13 Years||Michael Clifford y Tu

Capitulo 09

Capitulo 10

Capitulo 11

Capitulo 12

Capitulo 13

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Capitulo 15

Capitulo 16

Capitulo 17

Algo difícil de explicar.



Allí estaba él, atónito, observando la situación. Había visto todo, y quizá también escuchado todo lo demás. Tenía los ojos abiertos de par en par, estaba helado. Seguro algo así ninguno de ellos se lo podría haber imaginado, todos me veían como la pequeña hermana de Ash, y a Mike como ‘la puerta giratoria’, porque siempre cambiaba de mujer. Igual, lo único que me preocupaba en ese momento era que, si él abría la boca, seguro estallaría todo. Se acabaría para mí, para Mike.

-Calum… – Dije apenas.

-Tu hermano viene subiendo. Vamos adentro, ahora – Respondió Calum.

Nos separamos con Mike y prácticamente corriendo entramos los tres a casa. Calum cerró la puerta y se dio vuelta para dar con nosotros dos.

-¿Qué carajos ha sido eso? – Preguntó Slash.

-Ah sido un beso… Nada más… – Respondí. 

-A mí me pareció ver más que eso… – Dijo en tono pícaro.

Mike mostrando rabia lo acorraló con ambos brazos a Calum contra la puerta. 

-No debes decir nada de esto. – Dijo Duff amenazante.

-Está… Está bien pero… ¿Qué gano yo? – Respondió Calum con algo de miedo.

Mike hizo revotar sus puños contra la puerta y se acercó un poco más hacia él. Calum cerró los ojos esperando un golpe de Mike, pero solo sirvió una mirada para que Calum callara.

-¡No gano nada entiendo! Joder que te pones difícil – Le dijo Calum apartándose de él.

En ese momento el abrir de la puerta empujó a Mike hacia mi lado. Entraron Luke y Ash.

-¡Ey ya vinieron! ¿Cómo les fue hoy? – Preguntó Luke sonriéndonos.

-Oh… Muy bien – Le sonreí. Lo primero que se me vino a la mente cuando preguntó eso, fueron los dos besos que nos habíamos dado hoy con Mike.

Luego de que preguntaran y les conté como había sido mi tocada en el grupo, nos fuimos a la cocina para comer algo. Todos nos sentamos en la mesa menos Calum, que se dispuso a hacer unas pizzas, y Mike.

-Yo… Voy a salir, cenen sin mí – Dijo Mike y salió de la sala.

-¡De acuerdo! ¡Trata de llegar temprano, recuerda que mañana tocamos! – Le gritó Ash.

Cuando sentí el sonido de la puerta cerrarse fui corriendo hacia fuera del pasillo esperando poder dar con él. Lo encontré bajando las escaleras.

-¡Mike espera!

Frenó su paso y se dio la vuelta – ¿Sucede algo?

-Lo que pasó hace rato… ¿Te has enojado?

-Es… Algo difícil de explicar… Ahora solo quiero irme. Nos veremos después – Contestó y nuevamente se dispuso a bajar por las escaleras. 

Confundida y sola volví a entrar al departamento. Avisé a los demás que no comería y me fui directo a mi cama. Me costó bastante pegar un ojo en toda la noche pensando en Mike. ¿Estaba enojado conmigo o qué? ¿Qué era lo difícil de explicar? Todo era bastante confuso. ¿Le habrá molestado que haya dicho que estoy enamorada de él? Quizá era por eso. Ni siquiera yo había entendido muy bien porque le había dicho, quizá era en el momento la angustia o la rabia de que él piense que no era nada para mí. Odio la idea de pensar que por culpa a lo que haya dicho podría cambiar todo. Que nos dejemos de tratar, de hablar, o que simplemente se vaya. 

Tratando de darle otra vuelta al asunto, lo primero que se me vino a la cabeza fue a Calum. Él había sido testigo de nuestro cariñoso beso, y quien dice también testigo de mi confesión. Si bien Calum lo había hecho callar por un tiempo, nadie podría borrarle la imagen que había visto en el corredor. No es que desconfíe de él pero, Calum es muy amigo de Ash, ¿Y si le llegara a escapar algo? ¿Si le diría? Definitivamente ese era un tema que urgentemente necesitaba y debía hablar con Calum.

A las tres de la madrugada sonó el teléfono de la sala. Los chicos habían salido a algún bar luego de cenar, asi que yo tuve que ir a atender.

-¿Aló?

-¿Eres ______? – Preguntó una voz femenina por el teléfono.

-Si… ¿Quién habla? – Respondí sorprendida. Era una voz que nunca antes había escuchado o no reconocí.

-Como sea, tu amigo está tirado en la vereda del frente. No hace nada por levantarse y solo pide por ti. Ven a buscarlo – Dijo y cortó.

Fui hacia el balcón que daba para la calle y vi a Mike tirado en la vereda del frente. Estirado de par en par. No dudé en salir corriendo escaleras abajo para ayudarle. 

Vi a cada lado buscando a la misteriosa mujer que me había llamado. La tipa ya se había ido, ni siquiera se había preocupado por la situación en lo que lo había dejado. Lo encontré con los ojos semi abiertos y mostró una débil sonrisa cuando me vio llegar a su lado. Me agaché a su lado y con delicadeza, puse su cabeza sobre mis piernas.

Se notaba claramente por su estado y su olor que había estado bebiendo, y a sobremanera. Parecía que no podía moverse y de a rato le daban espasmos por el cuerpo. Sus ojos a medio abrir veían para todos lados como si estuviera asustado, y a cada rato se le tornaban completamente blancos. Estaba completamente asustada, y me aterraba la idea que le pudiera pasar algo.

-_______... Al fin llegaste… – Dijo entrecortando la voz. Débilmente levantó uno de sus brazos y me acarició suavemente la mejilla con sus manos.

-Mike… ¿Por qué mierdas te haces esto? – Le pregunté angustiada. Tomé su mano y la presione con fuerza en mi mejilla.

-Yo… no… ¿Sabes? – Sonrió – Tú… eres la indicada…

-¿Cómo dices?

-Tú… Lo eres… Eres la mujer de mi vida…

Capitulo 18

Solo nosotros importamos.




No podía creer lo que había dicho. Dijo que era la indicada, la mujer de su vida. Quería creer que solamente fue por su volada, por el estado en el que estaba, pero parecía que lo había dicho de verdad. Parecía que lo dijo en su pura esencia, que fue él el que lo dijo y no el alcohol.

-Vamos Mike… No digas estupideces… 

-No… Lo son, lo digo de verdad… Creo que eres la indicada… para mí.

-De acuerdo… Vamos, tenemos que pararte – Le dije.

Me costó bastante ponerlo de pie. Lo sostuve con fuerza por su torso mientras él me abrazaba por detrás de mi cuello. Tardamos unos minutos en poder llegar arriba. Lo senté en el sofá y fui a prepararle algo caliente como para poder despertarlo. Poco a poco fue retomando la consciencia.

-¿Ya te sientes mejor? – Le pregunté sentándome a su lado.

-Lamento que hayas tenido que hacer todo esto… Me aseguraré para la próxima vez de no molestarte.

-¿Qué dices? No lo lamentes, ¿Está bien? Lo haría por tí si fuera mil veces más necesario… Y claro, por los demás también… Solo trata de cuidarte más, te haces daño así – Le contesté algo más seria.

-Gracias por preocuparte por mí… Eres la única que vale la pena.

-Gracias por notarlo – Reímos por lo bajo.

Mike me rodeó con su brazo y me abrazó. Yo hice lo mismo y lo apreté con fuerza hacia mí. Me encantaba sentirlo cerca, sentir su tacto y su perfume. Él depositó un dulce beso en mi cabeza y luego apoyó la suya en la mía.

-Tú eres la indicada para mí.

Nuestras miradas chocaron muy cerca la una de la otra. Esta vez no había nada ni nadie que pudiera evitarlo. Ambos acercamos lo suficiente nuestras cabezas, provocamos un tímido roce de narices y nos unimos en un beso. Me acerqué un poco más hacia él y tomé su rostro con mis manos. Mike me abrazó por la cintura e hizo que nos apegáramos un poco más. Fue único, el más perfecto de los que tuvimos.

-¿Esto qué significa? – Le dije mirándolo a los ojos, separados por unos pocos centímetros.

-Que el sentimiento es mutuo – Respondió.

Sonreí – Entonces… ¿Seremos algo así como Sid y Nancy?

-Mejor como ______ y Mike.

-Me parece perfecto – Sonreí – Y… ¿Los demás? ¿Qué pasará con ellos?

-No veo porque tengan que enterarse – Dijo – Lo único que importa ahora somos nosotros.

Quedamos abrazados y tomados de las manos un rato más hasta que comencé a dormirme. Mike me tomó en sus brazos y me depositó en mi cama. Antes de que pudiera irse, con la energía que encontré le pedí que se quedara conmigo y así lo hizo. Me corrí un poco y se acostó junto a mí. Se giró un poco para que pudiéramos quedar de frente y comenzó a acariciarme dulcemente mi cabello para que durmiera.

-Mike… – Le dije con los ojos cerrados.

-Duerme preciosa – Respondió sin dejar de acariciarme.

-¿Cuántos años tienes?

Escuché una pequeña risa – La otra vez cumplí 19.

-Yo tengo 13… 6 años de diferencia, ¿Verdad?

-Eh… – Dijo –Un poco más de 5… ¿Este año no cumples 14?

-Oh claro – Reí por lo bajo – ¿La edad es un problema?

-Creo que… Mientras nos queramos, la edad no importa.

-¿Y la altura? Me llevas como dos cabezas – Reí.

Rió – La altura tampoco.

-Seríamos algo así como… La pareja más perfecta y dispareja – Sonreí.

-Como tú quieras preciosa – Besó nuevamente mi cabeza – Ahora durmamos, mañana será un día pesado.

Asentí levemente con la cabeza y ambos dormimos con las manos tomadas, entrelazando nuestros dedos. Antes de poder meterme al mundo de los sueños, no pude evitar mostrar una sonrisa, sin duda esto era lo más hermoso que me pasó durante mucho tiempo…

-¡______ deja de vaguear! ¡Despierta!

Abrí los ojos y me encontré sola, sin Mike en la cama, y con Ash en frente mío.

Me dolía en el pecho pensar que todo eso había sido un sueño.