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at the heart of the question | one direction.
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Re: at the heart of the question | one direction.
lo siento, la paja me pudo:'c lo subo hoy
Invitado
Invitado
Re: at the heart of the question | one direction.
Capitulo 001
zayn malik.
Me levante algo sudoroso de la cama, con una sopa dulce y turbia de los fragmentos de Bree que me parecían más deliciosos y los sorbí uno a uno. Ella apareció, como siempre, tras la ventana. Era un resbaladizo rayo de luna de verano. Una obligación humana a sonreír. Una razón para vivir con alegría. Y la noche, momento en el que solía aparecer, la hacía aún más maravillosa.
Le salude, y ella, desde la calle, giró grácilmente sobre sí misma y me guiñó un ojo. Llevaba ese vestido lavanda que ondeaba ligeramente con la brisa.
—Bree —le dije en voz baja—, no puedes despertar tan temprano solo para quedarte aquí mirando la nada.
—No puedo. Ni quiero. —Se aproximó a la casa para reducir su tono de voz y añadió—: Me gusta observarte.
Sonreí y yo me imaginé que habría visto mis pensamientos en mi cara. —La siguiente semana comenzare mis clases de canto. Supongo que sería de mucha ayuda que me acompañaras, ya sabes… —Bacilo en soltar la oración completa. Incline mi cabeza ceñudo. — Eres mi esposo.
La vi por un instante que guardé para siempre, en mis manos temblorosas, en mi piel helada, en mí desbocado corazón; tan fría, tan pétrea, imperturbable e insolente, es difícil definir lo que su mirada le hace a mi pulso, mi sentir, mi respirar.
Yo exhale en silencio, estabilizando mi presión sanguínea. Debería haberlo sabido. —Veras, cariño—dije— Los dos sabemos que para la única cosa que iría a tu interesante visita sería para dormir. Así que no cuentas con mi presencia, me aburre la ópera y el canto. Prefiero quedarme en casa haciendo algo más productivo.
Parpadeo. — ¿Cómo dices?
—Esta mañana me ha llamado Harry, quiere verme esta tarde con los chicos. Será en plan; reconciliación, no me esperes. —Bese fugazmente su frente y me retire en pazo silencioso.
—¡Eres un idiota! ¡Ven aquí! —Grito furibunda, y era más que consiente de que esa rebeldía venía de mí.
—¿Idiota? ¿Quién ha sido la que se ha tomado el trabajo de inscribirse en tonterías como esas?
Frunció el ceño. —¿Por qué te empeñas en arruinar los sueños de los demás?
—No lo sé, simple placer.
—Cada día me demuestras más que eres un cobarde que ni en tus días de anciano malhumorado, eres capaz de regalar afecto hacia los demás, hacia la gente que te quiere… hacia mí. —Mi garganta pica como un demonio y mis labios pecan de la discordia. — Jamás te eh juzgado cuando te has equivocado, eh permanecido de pie junto a ti por miedo a perder el único hombre que eh amado hasta el día de hoy.
—Si tanto me amas, sabrás soportar mis días de anciano malhumorado.
Una sonrisa dolorosa paso por sus carnales labios. —Yo no tendría por qué hacerlo. Puedo ser lo que tú quieras que sea, Zayn, pero jamás una estúpida.
—Bien.
Salió de lo profundo de mi corazón para encontrarse en la penumbra con las curiosas miradas de las tablas de machimbre que cortaban el techo. Nuevamente encarando la verdad que constantemente ella se toma el trabajo de repetírmelo, es merecido después de todo. Y sí terminara con cada remordimiento que oculta la cruel realidad del miedo que extinguía mis esperanzas de lo que realmente quería hacer. El poder creer que hice el mundo mejor que realmente hice un bien, y no solo que fui el real culpable de aquella miseria.
Durante mis treinta y dos años (Porque es la verdadera edad que revelo, aunque mis padres digan lo contrario, me siento añejo), había sido duro asimilar que sufro de ansiedad. Tengo cortos episodios que lamentablemente siempre se presentan cuando me encuentro con Bree. Casi puedo sentir la última vez que sucedió, la pobre estaba blanca como la leche y tan temerosa de lo siguiente que podría ocurrir.
Algún día, me dije. Algún día me sabrá comprender.
Seguí hacia delante para cruzar la calle y vi a una persona medio pestañeo antes de estrellarme contra ella.
—Detesto los policías. Se creen el centro de atención. —dijo Louis, extendiendo la mano para mantener el equilibrio mientras yo reprimía un grito de sorpresa. — Más te vale darme una sola razón para no golpearte. Tienes cara de inepto, ¿qué ocurrió?
Los ojos me ardían, y mi mandíbula temblaba mientras hablaba. —Yo… yo pensé que Bree no intentaría desafiarme de esa manera. Le había dicho que no me gustaba la idea de que se inscribiera en ese concurso de canto que tanto nos había hablado, ¿recuerdas?
Louis salto a favor mío, añadiendo: —Es Bree, amigo.
—Me temo que así es. De cualquier forma… quiero olvidarlo hasta volver a casa. ¿Dónde están los chicos, por cierto?
Se encogió de hombros.
Pero a pesar de eso, tomo mi brazo y me arrastro hasta el bar de enfrente. La verdad es que no lo había visto ni durante los veinte minutos que transcurrieron, ni antes que hubiese cruzado esta calle. Me esmere un buen trozo para alcanzar las grandes zancadas de Louis. Parecía que iba a llegar mi oportunidad. Harry apareció en la entrada de del lugar vestido con un polo negro y jeans oscuros. Yo no estoy acostumbrado a estudiar a la distancia.
Sus ojos eran del color de la noche y su cabello rizado bajo sus orejas parecía que se había pasado seis semanas de un necesitado corte.
Sonrió ampliamente cuando estaba a unos cuantos pasos de él.
El trio nos sentamos en una mesa cerca a la ventana, desde allí se contemplaban entre risas el rubio y el rapado. Ambos dieron una sonrisa amablemente y tomamos asiento. El silencio fue casi imposible de tomar, ya que la tormenta amenazaba en dar fuertes patadas, las gotas impregnaban la vista.
Niall se aproximó diciendo: —Todos dicen que es mejor un día de sol a un día de lluvia, pero, en todos estos años, jamás he conseguido que nadie me dé ni un solo argumento lógico de por qué debe ser así.
—Me duele la cabeza. Acabemos con esto de una vez, quiero irme a casa —Liam le dio una calada a su cigarro y lo dejo en el cenicero para que se desasiera lo último. Que desperdicio, pensé y lo tome sin escrúpulos.
Harry sonrió. —Sophia cree que soy idiota. Esta tarde, cuando llego del trabajo no paro de hablar de cómo eran los niños y cuando los quería.
—Lo mismo pensé de Diane pero… no sé, lo dudo. —dijo Louis.
Yo tosí levemente, disimulando la sonrisa que tenía estampada. Harry me lanzo una mirada amenazadoramente divertida, regañándome por mi mal comportamiento. De todas las cosas negativas que podían decir de Louis, la cierta es que nunca puedes estar seguro de sus reacciones, normalmente responde con agresividad.
—Bree me tiene repulsión.
Liam parpadeo. —Eso no es cierto, Zayn. Tú mismo lo sabes.
—Ya ni sé que es lo que ella siente por mí. —Hice una mueca de desagrado y nuevamente puse en mis labios la botella de cerveza y tome de ella.
—¿Sabes cuál es tu problema? Que no sabes cómo demonios tratarla, ni siquiera sabes que es afecto y cariño.
Fruncí el ceño. —Joder, pues dame unas cuantas clases.
Si bien nunca me resultó divertido el desvelarse, esta vez (porque hay que variar o sino nos volveremos grises y aburridos) prefiero reír a carcajadas, de esas tan estruendosas que hacen que te salten las lágrimas, de esas que son más sollozos que otra cosa.
Me ahogo con recuerdos y me emborracho con sueños qué, sin que así lo quiera, se caen y se pierden en lágrimas. Quisiera decir que me encuentro feliz, que mi sonrisa brilla por alguien o por alegría, pero no, estoy en depresión. En Soledad. En tristeza. En muerte lenta. Tal vez hace un tiempo no me importaba estar rodeado de personas pero con el pasar de los días, las cosas han cambiado, para mal.
¿Cómo estar tranquilo de una tarea tan desagradable como es mentirle a esa persona que le darías tu vida si fuera necesario? El solo hecho de perderla me aterra, pero entonces, ¿por qué tomo esa actitud de obsceno, bárbaro e insolente? Soledad, me ha tocado. Me ha susurrado lo peor de mí y me ha hecho sentir frío en mis hueso. Estoy débil, ya no sé qué es estar al lado de una familia, o amigos que te den la mano en días trágicos. Tal vez es el invierno que me ha hecho recordar momentos que no regresarán; risas que se apagaron y abrazos que se perdieron.
—Ya llegará el momento de hablar —suelta Niall sin pensar que mi corazón se romperá.
—Así será —suelto casi en un susurro que ni yo puedo escuchar.
No llegará nadie, no habrá retorno de vida ni me abrazarán por la noche. No habrá cafés servidos en la mesa cuándo hace frío ni locutores en la radio cuándo haya ocio. No habrá niños corriendo por la sala mientras se interponen entre el televisor. Ya no. Sé que nunca dejare de ser el que soy y por tal razón, no seré lo suficientemente hombre para Bree.
Louis me miro con compasión. — No hace falta que estés tan taciturno ahora, Zayn. Seguimos aquí, ¿no?
Entonces sonrío, porque es lo único que me queda, y las lágrimas se deslizan por mis mejillas y caen al suelo con todos mis anhelos de recuperación. El cielo está oscuro como mi mente y el puente brilla a lo lejos. Ya no habrá caricias en la espalda ni besos robados, ya no habrá un "te amo para siempre" en mi oído todas las noches.
Lo siguiente no lo recuerdo muy bien, fue tan rápido pero a la vez tan preciso, como si lo hubiese planeado lentamente durante la velada. Tome dos botellas de cerveza, me despedí cortamente de mis amigos y salí en dirección opuesta a mi casa. Dos cuadras más adelante el colegio “Daleton School” sobresalía en letras cursivas. Un edificio enorme me daba la bienvenida.
Suspire por más de cinco minutos, y me acerque con paso firme hasta la entrada principal. Allí, muchos niños corrían eufóricamente abrazando a sus padres, algunos tropezaban torpemente conmigo. Sonreí a medias creyendo por un instante que el tener un hijo; haría mejorar nuestra relación. No, claro que no. Lo hecho, hecho estaba.
Entonces la vi, sentada de pies cruzados mirando su pequeño libro de Patricia Grasso. Llevo su vista al cielo y rio un poco cuando la última pequeña salía del aula. Mis zapatos comenzaron a hacer eco con las paredes solitarias. En un grito de jubilación, la pequeña de ojos verdes brillantes me vio. Wow, no había recordado cuan hermosos eran sus ojos, todo este tiempo habían sido… opacos y tristes, con la pena bajo sus pupilas. Oh, dolor.
— Maestra, ¿tiene un minuto?
Se sonrojo levemente, soltando pequeñas risitas. —Sip, tengo tiempo hasta… —miro su reloj. — las y media, después soy de otra.
Levante las cejas y solté una carcajada. —Oh, qué pena con usted. No creo que le tome mucho tiempo. Vera, hay un chico que está interesado en usted.
—¿Ah sí?
—Ajám —sonreí. — Quiso que le mandara la razón muy cordialmente. Además quiere tener una cena especial. ¿Qué le parece?
Hizo una mueca y pronto puso una cara de interesada. Me mordí el labio inferior para evitar soltar una pequeña risilla.
—No lo sé —el brillo abandono sus ojos, llegando una nube de tormenta bajo nosotros. Entonces supe que la razón de su melancolía… era yo.
—Poco a poco, me vas quemando, mientras tu espectro me susurra palabras frías, que se me graban a fuego lento, dentro de este maldito corazón al que, inconscientemente, pertenezco. Me desvanezco en este eterno dolor, perdida en las sombras, con el terror devorándome aun por dentro. —mi canto era suave y tranquilo.
—Sólo soy una presa más de tu oscuridad, corrompida por una llama inmortal. —su voz se quebró al final.
—No lo puedo explicar, lo único que sé, es que mi alma se siente ahora vacía, incompleta, sin ti.
—Todo esto es tan irreal…
—Sumido en la oscuridad más inminente, sigo eternamente perseguido por tus espectros, encarcelado por mis propias sombras.
—Perdida.
—Pero sin perderme.
—Enamorada.
—De mi propia suerte.
Sus lágrimas son un rio de penas. Sin embargo me siento feliz, al igual que ella. Me perdono, se siente liberada ahora. Lo sé. Su abrazo me dejo muy claro que quiere perdonarme, y no sabe cuánto le agradezco esto. El aroma a fresas impregnaba mis fosas nasales. Delicioso. Bese su cabello y hundí mi cabeza entre el hueco que se había entre su cuello.
Oh, paz y tranquilidad.
—¿Amor? —su voz sonaba más embargada en normalizo y cariño. Unas gotas de sudor comenzaron a acumularse en mi frente.
—Uhm.
—Tengo hambre.
Reí castamente. No era raro encontrar una oración impertinente al tema. Siempre esperaba algo más, no sé, mucho más. Pero entonces ella entraba en otro tema que no acoplaba lo que siempre busco. Ya hace más de un mes que no me dice “te amo”. En lo más profundo de mí la comprendo, yo supero esa meta hace dos días cuando se cumplían dos años de estar juntos y uno sin amarla como debo de hacerlo.
Estoy seguro que ella espera lo mismo. Estoy seguro que ella me ama pero teme al rechazo, siempre me lo ha dicho. No, no hay razón para que me tema. Al contrario, quiero que se sienta la mujer más amada en el mundo.
Soy inconsciente de que estamos caminando por la plaza hasta que escucho un gritillo desesperante. Me tome el tiempo de analizar cuanto le tardo a Bree en sacarme del colegio sin yo darme cuenta. Negué con la cabeza. Injusta costumbre de pensar por mucho tiempo, casi llegando al extremo de ser un muerto que camina.
—¿Vives aun?
—Eso parece —le sonreí a la anciana del puesto de joyería usada.
—Fíjate quien está allí, es Nadine. ¡Eh!
De repente, como si una magia se apoderará de mis pensamientos, me acorde de ella. No lo puedo describir en palabras, pero fue intenso. Una chica muy intrépida y constante, quizá en términos de preservada. Sin embargo no me cabe la menor duda que ella sigue con Payne, se nota por su sonrisa espontánea y por su manera de menear la mano mostrando un anillo con diamante incrustado.
—¡Bree! Es divino volver a verte. ¿Cómo estás? Veo que sigues con Zayn —sonrió castamente y volvió hacia su amiga. No me sorprende que no le agrade, a la mitad de la gente no le simpatizo y no me extrañaría que ambas se contaran todo… incluyendo el hecho de que me comporte como un grandísimo patán esta misma tarde.
Rodeé los ojos. Los chismes vuelan.
—Así es, pero mira tú. ¡Estás comprometida! Liam, ¿no?
—¡Por supuesto que sí! ¿Quién más podría ser?
—Alguien sin cerebro —masculle divertidamente. Sé que ella no tuve el placer de escucharme por su mueca de confusión, aunque Bree si lo hizo por el empujón que me dio. Le guiñe el ojo riendo.
—Seguimos en contacto —Bree rio un poco. Mi rostro comenzaba a ser de un carmesí profundo, mis mejillas dolían y más sin embargo seguía riendo.
—Venga, nos vemos después —me lanzo una mirada mordaz y siguió con las compras cotidianas.
—Eres un insolente, Zayn.
La mire de reojo y ambos reímos al unísono. ¿Hace cuánto no lo hacía? Es tan… Oh.
Guarde para mí mismo el último aliento de la brisa y un par de centímetros de su tacto antes de que desapareciese en la noche. Tal como había entrado en nuestra habitación unas horas después, igual que ella. Los dos solos, disfrutando de nuestro amor.
Pero había algo que me tenía intranquilo… Ese pensamiento de “disfrútala mientras puedas, después solo tu mano podrá ser tu consoladora en tiempos de tempestad”.
Le salude, y ella, desde la calle, giró grácilmente sobre sí misma y me guiñó un ojo. Llevaba ese vestido lavanda que ondeaba ligeramente con la brisa.
—Bree —le dije en voz baja—, no puedes despertar tan temprano solo para quedarte aquí mirando la nada.
—No puedo. Ni quiero. —Se aproximó a la casa para reducir su tono de voz y añadió—: Me gusta observarte.
Sonreí y yo me imaginé que habría visto mis pensamientos en mi cara. —La siguiente semana comenzare mis clases de canto. Supongo que sería de mucha ayuda que me acompañaras, ya sabes… —Bacilo en soltar la oración completa. Incline mi cabeza ceñudo. — Eres mi esposo.
La vi por un instante que guardé para siempre, en mis manos temblorosas, en mi piel helada, en mí desbocado corazón; tan fría, tan pétrea, imperturbable e insolente, es difícil definir lo que su mirada le hace a mi pulso, mi sentir, mi respirar.
Yo exhale en silencio, estabilizando mi presión sanguínea. Debería haberlo sabido. —Veras, cariño—dije— Los dos sabemos que para la única cosa que iría a tu interesante visita sería para dormir. Así que no cuentas con mi presencia, me aburre la ópera y el canto. Prefiero quedarme en casa haciendo algo más productivo.
Parpadeo. — ¿Cómo dices?
—Esta mañana me ha llamado Harry, quiere verme esta tarde con los chicos. Será en plan; reconciliación, no me esperes. —Bese fugazmente su frente y me retire en pazo silencioso.
—¡Eres un idiota! ¡Ven aquí! —Grito furibunda, y era más que consiente de que esa rebeldía venía de mí.
—¿Idiota? ¿Quién ha sido la que se ha tomado el trabajo de inscribirse en tonterías como esas?
Frunció el ceño. —¿Por qué te empeñas en arruinar los sueños de los demás?
—No lo sé, simple placer.
—Cada día me demuestras más que eres un cobarde que ni en tus días de anciano malhumorado, eres capaz de regalar afecto hacia los demás, hacia la gente que te quiere… hacia mí. —Mi garganta pica como un demonio y mis labios pecan de la discordia. — Jamás te eh juzgado cuando te has equivocado, eh permanecido de pie junto a ti por miedo a perder el único hombre que eh amado hasta el día de hoy.
—Si tanto me amas, sabrás soportar mis días de anciano malhumorado.
Una sonrisa dolorosa paso por sus carnales labios. —Yo no tendría por qué hacerlo. Puedo ser lo que tú quieras que sea, Zayn, pero jamás una estúpida.
—Bien.
Salió de lo profundo de mi corazón para encontrarse en la penumbra con las curiosas miradas de las tablas de machimbre que cortaban el techo. Nuevamente encarando la verdad que constantemente ella se toma el trabajo de repetírmelo, es merecido después de todo. Y sí terminara con cada remordimiento que oculta la cruel realidad del miedo que extinguía mis esperanzas de lo que realmente quería hacer. El poder creer que hice el mundo mejor que realmente hice un bien, y no solo que fui el real culpable de aquella miseria.
Durante mis treinta y dos años (Porque es la verdadera edad que revelo, aunque mis padres digan lo contrario, me siento añejo), había sido duro asimilar que sufro de ansiedad. Tengo cortos episodios que lamentablemente siempre se presentan cuando me encuentro con Bree. Casi puedo sentir la última vez que sucedió, la pobre estaba blanca como la leche y tan temerosa de lo siguiente que podría ocurrir.
Algún día, me dije. Algún día me sabrá comprender.
Seguí hacia delante para cruzar la calle y vi a una persona medio pestañeo antes de estrellarme contra ella.
—Detesto los policías. Se creen el centro de atención. —dijo Louis, extendiendo la mano para mantener el equilibrio mientras yo reprimía un grito de sorpresa. — Más te vale darme una sola razón para no golpearte. Tienes cara de inepto, ¿qué ocurrió?
Los ojos me ardían, y mi mandíbula temblaba mientras hablaba. —Yo… yo pensé que Bree no intentaría desafiarme de esa manera. Le había dicho que no me gustaba la idea de que se inscribiera en ese concurso de canto que tanto nos había hablado, ¿recuerdas?
Louis salto a favor mío, añadiendo: —Es Bree, amigo.
—Me temo que así es. De cualquier forma… quiero olvidarlo hasta volver a casa. ¿Dónde están los chicos, por cierto?
Se encogió de hombros.
Pero a pesar de eso, tomo mi brazo y me arrastro hasta el bar de enfrente. La verdad es que no lo había visto ni durante los veinte minutos que transcurrieron, ni antes que hubiese cruzado esta calle. Me esmere un buen trozo para alcanzar las grandes zancadas de Louis. Parecía que iba a llegar mi oportunidad. Harry apareció en la entrada de del lugar vestido con un polo negro y jeans oscuros. Yo no estoy acostumbrado a estudiar a la distancia.
Sus ojos eran del color de la noche y su cabello rizado bajo sus orejas parecía que se había pasado seis semanas de un necesitado corte.
Sonrió ampliamente cuando estaba a unos cuantos pasos de él.
El trio nos sentamos en una mesa cerca a la ventana, desde allí se contemplaban entre risas el rubio y el rapado. Ambos dieron una sonrisa amablemente y tomamos asiento. El silencio fue casi imposible de tomar, ya que la tormenta amenazaba en dar fuertes patadas, las gotas impregnaban la vista.
Niall se aproximó diciendo: —Todos dicen que es mejor un día de sol a un día de lluvia, pero, en todos estos años, jamás he conseguido que nadie me dé ni un solo argumento lógico de por qué debe ser así.
—Me duele la cabeza. Acabemos con esto de una vez, quiero irme a casa —Liam le dio una calada a su cigarro y lo dejo en el cenicero para que se desasiera lo último. Que desperdicio, pensé y lo tome sin escrúpulos.
Harry sonrió. —Sophia cree que soy idiota. Esta tarde, cuando llego del trabajo no paro de hablar de cómo eran los niños y cuando los quería.
—Lo mismo pensé de Diane pero… no sé, lo dudo. —dijo Louis.
Yo tosí levemente, disimulando la sonrisa que tenía estampada. Harry me lanzo una mirada amenazadoramente divertida, regañándome por mi mal comportamiento. De todas las cosas negativas que podían decir de Louis, la cierta es que nunca puedes estar seguro de sus reacciones, normalmente responde con agresividad.
—Bree me tiene repulsión.
Liam parpadeo. —Eso no es cierto, Zayn. Tú mismo lo sabes.
—Ya ni sé que es lo que ella siente por mí. —Hice una mueca de desagrado y nuevamente puse en mis labios la botella de cerveza y tome de ella.
—¿Sabes cuál es tu problema? Que no sabes cómo demonios tratarla, ni siquiera sabes que es afecto y cariño.
Fruncí el ceño. —Joder, pues dame unas cuantas clases.
Si bien nunca me resultó divertido el desvelarse, esta vez (porque hay que variar o sino nos volveremos grises y aburridos) prefiero reír a carcajadas, de esas tan estruendosas que hacen que te salten las lágrimas, de esas que son más sollozos que otra cosa.
Me ahogo con recuerdos y me emborracho con sueños qué, sin que así lo quiera, se caen y se pierden en lágrimas. Quisiera decir que me encuentro feliz, que mi sonrisa brilla por alguien o por alegría, pero no, estoy en depresión. En Soledad. En tristeza. En muerte lenta. Tal vez hace un tiempo no me importaba estar rodeado de personas pero con el pasar de los días, las cosas han cambiado, para mal.
¿Cómo estar tranquilo de una tarea tan desagradable como es mentirle a esa persona que le darías tu vida si fuera necesario? El solo hecho de perderla me aterra, pero entonces, ¿por qué tomo esa actitud de obsceno, bárbaro e insolente? Soledad, me ha tocado. Me ha susurrado lo peor de mí y me ha hecho sentir frío en mis hueso. Estoy débil, ya no sé qué es estar al lado de una familia, o amigos que te den la mano en días trágicos. Tal vez es el invierno que me ha hecho recordar momentos que no regresarán; risas que se apagaron y abrazos que se perdieron.
—Ya llegará el momento de hablar —suelta Niall sin pensar que mi corazón se romperá.
—Así será —suelto casi en un susurro que ni yo puedo escuchar.
No llegará nadie, no habrá retorno de vida ni me abrazarán por la noche. No habrá cafés servidos en la mesa cuándo hace frío ni locutores en la radio cuándo haya ocio. No habrá niños corriendo por la sala mientras se interponen entre el televisor. Ya no. Sé que nunca dejare de ser el que soy y por tal razón, no seré lo suficientemente hombre para Bree.
Louis me miro con compasión. — No hace falta que estés tan taciturno ahora, Zayn. Seguimos aquí, ¿no?
Entonces sonrío, porque es lo único que me queda, y las lágrimas se deslizan por mis mejillas y caen al suelo con todos mis anhelos de recuperación. El cielo está oscuro como mi mente y el puente brilla a lo lejos. Ya no habrá caricias en la espalda ni besos robados, ya no habrá un "te amo para siempre" en mi oído todas las noches.
Lo siguiente no lo recuerdo muy bien, fue tan rápido pero a la vez tan preciso, como si lo hubiese planeado lentamente durante la velada. Tome dos botellas de cerveza, me despedí cortamente de mis amigos y salí en dirección opuesta a mi casa. Dos cuadras más adelante el colegio “Daleton School” sobresalía en letras cursivas. Un edificio enorme me daba la bienvenida.
Suspire por más de cinco minutos, y me acerque con paso firme hasta la entrada principal. Allí, muchos niños corrían eufóricamente abrazando a sus padres, algunos tropezaban torpemente conmigo. Sonreí a medias creyendo por un instante que el tener un hijo; haría mejorar nuestra relación. No, claro que no. Lo hecho, hecho estaba.
Entonces la vi, sentada de pies cruzados mirando su pequeño libro de Patricia Grasso. Llevo su vista al cielo y rio un poco cuando la última pequeña salía del aula. Mis zapatos comenzaron a hacer eco con las paredes solitarias. En un grito de jubilación, la pequeña de ojos verdes brillantes me vio. Wow, no había recordado cuan hermosos eran sus ojos, todo este tiempo habían sido… opacos y tristes, con la pena bajo sus pupilas. Oh, dolor.
— Maestra, ¿tiene un minuto?
Se sonrojo levemente, soltando pequeñas risitas. —Sip, tengo tiempo hasta… —miro su reloj. — las y media, después soy de otra.
Levante las cejas y solté una carcajada. —Oh, qué pena con usted. No creo que le tome mucho tiempo. Vera, hay un chico que está interesado en usted.
—¿Ah sí?
—Ajám —sonreí. — Quiso que le mandara la razón muy cordialmente. Además quiere tener una cena especial. ¿Qué le parece?
Hizo una mueca y pronto puso una cara de interesada. Me mordí el labio inferior para evitar soltar una pequeña risilla.
—No lo sé —el brillo abandono sus ojos, llegando una nube de tormenta bajo nosotros. Entonces supe que la razón de su melancolía… era yo.
—Poco a poco, me vas quemando, mientras tu espectro me susurra palabras frías, que se me graban a fuego lento, dentro de este maldito corazón al que, inconscientemente, pertenezco. Me desvanezco en este eterno dolor, perdida en las sombras, con el terror devorándome aun por dentro. —mi canto era suave y tranquilo.
—Sólo soy una presa más de tu oscuridad, corrompida por una llama inmortal. —su voz se quebró al final.
—No lo puedo explicar, lo único que sé, es que mi alma se siente ahora vacía, incompleta, sin ti.
—Todo esto es tan irreal…
—Sumido en la oscuridad más inminente, sigo eternamente perseguido por tus espectros, encarcelado por mis propias sombras.
—Perdida.
—Pero sin perderme.
—Enamorada.
—De mi propia suerte.
Sus lágrimas son un rio de penas. Sin embargo me siento feliz, al igual que ella. Me perdono, se siente liberada ahora. Lo sé. Su abrazo me dejo muy claro que quiere perdonarme, y no sabe cuánto le agradezco esto. El aroma a fresas impregnaba mis fosas nasales. Delicioso. Bese su cabello y hundí mi cabeza entre el hueco que se había entre su cuello.
Oh, paz y tranquilidad.
—¿Amor? —su voz sonaba más embargada en normalizo y cariño. Unas gotas de sudor comenzaron a acumularse en mi frente.
—Uhm.
—Tengo hambre.
Reí castamente. No era raro encontrar una oración impertinente al tema. Siempre esperaba algo más, no sé, mucho más. Pero entonces ella entraba en otro tema que no acoplaba lo que siempre busco. Ya hace más de un mes que no me dice “te amo”. En lo más profundo de mí la comprendo, yo supero esa meta hace dos días cuando se cumplían dos años de estar juntos y uno sin amarla como debo de hacerlo.
Estoy seguro que ella espera lo mismo. Estoy seguro que ella me ama pero teme al rechazo, siempre me lo ha dicho. No, no hay razón para que me tema. Al contrario, quiero que se sienta la mujer más amada en el mundo.
Soy inconsciente de que estamos caminando por la plaza hasta que escucho un gritillo desesperante. Me tome el tiempo de analizar cuanto le tardo a Bree en sacarme del colegio sin yo darme cuenta. Negué con la cabeza. Injusta costumbre de pensar por mucho tiempo, casi llegando al extremo de ser un muerto que camina.
—¿Vives aun?
—Eso parece —le sonreí a la anciana del puesto de joyería usada.
—Fíjate quien está allí, es Nadine. ¡Eh!
De repente, como si una magia se apoderará de mis pensamientos, me acorde de ella. No lo puedo describir en palabras, pero fue intenso. Una chica muy intrépida y constante, quizá en términos de preservada. Sin embargo no me cabe la menor duda que ella sigue con Payne, se nota por su sonrisa espontánea y por su manera de menear la mano mostrando un anillo con diamante incrustado.
—¡Bree! Es divino volver a verte. ¿Cómo estás? Veo que sigues con Zayn —sonrió castamente y volvió hacia su amiga. No me sorprende que no le agrade, a la mitad de la gente no le simpatizo y no me extrañaría que ambas se contaran todo… incluyendo el hecho de que me comporte como un grandísimo patán esta misma tarde.
Rodeé los ojos. Los chismes vuelan.
—Así es, pero mira tú. ¡Estás comprometida! Liam, ¿no?
—¡Por supuesto que sí! ¿Quién más podría ser?
—Alguien sin cerebro —masculle divertidamente. Sé que ella no tuve el placer de escucharme por su mueca de confusión, aunque Bree si lo hizo por el empujón que me dio. Le guiñe el ojo riendo.
—Seguimos en contacto —Bree rio un poco. Mi rostro comenzaba a ser de un carmesí profundo, mis mejillas dolían y más sin embargo seguía riendo.
—Venga, nos vemos después —me lanzo una mirada mordaz y siguió con las compras cotidianas.
—Eres un insolente, Zayn.
La mire de reojo y ambos reímos al unísono. ¿Hace cuánto no lo hacía? Es tan… Oh.
Guarde para mí mismo el último aliento de la brisa y un par de centímetros de su tacto antes de que desapareciese en la noche. Tal como había entrado en nuestra habitación unas horas después, igual que ella. Los dos solos, disfrutando de nuestro amor.
Pero había algo que me tenía intranquilo… Ese pensamiento de “disfrútala mientras puedas, después solo tu mano podrá ser tu consoladora en tiempos de tempestad”.
Invitado
Invitado
Re: at the heart of the question | one direction.
ajsdhkjas Lore subió <3 comentaré mañana porque apenas llegue de la escuela (es la 1:33 am, hubo un evento y me tuve que quedar) pero lo poco que llevo leído se nota que es perfecto, como todo lo que Lore escribe <3
peralta.
---------
Re: at the heart of the question | one direction.
zayn te quiero matarrrr :c sos un malnacido, ¿cómo tratas así a la pobre Bree?>:c pls, y después dice que le tiene repulsión:c pero si Bree lo ama más que a su vida u-ú okya, me metí demasiado XD me encantó, Lore, ya sabes, amo todo lo que escribes y siempre me encantó como es esta pareja bc se odian pero no se pueden alejar;-; sha, amo Zree, fin.
Invitado
Invitado
Re: at the heart of the question | one direction.
Lo sé u__ú Zayn te odiamos amadamente (?) nah
Invitado
Invitado
Re: at the heart of the question | one direction.
amé mucho a Zayn ;-; idk, se me hizo un buen personaje bieeeen narrado y ajshdjask lo amé, además Zianna:c tu capítulo fue hermoso y vaya manera de comenzar la novela <3
debo de decir que si me pareció un poco feo la personalidad al principio del capítulo por Zayn, pero una vez que vas leyendo el resto del capítulo, creo que llegas a ver de una manera distinta a los personajes.
y aww el reencuentro que tuvieron en la escuela aquellos dos, omggg fue hermosoooooooooooooooooooo!
omg Nadine apareció enserio te agradezco que la hayas incluido junto con Liam y, lo que más confusa me dejo, lo que más triste me dejó, fue esto:
debo de decir que si me pareció un poco feo la personalidad al principio del capítulo por Zayn, pero una vez que vas leyendo el resto del capítulo, creo que llegas a ver de una manera distinta a los personajes.
La reunión de los chicos me la pude imaginar, como la típica reunión de hombres borrachos riéndose muy fuerte y escandalosamente en los pubs de Londres, hahah fue muy chistoso a decir verdad, pero hubo ciertas cosas que me inquietaron un poco...La vi por un instante que guardé para siempre, en mis manos temblorosas, en mi piel helada, en mí desbocado corazón; tan fría, tan pétrea, imperturbable e insolente, es difícil definir lo que su mirada le hace a mi pulso, mi sentir, mi respirar.
Zayn es un HERMOSO al preocuparse de lo que su esposa piense de él, enserio que si <3—Bree me tiene repulsión.
Liam parpadeo. —Eso no es cierto, Zayn. Tú mismo lo sabes.
—Ya ni sé que es lo que ella siente por mí. —Hice una mueca de desagrado y nuevamente puse en mis labios la botella de cerveza y tome de ella.
whatQuisiera decir que me encuentro feliz, que mi sonrisa brilla por alguien o por alegría, pero no, estoy en depresión. En Soledad. En tristeza. En muerte lenta. Tal vez hace un tiempo no me importaba estar rodeado de personas pero con el pasar de los días, las cosas han cambiado, para mal.
WHAT?!¿Cómo estar tranquilo de una tarea tan desagradable como es mentirle a esa persona que le darías tu vida si fuera necesario?
y aww el reencuentro que tuvieron en la escuela aquellos dos, omggg fue hermosoooooooooooooooooooo!
Por qué Zayn? Por qué Por qué eres tan hermosoooooooooooooooooooooooooooooo:c con ella, y ajshgdjgahs me has llenado de muchos Zianna feels cuando leí toda esa parte, ugh fue maravillosaus lágrimas son un rio de penas. Sin embargo me siento feliz, al igual que ella. Me perdono, se siente liberada ahora. Lo sé. Su abrazo me dejo muy claro que quiere perdonarme, y no sabe cuánto le agradezco esto.
omg Nadine apareció enserio te agradezco que la hayas incluido junto con Liam y, lo que más confusa me dejo, lo que más triste me dejó, fue esto:
eso no pinta para nada bien en fin, amé mucho tu capítulo Lore <3 subiré mañanaPero había algo que me tenía intranquilo… Ese pensamiento de “disfrútala mientras puedas, después solo tu mano podrá ser tu consoladora en tiempos de tempestad”.
peralta.
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Re: at the heart of the question | one direction.
mañana subo ya comencé a escribir <3
peralta.
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Re: at the heart of the question | one direction.
Me lei el cap desde el celu, como pude. La semana que viene cuando ya este de vuelta definitivo, comento tu cap lolo :B espero el tuyo steph jfnrudbdirdjdd. Besos las extraño): <3
loubricante.
Re: at the heart of the question | one direction.
ahsvdja "Aunque; recibimos muchos sonidos de “ew” por parte de ellos, sería menos traumático para ellos." ahfsdagh ya me imaginé la cara de los niñitos:'3 No entiendo porqué Liam no quiere un hijo, sería demasiado tierno ver a Nadine y Liam tener hijitos pelirrojos como la niñita:c al menos los borrachos estos apoyan a Nadine (?) me encantó tu cap, Steph, estuvo perfecto<3
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