Alternos. [Harry Styles, Niall Horan & tú]

por **Letswalkinthesun** Jue 05 Sep 2013, 7:30 pm

Nombre: Alternos.
Autor: Estefania; yo.
Adaptación: No. Es completamente original, sacada de mi cabeza(?)
Género: Fantasía-Romance-Suspenso y algo de acción.
Advertencias: Estem, pues, como ya dije, tiene mucho de fantasia y acción, so... Estén preparadas para la intriga. Eso es todo :D.
Otras páginas: Nop.
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Alternos.

"- ¿Es qué no lo saben? -Preguntó el castaño, viendolas como sí se suponía que aquello lo sabía todo el mundo.

________. y Maria se miraron, negando con la cabeza.

- No pueden venir aquí a menos que alguien las halla traído. -Dijo con voz lenta, completamente seria- Sí ustedes dos están aquí; significa que sus alter-egos están allá

Ambas sintieron un nudo en el estomago. Las cosas acababan de tornarse más complicada de lo que pensaban"

Si miraban por un telescopio a través de la vida de ________. y Maria Stuart no se encontrarían con nada fuera de lo común. Era decepcionante, pero cierto. Ambas eran estudiaste de último año en secundaria, a punto de graduarse en tan solo unos meses y enfrentar la universidad. Podían ser la definición de adolescentes normales. Sus días consistían en cumplir con los estudios, regresar a casa, comer, dormir, y hacer lo mismo al día siguiente. Literalmente, sus más grandes preocupaciones para el momento se basaban en tratar de que no les fuera tan mal en ninguna materia, y tener tiempo suficiente para hacer lo que les gustaba fuera de las paredes de la secundaria. Era imposible contar cuantas veces desearon que sus vidas tomaran otro rumbo, uno más inesperado, más emocionante, pues ninguna aguantaría mucho tiempo más viviendo una vida tan monótona. Pero ahora... Ahora deseaban regresar a su mundo, a uno donde no tenían que preocuparse por sí vivirían lo suficiente para ver el sol una vez más.

Lo que ________. y Maria no se imaginaban, era lo mucho que ese sitio las iba a cambiar, al punto en que nunca más se reconocerían a sí mismas, ni a las personas que se crucen en sus caminos. En especial a esos dos. Al chico de cabellos castaños alborotados y al rubio de ojos azules.

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Heeey there, me llamo Estefania, tengo 18 y amo completamente escribir, es algo que me relaja y así<3. Bueno, esta es, sino me equivoco, la tercera novela que subo al foro, y es una de mis favoritas. La novela ya está escrita, de hecho, porque la escribí para mi mejor amiga hace un año, y tiene tres temporadas, yeay :D, lo que quiere decir que subiré casi a diario pues ya TODOS los capítulos están escritos. Y bueno eso, espero que les guste mucho la novela así tanto como a mi. Solo una aclaración rápida, en esta novela son dos protagonistas, osea, dos parejas principales que aparecen por igual, Harry & __________ (Tú) y Niall Horan & Maria Stuart. Y ambas parejas aparecen por igual durante toda la trama.
Espero les guste mucho, love you all <3.

por **Letswalkinthesun** Jue 05 Sep 2013, 8:04 pm

Subiré el primer capítulo porque uh, realmente quiero subir esta novela :D.

por Invitado Jue 05 Sep 2013, 8:35 pm

hola

estoy aquí
ya quiero que empieze :aah:

por **Letswalkinthesun** Jue 05 Sep 2013, 9:15 pm

Capitulo 1.

- ¿Puedes moverte? -Preguntó al chico con cabellos castaños, pero no lo hizo.

La gente se amontonaba como de costumbre alrededor de la puerta, desesperados por salir de allí en cuanto sonaba la campana. Claro, ella también quería largarse a tomar aire libre y salir del insoportable calor, pero al menos se comportaba como una persona con modales. Soltó un largo suspiro e intento pasar nuevamente, era inútil.

- ¡A ver inútiles, muévanse -Una voz familiar gritó detrás de ella, abriéndose paso por la multitud- Eh, muévete.

______. agradeció que el chico moviera al resto de la gente y aprovechó para pasar justo detrás de él y salir del salón. No entendía porque rayos todos se obsesionaban tanto con salir, de todas maneras, faltaban aún cuatro horas de clases antes de que pudieran regresar a sus casas. Por su puesto, a ella nadie la escuchó cuando les gritó que se movieran, pero a Harry sí. Era normal; él chico era alto, atlético, y con una voz digna de admirar, no le sorprendía lo popular que era; en realidad, le gustaba bastante.
Se apoyó del barandal del segundo piso. Biología y química, esas eran las dos clases que debía soportar y luego todo estaría bien.

- Por el amor a Dios, me quiero ir. -Maria ladeó la cabeza hacia ambos lados antes de apoyarse en la baranda junto a su amiga.
- Yo también. -Le aseguró _______. antes de agregar en tono mucho más bajo:- No creo poder soportar dos horas más.
- Yo tampoco, la verdad.

Ambas se mantuvieron en silencio por un par de segundos, viendo a las demás personas que caminaban como hormigas bajo sus pies, en el primer piso del Instituto.

- Hoy no es nuestro día. -Dijo _______. con tranquilidad.
- Dímelo a mí. -Maria negó con la cabeza antes de separarse de la baranda y hacer un gesto con los brazos- Hace un calor de mil demonios y ni siquiera hice la tarea de química.
- Yo tampo...

La campana sonó nuevamente, interrumpiendo a media la frase de la chica. Ambas se miraron por un par de segundos, entraron al salón, cogieron sus bolsos y se dirigieron al siguiente salón en el que pasarían el próximo periodo. El resto de las dos horas pasó lentamente, arrastrándose junto con los minutos que parecían no tener fin. ¿Por qué el tiempo simulaba pasar más lento cuando necesitaban que pasara rápido?
_______. pasó toda la clase de química intentando explicarle lo mejor posible a Harry, el cual no tenía ni la más mínima idea de que rayos estaba sucediendo. A ella no le molestaba hacerlo, después de todo, era una excusa para tenerlo cerca. Mientras tanto Maria intentaba con todas sus fuerzas concentrarse en la clase de Biología, pero no tenía sentido, cada cinco minutos terminaba distrayéndose con algún dibujo absurdo en su cuaderno, fantaseando sobre cosas absurdas que nunca sucederían, sin importar cuanto lo quisiera.
Cuando la campana sonó nuevamente Maria salió disparada fuera del salón, su intención era llegar de primera al laboratorio de Química, pues le gustaba sentarse de primera para poder entender mejor la clase, sin embargo, la mano de su mejor amiga la detuvo.

- ¿Qué? -Preguntó, tratando de que el bolso no resbalara de su hombro
- Acompáñame al baño, por favor, por favor. –Dijo _______., haciendo una mueca de ruego. De verdad necesitaba ir.
- ¿No puedes aguantar las dos horas? -Maria miró de soslayo el salón y soltó un suspiro- Dame un momento.

Entró de volada el salón, dejó su bolso en el primer asiento vacío que encontró y saludó con la mano a Brandom, uno de sus compañeros.

- ¿Me cuidas el puesto? -Preguntó, ya casi con un pie en la puerta.
- Claro.
- ¡Gracias! -Le sonrió rápidamente antes de regresar al pasillo con ______.- Muévete, ya sabes como es esta profesora.
- Ya lo sé, ya lo sé, no me apures. -La pelinegra empezó a caminar apresuradamente hasta el baño más cercano.
- ¡Eh, ________., no te escapes, te necesito en biología!

Maria no necesito ver el rostro de su mejor amiga para saber que se había sonrojado como un tomate ante el grito de Harry Styles, lo supo sin siquiera mirarla. Apresuró el paso para alcanzar a la chica hasta la puerta del baño, el cual estaba completamente desolado: Por supuesto, los demás ya estaban en sus salones.

- Vamos, que te pusiste roja. -Bromeó con ella, mirándose al espejo.
- ¡Cállate, no es cierto! -Le reprochó _______., aunque sí era completamente verdad- Sostén la puerta.
- Uy, pero es que el chico tiene un efecto en ti bárbaro. -Maria apoyó la espalda contra la puerta del sanitario mientras hablaba- Deberías haberte visto...
- ¡Si me hablas no puedo hacer nada!

Maria soltó una risa ahogada y se calló. Lo cierto es que conocía a Harry desde que empezaron el último año, pero no era amiga íntima del tipo. Le hablaba mucho menos que ________., quien lo hacia casi a diario, sin embargo, Harry llevaba meses comportándose mucho más bruto de lo normal. No que el chico poseyera una inteligencia extraordinaria, pero en las últimas semanas parecía haber salido de una familia de lobos ineptos. Por supuesto, eso le parecía normal a su amiga, pero a ella solo la irritaba.

- Ya. -Gritó su amiga, empujando suavemente la puerta. Maria se apartó.- ¿Tú cerraste la puerta?
- ¿Qué? Yo no cerré nada, por el amor a crist... -La chica se volteó para observar la puerta del baño cerrada- Quizás fueron algunos inmaduros, solo lávate para irnos.
- Uy, estás de mal humor, cariño.

______. le sacó la lengua antes de dirigirse a los lavabos y abrió el chorro. No salió ni una sola gota de agua: No le sorprendía, era extraño cuando sí había agua en el Instituto. Soltó un suspiro de frustración e intentó inocentemente con otro grifo: Nada.

- Maria, ¿Tienes antibacterial en tu bolsillo? -Preguntó, girándose hacia su amiga.
- Si, lo saqué del bolso esta mañana. -La chica hurgó en el bolsillo de su falda hasta que la encontró- Toma.
- Gracias.

______. se echó un poco en la palma de la mano antes de extenderlo por el resto: Tenía un suave olor a mandarina. Cuando terminó se dirigió hasta los espejos para revisar como estaba su cabello; Maria la siguió unos pasos más atrás.

- Apresúrate, en serio, si llego tarde... -Comenzó, pero _____. negó con la cabeza.
- ¿Ya sonó la campana? -Preguntó, arreglándose un mechón de cabello detrás de la oreja.
- No, en realidad.

Maria ignoró completamente el encogimiento de hombros de su mejor amiga, se encontraba pensando en otra cosa. La campana de entrada ya debería haber sonado, y aún nada. Pasó por su cabeza que quizás no había luz, pues los bombillos del baño estaban apagados, pero de igual manera la campana funcionaba con o sin energía. No había terminado de atar todos los puntos cuando _______. guardó si peine portátil en el bolsillo del uniforme y sonrió.

- Listo, vayámonos. -Anunció.
- Justicia. -Maria se acercó a la puerta para abrirla, pero esta presentó resistencia; se negaba a abrir.
- ¿Qué pasó?
- Nada, no sé porque les emociona dejar encerrada a alguien. -La chica golpeó la puerta con la mano- ¡Abran, estamos aquí adentro!

Casi al mismo instante en que terminó de gritar un gran temblor las hizo retroceder. Al principio ninguna de las dos entendió bien que rayos estaba pasando. No era normal que temblara, no así, de la nada. Maria despegó la mano de la puerta, echándose hacia atrás junto con _____. El temblor se hizo cada vez más intenso. Las puertas de los sanitarios se balancearon de un lado al otro, los vidrios de las ventanas cedieron, rompiéndose en mil pedazos. El estallido de los vidrios las hizo tirarse al suelo y cubrirse la cabeza con las manos al tiempo que soltaban un grito al unísono. De repente, todo se volvió completamente oscuro, como si la luz del sol se hubiera apagado por un interruptor gigante. El miedo las invadió al instante. Las puertas parecían a punto de salirse de sus marcos, los lavabos tintinaban por dentro y el suelo no dejaba de temblar bajo ellas. Solo estaban esperando el derrumbe; de seguro quedarían atrapadas, pero el piso no cedió.
_______. intentó gritar al igual que Maria cuando un sonido gutural salió de la nada, pero no pudieron emitir grito alguno. Un peso aplastante las hundía contra el suelo, cortando su suministro de aire. Se ahogarían, aplastadas por algún tipo de gravedad mil veces más grande que la normal.
Pero justo cuando sus pulmones parecían a punto de estallar: Todo acabó. El peso invisible fue retirado de sus pechos, las puertas dejaron de tambalearse y el suelo de temblar. Todo quedó en un inmenso silencio en menos de dos segundos.
Maria se levantó de un salto. Tenía la frente llena de sudor y al igual que _______., una expresión de confusión y temor pura.

- ¡¿Qué mierda pasó?! -Grito _______., corriendo hacia la puerta- ¡Quiero salir de aquí, quiero...!

Maria estaba a punto de gritarle que no lo hiciera, que no abriera la puerta, pero era demasiado tarde. _______. abrió la puerta, y lo que fuera que había allá afuera; no era el Instituto.

por Invitado Jue 05 Sep 2013, 9:35 pm

Woooow me encantó
Que habrá del otro lado de la puerta? Quiero saber ya jajaja ok no
Está increíble
Siguela pronto
Bye

por **Letswalkinthesun** Vie 06 Sep 2013, 7:30 pm

¡Muuchas gracias, Maria! jahsjsh, que bueno que te gustó el primer capítulo, en serio <3.
Ya pronto sabrán que hay detrás de la puerta(?).
Besos xx.

por **Letswalkinthesun** Vie 06 Sep 2013, 8:04 pm

Capitulo 2.

Afuera todo era completamente negro como el alquitrán. No había cielo, ni suelo, solo negrura a donde fuera que miraran. Era como sí todo lo que existiera más allá de la puerta fuera un espacio infinito sin ocupar. La idea le causó nauseas a ________., quien se echó hacia atrás, tapándose la boca detrás de las manos. Su cerebro le hacia demasiadas preguntas, una tras otra. ¿Qué rayos había pasado? ¿Donde estaban? ¿Se habría desmayado y todo eso era un sueño? Quería creer la última pregunta pero un grito ahogado de su amiga la hizo desechar la idea: Maria estaba igualmente de confundida que ella.
Cerró la puerta como sí la misma estuviera en llamas y ladeó la cabeza para verla con una mirada llena de terror en los ojos.

- ¿Qué...? -Comenzó la chica pero se calló- El temblor.
- ¿El temblor? -________. despegó las manos de su boca, atreviéndose a hablar- Maria, no creeras qué...
- ¡No sé que creer! -Maria negó con la cabeza, deslizándose por la pared hasta caer sentada en el suelo- El temblor empezó, todo comenzó a moverse, los ruidos... Y ahora, bueno, ahora estamos aquí.
- Maria...

Ella también podía sentir la desesperación creciente en su garganta, al igual que su mejor amiga. Ambas sentían lo mismo: Un irrazonable miedo mezclado con la desesperación de no saber que rayos estaba pasando. Pero ninguna se atrevía a decirlo. La castaña apretó las rodillas contra su pecho y sollozó en silencio, debía controlarse, pero necesitaba soltar todo primero. _______. siguió su ejemplo, y aunque no lloró, se sentó junto a su amiga, intentando descifrar como podían seguir adelante, sí es que había un adelante, claro.
Pasaron los minutos sin que ninguna de las dos dijera absolutamente nada. Se limitaron a callarse los gritos, el miedo y la ansiedad, al menos por ahora. Maria se limpió las lágrimas aún húmedas de la mejilla unos minutos después y se levantó de un salto.

- Hay que salir. -Dijo al fin, aunque su voz flaqueó.
- ¿A donde? Allá afuera no hay nada. -_______. también se puso de pie. Tenía la cara hinchada, roja por aguantar las lágrimas- ¿No sería mejor...?
- ¿Quedarnos aquí? -La chica negó con la cabeza- _______., tenemos que salir. Ver que demonios hay allá afuera.

Ambas dirigieron su mirada directamente hacia la puerta que estaba nuevamente cerrada. Sabían que no se podrían quedar allí, en un baño, o lo que solía ser el baño del Instituto para siempre, eventualmente necesitarían salir. ¿Y para qué prolongar lo inevitable? No podían sobrevivir allí, y, honestamente, la idea de seguir encerradas les causaba solo más miedo irracional: La única respuesta lógica era salir. _______. asintió levemente con la cabeza, aceptando el hecho inevitable y Maria hizo lo mismo antes de recogerse el cabello en una coleta alta. Se acercó a paso lento hacia la puerta, con cuidado hasta que tuvo la mano sobre la perilla. Toda la situación se sentía tan irreal que pensó que despertaría en su cama, chillando por una horrible pesadilla y eso sería todo. Pero la perilla bajo su mano era completamente real. Tomó un largo suspiro y abrió la puerta.
Un torbellino de colores rojos y naranjas la invadieron; de repente la oscuridad había cobrado vida. Su primer instinto fue echarse hacia atrás, pero ________. la había empujado por la espalda, haciéndola abandonar el baño.

- ¡Corre! -Gritó la chica, saliendo disparada del baño.

Maria no tuvo tiempo de preguntar porqué; una explosión a sus espaldas fue razón suficiente para correr detrás de _______. como alma que lleva el diablo. No eran fuegos artificiales los que inundaban el cielo de ese lugar, eran bombas. Montones de bombas explotando por doquier. Gracias a la débil luz que proporcionaba el fuego se percató de que estaban en una calle. Una especie de boulevard abandonado; o destruido, no podía decir exactamente cual de los dos. ________. se escabulló por una calle paralela y ella la siguió hasta que su amiga se detuvo. El ruido de las explosiones sonaba aún a lo lejos, pero al menos ninguna otra bomba había explotado donde estaban ellas.

- El baño, desapareció. -Dijo entre jadeos ________.- Cuando saliste, cuando pisaste afuera de el... Se convirtió en una habitación abandonada. -Su respiración era irregular: ella no solía correr de esa manera.
- ¿Donde estamos? -Maria alzó la cabeza; debían estar en algún edificio abandonado.
- No lo sé. En mi vida había visto unas calles tan...

Pero no pudo terminar su oración. Unos pasos acompañados de gritos tan llenos de dolor como ellas nunca habían escuchado las paralizaron. Provenían de ese mismo edificio. La sangre se les congeló en las venas, nunca, ni siquiera en las horribles películas de suspenso más intensas habían escuchado unos gritos como aquellos. Estaban llenos de dolor, de temor... De muerte. Cuando sus sentidos les permitieron reaccionar lo siguiente que escucharon fueron pasos; pasos de algo o alguien viniendo hacia ellas. A hacerlas gritar de igual manera.
Esta vez Maria reaccionó antes y tomó a ________. por el brazo. No tuvo tiempo de pensar, ¿Qué era mejor, salir al pandemónium que era todo allá afuera o seguir dentro del edificio? Afuera era mejor. La jaló del brazo, trayéndole con ella hacia la salida. Corrieron sin saber a donde se dirigían, sencillamente querían alejarse de los gritos y las bombas, pero cada calle se encontraba igualmente destruida que la anterior. Restos de tela, comida, muebles, se encontraban esparcidos en el suelo de cemento. Les dificultaba la huida cada vez más sortear el montón de porquerías en su camino.
No sabía cuantas calles habían recorrido pero Maria se detuvo, apoyando las manos de sus rodillas en una arcada terrible.

- Maria, ¿Te sientes bien? -________. la tomó por los hombros, intentando enderezarla, pero fue inútil.
- Yo no... Yo no desayuné, no tenía hambre en la mañana. -Murmuró la castaña antes de doblarse sobre rodillas gracias a otra arcada- Dame un segundo.

Solo necesitaba reponerse, tomar una bocanada de aire y seguir corriendo. Sin embargo, su cuerpo ya estaba exhausto, al igual que el de _______.. Ambas tenían heridas por cortes de las cosas que salieron volando en la explosión, igual que la falda del colegio destrozada a jirones en la parte baja. Sus rostros estaban empapados de sudor, no sabían como seguirían corriendo. Maria se repuso lo mejor que pudo y con la ayuda de ________. se levantó del suelo, algo pálida.

- Necesitamos encontrar un lugar, al menos por ahora. -Dijo ______., ya no corrían, ahora caminaban.- No puedes seguir así, estás mal, necesitas comida, agua...
- ______... -Intentó decir, pero la chica siguió hablando.
- Y algo para la cortada de tu pierna. Yo también la tengo, pero no me duele, tú estás pálida. Dios, ¿Cómo saldremos de aquí?
- ¡_______.! -Gritó Maria, deteniéndose súbitamente.- Allí hay una casa.

_______. digirió su mirada hacia la pequeña casa de una sola planta, de forma redonda, que había a solo una calle de ellas. Estaba, igual que todo lo demás, raída y sucia, pero al menos se mantenía en pie ante las bombas. Al parecer, el bombardeo se había detenido, o siquiera no estaban apuntándoles bombas justo en sus espaldas. Asintió con la cabeza y, ayudando a su amiga, caminó hasta la entrada de la peculiar casita. No esperaba encontrar agua, comida o un radio con su canción favorita tocando; se conformaba con un lugar en donde dormir y esperar a que saliera el sol. La puerta estaba abierta de par en par así que pasó de largo y la cerró detrás de ella. Su sexto sentido le advirtió que quizás había alguien allí, pero todo estaba tan silencioso que borró la idea de su mente.

- Voy a ver si hay agua, o algo de comer. -Le dijo a Maria, la cual se sentó en un sofá casi completamente destruido; seguía pálida.
- No vayas tu sola.
- Tú estás a punto de desmayarte, así que cállate y espera por mí. Además, la cocina está allí mismo.

Maria se calló la replica que iba a decir y se limitó a recostarse del raído sofá. Por el otro lado _______. se armó de valor y caminó hacia la primera habitación de la casa, que ella suponía, debía de ser la cocina. Bajó la mirada hacia sus piernas. Era tan irreal ver aún la falda de su uniforme, se sentía lejana y extraña, como sí hubieran pasado diez años en menos de tres horas. Estaba exhausta, su cuerpo le pedía a gritos un descanso y su alma también. Era tanto lo que había pasado en menos de un día que ni siquiera las lágrimas que estuvo conteniendo le servían para calmarse; solo podía seguir adelante.
Tenía razón, era la cocina. Estaba tristemente alumbrada por una vela a punto de terminar. Paseó la mirada primero por la habitación y cuando se aseguró de que no había nadie, pasó. El olor la golpeó inmediatamente en la nariz. Un olor prominente a putrefacción. Llevó sus manos hasta la boca, resistiendo el creciente deseo de vomitar y con mucha fuerza de voluntad, se resistió.

- ¿Sigues viva? -La débil voz de su amiga le llegó a los oídos desde la sala.
- ¡Sí! -Le respondió al tiempo que abría la nevera.

La comida estaba completamente dañada, llena de moho y otras cosas innombrables. Se echó hacia atrás como si la puerta contuviera electricidad y, sin poder aguantar más, vomitó. Por suerte, no había mucho en su estomago, así que no hizo ningún desastre. Se limpió la boca con el dobladillo de la falda. Quizás por casualidad, o por otro motivo, su mirada se fijó en algo que al principio no pudo creer: Garrafas de agua. Tres garrafas llenas con agua completamente limpias yacían a un lado del fregadero. Fue tanta su impresión de haber encontrado agua que apenas pudo creerlo cuando destapó la primera y bebió un sorbo: Sabía a cielo.

- ¡Maria encontré agu...!

Un grito proveniente de la sala de estar le congeló la sangre. Su amiga, la habían herido. Dejó la garrafa de agua y salió disparada hacia la sala, pero la luz era tan pobre que no podía ver a Maria. ¿Alguien había entrado a la casa? No era posible, ella no escuchó nada. Abrió la boca para gritar, para llamar a su amiga, pero algo la cubrió, callándola. Intentó resistirse, forcejando con quien fuera que la estaba reteniendo, pero al instante la negrura la envolvió y fue incapaz de moverse.

por **AliiDeTomlinson** Vie 06 Sep 2013, 8:05 pm

o: o: queee?!
Pasate por mi Novela :3 https://onlywn.activoforo.com/t59359-cuando-yo-era-feliz#3075314

por Invitado Vie 06 Sep 2013, 8:26 pm

Me encantó
Que extraño lugar
Siguela pronto linda
Bye
Besos

por **Letswalkinthesun** Dom 08 Sep 2013, 10:43 pm

Hola chicaas! Espero que estén muy bien hoy<3. No había podido subir capítulo porque estaba corta de tiempo y sé es como tarde para hacerlo, pero igual lo subiré.
Muchas gracias por leer<3.
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aow jshsjshs, lo sé, mucha intriga! Gracias por leer n_n. Btw, ya me pasé por tu novela :D.
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¡Qué bueno que te gustó el cap! De verdad gracias por leer y comentar. Beesos xx.

por **Letswalkinthesun** Dom 08 Sep 2013, 11:07 pm

capitulo 3.

Su cabeza estaba a punto de explotarle, le dolía, le dolía horriblemente. La última vez que su cabeza le había dolido de tal manera fue justo antes de enterarse de que necesitaba usar lentes. Se sentía ajena a su cuerpo, como si su mente estuviera esparcida a millones de kilómetros de ella. Un suave olor la distrajo de sus pensamientos, al principio le costó identificarlo hasta que por fin logró conseguirle un nombre: Lavanda. Olía a lavanda. Primero el olor le llegó con suavidad, luego cada vez con más y más intensidad hasta que sintió que se ahogaría en el dulzón aroma. Pocas veces había olido la lavanda, de hecho, conocía el olor gracias al jabón para la ropa que usaba su mamá cada vez que lavaba su uniforme escolar. El uniforme, el baño, el temblor, las bombas... Todas las imágenes llegaron una tras otra en un torbellino en su mente. Todas pasaban tan rápido ante sus ojos que en un punto se sintió mareada. Volvía a revivir el horror.
Un grito ahogado salió de su garganta al mismo tiempo que abrió los ojos. Una luz cegadora se apoderó de su vista por unos segundos hasta que después de varios parpadeos logró acostumbrarse; no era una luz: Era el sol. Estaba en algún tipo de habitación con las ventanas rotas, de allí provenía tanta luz. La cabeza le ardió terriblemente, diciéndole a gritos que aún le dolía. Quiso llevarse las manos a la cara, cuando lo intentó se percató de que estaba atada por un tosco nudo de las manos. Bajó la mirada un poco más. Más abajo de su falda, cerca de la rodilla, tenía una cortada llena de algo blanco. ¿Su pierna se estaba pudriendo? La idea la aterrorizó y gritó nuevamente. No sabía a quien le gritaba, o a qué, pero nada de aquello se sentía bien.
Siguió recorriendo la habitación en la que se encontraba con la mirada, carecía totalmente de mobiliario, a excepción de la cama en la que estaba y... Su amiga. No se había percatado de que Maria también estaba allí. La pelinegra estaba inconsciente, pero viva, lo podía notar por el leve movimiento de su tórax. También llevaba la pierna llena de algo blanco allí donde tenía la herida y seguía con el uniforme del colegio. Quería llegar hasta ella, saber si estaba bien, pero una punzada de dolor proveniente de su propia pierna la hizo gritar.

- Shh, calma. -Alguien entró a la habitación, pero no logró reconocerlo: Estaba demasiado cansada- No se supone que debías despertarte aún.

________. alzó la cabeza, intentando decir algo, pero no lo consiguió. Apenas había logrado entreabrir los ojos y ver una maraña de cabellos castaños cuando sus ojos se cerraron nuevamente y una suave ola de inconsciencia se la llevó de regreso. Maria quería con todas sus fuerzas abrir los ojos; había escuchado a su mejor amiga gritar una y otra vez. Sí bien su cerebro seguía bajo los efectos de algún tipo de anestesia, sabía que no estaba bien. ¿Qué era lo último que recordaba? Haber sido arrastrada por alguien. No, arrastrada no; llevada por alguien. Eso era lo último que su atontada mente podía recordar. Le dolía cada centímetro de su cuerpo, y no era para menos. Recordaba todo lo que había pasado en un día. En un momento estaban en su colegio, y al siguiente en ese asqueroso lugar, destrozado por las bombas y el paso del tiempo. Corriendo entre escombros hasta... Hasta que se las tragó la oscuridad. No podía recordar cuanto tiempo llevaba así: Dormida, o lo más parecido a eso. ¿Dos días, quizás más? Lo cierto es que sí bien quería salir de allí, comunicarse, abrir los ojos, mover las piernas; fuera lo que fuera que le estaban dando hacía que el dolor bajara de intensidad poco a poco. Su mente intentó mantenerse activa un rato más, conectando toda la información que tenía hasta el momento, pero sucumbió ante la debilidad y dejó que la anestesia se la llevara de regreso.

- ¿Se despertaron? -El chico se apoyó en la baranda rota de la escalera. Su rostro estaba lleno de polvo y sangre.
- No. ________. se despertó, pero le ajusté la anestesia nuevamente. -Le aseguró el otro antes de extender la mano- Gracias.
- Avísame cuando despierten, o si necesitan algo más. ¿Vale? -El chico desenfundó su arma antes de estrechar la mano del otro. Caminó hacia la puerta y se detuvo para agregar:- Trata de no soltarles toda la información de un solo sopetón, ¿Sí?
- Trataré. -Le aseguró con una sonrisa. Hacía mucho que no sonreía.- Cuídate.
- Tu también, Harry.

Abrió los ojos poco a poco, con miedo. Pensó que algo llegaría para nublarle la visión, devolverla a la oscuridad, pero no pasó absolutamente nada. María se incorporó con lentitud a la cama destartalada en la que se encontraba. Su pierna ya estaba sana, aunque con una horrible cicatriz de al menos cinco centímetros de larga. Ya su cabeza había dejado de dar vueltas. Aún le dolían varias partes de su anatomía, pero era un dolor bastante soportable; el tipo que te da después de una clase intensa de ejercicio cardiovascular. El sol brillaba en lo alto del pedazo de cielo que podía ver desde la ventana rota de la habitación. No se molestó en gritar el nombre de su amiga, la localizó al instante. Estaba a solo unos pasos de distancia, en la cama contigua a la suya. Ella seguía bajo los efectos de los somníferos, o al menos eso parecía. No sabía porque, pero por algún motivo no se sentía amenazada ni en peligro de muerte, así que se levantó de la cama con mucho cuidado y caminó por la habitación. Alguien tuvo la amabilidad suficiente de depositar sus zapatos colegiales en una esquina del lugar. Se los colocó antes de seguir caminando. En realidad, no había nada en la habitación además de las camas, pero sentía que si no caminaba pronto olvidaría como hacerlo. Se acercó hasta la ventana; el día afuera era brillante, con el sol en lo alto y ni siquiera una sola nube. ¿Qué hora sería de regreso en su lugar? Quizás era de día también, o ya el sol se había puesto ¿Ya habrían notado su ausencia? Podía seguir haciéndose preguntas sin respuestas pero un quejido la distrajo.
________. se incorporó lentamente en la cama, en su rostro brillaba la confusión.

- ¿Mar...? -Tosió un par de veces- ¿Maria, estás bien?
- Sí, ¿Y tú? -Maria se acercó, evaluándola con la mirada. Además de lo increíblemente confundida, se veía bien.

________. asintió con la cabeza al tiempo que se levantaba de un saltito rápido. Se sentía muchísimo mejor que la última vez que abrió los ojos. Le echó un rápido vistazo al corte debajo de su rodilla: Estaba casi completamente borrado. Dio un par de pasos hacia adelante, el piso frío se sentía extraño bajo sus pies.

- Espera, tus zapatos deben estar por algún lado también. -La castaña buscó con la mirada hasta que los encontró en la esquina contraria- Toma.
- ¿Tu... Yo...? -_______. cogió los zapatos y negó con la cabeza- Por favor, dime que sabes que rayos pasó, como terminamos aquí. -Le pidió, sentándose para colocarse el calzado.
- No se nada. -María se encogió de hombros- Me desperté hace solo tres minutos o menos, vi mis zapatos y me los puse; eso es todo. Ah, y que me siento mejor.
- Yo también. -La pelinegra le dio un taconazo al suelo para terminar de calzarse el zapato izquierdo y se levantó nuevamente- Recuerdo haberme despertado antes, no sé... Puede que haya estado soñando, pero vi a alguien.
- ¿A alguien? ¿El o la cosa que nos trajo aquí?
- Ajá. Era humano, por cierto. -_______. se sentía extrañamente ligera; aún la situación era rara y retorcida, pero con estar despierta, en pie y junto a su mejor amiga era ya algo bueno.

Se quedaron en silencio unos segundos. Ninguna de las dos sabía que más decir, ya que no poseían más información. Solo les quedaba una cosa que hacer y eso era salir de la habitación, ver que había más allá.

- ¿Crees que nos maten? -La primera en hacer la pregunta en voz alta fue la castaña. No era algo agradable, pero era una opción.
- No... No. -Dijo _______. con convicción- Nos mantuvieron vivas y en una pieza, ¿Para que matarnos después de todo eso? Ya tú estabas moribunda cuando nos agarraron.
- Entonces hay que salir. -María tomó una larga bocanada de aire y dio un paso hacia adelante- Vamos.

Caminaron fuera de la habitación, saliendo a un pasillo largo con dos puertas a los costados. Las paredes eran de un color verde claro, y las puertas de madera. Intentaron abrirlas, pero ambas se encontraban cerradas con llave, así que siguieron adelante. No se les ocurrió agarrar algo para defenderse, aunque honestamente no había absolutamente nada que agarrar, incluso si hubieran querido ir armadas. Se encontraban en una casa, que en sus días buenos debió estar habitada por una familia grande, pues era extensa y costaba de dos pisos. Bajaron las escaleras con cuidado, tratando de hacer el menor ruido posible al pisar los peldaños. Cuando pisaron el rellano de la planta baja un ruido proveniente del pasillo más cercano les llamó la atención. Sonaba metálico, sordo.
______. ya estaba en la entrada del pasillo cuando María la detuvo por el brazo.

- ¿A donde vas? ¿Quieres ir directamente hacia el ruido? -Preguntó entre susurros.
- Sí. Mira, estoy a tres segundos de volverme loca, si alguien está haciendo ese ruido, yo quiero saber quien es. -Le respondió la chica, con la mirada clavada en el corto pasillo.

En eso tenía razón: Ella también se volvería loca o quedaría en estado de shock por el resto de su vida si no obtenía una respuesta. Siguió como una sombra a su amiga por el pasillo, apenas respirando. Con cada paso que daban el ruido se volvía más y más intenso, retumbando en sus oídos dañados por las bombas. A medida que se acercaban hacia la puerta entre abierta al final del pasillo su corazón empezó a palpitar mucho más de prisa. ________. se empezaba a cuestionar si en realidad deseaba tanto saber quien o que hacia ese sonido. No tuvo tiempo de pensarlo bien, o echarse para atrás, pues la puerta fue abierta de par en par en menos de un parpadeo y alguien apareció, cargando un arma entre las manos.

- ¡Joder! -El chico enfundó el arma nuevamente, con una expresión de alivio en su rostro- Así que ya se despertaron.

Tanto _______. como María se quedaron sin aliento, les tomó unos buenos segundos volver a conectar todo tipo de pensamientos coherentes hasta que por fin la pelinegra habló.

- ¿Harry Styles?

por Invitado Lun 09 Sep 2013, 5:33 pm

Hola
Lamento no haber comentado antes pero aquí estoy
Me encantó en verdad la amo, adoro como escribes y tu novela también
Siguela cuando puedas
Bye
Besos

por **Letswalkinthesun** Lun 09 Sep 2013, 5:49 pm

¡Holis Maria! No te preocupes por eso!
Wow, muchas gracias, de verdad<3. Siempre quise subir esta novela al foro y lo seguiré haciendo, ajshsj.
Muchas gracias, eres un amour. Besos xx.
Subiré cal siguiente capitulo en unos minutitos.

por Invitado Lun 09 Sep 2013, 5:53 pm

Lo esperaré con ansias Alternos. [Harry Styles, Niall Horan & tú] 1857533193

Si yo también sentia esa necesidad de escribir y que todo el mundo supiera jajaja besos
:bye:

por **Letswalkinthesun** Lun 09 Sep 2013, 6:33 pm

Capitulo 4.

El olor a huevos revueltos, tocineta recién hecha, jugo fresco de mora y pan les hizo un hueco en el estomago al instante. Parecía que la última vez que tuvieron comida en sus bocas hubiera sido hace siglos. Tenían la boca y las manos ocupadas, intentando engullir todo lo que había en el plato, con cada bocado que daban mejoraban poco a poco. María una vez había leído que el ser humano solo puede soportar una semana sin comer; aunque ella solo llevaba dos días, se encontraba hambrienta. Ninguna de las dos se molestó en hablar, no hacia falta. Estaban sentadas sobre unas destartaladas sillas que amenazaban con caerse junto a una mesa que sostenía el resto de la comida. Algún día sus madres les dijeron que nunca aceptaran nada de un extraño, pero después de todo, el que preparó todo aquello no era ningún extraño.
Harry Styles bebió un sorbo de café negro y amargo sin retirar la vista de las chicas. Le llevó meses acostumbrarse a la soledad, a tener que desayunar, almorzar o cenar sin nadie más que su propia sombra. Sabía que no debía quejarse, era uno de los pocos afortunados que tenía asegurada sus tres comidas diarias, sin embargo, cambiaría cualquier banquete por un par de horas de charla amena con amena. La soledad fue algo a lo que, sin duda, le costó acostumbrarse, pero lo logró. El circulo de personas que conocía era tan pocos que a veces volvía sentirse tan solo como en un principio. Así que, tenerlas a ellas dos desayunando frente a él era algo fuera de lo común, que estaba disfrutando por el momento.
_______. estiró la mano para agarrar el vaso lleno de jugo y tomar un sorbo. La comida le sabía a cielo puro, pero necesitaba empezar a hacer preguntas. Sin embargo, cuando abrió la boca, no supo que decir. María tragó rápido y fue la primera en hablar.

- ¿Eres Harry Styles? ¿El Harry Styles que estudia con nosotras? -Preguntó; su plato ya estaba completamente vacío así que fijó su atención en el castaño.

Él asintió con la cabeza por cuarta vez.

- El mismo. -Les aseguró nuevamente.
- Estás mintiendo. -Esta vez _______. si consiguió articular palabra- No eres él, no puedes ser él. Harry Styles estaba con nosotras antes que todo pasara... -La pelinegra frunció el ceño- ¡Él, tu... Él me gritó antes de entrar a biología!
- ¿Biología? Hace cuatro meses que no sé nada de esa clase. -Dijo el chico, encogiéndose de hombros.

María observó su piel tersa y levemente dañada por el sol, así como también las casi invisibles líneas de cortes pasados. De repente, el castaño le pareció diez años mayor de lo que era. Negó con la cabeza, algo no iba bien entre todo eso. Nada, en realidad.

- ¿Cuales son nuestros nombres? -Preguntó- No nos has llamado por nuestro nombre.

El castaño pareció algo sorprendido por la repentina desconfianza, pero se recuperó al instante. Tomó un sorbo más de café antes de levantarse de la silla en la que se encontraba.

- Tú te llamas María. -Dijo. Su voz era lenta, suave, tersa. Señaló rápidamente a la castaña- Te sentabas a cuatro puestos delante de mí. Y tú -Miró a ______., clavando su mirada en la pelinegra- Eres _______. Me sentaba detrás de ti en todas las clases. Ambas se la pasan juntas, todo el tiempo. ¿Qué más quieren que les diga para que me crean?

Ambas se habían quedado con la sangre fría en las venas al escuchar su respuesta: Era él. Era el mismo Harry Styles que una vez se copió de María en un examen de física, el mismo que todas las clases de deporte hablaba al menos diez minutos con _______. El mismo que se la pasaba riendo todo el tiempo. Pero había cambiado tanto... Se veía mucho más fuerte, más serio. Implacable. _______. se percató de que por alguna razón estaba llorando y se limpió las lágrimas rápidamente.

- ¿Cómo terminaste aquí? -La voz le flaqueó, pero no le importaba- ¿Desde hace cuanto estás en este...?
- Mundo. -Harry se pasó una mano por los cabellos castaños- Llevo ya unos cuatro meses en este lugar. Terminé aquí de la misma manera que ustedes, alguien me trajo.
- ¿Alguien te trajo? -María lo miró incrédula.
- No puedes entrar a este mundo si alguien no te llama, o te busca. Hasta lo que sé, esta es otra dimensión, otra que no nos pertenece. Alguien me buscó y me trajo aquí, igual que a ustedes.
- ¿Quién? -Preguntó ________.
- Ustedes. -El castaño hizo una pausa, soltó un largo suspiro, preparándose para contar todo lo que sabía y continuó- Todos existimos en estos mundos... Alternos. Ustedes existen en este mundo también, mismo nombre, estructura física, idénticos por fuera, pero por dentro son todo lo contrario. Como un álter ego. Y ellas las arrastraron a ustedes hasta aquí.

Era como estar encerrados en una burbuja que los aislara del resto del mundo. Ambas se encontraban completamente absortas en el relato del chico. ¿Cómo era posible todo aquello? Ni en sus fantasías más retorcidas podrían haberse imaginado tal cosa.

- ¿Por qué hicieron eso? -María se retorció en su asiento, repentinamente se sentía inquieta.
- No puedes distorsionar el orden. Sí sacas a una persona de su mundo, tienes que introducir a otra. Ustedes están aquí porque ellas están allá. -Harry empezó a caminar por la cocina- Quieren algo, pero no sé que es.
- ¿Cómo...? -_______. también se había levantado- ¿Cómo nos encontraste?

El chico dejó su caminar frenético cuando escuchó la pregunta de ella y volteó para mirarla. ______. también se percató de la dureza y firmeza que había adquirido su mirada. Tanto, que le recorrió un escalofrió a lo largo de la columna.

- Aquí hay toque de queda. No se supone que nadie debe salir después que se pone el sol, atacan los puntos donde ven movimiento. Todo este lugar esta custodiado. Y si no eres de aquí o no sabes lo que sucede, te capturan. -Hizo una pequeña pausa- No siempre bombardean, no lo hacen a menos que halla movimiento. Desde hace un mes hago la misma rutina, dejo en varias casas agua, comida y una vela. Si son aliados, apagan la vela como mensaje de que llegaron sanos. Cuando las vi entrar no sabía que eran ustedes, y al ver que no seguían la señal entré. Luego las identifiqué y las dormí para poder traerlas hasta acá, ambas estaban moribundas cuando las encontré.
- Harry... -Dijeron al unísono, pero el chico levantó la mano.
- No me tienen que agradecer, aún falta un largo camino. -Se acercó a ellas, retiró los platos y los dejó en el fregadero- Hay que buscarles ropa, y enseñarles el lugar antes de seguir moviéndonos.
- ¿Hacia donde? -Preguntó Almari, siguiendolo con la mirada.
- Ya verán.

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