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Quebrantando las leyes de Tomlinson (Larry Stylinson)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 7 de 8. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
Re: Quebrantando las leyes de Tomlinson (Larry Stylinson)
Daria se metió en tremendo lió pobre, espero la sigas pronto y que acabe tanta tensión sexual xD
Rebeca.
Re: Quebrantando las leyes de Tomlinson (Larry Stylinson)
Ay me encantan estas historias policiales que te dejan pensando, y toda esa tensión sexual entre Louis y Harry lo hace aún mejor!
Tiene sentido la teoría de Harry sobre que pudieron haber confundido a Daria con una de esas chicas. Pero la pregunta es... dónde está esa maldita laptop??? y qué era lo que ocultaba Daria? porque está claro que un secreto tenía.
En fin, seguila pronto! Besos :)
Tiene sentido la teoría de Harry sobre que pudieron haber confundido a Daria con una de esas chicas. Pero la pregunta es... dónde está esa maldita laptop??? y qué era lo que ocultaba Daria? porque está claro que un secreto tenía.
En fin, seguila pronto! Besos :)
BlahBlahBlah
Re: Quebrantando las leyes de Tomlinson (Larry Stylinson)
oh dios dios oh dios no me habia dado cuenta que habias subido :c
oh dios Louis casi casi le dice "algo" a Harry y de no ser por Riley,pero me alegro que Riley tenga mas pistas,me gusta riley ojala no se muera o nada :c en fin espero que sigas subiendo cosas! besosliz :3
oh dios Louis casi casi le dice "algo" a Harry y de no ser por Riley,pero me alegro que Riley tenga mas pistas,me gusta riley ojala no se muera o nada :c en fin espero que sigas subiendo cosas! besosliz :3
ElectricBlue13
Re: Quebrantando las leyes de Tomlinson (Larry Stylinson)
Si, el caso de Daria es bien interesante y atrapante.DaLiiS escribió:Owww que capítulo!!
Vaya esto me deja mucha intriga con lo de Daria y ahora lo de Bree(creo que si son casos conectados)
Ese Riley no me daba confianza pero si(me cae bien)*mi favorito*
Daria trabajaba en un club de striptease OH SEÑOR!!
Jajajaja el estúpido enamoramiento de Harry :3 que lindo <3
Esta fic me encanta unas de mis favoritas sin duda :D
Jeje siguela!!!
Harry es bien lindo, todo enamorado de Louis y sufriendo por ello.
La sigooo:)))
Invitado
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Re: Quebrantando las leyes de Tomlinson (Larry Stylinson)
La historia de Daria esta buen interesante. Ellos tan lindos!!!inmaaamlg escribió:dios dios dios esto no puede estar más interesante entre la historia de Daria y harry y louis intentando mantener a raya las ganas que tienen de comerse los morros, vamos harry ve por louis que se muere de ganas y el tontito no va a hacer nada por sus estúpidas leyes... síguela prontooo
La sigoo
Invitado
Invitado
Re: Quebrantando las leyes de Tomlinson (Larry Stylinson)
La historia de Daria es todo un acertijo!Debby escribió:Ahora lo del caso va a adquiriendo mas sentido. Daria fue una victima mas al azar, posiblemente de trata o algo de eso. Igual el asunto lo vuelve mas complicado porque ya no tienen ni puta idea a quien buscar, supongo.
A todo esto, las cosas entre ellos estan tensas pero a la vez se van facilitando y agh.. que no los interrumpan mas! ah.
Seguila pronto por favor, bye!
Las interrupciones!!!!! ahahah
La sigo
Invitado
Invitado
Re: Quebrantando las leyes de Tomlinson (Larry Stylinson)
La historia de Daria es todo un misterio y esta bien genial!!!Rebeca. escribió:Daria se metió en tremendo lió pobre, espero la sigas pronto y que acabe tanta tensión sexual xD
Laa sigoo:)
Invitado
Invitado
Re: Quebrantando las leyes de Tomlinson (Larry Stylinson)
ah, son bien interesantes!!! Tensión, ahí ay muchas tensión!BlahBlahBlah escribió:Ay me encantan estas historias policiales que te dejan pensando, y toda esa tensión sexual entre Louis y Harry lo hace aún mejor!
Tiene sentido la teoría de Harry sobre que pudieron haber confundido a Daria con una de esas chicas. Pero la pregunta es... dónde está esa maldita laptop??? y qué era lo que ocultaba Daria? porque está claro que un secreto tenía.
En fin, seguila pronto! Besos :)
OOHHH, es toda una historia!!!
La sigo
Invitado
Invitado
Re: Quebrantando las leyes de Tomlinson (Larry Stylinson)
ahahaha, todo bien!!ElectricBlue13 escribió:oh dios dios oh dios no me habia dado cuenta que habias subido :c
oh dios Louis casi casi le dice "algo" a Harry y de no ser por Riley,pero me alegro que Riley tenga mas pistas,me gusta riley ojala no se muera o nada :c en fin espero que sigas subiendo cosas! besosliz :3
Lo se!!!!
Laaaa sigoooo:))))
Invitado
Invitado
Re: Quebrantando las leyes de Tomlinson (Larry Stylinson)
Laa sigo;)))Louisismysunshinne escribió:seguila
Invitado
Invitado
Capitulo 6
Louis se mordió el labio y en silencio se ordenó no gruñir. El señor Henrry Shadden, el propietario del Club Kitty, estaba sentado frente a él en la penumbra del establecimiento casi vacío, mintiendo a través de sus dientes torcidos. Una canción de Poison sonaba al fondo, el sonido de la guitarra era tan fuerte que sacudía el suelo de baldosas de colores. Dos mujeres jóvenes, una con cabello negro azabache y largos rizos castaños, trabajaban en el poste y lentamente se quitaban un brillante corpiño y unas pantis negras de cuero por las propinas de los clientes.
Henrry apenas le dio a Louis una mirada cuando se puso de pie. —Si terminaron las preguntas, tengo que regresar al trabajo.
Louis agarró el brazo de Henrry y aplicó la suficiente presión para que el imbécil regresara al asiento.
—¿Qué jodidos sucede, hombre? —La voz de Henrry cambió de despistada a un gemido defensivo—. Te dije que no sé la mierda que quieres saber. Lo juro.
—No soy policía, señor Shadden, pero una vez tuve placa. — Louis no pudo evitar la mueca en su boca—. Si me sigues diciendo mierda, me aseguraré de que tengas un enjambre de tipos de azul en este lugar esta noche. Van a llegar tan lejos dentro de tu culo que saborearás su colonia en tu garganta antes de que les diga que cometí un error.
—Bien. —Henrry se echó hacia atrás en su silla—. Termina de hacer tus malditas preguntas.
Louis levantó su mirada hacia donde Harry estaba sentado del otro lado del club de striptease. El tipo parecía serio y profesional mientras otra chica en una pequeña camiseta sin mangas y unos muy cortos shorts sacudía la cabeza hacia él, claramente le decía que no sabía nada de una tal Daria Sarna.
Mientras un cliente abría la puerta haciendo que entrara un poco más de luz al club, Louis vio a Henrry con una sonrisa victoriosa. «Ah sí». —Sí dices que la señorita Sarna nunca ha trabajado aquí, entonces me permitirás ver tus vídeos de seguridad para constatarlo por mí mismo.
—No tengo ninguno.
Un nudo de la tensión sobre el ojo izquierdo de Louis aumentó a una bola con más fuerza. Se frotó el dolor de cabeza que se estaba desarrollando mientras un suspiro se le escapaba. —Vi las cámaras en el estacionamiento cuando entré, señor Shadden.
—Falsas —dijo Henrry—. Sólo existen para alejar a la gente que cree que puede venir a robar en este lugar. Puedes verlas si lo deseas. No tienen nada.
—Oh, seguro que lo haré. —La tensión se convirtió en un palpitante pulso en el cráneo de Louis.
—Lo siento.
—Claro que sí. —Louis tomó la foto de Daria, y apartó la silla que rechinó en el suelo cuando se puso de pie—. Gracias por tu ayuda, tanto como fue.
Del otro lado del club, Harry le dio la mano a la chica y se acercó a Louis. Habían hablado ya con el personal, ninguno había hecho mucho más que murmurar un “no, no conozco a Daria Sarna”, al igual que el propietario. Cuando Harry se unió a Louis le hizo una discreta señal de “no conseguí nada” con su mano.
Louis empujó las puertas del frente del club, y Harry llegó a su lado. —No encontré nada —dijo Harry—. Ninguna chica reconoce a Daria.
—No. Yo tampoco encontré nada. —Louis giró alrededor del edificio—. Ven conmigo.
—¿Qué haces? —Después de correr unos pasos, Harry caminó al lado de Louis—. El carro está allá. —Señaló el estacionamiento.
Louis tomó la mano de Harry y lo jaló a su lado. Maldición, él amaba la fuerte y sólida sensación de los dedos de Harry, y no podía evitar pensar en ellos tocando cada centímetro de su cuerpo. El pensar en eso le causó un estremecimiento que hizo que apartara la mano antes de empujar a Harry sobre su abdomen y llevar a cabo la fantasía de su vida.
Ordenándose silenciosamente a concentrarse en el trabajo, Louis bajó la voz y empujó a Harry a un lado del club. —Las niñas no reconocieron a Daria porque tenían miedo. Me di cuenta que más de una de ellas comprobaban si su jefe estaba prestándoles atención, cuando hablaban contigo. —Cuando llegaron a la esquina trasera del edificio, Louis detuvo a Harry con un golpe en su antebrazo—. Sin duda todas conocían a Daria, pero tenemos que esperar a que al menos una de ellas le agradara lo suficiente para tratar de escapar y llegar con nosotros para ofrecernos ayuda una vez que no tenga que preocuparse de que su jefe la vea.
—Entonces, ¿qué hacemos? —De la manera más linda posible Harry miró alrededor a la parte trasera del club, con su columna pegada a la pared, asomó la nariz hacia la esquina—. ¿Vamos a quedarnos en la puerta de empleados y ver si alguna de las chicas sale a fumar para poder hablar con ellas de nuevo?
—No. —Sin poder evitarlo, Louis se movió y se colocó contra la pared, apoyando la mano a sólo unos centímetros de la cabeza de Harry. Se dijo que sólo tenía que acercarse lo suficiente para oler el aroma de Harry. Ni más, ni menos—. No creo que vayamos a tener que hacer eso. Ahhh, ahí vamos. —Louis respiró sobre el cabello de Harry, y maldición, se sentía peligrosamente cerca que estar encima de él en una cama, con sus brazos flexionados siendo lo único que evitaba que sus cuerpos conectaran de arriba abajo.
«Jodidamadre».
Louis exhaló para mantener su deseo sumergido y respiró profundamente a centímetros de Harry. Mentalmente se ordenaba de nuevo poner toda su atención en el movimiento en la parte posterior del club. —Mira lo que tenemos. Alguien más está dando un vistazo. —La mujer volvió a entrar demasiado rápido—. Apuesto a que ella fue a revisar si alguien la veía. Diez dólares a que vamos a verla de nuevo en cinco segundos y vendrá a buscarnos, esperando que aún estemos aquí.
—Ella es Mya —dijo Harry. Se dio la vuelta, y el movimiento colocó sus labios peligrosamente cerca de los de Louis. Sus pupilas se encendieron, y pasó la lengua por el borde de su boca, pero no se salió de entre los brazos de Louis. Sin embargo la voz de Harry se tensó un poco en la garganta. Louis definitivamente oyó el cambio cuando le dijo—: Ella es del cuerpo de Pilates. ¿Puedes creer que tiene dos hijos menores de cuatro años?
—¿Ah, sí? —Louis le preguntó, con una sonrisa en su voz. Maldición, quería recorrer la boca de Harry con su lengua y saborearlo. Louis se mordió la mejilla para evitarlo, pero no podía alejarse de la pared aunque su vida dependiera de eso.
Rojo inundaba las rosadas mejillas de Harry, brillantes líneas carmesí marcaban sus angulares huesos. —Traté de mantener conversaciones con las mujeres que no tuvieran mucho que ver con el caso —compartió Harry—. Tenía la esperanza de haría que se sintiesen más cómodas hablando conmigo.
La única cosa más poderosa que sus deseos por ese hombre era su trabajo y esperaba que la mujer saliera en este momento y lo salvara de inclinar la cabeza de Harry y tomar la llena boca del hombre con más intención. Mya no sólo abrió la puerta, sino que ella salió al frío y comenzó a caminar hacia el estacionamiento de enfrente.
«Jesús».
Antes de que Louis tuviera una erección durante el trabajo, se separó de Harry y se acercó a la mujer latina que usaba un suéter con gorra y una capa roja.
—Hey. —Tratando de acercarse de una manera menos intimidante, Louis le tendió la mano—. Harry me dice que tu nombre es Mya. Soy Louis. ¿Vienes a buscarme?
—Sí. Esperaba poder encontrarlos antes de que se fueran. —Mya dio un rápido vistazo a la puerta por la que acababa de salir antes de estrechar la mano de Louis—. Mira, no sé si la chica que conocí es tu chica, pero creo que es ella. —Una mujer con el cabello rubio y corto se asomó por la puerta y levantó el pulgar hacia Mya—. Cindy está cuidando el club por mí. Ella dice que Shaddy está babeando con una de sus chicas favoritas en este momento, pero eso no puede durar mucho tiempo.
—Ten. —Louis le dio la foto de Daria—. Mira de nuevo a la jovencita. ¿La conoces?
Soltando su suéter, Mya estudió la imagen. —Creo que es ella. La estructura de los huesos, la boca, la forma de la parte superior del cuerpo es igual, pero la chica se hacía llamar Sunny, y ella tenía el cabello rojo muy profundo con corte funky entrecortado. —Mya tomó la fotografía de Louis. Después de verla una vez más, se puso a golpearla contra su mano—. Cuando vi la foto de esta chica, Daria, en las noticias, recuerdo que pensé que me parecía un poco familiar. Pero la noticia hablaba de alguien que había ido a una prestigiosa escuela secundaria y universidad, y Sunny tenía como un acento de Nueva York, y pensé que ella ni siquiera se había graduado de la escuela secundaria. A veces las personas se parecen, por lo que no pensé mucho en eso. Entonces, uno de nuestros camareros, dijo algo acerca de cómo Sunny y esta niña desaparecida se parecían, y eso enojó a Shaddy. Dijo que no era ella esa chica y que si alguien preguntaba, nosotros nunca tuvimos a Daria Sarna trabajando aquí. Porque —entregó la fotografía— nosotros teníamos trabajando aquí a Sunny.
—¿Y cuando tú y el camarero pensaron que les resultaba familiar, nadie cuestionó la insistencia de Shaddy de que no era la misma chica? —Louis le preguntó.
Repentinamente fuego ardía en los ojos de Mya. —Nunca he visto a Shaddy tan enojado. Todos trabajamos aquí, y Shaddy puede despedirnos si cree que estamos buscando algo. Sabe que no puede ser demandado por despido injustificado o acoso sexual por una bailarina de striptease, ¿lo sabían?
Louis detuvo el injusto tono que se filtró en su voz. —Me disculpo. ¿Puedes decirnos cuánto tiempo Sunny trabajó aquí?
Mya chasqueó la lengua, antes de decir: —Sunny empezó a trabajar aquí quizás dos semanas antes de que viera en las noticias a esa chica Daria desaparecida. Tenemos chicas que entran y salen todo el tiempo, por lo que no fue tan extraño cuando Sunny repentinamente no se presentó a trabajar.
—Me gustaría volver con tu jefe por un segundo. ¿Se te ocurre alguna razón por la que el señor Shadden quisiera hacerle daño a Sunny? —Louis preguntó una de las más obvias preguntas que hubiera pronunciado en su vida.
Mya resopló. —Él quería joderla, si eso puede contar como algo. Ella usó ese tono de chica dura de Nueva York y le dijo que mantuviera sus manos sobre sí mismo. Él también insinuó que podía hacer un montón de dinero extra haciendo shows arriba en las habitaciones privadas. Ella le dijo que le preguntara directamente si quería que fuera su proxeneta por un precio, y Shaddy rápidamente le aseguró que no era lo que quiso decir. —Poniendo los ojos en blanco, Mya terminó—: Era exactamente lo que quería decir. No es que puedas probarlo.
Louis pudo ver a Harry furiosamente tomando notas, lo que le permitió respirar más fácilmente y concentrarse exclusivamente en Mya, lo que decía y su lenguaje corporal.
—¿Sabes cuándo ocurrió eso con Sunny? —preguntó.
—Creo que dos días antes. —Mya miró hacia abajo a un brillante reloj con incrustaciones de cristal en su muñeca—. No tengo mucho más tiempo. Va a ser mi turno en el escenario pronto. Ya les dije todo lo que sé.
—Sólo un segundo más —pidió Louis—. Si puedes.
Mya miró a Cindy, y su postura se volvió más tensa. —Date prisa.
—¿Puede pensar en otra cosa importante sobre Sunny? ¿Alguna vez mencionó a una Daria, como si fuera otra persona? ¿Ella no respondía al nombre de Sunny, como si fuera un nombre nuevo para ella?
—No, ni siquiera Sunny era nueva en esto. Ella dijo que había estado trabajando en Gentleman's Choice un par de semanas antes de que viniera aquí pero no le agradó el dueño, por lo que renunció. —Mya había dejado caer una bomba sin darse cuenta que lo había hecho.
—¿Algo más?
—Sabes —Mya se animó—, Sunny me preguntó acerca de alguien llamada Tracy. Ella incluso me mostró una foto para ver si la reconocía. No la conocía, pero creo que Cindy sí. —Mya se acercó a la puerta, taconeando sobre el concreto—. Cin —susurró—. ¿Sunny también te preguntó acerca de esa chica Tracy, verdad?
Cuando Louis y Harry se acercaron, Cindy dijo: —Sí. Creo que esa fue la última noche que trabajó aquí. Le dije que Tracy trabajó aquí durante un mes y luego no regresó. Quería saber si sabía dónde estaba trabajando ahora, pero no lo sabía. Nunca oí hablar de Tracy de nuevo después de que se fue. —Cindy desapareció a una zona de vestidor y miró a través de otra puerta—. Date prisa —le dijo a Mya—. Shaddy parece que está aburrido.
Nuevos escenarios y posibilidades aumentaban la velocidad de las ruedas que giraban en la mente de Louis. —¿Cómo se veía esa Tracy? —le preguntó a Mya—. ¿Te acuerdas de la foto?
—Bastante. Cabello largo rubio, labios carnosos, ojos azules. Se veía joven, creo. —Por segunda vez, Mya se animó—. Puedo hacer un dibujo de memoria, si lo deseas. Soy muy buena. Podría haber ido a la escuela de arte si no hubiera tenido que abandonar.
—¿Puedes hacerlo? —Louis no supo cómo se contuvo de tomar a la mujer y hacerla girar en un rápido círculo feliz.
Mya miró a Cindy de nuevo. Esta vez, Louis podía ver a la otra mujer tocándose la muñeca y haciéndole señas a Mya. —Mierda —murmuró Mya—. No puedo hacerlo ahora. Tengo tres minutos para llevar mi culo al escenario. Podría hacerlo cuando llegue a casa esta noche. —Ella asintió, emocionada—. Pueden regresar mañana y tenerlo.
—¿Tienes computadora y escáner? —Louis le preguntó, ya sacando una tarjeta—. Puedes enviármelo por correo electrónico esta noche tan pronto como lo termines.
—No, no tengo una computadora. Pero hay un lugar a un par de cuadras de mi apartamento. Podría enviártela desde ahí.
—Eso sería excelente. —Louis sacó el clip de dinero de su bolsillo delantero—. Déjeme darte un billete de veinte, no quiero que gastes tu dinero, y ten mi tarjeta. —Tomó la pluma de Harry con una disculpa y anotó algunos datos sobre el grueso papel mate de la tarjeta gris—. He añadido mi celular personal y la dirección de correo electrónico en la parte posterior. ¿Está bien?
—Está bien. Genial. Fantástico. —Mya guardó la tarjeta de Louis y el dinero en el bolsillo de su sudadera—. Debo irme. Ustedes también deberían hacerlo. Adiós. —Cerró la puerta, dejando a Louis y a Harry solos.
—Mierda. —Louis se secó las líneas de tensión de su boca. Le dio una mirada cómplice a Harry mientras caminaban de regreso al carro—. Parece que de alguna manera Daria estaba juntando las piezas de estas chicas rubias que estaban desapareciendo.
—¿Crees que estaba investigando por su cuenta? —preguntó Harry.
—Eso es lo que mi instinto me dice en estos momentos. Tendremos que esperar y ver qué pasa con el boceto de Mya.
—Tú lo dijiste —dijo Harry, cuando llegaban al carro de Louis—. No puedo creer que pensaras en quedarnos para ver si alguna chica venía a buscarnos—. Harry miró a Louis, y parecía como si la puesta de sol estuviera en sus ojos verdes—. Ese fue un buen trabajo.
—Podemos revisar lo bueno que fue cuando en realidad tengamos algo. —Louis se frotó la cadera, haciendo muecas a causa del viento helado que golpeaba en fuertes rachas con una temperatura de solo un dígito—. Ahora mismo sólo información al azar nos ha llevado a Daria.
—No te gustan los halagos —murmuró Harry—. Lo he notado.
Malestar tensó el cuello de Louis mientras llegaba a la puerta del conductor de su carro. —Una persona no debe ser alabada por algo por lo que le pagan por hacer. Este es mi trabajo. Horan espera que encuentre pistas y consiga un buen resultado. —Louis encontró a Harry pisándole los talones, y el susto de su cercanía desató un gruñido.
—Cállate y haz tu maldito trabajo —respondió Harry rápidamente. Parecía que intentaba —totalmente sin éxito, ocultar una sonrisa—. ¿Es esto correcto?
La mandíbula de Louis se tensó mientras el calor subía por su cuello. —Si quieres concretar eso, entonces sí.
Esa maldita tentadora sonrisa de Harry estaba provocando las rígidas filosofías personales de Louis.
—Entonces, ¿cuál es nuestro siguiente maldito trabajo? —Preguntó Harry—. ¿Encontrar ese club Gentleman’s Choice?
—Sí. Creo que podemos colocar el GPS e ir esta noche. —Sacando las llaves de su bolsillo, Louis vio de nuevo el Club Kitty—. O podemos quedarnos aquí y esperar que algo más útil suceda.
—Entonces vayamos allá. —Harry se deslizó entre Louis y el carro, bloqueando la puerta del lado del conductor. Él le tendió la mano—. Yo manejo.
Louis abrió la boca, listo para gritar su protesta. Conocía como un infierno la ardiente mirada, y no quería intimidar a Harry. Sin embargo Harry no se acobardó. Siguió mirando sin pestañear a Louis. La palma a la espera, y Louis jodidamente sabía que este hombre se había dado cuenta de su paso irregular en el camino hacia el carro. Infiernos, sin duda había visto a Louis cojeando todo el día desde que persiguió a Riley. Louis tendía a gruñir cuando alguien se atrevía a llamar la atención sobre su lesión, y carcomió su ego que Harry, obviamente, pudiera ver su malestar. Esto hizo que la diferencia de ocho años entre ellos pareciera un centenar. Louis se sentía más como un modelo averiado de hombre, mientras que Harry era brillante, lleno con toda la mejor tecnología, y totalmente nuevo. Atrapado, Louis cerró la mandíbula con tanta fuerza que los dientes le dolían. Se quedó viendo el parpadeante letrero neón en tonos azules, rosas y amarillos del club y quería derribarlo con sus propias manos.
—Mírame, Louis. —El tono de Harry estaba lleno de suave reprimenda. Louis miró al hombre. Harry esperaba, y la abierta admiración en su ojos golpeó a Louis—. Déjame conducir. —La voz de Harry era una extensión de su mirada, y rozó a Louis como la más atenta y cariñosa caricia—. Sólo por esta noche, ¿de acuerdo? Estoy cansado de ser conducido.
«Joder».
Con el descontento de su cuerpo, Louis se encontró viendo sus dedos que dejaban caer las llaves en la mano de Harry que esperaba. —Está bien.
Era impactante como el infierno que Louis no sintiera su pierna tan pesada y tensa al caminar por el estacionamiento alrededor de su carro hacia el lado del pasajero.
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Harry tamborileaba los dedos contra la consola del elevador, esperando, plenamente consciente del hombre en silencio junto a él que había accedido a compartir una cena tardía en el apartamento de Harry.
«No puedo creer que me aceptó comer conmigo».
—Espero que estés bien con las sobras. —Harry miró casualmente a Louis. «Dios, apuesto a que su pierna aún está débil». Harry imaginaba que cierta actitud defensiva aún permanecía en Louis porque Harry se había hecho cargo de la conducción. «Quizás no debería haberlo hecho»—. Tengo un montón de comida. —Harry podría sentir un incoherente balbuceo llegar—. Pero ya que sólo cocino para uno no suele haber suficiente de una cosa para una comida completa.
—Como casi cualquier cosa. —Sin volver a mirar a Harry, Louis se quedó con las manos cruzadas a la espalda, con sus ojos fijos rígidamente hacia adelante.
Los dedos de Harry aumentaron la velocidad, esta vez golpeando el barandal. —¿Alguna cosa de Mya?
Finalmente le dio una mirada a Harry, una insegura. —Dudo que ella enviara un correo electrónico en los dos minutos desde la última vez que revisé.
—Claro. —Harry no podía dejar de recordar la breve conversación que había compartido con la madre soltera—. Espero que no pierda su trabajo cuando los policías entren y empiecen a hacer preguntas. ¿Crees que Henrry es lo suficientemente inteligente como para ocultar su ilícita actividad, o crees que el club cerrará?
Una mirada a Harry, le mostró que algo de la dureza había dejado la cara de Louis. —No lo sé, pero para tener la conciencia tranquila, no puedo retener esta información de la policía durante mucho más tiempo. Cuando llegue el boceto de Mya, voy a aferrarme a ello por lo menos durante unas horas mientras veo lo que puede descubrir, pero no puedo conducir nuestra investigación completa bloqueando la búsqueda oficial de Daria. —Su respeto por su profesión anterior inundaba sus palabras—. Puede ser que tengan algo que podría ser útil para nosotros, y si compartimos, se puede aflojar su hostilidad.
—No cuestiono eso, pero al menos podemos advertir a Mya, ¿verdad? —Preguntó Harry—. De esa manera puede salir antes que la policías entre.
La tensa mandíbula aún parecía que podría romper el vidrio, pero Louis miró a Harry y asintió. —Podemos hacer eso.
—Bien. —Harry respiró mejor. Todo lo que quería era abrazar a Louis, pero se contuvo y solo dijo—: Gracias.
En ese momento, el elevador sonó abriéndose. Louis puso su mano en la puerta y le indicó a Harry que guiara el camino. —También tenemos que decirle a los Sarna lo que hemos descubierto —añadió Louis caminando junto a Harry—. Ese es nuestro trabajo. No quiero que alguien de Arlington Heights, que pueda estar furioso con los Sarna porque nos contrataron, revele esa información con una menor sensibilidad de lo que deberían.
—De acuerdo. Oh… —Harry giró el picaporte después de poner la llave en la cerradura—. Lo que me recuerda. Justo antes de que entráramos en Gentleman’s Choice, dijiste que ibas a llamar a Horan para que revisaran los negocios cercanos al Club Kitty. —Louis quería comprobar si había cámaras de seguridad al lado y al frente que hubieran podido captar algo del club—. No lo olvidaste.
Louis bajó la cabeza, su enfoque en la información del caso en un pequeño cuaderno de notas. —Les envié un texto —murmuró viendo las hojas—. Pero gracias por recordarlo.
—Te sigo diciendo —los labios de Harry apenas se movieron cuando giró la llave y abrió la puerta—, que te respaldo.
—Lo has probado durante todas las horas que trabajamos juntos, Harry.
Louis de pronto suavizó el tono, su jodida respuesta, realmente, golpeó la atención de Harry en el hombre.
«Mierda, lo hice de nuevo».
—Supongo que eso es una de esas cosas que se supone que no debería de oír. —Algo parecido a la diversión brilló en los azules ojos de Louis.
Harry bajó la mirada al suelo, y su voz se fue con él. —Está bien. Vamos adentro. —Cruzó el umbral y dejó a Louis cerrar la puerta detrás de él—. Voy por la comida.
Louis pateó la puerta cerrándola y se abalanzó tomando la muñeca de Harry, girándolo para tenerlo de frente. Louis lo mantuvo a la distancia de su brazo, pero su dominio sobre Harry no podría haber sido más firme.
—Escucha, sé que a veces puedo ser un bastardo. —La voz de Louis era tan áspera que se sentía como papel de lija frotando sobre la piel de Harry—. Tienes que aprender a ignorarme cuando gruño o cuando me quede en silencio. Nunca te estaré enviando algún tipo de mensaje sobre que no me gusta lo que estás haciendo. —Su mirada seguía siendo intensa, pero de alguna manera también con un toque de suavidad—. ¿Está bien?
—Lo sé. —La necesidad de Harry para una más profunda conexión personal con este hombre lo lanzó más cerca—. Es difícil para mí no intervenir ni ayudar cuando te veo tratando de resolver algo por ti mismo. —Él no podía apartarse de la espiral de tormentosa belleza que pintaba de fuerza y dolor los ojos de Louis—. No quiero verte batallando.
Louis soltó la mano de Harry y se apartó, chocando contra la pared. —No está tan mal, Harry. —Se frotó la cadera—. Yo no…
Harry levantó las manos, sin tocar a Louis. —Entonces, por favor, no te enfades conmigo por lo que estoy a punto de darte. —«Mierda. Hablaste demasiado para ahora echarte para atrás. Solo hazlo»—. Lo compré hace mucho tiempo, pero de inmediato me di cuenta que no tenía ningún derecho a dártelo. —Harry rápidamente se dirigió a su dormitorio y a su armario, el miedo y los nervios mantuvieron su boca hablando rápido y lo suficientemente alto como para que Louis oyera desde la sala—. Es probable que aún no tenga ningún derecho. Pero nunca lo devolví a la tienda, así que voy a dártelo ahora. —Regresó a la sala y le dio a Louis una gran bolsa de papel—. Debes tenerlo.
A pesar de que parecía como si Louis pensara que podría haber una bomba en la bolsa, la tomó de Harry y de todos modos vio el interior. —No deberías gastar tu dinero en mí. Esto no es... —Sacó el regalo de la bolsa y lo sostuvo en alto, la bolsa escapó de las manos al suelo. Mirando a Harry, Louis pronunció—: Hijo de perra.
—Es una almohada de terapia caliente. ¿Lo ves? —Con los dedos temblando, Harry tocó la almohada y habló de la información impresa en el papel envuelto alrededor del elemento—. Y tiene hierbas de manzanilla o algo así en el interior además de semilla de linaza que se supone que es calmante cuando se calienta. —Harry tomó la mano de Louis, en un suplicante agarre, pero al absorber la tensión rápidamente la soltó—. Lo siento. Cuando estábamos en Vermont, me di cuenta de que estabas cojeando mucho. Sabía que tu pierna y cadera deberían de dolerte de la peor manera. Odiaba ver lo que te sucedía. De hecho, compré la almohada mientras estábamos allí, pero luego todo con Wes se vino abajo y luego la pierna debe haber estado molestándote tanto que te escondiste en tu habitación. No sabía si me darías la bienvenida a que te diera algo como esto, así que lo puse en mi maleta y fingí que no la había comprado.
Harry sabía que no debería de haber dejado salir las palabras y las confesiones. Pero cuando miró a Louis, el hombre se comportaba tan jodidamente estoico cuando no tenía que hacerlo, que Harry no podía detenerse. —La verdad es que tu expresión es tan dura en este momento, que aún no estoy seguro que le des la bienvenida a mi almohada. Pero te puedo decir que odio verte con dolor, te vi frotar tu pierna hoy. Eres bueno para fingir que estás haciendo otra cosa, pero sé que lo estás cubriendo. No podía verme teniendo escondido esto en mi armario cuando te puede ayudar, sólo porque estoy aterrorizado de que posiblemente me odies por romper una especie de regla no escrita sobre el reconocimiento de tus lesiones.
Louis se paseó cojeando a la ventana, dándole la espalda a Harry, la almohada en una mano. Desde el otro lado de la habitación, incluso con la capa extra de su abrigo, la columna vertebral de Louis parecía una rama que prefería estar curvada. —Jesucristo, Harry. —Louis apoyó su puño contra la ventana y miró hacia atrás a Harry por el rabillo del ojo. Su respiración claramente inestable, su mirada traspasó el alma de Harry—. No tengo una jodida idea de cómo tratarte.
—Te pido disculpas si he cruzado la raya. —La voz de Harry se redujo a un susurro áspero, y su corazón se alojó en la garganta—. Pero no sé cómo ignorar la situación cuando te haces daño.
La cara de Louis no tenía color. —Esto es malo. —Maldijo y pasó los nudillos por el cristal de la ventana—. Esto es tan jodidamente malo.
—Lo sé. Lo siento. —Las aplastantes emociones que trataba de enterrar casi asfixiaban a Harry. Caminar hacia Louis resultó más difícil de lo que había pensado, pero pasar este tiempo con Louis, mientras lo veía trabajar, que era obviamente una parte esencial de su temperamento, además de aprender acerca de su estados de ánimo y su peculiar personalidad, era totalmente imposible—. Juré que no permitiría que lo vieras, pero lo hiciste, y ahora es raro entre nosotros, porque tú no quieres, y yo, yo no puedo meter la cabeza en la pared de nuevo. No contigo.
Louis no movía ni un músculo. Ni siquiera parecía respirar.
Harry no sabía cómo sucedió, pero las náuseas en su estómago aumentaron e hizo que todo en su interior se sintiera rancio. Vio toda la sala como si no reconociera que era su casa. —Voy a llamar a Gemma y decirle que te asigne otro ayudante.
—No te muevas. —La orden de Louis retumbó en la habitación como el trueno de un látigo.
El aire en la sala cambió, se espesó, cuando Harry sintió a Louis acercándose. El calor del cuerpo de Louis golpeó el frente de Harry, inundándolo con una mezcla de comodidad, seguridad, alegría y excitación. El hombre estaba muy cerca, las puntas de sus zapatos ahora chocaban unas con las del otro. La timidez de Harry en plena marcha ataba su lengua.
Un dedo con piel rugosa tocó bajo la barbilla de Harry, y levantó su cara. —Abre los ojos, Harry. —La gentil orden rozó los labios de Harry con un escalofrío digno de contacto—. Es mi turno decir que me mires.
Harry parpadeó como si acabara de despertar de un sueño muy largo. Cuando ajustó la vista; Louis, con los rudos rasgos del rostro que Harry encontraba tan hermosos, estaba a sólo unos centímetros de distancia.
—Gracias por la almohada. —Louis hizo un esfuerzo muy bueno en sonreír. No lo logró lo suficiente, pero Dios, lo transformó en algo llamativo—. Nadie me ha dado un regalo por ninguna otra razón que el pensar que podría hacerme sentir mejor.
El corazón de Harry se atrapó. —Eso es todo lo que quería. —Apenas podía hablar a través de la asfixia de su garganta—. Te quitaría todo el dolor si pudiera.
—Jesús, hombre. —Louis apartó la mirada. Se maldijo, llamándose a sí mismo un nombre que a Harry no le gustaría, entonces vio a Harry a través de los ojos con el más puro color azul—. Tu corazón es el más grande, más dulce, y más sincero que he conocido. —Movió sus dedos por el cuello de Harry y acunó su mandíbula, y la calidez de la áspera piel contra la suya hizo temblar a Harry. La mirada de Louis fue a su pulgar que rozaba el borde mismo del labio inferior de Harry, viéndose como si no entendiera por qué estaba allí—. Vas a hacer que rompa todas mis le…
El ruido de la cerradura en la puerta de Harry se oyó como un disparo por el apartamento. Louis se apartó de Harry justo cuando la puerta se abrió y apareció un musculoso hombre de cabello negro.
—Wes. —Harry quería ir muy rápido con su amigo y darle un abrazo. Pero ser consciente de Louis, que se dirigía de nuevo a la pared de la ventana, hizo que sus piernas se bloquearan en su lugar—. Estas aquí.
Los ojos azules con un tinte violeta de Wes se iluminaron en el segundo que vio a Harry. —Harry, hola. Estás en casa. —Se acercó a Harry y le dio un abrazo rápido y duro—. No estaba seguro de verte esta noche. Estoy tan feliz de que estés aquí. —Palmeó el hombro de Harry, como un jugador de fútbol a su compañero de equipo durante un juego, y luego con ridícula dulzura plantó un beso en la frente de Harry—. Estoy muy agradecido contigo... —Wes vio a Louis sobre el hombro de Harry—. Señor Tomlinson. Quiero decir, Louis. —La actitud de Wes se volvió adecuada—. Hola.
Desde su aislada posición, Louis inclinó la cabeza en señal de saludo. —¿Cómo estás, Wes? Te ves bien.
—Estoy muy bien. Muchas gracias. —Wes asintió hacia Louis—. Empiezo a trabajar mañana, así que pensé que podía ir a ver el hotel. Luego regresé caminado por el barrio de Harry para conseguir tener una sensación del área. Encontré un restaurante que se veía bien, así que decidí parar por una cena tardía.
—¿Ya viste el apartamento? —Preguntó Harry, presionando los hombros de Wes—. ¿Has encontrado bien la habitación?
—Sí. —La tensión en los hombros de Wes se relajó un poco. Harry podía sentirlo—. Gracias. Tu generosidad fue más allá de cualquier cosa que yo hubiera pedido de un amigo.
—Hey. —Harry le dio al hombre más grande un pequeño empujón—. Vas a pagar la mitad de la renta, por lo que no es un mal negocio para mí.
—Sin embargo...
La voz de Wes de repente dejó de penetrar los oídos de Harry. Louis se movía de la sala a la puerta, y Harry sólo podía ver a Louis alejarse.
Corriendo al lado del hombre, Harry se detuvo justo antes de agarrar su brazo. —¿Louis? —Esperaba que su voz no mostrara su necesidad.
Louis se mordió una mala palabra y luego vio a Harry desde el rabillo del ojo. —No llames a tu hermana. No quiero otro compañero. Es mejor que lleves tu culo a mi oficina, listo para trabajar, mañana a las siete. —No se oía feliz, y parecía que podía escupir clavos, pero sus palabras levantaron el peso que presionaba al suelo a Harry.
—Gracias. —Harry cerró sus manos en un puño para evitar tocarlo cuando todo en él dolía con desesperación por hacerlo.
—No hay nada que agradecer. Nosotros incluso… —Louis levantó la almohada, recordando a Harry el momento intenso y confuso que habían tenido.
Louis cambió su atención más allá de Harry. —Wes, bienvenido a Chicago. Estoy seguro de que voy a verte de nuevo pronto. Buenas noches. —Louis se fue antes de que Harry pudiera decir una palabra.
Wes se acercó por detrás a Harry. —¿Que fue eso?
«Mierda, jodidamadre».
Cada esperanza que momentos antes se había inflado en el interior de Harry se derrumbó como un globo de aspecto triste al final de una fiesta. —Oh Dios, Wes. —Harry se arrastró fuera de la puerta y se acercó al sofá. Se dejó caer de nuevo allí, gimiendo mientras cubría su rostro—. Justo antes de que entraras dejé caer lo mucho que pienso en él y me preocupa, y creo que, básicamente le dije a Louis que soy gay y que tengo un enamoramiento por él.
—Quizás eso no es tan malo —dijo Wes. Siendo un gran amigo con un comprensivo oído, Wes sabía de los sentimientos de Harry por el hombre—. No serás capaz de mantenerlo oculto de él para siempre. Especialmente no cuando ahora ambos trabajan juntos en Seguridad Horan.
—Sí. —Mirando hacia el techo, Harry se frotó la cara y se pasó los dedos por su desordenado cabello—. Quizás es tiempo de pensar en salir de allí pronto.
Wes ladeó la cabeza. —¿Qué?
Harry se apresuró a decir: —Nada. Mejor cuéntame de ti. ¿Realmente, qué estás haciendo en Chicago?
Ocupándose de quitarse el abrigo y colgarlo en el armario, Wes miró a todas partes menos a Harry. —Sólo quería probar un nuevo hotel en una ciudad nueva —dijo—. La señora Astor me ofreció un traslado a Chicago, así que aquí estoy.
De alguna manera, desde el momento en que había conocido a Wes, lo había sentido como un hermano. Una vez que empezaron a hablar y aprender más uno del otro, Wes había confesado que pensaba en Harry como un hermano mayor amable y que lo apoyaba, el hermano que siempre había querido tener. En lugar de la crueldad y el miedo que había experimentado con su propios hermanos antes de salir de casa a los dieciséis años.
—Vamos, hombre. —Harry presionó a su amigo a que lo mirara—. Casi no compro esa excusa por el teléfono. —Estudió a Wes reconociendo la inquietud y los síntomas de malestar de sus propios hábitos—. Compro eso menos en persona.
La mirada casi violeta de Wes brotó, pero rápidamente parpadeó apartando la humedad antes que cayera. —No quiero hablar de eso ahora mismo. ¿Te parece bien?
—Por supuesto que sí. —La curiosidad empujó todos los rincones de la psique de Harry, pero entendía el instinto de ocultar y lamer las heridas mejor que la mayoría—. Ven, siéntate conmigo. —Palmeó el cojín a su lado—. Será bueno no ver la televisión sólo.
Wes se acomodó en el sofá, y juntos encontraron una película que querían ver. Pero por mucho que Harry empujara cada fibra de su ser para relajarse y concentrarse en la historia, no podía evitar que su mente vagara a los acontecimientos de hoy. Harry se decía que no lo hiciera, pero él no podía dejar de pensar en Louis. No podía atreverse a permitirse creer que casi se habían besado.
Quería olvidar el gran dolor que había aprendido de Aiden, que no lo quería de una manera romántica. Infiernos, ni siquiera la amistad después del beso y la golpiza. Con Louis, Harry sabía que si su suposición estaba equivocada —provocar la ira, intolerancia o disgusto, lo destruiría.
«Maldito, jodidamadre, bastardo chupa polla».
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Re: Quebrantando las leyes de Tomlinson (Larry Stylinson)
Louis no despotricaba contra Harry, ni siquiera contra el sexy joven Wes, sino consigo mismo. Había estado cerca. Demasiado cerca. Si Wes se hubiera demorado sólo un segundo más para poner la llave en la puerta, Louis habría tenido la boca de Harry, y hubiera probado la maravilla que él sabía que existía más allá de los dulces labios de ese hombre. Le hubiera arrancado la ropa y tomado a Harry en el piso de madera y se hubiera perdido en el olvido del exquisito cuerpo del dispuesto hombre.
Pero gracias a Dios, Wes se había presentado cuando lo hizo. Wes no solamente había traído a Louis a la realidad con penetrante precisión, sino que por un afortunado momento, cuando Wes no se dio cuenta que Louis estaba ahí, había saludado a Harry con su afecto sin límites. Al hacer eso, él había confirmado la ley número tres de Louis: no forzar a alguien a regresar al armario contigo. Louis ya sabía que Harry no estaba en el armario. Wes había saludado a Harry de una manera que transmitía el conocimiento y la comodidad con la sexualidad de uno con otro, una relación que claramente entendía y aceptaba la cálida y natural amistad entre dos hombres abiertamente gay.
Celos como el infierno lo abrumaron al ser testigo de eso; sin embargo, Louis dijo una silenciosa oración de gracias por la repentina aparición de Wes en Chicago. Sólo podía esperar que Harry trasladara su atención a tratar con los problemas de Wes y dejara a Louis descender de su radar, a donde había vivido con éxito durante tres largos años.
Sin embargo, sin detenerse a pensar, tan pronto como Louis apagó el motor de su carro, tomó la almohada que Harry le había dado y enterró su cara en ella. Cuando inhaló, juró que podría detectar la acogedora fragancia de Harry impregnada en el ya perfumado material. Su pene respondió de inmediato, hinchándose dolorosamente, exigiendo la atención de eróticas fantasías que Louis había dejado escapar de su mente en el apartamento de Harry.
«Jodidamente mal».
Louis colocó una tapa sobre sus deseos, ahogándolos en un lugar oscuro, con una orden para que se marchitaran y murieran. Se tomó un minuto para obtener el control sobre su pene, y sólo cuando pudo moverse sin una tienda de campaña al frente de sus pantalones Louis salió de su carro.
Cerró la puerta, levantó la vista, e inmediatamente se olvidó del gran lugar de estacionamiento que había encontrado cuando se dio cuenta del hombre apoyado al frente de su edificio.
Con un gruñido, Louis cruzó la calle, sin apartar la vista durante todo el camino de Riley Gibson. —Eres el jodido final para mi perfecto día. —Aún le dolía el hombro por la patada que le dio el hombre y Louis sabía que el área estaría negra-azul por la mañana—. ¿Qué infiernos estás haciendo aquí? —Estaba seguro que no había ni una gota de bienvenida en su voz. No estaba de humor para nada de esto—. ¿Cómo encontraste mi dirección?
Riley subió de un salto a la acera, con una mochila en la mano. —La policía de Arlington Heights y Chicago podrían no tener nada que ver conmigo, pero aún tengo algunos amigos en Miami. No fue tan difícil averiguar dónde vives.
—¿Qué quieres? —Louis bufó sin poder controlar su frustración.
—Necesito un lugar donde dormir.
El dolor de cabeza regresó tras el ojo izquierdo de Louis. —Por supuesto que sí.
—Hey. —Riley se enderezó con todo su metro setenta y nueve de su robusta complexión—. No estoy pidiendo una limosna. Te di una buena información hoy; a cambio, necesito un lugar para pasar la noche. Dame sólo un maldito respiro. He acabado mis recursos tratando de encontrar a Bree. He dormido en mi carro los últimos cuatro días y me he lavado en las áreas de descanso de la carretera interestatal. Voy a seguir haciendo eso por un tiempo indefinido, si tengo que hacerlo, pero pensé que podrías tener un poco de compasión dado que te ayudé a saber más de Daria.
—¿Por qué no fuiste con Harry? —El pecho de Louis le dolió al pensar en la compasión incondicional del hombre que había invitado a su amigo por correspondencia a vivir con él con solo un día de aviso—. Él tiene un corazón más blando para este tipo de mierda que yo.
Riley esbozó una blanca sonrisa. —Porque me gustan mis dientes. —Miró a Louis con confianza en esos ojos color avellana—. Me hubieras jodido si hubieras descubierto que había aparecido en el apartamento de Harry buscando dormir en su sofá. Ese chico no tiene ni idea de cuánto quieres tenerlo desnudo, en cualquier lugar donde puedas conseguirlo. —Miró a Louis una vez más y se pasó una mano protectora sobre su estómago—. Creo que tus celos serían mucho más peligrosos para despertar que los suyos.
Louis aplastó la almohada en su puño. —Eso no ayuda un bledo a tu causa.
—No estoy de acuerdo —respondió Riley—. Creo que eres un hombre que aprecia la verdad y que ves a través de una mentira. Tú me invitarás. ¿Por qué es eso? Porque Harry se decepcionaría de ti si me dejaras dormir en mi carro otra noche.
Louis empujó a Riley contra los ladrillos detrás de él, y susurró directo en su cara: —Ahora estás llevándome más allá de la ira a un reino que no quieres ver. Ni siquiera se te ocurra mencionar a Harry de nuevo para llegar a mí.
Palidez cubrió la bronceada dorada piel de Riley. —Fui demasiado lejos. Pido disculpas. ¿Quieres la verdad desnuda? —Parecía que podía vomitar—. Necesito una noche de sueño decente, si quiero tener alguna posibilidad de encontrar otra pista que me lleve a Bree. Podría dejar pasar algo que podría salvar a mi hermana por estar demasiado cansado para verlo. Ayúdame. Por favor.
«Joder».
—Puedes quedarte una noche.
Riley en realidad se desplomó contra la pared. —Gracias.
Louis abrió la puerta y lo dejó entrar en su edificio. —Mañana puedes ir a Seguridad Horan y hablar con la gerencia. —Cristo, esperaba aún poder confiar en su capacidad de leer a una persona—. Vamos a ver si podemos ponerte como asesor temporal para este caso. Con un salario diario con el que puedas pagar un lugar seguro para dormir.
—Muchas gracias. —Riley tomó la mano de Louis y la estrecho con entusiasmo—. Eres tan impresionante. Harry también lo es. Él…
La mano derecha de Louis cruzó el aire directo a la cara de Riley. —Deja de hablar de Harry, o voy a ponerte de nuevo en la calle.
—Correcto. —Riley cruzó dos dedos sus labios—. Hey. —Señaló hacia abajo a la mano de Louis—. ¿Qué pasa con la almohada?
—Cállate. —Louis dobló la almohada y trató de esconderla debajo de su brazo—. Sigue haciendo preguntas y tampoco podrás quedarte.
—Lo entiendo.
Después de eso, Riley muy sabiamente cerró la boca del todo... dejando a Louis con más silencio para pensar sobre la persona con la que ardía en deseos de compartir su apartamento esta noche. Que también pasaba la noche con otra persona. Louis se dijo una y otra vez que tener a Wes como amortiguador entre él y Harry era lo mejor.
A las dos de la mañana, sin poder dormí, Louis se llamó a sí mismo un mentiroso.-------------------------------------------
Muchas gracias por leer el fic!!!:))))
Última edición por love1dst el Sáb 17 Mayo 2014, 9:45 pm, editado 1 vez
Invitado
Invitado
Re: Quebrantando las leyes de Tomlinson (Larry Stylinson)
Casi se iban a besar D:
Puto Wes xDDDD
¡Dios! Que se acabe la tensión xdddd.
Seguila pronto :D
Adiós.
Puto Wes xDDDD
¡Dios! Que se acabe la tensión xdddd.
Seguila pronto :D
Adiós.
Rebeca.
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