La Estación 《 Larry Stylinson 》

—Mark no le contestes así a tu madre —intervine al ver que Mark comenzaba a exaltarse demasiado.

    
—Pues sólo dije la verdad, ¡estoy harto de vivir con ustedes! —gritoneó y su mamá le veía como si fuera un desconocido. Harry se levantó, estaba algo tenso.

    
—Yo mejor me retiro —dijo casi susurrando pero Mark le gritó también.

    
—¡Tú no te mueves de aquí, todavía no termino de hablar! —se miraron unos segundos y entonces Harry volvió a sentarse lentamente, como si le pesaran las piernas, todo el cuerpo. Por debajo de la mesa su mano buscó la mía y entrelazó sus dedos con los míos. Temblaba incontrolablemente y no sabía por qué.

 

    
—Aprovechando que Susan no está, pondremos las cosas en claro —dijo Mark un poco más calmado.

    
—¿Qué cosas? —preguntó Mery.

    
—Tú sabes a qué me refiero, ya me harté de que finjan ser una familia linda, unida y todas esas pendejadas. Por eso me largo, no soporto estar con ustedes, porque nos han mentido a mí y a Susan. Bastaba ver su mirada para saber que estaba bastante molesto, muy molesto con nosotros tres. Por un momento dudé en hablar.

 

—Hijo no  sé qué es.

    
—¡No te quieras hacer el padre comprensivo, me fastidias! —volvió a gritar.

    
—¡¿Oye qué te pasa?! ¡A mí no me gritas! —contesté autoritario. Harry estrujaba mi mano fuertemente.

    
—¡Cállate! ¡Yo te grito porque tú has hecho algo realmente despreciable! ¡Tú junto con Harry!

  
—¡Mark, basta! —chilló Mery.

    
—¡No mamá, tu esposo se anda cogiendo a tu sobrinito Harry! ¡A Harry! —gritó histérico al tiempo que yo me quedaba completamente boquiabierto, ni siquiera tuve el valor de voltear a ver a Harry, que seguramente estaba peor que yo. Sólo podía sentir su mano estrujando la mía como si fuera un estropajo. ¿Desde cuándo lo había sabido? Quería morir en esos momentos, pero tenía que mantener la cordura, por el bien de todos.

 

—¡¿Q... qué?! —dijo Mery completamente fuera de sí.

 

Mark no dijo nada, solo trataba de respirar profundamente. Mery volteó a vernos a ambos, yo tenía la cabeza baja, simplemente las palabras no me fluían y mi mano seguía aferrada a la de Harry. Al ver que ni yo ni Harry decíamos algo para negar lo que había soltado Mark, Mery tomó nuestro silencio como una aceptación a tales declaraciones.

 

—No puedo creerlo... primero con tu hermana, ahora con el hijo de tu hermana, enfermo, eres un...

     
—¡¿Cómo que con su hermana?! —dijo Mark a punto de estallar.

     
—¡Sí! ¡Él tenía una relación extraña con su hermana! —gritó dirigiéndose hacia mí y después dirigiéndole una mirada despectiva a Harry.

 

Mark sólo se mostró más decepcionado que antes. Mirándome con odio, rabia, pero sobre todo con una gran decepción. Mery iba a decir algo más, pero Mark le interrumpió, diciéndole que ella no era una blanca palomita.

 

     
—Mamá tú no te salvas de esta, ¡que desde hace algún tiempo tienes un amante!  Me duele lo que han hecho éstos dos, ¡pero al fin de cuentas ellos no son mi maldita familia, y qué bueno que así sea, por mí se pueden ir a la mierda! Pero tú... mamá —dijo mirándola en una especie de lástima y decepción— Por eso me voy, no puedo soportar ver a mi "papá" y a Harry, y tampoco a ti... todos me fallaron, y siento que los odio, ¡Los odio! —gritó y esta vez de levantó golpeando la mesa con sus manos y se fue a paso rápido.

 

Nosotros tres estábamos completamente aturdidos, así que mi mujer tenía un amante, era de esperarse. Por eso la razón de sus salidas, el que volviera a arreglarse.

 

—Y ustedes—dijo volteándonos a ver con desprecio— me dan asco.

    
—Quiero el divorcio Mery —dije tratando de calmar mi coraje.

    
—Oh sí, ¡claro que te lo doy! ¡Qué asco saber que duermo con un maricón, un maricón incestuoso! ¡Enfermos! —dijo esto último dirigiéndole una mirada llena de odio a Harry, el cual trataba esconderse, hacerse invisible. Estaba muy nervioso y noté que el cuerpo le temblaba ligeramente.

     
—¡Cállate! ¡Mejor lárgate a coger con el tipo ese y deja de chingarnos! —grité furioso— A Harry déjalo en paz.

 

Volvió a mirarnos como si fuésemos basura y se fue. Le seguí con la mirada hasta cerciorarme de que no volviera a irrumpir en el comedor. Harry soltó un suspiro.

 

—¿Estás bien? —me giré hacia su lado y le tomé del mentón, estaba muy alterado.

    
—N. no... importa, estoy bien —dijo con la mirada perdida, teniendo los ojos vidriosos. Conteniéndose el llanto.

   
—Tranquilo, tranquilo —iba a abrazarle pero él me dijo que mejor fuera a hablar con mi hijo. No quería dejarlo solo, pero insistió en que fuera a hablar con Mark. Fui dando grandes pasos al cuarto de Mark, estaba colocándose una chamarra. Listo para irse.

 

—Faltaba que tú vinieras de rogón—soltó molesto.

    
—¿A dónde vas? —pregunté sin hacerle caso a sus comentarios.

    
—Con mi novia, no pienso quedarme aquí —entornó sus ojos hacia mí, estaba tratando de parecer fuerte, pero yo sabía que por dentro estaba que quería derrumbarse.

 

Me sentía una basura, un imbécil, pero no podía renunciar a Harry quería explicarle tantas cosas, pero las palabras no me salieron, y él, estoy seguro de que no las hubiera escuchado de todas formas. Salió de su habitación, por lo que yo también tuve que hacerlo. No me dijo nada más, aun así lo seguí. Bajamos y su mamá estaba en la sala mirándolo con ojos suplicantes, diciéndole una y otra vez que le dejara explicar las cosas. Claro que él se pasó como si no existiera aquella mujer que algún día fue su santa, su diosa. En cuanto abandonó la casa Mark, Mery me miró con odio; si sus ojos fuesen pistolas, habría muerto totalmente agujerado.

 

    
—Ojala se vayan a la mierda tú y tú maldito sobrino, si Mark no vuelve a dirigirme la palabra juro que...

    
—Yo no te dije que fueras y te revolcaras con otro, lo mío no tiene nada que ver con que Mark te odie ahora —repliqué retador, no iba a dejar que saliera con sus estupideces de siempre—Anda, mejor lárgate, llévate el carro, pero no quiero verte hoy —me dedicó una última mirada de desprecio, me insultó y salió dando un gran portazo. Todo se había ido al carajo. Todo.

 

Entonces recordé que tenía que ir con Harry pues debía de estar realmente triste, corrí hacia el comedor pero ya no estaba ahí, así que me fui de nuevo corriendo a su recámara. Lloraba silencioso, sentado en la cama, cubriéndose el rostro con sus manos. Rápidamente me acerqué a él y lo abracé fuertemente. Él balbuceaba muchas cosas, entre las que pude entender fue que se sentía culpable de lo que había pasado, que era un tonto, un inútil.

 

—No te culpes Harry

   
—Nunca me voy a perdonar si Mark no te vuelve a hablar —sollozó— siempre hecho a perder todo, soy lo peor, me odio.

     
—Escúchame bien Harry —dije en tono enérgico y obligándole a que me viera a los ojos.

     
—No es tu culpa, no es tu culpa. Por favor deja de decirte esas cosas. No lo eres, ¡no lo eres, ¿entiendes?! Tarde o temprano iba a divorciarme de mi mujer, y aunque no ha sucedido como pensé, ni modo. Mark tendrá que hablar conmigo quiera o no, no es tu culpa Harry, no me atormentes más —dije al punto del colapso. Me dolía ver a Harry así. Enjugué sus lágrimas, pero él insistía en seguir llorando.

 

—Carajo, deja de llorar, me preocupas.

    
—Pero Mery dijo que.

    
—Shh, cállate. No digas más, que te importe un carajo lo que dijo mi esposa —volví a abrazarle mientras acariciaba sus cabellos y su espalda— ven conmigo —jalándolo levemente de uno de sus brazos hice que se parara y me siguiera hasta mi habitación. Su mirada temerosa se encontró con la mía.

     
—Gracias Louis

   
 —¿Gracias de qué? —pregunté intrigado.

    
 —No sé, de todo, supongo  —suspiró—si tu no estuvieras conmigo ya hubiera hecho muchas estupideces.

     
—Yo también si tú no estuvieras aquí —sonreí y acaricié su mejilla.

 

Estábamos a oscuras en aquella habitación, la luz nocturna llegaba a filtrarse por la ventana, suficiente para vernos el uno al otro. No sé, pero algo de aquella discusión había movido algo en mi interior, que me hizo darme cuenta de lo realmente importante que era para mí Harry. Estas tres semanas que habíamos llevado de amantes no había estado realmente consciente de lo que hacía, no hasta esa noche. Quería hacerle saber lo importante que era para mí, pero no podía expresarlo con palabras.

 

—Recuéstate Harry —dije.

    
—Pero.

    
—Déjame complacerte hoy —susurré y él me mirada atónito.

    
—¿aquí? —asentí.

 

Lo tendí en la cama lentamente. Su rostro se mostraba inseguro, pero yo poco a poco empecé a traerle de nuevo la confianza, su cuerpo dejó de tensarse conforme mis manos iban acariciando su cuerpo. Comenzamos a despojarnos de nuestras ropas, con mis manos recorrí milímetro a milímetro su torso lampiño y suave. Lo besé en todas las partes posibles, comenzando por sus labios, su cuello, sus hombros, sus pezones, su ombligo. Su cuerpo se estremecía con cada roce de mis labios, dejando escapar ligeros gemidos. Mis labios siguieron viajando por su abdomen hasta que llegaron a su miembro. Lo besé tímidamente, pero fue suficiente para que Harry se tensara y agitara.

 

    
—N, no tienes que hacerlo, Louis —murmuró excitado.

   
 —Yo quiero hacerlo —contesté con voz tranquila. Seguí besando aquella parte, tiernamente (y con muchos nervios), recorriendo su miembro con mi lengua, introduciéndolo en mi boca.

 

—¿Así está bien? —pregunté pues lo único que pasaba por mi mente era hacerlo sentir bien.

     
—¡S... sí, sí! —dijo tratando de controlar su excitación.

 

Era la primera vez que hacía algo así, pues en todo ese tiempo que llevábamos de relación, él siempre era el que hacía casi todo a la hora de tener sexo, yo solo entraba en él y disfrutaba, sin pensar mucho en si él también lo estaría disfrutando o no. Nunca pensé que tan sólo el hecho de estimularlo con mi boca, mientras él trataba de decir mi nombre entre gemidos, pudiera ser tan excitante y placentero. Harry sujetó con fuerza mis cabellos, tratando de guiar mi cabeza para que fuera más rápido, en unos segundos ya estaba viniéndose, y yo, llevado completamente por la excitación que recorría mi cuerpo en esos instantes, terminé tragándome todo su semen. Harry muy preocupado se disculpó por no avisarme que ya iba a venirse, pero yo sólo lo callé besándolo, y volviendo a estimular aquella parte suya con mi mano; él también me tocaba con sus manos expertas, sus dedos delgados y tibios.

 

Mis manos nerviosas, recorrían su zona "prohibida" y exploraban aquel lugar con miedo, pues sentía que lo lastimaría. Su cuerpo se inquietaba cada vez que mis dedos entraban en su interior, y en cada ocasión que lo hacía, preguntaba si le dolía. Con voz entrecortada me pedía un tanto desesperado, y un tanto extasiado que entrara de una vez por todas en él. Cuidadosamente, como siempre lo hacía, poco a poco fui adentrándome en él, haciéndonos uno mismo, para después iniciar un vaivén muy despacio.


El sonido de su respiración agitada parecía llegar como una melodía a mi oído, estaba completamente envuelto por el éxtasis y la adrenalina pura, pensaba que estaba en mi límite, cuando otra nueva oleada de excitación recorría mi cuerpo. Su cuerpo, se arqueaba al tiempo que trataba de ahogar sus gemidos, cosa que no pudo aguantar por mucho tiempo. Fue una sensación casi purgante el  que nos viniéramos al unísono, era como si todas las preocupaciones hubieran sido expulsadas de nuestros cuerpos.

 

 

 —¿Y ahora qué pasará? —preguntó Harry preocupado, pero con voz adormilada.

   
 —No lo sé —contesté.

 

Él se encontraba recostado a mi lado, apoyando su cabeza en mi pecho. Estábamos a nada de quedarnos completamente dormidos, nuestros cuerpos ya no daban más, se habían agotado no sólo física, sino también psicológica y emocionalmente. A pesar de que yo trataba de infundirle serenidad a Harry, yo estaba totalmente angustiado. Era una opresión horrible en el pecho, que no dejaba de atormentarme, diciéndome que las cosas iban a ir mal, pésimo. Bajé la mirada para tratar de encontrarme con el rostro de Harry, pero éste ya estaba cayendo en un sueño profundo. Acaricié su rostro sutilmente. Con sólo estar ahí con él, podía sentir un ápice de sosiego.

 

—Gracias por estar conmigo —susurré a su oído, confiado en que ya estaría dormido.











Gracias por comentar espero les guste, besos. ♥

OMGGGGGGGGGGGG DEOS MIO QUE ME PARTA UN RASHO LÁSER (PONGO CARA IMPACTADA POR QUE NO ME CARGAN LAS IMÁGENES :C )