"The Secret" [Zayn Malik]

• Titulo: The Secret
• Autor: Estrella y yo Mayuri
• Adaptación: No, todo sale de nuestras cabezas
• Género: Crimen, Drama, Romance y Suspenso
• Contenido: Alto lenguaje, contiene escenas eróticas
• Advertencias: No lectoras fantasmas, no al plagio
• Otras páginas: Ninguna... Si la adaptas envíanos un MP

"The Secret"

Prologo.

El viento calaba hasta los huesos, topaba con mi rostro, revolviendo mi cabello, causándome escalofríos, secando mis lágrimas, secando mis labios.
Mi respiración era tranquila, sentía que era el único lugar donde me podía sentir tranquila, mi vista estaba fija en el horizonte, mientras mis pensamientos trataban de acomodarse, revolviéndose un poco más.
Vivir cada vez se me hacía más difícil, quizás respirar me costaba más, mantenerme en pie era casi imposible, todo se había ido a la mierda, todo mi perfecto mundo se cayó en mil pedazos desde que supe sus secretos.
Fue como si de pronto en el suelo hubiera aparecido un enorme pozo negro arrastrándome con el.
Voces, y más voces escuchaba en mi mente, recordando el pasado, fundiéndome en el presente, temiendo por el futuro, ¿Yo tendría algún futuro?.
La vida me era más difícil controlar, la vida de princesa nunca existió, siempre fue una ilusión, mis ojos solo veían la perfección, la curiosidad siempre me mantuvo a su lado, y el amor me unió más a el, eran como lazos apegándome a su lado, las mentiras, los engaños, los secretos.
"Me enfrentaría a todo el mundo, solo por ti" ¿Acaso me lo dijo enserio?, y yo de estúpida le creí.
Como enfrentar mis errores, errores casi mortales, como poder mantenerme de pie y decir Me enamore de un criminal.

Capítulo Uno.

Las gotas de lluvia caían fuerte contra mi rostro, mi vista era borrosa y los estremecimientos que inundaban mi cuerpo debido al viento que me abrazaba no ayudaba en mejorar mi situación. El olor que me inundaba era simplemente repugnante, yo era una explosión de olores horrendos; empezando por el sudor que emanó de mi cuerpo seguido por el café que manchó mi blusa esa tarde. 

El día no había sido el mejor, ya que me levanté tarde, no me duche ni desayuné como simple lo hago, y Alice -mi mejor amiga- me había cancelado por un nuevo chico que conoció, claramente no le había importado dejarme a mi sola mudarme a mi nuevo departamento.

Por fin está había sido mi oportunidad para mudarme de casa de mis padres, y no la iba a desperdiciar por el simple echo de que Alice no me quisiera ayudar en mi pequeña mudanza. Pero ahora que lo pensaba con claridad, bajo esta tormenta, y el horrible frío, sabía que había sido una tonta idea el mudarme. En estos momentos yo podría estar bajo el techo de la cálida casa de mis padres, con un café entre mis manos y la lap top en mi regazo. 

Suspiré con frustración y las lágrimas bordearon mis ojos. Las llaves de mi coche y las de mi departamento se encontraban adentró de esté, lo cual era tan estúpido tanto como yo lo era. Tenía un montón de cajas a mi alrededor, y tres de ellas las sostenía entre mis brazos. 

Todo era tan frustrante, y vaya que pensé regresarme a casa en un taxi, sin embargo estos ya no pasaban por las solitarias y oscuras calles de Londres, ya era más de media noche.

Tenía las ganas de gritar con todas mis fuerzas, mirar al cielo y suplicarle a dios porque me ayudará a salir de este enrollo, pero todos esos pensamientos se disolvieron cuando un coche se estacionó frente a mí, y luego de ello, la persona que estaba dentro de este bajo el vidrio.

—¿Necesitas ayuda?—Preguntó, y asentí con frenesí. Era un chico, tenía barba, y cabellos- supuse- negros, en realidad no se distinguía muy bien por la neblina.

Él pronto bajó del coche derrochando elegancia y sensualidad; y entonces lo distinguí perfectamente. Su cabello era azabache, su piel morena, y sus ojos -bajo está oscuridad- eran negros, sus labios eran finos y rosados, y vestía con unos jeans negros al igual que su camina con el logotipo de "Nirvana" en ella. 

Como tonta, me le quedé mirando por unos minutos y el carraspeó haciéndome volver a tierra.

—Em, si...las llaves se me han quedado adentro—El frunció su ceño.

—¿Te estás mudando?—Asentí con timidez.

—¿También las de tú departamento?—Volví a asentir, y me dí cuenta que estaba actuando como una completa idiota.

—Em, digo, sí, todo se me ha quedado adentro, mi celular, mis llaves, mi dinero...—El me sonrió, y me asqueé; pero no por el echo de que su sonrisa me pareciera repugnante, más bien, yo era así cuando un chico me gustaba, el me sonreía y hacia que mi estómago se revolviera al instante.

—Entonces saquemos las cosas—Asentí, y el fue a su coche para buscar algo en la cajuela, tiempo después volvió a mi lado y utilizó un gancho largo para meterlo en la cerradura y abrir en un santiamén la puerta del coche.

—¡Oh, gracias!—Exclamé con alivio, y el soltó una risilla que era tan sexy, como él.

Extendió sus brazos, dándome a entender que me ayudaría a cargar las cajas que yo sostenía, y sin más, acepté. 

Saqué mis posesiones del auto, y luego caminamos hasta mi departamento. Ahí, abrí la puerta, y me dí el lujo de mirar por un rato a mi alrededor, hasta darme cuenta que aún faltaban cajas por traer.

—Tengo que...—Comencé y el comprendió. Volvimos por las cajas faltantes y luego regresamos.

El paró justo en la puerta, y se trató de acomodar el cabello que caía de su frente naturalmente.

—Entonces, creo que serás mi vecina—Me sonrió, y sentí ese revolvimiento en mi estómago.

—¿Enserio?—Pregunté, y el asintió.

—Vivo justo en frente de ti—Señalo la puerta a sus espaldas.

—Em, bueno gracias...

—Zayn.

—Gracias, Zayn...—Le extendí una mano y el la tomó.

—Soy ____ Jackson—Murmuré presentándome.

—Bueno, me debo ir ____ Jackson, a sido un placer conocerte, hasta luego—Se despidió, y asentí sintiéndome estúpida otra vez.

—Em, a...¿Zayn?—El me miró, y distinguí mejor sus ojos; no eran negros, eran ámbar.

—¿Sí?

—Tú...¿quisieras quedarte y tomar un café, digo, por la ayuda?—El me sonrió, y negó.

—Debo irme, lo siento.

—No, esta bien—Suspiré—Adiós.

—Adiós—Se giró, y luego cerré la puerta con lentitud.

Él era tan guapo, sin decir caballeroso y lindo, sin embargo el aura de misterio que de sus ojos emanaba me causaba extrañeza y una rara curiosidad, apenas lo conocía, y ya lo quería conocer aún más.