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Lost.|N.C| Audiciones abiertas.
O W N :: Novelas colectivas :: Novelas colectivas :: Novelas Colectivas :: Inscripciones / audiciones
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Re: Lost.|N.C| Audiciones abiertas.
¡Hola María♥!
Nuse si me recuerdas, pero soy Lucy de "Damn Hell" *todavía no la empezamos, shoro(?)* y bueno, ciertamente tengo una GRAN debilidad por este tipo de historias, así que audicionaré:3.
PD: De los escritos que te deje, te recomiendo que leas el one-shot, ya que el del glee club lo leíste y sinceramente lo prefiero más.
Harry & Lucemare
~Edad: 17 y 18 años.
~Chico: Harry Styles.
~Rol: El mujeriego & La rebelde.
~Capitulo de tu autoría: (En spoiler)
- Glee club:
- Capítulo 008.
Lucy observo su atuendo por quinta vez. Suspiró; aun si intentara por enésima vez no estaría completamente satisfecha con él; así que decidió dejarse puestos sus vaqueros rotos y su camiseta de Nirvana. La verdad no le quedaba tan mal, pero quería dar una buena impresión en su primer día de secundaria. Se puso sus botas negras (las cuales tenían un poco de tacon, no tan alto, a Lucy no le gustaban mucho los tacones altos) y salió de su habitación. Caminó por el largo pasillo de su mansion; sus padres, Kurt Hummel y Blaine Anderson, habían triunfado en lo que más amaban en la vida: la música. Bueno, lo tercero, aparte de Lucy y Maxie. Maxie es su hermana mayor; Lucy la quiere mucho, a pesar que no son realmente hermanas, se siente así; ya que la quiere como a una. Lo mismo siente de sus padres; los ama tanto que siente que son sus padres verdaderos, a pesar que Lucy realmente no tiene padres.
Los padres biológicos de Lucy murieron en un asesinato doble. Su madre tenía dieciséis, y ella y su padre habían decidido conservarla porque la querían, a pesar de su edad joven. Lucy tenía tres o cuatro años cuando sucedió, así que casi no recuerda nada. Lo único que realmente recordaba con claridad eran los sollozos de su tía Marie al dejarla en el orfanato.
-¿Por qué me dejas tía Mar?- preguntó con su pequeña vos de niña de cuatro años. Sus ojos azules brillaban en la oscuridad de la tormenta y bajarón del auto de su abuelo para pararse enfrente de una gran mansión. Marie se quebró ahí mismo; su hermana había muerto hacía solo un par de horas y la habían dejado con una niña de cuatro a su cuidado cuando ella apenas tenía catorce años. Lucy la miraba extrañada.
-D-debes quedarte aquí, ¿sí?-tartamudeó. Lucy asintió levemente.
-¿Y mami y papi?
-E-ellos -La voz de Marie se quebró mientras las lagrimas cegaban su vista. La tormenta se hacía más fuerte y ruidosa - estarán aquí en unos días.
Marie tocó la puerta erradamente mientras Lucy la abrazaba cálidamente. Marie temblaba horriblemente mientras acomodaba un rebelde mechón de cabello rubio detrás de su oreja. Una mujer de piel oscura y mediana edad abrió la puerta y miró la escena. Le sonrió a Lucy, le tomó la mano y la atrajo a ella. Marie se dio media vuelta y comenzó a alejarse.
-¡Tía! -exclamó Lucy. Marie cerró sus ojos y se dio media vuelta. Sus ojos negros llorosos brillaban en la oscuridad de la tormenta y Lucy lo notó. Decidió ignoraro -¿volverás?
Marie asintió levemente y antes de que ella pudiera hablar otra vez; se había ido, dejándola con una promesa vacía que no cumplió.
Pero Lucy no le tenía resentimiento. Estaba muy bien con su vida, y aunque su tía si le había causado dolor en el pasado, ya estaba olvidado y Lucy estaba lista para el futuro. Llegó a su cocina e inmediatamente el olor a hotcakes la inundo por completo; Lucy sonrió al aroma tan característico de su típica mañana. Saludo a sus padres con una cálida sonrisa, la cual le devolvieron. Lucy se sentó en la mesa de madera y tomó su jugo de naranja rápidamente. No quería llegar tarde a su primer día.
-¿Por qué tan apurada, Luce? –preguntó divertidó su padre, Blaine levantando la cabeza del periódico que leía. Su hija nunca era así de apurada y menos desorganizada.
Lucy tragó hasta la última gota de su jugo y sonrió ampliamente. Tomó un hotcake y le dio un mordisco rápido.
-¡Estoy emocionada por mi primer día!- exclamó. Sus padres intercambiaron miradas preocupadas; las cuales Lucy ignoró.
-Lucy… -habló Kurt, con un tono de preocupación- los primeros días en Mckingley… no son los que uno esperan.
Su padre asintió levemente mientras Lucy los miraba a ambos extrañada. No entendía a que se referían.
-Sí…-prosiguió Blaine, mirándola mientras ella hacía una mueca de confusión- las personas pueden ser muy malas el primer día.
Lucy soltó una carcajada seca y se levantó de la mesa: -Creo que estaré bien.
Lucy los beso a los dos en la mejilla y salió de la cocina. Pasó por la sala de estar donde se encontraba Max jugando a “Candy Crush” sentada en el sillón individual de la enorme sala, junto a su mochila y la de Lucy. Max levantó la cabeza de su juego y le sonrió, a lo cual Lucy respondió. Max pauso el juego y guardo el móvil dentro del bolsillo de su chaqueta de jean, agarró su mochila y salió de la casa mientras Lucy imitaba sus acciones y la seguía detrás. Subieron al auto de sus padres; Max adelante y Lucy detrás, por ser la más pequeña. Blaine salió de la casa un par de minutos más tarde y subió al auto junto con ellas; pronunció un muy audible “¡Vámonos!” y partieron a la gran escuela secundaría. Lucy sentía mariposas en el estomago, estaba nerviosa y entusiasmada.
Luego de un viaje de quince minutos, los cuales fueron interminables para Lucy, llegaron a su destino. Lucy saludó a su padre y bajo del auto emocionada. Miró hacía ambos lados y ahogo un chillido de emoción; era el comienzo de una era. Sonrió ampliamente y se dirigió dentro del establecimiento. Miró hacía ambos lados, y notó que Max no estaba; pero la verdad no le importaba demasiado. A su izquierda había un par de chicas rubias y morochas que la miraban con odio y se referían a ella como: “nueva” o “carne fresca”. Lucy notó sus trajes de porristas y comprendió todo. Las populares. A su derecha notó unos chicos con anteojos gruesos y ropa de nerd, así que Lucy dedujo que ellos eran los marginados. Lucy les dedicó una sonrisa cálida a lo cual ellos se sonrojaron mientras otros la miraban confundidos; ¿Qué diablos hacía una chica como ella sonriéndoles? Lucy se les acercó; prefería estar con ellos que con las populares. No les caían mal, solo la intimidaban.
-¡Hola! Soy Lucy –los saludó cortésmente. Ninguno de ellos contestó; simplemente la ignoraban y miraban para el otro lado. Lucy se enojo por eso; ¿estaba siendo amable y la ignoraban? esta vez hablo con un tomo más alto y autoritario– emm… ¿disculpen?
-Intentamos salvarte –susurró uno de ellos, tanto que Lucy apenas pudo escucharlo. Ella hizo una mueca de confusión y el nerd prosiguió en el mismo tono que antes: -Si nos hablas, te comerán viva.
-Oh-dijo ella, asintiendo levemente; sabía que se refería a las chicas que la llamaban nuevita. Le daba pena, pero seguía siendo nueva y no quería comenzar con el pie izquierdo–está bien, gracias por la advertencia, chicos. Son geniales.
Lucy se alejó de ellos y pretendió no escuchar los suspiros de tristeza y decepción que ellos soltaban. Se sentía terrible. Se alejó lo más que pudo. Sus botas de tacon resonaban por el pasillo, y la gente volteaba a verla. Ella apuró el paso. Rápidamente llegó a la pizarra de actividades. Sus ojos se posaron inmediatamente en la ficha del club Glee. Sus padres le habían hablado de club; de lo bien que les había hecho, de cómo los hizo darse cuenta cuanto se amaban y que su vocación era cantar. La lista tenía varios nombre escritos: Frances Harrison, Skye Hudson... Sonrío al leer el nombre de su prima, Skye. Tomó la lapicera y escribio con la letra cursiva más prolija que pudo articular: Lucy Hummel.
It's a little bit funny this feeling inside
I'm not one of those who can easily hide
I don't have much money but boy if I did
I'd buy a big house where we both could live
If I was a sculptor, but then again, no
Or a man who makes potions in a travelling show
I know it's not much but it's the best I can do
My gift is my song and this one's for you
And you can tell everybody this is your song
It may be quite simple but now that it's done
I hope you don't mind
I hope you don't mind that I put down in words
How wonderful life is while you're in the world
I sat on the roof and kicked off the moss
Well a few of the verses well they've got me quite cross
But the sun's been quite kind while I wrote this song
It's for people like you that keep it turned on
So excuse me forgetting but these things I do
You see I've forgotten if they're green or they're blue
Anyway the thing is what I really mean
Yours are the sweetest eyes I've ever seen
Lucy terminó de cantar con una gran sonrisa en su rostro y escuchó a Finn aplaudiendo con ganas. Finn era el nuevo profesor del club Glee luego de que el Sr. Schue se había ido gracias a que Emma había quedado embarazada de dos hermosas gemelas. Will decidió que era mejor solo quedarse con las clases de español y ayudar más a Emma con los bebes, Karla y Felicity. Finn sabía cuánto Lucy amaba cantar, la había ayudado con algunas clases de cantó junto Rachel, quienes la ayudaban a ella y Skye y Max.
-¡Felicitaciones, Luce! –exclamó con emoción. La sonrisa de Lucy se hizo más grande, aunque Lucy no pensaba que eso era posible. Ella salió del escenario, se ubico al lado de Finn en las gradas y se dedico a mirar la audición del último chico que quedaba. El chico se acerco al microfono. Lucy lo miró y casi entra en un trance; era muy guapo. Ella se sonrojo gracias a su pensamiento y se concentro en su audición.
-Bien, dime tu nombre y que vas a cantar –sonrió Finn.
-Er, soy Logan Lerman y cantaré Drops of Jupiter, de Train –anunció el chico con un tono desinteresado y forzado. Lucy frunció el entrecejo, era su canción favorita. Logan se preparó y cuando la música sonó, cantó como nunca:
Now that she's back in the atmosphere
with drops of jupiter in her hair, hey, hey
she acts like summer and walks like rain
reminds me that there's time to change, hey, hey
since the return from her stay on the moon
she listens like spring and she talks like june, hey, hey
tell me did you sail across the sun
did you make it to the milky way to see the lights all faded
and that heaven is overrated
tell me, did you fall for a shooting star
one without a permanent scar
and did you miss me while you were looking for yourself out there
now that she's back from that soul vacation
tracing her way through the constellation, hey, hey
she checks out mozart while she does tae-bo
reminds me that there's room to grow, hey, hey
now that she's back in the atmosphere
i'm afraid that she might think of me as plain ol' jane
told a story about a man who is too afraid to fly so he never did land
tell me did the wind sweep you off your feet
did you finally get the chance to dance along the light of day
and head back to the milky way
and tell me, did venus blow your mind
was it everything you wanted to find
and did you miss me while you were looking for yourself out there
can you imagine no love, pride, deep-fried chicken
your best friend always sticking up for you
even when i know you're wrong
can you imagine no first dance, freeze dried romance, five hour phone conversation
the best soy latte that you ever had . . . and me
tell me, did the wind sweep you off your feet
did you finally get the chance to dance along the light of day
and head back toward the milky way
tell me did you sail across the sun
did you make it to the milky way to see the lights all faded
and that heaven is overrated
Tell me, did you fall for a shooting star
one without a permanent scar
and did you miss me while you were looking for yourself out there
And did you finally get the chance to dance along the light of day
And did you fall from a shooting star...
fall from a shooting star...
And are you lonely by yourself out there...
Las manos de Lucy literalmente le ardían. Aplaudía tan fuerte que le dolía, pero no le importaba; Lucy amaba esa canción y él le había hecho justicia. Ella ni siquiera oyó lo que Finn le decía. Se perdió en sus ojos; que por una fracción de segundo, se chocaron.
- Our own little piece of heaven.:
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Invitado
Invitado
Re: Lost.|N.C| Audiciones abiertas.
Brittany & Justin
~Edad: 18.
~Chico: Justin Bieber.
~Rol: La tinida y el misterioso.
~Capitulo de tu autoría:
- el contrato // prologo:
- Prologo.Justin’s POVAyer Scot me había llamado para decirme algo importante. Espero que no sea esa ‘’medida drástica’’ que me dijo la otra vez.— ¿En serio Bieber? ¿En serio? ¿Te parece bien fumar marihuana? ¿Sabes que pensaran tus Beliebers? ¿Sabes lo decepcionadas que deben estar?— Pero…— No, no digas nada. Creo que tomar medidas mas drásticas.— ¿A que te refieres con eso?— Ya te enteraras, Drew. Ya te enteraras.Estaciono mi auto en frente de la disquera, apago el motor, salgo hacia fuera haciendo que el viento choque contra mi cuerpo. Cierro la puerta y le pongo la alarma. Aspiro por última vez mi cigarrillo mentolado antes de tirarlo al piso y pisarlo. Entro al gran edificio, miro a las recepcionistas, les mando una sonrisa coqueta la cual ellas me la devolvieron. –perras–, pienso en mi mente. Camine hacia las escaleras ya que no pienso subirme al ascensor.— Por fin, piso 7. ¿Quién mierda lo manda a poner su oficina tan arriba? — me susurro a mi mismo, agotado.Llegue a su oficina y pico la puerta. Se escucha un pase serio de Scooter, entro y tomo asiento.— ¿Para que me llamaste?— ¿Te acuerdas que hace un par de semanas te dije que tendría que tomar medidas mas drásticas al asunto?— Perfectamente— respondo rodando los ojos.— Muy bien, ya encontré la solución— mis ojos se abrieron grandemente.— ¿En serio?— Si. Toma— agarro el papel que me estaba entregando y lo empiezo a leer.— No, definitivamente no pienso hacer esta locura.— Piénsalo, ella es buena chica. Te va a dar una buena imagen y puede que la prensa te deje de tomar como punto de referencia para lo malo.— Mi palabra sigue siendo un no.— Mira que si no lo haces, tu fama, tu carrera y tus Beliebers se irán por la borda.— No tengo otra opción— niega con la cabeza— esta bien, acepto. ¿Ella ya lo hizo?— No, ahora le avisare a su manager.____’s POVMe levanto lo más rápido posible ya que estaba llegando tarde a la disquera.Entro al baño, hago mis necesidades y cepillo mis dientes, no es necesario que me bañe ya que lo hice ayer a la noche. Aplico rímmel sobre mis pestañas y me echo un poco de perfume. Salgo del baño y voy hacia el ropero. Tomo unas medias can–can negras y me las coloco, un short de jean gris–celeste, me lo pongo, luego una musculosa negra algo grande, me la pongo y esta la meto debajo del short haciendo una ‘’panza de canguro’’, tomo mis converses blancas, mi chaqueta blanca y por ultimo un gorrito gris de lana con un pompom mediano en el centro, estaba haciendo frío en NY.Bajo rápidamente agarro mi bolsito gris oscuro, pongo mi brillo labial y algunas cosas de higiene femenina. Agarro una manzana y mis llaves. Le pido a mi chófer si por favor me puede alcanzar a la disquera y acepto gustosamente. En el camino voy disfrutando de la manzana roja que agarre y escuchando música, Maroon 5 para ser más precisos.Max, mi chófer, me aviso que llegamos, le doy las gracias y bajo. En la vereda veo un cesto de basura, camino hacia el y tiro el corazón de la manzana. Camino hacia el establecimiento y grito un hola general. Voy hacia el ascensor y presiono el numero 6.Se abren las puertas de ‘’la caja transporta gente’’ –como le digo yo– dejándome ver a mucha gente de acá para allá. Voy hasta la oficina de Megan, mi manager, intentando no chocar con nadie. Por suerte lo logro, toco la puerta y escucho un adelante de parte de ella, entro y la veo ahí sentada, con el celular en la mano y una sonrisa deslumbrante, como la de todos los días.— Bien, voy a ser directa. Tendrás que firmar un contrato.— ¿Qué clase de contrato?— pregunto dudosamente.— Vas a ser la novia de Justin Bieber.
- In case // O.S (TODAVÍA NO SUBIDO):
- P A R T E I''NO SOPORTO ESTO''Camille Brown, la chica de mis sueños, la que me trae loco, mi novia. No llevamos mucho tiempo siéndolo, pero hace mucho nos conocemos. Esa rubia de ojos claros que me robo el corazón desde el primer momento.— Louis, cariño apúrate, llegaremos tarde. — me grito Johanna, mi madre apurándome.— Y voy mami. — dije yo bajando por las escaleras rápidamente pero con cuidado de no caerme.— Muy bien, príncipe, en marcha.Dicho esto, emprendimos viaje hacia la casa de la amiga de mi mamá. Estábamos a pocas cuadras, así que llegamos rápido. Paramos en un edificio y entramos, subimos hacia el ascensor. Llegamos al piso 5 y fuimos hacia y una puerta. Mi madre toco timbre y a los pocos segundos salio una niña, rubia con una coleta dejando caer sus rizos bien formados sobre su hombro derecho.— ¡Mamá! — grito la niña la cual su nombre desconocía. — ¡Hay alguien en la puerta!— Ya voy — se escucharon unos pasos acercándose, la puerta se abrió un poco mas dejando ver a una señora rubia como la niña, solo que su pero una poco mas opaco. — ¡Johanna! Tanto tiempo.— Lo mismo digo, Lidia. — dijo mi mama, y se empezaron a deshacer del abrazo — ¿Y quien es esta muchacha tan apuesta?— Me llamo Camille, mucho gusto — dijo ella, un tanto sonrojada.— Yo soy Johanna, una vieja amiga de tu mama. Y el es mi hijo, preséntate cariño — me dijo mi madre, aunque lo sentí mas como un reproche.— Hola, soy Louis. Encantado. — dije tomando la mano de Camille y depositando un beso en ella, se sonrojo mientras mi madre y Lidia veían la escena enternecidas.— Amor, estoy en la puerta. — le digo después de que me haya atendido la llamada.— Ya voy, bebé — dicho esto colgó.Ella es lo único que ocupa mis pensamientos, todo lo que vivimos, la bendición que me dio la vida al ponerla a mi lado, a una de las mujeres más perfectas de todo este maldito planeta. El ruido de la puerta me saca de mis pensamientos. Ahí estaba ella, Camille, mi Camille.— ¡Hola, amor! ¿Cómo has estado? — digo abrazándola por la cintura mientras ella me rodea con sus pequeños brazo mi cuello.— Mmm… Se podría decir que bien — me besa — te extrañe demasiado.— Yo más amor, yo mas. — le doy un beso en la frente, le tomo la mano y entrelazo nuestros dedos. — ¿Vamos?— Vamos.El camino hacia Starbucks se nos hizo bastante corto y eso que es bastante lago el trayecto. Puedo estar hablando horas con ella y no aburrirme. ¡Es genial!Entramos a la cafetería y, por suerte, no había tanta gente. Pedimos un frapuchino de dulce de leche y nos vamos a sentar. Seguimos hablando de temas triviales, me contaba como le iba con el trabajo, yo le comentaba como estaba con el disco, como estaban los chicos, mi familia. Se hizo tarde y le dije que ya la iba a dejar en su casa.Salimos del recinto, como podemos, ya que esta lleno de paparazzis y fans. Frustrante. Agarro a mi novia más fuerte, pero sin lastimarla. Empezamos a pasar entre todos, siento que ella se tambalea un poco, no le doy importancia y sigo.Llegamos al auto ella se sube sin dejar que le abra la puerta, le resto importancia y me voy del lado del piloto. Veo que tiene su mano en la mejilla, empiezo a preocuparme.— ¿Amor? — No contesta — ¿Qué te paso? — cero — ¿Corazón? — poso mi mano sobre la suya, empiezo a correr su mano, dejándome ver un raspón bastante feo en su pómulo. — ¿Quién te hizo eso?— Un paparazzi — responde con los ojos cristalizados — Louis…— ¿Si?— No puedo soportar eso. Es mucho para mi.— ¿A que te refieres?— Creo que lo mejor va a ser terminar — responde ella en voz baja, largando unas cuantas lagrimas.— ¿Pero, porque? — digo yo y siento como mis ojos empiezan a cristalizarse.— Es lo mejor. No puedo seguir con esto, Lou. Te amo. Te amo demasiado, pero ya sabes el famoso dicho. Si amas a alguien déjalo libre.Me dio un beso en la mejilla, bajo del auto y entro a su casa. ¿Por qué? ¿Por qué la vida tiene que ser asi?
Invitado
Invitado
Re: Lost.|N.C| Audiciones abiertas.
enjoytheride♡ . escribió:¡Hola María♥!Nuse si me recuerdas, pero soy Lucy de "Damn Hell" *todavía no la empezamos, shoro(?)* y bueno, ciertamente tengo una GRAN debilidad por este tipo de historias, así que audicionaré:3.PD: De los escritos que te deje, te recomiendo que leas el one-shot, ya que el del glee club lo leíste y sinceramente lo prefiero más.~Representante: India Eisley.
Harry & Lucemare
~Edad: 17 y 18 años.
~Chico: Harry Styles.
~Rol: El mujeriego & La rebelde.
~Capitulo de tu autoría: (En spoiler)
- Glee club:
Capítulo 008.
Lucy observo su atuendo por quinta vez. Suspiró; aun si intentara por enésima vez no estaría completamente satisfecha con él; así que decidió dejarse puestos sus vaqueros rotos y su camiseta de Nirvana. La verdad no le quedaba tan mal, pero quería dar una buena impresión en su primer día de secundaria. Se puso sus botas negras (las cuales tenían un poco de tacon, no tan alto, a Lucy no le gustaban mucho los tacones altos) y salió de su habitación. Caminó por el largo pasillo de su mansion; sus padres, Kurt Hummel y Blaine Anderson, habían triunfado en lo que más amaban en la vida: la música. Bueno, lo tercero, aparte de Lucy y Maxie. Maxie es su hermana mayor; Lucy la quiere mucho, a pesar que no son realmente hermanas, se siente así; ya que la quiere como a una. Lo mismo siente de sus padres; los ama tanto que siente que son sus padres verdaderos, a pesar que Lucy realmente no tiene padres.
Los padres biológicos de Lucy murieron en un asesinato doble. Su madre tenía dieciséis, y ella y su padre habían decidido conservarla porque la querían, a pesar de su edad joven. Lucy tenía tres o cuatro años cuando sucedió, así que casi no recuerda nada. Lo único que realmente recordaba con claridad eran los sollozos de su tía Marie al dejarla en el orfanato.
-¿Por qué me dejas tía Mar?- preguntó con su pequeña vos de niña de cuatro años. Sus ojos azules brillaban en la oscuridad de la tormenta y bajarón del auto de su abuelo para pararse enfrente de una gran mansión. Marie se quebró ahí mismo; su hermana había muerto hacía solo un par de horas y la habían dejado con una niña de cuatro a su cuidado cuando ella apenas tenía catorce años. Lucy la miraba extrañada.
-D-debes quedarte aquí, ¿sí?-tartamudeó. Lucy asintió levemente.
-¿Y mami y papi?
-E-ellos -La voz de Marie se quebró mientras las lagrimas cegaban su vista. La tormenta se hacía más fuerte y ruidosa - estarán aquí en unos días.
Marie tocó la puerta erradamente mientras Lucy la abrazaba cálidamente. Marie temblaba horriblemente mientras acomodaba un rebelde mechón de cabello rubio detrás de su oreja. Una mujer de piel oscura y mediana edad abrió la puerta y miró la escena. Le sonrió a Lucy, le tomó la mano y la atrajo a ella. Marie se dio media vuelta y comenzó a alejarse.
-¡Tía! -exclamó Lucy. Marie cerró sus ojos y se dio media vuelta. Sus ojos negros llorosos brillaban en la oscuridad de la tormenta y Lucy lo notó. Decidió ignoraro -¿volverás?
Marie asintió levemente y antes de que ella pudiera hablar otra vez; se había ido, dejándola con una promesa vacía que no cumplió.
Pero Lucy no le tenía resentimiento. Estaba muy bien con su vida, y aunque su tía si le había causado dolor en el pasado, ya estaba olvidado y Lucy estaba lista para el futuro. Llegó a su cocina e inmediatamente el olor a hotcakes la inundo por completo; Lucy sonrió al aroma tan característico de su típica mañana. Saludo a sus padres con una cálida sonrisa, la cual le devolvieron. Lucy se sentó en la mesa de madera y tomó su jugo de naranja rápidamente. No quería llegar tarde a su primer día.
-¿Por qué tan apurada, Luce? –preguntó divertidó su padre, Blaine levantando la cabeza del periódico que leía. Su hija nunca era así de apurada y menos desorganizada.
Lucy tragó hasta la última gota de su jugo y sonrió ampliamente. Tomó un hotcake y le dio un mordisco rápido.
-¡Estoy emocionada por mi primer día!- exclamó. Sus padres intercambiaron miradas preocupadas; las cuales Lucy ignoró.
-Lucy… -habló Kurt, con un tono de preocupación- los primeros días en Mckingley… no son los que uno esperan.
Su padre asintió levemente mientras Lucy los miraba a ambos extrañada. No entendía a que se referían.
-Sí…-prosiguió Blaine, mirándola mientras ella hacía una mueca de confusión- las personas pueden ser muy malas el primer día.
Lucy soltó una carcajada seca y se levantó de la mesa: -Creo que estaré bien.
Lucy los beso a los dos en la mejilla y salió de la cocina. Pasó por la sala de estar donde se encontraba Max jugando a “Candy Crush” sentada en el sillón individual de la enorme sala, junto a su mochila y la de Lucy. Max levantó la cabeza de su juego y le sonrió, a lo cual Lucy respondió. Max pauso el juego y guardo el móvil dentro del bolsillo de su chaqueta de jean, agarró su mochila y salió de la casa mientras Lucy imitaba sus acciones y la seguía detrás. Subieron al auto de sus padres; Max adelante y Lucy detrás, por ser la más pequeña. Blaine salió de la casa un par de minutos más tarde y subió al auto junto con ellas; pronunció un muy audible “¡Vámonos!” y partieron a la gran escuela secundaría. Lucy sentía mariposas en el estomago, estaba nerviosa y entusiasmada.
Luego de un viaje de quince minutos, los cuales fueron interminables para Lucy, llegaron a su destino. Lucy saludó a su padre y bajo del auto emocionada. Miró hacía ambos lados y ahogo un chillido de emoción; era el comienzo de una era. Sonrió ampliamente y se dirigió dentro del establecimiento. Miró hacía ambos lados, y notó que Max no estaba; pero la verdad no le importaba demasiado. A su izquierda había un par de chicas rubias y morochas que la miraban con odio y se referían a ella como: “nueva” o “carne fresca”. Lucy notó sus trajes de porristas y comprendió todo. Las populares. A su derecha notó unos chicos con anteojos gruesos y ropa de nerd, así que Lucy dedujo que ellos eran los marginados. Lucy les dedicó una sonrisa cálida a lo cual ellos se sonrojaron mientras otros la miraban confundidos; ¿Qué diablos hacía una chica como ella sonriéndoles? Lucy se les acercó; prefería estar con ellos que con las populares. No les caían mal, solo la intimidaban.
-¡Hola! Soy Lucy –los saludó cortésmente. Ninguno de ellos contestó; simplemente la ignoraban y miraban para el otro lado. Lucy se enojo por eso; ¿estaba siendo amable y la ignoraban? esta vez hablo con un tomo más alto y autoritario– emm… ¿disculpen?
-Intentamos salvarte –susurró uno de ellos, tanto que Lucy apenas pudo escucharlo. Ella hizo una mueca de confusión y el nerd prosiguió en el mismo tono que antes: -Si nos hablas, te comerán viva.
-Oh-dijo ella, asintiendo levemente; sabía que se refería a las chicas que la llamaban nuevita. Le daba pena, pero seguía siendo nueva y no quería comenzar con el pie izquierdo–está bien, gracias por la advertencia, chicos. Son geniales.
Lucy se alejó de ellos y pretendió no escuchar los suspiros de tristeza y decepción que ellos soltaban. Se sentía terrible. Se alejó lo más que pudo. Sus botas de tacon resonaban por el pasillo, y la gente volteaba a verla. Ella apuró el paso. Rápidamente llegó a la pizarra de actividades. Sus ojos se posaron inmediatamente en la ficha del club Glee. Sus padres le habían hablado de club; de lo bien que les había hecho, de cómo los hizo darse cuenta cuanto se amaban y que su vocación era cantar. La lista tenía varios nombre escritos: Frances Harrison, Skye Hudson... Sonrío al leer el nombre de su prima, Skye. Tomó la lapicera y escribio con la letra cursiva más prolija que pudo articular: Lucy Hummel.
It's a little bit funny this feeling inside
I'm not one of those who can easily hide
I don't have much money but boy if I did
I'd buy a big house where we both could live
If I was a sculptor, but then again, no
Or a man who makes potions in a travelling show
I know it's not much but it's the best I can do
My gift is my song and this one's for you
And you can tell everybody this is your song
It may be quite simple but now that it's done
I hope you don't mind
I hope you don't mind that I put down in words
How wonderful life is while you're in the world
I sat on the roof and kicked off the moss
Well a few of the verses well they've got me quite cross
But the sun's been quite kind while I wrote this song
It's for people like you that keep it turned on
So excuse me forgetting but these things I do
You see I've forgotten if they're green or they're blue
Anyway the thing is what I really mean
Yours are the sweetest eyes I've ever seen
Lucy terminó de cantar con una gran sonrisa en su rostro y escuchó a Finn aplaudiendo con ganas. Finn era el nuevo profesor del club Glee luego de que el Sr. Schue se había ido gracias a que Emma había quedado embarazada de dos hermosas gemelas. Will decidió que era mejor solo quedarse con las clases de español y ayudar más a Emma con los bebes, Karla y Felicity. Finn sabía cuánto Lucy amaba cantar, la había ayudado con algunas clases de cantó junto Rachel, quienes la ayudaban a ella y Skye y Max.
-¡Felicitaciones, Luce! –exclamó con emoción. La sonrisa de Lucy se hizo más grande, aunque Lucy no pensaba que eso era posible. Ella salió del escenario, se ubico al lado de Finn en las gradas y se dedico a mirar la audición del último chico que quedaba. El chico se acerco al microfono. Lucy lo miró y casi entra en un trance; era muy guapo. Ella se sonrojo gracias a su pensamiento y se concentro en su audición.
-Bien, dime tu nombre y que vas a cantar –sonrió Finn.
-Er, soy Logan Lerman y cantaré Drops of Jupiter, de Train –anunció el chico con un tono desinteresado y forzado. Lucy frunció el entrecejo, era su canción favorita. Logan se preparó y cuando la música sonó, cantó como nunca:
Now that she's back in the atmosphere
with drops of jupiter in her hair, hey, hey
she acts like summer and walks like rain
reminds me that there's time to change, hey, hey
since the return from her stay on the moon
she listens like spring and she talks like june, hey, hey
tell me did you sail across the sun
did you make it to the milky way to see the lights all faded
and that heaven is overrated
tell me, did you fall for a shooting star
one without a permanent scar
and did you miss me while you were looking for yourself out there
now that she's back from that soul vacation
tracing her way through the constellation, hey, hey
she checks out mozart while she does tae-bo
reminds me that there's room to grow, hey, hey
now that she's back in the atmosphere
i'm afraid that she might think of me as plain ol' jane
told a story about a man who is too afraid to fly so he never did land
tell me did the wind sweep you off your feet
did you finally get the chance to dance along the light of day
and head back to the milky way
and tell me, did venus blow your mind
was it everything you wanted to find
and did you miss me while you were looking for yourself out there
can you imagine no love, pride, deep-fried chicken
your best friend always sticking up for you
even when i know you're wrong
can you imagine no first dance, freeze dried romance, five hour phone conversation
the best soy latte that you ever had . . . and me
tell me, did the wind sweep you off your feet
did you finally get the chance to dance along the light of day
and head back toward the milky way
tell me did you sail across the sun
did you make it to the milky way to see the lights all faded
and that heaven is overrated
Tell me, did you fall for a shooting star
one without a permanent scar
and did you miss me while you were looking for yourself out there
And did you finally get the chance to dance along the light of day
And did you fall from a shooting star...
fall from a shooting star...
And are you lonely by yourself out there...
Las manos de Lucy literalmente le ardían. Aplaudía tan fuerte que le dolía, pero no le importaba; Lucy amaba esa canción y él le había hecho justicia. Ella ni siquiera oyó lo que Finn le decía. Se perdió en sus ojos; que por una fracción de segundo, se chocaron.
- Our own little piece of heaven.:
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Ficha Aceptada.
MariaStylesHoran
Re: Lost.|N.C| Audiciones abiertas.
Supra.Ninja escribió:~Representante: Nina Dobrev.
Brittany & Justin
~Edad: 18.
~Chico: Justin Bieber.
~Rol: La tinida y el misterioso.
~Capitulo de tu autoría:
- el contrato // prologo:
Prologo.Justin’s POVAyer Scot me había llamado para decirme algo importante. Espero que no sea esa ‘’medida drástica’’ que me dijo la otra vez.— ¿En serio Bieber? ¿En serio? ¿Te parece bien fumar marihuana? ¿Sabes que pensaran tus Beliebers? ¿Sabes lo decepcionadas que deben estar?— Pero…— No, no digas nada. Creo que tomar medidas mas drásticas.— ¿A que te refieres con eso?— Ya te enteraras, Drew. Ya te enteraras.Estaciono mi auto en frente de la disquera, apago el motor, salgo hacia fuera haciendo que el viento choque contra mi cuerpo. Cierro la puerta y le pongo la alarma. Aspiro por última vez mi cigarrillo mentolado antes de tirarlo al piso y pisarlo. Entro al gran edificio, miro a las recepcionistas, les mando una sonrisa coqueta la cual ellas me la devolvieron. –perras–, pienso en mi mente. Camine hacia las escaleras ya que no pienso subirme al ascensor.— Por fin, piso 7. ¿Quién mierda lo manda a poner su oficina tan arriba? — me susurro a mi mismo, agotado.Llegue a su oficina y pico la puerta. Se escucha un pase serio de Scooter, entro y tomo asiento.— ¿Para que me llamaste?— ¿Te acuerdas que hace un par de semanas te dije que tendría que tomar medidas mas drásticas al asunto?— Perfectamente— respondo rodando los ojos.— Muy bien, ya encontré la solución— mis ojos se abrieron grandemente.— ¿En serio?— Si. Toma— agarro el papel que me estaba entregando y lo empiezo a leer.— No, definitivamente no pienso hacer esta locura.— Piénsalo, ella es buena chica. Te va a dar una buena imagen y puede que la prensa te deje de tomar como punto de referencia para lo malo.— Mi palabra sigue siendo un no.— Mira que si no lo haces, tu fama, tu carrera y tus Beliebers se irán por la borda.— No tengo otra opción— niega con la cabeza— esta bien, acepto. ¿Ella ya lo hizo?— No, ahora le avisare a su manager.____’s POVMe levanto lo más rápido posible ya que estaba llegando tarde a la disquera.Entro al baño, hago mis necesidades y cepillo mis dientes, no es necesario que me bañe ya que lo hice ayer a la noche. Aplico rímmel sobre mis pestañas y me echo un poco de perfume. Salgo del baño y voy hacia el ropero. Tomo unas medias can–can negras y me las coloco, un short de jean gris–celeste, me lo pongo, luego una musculosa negra algo grande, me la pongo y esta la meto debajo del short haciendo una ‘’panza de canguro’’, tomo mis converses blancas, mi chaqueta blanca y por ultimo un gorrito gris de lana con un pompom mediano en el centro, estaba haciendo frío en NY.Bajo rápidamente agarro mi bolsito gris oscuro, pongo mi brillo labial y algunas cosas de higiene femenina. Agarro una manzana y mis llaves. Le pido a mi chófer si por favor me puede alcanzar a la disquera y acepto gustosamente. En el camino voy disfrutando de la manzana roja que agarre y escuchando música, Maroon 5 para ser más precisos.Max, mi chófer, me aviso que llegamos, le doy las gracias y bajo. En la vereda veo un cesto de basura, camino hacia el y tiro el corazón de la manzana. Camino hacia el establecimiento y grito un hola general. Voy hacia el ascensor y presiono el numero 6.Se abren las puertas de ‘’la caja transporta gente’’ –como le digo yo– dejándome ver a mucha gente de acá para allá. Voy hasta la oficina de Megan, mi manager, intentando no chocar con nadie. Por suerte lo logro, toco la puerta y escucho un adelante de parte de ella, entro y la veo ahí sentada, con el celular en la mano y una sonrisa deslumbrante, como la de todos los días.— Bien, voy a ser directa. Tendrás que firmar un contrato.— ¿Qué clase de contrato?— pregunto dudosamente.— Vas a ser la novia de Justin Bieber.
- In case // O.S (TODAVÍA NO SUBIDO):
P A R T E I''NO SOPORTO ESTO''Camille Brown, la chica de mis sueños, la que me trae loco, mi novia. No llevamos mucho tiempo siéndolo, pero hace mucho nos conocemos. Esa rubia de ojos claros que me robo el corazón desde el primer momento.— Louis, cariño apúrate, llegaremos tarde. — me grito Johanna, mi madre apurándome.— Y voy mami. — dije yo bajando por las escaleras rápidamente pero con cuidado de no caerme.— Muy bien, príncipe, en marcha.Dicho esto, emprendimos viaje hacia la casa de la amiga de mi mamá. Estábamos a pocas cuadras, así que llegamos rápido. Paramos en un edificio y entramos, subimos hacia el ascensor. Llegamos al piso 5 y fuimos hacia y una puerta. Mi madre toco timbre y a los pocos segundos salio una niña, rubia con una coleta dejando caer sus rizos bien formados sobre su hombro derecho.— ¡Mamá! — grito la niña la cual su nombre desconocía. — ¡Hay alguien en la puerta!— Ya voy — se escucharon unos pasos acercándose, la puerta se abrió un poco mas dejando ver a una señora rubia como la niña, solo que su pero una poco mas opaco. — ¡Johanna! Tanto tiempo.— Lo mismo digo, Lidia. — dijo mi mama, y se empezaron a deshacer del abrazo — ¿Y quien es esta muchacha tan apuesta?— Me llamo Camille, mucho gusto — dijo ella, un tanto sonrojada.— Yo soy Johanna, una vieja amiga de tu mama. Y el es mi hijo, preséntate cariño — me dijo mi madre, aunque lo sentí mas como un reproche.— Hola, soy Louis. Encantado. — dije tomando la mano de Camille y depositando un beso en ella, se sonrojo mientras mi madre y Lidia veían la escena enternecidas.— Amor, estoy en la puerta. — le digo después de que me haya atendido la llamada.— Ya voy, bebé — dicho esto colgó.Ella es lo único que ocupa mis pensamientos, todo lo que vivimos, la bendición que me dio la vida al ponerla a mi lado, a una de las mujeres más perfectas de todo este maldito planeta. El ruido de la puerta me saca de mis pensamientos. Ahí estaba ella, Camille, mi Camille.— ¡Hola, amor! ¿Cómo has estado? — digo abrazándola por la cintura mientras ella me rodea con sus pequeños brazo mi cuello.— Mmm… Se podría decir que bien — me besa — te extrañe demasiado.— Yo más amor, yo mas. — le doy un beso en la frente, le tomo la mano y entrelazo nuestros dedos. — ¿Vamos?— Vamos.El camino hacia Starbucks se nos hizo bastante corto y eso que es bastante lago el trayecto. Puedo estar hablando horas con ella y no aburrirme. ¡Es genial!Entramos a la cafetería y, por suerte, no había tanta gente. Pedimos un frapuchino de dulce de leche y nos vamos a sentar. Seguimos hablando de temas triviales, me contaba como le iba con el trabajo, yo le comentaba como estaba con el disco, como estaban los chicos, mi familia. Se hizo tarde y le dije que ya la iba a dejar en su casa.Salimos del recinto, como podemos, ya que esta lleno de paparazzis y fans. Frustrante. Agarro a mi novia más fuerte, pero sin lastimarla. Empezamos a pasar entre todos, siento que ella se tambalea un poco, no le doy importancia y sigo.Llegamos al auto ella se sube sin dejar que le abra la puerta, le resto importancia y me voy del lado del piloto. Veo que tiene su mano en la mejilla, empiezo a preocuparme.— ¿Amor? — No contesta — ¿Qué te paso? — cero — ¿Corazón? — poso mi mano sobre la suya, empiezo a correr su mano, dejándome ver un raspón bastante feo en su pómulo. — ¿Quién te hizo eso?— Un paparazzi — responde con los ojos cristalizados — Louis…— ¿Si?— No puedo soportar eso. Es mucho para mi.— ¿A que te refieres?— Creo que lo mejor va a ser terminar — responde ella en voz baja, largando unas cuantas lagrimas.— ¿Pero, porque? — digo yo y siento como mis ojos empiezan a cristalizarse.— Es lo mejor. No puedo seguir con esto, Lou. Te amo. Te amo demasiado, pero ya sabes el famoso dicho. Si amas a alguien déjalo libre.Me dio un beso en la mejilla, bajo del auto y entro a su casa. ¿Por qué? ¿Por qué la vida tiene que ser asi?
Ficha Aceptada.
MariaStylesHoran
Re: Lost.|N.C| Audiciones abiertas.
Hola chicas, he amado su idea, bueno, amo la serie, soy una gran fan, audicionaré, esperen mi ficha
dreamer.
Re: Lost.|N.C| Audiciones abiertas.
Hola, genial, esperamos tu ficha.Frida Analia escribió:Hola chicas, he amado su idea, bueno, amo la serie, soy una gran fan, audicionaré, esperen mi ficha
MariaStylesHoran
Re: Lost.|N.C| Audiciones abiertas.
Niall & Cassidy
~Edad:18 años
~Chico: Niall Horan
~Rol: La divertida
~Capitulo de tu autoría:
- Escrito:
Voy caminando por las frías y oscuras calles de New York, rumbo a mi cafetería favorita, Lessuns. Estaba aburrida y decidí salir por un buen café en éste frío. Estoy pensando en mi vida, ¿qué haré cuando sea grande? Lastimosamente no tenía una respuesta a ello, no sabía que pasaría, ni en donde viviría, no sabía si la gente que amo estaría aquí o en un lugar mejor donde lo único que hay es paz. Trato de no derramar lágrimas, no me gustaba pensar en eso. Llego a Lessuns y ordeno lo mismo de siempre, un venti de moka de chocolate.
Estaba sentada pero lo vi, y me quedé sin respiración, él era perfecto, ojos cafés, cabello ondulado castaño, ni delgado ni gordo, labios irresistibles y lo que más me gustaba de él era esa sonrisa cálida. Me acerco a hablarle:
-Hola Jake- digo viéndolo, venía vestido con un pantalón de denim, una sudadera de color gris y unos tenis de color blanco, se veía extremadamente sexy para mí, casi me quedo sin respiración
-Hola Marissa- dice él y yo como siempre, pensando en como suena tan bien mi nombre cuando él lo dice
-¿Te importa?- le pregunto señalando la silla que está a su lado, me quería sentar junto a él sólo para verlo
-Para nada, toma asiento- dice haciendo la silla para atrás para poder sentarme yo, es tan caballeroso
Tomamos asiento los dos y hablamos de todo un poco, de los amigos, de la familia, de la vida, de la escuela, incluso de los animales. Él era perfecto para mí. Le diré mis sentimientos algún día de éstos, cuando esté segura de mí misma, cuando tenga confianza en mí misma, pero sobretodo, cuando me quiera a mí misma.
PD: El escrito es para que vean como escribo, no es un capítulo de una novela
dreamer.
Re: Lost.|N.C| Audiciones abiertas.
Frida Analia escribió:~Representante: Emma Roberts
Niall & Cassidy
~Edad:18 años
~Chico: Niall Horan
~Rol: La divertida
~Capitulo de tu autoría:
- Escrito:
Voy caminando por las frías y oscuras calles de New York, rumbo a mi cafetería favorita, Lessuns. Estaba aburrida y decidí salir por un buen café en éste frío. Estoy pensando en mi vida, ¿qué haré cuando sea grande? Lastimosamente no tenía una respuesta a ello, no sabía que pasaría, ni en donde viviría, no sabía si la gente que amo estaría aquí o en un lugar mejor donde lo único que hay es paz. Trato de no derramar lágrimas, no me gustaba pensar en eso. Llego a Lessuns y ordeno lo mismo de siempre, un venti de moka de chocolate.
Estaba sentada pero lo vi, y me quedé sin respiración, él era perfecto, ojos cafés, cabello ondulado castaño, ni delgado ni gordo, labios irresistibles y lo que más me gustaba de él era esa sonrisa cálida. Me acerco a hablarle:
-Hola Jake- digo viéndolo, venía vestido con un pantalón de denim, una sudadera de color gris y unos tenis de color blanco, se veía extremadamente sexy para mí, casi me quedo sin respiración
-Hola Marissa- dice él y yo como siempre, pensando en como suena tan bien mi nombre cuando él lo dice
-¿Te importa?- le pregunto señalando la silla que está a su lado, me quería sentar junto a él sólo para verlo
-Para nada, toma asiento- dice haciendo la silla para atrás para poder sentarme yo, es tan caballeroso
Tomamos asiento los dos y hablamos de todo un poco, de los amigos, de la familia, de la vida, de la escuela, incluso de los animales. Él era perfecto para mí. Le diré mis sentimientos algún día de éstos, cuando esté segura de mí misma, cuando tenga confianza en mí misma, pero sobretodo, cuando me quiera a mí misma.
PD: El escrito es para que vean como escribo, no es un capítulo de una novela
Ficha Aceptada
¡Hola linda! Tu ficha está más que aceptada ^^ El escrito es un poco corto pero creo que nos podremos guiar bien sobre tu manera de escribir. ¡Mucha suerte y gracias por participar!
fylain
Re: Lost.|N.C| Audiciones abiertas.
Sé que es corto, es sólo para que vean como escribo, lo escribí estando triste y aburrida, ya que estoy pasando por una situación similar a la del escrito.fylain escribió:Frida Analia escribió:~Representante: Emma Roberts
Niall & Cassidy
~Edad:18 años
~Chico: Niall Horan
~Rol: La divertida
~Capitulo de tu autoría:
- Escrito:
Voy caminando por las frías y oscuras calles de New York, rumbo a mi cafetería favorita, Lessuns. Estaba aburrida y decidí salir por un buen café en éste frío. Estoy pensando en mi vida, ¿qué haré cuando sea grande? Lastimosamente no tenía una respuesta a ello, no sabía que pasaría, ni en donde viviría, no sabía si la gente que amo estaría aquí o en un lugar mejor donde lo único que hay es paz. Trato de no derramar lágrimas, no me gustaba pensar en eso. Llego a Lessuns y ordeno lo mismo de siempre, un venti de moka de chocolate.
Estaba sentada pero lo vi, y me quedé sin respiración, él era perfecto, ojos cafés, cabello ondulado castaño, ni delgado ni gordo, labios irresistibles y lo que más me gustaba de él era esa sonrisa cálida. Me acerco a hablarle:
-Hola Jake- digo viéndolo, venía vestido con un pantalón de denim, una sudadera de color gris y unos tenis de color blanco, se veía extremadamente sexy para mí, casi me quedo sin respiración
-Hola Marissa- dice él y yo como siempre, pensando en como suena tan bien mi nombre cuando él lo dice
-¿Te importa?- le pregunto señalando la silla que está a su lado, me quería sentar junto a él sólo para verlo
-Para nada, toma asiento- dice haciendo la silla para atrás para poder sentarme yo, es tan caballeroso
Tomamos asiento los dos y hablamos de todo un poco, de los amigos, de la familia, de la vida, de la escuela, incluso de los animales. Él era perfecto para mí. Le diré mis sentimientos algún día de éstos, cuando esté segura de mí misma, cuando tenga confianza en mí misma, pero sobretodo, cuando me quiera a mí misma.
PD: El escrito es para que vean como escribo, no es un capítulo de una novela
Ficha Aceptada
¡Hola linda! Tu ficha está más que aceptada ^^ El escrito es un poco corto pero creo que nos podremos guiar bien sobre tu manera de escribir. ¡Mucha suerte y gracias por participar!
¡Gracias por aceptarme!
dreamer.
Re: Lost.|N.C| Audiciones abiertas.
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CAPITULO DE MI AUTUTORIA
Al fin un poco de tranquilidad. Aunque por dentro me sentía intrigada por la situación que acababa de ocurrir hace unos minutos... ¿todos eran sospechosos ahora? Al llegar a mi habitación, inspecciones todo a mí alrededor. Era... ¿extraño? Tal vez porque ya me había acostumbrado a estar en un espacio libre, sin paredes deteniéndome. Las cosas se encontraban en su lugar, perfectamente acomodadas. Tome la bola de cristal que Caspian me había regalado y la agite, haciendo que los copos dentro cayeran sobre el león dorado.
Despeje mi mente en cuanto me desparramé en mi cama. La extrañaba. Me acomodé y llené mis pulmones del aroma hogareño. Segundos pasaron antes de quedarme dormida.
*****
- ____... – dijo una voz a lo lejos - ____, ¿Estas viva?
- ¿Eh? – pregunte, adormitada.
- Despierta... ya será hora de la cena – me informa él.
- Ya voy – digo, apoyando mi espalda en el respaldo de la cama -. ¿Puedo preguntarte algo?
- Supongo que sí – dice, sentándose a mi lado.
- Bien – tomó aire para gesticular la interrogante - ¿Qué fue lo que te mostró Jadis cuando estábamos en Charn?
Su cuerpo se puso tenso. Miró la ventana a un costado como si buscara algo. Bajó la mirada y cerró los ojos con fuerza.
- Me lo mostrara o no, ya lo había visto de todas formas – respondió, tragando intensamente.
Mostré mi incomprensión mirándolo inexpresiva. Claramente, no era la respuesta que esperaba.
- ¿Qué fue? – pregunté seca.
- ¿Recuerdas cuando estaba con Mili en el campo de dianas? – dijo el cobrizo. Yo asentí levemente -, pues, luego de que nos fuéramos, recordé que había dejado las dagas afuera y, si llegaba a perderlas, era seguro que Tavros me haría puré de papa... – siguió divertido; yo solté una pequeña risa -, cuando regresé, vi que Ed estaba hablando contigo... sé que no es educado espiar pero no pude evitarlo... pero en eso, tú te giraste y yo tuve que esconderme. Después... pues... básicamente presencie todo – terminó y bajó la cabeza.
Para ese momento, yo tenía los ojos tan abiertos como podía. Una almohada que yacía en mis manos sufría la presión que yo sentía ahora. ¿Debía sentirme molesta? ¿Avergonzada?...
- ¿Qué pensaste? – pregunté.
- Algo egoísta – responde Jack.
- ¿Celos? – mis dedos dan un tirón, y una nube de plumas flota a nuestro alrededor.
- Sí – Jack retira una pluma de mi cabello -. Pensé... que nunca competiría con eso. Sin importar cuando me duela – él gira la pluma entre su dedo índice y pulgar -. Prefiero tenerte a mi lado como mi mejor amiga que como pareja – dijo encogiéndose de hombros, resignado.
- ¿Quieres decir...
- Acepta la propuesta de Ed, es un buen chico – dice relajado.
- ¿Hablas enserio? – digo. Él asiente.
- Creo que solo fue un ataque de celos después de todo.
- Mejores amigos – pronuncio yo, luego de un largo silencio, extendiendo mi meñique.
- Por siempre – dice él, entrelazando nuestros dedos -. Ahora bésame.
- ¿Qué? – digo desconcertada sin pestañar -, pensé que dijiste qué...
- Se lo que dije – dice él -, es solo que... ¿No merezco un último beso?
Me quedó ahí, mientras él se inclina y presiona sus labios sobre los míos brevemente. El examina mi rostro detenidamente.
- ¿Qué está pasando por tu cabeza?
- No lo sé – susurró en respuesta.
- Entonces, es como estar besando a alguien que esta borracha. Eso no cuenta – dice él con un débil intento de risa.
- ¿Cómo lo sabes? – digo, más que todo para cubrir mi vergüenza -. ¿Has besado a alguien que estaba borracha?
Supongo que Jack pudo haber estado besando chicas a diestra y siniestra por estos rumbos. Ciertamente, tenía suficientes interesadas. Nunca antes había pensado en ello. Él sólo sacude la cabeza.
- No, pero no es difícil imaginar.
- Así que, ¿Jamás has besado a alguna otra chica?
- Yo no dije eso – comienza Jack -, apenas éramos unos enanos cuando nos conocimos. Y, además, eras realmente fastidiosa. Yo tenía otra vida aparte de andar explorando contigo – dice, levantándose.
De repente, estoy genuinamente curiosa.
- ¿A quién besaste? ¿Y dónde lo hiciste?
- Demasiadas para recordar. Detrás del patio, en el faro, cerca de la fuente, tú nómbralo – dice.
Yo hago rodar mis ojos.
- Entonces, ¿Cuándo me volví tan especial? ¿Cuándo me convertí en alguien que lucharía en una guerra para recuperar el Reino que su tío demente le quito?
- No – dice, entre débiles risas -. Como seis meses antes de eso. Justo después del Año Nuevo. Estábamos en la fiesta comiendo algún postre que Sae había preparado. Y Darius estaba molestándote con cambiar tu brazalete por uno de sus besos. Y yo me di cuenta... que me importaba – dice.
Recuerdo ese día. Fuegos artificiales a altas horas de la noche. Habíamos estado cabalgando, pero una pesada nevada nos había conducido de vuelta al castillo. La Gran Sala estaba repleta de gente de alta clase. Los postres que Sae había cocinado eran exquisitos y yo estaba muriendo de hambre mientras saboreaba las delicias que llegaban a mi boca, sentada con las piernas cruzadas sobre las escaleras principales, al lado de Jack.
Darius estaba inclinado en unos de los postes, haciéndome cosquillas en la mejilla con la punta de mi trenza, mientras yo le daba manotazos a su mano para que me soltara. Él estaba explicando porque uno de sus besos ameritaba un brazalete de metal fino, o posiblemente dos, ya que todos sabían que los hombres pelirrojos eran los más viriles.
Jack y yo estábamos riendo porque él era tan ridículo y persistente, y seguía señalando mujeres alrededor del lugar que, él decía, habían pagado más de una moneda de oro para disfrutar de sus labios.
- ¿Ves? ¿La del vestido verde? Ve y pregúntale a ella. Si necesitas una referencia.
Los dos nos habíamos echado a reír al recordar aquella escena. Era realmente gracioso. Me divertía que todo volviese a ser como antes.
- Bueno, es hora de que bajemos – informó él.
- Iré en un minuto – dije, y él asintió.
En cuanto él salió, me cambie de ropajes y peiné un poco mi cabellera. Amarre un correaje a mi cintura y guardé una daga. Di un vistazo por la ventana y, casualmente, vi a El Justo hablando con Aslan. Parecía nervioso. Aslan dirigió una mirada hacia mí y sonrió ligeramente. Yo le devolví el gesto. En cuanto Ed lo notó, me saludó con un breve movimiento de su mano, el cual yo correspondí.
Aslan le dijo algo y el chico asintió. Ed me miró una última vez y se alejó por el sendero. Miré al león y recordé que deseaba hablar con él. Me hizo un gesto para que bajara y me apresuré a obedecerle.
.......
(Lo siento, pero tendré que dejarte el cap así, porque los spoilers no me funcionan en este momento... espero que aun así valga ;) )
CAPITULO DE MI AUTUTORIA
Al fin un poco de tranquilidad. Aunque por dentro me sentía intrigada por la situación que acababa de ocurrir hace unos minutos... ¿todos eran sospechosos ahora? Al llegar a mi habitación, inspecciones todo a mí alrededor. Era... ¿extraño? Tal vez porque ya me había acostumbrado a estar en un espacio libre, sin paredes deteniéndome. Las cosas se encontraban en su lugar, perfectamente acomodadas. Tome la bola de cristal que Caspian me había regalado y la agite, haciendo que los copos dentro cayeran sobre el león dorado.
Despeje mi mente en cuanto me desparramé en mi cama. La extrañaba. Me acomodé y llené mis pulmones del aroma hogareño. Segundos pasaron antes de quedarme dormida.
*****
- ____... – dijo una voz a lo lejos - ____, ¿Estas viva?
- ¿Eh? – pregunte, adormitada.
- Despierta... ya será hora de la cena – me informa él.
- Ya voy – digo, apoyando mi espalda en el respaldo de la cama -. ¿Puedo preguntarte algo?
- Supongo que sí – dice, sentándose a mi lado.
- Bien – tomó aire para gesticular la interrogante - ¿Qué fue lo que te mostró Jadis cuando estábamos en Charn?
Su cuerpo se puso tenso. Miró la ventana a un costado como si buscara algo. Bajó la mirada y cerró los ojos con fuerza.
- Me lo mostrara o no, ya lo había visto de todas formas – respondió, tragando intensamente.
Mostré mi incomprensión mirándolo inexpresiva. Claramente, no era la respuesta que esperaba.
- ¿Qué fue? – pregunté seca.
- ¿Recuerdas cuando estaba con Mili en el campo de dianas? – dijo el cobrizo. Yo asentí levemente -, pues, luego de que nos fuéramos, recordé que había dejado las dagas afuera y, si llegaba a perderlas, era seguro que Tavros me haría puré de papa... – siguió divertido; yo solté una pequeña risa -, cuando regresé, vi que Ed estaba hablando contigo... sé que no es educado espiar pero no pude evitarlo... pero en eso, tú te giraste y yo tuve que esconderme. Después... pues... básicamente presencie todo – terminó y bajó la cabeza.
Para ese momento, yo tenía los ojos tan abiertos como podía. Una almohada que yacía en mis manos sufría la presión que yo sentía ahora. ¿Debía sentirme molesta? ¿Avergonzada?...
- ¿Qué pensaste? – pregunté.
- Algo egoísta – responde Jack.
- ¿Celos? – mis dedos dan un tirón, y una nube de plumas flota a nuestro alrededor.
- Sí – Jack retira una pluma de mi cabello -. Pensé... que nunca competiría con eso. Sin importar cuando me duela – él gira la pluma entre su dedo índice y pulgar -. Prefiero tenerte a mi lado como mi mejor amiga que como pareja – dijo encogiéndose de hombros, resignado.
- ¿Quieres decir...
- Acepta la propuesta de Ed, es un buen chico – dice relajado.
- ¿Hablas enserio? – digo. Él asiente.
- Creo que solo fue un ataque de celos después de todo.
- Mejores amigos – pronuncio yo, luego de un largo silencio, extendiendo mi meñique.
- Por siempre – dice él, entrelazando nuestros dedos -. Ahora bésame.
- ¿Qué? – digo desconcertada sin pestañar -, pensé que dijiste qué...
- Se lo que dije – dice él -, es solo que... ¿No merezco un último beso?
Me quedó ahí, mientras él se inclina y presiona sus labios sobre los míos brevemente. El examina mi rostro detenidamente.
- ¿Qué está pasando por tu cabeza?
- No lo sé – susurró en respuesta.
- Entonces, es como estar besando a alguien que esta borracha. Eso no cuenta – dice él con un débil intento de risa.
- ¿Cómo lo sabes? – digo, más que todo para cubrir mi vergüenza -. ¿Has besado a alguien que estaba borracha?
Supongo que Jack pudo haber estado besando chicas a diestra y siniestra por estos rumbos. Ciertamente, tenía suficientes interesadas. Nunca antes había pensado en ello. Él sólo sacude la cabeza.
- No, pero no es difícil imaginar.
- Así que, ¿Jamás has besado a alguna otra chica?
- Yo no dije eso – comienza Jack -, apenas éramos unos enanos cuando nos conocimos. Y, además, eras realmente fastidiosa. Yo tenía otra vida aparte de andar explorando contigo – dice, levantándose.
De repente, estoy genuinamente curiosa.
- ¿A quién besaste? ¿Y dónde lo hiciste?
- Demasiadas para recordar. Detrás del patio, en el faro, cerca de la fuente, tú nómbralo – dice.
Yo hago rodar mis ojos.
- Entonces, ¿Cuándo me volví tan especial? ¿Cuándo me convertí en alguien que lucharía en una guerra para recuperar el Reino que su tío demente le quito?
- No – dice, entre débiles risas -. Como seis meses antes de eso. Justo después del Año Nuevo. Estábamos en la fiesta comiendo algún postre que Sae había preparado. Y Darius estaba molestándote con cambiar tu brazalete por uno de sus besos. Y yo me di cuenta... que me importaba – dice.
Recuerdo ese día. Fuegos artificiales a altas horas de la noche. Habíamos estado cabalgando, pero una pesada nevada nos había conducido de vuelta al castillo. La Gran Sala estaba repleta de gente de alta clase. Los postres que Sae había cocinado eran exquisitos y yo estaba muriendo de hambre mientras saboreaba las delicias que llegaban a mi boca, sentada con las piernas cruzadas sobre las escaleras principales, al lado de Jack.
Darius estaba inclinado en unos de los postes, haciéndome cosquillas en la mejilla con la punta de mi trenza, mientras yo le daba manotazos a su mano para que me soltara. Él estaba explicando porque uno de sus besos ameritaba un brazalete de metal fino, o posiblemente dos, ya que todos sabían que los hombres pelirrojos eran los más viriles.
Jack y yo estábamos riendo porque él era tan ridículo y persistente, y seguía señalando mujeres alrededor del lugar que, él decía, habían pagado más de una moneda de oro para disfrutar de sus labios.
- ¿Ves? ¿La del vestido verde? Ve y pregúntale a ella. Si necesitas una referencia.
Los dos nos habíamos echado a reír al recordar aquella escena. Era realmente gracioso. Me divertía que todo volviese a ser como antes.
- Bueno, es hora de que bajemos – informó él.
- Iré en un minuto – dije, y él asintió.
En cuanto él salió, me cambie de ropajes y peiné un poco mi cabellera. Amarre un correaje a mi cintura y guardé una daga. Di un vistazo por la ventana y, casualmente, vi a El Justo hablando con Aslan. Parecía nervioso. Aslan dirigió una mirada hacia mí y sonrió ligeramente. Yo le devolví el gesto. En cuanto Ed lo notó, me saludó con un breve movimiento de su mano, el cual yo correspondí.
Aslan le dijo algo y el chico asintió. Ed me miró una última vez y se alejó por el sendero. Miré al león y recordé que deseaba hablar con él. Me hizo un gesto para que bajara y me apresuré a obedecerle.
.......
Avisame si hace falta algo.
OWA!
Invitado
Invitado
Re: Lost.|N.C| Audiciones abiertas.
Harry & Leonela
~Edad: 17.
~Chico: Harry Styles.
~Rol: El mujeriego y la rebelde.
~Capitulo de tu autoría:
- Speak to me :
- El sol, que atravesaba mis cortinas, sobre mi cara me despertó. Me incorporé suavemente sobre mi cama, bufé y bruscamente me levanté para dirigirme al baño, a darme una ducha fría. Al salir, me vestí con una remera de tirantes, negra, una fina campera de tela del mismo color, unas vans grises oscuras y un jean, también negro. Sí, demasiado oscuro de mi parte. Sequé mi castaño cabello dejándolo suelto, cubierto por un gorro, negro obviamente, de lana.
Bajé al comedor, y como siempre, estaba sola. No tenía amigos que me acompañen y al tener dieciocho y vivir sola, tampoco estaban mis padres, bueno, mi madre, y soy hija única.
Preparé un leve desayuno, una simple ensalada de zanahoria y mayonesa. En menos de diez minutos, ya la había terminado. Con mis dientes ya limpios, recogí mi mochila de Pink Floyd y me dirigí al estúpido colegio.
Al ser otoño, siempre sacudía las hojas color café y color naranja que se encontraban en mis pies, era una de mis estaciones preferidas, junto con el invierno. Me gustaba el frío, personalmente.
Directamente, al pasar por la enorme puerta del edificio llamado “London School”, me dirigí a mi casillero para revisar mi horario. Al ver que tenía geografía en la primera hora, tomé los libros necesarios y, a duras penas, me marché hacia el blanco salón al que se entraba por una puerta de roble color marrón claro. Me senté al final de una fila, contra la pared, teniendo vista hacia el patio delantero del colegio, que era bastante lindo. Ahí pasaba mis recreos.
Como siempre, algunos chocaban mi mochila la cual estaba en el suelo, dando hacia el pequeño espacio que estaba entre las filas. Algunos pedían un seco y sin significado “perdón”, y otros ni lo hacían. Un poco irritada, coloqué la mochila en el pupitre, al menos hasta que el profesor llegue.
El señor delgado y canoso, vestido con una chaqueta gris y una camisa, con los típicos zapatos ingleses y pantalones de trabajo, entró por la puerta, siempre caminando elegantemente. Después de desearnos los buenos días, empezó a dictar la clase, pero ni siquiera llegó a los cinco minutos porque unos alumnos lo interrumpieron, llegando tarde:
- Lo sentimos, profesor. – Se disculpó el castaño, que estaba bastante despeinado. Se notaba que estaba aguantando una risa. Detrás de él llegaron una chica y un chico, éstos sí a carcajadas. Pararon al ver la mirada molesta del profesor.
- Llegaron tarde, me deben explicaciones. ¿Las podrán dar frente a todos sus compañeros?
- No creo que les importe. – Sonrió el otro chico que llegó último. – Pero fue porque el coche no funcionaba.
- Ajá, y por eso entraron riendo. Se las dejo pasar, vamos, siéntense. – Les ordenó volviendo a dictar clase, esta vez escribiendo en la pizarra.
Los tres amigos se sentaron también al final del aula, pero en la punta contraria a mí. Seguían riendo, sólo que en silencio. Todos los observaban divertidos, pues eran amigos de la mayor parte de la clase, eran queridos por muchos al ser tan simpáticos; Harry y Mahia Styles y Louis Tomlinson siempre fueron bastante populares, pero no los típicos molestos, al contrario, eran amigables y carismáticos, aunque claro, como todos, no notaban mi existencia y cuando lo hacían era para mirarme como si estuviese loca, cosa que realmente estoy. Pero no me interesaba, pues no eran el tipo de gente con el que me agradaba relacionarme, eran bastante dulces y cariñosos.
Al sonar el timbre, agradecí mentalmente. Era hora del almuerzo y la verdad tenía un poco de hambre, cosa rara en mí, pero bueno. No era nada malo engordar un poco, últimamente he estado bastante delgada por falta de apetito.
Me senté en una mesa algo alejada, sola. Mi desayuno fue un puré de papas y una manzana verde, la cual estaba deliciosa. Me quedaban diez minutos para ir a la siguiente clase, así que fui al patio delantero ya mencionado. Vi un lindo árbol al cual no llegaba el sol y quise ir a sentarme en él, pero cuando estaba yendo, tropecé con una pequeña rama.
- ¿Estás bien? – Murmuró una ronca y suave voz, dirigiéndose a mí. Había caído en sus brazos. Levanté la mirada y me encontré con el mismísimo Harry Styles que hoy llegó tarde a clases. Asentí secamente parándome como debe ser. Sacudí un poco mi ropa y asentí a modo de agradecimiento.
Sin sonrisas ni nada, fui a lo que era mi objetivo: el árbol. Me senté ahí maldiciendo por lo bajo, preguntándome por qué debo ser tan torpe.
- Esa chica está loca. – Se escuchó a mis espaldas. Me giré apenas y vi que del otro lado del árbol, estaban Louis Tomlinson, los hermanos Styles y ahora se sumaron sus otros amigos: Payne, Horan y Malik.
- Sólo tropezó, ¿qué le ves de malo? – Habló la misma voz que me preguntó cómo me encontraba hace apenas un minuto.
- No hablo de eso, hablo de ella. Siempre de negro, nunca sonríe y, no lo sé, es extraña. ¿Alguna vez sus padres la recogieron al colegio? ¿Alguna vez se sentó con alguien a almorzar? Yo ni siquiera conozco su voz. – Habló la única mujer ahí, Mahia.
Tenían razón, pero, ¿qué hacen hablando de mí? No creí que les interesara y tampoco debe hacerlo, mi vida no debe salir por sus bocas, jamás. Bufé, un bufido casi inaudible. Hice fuerza con mis manos sosteniéndome del tronco del árbol para levantarme. Antes de que dé un paso, oí otra pequeña parte de la conversación:
- Si tan extraña te parece, ¿por qué no hablas con ella?
- No sólo es extraña, parece macabra, no me cae bien, al menos no su apariencia. Lo único que puede agradarme es su gusto musical hacia Pink Floyd, siempre con mochilas y remeras de ellos.
Sonreí leve y cínicamente, claro que no era una sonrisa verdadera. “Al menos no su apariencia.”, ¿está hablando sin siquiera conocerme? Eso es de idiotas. Está bien que tenga una apariencia bastante oscura y también macabra, pero no creí que tanto les interesara. ¿Alguien más además de estos idiotas hablará de mí a mis espaldas? Tal vez muchas personas más.
Sin dudarlo, di media vuelta al árbol quedando frente a ellos. La chica no me veía ya que estaba de espaldas, pero todos los demás sí, y me miraban con los ojos desorbitados. La chica, supongo que confundida los observó. Volteó con lentitud encontrándose con mi mirada inexpresiva y fría. Si tan macabra les parecía, no les daría el gusto de escuchar mi voz. Simplemente los observé de una forma amenazante con mis ojos grisáceos para luego marcharme.
Las siguientes dos clases se pasaron aburridas, como siempre. Lo único que cambió de mi rutina fueron los estúpidos esos hablando sobre mí, lo demás siempre es igual. Profesores irritados, de mal humor, algunos inexpresivos, otros aburridos. Recreos solitarios, miradas sobre mí mirándome de arriba abajo, yendo hacia mi casillero para cambiar libros, entre otras acciones típicas del día.
Cuando el timbre indicó la finalización de la última clase, todos, entusiasmados, se marcharon, aunque tranquilos y a paso lento. Cuando todos atravesamos la entrada, ahora intentando atravesar la multitud de alumnos que salía una mano sostuvo mi ante brazo, haciéndome voltear bruscamente mirando mi brazo para descubrir si exactamente una mano era lo que me había tomado desprevenida. Me encontré con una mano de hombre, algo grande pero suave. Mis ojos se elevaron ahora chocando con una mirada tierna y brillante color verde esmeralda.
- Lamento lo de hoy, mi hermana sólo no sabe lo que dice. – Se disculpó dándole una sacudida a sus rizos. ¿Por qué no se disculpaba su hermana directamente? – Lamentamos haberte juzgado. – Repitió cambiando las palabras, observándome y esperando que una respuesta salga de mi garganta. – Oye, ¿tienes voz, cierto? – Carcajeó mirándome ahora divertido, hice una mueca de irritación y quise volver a mi camino, pero imitó su primer acto de agarrarme del ante brazo. – Lo siento, lo siento. – Se apresuró a decir.
- Ya, no me interesan sus disculpas, ahora déjame irme en paz a mi casa. – Espeté con una mirada de frustración soltándome ahora sí de su agarre y yéndome a mi casa para estar tirada en mi cama escuchando Pink Floyd de una vez por todas.
Goodbye Blue Sky sonaba en toda la casa a máximo volumen. Es una de mis canciones preferidas, al menos del disco The Wall, pero ya, no me pondré a pensar en eso.
Tal vez Mahia tenía razón, bueno, no tal vez, la tiene. Aunque no sabe quién y cómo soy, acertó: soy una maldita psicodélica casi autista que está de gusto en la vida. ¿Macabra? Oscura diría yo. Oscura y cínica. Es mejor no tener amigos siendo de esta manera, pero no iba a cambiar, no podía cambiar. Ya las acciones de la vida me hicieron esto, ¿qué podía hacer? Absolutamente nada. Por eso Goodbye Cruel World es mi vida en una canción, cuando en realidad desearía que Speak To Me lo fuera, nadie tuvo empatía conmigo o tal vez sí pero también miedo.
Otro día se agregaba a mi vida. Después de haber tenido sueños sobre mi padre en la batalla civil que hubo hace unos años, desperté sudando sin poder volver a conciliar sueño, pero no importaba, ya se hacían las diez de la mañana y en una hora y media debía ir al colegio.
Hoy hice un té con algunas galletas saladas dietéticas. No estaba haciendo dieta, pero me gustaban más que las dulces. Y hoy mi vestimenta era de un suéter algo ancho pero fino y algo desabrigado color gris, junto con unos jeans negros y unas Converse del mismo color en lugar de Vans. El gorro de lana obviamente infaltable.
Con mi mochila en mi hombro derecho, fui al colegio ahora escuchando música. Mother se hacía presente, linda canción.
La hora del almuerzo llegó más rápido de lo que esperaba. Me senté en la misma mesa que ayer, pensando en cualquier estupidez.
- Leave, but don’t leave me. – Canté con los ojos cerrados, ahora sí sonriendo, ya que estaba escuchando Speak To Me. – Run, rabbit, run. – Canté otra vez cuando esa parte llegó. – Forget the sun. – Mis pensamientos me hacían saltearme alguna que otra palabra.
- And when at last the work is done don't sit down it's time to dig another one. – Siguieron cantando afinadamente. Abrí mis ojos sorprendidos encontrándome nuevamente con ese chico, qué pesado está últimamente, ¿acaso esto es una apuesta? – Cantas muy bien. – Sonrió sentándose a mi lado.
- ¿Esto es una apuesta? ¿Qué quieres? – Le pregunté seca y fríamente, sin mirarlo.
- Sólo me siento mal por lo de ayer, tranquila. – Dijo sereno, recibiendo una mirada irónica de mi parte.
- Te dije que no me interesan tus disculpas, puedes irte. – Dije dejando de mirarlo y concentrándome en mi comida e intentando volver a reproducir la música.
- ¿Y si no quiero? – Pregunta con una sonrisa pícara, acercándose más a mí. - ¡Chicos, aquí! – Gritó sonriendo ampliamente mirando hacia adelante, levanté la mirada y ahí estaban su hermana y sus amiguitos. Ellos lo miraron inseguros y confundidos, pero a paso lento llegaron a sentarse, y ahora a mi lado se sumó el rubio Horan, Niall.
- Yo estaba aquí primero. – Solté furiosa, haciendo que todos voltearan hacia mí. Claro, jamás me habían escuchado hablar.
- Siete contra una. – Rió victorioso.
- Púdrete. – Escupí con tono de asco, intentando irme, pero él me agarró de la muñeca. - ¿Por qué quieres que me quede? ¿Para que les enseñe cómo ser oscuros? Déjame en paz. – Me levanté mirando al rizado con ira.
- Sólo quiero conocerte. ¿Por qué todos dicen que eres una loca? No lo sé y quiero saber si es cierto o si nada más te juzgan.
- Pues déjame contestarte eso sin necesidad de tocarme, ¡estoy loca! – Exclamé haciendo que todos me miraran, todos los del comedor. ¡Genial, me escucharon hablar, qué tierno! Estúpidos entrometidos.
- En ese caso quiero saber por qué. – Se levantó acercándose a mí, estaba demasiado cerca para mi gusto. Retrocedí unos pasos pero fue inútil, él avanzó unos pasos haciendo que volvamos a la misma posición de antes.
- Oye, quiere estar sola, no le gusta la compañía de nadie. Déjala. – Se entrometió el castaño, Liam Payne. Sí, ése.
Creo que si no fuera yo abrazaría al muchacho ahora mismo, ya que gracias a él, el chico de ojos verdes me soltó dejándome libre y pude irme por fin de ahí. Mucha conversación para mí, hacía bastante que no hablaba con alguien, ni siquiera discuto con nadie, mis muecas y miradas lo dicen todo. Virtud mía, al fin hallada.
¿Repentinamente este chico quería saber por qué soy la rarita del colegio? Claro, ni él se lo cree. Además, si su hermana es tan valiente como para arriesgarse a hablar de los otros, estoy más que segura de que hubiese venido a disculparse por su propia cuenta, ¿no?
Ansiosamente mi cerebro no paraba de imaginarse cuándo la campana final tocaría. Quería irme de este maldito infierno ahora mismo, creo que a nadie le costaba acelerar apenas el reloj, obviamente a nadie le importa complacerme, pero, ¿les cuesta a los dioses gastar dos segundos en uno de sus esclavos de la vida para ayudarlo un momento? Por lo que parece, ni siquiera soy uno de sus miles de esclavos, soy uno de sus miles perros que apenas saben de su existencia.
Frustrada me llevé las manos a mi cara estirándola. Resoplé irritada de estar en aquel lugar, irritada de todo. Mi puño golpeó el pupitre fuertemente haciendo que las pocas personas que quedaban en el aula se sobresaltaran y me miraran algo espantados. Salí de ese lugar con mis pensamientos llenos de ira. Habían roto mi pacífica reputación de bicho venenoso que alejaba a todo el mundo. Además de hacer que todos escucharan mi voz, todos me vieron con ese maldito rizado que me había molestado durante el día. Su voz taladraba mi cabeza como si fuera una obra sin terminar y el estúpido ese fuera un obrero que había descansado y tenía todas sus energías enfocadas en terminar el maldito trabajo, una analogía que describía perfectamente mi actual situación que ya me estaba sacando de mis casillas.
En todos los recreos siguientes, los ojos verdes pesados y prontamente odiados se acercaban a molestarme y a pedirme que al menos le regale algunas palabras que no sean groseras. En un momento me dieron ganas de dejarlo estéril, tal vez así aprenda a no molestar a los que no quieren hablar con la gente, pero ni siquiera con eso aprendería a dejar de ser tan testarudo.
Varias veces le repetí firmemente que no me interesaban sus disculpas ni sus severas órdenes de escucharlo y responderle a lo que preguntaba, hasta sus amigos me apoyaban, pero él seguía insistiendo en que “era sólo una chica herida que necesitaba ayuda, pero no sabe por qué”, como si le importara.
La analogía del obrero seguía en pie, hasta que en un momento yo ya estaba fuera de mí y si alguien, específicamente el rizado, se me acercaba soy capaz de asesinarlo, y con mis problemas mentales, se sabe que lo digo más que literal.
- ¿Cuándo me dejarás conocerte? – Lo único que me animaba a no matarlo (pero eso no significaba que no quería hacerlo, ni que no iba a golpearlo) era saber que este era el último recreo del día y que mañana era sábado por fin.
- Lo único que quieres es saber por qué soy así y divulgarlo, o tal vez lo último no, pero es sólo intriga. Déjame en paz de una maldita vez.
- Eso quiero averiguar, por qué eres tan fría y amargada.
- Esta es una advertencia literal y no querrás probar si lo es: déjame en paz o te mataré con mis propias manos. – Lo fulminé con la mirada y él me miró sorprendido, pero divertido; era obvio que se lo iba a tomar como una broma. – No sabes cómo soy y es lo que quieres averiguar, así que ahí te doy una pista. ¿Me molestas? Pues, es posible que amanezcas conmigo y un cuchillo a tu lado pero no vivirás para contarlo. – Lo amenacé zafándome de su agarre por décima vez en el día, o milésima.
Luego de esa dulce y tierna amenaza de mi parte, Styles no volvió a dirigirme la mirada ni la palabra en todo el recreo ni la última clase que lamentablemente nos tocaba juntos, pero claro que la separación de nuestros asientos y mi carente importancia e interés en él hacían que ni siquiera lo mire.
En estos momentos necesitaba a mi más que extrañado amigo Fred, quien murió hace dos años atrás dejándome rota, depresiva, peor de lo que estaba. Los antidepresivos no hacían mucho afecto, desde ahí empecé a ser más como ahora, antes era algo extraña por la muerte de mi padre en la batalla civil, pero lo de Fred fue la gota que derramó el vaso para sentirme más que sola. Claro que absolutamente nadie lo sabía excepto mi madre, a quien mucho no le importaba así que su consolación estuvo siempre ausente, pero hablando de la gente del colegio, nadie lo sabe a lo de mi padre. Lo de Fred sí ya que iba a mi colegio, aunque nadie lo menciona y menos frente a mí. Bueno, tal vez una persona sabe lo de mi padre…
Inconscientemente, mis ojos se empezaron a nublar, cosa que no podía permitir que pase frente a toda la maldita clase. “No llores, no llores”, era lo único que mi cabeza pensaba y mi cerebro decía, la voz del profesor se dejó de escuchar, la voz de mi cabeza era más fuerte. No llores, no llores. Bruscamente me levanté de mi silla, tomando las miradas de mis compañeros para clavarlas en mí al instante que el fuerte ruido de mi silla arrastrarse por el suelo los llamó. Caminé entre mi fila y la de mi derecha, hasta llegar frente al profesor, dirigirle una mirada rápida e irme por la puerta.
Moví mis piernas para correr hacia la entrada del colegio, y salir a la calle para seguir corriendo hacia algún parque de por ahí. Rodeada de grandes y verdes árboles me tiré en un césped fértil y lleno de pequeñas flores. Lágrimas tristes rodeaban mis mejillas, haciendo que me desahogara. Necesitaba hace mucho dejar salir toda mi tristeza y rabia que se acumulaba en mi cuerpo afectando mis pensamientos de una manera horrible. Mi labio inferior temblaba, sólo paraba de hacerlo cuando fruncía mis labios formando una línea perfectamente recta. El agua no paraba de salir de mis ojos grises, cosa que me estaba irritando pero era bastante lindo hacerlo en algún momento.
“Estábamos los tres sentados juntos en clase de historia, segundo año. Reíamos sin parar por una broma por parte de Fred, mi mejor amigo el pelirrojo. Intentábamos ahogarnos las risas pero era imposible, no podíamos parar ni un segundo; estábamos rojos.
- Se van ahora mismo de mi clase. – Gruñó firmemente el profesor, dejando de fingir que no existíamos.
- ¡Ay, profesor, no sea…! – Empecé a protestar, todavía carcajeando.
- ¡Se van ahora mismo! – Gritó esta vez, haciendo que rápidamente mis amigos y yo nos paremos de nuestras sillas y salgamos del aula, riendo. - ¡Sinvergüenzas!
Ya fuera del blanco salón, nos quedamos en los desiertos pasillos del colegio, rojos de la risa y con las manos en la boca para parar un poco de carcajear, pero no servía de mucho. Luego de unos cinco minutos, cesamos apenas.
- Son unos idiotas. – Les dije divertida golpeando a Fred en el brazo, recibiendo un tierno quejido de su parte.
- Así nos amas. – Me abrazaron los dos por los hombros y nos dirigimos al patio delantero para disfrutar de la media hora que faltaba para dirigirnos a la siguiente clase.
- Sí, lo sé. – Sonreí dulcemente.
Nos tiramos vagamente en el césped verde, mientras nos sonreíamos uno con el otro. Observé por unos segundos a Fred y lo abracé repentinamente.
- Oh, ¿qué pasa? ¿Nos pusimos cariñosos? – Preguntó con un tono pícaro, haciéndome reír.
- Ya cállate, no se puede ni ser dulce contigo. – Protesté.
- Oigan, estábamos dando los temas para el siguiente examen, ¿qué pasará ahora?, no sabremos los temas. – Dijo preocupado mi castaño amigo, frunciendo el ceño.
- Siempre te preocupas por todo. Después pedimos los apuntes, no jodas. – Gruñí, mirándolo. Tomé su mano y lo atraje hacia Fred y hacia mí, quedando los tres unidos en un cálido abrazo. – Los adoro, ¿sí? Nunca me abandonen.”
Y me abandonaron los dos.
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Evan & Anne
~Edad: 18 años
~Chico: Evan Peters
~Rol: El misterioso y la cariñosa
~Capitulo de tu autoría:
- Shadows:
- Capítulo 1Regresamos a clases. Aburrido.
¿Qué haremos este semestre? Nada interesante. Como siempre.
Cerré la puerta de mi nuevo casillero y doy la vuelta. Estoy rodeado por chicas, de nuevo.
Ser el más popular y caliente en esta universidad es agotador. Todas me hablan al mismo tiempo y quieren salir a una cita conmigo, todos los días. Les doy una blanca sonrisa y abro paso entre las chicas, y en cada paso que doy, escucho como los suspiros van desapareciendo en mis espaldas, lentamente.
Jaja. Las tengo comiendo de mi mano.
Ya Tomlinson, ¿qué te dijo 'nana' del egocentrismo? Basta. Ya no debes de tener esa mala fama que te has creado durante casi todo el ciclo escolar, reflexiono.
—Hey, Louis– me saluda Travis, mi mejor amigo.
—¿Qué hay?– caminamos en el amplio pasillo. Este me rodea los ojos.
—Malas noticias– se burla.
—¿Enserio?– lo volteo a ver. –¿Cuales?–
—Polet cortó conmigo– levanto mis cejas por la impresión.
—¿Y porqué?–
—No lo se. Creo que ya no le gusta mi pene– nos reímos.
—Lo siento, amigo– le doy una palmada en la espalda. Él sólo me hace una mueca.
—Mira, Tessy Crazy– la volteo a ver.
Ella camina por el pasillo. Voltea a sus lados y se asusta con la nada, como siempre.
La consideran loca por que le asusta el aire, al parecer. No es que grite, sino voltea a ver algo y rápido desvía su mirada a su regazo o algún lado que no le espante tanto.
Es como si algo le molestase. Como sí en verdad hubiera algo en ese nada. Algo que le asusté o la moleste. Y algo que sólo ella pueda ver.
Ahora yo soy el que se esta volviendo loco. Vaya.
—¿La molestamos?– ofrece Travis.
—Ni que estuviéramos en la secundaria.– la volteo a ver.
La verdad es que ella es bonita, a pesar de sus suéteres, jeans, botas, accesorios y maquillaje color negro. El único lugar que no lleva negro son sus labios. Siempre llevan un color carmesí, o en algunas veces un rosa pálido. Pero a mi me encantan las mujeres con labios carmesí.
—Hey, Louis Tomlinson a Tierra– apago mis pensamientos.
—¿Mhm?– volteo a verlo confundido.
—Te detuviste y miraste al suelo como un completo imbécil– se burla. Lo fulminó con la mirada.
—Vayamos a clase, que se nos hace tarde– se ríe y me da unas palmadas en mi espalda, y luego emprendemos nuestra caminata a clase.
¡Vaya que es aburrido! El señor Carlson da la clase más aburrida que jamás me han dado.
—Ahora, escojan una pareja de prácticas.– la clase se llena de pequeños gritos, como "¡Ven Conmigo!" O "¡Júntate conmigo!".
Todos le habían gritado hacia Travis, ya que él es el más aplicado de la clase. Y, aunque yo fuera su mejor amigo, escogió a Jeffrey.
Traicionero.
Todos ya habían elegido, excepto yo.
—Señor Tomlinson...– el profesor se dirige a mi. –Es raro no verlo... Acompañado de alguien.– acomoda sus lentes hacia arriba.
—Ya se suponía que tenía compañero, pero creo que se le olvidó.– volteo a ver a Travis, el sólo articula un "Perdón" lastimero a mi.
—Bueno, la única que queda es Teressa... – apunta a ella, que sólo mira su regazo. –... como pareja de prácticas– me sonríe.
Oh no. No, no, no, no. Con Tessy Crazy no. Por dios, ¿qué hice para merecerme esto?
—¿Podría hacer los trabajos individualmente?– me niega y se retira a su escritorio.
Me levanto y camino para sentarme a su lado. Ella sigue mirando a su regazo, estirando sus dedos y cerrándolos en puños.
Suspiro.
—Hola– no me responde. –Soy Louis Tomlinson, pero posiblemente ya has escuchado de mi.– sonrío.
—Eres egocéntrico.– frunzo el ceño, ella sigue sin dirigirme una mirada. –Te propones en cambiar, en ser un nuevo tu. Pero no puedes, te gusta que te admiren y vean que eres lo mejor, y te crees lo mejor–
Sólo la miro. ¿Cómo sabe que quiero cambiar? ¿Cómo mierda sabe de todo eso? No. Más bien, ¿cómo es que tiene razón?
Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Esta más chiflada de lo que creí.
Me recargo en mi butaca, aún sin dejar de mirarla. Y ella no deja de maniobrar con sus dedos. Eso me pone un poco nervioso. Me acerco un poco hacia ella, quiero empezar de nuevo.
—Ni siquiera lo trates. Yo se que tu piensas que soy una loca pero no me importa. No sabes nada de mi y así quiero mantenerlo. Es mejor para ambos.– abro los ojos de la impresión. –No trates de hacerme tu amiga, por que los dos sabemos que será casi imposible. Sólo haremos los trabajos y nada más. Así quedara nuestro lazo. Sólo como compañeros– finaliza.
Dan el timbre de salida y ella recoge todas sus cosas en una velocidad impresionante y se retira sin siquiera decirme un adiós. Se esfumó, si así decirlo.
Me levanto de mi butaca y trato de alcanzarla. Pero al salir, todas las chicas me rodean. Les sonrió, pero alzo mi mirada para tratar de buscarla en el pasillo.
—Con su permiso, niñas– suspiran.
Camino rápido para alcanzarla. Da vuelta en un pasillo, y cuándo yo la doy, la perdí. La busco rápido con la mirada, pero no la encuentro.
Cuando me doy por vencido, alguien me jala al armario del conserje.
—Oye chiquita, ahora no puedo. Tal vez otro día– sonrío.
—Además de egocéntrico, eres un pervertido– susurra.
—Yo no fui el que arrastró a alguien hacia el armario– me burlo.
—Calla– ella saca al parecer su móvil e ilumina con el, la pequeña habitación.
Es Tessy.
—¿Por qué me metiste al armario?– carraspeo. –Creí que querías mantener nuestro lazo sólo como compañeros–
—Tu eras el que me estaba buscando, ¿no?– trago saliva. –¿Qué quieres?–
—Sólo quería preguntar...– ni yo sabía que era lo que quería, su mirada hace que se me olvide todo. –... ¿Dónde nos juntaremos?–
—En mi casa, punto– me empuja fuera del armario.
¿Qué le pasa a esta mujer?
mindless
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Hi a todas!
Hey Shaa!
Bueno mañana aceptare todas las fichas.
Hey Shaa!
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MariaStylesHoran
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