the fourth marauder -T E R M I N A D A-

por **roronoa.** Sáb 01 Mar 2014, 4:35 pm

Título: the 4th marauder
Autor: Yo. Arwen (anteriormente Saru Stark Weasley)
Adaptación: Si y no, está basada en Harry Potter, pero la historia es básicamente mía. Los personajes son de la queen J.K.R
Género: Mas bien es triste, un capítulo y el epilogo
Advertencias: Es un one-shot
Otras páginas: Nop <3

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the fourth marauder

por **roronoa.** Sáb 01 Mar 2014, 4:49 pm

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capítulo único

Abro los ojos extrañado. Me encuentro tirado en el suelo en un lugar muy extraño. Ya no estoy en Hogwarts, en la batalla. Estoy en un sitio muy grande y lleno de árboles. Es como un prado y también hay un lago de aguas cristalinas. El cielo es azul, aunque hay algunas nubes en el cielo y pájaros volando. Me reincorporo y me froto la cabeza. Me toco la cara y me inspecciono la ropa. No es la misma que llevaba al empezar la batalla, es más: es muy diferente. Una camisa azul a cuadros, unos vaqueros azule marino y unas zapatillas negras que están bastante bien.
De repente, algo pasa por mi cabeza: ¿dónde está George? ¿Y mamá? ¿Y el resto de mi familia? Me levanto y miro hacia ambos lados. No hay nadie. Mierda. Doy un par de pasos hacia la derecha y después, corro. Voy como un loco buscando Hogwarts, a Harry, a mi familia o a Voldemort me da lo mismo. Estoy desesperado y perdido. Me paso cuando veo que no voy a ningún sitio y me apoyo en uno de los árboles de allí.
¿Dónde estoy? Me repito una y otra vez que no pasa nada. Que es un sueño y que pronto despertaré, pero todo parece muy real. Oigo pasos. Me giro y veo a un joven de ojos grises, pelo negro -con destellos azules. Que curioso...- y con una sonrisa burlona. Tiene alrededor de 25 años, parece. Algo de barba y es bastante alto, no como yo, pero lo és. Frunzo el ceño y busco mi varita. ¿Qué? ¿No la tengo en el bolsillo? Siempre la llevo ahí. Miro de nuevo al chaval, que sigue sonriendo.
-¿Quién eres?- le pregunto a la defensiva
-¿Y tú?- me pregunta burlón. Yo me enfado y le miro mal- Ven conmigo- añade. Le miro receloso. No confíes en nadie, todos pueden ser tus enemigos, fue una de las cosas que me enseñó mi padre. Claro que, él estaba algo histérico cuando me lo dijo. No fue una buena idea nacer en tiempos oscuros-. Vamos, confía en mi. Alguien te está esperando- me tiende la mano. Le miro en busca de algún rastro que pueda confirmarme que no es de fiar, pero, en sus ojos solo veo diversión y un deje de alegría. La típica mirada que siempre tengo yo. LE doy la mano y nos aparecemos. Me siento algo mareado. Miro hacia delante; el sitio me resulta familiar. Es un valle y... ¡Godric's Hollow! ¡Esto es Godric's Hollow! ¿Cómo...? Miro al chico desconcertado, él me hace un ademán para que lo siga, y le hago caso. Entramos en una casa muy grande. Me indica que suba al segundo piso y entramos en una habitación. Veo a un anciano de espaldas. Se gira y me mira con sus ojos azules. Barba blanca y larga, una túnica morada con un sombrero a juego y gafas de media luna. Es el profesor Dumbledore.
Me quedo paralizado. ¿Cómo voy a tener al profesor delante de mi? Es estúpido. Dumbledore está... muerto. No. Me niego a creerlo. No estoy muerto. Es imposible. ¡No! Entro en pánico y el profesor lo nota, porque me dice que me siente en el sofá. Se sienta a mi lado.
Yo estoy pensando en mi familia: en mi padre, en mamá, en Bill, Charlie, Percy, Ron, Ginny... Y George. ¿Qué será de él? ¿Qué coño haré sin él? Somos uña y mugre. Vamos juntos hasta al baño. ¿Cómo voy a estar sin él? Es la persona que más me importa en la vida. Se me inundan los ojos de lágrimas y me llevo las manos a la cara. Me cubro los ojos con las palmas de las manos y grito de frustración. Miles de preguntas pasan por mi mente. Dumbledore sabe que en cualquier momento voy a explotar, así que me dice que lo suelte todo. Que pregunte lo que quiero saber.
-¿Cómo voy a sobrevivir sin mi gemelo? ¿Y él? ¿Qué será de mi familia? ¿Y qué ha pasado con la batalla? ¿Y con Hogwarts? ¿Quién más ha muerto? ¿Y mi novia?- y una preocupación del tamaño de un autobús me aplasta. ¿Qué haré sin Ally? Mi pequeña Ally... La he dejado sola en medio de una batalla. ¿Cómo reaccionará? No quiero saber que sufre sin mi. No quiero que haga ninguna tontería, porque yo sé que la haría si a ella le sucediera algo- ¿Qué me ha pasado?- pregunto con la voz entrecortada.
-Me temo que usted ya sabe la respuesta a esa pregunta- me dice el antiguo director mirándome con tristeza. Entonces un leve sollozo sale de mi garganta.
-Imposible. No- digo dolido-. Me niego a creérlo. No estoy muerto- digo intentando creérmelo
-Lo siento Sr. Weasley- me dice cabizbajo el director. No, por favor. Me quedo con la mirada perdida durante un rato, pensando en los buenos momentos de mi vida. Mi primer año en Hogwarts con mi gemelo. Cuando me seleccionaron para Gryffindor, cuando George y yo conocimos a Alison, la que era - y es- mi novia. Nuestro primer partido de quidditch en segundo curso. Nuestra primera broma a Filch. Las confusiones que le creábamos George y yo a mi madre cambiándonos los nombres -Gred y Feorge-. Nuestra primera visita a Hogsmade. Nuestra primera compra en Zonko's. Cuando ganamos la copa de las casas en tercero. Cuando rescatamos a Harry Potter de casa de sus tíos en mi cuarto curso con el Ford Anglia de mi padre. El Mapa del Merodeador. Los Mundiales de Quidditch. Las apuestas en el Torneo de los Tres Magos. Los 100.000 galeones que nos dio Harry para abrir Sortilegios Weasley. La Orden del Fénix. Nuestra tienda...
Todo eso se ha quedado atrás. Todo... Me seco algunas lágrimas que han salido de mis ojos y me reincorporo. Miro a Dumbledore y él me sonríe reconfortablemente. Le pregunto dónde estamos y él me responde:
-En el cielo, se supone. Es como en la Tierra, pero sin maldad, sin problemas. Solo felicidad, pero eso no significa que no te puedas sentir mal, obviamente.
-Oh. ¿Qué voy a hacer ahora?- le pregunto- No está George. No se que hacer sin él. Suena estúpido, pero al morir creo que algo de mi se ha quedado allá abajo. Con él. En él.
-Son gemelos. Siempre habrá una parte suya en él y viceversa. El se las apañará sin usted.
-¿Cómo está?- le pregunto preocupado, temiéndome la respuesta
-No está bien, pero no está mal. Usted se ha llevado una parte de él, como ha dicho anteriormente- me dice-. Nunca más va a poder hacer un patronus.
-¿Qué? ¿Nunca?- pregunto devastado. Yo tampoco. George y Ally se ha quedado mi corazón.
-Sr. Weasley: el vínculo que le unía a su hermano -y que lo une- es mucho mas grande de lo que usted cree- me dice-. Venga. Hay alguien que quiero que conozca- me dice. Se pone en pie y le imito. Salimos de la casa y llegamos a un parque unas manzanas más lejos. Hay mucha gente, pero reconozco a un par de personas: Tonks y Moody.
-¿Qué haces tú aquí?- oigo a alguien decir detrás mío. Me firo y veo a un chico de unos 25 años, con aspecto desaliñado, pero atractivo. Tiene el pelo castaño y los ojos mieles. Es alto y tiene unas cicatrices bastante feas en la cara. ¿No será...? No. No puede ser...
-¿Profesor Lupin?- pregunto. El me mira confuso y me da un abrazo
-Lo siento, Fred- me dice cuando nos separamos-. Eras tan... joven- añade dolido
-¿Remus, qué...?- se le corta la voz. Es Tonks- ¿Fred? No... No puedes estar muerto... ¿Cómo?
Exacto. ¿Cómo? Intento buscar en mis recuerdos lo último qye recuerdo.
Una bomba.
-Una explosión- le digo-. Creo.
-Lo siento tanto- me dice. Yo le sonrío. Por detrás un chico con gafas, muy parecido a Harry, viene agarrado de la mano con una pelirroja de ojos verdes. Supongo que son los padres de Harry. Antes de que pueda decir nada, Lily me tiene abrazado fuertemente.
-Yo seré como la madre que ha sido la tuya para Harry- me dice. Yo le miro tiernamente. Tiene apenas 25 -como James y el otro chico, que supongo que es Sirius-, pero no me importa. Necesito a alguien aquí arriba. A alguien que me guíe: a una figura materna. A una madre. A Lily.
-Bienvenido, chaval- me dice James
-Gracias, Sr. Potter. Y a usted, señora Potter- le digo a Lily. Ella me sonríe y me acaricia el cabello
-Llámame Lily- me dice cariñosamente. Miro de nuevo a Remus y a Nymphadora.
-Vuestro hijo...- se me quiebra la voz a mitad. Ellos sonríen tristemente y niegan con la cabeza
-Añquien les dirá por qué murieron sus padres. Lo entenderán, además: Harry es su padrino- dice
-Estoy seguro que será tan bueno como yo lo fui con él- dice una voz altiva. Sirius. El se acerca hacia mi y me da un abrazo-. Antes no me ha dado tiempo a reaccionar, hermano.
-Sirius- exclamo abrazándolo también. Nos alejamos y miro a Moody-. Profesor- le saludo. El gruñe en forma de repuesta. Miro a todos los lados. Aquí están todos. Colin Creevey, Moody, Remus, Tonks, los padres de Harry, los hermanos de mi madre, Snape... ¿Snape? ¿El no es un mortífago?
-¿Profesor?- pregunto mirándole. El me mira también. Está bastante más joven, de la edad de Lily, pero sigue igual. Pelo negro grasiento, nariz ganchuda, pero en su mirada puedo ver felicidad, cosa que antes no se podía ver.
-Weasley- me responde. Puedo notar un deje de tristeza en su voz
-¿Usted no era mortífago? ¿Cómo es que está... aquí?- pregunto confuso. Lily me mira y me explica su historia. Dumbledore le pidió que le matara, que siempre ha sido un espía para el director, que en ningún momento estuvo de parte de Voldemort, y que siempre amó a Lily. Siempre... Cuando terminaron de contarme la historia me quedé de piedra. Durante tanto tiempo ha jugado su papel increíblemente bien.
-Lo siento- le digo-. Durante los últimos... No. Durante toda mi vida he pensado que era un viejo verde y...- él se ríe levemete- Espere... ¡¿Se ha reído?! ¡SE HA REÍDO! ¡Snape se ha reído!- grito. Esto no me lo esperaba. En los 13 años que le conocía nunca le había visto ni una mínima sonrisa verdadera.
-Sí, aunque parezca mentira me he reído, Sr. Weasley- me responde
-Lo siento, pero es que jamás le había visto
-Ni tú ni nadie- me respalda Sirius sonriendo burlonamente
-Yo sí- le defiende Lily. Snape le sonríe y ella le devuelve la sonrisa.
-Wow- digo extrañado-. Esto es raro...
De repente me acuerdo de todo.
-Profesor, ¿cómo voy a saber cómo está mi familia?- le pregunto preocupado. El me hace un ademán para que lo siga. Yo le hago caso. Me guía hasta una especie de pantalla gignate de agua donde se ve todo. La gente que quieres, lo que hacen, cómo están... Veo a George. Aún están en Hogwarts. Está abrazado a Ally. Ambos lloran. Será por mi. Mi madre también estña destrozada, al igual que le resto de mi familia, pero nadie está llorando más que Alison. Me revienta.
-Ellos estarán bien- me consuela el antiguo director
-Eso espero. No soporto verlos así- digo dolido. Volvemos donde los demás y veo a Cedric y a un elfo doméstico, que antes no estaban aquí. El elfo me suena de algo...
-¡Cedric!- le saludo. El me mira y sonríe. Se acerca y me da un corto abrazo
-Me alegro de verte, Fred. Y lo siento, también- me dice sonriente. Este chico jamás va a cambiar. Miro al elfo y le hablo
-Hola. ¿Cómo te llamas?
-¿Yo, señor?- yo asiento- Dobby, Dobby el elfo libre, señor
-Soy amigo de Harry Potter- le digo. A él se le dibuja una sonrisa en la cara
-¿Cómo está Harry Potter? Dobby extraña a su amigo Harry Potter y espera que esté bien.
-Sí, ahora sí lo está- le digo sonriendo de lado. El sonríe feliz y se va dando saltos. Yo me voy y me siento en un banco. Pongo las manos en mi cara y bufo. Cuando las aparto Sirius, Remus y James están delante de mi
-Hey Fred- me dice el padre de Harry sonriente
-Necesitábamos un cuarto merodeador
-Llegaste justo a tiempo- dice Remus
-¿Te apuntas?- pregunta James. Yo me levanto y sonrío ampliamente
-Por supuesto.
Y los cuatro nos alejamos caminando lentamente hacia ningún sitio en realidad. Aunque parezca mentira me siento bien. Por fin me siento bien. Y así me sentiré, porque estoy en el cielo. En un sitio donde no hay mal. Donde no hay dolor.
Donde me quedaré para toda la eternidad, es decir:
Siempre.

por **roronoa.** Sáb 01 Mar 2014, 5:11 pm

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epílogo

Aprendí a vivir sin mi hermano, buen, al menos mientras él no estaba conmigo. Mientras tanto fundé otra tienda con el resto de Los Merodeadores aquí y la llamamos pues... bueno: The Marauders. Gente nueva llegaba diariamente, lamentablamente.
Mi madre llegó, para desgracia de los que estaban allá, unos 55 años mas tarde. Le recibí con un gran abrazo. Me dijo lo mucho que me había echado de menos y se quedó conmigo en mi casa. Un par de meses mas tarde llegó mi padre, al cual mi madre se le tiró encima, besándolo.
¿Sobre mi novia? A ella le costó aceptar que me había ido, ya que poco antes le había pedido matrimonio. Pasados dos años conoció a un chico llamado Will, que también había perdido a su novia en la guerra. La mataron los mortífagos. Se enamoraron, pero jamás me olvidó. Tuvieron dos hijos: mellizos. Al chico le llamaron Fred -como yo- y a la chica la llamaron Johanne -como a la novia de Will-. Ella vino 87 años mas tarde, cuando tenía eso de 100 años, y él vino un par de años después.
George se casó con Angelina Johnson y tuvieron dos hijos. A uno lo llamaron como yo, y a la pequeña la llamaron Roxxane. Mi hermano vino poco antes que Ally. Le recibí con un abrazo que pudo durar horas, pero no me importó, ya que hacía demasiado que no nos veíamos. Desde entonces no nos separamos.
Harry, Ron, Hermione, Ginny y los demás fueron llegando poco a poco, hasta que todos estuvimos aquí, incluido Percy, al cual mi hermano y yo le seguimos gastando bromas.
George se unió a los Merodeadores, y tuvimos que adaptar el mapa, y eliminar el nombre de Colagusano -ese puto traidor-. Hablando de los Merodeadores: James y Lily me trataron como a un hijo hasta que llegó mi madre, e incluso después de su llegada. Lily y mi madre se hicieron amigas enseguida, agradeciéndose mutuamente la respectiva bondad hacia sus hijos -Harry y yo-. Snape y el resto de Merodeadores hicieron las paces, pero no se amaban. Se respetaban y se trataban con amabilidad, pero seguían discutiendo. Lily y el profesor también retomaron su antigua amistad, pero vigilados muy de cerca por James, que era muy celoso.
Puedo decir que todo fue genial.
Y ahora vivimos felizmente nuestra eternidad.

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