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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
Maratón 1/5.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Reencuentro
¿Mi Harry? Pensé para mí misma. Y luego levanté mi mirada para verlo. Él estaba de pie. Desvió su mirada como si no quisiera verme a los ojos.
–Yo me quedé con su alma –explicó Harry. Si, debí saberlo.
–Apártate, niñita –dijo Paul mientras se acercaba hasta el cuerpo de Robert. Yo obedecí.
Paul puso sus manos extendidas delante de él. De repente vi como del cuerpo de Robert se desprendía algo parecido a su espíritu, un destello blanco salía de su cuerpo como si estuviera siendo atraído por las manos de Paul que al final terminaron por absorber esa sombra traslúcida.
–Irá al infierno –dijo Paul refiriéndose a Robert y después de haber terminado con su trabajo desapareció en la nada.
–Salgan de aquí –dijo Harry–. Vayan a alguna parte, yo me encargaré de deshacerme de los cuerpos.
–Vamos –me ordenó Hashton y me tomó de la mano.
Nicholas, Hashton y yo dejamos a Harry con su desastre y fuimos a sentarnos en una mesa de un restaurant de comida rápida abierto las veinticuatro horas. En cuanto supe que Harry no estaba cerca me eché a llorar de nuevo. Crucé mis brazos encima de la mesa y hundí mi cara en ellos para que nadie tenga que verme la cara al llorar. Lloré en silencio y Hashton me acariciaba el cabello sentado a mi lado. Al frente de ambos estaba sentado Nicholas.
–Hashton... –dijo Nicholas–. Tu hermano es un demonio.
Yo creí que Nicholas pensaba que los demonios no existían. Él mismo me había dicho que solo eran leyendas del cielo y el infierno. Ahora estaba confundida. Nicholas reconoció que Harry era un demonio como si fuera algo que pudiera notarse a simple vista.
–Pero es mi hermano, Nicholas. Además si combates con él estoy seguro de que saldrás perdiendo.
–Pero mata a personas. ¿Eso te parece justo? –yo escuchaba atentamente.–Hazlo por mí –decía Hashton–. Sabes que fuiste como mi hermano.-Yo levanté la cabeza para mirarlos. Se notaba mi curiosidad. Mis lágrimas bañaban mis mejillas.
–No llores –dijo Hashton–. Eres muy linda para llorar tanto.-Me limpié las lágrimas con mis manos y pasé mi mirada de Hashton a Nicholas pidiendo una explicación.
–Yo mato demonios –me dijo Nicholas.
–Él es una especie de cazador –me explicó Hashton, No le di importancia y seguí llorando.
–¿Ahora a dónde iré? –mi voz sonó entrecortada y terrible–. No tengo a nadie.
–¿Y tus padres? –preguntó Hashton.
–No tengo.
Nicholas ciertamente no parecía demasiado feliz. Y Hashton me dio un acogedor abrazo, estar entre sus brazos me hacía sentirme tan protegida y confortable que caí dormida en sus brazos. Sus manos estaban acariciando mi rostro y mi cabello cuando desperté. No logré diferenciar si era Hashton o Harry hasta que abrí mis ojos y vi al chico de cabello corto. Aparecí en una cama enorme, Harry estaba recostado a mi lado, con la mirada puesta en mí y sus dedos me tocaban de forma dulce. Lo miré adolorida por dentro, aún no me olvidaba de que él había asesinado a Robert. Observé todo lo que me rodeaba antes de decir cualquier cosa, era una habitación enorme, los muebles eran antiguos como de la época colonial, estaba todo increíblemente iluminado por luz solar que entraba desde las ventanas amplias. El techo de la habitación era altísimo, yo hubiera calculado unos tres metros y medio o quizás cuatro de altura.
–¿Me odias? –me preguntó Harry. Frunciendo el ceño negué con la cabeza.
–Escúchame –siguió hablando él–. Robert era un sucio, no tienes que sufrir por ese tipo. Fue él quien mató a tus padres. No fueron tus tíos como tú creías.
–Eso no es cierto –negué con la cabeza.
–_______, mira... Robert fue enviado al infierno por eso, por asesinar a tus padres. Pero tú no te preocupes, ahora me tienes a mí. Yo voy estar contigo.
–Pero tú eres un demonio. Y tienes una maldición.-Harry cerró los ojos como si lo hubiera lastimado lo que dije. Estuvo así durante segundos.
–Igual te necesito –le dije. Entonces abrió sus ojos y posó su mirada en mí para después encimarse sobre mí con todo su cuerpo, apoyó sus manos sobre la cama para no aplastarme con su peso, sentí su cuerpo pegado al mío y los latidos de su corazón golpear su pecho con fuerza sobre mi pecho. El aire que respiraba chocaba contra mi cara y estar tan cerca de él hacía que me sonrojara notablemente.
–Ya no puedo con esto, ______. Yo intenté alejarme de ti pero no lo logré -sus palabras sonaban muy cerca de mis labios–. Ahora temo hacerte sufrir, temo por ti, y no quiero lastimarte aunque creo que eso yo no puedo controlarlo. Si te hago daño me destruiré a mí mismo. Nací para hacer el mal y cuando mato personas no puedo controlarme, no soy yo mismo, es algo que me posee y no puedo evitar.
–No quiero que te alejes de mí nunca –dije con seriedad.
–Yo tampoco quisiera dejarte nunca –acarició con sus labios mi rostro dándome pequeños besitos cerca de los labios, en mi mentón, en mis mejillas hasta que por fin atrapó mis labios con los suyos.
Tomó mi labio inferior para dejar para mí su labio de superior. Se sentía tan bien...Tan placentero Me hacia estremecerme y desearlo. El beso se volvió más furioso cuando yo recorrí su espalda con mis manos antes de rodearlo con mis brazos. Con mi lengua exploré el interior de su boca y saboreé sus labios una vez más. Harry me daba placenteros mordisquitos en los labios que me enloquecían. Debía respirar pero prefería mil veces seguir besándolo. Nunca me habían dado un beso tan apasionado que hasta me erizara la piel. Harry me dejó sin aliento y sin fuerza de voluntad. Jugueteé entrelazando mis dedos en su Rulos perfectos y a Harry pareció agradarle tanto que bajó sus besos hasta mi cuello, aspiré aire profundamente para recuperar el aliento cuando Harry dejó libres mis labios. La humedad de sus labios sobre mi cuello me causó un escalofrío satisfactorio. Recorrió el largo de mi cuello e iba descendiendo con sus besos hasta que llegó al cuello de mi camisa donde se detuvo para regresar a mis labios. Tomé sus labios entre los míos con desesperación. Las manos de Harry recorrieron desde mis caderas hasta subir a mi cintura. Nos besábamos con locura y sin pensar en nada ni en nadie más cuando la puerta del cuarto se abrió y la voz de Hashton se escuchó casi gritar.
–¡Harry, ten cuidado! –exclamó.
Harry dejó de besarme pero seguía encima de mí, logró separarse un poco de mí alzando su cuerpo con sus manos apoyadas en la cama y sus brazos extendidos. Ambos respiramos agitados recuperando el aliento.
–Hermano, la maldición dice que te llevarás su alma después de hacerla tuya –dijo Hashton–. Lo que quiere decir que si quieres mantener a esta chica viva no puedes hacer el amor con ella.-Fue entonces cuando Harry se separó de mí y se levantó de la cama de un salto.
–¿Cómo rayos sabes tanto sobre la maldición?
–En el santuario del padre Carlos se encuentran algunas de las páginas escritas por el profeta.
–¿Hay forma de deshacer la maldición? –le preguntó Harry.
–No estoy seguro.
–¿Y qué hay de ti? ¿Qué es lo que dice sobre ti la profecía?
–Me convertiré en el ángel guardián de la primera mujer a la que le salve la vida y me casaré con ella.
–Como siempre a ti te bendicen y a mí me maldicen. No entiendo por qué tuve que nacer así.-Ellos discutían y yo me preguntaba algo... Hashton me había dicho "eso me convierte en tu ángel de la guarda." ¿Eso que habrá significado? No podía ser yo. Tal vez Hashton era ángel guardián de unas otras cuantas mujeres más.
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Reencuentro
¿Mi Harry? Pensé para mí misma. Y luego levanté mi mirada para verlo. Él estaba de pie. Desvió su mirada como si no quisiera verme a los ojos.
–Yo me quedé con su alma –explicó Harry. Si, debí saberlo.
–Apártate, niñita –dijo Paul mientras se acercaba hasta el cuerpo de Robert. Yo obedecí.
Paul puso sus manos extendidas delante de él. De repente vi como del cuerpo de Robert se desprendía algo parecido a su espíritu, un destello blanco salía de su cuerpo como si estuviera siendo atraído por las manos de Paul que al final terminaron por absorber esa sombra traslúcida.
–Irá al infierno –dijo Paul refiriéndose a Robert y después de haber terminado con su trabajo desapareció en la nada.
–Salgan de aquí –dijo Harry–. Vayan a alguna parte, yo me encargaré de deshacerme de los cuerpos.
–Vamos –me ordenó Hashton y me tomó de la mano.
Nicholas, Hashton y yo dejamos a Harry con su desastre y fuimos a sentarnos en una mesa de un restaurant de comida rápida abierto las veinticuatro horas. En cuanto supe que Harry no estaba cerca me eché a llorar de nuevo. Crucé mis brazos encima de la mesa y hundí mi cara en ellos para que nadie tenga que verme la cara al llorar. Lloré en silencio y Hashton me acariciaba el cabello sentado a mi lado. Al frente de ambos estaba sentado Nicholas.
–Hashton... –dijo Nicholas–. Tu hermano es un demonio.
Yo creí que Nicholas pensaba que los demonios no existían. Él mismo me había dicho que solo eran leyendas del cielo y el infierno. Ahora estaba confundida. Nicholas reconoció que Harry era un demonio como si fuera algo que pudiera notarse a simple vista.
–Pero es mi hermano, Nicholas. Además si combates con él estoy seguro de que saldrás perdiendo.
–Pero mata a personas. ¿Eso te parece justo? –yo escuchaba atentamente.–Hazlo por mí –decía Hashton–. Sabes que fuiste como mi hermano.-Yo levanté la cabeza para mirarlos. Se notaba mi curiosidad. Mis lágrimas bañaban mis mejillas.
–No llores –dijo Hashton–. Eres muy linda para llorar tanto.-Me limpié las lágrimas con mis manos y pasé mi mirada de Hashton a Nicholas pidiendo una explicación.
–Yo mato demonios –me dijo Nicholas.
–Él es una especie de cazador –me explicó Hashton, No le di importancia y seguí llorando.
–¿Ahora a dónde iré? –mi voz sonó entrecortada y terrible–. No tengo a nadie.
–¿Y tus padres? –preguntó Hashton.
–No tengo.
Nicholas ciertamente no parecía demasiado feliz. Y Hashton me dio un acogedor abrazo, estar entre sus brazos me hacía sentirme tan protegida y confortable que caí dormida en sus brazos. Sus manos estaban acariciando mi rostro y mi cabello cuando desperté. No logré diferenciar si era Hashton o Harry hasta que abrí mis ojos y vi al chico de cabello corto. Aparecí en una cama enorme, Harry estaba recostado a mi lado, con la mirada puesta en mí y sus dedos me tocaban de forma dulce. Lo miré adolorida por dentro, aún no me olvidaba de que él había asesinado a Robert. Observé todo lo que me rodeaba antes de decir cualquier cosa, era una habitación enorme, los muebles eran antiguos como de la época colonial, estaba todo increíblemente iluminado por luz solar que entraba desde las ventanas amplias. El techo de la habitación era altísimo, yo hubiera calculado unos tres metros y medio o quizás cuatro de altura.
–¿Me odias? –me preguntó Harry. Frunciendo el ceño negué con la cabeza.
–Escúchame –siguió hablando él–. Robert era un sucio, no tienes que sufrir por ese tipo. Fue él quien mató a tus padres. No fueron tus tíos como tú creías.
–Eso no es cierto –negué con la cabeza.
–_______, mira... Robert fue enviado al infierno por eso, por asesinar a tus padres. Pero tú no te preocupes, ahora me tienes a mí. Yo voy estar contigo.
–Pero tú eres un demonio. Y tienes una maldición.-Harry cerró los ojos como si lo hubiera lastimado lo que dije. Estuvo así durante segundos.
–Igual te necesito –le dije. Entonces abrió sus ojos y posó su mirada en mí para después encimarse sobre mí con todo su cuerpo, apoyó sus manos sobre la cama para no aplastarme con su peso, sentí su cuerpo pegado al mío y los latidos de su corazón golpear su pecho con fuerza sobre mi pecho. El aire que respiraba chocaba contra mi cara y estar tan cerca de él hacía que me sonrojara notablemente.
–Ya no puedo con esto, ______. Yo intenté alejarme de ti pero no lo logré -sus palabras sonaban muy cerca de mis labios–. Ahora temo hacerte sufrir, temo por ti, y no quiero lastimarte aunque creo que eso yo no puedo controlarlo. Si te hago daño me destruiré a mí mismo. Nací para hacer el mal y cuando mato personas no puedo controlarme, no soy yo mismo, es algo que me posee y no puedo evitar.
–No quiero que te alejes de mí nunca –dije con seriedad.
–Yo tampoco quisiera dejarte nunca –acarició con sus labios mi rostro dándome pequeños besitos cerca de los labios, en mi mentón, en mis mejillas hasta que por fin atrapó mis labios con los suyos.
Tomó mi labio inferior para dejar para mí su labio de superior. Se sentía tan bien...Tan placentero Me hacia estremecerme y desearlo. El beso se volvió más furioso cuando yo recorrí su espalda con mis manos antes de rodearlo con mis brazos. Con mi lengua exploré el interior de su boca y saboreé sus labios una vez más. Harry me daba placenteros mordisquitos en los labios que me enloquecían. Debía respirar pero prefería mil veces seguir besándolo. Nunca me habían dado un beso tan apasionado que hasta me erizara la piel. Harry me dejó sin aliento y sin fuerza de voluntad. Jugueteé entrelazando mis dedos en su Rulos perfectos y a Harry pareció agradarle tanto que bajó sus besos hasta mi cuello, aspiré aire profundamente para recuperar el aliento cuando Harry dejó libres mis labios. La humedad de sus labios sobre mi cuello me causó un escalofrío satisfactorio. Recorrió el largo de mi cuello e iba descendiendo con sus besos hasta que llegó al cuello de mi camisa donde se detuvo para regresar a mis labios. Tomé sus labios entre los míos con desesperación. Las manos de Harry recorrieron desde mis caderas hasta subir a mi cintura. Nos besábamos con locura y sin pensar en nada ni en nadie más cuando la puerta del cuarto se abrió y la voz de Hashton se escuchó casi gritar.
–¡Harry, ten cuidado! –exclamó.
Harry dejó de besarme pero seguía encima de mí, logró separarse un poco de mí alzando su cuerpo con sus manos apoyadas en la cama y sus brazos extendidos. Ambos respiramos agitados recuperando el aliento.
–Hermano, la maldición dice que te llevarás su alma después de hacerla tuya –dijo Hashton–. Lo que quiere decir que si quieres mantener a esta chica viva no puedes hacer el amor con ella.-Fue entonces cuando Harry se separó de mí y se levantó de la cama de un salto.
–¿Cómo rayos sabes tanto sobre la maldición?
–En el santuario del padre Carlos se encuentran algunas de las páginas escritas por el profeta.
–¿Hay forma de deshacer la maldición? –le preguntó Harry.
–No estoy seguro.
–¿Y qué hay de ti? ¿Qué es lo que dice sobre ti la profecía?
–Me convertiré en el ángel guardián de la primera mujer a la que le salve la vida y me casaré con ella.
–Como siempre a ti te bendicen y a mí me maldicen. No entiendo por qué tuve que nacer así.-Ellos discutían y yo me preguntaba algo... Hashton me había dicho "eso me convierte en tu ángel de la guarda." ¿Eso que habrá significado? No podía ser yo. Tal vez Hashton era ángel guardián de unas otras cuantas mujeres más.
Marielstyles*-*
Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
Maraton 2/5
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Después de un momento de vacilación interrumpí la tensión de la conversación de los hermanos que ahora parecían discutir.
–Tengo muchas dudas –afirmé. Los dos Styles callaron y se volvieron a verme, yo estaba sentada sobre la cama. Harry volvió a incorporarse sentándose a mi lado.
–¿Dónde estamos? –comencé con la interrogación.
–Aquí vive Hashton–respondió Harry de inmediato.
–¿Adónde está Nicholas? –continué. Harry no me respondió, esta vez pasó su mirada hasta su hermano.
–Está aquí, en el salón de al lado –contestó Hashton.
–¿Por qué Nicholas no conocía a Harry si dijiste que ustedes crecieron juntos? –le lancé la pregunta exclusivamente a Hashton–. ¿Tú y Harry no crecieron juntos?
–No, escucha –espetó Hashton.
–La cosa es así. –interrumpió una voz exactamente igual pero con tono más pícaro, ése era Harry–. La profecía... Ésta estaba escrita mucho antes de que naciéramos, no sé quien fue el profeta culpable de mi desgracia pero este se encargó de escribir páginas y páginas con sangre de mortales profetizando una historia sobre los hijos del mal y el bien, es decir, nosotros.
–Cuando mis padres se enamoraron..., –continuó Hashton interrumpiendo a Harry–. Fue Paul el que se encargó de decirles tanto a los seres del cielo como a los del infierno que la profecía estaba por cumplirse. Hubo una lucha entre ángeles y demonios en aquellos tiempos todo por culpa de nuestros padres, pero tanto el bien como mal tenían el mismo propósito que era separar nuestros a padres. Cuando mi madre salió embarazada fue demasiado tarde. Incluso intentaron asesinarnos antes de que pudiéramos nacer pero mis padres huyeron y se escondieron juntos. Para ellos no existía ni bien ni mal, para ellos solo existía el amor y nada más, bueno eso cuenta la leyenda.
–Justo el día que nacimos... –interrumpió Harry a su hermano–. Algunos entrometidos se encargaron de hacer más miserable todavía mi vida y me lanzaron maldiciones cuando yo solo era calvito, sin dientes y desnudo que veía el mundo por primera vez –escuché a Hashton soltar una risita ahogada por el comentario de Harry, si yo no hubiera estado tan encantada con la historia también hubiese reído–. Por su puesto, en mi caso eran maldiciones, pero a Hashton solo se encargaron de "bendecirlo en gracia divina" –Harry hizo un gesto simbólico con sus manos simulando unas imaginarias comillas en el aire al decir esto último–. Paul D' Angelo, la Parca, junto con un ángel y un demonio más se encargaron de agregar paginas en el pergamino de la profecía, paginas repletas de predicciones del futuro, y esas estúpidas maldiciones que me hacen desgraciado. Y por su puesto escritas con sangre de mortales, mortales creyentes, miembros de templos sagrados y monasterios y también católicos. Para deshacer mis maldiciones debo convencer a las personas que me maldijeron de retirar sus palabras y arrepentirse de haberme desdichado, pero solo he encontrado a Paul y no sabemos quiénes eran el ángel y el demonio que lo acompañaban. Y no tenemos las páginas en las cuales firmaron su maldición. Alguien se encargó de desaparecer por todo el mundo estas hojas, alguien que evidentemente no quería que fuera leída la profecía por completo.
–O quizá sólo se perdieron con el paso del tiempo –musitó Hashton-. Si, ya lo sé Harry, esa no es la mejor teoria.
–Un momento –reclamé–. Quiero seguir escuchando la historia por supuesto, pero siento curiosidad... ¿Qué tiene todo esto en relación con lo que pregunté sobre Nicholas?
–Aún no he llegado a esa parte –explicó Hashton–. Mis padres fueron luego asesinados de todas formas. No sé quien lo hizo, no sé quien los mató pero dicen que luego de esto los dos idénticos bebés, o sea Harry y yo, fuimos encontrados solos y en una cesta y alguien se encargó de dejarnos en las puertas del templo de una iglesia católica, el santuario del padre Carlos. Pero Harry no podía entrar a ese lugar, él era un demonio –supuse que ésta era la parte en que la historia de una separación de hermanos se aproximaba, Harry miraba a Hashton con aspecto furioso y los ojos entrecerrados–. Era tan solo un bebé y se retorcía y chillaba endemoniadamente cuando intentaron llevarlo hasta dentro de la iglesia. Sin embargo intentaron ayudarlo, el padre Carlos, que era tan sólo un muchacho, junto con alguna ayuda supongo, intentó sacar el demonio del cuerpo de Harry, pero no fue posible, Harry había nacido así, no era un cuerpo poseído como todos los demás demonios. Yo crecí metido en la iglesia, el padre Carlos era mi tutor y me enseñó muchas cosas. Harry fue enviado a un orfanato. El padre Carlos es como mi padre, él siempre supo que yo era un arcángel pero se limitó a esperar que yo lo notara por mi cuenta, Nicholas era monaguillo en esa iglesia desde sus ocho años, nos hicimos amigos rápidamente, él siempre estuvo obsesionado con encontrar seres malignos, siempre dijo que su madre había sido asesinada por demonios, él asegura haberlos visto, por eso mata demonios, quiere venganza, aunque él le llama justicia. Y por su puesto yo si conocía a mi hermano, desde que tengo uso de razón me llevaron a visitarlo al orfanato, siempre supimos que éramos hermanos, incluso nos queríamos. En ese lugar siempre lo culpaban de todo, nunca fue demasiado bueno estar allí para él, Harry estaba solo, solo estaba yo para jugar con él cuando lo visitaba cada semana. Se puede decir que muchos lo odiaban.
–Por su puesto –dijo Harry después de haber estado callado durante largo tiempo–. Me envidiaban, yo era perfecto, hasta era bueno.
–¡Calla! –le ordenó con voz pacífica Hashton a Harry–. Cuando Harry cumplió seis supo que algo andaba mal en él, me lo confesó cuando una tarde que jugábamos a las espadas como cualquier día. Había empezado a sentirse bien haciendo cosas malas. Era más que obvio que se trataba de la profecía que debía cumplirse al pie de la letra. Harry los odiaba a todos, se dijo que no podía confiar en nadie, ni siquiera en mí, también me tomó odio.
–Empecé asesinando al gato de la directora del orfanato porque me mordió mientras yo jugaba inocentemente con él. Esa maldad dentro de mí empezaba a crecer aunque yo no quería, odiaba ser así. Odiaba ser lo que soy –decía Harry con la mirada fija en la nada. Yo me estremecí al escucharlo. Era como si realmente se odiara a sí mismo.
–De todos modos todo empeoró cuando Harry fue adoptado a los once años –sonó la voz rígida de Hashton.
–Mi nuevo padre era un maldito –gruñó Harry–. Solo me adoptó para esclavizarme, me daba palizas y me obligaba a hacer trabajo duro. Él sabía que yo tenía maldad dentro quizás por eso lo hacía, pero no lo soporté mas cuando a los catorce años trató de bañarme con agua bendita y unas gotas me salpicaron quemándome la piel. De nuevo esa maldad me azotó y maté al tipo. Me escapé y desde entonces vivo solo, aprendí a lidiar con el mundo yo solo y diría que a defenderme, pero realmente son los demás que deben defenderse de mí.
–Nosotros supimos sobre la profecía cuando el padre Carlos descubrió en la biblioteca del templo un par de pedacitos de páginas escritas en latín sobre nosotros, tras investigación descubrimos que nosotros éramos los hermanos de los que se hablaban en la paginas aquellas, yo se lo conté a Harry. Durante la adolescencia tuvimos uno que otro encuentro pero ya no nos veíamos tan menudo, Harry me odiaba. Me odia, creo –le lanzó una mirada a Harry que seguía sentado a mi lado–. Dejamos de vernos cuando él se fue a Italia hace unos tres años, al mismo tiempo que Nicholas también se fue por decisión de su abuelo. Esta casa es mi propio antuario, las hermanas monjas del orfanato de Harry me tomaron cariño y cuando cumplí dieciocho años, la hermana Isabelle murió, la casa estaba en su testamento con mi nombre. Yo estaba atónita ante aquella historia. Casi pude abrir la boca de par en par pero me limité a seguir interrogando.
–y... ¿Paul es de los buenos o de o de los malos?
–Paul es la Parca. Él no es ni uno ni otro. Sólo hace su trabajo –dijo Hashton amablemente.
–Pero aun así nos odia –dijo Harry–. Es un envidioso.
–¿Por qué los odia? –pregunté.
–No lo sé. Le fastidiamos, somos un fastidio para él porque no le dejamos hacer su trabajo supongo. Nos envidia –Harry parecía creer que todos lo envidiaban.
–Yo creo que es más bien porque Harry es un demonio. Se alimenta de las almas de los humanos lo que hace que Paul tenga menos almas para él. Y yo pues soy un ángel, no solo hago el bien sino que de vez en cuando salvo personas. Si salvo una persona de la muerte es un alma menos para él – Hashton explicó su teoría.
–Eso fue lo que quise decir –se quejó Harry.
De pronto la puerta volvió a abrirse detrás de Hashton que seguía de pie en medio de la habitación y Nicholas entró con expresión inquieta. Todos fijamos nuestras miradas en él.
– Hashton... –dijo–. Yo tengo una de las páginas de la profecía. Bueno la tenía, pero sé
dónde está. Si dices que no se puede destruir es probable que siga aún en el hotel, allí había dejado yo todas mis cosas. Puede que no se haya quemado, si según tú es indestructible.
–Vamos a buscarla –se animó Harry.
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Kent College
Después de un momento de vacilación interrumpí la tensión de la conversación de los hermanos que ahora parecían discutir.
–Tengo muchas dudas –afirmé. Los dos Styles callaron y se volvieron a verme, yo estaba sentada sobre la cama. Harry volvió a incorporarse sentándose a mi lado.
–¿Dónde estamos? –comencé con la interrogación.
–Aquí vive Hashton–respondió Harry de inmediato.
–¿Adónde está Nicholas? –continué. Harry no me respondió, esta vez pasó su mirada hasta su hermano.
–Está aquí, en el salón de al lado –contestó Hashton.
–¿Por qué Nicholas no conocía a Harry si dijiste que ustedes crecieron juntos? –le lancé la pregunta exclusivamente a Hashton–. ¿Tú y Harry no crecieron juntos?
–No, escucha –espetó Hashton.
–La cosa es así. –interrumpió una voz exactamente igual pero con tono más pícaro, ése era Harry–. La profecía... Ésta estaba escrita mucho antes de que naciéramos, no sé quien fue el profeta culpable de mi desgracia pero este se encargó de escribir páginas y páginas con sangre de mortales profetizando una historia sobre los hijos del mal y el bien, es decir, nosotros.
–Cuando mis padres se enamoraron..., –continuó Hashton interrumpiendo a Harry–. Fue Paul el que se encargó de decirles tanto a los seres del cielo como a los del infierno que la profecía estaba por cumplirse. Hubo una lucha entre ángeles y demonios en aquellos tiempos todo por culpa de nuestros padres, pero tanto el bien como mal tenían el mismo propósito que era separar nuestros a padres. Cuando mi madre salió embarazada fue demasiado tarde. Incluso intentaron asesinarnos antes de que pudiéramos nacer pero mis padres huyeron y se escondieron juntos. Para ellos no existía ni bien ni mal, para ellos solo existía el amor y nada más, bueno eso cuenta la leyenda.
–Justo el día que nacimos... –interrumpió Harry a su hermano–. Algunos entrometidos se encargaron de hacer más miserable todavía mi vida y me lanzaron maldiciones cuando yo solo era calvito, sin dientes y desnudo que veía el mundo por primera vez –escuché a Hashton soltar una risita ahogada por el comentario de Harry, si yo no hubiera estado tan encantada con la historia también hubiese reído–. Por su puesto, en mi caso eran maldiciones, pero a Hashton solo se encargaron de "bendecirlo en gracia divina" –Harry hizo un gesto simbólico con sus manos simulando unas imaginarias comillas en el aire al decir esto último–. Paul D' Angelo, la Parca, junto con un ángel y un demonio más se encargaron de agregar paginas en el pergamino de la profecía, paginas repletas de predicciones del futuro, y esas estúpidas maldiciones que me hacen desgraciado. Y por su puesto escritas con sangre de mortales, mortales creyentes, miembros de templos sagrados y monasterios y también católicos. Para deshacer mis maldiciones debo convencer a las personas que me maldijeron de retirar sus palabras y arrepentirse de haberme desdichado, pero solo he encontrado a Paul y no sabemos quiénes eran el ángel y el demonio que lo acompañaban. Y no tenemos las páginas en las cuales firmaron su maldición. Alguien se encargó de desaparecer por todo el mundo estas hojas, alguien que evidentemente no quería que fuera leída la profecía por completo.
–O quizá sólo se perdieron con el paso del tiempo –musitó Hashton-. Si, ya lo sé Harry, esa no es la mejor teoria.
–Un momento –reclamé–. Quiero seguir escuchando la historia por supuesto, pero siento curiosidad... ¿Qué tiene todo esto en relación con lo que pregunté sobre Nicholas?
–Aún no he llegado a esa parte –explicó Hashton–. Mis padres fueron luego asesinados de todas formas. No sé quien lo hizo, no sé quien los mató pero dicen que luego de esto los dos idénticos bebés, o sea Harry y yo, fuimos encontrados solos y en una cesta y alguien se encargó de dejarnos en las puertas del templo de una iglesia católica, el santuario del padre Carlos. Pero Harry no podía entrar a ese lugar, él era un demonio –supuse que ésta era la parte en que la historia de una separación de hermanos se aproximaba, Harry miraba a Hashton con aspecto furioso y los ojos entrecerrados–. Era tan solo un bebé y se retorcía y chillaba endemoniadamente cuando intentaron llevarlo hasta dentro de la iglesia. Sin embargo intentaron ayudarlo, el padre Carlos, que era tan sólo un muchacho, junto con alguna ayuda supongo, intentó sacar el demonio del cuerpo de Harry, pero no fue posible, Harry había nacido así, no era un cuerpo poseído como todos los demás demonios. Yo crecí metido en la iglesia, el padre Carlos era mi tutor y me enseñó muchas cosas. Harry fue enviado a un orfanato. El padre Carlos es como mi padre, él siempre supo que yo era un arcángel pero se limitó a esperar que yo lo notara por mi cuenta, Nicholas era monaguillo en esa iglesia desde sus ocho años, nos hicimos amigos rápidamente, él siempre estuvo obsesionado con encontrar seres malignos, siempre dijo que su madre había sido asesinada por demonios, él asegura haberlos visto, por eso mata demonios, quiere venganza, aunque él le llama justicia. Y por su puesto yo si conocía a mi hermano, desde que tengo uso de razón me llevaron a visitarlo al orfanato, siempre supimos que éramos hermanos, incluso nos queríamos. En ese lugar siempre lo culpaban de todo, nunca fue demasiado bueno estar allí para él, Harry estaba solo, solo estaba yo para jugar con él cuando lo visitaba cada semana. Se puede decir que muchos lo odiaban.
–Por su puesto –dijo Harry después de haber estado callado durante largo tiempo–. Me envidiaban, yo era perfecto, hasta era bueno.
–¡Calla! –le ordenó con voz pacífica Hashton a Harry–. Cuando Harry cumplió seis supo que algo andaba mal en él, me lo confesó cuando una tarde que jugábamos a las espadas como cualquier día. Había empezado a sentirse bien haciendo cosas malas. Era más que obvio que se trataba de la profecía que debía cumplirse al pie de la letra. Harry los odiaba a todos, se dijo que no podía confiar en nadie, ni siquiera en mí, también me tomó odio.
–Empecé asesinando al gato de la directora del orfanato porque me mordió mientras yo jugaba inocentemente con él. Esa maldad dentro de mí empezaba a crecer aunque yo no quería, odiaba ser así. Odiaba ser lo que soy –decía Harry con la mirada fija en la nada. Yo me estremecí al escucharlo. Era como si realmente se odiara a sí mismo.
–De todos modos todo empeoró cuando Harry fue adoptado a los once años –sonó la voz rígida de Hashton.
–Mi nuevo padre era un maldito –gruñó Harry–. Solo me adoptó para esclavizarme, me daba palizas y me obligaba a hacer trabajo duro. Él sabía que yo tenía maldad dentro quizás por eso lo hacía, pero no lo soporté mas cuando a los catorce años trató de bañarme con agua bendita y unas gotas me salpicaron quemándome la piel. De nuevo esa maldad me azotó y maté al tipo. Me escapé y desde entonces vivo solo, aprendí a lidiar con el mundo yo solo y diría que a defenderme, pero realmente son los demás que deben defenderse de mí.
–Nosotros supimos sobre la profecía cuando el padre Carlos descubrió en la biblioteca del templo un par de pedacitos de páginas escritas en latín sobre nosotros, tras investigación descubrimos que nosotros éramos los hermanos de los que se hablaban en la paginas aquellas, yo se lo conté a Harry. Durante la adolescencia tuvimos uno que otro encuentro pero ya no nos veíamos tan menudo, Harry me odiaba. Me odia, creo –le lanzó una mirada a Harry que seguía sentado a mi lado–. Dejamos de vernos cuando él se fue a Italia hace unos tres años, al mismo tiempo que Nicholas también se fue por decisión de su abuelo. Esta casa es mi propio antuario, las hermanas monjas del orfanato de Harry me tomaron cariño y cuando cumplí dieciocho años, la hermana Isabelle murió, la casa estaba en su testamento con mi nombre. Yo estaba atónita ante aquella historia. Casi pude abrir la boca de par en par pero me limité a seguir interrogando.
–y... ¿Paul es de los buenos o de o de los malos?
–Paul es la Parca. Él no es ni uno ni otro. Sólo hace su trabajo –dijo Hashton amablemente.
–Pero aun así nos odia –dijo Harry–. Es un envidioso.
–¿Por qué los odia? –pregunté.
–No lo sé. Le fastidiamos, somos un fastidio para él porque no le dejamos hacer su trabajo supongo. Nos envidia –Harry parecía creer que todos lo envidiaban.
–Yo creo que es más bien porque Harry es un demonio. Se alimenta de las almas de los humanos lo que hace que Paul tenga menos almas para él. Y yo pues soy un ángel, no solo hago el bien sino que de vez en cuando salvo personas. Si salvo una persona de la muerte es un alma menos para él – Hashton explicó su teoría.
–Eso fue lo que quise decir –se quejó Harry.
De pronto la puerta volvió a abrirse detrás de Hashton que seguía de pie en medio de la habitación y Nicholas entró con expresión inquieta. Todos fijamos nuestras miradas en él.
– Hashton... –dijo–. Yo tengo una de las páginas de la profecía. Bueno la tenía, pero sé
dónde está. Si dices que no se puede destruir es probable que siga aún en el hotel, allí había dejado yo todas mis cosas. Puede que no se haya quemado, si según tú es indestructible.
–Vamos a buscarla –se animó Harry.
Marielstyles*-*
Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
Maratón 3/5
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
–Vamos a buscarla –se animó Harry.
Estábamos, Harry, Hashton y yo esperando a que Nicholas volviera de su búsqueda dentro del hotel, esperábamos afuera sentados en la acera húmeda por la lluvia, Harry a un lado de mi y Hashton del otro lado. Yo me sentía fascinada con la spectacular belleza y compañía de los dos perfectos hermanos. Tanta hermosura junta deslumbraba mis ojos. Hashton me lanzó una sonrisa y yo no pude evitar devolvérsela, entonces sentí su brazo rodear mis hombros agradablemente y no pude evitar sonrojarme. Escuché a Harry aclarar su garganta y cuando vi su rostro advertí su mirada que fulminaba a su gemelo Hashton.
–_______ –me llamó Harry, en voz muy baja, incluso parecía amable. Giré mi mirada hacia él, Hashton retiró su brazo que rodeaba mis hombros. Cuando estuve cara a cara con Harry el tomó mi barbilla con una de sus manos y así sin advertencia alguna acercó su rostro al mío y me besó, sin previo aviso me dio un beso diferente a cualquier otro, fue un beso lento, lleno de ternura, extremadamente romántico y además bastante sonoro y audible. Mi corazón latió tres veces más rápido bajo mis costillas y un cosquilleo insoportablemente agradable se sintió en mi estomago. Fue un perfecto y corto beso que sirvió además para humedecer mis labios resecos.
Al separar nuestros labios Harry sonreía con picardía, sus ojos eran perfectos y perspicaces.
–Hmmmm... –soltó Harry mordiendo su labio inferior como para saborearlo.
Verlo hacer ese gesto tan coqueto casi me hizo lanzarme a suspirar por él delante de todo el mundo. Me mataba que tuviera esa clase de coquetería picara, era mi debilidad. A mi otro costado sentí a Hashton levantarse y me volví para verlo, nos dio la espalda a Harry y a mí, se dirigía hacia la puerta del hotel quemado y clausurado.
–¿Adónde vas? –le dijo Harry antes de que Hashton pudiera marcharse.
–Voy a ver por qué Nicholas aún no ha salido –por primera vez no sonaba tan amable como siempre.
–¿Quieres comer algo? –me preguntó Harry que se seguía sentado a mi lado sobre aquella acera, su brazo rozaba con el mío y estábamos hombro con hombro. Cada contacto me ruborizaba la piel.
Eché un vistazo al cielo en el que el sol de la mañana se asomaba radiante y un arcoíris se curvaba con todos los colores en el cielo azul claro con nítidas nubes blancas. Y con toda la claridad que manaba del cielo supe que sí era hora de desayunar. Hashton estaba cruzando la entrada clausurada del hotel y Harry esperaba atento mi respuesta cuando unos oficiales uniformados se acercaron a Harry y a mí.
–Buenos días, Jóvenes –dijo uno de los dos policías con apestoso y elegante acento inglés como el de Harry. El auto de la patrulla reposaba tras ellos estacionado en la calle.
–¿Algún problema oficial? –dijo Harry ayudándome a ponerme de pie junto con él.
–Para empezar, el muchacho igual a usted debe venir aquí. El paso al hotel está claramente prohibido –el oficial señaló con su mirada la cinta amarilla con letras negras en mayúscula que decía "NO PASAR" que rodeaba al edificio. Hashton debió haber escuchado ya que en segundos estuvo nuevamente a mi lado–. bueno, realmente estamos buscándola a ella. ¿Eres _______ Kardashian? Asentí con la cabeza lentamente mostrando mi confusión. ¿Ahora la policía me buscaba? ¡Genial! Exclamé en mi mente de forma sarcástica.
–¿Conocías a Robert Richie? ¿Él era quien tenía tu custodia cierto? –me preguntó la otra oficial que estaba junto al hombre.
–No... –comenzó a decir Harry, sabía que pretendía decir algo más pero fue interrumpido por la arrogante oficial de policía.
–Silencio –dijo esta mujer con expresión ruda–. Estamos hablando con ella.
–Sí, Robert tenía mi custodia –dije al fin. Hashton no decía nada.
–_______... –Hary quiso interrumpirme.
–Por lo que sabemos murió anoche, lo que quiere decir que te has quedado sin custodia.–comenzó a hablar nuevamente el oficial–. ¿Tienes algún familiar o alguien cercano a tu familia para asignarle tu custodia? Negué con la cabeza.
–No tengo a nadie.
–Y eres extranjera –dijo la mujer policía.
–No pueden deportarla –interrumpió la voz de Harry–. Es menor y no tiene familia.
La voz de Harry sonaba imponente.
–Lo sabemos. Sólo venimos a darle unas opciones. La ley no permite que una menor de edad ande por ahí sin custodia y sin autoridad. Puedes conseguir algún familiar o persona allegada a tu familia para que tome tu custodia, podemos asignarte un tutor político, es decir un desconocido o tal vez mandarte a un orfanato, también hay una beca para el internado de Kent College que está a solo unos treinta minutos de acá de Londres.
Cada palabra me arrebataba una parte de mi maldita vida. Ninguna de las alternativas era de mi agrado. No tenía ningún familiar que quisiera cuidarme, solo mis tíos de Australia pero nunca pensaba volver con esas dos ratas estafadoras que no me querían. Descarté la opción de un tutor desconocido apenas la oí, jamás iba a lidiar con alguien que esté dándome órdenes sin siquiera conocerme. ¿Un orfanato? Eso significaba que podía ser adoptada por una familia de extraños o estar encerrada en un feo lugar hasta que cumpliera la mayoría de edad, mientras que una beca en un internado sería igual de malo. Si mi rostro había estado ligeramente sonrojado antes de que estos dos oficiales llegaran ahora estaba pálido con menos color que una película en blanco y negro. Harry mató a Robert – recordé–. Todo es su culpa –pensé.
Yo estaba de pie sin poder analizar las palabras con claridad.
–¿Qué quiere decir? –habló Hashton por primera vez.
–Que tenemos que llevarnos a la chica.
–Quiero su custodia –dijo Harry.
–No lo creo, muchachito –dijo la mujer policía–. Ningún juez va a darte la custodia, eres demasiado joven.
–Señorita _______, tiene que venir con nosotros –dijo el oficial ejerciendo tu autoridad.
–No voy a ninguna parte –dije con furia. Lo único que podía pensar era: "esto es culpa de Harry."
–Señorita no hay opciones, no estamos preguntándole.
–No, no me voy a ir con ustedes –mi rostro empezaba a enrojecerse de nuevo por la rabia que me inundaba. Me vi alterada.
–Ven –el oficial me tomó de brazo. Halé mi brazo para soltarme. Retrocedí algunos pasos.
–No me toque –me alteré, perdí los estribos, y empecé a perder el sentido común.
–Cálmese, señorita –me dijo uno de esos uniformados–. Va a estar mucho mejor, tal vez encuentres una familia que te quiera, no será tan malo.
–¡QUE NO QUIERO IR! –grité–. ¡No voy a ir a ninguna parte!
–_______ –dijo la voz del ángel, o sea Hashton, para que me tranquilizara. La mirada de Harry parecía preocupada.
–¡Pero debe venir con nosotros! –la mujer policía me tomó de un brazo y el tipo del otro
brazo. Iba a salir corriendo pero ellos me atraparon con más fuerza. Forcejeé para deshacerme del agarre de sus manos que me apretaban con fuerza.
–¡No! ¡Suéltenme! ¡No me toquen! –grité, forcejeé todavía más cuando me sentí
acorralada. Ellos iban a llevarme a la fuerza y yo lo sabia–. ¡No iré con ustedes!
Lancé patadas al aire y luché con todas mis fuerzas para que me soltaran.
Ellos me empezaron a llevar hasta su auto casi arrastrada ya que yo no pensaba colaborar con ellos, cuando supe que no iba a poder escapar empecé a sollozar y seguí gritando con histeria.
–Fue tu culpa, Harry Todo esto es tu culpa –le grité entre eufóricas lágrimas–. Por tu
culpa no tengo a nadie. Por tu culpa me llevarán.-Cuando los policías le dieron la espalda a Harry mientras luchaban contra mi locura lo vi sacar una daga de uno de sus bolsillos, en seguida comprendí que pretendía asesinar a los oficiales, Jaxon reaccionó enseguida interponiéndose entre el camino de Harry y deteniéndolo.
–Harry, cálmate –le dijo Hashton –. Déjala ir, será lo mejor.
Harry sostuvo su arma escondiéndola a un costado dentro de su abrigo cuando los policías voltearon a verlo.
–¡No! –lloré–. ¡No quiero irme!
Me di por vencido y me relajé pero seguí llorando casi con desespero.
–Eres un imbécil, Harry –le grité con intenciones de que escuchara–. Fue tu culpa. Te odio estúpido Harry Styles - La furia me hizo decirlo pero ni siquiera yo misma pude creerme aquellas palabras. Harry pareció paralizado, no pude ver su rostro demasiado pero sabía que otra vez estaba igual como cuando me vio llorar por la muerte de Robert.
Prácticamente a la fuerza entré al auto de los policías. A través del oscuro vidrio de la
ventana cerrada de este le di un último vistazo a Harry que parecía estar indignado, molesto, ¿lastimado? Se apoyaba de Hashton como si solo así pudiera mantenerse de pie.
–Odio a los policías –dije en voz alta desde el asiento trasero del auto con la intención de que ambos oficiales escuchen–. Son unos sucios.- Ambos se volvieron a verme. Los miré con sumo odio y no dije nada más durante todo el camino.
–¿Qué haremos contigo? –dijo uno de los policías–. ¿Ya te has decidido?
–Creo que deberíamos elegir por ella –masculló la mujer–. Yo digo que Kent College. –Entonces allí la dejaremos a menos que un juez diga lo contrario –le respondió su amigo mientras conducía. El camino se hizo largo y yo lloraba en silencio. Me aterraba la idea de cambiar de vida, pensé que necesitaba a Robert conmigo pero luego me arrepentí de haber pensado eso, no sé por qué había reprochado a Harry por matar a robert si él mató a mis padres, al menos eso había dicho Harry. Si robert había matado a mis padres se merecía haber ido al infierno, él de verdad sí me había arrebatado todo lo que yo tenía, robert era el peor de los sucios en este planeta, lo odie.
La academia Kent College.
El auto de policía se detuvo en frente de ese lugar, era evidentemente un internado. Unas grades instalaciones y un lugar bastante agradable y algo tenebroso. Era una gran edificación de ladrillos con muchísimas ventanas en madera blanca y un tejado de tejas grises o negruzcas. Había chicos en los alrededores uniformados en blanco y negro. Unos uniformes bastante elegantes, corbata, abrigo, falda de cuadros, zapatos negros de vestir. Supe que no iba a encajar en ese lugar desde que le eché mi primer vistazo. Todos parecían increíblemente... Estirados, pedantes, presumidos, sabiondos y con el físico perfecto que cualquiera desearía. No, definitivamente no sería bien recibida en ese lugar, en mi rostro se notaba todo mi enojo. Marie y Pablo, los dos oficiales cuyos nombres aprendí por escuchar sus conversaciones, estaban en las afueras del internado hablando con la directora de la academia mientras yo los observaba con odio desde el auto con los vidrios cerrados.
–Vamos –me dijo Pablo mientras abría la puerta de la patrulla para que yo saliera de allí.
¿Qué iban a pensar todos cuando vean que la chica nueva llegaba en un auto de policía? Salí del auto y cerré la puerta detrás de mí de un portazo fuerte con enojo reprimido.–_______, ella es la señorita Simmons –me dijo Marie cuando me reuní con ella, Pablo y esa tal "señorita" Simmons. La verdad era bastante vieja para hacerse llamar señorita. Estaba de pie esta mujer sobre sus altísimos tacones en color purpura, y vestida acorde para el ambiente del colegio, llevaba todo su negro cabello recogido y bajo los vidrios transparentes de sus anteojos sus ojos azules parecían fulminarme como si ya me odiara, y era apenas la primera vez que la veía. Me saludó dando un asentimiento con su cabeza. Todas las miradas de los estudiantes que estaban allí se posaron en mí, capté su arrogancia incluso a muchos metros de distancia, todos parecían examinarme de pies a cabeza adoptando actitud despectiva.Todas las miradas de los estudiantes que estaban allí se posaron en mí, capté su arrogancia incluso a muchos metros de distancia, todos parecían examinarme de pies a cabeza adoptando actitud despectiva.
–Bienvenidos, señorita Kardashian –dijo la vieja esta, bueno, la señora Simmons.
–________, te quedarás aquí y nosotros nos encargaremos de que un juez te busque a un tutor para que te ayude financieramente –decía Pablo. Yo no dije nada, ellos sabían que yo estaba que echaba humo por el enojo.
Marie y Pablo me dejaron allí, la señora Simmons me pidió que la siguiera hasta dentro del instituto, tragué saliva antes de entrar por ese gigante par de puertas. El resto de los estudiantes me lanzaban miradas poco disimuladas, me sentí tan pequeña e intimidada. El interior de la academia era una mezcla de modernidad al estilo antiguo que le daba elegancia y la hacía deslumbrante.
–Ésta será tu habitación –dijo sin amabilidad la directora de la academia.
Ella me había llevado a una habitación con unas veinte camas de madera oscura y colchones forrados en unas sábanas rosadas y blancas, grandes ventanales iluminaban la habitación.
–Aquí tienes –continuó la señorita Simmons–. Ésta es tu cama, tu uniforme y una copia del reglamento, debes leerlo –lanzó sobre aquella camita aislada en la esquina más alejada de la puerta un librito pequeño y delgado que debía de ser el reglamento y mi uniforme perfectamente planchado-. Comenzarás mañana con las actividades rutinarias, puedes tomarte el resto del día para conocer las instalaciones y a los estudiantes. -La mujer se retiró y me dejó allí sola.
Como odiaba estar sola, ahora estaba realmente sola en el mundo, sin nadie, ni mis padres, ni robert ni Harry, nadie en absoluto, yo estaba aterrada con todas estas personas, para nada podía decirse que era divertido estar en un lugar como ese, era más que simplemente horrible, nunca iba a lograr hacer amigos ni conocer a nadie, nunca antes había socializado nisiquiera con chicos de mi edad, solo Nicholas y es porque era mi tutor, y podría contar a Harry o a Hashton pero ellos eran un tanto mayores. De verdad me sentía devastada, y sola como nunca antes, un
terrible vacío me invadía, y para empeorar las cosas la imagen de Harry no salía de mi cabeza, ni tampoco Hashton, es que eran tan idénticos, casi la misma persona. No pude hacer otra cosa que recostarme en la cama a llorar unas cuantas horas hasta que un grupo de unas diez chicas entraron a la habitación en el uniforme de gimnasia que hacían mucho ruido y gritando que ganaron, supuse que venían de un partido de algún juego deportivo. Limpié mis lágrimas con rapidez y cuando ellas se percataron de que estaba yo allí callaron sus gritos y me miraron atentamente."Es la nueva," susurró una chica de tez oscura y de cabello negro y perfecto que le llegaba hasta la cintura, era hermosa como todas las demás, tenía un cuerpo envidiable al igual que la chica rubia y alta que estaba a su lado, esta tenía el cabello recogido de forma prolija y sus ojos verdosos parecían atacarme con su mirada.
–Vaya –exclamó esa misma rubia que estaba delante de todo aquel grupo de chicas, parecía acecharme–. Eres la chica nueva, la que salió de la cárcel. Mi indignación era grande.
–Yo no salí de la cárcel –mascullé.
–¿Ah no? –dijo ella en tono de reto.
–Por supuesto que no –empecé a alterarme un poco.
–Seguro es una becada, Rubie –dijo la otra chica de piel más oscura que estaba a un lado de la de ojos verdosos.
–Es una vagabunda –esta chica aparentemente llamada Rubie se echó a reír con una carcajada irritante y mi rostro estaba rojo de rabia, odiaba que me llamaran de esa forma–. Nadie la va a querer aquí.
Las chicas salieron de la habitación luego de haber tomado su uniforme de diario para cambiarse el de gimnasia, yo por mi parte quise arrancar los cabellos rubios de Rubie de raíz.
No salí de la habitación el resto del día, miraba con nostalgia la ventana, me acostaba sobre la cama y me ponía a intentar leer el reglamento escolar, contuve las lágrimas, por primera vez en mi vida prefería estar sola, mil veces lo elegía antes de estar en compañía de todos esos estirados irritantes, ni siquiera probé un bocado de comida, no quería tener que ir al comedor con esos chicos presumidos que me miraban mal.
Me quedé dormida no sé a qué hora de la tarde y desperté evidentemente en la noche cuando estaban un montón de chicas a mi alrededor durmiendo.
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–Vamos a buscarla –se animó Harry.
Estábamos, Harry, Hashton y yo esperando a que Nicholas volviera de su búsqueda dentro del hotel, esperábamos afuera sentados en la acera húmeda por la lluvia, Harry a un lado de mi y Hashton del otro lado. Yo me sentía fascinada con la spectacular belleza y compañía de los dos perfectos hermanos. Tanta hermosura junta deslumbraba mis ojos. Hashton me lanzó una sonrisa y yo no pude evitar devolvérsela, entonces sentí su brazo rodear mis hombros agradablemente y no pude evitar sonrojarme. Escuché a Harry aclarar su garganta y cuando vi su rostro advertí su mirada que fulminaba a su gemelo Hashton.
–_______ –me llamó Harry, en voz muy baja, incluso parecía amable. Giré mi mirada hacia él, Hashton retiró su brazo que rodeaba mis hombros. Cuando estuve cara a cara con Harry el tomó mi barbilla con una de sus manos y así sin advertencia alguna acercó su rostro al mío y me besó, sin previo aviso me dio un beso diferente a cualquier otro, fue un beso lento, lleno de ternura, extremadamente romántico y además bastante sonoro y audible. Mi corazón latió tres veces más rápido bajo mis costillas y un cosquilleo insoportablemente agradable se sintió en mi estomago. Fue un perfecto y corto beso que sirvió además para humedecer mis labios resecos.
Al separar nuestros labios Harry sonreía con picardía, sus ojos eran perfectos y perspicaces.
–Hmmmm... –soltó Harry mordiendo su labio inferior como para saborearlo.
Verlo hacer ese gesto tan coqueto casi me hizo lanzarme a suspirar por él delante de todo el mundo. Me mataba que tuviera esa clase de coquetería picara, era mi debilidad. A mi otro costado sentí a Hashton levantarse y me volví para verlo, nos dio la espalda a Harry y a mí, se dirigía hacia la puerta del hotel quemado y clausurado.
–¿Adónde vas? –le dijo Harry antes de que Hashton pudiera marcharse.
–Voy a ver por qué Nicholas aún no ha salido –por primera vez no sonaba tan amable como siempre.
–¿Quieres comer algo? –me preguntó Harry que se seguía sentado a mi lado sobre aquella acera, su brazo rozaba con el mío y estábamos hombro con hombro. Cada contacto me ruborizaba la piel.
Eché un vistazo al cielo en el que el sol de la mañana se asomaba radiante y un arcoíris se curvaba con todos los colores en el cielo azul claro con nítidas nubes blancas. Y con toda la claridad que manaba del cielo supe que sí era hora de desayunar. Hashton estaba cruzando la entrada clausurada del hotel y Harry esperaba atento mi respuesta cuando unos oficiales uniformados se acercaron a Harry y a mí.
–Buenos días, Jóvenes –dijo uno de los dos policías con apestoso y elegante acento inglés como el de Harry. El auto de la patrulla reposaba tras ellos estacionado en la calle.
–¿Algún problema oficial? –dijo Harry ayudándome a ponerme de pie junto con él.
–Para empezar, el muchacho igual a usted debe venir aquí. El paso al hotel está claramente prohibido –el oficial señaló con su mirada la cinta amarilla con letras negras en mayúscula que decía "NO PASAR" que rodeaba al edificio. Hashton debió haber escuchado ya que en segundos estuvo nuevamente a mi lado–. bueno, realmente estamos buscándola a ella. ¿Eres _______ Kardashian? Asentí con la cabeza lentamente mostrando mi confusión. ¿Ahora la policía me buscaba? ¡Genial! Exclamé en mi mente de forma sarcástica.
–¿Conocías a Robert Richie? ¿Él era quien tenía tu custodia cierto? –me preguntó la otra oficial que estaba junto al hombre.
–No... –comenzó a decir Harry, sabía que pretendía decir algo más pero fue interrumpido por la arrogante oficial de policía.
–Silencio –dijo esta mujer con expresión ruda–. Estamos hablando con ella.
–Sí, Robert tenía mi custodia –dije al fin. Hashton no decía nada.
–_______... –Hary quiso interrumpirme.
–Por lo que sabemos murió anoche, lo que quiere decir que te has quedado sin custodia.–comenzó a hablar nuevamente el oficial–. ¿Tienes algún familiar o alguien cercano a tu familia para asignarle tu custodia? Negué con la cabeza.
–No tengo a nadie.
–Y eres extranjera –dijo la mujer policía.
–No pueden deportarla –interrumpió la voz de Harry–. Es menor y no tiene familia.
La voz de Harry sonaba imponente.
–Lo sabemos. Sólo venimos a darle unas opciones. La ley no permite que una menor de edad ande por ahí sin custodia y sin autoridad. Puedes conseguir algún familiar o persona allegada a tu familia para que tome tu custodia, podemos asignarte un tutor político, es decir un desconocido o tal vez mandarte a un orfanato, también hay una beca para el internado de Kent College que está a solo unos treinta minutos de acá de Londres.
Cada palabra me arrebataba una parte de mi maldita vida. Ninguna de las alternativas era de mi agrado. No tenía ningún familiar que quisiera cuidarme, solo mis tíos de Australia pero nunca pensaba volver con esas dos ratas estafadoras que no me querían. Descarté la opción de un tutor desconocido apenas la oí, jamás iba a lidiar con alguien que esté dándome órdenes sin siquiera conocerme. ¿Un orfanato? Eso significaba que podía ser adoptada por una familia de extraños o estar encerrada en un feo lugar hasta que cumpliera la mayoría de edad, mientras que una beca en un internado sería igual de malo. Si mi rostro había estado ligeramente sonrojado antes de que estos dos oficiales llegaran ahora estaba pálido con menos color que una película en blanco y negro. Harry mató a Robert – recordé–. Todo es su culpa –pensé.
Yo estaba de pie sin poder analizar las palabras con claridad.
–¿Qué quiere decir? –habló Hashton por primera vez.
–Que tenemos que llevarnos a la chica.
–Quiero su custodia –dijo Harry.
–No lo creo, muchachito –dijo la mujer policía–. Ningún juez va a darte la custodia, eres demasiado joven.
–Señorita _______, tiene que venir con nosotros –dijo el oficial ejerciendo tu autoridad.
–No voy a ninguna parte –dije con furia. Lo único que podía pensar era: "esto es culpa de Harry."
–Señorita no hay opciones, no estamos preguntándole.
–No, no me voy a ir con ustedes –mi rostro empezaba a enrojecerse de nuevo por la rabia que me inundaba. Me vi alterada.
–Ven –el oficial me tomó de brazo. Halé mi brazo para soltarme. Retrocedí algunos pasos.
–No me toque –me alteré, perdí los estribos, y empecé a perder el sentido común.
–Cálmese, señorita –me dijo uno de esos uniformados–. Va a estar mucho mejor, tal vez encuentres una familia que te quiera, no será tan malo.
–¡QUE NO QUIERO IR! –grité–. ¡No voy a ir a ninguna parte!
–_______ –dijo la voz del ángel, o sea Hashton, para que me tranquilizara. La mirada de Harry parecía preocupada.
–¡Pero debe venir con nosotros! –la mujer policía me tomó de un brazo y el tipo del otro
brazo. Iba a salir corriendo pero ellos me atraparon con más fuerza. Forcejeé para deshacerme del agarre de sus manos que me apretaban con fuerza.
–¡No! ¡Suéltenme! ¡No me toquen! –grité, forcejeé todavía más cuando me sentí
acorralada. Ellos iban a llevarme a la fuerza y yo lo sabia–. ¡No iré con ustedes!
Lancé patadas al aire y luché con todas mis fuerzas para que me soltaran.
Ellos me empezaron a llevar hasta su auto casi arrastrada ya que yo no pensaba colaborar con ellos, cuando supe que no iba a poder escapar empecé a sollozar y seguí gritando con histeria.
–Fue tu culpa, Harry Todo esto es tu culpa –le grité entre eufóricas lágrimas–. Por tu
culpa no tengo a nadie. Por tu culpa me llevarán.-Cuando los policías le dieron la espalda a Harry mientras luchaban contra mi locura lo vi sacar una daga de uno de sus bolsillos, en seguida comprendí que pretendía asesinar a los oficiales, Jaxon reaccionó enseguida interponiéndose entre el camino de Harry y deteniéndolo.
–Harry, cálmate –le dijo Hashton –. Déjala ir, será lo mejor.
Harry sostuvo su arma escondiéndola a un costado dentro de su abrigo cuando los policías voltearon a verlo.
–¡No! –lloré–. ¡No quiero irme!
Me di por vencido y me relajé pero seguí llorando casi con desespero.
–Eres un imbécil, Harry –le grité con intenciones de que escuchara–. Fue tu culpa. Te odio estúpido Harry Styles - La furia me hizo decirlo pero ni siquiera yo misma pude creerme aquellas palabras. Harry pareció paralizado, no pude ver su rostro demasiado pero sabía que otra vez estaba igual como cuando me vio llorar por la muerte de Robert.
Prácticamente a la fuerza entré al auto de los policías. A través del oscuro vidrio de la
ventana cerrada de este le di un último vistazo a Harry que parecía estar indignado, molesto, ¿lastimado? Se apoyaba de Hashton como si solo así pudiera mantenerse de pie.
–Odio a los policías –dije en voz alta desde el asiento trasero del auto con la intención de que ambos oficiales escuchen–. Son unos sucios.- Ambos se volvieron a verme. Los miré con sumo odio y no dije nada más durante todo el camino.
–¿Qué haremos contigo? –dijo uno de los policías–. ¿Ya te has decidido?
–Creo que deberíamos elegir por ella –masculló la mujer–. Yo digo que Kent College. –Entonces allí la dejaremos a menos que un juez diga lo contrario –le respondió su amigo mientras conducía. El camino se hizo largo y yo lloraba en silencio. Me aterraba la idea de cambiar de vida, pensé que necesitaba a Robert conmigo pero luego me arrepentí de haber pensado eso, no sé por qué había reprochado a Harry por matar a robert si él mató a mis padres, al menos eso había dicho Harry. Si robert había matado a mis padres se merecía haber ido al infierno, él de verdad sí me había arrebatado todo lo que yo tenía, robert era el peor de los sucios en este planeta, lo odie.
La academia Kent College.
El auto de policía se detuvo en frente de ese lugar, era evidentemente un internado. Unas grades instalaciones y un lugar bastante agradable y algo tenebroso. Era una gran edificación de ladrillos con muchísimas ventanas en madera blanca y un tejado de tejas grises o negruzcas. Había chicos en los alrededores uniformados en blanco y negro. Unos uniformes bastante elegantes, corbata, abrigo, falda de cuadros, zapatos negros de vestir. Supe que no iba a encajar en ese lugar desde que le eché mi primer vistazo. Todos parecían increíblemente... Estirados, pedantes, presumidos, sabiondos y con el físico perfecto que cualquiera desearía. No, definitivamente no sería bien recibida en ese lugar, en mi rostro se notaba todo mi enojo. Marie y Pablo, los dos oficiales cuyos nombres aprendí por escuchar sus conversaciones, estaban en las afueras del internado hablando con la directora de la academia mientras yo los observaba con odio desde el auto con los vidrios cerrados.
–Vamos –me dijo Pablo mientras abría la puerta de la patrulla para que yo saliera de allí.
¿Qué iban a pensar todos cuando vean que la chica nueva llegaba en un auto de policía? Salí del auto y cerré la puerta detrás de mí de un portazo fuerte con enojo reprimido.–_______, ella es la señorita Simmons –me dijo Marie cuando me reuní con ella, Pablo y esa tal "señorita" Simmons. La verdad era bastante vieja para hacerse llamar señorita. Estaba de pie esta mujer sobre sus altísimos tacones en color purpura, y vestida acorde para el ambiente del colegio, llevaba todo su negro cabello recogido y bajo los vidrios transparentes de sus anteojos sus ojos azules parecían fulminarme como si ya me odiara, y era apenas la primera vez que la veía. Me saludó dando un asentimiento con su cabeza. Todas las miradas de los estudiantes que estaban allí se posaron en mí, capté su arrogancia incluso a muchos metros de distancia, todos parecían examinarme de pies a cabeza adoptando actitud despectiva.Todas las miradas de los estudiantes que estaban allí se posaron en mí, capté su arrogancia incluso a muchos metros de distancia, todos parecían examinarme de pies a cabeza adoptando actitud despectiva.
–Bienvenidos, señorita Kardashian –dijo la vieja esta, bueno, la señora Simmons.
–________, te quedarás aquí y nosotros nos encargaremos de que un juez te busque a un tutor para que te ayude financieramente –decía Pablo. Yo no dije nada, ellos sabían que yo estaba que echaba humo por el enojo.
Marie y Pablo me dejaron allí, la señora Simmons me pidió que la siguiera hasta dentro del instituto, tragué saliva antes de entrar por ese gigante par de puertas. El resto de los estudiantes me lanzaban miradas poco disimuladas, me sentí tan pequeña e intimidada. El interior de la academia era una mezcla de modernidad al estilo antiguo que le daba elegancia y la hacía deslumbrante.
–Ésta será tu habitación –dijo sin amabilidad la directora de la academia.
Ella me había llevado a una habitación con unas veinte camas de madera oscura y colchones forrados en unas sábanas rosadas y blancas, grandes ventanales iluminaban la habitación.
–Aquí tienes –continuó la señorita Simmons–. Ésta es tu cama, tu uniforme y una copia del reglamento, debes leerlo –lanzó sobre aquella camita aislada en la esquina más alejada de la puerta un librito pequeño y delgado que debía de ser el reglamento y mi uniforme perfectamente planchado-. Comenzarás mañana con las actividades rutinarias, puedes tomarte el resto del día para conocer las instalaciones y a los estudiantes. -La mujer se retiró y me dejó allí sola.
Como odiaba estar sola, ahora estaba realmente sola en el mundo, sin nadie, ni mis padres, ni robert ni Harry, nadie en absoluto, yo estaba aterrada con todas estas personas, para nada podía decirse que era divertido estar en un lugar como ese, era más que simplemente horrible, nunca iba a lograr hacer amigos ni conocer a nadie, nunca antes había socializado nisiquiera con chicos de mi edad, solo Nicholas y es porque era mi tutor, y podría contar a Harry o a Hashton pero ellos eran un tanto mayores. De verdad me sentía devastada, y sola como nunca antes, un
terrible vacío me invadía, y para empeorar las cosas la imagen de Harry no salía de mi cabeza, ni tampoco Hashton, es que eran tan idénticos, casi la misma persona. No pude hacer otra cosa que recostarme en la cama a llorar unas cuantas horas hasta que un grupo de unas diez chicas entraron a la habitación en el uniforme de gimnasia que hacían mucho ruido y gritando que ganaron, supuse que venían de un partido de algún juego deportivo. Limpié mis lágrimas con rapidez y cuando ellas se percataron de que estaba yo allí callaron sus gritos y me miraron atentamente."Es la nueva," susurró una chica de tez oscura y de cabello negro y perfecto que le llegaba hasta la cintura, era hermosa como todas las demás, tenía un cuerpo envidiable al igual que la chica rubia y alta que estaba a su lado, esta tenía el cabello recogido de forma prolija y sus ojos verdosos parecían atacarme con su mirada.
–Vaya –exclamó esa misma rubia que estaba delante de todo aquel grupo de chicas, parecía acecharme–. Eres la chica nueva, la que salió de la cárcel. Mi indignación era grande.
–Yo no salí de la cárcel –mascullé.
–¿Ah no? –dijo ella en tono de reto.
–Por supuesto que no –empecé a alterarme un poco.
–Seguro es una becada, Rubie –dijo la otra chica de piel más oscura que estaba a un lado de la de ojos verdosos.
–Es una vagabunda –esta chica aparentemente llamada Rubie se echó a reír con una carcajada irritante y mi rostro estaba rojo de rabia, odiaba que me llamaran de esa forma–. Nadie la va a querer aquí.
Las chicas salieron de la habitación luego de haber tomado su uniforme de diario para cambiarse el de gimnasia, yo por mi parte quise arrancar los cabellos rubios de Rubie de raíz.
No salí de la habitación el resto del día, miraba con nostalgia la ventana, me acostaba sobre la cama y me ponía a intentar leer el reglamento escolar, contuve las lágrimas, por primera vez en mi vida prefería estar sola, mil veces lo elegía antes de estar en compañía de todos esos estirados irritantes, ni siquiera probé un bocado de comida, no quería tener que ir al comedor con esos chicos presumidos que me miraban mal.
Me quedé dormida no sé a qué hora de la tarde y desperté evidentemente en la noche cuando estaban un montón de chicas a mi alrededor durmiendo.
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Marielstyles*-*
Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
Maraton 4/5
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Mi corazón se paralizó cuando me senté sobre la cama y vi a un chico de pie frente a la misma, comprendí rápidamente que no era humano, era otro espíritu, su rostro tenía lágrimas de sangre rodando por sus mejillas, parecía bastante joven, entre los nueve u once años, su cabello era de un castaño claro y medianamente largo y llevaba puesto el uniforme de la academia Kent College. Esta vez no sentí miedo, caminé lentamente sobre la cama con mis rodillas hasta llegar al borde para acercarme a este chico, cuando estuve en la orilla puse mis pies sobre el suelo y alcé un brazo para tocarlo, cuando estaba lo suficientemente cerca para tocarlo y puse mis manos sobre su imagen y esta se desapareció tal como si se tratara de un holograma, se borró, se desvaneció, nada quedó de aquel niño. "Tal vez veo sólo niños muertos" pensé. Sea como fuera ya me estaba hartando vivir así, no quería tener más nada que ver con fantasmas, demonios ni cosas extrañas. Cuando escuché los ruidos de la madera de las ventanas golpear giré mi vista hacia esta, los vidrios estaban empañados por la humedad del aire de afuera, de pronto entre el empañamiento o vaho de los cristales comenzaron a escribirse palabras, como si alguien las estuviera escribiendo en ese mismo instante en el vidrio con sus dedos pero ni siquiera había nadie. "Le perteneces," decían las palabras escritas, sin poder comprender el significado de aquello traté de mantener la calma, intenté contener un grito de terror y permanecí muda para evitar despertar a nadie. Las demás chicas dormían como rocas, nada parecía capaz de despertarlas, aprovechando este punto a mi favor corrí fuera de la habitación hacia el pasillo como si eso fuera a alejarme de las extrañas presencias y espíritus. El pasillo alfombrado en un tono vino tinto estaba vacío y oscuro, caminé un poco rápido sin saber a dónde ir con mi mano derecha tocando la pared, me encontraba un poco asustada y no sabía
qué hacer.
–¡_________! –me llamó una voz bastante reconocible que se escuchó a mis espaldas, pero yo no estaba segura de si era el sonido de la voz de Hashton o la de Harry ya que eran prácticamente la misma. Me volví hacia atrás y vi a Hashton.
–¿Qué... Qué estás haciendo acá? –le susurré, nadie debía verme escapada del cuarto a esas horas, estaba en contra del reglamento.
–Harry te está esperando en el salón de ciencias en el segundo piso, quiere hablar contigo –me dijo en voz baja.
No se me ocurrió decirle nada, solo le di un abrazo de gratitud, pensé que Hashton y Harry me olvidarían y no se preocuparían más por mí pero ahora estaba muy agradecida con verlos de nuevo. Por poco no me echo a correr y bajé las escaleras hasta el segundo piso con rapidez. Recorrí los pasillos en busca del salón ciencias hasta que por fin lo encontré. Una puerta en marrón oscuro al igual que las demás con una pequeña ventanita de vidrio en la parte superior y un letrero pequeño encima del marco de madera que decía "ciencias".
Giré la manilla de la puerta y la abrí un poco temerosa, Harry todavía era un tanto escalofriante y un poco perturbador pero por alguna razón necesitaba verlo. Al abrir la puerta por completo me exalté y me sorprendí un tanto, él estaba igual de perfecto como siempre recostando su espalda a una pared y de brazos cruzados. En seguida me vio empezó a acercarse a mí, yo cerré la puerta con cuidado después de entrar.
–________ –me habló él–. ¿Cómo estás?-Mientras más se acercaba yo más me exaltaba, mi corazón se aceleraba y me iba quedando sin aliento.
–Perdóname –siguió hablando al notar que yo no le contesté–. ¿Me odias?
–Harry –susurré–. Te amo.
Aquellas palabras le sirvieron a él para acortar más la distancia entre nosotros, me rodeó la cintura con sus brazos y me apegó a su cuerpo, me llené de satisfacción al sentir su cercanía, mi cuerpo empezó a temblar cuando él besó mi cuello de forma seductora, sus labios se sentían sobre mi piel y me hacían estremecerme de placer, cuando Harry me besaba sentía que perdía los sentidos, que me debilitaba, sentía que me llevaba lejos, eran tantas cosas extraordinarias. No me quedé con las ganas de besarlo, entrelacé mis manos en su cabello y besé sus labios con deseo.
–Yo también te amo –dijo jadeando para recuperar el aliento–. Te deseo tanto.
Lo besé como si fuera la última vez que lo haría, nos besamos apasionadamente. Harry caminó conmigo pegada a sus labios y luego me alzó por la cintura levantándome hasta dejarme sentada sobre la mesa del escritorio de los profesores, con una mano entrelazada en su cabello y la otra acariciando su espalda lo seguí besando, saboreé su cuello y sus labios, él mordisqueó mis orejas provocándome un cosquilleo en todo el cuerpo. Yo estaba sentada sobre la mesa y el estaba de pie en el suelo frente a mi mientras nos devorábamos. Harry jaló mi cuerpo todavía más cerca al de él y sus caderas estaban entre mis piernas, ambos, ambos jadeábamos por nuestro esfuerzo en respirar, entonces sentí la calidez de sus manos hacer contacto directo con la piel de mi espalda, había metido sus manos por debajo de mi camisa y me acariciaba, realmente me estremecí, Harry me hacía perder la razón, no deseaba otra cosa que tenerlo entre mis brazos por siempre, por el resto de la eternidad, incluso una vida era muy poco tiempo. Deseaba que sus labios me tocaran y que sus manos siguieran con las caricias, cuando puse ambos manos sobre su perfecto rostro sentí el temblor en el cuerpo de Harry. Él se detuvo, dejó de besarme de un segundo al otro como si algo le hubiera hecho detenerse, escuché la agitación en su respiración, de pronto dejó caer sus manos a ambos lados de su cuerpo y bajó su mirada al suelo. Estuve angustiada cuando no sabía que le había sucedido y por qué se había detenido, él estaba como paralizado.
–________, vete –dijo con amplio esfuerzo que se le notaba en la voz.
–¿Pero por qué...? –pregunté atónita.
–¡Corre! –me dijo–. Huye de mí ahora.
–¿Harry, que tie...?
–QUE TE VAYAS –me gritó–. ¡Corre, muévete, sal de aquí!
Entonces levantó su mirada y me miró a los ojos, nuevamente vi que aquellos ojos de Harry eran de un verde felino, tenía una mirada asesina. Comprendí entonces que debía irme, debía correr. De un salto me incorporé en el suelo y eché la carrera hasta la puerta, antes de irme volví a mirar a Harry yo aún tenía las ganas inmensas de seguir besándolo y él me estaba mirando como si yo fuera su presa al acecho, me aterroricé al verlo de ese modo y salí del salón de clases corriendo, corrí a través de los pasillos y subí las escaleras hasta el último piso para volver a la habitación, como no quería que nadie se despertara en el cuarto me detuve antes de entrar para calmar mi respiración y mis nervios. Entonces sentí una mano sobre mi hombro. Antes de volverme a mirar quien estaba tocándome escuché su voz hablarme.
–¿Estás bien? –era Hashton con aquel angelical físico y su mirada relajadora. Respiré profundo antes de contestarle.
–Sí, estoy bien.
Cuando Hashton me vio tan agitada me rodeó con un cálido abrazo, quizás para que me calmara.
–¿Qué ha pasado con Harry? ¿Qué te dijo?
–Nada –le respondí.
No iba a confesarle que me dijo que me amaba y que me deseaba. Él puso sus dos manos sobre mis hombros y estirando sus brazos, me observaba y me observaba, parecía examinarme a detalle, tanto que me intimidaba, me ruboricé. Él me miró del mismo modo durante muchos segundos, quizás eternos minutos pudieron pasar y ambos seguíamos en silencio mirándonos.
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Mi corazón se paralizó cuando me senté sobre la cama y vi a un chico de pie frente a la misma, comprendí rápidamente que no era humano, era otro espíritu, su rostro tenía lágrimas de sangre rodando por sus mejillas, parecía bastante joven, entre los nueve u once años, su cabello era de un castaño claro y medianamente largo y llevaba puesto el uniforme de la academia Kent College. Esta vez no sentí miedo, caminé lentamente sobre la cama con mis rodillas hasta llegar al borde para acercarme a este chico, cuando estuve en la orilla puse mis pies sobre el suelo y alcé un brazo para tocarlo, cuando estaba lo suficientemente cerca para tocarlo y puse mis manos sobre su imagen y esta se desapareció tal como si se tratara de un holograma, se borró, se desvaneció, nada quedó de aquel niño. "Tal vez veo sólo niños muertos" pensé. Sea como fuera ya me estaba hartando vivir así, no quería tener más nada que ver con fantasmas, demonios ni cosas extrañas. Cuando escuché los ruidos de la madera de las ventanas golpear giré mi vista hacia esta, los vidrios estaban empañados por la humedad del aire de afuera, de pronto entre el empañamiento o vaho de los cristales comenzaron a escribirse palabras, como si alguien las estuviera escribiendo en ese mismo instante en el vidrio con sus dedos pero ni siquiera había nadie. "Le perteneces," decían las palabras escritas, sin poder comprender el significado de aquello traté de mantener la calma, intenté contener un grito de terror y permanecí muda para evitar despertar a nadie. Las demás chicas dormían como rocas, nada parecía capaz de despertarlas, aprovechando este punto a mi favor corrí fuera de la habitación hacia el pasillo como si eso fuera a alejarme de las extrañas presencias y espíritus. El pasillo alfombrado en un tono vino tinto estaba vacío y oscuro, caminé un poco rápido sin saber a dónde ir con mi mano derecha tocando la pared, me encontraba un poco asustada y no sabía
qué hacer.
–¡_________! –me llamó una voz bastante reconocible que se escuchó a mis espaldas, pero yo no estaba segura de si era el sonido de la voz de Hashton o la de Harry ya que eran prácticamente la misma. Me volví hacia atrás y vi a Hashton.
–¿Qué... Qué estás haciendo acá? –le susurré, nadie debía verme escapada del cuarto a esas horas, estaba en contra del reglamento.
–Harry te está esperando en el salón de ciencias en el segundo piso, quiere hablar contigo –me dijo en voz baja.
No se me ocurrió decirle nada, solo le di un abrazo de gratitud, pensé que Hashton y Harry me olvidarían y no se preocuparían más por mí pero ahora estaba muy agradecida con verlos de nuevo. Por poco no me echo a correr y bajé las escaleras hasta el segundo piso con rapidez. Recorrí los pasillos en busca del salón ciencias hasta que por fin lo encontré. Una puerta en marrón oscuro al igual que las demás con una pequeña ventanita de vidrio en la parte superior y un letrero pequeño encima del marco de madera que decía "ciencias".
Giré la manilla de la puerta y la abrí un poco temerosa, Harry todavía era un tanto escalofriante y un poco perturbador pero por alguna razón necesitaba verlo. Al abrir la puerta por completo me exalté y me sorprendí un tanto, él estaba igual de perfecto como siempre recostando su espalda a una pared y de brazos cruzados. En seguida me vio empezó a acercarse a mí, yo cerré la puerta con cuidado después de entrar.
–________ –me habló él–. ¿Cómo estás?-Mientras más se acercaba yo más me exaltaba, mi corazón se aceleraba y me iba quedando sin aliento.
–Perdóname –siguió hablando al notar que yo no le contesté–. ¿Me odias?
–Harry –susurré–. Te amo.
Aquellas palabras le sirvieron a él para acortar más la distancia entre nosotros, me rodeó la cintura con sus brazos y me apegó a su cuerpo, me llené de satisfacción al sentir su cercanía, mi cuerpo empezó a temblar cuando él besó mi cuello de forma seductora, sus labios se sentían sobre mi piel y me hacían estremecerme de placer, cuando Harry me besaba sentía que perdía los sentidos, que me debilitaba, sentía que me llevaba lejos, eran tantas cosas extraordinarias. No me quedé con las ganas de besarlo, entrelacé mis manos en su cabello y besé sus labios con deseo.
–Yo también te amo –dijo jadeando para recuperar el aliento–. Te deseo tanto.
Lo besé como si fuera la última vez que lo haría, nos besamos apasionadamente. Harry caminó conmigo pegada a sus labios y luego me alzó por la cintura levantándome hasta dejarme sentada sobre la mesa del escritorio de los profesores, con una mano entrelazada en su cabello y la otra acariciando su espalda lo seguí besando, saboreé su cuello y sus labios, él mordisqueó mis orejas provocándome un cosquilleo en todo el cuerpo. Yo estaba sentada sobre la mesa y el estaba de pie en el suelo frente a mi mientras nos devorábamos. Harry jaló mi cuerpo todavía más cerca al de él y sus caderas estaban entre mis piernas, ambos, ambos jadeábamos por nuestro esfuerzo en respirar, entonces sentí la calidez de sus manos hacer contacto directo con la piel de mi espalda, había metido sus manos por debajo de mi camisa y me acariciaba, realmente me estremecí, Harry me hacía perder la razón, no deseaba otra cosa que tenerlo entre mis brazos por siempre, por el resto de la eternidad, incluso una vida era muy poco tiempo. Deseaba que sus labios me tocaran y que sus manos siguieran con las caricias, cuando puse ambos manos sobre su perfecto rostro sentí el temblor en el cuerpo de Harry. Él se detuvo, dejó de besarme de un segundo al otro como si algo le hubiera hecho detenerse, escuché la agitación en su respiración, de pronto dejó caer sus manos a ambos lados de su cuerpo y bajó su mirada al suelo. Estuve angustiada cuando no sabía que le había sucedido y por qué se había detenido, él estaba como paralizado.
–________, vete –dijo con amplio esfuerzo que se le notaba en la voz.
–¿Pero por qué...? –pregunté atónita.
–¡Corre! –me dijo–. Huye de mí ahora.
–¿Harry, que tie...?
–QUE TE VAYAS –me gritó–. ¡Corre, muévete, sal de aquí!
Entonces levantó su mirada y me miró a los ojos, nuevamente vi que aquellos ojos de Harry eran de un verde felino, tenía una mirada asesina. Comprendí entonces que debía irme, debía correr. De un salto me incorporé en el suelo y eché la carrera hasta la puerta, antes de irme volví a mirar a Harry yo aún tenía las ganas inmensas de seguir besándolo y él me estaba mirando como si yo fuera su presa al acecho, me aterroricé al verlo de ese modo y salí del salón de clases corriendo, corrí a través de los pasillos y subí las escaleras hasta el último piso para volver a la habitación, como no quería que nadie se despertara en el cuarto me detuve antes de entrar para calmar mi respiración y mis nervios. Entonces sentí una mano sobre mi hombro. Antes de volverme a mirar quien estaba tocándome escuché su voz hablarme.
–¿Estás bien? –era Hashton con aquel angelical físico y su mirada relajadora. Respiré profundo antes de contestarle.
–Sí, estoy bien.
Cuando Hashton me vio tan agitada me rodeó con un cálido abrazo, quizás para que me calmara.
–¿Qué ha pasado con Harry? ¿Qué te dijo?
–Nada –le respondí.
No iba a confesarle que me dijo que me amaba y que me deseaba. Él puso sus dos manos sobre mis hombros y estirando sus brazos, me observaba y me observaba, parecía examinarme a detalle, tanto que me intimidaba, me ruboricé. Él me miró del mismo modo durante muchos segundos, quizás eternos minutos pudieron pasar y ambos seguíamos en silencio mirándonos.
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Marielstyles*-*
Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
Maratón 5/5 T E R M I N A D O.
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Él me miró del mismo modo durante muchos segundos, quizás eternos minutos pudieron pasar y ambos seguíamos en silencio mirándonos.
–Tú eres lo más lindo que me ha pasado, ________ –cortó el silencio Hashton, su ternura me hizo olvidarme de Harry repentinamente, o quizás era lo contrario, me hizo recordar tanto a Harry, es que sencillamente eran iguales. Con mi rostro tan enrojecido como una bala en el pecho bajé mi mirada sintiéndome algo avergonzada y cohibida al mismo tiempo que en mi estomago revoloteaba esa sensación parecida a cuando caes y caes al vacio.
–Mírame –él levantó mi rostro con una de sus manos delicadamente y su otra mano estaba todavía sobre mi hombro–. Eres la más hermosa que jamás he visto.
¿Por qué Hashton me estaba diciendo todo esto a mí? Cada vez que veía su rostro podía ver al Harry indefenso que aparentaba ser malo, sus ojos me miraban de la misma forma, los halagos de Hashton me daban me daban directo en el corazón haciendo que aumente mi nerviosismo de manera notable. No sabía que decirle... ¿Tal vez Gracias? O quizás un "Ah sí, pues tú también eres bastante guapo." Seguía callada como la soledad y el vacío, no pude siquiera en pensar algo para decir cuando sentí sus labios tocar los míos, esos labios suaves acariciaron los míos con ternura, se sentían igual a los de él, se sentían casi tan maravillosos como los labios de Harry, si bien los besos de Harry eran más apasionados, los de Hashton eran dulces y llenos de ternura, de todas formas el sabor era el mismo, sus labios sabían a Harry...
Yo me dejé llevar por ese delicioso sabor, ese exquisito aroma de su piel que también era igual al de Harry, no podía evitar la comparación entre los dos, besar a Hashton me recordaba tanto a él... Mejor dicho, era casi como besar al mismo hombre, sus besos eran casi igual de buenos, solo casi. Nuestro beso no duro demasiado porque fuimos interrumpidos por aquella voz firme e impecable.
–Parece que se están divirtiendo –habló Harry desde alguna parte de la oscuridad del pasillo–. Siento interrumpirlos, chicos, pero no pensé que estuvieran en eso.-Había demasiado filoso y cortante sarcasmo en su voz, él apareció entre la penumbra y nos fulminaba con su mirada, sus ojos nuevamente eran Verdes suabes y brillaban en un tono plateado por el efecto del brillo de la luna entrar por las ventanas cercanas al techo. Supe que Harry se sintió traicionado por mí, y era lo más lógico además, yo acababa de tener un momento muy intimo junto a él y luego me besaba con su hermano, me sentí terriblemente por primera vez como una traicionera. Hacía minutos atrás le había confesado que lo amaba y luego estaba en brazos de Hashton pero es que... Eran tan idénticos.
–Harry... –dijo Hashton.
–Cállate, hermanito –musitó Harry–. ¿Quién lo diría? Como resultó de traicionero el angelito, y tu... ________ pues...-La frase quedó en el aire, sus palabras parecieron quedar ahogadas en su garganta.
–Harry, déjala en paz –le pidió Hashton a Harry–. Sabes que también la matarás.
–Claro –Harry sonó con aquel sarcasmo–. Ahora dices eso luego de que me habías dicho que me ayudarías a encontrar la forma de romper la maldición.-No me atreví a defenderme ya que me sentía culpable con todas las letras.
–¿Qué pasaría si te digo que a mí también me agrada la chica, me gusta y mucho – Hashton lo retó–. Es muy fácil enamorarse de ella, ¿sabes?
–¡Sucio arcángel! –Harry casi gritó y se alteró con bastante enojo acercándose hasta Hashton como si fuera a golpearlo pero pareció contenerse. –Eres tú a quien no le importa ella, en lugar de alejarte de ________ sigues sin importarte las consecuencias –decía Hashton –. Hermano, yo te quiero, pero debes entender que estás equivocándote.
–Sí, tienes razón –respondió Harry con arrogancia–. Y tú, pequeña... –me miró–. Te
recuerdo que yo soy el hermano que lleva el cabello corto. Yo sé que ella me quiere a mí y no a ti "hermanito," pero si te gusta tanto, adelante, mi hermanito el ángel se lo merece.-El sarcasmo en Harry venía acompañado con una forzada sonrisa resplandeciente, él quería ocultar su enojo.
Hashton , Harry y yo nos enmudecimos cuando escuchamos pasos acercarse.
Harry se fue corriendo sigilosamente escaleras abajo y Hashton me jaló de una mano para que fuera con él. Seguimos a Harry y luego de que estuvimos en el primer piso salimos hasta el gran jardín de la academia. Realmente parecía ser un gran campo deportivo o el jugar donde probablemente pasaban sus descansos, era un espacio de suelo enorme cubierto de césped en un tono verdoso agradable.
–No tenías que seguirme –le dijo Harry a su gemelo.
–Quiero terminar de resolver esto.
En silencio detrás de Hashton le dirigí toda mi atención a Harry. Ninguno de los dos me miraba, ellos se miraban fijamente a los ojos. Le dirigí un gran vistazo a la luna llena que deslumbraba con su luz plateada sobre nuestras cabezas, y en pleno acto sentí detrás de mí unos ajenos brazos rodearme con fuerza para levantarme del suelo, no estaba segura de que sucedía pero Harry y Hashton se volvieron enseguida a verme.
–¡Cuidado! –me gritó Harry-. Detrás de ti.
Pero ya era demasiado tarde, un hombre me tenía alzada en sus brazos y una manada de unos diez hombres más, aparecieron de todas partes.
Lancé un grito de miedo. Harry se lanzó contra el hombre que me tenía a mí en brazos y de un salto lo derribó, los tres caímos al suelo chocando con fuerza contra él y haciendo que este tipo me soltara, corrí directo hasta Hashton. Vi a Harry golpear con increíble habilidad a este hombre que me quería agarrar. Harry estaba sobre él y golpeaba su cara lanzando puñetazos
–Corre, _______ ellos son demonios –me explicó Hashton.
No corrí, me quedé allí plantada y Hashton que estaba de pie a mi lado corrió al ataque de los demonios sin siquiera la mas mínima arma a diferencia de Harry que ahora había sacado una resplandeciente arma de un plateado metal que brillaba por el reflejo de luna y centelleaba lanzando luces por todas partes, Harry sostenía el cuchillo por encima de su cabeza y estaba a punto de clavarlo en el pecho del demonio.
–¡No! –se escuchó el grito de la única mujer que andaba entre los demonios–. ¡Harry,
espera!
Ella tenía un cuerpo delgado pero bastante voluminoso al mismo tiempo, llevaba un vestido largo y rojo que le llegaba hasta los tobillos y la falda de este tenía un corte al costado o una abertura vertical de manera que dejaba toda su pierna descubierta, supuse que era para tener más movilidad peleando, ella estaba descalza y tenía un cabello color rojo fuerte y enmarañado que le caía hasta la cintura y se le ondulaba en las puntas. Harry seguía con el arma sostenida en sus manos y Hashton que había derribado a un tipo se quedó mirando fijamente a la mujer.
–Harry, querido –dijo ella–. Hay que asesinar a la chica.-Él se levantó del suelo perdonándole la vida al tipo que había estado a punto de matar.
–¿Qué significa esto? –masculló Harry–. ¿Y cómo sabes mi nombre?-Otro hombre que estaba detrás de la mujer dio algunos pasos al frente para acercarse a Harry.
–Tú eres Harry Styles ¿no? –le dijo este hombre que a decir verdad era bastante apuesto, alto,rubio, de unos ojos azules deslumbrantes–. Todos los demonios conocemos a un demonio tan importante en el mundo de las tinieblas. -a nadie peleaba, Hashton observaba perplejo y Harry parecía no entender nada, la manada de demonios estaban mirándome con sus ojos diabólicos.
–Debemos acabar con la vida de la chica –repitió la mujer demonio. Tan rápido como un suspiro el hombre de ojos azules estaba frente de mí, se había acercado con
rapidez mortal, tan sigiloso como un puma. Cuando Harry lo vio acercarse a mí fue directo a lanzarse hacia el hombre, pero la voz de este lo detuvo.
–Ella es una elegida. Harry, mira –antes de que yo pudiera echarme a correr, el hombre me agarró dolorosamente para luego poner ambas manos sobre la tela de mi camisa. El tipo me abrió la camisa de un tirón, utilizando sus dos manos para desgarrarla, unos cuantos botones salieron volando esparciéndose por el suelo. Mi pecho quedó descubierto ante todos.
–Ella tiene la marca –el hombre que desgarró mi camisa mostró a la luz aquello.
Justo allí por encima de mi brasear y de mis senos, en todo el medio de mi pecho, un poco más abajo del nacimiento de mi cuello estaba lo que yo llamaba marca media luna, era una marca de nacimiento, algo parecido a un lunar rojo en forma de una luna menguante de unos cinco centímetros de diámetro. Harry y Hashton me miraban.
–Ella es la elegida para destruirnos –dijo la misma mujer de vestido rojo refiriéndose a
mí–. Tiene la marca, lo que quiere decir que hay que asesinarla antes de que sea demasiado tarde y nos mate a todos.-El demonio rubio de ojos claros seguía frente a mí, sacó un cuchillo y lo empuñó con su mano derecha poniéndolo justo sobre donde estaba mi marca media luna, como yo la llamaba.
–No la toquen –advirtió Harry amenazante–. Si no se van juro que voy asesinarlos a todos.
–El mismo Harry Styles... –dijo otro hombre moreno un poco más mayor que los demás–. El mismo príncipe y fuerza superior entre tinieblas nos da la espalda a sus iguales para proteger a una chiquilla que va a matarnos. Pensé que realmente iba a ser como nosotros pero veo que es débil, sangre de ángel tenía que tener para ser un traicionero de raza.-La puntiaguda y filosa arma tocaba mi piel, yo sabía que si me movía iba a desgarrarme. Mis piernas se tambaleaban por el miedo y un nudo en mi garganta me ahogaba.
–¡Suelta a _______! –gritó Hashton.
Harry no gritó, fue directo al acto y atravesó el espacio reducido que nos separaba corriendo como un lobo para clavar su cuchillo en la espalda del tipo y perforar su corazón. Cuando lo hizo el hombre quedó tumbado en el suelo y todos miraban a Harry y a su amigo demonio fallecido con sorpresa ilícita. De la boca del tipo muerto salió el mismo humo negro que vi la otra vez cuando Harry mató a la chica aquel día en Italia. El humo negro que se desprendió del interior del demonio se esparció por el aire hasta desaparecer, supuse que esta debía ser su alma.
–Lárguense si no quieren que les suceda lo mismo -–amenazó Harry.
–Que decepción has sido, muchacho –era la voz de la única mujer demonio que estaba allí.
Creí que todos desaparecerían o se desvanecerían para irse pero en lugar de esto escalaron el tejado dando saltos y se alejaron caminando por encima del techo, ellos se llevaron con sigo al cuerpo de su amigo. Cuando los tres volvimos a estar solos, Hashton y Harry se acercaron a mí. Yo cerraba mi camisa con mis manos para evitar mostrar todavía más mi brasear, debido a que los botones habían salido disparados y ahora no tenía como taparme.
–¿Estás bien? –me preguntó Hashton.
Yo asentí con mi cabeza y Harry no dijo nada pero lo vi quitándose su camisa gris de mangas cortas, antes de que pudiera acabar de quitársela ya yo deleitaba mi vista con aquella imagen de su abdomen descubierto.
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Se termino):
Gracias por leer...
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Él me miró del mismo modo durante muchos segundos, quizás eternos minutos pudieron pasar y ambos seguíamos en silencio mirándonos.
–Tú eres lo más lindo que me ha pasado, ________ –cortó el silencio Hashton, su ternura me hizo olvidarme de Harry repentinamente, o quizás era lo contrario, me hizo recordar tanto a Harry, es que sencillamente eran iguales. Con mi rostro tan enrojecido como una bala en el pecho bajé mi mirada sintiéndome algo avergonzada y cohibida al mismo tiempo que en mi estomago revoloteaba esa sensación parecida a cuando caes y caes al vacio.
–Mírame –él levantó mi rostro con una de sus manos delicadamente y su otra mano estaba todavía sobre mi hombro–. Eres la más hermosa que jamás he visto.
¿Por qué Hashton me estaba diciendo todo esto a mí? Cada vez que veía su rostro podía ver al Harry indefenso que aparentaba ser malo, sus ojos me miraban de la misma forma, los halagos de Hashton me daban me daban directo en el corazón haciendo que aumente mi nerviosismo de manera notable. No sabía que decirle... ¿Tal vez Gracias? O quizás un "Ah sí, pues tú también eres bastante guapo." Seguía callada como la soledad y el vacío, no pude siquiera en pensar algo para decir cuando sentí sus labios tocar los míos, esos labios suaves acariciaron los míos con ternura, se sentían igual a los de él, se sentían casi tan maravillosos como los labios de Harry, si bien los besos de Harry eran más apasionados, los de Hashton eran dulces y llenos de ternura, de todas formas el sabor era el mismo, sus labios sabían a Harry...
Yo me dejé llevar por ese delicioso sabor, ese exquisito aroma de su piel que también era igual al de Harry, no podía evitar la comparación entre los dos, besar a Hashton me recordaba tanto a él... Mejor dicho, era casi como besar al mismo hombre, sus besos eran casi igual de buenos, solo casi. Nuestro beso no duro demasiado porque fuimos interrumpidos por aquella voz firme e impecable.
–Parece que se están divirtiendo –habló Harry desde alguna parte de la oscuridad del pasillo–. Siento interrumpirlos, chicos, pero no pensé que estuvieran en eso.-Había demasiado filoso y cortante sarcasmo en su voz, él apareció entre la penumbra y nos fulminaba con su mirada, sus ojos nuevamente eran Verdes suabes y brillaban en un tono plateado por el efecto del brillo de la luna entrar por las ventanas cercanas al techo. Supe que Harry se sintió traicionado por mí, y era lo más lógico además, yo acababa de tener un momento muy intimo junto a él y luego me besaba con su hermano, me sentí terriblemente por primera vez como una traicionera. Hacía minutos atrás le había confesado que lo amaba y luego estaba en brazos de Hashton pero es que... Eran tan idénticos.
–Harry... –dijo Hashton.
–Cállate, hermanito –musitó Harry–. ¿Quién lo diría? Como resultó de traicionero el angelito, y tu... ________ pues...-La frase quedó en el aire, sus palabras parecieron quedar ahogadas en su garganta.
–Harry, déjala en paz –le pidió Hashton a Harry–. Sabes que también la matarás.
–Claro –Harry sonó con aquel sarcasmo–. Ahora dices eso luego de que me habías dicho que me ayudarías a encontrar la forma de romper la maldición.-No me atreví a defenderme ya que me sentía culpable con todas las letras.
–¿Qué pasaría si te digo que a mí también me agrada la chica, me gusta y mucho – Hashton lo retó–. Es muy fácil enamorarse de ella, ¿sabes?
–¡Sucio arcángel! –Harry casi gritó y se alteró con bastante enojo acercándose hasta Hashton como si fuera a golpearlo pero pareció contenerse. –Eres tú a quien no le importa ella, en lugar de alejarte de ________ sigues sin importarte las consecuencias –decía Hashton –. Hermano, yo te quiero, pero debes entender que estás equivocándote.
–Sí, tienes razón –respondió Harry con arrogancia–. Y tú, pequeña... –me miró–. Te
recuerdo que yo soy el hermano que lleva el cabello corto. Yo sé que ella me quiere a mí y no a ti "hermanito," pero si te gusta tanto, adelante, mi hermanito el ángel se lo merece.-El sarcasmo en Harry venía acompañado con una forzada sonrisa resplandeciente, él quería ocultar su enojo.
Hashton , Harry y yo nos enmudecimos cuando escuchamos pasos acercarse.
Harry se fue corriendo sigilosamente escaleras abajo y Hashton me jaló de una mano para que fuera con él. Seguimos a Harry y luego de que estuvimos en el primer piso salimos hasta el gran jardín de la academia. Realmente parecía ser un gran campo deportivo o el jugar donde probablemente pasaban sus descansos, era un espacio de suelo enorme cubierto de césped en un tono verdoso agradable.
–No tenías que seguirme –le dijo Harry a su gemelo.
–Quiero terminar de resolver esto.
En silencio detrás de Hashton le dirigí toda mi atención a Harry. Ninguno de los dos me miraba, ellos se miraban fijamente a los ojos. Le dirigí un gran vistazo a la luna llena que deslumbraba con su luz plateada sobre nuestras cabezas, y en pleno acto sentí detrás de mí unos ajenos brazos rodearme con fuerza para levantarme del suelo, no estaba segura de que sucedía pero Harry y Hashton se volvieron enseguida a verme.
–¡Cuidado! –me gritó Harry-. Detrás de ti.
Pero ya era demasiado tarde, un hombre me tenía alzada en sus brazos y una manada de unos diez hombres más, aparecieron de todas partes.
Lancé un grito de miedo. Harry se lanzó contra el hombre que me tenía a mí en brazos y de un salto lo derribó, los tres caímos al suelo chocando con fuerza contra él y haciendo que este tipo me soltara, corrí directo hasta Hashton. Vi a Harry golpear con increíble habilidad a este hombre que me quería agarrar. Harry estaba sobre él y golpeaba su cara lanzando puñetazos
–Corre, _______ ellos son demonios –me explicó Hashton.
No corrí, me quedé allí plantada y Hashton que estaba de pie a mi lado corrió al ataque de los demonios sin siquiera la mas mínima arma a diferencia de Harry que ahora había sacado una resplandeciente arma de un plateado metal que brillaba por el reflejo de luna y centelleaba lanzando luces por todas partes, Harry sostenía el cuchillo por encima de su cabeza y estaba a punto de clavarlo en el pecho del demonio.
–¡No! –se escuchó el grito de la única mujer que andaba entre los demonios–. ¡Harry,
espera!
Ella tenía un cuerpo delgado pero bastante voluminoso al mismo tiempo, llevaba un vestido largo y rojo que le llegaba hasta los tobillos y la falda de este tenía un corte al costado o una abertura vertical de manera que dejaba toda su pierna descubierta, supuse que era para tener más movilidad peleando, ella estaba descalza y tenía un cabello color rojo fuerte y enmarañado que le caía hasta la cintura y se le ondulaba en las puntas. Harry seguía con el arma sostenida en sus manos y Hashton que había derribado a un tipo se quedó mirando fijamente a la mujer.
–Harry, querido –dijo ella–. Hay que asesinar a la chica.-Él se levantó del suelo perdonándole la vida al tipo que había estado a punto de matar.
–¿Qué significa esto? –masculló Harry–. ¿Y cómo sabes mi nombre?-Otro hombre que estaba detrás de la mujer dio algunos pasos al frente para acercarse a Harry.
–Tú eres Harry Styles ¿no? –le dijo este hombre que a decir verdad era bastante apuesto, alto,rubio, de unos ojos azules deslumbrantes–. Todos los demonios conocemos a un demonio tan importante en el mundo de las tinieblas. -a nadie peleaba, Hashton observaba perplejo y Harry parecía no entender nada, la manada de demonios estaban mirándome con sus ojos diabólicos.
–Debemos acabar con la vida de la chica –repitió la mujer demonio. Tan rápido como un suspiro el hombre de ojos azules estaba frente de mí, se había acercado con
rapidez mortal, tan sigiloso como un puma. Cuando Harry lo vio acercarse a mí fue directo a lanzarse hacia el hombre, pero la voz de este lo detuvo.
–Ella es una elegida. Harry, mira –antes de que yo pudiera echarme a correr, el hombre me agarró dolorosamente para luego poner ambas manos sobre la tela de mi camisa. El tipo me abrió la camisa de un tirón, utilizando sus dos manos para desgarrarla, unos cuantos botones salieron volando esparciéndose por el suelo. Mi pecho quedó descubierto ante todos.
–Ella tiene la marca –el hombre que desgarró mi camisa mostró a la luz aquello.
Justo allí por encima de mi brasear y de mis senos, en todo el medio de mi pecho, un poco más abajo del nacimiento de mi cuello estaba lo que yo llamaba marca media luna, era una marca de nacimiento, algo parecido a un lunar rojo en forma de una luna menguante de unos cinco centímetros de diámetro. Harry y Hashton me miraban.
–Ella es la elegida para destruirnos –dijo la misma mujer de vestido rojo refiriéndose a
mí–. Tiene la marca, lo que quiere decir que hay que asesinarla antes de que sea demasiado tarde y nos mate a todos.-El demonio rubio de ojos claros seguía frente a mí, sacó un cuchillo y lo empuñó con su mano derecha poniéndolo justo sobre donde estaba mi marca media luna, como yo la llamaba.
–No la toquen –advirtió Harry amenazante–. Si no se van juro que voy asesinarlos a todos.
–El mismo Harry Styles... –dijo otro hombre moreno un poco más mayor que los demás–. El mismo príncipe y fuerza superior entre tinieblas nos da la espalda a sus iguales para proteger a una chiquilla que va a matarnos. Pensé que realmente iba a ser como nosotros pero veo que es débil, sangre de ángel tenía que tener para ser un traicionero de raza.-La puntiaguda y filosa arma tocaba mi piel, yo sabía que si me movía iba a desgarrarme. Mis piernas se tambaleaban por el miedo y un nudo en mi garganta me ahogaba.
–¡Suelta a _______! –gritó Hashton.
Harry no gritó, fue directo al acto y atravesó el espacio reducido que nos separaba corriendo como un lobo para clavar su cuchillo en la espalda del tipo y perforar su corazón. Cuando lo hizo el hombre quedó tumbado en el suelo y todos miraban a Harry y a su amigo demonio fallecido con sorpresa ilícita. De la boca del tipo muerto salió el mismo humo negro que vi la otra vez cuando Harry mató a la chica aquel día en Italia. El humo negro que se desprendió del interior del demonio se esparció por el aire hasta desaparecer, supuse que esta debía ser su alma.
–Lárguense si no quieren que les suceda lo mismo -–amenazó Harry.
–Que decepción has sido, muchacho –era la voz de la única mujer demonio que estaba allí.
Creí que todos desaparecerían o se desvanecerían para irse pero en lugar de esto escalaron el tejado dando saltos y se alejaron caminando por encima del techo, ellos se llevaron con sigo al cuerpo de su amigo. Cuando los tres volvimos a estar solos, Hashton y Harry se acercaron a mí. Yo cerraba mi camisa con mis manos para evitar mostrar todavía más mi brasear, debido a que los botones habían salido disparados y ahora no tenía como taparme.
–¿Estás bien? –me preguntó Hashton.
Yo asentí con mi cabeza y Harry no dijo nada pero lo vi quitándose su camisa gris de mangas cortas, antes de que pudiera acabar de quitársela ya yo deleitaba mi vista con aquella imagen de su abdomen descubierto.
-------------------------------
Se termino):
Gracias por leer...
Marielstyles*-*
Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
NOOOO!!!!!! NO! no y no! Siguelaaa!!!!
Me encanta. asi de simple
Es increiblemente perfecta!!! Ya te habia dicho que tenia una obsesión con las novelas de angeles y bla bla bla???? PUES LA TENGO!!!!! Y ahora con tu novela esta peor!
Porfis!!! Siguela, me intriga!!!!! SIGUELAAA!!!!
lucy99 messer
Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
NO SEAS CRUEEEEEL
SIGUELA PORFAVOOOOR!
SIGUELA PORFAVOOOOR!
Bianch
Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
Termino? A que te refieres a que termino? eh eh eh eh eh eh
PORFAS SIGUELA!
Soy fiel lectora te sigo hasta la muerte PORFAVORRRR
PORFAS SIGUELA!
Soy fiel lectora te sigo hasta la muerte PORFAVORRRR
wendy malfoy
Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
TIENES QUE SEGUIRLA!!
NUEVA LEECTORA
MarinaDirectionerGirl
Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
La nena sabe lo que tiene que mirar bendito el demonio que le arranco los botones de la camisa :maluli:para que asi Harry se desnudar... bueno se quitara la camisa :calor: El sin camisa saben lo que significa? (Sexo apasionado, implícito):imdead: ehh, es decir, que caballero es el chico
Me ha encantado, síguela pronto, besos!
Aly31
Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
Era la primera vez que tenía el placer de ver aquel torso desnudo, estaba muy bien formado y yo sentía que si continuaba mirándolo de esa forma se me iría la baba, su cuerpo estaba maravillosamente bien dotado con músculos en proporciones perfectas, Harry era como un ángel, el más hermoso de todos los ángeles, cuando lo examiné con más atención después de que terminó de sacarse la camisa por completo vi en la parte delantera de su hombro izquierdo una marca, un dibujo como un tatuaje en tinta negra, era el símbolo de un circulo no muy grande con una estrella en su interior, estuve a punto de preguntarle que era aquello pero me interrumpió su voz.
–Ten –me dio su camisa–. Puedes ponértela luego si quieres.
Iba a necesitarla si mi camisa estaba rota.
Harry parecía estar enojado conmigo, no me miraba igual, entonces me acerqué a él con los brazos abiertos para abrazarlo, lo rodeé con mis brazos apretándolo fuerte, él dejó sus brazos a cada lado de su cuerpo y no correspondió a mi abrazo , sencillamente dejó que lo abrazara.
–Harry... –le dije con una vocecita entrecortada.
Hundí mi cara en su pecho desnudo y fuerte y luego lo besé, le di un cortito beso en su pecho y luego saboreé mis labios aún sin soltar a Harry, pero cuando sintió mis labios tocar su pecho me tomó de los hombros y me alejó de él.
–______, vete a la habitación –me dijo Harry en tono firme y poco amable–. Tengo que irme.
–Harry, perdón –le dije–. ¿Estás enojado conmigo?
No me contestó. Me observaba con los ojos entrecerrados.
–Vamos, yo te acompañó al cuarto –se ofreció Hashton –. Te van a castigar si te ven aquí.
Hashton puso su mano extendida sobre mi espalda y me empujó con delicadeza para que yo caminara, Harry no hizo más que quedarse de pie, antes de marcharme con Haston le lancé una mirada de disculpas a Harry y él cruzó sus brazos sobre su pecho desnudo, ese chico me volvía loca, lo amaba. A hurtadillas llegamos hasta la habitación, todas las chicas seguían dormidas, Hashton entró conmigo y nos sentamos juntos en la cama.
–Descansa, _______. –me susurró Hashton para que nadie escuche–. Te visitaré mañana. Segundos largos de silencio impregnaron la habitación.
– Hashton, ¿para que vino Harry? –pregunté–. ¿Ustedes vinieron a decirme algo en
específico?
–Sí, vinimos para decirte que encontramos una parte de una de las paginas en las que está escrita la profecía, era la que tenía Nicholas en el hotel. Vamos a intentar romper la maldición de Harry.
–¿Y qué significa lo que dijeron los demonios? ¿Qué querían decir con que soy la elegida?
–le pregunté, yo todavía cerraba la camisa que Nicholas me había regalado con mis manos y sobre mi hombro descansaba la camisa de Harry.
–Tienes la marca del salvador, hay una vieja historia que habla sobre un salvador que vendrá al mundo cuando se desate la guerra entre el cielo y el infierno, éste sería un simple mortal que acabaría con el mal y devolvería a los demonios a su infierno, lo reconoceríamos cuando viéramos la marca, es la que tú tienes. No estoy muy seguro de si esto es cierto, o tal vez sea una casualidad que tengas una marca igual pero ahora los demonios están buscándote para matarte y habrá que mantenerte segura. Te recomiendo que te mantengas con personas, no vayas sola a ninguna parte y no salgas del internado por favor.
Asentí con la cabeza solo para darle la razón.
–¿______? Dime una cosa... –siguió él susurrando–. ¿Estás enamorada de Harry?
–Sí –afirmé.
–Es la maldición –se dijo a sí mismo–. Cada vez se sentirán más atraídos, la maldición
se encarga de que nunca dejen de amarse así Harry tendrá que sufrir a como dé lugar.
–¿Hay forma de acabar con la maldición cierto? –musité.
–La verdad no lo creo, ______ –me contestó–. Lo mejor sería que alejes de mi hermano, él
no quiere hacerte daño pero terminará haciéndolo de todas formas, él está condenado.
–Pero yo lo necesito –cuando dije esto Hashton apartó unos cabellos que me caían sobre el
rostro con toda la delicadeza posible.
–Me voy, ______ –me besó en la mejilla, sentí sus labios tan cálidos y suaves rozar mi
rostro justo muy cerca de mis labios, nuevamente me ruboricé.
Hashton atravesó el cuarto con pisadas firmes dando imponentes pasos, yo miraba su espalda cuando se alejaba con su hermosa, relajada y sexy forma de andar. Me coloqué la camisa de Harry antes de irme a la cama para intentar dormir, finalmente logré conciliar el sueño luego de horas pasadas mirando el techo de dormitorio."El niño que había visto esa noche, lo vi con las mismas lágrimas de sangre chorrear por sus ojos, su cabello castaño le caía sobre el rostro y tenía una agonizante mirada atormentada, este me hizo una seña con su dedo índice para que yo lo siguiera y luego se echó a correr por los oscuros y tenebrosos pasillos del internado, yo lo seguí, corrí detrás de él intentando alcanzarlo y llevar su ritmo, lo perseguí hasta que me llevó al jardín interno de la escuela, se detuvo frente a unas puertas de madera rancia que había
en el suelo que parecían comunicar con un sótano y estaban escondidas intencionalmente bajo plantas, hojas, flores y escombros. Algo dentro de mí me decía que entrara, ese pequeño quería decirme algo y yo lo sabía. Abrí aquellas puertas y vi unos escalones que daban hacia abajo donde solo podía ver la negrura de la oscuridad. Me adentré a aquel hoyo en el suelo bajando por las escaleras de madera también, todo estaba demasiado negro debido a la oscuridad en ese lugar pero cuando llegué completamente hasta abajo las luces se encendieron y salían
deslumbrantes de todas partes, ahora el lugar se veía con claridad, era un sótano pero en el medio de la habitación yacía colgado aquel niño, ahorcado con una cuerda atada al techo."Desperté. Otra pesadilla, por poco no suelto el grito de miedo pero lo contuve cuando supe que solo había sido un sueño. A mi alrededor se encontraban las innumerables chicas que compartían el dormitorio conmigo vestidas con el uniforme de la academia y peinándose o maquillándose. Rubie me echó una mirada acusadora y destilaba veneno por los poros.
–¡Chicas! –exclamó por lo alto para llamar la atención de todas–. ¿Sabían que la nueva
chica es una zorra, una barata, una cualquiera?
Si, ella se refería a mí, semejantes acusaciones aquellas, ella ni siquiera me conocía. La
fulminé con la mirada desde mi cama.
-Anoche metió a un chico a su cama –continuó la maldita, probablemente había visto a Hashton y había aparentado estar dormida. Las caras de sorpresas de todas se expresaron notablemente, me lanzaban miradas llenas de picardía, sarcasmo y asombro.
–¿En serio? –dijo una chica pecosa de cabellos rojos, más pequeña que el resto–. ¿Un chico
del instituto?
–¡No! –le contesto Rubie–. Era un chico de afuera y era algo mayor. ¿Y es que no lo ven?
Ella lleva una camisa de hombre esta mañana, anoche la vimos dormida con una camisa de chica. ¿Con cuántos se habrá acostado esa vagabunda?
Mi cólera creció demasiado no iba a seguir aguantando que esta teñida, falsa, envidiosa y ridícula continuara con sus insultos. Nunca pensé que la primera vez que socializara con chicas de mi edad iba a ser por una pelea, y yo nunca era violenta pero sentí unas terribles ganas de sacudirla por los cabellos, me levanté de la cama y me lancé hacia ella y le di un fuerte empujón que la mandó directo hasta la mesa del tocador que estaba a sus espaldas haciendo que derribe todo lo que había encima de esta y que casi se rompiera el espejo. Sus amigas fueron
tras su ayuda, ellas corrieron para ayudarla a levantar.
–Sucia inútil -me insultó Rubie-. Debí imaginar que debías ser una chica violenta si
saliste de la cárcel.
Nunca pensé que yo haría algo así pero luego me acerqué a ella y la insulté como pude, además
la amenacé.–¡JA! –balbuceé–. Estás completamente loca y eres una maldita idiota, rubia
falsa, envidiosa, tarada, sin cerebro, hueca, teñida, además de ridícula, imbécil, bruta e
ignorante, entrometida, harpía venenosa, arrastrada, necesitas de un terapeuta, un psiquiatra tal vez, ¿qué acaso no puedes meter tus narices en tus propios asuntos? ¿O quizás te interesa demasiado lo que yo hago? Ah y por cierto, hasta acá se nota que rellenas tu sostén. Asombro en las caras de todas fue lo siguiente que vi, y ¡BAM! Di en el blanco, puse en su sitio a esa taradita. Ella se levantó con la ayuda de sus amiguitas y me miró con odio
.–¡Me las vas a pagar estúpida! –me dijo a gritos.
–Agradece que no te arrastre de los cabellos. Después de todo soy violenta, vengo de la cárcel ¿no? –lancé mi voz llena de sarcasmo.
Rubie y sus club de fans se retiraron indignadas, bueno al menos Rubie sí, el resto estaban
asombradas. Busqué mi uniforme y me lo coloqué para luego enfrentarme a el primer día de clases, bajé a ese gran comedor con mesas extensas y larguísimas donde todos los estudiantes ya estaban sentados y haciendo una oración al unísono. "Llegue tarde." Imaginé. Todos me miraron entrar como la única intrusa que llegaba tarde al desayuno, me quedé de pie recostada a una pared hasta que terminaron de rezar y agradecer los alimentos y fui directo a buscar un asiento en las mesas de madera de pino probablemente. Todos los asientos parecían estar
ocupados y cuando las chicas me veían acercar colocaban sus bolsos o sus piernas para ocupar más espacio. Me odiaban.
Todos me odiaban. Al fin y cabo un chico se abrió un espacio y me hizo una seña golpeando con su mano el lugar a su lado para que me sentara junto a él. Este chico era apuesto como todos los de la academia, también era rubio como la mayoría, su cabello era corto y estaba bien peinado, sus ojos eran de un azul penetrante igual al mar en Australia, y su sonrisa deslumbrante y cautivadora. Tomé un plato y serví en él comida, frutas, hot cakes con miel, tostadas y wafles, claro, una delicia. El chico a mi lado mordisqueaba un poco de pan tostado.
–Soy Niall –me dijo este joven–. ¿Cómo te llamas?
Bastante tardé en asimilar que me estaba hablando a mí. ¿Qué clase de chico de ese internado en su sano juicio le hablaría a la nueva rara delante de todo el mundo?
–¿Me hablas a mí? –le pregunté.
–Por supuesto.
–Soy _______.
La chica que estaba en frente de mí comiendo una ensalada de frutas me observaba como si me odiara.
–No te preocupes si las chicas son odiosas contigo –me dijo Niall al oído–. Suelen ser algo
hostiles al principio.
–Yo diría sangronas y pesadas –musité.
Niall se echó a reír por lo bajo. Luego de desayunar comenzaron las actividades escolares, estuve en clases como francés, aritmética, gimnasia y cocina sin demasiado éxito socializando con los demás estudiantes.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
–Ten –me dio su camisa–. Puedes ponértela luego si quieres.
Iba a necesitarla si mi camisa estaba rota.
Harry parecía estar enojado conmigo, no me miraba igual, entonces me acerqué a él con los brazos abiertos para abrazarlo, lo rodeé con mis brazos apretándolo fuerte, él dejó sus brazos a cada lado de su cuerpo y no correspondió a mi abrazo , sencillamente dejó que lo abrazara.
–Harry... –le dije con una vocecita entrecortada.
Hundí mi cara en su pecho desnudo y fuerte y luego lo besé, le di un cortito beso en su pecho y luego saboreé mis labios aún sin soltar a Harry, pero cuando sintió mis labios tocar su pecho me tomó de los hombros y me alejó de él.
–______, vete a la habitación –me dijo Harry en tono firme y poco amable–. Tengo que irme.
–Harry, perdón –le dije–. ¿Estás enojado conmigo?
No me contestó. Me observaba con los ojos entrecerrados.
–Vamos, yo te acompañó al cuarto –se ofreció Hashton –. Te van a castigar si te ven aquí.
Hashton puso su mano extendida sobre mi espalda y me empujó con delicadeza para que yo caminara, Harry no hizo más que quedarse de pie, antes de marcharme con Haston le lancé una mirada de disculpas a Harry y él cruzó sus brazos sobre su pecho desnudo, ese chico me volvía loca, lo amaba. A hurtadillas llegamos hasta la habitación, todas las chicas seguían dormidas, Hashton entró conmigo y nos sentamos juntos en la cama.
–Descansa, _______. –me susurró Hashton para que nadie escuche–. Te visitaré mañana. Segundos largos de silencio impregnaron la habitación.
– Hashton, ¿para que vino Harry? –pregunté–. ¿Ustedes vinieron a decirme algo en
específico?
–Sí, vinimos para decirte que encontramos una parte de una de las paginas en las que está escrita la profecía, era la que tenía Nicholas en el hotel. Vamos a intentar romper la maldición de Harry.
–¿Y qué significa lo que dijeron los demonios? ¿Qué querían decir con que soy la elegida?
–le pregunté, yo todavía cerraba la camisa que Nicholas me había regalado con mis manos y sobre mi hombro descansaba la camisa de Harry.
–Tienes la marca del salvador, hay una vieja historia que habla sobre un salvador que vendrá al mundo cuando se desate la guerra entre el cielo y el infierno, éste sería un simple mortal que acabaría con el mal y devolvería a los demonios a su infierno, lo reconoceríamos cuando viéramos la marca, es la que tú tienes. No estoy muy seguro de si esto es cierto, o tal vez sea una casualidad que tengas una marca igual pero ahora los demonios están buscándote para matarte y habrá que mantenerte segura. Te recomiendo que te mantengas con personas, no vayas sola a ninguna parte y no salgas del internado por favor.
Asentí con la cabeza solo para darle la razón.
–¿______? Dime una cosa... –siguió él susurrando–. ¿Estás enamorada de Harry?
–Sí –afirmé.
–Es la maldición –se dijo a sí mismo–. Cada vez se sentirán más atraídos, la maldición
se encarga de que nunca dejen de amarse así Harry tendrá que sufrir a como dé lugar.
–¿Hay forma de acabar con la maldición cierto? –musité.
–La verdad no lo creo, ______ –me contestó–. Lo mejor sería que alejes de mi hermano, él
no quiere hacerte daño pero terminará haciéndolo de todas formas, él está condenado.
–Pero yo lo necesito –cuando dije esto Hashton apartó unos cabellos que me caían sobre el
rostro con toda la delicadeza posible.
–Me voy, ______ –me besó en la mejilla, sentí sus labios tan cálidos y suaves rozar mi
rostro justo muy cerca de mis labios, nuevamente me ruboricé.
Hashton atravesó el cuarto con pisadas firmes dando imponentes pasos, yo miraba su espalda cuando se alejaba con su hermosa, relajada y sexy forma de andar. Me coloqué la camisa de Harry antes de irme a la cama para intentar dormir, finalmente logré conciliar el sueño luego de horas pasadas mirando el techo de dormitorio."El niño que había visto esa noche, lo vi con las mismas lágrimas de sangre chorrear por sus ojos, su cabello castaño le caía sobre el rostro y tenía una agonizante mirada atormentada, este me hizo una seña con su dedo índice para que yo lo siguiera y luego se echó a correr por los oscuros y tenebrosos pasillos del internado, yo lo seguí, corrí detrás de él intentando alcanzarlo y llevar su ritmo, lo perseguí hasta que me llevó al jardín interno de la escuela, se detuvo frente a unas puertas de madera rancia que había
en el suelo que parecían comunicar con un sótano y estaban escondidas intencionalmente bajo plantas, hojas, flores y escombros. Algo dentro de mí me decía que entrara, ese pequeño quería decirme algo y yo lo sabía. Abrí aquellas puertas y vi unos escalones que daban hacia abajo donde solo podía ver la negrura de la oscuridad. Me adentré a aquel hoyo en el suelo bajando por las escaleras de madera también, todo estaba demasiado negro debido a la oscuridad en ese lugar pero cuando llegué completamente hasta abajo las luces se encendieron y salían
deslumbrantes de todas partes, ahora el lugar se veía con claridad, era un sótano pero en el medio de la habitación yacía colgado aquel niño, ahorcado con una cuerda atada al techo."Desperté. Otra pesadilla, por poco no suelto el grito de miedo pero lo contuve cuando supe que solo había sido un sueño. A mi alrededor se encontraban las innumerables chicas que compartían el dormitorio conmigo vestidas con el uniforme de la academia y peinándose o maquillándose. Rubie me echó una mirada acusadora y destilaba veneno por los poros.
–¡Chicas! –exclamó por lo alto para llamar la atención de todas–. ¿Sabían que la nueva
chica es una zorra, una barata, una cualquiera?
Si, ella se refería a mí, semejantes acusaciones aquellas, ella ni siquiera me conocía. La
fulminé con la mirada desde mi cama.
-Anoche metió a un chico a su cama –continuó la maldita, probablemente había visto a Hashton y había aparentado estar dormida. Las caras de sorpresas de todas se expresaron notablemente, me lanzaban miradas llenas de picardía, sarcasmo y asombro.
–¿En serio? –dijo una chica pecosa de cabellos rojos, más pequeña que el resto–. ¿Un chico
del instituto?
–¡No! –le contesto Rubie–. Era un chico de afuera y era algo mayor. ¿Y es que no lo ven?
Ella lleva una camisa de hombre esta mañana, anoche la vimos dormida con una camisa de chica. ¿Con cuántos se habrá acostado esa vagabunda?
Mi cólera creció demasiado no iba a seguir aguantando que esta teñida, falsa, envidiosa y ridícula continuara con sus insultos. Nunca pensé que la primera vez que socializara con chicas de mi edad iba a ser por una pelea, y yo nunca era violenta pero sentí unas terribles ganas de sacudirla por los cabellos, me levanté de la cama y me lancé hacia ella y le di un fuerte empujón que la mandó directo hasta la mesa del tocador que estaba a sus espaldas haciendo que derribe todo lo que había encima de esta y que casi se rompiera el espejo. Sus amigas fueron
tras su ayuda, ellas corrieron para ayudarla a levantar.
–Sucia inútil -me insultó Rubie-. Debí imaginar que debías ser una chica violenta si
saliste de la cárcel.
Nunca pensé que yo haría algo así pero luego me acerqué a ella y la insulté como pude, además
la amenacé.–¡JA! –balbuceé–. Estás completamente loca y eres una maldita idiota, rubia
falsa, envidiosa, tarada, sin cerebro, hueca, teñida, además de ridícula, imbécil, bruta e
ignorante, entrometida, harpía venenosa, arrastrada, necesitas de un terapeuta, un psiquiatra tal vez, ¿qué acaso no puedes meter tus narices en tus propios asuntos? ¿O quizás te interesa demasiado lo que yo hago? Ah y por cierto, hasta acá se nota que rellenas tu sostén. Asombro en las caras de todas fue lo siguiente que vi, y ¡BAM! Di en el blanco, puse en su sitio a esa taradita. Ella se levantó con la ayuda de sus amiguitas y me miró con odio
.–¡Me las vas a pagar estúpida! –me dijo a gritos.
–Agradece que no te arrastre de los cabellos. Después de todo soy violenta, vengo de la cárcel ¿no? –lancé mi voz llena de sarcasmo.
Rubie y sus club de fans se retiraron indignadas, bueno al menos Rubie sí, el resto estaban
asombradas. Busqué mi uniforme y me lo coloqué para luego enfrentarme a el primer día de clases, bajé a ese gran comedor con mesas extensas y larguísimas donde todos los estudiantes ya estaban sentados y haciendo una oración al unísono. "Llegue tarde." Imaginé. Todos me miraron entrar como la única intrusa que llegaba tarde al desayuno, me quedé de pie recostada a una pared hasta que terminaron de rezar y agradecer los alimentos y fui directo a buscar un asiento en las mesas de madera de pino probablemente. Todos los asientos parecían estar
ocupados y cuando las chicas me veían acercar colocaban sus bolsos o sus piernas para ocupar más espacio. Me odiaban.
Todos me odiaban. Al fin y cabo un chico se abrió un espacio y me hizo una seña golpeando con su mano el lugar a su lado para que me sentara junto a él. Este chico era apuesto como todos los de la academia, también era rubio como la mayoría, su cabello era corto y estaba bien peinado, sus ojos eran de un azul penetrante igual al mar en Australia, y su sonrisa deslumbrante y cautivadora. Tomé un plato y serví en él comida, frutas, hot cakes con miel, tostadas y wafles, claro, una delicia. El chico a mi lado mordisqueaba un poco de pan tostado.
–Soy Niall –me dijo este joven–. ¿Cómo te llamas?
Bastante tardé en asimilar que me estaba hablando a mí. ¿Qué clase de chico de ese internado en su sano juicio le hablaría a la nueva rara delante de todo el mundo?
–¿Me hablas a mí? –le pregunté.
–Por supuesto.
–Soy _______.
La chica que estaba en frente de mí comiendo una ensalada de frutas me observaba como si me odiara.
–No te preocupes si las chicas son odiosas contigo –me dijo Niall al oído–. Suelen ser algo
hostiles al principio.
–Yo diría sangronas y pesadas –musité.
Niall se echó a reír por lo bajo. Luego de desayunar comenzaron las actividades escolares, estuve en clases como francés, aritmética, gimnasia y cocina sin demasiado éxito socializando con los demás estudiantes.
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Marielstyles*-*
Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
Cody McGraw
Puedo asegurar que no era nada agradable estar en Kent College, me sentía humillada y maltratada, todas esas chicas hablaban mal de mí y me miraban mal, estar obligada a estar en un lugar en el que sabes no te quieren es realmente desagradable, es por eso nunca acepté vivir con mis tíos en Australia. Lo que restaba de la mañana estuve lidiando con todos esos molestos chicos pero a la hora del almuerzo Niall fue a buscarme, el único chico al que parecía agradarle.
–Hola, _______ –me saludó sonriendo.
–Hola, Niall.
–_______, quiero mostrarte algo. Ven conmigo –dijo él.
–¿Qué cosa? –pregunté.
–Sígueme.
Tomó mi mano y me llevó con él hasta el gran jardín, el mismo jardín que había visto en mis sueños, con flores y arboles bien cuidados, de las hojas y de los pétalos de las flores caía el agua de la lluvia que aún quedaba debido que toda la mañana había caído agua a cantaros.
–¿Qué hacemos acá? –pregunté y vi además ese par de puertas pequeñas en el suelo algo escondidas entre las hojas. ¿Cómo era posible que haya visto en mis sueños algo que nunca había visto antes pero que si existía? Me preguntaba yo, es decir, yo había soñado con ese jardín y esas puertas que daban hacia un sótano sin haberlos visto nunca antes para luego enterarme de que eso era real, sí existía un jardín como ese y la misma entrada escondida entre la penumbra y entre las hojas caídas y enredaderas de ramas del suelo.
–Quiero que veas algo –respondió Niall mientras apartaba con sus pies aquellas plantas que ocultaban ambas puertas de madera podrida por efecto de la humedad. Cuando la entrada al que yo creía que era un sótano estuvo descubierta Niall se inclinó hacia el suelo para halar las puertitas hacia él hasta que se abrieron. Miré hacia abajo hasta aquel hoyo en el suelo, solo vi oscuridad absoluta, el color negro era lo que abundaba dentro de ese lugar y apenas se distinguían los peldaños de una escalera que bajaba. Igual a mi sueño. –Las damas primero -–escuché decir a Niall que seguía a mi lado–. Entra por favor.
Niall parecía un chico cortés a simple vista, al menos era el único que no me había tratado de indigente, loca, ex-presidiaria, o chica barata, aunque acababa de conocerlo pero tampoco podía decir que era todo un amor, solo tenía pinta de un buen chico. Yo me preguntaba qué rayos estaba planeando ese chico, igual sentía cierta desconfianza hacia su persona, no me parecía racional que un chico de esa academia socializara de buena forma conmigo.
–¿Qué hay allí dentro? –pregunté a Niall-. Está muy oscuro.
–¡Vamos! Quiero que veas algo.
–¿Estás seguro de que no es peligroso?
–Segurísimo –dijo Niall sonriendo–. Anda, tengo una sorpresa para ti.-Dude un poco al entrar a ese sótano pues la pesadilla que había tenido aún seguía atormentándome. Noté en mi cara esa expresión discrepante de desaprobación, yo no quería seguir hasta allá abajo pero aun así comencé a bajar los escalones resquebrajados e inseguros mientras me adentraba hacia el absoluto negro profundo de la oscuridad del lugar, mientras bajaba las escaleras lancé una mirada hacia arriba para luego percatarme de que Niall no me seguía, él estaba de pie en la superficie exterior y me observaba desde arriba con una maliciosa sonrisa, seguidamente lo miré entre parpadeos de disgusto y lo vi cerrar las puertas de la entradita conmigo dentro y él afuera. "Lo sabía" pensé. Había sido un trampa, me había encerrado para asustarme. La oscuridad ahora si era absoluta. Maldije a Niall y emprendí escaleras arriba para golpear las puertecitas de madera de la entrada.
–¡Hey! Sácame de aquí –grité desde allá abajo y golpeé con fuerza las tablas.
–¡Lo siento, ______, eres muy bonita pero debíamos darte la bienvenida! –gritó el imbécil de Niall desde otro lado. Sonaron un par de carcajadas desde afuera.
–Ahora aprenderás, tontita –se escuchó la voz de Rubie–. Eso te pasa por meterte conmigo y por supuesto por ser una barata cualquiera. ¿Crees que mi novio de verdad iba a querer estar contigo alguna vez?
Supe entonces que cuando habló de su novio se refería a Niall.
Par de idiotas resultaron ser esos dos. Yo estaba colérica y comencé a golpear las puertas, además la sensación de estar en ese lugar me hacía sentirme aterrorizada y angustiada, tenía miedo, miedo a quedarme allí sola, miedo a la oscuridad que había, temía lidiar otra vez con aquellos traumáticos "espectros".
Puedo asegurar que no era nada agradable estar en Kent College, me sentía humillada y maltratada, todas esas chicas hablaban mal de mí y me miraban mal, estar obligada a estar en un lugar en el que sabes no te quieren es realmente desagradable, es por eso nunca acepté vivir con mis tíos en Australia. Lo que restaba de la mañana estuve lidiando con todos esos molestos chicos pero a la hora del almuerzo Niall fue a buscarme, el único chico al que parecía agradarle.
–Hola, _______ –me saludó sonriendo.
–Hola, Niall.
–_______, quiero mostrarte algo. Ven conmigo –dijo él.
–¿Qué cosa? –pregunté.
–Sígueme.
Tomó mi mano y me llevó con él hasta el gran jardín, el mismo jardín que había visto en mis sueños, con flores y arboles bien cuidados, de las hojas y de los pétalos de las flores caía el agua de la lluvia que aún quedaba debido que toda la mañana había caído agua a cantaros.
–¿Qué hacemos acá? –pregunté y vi además ese par de puertas pequeñas en el suelo algo escondidas entre las hojas. ¿Cómo era posible que haya visto en mis sueños algo que nunca había visto antes pero que si existía? Me preguntaba yo, es decir, yo había soñado con ese jardín y esas puertas que daban hacia un sótano sin haberlos visto nunca antes para luego enterarme de que eso era real, sí existía un jardín como ese y la misma entrada escondida entre la penumbra y entre las hojas caídas y enredaderas de ramas del suelo.
–Quiero que veas algo –respondió Niall mientras apartaba con sus pies aquellas plantas que ocultaban ambas puertas de madera podrida por efecto de la humedad. Cuando la entrada al que yo creía que era un sótano estuvo descubierta Niall se inclinó hacia el suelo para halar las puertitas hacia él hasta que se abrieron. Miré hacia abajo hasta aquel hoyo en el suelo, solo vi oscuridad absoluta, el color negro era lo que abundaba dentro de ese lugar y apenas se distinguían los peldaños de una escalera que bajaba. Igual a mi sueño. –Las damas primero -–escuché decir a Niall que seguía a mi lado–. Entra por favor.
Niall parecía un chico cortés a simple vista, al menos era el único que no me había tratado de indigente, loca, ex-presidiaria, o chica barata, aunque acababa de conocerlo pero tampoco podía decir que era todo un amor, solo tenía pinta de un buen chico. Yo me preguntaba qué rayos estaba planeando ese chico, igual sentía cierta desconfianza hacia su persona, no me parecía racional que un chico de esa academia socializara de buena forma conmigo.
–¿Qué hay allí dentro? –pregunté a Niall-. Está muy oscuro.
–¡Vamos! Quiero que veas algo.
–¿Estás seguro de que no es peligroso?
–Segurísimo –dijo Niall sonriendo–. Anda, tengo una sorpresa para ti.-Dude un poco al entrar a ese sótano pues la pesadilla que había tenido aún seguía atormentándome. Noté en mi cara esa expresión discrepante de desaprobación, yo no quería seguir hasta allá abajo pero aun así comencé a bajar los escalones resquebrajados e inseguros mientras me adentraba hacia el absoluto negro profundo de la oscuridad del lugar, mientras bajaba las escaleras lancé una mirada hacia arriba para luego percatarme de que Niall no me seguía, él estaba de pie en la superficie exterior y me observaba desde arriba con una maliciosa sonrisa, seguidamente lo miré entre parpadeos de disgusto y lo vi cerrar las puertas de la entradita conmigo dentro y él afuera. "Lo sabía" pensé. Había sido un trampa, me había encerrado para asustarme. La oscuridad ahora si era absoluta. Maldije a Niall y emprendí escaleras arriba para golpear las puertecitas de madera de la entrada.
–¡Hey! Sácame de aquí –grité desde allá abajo y golpeé con fuerza las tablas.
–¡Lo siento, ______, eres muy bonita pero debíamos darte la bienvenida! –gritó el imbécil de Niall desde otro lado. Sonaron un par de carcajadas desde afuera.
–Ahora aprenderás, tontita –se escuchó la voz de Rubie–. Eso te pasa por meterte conmigo y por supuesto por ser una barata cualquiera. ¿Crees que mi novio de verdad iba a querer estar contigo alguna vez?
Supe entonces que cuando habló de su novio se refería a Niall.
Par de idiotas resultaron ser esos dos. Yo estaba colérica y comencé a golpear las puertas, además la sensación de estar en ese lugar me hacía sentirme aterrorizada y angustiada, tenía miedo, miedo a quedarme allí sola, miedo a la oscuridad que había, temía lidiar otra vez con aquellos traumáticos "espectros".
Marielstyles*-*
Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
Hola!!!!! soy Monse Nueva y Fiel lectora me encanta tu novela es hermosa amo su suspenso es ajkdsdñdjkkfg siguela!!!!!!
Panquesito4ever_1D
Re: ♠Enamorada de un demonio♠Harry Styles Y TU|| NECESITO LECTORAS:D
MALDITA!!!! Huy es que yo la mato! SI me hacen eso, yo lo que haria es darle la coñaza mas grande de su vida!!! Y a NIall! Pfff lo siento rubio, tambien te golpearia. Y DURO!! (Duro contra el muro e.e) Okno
Siguela porfavor!!!!!!
Me encanta!!!
Siguela porfavor!!!!!!
Me encanta!!!
lucy99 messer
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