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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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esclavo comprometido larry (hot)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 6 de 7. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
Re: esclavo comprometido larry (hot)
cariño lamento tardar una eternidad pero estoy en los exámenes semestrales de técnico en enfermería y no he tenido tiempoJaidon. escribió:¡Madre mía! se esta poniendo interesante :) síguela pronto cielo. xx
y si eso te parece interesante esperate no mas
loveanime_or
Re: esclavo comprometido larry (hot)
si harry es todo un valiente que da todo por salvar a su amorinmaaamlg escribió:diosssssssssssssssssssssssss me mueroo!! harry se enfrentó a su padre y se lo contó todo!! omg no me lo esperaba qué valiente harry bien por tiiii ayyy cómo me encanta esto
loveanime_or
Re: esclavo comprometido larry (hot)
[size=37]Capítulo trece[/size]
Tres meses. Tres meses que Louis supo que nunca olvidaría.
Los mejores tres meses de su vida, porque por primera vez estaba
siendo sincero consigo mismo, admitiendo sus propios deseos y
actuando de acuerdo con ellos sin culpa ni vergüenza. Había puesto
en espera las exigentes y acusadoras voces en su cabeza, decidido a
absorber cada momento de placer que tuviera con Harry, y no
desperdiciar ni un segundo en arrepentimientos. Habría mucho
tiempo para arrepentirse después. Mucho tiempo para preguntarse
qué le pasaba, para odiarse por necesidades que no podía controlar.
Solo había un pequeño detalle que le preocupaba. Una o dos
noches al mes, la mayoría de las veces durante la luna llena o casi,
Harry todavía se deslizaba de la cama que compartían y salía. No le
decía a Louis dónde iba, y, por su parte, él no estaba seguro de
querer saberlo. Todo lo que sabía es que cuando la luna comenzaba a
crecer, su amante comenzaría a inquietarse y a ponerse nervioso, y
poco después de eso, despertaría y encontraría el lado de la cama de
Harry vacío. Siempre volvía justo antes del amanecer, pero nunca le
daba ninguna explicación – solo se arrastraba hasta la cama y caía en
un agotado sueño que duraba hasta tarde a la mañana siguiente.
Louis estaba seguro de que Harry no salía con los otros Alpha
veteranos, había admitido que no le gustaba mucho ir de juerga con
los otros hermanos. Pero si su amante no salía de juerga o a beber
en sus incursiones nocturnas, entonces ¿dónde iba y qué hacía?
Aquel extraño encuentro como de ensueño en el que había visto la
cara y el pecho de Harry cubiertos de sangre seguía tratando de
emerger del fondo de su mente, pero Louis lo apartaba a un lado
con ferocidad. Deja que Harry guarde su secreto, sea lo que sea. El
tiempo que tenían para estar juntos era demasiado corto para peleas
y acusaciones.
Solo una vez se tiene suerte, la vida era agradable. Se saltaban
las clases imprudentemente, pasando el tiempo juntos en su lugar.
Harry iba a graduarse con un B.A. en Administración de Empresas y a
marcharse directamente para dirigir la empresa constructora de la
familia, así que sus notas no habían sido perfectas. Y Louis obtenia
fácilmente buenas notas solo con presentarse a los exámenes. Así
que pasaban las noches levantados hasta tarde hablando y
tocándose, y las mañanas en cama, abrazados haciendo el amor, o lo
más cercano a hacer el amor que Harry les permitía. Porque a pesar
de las protestas de Louis, que se sentía preparado para llegar
hasta el final, Harry todavía se negaba a penetrarlo con su polla, a
hacerle el amor completamente.
—Soy grande, Lou,— le explicaba con paciencia, acariciando
suavemente su cabello con una mano y su polla con la otra cuando
Louis le suplicaba a su amante que lo follara. Estaban acostados en
la cama de Harry en la última noche del semestre, tocándose uno a
otro por la que Louis estaba seguro que sería la última vez. Estaba
casi desesperado por el acto final de amor, y frustrado porque Harry
se lo negaba. Y no era solo por su propio bien, estaba seguro. Había
alguna otra razón por la que Harry sistemáticamente rechazaba
hacerle el amor, alguna razón que temía que nunca conocería porque
Harry no hablaría sobre ella.
—No me preocupa lo grande que eres, — le dijo a su amante
tercamente. —Te quiero.
—Algunas de las chicas con las que he estado realmente lo
pasaron mal, — continuó, severo. —Algunas incluso no pudieron
tomarme, y no eran tampoco vírgenes precisamente. Siente lo
apretado que estás aquí abajo. — La mano que acariciaba la polla de
Louis se deslizó hacia abajo entre sus muslos y siguió el contorno
de la sensible entrada a su cuerpo hasta que Louis gimió.
—Me importa una mierda, — suspiró, presionando fuerte contra
la mano exploradora de Harry. —Te quiero dentro de mí, Harry. Quiero
que me llenes. — Lo que realmente quería, lo que temía decir, era
que quería un último recuerdo de lo que habían significado el uno
para el otro. Algo para llevar consigo durante el resto de su vida
después de que su aventura amorosa en la universidad hubiera
terminado. Y quería demostrarse algo a sí mismo, algo sobre quién
era realmente. Una cosa era chupar la polla de otro hombre, pero
otra cosa totalmente diferente era ponerse a cuatro patas o tumbarse
indefenso sobre la espalda y dejar que otro hombre metiera esa
misma polla dentro de él. Dejar que otro hombre lo follara. Quería
tener esa experiencia antes de dejar la casa capitular Alpha Psi para
volver a casa durante el verano, volver a lo que sabía que era
considerado normal por el resto de su vida. Y lo quería con Harry.
—Apenas puedes tomar dos dedos,— le recordó Harry, metiendo
dos anchos dedos en el cuerpo de Louis, haciéndolo retorcerse y
sacudirse contra su amante por el dolor y el placer. Harry había
utilizado antes casi la mitad de una botella de aceite para bebés para
prepararlo, y sabía que sin él sus dedos no habrían entrado. —¿Cómo
demonios crees que vas a tomar esto?— inclinó la cabeza hacia su
enorme polla firme entre sus muslos mientras él atendía a Louis.
—Puedo tomarla. — Louis intentó sonar confiado incluso
aunque sabía que sería una extremadamente dura cabalgada si Harry
accedía a lo que le pedía. Pero no podía evitarlo, sus tres meses de
algún modo de repente llegaban al final. Esta era la última noche del
semestre y mañana cada uno seguiría un camino separado. Y lo peor
era que nunca vería a Harry otra vez. Oh, habían prometido
mantenerse en contacto y continuar su amistad, pero ambos sabían
que el aspecto sexual de su relación terminaría para siempre cuando
acabara la noche. Louis no quería terminarlo siendo todavía,
virgen, con su amor todavía sin consumar. Algo los separaba , una
barrera y estaba casi desesperado por derribarla.
—Por favor, Harry,— murmuró. —Te quiero. Es nuestra última
Noche, la última vez que haremos algo como esto. Quiero que sea
especial.
—Esa es exactamente la razón de que no quiera terminar
nuestro tiempo juntos lastimándote. —Harry lo besó en el cuello.
Retirando sus dedos, lo lamió siguiendo un largo y caliente sendero
descendente desde su clavícula hasta su polla. —Podríamos hacerlo
de otra manera, si quieres,— le dijo, ofreciéndole una lenta sonrisa.
—Me lo puedes hacer tú a mí. Te dejaría.
Su oferta conmovió a Louis especialmente, puesto que sabía
que Harry no era el tipo de chico que abandonaba fácilmente el
control. Él era completa y totalmente un dominador, así como Louis
había descubierto que él mismo era un completo y total sumiso. Así
que no importaba cuánto podría apreciar la oferta de su amante de
intercambiar posiciones, no podía tomarlo colocándose encima. No
quería hacer el amor con Harry, quería ser poseído, llenado, follado y
dominado completamente y sentía que no podría hacer todo eso sin
ser penetrado por la gruesa polla de su amante, a pesar de que
también tenía miedo.
—Gracias, — murmuró, pasando los dedos entre los gruesos
rizos de Harry. —Pero no creo que eso funcionara para ninguno
de los dos.— Suspiró y Harry regresó la cama y puso los brazos a su
alrededor para un rápido y reconfortante abrazo.
—¡Eh!, sé que es duro, Lou. Sé que se supone que ésta es
nuestra última noche juntos.
—Desearía que no lo fuera.— Louis se apoyó contra el
consolador calor del amplio y musculoso pecho. Durante el tiempo
que habían estado juntos, se había acostumbrado a ser querido y
apoyado. Ahora tendría que acostumbrarse a estar solo otra vez. A
dormir en una cama sin nadie a su lado. El pensamiento de despertar
en medio de la noche y no sentir el calor de Harry, su corpulento
cuerpo dormido descansando en su lado de la cama, parecía abrir un
negro agujero en su pecho. ¡Dios!, ¿cómo podían haber pasado tan
rápido estos tres meses?
—Yo también desearía que no fuese nuestra última noche
juntos.— Harry parecía intranquilo, como si quisiera decir algo. —
Lou, ¿qué dirías si te dijese que no tiene que ser nuestra última
noche?
—¿Lo dices en serio?— Louis sintió que su corazón se le había
subido a la garganta. —Quiero decir… si tú de verdad…
—Lo digo en serio. Quiero estar contigo. Para siempre, Lou.—
Harry ahuecó su mejilla en una mano y lo besó suavemente. Pero
cuando se echó hacia atrás, todavía había preocupación en las Verdes
profundidades de sus ojos. —Yo, eh, le conté a mi familia sobre
nosotros.
—¿Qué? ¿Cuándo?— Louis no sabía si sentirse entusiasmado
o molesto. —Creí que habías dicho que tu padre nunca lo entendería.
Harry suspiró. —Se lo conté a él y a mi hermana el último
domingo cuando fui a visitarlos. Y él no lo entendió. Yo, eh, dije
algunas cosas bastante definitivas, Lou. Realmente no puedo
explicártelas ahora, pero probablemente no quiera volver a verme
otra vez.
— ¡Dios!— Louis movió la cabeza. —Lo siento tanto, Harry.
—No lo sientas. Mi viejo nunca cambia de opinión. Lo sabía,
pero tenía que intentarlo.— Sonrió. —Lo principal es que mi hermana
Mayor todavía me habla, quiere decir que lo acepta, lo acepta de
verdad. Ella es lo único que realmente me preocupa, así que me las
apañaré. Y mereció la pena, para que nosotros podamos estar juntos.
—¡Vaya!, yo no sé qué van a decir mis padres. Mi padre no
estará encantado precisamente, eso seguro,— dijo con un humor
cargado de ironía. —Sé lo que espera de mí, que acabe la carrera de
derecho, me haga socio y me case con el tipo correcto de chica , es
decir, rica, blanca y bien relacionada. Esto va a hacer que no lo
consiga, que lo pierda completamente.
— ¿Quieres decir que realmente vas a hablar con él? ¿Hablarles
a tus padres de nosotros?
Louis asintió con firmeza. —Sí, voy a hacerlo. Si tú eres lo
suficientemente valiente para hacerlo, yo también. Quiero tanto como
tú que lo que tenemos funcione, y eso significa no más mentiras ni
secretos.— Suspiró. —Por supuesto, también significa que el dinero
fácil va a desaparecer y que tendré que encontrar alguna otra
manera de pagar la facultad. Pero, ¡qué diablos!, merece la pena.
Conseguiré una beca de alguna manera y después puedo
especializarme en biología como siempre quise…— su voz se fue
apagando mientras miraba con el ceño fruncido a su amante con
preocupación. —Harry, ¿estás bien? Tienes muy mal aspecto.
—Estoy bien,— protestó, pero de hecho parecía enfermo – más
enfermo de lo Louis lo había visto nunca. Su cara estaba pálida y
pasaba ambas manos por su grueso y negro pelo distraídamente. —
Es solo que… lo que dijiste acerca de los secretos y las mentiras.
Lou, hay algo que tengo que contarte.
— ¿De qué se trata? Harry, solo dímelo.— Louis cayó de
rodillas delante de su amante, que estaba sentado en el borde de la
cama. —Cualquier cosa que sea, podemos encargarnos de ello juntos.
—No lo sé.— Harry sacudió la cabeza. —Es algo importante, tío.
Algo que podría ser difícil de entender para ti.
—¿Tiene que ver con lo que haces en las noches de luna
llena?— aventuró, medio temeroso de que Harry se enfadara como
aquella vez que había intentado preguntarle acerca de sus
incursiones de medianoche. Pero esta vez Harry solo asintió.
—Sí. Y también con el motivo por el que no puedo follarte. No
hasta que lo sepas, de todos modos.
— ¡Entonces dímelo!— Louis sintió un rápido arrebato de
justificación. ¡Sabía que había una razón por la que no podía
tomarme! ¡Sabía que había algo más que su tamaño y mi
inexperiencia!
Harry suspiró y se levantó sigilosamente de la cama para ir a
mirar la oscuridad exterior a través de la ventana. Fuera, la luna
estaba en su cenit, la redonda y blanca esfera colgaba como un
adorno de hielo en el cielo de principios de verano. — ¡Jodida luna!—
dijo de mal humor mirándola fijamente. —Si no fuera por eso…— dejó
caer la frase, sacudiendo la cabeza.
Louis lo miraba, preguntándose qué estaba pensando su
amante. ¿Cuál era el final de la frase y qué tenía que ver la luna con
eso? ¿De alguna manera formaba parte del motivo por el que Harry se
negaba a consumar su amor?
— ¿Harry?— abandonó la cama y fue a situarse detrás de él,
pasando un brazo alrededor de su estrecha cintura. —Dímelo, ¿por
favor?— sonrió y se presionó más cerca de su amante, disfrutando de
la forma en que encajaban, la forma en que sus pieles desnudas se
tocaban desde los hombros hasta los muslos, con su polla rozando la
de Harry.
—De acuerdo.— Sonrió y alargó las manos para rodear su cara.
—Pero no en este momento. Primero quiero tocarte otra vez, quiero
hacer que nos corramos. De esta forma, si decides que no te gusta lo
que tengo que decirte, al menos te habré tocado una última vez.
—No me importa lo que tengas que decirme,— le dijo
fervientemente. —Te amo de todas formas, Harry. Quiero estar
contigo para siempre, te lo juro por Dios.
—Demuéstramelo.— Los ojos de Harry ardieron y su mano se
movió desde la mejilla de Louis hasta su hombro, ejerciendo una
suave presión. —Ponte de rodillas y chupa mi polla, esclavo. Hazlo
bueno.
—Sí, Amo.— Louis se deslizó lentamente hacia abajo por el
duro y musculoso cuerpo de su amante hasta que quedó de rodillas
frente a Harry. Tomó la enorme y dura verga en una mano y la frotó
amorosamente contra su mejilla, absorbiendo la cálida fragancia
animal que sabía que nunca olvidaría, por muchos años que pasaran.
Levantó la vista hacia Harry, disfrutando de la perezosa mirada de
placer a través de los negros y entrecerrados ojos de Harry cuando
Louis lamió una gota del salado pre-semen de la punta de su polla.
— Lou,— murmuró suavemente alargando la mano hasta
entrelazar sus gruesos dedos a través del cabello de Louis. —Me
encanta cuando haces eso. Me encanta mirar cómo chupas mi polla.
—A mí también me gusta. Me encanta sentir tu mirada cuando
trago tu semen, — admitió Louis con la respiración entrecortada.
Se inclinó hacia delante, chupando tanto como podía de la gruesa
verga en su boca, saboreando el almizcleño sabor a macho de la piel
de Harry. Dios, le encantaba el sabor de su amante, y el pensamiento
de que podían estar juntos para siempre y no tener que terminar esta
noche lo había excitado tanto que su propia polla estaba dura como
una piedra.
—Bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí?— la familiar voz desde la
puerta los sobresaltó a ambos.
Louis se apartó rápidamente, levantando la mirada para
encontrarse con Nick y otros tres hermanos Alpha que los
miraban con distintos grados de repugnancia e incredulidad en sus
caras. Harry y él habían estado tan concentrados en sí mismos que no
habían oído abrir la puerta. Se preguntó cuánto tiempo llevaban allí
Nick y el trío de Alphas.
Por las expresiones de sus caras, el suficiente.
hahahahahaha las dejare en extremo suspenso por que ahora se viene y querran acerle esto a Nick :fuckyou:
Tres meses. Tres meses que Louis supo que nunca olvidaría.
Los mejores tres meses de su vida, porque por primera vez estaba
siendo sincero consigo mismo, admitiendo sus propios deseos y
actuando de acuerdo con ellos sin culpa ni vergüenza. Había puesto
en espera las exigentes y acusadoras voces en su cabeza, decidido a
absorber cada momento de placer que tuviera con Harry, y no
desperdiciar ni un segundo en arrepentimientos. Habría mucho
tiempo para arrepentirse después. Mucho tiempo para preguntarse
qué le pasaba, para odiarse por necesidades que no podía controlar.
Solo había un pequeño detalle que le preocupaba. Una o dos
noches al mes, la mayoría de las veces durante la luna llena o casi,
Harry todavía se deslizaba de la cama que compartían y salía. No le
decía a Louis dónde iba, y, por su parte, él no estaba seguro de
querer saberlo. Todo lo que sabía es que cuando la luna comenzaba a
crecer, su amante comenzaría a inquietarse y a ponerse nervioso, y
poco después de eso, despertaría y encontraría el lado de la cama de
Harry vacío. Siempre volvía justo antes del amanecer, pero nunca le
daba ninguna explicación – solo se arrastraba hasta la cama y caía en
un agotado sueño que duraba hasta tarde a la mañana siguiente.
Louis estaba seguro de que Harry no salía con los otros Alpha
veteranos, había admitido que no le gustaba mucho ir de juerga con
los otros hermanos. Pero si su amante no salía de juerga o a beber
en sus incursiones nocturnas, entonces ¿dónde iba y qué hacía?
Aquel extraño encuentro como de ensueño en el que había visto la
cara y el pecho de Harry cubiertos de sangre seguía tratando de
emerger del fondo de su mente, pero Louis lo apartaba a un lado
con ferocidad. Deja que Harry guarde su secreto, sea lo que sea. El
tiempo que tenían para estar juntos era demasiado corto para peleas
y acusaciones.
Solo una vez se tiene suerte, la vida era agradable. Se saltaban
las clases imprudentemente, pasando el tiempo juntos en su lugar.
Harry iba a graduarse con un B.A. en Administración de Empresas y a
marcharse directamente para dirigir la empresa constructora de la
familia, así que sus notas no habían sido perfectas. Y Louis obtenia
fácilmente buenas notas solo con presentarse a los exámenes. Así
que pasaban las noches levantados hasta tarde hablando y
tocándose, y las mañanas en cama, abrazados haciendo el amor, o lo
más cercano a hacer el amor que Harry les permitía. Porque a pesar
de las protestas de Louis, que se sentía preparado para llegar
hasta el final, Harry todavía se negaba a penetrarlo con su polla, a
hacerle el amor completamente.
—Soy grande, Lou,— le explicaba con paciencia, acariciando
suavemente su cabello con una mano y su polla con la otra cuando
Louis le suplicaba a su amante que lo follara. Estaban acostados en
la cama de Harry en la última noche del semestre, tocándose uno a
otro por la que Louis estaba seguro que sería la última vez. Estaba
casi desesperado por el acto final de amor, y frustrado porque Harry
se lo negaba. Y no era solo por su propio bien, estaba seguro. Había
alguna otra razón por la que Harry sistemáticamente rechazaba
hacerle el amor, alguna razón que temía que nunca conocería porque
Harry no hablaría sobre ella.
—No me preocupa lo grande que eres, — le dijo a su amante
tercamente. —Te quiero.
—Algunas de las chicas con las que he estado realmente lo
pasaron mal, — continuó, severo. —Algunas incluso no pudieron
tomarme, y no eran tampoco vírgenes precisamente. Siente lo
apretado que estás aquí abajo. — La mano que acariciaba la polla de
Louis se deslizó hacia abajo entre sus muslos y siguió el contorno
de la sensible entrada a su cuerpo hasta que Louis gimió.
—Me importa una mierda, — suspiró, presionando fuerte contra
la mano exploradora de Harry. —Te quiero dentro de mí, Harry. Quiero
que me llenes. — Lo que realmente quería, lo que temía decir, era
que quería un último recuerdo de lo que habían significado el uno
para el otro. Algo para llevar consigo durante el resto de su vida
después de que su aventura amorosa en la universidad hubiera
terminado. Y quería demostrarse algo a sí mismo, algo sobre quién
era realmente. Una cosa era chupar la polla de otro hombre, pero
otra cosa totalmente diferente era ponerse a cuatro patas o tumbarse
indefenso sobre la espalda y dejar que otro hombre metiera esa
misma polla dentro de él. Dejar que otro hombre lo follara. Quería
tener esa experiencia antes de dejar la casa capitular Alpha Psi para
volver a casa durante el verano, volver a lo que sabía que era
considerado normal por el resto de su vida. Y lo quería con Harry.
—Apenas puedes tomar dos dedos,— le recordó Harry, metiendo
dos anchos dedos en el cuerpo de Louis, haciéndolo retorcerse y
sacudirse contra su amante por el dolor y el placer. Harry había
utilizado antes casi la mitad de una botella de aceite para bebés para
prepararlo, y sabía que sin él sus dedos no habrían entrado. —¿Cómo
demonios crees que vas a tomar esto?— inclinó la cabeza hacia su
enorme polla firme entre sus muslos mientras él atendía a Louis.
—Puedo tomarla. — Louis intentó sonar confiado incluso
aunque sabía que sería una extremadamente dura cabalgada si Harry
accedía a lo que le pedía. Pero no podía evitarlo, sus tres meses de
algún modo de repente llegaban al final. Esta era la última noche del
semestre y mañana cada uno seguiría un camino separado. Y lo peor
era que nunca vería a Harry otra vez. Oh, habían prometido
mantenerse en contacto y continuar su amistad, pero ambos sabían
que el aspecto sexual de su relación terminaría para siempre cuando
acabara la noche. Louis no quería terminarlo siendo todavía,
virgen, con su amor todavía sin consumar. Algo los separaba , una
barrera y estaba casi desesperado por derribarla.
—Por favor, Harry,— murmuró. —Te quiero. Es nuestra última
Noche, la última vez que haremos algo como esto. Quiero que sea
especial.
—Esa es exactamente la razón de que no quiera terminar
nuestro tiempo juntos lastimándote. —Harry lo besó en el cuello.
Retirando sus dedos, lo lamió siguiendo un largo y caliente sendero
descendente desde su clavícula hasta su polla. —Podríamos hacerlo
de otra manera, si quieres,— le dijo, ofreciéndole una lenta sonrisa.
—Me lo puedes hacer tú a mí. Te dejaría.
Su oferta conmovió a Louis especialmente, puesto que sabía
que Harry no era el tipo de chico que abandonaba fácilmente el
control. Él era completa y totalmente un dominador, así como Louis
había descubierto que él mismo era un completo y total sumiso. Así
que no importaba cuánto podría apreciar la oferta de su amante de
intercambiar posiciones, no podía tomarlo colocándose encima. No
quería hacer el amor con Harry, quería ser poseído, llenado, follado y
dominado completamente y sentía que no podría hacer todo eso sin
ser penetrado por la gruesa polla de su amante, a pesar de que
también tenía miedo.
—Gracias, — murmuró, pasando los dedos entre los gruesos
rizos de Harry. —Pero no creo que eso funcionara para ninguno
de los dos.— Suspiró y Harry regresó la cama y puso los brazos a su
alrededor para un rápido y reconfortante abrazo.
—¡Eh!, sé que es duro, Lou. Sé que se supone que ésta es
nuestra última noche juntos.
—Desearía que no lo fuera.— Louis se apoyó contra el
consolador calor del amplio y musculoso pecho. Durante el tiempo
que habían estado juntos, se había acostumbrado a ser querido y
apoyado. Ahora tendría que acostumbrarse a estar solo otra vez. A
dormir en una cama sin nadie a su lado. El pensamiento de despertar
en medio de la noche y no sentir el calor de Harry, su corpulento
cuerpo dormido descansando en su lado de la cama, parecía abrir un
negro agujero en su pecho. ¡Dios!, ¿cómo podían haber pasado tan
rápido estos tres meses?
—Yo también desearía que no fuese nuestra última noche
juntos.— Harry parecía intranquilo, como si quisiera decir algo. —
Lou, ¿qué dirías si te dijese que no tiene que ser nuestra última
noche?
—¿Lo dices en serio?— Louis sintió que su corazón se le había
subido a la garganta. —Quiero decir… si tú de verdad…
—Lo digo en serio. Quiero estar contigo. Para siempre, Lou.—
Harry ahuecó su mejilla en una mano y lo besó suavemente. Pero
cuando se echó hacia atrás, todavía había preocupación en las Verdes
profundidades de sus ojos. —Yo, eh, le conté a mi familia sobre
nosotros.
—¿Qué? ¿Cuándo?— Louis no sabía si sentirse entusiasmado
o molesto. —Creí que habías dicho que tu padre nunca lo entendería.
Harry suspiró. —Se lo conté a él y a mi hermana el último
domingo cuando fui a visitarlos. Y él no lo entendió. Yo, eh, dije
algunas cosas bastante definitivas, Lou. Realmente no puedo
explicártelas ahora, pero probablemente no quiera volver a verme
otra vez.
— ¡Dios!— Louis movió la cabeza. —Lo siento tanto, Harry.
—No lo sientas. Mi viejo nunca cambia de opinión. Lo sabía,
pero tenía que intentarlo.— Sonrió. —Lo principal es que mi hermana
Mayor todavía me habla, quiere decir que lo acepta, lo acepta de
verdad. Ella es lo único que realmente me preocupa, así que me las
apañaré. Y mereció la pena, para que nosotros podamos estar juntos.
—¡Vaya!, yo no sé qué van a decir mis padres. Mi padre no
estará encantado precisamente, eso seguro,— dijo con un humor
cargado de ironía. —Sé lo que espera de mí, que acabe la carrera de
derecho, me haga socio y me case con el tipo correcto de chica , es
decir, rica, blanca y bien relacionada. Esto va a hacer que no lo
consiga, que lo pierda completamente.
— ¿Quieres decir que realmente vas a hablar con él? ¿Hablarles
a tus padres de nosotros?
Louis asintió con firmeza. —Sí, voy a hacerlo. Si tú eres lo
suficientemente valiente para hacerlo, yo también. Quiero tanto como
tú que lo que tenemos funcione, y eso significa no más mentiras ni
secretos.— Suspiró. —Por supuesto, también significa que el dinero
fácil va a desaparecer y que tendré que encontrar alguna otra
manera de pagar la facultad. Pero, ¡qué diablos!, merece la pena.
Conseguiré una beca de alguna manera y después puedo
especializarme en biología como siempre quise…— su voz se fue
apagando mientras miraba con el ceño fruncido a su amante con
preocupación. —Harry, ¿estás bien? Tienes muy mal aspecto.
—Estoy bien,— protestó, pero de hecho parecía enfermo – más
enfermo de lo Louis lo había visto nunca. Su cara estaba pálida y
pasaba ambas manos por su grueso y negro pelo distraídamente. —
Es solo que… lo que dijiste acerca de los secretos y las mentiras.
Lou, hay algo que tengo que contarte.
— ¿De qué se trata? Harry, solo dímelo.— Louis cayó de
rodillas delante de su amante, que estaba sentado en el borde de la
cama. —Cualquier cosa que sea, podemos encargarnos de ello juntos.
—No lo sé.— Harry sacudió la cabeza. —Es algo importante, tío.
Algo que podría ser difícil de entender para ti.
—¿Tiene que ver con lo que haces en las noches de luna
llena?— aventuró, medio temeroso de que Harry se enfadara como
aquella vez que había intentado preguntarle acerca de sus
incursiones de medianoche. Pero esta vez Harry solo asintió.
—Sí. Y también con el motivo por el que no puedo follarte. No
hasta que lo sepas, de todos modos.
— ¡Entonces dímelo!— Louis sintió un rápido arrebato de
justificación. ¡Sabía que había una razón por la que no podía
tomarme! ¡Sabía que había algo más que su tamaño y mi
inexperiencia!
Harry suspiró y se levantó sigilosamente de la cama para ir a
mirar la oscuridad exterior a través de la ventana. Fuera, la luna
estaba en su cenit, la redonda y blanca esfera colgaba como un
adorno de hielo en el cielo de principios de verano. — ¡Jodida luna!—
dijo de mal humor mirándola fijamente. —Si no fuera por eso…— dejó
caer la frase, sacudiendo la cabeza.
Louis lo miraba, preguntándose qué estaba pensando su
amante. ¿Cuál era el final de la frase y qué tenía que ver la luna con
eso? ¿De alguna manera formaba parte del motivo por el que Harry se
negaba a consumar su amor?
— ¿Harry?— abandonó la cama y fue a situarse detrás de él,
pasando un brazo alrededor de su estrecha cintura. —Dímelo, ¿por
favor?— sonrió y se presionó más cerca de su amante, disfrutando de
la forma en que encajaban, la forma en que sus pieles desnudas se
tocaban desde los hombros hasta los muslos, con su polla rozando la
de Harry.
—De acuerdo.— Sonrió y alargó las manos para rodear su cara.
—Pero no en este momento. Primero quiero tocarte otra vez, quiero
hacer que nos corramos. De esta forma, si decides que no te gusta lo
que tengo que decirte, al menos te habré tocado una última vez.
—No me importa lo que tengas que decirme,— le dijo
fervientemente. —Te amo de todas formas, Harry. Quiero estar
contigo para siempre, te lo juro por Dios.
—Demuéstramelo.— Los ojos de Harry ardieron y su mano se
movió desde la mejilla de Louis hasta su hombro, ejerciendo una
suave presión. —Ponte de rodillas y chupa mi polla, esclavo. Hazlo
bueno.
—Sí, Amo.— Louis se deslizó lentamente hacia abajo por el
duro y musculoso cuerpo de su amante hasta que quedó de rodillas
frente a Harry. Tomó la enorme y dura verga en una mano y la frotó
amorosamente contra su mejilla, absorbiendo la cálida fragancia
animal que sabía que nunca olvidaría, por muchos años que pasaran.
Levantó la vista hacia Harry, disfrutando de la perezosa mirada de
placer a través de los negros y entrecerrados ojos de Harry cuando
Louis lamió una gota del salado pre-semen de la punta de su polla.
— Lou,— murmuró suavemente alargando la mano hasta
entrelazar sus gruesos dedos a través del cabello de Louis. —Me
encanta cuando haces eso. Me encanta mirar cómo chupas mi polla.
—A mí también me gusta. Me encanta sentir tu mirada cuando
trago tu semen, — admitió Louis con la respiración entrecortada.
Se inclinó hacia delante, chupando tanto como podía de la gruesa
verga en su boca, saboreando el almizcleño sabor a macho de la piel
de Harry. Dios, le encantaba el sabor de su amante, y el pensamiento
de que podían estar juntos para siempre y no tener que terminar esta
noche lo había excitado tanto que su propia polla estaba dura como
una piedra.
—Bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí?— la familiar voz desde la
puerta los sobresaltó a ambos.
Louis se apartó rápidamente, levantando la mirada para
encontrarse con Nick y otros tres hermanos Alpha que los
miraban con distintos grados de repugnancia e incredulidad en sus
caras. Harry y él habían estado tan concentrados en sí mismos que no
habían oído abrir la puerta. Se preguntó cuánto tiempo llevaban allí
Nick y el trío de Alphas.
Por las expresiones de sus caras, el suficiente.
hahahahahaha las dejare en extremo suspenso por que ahora se viene y querran acerle esto a Nick :fuckyou:
loveanime_or
Re: esclavo comprometido larry (hot)
nooooooooooooo!!! dios no otra vez Nick el porculero pero por qué entras en su cuarto sin llamar estúpido! quieres dejarlos en paz! aaaaaaaaaaayy ahora que harry le iba a confesar y el secreto y han decidido seguir juntos aparece el gilipollas para descubrirlos... síguela prontoo byee
inmaaamlg
Re: esclavo comprometido larry (hot)
hooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo dios mira como te amo demaciado hare una super mega hiper maratoooooooooooooooooooooooooooooooooooon de tres capitulos y te adelanto solo faltara uno para el grrraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan final ta amoinmaaamlg escribió:nooooooooooooo!!! dios no otra vez Nick el porculero pero por qué entras en su cuarto sin llamar estúpido! quieres dejarlos en paz! aaaaaaaaaaayy ahora que harry le iba a confesar y el secreto y han decidido seguir juntos aparece el gilipollas para descubrirlos... síguela prontoo byee
loveanime_or
Re: esclavo comprometido larry (hot)
primeroo que nada saquen los pañuelos (yo si llore)
[size=37]Capítulo catorce[/size]
—¿Qué demonios?— Uno de los hermanos, Adam Carter,
permanecía detrás de Nick con una cara como si hubiese
mordido algo podrido. —¿Qué es esto?— exigió, mirando fijamente a
Louis y a Harry. —¿Qué demonios pensáis que estáis haciendo?
—¿Qué es lo que parece?— la profunda voz de Harry sonó
absolutamente en calma. —Hago que mi esclavo comprometido
chupe mi polla. Justo como hizo durante la Semana Infernal. ¿Te
supone algún problema, Carter?
—En realidad, él tiene un problema pero ni de cerca tan
grande como van a tenerlo ustedes.— Nick entró en la
habitación sonriendo abiertamente. —Verás, el semestre ha
terminado oficialmente a medianoche, oh…— consultó su reloj. —
Hace quince minutos.
—¿Y?— Tony alzó una ceja, su voz todavía sonaba calmada,
casi aburrida.
—Y este guapo chico ya no es tu esclavo comprometido, Toro.
Solo es otro hermano Alpha. Y existen leyes en nuestros estatutos de
la fraternidad contra el contacto sexual inapropiado entre
hermanos.— Cabeceó hacia ellos con repugnancia. —Y yo diría
definitivamente que esto se califica como contacto sexual
inapropiado.
—No jodas,— murmuró uno de los otros Alpha detrás de él
mientras una mirada de repugnancia cruzaba su cara.
—Así que, ¿qué vais a hacer?— Con aire despreocupado Harry
se colocó frente a Louis, quien todavía seguía arrodillado en el
suelo, sin reaccionar. Todo en lo que podía pensar era que esto debía
ser un castigo de algún tipo, un castigo por permitirse actuar
siguiendo sus sentimientos antinaturales.
—Bueno, de acuerdo con las leyes, si un hermano es
descubierto tomando parte en una mala conducta con otro hermano,
y el acto es presenciado por al menos otros tres Alphas…—
Nick señaló con la cabeza a los tres pesados Alphas que
estaban tras él. —Entonces hay motivo para convocar un tribunal de
castigo.
—Hijo de puta.— La profunda voz de Harry cargada de ira. —¡Tú
has planeado todo esto!
—Desde luego que lo hice.— Nick les dirigió una sonrisa
de satisfacción. —Y ahora, si quisieran bajar al tribunal, los otros
hermanos los están esperando a los dos.
—Y una mierda que bajaremos a tu jodido tribunal.— Harry dio
un paso hacia delante, con sus ojos negros centelleando. —
Cogeremos nuestras cosas y dejaremos la casa, pero no nos
quedaremos por aquí para ser juzgados para entretenerte. Y si estás
pensando en retenernos aquí por la fuerza, ya te la verás conmigo.
— Dio otro paso hacia delante y Louis notó que los otros hermanos
palidecían notablemente. Incluso desnudo y desarmado, Harry era
enorme, una fuerza a ser tenida en cuenta y estaba claro que ellos
sabían que no se trataba de una amenaza hecha a la ligera.
—Oh, creo que nos acompañaran pacíficamente.— Nick
todavía sonaba tranquilo y confiado a pesar de la ira en los ojos de
Harry. —Verás, si baján al tribunal y aceptan su castigo como
hombres, ninguna mención a esta, ah, actividad aparecerá nunca en
vuestros expedientes. Pero si se resisten o tenemos que forzarlos, yo
personalmente llamaré mañana a cada alumno Alpha Psi que pueda
localizar y les haré saber exactamente lo que ha estado pasando aquí
en el último año. Más aún, las propias autoridades de la escuela
tendrán que ser notificadas y no hay duda de que encontrarán que es
necesario llamar a sus padres.— Sonrió abiertamente con maldad. —
Ahora, ¿no sería una vergüenza si sus familias descubrieran que son
un par de maricas chupapollas, Toro?— Cabeceó hacia Louis. —
Apuesto a que el papá del chico guapo se disgustaría un poco al oír
que lo descubrimos arrodillado con tu polla metida en su boca hasta
la garganta, ¿no crees?
La helada capa de atontamiento que se había asentado sobre
los nervios de Louis de repente se derritió. Había planeado
contarles él mismo a sus padres sobre su relación con Harry, pero no
quería que lo descubrieran así. Y si Nick de verdad cogía el
teléfono y llamaba a las autoridades académicas, todo quedaría en su
expediente. ¿Cómo de fácil sería conseguir una beca universitaria
después de eso? Louis podía responder a eso incluso sin pensar –
sería casi malditamente imposible. Aquí no estaban en Berkley,
después de todo, estaban en la USC, en el corazón del Sur. El
supuesto pecado de ser descubierto con la polla de otro hombre en su
boca lo perseguiría por el resto de su vida. Y una vez que el informe
del presidente de la sección circulara en su trascripción oficial, no
podría ser capaz de trasladarse a ningún sitio.
—¿Harry?— levantó la mirada hacia su amante ansiosamente.
Por el aspecto de la cara del enorme Alpha, similares pensamientos
habían discurrido por su propia cabeza. Harry había roto con su
familia, así que necesitaría marchar y conseguir un trabajo después
de la graduación. La vasta red de alumnos de la USC podría hacérselo
mucho más fácil. Si, por otro lado, Nick llamaba y dejaba
saber a cada uno de ellos exactamente lo que Harry y Louis habían
estado haciendo cuando los descubrieron… bueno, quizás era mejor
aceptar el castigo. Louis inspiró profundamente. No podría ser peor
de lo que había soportado durante la Semana Infernal, ¿verdad?
Encontró la mirada de Harry y su amante asintió lentamente en
silencioso acuerdo. Tendrían que pasar por el tribunal.
—De acuerdo,— dijo Harry, mirando con ferocidad a Nick.
—Aceptaremos tu maldito castigo. Pero será mejor que nunca
escuche una palabra sobre esto otra vez o yo personalmente vendré
y romperé tu jodido y escuálido cuello. ¿Entendido?
La estrecha cara de Nick se volvió blanca, pero mantuvo
el tipo. —De acuerdo. Ahora bajemos, como mencioné antes, todos
los hermanos están esperando.
A ambos se les permitió ponerse unos vaqueros y entonces, con
Nick liderando la procesión y los tres grandes Alphas
flanqueándolos, Louis y Harry fueron escoltados escaleras abajo.
Los otros Alphas estaban de pie haciendo tiempo en la sala común,
claramente inseguros sobre lo que iba a pasar.
Cuando él y Harry fueron obligados a arrodillarse en el suelo de
madera, Louis reflexionó sobre la ironía de la situación. Había sido
allí donde todo había empezado en la última noche de la Semana
Infernal. Estaba bastante seguro de que si Nick no lo hubiese
obligado a chupar la polla de Harry durante aquella horrible novatada,
nunca se habría hecho amigo del enorme Alpha. Pero aquella noche
se había superado un obstáculo, un muro había sido derribado que
les había permitido desechar las convenciones sociales y actuar según
sus deseos. No importa lo que había pasado, decidió, no lamentaba el
tiempo que había pasado allí como amante y compañero de
habitación de Harry. Nunca podría lamentar el amor que habían
compartido, la ternura y el calor entre ellos. Incluso si los hermanos
los mataban por hacer lo que habían estado haciendo, todo habría
merecido la pena.
—Este tribunal llama al orden.— La aguda y nasal voz de
Nick sonó sobre los desconcertados murmullos de los otros
hermanos, quienes miraban fijamente a los dos acusados arrodillados
en el medio del piso.
—¿De qué va todo esto, Nick?— preguntó uno de ellos.
—¿Qué demonios han hecho Toro y Louis?
—Oh, tío, no vas a querer saberlo. — Fue Adam Carter quien
contestó, mientras la repugnancia distorsionaba su cara.
—¿Qué? ¿Qué ha pasado?— algunos de los otros hermanos se
inclinaron hacia delante con avidez, obviamente curiosos. Nick
estaba claramente impaciente por satisfacer su curiosidad.
—Harry Styles y Louis Tomlinson han sido descubiertos por mí
y nada menos que otros tres hermanos Alpha tomando parte en una
mala conducta sexual.— Su nasal voz estaba cargada de sádica
satisfacción. —Y ahora deben ser castigados.
—Eh, ¿estaban follando con alguna de esas hermanas de la
fraternidad Delta Pi en su habitación?— preguntó uno de los Alpha,
provocando una brusca carcajada. —¡Maldita sea, Nick, no
puedes culparlos por querer conseguir un coñito en la última noche
del semestre!
—Bueno, podríamos haber dejado pasar ese tipo de conducta.— Nick sonrió abiertamente con maldad. —Desafortunadamente,
eso no era lo que estaban haciendo. Cuéntales, Carter.
—No estaban disfrutando de ningún coño, eso seguro.— Carter
parecía como si quisiera vomitar. —Ellos estaban… estaban ambos
desnudos y Louis estaba de rodillas frente al Toro y estaba…
estaba…— tragó saliva, como si estuviera tratando de evitar devolver.
—Se la estaba mamando, tío. Louis estaba chupando su polla.
Durante un momento, hubo un completo silencio en la
abarrotada sala común y después voces de enfado e indignación
estallaron por todas partes. Louis bajó la cabeza, sintiendo las
miradas fijas de los otros Alpha como hierros candentes sobre su piel.
A su lado, Harry se enfrentaba con actitud desafiante a las feroces
miradas que les dirigían, obviamente no tanto avergonzado como
enfurecido.
Una vez más la voz de Nick se oyó por encima de las
otras. —Esto fue presenciado por mí y otros tres hermanos. Pero les
daremos a los acusados una oportunidad de hablar por ellos
mismos.— Cabeceó con desprecio hacia Louis y Harry, todavía de
rodillas en medio del piso. —¿Tienen algo que decir? ¿Niegan estas
acusaciones?
—Sí, tengo algo que decir,— gruñó Harry, levantando la mirada.
—Eres un imbécil, Nick. Y no niego lo que he hecho. Ni lo
niego ni voy a pedir perdón por ello. — Miró fijamente alrededor a los
otros Alpha, quienes los observaban con una mezcla de incredulidad y
repugnancia. —Todos me conocéis. Soy el mismo de siempre y Lou
también. Nivk planeó todo esto, nos tendió una trampa.
Louis alzó la vista hacia su amante con admiración. ¿Cómo
podía Harry estar tan sereno? ¿Tan calmado y tranquilo? Harry
siempre había sido uno de los hermanos más queridos en la casa, el
único al que todos los demás hermanos respetaban. Un bajo
murmullo de duda comenzó a alzarse desde los otros Alpha que
seguían su discurso, y unas pocas miradas ceñudas fueron lanzadas
en dirección a Nick. Claramente no todo el mundo en la sala
estaba del lado de Nivk. El presidente de la sección
obviamente sintió la discrepancia, porque volvió a alzar la voz otra
vez.
—Lo han oído, no niega los cargos. Pero aunque lo hiciera,
fueron sorprendidos en el acto. Así que creo que un castigo severo e
imparcial es acorde a las reglas. Carter, — cabeceó hacia el enorme y
rubio Alpha que todavía los estaba mirando fijamente con
repugnancia. — ¿me alcanzarías por favor el bastón Alpha Psi?
En esta ocasión los murmullos en la sala se alzaron en un
clamor. Ningún hermano había sido castigado con el bastón Alpha Psi
en años. Estaba reservado solo para las faltas más graves. Pero
Louis notó que nadie intentó parar a Carter cuando se dirigió al
otro lado de la sala común y descolgó el grueso bastón de madera
con rayas de color dorado y morado intenso de su soporte sobre la
puerta.
Louis lo observó con horror. El bastón era tan grueso como la
muñeca de Harry en su parte central, y se estrechaba en un punto en
un extremo, y tenía una gruesa y curvada protuberancia en el otro. El
bastón en conjunto tenía el peso de un bate de béisbol de buen
tamaño, y Louis sabía que no era probable que alguien que fuera
golpeado con él olvidara el castigo durante mucho tiempo.
—Bueno.— Nick blandió el bastón, sus estridentes rayas
relucían amenazadoramente. —No estoy sugiriendo que ambos
hermanos deberían ser castigados con el bastón. Después de todo, el
Toro aquí es un miembro respetado de nuestra fraternidad y, hasta
que permitimos que Louis se nos uniera, también fue un miembro
leal.— Dio un paso hacia delante y golpeó el extremo del bastón
contra el suelo de madera con énfasis. —Esto es lo que le propongo,
Louis Tomlinson recibirá cuarenta y un golpes, uno por cada hermano
Alpha al que ha traicionado al corromper a uno de nuestros mejores y
más brillantes miembros. ¿Qué dicen?
Louis sintió que la boca se le secaba de repente. ¿Cuarenta y
un golpes? Tendría suerte si sobrevivía a la mitad de ellos con el
horrible bastón en manos de sus enfadados y homófonos hermanos.
De todos modos levantó la barbilla y apretó los dientes. Todo era
como la Semana Infernal otra vez. Déjales hacer lo peor, rehusaba
darle a Nick el placer de verlo suplicar o rogar para escapar del
castigo.
—No. ¡No!— el rugido como de un toro de Harry provocó un
silencio repentino en la multitud de Alphas, y todas las miradas se
dirigieron a él, incluida la de Louis.
—Harry,— comenzó, pero el enorme Alpha sacudió la cabeza.
—Esto no es culpa de Lou y Nick lo sabe,— gritó fuerte
a los hermanos reunidos, con sus ojos destellando
peligrosamente. —Solo está tratando de molestarme lastimando a la
persona que amo. Lastimando a Lou. Bueno, dejen que les diga, a
todos ustedes…— Miró ferozmente a su alrededor, encontrando la
mirada de todos los hombres en el salón. —Si cualquiera de ustedes
le pone un dedo encima, joder que lo hago trizas, lo juro por Dios.
Hubo murmullos de enfado de los hermanos reunidos, pero
muchos de ellos palidecieron. Claramente ninguno estaba ansioso por
enfrentarse él solo a un Toro enfadado. Solo Nick se mantenía
imperturbable.
—¿Así que no podemos tocar a tu guapo y pequeño novio,
Toro?— Nick sonrió con satisfacción. —Creo que estarás de
acuerdo en someteros al castigo que este tribunal os señale. ¿O
tengo que hacer algunas llamadas telefónicas?
—No intentes amenazarme, gilipollas,— Harry gruñó, y la
expresión de su morena cara estaba tan cargada de ira que incluso
Nick dio un paso atrás. —Aceptaremos tu castigo, pero no será
Louis a quien vas a golpear. Yo recibiré la paliza.
—¡Harry, no!— Louis puso una mano sobre el brazo de su
amante, pero Harry se lo quitó de encima.
—Voy a hacerlo, Lou, y no puedes detenerme.— Le lanzó a
Nick una mirada de desprecio. —Así que vamos y sigamos
adelante con esto. No tengo toda la noche.
—Realmente no creo… —comenzó Nick, pero Harry lo
cortó.
—He dicho que sigamos adelante. Antes de que vaya ahí y meta
el jodido bastón en tu estrecho culo.— Hubo un murmullo de
nerviosas risas y la cara de Nick se volvió roja. Claramente las
cosas no estaban yendo como había planeado, pero no había nada
que pudiera hacer al respecto.
—Muy bien, Toro.— Frunció el ceño y dio un paso hacia delante.
—Tú recibirás los golpes, los cuarenta y uno. Uno de cada hermano.—
Alzó la vista, recorriendo a los Alphas reunidos con la mirada. —En
cuanto diga vuestro nombre, avancen, tomen el bastón y golpéenlo
en la espalda.
Hubo murmullos de incredulidad entre los hermanos, y alguno
de ellos gritó, —De ninguna jodida manera, tío. ¿Esperas que
nosotros le golpeemos?
—Sí, así es.— La cara de Nick se había vuelto incluso
más roja y sus ojos se entrecerraron. —Soy el presidente de la
sección y les estoy ordenando a todos que se acerquen y turnen con
el bastón. ¿Carter? ¿Te importaría ponernos en marcha?— Le pasó el
bastón de rayas de color dorado y morado intenso al pesado y rubio
hermano, quien lo cogió con obvio entusiasmo.
—Por supuesto, castigaré con el bastón al marica. — Balanceó
el bastón en el aire, haciendo un sonido sibilante que revolvió el
estómago de Louis. Dios, ¿realmente iban a seguir con eso?
—Harry,— susurró con urgencia. —Harry, no puedo dejarte hacer
esto. No puedo dejar que recibas mi paliza.
Harry lo miró con sus ojos llenos de amor. —Ya está
decidido, Lou. No quiero oír una palabra más sobre esto. Solo… solo
mantente al margen. No quiero que te lastimen.
A Louis empezó a protestar más, pero de repente dos bruscos
pares de manos se lo llevaron a la fuerza del centro del salón, donde
Harry quedaba de rodillas, con su ancha espalda desnuda y lista para
recibir la paliza.
Carter se le acercó por detrás, balanceando el bastón con obvio
placer. —Aquí tienes la jodida madera, maricon. Espero que te
guste.— Hubo otro silbido en el aire y un apagado crack cuando el
rayado bastón de madera entró en contacto con la carne desnuda de
Tony. Éste se tensó y apretó los puños a ambos lados de su cuerpo,
pero no profirió ningún sonido al recibir el brutal golpe. Cuando
levantó la vista hacia Louis, sus ojos estaban secos.
¡Dios! ¡Oh, Dios, oh, Dios, oh, Dios! Louis sintió que sus
propios ojos se llenaban con las lágrimas calientes y abrasadoras que
su amante no podía derramar mientras los golpes continuaban. Cada
uno de los leales hermanos Alpha dio un paso adelante y cogió su
turno con el bastón mientras Harry recibía golpe tras golpe.
Louis quería correr hacia su amante, protegerlo con su propio
cuerpo como Harry lo había protegido, pero varias bruscas manos lo
retenían. A algunos de los hermanos se les notaba que no querían
estar involucrados en el castigo, porque unos pocos golpes habían
sido bastante poco entusiastas. Pero había muchos Alphas como
Carter que parecían demasiado ansiosos por descargar su ira con el
bastón.
Louis más tarde pensó que había sido como una pesadilla que
no terminaría nunca. Thwack… thwack… thwack… Los golpes seguían
y seguían, cada hermano cogió su turno con el bastón hasta que la
ancha espalda de Harry se convirtió en una masa de rojos verdugones y sangre. Louis trató varias veces de ir hacia su amante, pero cada
vez era arrastrado de vuelta y mantenido en su lugar, obligado a
mirar mientras la brutalidad continuaba.
Al final, cada hermano en la sala había cogido su turno, todos
excepto Nick. Claramente había estado esperando para dar él
mismo el último golpe, disfrutando del dolor de Harry como de un
buen vino mientras miraba la paliza con ojos ávidos y golosos.
Cuando él finalmente se acercó y cogió el bastón, con sus brillantes
rayas ahora salpicadas de sangre, sus manos temblaban de
entusiasmo.
—Espero que esto te haya enseñado una lección, Toro. Y que
sea una lección también para todos ustedes.— Echó una mirada
alrededor a los Alphas y agarró con firmeza el ensangrentado trozo
de madera. —Nunca, nunca traiciones a tus hermanos.— Levantó el
bastón y lo bajó con fuerza, como un jugador de béisbol intentando
un gran slam. ¡Thwack!
— ¡Déjalo en paz! ¿Es que no puedes dejarlo ya en paz?— La
voz de Louis tembló y su visión se emborronó con sus lágrimas
mientras miraba a Harryy recibir el último golpe, con la cabeza todavía
erguida y su espalda ensangrentada todavía derecha. Dios, ¿cómo
podía aguantarlo? Él se sentía como si fuera a vomitar, como si fuera
a enloquecer si no le permitían pronto ir hacia su amante. Solo quería
llevar a Harry a algún sitio y abrazarlo, atender sus heridas, ayudarle
de cualquier forma que pudiera. Quitarle el dolor.
Pero Nick no había acabado todavía. —Ahora no eres tan
peligroso, ¿verdad, Toro?— se mofó del Alpha que seguía de rodillas.
—Ya no eres más un tío importante ahora que has tenido tu castigo.
—Que… Te… Jodan.— La profunda voz de Harry parecía más el
gruñido de un animal herido que una voz humana. El sonido erizó el
cabello de la nuca de Louis cuando recordó la furia que había
visto oculta en los ojos de su amante. Un recuerdo repentino de Harry
con su amplio pecho manchado con la sangre de algo o alguien
apareció en su memoria.
Se preguntó si Nick tenía alguna idea del peligro en el
que estaba en ese momento, y decidió que probablemente no.
— ¿Qué has dicho?— La voz nasal de Nick se elevó con
ira y apretó el bastón ensangrentado con más fuerza.
Harry lentamente se giró hacia él y la violenta ferocidad de su
mirada era horrible de ver. —He dicho que te jodan, Nick.
¿Qué parte de eso no has entendido?
—Tú…tú…— La cara del presidente de la sección era de un
apagado rojo ladrillo, sus confundidos ojos brillaban con odio. Louis
casi pudo leer sus pensamientos solo con ver su cara. ¿Cómo se
atrevía Harry a ignorar su ira? — ¿Cómo se atrevía a recibir la peor
paliza que Nick y los otros pudieron infligirle y permanecer
ensangrentado pero erguido?— Lentamente, Nick levantó el
bastón otra vez. Solo que esta vez iba dirigido a la cabeza de Harry.
—¡No!— Louis gritó cuando el bastón ensangrentado silbó a
través del aire. Pero era demasiado tarde y lo sabía. Harry iba a
recibir la fuerza del golpe directamente en un lado de la cabeza, y
fuerte o no, nadie podía sobrevivir a un golpe de tal ferocidad.
Pero antes de que tuviera tiempo de ponerse tenso para el
sordo y horrible sonido del bastón Alpha Psi entrando en contacto con
el cráneo de su amante, de repente una de las manos de Harry estaba
allí, arrebatándole el sangriento palo de madera en el aire.
—Creo que no, Nick.— Harry se levantó lentamente, su
espalda chorreando de sangre y los ojos brillantes de furia. De alguna
forma parecía más grande, como si hubiese crecido de pura ira. —Un
golpe por tío, ¿recuerdas?— Agarrando el bastón por ambos
extremos, lo rompió con un sordo crack sobre una rodilla, como si
fuera una rama menuda y seca. Entonces lanzó los fragmentos a los
pies del presidente de la sección y se giró hacia los dos hermanos que
sujetaban a Louis.
—Suéltenlo. Ahora.
[size=37]Capítulo catorce[/size]
—¿Qué demonios?— Uno de los hermanos, Adam Carter,
permanecía detrás de Nick con una cara como si hubiese
mordido algo podrido. —¿Qué es esto?— exigió, mirando fijamente a
Louis y a Harry. —¿Qué demonios pensáis que estáis haciendo?
—¿Qué es lo que parece?— la profunda voz de Harry sonó
absolutamente en calma. —Hago que mi esclavo comprometido
chupe mi polla. Justo como hizo durante la Semana Infernal. ¿Te
supone algún problema, Carter?
—En realidad, él tiene un problema pero ni de cerca tan
grande como van a tenerlo ustedes.— Nick entró en la
habitación sonriendo abiertamente. —Verás, el semestre ha
terminado oficialmente a medianoche, oh…— consultó su reloj. —
Hace quince minutos.
—¿Y?— Tony alzó una ceja, su voz todavía sonaba calmada,
casi aburrida.
—Y este guapo chico ya no es tu esclavo comprometido, Toro.
Solo es otro hermano Alpha. Y existen leyes en nuestros estatutos de
la fraternidad contra el contacto sexual inapropiado entre
hermanos.— Cabeceó hacia ellos con repugnancia. —Y yo diría
definitivamente que esto se califica como contacto sexual
inapropiado.
—No jodas,— murmuró uno de los otros Alpha detrás de él
mientras una mirada de repugnancia cruzaba su cara.
—Así que, ¿qué vais a hacer?— Con aire despreocupado Harry
se colocó frente a Louis, quien todavía seguía arrodillado en el
suelo, sin reaccionar. Todo en lo que podía pensar era que esto debía
ser un castigo de algún tipo, un castigo por permitirse actuar
siguiendo sus sentimientos antinaturales.
—Bueno, de acuerdo con las leyes, si un hermano es
descubierto tomando parte en una mala conducta con otro hermano,
y el acto es presenciado por al menos otros tres Alphas…—
Nick señaló con la cabeza a los tres pesados Alphas que
estaban tras él. —Entonces hay motivo para convocar un tribunal de
castigo.
—Hijo de puta.— La profunda voz de Harry cargada de ira. —¡Tú
has planeado todo esto!
—Desde luego que lo hice.— Nick les dirigió una sonrisa
de satisfacción. —Y ahora, si quisieran bajar al tribunal, los otros
hermanos los están esperando a los dos.
—Y una mierda que bajaremos a tu jodido tribunal.— Harry dio
un paso hacia delante, con sus ojos negros centelleando. —
Cogeremos nuestras cosas y dejaremos la casa, pero no nos
quedaremos por aquí para ser juzgados para entretenerte. Y si estás
pensando en retenernos aquí por la fuerza, ya te la verás conmigo.
— Dio otro paso hacia delante y Louis notó que los otros hermanos
palidecían notablemente. Incluso desnudo y desarmado, Harry era
enorme, una fuerza a ser tenida en cuenta y estaba claro que ellos
sabían que no se trataba de una amenaza hecha a la ligera.
—Oh, creo que nos acompañaran pacíficamente.— Nick
todavía sonaba tranquilo y confiado a pesar de la ira en los ojos de
Harry. —Verás, si baján al tribunal y aceptan su castigo como
hombres, ninguna mención a esta, ah, actividad aparecerá nunca en
vuestros expedientes. Pero si se resisten o tenemos que forzarlos, yo
personalmente llamaré mañana a cada alumno Alpha Psi que pueda
localizar y les haré saber exactamente lo que ha estado pasando aquí
en el último año. Más aún, las propias autoridades de la escuela
tendrán que ser notificadas y no hay duda de que encontrarán que es
necesario llamar a sus padres.— Sonrió abiertamente con maldad. —
Ahora, ¿no sería una vergüenza si sus familias descubrieran que son
un par de maricas chupapollas, Toro?— Cabeceó hacia Louis. —
Apuesto a que el papá del chico guapo se disgustaría un poco al oír
que lo descubrimos arrodillado con tu polla metida en su boca hasta
la garganta, ¿no crees?
La helada capa de atontamiento que se había asentado sobre
los nervios de Louis de repente se derritió. Había planeado
contarles él mismo a sus padres sobre su relación con Harry, pero no
quería que lo descubrieran así. Y si Nick de verdad cogía el
teléfono y llamaba a las autoridades académicas, todo quedaría en su
expediente. ¿Cómo de fácil sería conseguir una beca universitaria
después de eso? Louis podía responder a eso incluso sin pensar –
sería casi malditamente imposible. Aquí no estaban en Berkley,
después de todo, estaban en la USC, en el corazón del Sur. El
supuesto pecado de ser descubierto con la polla de otro hombre en su
boca lo perseguiría por el resto de su vida. Y una vez que el informe
del presidente de la sección circulara en su trascripción oficial, no
podría ser capaz de trasladarse a ningún sitio.
—¿Harry?— levantó la mirada hacia su amante ansiosamente.
Por el aspecto de la cara del enorme Alpha, similares pensamientos
habían discurrido por su propia cabeza. Harry había roto con su
familia, así que necesitaría marchar y conseguir un trabajo después
de la graduación. La vasta red de alumnos de la USC podría hacérselo
mucho más fácil. Si, por otro lado, Nick llamaba y dejaba
saber a cada uno de ellos exactamente lo que Harry y Louis habían
estado haciendo cuando los descubrieron… bueno, quizás era mejor
aceptar el castigo. Louis inspiró profundamente. No podría ser peor
de lo que había soportado durante la Semana Infernal, ¿verdad?
Encontró la mirada de Harry y su amante asintió lentamente en
silencioso acuerdo. Tendrían que pasar por el tribunal.
—De acuerdo,— dijo Harry, mirando con ferocidad a Nick.
—Aceptaremos tu maldito castigo. Pero será mejor que nunca
escuche una palabra sobre esto otra vez o yo personalmente vendré
y romperé tu jodido y escuálido cuello. ¿Entendido?
La estrecha cara de Nick se volvió blanca, pero mantuvo
el tipo. —De acuerdo. Ahora bajemos, como mencioné antes, todos
los hermanos están esperando.
A ambos se les permitió ponerse unos vaqueros y entonces, con
Nick liderando la procesión y los tres grandes Alphas
flanqueándolos, Louis y Harry fueron escoltados escaleras abajo.
Los otros Alphas estaban de pie haciendo tiempo en la sala común,
claramente inseguros sobre lo que iba a pasar.
Cuando él y Harry fueron obligados a arrodillarse en el suelo de
madera, Louis reflexionó sobre la ironía de la situación. Había sido
allí donde todo había empezado en la última noche de la Semana
Infernal. Estaba bastante seguro de que si Nick no lo hubiese
obligado a chupar la polla de Harry durante aquella horrible novatada,
nunca se habría hecho amigo del enorme Alpha. Pero aquella noche
se había superado un obstáculo, un muro había sido derribado que
les había permitido desechar las convenciones sociales y actuar según
sus deseos. No importa lo que había pasado, decidió, no lamentaba el
tiempo que había pasado allí como amante y compañero de
habitación de Harry. Nunca podría lamentar el amor que habían
compartido, la ternura y el calor entre ellos. Incluso si los hermanos
los mataban por hacer lo que habían estado haciendo, todo habría
merecido la pena.
—Este tribunal llama al orden.— La aguda y nasal voz de
Nick sonó sobre los desconcertados murmullos de los otros
hermanos, quienes miraban fijamente a los dos acusados arrodillados
en el medio del piso.
—¿De qué va todo esto, Nick?— preguntó uno de ellos.
—¿Qué demonios han hecho Toro y Louis?
—Oh, tío, no vas a querer saberlo. — Fue Adam Carter quien
contestó, mientras la repugnancia distorsionaba su cara.
—¿Qué? ¿Qué ha pasado?— algunos de los otros hermanos se
inclinaron hacia delante con avidez, obviamente curiosos. Nick
estaba claramente impaciente por satisfacer su curiosidad.
—Harry Styles y Louis Tomlinson han sido descubiertos por mí
y nada menos que otros tres hermanos Alpha tomando parte en una
mala conducta sexual.— Su nasal voz estaba cargada de sádica
satisfacción. —Y ahora deben ser castigados.
—Eh, ¿estaban follando con alguna de esas hermanas de la
fraternidad Delta Pi en su habitación?— preguntó uno de los Alpha,
provocando una brusca carcajada. —¡Maldita sea, Nick, no
puedes culparlos por querer conseguir un coñito en la última noche
del semestre!
—Bueno, podríamos haber dejado pasar ese tipo de conducta.— Nick sonrió abiertamente con maldad. —Desafortunadamente,
eso no era lo que estaban haciendo. Cuéntales, Carter.
—No estaban disfrutando de ningún coño, eso seguro.— Carter
parecía como si quisiera vomitar. —Ellos estaban… estaban ambos
desnudos y Louis estaba de rodillas frente al Toro y estaba…
estaba…— tragó saliva, como si estuviera tratando de evitar devolver.
—Se la estaba mamando, tío. Louis estaba chupando su polla.
Durante un momento, hubo un completo silencio en la
abarrotada sala común y después voces de enfado e indignación
estallaron por todas partes. Louis bajó la cabeza, sintiendo las
miradas fijas de los otros Alpha como hierros candentes sobre su piel.
A su lado, Harry se enfrentaba con actitud desafiante a las feroces
miradas que les dirigían, obviamente no tanto avergonzado como
enfurecido.
Una vez más la voz de Nick se oyó por encima de las
otras. —Esto fue presenciado por mí y otros tres hermanos. Pero les
daremos a los acusados una oportunidad de hablar por ellos
mismos.— Cabeceó con desprecio hacia Louis y Harry, todavía de
rodillas en medio del piso. —¿Tienen algo que decir? ¿Niegan estas
acusaciones?
—Sí, tengo algo que decir,— gruñó Harry, levantando la mirada.
—Eres un imbécil, Nick. Y no niego lo que he hecho. Ni lo
niego ni voy a pedir perdón por ello. — Miró fijamente alrededor a los
otros Alpha, quienes los observaban con una mezcla de incredulidad y
repugnancia. —Todos me conocéis. Soy el mismo de siempre y Lou
también. Nivk planeó todo esto, nos tendió una trampa.
Louis alzó la vista hacia su amante con admiración. ¿Cómo
podía Harry estar tan sereno? ¿Tan calmado y tranquilo? Harry
siempre había sido uno de los hermanos más queridos en la casa, el
único al que todos los demás hermanos respetaban. Un bajo
murmullo de duda comenzó a alzarse desde los otros Alpha que
seguían su discurso, y unas pocas miradas ceñudas fueron lanzadas
en dirección a Nick. Claramente no todo el mundo en la sala
estaba del lado de Nivk. El presidente de la sección
obviamente sintió la discrepancia, porque volvió a alzar la voz otra
vez.
—Lo han oído, no niega los cargos. Pero aunque lo hiciera,
fueron sorprendidos en el acto. Así que creo que un castigo severo e
imparcial es acorde a las reglas. Carter, — cabeceó hacia el enorme y
rubio Alpha que todavía los estaba mirando fijamente con
repugnancia. — ¿me alcanzarías por favor el bastón Alpha Psi?
En esta ocasión los murmullos en la sala se alzaron en un
clamor. Ningún hermano había sido castigado con el bastón Alpha Psi
en años. Estaba reservado solo para las faltas más graves. Pero
Louis notó que nadie intentó parar a Carter cuando se dirigió al
otro lado de la sala común y descolgó el grueso bastón de madera
con rayas de color dorado y morado intenso de su soporte sobre la
puerta.
Louis lo observó con horror. El bastón era tan grueso como la
muñeca de Harry en su parte central, y se estrechaba en un punto en
un extremo, y tenía una gruesa y curvada protuberancia en el otro. El
bastón en conjunto tenía el peso de un bate de béisbol de buen
tamaño, y Louis sabía que no era probable que alguien que fuera
golpeado con él olvidara el castigo durante mucho tiempo.
—Bueno.— Nick blandió el bastón, sus estridentes rayas
relucían amenazadoramente. —No estoy sugiriendo que ambos
hermanos deberían ser castigados con el bastón. Después de todo, el
Toro aquí es un miembro respetado de nuestra fraternidad y, hasta
que permitimos que Louis se nos uniera, también fue un miembro
leal.— Dio un paso hacia delante y golpeó el extremo del bastón
contra el suelo de madera con énfasis. —Esto es lo que le propongo,
Louis Tomlinson recibirá cuarenta y un golpes, uno por cada hermano
Alpha al que ha traicionado al corromper a uno de nuestros mejores y
más brillantes miembros. ¿Qué dicen?
Louis sintió que la boca se le secaba de repente. ¿Cuarenta y
un golpes? Tendría suerte si sobrevivía a la mitad de ellos con el
horrible bastón en manos de sus enfadados y homófonos hermanos.
De todos modos levantó la barbilla y apretó los dientes. Todo era
como la Semana Infernal otra vez. Déjales hacer lo peor, rehusaba
darle a Nick el placer de verlo suplicar o rogar para escapar del
castigo.
—No. ¡No!— el rugido como de un toro de Harry provocó un
silencio repentino en la multitud de Alphas, y todas las miradas se
dirigieron a él, incluida la de Louis.
—Harry,— comenzó, pero el enorme Alpha sacudió la cabeza.
—Esto no es culpa de Lou y Nick lo sabe,— gritó fuerte
a los hermanos reunidos, con sus ojos destellando
peligrosamente. —Solo está tratando de molestarme lastimando a la
persona que amo. Lastimando a Lou. Bueno, dejen que les diga, a
todos ustedes…— Miró ferozmente a su alrededor, encontrando la
mirada de todos los hombres en el salón. —Si cualquiera de ustedes
le pone un dedo encima, joder que lo hago trizas, lo juro por Dios.
Hubo murmullos de enfado de los hermanos reunidos, pero
muchos de ellos palidecieron. Claramente ninguno estaba ansioso por
enfrentarse él solo a un Toro enfadado. Solo Nick se mantenía
imperturbable.
—¿Así que no podemos tocar a tu guapo y pequeño novio,
Toro?— Nick sonrió con satisfacción. —Creo que estarás de
acuerdo en someteros al castigo que este tribunal os señale. ¿O
tengo que hacer algunas llamadas telefónicas?
—No intentes amenazarme, gilipollas,— Harry gruñó, y la
expresión de su morena cara estaba tan cargada de ira que incluso
Nick dio un paso atrás. —Aceptaremos tu castigo, pero no será
Louis a quien vas a golpear. Yo recibiré la paliza.
—¡Harry, no!— Louis puso una mano sobre el brazo de su
amante, pero Harry se lo quitó de encima.
—Voy a hacerlo, Lou, y no puedes detenerme.— Le lanzó a
Nick una mirada de desprecio. —Así que vamos y sigamos
adelante con esto. No tengo toda la noche.
—Realmente no creo… —comenzó Nick, pero Harry lo
cortó.
—He dicho que sigamos adelante. Antes de que vaya ahí y meta
el jodido bastón en tu estrecho culo.— Hubo un murmullo de
nerviosas risas y la cara de Nick se volvió roja. Claramente las
cosas no estaban yendo como había planeado, pero no había nada
que pudiera hacer al respecto.
—Muy bien, Toro.— Frunció el ceño y dio un paso hacia delante.
—Tú recibirás los golpes, los cuarenta y uno. Uno de cada hermano.—
Alzó la vista, recorriendo a los Alphas reunidos con la mirada. —En
cuanto diga vuestro nombre, avancen, tomen el bastón y golpéenlo
en la espalda.
Hubo murmullos de incredulidad entre los hermanos, y alguno
de ellos gritó, —De ninguna jodida manera, tío. ¿Esperas que
nosotros le golpeemos?
—Sí, así es.— La cara de Nick se había vuelto incluso
más roja y sus ojos se entrecerraron. —Soy el presidente de la
sección y les estoy ordenando a todos que se acerquen y turnen con
el bastón. ¿Carter? ¿Te importaría ponernos en marcha?— Le pasó el
bastón de rayas de color dorado y morado intenso al pesado y rubio
hermano, quien lo cogió con obvio entusiasmo.
—Por supuesto, castigaré con el bastón al marica. — Balanceó
el bastón en el aire, haciendo un sonido sibilante que revolvió el
estómago de Louis. Dios, ¿realmente iban a seguir con eso?
—Harry,— susurró con urgencia. —Harry, no puedo dejarte hacer
esto. No puedo dejar que recibas mi paliza.
Harry lo miró con sus ojos llenos de amor. —Ya está
decidido, Lou. No quiero oír una palabra más sobre esto. Solo… solo
mantente al margen. No quiero que te lastimen.
A Louis empezó a protestar más, pero de repente dos bruscos
pares de manos se lo llevaron a la fuerza del centro del salón, donde
Harry quedaba de rodillas, con su ancha espalda desnuda y lista para
recibir la paliza.
Carter se le acercó por detrás, balanceando el bastón con obvio
placer. —Aquí tienes la jodida madera, maricon. Espero que te
guste.— Hubo otro silbido en el aire y un apagado crack cuando el
rayado bastón de madera entró en contacto con la carne desnuda de
Tony. Éste se tensó y apretó los puños a ambos lados de su cuerpo,
pero no profirió ningún sonido al recibir el brutal golpe. Cuando
levantó la vista hacia Louis, sus ojos estaban secos.
¡Dios! ¡Oh, Dios, oh, Dios, oh, Dios! Louis sintió que sus
propios ojos se llenaban con las lágrimas calientes y abrasadoras que
su amante no podía derramar mientras los golpes continuaban. Cada
uno de los leales hermanos Alpha dio un paso adelante y cogió su
turno con el bastón mientras Harry recibía golpe tras golpe.
Louis quería correr hacia su amante, protegerlo con su propio
cuerpo como Harry lo había protegido, pero varias bruscas manos lo
retenían. A algunos de los hermanos se les notaba que no querían
estar involucrados en el castigo, porque unos pocos golpes habían
sido bastante poco entusiastas. Pero había muchos Alphas como
Carter que parecían demasiado ansiosos por descargar su ira con el
bastón.
Louis más tarde pensó que había sido como una pesadilla que
no terminaría nunca. Thwack… thwack… thwack… Los golpes seguían
y seguían, cada hermano cogió su turno con el bastón hasta que la
ancha espalda de Harry se convirtió en una masa de rojos verdugones y sangre. Louis trató varias veces de ir hacia su amante, pero cada
vez era arrastrado de vuelta y mantenido en su lugar, obligado a
mirar mientras la brutalidad continuaba.
Al final, cada hermano en la sala había cogido su turno, todos
excepto Nick. Claramente había estado esperando para dar él
mismo el último golpe, disfrutando del dolor de Harry como de un
buen vino mientras miraba la paliza con ojos ávidos y golosos.
Cuando él finalmente se acercó y cogió el bastón, con sus brillantes
rayas ahora salpicadas de sangre, sus manos temblaban de
entusiasmo.
—Espero que esto te haya enseñado una lección, Toro. Y que
sea una lección también para todos ustedes.— Echó una mirada
alrededor a los Alphas y agarró con firmeza el ensangrentado trozo
de madera. —Nunca, nunca traiciones a tus hermanos.— Levantó el
bastón y lo bajó con fuerza, como un jugador de béisbol intentando
un gran slam. ¡Thwack!
— ¡Déjalo en paz! ¿Es que no puedes dejarlo ya en paz?— La
voz de Louis tembló y su visión se emborronó con sus lágrimas
mientras miraba a Harryy recibir el último golpe, con la cabeza todavía
erguida y su espalda ensangrentada todavía derecha. Dios, ¿cómo
podía aguantarlo? Él se sentía como si fuera a vomitar, como si fuera
a enloquecer si no le permitían pronto ir hacia su amante. Solo quería
llevar a Harry a algún sitio y abrazarlo, atender sus heridas, ayudarle
de cualquier forma que pudiera. Quitarle el dolor.
Pero Nick no había acabado todavía. —Ahora no eres tan
peligroso, ¿verdad, Toro?— se mofó del Alpha que seguía de rodillas.
—Ya no eres más un tío importante ahora que has tenido tu castigo.
—Que… Te… Jodan.— La profunda voz de Harry parecía más el
gruñido de un animal herido que una voz humana. El sonido erizó el
cabello de la nuca de Louis cuando recordó la furia que había
visto oculta en los ojos de su amante. Un recuerdo repentino de Harry
con su amplio pecho manchado con la sangre de algo o alguien
apareció en su memoria.
Se preguntó si Nick tenía alguna idea del peligro en el
que estaba en ese momento, y decidió que probablemente no.
— ¿Qué has dicho?— La voz nasal de Nick se elevó con
ira y apretó el bastón ensangrentado con más fuerza.
Harry lentamente se giró hacia él y la violenta ferocidad de su
mirada era horrible de ver. —He dicho que te jodan, Nick.
¿Qué parte de eso no has entendido?
—Tú…tú…— La cara del presidente de la sección era de un
apagado rojo ladrillo, sus confundidos ojos brillaban con odio. Louis
casi pudo leer sus pensamientos solo con ver su cara. ¿Cómo se
atrevía Harry a ignorar su ira? — ¿Cómo se atrevía a recibir la peor
paliza que Nick y los otros pudieron infligirle y permanecer
ensangrentado pero erguido?— Lentamente, Nick levantó el
bastón otra vez. Solo que esta vez iba dirigido a la cabeza de Harry.
—¡No!— Louis gritó cuando el bastón ensangrentado silbó a
través del aire. Pero era demasiado tarde y lo sabía. Harry iba a
recibir la fuerza del golpe directamente en un lado de la cabeza, y
fuerte o no, nadie podía sobrevivir a un golpe de tal ferocidad.
Pero antes de que tuviera tiempo de ponerse tenso para el
sordo y horrible sonido del bastón Alpha Psi entrando en contacto con
el cráneo de su amante, de repente una de las manos de Harry estaba
allí, arrebatándole el sangriento palo de madera en el aire.
—Creo que no, Nick.— Harry se levantó lentamente, su
espalda chorreando de sangre y los ojos brillantes de furia. De alguna
forma parecía más grande, como si hubiese crecido de pura ira. —Un
golpe por tío, ¿recuerdas?— Agarrando el bastón por ambos
extremos, lo rompió con un sordo crack sobre una rodilla, como si
fuera una rama menuda y seca. Entonces lanzó los fragmentos a los
pies del presidente de la sección y se giró hacia los dos hermanos que
sujetaban a Louis.
—Suéltenlo. Ahora.
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Re: esclavo comprometido larry (hot)
[size=37]Capítulo quince[/size]
Los hermanos que agarraban a Lou no pudieron quitárselo de
encima lo bastante rápido. Empujándolo hacia Harry, salieron
corriendo de la sala común seguidos por la mayoría de los otros
Alphas.
La espalda de Harry se sentía como si estuviera en llamas.
Como si alcanzase a tocar la temblorosa carne desnuda de su espalda
pudiera retirar la mano llena de lava en lugar de sangre. Pero no solo
eran su espalda y sus hombros lo que estaba ardiendo. La rabia
temblaba en sus venas, una furia tan profunda que no podía
expresarla con palabras.
—¿Harry? ¿Estás bien?— Louis claramente quería detenerse,
valorar el daño de la espalda de su amante, pero Harry lo cogió por un
brazo y lo arrastró fuera de la casa. Por encima de sus cabezas, la
luna estaba tan llena y brillante que cada hoja y brizna de hierba
parecía cubierto de escarcha por su pálido reflejo.
—Estoy bien ahora, pero no lo estaré durante mucho tiempo.—
Harry obligó a las palabras a salir de su boca. Parecía como si la luna
lo deslumbrara. Su pálida luz era como una aguja de plata en su
cerebro, llamándolo, no dejándolo en paz. La ira y el dolor que lo
atravesaban eran demasiado, demasiado difícil para controlar. No
sabía cuánto tiempo podría mantenerse sin cambiar.
Y entonces estaban en el aparcamiento de la casa de la
hermandad, no lejos de la seguridad que proporcionaba la hilera de
árboles que rodeaba la casa. Harry rebuscó frenéticamente en el
bolsillo de sus vaqueros. Sacó las llaves de su golpeado Camaro del
84 y las puso en la mano de Louis.
— ¿Qué es esto? ¿Qué estás haciendo?— Louis se quedó
mirando las llaves como un idiota, obviamente todavía atontado por
la visión de la brutal paliza.
—Escucha, Lou,— Harry le dijo con tono de urgencia,
ignorando sus preguntas. —Necesito que te vayas de aquí. Estoy
bastante seguro de que soy como una bomba de relojería. ¿Podrás
llegar a casa?
—¿De qué estás hablando? No me voy a ir a casa.— Louis
trató de devolverle las llaves. —No me voy a ningún sitio hasta que te
llevemos a urgencias y te revisen la espalda. Es probable que
necesites puntos, cientos de puntos.
—Olvida esa estupidez — Harry cerró firmemente la mano de
Louis sobre las llaves. —Tienes que irte, Lou. Irte ahora. No
sabes a qué clase de peligro te enfrentas.
—¿De quién, de los hermanos?— Lou miró hacia atrás a la
iluminada casa de la fraternidad. No soy tan estúpido como para
volver allí, Harry. Yo…
—No de los hermanos.— Harry pasó una mano por sus ojos e
hizo varias inspiraciones profundas, tratando de calmarse. Tratando
de luchar contra la luna. —De mí. El peligro soy yo. No puedo… no sé
cuánto tiempo podré manejar… todo esto. El dolor y…— levantó la
vista hacia el cielo, mirando con los ojos entrecerrados los
abrasadores rayos que querían doblegarlo, cambiarlo. —La luna. La
luna me exige sangre.— Podía oír cómo su voz había descendido casi
una octava, sonando como un gruñido animal, y sus ojos le escocían.
La familiar sensación solo podía significar una cosa, el profundo color
Verde de sus ojos había sido remplazado por un intenso dorado.
Lou lo miró acojonado, pero no había nada que Harry pudiera
hacer. Nada salvo huir antes de que la luna lo reclamase totalmente y
fuese obligado a cambiar.
—Harry ¿de qué estás hablando? Creo que estás delirando.
Tenemos que llevarte a un hospital. — A pesar de su evidente miedo,
Lou lo miró decidido. Decidido no a abandonarlo, sino a apoyarlo sin
importar lo que pasara.
Harry sacudió la cabeza. Una emoción más fuerte que la furia se
apoderó de él y agarró a Louis, tirando de él para darle un abrazo
aplastante.
Louis se presionó con fuerza contra su cuerpo, como si de
alguna manera sintiese que aquello era un adiós. —Te amo pase lo
que pase,— susurró en el cuello de Harry. —Como nunca había amado a nadie antes.
Harry se retiró. Podía sentir el caliente escozor de las lágrimas
en sus ojos, más doloroso incluso que las punzadas de su espalda
herida. —Yo siento lo mismo, Lou. Yo… tengo que irme. Yo …
—¡Eh, marica!— Aquella aguda voz nasal pertenecía sin ninguna
duda a Nick.
Harry se giró para enfrentarse a él, quien se acercaba a grandes
zancadas a través de la hierba helada bajo la luz de la luna con un
bate de béisbol en la mano. El terror subió por su espina dorsal como
una fría serpiente al ver el desprecio y el enfado en la delgada cara
de Nick. Dios, pensó. Por favor, ¡ahora no, aquí no! Podía
sentir a la bestia latiendo dentro de él – empujando para liberarse.
Odiaba a Nick tanto como él, incluso más. Si perdía el control
ahora… Controla tus emociones, se dijo a sí mismo con
desesperación. Un Were debe controlar sus emociones siempre cerca
de los humanos.
—¡Atrás!— Louis se colocó entre ellos, extendiendo una mano
para detener la violencia. A la luz de la luna su brillante cabello
castaño parecía de plata. —Atrás, NICK,— repitió,
encarándolo y dándole la espalda a Harry. —Harry no… no es él mismo
en este momento.
—Él me importa una mierda.— La cara de Nick mostraba
una retorcida mueca de odio cuando miró fijamente Louis. —Vengo
por ti. Harry era mío antes de que tú te presentaras. Eres el motivo de
todo esto, y el único que debería haber recibido esos golpes. Así que
vengo a dártelos ahora, los cuarenta y uno, marica.— Alzó el bate de
béisbol sobre su cabeza y avanzó hacia Louis.
La visión de su amante siendo amenazado fue demasiado. Harry
se sintió romper, sintió algo desgarrarse dentro de su pecho cuando
el antiguo y terrible cambio se abrió camino a través de su cuerpo.
—Y una mierda que vas a dar,— refunfuñó, pero las palabras le
salieron en un gruñido ininteligible y de repente sus ojos veían en
tonos de profundos azul y gris. Podía oler la sangre en el aire, su
propia sangre, lo cual lo enfureció todavía más. Y también la sangre
de Nick. un olor denso y cobrizo que despertó un hambre
salvaje dentro de él.
En algún lugar dentro de él una voz gritaba que aquello estaba
mal, que podría lamentarlo después. Controla tus emociones, ¡debes
controlar tus emociones! Pero era demasiado tarde y la luna encima
de él demasiado fuerte. Una vez que el cambio lo cogía, no había
marcha atrás, la bestia estaba fuera y no podría ser aplacada con
nada salvo con sangre.
La criatura que había sido Harry echó la cabeza hacia atrás y
aulló.
Los hermanos que agarraban a Lou no pudieron quitárselo de
encima lo bastante rápido. Empujándolo hacia Harry, salieron
corriendo de la sala común seguidos por la mayoría de los otros
Alphas.
La espalda de Harry se sentía como si estuviera en llamas.
Como si alcanzase a tocar la temblorosa carne desnuda de su espalda
pudiera retirar la mano llena de lava en lugar de sangre. Pero no solo
eran su espalda y sus hombros lo que estaba ardiendo. La rabia
temblaba en sus venas, una furia tan profunda que no podía
expresarla con palabras.
—¿Harry? ¿Estás bien?— Louis claramente quería detenerse,
valorar el daño de la espalda de su amante, pero Harry lo cogió por un
brazo y lo arrastró fuera de la casa. Por encima de sus cabezas, la
luna estaba tan llena y brillante que cada hoja y brizna de hierba
parecía cubierto de escarcha por su pálido reflejo.
—Estoy bien ahora, pero no lo estaré durante mucho tiempo.—
Harry obligó a las palabras a salir de su boca. Parecía como si la luna
lo deslumbrara. Su pálida luz era como una aguja de plata en su
cerebro, llamándolo, no dejándolo en paz. La ira y el dolor que lo
atravesaban eran demasiado, demasiado difícil para controlar. No
sabía cuánto tiempo podría mantenerse sin cambiar.
Y entonces estaban en el aparcamiento de la casa de la
hermandad, no lejos de la seguridad que proporcionaba la hilera de
árboles que rodeaba la casa. Harry rebuscó frenéticamente en el
bolsillo de sus vaqueros. Sacó las llaves de su golpeado Camaro del
84 y las puso en la mano de Louis.
— ¿Qué es esto? ¿Qué estás haciendo?— Louis se quedó
mirando las llaves como un idiota, obviamente todavía atontado por
la visión de la brutal paliza.
—Escucha, Lou,— Harry le dijo con tono de urgencia,
ignorando sus preguntas. —Necesito que te vayas de aquí. Estoy
bastante seguro de que soy como una bomba de relojería. ¿Podrás
llegar a casa?
—¿De qué estás hablando? No me voy a ir a casa.— Louis
trató de devolverle las llaves. —No me voy a ningún sitio hasta que te
llevemos a urgencias y te revisen la espalda. Es probable que
necesites puntos, cientos de puntos.
—Olvida esa estupidez — Harry cerró firmemente la mano de
Louis sobre las llaves. —Tienes que irte, Lou. Irte ahora. No
sabes a qué clase de peligro te enfrentas.
—¿De quién, de los hermanos?— Lou miró hacia atrás a la
iluminada casa de la fraternidad. No soy tan estúpido como para
volver allí, Harry. Yo…
—No de los hermanos.— Harry pasó una mano por sus ojos e
hizo varias inspiraciones profundas, tratando de calmarse. Tratando
de luchar contra la luna. —De mí. El peligro soy yo. No puedo… no sé
cuánto tiempo podré manejar… todo esto. El dolor y…— levantó la
vista hacia el cielo, mirando con los ojos entrecerrados los
abrasadores rayos que querían doblegarlo, cambiarlo. —La luna. La
luna me exige sangre.— Podía oír cómo su voz había descendido casi
una octava, sonando como un gruñido animal, y sus ojos le escocían.
La familiar sensación solo podía significar una cosa, el profundo color
Verde de sus ojos había sido remplazado por un intenso dorado.
Lou lo miró acojonado, pero no había nada que Harry pudiera
hacer. Nada salvo huir antes de que la luna lo reclamase totalmente y
fuese obligado a cambiar.
—Harry ¿de qué estás hablando? Creo que estás delirando.
Tenemos que llevarte a un hospital. — A pesar de su evidente miedo,
Lou lo miró decidido. Decidido no a abandonarlo, sino a apoyarlo sin
importar lo que pasara.
Harry sacudió la cabeza. Una emoción más fuerte que la furia se
apoderó de él y agarró a Louis, tirando de él para darle un abrazo
aplastante.
Louis se presionó con fuerza contra su cuerpo, como si de
alguna manera sintiese que aquello era un adiós. —Te amo pase lo
que pase,— susurró en el cuello de Harry. —Como nunca había amado a nadie antes.
Harry se retiró. Podía sentir el caliente escozor de las lágrimas
en sus ojos, más doloroso incluso que las punzadas de su espalda
herida. —Yo siento lo mismo, Lou. Yo… tengo que irme. Yo …
—¡Eh, marica!— Aquella aguda voz nasal pertenecía sin ninguna
duda a Nick.
Harry se giró para enfrentarse a él, quien se acercaba a grandes
zancadas a través de la hierba helada bajo la luz de la luna con un
bate de béisbol en la mano. El terror subió por su espina dorsal como
una fría serpiente al ver el desprecio y el enfado en la delgada cara
de Nick. Dios, pensó. Por favor, ¡ahora no, aquí no! Podía
sentir a la bestia latiendo dentro de él – empujando para liberarse.
Odiaba a Nick tanto como él, incluso más. Si perdía el control
ahora… Controla tus emociones, se dijo a sí mismo con
desesperación. Un Were debe controlar sus emociones siempre cerca
de los humanos.
—¡Atrás!— Louis se colocó entre ellos, extendiendo una mano
para detener la violencia. A la luz de la luna su brillante cabello
castaño parecía de plata. —Atrás, NICK,— repitió,
encarándolo y dándole la espalda a Harry. —Harry no… no es él mismo
en este momento.
—Él me importa una mierda.— La cara de Nick mostraba
una retorcida mueca de odio cuando miró fijamente Louis. —Vengo
por ti. Harry era mío antes de que tú te presentaras. Eres el motivo de
todo esto, y el único que debería haber recibido esos golpes. Así que
vengo a dártelos ahora, los cuarenta y uno, marica.— Alzó el bate de
béisbol sobre su cabeza y avanzó hacia Louis.
La visión de su amante siendo amenazado fue demasiado. Harry
se sintió romper, sintió algo desgarrarse dentro de su pecho cuando
el antiguo y terrible cambio se abrió camino a través de su cuerpo.
—Y una mierda que vas a dar,— refunfuñó, pero las palabras le
salieron en un gruñido ininteligible y de repente sus ojos veían en
tonos de profundos azul y gris. Podía oler la sangre en el aire, su
propia sangre, lo cual lo enfureció todavía más. Y también la sangre
de Nick. un olor denso y cobrizo que despertó un hambre
salvaje dentro de él.
En algún lugar dentro de él una voz gritaba que aquello estaba
mal, que podría lamentarlo después. Controla tus emociones, ¡debes
controlar tus emociones! Pero era demasiado tarde y la luna encima
de él demasiado fuerte. Una vez que el cambio lo cogía, no había
marcha atrás, la bestia estaba fuera y no podría ser aplacada con
nada salvo con sangre.
La criatura que había sido Harry echó la cabeza hacia atrás y
aulló.
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Re: esclavo comprometido larry (hot)
[size=37]Capítulo dieciséis[/size]
Louis sintió un aliento caliente como un horno en su cuello y
vio que los ojos de Nick se abrían como platos por el miedo,
pero él no quiso sumar dos y dos hasta que oyó el prolongado y
solitario aullido detrás de él. No, pensó, el pánico se abría paso en su
mente. No, es mi imaginación. Si me doy la vuelta, solo dar la vuelta
y mirar, no será real. Solo estará Harry ahí de pie preparado para
darle una paliza a Nick con las manos vacías por amenazarme.
A pesar del discurso interior para levantar la moral, la última
cosa en el mundo que quería hacer era seguir su propio consejo,
aunque, de alguna manera, se obligó a sí mismo a hacerlo.
Sintiéndose atrapado en un sueño del que no podía despertar, se giró
como en cámara lenta, para encarar lo que estaba detrás de él.
Era la criatura del cuarto de baño. Los brillantes ojos dorados
miraban fijamente su interior y el grande y cruel hocico mostraba los
dientes en un gruñido silencioso. Era inmenso, de más de dos metros
de alto, y permanecía de pie sobre unos grandes pies que terminaban
en garras. Sus patas se inclinaban hacia atrás, como las de un perro.
Una gruesa piel de pelo negro cubría su alargado torso, que parecía
ser medio hombre, medio lobo. En el suelo junto a las garras de sus
pies, Louis pudo ver los restos de los vaqueros que Harry había
llevado puestos. Habían sido triturados como si fuesen papel viejo en
vez de gruesos vaqueros. Ese fue realmente el último detalle que lo
persuadió, que realmente lo convenció de qué era lo que estaba
viendo. Por mucho que no quisiera creerlo, esa criatura, esa cosa era
Harry.
Louis inspiró profundamente. Así que el monstruo en el baño
aquella noche no había sido un producto de su hiperactiva
imaginación ni un mal sueño. Justo como sucediera aquella primera
noche que había visto a la criatura en el baño, Louis oyó el eco de
las palabras de su amante en su cabeza. Todos tenemos secretos,
Lou. Incluido yo.
Los brillantes ojos dorados miraban fijamente sin pestañear en
su interior, y Louis sintió que sus piernas se volvían de
mantequilla. ¿Este era el secreto que Harry había querido contarle? O
quizás no era realmente tanto un secreto como algo a lo que él no
había querido enfrentarse. ¿No se había estado diciendo a sí mismo
que las noches que Harry pasaba fuera durante la luna llena no eran
nada importante, nada por lo que ponerse nervioso? ¿No había
evitado descubrir la verdad? ¿Cuál era esa famosa cita… Ah, sí, la
verdad os hará libres? Bueno, tenía toda la verdad que necesitaba
ahora, justo de pie frente a él, y, en este caso, parecía más bien que
la verdad podría matarlo.
—¿Ha–Harry?— tartamudeó, inseguro de lo que estaba diciendo.
—Harry, si estás ahí, soy yo. Soy Lou. No… no me hagas daño,
¿si?— Aquella amenazante cosa sobre él gruñó en tono amenazador,
pero sus ojos ya no se dirigían a Louis. De hecho, miraban
fijamente sobre su hombro.
Oh, demonios, pensó, sintiéndose aturdido. Nick viene
detrás de mí con un bate de béisbol. Se dio la vuelta otra vez,
lentamente como en un sueño, y vio que el presidente de la sección
estaba en el mismo sitio. Sus ojos estaban abiertos como platos y su
boca se movía sin pronunciar ningún sonido. Pero todavía estaba
agarrando el bate y ahora además con ambas manos, más como una
barrera entre él y el hombre-lobo que como una amenaza real.
La bestia obviamente no lo vio de esa manera. Gruñó bajo en
su garganta y pasó a Louis, caminando hacia el tembloroso
presidente. Pasó tan cerca a su lado que Louis pudo sentir su
grueso pelo deslizándose sobre su brazo y el terrible calor de su
enorme cuerpo.
—Nick,— susurró con urgencia. — Nick, suelta el
bate. Eso… él… piensa que lo estás amenazando. ¡Vamos, suéltalo!—
—¡Maldita sea, lo estoy amenazando!— La aguda voz nasal de
Nick estaba llena de falsa bravuconería, aunque sus acciones
contradecían sus palabras cuando dio un cauteloso paso hacia atrás.
—Fíjate en el tamaño de esta cosa. Quiero decir, no hay forma de que
pueda ser de verdad.
La criatura que había sido Harry gruñó otra vez, pero
Nick parecía haber tenido una idea que le gustaba, y no quiso
dejarlo.
—Exacto, no es real, ¿verdad? Es algo que han inventado entre
los dos para asustarme. Han estado conspirando todo el año para
volverme loco.— Frunció el ceño y movió el bate, provocando un
enfadado rugido de advertencia de la bestia. Con nerviosismo,
retrocedió lentamente otro paso de tal forma que llegó casi al
perímetro del bosque que rodeaba la casa de la fraternidad. —Bueno,
déjame decirte, Tomlinson, que esto es justo otra infracción más para
agregar a tu lista. Una razón más por la cual mereces esos cuarenta y
un golpes que te prometí. ¡Y tengo la intención de procurar que los
recibas! No me dais miedo.
— ¡Nick, no!— gritó Louis. Pero el presidente ya se
había puesto en movimiento. Cogió con un firme agarrón el grueso
mango de madera y dejó salir un grito cuando cargó contra la furiosa
criatura que había sido Harry.
Moviéndose demasiado rápido para que Louis pudiera
seguirlo con la mirada, la bestia encontró a Nick en el medio
del campo, entre el aparcamiento y el bosque, y le arrancó la cabeza.
A la luz de la luna, la sangre de Nick era un chorro de
color negro. Salió como un surtidor del corte irregular de su cuello,
empapando el grueso pelo de la bestia como si fuera un manto de
calor húmedo. Louis pudo sentir el acre olor, caliente y cobrizo, en
el aire mientras veía el cuerpo decapitado de Nick retorcerse
en la corta hierba.
La bestia echó la cabeza hacia atrás y rugió, un sonido
atronador que lo hizo temblar hasta los huesos. No podía creer que
no hubiese venido ningún hermano corriendo desde la casa de la
fraternidad, situada solo a unos pocos cientos de metros. Pero dentro
de la casa, alguien había puesto música, y muy alta, quizás buscando
ahogar las culpas que sentían por lo que había pasado.
Cualquier cosa que fuera, el rugido de la bestia pareció sacar a
Louis de su aturdimiento. Con un jadeo, comenzó a retroceder, sin
atreverse a dar la vuelta y echar a correr abiertamente por miedo a
que la bestia lo notara y viniera detrás de él también. Todavía tenía
las llaves de Harry agarradas con fuerza en una mano y comenzó a
manosearlas. Intentaba encontrar la manera correcta de actuar sin
quitarle los ojos de encima a la horrible visión del peligroso hombre-lobo
sobre el cuerpo muerto de Nick cuando las llaves se le
cayeron de la mano con un tintineo.
El ruido pareció atraer la atención de la criatura. Alzó su hocico
de la carnicería hecha con el cadáver de Nick y la mirada de
sus brillantes ojos dorados quedó trabada con la de Louis.
—Oh Dios. Oh no.— Manteniendo la mirada sobre la bestia,
Louis se agachó en el suelo y buscó las llaves entre las heladas
briznas de hierba. Si pudiera encontrarlas, sabía que el Camaro
estaba solo a unas pocas yardas detrás de él. Quizás podría escapar
en él. Mentalmente repitió los pasos a seguir. Encontrar las llaves,
elegir la correcta, dar la vuelta, correr hacia el coche, meterla en la
cerradura, meterse en el coche, cerrar la puerta…
De repente, la peluda forma que estaba delante de él comenzó
a temblar, una vibración tan rápida que los ojos de Andrew apenas
pudieron registrarla. Deseó poder verlo en cámara lenta, porque tenía
la impresión de que había ocurrido algo muy complicado, solo que
había pasado tan rápido que su aturdido cerebro era incapaz de
procesarlo.
Antes de que pudiera terminar su inconexo pensamiento, la
bestia se fue y Harry quedó en su lugar. Permaneció de pie bajo la luz
de la luna, respirando con fuerza y completamente desnudo con su
barbilla y su cara cubiertas de sangre. La sangre de Nick, se
dio cuenta Louis, porque había sido Harry quien lo había matado.
Harry en la forma de la enorme y peluda bestia.
Harry parpadeó como si despertase de una vívida pesadilla y
sacudió la cabeza. —¿ Lou?— preguntó. Su profunda voz sonaba
ronca, pero cuando dio un paso adelante, con una mano extendida,
Louis retrocedió. —¿ Lou?— preguntó otra vez. —No… no te
lastimé, ¿verdad?
Louis movió la cabeza lentamente de un lado a otro, pero
cuando trató de responder, no pudo pronunciar ni una palabra. Pasó
la lengua por sus labios y lo intentó de nuevo. —No… no me
lastimaste. Pero tú… Nick, él…— Su voz se fue apagando
mientras señalaba el sangriento cuerpo decapitado.
Harry se giró para mirar la matanza y cuando se dio la vuelta,
sus ojos tenían una mirada dura. —Ahora ya lo sabes,— dijo,
y dio otro paso hacia Louis.
Louis ya había encontrado las llaves, y tenía la correcta para
abrir el Camaro encerrada en su puño. Desearía atreverse a dar la
vuelta y encajar la llave en la cerradura, pero de cualquier forma, no
podía apartar la mirada del enfado que brillaba en los ojos de su ex–
amante. Dios, por favor, no le dejes cambiar otra vez. Por favor, oh,
por favor, no…
—Ahora ya sabes lo que quería decirte. Por qué tenía miedo de
que me dejaras cuando lo supieras. Porque soy esto.— Harry se
señaló a sí mismo, a su cuerpo desnudo vestido solo con sangre. —Y
ahora ya sabes por qué tampoco podía follarte, Lou. Porque si te
follo, podría convertirte. Convertirte en lo que yo soy. ¿Eso es lo que
quieres?
—N-no.— Sacudiendo la cabeza aturdido, Louis alargó la
mano hacia atrás, tratando de meter la llave en la cerradura sin
mirar. La delgada pieza de metal se deslizó a través del lateral del
Camaro con un sordo chirrido cuando sus sudorosos y paralizados
dedos apretaron demasiado fuerte. Harry dio un paso adelante con la
mano extendida y Louis se sobresaltó, casi dejando caer las llaves
otra vez.
—Cristo, Lou, ¿qué te pasa?— exigió, dando otro paso hacia
delante. —¿Qué mierda pasa?
Al fin la llave encontró la cerradura. Al mismo tiempo, Louis
encontró su voz. — ¿Que qué me pasa? Dios, Harry, solo… solo te vi
arrancar la cabeza de Nick y comerlo. ¿Qué diablos crees que
me pasa? ¿Es esto lo que has estado haciendo todas esas noches
cuando decías que ibas de caza? ¿Matar a la gente? ¿Este es tu gran
secreto?
—¿Qué? No, Lou, no todo es así. No cazo humanos. Solo… —
Harry dio otro paso adelante, pero Louis ya había abierto la puerta
del coche y se había deslizado dentro.
—No te acerques a mí,— dijo con voz temblorosa. —Solo… no te
acerques, Harry. Dejaré el coche donde puedas encontrarlo, pero
tengo que marcharme de aquí ahora.
Harry se detuvo donde estaba, un terrible dolor llenaba sus
verdes ojos. —Pensé que habías dicho que me amabas sin importar
nada más, Lou. Que querías que estuviéramos juntos para siempre.
Por un momento Louis sintió que su corazón se retorcía y casi
salió del Camaro para ir hacia su amante. Entonces recordó la salvaje
forma en que la bestia le había arrancado la cabeza a Nick y el
negro chorro de sangre que siguió a continuación. Amaba a Harry con
todo su corazón y una parte de él siempre lo haría. Pero no podía
superar esa imagen, no podía borrar el horripilante sonido de
desgarro de la cabeza de Nick al separarse de su cuerpo o el
caliente olor a cobre de su sangre que se vertía en la hierba
iluminada por la luna.
—Lo siento, Harry,— dijo con una voz tan baja que apenas podía
oírse a sí mismo. —Lo siento, pero esto es demasiado. No puedo.
Sencillamente no puedo.
Giró la llave, haciendo que el motor volviera a la vida y metió
una marcha en el coche. A medida que la figura de Harry se iba
haciendo más y más pequeña en el espejo retrovisor, sintió un nudo
en la garganta y una certeza creciendo en su corazón. Había
terminado, terminado de verdad.
Debería ser capaz de superar lo que era su amante, al menos
con el tiempo. Pero no había ninguna maldita forma de que superase
lo que hacía durante las noches de luna llena.
Nunca volvió a ver a Harry otra vez.
[size=37]ok aqui la maratoooon y si deje de llorar cundo mataron a Nick pero de nuevo me large a llorar por que lou le teme a harry[/size]
Louis sintió un aliento caliente como un horno en su cuello y
vio que los ojos de Nick se abrían como platos por el miedo,
pero él no quiso sumar dos y dos hasta que oyó el prolongado y
solitario aullido detrás de él. No, pensó, el pánico se abría paso en su
mente. No, es mi imaginación. Si me doy la vuelta, solo dar la vuelta
y mirar, no será real. Solo estará Harry ahí de pie preparado para
darle una paliza a Nick con las manos vacías por amenazarme.
A pesar del discurso interior para levantar la moral, la última
cosa en el mundo que quería hacer era seguir su propio consejo,
aunque, de alguna manera, se obligó a sí mismo a hacerlo.
Sintiéndose atrapado en un sueño del que no podía despertar, se giró
como en cámara lenta, para encarar lo que estaba detrás de él.
Era la criatura del cuarto de baño. Los brillantes ojos dorados
miraban fijamente su interior y el grande y cruel hocico mostraba los
dientes en un gruñido silencioso. Era inmenso, de más de dos metros
de alto, y permanecía de pie sobre unos grandes pies que terminaban
en garras. Sus patas se inclinaban hacia atrás, como las de un perro.
Una gruesa piel de pelo negro cubría su alargado torso, que parecía
ser medio hombre, medio lobo. En el suelo junto a las garras de sus
pies, Louis pudo ver los restos de los vaqueros que Harry había
llevado puestos. Habían sido triturados como si fuesen papel viejo en
vez de gruesos vaqueros. Ese fue realmente el último detalle que lo
persuadió, que realmente lo convenció de qué era lo que estaba
viendo. Por mucho que no quisiera creerlo, esa criatura, esa cosa era
Harry.
Louis inspiró profundamente. Así que el monstruo en el baño
aquella noche no había sido un producto de su hiperactiva
imaginación ni un mal sueño. Justo como sucediera aquella primera
noche que había visto a la criatura en el baño, Louis oyó el eco de
las palabras de su amante en su cabeza. Todos tenemos secretos,
Lou. Incluido yo.
Los brillantes ojos dorados miraban fijamente sin pestañear en
su interior, y Louis sintió que sus piernas se volvían de
mantequilla. ¿Este era el secreto que Harry había querido contarle? O
quizás no era realmente tanto un secreto como algo a lo que él no
había querido enfrentarse. ¿No se había estado diciendo a sí mismo
que las noches que Harry pasaba fuera durante la luna llena no eran
nada importante, nada por lo que ponerse nervioso? ¿No había
evitado descubrir la verdad? ¿Cuál era esa famosa cita… Ah, sí, la
verdad os hará libres? Bueno, tenía toda la verdad que necesitaba
ahora, justo de pie frente a él, y, en este caso, parecía más bien que
la verdad podría matarlo.
—¿Ha–Harry?— tartamudeó, inseguro de lo que estaba diciendo.
—Harry, si estás ahí, soy yo. Soy Lou. No… no me hagas daño,
¿si?— Aquella amenazante cosa sobre él gruñó en tono amenazador,
pero sus ojos ya no se dirigían a Louis. De hecho, miraban
fijamente sobre su hombro.
Oh, demonios, pensó, sintiéndose aturdido. Nick viene
detrás de mí con un bate de béisbol. Se dio la vuelta otra vez,
lentamente como en un sueño, y vio que el presidente de la sección
estaba en el mismo sitio. Sus ojos estaban abiertos como platos y su
boca se movía sin pronunciar ningún sonido. Pero todavía estaba
agarrando el bate y ahora además con ambas manos, más como una
barrera entre él y el hombre-lobo que como una amenaza real.
La bestia obviamente no lo vio de esa manera. Gruñó bajo en
su garganta y pasó a Louis, caminando hacia el tembloroso
presidente. Pasó tan cerca a su lado que Louis pudo sentir su
grueso pelo deslizándose sobre su brazo y el terrible calor de su
enorme cuerpo.
—Nick,— susurró con urgencia. — Nick, suelta el
bate. Eso… él… piensa que lo estás amenazando. ¡Vamos, suéltalo!—
—¡Maldita sea, lo estoy amenazando!— La aguda voz nasal de
Nick estaba llena de falsa bravuconería, aunque sus acciones
contradecían sus palabras cuando dio un cauteloso paso hacia atrás.
—Fíjate en el tamaño de esta cosa. Quiero decir, no hay forma de que
pueda ser de verdad.
La criatura que había sido Harry gruñó otra vez, pero
Nick parecía haber tenido una idea que le gustaba, y no quiso
dejarlo.
—Exacto, no es real, ¿verdad? Es algo que han inventado entre
los dos para asustarme. Han estado conspirando todo el año para
volverme loco.— Frunció el ceño y movió el bate, provocando un
enfadado rugido de advertencia de la bestia. Con nerviosismo,
retrocedió lentamente otro paso de tal forma que llegó casi al
perímetro del bosque que rodeaba la casa de la fraternidad. —Bueno,
déjame decirte, Tomlinson, que esto es justo otra infracción más para
agregar a tu lista. Una razón más por la cual mereces esos cuarenta y
un golpes que te prometí. ¡Y tengo la intención de procurar que los
recibas! No me dais miedo.
— ¡Nick, no!— gritó Louis. Pero el presidente ya se
había puesto en movimiento. Cogió con un firme agarrón el grueso
mango de madera y dejó salir un grito cuando cargó contra la furiosa
criatura que había sido Harry.
Moviéndose demasiado rápido para que Louis pudiera
seguirlo con la mirada, la bestia encontró a Nick en el medio
del campo, entre el aparcamiento y el bosque, y le arrancó la cabeza.
A la luz de la luna, la sangre de Nick era un chorro de
color negro. Salió como un surtidor del corte irregular de su cuello,
empapando el grueso pelo de la bestia como si fuera un manto de
calor húmedo. Louis pudo sentir el acre olor, caliente y cobrizo, en
el aire mientras veía el cuerpo decapitado de Nick retorcerse
en la corta hierba.
La bestia echó la cabeza hacia atrás y rugió, un sonido
atronador que lo hizo temblar hasta los huesos. No podía creer que
no hubiese venido ningún hermano corriendo desde la casa de la
fraternidad, situada solo a unos pocos cientos de metros. Pero dentro
de la casa, alguien había puesto música, y muy alta, quizás buscando
ahogar las culpas que sentían por lo que había pasado.
Cualquier cosa que fuera, el rugido de la bestia pareció sacar a
Louis de su aturdimiento. Con un jadeo, comenzó a retroceder, sin
atreverse a dar la vuelta y echar a correr abiertamente por miedo a
que la bestia lo notara y viniera detrás de él también. Todavía tenía
las llaves de Harry agarradas con fuerza en una mano y comenzó a
manosearlas. Intentaba encontrar la manera correcta de actuar sin
quitarle los ojos de encima a la horrible visión del peligroso hombre-lobo
sobre el cuerpo muerto de Nick cuando las llaves se le
cayeron de la mano con un tintineo.
El ruido pareció atraer la atención de la criatura. Alzó su hocico
de la carnicería hecha con el cadáver de Nick y la mirada de
sus brillantes ojos dorados quedó trabada con la de Louis.
—Oh Dios. Oh no.— Manteniendo la mirada sobre la bestia,
Louis se agachó en el suelo y buscó las llaves entre las heladas
briznas de hierba. Si pudiera encontrarlas, sabía que el Camaro
estaba solo a unas pocas yardas detrás de él. Quizás podría escapar
en él. Mentalmente repitió los pasos a seguir. Encontrar las llaves,
elegir la correcta, dar la vuelta, correr hacia el coche, meterla en la
cerradura, meterse en el coche, cerrar la puerta…
De repente, la peluda forma que estaba delante de él comenzó
a temblar, una vibración tan rápida que los ojos de Andrew apenas
pudieron registrarla. Deseó poder verlo en cámara lenta, porque tenía
la impresión de que había ocurrido algo muy complicado, solo que
había pasado tan rápido que su aturdido cerebro era incapaz de
procesarlo.
Antes de que pudiera terminar su inconexo pensamiento, la
bestia se fue y Harry quedó en su lugar. Permaneció de pie bajo la luz
de la luna, respirando con fuerza y completamente desnudo con su
barbilla y su cara cubiertas de sangre. La sangre de Nick, se
dio cuenta Louis, porque había sido Harry quien lo había matado.
Harry en la forma de la enorme y peluda bestia.
Harry parpadeó como si despertase de una vívida pesadilla y
sacudió la cabeza. —¿ Lou?— preguntó. Su profunda voz sonaba
ronca, pero cuando dio un paso adelante, con una mano extendida,
Louis retrocedió. —¿ Lou?— preguntó otra vez. —No… no te
lastimé, ¿verdad?
Louis movió la cabeza lentamente de un lado a otro, pero
cuando trató de responder, no pudo pronunciar ni una palabra. Pasó
la lengua por sus labios y lo intentó de nuevo. —No… no me
lastimaste. Pero tú… Nick, él…— Su voz se fue apagando
mientras señalaba el sangriento cuerpo decapitado.
Harry se giró para mirar la matanza y cuando se dio la vuelta,
sus ojos tenían una mirada dura. —Ahora ya lo sabes,— dijo,
y dio otro paso hacia Louis.
Louis ya había encontrado las llaves, y tenía la correcta para
abrir el Camaro encerrada en su puño. Desearía atreverse a dar la
vuelta y encajar la llave en la cerradura, pero de cualquier forma, no
podía apartar la mirada del enfado que brillaba en los ojos de su ex–
amante. Dios, por favor, no le dejes cambiar otra vez. Por favor, oh,
por favor, no…
—Ahora ya sabes lo que quería decirte. Por qué tenía miedo de
que me dejaras cuando lo supieras. Porque soy esto.— Harry se
señaló a sí mismo, a su cuerpo desnudo vestido solo con sangre. —Y
ahora ya sabes por qué tampoco podía follarte, Lou. Porque si te
follo, podría convertirte. Convertirte en lo que yo soy. ¿Eso es lo que
quieres?
—N-no.— Sacudiendo la cabeza aturdido, Louis alargó la
mano hacia atrás, tratando de meter la llave en la cerradura sin
mirar. La delgada pieza de metal se deslizó a través del lateral del
Camaro con un sordo chirrido cuando sus sudorosos y paralizados
dedos apretaron demasiado fuerte. Harry dio un paso adelante con la
mano extendida y Louis se sobresaltó, casi dejando caer las llaves
otra vez.
—Cristo, Lou, ¿qué te pasa?— exigió, dando otro paso hacia
delante. —¿Qué mierda pasa?
Al fin la llave encontró la cerradura. Al mismo tiempo, Louis
encontró su voz. — ¿Que qué me pasa? Dios, Harry, solo… solo te vi
arrancar la cabeza de Nick y comerlo. ¿Qué diablos crees que
me pasa? ¿Es esto lo que has estado haciendo todas esas noches
cuando decías que ibas de caza? ¿Matar a la gente? ¿Este es tu gran
secreto?
—¿Qué? No, Lou, no todo es así. No cazo humanos. Solo… —
Harry dio otro paso adelante, pero Louis ya había abierto la puerta
del coche y se había deslizado dentro.
—No te acerques a mí,— dijo con voz temblorosa. —Solo… no te
acerques, Harry. Dejaré el coche donde puedas encontrarlo, pero
tengo que marcharme de aquí ahora.
Harry se detuvo donde estaba, un terrible dolor llenaba sus
verdes ojos. —Pensé que habías dicho que me amabas sin importar
nada más, Lou. Que querías que estuviéramos juntos para siempre.
Por un momento Louis sintió que su corazón se retorcía y casi
salió del Camaro para ir hacia su amante. Entonces recordó la salvaje
forma en que la bestia le había arrancado la cabeza a Nick y el
negro chorro de sangre que siguió a continuación. Amaba a Harry con
todo su corazón y una parte de él siempre lo haría. Pero no podía
superar esa imagen, no podía borrar el horripilante sonido de
desgarro de la cabeza de Nick al separarse de su cuerpo o el
caliente olor a cobre de su sangre que se vertía en la hierba
iluminada por la luna.
—Lo siento, Harry,— dijo con una voz tan baja que apenas podía
oírse a sí mismo. —Lo siento, pero esto es demasiado. No puedo.
Sencillamente no puedo.
Giró la llave, haciendo que el motor volviera a la vida y metió
una marcha en el coche. A medida que la figura de Harry se iba
haciendo más y más pequeña en el espejo retrovisor, sintió un nudo
en la garganta y una certeza creciendo en su corazón. Había
terminado, terminado de verdad.
Debería ser capaz de superar lo que era su amante, al menos
con el tiempo. Pero no había ninguna maldita forma de que superase
lo que hacía durante las noches de luna llena.
Nunca volvió a ver a Harry otra vez.
[size=37]ok aqui la maratoooon y si deje de llorar cundo mataron a Nick pero de nuevo me large a llorar por que lou le teme a harry[/size]
loveanime_or
Re: esclavo comprometido larry (hot)
qué???? pero esto qué es??? por qué me haces esto? que nunca volvió a ver a harry otra vez? pero esta qué mierda es! lou joder que harry no te hace daño escúchale!! ay de verdad por qué por qué
inmaaamlg
Re: esclavo comprometido larry (hot)
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrr me acabo de volver a leer los dos primeros caps y me va a dar algo, ahora sí que estoy llorando pero lou gilipollas de mierda qué coño hiciste con tu vida subnormal!!!!!!!!!!!! cómo te pudiste ir y casarte con una tía estando enamorado de harry, ni siquiera le dejaste que te explicara de verdad que gilipollas te odio muchísimo louis tomlinson para qué? para ahora querer suicidarte? harry ya se había enfrentado a su padre y tú... coges y le dejas, eres tonto
inmaaamlg
Re: esclavo comprometido larry (hot)
chicas un aviso importante, ahora estoy en extremo ocupada creo que podre actualizar en unas semanas luego les explico pero es culpa del colegio
loveanime_or
Re: esclavo comprometido larry (hot)
aaaaaaaaaaaaaaaaaah me muero ya me había hecho ilusiones al ver una nueva respuesta en "esclavo comprometido" =( =( odio eterno a tus profesores
inmaaamlg
Re: esclavo comprometido larry (hot)
hola volvi
estube ocupada con mi practica y las pruebas finales pero qui el capitulo
estube ocupada con mi practica y las pruebas finales pero qui el capitulo
loveanime_or
Re: esclavo comprometido larry (hot)
[size=37]Capítulo Diecisiete[/size]
Hoy
Louis no sabía por qué sus pensamientos habían retrocedido
a aquella noche de hacía tanto tiempo, la última vez que había visto a
Harry. Después de todo, no era como si fuese a verlo ahora, no con
una pistola en la boca y un dedo apretando el gatillo. Echó una última
mirada a su alrededor al dormitorio amueblado con buen gusto con
su enorme cama de caoba. Eleonor había decorado la habitación
principal en tonos canela que lo hacían pensar en una habitación de
motel. Esperaba que el desastre que iba a hacer saliera con una
pequeña limpieza en seco. Por otra parte, probablemente se alegraría
de tener la oportunidad de redecorarla.
Abajo, los golpes en la puerta se hicieron más fuertes y Harry
gritó su nombre. El cañón de la Glock estaba frío contra su lengua y
una mínima presión podría hacer que se disparara. No sabía por qué
no podía obligarse a sí mismo sencillamente a apretar el gatillo con
rapidez, quizás no quería oír el ruido que haría la Glock cuando
disparara. Pero ¿lo oiría si la parte de atrás de su cabeza saliera
volando al mismo tiempo? Si un abogado se suicidaba en su
residencia urbana y nadie lo oía, ¿realmente él había existido? Ja, ja,
Louis, muy gracioso, pero este no es momento para cuestiones
filosóficas, solo hazlo.
Link (el perro) todavía estaba ladrando frenéticamente escaleras abajo,
pero fuera de la casa se produjo un súbito silencio. Harry había dejado
de gritar su nombre y de exigir que le abriese la puerta. Bueno,
quizás su viejo amigo había perdido interés, Louis sabía que él ciertamente lo había perdido. Había perdido interés en continuar con
la mentira que era su vida. Su dedo apretó el gatillo otra vez.
El sonido de la madera al hacerse astillas abajo lo detuvo.
¿Realmente Harry había echado abajo la puerta? Por segunda vez,
Andrew sacó la pistola de la boca. Hubo unas fuertes pisadas en las
escaleras y de repente la puerta de la habitación se abrió de golpe.
—Baja la pistola, Lou. Ahora.— Harry dio un paso adelante,
una mano extendida como si quisiera agarrar la Glock de la mano de
Louis.
—¿Harry?— Los dedos de Louis se tensaron por reflejo en el
frío metal. —No…
No tuvo oportunidad de terminar. Antes de que pudiera hacerlo,
Harry lo atacó, dio con la Glock en el suelo y los envió a ambos a la
inmaculada y enorme cama que había detrás.
—¡Uf!— Todo el aire salió de los pulmones de Louis cuando
más de cien kilos de sólido músculo aterrizaron sobre él. Forcejeó
para sentarse, pero Harry lo había inmovilizado, con sus insondables
ojos verdes llenos de ira y preocupación.
A Louis lo asombró que aunque había pasado casi una
década, su viejo amigo parecía casi exactamente el mismo. Su
grueso cabello ruloso estaba un poco más corto, quizás, y tenía unas
pocas arrugas en las esquinas de la boca y de los ojos que no habían
estado allí en la universidad, pero en su mayor parte, Harry estaba
como Louis lo recordaba. Y también seguía siendo tan dominante
como antes.
—Quítateme… quítateme de encima,— dijo jadeando. — ¿Qué
estás haciendo aquí?
Harry frunció el ceño, pero no se movió ni una pulgada. —¿Me
escribes una jodida nota de suicidio y tienes que preguntarme eso?
¿Qué crees que estoy haciendo aquí? Te estoy salvando el pellejo.
—Bueno, quizás no… no quiero ser salvado.— Louis se
retorció bajo el sólido peso del otro hombre, tratando de liberarse. De
repente, sintió algo duro y caliente rozar contra su muslo, la polla de
Harry. Se sentía igual, también. Para su vergüenza, sintió que su
propia polla se endurecía en respuesta. Harry debió haberlo sentido
también, porque de repente sus ojos se entrecerraron.
— ¿Qué pasa, Lou? ¿Todavía me tienes miedo?— murmuró, su
cálido aliento sobre la mejilla de Louis.
—Nunca te tuve miedo.— Louis dejó de forcejear, dejó de
luchar contra la sensación de ser dominado, de ser forzado a
someterse. Le recordaba demasiado a la primera vez que se habían
encontrado, a la forma en que había sido forzado a chupar la gruesa
polla que podía sentir presionando contra su muslo. A pesar de su
desasosiego, estaba tan duro que le dolía.
—Corriste como si tuvieras miedo. Corriste y nunca volviste.—
Harry lo miró enfadado otra vez, sus verdes ojos brillando como el oro
durante un momento, recordándole a Louis a la bestia que llevaba
dentro. Pero de alguna manera, el recuerdo no lo asustó, lo enfadó.
—¿Qué esperabas que hiciera después de ver tu conversión en
esa… esa criatura y matar a Nick?— exigió, mirando
ferozmente los ojos de Harry. — ¿Por qué no me contaste lo que eras? ¿Por qué no me lo explicaste? ¿Y por qué tuviste que matarle, en primer lugar?
—Oficialmente, no lo hice. Un lobo solitario lo hizo.— Harry
sonrió abiertamente, mostrando sus blancos dientes, ignorando
deliberadamente las preguntas de Louis.
—Lo sé. Todos los periódicos cubrieron la noticia. Estuve
esperando que la policía llamase a mi puerta, pero nunca vinieron.—
Louis frunció el ceño y luchó contra el deseo de intentar levantarse otra vez, obviamente _Harry no iba a dejarlo ir hasta que a él le
pareciera.
—Yo también los esperé en mi puerta. Pero nunca aparecieron.
¿Por qué no me entregaste?— preguntó, pareciendo más curioso que
disgustado.
—¿Entregarte? ¿Lo dices en serio?— Louis le dirigió una
incrédula mirada. —No podría hacerte eso. No podría, Harry. Por otra
parte, ¿qué le diría a la policía? ¿Que mi ama… quiero decir, mi
compañero de habitación se había convertido en un gigantesco lobo
y… y le había arrancado la cabeza al presidente de la sección Alpha
Psi?—
—Podrías haberlo hecho.— Harry lo miró especulativamente. —
Pudiste haber ido a la policía o incluso hacer una llamada anónima,
pero no lo hiciste. ¿Fue porque me tenías miedo? ¿O… porque todavía
te interesaba?
—Yo…— Louis apartó la mirada, incapaz de enfrentarse a la
del otro hombre. —Creo que te dije en el correo electrónico que te
envié que nunca… nunca había dejado de pensar en ti. En nosotros.
—¿Es de eso de lo que va todo esto?— Harry señaló con la
cabeza la Glock que se encontraba como un juguete descartado en el
suelo al lado de la cama.
—Sí, no… quizás. En parte.— Louis se retorció otra vez,
incómodo. —Mira, ¿vas a dejar que me levante?
—No, creo que no.— Harry le dirigió una lenta y perezosa
sonrisa. —Ha pasado mucho tiempo desde que no te tenía en esta
posición. Creo que te mantendré así un rato.
Louis se exasperó. —Bueno, ¿podrías al menos contestar a
alguna de mis preguntas mientras me sujetas a la cama?— exigió. —
Como ¿por qué demonios te entregaste aquella noche e hiciste lo que
hiciste?
—Creo que la persona que envía una nota de suicidio debe ser
la que conteste las preguntas,— señaló Harry, pero después se aplacó.
—Soy un Were. Lo que Hollywood llama un hombre-lobo, supongo,
pero nosotros no nos consideramos así. Cambio cuando la luna está
llena, cazo y vuelvo a cambiar. Y antes de que me lo preguntes, no,
no cazo humanos. Da la casualidad de que hice una excepción en el
caso de Nick porque el enano maldito te estaba amenazando
con un bate de béisbol.
—Pero…— La cabeza de Louis le daba vueltas con la nueva
información. —Pero ¿tenías que matarlo?
Harry se encogió de hombros, un movimiento que presionó su
polla más profundamente en el muslo de Louis. —No pude evitarlo.
No se razona tan bien en forma de lobo como lo harías como un
humano. Toda tu atención está centrada en tus sentidos, no en tu
cerebro. Mis sentidos me estaban diciendo que mi amante estaba en
peligro y la bestia dentro de mí actuó en consecuencia.— Se encogió
de hombros otra vez. —Sayonara, Nick.
—Así que… lo mataste por mí. De igual forma que recibiste mi
paliza aquella noche. Pero yo pensé…— Louis sacudió la cabeza,
inseguro de lo que estaba tratando de decir.
—Pensaste que me había convertido en un monstruo peludo y
asesino que mataba a la gente y que tú serías el siguiente. No lo
niegues, lo vi en tus ojos .— Los propios ojos de Harry estaban llenos
de emoción ahora, la ira y la tristeza luchaban en sus negras
profundidades.
—No sé lo que pensé. Estaba muerto de miedo,— admitió. —
Pero lo superé, con el tiempo, sobre en lo que te habías convertido, al
menos. No sé si podré superar todo lo que te vi hacer. Pero no te
tengo miedo ahora. Quiero decir, no importa lo que le hiciste a
Nick, a mí no me lastimarías. ¿Verdad?— Levantó la vista
hacia su viejo amigo con indecisión.
—No, por supuesto que no, Lou. No tengo la costumbre de
desgarrar en trozos a la gente que amo. No físicamente, al menos.—
Harry suspiró profundamente y al final rodó de encima de Louis. —
Emocionalmente es otra historia. Siento no habértelo contado antes,
siento que tuvieras que descubrirlo de esa manera. Quise decírtelo
esa noche, pero entonces fue cuando todo ocurrió. Lo pospuse tanto
tiempo porque… vi la expresión de tu cara aquella noche que volvía
de cazar y pensé… supongo que tenía miedo de que te marcharas si
lo sabías.
—No sé lo que habría hecho.— Louis se incorporó hasta que
pudo sentarse con la espalda sobre la tallada cabecera de caoba.
Estaba contento de hablar sobre eso después de tanto tiempo.
Contento y un poco sorprendido de que hablar con Harry fuera tan
fácil como siempre había sido. —Especialmente después de todo lo
que nos pasó. No solo Nick, me refiero a toda esa última
noche. La forma en que nos arrastraron escaleras abajo y… y…—
Sacudió la cabeza, tratando de no recordar la terrible imagen de la
musculosa espalda de Harry, ensangrentada y magullada por los
golpes con el bastón.
—Eh, Lou, está bien.— Harry puso una mano sobre su rodilla.
—No, no lo está.— Inspiró profundamente. —Hay algo que
siempre he querido preguntarte sobre eso. Algo que me he estado
preguntando. ¿Tienes cicatrices?
Harry frunció el ceño. —¿Que si tengo qué?
—Cicatrices. De la… de la paliza.—
—Oh, bueno…— Harry pareció incómodo. —No muchas, no. Solo
unas pocas líneas. Nada importante.
—¿Puedo verlas?— Louis se incorporó un poco más cerca de
su viejo amigo, pero Harry sacudió la cabeza.
—No hay nada que ver, ya te lo dije.
—Bueno, enséñamelas de todas formas.— Louis lo alcanzó y
suavemente tiró del dobladillo de la ajustada camiseta negra que
Harry llevaba. Harry suspiró y entonces, sin una palabra, se sacó de un
tirón la camiseta y la lanzó al suelo. Se puso boca abajo, con la
cabeza apoyada sobre los brazos cuando apartó la mirada de Louis.
Louis se inclinó sobre él y dejó salir un largo y bajo silbido
mientras sus dedos seguían las ásperas y blancas líneas de tejido
cicatrizado que atravesaban la ancha y musculosa espalda de su ex –
amante. Suavemente, casi con reverencia, siguió el mapa de dolor
con la yema de los dedos, mirando mientras Harry se estremecía bajo
su contacto.
—Deberían haber sido mías.— Fue un susurro, más un
pensamiento que de alguna manera había escapado de la boca de
Louis que una declaración que hubiese querido decir en voz alta.
—No.— Todavía acostado sobre su estómago, Harry giró la
cabeza hacia Louis. —No, Lou.
Louis extendió la mano sobre la ancha espalda de Harry. —
¿Por qué recibiste mi paliza aquella noche? ¿Pensaste que yo no
podría con ella?
Harry lo miró con sus negros ojos llenos de una emoción sin
expresar. —No recibí la paliza aquella noche porque pensara que tú
no podías hacerlo. Vi esa mirada en tus ojos, esa mirada de, que te
jodan, y supe que podrías con cualquier cosa que aquellos malditos
bastardos te infligieran.
—Entonces, ¿por qué?— Louis frunció el ceño.
—Porque… tenía miedo de que pudiéramos terminar aquella
noche, después de que te dijera… te mostrara lo que era.— El dolor llenaba los ojos de Harry mientras hablaba en voz baja. —Era la
última cosa que podía hacer por ti. La única manera que sabía de
mostrarte cómo me sentía.
—¿Y cómo… cómo te sentías?— Louis notó que su corazón
golpeaba contra sus costillas y su boca estaba casi demasiado seca
para hacer la pregunta.
—¿Cómo me sentías?— Harry le respondió, incorporándose. —¿Y
qué has hecho tú con tu vida estos últimos nueve años en vez de
pasarlos conmigo? Quiero decir que me mantuve al tanto de tu vida a
distancia, pero quería oírlo de ti, si piensas que las cosas han sido
mejores de lo que habrían sido si hubiésemos seguido juntos. Si
aquella noche nunca hubiese ocurrido.
Louis suspiró. —Realmente no puedo contestar a eso, Harry.
Supongo que hice todo lo que mi familia esperaba de mí y seguí los
pasos de mi padre. Ahora he conseguido lo que todo el mundo sueña
conseguir, un trabajo perfecto, una casa cara, un coche último
modelo, una hermosa mujer que proviene de una familia
apropiada…— Se encogió de hombros. —Y aquí estoy con una pistola
en la boca. ¿Por qué no soy feliz?
—Porque ese no eres tú, no es tu sueño,— dijo Harry. —No del
Louis que conocía, en cualquier caso. No querías ser un chupasangre
corporativo, perdóname, abogado, en primer lugar. Querías ser
biólogo. Y nunca parecías preocupado por dónde vivías o qué
conducías tampoco. Quiero decir, no eras aficionado a las cosas. No
eras materialista.
—Sí, supongo que no.— Louis bajó la vista hacia sus manos.
—Y no querías ningún trofeo blanco para follar cada noche.— La
profunda voz de Harry se hizo más grave, casi como un gruñido. —Si
no recuerdo mal, tú eras el único que quería ser follado. ¿No es
cierto, Lou?
—Yo… uh…— Louis sintió que las mejillas se le ponían
calientes y de repente su erección había vuelto con toda su fuerza.
Dios, ¿cuánto tiempo había pasado desde que se había permitido
pensar sobre esa parte de sí mismo? ¿Fantasear sobre lo que
realmente quería? No había visto al hombre que estaba sentado a su
lado en casi una década y aún así el tono autoritario de Harry todavía
lo hacía ponerse dolorosamente duro.
—He dicho ¿no es cierto, esclavo?— Harry ahuecó su mejilla con
una mano grande y callosa y giró la cara de Louis para que no
pudiera evitar mirar sus ardientes ojos verdes.
Louis tragó saliva, oyendo un seco clic en su garganta. —Sí…
sí, Señor,— murmuró, oyendo la sumisión en su propia voz.
— ¿Recuerdas cómo solías rogarme que te follara?— continuó
con una voz baja e íntima. — ¿Recuerdas cómo te gustaba chuparme
la polla y tragar mi semen?
Hoy
Louis no sabía por qué sus pensamientos habían retrocedido
a aquella noche de hacía tanto tiempo, la última vez que había visto a
Harry. Después de todo, no era como si fuese a verlo ahora, no con
una pistola en la boca y un dedo apretando el gatillo. Echó una última
mirada a su alrededor al dormitorio amueblado con buen gusto con
su enorme cama de caoba. Eleonor había decorado la habitación
principal en tonos canela que lo hacían pensar en una habitación de
motel. Esperaba que el desastre que iba a hacer saliera con una
pequeña limpieza en seco. Por otra parte, probablemente se alegraría
de tener la oportunidad de redecorarla.
Abajo, los golpes en la puerta se hicieron más fuertes y Harry
gritó su nombre. El cañón de la Glock estaba frío contra su lengua y
una mínima presión podría hacer que se disparara. No sabía por qué
no podía obligarse a sí mismo sencillamente a apretar el gatillo con
rapidez, quizás no quería oír el ruido que haría la Glock cuando
disparara. Pero ¿lo oiría si la parte de atrás de su cabeza saliera
volando al mismo tiempo? Si un abogado se suicidaba en su
residencia urbana y nadie lo oía, ¿realmente él había existido? Ja, ja,
Louis, muy gracioso, pero este no es momento para cuestiones
filosóficas, solo hazlo.
Link (el perro) todavía estaba ladrando frenéticamente escaleras abajo,
pero fuera de la casa se produjo un súbito silencio. Harry había dejado
de gritar su nombre y de exigir que le abriese la puerta. Bueno,
quizás su viejo amigo había perdido interés, Louis sabía que él ciertamente lo había perdido. Había perdido interés en continuar con
la mentira que era su vida. Su dedo apretó el gatillo otra vez.
El sonido de la madera al hacerse astillas abajo lo detuvo.
¿Realmente Harry había echado abajo la puerta? Por segunda vez,
Andrew sacó la pistola de la boca. Hubo unas fuertes pisadas en las
escaleras y de repente la puerta de la habitación se abrió de golpe.
—Baja la pistola, Lou. Ahora.— Harry dio un paso adelante,
una mano extendida como si quisiera agarrar la Glock de la mano de
Louis.
—¿Harry?— Los dedos de Louis se tensaron por reflejo en el
frío metal. —No…
No tuvo oportunidad de terminar. Antes de que pudiera hacerlo,
Harry lo atacó, dio con la Glock en el suelo y los envió a ambos a la
inmaculada y enorme cama que había detrás.
—¡Uf!— Todo el aire salió de los pulmones de Louis cuando
más de cien kilos de sólido músculo aterrizaron sobre él. Forcejeó
para sentarse, pero Harry lo había inmovilizado, con sus insondables
ojos verdes llenos de ira y preocupación.
A Louis lo asombró que aunque había pasado casi una
década, su viejo amigo parecía casi exactamente el mismo. Su
grueso cabello ruloso estaba un poco más corto, quizás, y tenía unas
pocas arrugas en las esquinas de la boca y de los ojos que no habían
estado allí en la universidad, pero en su mayor parte, Harry estaba
como Louis lo recordaba. Y también seguía siendo tan dominante
como antes.
—Quítateme… quítateme de encima,— dijo jadeando. — ¿Qué
estás haciendo aquí?
Harry frunció el ceño, pero no se movió ni una pulgada. —¿Me
escribes una jodida nota de suicidio y tienes que preguntarme eso?
¿Qué crees que estoy haciendo aquí? Te estoy salvando el pellejo.
—Bueno, quizás no… no quiero ser salvado.— Louis se
retorció bajo el sólido peso del otro hombre, tratando de liberarse. De
repente, sintió algo duro y caliente rozar contra su muslo, la polla de
Harry. Se sentía igual, también. Para su vergüenza, sintió que su
propia polla se endurecía en respuesta. Harry debió haberlo sentido
también, porque de repente sus ojos se entrecerraron.
— ¿Qué pasa, Lou? ¿Todavía me tienes miedo?— murmuró, su
cálido aliento sobre la mejilla de Louis.
—Nunca te tuve miedo.— Louis dejó de forcejear, dejó de
luchar contra la sensación de ser dominado, de ser forzado a
someterse. Le recordaba demasiado a la primera vez que se habían
encontrado, a la forma en que había sido forzado a chupar la gruesa
polla que podía sentir presionando contra su muslo. A pesar de su
desasosiego, estaba tan duro que le dolía.
—Corriste como si tuvieras miedo. Corriste y nunca volviste.—
Harry lo miró enfadado otra vez, sus verdes ojos brillando como el oro
durante un momento, recordándole a Louis a la bestia que llevaba
dentro. Pero de alguna manera, el recuerdo no lo asustó, lo enfadó.
—¿Qué esperabas que hiciera después de ver tu conversión en
esa… esa criatura y matar a Nick?— exigió, mirando
ferozmente los ojos de Harry. — ¿Por qué no me contaste lo que eras? ¿Por qué no me lo explicaste? ¿Y por qué tuviste que matarle, en primer lugar?
—Oficialmente, no lo hice. Un lobo solitario lo hizo.— Harry
sonrió abiertamente, mostrando sus blancos dientes, ignorando
deliberadamente las preguntas de Louis.
—Lo sé. Todos los periódicos cubrieron la noticia. Estuve
esperando que la policía llamase a mi puerta, pero nunca vinieron.—
Louis frunció el ceño y luchó contra el deseo de intentar levantarse otra vez, obviamente _Harry no iba a dejarlo ir hasta que a él le
pareciera.
—Yo también los esperé en mi puerta. Pero nunca aparecieron.
¿Por qué no me entregaste?— preguntó, pareciendo más curioso que
disgustado.
—¿Entregarte? ¿Lo dices en serio?— Louis le dirigió una
incrédula mirada. —No podría hacerte eso. No podría, Harry. Por otra
parte, ¿qué le diría a la policía? ¿Que mi ama… quiero decir, mi
compañero de habitación se había convertido en un gigantesco lobo
y… y le había arrancado la cabeza al presidente de la sección Alpha
Psi?—
—Podrías haberlo hecho.— Harry lo miró especulativamente. —
Pudiste haber ido a la policía o incluso hacer una llamada anónima,
pero no lo hiciste. ¿Fue porque me tenías miedo? ¿O… porque todavía
te interesaba?
—Yo…— Louis apartó la mirada, incapaz de enfrentarse a la
del otro hombre. —Creo que te dije en el correo electrónico que te
envié que nunca… nunca había dejado de pensar en ti. En nosotros.
—¿Es de eso de lo que va todo esto?— Harry señaló con la
cabeza la Glock que se encontraba como un juguete descartado en el
suelo al lado de la cama.
—Sí, no… quizás. En parte.— Louis se retorció otra vez,
incómodo. —Mira, ¿vas a dejar que me levante?
—No, creo que no.— Harry le dirigió una lenta y perezosa
sonrisa. —Ha pasado mucho tiempo desde que no te tenía en esta
posición. Creo que te mantendré así un rato.
Louis se exasperó. —Bueno, ¿podrías al menos contestar a
alguna de mis preguntas mientras me sujetas a la cama?— exigió. —
Como ¿por qué demonios te entregaste aquella noche e hiciste lo que
hiciste?
—Creo que la persona que envía una nota de suicidio debe ser
la que conteste las preguntas,— señaló Harry, pero después se aplacó.
—Soy un Were. Lo que Hollywood llama un hombre-lobo, supongo,
pero nosotros no nos consideramos así. Cambio cuando la luna está
llena, cazo y vuelvo a cambiar. Y antes de que me lo preguntes, no,
no cazo humanos. Da la casualidad de que hice una excepción en el
caso de Nick porque el enano maldito te estaba amenazando
con un bate de béisbol.
—Pero…— La cabeza de Louis le daba vueltas con la nueva
información. —Pero ¿tenías que matarlo?
Harry se encogió de hombros, un movimiento que presionó su
polla más profundamente en el muslo de Louis. —No pude evitarlo.
No se razona tan bien en forma de lobo como lo harías como un
humano. Toda tu atención está centrada en tus sentidos, no en tu
cerebro. Mis sentidos me estaban diciendo que mi amante estaba en
peligro y la bestia dentro de mí actuó en consecuencia.— Se encogió
de hombros otra vez. —Sayonara, Nick.
—Así que… lo mataste por mí. De igual forma que recibiste mi
paliza aquella noche. Pero yo pensé…— Louis sacudió la cabeza,
inseguro de lo que estaba tratando de decir.
—Pensaste que me había convertido en un monstruo peludo y
asesino que mataba a la gente y que tú serías el siguiente. No lo
niegues, lo vi en tus ojos .— Los propios ojos de Harry estaban llenos
de emoción ahora, la ira y la tristeza luchaban en sus negras
profundidades.
—No sé lo que pensé. Estaba muerto de miedo,— admitió. —
Pero lo superé, con el tiempo, sobre en lo que te habías convertido, al
menos. No sé si podré superar todo lo que te vi hacer. Pero no te
tengo miedo ahora. Quiero decir, no importa lo que le hiciste a
Nick, a mí no me lastimarías. ¿Verdad?— Levantó la vista
hacia su viejo amigo con indecisión.
—No, por supuesto que no, Lou. No tengo la costumbre de
desgarrar en trozos a la gente que amo. No físicamente, al menos.—
Harry suspiró profundamente y al final rodó de encima de Louis. —
Emocionalmente es otra historia. Siento no habértelo contado antes,
siento que tuvieras que descubrirlo de esa manera. Quise decírtelo
esa noche, pero entonces fue cuando todo ocurrió. Lo pospuse tanto
tiempo porque… vi la expresión de tu cara aquella noche que volvía
de cazar y pensé… supongo que tenía miedo de que te marcharas si
lo sabías.
—No sé lo que habría hecho.— Louis se incorporó hasta que
pudo sentarse con la espalda sobre la tallada cabecera de caoba.
Estaba contento de hablar sobre eso después de tanto tiempo.
Contento y un poco sorprendido de que hablar con Harry fuera tan
fácil como siempre había sido. —Especialmente después de todo lo
que nos pasó. No solo Nick, me refiero a toda esa última
noche. La forma en que nos arrastraron escaleras abajo y… y…—
Sacudió la cabeza, tratando de no recordar la terrible imagen de la
musculosa espalda de Harry, ensangrentada y magullada por los
golpes con el bastón.
—Eh, Lou, está bien.— Harry puso una mano sobre su rodilla.
—No, no lo está.— Inspiró profundamente. —Hay algo que
siempre he querido preguntarte sobre eso. Algo que me he estado
preguntando. ¿Tienes cicatrices?
Harry frunció el ceño. —¿Que si tengo qué?
—Cicatrices. De la… de la paliza.—
—Oh, bueno…— Harry pareció incómodo. —No muchas, no. Solo
unas pocas líneas. Nada importante.
—¿Puedo verlas?— Louis se incorporó un poco más cerca de
su viejo amigo, pero Harry sacudió la cabeza.
—No hay nada que ver, ya te lo dije.
—Bueno, enséñamelas de todas formas.— Louis lo alcanzó y
suavemente tiró del dobladillo de la ajustada camiseta negra que
Harry llevaba. Harry suspiró y entonces, sin una palabra, se sacó de un
tirón la camiseta y la lanzó al suelo. Se puso boca abajo, con la
cabeza apoyada sobre los brazos cuando apartó la mirada de Louis.
Louis se inclinó sobre él y dejó salir un largo y bajo silbido
mientras sus dedos seguían las ásperas y blancas líneas de tejido
cicatrizado que atravesaban la ancha y musculosa espalda de su ex –
amante. Suavemente, casi con reverencia, siguió el mapa de dolor
con la yema de los dedos, mirando mientras Harry se estremecía bajo
su contacto.
—Deberían haber sido mías.— Fue un susurro, más un
pensamiento que de alguna manera había escapado de la boca de
Louis que una declaración que hubiese querido decir en voz alta.
—No.— Todavía acostado sobre su estómago, Harry giró la
cabeza hacia Louis. —No, Lou.
Louis extendió la mano sobre la ancha espalda de Harry. —
¿Por qué recibiste mi paliza aquella noche? ¿Pensaste que yo no
podría con ella?
Harry lo miró con sus negros ojos llenos de una emoción sin
expresar. —No recibí la paliza aquella noche porque pensara que tú
no podías hacerlo. Vi esa mirada en tus ojos, esa mirada de, que te
jodan, y supe que podrías con cualquier cosa que aquellos malditos
bastardos te infligieran.
—Entonces, ¿por qué?— Louis frunció el ceño.
—Porque… tenía miedo de que pudiéramos terminar aquella
noche, después de que te dijera… te mostrara lo que era.— El dolor llenaba los ojos de Harry mientras hablaba en voz baja. —Era la
última cosa que podía hacer por ti. La única manera que sabía de
mostrarte cómo me sentía.
—¿Y cómo… cómo te sentías?— Louis notó que su corazón
golpeaba contra sus costillas y su boca estaba casi demasiado seca
para hacer la pregunta.
—¿Cómo me sentías?— Harry le respondió, incorporándose. —¿Y
qué has hecho tú con tu vida estos últimos nueve años en vez de
pasarlos conmigo? Quiero decir que me mantuve al tanto de tu vida a
distancia, pero quería oírlo de ti, si piensas que las cosas han sido
mejores de lo que habrían sido si hubiésemos seguido juntos. Si
aquella noche nunca hubiese ocurrido.
Louis suspiró. —Realmente no puedo contestar a eso, Harry.
Supongo que hice todo lo que mi familia esperaba de mí y seguí los
pasos de mi padre. Ahora he conseguido lo que todo el mundo sueña
conseguir, un trabajo perfecto, una casa cara, un coche último
modelo, una hermosa mujer que proviene de una familia
apropiada…— Se encogió de hombros. —Y aquí estoy con una pistola
en la boca. ¿Por qué no soy feliz?
—Porque ese no eres tú, no es tu sueño,— dijo Harry. —No del
Louis que conocía, en cualquier caso. No querías ser un chupasangre
corporativo, perdóname, abogado, en primer lugar. Querías ser
biólogo. Y nunca parecías preocupado por dónde vivías o qué
conducías tampoco. Quiero decir, no eras aficionado a las cosas. No
eras materialista.
—Sí, supongo que no.— Louis bajó la vista hacia sus manos.
—Y no querías ningún trofeo blanco para follar cada noche.— La
profunda voz de Harry se hizo más grave, casi como un gruñido. —Si
no recuerdo mal, tú eras el único que quería ser follado. ¿No es
cierto, Lou?
—Yo… uh…— Louis sintió que las mejillas se le ponían
calientes y de repente su erección había vuelto con toda su fuerza.
Dios, ¿cuánto tiempo había pasado desde que se había permitido
pensar sobre esa parte de sí mismo? ¿Fantasear sobre lo que
realmente quería? No había visto al hombre que estaba sentado a su
lado en casi una década y aún así el tono autoritario de Harry todavía
lo hacía ponerse dolorosamente duro.
—He dicho ¿no es cierto, esclavo?— Harry ahuecó su mejilla con
una mano grande y callosa y giró la cara de Louis para que no
pudiera evitar mirar sus ardientes ojos verdes.
Louis tragó saliva, oyendo un seco clic en su garganta. —Sí…
sí, Señor,— murmuró, oyendo la sumisión en su propia voz.
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con una voz baja e íntima. — ¿Recuerdas cómo te gustaba chuparme
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