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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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The Roadtrip
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: The Roadtrip
igual ;-; le recuerdo a Anto que solo le queda hasta mañana, si no pasamos a la siguiente escritora :c
peralta.
---------
Re: The Roadtrip
- Holi.:
- Subí apenas me tocó porque a) no podré subir después y b) quería. El capítulo... no sé si está corto o largo, la cosa es que casi no tengo tramas -soy nueva, nótese- y eso, además es tarde, tengo sueño, estoy cumpliendo años, y bueno, eso. Sigue Steph, como es obvio. Amen a Damen, por favor, porque Damen es la ley. Eso.
¿Mencioné ya que estoy cumpliendo años? Vale, ya... En fin. eso. chao.
PDTA: Capítulo 40. qué numero tan bonito, ¿verdad? HDASJKDA
PDTA2: Acabo de revisar y sí, si está largo. Ugh. Lo siento
CAPITULO 40.
BY KITTY SYKES 2014.
En medio de todo el jaleo que significaba estar a la hora de la fogata, ya en su tercer día de formar parte de la extraña, por decir algo, “familia” que la había acogido junto con Jason y Damen, aún no lograba adaptarse del todo. Sebastien, hasta entonces, había sido con el que más había socializado. Y Jason no cuenta porque no sería justo. Y Damen, bueno, era un punto a parte. Eso no quitaba muchos habían sido muy dulces y amables con ella. Unos más que otros, como lo era Penny que le había indicado dónde dormiría y le había proporcionado frazadas, además de, claro, haberla ayudado a salir de las manos de los motociclistas. Estaba Violet que le comentó un par de cosas sobre cómo era el estilo de vida de los chicos. Daniel quien le preguntaba casualmente si se encontraba a gusto a lo que ella le respondía con una sonrisa y un convincente sí. Fauna que no reparaba en dejar de sonreírle, y una vez le había dicho que adoraba como tenía el cabello.
Pero todo eso no iba con Maaia.
Así que así eran las cosas: los chicos –la mayoría, estaban reunidos alrededor de una fogata, bebiendo, riendo, compartiendo historias. Estaba los que se apartaban un poco, y los que no se unían. Ella, Mason, Damen. Un chico que se llamaba Sam, si no se equivocaba, y un poco más allá, una chica que se llamaba Jackie. Pero al menos a todos les caía la agradable luz de la fogata.
Maaia se había alejado bastante, bastante hasta que si se giraba hacía el grupo, podría cubrirlos con el puño. Estaba sentada en el suelo, arrancando hierbajos nerviosamente mientras miraba el cielo. Había una luna redonda y casi llena que iluminaba la bóveda con su fría existencia, y estaban sus fieles seguidores las estrellas.
Desde la ciudad, había noches en las que no había una sola estrella en el firmamento, pero no era más que por la misma causa del hombre. Supo, de una forma extraña, que así sería en alguna ciudad del mundo, y que, mientras ella estaba ahí observando los cuerpos celestes, había un montón de ciudadanos que no lo hacían.
La atacó el pensamiento de que Emily tampoco las veía, y eso fue suficiente para no querer verlas más. Miró hacía el suelo, sus manos estaba sucias por la tierra y el césped, sus uñas se habían roto, al menos la mayoría, con el forcejeo y la pelea con los motociclistas. El montón de hierbajos, algunos arrancados de raíz, rodeándola y el repentino bajón en la temperatura atmosférica la tenían inquieta.
Eso, y el pensamiento de Emily. Apretó los ojos de puro dolor. Cuando los abrió, lágrimas se deslizaron de ellos, delgadas, pequeñas, se secaron de inmediato. Miró hacía el cielo. Buscó. Escrutó la inmensidad de la bóveda buscando las figuras tan conocidas, pero se sintió abrumada de ver tantas y no encontrarlos.
Comenzó a hiperventilar. ¿Dónde estaban, dónde? Buscó con sus ojos tratando de no parpadear, pero lágrimas comenzaron a arremolinarse en las esquinas, nublando su visión. Finalmente, cuando dejó escapar un sollozo, encontró a Orion, y eso bastó para que se sintiera mejor. Junto a él, Monoceros relinchaba triunfante, y más abajo, Lepus se preparaba para dar un gran salto. Parpadeó las lágrimas y respiró aliviada.
—Miras al cielo como si te fuera a dar la respuesta de la vida. —Sebastien se sentó junto a ella. Maaia no se movió, respiró tranquilamente antes de contestar y, cuando lo hizo, lo hizo con una enorme sonrisa.
—Los egipcios veían el futuro en las estrellas. Al igual que muchas culturas más.
—¿Y qué ves tú? —Miró a Sebastien, quien la miraba directamente. Maaia se había obsesionado fácilmente con sus ojos, eran profundos y ocultaban cosas que ella moría por saber. Era tan curiosa que se habría ido al infierno sin pensarlo dos veces sólo para saber si era caliente o frío.
—Bueno… —Murmuró—. Veo mi casa —Sebastien enarcó las cejas y Maaia se quiso golpear—. No, no eso. Quiero decir, no soy del espacio, sólo… —Sebastien se rio de ella y miró hacía las estrellas. Maaia entornó los ojos con una sonrisa—. Te burlas de mí.
—Claro que no. Eres divertida, eso es todo.
—Bueno, ¿sabes guardar un secreto?
—No —Contestó rápidamente, y Maaia casi se lo traga, pero entonces Sebastien la miró de reojo para ver su rostro de conmocionada, entonces supo que bromeaba. Lo golpeó suavemente en el hombro y se rio junto con él—. Dime.
—Bueno, es tonto a decir verdad —Volvió a mirar al cielo—. Antes de morir, mamá me enseñó un puñado de constelaciones. Me confesó que cuando sentía que extrañaba casa, sólo le bastaba con mirar al cielo y encontrar tres constelaciones. Las que fueran. Desde entonces, siempre lo hago, creo seriamente que esa es la razón de mi claustrofobia —Hubo un silencio, y Maaia tuvo miedo de haber quedado en ridículo. Ladeó la cabeza un par de veces y finalmente, miró a Sebastien.
—Eso es algo.
—Sí, lo sé. Mi mamá era… y bueno, yo soy… es alto tonto, como te dije.
—No, no —Ahora nuevamente la miraba, con una media sonrisa—. Es lindo. Como el muñeco que espanta los miedos de la noche.
—Tenía uno. Se llama Yddet.
—¿Yddet?
—Bueno, todas las chicas en el mundo tienen un oso que se llama Teddy, yo tengo un gato, y se llama Yddet.
—¿Tienes? —Maaia se sonrojó.
—No es importante, lo dejé en… ¡Te burlas de mi nuevamente! —Exclamó y Sebastien esta vez no pudo evitar reír fuertemente, Maaia lo golpeó una vez y luego se unió a él en la risa.
—Así que, Sonny, tienes un oso que se llama Yddet, y una obsesión por las estrellas. Ah, claro, también un claro estilo que se va por lo no-convencional. ¿Algo más que añadir a la lista de cosas que debo de saber de ti? —Maaia se mordió la lengua. ¿Estaba bien confiar en él? No esperó responder eso y comenzó a hablar.
—Bueno, había un tío. —Entonces Sebastien se tiró hacia atrás mientras exclamaba un “¡No!”, colocó ambas manos en bajo su cabeza adoptando la posición “despreocupada”
—Siempre había un tío. Créeme, lo sé. Yo soy “el tío” de muchas chicas. —Maaia rió.
—Si bueno, no eres mi tío, ¿verdad? Así que déjame contar la historia —Se recostó boca abajo y se apoyó en sus codos para verlo a la cara—. Estaba este tío, Seth, que era un auténtico chico-malo.
—Ah, no puedo creerlo. —Dijo sarcástico.
—Sí, y bueno, era todo un tío malo. Bebía, se drogaba, se tiraba a tías y peleaba en fiestas…
—Creo que sé lo que sigue…
—Y me encantaba. —Sebastien largó algo así como un aullido burlesco. Maaia sólo pudo reír reconociendo lo estúpida que era.
—Por un momento pensé que no eras tan cliché.
—¡Sebastien! ¡Déjame! —Dijo riendo—. Vale, digamos que salimos un par de veces…
—Já.
—Y bebimos.
—Já.
—Y nos drogamos.
—¿Y tiraron?
—Un par de veces.
—¡JÁ! —Sebastien rio y cerró los ojos.
—Y entonces, una vez, pasó algo que nos cambió. —El relato se volvió más sombrío. Maaia entornó los ojos hacía el suelo y Sebastien abrió los ojos consternado para observar las estrellas, era como si ambos tuviera su propia continuación de la historia. Y ninguna de las dos era exactamente agradable.
Maaia no siguió hablando. Se quedaron así por un largo rato y comprendieron que ambos tenían una gran carga sobre sus hombros. Un momento después, fue como si se pusieran de acuerdo, y sus miradas se cruzaron, Sebastien alargó una mano a su cabello y cogió un pequeño mechón multicolor entre sus dedos. Tiró de él varias veces, como si tocara una campana. Y mientras lo hacía, Maaia pensó que no quería que eso se detuviera nunca. Se sentía llena de paz y sintió una especie de conexión emocional, una por la que tanto había estado rogando.
Estaba frente a ella, y se llamaba Sebastien Parker. Y Maaia supo que adónde fuera él, ella lo seguiría, sólo para asegurarse de que siguiera tirando así de su cabello, tocando la campana sin sonido que aleja los demonios y trae la tranquilidad.
Damen no dejaba de pensar que, para Maaia, había sido más fácil adaptarse que para él. Las mujeres son más sociales, y si no, tienen ese magnetismo que te atrae a ellas y no te deja escapar haciéndote así su nuevo amigo. O amigas, ya que él personalmente había visto cómo funcionaba también con mujeres.
Bueno, él no lo tenía. Y aunque bien decir que se le había complicado el estar con tanta gente era mentira, Damen no dejaba de sentirse un poco inquieto. Primero que nada porque todo estaba pasando muy rápido, demasiado. Hacía nada había subido al auto de Maaia cuando los motociclistas decidieron hacerles la vida imposible, y cuando apareció el grupo y los sacó de eso. Pero a Damen le costaba adaptarse a los entorno y eso era un hecho, y apenas se había hecho a la idea de viajar con Jason y Maaia, cuando las cosas se complicaron.
Damen no se quejaba; podía ser peor. Podría haber muerto, podrían haberlo golpeado más, o podría haberle hecho mal a Maaia sin que él o Jason pudieran hacer nada más que mirar con ojos impotentes tal injusticia. Pero no pasó, nada de eso pasó. Y en cambio, ahora había un gran grupo, con tres vehículos y mucha, mucha gente.
Lo que le molestaba en cierta triste forma, era lo poco cercano a Maaia que podría ser en tal entorno, ella ya se había hecho con el chico ese, Sebastien, y además tenía a Jason, y sabía que lentamente la lista de hombres que cogerían cariño por ella como para defenderla y tratarla como una hermana menor aumentaría. Sólo que él dudaba llegar a ser parte de ellos. Y eso, en cierta forma, le dolía.
Sabía que Maaia no se juntaría con las mujeres, era esa cosa que podías adivinar fácilmente, tenía ese carácter y esas cualidades, además esa aura que te dice que es la clase de chicas que las novias odian porque siempre están con sus novios, y sus novios no van a dejar a alguien como Maaia por un ligue repentino.
Ah, analizar a las personas. Una mala manía que Damen nunca asesinó.
Pensó en ir dónde estaba Mason, pero una chica de cabello castaño, alejada de todos le llamó la atención. Si mal no estaba, su nombre era Caitlin, y era inquilina, justo como él. Esos fueron motivos suficientes como para que él emprendiera rumbo junto a ella.
Había escuchado que era mala, una falsa y no recordaba que más, pero justo como estaba, sentada a lo indio sobre el césped mientras recibía el sol, sólo le parecía una chiquilla malcriada. Y le recordaba inmensamente a ella. Con un chasquido finalmente se sentó junto a Caitlin.
—Hola.
—¿Disculpa? —la sorpresa se podía observar en el rostro de la castaña. Según creyó Damen, nadie quería hablarle o tener alguna plática con ella…, lucía precavida, lo cual era obvio teniendo en cuenta que ni sabía quién era el chico que se había situado a su lado.
—Te disculpo. ¿Te comieron la lengua los ratones o es que ya ni sabes responder un saludo? —Al parecer trató de ocultar la sorpresa, de repente parecía que sus ojos decían “¿Quién te crees, hijo de puta?” A Damen le causó risa aquello.
—No sé quién eres y no estoy de humor para tener una conversación estúpida con alguien como tú —Se levantó de donde se hallaban ambos para alejarse.
—Damen Issadora, un gusto, Caitlin —Saludó el Damen, se levantó rápido y la alcanzó tomando la mano de ella para posar un beso en esta.
—Lamentablemente no puedo decir lo mismo, chico —comento la oji marrón retirando con rapidez su mano—. ¿Eres nuevo, cierto?
—Creo que por algo no sabías mi nombre ¿cierto?
—No te creas tanto… no me sé el nombre de la mitad del campamento —Elevó sus hombros y sonrió divertida, al parecer había algo que Damen había hecho ante ese comentario que le causó gracia—. Me resultas algo familiar ¿sabes? Como si…
—¿Cómo si hubieras soñado conmigo incluso antes de conocerme? No te preocupes, suele pasar—La interrumpió Damen y aquello realmente la hizo reír de verdad, y aunque pareció arrepentirse, Damen no perdió el impulso—. Es normal, mírame, soy encantador.
—Me agradas, Damen —Confesó Caitlin cruzándose de brazos y viéndolo con seriedad, Damen elevó las cejas—. Créeme que esto no lo digo a diario.
—No eres tan bruja como todo el mundo dice por aquí, Cait —Comento el Damen y eso la volvió a sorprender, pero seguía luciendo precavida.
—Y acabas de arruinar el momento —Fue lo último que menciono la morena antes de retirarse, pero algo le dijo a Damen que volverían a hablar, y eso fue suficiente para hacerle sonreír, como si hubiera logrado algo que no muchos conseguían.
—Feliz, ¿huh? —Maaia apareció a su lado sonriendo divertida. Tenía algo que su mano, Damen la miró extrañada hasta que ella lo levantó dejándolo ver, era una baraja— ¿Juegas cartas? —Fue todo lo que preguntó.
Damen asintió y se sentó justo dónde estaba, Maaia imitó el gesto y comenzó a hablar sobre cual juego jugarían, Damen no la escuchaba realmente, estaba pensando sobre la vida que acababa de comenzar ahí, en ese insólito lugar, con ese insólito grupo de personas, y no pudo evitar sonreír una vez más, porque ahora podía ser lo que quisiera ser. Ya sabía que era lo que había pasado con esa gente, ya sabría qué era lo que había pasado con Maaia, por el momento, era libre. Y eso era lo que siempre había querido.
Maaia sólo había aceptado dormir en la carpa porque lo haría con Jason, la verdad le aterraba tener qué dormir con alguien que no conocía, pero Jason no era el caso, obviamente, así que a la hora de dormir, le dio una mirada fugaz al cielo y se metió en la carpa. Se durmió más rápido de lo que realmente le habría gustado, lo cual era extraño porque ella no dormía.
Soñó que conducía que sus padres le habían dado de dulces dieciséis, iba en línea recta y desde lejos podía divisar el cuerpo de alguien parado en la mitad de la calle. Sabía quién era. Seth, drogado y ebrio, le gritaba que no se detuviera, mientras que Jason le rogaba que pisara el freno. Maaia lloraba. No podía soltar el volante, no podía pisar el freno, no podía moverse. Apretó los ojos cuando podía divisar el cuerpo de la chica, pero en lugar del impacto, todo se detuvo y apareció en una habitación blanca.
No había auto, no había chica, no había Seth, no había Jason. Estaba Damen, que la miraba con odio. Entonces su boca se abrió y escupió la palabra “Asesina”.
Maaia se despertó gritando.
Jason rápidamente entró en acción, abriendo la carpa y sacándola rápidamente, abrazándola y ahogando sus gritos en su pecho mientras le acariciaba la espalda. Sí, era una vida complicada la de Maaia, pero era aún más difícil ser su amigo, como lo era Jason. Maaia se tranquilizó lentamente, y cuando dejó de gritar se dio cuenta de que Jason susurraba que todo iba a estar bien. Cerró los ojos y esperó que así fuera.
“Todo va a estar bien, Maaia.”
Pero todo eso no iba con Maaia.
Así que así eran las cosas: los chicos –la mayoría, estaban reunidos alrededor de una fogata, bebiendo, riendo, compartiendo historias. Estaba los que se apartaban un poco, y los que no se unían. Ella, Mason, Damen. Un chico que se llamaba Sam, si no se equivocaba, y un poco más allá, una chica que se llamaba Jackie. Pero al menos a todos les caía la agradable luz de la fogata.
Maaia se había alejado bastante, bastante hasta que si se giraba hacía el grupo, podría cubrirlos con el puño. Estaba sentada en el suelo, arrancando hierbajos nerviosamente mientras miraba el cielo. Había una luna redonda y casi llena que iluminaba la bóveda con su fría existencia, y estaban sus fieles seguidores las estrellas.
Desde la ciudad, había noches en las que no había una sola estrella en el firmamento, pero no era más que por la misma causa del hombre. Supo, de una forma extraña, que así sería en alguna ciudad del mundo, y que, mientras ella estaba ahí observando los cuerpos celestes, había un montón de ciudadanos que no lo hacían.
La atacó el pensamiento de que Emily tampoco las veía, y eso fue suficiente para no querer verlas más. Miró hacía el suelo, sus manos estaba sucias por la tierra y el césped, sus uñas se habían roto, al menos la mayoría, con el forcejeo y la pelea con los motociclistas. El montón de hierbajos, algunos arrancados de raíz, rodeándola y el repentino bajón en la temperatura atmosférica la tenían inquieta.
Eso, y el pensamiento de Emily. Apretó los ojos de puro dolor. Cuando los abrió, lágrimas se deslizaron de ellos, delgadas, pequeñas, se secaron de inmediato. Miró hacía el cielo. Buscó. Escrutó la inmensidad de la bóveda buscando las figuras tan conocidas, pero se sintió abrumada de ver tantas y no encontrarlos.
Comenzó a hiperventilar. ¿Dónde estaban, dónde? Buscó con sus ojos tratando de no parpadear, pero lágrimas comenzaron a arremolinarse en las esquinas, nublando su visión. Finalmente, cuando dejó escapar un sollozo, encontró a Orion, y eso bastó para que se sintiera mejor. Junto a él, Monoceros relinchaba triunfante, y más abajo, Lepus se preparaba para dar un gran salto. Parpadeó las lágrimas y respiró aliviada.
—Miras al cielo como si te fuera a dar la respuesta de la vida. —Sebastien se sentó junto a ella. Maaia no se movió, respiró tranquilamente antes de contestar y, cuando lo hizo, lo hizo con una enorme sonrisa.
—Los egipcios veían el futuro en las estrellas. Al igual que muchas culturas más.
—¿Y qué ves tú? —Miró a Sebastien, quien la miraba directamente. Maaia se había obsesionado fácilmente con sus ojos, eran profundos y ocultaban cosas que ella moría por saber. Era tan curiosa que se habría ido al infierno sin pensarlo dos veces sólo para saber si era caliente o frío.
—Bueno… —Murmuró—. Veo mi casa —Sebastien enarcó las cejas y Maaia se quiso golpear—. No, no eso. Quiero decir, no soy del espacio, sólo… —Sebastien se rio de ella y miró hacía las estrellas. Maaia entornó los ojos con una sonrisa—. Te burlas de mí.
—Claro que no. Eres divertida, eso es todo.
—Bueno, ¿sabes guardar un secreto?
—No —Contestó rápidamente, y Maaia casi se lo traga, pero entonces Sebastien la miró de reojo para ver su rostro de conmocionada, entonces supo que bromeaba. Lo golpeó suavemente en el hombro y se rio junto con él—. Dime.
—Bueno, es tonto a decir verdad —Volvió a mirar al cielo—. Antes de morir, mamá me enseñó un puñado de constelaciones. Me confesó que cuando sentía que extrañaba casa, sólo le bastaba con mirar al cielo y encontrar tres constelaciones. Las que fueran. Desde entonces, siempre lo hago, creo seriamente que esa es la razón de mi claustrofobia —Hubo un silencio, y Maaia tuvo miedo de haber quedado en ridículo. Ladeó la cabeza un par de veces y finalmente, miró a Sebastien.
—Eso es algo.
—Sí, lo sé. Mi mamá era… y bueno, yo soy… es alto tonto, como te dije.
—No, no —Ahora nuevamente la miraba, con una media sonrisa—. Es lindo. Como el muñeco que espanta los miedos de la noche.
—Tenía uno. Se llama Yddet.
—¿Yddet?
—Bueno, todas las chicas en el mundo tienen un oso que se llama Teddy, yo tengo un gato, y se llama Yddet.
—¿Tienes? —Maaia se sonrojó.
—No es importante, lo dejé en… ¡Te burlas de mi nuevamente! —Exclamó y Sebastien esta vez no pudo evitar reír fuertemente, Maaia lo golpeó una vez y luego se unió a él en la risa.
—Así que, Sonny, tienes un oso que se llama Yddet, y una obsesión por las estrellas. Ah, claro, también un claro estilo que se va por lo no-convencional. ¿Algo más que añadir a la lista de cosas que debo de saber de ti? —Maaia se mordió la lengua. ¿Estaba bien confiar en él? No esperó responder eso y comenzó a hablar.
—Bueno, había un tío. —Entonces Sebastien se tiró hacia atrás mientras exclamaba un “¡No!”, colocó ambas manos en bajo su cabeza adoptando la posición “despreocupada”
—Siempre había un tío. Créeme, lo sé. Yo soy “el tío” de muchas chicas. —Maaia rió.
—Si bueno, no eres mi tío, ¿verdad? Así que déjame contar la historia —Se recostó boca abajo y se apoyó en sus codos para verlo a la cara—. Estaba este tío, Seth, que era un auténtico chico-malo.
—Ah, no puedo creerlo. —Dijo sarcástico.
—Sí, y bueno, era todo un tío malo. Bebía, se drogaba, se tiraba a tías y peleaba en fiestas…
—Creo que sé lo que sigue…
—Y me encantaba. —Sebastien largó algo así como un aullido burlesco. Maaia sólo pudo reír reconociendo lo estúpida que era.
—Por un momento pensé que no eras tan cliché.
—¡Sebastien! ¡Déjame! —Dijo riendo—. Vale, digamos que salimos un par de veces…
—Já.
—Y bebimos.
—Já.
—Y nos drogamos.
—¿Y tiraron?
—Un par de veces.
—¡JÁ! —Sebastien rio y cerró los ojos.
—Y entonces, una vez, pasó algo que nos cambió. —El relato se volvió más sombrío. Maaia entornó los ojos hacía el suelo y Sebastien abrió los ojos consternado para observar las estrellas, era como si ambos tuviera su propia continuación de la historia. Y ninguna de las dos era exactamente agradable.
Maaia no siguió hablando. Se quedaron así por un largo rato y comprendieron que ambos tenían una gran carga sobre sus hombros. Un momento después, fue como si se pusieran de acuerdo, y sus miradas se cruzaron, Sebastien alargó una mano a su cabello y cogió un pequeño mechón multicolor entre sus dedos. Tiró de él varias veces, como si tocara una campana. Y mientras lo hacía, Maaia pensó que no quería que eso se detuviera nunca. Se sentía llena de paz y sintió una especie de conexión emocional, una por la que tanto había estado rogando.
Estaba frente a ella, y se llamaba Sebastien Parker. Y Maaia supo que adónde fuera él, ella lo seguiría, sólo para asegurarse de que siguiera tirando así de su cabello, tocando la campana sin sonido que aleja los demonios y trae la tranquilidad.
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Damen no dejaba de pensar que, para Maaia, había sido más fácil adaptarse que para él. Las mujeres son más sociales, y si no, tienen ese magnetismo que te atrae a ellas y no te deja escapar haciéndote así su nuevo amigo. O amigas, ya que él personalmente había visto cómo funcionaba también con mujeres.
Bueno, él no lo tenía. Y aunque bien decir que se le había complicado el estar con tanta gente era mentira, Damen no dejaba de sentirse un poco inquieto. Primero que nada porque todo estaba pasando muy rápido, demasiado. Hacía nada había subido al auto de Maaia cuando los motociclistas decidieron hacerles la vida imposible, y cuando apareció el grupo y los sacó de eso. Pero a Damen le costaba adaptarse a los entorno y eso era un hecho, y apenas se había hecho a la idea de viajar con Jason y Maaia, cuando las cosas se complicaron.
Damen no se quejaba; podía ser peor. Podría haber muerto, podrían haberlo golpeado más, o podría haberle hecho mal a Maaia sin que él o Jason pudieran hacer nada más que mirar con ojos impotentes tal injusticia. Pero no pasó, nada de eso pasó. Y en cambio, ahora había un gran grupo, con tres vehículos y mucha, mucha gente.
Lo que le molestaba en cierta triste forma, era lo poco cercano a Maaia que podría ser en tal entorno, ella ya se había hecho con el chico ese, Sebastien, y además tenía a Jason, y sabía que lentamente la lista de hombres que cogerían cariño por ella como para defenderla y tratarla como una hermana menor aumentaría. Sólo que él dudaba llegar a ser parte de ellos. Y eso, en cierta forma, le dolía.
Sabía que Maaia no se juntaría con las mujeres, era esa cosa que podías adivinar fácilmente, tenía ese carácter y esas cualidades, además esa aura que te dice que es la clase de chicas que las novias odian porque siempre están con sus novios, y sus novios no van a dejar a alguien como Maaia por un ligue repentino.
Ah, analizar a las personas. Una mala manía que Damen nunca asesinó.
Pensó en ir dónde estaba Mason, pero una chica de cabello castaño, alejada de todos le llamó la atención. Si mal no estaba, su nombre era Caitlin, y era inquilina, justo como él. Esos fueron motivos suficientes como para que él emprendiera rumbo junto a ella.
Había escuchado que era mala, una falsa y no recordaba que más, pero justo como estaba, sentada a lo indio sobre el césped mientras recibía el sol, sólo le parecía una chiquilla malcriada. Y le recordaba inmensamente a ella. Con un chasquido finalmente se sentó junto a Caitlin.
—Hola.
—¿Disculpa? —la sorpresa se podía observar en el rostro de la castaña. Según creyó Damen, nadie quería hablarle o tener alguna plática con ella…, lucía precavida, lo cual era obvio teniendo en cuenta que ni sabía quién era el chico que se había situado a su lado.
—Te disculpo. ¿Te comieron la lengua los ratones o es que ya ni sabes responder un saludo? —Al parecer trató de ocultar la sorpresa, de repente parecía que sus ojos decían “¿Quién te crees, hijo de puta?” A Damen le causó risa aquello.
—No sé quién eres y no estoy de humor para tener una conversación estúpida con alguien como tú —Se levantó de donde se hallaban ambos para alejarse.
—Damen Issadora, un gusto, Caitlin —Saludó el Damen, se levantó rápido y la alcanzó tomando la mano de ella para posar un beso en esta.
—Lamentablemente no puedo decir lo mismo, chico —comento la oji marrón retirando con rapidez su mano—. ¿Eres nuevo, cierto?
—Creo que por algo no sabías mi nombre ¿cierto?
—No te creas tanto… no me sé el nombre de la mitad del campamento —Elevó sus hombros y sonrió divertida, al parecer había algo que Damen había hecho ante ese comentario que le causó gracia—. Me resultas algo familiar ¿sabes? Como si…
—¿Cómo si hubieras soñado conmigo incluso antes de conocerme? No te preocupes, suele pasar—La interrumpió Damen y aquello realmente la hizo reír de verdad, y aunque pareció arrepentirse, Damen no perdió el impulso—. Es normal, mírame, soy encantador.
—Me agradas, Damen —Confesó Caitlin cruzándose de brazos y viéndolo con seriedad, Damen elevó las cejas—. Créeme que esto no lo digo a diario.
—No eres tan bruja como todo el mundo dice por aquí, Cait —Comento el Damen y eso la volvió a sorprender, pero seguía luciendo precavida.
—Y acabas de arruinar el momento —Fue lo último que menciono la morena antes de retirarse, pero algo le dijo a Damen que volverían a hablar, y eso fue suficiente para hacerle sonreír, como si hubiera logrado algo que no muchos conseguían.
—Feliz, ¿huh? —Maaia apareció a su lado sonriendo divertida. Tenía algo que su mano, Damen la miró extrañada hasta que ella lo levantó dejándolo ver, era una baraja— ¿Juegas cartas? —Fue todo lo que preguntó.
Damen asintió y se sentó justo dónde estaba, Maaia imitó el gesto y comenzó a hablar sobre cual juego jugarían, Damen no la escuchaba realmente, estaba pensando sobre la vida que acababa de comenzar ahí, en ese insólito lugar, con ese insólito grupo de personas, y no pudo evitar sonreír una vez más, porque ahora podía ser lo que quisiera ser. Ya sabía que era lo que había pasado con esa gente, ya sabría qué era lo que había pasado con Maaia, por el momento, era libre. Y eso era lo que siempre había querido.
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Maaia sólo había aceptado dormir en la carpa porque lo haría con Jason, la verdad le aterraba tener qué dormir con alguien que no conocía, pero Jason no era el caso, obviamente, así que a la hora de dormir, le dio una mirada fugaz al cielo y se metió en la carpa. Se durmió más rápido de lo que realmente le habría gustado, lo cual era extraño porque ella no dormía.
Soñó que conducía que sus padres le habían dado de dulces dieciséis, iba en línea recta y desde lejos podía divisar el cuerpo de alguien parado en la mitad de la calle. Sabía quién era. Seth, drogado y ebrio, le gritaba que no se detuviera, mientras que Jason le rogaba que pisara el freno. Maaia lloraba. No podía soltar el volante, no podía pisar el freno, no podía moverse. Apretó los ojos cuando podía divisar el cuerpo de la chica, pero en lugar del impacto, todo se detuvo y apareció en una habitación blanca.
No había auto, no había chica, no había Seth, no había Jason. Estaba Damen, que la miraba con odio. Entonces su boca se abrió y escupió la palabra “Asesina”.
Maaia se despertó gritando.
Jason rápidamente entró en acción, abriendo la carpa y sacándola rápidamente, abrazándola y ahogando sus gritos en su pecho mientras le acariciaba la espalda. Sí, era una vida complicada la de Maaia, pero era aún más difícil ser su amigo, como lo era Jason. Maaia se tranquilizó lentamente, y cuando dejó de gritar se dio cuenta de que Jason susurraba que todo iba a estar bien. Cerró los ojos y esperó que así fuera.
“Todo va a estar bien, Maaia.”
Invitado
Invitado
Re: The Roadtrip
Son las 8:30 de la mañana y acabo de terminar de leer tu capítulo, amore ;_____; por la wea que lo amé yyy fue sadddd en parte por lo de maaia ;_; y pls, amo a Damen
pd. Comento como se debe cuando vuelva de mi servicio.
pd2. ESCRIBES RÁPIDO, MUJER
pd. Comento como se debe cuando vuelva de mi servicio.
pd2. ESCRIBES RÁPIDO, MUJER
Atenea.
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Btw, happy b-day Valu <3
- Valu:
- Joder, de verdad, joder. Pedazo de capitulo, de verdad es que lo ame y no, fue perfecto. Me tomo el derecho de decir Valu, que amo como narras es muy, hostia, hermoso. Ahora con respecto a la historia, ¡amo a Maaia! en parte su personalidad me parece una chicas sumamente encantadora sea cual sea su historia o lo que guarde de su pasado es un personaje ue ya se robo mi cariño completamente. Tener la imagen de ella sentada nostálgica en el césped mirando las estrellas, que bello e llego hasta los cojones esa parte; y cuando llego Sebastian; termine de morir con su forma de ser, es una chica radiante; aunque yo no cache el final de la historia de ese tío, así que pues me quede con ganas. ¡Y el final de esa parte! Creo que alguien se quedo enganchada, aunque de Sebastien ugh, igual me encanto. Damen, Damen, Damen... a mi me dio ternura de verdad, contando al principio que le costaba adaptarte, no, pero si es agradable por lo que parece. Y luego sus sentimiento con respecto a Maaia, aw, que más puedo decir que los adoro. Wow, hablo con Caitlin cosa que no muchos hacen sin pelean me medio, broma broma, pero parece que resulto bien solo que al final creo que el bruja agh, Damen cuidado con las palabras que le dices a las chicas. Sobre todo a Caitlin. ¡Maaia! que más dulce a ver llegado con cartas y compartir un momento juntos, morí. ¡¿Qué?! No, no, es que se me va el corazon. Pobre Maaia y malditos recuerdos que le hacen pasar por algo así, de verdad es que joder, menos mal que Jason estaba para cuidarla, no creo que ella merezca estar así. Oh Valu, me encanto tu capitulo, y un feliz y bello y amoroso feliz cumpleaños para ti
nayeon.
Re: The Roadtrip
En primer lugar, ¡FELIZ CUMPLEAÑOS VALE! Espero que te la pases muuuy bien y felices 15
y ahora, a comentar tu capítulo me gustó demasiado de principio a fin, me hiciste querer mucho la relación de Maaia con Jason y Jason con Damen hay algo en Maaia que me hace querer conocerla, estoy justo como Sebastien, como..., cegado por la historia que puede traer esta niña ;-; no sé lo que tu y Mily tengan planeado pero me imagino que no es algo bueno, viniendo de Mily me puedo esperar lo inimaginable, pero de ti no tengo idea que esperar porque no te conozco muy bien ¿Quién es Emliy? ¿Por qué llora Maaia? ¿POR QUÉ SUFRE MAAIA? ;-; me encanta la interacción que tiene con Sebastien, se me hace muy tierna pero sospechosa a la vez
y la última escena me ha partido mi corazón :skip: doy gracias de que Jason estaba allí para protegerla :skip: partió mi corazón la forma en que él tuvo que protegerla y :skip: :skip: :skip: :skip: me encanta, amé muchísimo tu capítulo y gracias por subir capítulo
y ahora, a comentar tu capítulo me gustó demasiado de principio a fin, me hiciste querer mucho la relación de Maaia con Jason y Jason con Damen hay algo en Maaia que me hace querer conocerla, estoy justo como Sebastien, como..., cegado por la historia que puede traer esta niña ;-; no sé lo que tu y Mily tengan planeado pero me imagino que no es algo bueno, viniendo de Mily me puedo esperar lo inimaginable, pero de ti no tengo idea que esperar porque no te conozco muy bien ¿Quién es Emliy? ¿Por qué llora Maaia? ¿POR QUÉ SUFRE MAAIA? ;-; me encanta la interacción que tiene con Sebastien, se me hace muy tierna pero sospechosa a la vez
enserio que me intriga mucho Maaia y lo que ha vivido—Bueno… —Murmuró—. Veo mi casa —Sebastien enarcó las cejas y Maaia se quiso golpear—. No, no eso. Quiero decir, no soy del espacio, sólo… —Sebastien se rio de ella y miró hacía las estrellas. Maaia entornó los ojos con una sonrisa—. Te burlas de mí.
TE JURO QUE ME REÍ TANTO EN ESA ESCENA, pero quise saber lo que Maaia iba a terminar de decir y ya no dijeron nada SEBASTIEN PORQUE NO LE PREGUNTASTE QUE PASÓ DESPUÉS me dejas en la duda Valeria de Mily y Andy ;_; y bueno, Damen es un pedacito de cielo que comienza a ganar mi corazón se atrevió a hablarle a Caitlin y eso me gusta bastante, a decir verdad—¡Sebastien! ¡Déjame! —Dijo riendo—. Vale, digamos que salimos un par de veces…
—Já.
—Y bebimos.
—Já.
—Y nos drogamos.
—¿Y tiraron?
—Un par de veces.
—¡JÁ! —Sebastien rio y cerró los ojos.
ME ENCANTAN, REPITO: ME ENCANTAN—Feliz, ¿huh? —Maaia apareció a su lado sonriendo divertida. Tenía algo que su mano, Damen la miró extrañada hasta que ella lo levantó dejándolo ver, era una baraja— ¿Juegas cartas? —Fue todo lo que preguntó.
y la última escena me ha partido mi corazón :skip: doy gracias de que Jason estaba allí para protegerla :skip: partió mi corazón la forma en que él tuvo que protegerla y :skip: :skip: :skip: :skip: me encanta, amé muchísimo tu capítulo y gracias por subir capítulo
peralta.
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