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La Estación 《 Larry Stylinson 》
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 5 de 32. • 1, 2, 3, 4, 5, 6 ... 18 ... 32
Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
Holotas!!!!
Ese Lucho.....ya sabemos que queres a Harryy para :fosforitos:
solo que louis es tan cojudo que no lo admite
Que en andara Elizabeth??? es muuy sospechoso :whatever:
Con lo que escribiste al final me preocupo un poco, tranquila querida Charlotte todo estara bien, animo y se fuerte!!!! Estamos para animarte!!!!!
:yoli:
Ese Lucho.....ya sabemos que queres a Harryy para :fosforitos:
solo que louis es tan cojudo que no lo admite
Que en andara Elizabeth??? es muuy sospechoso :whatever:
Con lo que escribiste al final me preocupo un poco, tranquila querida Charlotte todo estara bien, animo y se fuerte!!!! Estamos para animarte!!!!!
:yoli:
Mra. De Horan
Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
Rebeca. escribió:¡Joder! Mi pequeña Charlie *amo decirte así*
Enserio el capitulo fue hermoso... yo me senti tan mal por Harry, lo ultimo, como se siente, es decir, tu logras poner los sentimientos de los personajes a tal punto que te sentis como ellos y ... y.... y.... y....y
¡Me fui al carajo! xD
Lou maldito idiota, vamos no te hagas de rogar enserio, me gusta el misterio pero de ahi que me ignore al Harreh como que no xD
PUTO POLICIA! Me dieron ganas de meterle la pistola por el culo... okno xD... bueno mi niña :3 me tengo que ir
Aprecio que hayas subido otro capitulo y espero subas mas *---*
Rebe te quiere.
PD: ¿Que es lo que ha pasado hermosa? No mereces llorar, tu no, eres la una de las personas mas lindas que he conocido y no quiero verte llorar, enserio. Se que no puedo decirte que dejes de hacerlo porque es una manera de aliviar tu dolor... cualquier cosa sabes que estoy aqui para ti ¿ok?
Solo mantente fuerte (:
Owwww yo amo que me digas así y que bueno que te haya gustado Rebe Y Louis se hace del rogar porque más adelante va a pasar algo jejeje y gracias por tu apoyo rebe se que ni siquiera me conoces ni nada pero es lindo saber que tengo tu apoyo espero estar un poco mejor y poder continuar con esta historia pronto muchas gracias encerio te has convertido en una de mis personas favoritas Rebe besos y nos leemos luego. :)
Invitado
Invitado
Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
Paw'ls escribió:Hola pow aquí :)
Pues. Me desespero el Cap.
._.
jajajajajajaj es que lou weh' porque se hace tanto del rogar !!!
Ya tooodos (? Sábemos que quiere con hazz e_e
Y lo necesita o si
Y Eli.... Esta en lo que yo creo que esta :o ???
Pero bueno..... No me importa mucho que haya sido cortito el Cap.
Honestamente no me puedo concentrar mucho en el cap. Porque tu comentario al final....
Me pueso triste :(
Oye !!!
Estas bien ???
Sabes... Se que no nos conocemos ni nada así,
Pero si necesitas decir algo adelante eh ??
Si necesitas censurar (? Nombres y así, pero luego a veces
Lo único que necesitamos es alguien que nos escuche
Sea chiquito o enorme la situación por la que pasamos.. Y pues si quieres, adelante...
((Honestamente soy nueva en el foro y no conozco mucho, pero me parece que se pueden enviarm algo así como DM.))
ya sabes eh :)
*****
Respecto a la respuesta de mi comentario...
Sip.
Si leo tus otras dos novelas, no recuerdo si ya eh pasado a dejar comentario por ahi :$$,
pero si las leo y también me encantan, la de mi pequeño panda me esta matando !! (?
Quiero saber cuando hazz va a descubrir a lou !! O ya lo sabe :OOO ?!?!
Bueh' me estoy desviando x)
Y la de cupido también !! Me desespera tanto hazz negando sus sentimientos
En resumen amo tus novelas :3
Y si, porfavor que ni se te ocurra cancelarlas porque lloro (?
Encerio .________.
********^*
Sigue tu novela por favor :)
Cuando puedas, cuando te sientas mejor y así
Solo no las canceles ;-;
(se que harto con eso pero encerio literal me preocupo (?'. )
Y... Nada te amito
Nos leemos bye :)))) !!!!!
jejee es que Louis se da a desear por eso jejejeje y tran quila Eli no esta en nada malo creo y gracias mi querida Pow por tu apoyo enceri es lindo recibir el apoyo de alguien cunado sientes que no tienes a nadie y si me vuelvo a sentir mal si creo que te tomare la palabra de o la libertad de mandarte un mensaje privado yo en el foro llevo como 1 año y meses jejjeje el visio de los fics y no creo que no has comentado y si quieres comentar en Cupido Enamorado comenta antes de que mande el tema a terminados y des preocupate no cancelare ninguna ya que por medio de ellas expreso mis sentimientos y la sigo pronto Pow besos.
Invitado
Invitado
Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
Mra. De Horan escribió:Holotas!!!!
Ese Lucho.....ya sabemos que queres a Harryy para :fosforitos:
solo que louis es tan cojudo que no lo admite
Que en andara Elizabeth??? es muuy sospechoso :whatever:
Con lo que escribiste al final me preocupo un poco, tranquila querida Charlotte todo estara bien, animo y se fuerte!!!! Estamos para animarte!!!!!
:yoli:
jejejejeje si eso es lo que quiere solo que no lo admite pero hare que lo admita y bueno gracias por comentar y por tu apoyo enserio que sus comentarios me suben el animo y la sigo pronto besos.:)
Invitado
Invitado
Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
;) Espero que la sigas pronto
Esta genial, te espero bye bye bye.
:bye:
Esta genial, te espero bye bye bye.
:bye:
Sthefy19
Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
Sthefy19 escribió: ;) Espero que la sigas pronto
Esta genial, te espero bye bye bye.
:bye:
Hola si la sigo pronto besos.
Invitado
Invitado
Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
Holaaaaaaaaaaaaaa!!!
Me encanto la novelaaaa!!
Espero que la sigas pronto!! :P
Besos
Me encanto la novelaaaa!!
Espero que la sigas pronto!! :P
Besos
Invitado
Invitado
Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
.KittyJSM. escribió:Holaaaaaaaaaaaaaa!!!
Me encanto la novelaaaa!!
Espero que la sigas pronto!! :P
Besos
Hola Kitty que bueno que te haya encantado y gracias por comentar y por pasarte laa sigo pronto besos. :)
Invitado
Invitado
Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
AdrianaDirectioner:) escribió:u.u
Ahora la sigooooo besos
Invitado
Invitado
Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
Hola que creen me hice un espacio para dejar de estudiar y poder terminar el final de el cap y bueno esto es lo que salio espero les guste y comenten besos. :hug:
÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷
6° Capítulo
Louis ya no sabía cuantas veces había ido a tocar esa puerta y tener que regresar a casa con las palabras de la señora de que regresara mañana, Louis estaba apunto de comenzar su busqueda de nuevo y olvidarse de la señora pero el sabía que ella era la más sercana a que le dijera el paradero de Diana. Llego a la puerta blanca de madera desgastada con la pintura cayendose y con sus nudillos dio unos lijeros golpes, no tardarón más de tres minutos en que la puerta se abriera.
—Qué bueno que regresó, le tengo buenas noticias.- esas fueron las primeras palabras de la señora al recibirme.
—¿De veras? —contesté con júbilo.
—Sí. Después de que se fue el otro día empecé a buscar en mis papeles y por fin después de tanto buscar, encontré la carta. Yo sabía que la tenía guardada, nunca tiro esas cosas. Pero qué grosera soy, pase, pase.
—De acuerdo —seguí a la señora que me invitaba a pasar en su pequeño hogar.
Me senté en uno e los sillones que había. La estancia era bastante austera, sin cuadros ni nada de adornos. La sala era pequeña y con dos sillones de color crema, había una mesa al centro con algunas figurillas. Me preguntó si quería café, asentí también me dijo que esperara unos segundos. Después de unos momentos regresó con una taza de café que me dio amablemente, para después sentarse ella en el sillón de enfrente, sacó un sobre de una de las bolsas de su sueter blanco.
—Mire, ésta es la carta, tome —extendió su brazo derecho para poderme entregar aquel valioso papel. Lo miré como idiota unos segundos. Le pregunté si podía leer la carta.
—Claro.
« Enero 10, 1993.
Sra. Isabella:
¿Cómo le va? Espero que bien. A mí me va bien, dentro de lo que cabe. Yo sé que usted me dijo que podía pagarle cuando tuviera el dinero suficiente, pero la verdad que me daba mucha pena estar aquí sin pagar la renta. En fin, encontré un lugar más barato, además de que al lado vive una señora muy amable, a cada rato me está ayudando.
Mi bebé nacerá dentro de un mes aproximadamente, pero pude encontrar un trabajo, no pagan mucho, pero algo es algo.
En cuanto tenga el dinero se lo daré, no quiero que piense que fui una aprovechada. También quería agradecerle por su hospitalidad y su apoyo. Muchas gracias.
Atentamente: Diana Tomlinson »
Releí la carta unas tres veces, mi hermana, no pude dejar de pensar en todo lo que tuvo que haber sufrido, siendo madre soltera, y siendo todavía una adolescente. Sentí que mis ojos se nublaban, así que respiré hondo y leí el sobre. Ahí estaba la dirección de lo que podía ser la casa donde todavía vivía. Sentí una alegría indescriptible.
—Si quiere llévese el sobre, pero la carta déjemela.
—Oh, sí, no se preocupe. La carta es suya—me enderecé de aquel sillón para devolverle la carta a la señora—Muchas gracias, espero que siga viviendo ahí.
—Yo también, si sí, me la saluda, y también a su hijo o hija, nunca me dijo qué fue.
—Sí, no se preocupe, yo le digo —me levanté del sillón con la taza en la mano para terminar el café de un trago.
La señora me condujo hasta la entrada y me deseó suerte. Después de eso no volví a verla. Estaba tan preocupado por mi hermana que por un momento había olvidado su hijo o hija y también estaba la posibilidad de que estuviera felizmente casada o con una pareja, tan sólo pensar eso, sentía nauseas y revuelta la cabeza.
Mi hermana se había ido de la casa cuando tenía dieciséis años. Mis padres la corrieron de la casa porque estaba embarazada, y ella me pidió que le ayudara convenciendo a mis padres que la dejaran quedarse en la casa, pero yo estaba completamente decepcionado, me había mentido y sentía que la ira me invadía el cuerpo al recordar ese día cuando mi corazón fue destrozado, las voces del recuerdo me comenzarón a imvadir y las imajenes aparecieron.
—¿Qué pasa Diana? ¿Por mis papás se pusieron así? ¡¿Por qué te corrieron de la casa?! —exclamé alterado, no sabía lo que pasaba.
Diana entraba despacio en mi habitación y me miraba con cierto temor.
—Lou... Louis —sollozó para después correr hacia mí y rodearme con sus brazos desesperadamente.
—¿Qué pasa Diana? ¿Por qué dijeron eso mis papás? ¡Dime! —empezó a llorar y yo no sabía el por qué de aquella acción. Yo suponía que se había enojado con ellos y por eso habían reaccionado de esa forma.
Diana siguió aferrada a mí como si estando a mi lado fuera el único lugar seguro al que podría ir en esos momentos. Mientras ella dejaba de llorar yo paseaba mis manos por su cabeza y su espalda para tratar de calmarla.
—¿Ahora sí me vas decir? —dije una vez que ella dejó de llorar y me miraba fijamente con los ojos completamente rojos. Le enjugué las lágrimas con mis manos e hice que se sentara en mi cama. Ella permanecía con la cabeza baja, le tomé las manos para que sintiera confianza, pero no decía nada, y yo me desesperaba.
—Dime Diana ¿te enojaste con ellos verdad? —Negó con la cabeza—.¿Entonces ellos se enojaron contigo?
—Al... algo así... —hablaba con dificultad después de tanto llorar.
—¿Pero qué les dijiste que se pusieron así? —iba a empezar a llorar pero le hice un ademán de que no lo hiciera.
Entonces volvió a bajar la mirada y soltó sus manos de las mías. Su semblante temeroso cambió a uno inexpresivo.
—Estoy embarazada—seguía con la mirada baja, incapaz de enfrentar mi mirada que en esos momentos estaba totalmente perturbada. Es mentira, es mentira, me decía una y otra vez en mi cabeza, pero al verla así de destrozada, sabía que decía la verdad. Yo estaba completamente en shock, tenía el cuerpo tenso pero sentí una especie de hormigueo recorrer mi nuca. Mi cuerpo hervía como un volcán, pero mis ojos empezaban a nublarse. No, no podía ser verdad, ella me lo había prometido.
—Louis —dijo al fin alzando lentamente la mirada y viéndome aterrada.
—¿Y obvio ese bebé no es mío, verdad? —pregunté débilmente, teniendo la esperanza de que así fuese.
—No—dijo casi en un susurro. Lo sabía, ese bebé no era mío.
—¿Es de él, no? —asintió levemente mientras se enjugaba las lágrimas con un pañuelo.Me llevé ambas manos a la cabeza y traté de respirar hondo, lo más hondo que pude.
—Yo no quería Louis pero es que —dijo sollozando, tratando de tocar mi hombro pero yo me alejé de ella rápidamente. Me levanté de la cama y empecé a caminar de un lado a otro para tratar de ahogar las ganas que tenía de soltar el llanto. Entonces ella se levantó y fue hacia mí desesperada.
—¿Tú sí me vas a ayudar verdad? Por favor... ayúdame, no sé que haré si me alejo de ti, tú eres el único que puede hacerlos entrar en razón.
—N…no puedo… —le dije con voz titubeante, apunto de soltar las lágrimas.
—¡Louis! ¿Me odias ahora?
Me despertó el timbre de mi celular. Era una llamada de un compañero de trabajo. Después de terminar la llamada, mi hija Susan entró al cuarto y me dijo que ya era hora de cenar.
—Sí, ya voy —dije aun adormilado sentándome en la cama.
—¿Estás enfermo, papá? —preguntó con su carita preocupada.
—No, no, ¿por qué dices eso?
—Es que te vi raro —me sorprendió un poco su perspicacia, y supuestamente yo que trataba de ocultar mis emociones. Le hice señas para que se acercara y se sentara junto a mí.
—Lo que pasa es que llegué cansado, no pasa nada —le sonreí para que me creyera. Nos pusimos de pie y nos encaminamos al comedor para cenar con Mark y Mery.
—¿A dónde fuiste? —me cuestionó Mery que me servía la cena y me miraba inexpresiva.
—Tuve que hacer cosas del trabajo.—Me escrutó con los ojos. No me creyó.
—¿Fuiste a buscarla otra vez? —espetó.
—Sí, y ya estoy a nada de dar con ella. —Mery soltó un suspiro y no dijo nada. Se dirigió a su asiento. Mientras mis hijos me miraban intrigados, querían saber de qué diablos hablábamos.
—¿De qué habla mi mamá? —preguntó Mark al fin.
—¿Se acuerdan que les dije que tenía una hermana, pero que se fue muy joven de la casa? —ambos asintieron—Pues tal parece que ya di con su paradero.
—¡Eso es genial papá! —exclamó Mark alegre.
—¡Sí! ¡Yo quiero conocerla papá, vamos a verla todos! —continuó Susan animada, pero pronto se calmó al ver la mirada de desaprobación de Mery.
—No Susan, primero deja ver si sí vive ahí, además tengo que hablar un buen rato a solas con ella, pero mejor cuéntenme qué hicieron en la mañana. —cambié el tema de conversación pues sentía la mirada de mi esposa clavada en mí.
Yo sabía que ella estaba molesta de que le diera más importancia a ese asunto que a ella, que me preocupara más por una hermana que había dejado de ver hace casi ya veinte años que por mi esposa. Pero es que ella no sabía cuán importante era ella para mí, y pensar en que podría volver a verla, me sentía de nuevo animado. Susan insistió en que le hablara más de mi hermana, pero pude evadirla con el pretexto de que un día le contaría todo acerca de ella, o que la misma Diana le contara lo que quisiera saber.
Cuando estaba en la cama intentando dormir pues no podía no me gusto el final que yo mismo le di a esa historia, todo pudo haber sido distinto y otra vez las voces y las imagenes llenaron mi mente.
—¡Pues eso hubieras pensado antes! —grité exaltado, estaba al borde de la histeria.
—Por favor Louis... fue un error que cometí, yo te quiero a ti—dijo débilmente y a punto de volver a llorar.
—¡Nunca te lo voy a perdonar, eres una puta! ¡Abórtalo! —y entonces comenzó a llorar de nuevo, se acercó a mí suplicante, que la perdonara, que había sido una tontería, una gran estupidez, decía yo.
—Les dije a mis papás que si me corrían, podría irme con él, pero no es cierto, me mandó al diablo y si me voy de aquí, no tendré a dónde ir. Si he pensado en el aborto pero... pero no tendría el valor de hacerlo—trataba de engatusarme para así poder sentir lástima por ella y perdonarla, pero no estaba dispuesto a hacerlo.
—Por mí puedes irte a la mierda, te lo mereces por puta, ¡lárgate de mi cuarto! —bramé, y de mis ojos se escapaban una cuantas lágrimas. Fui hacia donde ella y la tomé fuertemente de uno de sus brazos y la saqué de mi habitación. Coloqué el seguro de la puerta y lloré silencioso.
Después me quedé dormido, y cuando desperté, mi hermana ya se había ido. Mis padres desde ese día no volvieron a nombrarla, dijeron que se había ido a vivir con unos parientes para safarse del asunto fácilmente. Y yo también traté de hacer como si nunca la hubiera conocido, estaba dolido, pero en ese tiempo no me pasaba por la cabeza la idea de buscarla, me decía una y otra vez que eso era lo que se merecía por haberme traicionado, por haberme dicho que solamente a mí me quería cuando había ido a darle su cuerpo a otro más que no era yo. No fue hasta ese domingo que me di cuenta de que todavía, muy en el fondo de mí, la seguía amando, como lo había hecho hace muchos años. «Por favor…que me perdone, es lo único que pido.»
Al día siguiente no fui a trabajar, de todas formas no estaba en condiciones de hacerlo, en mi cabeza sólo estaba una cosa: Diana. Me levanté un poco más tarde de lo normal, pues en toda la noche me había despertado unas tres veces y no paraba de dar vueltas en la cama. Desayuné algo ligero y me vestí un tanto informal, pantalón de vestir y una camisa, sin ponerme saco que siempre usaba para el trabajo. Mi esposa ya se había ido, cosa que agradecí porque no estaba dispuesto a soportar sus sermones o lo que fuera.
No me llevé el carro ya que la zona a donde iba no era muy segura y había posibilidades de que mi carro saliera incompleto de ahí. Mejor tomé un taxi y le di la dirección. Sentía que mi estómago explotaría en cualquier momento, empecé a tragar saliva con dificultad y mi corazón parecía un tambor enloquecido. Luego de casi una hora, llegamos al lugar. Le pagué al taxista y emprendí el camino. Tuve que preguntar le a una chica que pasaba por mi lado dónde quedaba dicha calle, pero afortunadamente supo orientarme y fácilmente llegué al lugar.
Era una especie de calle donde habian casitas muy pequñas, hice una serie de respiraciones antes de decidirme a caminar por la calle, cuando estaba buscando el numero de la casa una señora se me quedó viendo extraño, pero no me dijo nada, sólo me siguió con la mirada. Recorrí el lugar con la mirada, y ahí estaba lo que parecía ser el número 467. Mis piernas flaquearon un poco, así que el primer paso que di fue un tanto desequilibrado, pero recobré mi seguridad y seguí.
Ya frente a la puerta pasaron por mi mente un sin fin de imágenes de las formas en las que podría ser ahora Diana. Yo suponía que seguía igual de hermosa, siempre lo sería. Toqué la puerta de forma que pareció más bien una caricia en la madera, por lo que tuve que volver a hacerlo. Mi corazón iba a estallar pero pronto paró al ver que nadie abría la puerta. Volví a tocar esta vez más tranquilo. Nada. Decidí preguntar en la casa de a lado a ver si podían informarme. Volví a tocar pero ahora en la casa de junto y a los pocos segundos de hacerlo, ya estaban abriendo la puerta. Una señora regordeta abrió la puerta y me vio con extrañeza.
—¿Sí?
—Buenos....—giré mi muñeca para ver mi reloj— tardes, lamento molestarla.
—Buenas, ¿qué se le ofrece? —la señora permanecía recargada, apoyando una de sus grandes manos en la puerta, impidiendo con su cuerpo ver lo que había al interior de su hogar.
—Quería saber si aquí alado sigue viviendo una mujer llamada Diana Tomlinson—la señora me miró sorprendida, y después frunció una ceja.
—¿Quién la busca? —preguntó viéndome de nuevo con extrañeza, y yo sentí de nuevo mi corazón estallar.
— soy Louis, bueno.... soy su hermano —logré decir.
—¿Su hermano? —preguntó, pero ahora seria.
—Sí, me enteré de que vive, o vivía aquí.
Aquella señora mantenía un semblante neutro, así que no pude descifrar qué era lo pasaba por su cabeza, hasta que por fin su rostro se tornó melancólico y un escalofrio recorrio mi cuerpo
—¿Hace cuánto tiempo que no sabe de ella?
—Casi unos veinte años —puso una cara de preocupación y suspiró.
—¿No quiere pasar? Y así le cuento todo. —por su expresión supuse que ya no vivía ahí, pero tenía las esperanzas de que iba a ayudarme a encontrarla. Una vez dentro de esa pequeña casa, casi casi me obligó a sentarme mientras ella se paseaba inquieta.
—Ay joven no sé cómo explicarle—empecé a sentirme angustiado pues su rostro no tenía nada que transmitiera buenas noticias. Pensé lo peor pero mejor traté de hacer a un lado aquellos nefastos pensamientos.
—¿Es algo muy malo? —pregunté titubeando un poco.
—sí, para qué le digo que no si, si—volví a sentir el estómago revuelto pero ahora de preocupación, de angustia, de miedo. Entonces la señora se sentó junto a mí y colocó una de sus regordetas manos en mi hombro, sentí que mi cuerpo se helaba.
—Lo siento, tiene más de diez años que murió—su mano me daba palmaditas en el hombro en forma de consuelo, pero yo aun no entraba en razón.
¿Era broma, verdad? De seguro había oído mal, sí, eso era todas mis ilusiones, una a una de desvanecían en mi interior como cenizas esparcidas por el viento, pero por alguna extraña razón no me salían lágrimas, sólo sentía un enorme vacío, un ardor en mi pecho insoportable.
—Oh—susurré.
—Lo siento, mucho de veras yo la quería mucho a esa muchacha, siempre que podía le cuidaba a su hijo.
—Cierto ¿Entonces es hijo? —Asintió débilmente.
—A veces viene a visitarme, ¿no le gustaría conocerlo? —Tenía la mirada perdida y mi cuerpo completamente paralizado. Dolía, dolía mucho mi pecho.
—Señor.
—¿Sí?
—Creo que no esperaba esta respuesta, ¿verdad? Pero créame que el tiempo que la conocí, fue feliz, aunque por lo que me contó sufrió mucho y a usted le tenía mucho cariño—no dije nada—. Pero ¿no le gustaría conocer a su sobrino? El viene a visitarme seguido, después de que su mamá muriera yo tomé su tutela.
—Ah.
—Sí, pero ahora ya no vive conmigo, espero que hoy pase. ¿Quiere un café o algo para tranquilizarse? Lo veo muy tenso.
—No, no, creo que la posibilidad de que estuviera muerta era factible, sólo que nunca la quise considerar —Aquella señora me dirigió una sonrisa un tanto maternal y se dirigió a su cocina que estaba junto a la sala, sólo separados por una pequeña barra.Ella regresó con un pedazo de papel.
—Tome—me ofreció aquel pedazo de papel— es la dirección del panteón en donde está enterrada, está muy cerca de aquí —tomé el papel y lo guardé rápidamente como si fuera veneno.
Entonces traté de respirar hondo mientras cerraba los ojos e inclinaba mi cabeza hacia atrás, teniendo la vaga ilusión de que con eso se borraran mis recuerdos. Volvió a dirigirse a la cocina. Regresó ahora sin su sueter, mostrando por completo su vestido azul con flores rosas un tanto exageradas.
—Yo creo que mejor me voy.
—No, quédese un rato más, tal vez venga hoy.
—Necesito aclarar mi mente—Forcé una sonrisa y ella me miraba insistente. Revisé la hora en mi reloj para después dirigirla hacia la señora.
—Está bien, sólo esperaré un rato más.
—Sí, espero que llegue.
—¿De qué murió? —pregunté espontáneamente.
—Cuando vuelva a venir le digo—iba a reprocharle, pero tenía razón, ya era demasiado como para saber más.
—Gracias señora.
—Carolina, y ¿Usted?
—Oh, cierto, Louis Tomlinson—nos dimos la mano y en eso tocaron a su puerta.
—Qué bueno que regresó, le tengo buenas noticias.- esas fueron las primeras palabras de la señora al recibirme.
—¿De veras? —contesté con júbilo.
—Sí. Después de que se fue el otro día empecé a buscar en mis papeles y por fin después de tanto buscar, encontré la carta. Yo sabía que la tenía guardada, nunca tiro esas cosas. Pero qué grosera soy, pase, pase.
—De acuerdo —seguí a la señora que me invitaba a pasar en su pequeño hogar.
Me senté en uno e los sillones que había. La estancia era bastante austera, sin cuadros ni nada de adornos. La sala era pequeña y con dos sillones de color crema, había una mesa al centro con algunas figurillas. Me preguntó si quería café, asentí también me dijo que esperara unos segundos. Después de unos momentos regresó con una taza de café que me dio amablemente, para después sentarse ella en el sillón de enfrente, sacó un sobre de una de las bolsas de su sueter blanco.
—Mire, ésta es la carta, tome —extendió su brazo derecho para poderme entregar aquel valioso papel. Lo miré como idiota unos segundos. Le pregunté si podía leer la carta.
—Claro.
« Enero 10, 1993.
Sra. Isabella:
¿Cómo le va? Espero que bien. A mí me va bien, dentro de lo que cabe. Yo sé que usted me dijo que podía pagarle cuando tuviera el dinero suficiente, pero la verdad que me daba mucha pena estar aquí sin pagar la renta. En fin, encontré un lugar más barato, además de que al lado vive una señora muy amable, a cada rato me está ayudando.
Mi bebé nacerá dentro de un mes aproximadamente, pero pude encontrar un trabajo, no pagan mucho, pero algo es algo.
En cuanto tenga el dinero se lo daré, no quiero que piense que fui una aprovechada. También quería agradecerle por su hospitalidad y su apoyo. Muchas gracias.
Atentamente: Diana Tomlinson »
Releí la carta unas tres veces, mi hermana, no pude dejar de pensar en todo lo que tuvo que haber sufrido, siendo madre soltera, y siendo todavía una adolescente. Sentí que mis ojos se nublaban, así que respiré hondo y leí el sobre. Ahí estaba la dirección de lo que podía ser la casa donde todavía vivía. Sentí una alegría indescriptible.
—Si quiere llévese el sobre, pero la carta déjemela.
—Oh, sí, no se preocupe. La carta es suya—me enderecé de aquel sillón para devolverle la carta a la señora—Muchas gracias, espero que siga viviendo ahí.
—Yo también, si sí, me la saluda, y también a su hijo o hija, nunca me dijo qué fue.
—Sí, no se preocupe, yo le digo —me levanté del sillón con la taza en la mano para terminar el café de un trago.
La señora me condujo hasta la entrada y me deseó suerte. Después de eso no volví a verla. Estaba tan preocupado por mi hermana que por un momento había olvidado su hijo o hija y también estaba la posibilidad de que estuviera felizmente casada o con una pareja, tan sólo pensar eso, sentía nauseas y revuelta la cabeza.
Mi hermana se había ido de la casa cuando tenía dieciséis años. Mis padres la corrieron de la casa porque estaba embarazada, y ella me pidió que le ayudara convenciendo a mis padres que la dejaran quedarse en la casa, pero yo estaba completamente decepcionado, me había mentido y sentía que la ira me invadía el cuerpo al recordar ese día cuando mi corazón fue destrozado, las voces del recuerdo me comenzarón a imvadir y las imajenes aparecieron.
—¿Qué pasa Diana? ¿Por mis papás se pusieron así? ¡¿Por qué te corrieron de la casa?! —exclamé alterado, no sabía lo que pasaba.
Diana entraba despacio en mi habitación y me miraba con cierto temor.
—Lou... Louis —sollozó para después correr hacia mí y rodearme con sus brazos desesperadamente.
—¿Qué pasa Diana? ¿Por qué dijeron eso mis papás? ¡Dime! —empezó a llorar y yo no sabía el por qué de aquella acción. Yo suponía que se había enojado con ellos y por eso habían reaccionado de esa forma.
Diana siguió aferrada a mí como si estando a mi lado fuera el único lugar seguro al que podría ir en esos momentos. Mientras ella dejaba de llorar yo paseaba mis manos por su cabeza y su espalda para tratar de calmarla.
—¿Ahora sí me vas decir? —dije una vez que ella dejó de llorar y me miraba fijamente con los ojos completamente rojos. Le enjugué las lágrimas con mis manos e hice que se sentara en mi cama. Ella permanecía con la cabeza baja, le tomé las manos para que sintiera confianza, pero no decía nada, y yo me desesperaba.
—Dime Diana ¿te enojaste con ellos verdad? —Negó con la cabeza—.¿Entonces ellos se enojaron contigo?
—Al... algo así... —hablaba con dificultad después de tanto llorar.
—¿Pero qué les dijiste que se pusieron así? —iba a empezar a llorar pero le hice un ademán de que no lo hiciera.
Entonces volvió a bajar la mirada y soltó sus manos de las mías. Su semblante temeroso cambió a uno inexpresivo.
—Estoy embarazada—seguía con la mirada baja, incapaz de enfrentar mi mirada que en esos momentos estaba totalmente perturbada. Es mentira, es mentira, me decía una y otra vez en mi cabeza, pero al verla así de destrozada, sabía que decía la verdad. Yo estaba completamente en shock, tenía el cuerpo tenso pero sentí una especie de hormigueo recorrer mi nuca. Mi cuerpo hervía como un volcán, pero mis ojos empezaban a nublarse. No, no podía ser verdad, ella me lo había prometido.
—Louis —dijo al fin alzando lentamente la mirada y viéndome aterrada.
—¿Y obvio ese bebé no es mío, verdad? —pregunté débilmente, teniendo la esperanza de que así fuese.
—No—dijo casi en un susurro. Lo sabía, ese bebé no era mío.
—¿Es de él, no? —asintió levemente mientras se enjugaba las lágrimas con un pañuelo.Me llevé ambas manos a la cabeza y traté de respirar hondo, lo más hondo que pude.
—Yo no quería Louis pero es que —dijo sollozando, tratando de tocar mi hombro pero yo me alejé de ella rápidamente. Me levanté de la cama y empecé a caminar de un lado a otro para tratar de ahogar las ganas que tenía de soltar el llanto. Entonces ella se levantó y fue hacia mí desesperada.
—¿Tú sí me vas a ayudar verdad? Por favor... ayúdame, no sé que haré si me alejo de ti, tú eres el único que puede hacerlos entrar en razón.
—N…no puedo… —le dije con voz titubeante, apunto de soltar las lágrimas.
—¡Louis! ¿Me odias ahora?
Me despertó el timbre de mi celular. Era una llamada de un compañero de trabajo. Después de terminar la llamada, mi hija Susan entró al cuarto y me dijo que ya era hora de cenar.
—Sí, ya voy —dije aun adormilado sentándome en la cama.
—¿Estás enfermo, papá? —preguntó con su carita preocupada.
—No, no, ¿por qué dices eso?
—Es que te vi raro —me sorprendió un poco su perspicacia, y supuestamente yo que trataba de ocultar mis emociones. Le hice señas para que se acercara y se sentara junto a mí.
—Lo que pasa es que llegué cansado, no pasa nada —le sonreí para que me creyera. Nos pusimos de pie y nos encaminamos al comedor para cenar con Mark y Mery.
—¿A dónde fuiste? —me cuestionó Mery que me servía la cena y me miraba inexpresiva.
—Tuve que hacer cosas del trabajo.—Me escrutó con los ojos. No me creyó.
—¿Fuiste a buscarla otra vez? —espetó.
—Sí, y ya estoy a nada de dar con ella. —Mery soltó un suspiro y no dijo nada. Se dirigió a su asiento. Mientras mis hijos me miraban intrigados, querían saber de qué diablos hablábamos.
—¿De qué habla mi mamá? —preguntó Mark al fin.
—¿Se acuerdan que les dije que tenía una hermana, pero que se fue muy joven de la casa? —ambos asintieron—Pues tal parece que ya di con su paradero.
—¡Eso es genial papá! —exclamó Mark alegre.
—¡Sí! ¡Yo quiero conocerla papá, vamos a verla todos! —continuó Susan animada, pero pronto se calmó al ver la mirada de desaprobación de Mery.
—No Susan, primero deja ver si sí vive ahí, además tengo que hablar un buen rato a solas con ella, pero mejor cuéntenme qué hicieron en la mañana. —cambié el tema de conversación pues sentía la mirada de mi esposa clavada en mí.
Yo sabía que ella estaba molesta de que le diera más importancia a ese asunto que a ella, que me preocupara más por una hermana que había dejado de ver hace casi ya veinte años que por mi esposa. Pero es que ella no sabía cuán importante era ella para mí, y pensar en que podría volver a verla, me sentía de nuevo animado. Susan insistió en que le hablara más de mi hermana, pero pude evadirla con el pretexto de que un día le contaría todo acerca de ella, o que la misma Diana le contara lo que quisiera saber.
Cuando estaba en la cama intentando dormir pues no podía no me gusto el final que yo mismo le di a esa historia, todo pudo haber sido distinto y otra vez las voces y las imagenes llenaron mi mente.
—¡Pues eso hubieras pensado antes! —grité exaltado, estaba al borde de la histeria.
—Por favor Louis... fue un error que cometí, yo te quiero a ti—dijo débilmente y a punto de volver a llorar.
—¡Nunca te lo voy a perdonar, eres una puta! ¡Abórtalo! —y entonces comenzó a llorar de nuevo, se acercó a mí suplicante, que la perdonara, que había sido una tontería, una gran estupidez, decía yo.
—Les dije a mis papás que si me corrían, podría irme con él, pero no es cierto, me mandó al diablo y si me voy de aquí, no tendré a dónde ir. Si he pensado en el aborto pero... pero no tendría el valor de hacerlo—trataba de engatusarme para así poder sentir lástima por ella y perdonarla, pero no estaba dispuesto a hacerlo.
—Por mí puedes irte a la mierda, te lo mereces por puta, ¡lárgate de mi cuarto! —bramé, y de mis ojos se escapaban una cuantas lágrimas. Fui hacia donde ella y la tomé fuertemente de uno de sus brazos y la saqué de mi habitación. Coloqué el seguro de la puerta y lloré silencioso.
Después me quedé dormido, y cuando desperté, mi hermana ya se había ido. Mis padres desde ese día no volvieron a nombrarla, dijeron que se había ido a vivir con unos parientes para safarse del asunto fácilmente. Y yo también traté de hacer como si nunca la hubiera conocido, estaba dolido, pero en ese tiempo no me pasaba por la cabeza la idea de buscarla, me decía una y otra vez que eso era lo que se merecía por haberme traicionado, por haberme dicho que solamente a mí me quería cuando había ido a darle su cuerpo a otro más que no era yo. No fue hasta ese domingo que me di cuenta de que todavía, muy en el fondo de mí, la seguía amando, como lo había hecho hace muchos años. «Por favor…que me perdone, es lo único que pido.»
Al día siguiente no fui a trabajar, de todas formas no estaba en condiciones de hacerlo, en mi cabeza sólo estaba una cosa: Diana. Me levanté un poco más tarde de lo normal, pues en toda la noche me había despertado unas tres veces y no paraba de dar vueltas en la cama. Desayuné algo ligero y me vestí un tanto informal, pantalón de vestir y una camisa, sin ponerme saco que siempre usaba para el trabajo. Mi esposa ya se había ido, cosa que agradecí porque no estaba dispuesto a soportar sus sermones o lo que fuera.
No me llevé el carro ya que la zona a donde iba no era muy segura y había posibilidades de que mi carro saliera incompleto de ahí. Mejor tomé un taxi y le di la dirección. Sentía que mi estómago explotaría en cualquier momento, empecé a tragar saliva con dificultad y mi corazón parecía un tambor enloquecido. Luego de casi una hora, llegamos al lugar. Le pagué al taxista y emprendí el camino. Tuve que preguntar le a una chica que pasaba por mi lado dónde quedaba dicha calle, pero afortunadamente supo orientarme y fácilmente llegué al lugar.
Era una especie de calle donde habian casitas muy pequñas, hice una serie de respiraciones antes de decidirme a caminar por la calle, cuando estaba buscando el numero de la casa una señora se me quedó viendo extraño, pero no me dijo nada, sólo me siguió con la mirada. Recorrí el lugar con la mirada, y ahí estaba lo que parecía ser el número 467. Mis piernas flaquearon un poco, así que el primer paso que di fue un tanto desequilibrado, pero recobré mi seguridad y seguí.
Ya frente a la puerta pasaron por mi mente un sin fin de imágenes de las formas en las que podría ser ahora Diana. Yo suponía que seguía igual de hermosa, siempre lo sería. Toqué la puerta de forma que pareció más bien una caricia en la madera, por lo que tuve que volver a hacerlo. Mi corazón iba a estallar pero pronto paró al ver que nadie abría la puerta. Volví a tocar esta vez más tranquilo. Nada. Decidí preguntar en la casa de a lado a ver si podían informarme. Volví a tocar pero ahora en la casa de junto y a los pocos segundos de hacerlo, ya estaban abriendo la puerta. Una señora regordeta abrió la puerta y me vio con extrañeza.
—¿Sí?
—Buenos....—giré mi muñeca para ver mi reloj— tardes, lamento molestarla.
—Buenas, ¿qué se le ofrece? —la señora permanecía recargada, apoyando una de sus grandes manos en la puerta, impidiendo con su cuerpo ver lo que había al interior de su hogar.
—Quería saber si aquí alado sigue viviendo una mujer llamada Diana Tomlinson—la señora me miró sorprendida, y después frunció una ceja.
—¿Quién la busca? —preguntó viéndome de nuevo con extrañeza, y yo sentí de nuevo mi corazón estallar.
— soy Louis, bueno.... soy su hermano —logré decir.
—¿Su hermano? —preguntó, pero ahora seria.
—Sí, me enteré de que vive, o vivía aquí.
Aquella señora mantenía un semblante neutro, así que no pude descifrar qué era lo pasaba por su cabeza, hasta que por fin su rostro se tornó melancólico y un escalofrio recorrio mi cuerpo
—¿Hace cuánto tiempo que no sabe de ella?
—Casi unos veinte años —puso una cara de preocupación y suspiró.
—¿No quiere pasar? Y así le cuento todo. —por su expresión supuse que ya no vivía ahí, pero tenía las esperanzas de que iba a ayudarme a encontrarla. Una vez dentro de esa pequeña casa, casi casi me obligó a sentarme mientras ella se paseaba inquieta.
—Ay joven no sé cómo explicarle—empecé a sentirme angustiado pues su rostro no tenía nada que transmitiera buenas noticias. Pensé lo peor pero mejor traté de hacer a un lado aquellos nefastos pensamientos.
—¿Es algo muy malo? —pregunté titubeando un poco.
—sí, para qué le digo que no si, si—volví a sentir el estómago revuelto pero ahora de preocupación, de angustia, de miedo. Entonces la señora se sentó junto a mí y colocó una de sus regordetas manos en mi hombro, sentí que mi cuerpo se helaba.
—Lo siento, tiene más de diez años que murió—su mano me daba palmaditas en el hombro en forma de consuelo, pero yo aun no entraba en razón.
¿Era broma, verdad? De seguro había oído mal, sí, eso era todas mis ilusiones, una a una de desvanecían en mi interior como cenizas esparcidas por el viento, pero por alguna extraña razón no me salían lágrimas, sólo sentía un enorme vacío, un ardor en mi pecho insoportable.
—Oh—susurré.
—Lo siento, mucho de veras yo la quería mucho a esa muchacha, siempre que podía le cuidaba a su hijo.
—Cierto ¿Entonces es hijo? —Asintió débilmente.
—A veces viene a visitarme, ¿no le gustaría conocerlo? —Tenía la mirada perdida y mi cuerpo completamente paralizado. Dolía, dolía mucho mi pecho.
—Señor.
—¿Sí?
—Creo que no esperaba esta respuesta, ¿verdad? Pero créame que el tiempo que la conocí, fue feliz, aunque por lo que me contó sufrió mucho y a usted le tenía mucho cariño—no dije nada—. Pero ¿no le gustaría conocer a su sobrino? El viene a visitarme seguido, después de que su mamá muriera yo tomé su tutela.
—Ah.
—Sí, pero ahora ya no vive conmigo, espero que hoy pase. ¿Quiere un café o algo para tranquilizarse? Lo veo muy tenso.
—No, no, creo que la posibilidad de que estuviera muerta era factible, sólo que nunca la quise considerar —Aquella señora me dirigió una sonrisa un tanto maternal y se dirigió a su cocina que estaba junto a la sala, sólo separados por una pequeña barra.Ella regresó con un pedazo de papel.
—Tome—me ofreció aquel pedazo de papel— es la dirección del panteón en donde está enterrada, está muy cerca de aquí —tomé el papel y lo guardé rápidamente como si fuera veneno.
Entonces traté de respirar hondo mientras cerraba los ojos e inclinaba mi cabeza hacia atrás, teniendo la vaga ilusión de que con eso se borraran mis recuerdos. Volvió a dirigirse a la cocina. Regresó ahora sin su sueter, mostrando por completo su vestido azul con flores rosas un tanto exageradas.
—Yo creo que mejor me voy.
—No, quédese un rato más, tal vez venga hoy.
—Necesito aclarar mi mente—Forcé una sonrisa y ella me miraba insistente. Revisé la hora en mi reloj para después dirigirla hacia la señora.
—Está bien, sólo esperaré un rato más.
—Sí, espero que llegue.
—¿De qué murió? —pregunté espontáneamente.
—Cuando vuelva a venir le digo—iba a reprocharle, pero tenía razón, ya era demasiado como para saber más.
—Gracias señora.
—Carolina, y ¿Usted?
—Oh, cierto, Louis Tomlinson—nos dimos la mano y en eso tocaron a su puerta.
Última edición por .Charlotte. el Lun 31 Mar 2014, 1:32 pm, editado 1 vez
Invitado
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Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
Hola
Espero que la sigas pronto esta genial
Te espero bye
:ilusion: :bye: :hug:
Espero que la sigas pronto esta genial
Te espero bye
:ilusion: :bye: :hug:
fernandita10
Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
ay por dios y por la vírgen del carmen que el sobrino es Harry aaaaaaaaay que me da algo!!
inmaaamlg
Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
Oh! God!!!
No me digas que Harry...
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
*saltando como boluda*
No lo puedo creer!! esta muerta!!
Sigo en shock!!!
Seguila prontooooo!!!
No me digas que Harry...
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
*saltando como boluda*
No lo puedo creer!! esta muerta!!
Sigo en shock!!!
Seguila prontooooo!!!
Invitado
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Re: La Estación 《 Larry Stylinson 》
:lloro: porque la dejas ahi???????????????? *llora locamente*
cuando dijo hijo se me vino a la mente Harry
podria ser incesto de sobrino y tio????? *sospecho alegremente* (si lo se muy bipolar)
Que triste lo de Diana por lo menos dejo descendencia....
Continuala espero que te encuentres mucho mejor ¡Animo! ;) :canto: :corre:
cuando dijo hijo se me vino a la mente Harry
podria ser incesto de sobrino y tio????? *sospecho alegremente* (si lo se muy bipolar)
Que triste lo de Diana por lo menos dejo descendencia....
Continuala espero que te encuentres mucho mejor ¡Animo! ;) :canto: :corre:
Mra. De Horan
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