The Homeless Boy |Larry Stylinson|

Por suerte que por sentido común, Louis tomó los papeles que Harry le había dado, junto con el periódico local y otras revistas, para arreglárselas a Anne. Se sentó con un café en la mesa de la cocina y revisó cada prospecto. El curso que él quería, escritura creativa, estaba en la parte superior de la página ocho. Tomó una hoja de papel y comenzó a hacer una lista a un lado. La lista era buena. Resumió claramente en su cerebro, por qué no podía ir a la universidad; no tenía dinero, ni alojamiento, ni carro, y no se había graduado. Sin embargo, se dio cuenta que al escribir lo negativo, se había adicionado a todo esto algunos argumentos en contra, proporcionándole así algunas probabilidades que le permitieran ir finalmente. Eran como si todas esas razones salieran fuera de él. ¿Financiamiento? Buscaría financiamiento; podría encontrar algo. ¿Trabajo? podría buscar uno colocando mercadería en estantes para empezar. En cuanto a su graduación, Harry tenía razón. El cuestionario que había como ejemplo para el examen de validación podría contestarlo hasta dormido. Podría haber sido educado en casa pero no era un tonto. Entonces Harry le había ofrecido… Vive aquí, o múdate conmigo, tengo una casa con un cuarto extra, tengo un carro que no uso, podemos dividir las cuentas. La tienda necesita un dependiente. Puedo prestarte el dinero que necesites. Puedes pagármelo si te hace sentir mejor… 

Las palabras de Harry fueron agregadas a la lista, con pequeñas letras HS al lado de cada punto que indicaban las iniciales del nombre del policia en lo que él le podría ayudar. Se las arregló para entrar a navegar por internet. La versión de Windows que recordaba era diferente a la que tenía frente a él, y Google parecía tener millones de lugares con la palabra universidad y financiamiento. Aun así logró recorrerlos rápidamente. No podía hacer ninguna llamada telefónica. En la mayoría de universidades exigían una entrevista. La emoción ante las posibilidades que se estaban formando alejaron las sombras que había conocido en su vida anterior. Tenía que tomar una decisión sobre lo que tenía que hacer. Él realmente necesitaba saber si Harry hablaba en serio, y también lo que sea que quisiera de él. Porque Louis estaba seguro como el infierno que Harry quería algo. 

Era la noche de año nuevo y la familia y la reunión familiar comenzó a formarse. —Entonces, nosotros tenemos esta cosa. —Anne le explicó a Louis —que cuando llega el fin de año todos nosotros pensamos en las cosas que nos sucedieron durante el año y les decimos a los otros lo que queremos que nos suceda en el nuevo. 

—Yo iré primero. —Jamie dijo rápidamente, colocando sus brazos alrededor de su esposa y colocando sus manos protectoramente en el vientre de su esposa, con una expresión en su cara que significaba una cosa. —Quiero agradecerle a la compañía eléctrica por el apagón de octubre y quiero que nuestro bebé nazca saludable este verano. —El ruido fue ensordecedor, todo el mundo lo felicitaba, preguntando la fecha del parto, la emoción era contagiosa y Louis se encontró sonriendo. Vio a Harry que tenía una gran sonrisa en su cara, de orgulloso tío. Eso empezó a morir cuando Nill tomó su turno, pero volvió a salir, cuando comenzó a agradecerle también a la compañía de luz. La sonrisa de Louis se volvió permanente. Cuando fue el turno de Harry, lo veía expectante, preguntándose qué sería lo que agradeciera, no le sorprendió cuando comenzó hablando de su posición en la estación de policía de Holmes Chapel, Escuchó a su familia y amigos reírse, estaban orgullosos como él. Se sorprendió cuando su nombre fue mencionado como punto culminante del año. —…y entonces rescaté a mi propio cachorrito Louis de un banco en medio de la nieve —Harry le sonrió a Louis —y decidí quedarme con él. —Agregó la última parte muy suavemente. —¿Y para el siguiente año? —Louis preguntó suavemente, consciente de que el reloj estaba cerca de marcar la media noche, faltaban cinco minutos para el año nuevo. —Bueno, eso es fácil, quiero que se quede aquí, que tenga una vida ordenada, que sea feliz… y… —Él dudó y entonces se detuvo. —¿Y qué? —Louis presionó, viendo a Harry como si fuera el único en el cuarto. —Y quiero ser quien le ayude a aprender todas las cosas que quiere saber. 

Todo el mundo se quedó en silencio, esperando la decisión de Louis. ¿Se iba a quedar en Holmes Chapel, quizás empezar una nueva vida con una familia que lo quisiera? Necesitaba ver a su hermana, darle sentido a lo que le había sucedido en su casa, quizás presentar cargos, y ver si podía alejar a su hermana de su padre. Tenía que pensar mucho acerca de eso. Pero cuando le preguntaron qué era lo que deseaba en ese momento, no se tardó en contestar. —Si. —simplemente dijo, dirigiendo la respuesta a Harry. —Quiero grandes cosas —ver a mi hermana, tener una educación, escribir. —El miró a esos ojos verdes que brillaban con deliberada concentración. —Y voy a necesitar ayuda. 

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ES HORRIBLEMENTE CORTO!  :lloro:  lo se. 

mil disculpas por tardar tanto, pero nunca subo cap sin antes terminar el siguiente cap, por ejemplo, subo el capitulo 9 cuando termino de escribir el 10, y el 10 compensa lo corto de este, asi que lo mas probable que suba el proximo en estos dias,   . 

ahora si.. que piensan de la decision de Louis? estan orgullosas?  :lovely: 

Les dejo mi twitter por AQUI, ustedes ya saben que hacer..   

  

El día de año nuevo pasó tranquilamente. Harry estaba de turno y Louis pasó gran parte del tiempo en su cuarto. Jamie estaba terminando de colocar el nuevo televisor que su mamá había comprado en una oferta y aprovechó el tiempo para visitar a Louis. —Hey. —Tocó en la puerta de su viejo cuarto y entró sin esperar a que el chico dijera algo. Este confundido se puso de pie y se metió las manos a los bolsillos. Se sentía cauteloso, nervioso, y estudió el espacio entre Jaime y la puerta por si necesitar salir de allí. —Hola —finalmente dijo cuidadosamente, a pesar de que estaba consciente de que Jamie no había dicho nada y lo veía con una muy extraña expresión en su cara. — ¿Estas bien? —Bueno esa era una indefinida pregunta que nunca había oído. —Eso parece. —Buena respuesta. —Sabes dónde encontrarme si me necesitas —movió extensamente su mano —Ya sabes, para hablar y esas cosas. —Gracias. —Louis realmente no sabía de lo que podría hablar con Jamie, pero al menos él no le revisó los brazos en busca de cicatrices, ni amenazó con enviarlo de regresó a la banca del cementerio.

—Entonces estás bien. —Jamie asintió y salió del cuarto, saliendo y cerrando la puerta detrás de él.

Anne también lo revisó. Él le dio la usual repuesta; estaba bien, estaba leyendo. De hecho, estaba escondiéndose, y estaba seguro por la expresión de su rostro que ella lo sabía. Sin embargo no dijo nada, le llevó comida y bebidas en un par de ocasiones y principalmente lo dejó solo. Realmente no sabía lo que estaba mal hasta que sus pensamientos giraron hacia su hermana y su padre y entones se aventuró a bajar las escaleras. La casa estaba vacía, lo habían dejado solo. Se dirigió hacia el teléfono, lo levantó, y escucho que daba tono. A ellos no les molestaría que hiciera una llamada. ¿Les molestaría? Anne había dicho que se sintiera en su casa cuando entró a dejarle ropa limpia en la cama. Podía tratar de pagarles. A él le quedaban tres dólares que había dejado en una pequeña pila en la mesa al lado de la cama. Marcó el número de memoria, no de su casa, pero si el número de su mejor amigo cuando tenía trece, Matthew. La hermana de Matt contestó, pero ella no dijo nada cuando lo identificó, solo le gritó a Matt, cerca de ensordecer a Louis en el proceso. —Hey —Matthew dijo con una definitiva alegre voz. —Hey —Louis dijo cautelosamente. Ellos realmente no se habían visto en cuatro años, desde que Louis  salió del sistema escolar, y creía que la conversación podría ser difícil. —Lou, hey. ¿Dónde has estado? Hace mucho tiempo que no hablamos.

Se le oprimió el pecho. Era imposiblemente duro oír su apodo, que le trajo a la memoria cuando él y Matt habían sido los mejores amigos. Según Matt, Louis era demasiado largo. —¿Podrías llamarme a este número? —Él no quería presionar su suerte en esa casa, y que Matt le llamara era la solución ideal. —Si, dame cinco — dijo instantáneamente su amigo. Cuando él colgó, Louis dejó el teléfono en su base y esperó pacientemente a que timbrara. Cuando lo hizo, eso era como un sueño, y cuando contesto sabía que se oía que jadeaba. Él empujó hacia atrás el pánico. Ese era Matt, por el amor de dios; Matt fue la persona con quien habló cuando se dio cuenta que era gay, Matt quien trató de contactarlo cientos de veces cuando lo sacaron de la escuela. Cada vez que había llegado a su puerta se tuvo que retirar. Louis, lo sabía lo había visto desde la ventana de la escalera. Su papá era una persona muy fuerte y Matt solo tenía trece años. ¿Qué oportunidad tenía de entrar a su casa a la fuerza? Especialmente cuando su papá mudo a toda la familia a cincuenta kilómetros de distancia de la ciudad, lejos de toda la influencia que pudiera ‘hacer a mi hijo gay’. —¿Lou? —Gracias por llamarme, Matt. —No es problema. ¡Es bueno oír tu voz, amigo! ¿Cuánto tiempo ha sido? —Cuatro años. Supongo —Louis no podía creerlo incluso al decir esas palabras, cuatro años de casi total aislamiento. —No puedo creer que sea tanto. Mierda.—Estoy lejos de casa ahora. —Gracias por esa mierda. ¿Supongo que tu papá no se calmó con todo eso del ejército y esa mierda anti-gay?. —No. Nunca se calmó. —Louis cerró los ojos con fuerza. Matt había sido el primero en saber de la persona que él era y lo había escuchado por horas en un tiempo. —Casi me arranca la cabeza, cuando me rehusé a ir a otro programa de rehabilitación y a firmar los papeles para enlistarme. —Mierda. —Mira, necesito que me hagas un favor, Matt. Siento pedirte esto pero no sé a quién más pueda pedírselo. —Dispara —Matt dijo inmediatamente. —Es sobre Rebecca. —¿Qué con ella?

Harry apagó la computadora cuando su búsqueda empezó a llevarlo en círculos. Al parecer Mark Tomlinson, esposo de Johannah y padre de Zachary Isaiah y Rebecca Mary, era alguien que mantenía su nariz limpia. No había nada en los archivos contra él, ni siquiera una advertencia. De algún modo había logrado que su brutal control sobre su hijo evadiera completamente a las autoridades. Frustrado tomó las páginas impresas. Ahí había algunos detalles que podrían darle alguna pista, incluyendo la más reciente dirección, que según sus cálculos estaba a ciento diez kilómetros de distancia. Al parecer Louis no había llegado tan lejos como había esperado. Trazó la ruta con su dedo en el mapa, asumiendo que Louis había tomado el autobús en la cuidad  en donde vivía hacia la algun lado que el creyo lejano, entonces con su dinero había finalmente llegado a Holmes Chapel . Harry se sentía impotente, quería encontrar algo oficial que pudiera hacer. Tamborileando con sus dedos en el escritorio su mirada se fue al teléfono pensativamente. Quizás podría hablar con la policía local para ver qué efecto tendría. Casi hace la llamada pero apartó la mano cuando reflexionó en los problemas que le podría causar a Rebecca, la hermana de Louis. Rebecca Mary Tomlinson, catorce años, aún seguía en la escuela como mostraba su expediente. Indicando que a ella no la habían sacado del ambiente escolar como le había sucedido a Louis. —¿Ya terminaste, novato? —La voz de Mitchell hizo eco en el cuarto vacío, y él dejó la pila de carpetas en una esquina del escritorio. Harry vio el reloj, y se dio cuenta que pasaban de las cinco. No era la primera vez que se había quedado a trabajar tarde. Viviendo en su propia casa y no teniendo a nadie que lo esperara en ella y siendo su trabajo tan variado él realmente se quedaba horas de más, cuando se escapaba el ganado, o se dañaba algún camión bloqueando el tráfico de la calle principal. No importaba cuando sucediera. Mientras que el oficial novato lo cubriera.

—¿Podrías buscar algo para mí? —Mitchell era una indispensable fuente de conocimientos y experiencia y se le formó un nudo en la garganta a Harry cuando se dio cuenta que después del treinta de junio él tomaría el lugar del viejo oficial en del pequeño equipo. ¿A quién recurriría cuando Mitchell se fuera? Él podría ser el novato pero Mitchell parecía escucharlo y tomar sus ideas en consideración, a diferencia de los otros policías que lo veían como el divertido policía gay. —Seguro. —Se sirvió café y se apoyó en la esquina del escritorio, inclinando la cabeza a un lado y esperando que Harry comenzara. —Es acerca de Louis, el chico que se está quedando en casa de mamá. —¿Tu amigo? —Bueno, no exactamente. Acudí a una llamada en la iglesia la noche buena y lo encontré en una banca, él era un chico indigente. —Continua. —Mitchell no mostró ninguna reacción a lo que Harry decía, y finalmente se relajó y contó toda la historia mientras Mitchell escuchaba y muy a menudo asentía. —Si él ya tiene dieciocho realmente ya no es un asunto de la policía —Mitchell siguió, cuidadosamente levantó una mano cuando Harry abrió la boca para interrumpirlo. —Sin embargo, conozco algunos policías de la ciudad y puedo pedir que revisen alrededor, ver si hay algún tipo de conexión con la policía de donde sea que esté la familia ahora. —Louis está preocupado por su hermana. ¿Ellos podrían revisar eso? —¿Él está preocupado? —Harry sabía lo que Mitchell estaba preguntando. Él claramente tampoco escondía sus propios miedos. —Es solo que tengo un mal presentimiento. —Harry sacó las fotos de la carpeta con el nombre de Louis por un lado, y los dejó en el escritorio para que Mitchell pudiera verlo. —La doctora tomó estas. —No necesitó agregar ninguna palabra mientras Mitchell revisaba las fotografías pensativamente. —¿Él presentará cargos? —Louis solo quiere asegurarse de que su hermana está bien, entonces creo que podría tomar una decisión. Mitchell se enderezó y rellenó su taza de café. —Dame un par de días, hijo. Ve a casa. Ya terminaste tu día ahora. Harry no necesitó que se lo dijeran dos veces, guardó las fotografías y los papeles en la carpeta y se los dio a Mitchell. —Gracias. —No parecía suficiente para decirle al oficial más experimentado que dijo que podría ayudar, pero sabía que Mitchell no aceptaría nada más.

Caminó la corta distancia hacia su propia casa, vacilando en el porche se apoyó en uno de los muros. Su casa era pequeña pero fuerte. Tenía dos pisos, patio y una cochera a un lado, se la heredó a su abuela. Ella le había dado a Jamie y Gemma una cantidad equitativa de dinero, pero ella supo siempre que los ladrillos y el cemento serian para Harry. Él era el único que tenía raíces en el pueblo. Que necesitaba esa comunidad. Jamie quería la gran ciudad, Gemma quería trabajar en Nueva York —para hacer lo que aún no había decidido— pero ella no tenía reales deseos de quedarse en Holmes Chapel.

La hipoteca estaba pagada, era totalmente suya y amaba eso. A pesar de pasar mucho tiempo en la casa de su mamá, él pasaba mucho tiempo en su casa, cuidando del jardín. Incluso tenía comida en los gabinetes. Admitía que ya llevaba mucho tiempo en ellos; pasta, arroz y comida enlatada, pero si tenía necesidad podría hacer un plato de pasta con salsa de tomate. Era solo que su mamá era buena cocinera y dado que Jamie ya no vivía en casa, y Gemma pasaba mucho tiempo fuera, era lindo para ella que su hijo fuera a casa. Abrió la puerta del frente, tomó el correo y lo dejó en una desordenada pila en la mesa del vestíbulo. Esta noche él necesitaba estar con su mamá y con Louis. El joven de ojos azules se estaba metiendo bajo su piel de una manera equivocada, y no solo le preocupaba desde el punto de vista del policía. Él deliberadamente había tratado de poner un poco de distancia. Con la cantidad de mierda por la que había estado pasando, en su cerebro de policía, Louis debería de estar fuera de sus límites. Desafortunadamente dentro de su cabeza regresaban las imágenes de la navidad y el cumpleaños de Louis y realmente no estaba seguro cuanto tiempo podría evitar tocarlo.

Toma la decisión —manos fuera— cerró la puerta del frente y medio corrió a la casa de su mamá, esperando no perderse del recalentado que inevitablemente hacia su mamá el año nuevo. Louis tenía un apetito que superaba el de Jamie, y él estaba seriamente decidido a conseguir algo de comida primero. Pasó a Gemma que iba de camino a dios sabe dónde y después de un rápido intercambio de hermana-hermano molesto, él finalmente entró en la casa, inhalando el aroma de las papas y los vegetales frescos. Había llegado justo a tiempo, se dejó caer en su habitual silla, consciente de que solo él y su mamá estaban frente a la mesa. —¿No es demasiado tarde, mamá? —preguntó frunciendo el ceño. —¿Dónde está Louis? —No pronunció la palabra. ¿Huyó? —Le hablé hace rato, aún no ha bajado. Harry, estoy preocupada por él, está desesperado por saber de su hermana. —Me encargaré de eso —ofreció cuidadosamente, el policía el estaba preocupado y el hijo estaba molesto de que Louis no respetara a su mamá lo suficiente como para bajar a cenar. Subiendo dos escalones a la vez se dirigió al antiguo cuarto de su hermano, tocó una vez. No se oyó nada y usó su privilegio de policía mezclado con una buena dosis del hombre de la casa y abrió la puerta preguntándose si encontraría el cuarto vacío. Lo que encontró fue a Louis acostado boca abajo en la cama, con audífonos en los oídos y sus hombros temblaban. Harry se acercó y le tocó el hombro. Se apartó cuando Louis confundido empezó a gritar, casi cayéndose de la cama y quitándose los audífonos, y en un sorpresivo movimiento empujó el iPod y los audífonos hacia Harry. —Jamie dijo que podía usarlos. —Sollozó, señalando de nuevo a Harry quien inmediatamente los tomó. —Está bien. Es hora de cenar si quieres… —Harry no sabía qué decir. Todo lo que él quería era saber era por qué Zach estaba llorando y saber si podía ayudarlo. Louis se levantó de la cama, secretamente secándose las lágrimas de sus hinchados ojos y cuadrando los hombros. —Está bien. Harry tocó suavemente su brazo y el tiempo se congeló. Ellos se habían evitado el uno al otro, evitado el contacto entre ellos, entonces lo atrapó el drama de cómo encontró a Louis y su preocupación por su hermana. Tocarlo parecía algo impropio. Harry acunó la cara del jovencito entre sus manos, usando el pulgar para limpiar las lágrimas de sus altos pómulos, las lágrimas hacían que los azules ojos de Louis brillaran. —Esto es estúpido, yo soy estúpido… llorar con la música. —¿Es eso lo que te está molestando? —Jamie me lo prestó, y… —Su voz se quebró— No conocía ni la mitad de lo que está aquí. Ni siquiera había oído ese tipo de música por mucho tiempo, no conocía ni la mitad, y la mitad que me sé, eran cosas viejas, que me recordó lo que extraño de mi hogar. —¿Hogar? —Harry inhaló profundo repentinamente confundido. —¿Quieres regresar a tu hogar, Louis? Parpadeó ante la pregunta, con sus ojos abiertos de par en par por el shock, y entonces bajó la mirada, en tanto que Harry se la sostenía. —No, no quiero, pero extraño mucho a Rebecca, y estoy… preocupado. —Eso no es estúpido — empezó queriendo tranquilizarlo, pero el chico lo interrumpió.—Llamé por teléfono a un amigo hoy. —Habló rápidamente, como si quisiera lograr admitirlo. —¿Qué? —Harry presionó cuando Louis dejó de hablar y se rehusaba a verlo a los ojos. —Dejé tres dólares por la llamada — dijo apresuradamente. —Quería llamarle a mi mejor amigo y pedirle que fuera a revisarla. —Está bien. ¿Él dijo que podría hacerlo? —Solo desde lejos, así papá no lo sabría. Quizás él pueda dejarle un mensaje a ella. Tengo dieciocho años y puedo ser su guardián si ella huye. —Louis se veía patéticamente esperanzador, y Harry sabía que no era el momento correcto para decirle lo que había hecho hoy —que él también había hecho que revisaran a su padre. Eso podía esperar. Animó a Louis a que lo mirara, enfocándose en esos demasiados brillantes ojos y esas largas pestañas con lágrimas. Vio esos llenos labios y no pudo evitar darle un beso en la boca al jovencito, apartándose con la misma rapidez. Ahora no era el momento de besar a Louis; ahora era el momento de tranquilizarlo con palabras. —Bien, la encontraremos, y nos aseguraremos que esté a salvo. Confía en mí. —Iba a decir más pero la lengua de Louis se atrevió a saborear el beso que Harry había dado y perdió la pista de sus palabras. —La cena nos espera —dijo y ellos casi alcanzan la puerta cuando Louis se detuvo. —¿Hay alguna razón para que no me toques? quiero que me toques. —Dijo tranquilamente. Las palabras estaban ahí, cuestionando malditamente a Harry.—Louis, esto es difícil. —¿Cómo infiernos iba a hacer para explicarse? —¿Soy yo? ¿Hay algo malo en mí? —No. —Harry rápidamente lo tranquilizó, pero ¿cómo podía decirle no eres tu soy yo sin sonar a un cliché que había leído del libro del jovencito gay enamorado? —¿Es a causa de mi espalda? —Las palabras de Louis eran desanimadas y drenaban auto-recriminación mientras cruzaba los brazos sobre su pecho. —Por dios Louis —Harry soltó sin rodeos. —¿Eso es lo que realmente piensas? —Cuidadosa y calmadamente, cerró la puerta asegurándose de que hubiera una barrera de madera para evitar que su mamá con oído como de murciélago oyera. Entonces giró a Louis. Se veía mucho más como un cachorro apaleado, realmente apartó la pose de no me importa lo que pienses que estaba tratando de tener. —No sé —él dijo sus ojos brillaron de nuevo y su delgado cuerpo se hundió bajo ese feo suéter verde. Harry se apoyó contra la puerta, jalándolo del suéter hasta que Louis, se desbalanceó y se apoyó en él.

—Dios me ayude, pero te deseo tanto —respiró mientras reclamaba un beso. El toque de los labios de Louis era suave, pero él aprovechó la ventaja cuando Louis se apartó ligeramente y abrió la boca para decir algo. Harry simplemente inclinó la cabeza y profundizó el beso, deslizando una mano y enredándolo los dedos el cabello de Louis, acercándolo por más. Louis rápidamente llevó sus manos bajo la camisa de Harry, con una ruda y rápida necesidad, participando del beso con tal anhelo que impactó a Harry hasta el corazón. Respirando pesadamente, apartó al chico, evitando los labios mientras Louis buscaba seguir besándolo. —No te detengas… —Tengo que detenerme. De otra manera solo te empujaría a la cama y tomaría lo que quiero. Louis finalmente se alejó con confusión en la cara. —Entonces, yo diría que sí. —Lo sé, pero demonios, Lou, quiero hacer lo correcto, ¿está bien? Quiero hacer lo mejor para nosotros, quiero que te sientas bien, y quiero que estemos solos, no con mi mamá bajando las escaleras. ¿Eso tiene sentido? —Me siento bien —Louis protesto rápidamente, claramente trató de no hacer gestos de dolor cuando Harry tocó las vendas de su espalda. —Uh huh —eso fue todo lo que dijo, y lo veía con el comienzo de una sonrisa en la cara. —Creo que esto que tenemos aquí, puede ser muy importante para ambos. —Era de vital importancia que Louis entendiera lo mucho que Harry consideraba el siguiente paso, las veces que se había tenido que controlar cuando estaba frente al jovencito. —También creo eso —Dios, Louis se oía tan malditamente triste. Eso fue imposible de evitar y él lo jaló más cerca abrazándolo. Louis, se inclinó hacia Harry y enterró su cara entre el espacio del hombro y el cuello. Harry sintió una oleada de necesidad para hacer que el chico entendiera. Él intentaba hacer lo mejor para Louis. —Ese ataque de pánico es un signo de que quizás hay cosas en tu cabeza que necesitan sanar. Tu espalda aún está sanando, te vez tan cansado y solo tienes dieciocho años. —Está bien — contestó tristemente, sus hombros se hundieron, y Harry se dio cuenta instantáneamente del error que había cometido. Quizás no debería de haber enumerado las cosas concernientes a Louis primero. —Y en cuanto a mí, soy policía, No solo eso, soy un policía novato, recién salido del entrenamiento. Tú eres un jovencito a mi cuidado, y no puedo tomar ventaja de la situación. Necesito ser profesional para ayudarte, descubrir lo que sucede en tu casa, y ver por Rebecca. —Louis parpadeaba, mientras él hablaba, miedo y preocupación se veían en sus ojos cuando menciono a Rebecca. —Ahora, vamos a cenar.

El teléfono permaneció en un horroroso silencio durante tres días, y Louis se preguntaba si Matt realmente había hecho lo que le había pedido. Ellos habían sido como hermanos cercanos que compartían todo, pero ahora había pasado mucho tiempo desde que Louis había estado en contacto con el otro chico. Él contaba con que Harry lo apoyaría y que Mitchell encontraría información de alguna manera. Así que cuando la mierda lo golpeó fue en dos direcciones. Primero por teléfono. Matt pidió hablar con Louia por teléfono, su voz era gruesa a causa de los nervios cuando le dijo lo que había visto.

—Él la golpeó, justo frente a mí, ¡porque ella se acordó de mí y me sonrió! Joder, Louis, ¿Qué he hecho? —Yo no… Yo… —Temblando, Louis le dio el teléfono a Harry y subió las escaleras de a tres, tomó la bolsa que Anne le había dado y agarró su ropa. La voz de Harry se hacía eco en la escalera, hablando calmadamente, entonces el silencio, después solo tres palabras. —¿Ella está muerta? Louis reaccionó en shock, bajando saltando la escalera hacia el vestíbulo, Harry estaba asintiendo algo al otro en la línea y vio a Louis con una testaruda mirada de determinación. Cuidadosamente dejó el auricular. —¿Louis? —preguntó rápidamente. —Lo siento — dijo suavemente, y había algo en sus ojos, una fatalidad, una pena y un frio relámpago lo recorrió. Louis repentinamente perdió la fuerza de sus piernas cayendo de rodillas en el vestíbulo. ¿Qué había sucedido? ¿Su hermana estaba muerta? Sintió a Harry tratando de levantarlo. Oía las palabras, pero eran ruido alrededor de él. Se sentía enfermo. —Ey, Lou, Louis. Mírame. —Sintió que Harry lo sacudía. —¿Rebecca? —Sentía que su mundo se desintegraba alrededor de él. —No. Louis. Mírame. Lou. Ella está bien. Ey. —¿Bien? —Levantó la mirada para ver la preocupación en Harry, y vio la verdad en sus palabras.

—El policía que Mitchell envió a revisar respondió la llamada de tu amigo Matt. Ella está bien. Ella está en la estación con ellos. Lo siento, Louis. Es tu mamá. Esto es muy triste. 

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Hola! pensaba subir este capitulo en una semana mas o menos, pero no me aguante   

 

que les pareció!!?  :lovely:  ahora mas que nunca espero sus comentarios!      

 :loki: loki