Alternos. [Harry Styles, Niall Horan & tú]

El viento de la tarde le pegó en la mejilla, refréscandola. Había salido sin hacer ruido, sin avisar, pues el ambiente adentro la sofocaba horriblemente. Desde hacía varios días que todo estaba increíblemente tranquilo, sereno, al punto de resultarle aburrido. Y aquel día no era ninguna excepción. Había transcurrido la mayor parte del tiempo, encerrada en el nicho sin hacer más que andar de un lado hacia el otro, interrumpiendo cada media hora más o menos a verificar como seguía ______., la cual se negaba a abandonar su habitación. Ni siquiera tuvo la oportunidad de hablar con Craig o Niall, pues ambos habían partido temprano en la mañana, dejándolas solas. No era agradable, de hecho, empezaba a sentir un sentimiento extraño en el pecho. Era absurdo, ridículo, en realidad, sentirse de esa manera, pero aunque intentara olvidarlo, no podía. El sentimiento estaba siempre constante en su pecho, como una luz titilante a punto de apagarse. Pequeña, vibrante, movediza, pero nunca extinta.

Soltó un suspiro alargado al tiempo que rozó la superficie del agua con la yema de los dedos, pensativa. Estaba sentada en la antigua fuente, a unas calles de lo que solía ser el Refugio. Probablemente no debió haber abandonado el nicho sin aviso, y menos a punto del atardecer, pero una parte de ella, una recóndita  rogaba por conectarse a algo sólido que le recordara lo que vivió allí antes de que todo cambiara. Y la fuente representaba eso para ella. A diferencia de todo lo demás; eso seguía intacto. Seguía agrietada por un lado, sucia en los cimientos y con agua de lluvía acumulada adentro. Además, a tan solo una cuadra más abajo estaba el límite entre lo que había sido restaurado y lo que no. María apenas podía ver una pequeña parte del resto del lugar que seguía en ruinas, pero se notaba a leguas la diferencia. Donde ella se encontraba todo estaba limpio, en una sola pieza, en cambio allí estaba todo destruido. Tal cual como la primera vez que tanto ella como ______. pisaron ese sitio. Asustadas por las explosiones  pensando que estaban a punto de morir. Era extraño que se sintiera más relacionada a ese mundo de caos que a como estaban las cosas: En orden. De cualquier modo, se había escabullido del nicho hacia más de una hora. Al principio no sabía para que, pero ahora estaba bastante claro que había salido para intentar absorber todo, aceptarlo tal como es. Estaba bastante segura que Niall no le reprocharía nada, después de todo, tal como él había dicho unos días atrás "No había nada que temer".

Se apartó un mechón del rostro, atrapándolo entre la coleta y se levantó. El sol se metería dentro de unos pocos minutos y aún no se sentía lo suficientemente confiada como para permanecer allí afuera completamente sola. Aunque, ahora que lo pensaba, no había visto a nadie. No había visto a nadie más que Niall y Craig. Con ese pensamiento distrayendola, sin darse cuenta, dobló por la calle equivocada. María se detuvo unos veinte pasos más allá, cuando se percató hacia donde había tenido a parar: En el preciso límite. La sangré pareció helarse por una fracción de segundo, dejándola completamente quieta, sin moverse ni un centímetro más. Algo le decía que era mejor que se devolviera, regresara sobre sus pasos hasta la fuente y cogiera por la calle correcta, pero había una energía que la llamaba, que la incitaba a traspasar el límite. Sin volverlo a pensar. Pasó.

Unas ramas secas tiradas sobre el concreto agujerado sonaron bajo sus pies al pasar. Avanzó unos cuantos pasos hacia la derecha, sin querer adentrarse entre las intricadas calles. Cada vez se alejaba más y más del limite, aunque si quería le bastaba con voltear y vería nuevamente de donde había partido. Mientras no se perdiera, iba bien. Con cada paso que daba se sentía más unida al sitio, se sentía como si nuevamente reconociera donde estaba. Le dolía ver la devastación  pero le era familiar. "Estás loca" pensó, pero apartó ese pensamiento. No; no lo estaba. Simplemente aquello lo conocía, lo demás no. Estuvo a punto de entrar en uno de los edificios a medio derrumbar cuando una voz la detuvo en seco.

Fue como sí la sacaran de un trance. De manera brusca se dio cuenta de que estaba en un área fuera de los límites, prohibida y que emanaba peligro. ¿Qué rayos había pensado? Quiso correr y alejarse, pero una mano la cogió del brazo, haciendo que se girara.

- ¡¿Qué haces aquí?! -La voz sonaba preocupada  Había un leve toque de regaño, pero la preocupación abarcaba todo lo demás.- ¿Estefania, que haces aquí?

La castaña enfocó la mirada, obligándose a calmarse. No estaba en peligro; era Niall. De repente cayó completamente sobre sí misma y sacudió la cabeza, aclarando sus pensamientos. El rubio pareció relajarse al ver que respondía. Sin embargo, no la soltó.

- ¿Me puedes decir que haces aquí? -Preguntó con voz más calmada.- Fuera de los límites.

- Yo... -María suspiró y recordó como fue a parar allí.- Salí de la casa, del nicho, hace horas y me senté en la fuente. Pero cuando me devolvía me perdí y terminé aquí.

- ¿Estás bien? -Niall la soltó y le acarició la mejilla derecha con la mano.- Perdón por gritarte, es que te veías perdida, desorientada.

- Sí, sí, estoy bien. -Le aseguró la chica, curvando una sonrisa. Aunque la verdad era que no lo estaba.

- Vale, regresemos entonces. No me importa que hallas salido de la casa, es completamente seguro, dentro de los limites, claro. -Conversó el rubio, echando a andar.

María lo siguió unos pasos más atrás. Aún seguía desubicada, algo perdida, incluso cuando regresaron a los limites del sitio, donde todo era nuevamente limpio y bonito. Como debería ser. La chica se percató de que no podía seguir así  ocultándole todas sus preocupaciones a Niall, tenía que hablar con él, tarde o temprano, por el bien de su salud mental. Se detuvo completamente justo frente a la fuente y se sentó. Niall se devolvió cuando notó que la chica no lo seguía y se sentó junto a ella. No dijo nada, sencillamente la rodeó por los hombros, apretándola contra él. María se acurrucó contra su pecho y cerró los ojos por unos minutos, era su momento de preguntarle.

Soltó un suspiro.

- Niall... -Murmuró, despegándose levemente para poder mirarlo al rostro.- Sé que pensarás que estoy mal, que estoy loca, pero, desde que llegamos hace ya cinco días, no me siento... No me siento en paz, ¿Sabes?

- ¿A que te refieres? -Preguntó, atento. Ella ladeó la cabeza.

- A todo esto. A que el lugar esté tan tranquilo, aburrido. No me acostumbro al silencio, a la rutina típica y callada de aquí. Sé que es estúpido, pero siento que algo no anda bien. -Alzó la mirada, sosteniendola en sus ojos azules.- Dime, ¿Por qué no he visto a nadie? Ni a un alma, Niall.

- Pues para empezar, no habías salido del nicho hasta hoy. -Comentó el rubio, sosteniendole la mirada sin vacilar.- Y segundo; hay toque de queda. Todo el mundo regresa a sus nichos antes del atardecer. 

- ¿Toque de queda? Pensé que dijiste que esto era seguro...

- Lo es, pero también te dije que no hay que confiarnos del todo aún. -Niall curvó una sonrisa y la atrajo hacia sí.- Por eso es que el limite está prohibido para la mayoría. No esta del todo registrado aún, hay partes peligrosas, edificios a punto de caer... No es seguro por los momentos.

- ¿Registrado? -María se revolvió, zafándose de su agarre.- ¿Qué estás buscando  Niall? ¿Por qué están "Registrando" todo?

El rubio apartó la mirada por una fracción de segundo, pero aquello fue más que suficiente para que Estefania conectara los puntos. De repente le fue terriblemente claro porqué tenía esa sensación de falsa seguridad, ese sentimiento de estar caminando sobre un piso transparente a una altura de muerte. Tuvo que controlarse más de lo que pensó para poder pronunciar palabra sin que el labio le temblara.

- Es por Hayley y Flizz, ¿Cierto? -Murmuró, sorprendida de que la voz no le hubiera temblado.- Oh por dios. Tu nos dijiste que Jack las había mandando directo al infierno, pero que no había cuerpo de la evidencia cuando lo vieron. Que solo estaba Jack. 

- Es solo una suposición. María, respira. -Niall le atajó el rostro entre las manos, obligándola a mirarlo.- Es cierto, cuando vimos la escena no estaban ninguna de las dos. Pero tampoco han aparecido en meses. Si no estuvieran muertas ya se hubieran mostrado. Y aún sino, alguien las tuvo que haber visto abandonando la batalla. Hey, escúchame  -Le acarició la mejilla con gesto tranquilizador.- Muchas cosas han pasado en siete meses. Muertes, reconstrucción, pero Hayley y Flizz no son una de ellas. Solo lo hacemos por precaución, eso es todo.

- Prométeme solo una cosa. -Dijo María, tranquilizándose  Él asintió.- Que pase lo que pase, me contarás todo. Sin ocultarme nada. ¿Vale?

- Vale. -Respondió Niall antes de plantarle un beso en los labios.- Vamonos, aun nos queda una parada y no será nada agradable.

- ¿Qué? -Preguntó María, levantándose para retomar la marcha.

- Hubo un herido, es el tercero en dos semanas. Vamos a visitarlo, ver que tal está y luego regresaremos. -Explicó Niall, caminando. 

- ¿Quién es?

- Marcus.