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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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esclavo comprometido larry (hot)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: esclavo comprometido larry (hot)
—Dios, sí,— suspiró. Casi podía oler la fragancia caliente y
especiada de la gruesa polla de su amante, casi podía sentir el salado
y amargo sabor de su semen.
—Eras bueno en eso además—, dijo Harry. —El mejor. Solía
encantarme verte entre mis piernas, tomando mi polla hasta el fondo
de tu garganta, trabajándome hasta conseguir mi semen. Tus labios
siempre se sentían tan suaves, tan calientes.— Inclinándose hacia
delante, tomó la boca de Louis con una caliente intensidad que hizo
que la polla de Louis se sintiera como si estuviera a punto de
explotar.
Harry todavía sabía igual, especiado y delicioso. Había pasado
tanto tiempo desde que Louis había besado a otro hombre que
había olvidado cómo se sentía. La sensación de la cálida y masculina
mano que lo sujetaba y la forma agresiva y hambrienta con la que
Harry devoraba su boca lo estaban llevando al límite. Justo cuando
sintió que iba a correrse en los pantalones, Harry se incorporó y se
retiró.
— ¿Qué…?— Louis lo miró, aturdido por el duro e insistente
beso. — ¿Dónde vas?
—No me voy a ningún sitio.— Harry comenzó a desabrochar el
botón superior de sus pantalones. —Me estoy desvistiendo. Tú
también – desnúdate. Totalmente.
—Pero yo… nosotros…— Incluso aunque trataba de pensar en
Una forma de protestar, Louis ya se estaba sacando la camiseta
que llevaba y ya se estaba desabotonando su pantalón militar. Y su
mente se quedó en blanco mientras miraba cómo se revelaba el duro
cuerpo de Harry, poco a poco.
La piel de Harry todavía tenía el mismo cálido tono canela, y los
músculos de su pecho y de su abdomen se tensaron cuando se quitó
los vaqueros. Cuando se quitó los boxers de color azul oscuro,
Louis vio que la gruesa polla que recordaba tan bien ya estaba
dura. Se mantenía derecha contra el bajo vientre de Harry, con su
ancha cabeza brillando con su pre-semen.
—Continúa,— le ordenó, y Louis se dio cuenta de que había
dejado de desnudarse por mirar a su amante.
—Lo siento—, murmuró, apresurándose a quitarse los
pantalones, zapatos y calcetines. harry se recostó de espaldas en la
cama y lo miró mientras con una de sus enormes manos acariciaba la
longitud de su polla en un gesto relajado de placer.
—Me encanta mirarte mientras te desnudas. Dios, ha pasado
demasiado tiempo desde la última vez que te vi, desde la última vez
que te toqué, Loui—. Harry hizo un gesto con la mano con la que no
estaba acariciando su polla. —Ven aquí. Quiero abrazarte otra vez, de
la forma en que solíamos hacerlo en la casa de la fraternidad.
Sintiéndose violento, impaciente y tímido a la vez, Louis se
acercó, indeciso de cómo proceder. ¿Debería estar haciendo esto otra
vez después de pasado tanto tiempo? Pero Harry no le dio ocasión de
pensar en ello o de tener una segunda oportunidad. Extendió la mano
y de repente Louis se encontró a sí mismo dentro de un fuerte y
desnudo abrazo, con toda la longitud de su cuerpo presionando
contra el de Harry.
— ¿Se siente bien?— Harry empujó a Louis hacia arriba hasta
que quedó montado a horcajadas sobre su estrecha y musculosa
cadera y las longitudes de sus pollas se frotaban una contra otra.
— ¡Sabes que sí!— jadeó mientras Harry encerraba ambas
pollas en una de sus enormes manos y comenzaba a bombear,
creando una intensa y deliciosa fricción entre ellas.
—Bésame—, exigió Harry. —Quiero saborear tu boca mientras
follo tu polla contra la mía, esclavo.
Louis se inclinó y plantó un húmedo y caliente beso en la
boca de su amante mientras gozaba de la sensación de la gruesa
polla de Harry frotándose contra la suya. Los dedos de Tony eran
cálidos, fuertes y suaves y el pre-semen que fluyó de ambas pollas
actuó como un lubricante mientras Louis follaba la mano de su
amante.
—Está bien, Lou… está bien. Me encanta sentirte contra mí.
Quiero sentir que te corres,— gruñó suavemente cuando el beso
terminó.
— ¡Dios, Harry!—, jadeó, tratando de mantener el aliento
mientras se movían juntos. —No puedo creer que estemos haciendo
esto otra vez después de todo este tiempo.
—Vamos a hacer mucho más en un minuto,— le prometió. —
Folla con fuerza, Lou. Quiero sentir que te corres contra mí.
—Yo… yo también quiero correrme. Pero no así.— Louis se
apartó bruscamente del íntimo abrazo y Harry lo dejó ir con una
expresión preocupada en su cara.
— ¿Qué significa esto?— preguntó. —¿Aún no puedes dejar
atrás el pasado? ¿Aún no puedes perdonarme?
Louis sonrió. —Perdoné lo que pasó aquella última noche que
estuvimos juntos hace mucho tiempo. Pero no quiero correrme así
porque… porque quiero correrme contigo dentro de mí. Follándome…
follándome por fin, Harry.
Harry gimió, un sonido que se parecía más a un medio gruñido.
— ¡Dios, Drew, no sabes lo que me estás haciendo en este momento!
No tienes ni idea de cómo me gustaría hacerlo, separar tus piernas,
follar tu apretado culo y llenarte con mi semen. Pero no puedo… no
esta noche.
—¿Por qué?— Louis podía sentir la progresiva frustración en
su propia voz, pero no le importaba. Era justo como estar de vuelta
en la universidad, él rogándole a Harry que consumara su relación y
Harry disuadiéndolo. —¿Por qué no? — dijo otra vez. —Quiero decir,
sé que no podemos estar juntos, el hecho de que seas… eh, Were,
hace imposible algo permanente, pero al menos podríamos…
Harry lo interrumpió. —No es eso, Lou, o no todo, al menos.
Me declaré en estado de Lobo Solitario al mismo tiempo que le hablé
a mi padre sobre nosotros. Significa que en cierto modo… me he
separado de la manada. Hago lo que quiero, voy donde quiero. Follo
a quien quiero.— Le dirigió a Louis una elocuente mirada que lo
desconcertó y lo excitó a la vez.
— ¿Entonces por qué…?— Louis sacudió la cabeza. —¡Dios,
Harry, no sabes durante cuánto tiempo he querido esto! Lo a menudo
que soñaba con ello, incluso después de separarnos.— Miró
profundamente a los ojos de su amante y murmuró, —¿Por qué no
me vas a follar?
Harry suspiró y pasó una mano por su grueso cabello negro. —
Recuerdas que la última noche, después de que cambié de nuevo, te
dije que no podía follarte porque podría convertirte en lo que yo era?
—Yo… honestamente, tenía tanto miedo que no recuerdo todo
lo que dijiste,— admitió. —Pero… ¿podrías hacerlo de verdad? Quiero
decir, ¿eso podría suceder?
Harry asintió con la cabeza gravemente. — ¿En una noche de
luna llena como esta? Demonios, sí. Hay dos tipos de licántropos.
Genéticos, que significa que lo heredas de tus padres, que son ambos
Were, así que no pueden evitar transmitir los genes. Y también hay
licántropos contagiados. Del tipo en el que te convertirías si tienes
relaciones sexuales con un Were.
—Pero…— Louis movió la cabeza. —Debo haber chupado tu
polla y tragado tu semen dos o tres veces al día cuando estábamos
en la universidad.
—El sexo oral no es un problema. El ácido de tu saliva
neutraliza el virus.— Harry lo miró con cara seria. —Pero si te follo y
me corro dentro de ti, hay una probabilidad significativa de que estés
aullando a la luna conmigo al mes siguiente. Utilizar un condón no lo
evita, tampoco. Todavía no se ha inventado el condón que no deje
pasar el virus Were – es demasiado minúsculo y virulento.
Louis sintió como si un cubo de agua helada hubiese sido
volcado en la boca de su estómago. Incluso nueve años después, la
imagen mental de la bestia en la que Harry se había convertido estaba
vívida en su imaginación. No podía imaginarse convirtiéndose en un
monstruo bebedor de sangre como eso una vez al mes.
Una comisura de la boca de Harry descendió con violencia. —No
es así, Lou. En absoluto es como lo que estás pensando.
Louis cruzó los brazos sobre su pecho defensivamente. —
¿Cómo sabes lo que estoy pensando?
—Está escrito todo en tu cara.— Harry sacudió la cabeza. —
¡Dios, desearía que nunca me hubieses visto así! Si al menos hubiese
mantenido el control sobre mí mismo esa noche…— Bajó la mirada
hacia sus manos cerradas en puños apretados. —Sabes, Lou, quise
llamarte cientos de veces después de aquella noche. Pensé en ello –
incluso levanté el teléfono y marqué tu número. Pero al final nunca
pude hacerlo.
—¿Por qué no?— Louis se sentía como si tuviera el corazón en
la garganta, y no pudiera bajar sin importar cuánto tragara.
—A causa de esto.— Harry se señaló a sí mismo. —Por la
manera en la que me estás mirando justo ahora. Como si fuera algún
tipo de jodido monstruo diabólico que podría saltar sobre ti y comerte
en unos minutos. Y sé… sé…— levantó una mano adelantándose a las
protestas de Louis. —Lo que viste fue muy espantoso y no debes
culparte por pensar así, Lou. Pero la verdad es que no cazamos ni
matamos humanos. Perseguimos ciervos y conejos, algún juego
salvaje como eso. Lo que pasó con Harry … solo lo solté. El dolor
por la paliza y la llamada de la luna fue demasiado. Y después cuando
vino hacia ti con un bate…— sacudió la cabeza. —Aquella noche fui
contra todo lo que había aprendido, y lo he lamentado cada día de mi
vida desde entonces.
—Harry, yo…— Louis sacudió la cabeza con indecisión. —No sé
qué decir. No creo que seas una especie de asesino en serie que se
transforma en un monstruo y mata gente cada luna llena, pero lo que
vi es muy difícil de olvidar. Yo solo… es que no sé si quiero eso para
mí.
—Comprendo.— Harry asintió y un pequeño músculo se tensó
en su mandíbula. —No te culpes, tampoco. No tenemos que hacerlo esta noche – diablos, no tenemos que hacerlo en absoluto. Te dejaré
volver a tu vida.— Comenzó a deslizarse fuera de la cama, pero
Louis puso una mano sobre su brazo.
—Espera – yo no tengo ninguna vida. Ninguna que quiera, al
menos. Soy infeliz trabajando en la firma de abogados de mi padre,
mi trofeo blanco es una morena oportunista y todo lo demás, la casa, el
coche, el barco,… todo parece… vacío.— Apretó con fuerza el brazo de
Harry. —Yo… no había sentido ninguna esperanza en mucho tiempo.
No hasta ahora cuando echaste la puerta abajo y me sujetaste en la
cama.
Harry sacudió la cabeza. —¿Y qué quieres que haga, Lou? Te lo
voy a decir, te he dicho todo. Nunca dejé de pensar en ti, tampoco.—
Se inclinó hacia adelante y ahuecó la mejilla de Louis con una
mano. —Nunca dejé de esperar que volvieras a ponerte en contacto
conmigo y decirme que querías reanudarlo donde lo habíamos
dejado.
—Quería hacerlo. Solo que tenía miedo. No tanto de lo que
había visto como de… de que me odiaras.— Louis se pasó una
mano por la cara. —Sobre todo después de la forma en que escapé
de ti.
—Nunca podría odiarte.— Harry se inclinó hacia él y lo besó
suavemente en un lado de su cuello, provocándole un hormigueo
cuando sus cálidos labios tocaron la sensible piel de su garganta. —
Los dos nos equivocamos. Estúpidos idiotas, tirando por la borda lo
mejor que nos ha pasado nunca a ninguno de los dos.— Puso una
cálida mano en la parte de atrás del cuello de Louis. —Pero
podemos cambiar eso ahora mismo, si quieres, Lou. ¿Quieres?
Louis inspiró profundamente, tratando de concentrarse a
pesar de la oleada de emociones que el suave roce de Harry había
provocado en su interior. —Déjame verte – lo digo en serio. Déjame
verte cambiar. ¿Puedes?
Harry frunció el ceño. —Bueno, sí, pero ¿de verdad crees que…?
—¿Puedes lastimarme si cambias?— lo interrumpió. —Quiero
decir, ¿podrías? Dices que en forma de lobo no piensas así que…— No
estaba seguro de cómo terminar la frase.
—¿Puedo?— Harry se encogió de hombros. —Claro. Pero ¿lo
haría? Nunca. Me interesas, Lou. Nunca podría hacerte daño de
ninguna forma si puedo evitarlo. Estás a salvo conmigo, no importa
en qué forma esté.
—De acuerdo.— Louis asintió con la cabeza y cruzó los brazos
sobre el pecho. —Muy bien, entonces muéstrame. Solo por un
momento.
Harry lo miró indeciso. —¿Estás seguro?
—Estoy seguro. Estaré bien, es solo que necesito verlo.—
Louis solo esperaba no estar cometiendo un enorme error.
Harry asintió y se levantó de la cama moviéndose con su
habitual gracia animal. Miró a Louis. —Ahí va.
Hubo una vibración ondulando en el aire y de repente en lugar
de un musculoso hombre de casi dos metros de altura, había una
enorme y peluda criatura de pie frente a él. Con un áspero pelaje
negro y un largo y estrecho hocico lleno de dientes afilados y una
lengua rosa colgando. Estaba de pie sobre sus patas traseras como
un hombre, pero debajo del animal, todo estaba bien detrás de esos
ojos dorados que miraban a Louis sin pestañear. Era el monstruo
que había visto vagamente en el baño de su habitación aquella
noche. La criatura que había visto desgarrando la cabeza de
Nick.
—¡Mierda!— Fue todo lo que Andrew pudo hacer para no salir
de la cama y escapar tan lejos de la bestia como pudiera. Su corazón
latía al doble de su ritmo normal y cerró las manos formando dos
puños. Tranquilo, se dijo a sí mismo. Tómatelo con calma, es Harry y
me ha jurado que no me haría daño. Louis se obligó a sí mismo a regular su respiración. Durante
casi diez años ese monstruo había jugado un papel destacado en sus
pesadillas, pero sabía que solo había una forma de superarlo. Tenía
que entrar en la guarida del león y enfrentarse a su miedo.
Moviéndose lentamente con movimientos no amenazadores, se
levantó de la cama y se aproximó a la criatura. Sus ojos dorados lo
observaron tranquilamente, y la bestia en la que se había convertido
Harry se mantuvo quieta, muy quieta mientras Louis levantaba una
mano tentativa para acariciar su áspera y negra piel. Era cálida y
mucho más suave al tacto de lo que parecía, y pudo sentir el enorme
pecho ampliándose y contrayéndose al respirar. Louis levantó la
mirada hacia el monstruo de más de dos metros de altura que se
elevaba sobre él, mientras su miedo iba desapareciendo.
—¿Eres tú realmente, Harry, verdad?— murmuró, sin esperar
respuesta. Se produjo una ondulación en el aire alrededor de la
bestia, y de repente su amante estaba allí de pie otra vez.
—Sí,— dijo Harry casi riendo. —Sí, Lou, soy yo.— Sujetó a
Lou para darle un largo y caliente beso que Lou le devolvió,
sonriendo. —Supongo que creíste que eras una especie de pez gordo
para acariciar así mi peluda piel.
Louis le devolvió la sonrisa. —Tanto no. Aunque me gustas
más en esta forma.
Harry asintió con la cabeza. —Eso está bien, ya que esta es la
forma que tengo el 99% del tiempo. La cuestión es, ¿querrías
comprobarlo por ti mismo, ser un Were, quiero decir?
—Bueno, yo…— Louis sacudió la cabeza. —No lo sé. ¿Cómo te
sientes sobre ser un… un Were?
Harry se quedó quieto por un momento, obviamente
considerando de verdad la pregunta. —Me gustaba cuando era un
niño, no cambias hasta la pubertad, desde luego, pero me gustaba la
idea. Pensaba que era buena, como ser un nativo americano o algo
así. No pensé en ello cuando era un adolescente, incluso después de
comenzar a cambiar y a cazar. — Suspiró. —Sabes, supongo que
realmente nunca me preocupó ser un Were hasta que eso me impidió
estar contigo. Entonces me molestó como el infierno, sobre todo el
hecho de que se suponía que estaba siendo entrenado para liderar la
manada algún día cuando yo solo quería echar raíces con un guapo
chico.— Sonrió abiertamente y palmeó ligeramente la mejilla de
Louis. —Tú.
—Basta ya.— Louis se sacó su mano de encima con una
sonrisa y se acomodó en la cama. —¿Así que te sientes bien con eso
mientras no interfiera en tu vida social? Quiero decir, ¿cambiar a lobo
y cazar otros animales no te perturba un poco?
Harry se sentó a su lado. —Bueno, sabes, esto es lo que siempre
he conocido, así que me parecía normal. Y tiene muchos beneficios.
Por ejemplo, tener una fuerza sobrehumana y curarse más rápido.
Aunque aún te quedan cicatrices, así que no te recomendaría realizar
deportes extremos o algo parecido.— Se rió. —La esperanza de vida
es quizás un poco mayor, así que el porcentaje de mortalidad infantil
es un poco más elevado para los Weres, con lo que queda
compensado. Y, Louis …— apretó el brazo de Louis mientras una luz
feroz ardía en sus ojos. —Es posible que no puedas imaginar la
adrenalina corriendo por tus venas cuando sales a cazar. El viento en
tu pelo y los dulces aromas del bosque a tu alrededor… es
asombroso.
—Haces que suene maravilloso—, dijo Louis suavemente.
—Lo es,— dijo simplemente Harry. —puede serlo, de cualquier
forma. Es lo que yo soy, una parte de mí de la que no puedo
desprenderme.
—Pero creí que habías dicho que, eh, te habías separado de la
manada,— objetó Louis.
Harry asintió. —Sí, pero no debido a lo que soy – sino a lo que
no soy. Nunca estuve hecho para ser el líder de la manada, El Lobo,
de la forma en que mi viejo quería que fuera. Se lo transmití a mi
hermana,Gemma. Ella es una diminuta cosita, pero dura como el
metal, y está haciendo un jodido mejor trabajo del que yo podría
haber hecho, porque ella quería ese puesto.
Louis sonrió, recordando que Harry siempre le había tenido
cariño a su hermana mayor. —Me gustaría conocerla algún día.
Harry asintió. —Ella también quiere conocerte. Y ahora que es El
Lobo, también podrías tener la oportunidad de conocer al resto de la
manada, ya que ella está llevando a cabo algunos cambios, grandes
cambios.— Rió suavemente. —Deberías haber visto a mi viejo cuando
ganó el desafío de la manada. Estuvo a punto de tener un ataque al
corazón en el sitio.
—Recuerdo que dijiste que no era muy, eh, flexible,— comentó
Louis.
Harry lo miró pensativo. —Sí, también tiene unas costumbres
profundamente arraigadas. Nunca se le ocurrió que a su único hijo
pudiera gustarle un chico o que su única hija pudiera ser un mejor
líder para la manada. Por supuesto, él no nos habla a ninguno de los
dos. Solo desearía que estuviera más abierto a los cambios.
—Abierto a los cambios,— repitió Louis con aire pensativo.
Había aceptado el hecho de que Harry había matado a Nick y lo
había superado, pero todavía tenía algunas decisiones que tomar.
¿Quería estar con un hombre que llevaba un lobo de más de dos
metros acechando dentro de él? Y más importante, ¿quería llevar
escondida dentro de él mismo una bestia similar? Mirando la
incertidumbre en los verdes ojos de Harry, supo que no había ninguna
duda en absoluto.
—Sí,— dijo simplemente, acercándose a Harry hasta que sus
muslos se tocaron. El calor del cuerpo desnudo de Harry irradiaba
contra su piel desnuda como si estuviera sentado cerca de un horno.
—Sí, ¿qué?— Harry frunció el ceño, obviamente confundido.
—Sí, quiero esto, te quiero a ti. Te necesito en mi vida porque
sin ti no estoy completo.— Louis sonrió. —Siento que me llevara
tanto tiempo verlo.
—¿Estás seguro, Lou?— los ojos negros de Harry estaban
serios. —Quiero decir, no tenemos que hacerlo esta noche. Si
esperamos hasta que la luna sea más tenue, dentro de un par de
noches, la probabilidad de que te conviertas en licántropo será casi
nula.
Louis movió la cabeza. —Quiero que me folles esta noche. No
me preocupan los riesgos, los asumiré con tal de tenerte dentro de
mí.
— ¡Dios, Lou!— la ferocidad de la respuesta de Harry lo
sorprendió. De repente se encontró tumbado de espaldas con su
amante encima, asaltando su boca con una urgente intensidad que lo
dejó sin aliento. Harry lo aplastó contra el colchón, mientras su lengua
exploraba los labios de Louis, su boca, su vulnerable cuello. La
gruesa forma de su polla se apretaba contra la suya con una fricción
que amenazaba con prender fuego si no se aliviaba pronto.
Louis gimió al sentir el duro, sensual y desnudo cuerpo de su
amante presionando contra el suyo, con la caliente sensación de su
polla que se frotaba contra la de Harry otra vez después de tantos
años. Como por instinto, separó las piernas, abriéndolas para dar la
bienvenida a su amante en un gesto de sumisión tan viejo como el
tiempo.
—Dios, Lou,— murmuró Harry, presionando sus caderas hacia
arriba para frotarse contra su amante. —He querido esto durante
tanto tiempo. Nosotros los Weres tenemos esto… lo llamamos el
impulso de apareamiento. Te viene cuando has encontrado a la
persona correcta, la otra mitad de tu corazón. Me he estado
consumiendo por ti, necesitando reclamarte como mío desde… Dios,
parece que desde siempre.
Lou le sonrió. —Eso me gusta. La idea de que me reclames.
Hacerme tuyo.
—Eso es, esclavo,— gruñó Harry, mordiendo suavemente un
lado de su cuello, utilizando el nombre que encendía la pasión de
Louis.
—Intenté… intenté tanto ser lo que no era,— jadeó mientras
Harry comenzaba a lamer siguiendo un lento y delicado camino que
descendía por su pecho.
—Yo también.— Harry alzó la mirada por un momento, con sus
ojos Verdes brillando. —Pensé en encontrar otro Lobo Solitario para
emparejarme después de perder la esperanza de que volveríamos a
estar juntos. Pero, de alguna manera, no pude.— Frunció el ceño. —
Menos mal que no lo hice, no existe el divorcio entre los Weres.
Tienes que luchar para resolver una relación.
—Bueno, nunca te vas a librar de ésta,— dijo Louis antes de
pensar sobre ello. Entonces lo asaltaron unas dudas repentinas. —Es
decir, quiero decir, si quieres una relación,— añadió indeciso.
—¿Chuparía tu polla si no quisiera una relación?— exigió Harry,
alzando la vista hacia él. Sin esperar una respuesta, se inclinó hacia
abajo y tomó la verga de Louis en su boca, tan profundamente
como pudo.
especiada de la gruesa polla de su amante, casi podía sentir el salado
y amargo sabor de su semen.
—Eras bueno en eso además—, dijo Harry. —El mejor. Solía
encantarme verte entre mis piernas, tomando mi polla hasta el fondo
de tu garganta, trabajándome hasta conseguir mi semen. Tus labios
siempre se sentían tan suaves, tan calientes.— Inclinándose hacia
delante, tomó la boca de Louis con una caliente intensidad que hizo
que la polla de Louis se sintiera como si estuviera a punto de
explotar.
Harry todavía sabía igual, especiado y delicioso. Había pasado
tanto tiempo desde que Louis había besado a otro hombre que
había olvidado cómo se sentía. La sensación de la cálida y masculina
mano que lo sujetaba y la forma agresiva y hambrienta con la que
Harry devoraba su boca lo estaban llevando al límite. Justo cuando
sintió que iba a correrse en los pantalones, Harry se incorporó y se
retiró.
— ¿Qué…?— Louis lo miró, aturdido por el duro e insistente
beso. — ¿Dónde vas?
—No me voy a ningún sitio.— Harry comenzó a desabrochar el
botón superior de sus pantalones. —Me estoy desvistiendo. Tú
también – desnúdate. Totalmente.
—Pero yo… nosotros…— Incluso aunque trataba de pensar en
Una forma de protestar, Louis ya se estaba sacando la camiseta
que llevaba y ya se estaba desabotonando su pantalón militar. Y su
mente se quedó en blanco mientras miraba cómo se revelaba el duro
cuerpo de Harry, poco a poco.
La piel de Harry todavía tenía el mismo cálido tono canela, y los
músculos de su pecho y de su abdomen se tensaron cuando se quitó
los vaqueros. Cuando se quitó los boxers de color azul oscuro,
Louis vio que la gruesa polla que recordaba tan bien ya estaba
dura. Se mantenía derecha contra el bajo vientre de Harry, con su
ancha cabeza brillando con su pre-semen.
—Continúa,— le ordenó, y Louis se dio cuenta de que había
dejado de desnudarse por mirar a su amante.
—Lo siento—, murmuró, apresurándose a quitarse los
pantalones, zapatos y calcetines. harry se recostó de espaldas en la
cama y lo miró mientras con una de sus enormes manos acariciaba la
longitud de su polla en un gesto relajado de placer.
—Me encanta mirarte mientras te desnudas. Dios, ha pasado
demasiado tiempo desde la última vez que te vi, desde la última vez
que te toqué, Loui—. Harry hizo un gesto con la mano con la que no
estaba acariciando su polla. —Ven aquí. Quiero abrazarte otra vez, de
la forma en que solíamos hacerlo en la casa de la fraternidad.
Sintiéndose violento, impaciente y tímido a la vez, Louis se
acercó, indeciso de cómo proceder. ¿Debería estar haciendo esto otra
vez después de pasado tanto tiempo? Pero Harry no le dio ocasión de
pensar en ello o de tener una segunda oportunidad. Extendió la mano
y de repente Louis se encontró a sí mismo dentro de un fuerte y
desnudo abrazo, con toda la longitud de su cuerpo presionando
contra el de Harry.
— ¿Se siente bien?— Harry empujó a Louis hacia arriba hasta
que quedó montado a horcajadas sobre su estrecha y musculosa
cadera y las longitudes de sus pollas se frotaban una contra otra.
— ¡Sabes que sí!— jadeó mientras Harry encerraba ambas
pollas en una de sus enormes manos y comenzaba a bombear,
creando una intensa y deliciosa fricción entre ellas.
—Bésame—, exigió Harry. —Quiero saborear tu boca mientras
follo tu polla contra la mía, esclavo.
Louis se inclinó y plantó un húmedo y caliente beso en la
boca de su amante mientras gozaba de la sensación de la gruesa
polla de Harry frotándose contra la suya. Los dedos de Tony eran
cálidos, fuertes y suaves y el pre-semen que fluyó de ambas pollas
actuó como un lubricante mientras Louis follaba la mano de su
amante.
—Está bien, Lou… está bien. Me encanta sentirte contra mí.
Quiero sentir que te corres,— gruñó suavemente cuando el beso
terminó.
— ¡Dios, Harry!—, jadeó, tratando de mantener el aliento
mientras se movían juntos. —No puedo creer que estemos haciendo
esto otra vez después de todo este tiempo.
—Vamos a hacer mucho más en un minuto,— le prometió. —
Folla con fuerza, Lou. Quiero sentir que te corres contra mí.
—Yo… yo también quiero correrme. Pero no así.— Louis se
apartó bruscamente del íntimo abrazo y Harry lo dejó ir con una
expresión preocupada en su cara.
— ¿Qué significa esto?— preguntó. —¿Aún no puedes dejar
atrás el pasado? ¿Aún no puedes perdonarme?
Louis sonrió. —Perdoné lo que pasó aquella última noche que
estuvimos juntos hace mucho tiempo. Pero no quiero correrme así
porque… porque quiero correrme contigo dentro de mí. Follándome…
follándome por fin, Harry.
Harry gimió, un sonido que se parecía más a un medio gruñido.
— ¡Dios, Drew, no sabes lo que me estás haciendo en este momento!
No tienes ni idea de cómo me gustaría hacerlo, separar tus piernas,
follar tu apretado culo y llenarte con mi semen. Pero no puedo… no
esta noche.
—¿Por qué?— Louis podía sentir la progresiva frustración en
su propia voz, pero no le importaba. Era justo como estar de vuelta
en la universidad, él rogándole a Harry que consumara su relación y
Harry disuadiéndolo. —¿Por qué no? — dijo otra vez. —Quiero decir,
sé que no podemos estar juntos, el hecho de que seas… eh, Were,
hace imposible algo permanente, pero al menos podríamos…
Harry lo interrumpió. —No es eso, Lou, o no todo, al menos.
Me declaré en estado de Lobo Solitario al mismo tiempo que le hablé
a mi padre sobre nosotros. Significa que en cierto modo… me he
separado de la manada. Hago lo que quiero, voy donde quiero. Follo
a quien quiero.— Le dirigió a Louis una elocuente mirada que lo
desconcertó y lo excitó a la vez.
— ¿Entonces por qué…?— Louis sacudió la cabeza. —¡Dios,
Harry, no sabes durante cuánto tiempo he querido esto! Lo a menudo
que soñaba con ello, incluso después de separarnos.— Miró
profundamente a los ojos de su amante y murmuró, —¿Por qué no
me vas a follar?
Harry suspiró y pasó una mano por su grueso cabello negro. —
Recuerdas que la última noche, después de que cambié de nuevo, te
dije que no podía follarte porque podría convertirte en lo que yo era?
—Yo… honestamente, tenía tanto miedo que no recuerdo todo
lo que dijiste,— admitió. —Pero… ¿podrías hacerlo de verdad? Quiero
decir, ¿eso podría suceder?
Harry asintió con la cabeza gravemente. — ¿En una noche de
luna llena como esta? Demonios, sí. Hay dos tipos de licántropos.
Genéticos, que significa que lo heredas de tus padres, que son ambos
Were, así que no pueden evitar transmitir los genes. Y también hay
licántropos contagiados. Del tipo en el que te convertirías si tienes
relaciones sexuales con un Were.
—Pero…— Louis movió la cabeza. —Debo haber chupado tu
polla y tragado tu semen dos o tres veces al día cuando estábamos
en la universidad.
—El sexo oral no es un problema. El ácido de tu saliva
neutraliza el virus.— Harry lo miró con cara seria. —Pero si te follo y
me corro dentro de ti, hay una probabilidad significativa de que estés
aullando a la luna conmigo al mes siguiente. Utilizar un condón no lo
evita, tampoco. Todavía no se ha inventado el condón que no deje
pasar el virus Were – es demasiado minúsculo y virulento.
Louis sintió como si un cubo de agua helada hubiese sido
volcado en la boca de su estómago. Incluso nueve años después, la
imagen mental de la bestia en la que Harry se había convertido estaba
vívida en su imaginación. No podía imaginarse convirtiéndose en un
monstruo bebedor de sangre como eso una vez al mes.
Una comisura de la boca de Harry descendió con violencia. —No
es así, Lou. En absoluto es como lo que estás pensando.
Louis cruzó los brazos sobre su pecho defensivamente. —
¿Cómo sabes lo que estoy pensando?
—Está escrito todo en tu cara.— Harry sacudió la cabeza. —
¡Dios, desearía que nunca me hubieses visto así! Si al menos hubiese
mantenido el control sobre mí mismo esa noche…— Bajó la mirada
hacia sus manos cerradas en puños apretados. —Sabes, Lou, quise
llamarte cientos de veces después de aquella noche. Pensé en ello –
incluso levanté el teléfono y marqué tu número. Pero al final nunca
pude hacerlo.
—¿Por qué no?— Louis se sentía como si tuviera el corazón en
la garganta, y no pudiera bajar sin importar cuánto tragara.
—A causa de esto.— Harry se señaló a sí mismo. —Por la
manera en la que me estás mirando justo ahora. Como si fuera algún
tipo de jodido monstruo diabólico que podría saltar sobre ti y comerte
en unos minutos. Y sé… sé…— levantó una mano adelantándose a las
protestas de Louis. —Lo que viste fue muy espantoso y no debes
culparte por pensar así, Lou. Pero la verdad es que no cazamos ni
matamos humanos. Perseguimos ciervos y conejos, algún juego
salvaje como eso. Lo que pasó con Harry … solo lo solté. El dolor
por la paliza y la llamada de la luna fue demasiado. Y después cuando
vino hacia ti con un bate…— sacudió la cabeza. —Aquella noche fui
contra todo lo que había aprendido, y lo he lamentado cada día de mi
vida desde entonces.
—Harry, yo…— Louis sacudió la cabeza con indecisión. —No sé
qué decir. No creo que seas una especie de asesino en serie que se
transforma en un monstruo y mata gente cada luna llena, pero lo que
vi es muy difícil de olvidar. Yo solo… es que no sé si quiero eso para
mí.
—Comprendo.— Harry asintió y un pequeño músculo se tensó
en su mandíbula. —No te culpes, tampoco. No tenemos que hacerlo esta noche – diablos, no tenemos que hacerlo en absoluto. Te dejaré
volver a tu vida.— Comenzó a deslizarse fuera de la cama, pero
Louis puso una mano sobre su brazo.
—Espera – yo no tengo ninguna vida. Ninguna que quiera, al
menos. Soy infeliz trabajando en la firma de abogados de mi padre,
mi trofeo blanco es una morena oportunista y todo lo demás, la casa, el
coche, el barco,… todo parece… vacío.— Apretó con fuerza el brazo de
Harry. —Yo… no había sentido ninguna esperanza en mucho tiempo.
No hasta ahora cuando echaste la puerta abajo y me sujetaste en la
cama.
Harry sacudió la cabeza. —¿Y qué quieres que haga, Lou? Te lo
voy a decir, te he dicho todo. Nunca dejé de pensar en ti, tampoco.—
Se inclinó hacia adelante y ahuecó la mejilla de Louis con una
mano. —Nunca dejé de esperar que volvieras a ponerte en contacto
conmigo y decirme que querías reanudarlo donde lo habíamos
dejado.
—Quería hacerlo. Solo que tenía miedo. No tanto de lo que
había visto como de… de que me odiaras.— Louis se pasó una
mano por la cara. —Sobre todo después de la forma en que escapé
de ti.
—Nunca podría odiarte.— Harry se inclinó hacia él y lo besó
suavemente en un lado de su cuello, provocándole un hormigueo
cuando sus cálidos labios tocaron la sensible piel de su garganta. —
Los dos nos equivocamos. Estúpidos idiotas, tirando por la borda lo
mejor que nos ha pasado nunca a ninguno de los dos.— Puso una
cálida mano en la parte de atrás del cuello de Louis. —Pero
podemos cambiar eso ahora mismo, si quieres, Lou. ¿Quieres?
Louis inspiró profundamente, tratando de concentrarse a
pesar de la oleada de emociones que el suave roce de Harry había
provocado en su interior. —Déjame verte – lo digo en serio. Déjame
verte cambiar. ¿Puedes?
Harry frunció el ceño. —Bueno, sí, pero ¿de verdad crees que…?
—¿Puedes lastimarme si cambias?— lo interrumpió. —Quiero
decir, ¿podrías? Dices que en forma de lobo no piensas así que…— No
estaba seguro de cómo terminar la frase.
—¿Puedo?— Harry se encogió de hombros. —Claro. Pero ¿lo
haría? Nunca. Me interesas, Lou. Nunca podría hacerte daño de
ninguna forma si puedo evitarlo. Estás a salvo conmigo, no importa
en qué forma esté.
—De acuerdo.— Louis asintió con la cabeza y cruzó los brazos
sobre el pecho. —Muy bien, entonces muéstrame. Solo por un
momento.
Harry lo miró indeciso. —¿Estás seguro?
—Estoy seguro. Estaré bien, es solo que necesito verlo.—
Louis solo esperaba no estar cometiendo un enorme error.
Harry asintió y se levantó de la cama moviéndose con su
habitual gracia animal. Miró a Louis. —Ahí va.
Hubo una vibración ondulando en el aire y de repente en lugar
de un musculoso hombre de casi dos metros de altura, había una
enorme y peluda criatura de pie frente a él. Con un áspero pelaje
negro y un largo y estrecho hocico lleno de dientes afilados y una
lengua rosa colgando. Estaba de pie sobre sus patas traseras como
un hombre, pero debajo del animal, todo estaba bien detrás de esos
ojos dorados que miraban a Louis sin pestañear. Era el monstruo
que había visto vagamente en el baño de su habitación aquella
noche. La criatura que había visto desgarrando la cabeza de
Nick.
—¡Mierda!— Fue todo lo que Andrew pudo hacer para no salir
de la cama y escapar tan lejos de la bestia como pudiera. Su corazón
latía al doble de su ritmo normal y cerró las manos formando dos
puños. Tranquilo, se dijo a sí mismo. Tómatelo con calma, es Harry y
me ha jurado que no me haría daño. Louis se obligó a sí mismo a regular su respiración. Durante
casi diez años ese monstruo había jugado un papel destacado en sus
pesadillas, pero sabía que solo había una forma de superarlo. Tenía
que entrar en la guarida del león y enfrentarse a su miedo.
Moviéndose lentamente con movimientos no amenazadores, se
levantó de la cama y se aproximó a la criatura. Sus ojos dorados lo
observaron tranquilamente, y la bestia en la que se había convertido
Harry se mantuvo quieta, muy quieta mientras Louis levantaba una
mano tentativa para acariciar su áspera y negra piel. Era cálida y
mucho más suave al tacto de lo que parecía, y pudo sentir el enorme
pecho ampliándose y contrayéndose al respirar. Louis levantó la
mirada hacia el monstruo de más de dos metros de altura que se
elevaba sobre él, mientras su miedo iba desapareciendo.
—¿Eres tú realmente, Harry, verdad?— murmuró, sin esperar
respuesta. Se produjo una ondulación en el aire alrededor de la
bestia, y de repente su amante estaba allí de pie otra vez.
—Sí,— dijo Harry casi riendo. —Sí, Lou, soy yo.— Sujetó a
Lou para darle un largo y caliente beso que Lou le devolvió,
sonriendo. —Supongo que creíste que eras una especie de pez gordo
para acariciar así mi peluda piel.
Louis le devolvió la sonrisa. —Tanto no. Aunque me gustas
más en esta forma.
Harry asintió con la cabeza. —Eso está bien, ya que esta es la
forma que tengo el 99% del tiempo. La cuestión es, ¿querrías
comprobarlo por ti mismo, ser un Were, quiero decir?
—Bueno, yo…— Louis sacudió la cabeza. —No lo sé. ¿Cómo te
sientes sobre ser un… un Were?
Harry se quedó quieto por un momento, obviamente
considerando de verdad la pregunta. —Me gustaba cuando era un
niño, no cambias hasta la pubertad, desde luego, pero me gustaba la
idea. Pensaba que era buena, como ser un nativo americano o algo
así. No pensé en ello cuando era un adolescente, incluso después de
comenzar a cambiar y a cazar. — Suspiró. —Sabes, supongo que
realmente nunca me preocupó ser un Were hasta que eso me impidió
estar contigo. Entonces me molestó como el infierno, sobre todo el
hecho de que se suponía que estaba siendo entrenado para liderar la
manada algún día cuando yo solo quería echar raíces con un guapo
chico.— Sonrió abiertamente y palmeó ligeramente la mejilla de
Louis. —Tú.
—Basta ya.— Louis se sacó su mano de encima con una
sonrisa y se acomodó en la cama. —¿Así que te sientes bien con eso
mientras no interfiera en tu vida social? Quiero decir, ¿cambiar a lobo
y cazar otros animales no te perturba un poco?
Harry se sentó a su lado. —Bueno, sabes, esto es lo que siempre
he conocido, así que me parecía normal. Y tiene muchos beneficios.
Por ejemplo, tener una fuerza sobrehumana y curarse más rápido.
Aunque aún te quedan cicatrices, así que no te recomendaría realizar
deportes extremos o algo parecido.— Se rió. —La esperanza de vida
es quizás un poco mayor, así que el porcentaje de mortalidad infantil
es un poco más elevado para los Weres, con lo que queda
compensado. Y, Louis …— apretó el brazo de Louis mientras una luz
feroz ardía en sus ojos. —Es posible que no puedas imaginar la
adrenalina corriendo por tus venas cuando sales a cazar. El viento en
tu pelo y los dulces aromas del bosque a tu alrededor… es
asombroso.
—Haces que suene maravilloso—, dijo Louis suavemente.
—Lo es,— dijo simplemente Harry. —puede serlo, de cualquier
forma. Es lo que yo soy, una parte de mí de la que no puedo
desprenderme.
—Pero creí que habías dicho que, eh, te habías separado de la
manada,— objetó Louis.
Harry asintió. —Sí, pero no debido a lo que soy – sino a lo que
no soy. Nunca estuve hecho para ser el líder de la manada, El Lobo,
de la forma en que mi viejo quería que fuera. Se lo transmití a mi
hermana,Gemma. Ella es una diminuta cosita, pero dura como el
metal, y está haciendo un jodido mejor trabajo del que yo podría
haber hecho, porque ella quería ese puesto.
Louis sonrió, recordando que Harry siempre le había tenido
cariño a su hermana mayor. —Me gustaría conocerla algún día.
Harry asintió. —Ella también quiere conocerte. Y ahora que es El
Lobo, también podrías tener la oportunidad de conocer al resto de la
manada, ya que ella está llevando a cabo algunos cambios, grandes
cambios.— Rió suavemente. —Deberías haber visto a mi viejo cuando
ganó el desafío de la manada. Estuvo a punto de tener un ataque al
corazón en el sitio.
—Recuerdo que dijiste que no era muy, eh, flexible,— comentó
Louis.
Harry lo miró pensativo. —Sí, también tiene unas costumbres
profundamente arraigadas. Nunca se le ocurrió que a su único hijo
pudiera gustarle un chico o que su única hija pudiera ser un mejor
líder para la manada. Por supuesto, él no nos habla a ninguno de los
dos. Solo desearía que estuviera más abierto a los cambios.
—Abierto a los cambios,— repitió Louis con aire pensativo.
Había aceptado el hecho de que Harry había matado a Nick y lo
había superado, pero todavía tenía algunas decisiones que tomar.
¿Quería estar con un hombre que llevaba un lobo de más de dos
metros acechando dentro de él? Y más importante, ¿quería llevar
escondida dentro de él mismo una bestia similar? Mirando la
incertidumbre en los verdes ojos de Harry, supo que no había ninguna
duda en absoluto.
—Sí,— dijo simplemente, acercándose a Harry hasta que sus
muslos se tocaron. El calor del cuerpo desnudo de Harry irradiaba
contra su piel desnuda como si estuviera sentado cerca de un horno.
—Sí, ¿qué?— Harry frunció el ceño, obviamente confundido.
—Sí, quiero esto, te quiero a ti. Te necesito en mi vida porque
sin ti no estoy completo.— Louis sonrió. —Siento que me llevara
tanto tiempo verlo.
—¿Estás seguro, Lou?— los ojos negros de Harry estaban
serios. —Quiero decir, no tenemos que hacerlo esta noche. Si
esperamos hasta que la luna sea más tenue, dentro de un par de
noches, la probabilidad de que te conviertas en licántropo será casi
nula.
Louis movió la cabeza. —Quiero que me folles esta noche. No
me preocupan los riesgos, los asumiré con tal de tenerte dentro de
mí.
— ¡Dios, Lou!— la ferocidad de la respuesta de Harry lo
sorprendió. De repente se encontró tumbado de espaldas con su
amante encima, asaltando su boca con una urgente intensidad que lo
dejó sin aliento. Harry lo aplastó contra el colchón, mientras su lengua
exploraba los labios de Louis, su boca, su vulnerable cuello. La
gruesa forma de su polla se apretaba contra la suya con una fricción
que amenazaba con prender fuego si no se aliviaba pronto.
Louis gimió al sentir el duro, sensual y desnudo cuerpo de su
amante presionando contra el suyo, con la caliente sensación de su
polla que se frotaba contra la de Harry otra vez después de tantos
años. Como por instinto, separó las piernas, abriéndolas para dar la
bienvenida a su amante en un gesto de sumisión tan viejo como el
tiempo.
—Dios, Lou,— murmuró Harry, presionando sus caderas hacia
arriba para frotarse contra su amante. —He querido esto durante
tanto tiempo. Nosotros los Weres tenemos esto… lo llamamos el
impulso de apareamiento. Te viene cuando has encontrado a la
persona correcta, la otra mitad de tu corazón. Me he estado
consumiendo por ti, necesitando reclamarte como mío desde… Dios,
parece que desde siempre.
Lou le sonrió. —Eso me gusta. La idea de que me reclames.
Hacerme tuyo.
—Eso es, esclavo,— gruñó Harry, mordiendo suavemente un
lado de su cuello, utilizando el nombre que encendía la pasión de
Louis.
—Intenté… intenté tanto ser lo que no era,— jadeó mientras
Harry comenzaba a lamer siguiendo un lento y delicado camino que
descendía por su pecho.
—Yo también.— Harry alzó la mirada por un momento, con sus
ojos Verdes brillando. —Pensé en encontrar otro Lobo Solitario para
emparejarme después de perder la esperanza de que volveríamos a
estar juntos. Pero, de alguna manera, no pude.— Frunció el ceño. —
Menos mal que no lo hice, no existe el divorcio entre los Weres.
Tienes que luchar para resolver una relación.
—Bueno, nunca te vas a librar de ésta,— dijo Louis antes de
pensar sobre ello. Entonces lo asaltaron unas dudas repentinas. —Es
decir, quiero decir, si quieres una relación,— añadió indeciso.
—¿Chuparía tu polla si no quisiera una relación?— exigió Harry,
alzando la vista hacia él. Sin esperar una respuesta, se inclinó hacia
abajo y tomó la verga de Louis en su boca, tan profundamente
como pudo.
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Re: esclavo comprometido larry (hot)
—¡Dios!—, Louis arqueó la espalda y exclamó en voz alta por
el repentino calor húmedo que lo envolvió. Tentativamente alargó las
manos y las enterró en los gruesos rizos de Harry, sintiendo la
sedosa textura entre sus dedos mientras se movía deprisa dentro de
la boca de su amante. Era justo como recordaba de la facultad. La
resbaladiza fricción de la boca de Harry, en combinación con los
lametazos de su lengua hacía que Louis se sintiera como si pudiera
desmayarse de placer. Y estaba la sensación de que Harry estaba
haciendo algo que le encantaba, algo que había deseado y con lo que
había soñado durante años. En su toque se reflejaba la suma de
noches sin dormir y días inquietos, de sueños largo tiempo aplazados.
Y de un amor feroz e inextinguible
Todas estas emociones se unieron al intenso placer de la mejor
mamada que le habían hecho en la vida, y que estaba llevando a
Louis al límite en menos tiempo del que soñó que sería posible.
—¡Oh, Dios… Oh, Harry, no puedo… tienes que parar!— gimió,
tirando de los rizos de Harry con desesperación. —Si no paras
me voy a correr. ¡No podré evitarlo!
Harry no se detuvo, excepto para alzar la vista durante un
momento y decir, —Adelante y córrete, Lou. Quiero tragar tu semen
y después voy a follarte. Voy a montar tu culo toda la noche y a
correrme dentro de ti tan profundo que puedas notarlo. ¿Entiendes?
—¡Dios, sí!— gimió Louis mientras la talentosa boca de Harry
volvía al trabajo. Podía sentir la lengua de su amante, dando vueltas
expertamente alrededor de su verga y entonces una fuerte y
deliberada succión, como si Harry realmente intentara extraer el
semen de su interior. Louis solo esperaba que supiese qué estaba
haciendo. Recordando los días en la universidad, Louis había
tragado muchas veces el semen de su amante, pero Harry nunca se la había chupado hasta el final. Pero cuando alcanzó el orgasmo, estremeciéndose desde la base de su espina dorsal y extendiéndose
como un reguero de pólvora hasta la base de su polla, no pudo
pensar en nada salvo en lo bien que se sentía dejarse ir, permitirse a
sí mismo correrse dentro de la cálida y dispuesta boca de su amante.
Harry no vaciló ni un momento. De hecho, se empujó hacia
delante, tomando incluso más de la polla de Louis hasta su
garganta mientras tragaba cada gota. Cuando terminó, Louis se
sintió totalmente agotado, como un trapo escurrido que hubiese sido
retorcido para que soltase hasta la última pizca de placer. Se echó
jadeando sobre la cama, esperando que Harry separase sus piernas
en cualquier momento y empujase bruscamente entre ellas. Había
sentido el calor de la polla de su amante presionando contra su muslo
mientras Harry se la chupaba, y sabía que el enorme Alpha debía
estar casi listo para explotar por la tensión.
Pero en lugar de eso, Harry se acomodó a su lado en la cama y
se inclinó sobre él para un largo y delicioso beso. Louis gimió en su
boca mientras probaba su propia esencia en la lengua de su amante.
No fue hasta que Harry no hubo explorado a conciencia su boca que él
no se recostó y se quedó mirando fijamente a Louis.
—¿Y bien?— Louis alzó la mirada hacia él con expectación. —
¿Vas a follarme?— solo decir las palabras prohibidas hizo que su polla
despertara, incluso aunque acababa de correrse tan fuerte que había
visto las estrellas.
Harry dejó salir un ruido grave y gutural desde el fondo de su
garganta. —Dios, cuando me hablas así, me siento como si fuera a
explotar.
Louis le ofreció una lenta sonrisa. —Sin embargo, puedo
hacerlo mejor,— murmuró, arqueando la espalda para presionar su
cuerpo desnudo contra el musculoso cuerpo que tenía encima.—
¿Quieres que te ruegue, de la forma en que me hacías hacerlo en
nuestra habitación de la casa de la fraternidad? ¿Quieres que diga, —
Por favor, Amo, quiero muchísimo tu polla dentro de mí. Por favor,
fóllame. Por favor, móntame duro y lléname con tu semen— Sonrió
abiertamente. —¿Eso es lo que quieres que diga?
—Ya has dicho suficiente,— gruñó Harry. Cubrió el cuerpo de
Louis con el suyo para un intenso beso más, y entonces sus agudos
ojos comenzaron a buscar por la habitación. — ¿Qué tienes
por aquí para usar como lubricante? Si no recuerdo mal, estás tan
apretado como una virgen en su noche de bodas. No quiero
lastimarte.
Louis alcanzó de la mesita de luz al lado de la cama, y cogió
la loción para las manos a base de miel y madera de sándalo que
Eleonor le había regalado unos meses antes. Sospechaba que
únicamente lo había comprado para así poder darle un regalo
mientras le anunciaba como quitándole importancia, que se había
gastado quinientos dólares en cosméticos para ella. Pero en esos
momentos su irritante novia era lo último en lo que pensaba, primero
estaba satisfacer la fantasía que había tenido durante los últimos
nueve años.
—Toma, — le pasó la loción a Harry, indeciso de lo que iba a
pasar a continuación.
—Bien. Ahora extiende los muslos para mí y déjame entrar.—
Harry estaba de rodillas ahora, inclinado sobre Louis y esperando
que éste obedeciera sus órdenes. Sin vacilar, Andrew lo hizo,
exponiendo su cuerpo incluso aunque su mente estaba totalmente
confusa.
Todo en lo que podía pensar era en que nunca había hecho esto
antes, y no estaba seguro de si Harry sí. Solo esperaba que la pasión
que sentían no dominara el buen juicio de ambos. La polla de Harry parecía más larga y gruesa que nunca, y el pensamiento de tenerla
dentro de él era intimidatorio, por no decir otra cosa.
Entonces todos sus preocupados y dispersos pensamientos
desaparecieron de su cabeza cuando el dulce y ligeramente
almizcleño aroma de la loción llenó el aire y sintió dos grandes y
anchos dedos presionando contra la entrada de su cuerpo. Louis
jadeó y separó más las piernas por instinto mientras Harry
murmuraba suaves palabras de ánimo al mismo tiempo que
trabajaba para llegar más y más adentro en la apretada entrada de
Louis.
—Eso es, Lou, ábrete para mí,— suspiró mientras sus dedos
se deslizaban dentro otra pulgada. —Sólo ábrete y déjame entrar,
déjame prepararte para follar. Necesito tenerte cómodo y abierto
para poder montarte fuerte.
Casi sin saber lo que hacía, Louis separó más sus muslos
mientras su amante trabajaba más profundamente dentro de su
cuerpo. Dios, había olvidado lo anchos que eran los dedos de Harry y
aquello era solo sus dedos. ¿Cómo diablos iba a tomar su enorme
polla dentro de él cuando llegara el momento?
Entonces Harry movió sus dedos en un ángulo diferente y rozó
un área sensible en el interior de su cuerpo que casi lo hace perder el
control. De repente en lugar de sentirse exprimido, estaba otra vez
semi-erecto mientras su amante seguía rozando ese lugar una y otra
vez, poniéndolo más duro con cada caricia.
—Dios, Harry, ¿qué…?— apenas pudo terminar la pregunta, de
tan grande que era el placer.
Harry sonrió abiertamente. —La próstata. Justo como cuando
vas al médico para tu revisión anual, ¿eh?
—A… apenas,— tartamudeó Andrew. No podía creer el placer
que estaba obteniendo solo de los dos dedos de Harry, y de repente
estaba impaciente de intentarlo con su polla.
—Bien, Lou, creo que estás casi preparado. — Para su
desilusión, Harry retiró los dedos. Pero entonces caminó de rodillas
sobre la cama y se acomodó de tal forma que su gruesa polla estaba
justo en la cara de Louis, tan cerca que pudo ver las gotas perladas
del pre-semen acumuladas en la punta. Incapaz de evitarlo, Louis
se inclinó hacia delante y lamió las saladas y amargas gotas,
hambriento por el delicioso sabor que recordaba tan bien.
Harry tomó aliento. —Eso es, Lou , haz que me ponga bien
mojado. Chupa mi polla y prepárame para montar tu culo.—
Louis alzó la vista hacia él. —Sí, Amo,— murmuró, y
entonces, cogiendo la gruesa polla con una mano, tomó la verga de
Harry con entusiasmo dentro de su boca, mojándola tanto como pudo,
saboreando el sabor único y almizcleño de su amante.
—¡Dios, Lou! Eso es, chupa mi polla. Tómala profundamente
en esa hermosa garganta. No puedo esperar a follarte. No puedo
esperar a llenarte con mi semen.
Louis chupó, lamió y besó cariñosamente la gruesa verga que
follaba su boca. Dios, había echado de menos esto. Chupar una polla,
lamer el salado pre-semen de la punta de la ancha cabeza con forma
de champiñón, la sensación de otro hombre follando su boca,
obligándolo a someterse.
Finalmente, cuando pudo sentir que la enorme polla palpitaba
dentro de su boca, Harry la sacó. Louis siguió la polla con su
lengua, queriendo más, no queriendo que la experiencia terminara.
Pero antes de que pudiera protestar, Harry lo hizo rodar sobre su
estómago con las piernas extendidas y su culo levantado.
—Creo que ahora estás preparado, Lou, — gruñó, sonando
más animal que humano. —Yo sí sé que lo estoy. Necesito meter mi
polla dentro de ti. Necesito follarte desesperadamente.
La boca de Louis se secó de repente por la vulnerable
posición en la que se encontraba, pero no había nada que pudiera
hacer ahora. Haciendo una profunda inspiración, enterró la cara en la
almohada y agarró la gorda y suave colcha con sus puños, tratando
de estar preparado para el asalto de su amante.
La cálida y húmeda exploración de la polla de Harry fue
exactamente como recordaba de hacía años, de la primera vez en
que él y su amante habían compartido una cama. Vívidamente
Louis recordó pedirle a Harry que lo follara, recordó la forma en que
Harry había presionado justo un poco, abriéndolo, dejándole saber
que podría estar dentro si el enorme Alpha aceptaba su ofrecimiento.
Esta vez, la ancha cabeza de la polla de Harry hizo algo más que
abrirlo, entró dentro de él, presionando hasta pasar el tenso anillo de
músculos que protegían la entrada a su cuerpo, abriendo brecha en
sus últimas defensas. La loción de madera de sándalo ayudó algo a
facilitar el camino, pero aún así no pudo evitar ahogar un grito
cuando la gruesa verga comenzó a entrar en su cuerpo, pulgada a
inevitable pulgada.
—Tranquilo, Lou, — pudo escuchar que Harry murmuraba, y
entonces la cálida y enorme mano de su amante acarició su espalda
con largas y tranquilizadoras caricias. —Tranquilo ahora. Solo
aguanta, dentro de un momento estaré totalmente dentro y entonces
lo peor ya habrá pasado.
—Dios… ¡Dios!— gimió Louis, apretando la colcha dentro de
sus puños y tratando de acostumbrarse a la sensación de
estiramiento, a la sensación de ser penetrado, llenado y follado por
otro hombre. Tuvo un total y nuevo respeto por las mujeres, ¿cómo lo hacían? ¿Cómo podían permitir a alguien entrar y utilizar sus
cuerpos? ¿Llenarlos, abrirlos completamente de tal forma que
posiblemente ningún secreto podía ser guardado?
Justo cuando creía que no podría tomar nada más, sintió que
las estrechas caderas de Harry se encontraban al mismo nivel de su
propio culo, y supo que su amante estaba finalmente todo dentro.
Dios, tan a menudo como había imaginado este momento, pero eso
no tenía nada que ver con las sensaciones reales de abrirse a sí
mismo o dejar que otro hombre lo llenara con su polla.
Harry se mantuvo totalmente inmóvil dentro del cuerpo de
Louis, pero al poco rato comenzó a realizar pequeños y cortos
movimientos de empuje, como si comprobara el ambiente para ver si
Louis estaba de acuerdo. Al principio Louis no estaba seguro,
pero entonces sintió la ancha cabeza de la polla de su amante rozar
la sensible área dentro de su cuerpo una vez más. La pequeña acción
fue seguida por un cegador flash de placer y de repente se encontró
empujando hacia atrás.
—Eso es, Lou, vamos, puedes tomarla,— dijo Harry entre
dientes, presionando más fuerte, más profundo, empujando de forma
más prolongada dentro y fuera del cuerpo de Louis mientras sus
ritmos se emparejaban. —Ábrete para mí, déjame follarte,— gruñó
con sus gruesos dedos hundidos en las caderas de Louis mientras
ambos se movían juntos.
—Dios, Harry, no puedo creer… — apenas podía terminar su
pensamiento mientras la gruesa polla se deslizaba dentro y fuera de
él, abriéndolo más con cada empuje. —No puedo creer que
finalmente lo estemos haciendo,— gimió al fin. —Te he querido…
durante tanto tiempo. Y ahora…
—Y ahora voy a montar tu culo hasta que me corra,— terminó
Harry por él. —Y tú vas a correrte también, Lou.
Louis empezó a protestar que no había manera de que
pudiera correrse otra vez tan pronto, pero entonces sintió una cálida
y enorme mano debajo de él ahuecando su verga y entonces Harry
comenzó de verdad a chocar contra él, a aporrearlo, a montarlo
fuerte tal y como le había prometido.
Mientras la enorme mano lo acariciaba desde la base de su
polla hasta la punta, la enorme polla de su amante lo taladraba por
dentro hasta que el aliento en la garganta de Louis se rasgó como
el papel y su pecho subía y bajaba con los constantes empujes del
cuerpo de Harry dentro del suyo. Parecía que iba a seguir para
siempre, la gruesa polla golpeando en su interior, montándolo,
poseyéndolo de la forma en que siempre había querido que Harry lo
poseyera. En su interior el placer crecía, amenazando con formar una
espiral fuera de control con cada duro empuje. Entonces, justo
cuando creyó que no podría tomar nada más, Harry comenzó a gemir
en su oído mientras lo montaba.
— Lou, me voy a correr ahora. Voy a llenarte con mi semen.
¿Estás preparado? ¿Estás preparado para correrte conmigo?
— ¡Dios, sí!— dijo Louis con un gemido, y se encontró conque
era verdad. Sintió a Harry empujar tan profundamente dentro de él
como era posible, y entonces un caliente torrente lo llenó cuando su
amante se corrió en su abierto y sumiso cuerpo por primera vez. La
sensación de Harry corriéndose en su interior, marcándolo como suyo,
hizo que Louis se encontrara a sí mismo perdiendo el control otra
vez. Arrojó chorros sin poder contenerse sobre la cálida mano que lo
bombeaba, liberándose con alivio cuando el placer dentro de él lo
atravesó antes de hundirse en el colchón con el considerable peso de
Harry encima de él.
La respiración de ambos fue áspera e irregular durante unos
momentos, pero al final se recuperaron. Con un suave y sensual
deslizamiento, Harry se retiró de su cuerpo y envolvió a Louis con
sus brazos.
—Mmm, Lou, ha sido increíble. Recuérdame que no espere
nueve años para follarte otra vez, ¿eh?— murmuró suavemente al
oído de Louis.
Louis le ofreció una risa soñolienta. Habiéndose corrido dos
veces en la última hora, estaba completamente exhausto. —Sí, lo
intentaré. Dios, fue todo lo que pensé que sería y más.— Se estiró y
bostezó. —Eres asombroso, Harry. Admito que al principio estaba un
poco asustado, pero la forma en que te tomaste tu tiempo…
—No fue fácil,— Harry admitió con una breve risa. —He estado
esperando para montar tu culo durante casi una década. Es tiempo
suficiente para que se te pongan moradas las pelotas.
—A mí me lo vas a contar.— Louis sonrió y se apretujó contra
su amante, frotando la mejilla contra el ancho pecho de Harry,
inhalando el oscuro y animal almizcle que tanto le encantaba. Tenía la
sensación de que iba a estar un poco dolorido durante un tiempo,
pero ni mucho menos tanto como había temido. Y no lo suficiente
como para detener a Harry si quería hacerlo otra vez. De alguna
manera, por la forma en que su amante se envolvía con brazos y
piernas alrededor de Louis y besaba su cuello, pensó que
probablemente sería pronto. Pero quizás había tiempo para un rápido
sueñito antes de que comenzara el segundo asalto.
—Te quiero, Harry,— murmuró mientras sus párpados se
cerraban y se empujaba hacia atrás contra el calor de su amante
sobre su espalda.
—Yo también te quiero, Lou. Siempre te he querido. Y siempre
te querré,— la profunda voz de Harry retumbó en su oído.
—Recuerdas…— Louis soltó un enorme bostezo. —¿Recuerdas
el lema del Alpha Psi, Harry?
— ¿Cuál?— Harry bostezó también. —¿Cuál era? Algo así como,
corazones juntos, o algo parecido?
—No, era, Nuestros corazones están unidos. — Louis le
sonrió. —Estaba pensando sobre eso porque si no me hubiese hecho
miembro del Alpha Psi, tú y yo, en primer lugar, nunca nos
habríamos conocido.
—Sí, y nos habríamos evitado casi diez años de frustración.—
Harry suspiró. —Pero sabes, no lo lamento.
—Yo tampoco.— Louis enlazó sus dedos con los de harry y
besó a su amante suavemente en los labios. —Nuestros corazones
están unidos—, murmuró otra vez. Sus pensamientos volvieron a la
última noche de la Semana Infernal, cuando era un nuevo miembro y
cómo su tiempo con Harry había cambiado su vida. Y ahora parecía
que iba a haber incluso más cambios, para mejor, esperaba.
Ya había decidido que tendría que romper con Eleonor, ella
podría llorar y montarle un numerito al principio, pero Louis
confiaba en que cuando le dijera que podría conservar la casa de la
ciudad y el Jaguar que tanto le encantaba conducir, vería la luz y lo
dejaría marchar sin montar un escándalo. Y en cuanto a su trabajo,
también lo dejaría, podría a lo mejor hacer una rotura limpia. Nunca
pondría los pies otra vez en el despacho de abogados de su padre.
Tenía activos financieros en abundancia, suficiente para volver a la
facultad y estudiar esta vez lo que quería. Podía entrar en biología o
medicina, o cualquier otra carrera que le interesara.
La decisión de empezar de nuevo otra vez iba a ser
definitivamente impopular entre su familia, pero con Harry a su lado
para apoyarlo, Louis sabía que podía hacerlo. Al final podría
despertarse cada mañana sin la sensación de que su vida era una
mentira, sin tener el deseo de ponerse una pistola en la boca o
meter un tenedor en la tostadora. Solo el pensar en eso, en vivir su
vida en sus propios términos con Harry como su amante, lo hacía
sentir totalmente ligero.
Por supuesto que había una pregunta sobre el futuro que no
podía contestar, ¿tendría el deseo de aullar a la luna llena, el próximo
mes, como le había dicho Harry? ¿Sentiría la llamada de la luna para
cambiar, cazar y alimentarse? Al sentir por fin los fuertes brazos de
su amante rodeándolo, la paz y la satisfacción que llenaban su
corazón por primera vez en años, Louis decidió que no le
importaba. En cuanto Harry y él estuvieran juntos, todo iba a estar
bien porque nunca intentaría escapar otra vez del hombre que
amaba.
[size=37]FIN[/size]
Traducción de Olgui
Corrección: Traductoras Inexpertas.
Cambio a larry: yop
el repentino calor húmedo que lo envolvió. Tentativamente alargó las
manos y las enterró en los gruesos rizos de Harry, sintiendo la
sedosa textura entre sus dedos mientras se movía deprisa dentro de
la boca de su amante. Era justo como recordaba de la facultad. La
resbaladiza fricción de la boca de Harry, en combinación con los
lametazos de su lengua hacía que Louis se sintiera como si pudiera
desmayarse de placer. Y estaba la sensación de que Harry estaba
haciendo algo que le encantaba, algo que había deseado y con lo que
había soñado durante años. En su toque se reflejaba la suma de
noches sin dormir y días inquietos, de sueños largo tiempo aplazados.
Y de un amor feroz e inextinguible
Todas estas emociones se unieron al intenso placer de la mejor
mamada que le habían hecho en la vida, y que estaba llevando a
Louis al límite en menos tiempo del que soñó que sería posible.
—¡Oh, Dios… Oh, Harry, no puedo… tienes que parar!— gimió,
tirando de los rizos de Harry con desesperación. —Si no paras
me voy a correr. ¡No podré evitarlo!
Harry no se detuvo, excepto para alzar la vista durante un
momento y decir, —Adelante y córrete, Lou. Quiero tragar tu semen
y después voy a follarte. Voy a montar tu culo toda la noche y a
correrme dentro de ti tan profundo que puedas notarlo. ¿Entiendes?
—¡Dios, sí!— gimió Louis mientras la talentosa boca de Harry
volvía al trabajo. Podía sentir la lengua de su amante, dando vueltas
expertamente alrededor de su verga y entonces una fuerte y
deliberada succión, como si Harry realmente intentara extraer el
semen de su interior. Louis solo esperaba que supiese qué estaba
haciendo. Recordando los días en la universidad, Louis había
tragado muchas veces el semen de su amante, pero Harry nunca se la había chupado hasta el final. Pero cuando alcanzó el orgasmo, estremeciéndose desde la base de su espina dorsal y extendiéndose
como un reguero de pólvora hasta la base de su polla, no pudo
pensar en nada salvo en lo bien que se sentía dejarse ir, permitirse a
sí mismo correrse dentro de la cálida y dispuesta boca de su amante.
Harry no vaciló ni un momento. De hecho, se empujó hacia
delante, tomando incluso más de la polla de Louis hasta su
garganta mientras tragaba cada gota. Cuando terminó, Louis se
sintió totalmente agotado, como un trapo escurrido que hubiese sido
retorcido para que soltase hasta la última pizca de placer. Se echó
jadeando sobre la cama, esperando que Harry separase sus piernas
en cualquier momento y empujase bruscamente entre ellas. Había
sentido el calor de la polla de su amante presionando contra su muslo
mientras Harry se la chupaba, y sabía que el enorme Alpha debía
estar casi listo para explotar por la tensión.
Pero en lugar de eso, Harry se acomodó a su lado en la cama y
se inclinó sobre él para un largo y delicioso beso. Louis gimió en su
boca mientras probaba su propia esencia en la lengua de su amante.
No fue hasta que Harry no hubo explorado a conciencia su boca que él
no se recostó y se quedó mirando fijamente a Louis.
—¿Y bien?— Louis alzó la mirada hacia él con expectación. —
¿Vas a follarme?— solo decir las palabras prohibidas hizo que su polla
despertara, incluso aunque acababa de correrse tan fuerte que había
visto las estrellas.
Harry dejó salir un ruido grave y gutural desde el fondo de su
garganta. —Dios, cuando me hablas así, me siento como si fuera a
explotar.
Louis le ofreció una lenta sonrisa. —Sin embargo, puedo
hacerlo mejor,— murmuró, arqueando la espalda para presionar su
cuerpo desnudo contra el musculoso cuerpo que tenía encima.—
¿Quieres que te ruegue, de la forma en que me hacías hacerlo en
nuestra habitación de la casa de la fraternidad? ¿Quieres que diga, —
Por favor, Amo, quiero muchísimo tu polla dentro de mí. Por favor,
fóllame. Por favor, móntame duro y lléname con tu semen— Sonrió
abiertamente. —¿Eso es lo que quieres que diga?
—Ya has dicho suficiente,— gruñó Harry. Cubrió el cuerpo de
Louis con el suyo para un intenso beso más, y entonces sus agudos
ojos comenzaron a buscar por la habitación. — ¿Qué tienes
por aquí para usar como lubricante? Si no recuerdo mal, estás tan
apretado como una virgen en su noche de bodas. No quiero
lastimarte.
Louis alcanzó de la mesita de luz al lado de la cama, y cogió
la loción para las manos a base de miel y madera de sándalo que
Eleonor le había regalado unos meses antes. Sospechaba que
únicamente lo había comprado para así poder darle un regalo
mientras le anunciaba como quitándole importancia, que se había
gastado quinientos dólares en cosméticos para ella. Pero en esos
momentos su irritante novia era lo último en lo que pensaba, primero
estaba satisfacer la fantasía que había tenido durante los últimos
nueve años.
—Toma, — le pasó la loción a Harry, indeciso de lo que iba a
pasar a continuación.
—Bien. Ahora extiende los muslos para mí y déjame entrar.—
Harry estaba de rodillas ahora, inclinado sobre Louis y esperando
que éste obedeciera sus órdenes. Sin vacilar, Andrew lo hizo,
exponiendo su cuerpo incluso aunque su mente estaba totalmente
confusa.
Todo en lo que podía pensar era en que nunca había hecho esto
antes, y no estaba seguro de si Harry sí. Solo esperaba que la pasión
que sentían no dominara el buen juicio de ambos. La polla de Harry parecía más larga y gruesa que nunca, y el pensamiento de tenerla
dentro de él era intimidatorio, por no decir otra cosa.
Entonces todos sus preocupados y dispersos pensamientos
desaparecieron de su cabeza cuando el dulce y ligeramente
almizcleño aroma de la loción llenó el aire y sintió dos grandes y
anchos dedos presionando contra la entrada de su cuerpo. Louis
jadeó y separó más las piernas por instinto mientras Harry
murmuraba suaves palabras de ánimo al mismo tiempo que
trabajaba para llegar más y más adentro en la apretada entrada de
Louis.
—Eso es, Lou, ábrete para mí,— suspiró mientras sus dedos
se deslizaban dentro otra pulgada. —Sólo ábrete y déjame entrar,
déjame prepararte para follar. Necesito tenerte cómodo y abierto
para poder montarte fuerte.
Casi sin saber lo que hacía, Louis separó más sus muslos
mientras su amante trabajaba más profundamente dentro de su
cuerpo. Dios, había olvidado lo anchos que eran los dedos de Harry y
aquello era solo sus dedos. ¿Cómo diablos iba a tomar su enorme
polla dentro de él cuando llegara el momento?
Entonces Harry movió sus dedos en un ángulo diferente y rozó
un área sensible en el interior de su cuerpo que casi lo hace perder el
control. De repente en lugar de sentirse exprimido, estaba otra vez
semi-erecto mientras su amante seguía rozando ese lugar una y otra
vez, poniéndolo más duro con cada caricia.
—Dios, Harry, ¿qué…?— apenas pudo terminar la pregunta, de
tan grande que era el placer.
Harry sonrió abiertamente. —La próstata. Justo como cuando
vas al médico para tu revisión anual, ¿eh?
—A… apenas,— tartamudeó Andrew. No podía creer el placer
que estaba obteniendo solo de los dos dedos de Harry, y de repente
estaba impaciente de intentarlo con su polla.
—Bien, Lou, creo que estás casi preparado. — Para su
desilusión, Harry retiró los dedos. Pero entonces caminó de rodillas
sobre la cama y se acomodó de tal forma que su gruesa polla estaba
justo en la cara de Louis, tan cerca que pudo ver las gotas perladas
del pre-semen acumuladas en la punta. Incapaz de evitarlo, Louis
se inclinó hacia delante y lamió las saladas y amargas gotas,
hambriento por el delicioso sabor que recordaba tan bien.
Harry tomó aliento. —Eso es, Lou , haz que me ponga bien
mojado. Chupa mi polla y prepárame para montar tu culo.—
Louis alzó la vista hacia él. —Sí, Amo,— murmuró, y
entonces, cogiendo la gruesa polla con una mano, tomó la verga de
Harry con entusiasmo dentro de su boca, mojándola tanto como pudo,
saboreando el sabor único y almizcleño de su amante.
—¡Dios, Lou! Eso es, chupa mi polla. Tómala profundamente
en esa hermosa garganta. No puedo esperar a follarte. No puedo
esperar a llenarte con mi semen.
Louis chupó, lamió y besó cariñosamente la gruesa verga que
follaba su boca. Dios, había echado de menos esto. Chupar una polla,
lamer el salado pre-semen de la punta de la ancha cabeza con forma
de champiñón, la sensación de otro hombre follando su boca,
obligándolo a someterse.
Finalmente, cuando pudo sentir que la enorme polla palpitaba
dentro de su boca, Harry la sacó. Louis siguió la polla con su
lengua, queriendo más, no queriendo que la experiencia terminara.
Pero antes de que pudiera protestar, Harry lo hizo rodar sobre su
estómago con las piernas extendidas y su culo levantado.
—Creo que ahora estás preparado, Lou, — gruñó, sonando
más animal que humano. —Yo sí sé que lo estoy. Necesito meter mi
polla dentro de ti. Necesito follarte desesperadamente.
La boca de Louis se secó de repente por la vulnerable
posición en la que se encontraba, pero no había nada que pudiera
hacer ahora. Haciendo una profunda inspiración, enterró la cara en la
almohada y agarró la gorda y suave colcha con sus puños, tratando
de estar preparado para el asalto de su amante.
La cálida y húmeda exploración de la polla de Harry fue
exactamente como recordaba de hacía años, de la primera vez en
que él y su amante habían compartido una cama. Vívidamente
Louis recordó pedirle a Harry que lo follara, recordó la forma en que
Harry había presionado justo un poco, abriéndolo, dejándole saber
que podría estar dentro si el enorme Alpha aceptaba su ofrecimiento.
Esta vez, la ancha cabeza de la polla de Harry hizo algo más que
abrirlo, entró dentro de él, presionando hasta pasar el tenso anillo de
músculos que protegían la entrada a su cuerpo, abriendo brecha en
sus últimas defensas. La loción de madera de sándalo ayudó algo a
facilitar el camino, pero aún así no pudo evitar ahogar un grito
cuando la gruesa verga comenzó a entrar en su cuerpo, pulgada a
inevitable pulgada.
—Tranquilo, Lou, — pudo escuchar que Harry murmuraba, y
entonces la cálida y enorme mano de su amante acarició su espalda
con largas y tranquilizadoras caricias. —Tranquilo ahora. Solo
aguanta, dentro de un momento estaré totalmente dentro y entonces
lo peor ya habrá pasado.
—Dios… ¡Dios!— gimió Louis, apretando la colcha dentro de
sus puños y tratando de acostumbrarse a la sensación de
estiramiento, a la sensación de ser penetrado, llenado y follado por
otro hombre. Tuvo un total y nuevo respeto por las mujeres, ¿cómo lo hacían? ¿Cómo podían permitir a alguien entrar y utilizar sus
cuerpos? ¿Llenarlos, abrirlos completamente de tal forma que
posiblemente ningún secreto podía ser guardado?
Justo cuando creía que no podría tomar nada más, sintió que
las estrechas caderas de Harry se encontraban al mismo nivel de su
propio culo, y supo que su amante estaba finalmente todo dentro.
Dios, tan a menudo como había imaginado este momento, pero eso
no tenía nada que ver con las sensaciones reales de abrirse a sí
mismo o dejar que otro hombre lo llenara con su polla.
Harry se mantuvo totalmente inmóvil dentro del cuerpo de
Louis, pero al poco rato comenzó a realizar pequeños y cortos
movimientos de empuje, como si comprobara el ambiente para ver si
Louis estaba de acuerdo. Al principio Louis no estaba seguro,
pero entonces sintió la ancha cabeza de la polla de su amante rozar
la sensible área dentro de su cuerpo una vez más. La pequeña acción
fue seguida por un cegador flash de placer y de repente se encontró
empujando hacia atrás.
—Eso es, Lou, vamos, puedes tomarla,— dijo Harry entre
dientes, presionando más fuerte, más profundo, empujando de forma
más prolongada dentro y fuera del cuerpo de Louis mientras sus
ritmos se emparejaban. —Ábrete para mí, déjame follarte,— gruñó
con sus gruesos dedos hundidos en las caderas de Louis mientras
ambos se movían juntos.
—Dios, Harry, no puedo creer… — apenas podía terminar su
pensamiento mientras la gruesa polla se deslizaba dentro y fuera de
él, abriéndolo más con cada empuje. —No puedo creer que
finalmente lo estemos haciendo,— gimió al fin. —Te he querido…
durante tanto tiempo. Y ahora…
—Y ahora voy a montar tu culo hasta que me corra,— terminó
Harry por él. —Y tú vas a correrte también, Lou.
Louis empezó a protestar que no había manera de que
pudiera correrse otra vez tan pronto, pero entonces sintió una cálida
y enorme mano debajo de él ahuecando su verga y entonces Harry
comenzó de verdad a chocar contra él, a aporrearlo, a montarlo
fuerte tal y como le había prometido.
Mientras la enorme mano lo acariciaba desde la base de su
polla hasta la punta, la enorme polla de su amante lo taladraba por
dentro hasta que el aliento en la garganta de Louis se rasgó como
el papel y su pecho subía y bajaba con los constantes empujes del
cuerpo de Harry dentro del suyo. Parecía que iba a seguir para
siempre, la gruesa polla golpeando en su interior, montándolo,
poseyéndolo de la forma en que siempre había querido que Harry lo
poseyera. En su interior el placer crecía, amenazando con formar una
espiral fuera de control con cada duro empuje. Entonces, justo
cuando creyó que no podría tomar nada más, Harry comenzó a gemir
en su oído mientras lo montaba.
— Lou, me voy a correr ahora. Voy a llenarte con mi semen.
¿Estás preparado? ¿Estás preparado para correrte conmigo?
— ¡Dios, sí!— dijo Louis con un gemido, y se encontró conque
era verdad. Sintió a Harry empujar tan profundamente dentro de él
como era posible, y entonces un caliente torrente lo llenó cuando su
amante se corrió en su abierto y sumiso cuerpo por primera vez. La
sensación de Harry corriéndose en su interior, marcándolo como suyo,
hizo que Louis se encontrara a sí mismo perdiendo el control otra
vez. Arrojó chorros sin poder contenerse sobre la cálida mano que lo
bombeaba, liberándose con alivio cuando el placer dentro de él lo
atravesó antes de hundirse en el colchón con el considerable peso de
Harry encima de él.
La respiración de ambos fue áspera e irregular durante unos
momentos, pero al final se recuperaron. Con un suave y sensual
deslizamiento, Harry se retiró de su cuerpo y envolvió a Louis con
sus brazos.
—Mmm, Lou, ha sido increíble. Recuérdame que no espere
nueve años para follarte otra vez, ¿eh?— murmuró suavemente al
oído de Louis.
Louis le ofreció una risa soñolienta. Habiéndose corrido dos
veces en la última hora, estaba completamente exhausto. —Sí, lo
intentaré. Dios, fue todo lo que pensé que sería y más.— Se estiró y
bostezó. —Eres asombroso, Harry. Admito que al principio estaba un
poco asustado, pero la forma en que te tomaste tu tiempo…
—No fue fácil,— Harry admitió con una breve risa. —He estado
esperando para montar tu culo durante casi una década. Es tiempo
suficiente para que se te pongan moradas las pelotas.
—A mí me lo vas a contar.— Louis sonrió y se apretujó contra
su amante, frotando la mejilla contra el ancho pecho de Harry,
inhalando el oscuro y animal almizcle que tanto le encantaba. Tenía la
sensación de que iba a estar un poco dolorido durante un tiempo,
pero ni mucho menos tanto como había temido. Y no lo suficiente
como para detener a Harry si quería hacerlo otra vez. De alguna
manera, por la forma en que su amante se envolvía con brazos y
piernas alrededor de Louis y besaba su cuello, pensó que
probablemente sería pronto. Pero quizás había tiempo para un rápido
sueñito antes de que comenzara el segundo asalto.
—Te quiero, Harry,— murmuró mientras sus párpados se
cerraban y se empujaba hacia atrás contra el calor de su amante
sobre su espalda.
—Yo también te quiero, Lou. Siempre te he querido. Y siempre
te querré,— la profunda voz de Harry retumbó en su oído.
—Recuerdas…— Louis soltó un enorme bostezo. —¿Recuerdas
el lema del Alpha Psi, Harry?
— ¿Cuál?— Harry bostezó también. —¿Cuál era? Algo así como,
corazones juntos, o algo parecido?
—No, era, Nuestros corazones están unidos. — Louis le
sonrió. —Estaba pensando sobre eso porque si no me hubiese hecho
miembro del Alpha Psi, tú y yo, en primer lugar, nunca nos
habríamos conocido.
—Sí, y nos habríamos evitado casi diez años de frustración.—
Harry suspiró. —Pero sabes, no lo lamento.
—Yo tampoco.— Louis enlazó sus dedos con los de harry y
besó a su amante suavemente en los labios. —Nuestros corazones
están unidos—, murmuró otra vez. Sus pensamientos volvieron a la
última noche de la Semana Infernal, cuando era un nuevo miembro y
cómo su tiempo con Harry había cambiado su vida. Y ahora parecía
que iba a haber incluso más cambios, para mejor, esperaba.
Ya había decidido que tendría que romper con Eleonor, ella
podría llorar y montarle un numerito al principio, pero Louis
confiaba en que cuando le dijera que podría conservar la casa de la
ciudad y el Jaguar que tanto le encantaba conducir, vería la luz y lo
dejaría marchar sin montar un escándalo. Y en cuanto a su trabajo,
también lo dejaría, podría a lo mejor hacer una rotura limpia. Nunca
pondría los pies otra vez en el despacho de abogados de su padre.
Tenía activos financieros en abundancia, suficiente para volver a la
facultad y estudiar esta vez lo que quería. Podía entrar en biología o
medicina, o cualquier otra carrera que le interesara.
La decisión de empezar de nuevo otra vez iba a ser
definitivamente impopular entre su familia, pero con Harry a su lado
para apoyarlo, Louis sabía que podía hacerlo. Al final podría
despertarse cada mañana sin la sensación de que su vida era una
mentira, sin tener el deseo de ponerse una pistola en la boca o
meter un tenedor en la tostadora. Solo el pensar en eso, en vivir su
vida en sus propios términos con Harry como su amante, lo hacía
sentir totalmente ligero.
Por supuesto que había una pregunta sobre el futuro que no
podía contestar, ¿tendría el deseo de aullar a la luna llena, el próximo
mes, como le había dicho Harry? ¿Sentiría la llamada de la luna para
cambiar, cazar y alimentarse? Al sentir por fin los fuertes brazos de
su amante rodeándolo, la paz y la satisfacción que llenaban su
corazón por primera vez en años, Louis decidió que no le
importaba. En cuanto Harry y él estuvieran juntos, todo iba a estar
bien porque nunca intentaría escapar otra vez del hombre que
amaba.
[size=37]FIN[/size]
Traducción de Olgui
Corrección: Traductoras Inexpertas.
Cambio a larry: yop
loveanime_or
Re: esclavo comprometido larry (hot)
ok tuve que separarlas porque era mucho... tambien por eso me tarde
loveanime_or
Re: esclavo comprometido larry (hot)
socorroooooooo me mataste pero para bien joder que creía que se mataba el gilipollas dios mío que final tan perfecto aaaaaaaay no quiero que se acabe nuncaaaaaaaaaaa
inmaaamlg
Re: esclavo comprometido larry (hot)
cariño ya se acabo pero puedes imaginar que luego se cazan, tienen un cachorrito luego ven crecer a sus hijos y el ultimo dia juntos follan duro contra la pared para luego cantar a la lunainmaaamlg escribió:socorroooooooo me mataste pero para bien joder que creía que se mataba el gilipollas dios mío que final tan perfecto aaaaaaaay no quiero que se acabe nuncaaaaaaaaaaa
loveanime_or
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