rizado, quien la imitó y corrió hasta alcanzarla—En serio, Tyler, ya lo entiendo. Ahora que ella se fue yo soy tu segunda opción, ¿verdad?—el ver que el chico no respondía terminó doliendo más de lo que había imaginado—Nunca te importé, ¿cierto? Además, ¿por qué tendría que importarte después de todo? Yo no soy Zuzu.

Tyler se quedó callado, y eso fue suficiente para que Diane comprendiera todo. Así que le sonrió—la sonrisa más falsa que alguna vez le haya dedicado a alguien—y se dio media vuelta, aún con la esperanza de que Tyler dijera algo. Pero continuó caminando y nadie la detuvo, así que entendió al fin.

Porque habían cosas que se entendían sin necesidad de usar palabras.

***

—Tyler…¡Tyler!—escuchó por tercera vez la voz de su hermana menor, y finalmente se dio media vuelta—¿Nos tomarías una foto?—preguntó, poniendo ese tono de voz que sólo hacía cuando quería un favor de alguien.

—Vine sólo para acompañarte, no para ser tu sirviente—contestó con sarcasmo el rizado. Ambos hermanos se miraron fijamente, hasta que Caitlin no lo soportó más y se echó a reír. Tyler la imitó.

—Vamos, no te tomará más de un minuto—Tyler protestó, pero al cabo de unos segundos se rindió y tomó el celular de su hermana. Esta se puso al lado de una de sus amigas y ambas sonrieron.

—¡Me deberás una por esto, Cait!—gritó, y vio como Caitlin reía.

—¡Que tomes la foto, Ivanoff!—gritó ella de vuelta. Tyler entornó los ojos, pero igual tomó la foto. Un par de segundos después Caitlin se separó de su amiga y caminó hacia su hermano, quitándole el celular de la mano.

—Lamento ser yo quien te diga esto, hermanito…pero la fotografía no es lo tuyo—vio la mirada de Tyler, y le enseñó la pantalla de su celular—Las fotos han salido movidas—se quejó, y antes de que el aludido pudiera alegar algo, continuó—Pero igual, gracias. Te debo una.

—No importa.

—No, en serio. Que me hayas ayudado a estar aquí significa mucho—la chica sonrió, de esas sonrisas sinceras que hacían que Tyler pensara que, después de todo, no podía irse de su casa porque había al menos una persona que valía la pena de toda su familia.

—Cait, has hablado de este concierto desde hace tres semanas. ¿De verdad crees que iba a dejar que te lo pierdas?

—Nos vamos a ganar un buen castigo cuando mis papás lleguen y no nos vean, lo sabes, ¿verdad?

—Shh, ya olvídate de eso. El concierto ya va a empezar.

—¡Eres el mejor hermano del mundo, Tyler!—exclamó Caitlin, antes de volver con su rubia amiga y que se apagasen las luces completamente.

Y lo era, en verdad. Tyler había cuidado de Caitlin desde que tenía memoria. Sus padres trabajaban prácticamente todo el día para darles un buen nivel de vida, y con su hermano gemelo, Harry, en Europa, a él le tocaba encargarse de su hermana menor. Así había sido desde que tenía uso de razón, y, para ese entonces—ella tenía 15 y el 17—eran muy unidos. Sí, peleaban, se gritaban, e incluso una vez se dejaron de hablar por casi un mes, pero luego ambos se miraban, se reían y asunto solucionado. Los dos sabían que necesitaban el apoyo del otro.

Como en esta ocasión, por ejemplo. Sus padres se habían negado rotundamente a que Caitlin vaya a ese lugar, ¿y qué habían hecho? Pues esperar a que salieran a trabajar para subirse en la moto de Tyler y escaparse. Para cuando llegaran a su casa tendrían problemas, sí, pero ya habrían disfrutado el concierto.

Las dos horas y media pasaron rápido, y para cuando se dio cuenta ya toda la gente se iba retirando del lugar y Caitlin y Tyler se encaminaban hacia la moto del rizado, estacionada cerca de allí. La castaña respiró hondo dos veces, tratando de tomar las cosas con calma, y tomó el casco que Tyler le ofrecía. Odiaba aquella moto, pero no le quedaba otra opción.

—No lo sé, Tyler…Sigo diciendo que es peligroso que vayas todos los días al instituto en..ya sabes, esto—comenzó a hablar mientras ambos subían a aquella moto negra—Deberías haber aceptado el carro que papá te quiso regalar.

—Prefiero, ya sabes, “esto” a un carro—la menor de los Ivanoff rió mientras enredaba sus brazos en la cintura de su hermano—Sujétate fuerte, hermanita.

—Ni se te ocurra ir tan rápido, por favor.

—Tú lo pediste.

—¡Tyler!

Pero ya no tuvo tiempo de replicar más, porque Tyler arrancó y al instante sintió como el viento desordenaba su larga cabellera castaña, y sólo atinó a abrazar más a su hermano para evitar gritar por el miedo. Aún así, confiaba en Tyler y es por eso que no ponía objeción alguna en subir a una moto con tal que él la conduciera. Quizá es por eso que todo lo que vino después la tomó por sorpresa, ya que jamás imaginó lo que estaba a punto de pasar.

—¿Cuánto tiempo crees que nos castigarán?—escuchó la voz de Caitlin mientras esperaban a que el semáforo cambie a verde—Yo apuesto por todo el mes, quizás dos meses.

—¿Importa acaso? Nos castigarán de todas formas, y nosotros seguiremos escapándonos de todas formas.

—Eres increíble—rió ella, para luego volver a abrazar a su hermano. La moto volvió a arrancar y así pasaron los minutos. Cuando ya Caitlin podía reconocer las casas a su alrededor, escuchó aquel ruido, como un golpe, y luego sintió como su cuerpo salía disparado de la moto.

—¡Cait! ¡Caitlin!—reconoció la voz de su hermano, y luchó por abrir los ojos, pero sólo fue capaz de verlo durante un par de segundos antes de que todo se tornara negro.

Tyler despertó de golpe, cómo si hubiera retrocedido en el tiempo y hubiera despertado de aquella cama de hospital días después del accidente. Volvió a echarse e intentar dormir, pero era imposible que cerrara los ojos. Lo único que quería en ese momento era correr hasta que las fuerzas le faltaran. Se sentía con mucha energía y eran casi las dos de la mañana. Suspiró, y se quedó viendo el techo de la carpa unos cuantos minutos hasta que ya no pudo soportarlo. Se puso las primeras zapatillas que vio y aún estando en pijama salió de la carpa, aún algo soñoliento.

Fue cuando divisó una cabellera rubia a unos cuantos metros de él, y la curiosidad terminó por hacer que avance unos cuantos pasos hacia ella. Ya estando a poca distancia reconoció a la chica, se llamaba Fauna, si no se equivocaba, y antes la veía por todos lados con Sam. Nunca se habían hablado o al menos eso recordaba él, así que se dirigió a la fogata, la rodeó y se sentó al frente de la rubia, esperando no molestarla. La chica levantó la mirada al sentir a alguien más allí.

—Mm..Tyler, ¿cierto?—el aludido asintió, y vio como la chica sonreía—Puedes sentarte aquí si gustas—dijo, señalando el asiento a su lado. Tyler se levantó del suelo y caminó hasta sentarse a su lado, todo sin decir palabra. Recordó lo que se decía de Fauna y supo que tenían razón: se notaba de lejos que ella era amable, honesta, de esas personas que eran buenas por dentro y cualquiera se daba cuenta de eso. Ya entendía porqué ella y Diane eran tan amigas.

—¿Qué haces aquí a esta hora?—volvió a hablar la chica, y Tyler desvió su mirada para encontrarse con la de ella.

—Eso mismo podría preguntarte yo a ti. ¿Tú no eres de las que duerme temprano y todo eso?

—Sí, bueno—Fauna se encogió de hombros—Hoy no podía dormir.

—Yo tampoco—contestó el rizado, tratando de alejar aquel recuerdo del accidente de su mente. Pero parecía que cada vez más se encontraba solo, y cuando estaba solo solía pensar demasiado las cosas y solo terminaba por hacerle mal. Miró a Fauna de reojo, y quiso haber traído un cigarrillo, pero presentía que la rubia ni siquiera sabría tomar una cerveza. Así que volvió a hundirse en sus pensamientos, y para cuando se dio cuenta el nudo en su garganta se hizo tan fuerte que unas cuantas lágrimas cayeron por su mejilla izquierda.

Él estaba llorando. Hace mucho tiempo que no lo hacía.

—¿Estás bien?—la voz de Fauna lo sobresaltó, limpiándose las lágrimas rápidamente.

—Lo siento.

—¿Te estás disculpando por llorar?

—Algo así.

—¿Por qué?—Fauna no podía entenderlo, ¿pero quién sí? Tyler era una persona muy complicada aunque no lo pareciera a simple vista— Llorar no está mal. Peor es guardárselo todo dentro.

—Bueno..tal vez no estoy acostumbrado a llorar, simplemente no me gusta—contestó él—Además, no tengo el lujo de sentirme mal.

—No eres perfecto, Tyler. Así te esfuerces por parecerlo. Está bien que de vez en cuando te sientas mal. Eso demuestra que eres humano—Fauna volteó a verlo; el chico seguía con la mirada fija en la fogata, pero ella hubiera podido jurar que tenía los ojos cristalinos—Sé que a veces es más fácil esconderse bajo esa faceta tuya de "no me importa lo que los demás piensen de mí" y todo eso...

—No es tan fácil como piensas—murmuró el rizado, y Fauna soltó un suspiro. Dirigió su mirada hacia la fogata aún encendida, y por un momento se quedaron así, en silencio, sin preocuparse por decir absolutamente nada.

—Es por Zuzu, ¿verdad?—Tyler volteó a verla, y Fauna captó el mensaje—Está bien, es obvio que estás así por ella. Lo siento—continuó—Pero ella va a volver. Es Zuzu, sólo está..asustada, o confundida. En unos días más la veremos de nuevo por aquí.

Tyler negó con la cabeza, provocando que sus rulos se movieran de un lado para otro—La conozco, ella no volverá. Sólo tengo que comenzar a aceptar la idea.

—Y ahí está otra vez tu faceta de "nada me afecta"—replicó la rubia, haciendo comillas con sus dedos. Tyler la miró por un momento, y no pudo evitar sentir algo de nostalgia. Eso mismo solía decirle su hermana cada que peleaban y él tardaba el doble de tiempo en disculparse. Viéndolo bien, Fauna le recordaba mucho a su hermana menor. Aún así, esbozó una sonrisa. Después de Diane, hace mucho que no se sentía tan tranquilo hablando con alguien.

***

Lo que más le gustaba a Tyler de fumar era el hecho de que sentía como todo él se relajaba apenas con la primera calada al cigarrillo. Por un momento podía pensar objetivamente, y se sentía más tranquilo, más sereno, con más calma en su interior. Lo paradójico era que la primera vez que había probado un cigarrilo lo había odiado. Había sentido que se ahogaba y había tosido como por cinco minutos. Luke, uno de sus mejores amigos del vecindario, se había reído a más no poder al verlo así. Y en ese momento había decidido no volver a tocar un cigarrillo en lo que le quedara de vida, pero las cosas habían cambiado repentimanente cuando una vez descubrió a su hermana fumando en el baño de la casa. La regañó y le quitó la cajetilla de cigarrillos, pero al llegar la noche y al no saber que más hacer, decidió probar su suerte de nuevo y tomó uno. Desde ese día fue aprendiendo hasta que ahora fumar era algo que realmente disfrutaba hacer.

El rizado se encontraba al lado de Trevor, ambos fumando un cigarrillo, cuando sintió el golpe en su espalda. De la calma en la que se encontraba su estado de ánimo cambió al instante. Ni siquiera pudo verlo venir, y al darse vuelta ya el puño de Sam se había estampado contra su cara.

—¡Vuelve a hacerla llorar y te mato, Ivanoff!—escuchó como le gritaba el chico, preparándose para volver a pegarle. Tyler reaccionó al último minuto y esquivó el golpe, provocando que Sam cayera al suelo.

—¿Cuál es tu maldito problema?—gritó de vuelta, tratando de detener la sangre que ahora salía de su nariz.

—¿Qué te cuesta dejarla en paz? ¡Hubiera sido mejor que tú te fueras en vez de Zuzu!—la ira hervía en los ojos de Sam.

—¡Si tú la hubieras detenido ella no se hubiera ido, idiota!—Tyler se acercó para pegarle, pero alguien se lo impidió.

—¡Dios, ya cálmense!—escuchó una voz femenina, pero no supo reconocer quien era.

—¡No es mi culpa que se haya ido!—Sam se levantó del suelo, aún adolorido.

—¿Estás diciendo que es mi culpa?—le gritó a Sam, quien soltó una risa sarcástica.

—¡Todo siempre es tu culpa!

—¡Ya, deténganse!—la voz de Diane hizo que reaccionara, y se diera cuenta de que prácticamente todos estaban alrededor de ellos, observando la pelea. Dirigió su atención a Diane, dejando que Trevor lo aleje unos cuantos centímetros de Samuel—¿Qué no pueden dejar de comportarse como idiotas al menos por un instante?—la mirada de la chica se dirigió a Tyler, y este desvió la mirada al suelo. Veía sangre por todos lados, pero ya no sabía si era suya, de Sam o de quién.

—Diane...—comenzó Sam, tratando de zafarse de Daniel, quien lo mantenía sujeto para evitar que se abalanzara sobre Tyler.

—No, Sam. Ahora no—Diane negó con la cabeza, antes de alejarse de toda la escena de la pelea y meterse en una de las carpas. Tyler intentó seguirla, pero Trevor seguía impidiéndole realizar algún movimiento. Quería decirle que no iba a pegarle a Sam sino a seguir a Diane e intentar explicarle todo, pero luego se dio cuenta que ya no importaba. Igual ella ahora lo odiaba.

—Sólo dejala en paz, Tyler. Tú no la mereces—escupió Sam en frente de todos, antes de zafarse al fin del agarre de Daniel y dirigirse hacia una de las camionetas.

—Bueno, algo en lo que él y yo estamos de acuerdo—añadió Caitlin.

Tyler respiró hondo, intentando calmarse, para luego alejarse de allí. Su nariz y brazos aún dolían, pero sabía que pasaría en un par de días. ¿La huida de Zuzu? Bueno, tal vez le costaría mucho más tiempo superar eso. ¿Y el que Diane ahora lo odiaba? Esa era una pregunta que le daba miedo responder.

***

Cuando el cigarrillo y el caminar no lo ayudaba, Tyler recurría a las drogas. Eso y las fiestas eran lo único que lograba distraerlo, así que no tenía otra opción. Y ya que todos dormían en el campamento, salió de su carpa y se sentó en el suelo, tomando una pequeña mochila gris que cargaba y que estaba llena de cosas como cerveza, cigarros y droga.

Abrió la cerveza y tomó un sorbo, sintiendo como el alcohol iba ingresando a su organismo. Recordó la vez que Zuzu había combinado alcohol con drogas y lo mal que había terminado, pero no le importó. Al menos, así se olvidaría de sus problemas por un rato, y eso era lo que más quería. Así que dejó la cerveza a un lado, y sacó de la mochila una de las pastillas. Estaba a punto de tomarla cuando escuchó unos pasos detrás de él.

—Claro, drógate hasta perder el conocimiento de nuevo— escuchó la voz de Penny a sus espaldas, el sarcasmo se notaba a leguas—Porque estoy segura que eso hará que Zuzu vuelva.

Tyler continuó con la mirada enfrente, debatiéndose internamente hasta que terminó por tirar la pastilla al suelo con fuerza. Y ahí, al lado de una chica que apenas conocía—porque, siendo sinceros, la rubia y él apenas habían hablado en todo el viaje, y si habían conversado sólo había sido porque Zuzu y ella eran cercanas—comenzó a llorar. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro y aunque fueron sólo unas cuantas, fueron suficientes como para que Penny se diera cuenta.

—Llorar tampoco solucionará nada y....

—Lo sé, Penny. ¡Por dios! ¿Crees que no lo sé?— gritó, secándose las lágrimas con la manga de la polera que llevaba puesta. Detestaba llorar frente a alguien, porque detestaba que las personas lo miraran de la misma forma que Penny lo miraba ahora. Con lástima. Como si llorar significase que era débil. Por eso Tyler no lloraba, prácticamente nunca lo había hecho. Y ahora había llorado de rabia dos veces en una misma semana, y las dos veces por la misma persona.

—Tyler, mira...

—No estoy de humor ahora, Penny.

Negó con la cabeza para sí mismo, diciéndose una y otra vez que era estúpido e inútil seguir pensando en ella. Zuzu se había ido y no quería ser encontrada de todos modos. Así que, ¿de qué valía la pena buscarla? Se repitió mentalmente aquello esperando poder convencerse del hecho de que si buscaba a Zuzu sería tiempo perdido, y que lo que debería hacer ahora es tratar de olvidarla y seguir con su vida. Pero luego de todo lo que habían pasado juntos, y el que estuvieron a punto de convertirse en padres sólo había incrementado el cariño que le tenía a la chica. A pesar de las peleas, y las discusiones que habían tenido por el bebé o por lo que sea, él la quería, quizás más de lo que iría a admitir en voz alta. Y ahora, así de repente, se había ido. ¿Cómo se supone que tenía que reaccionar ante eso?

No se dio cuenta cuándo pero Penny ya no estaba a su lado, ya todos se encontraban en sus respectivas carpas y la fogata iba poco a poco apagándose debido al viento. Una sensación que hace mucho no habitaba en él apareció: esa sensación de vacío, de tristeza, de...soledad. Y es entonces cuando cayó en la cuenta de algo que siempre supo: estaba solo. Desde la muerte de su hermana había tratado de ocultar ese sentimiento, yendo a fiestas cada que podía, drogándose o bebiendo hasta perder el sentido. Todo por no llegar a su casa, abrir la puerta y ver que nadie salía a recibirlo. Que sus padres estaban más ocupados trabajando que preocupándose por él. Que su hermana ya no estaba, y que el único hermano que le quedaba se encontraba en un internado al otro lado del mundo.

Se abrazó a sí mismo, sintiendo el frío viento que lo golpeaba. Caminó hasta sentarse en uno de los troncos alrededor de la fogata, donde todos se reunían antes de entrar a sus respectivas carpas. Su mirada vagó por unos instantes por todo el campamento...y de repente ya no veía este viaje tan divertido como parecía ser en un principio.

por **Atenea.** Sáb 17 Ene 2015, 12:29 am

Ya, tu Cap, tyler y diane, filz ;_; lo comento mañana bc lo ando leyendo desde el celebra de mi madre pero lo ame ;_;

por **nayeon.** Sáb 17 Ene 2015, 9:42 pm

yaz melocotón:

por **believe.** Miér 21 Ene 2015, 11:27 am

por **nayeon.** Miér 21 Ene 2015, 12:27 pm

por **peralta.** Vie 23 Ene 2015, 1:24 am

He vuelto

bueno no me he ido del todo, las miré como fantasma, pero cuando escribían en hide me enojaba mucho porque no podía leer bien que decía ;-; bueno.
Yazmín, tu capítulo, fue triste :cc casi me hizo llorar, me encantó de principio a fin y ;-; pobre Tyler, amo que sufra pero a la vez no me gusta hahah, gracias por subir, esperamos a Sofi The Roadtrip - Página 53 1477071114

comentaré mejor mañana o el sábado. The Roadtrip - Página 53 77880782

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