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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Sixteen Devils. {1/2.
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capítulo 10.
- LEAN LEAN:
- Lamento haber tardado tanto Como les dije, me quede estancada en la mitad del capitulo, como por dos semanas o no se. Hoy me acaba de dar un ataque de inspiracion y no se cuanto tiempo llevo sentada, pero lo termine
Espero que les guste, de verdad.
Las quiero
Liam Payne
Un poco más. Solo un poco más…
De repente, la puerta de caoba fue abierta lentamente pero el sonido no pasó desapercibido por mis oídos, por lo que rompió mi concentración. Solté un gruñido sin siquiera dudar cuando todo se desplomó. Ni siquiera me volteé a ver quién se encontraba en la habitación.
Por exactamente tres horas y veinte minutos, había estado encerrado en una habitación desocupada que encontré al deambular por los pasillos. Necesitaba entrenar mis habilidades y eso no podía ocurrir estando en el mismo sitio que adolescentes parlanchines que no conocen el silencio. Sabía muy bien que Steve nos había sermoneado con el hecho de que debemos tratar de mejorar nuestras relaciones; si nos llevamos horrible, no íbamos a parar a ningún lado.
Así que, mi forma de “llevarme bien” con ellos será ignorar sus irritantes voces tanto como pueda.
Solté un suspiro con brusquedad y junté mis manos, uniéndolas por encima de mi nariz y cerré los ojos. Había logrado sentir todas las mentes de cada uno de los presentes en esta casa. No era lo mismo que escuchar sus pensamientos. Mi habilidad consiste más en ordenarle a sus cerebros el sentimiento de dolor así como, con un poco más de esfuerzo, podía herir físicamente sus músculos e incluso destruir sus neuronas. Eso era algo que todavía no podía confirmar del todo, pues lo había leído en una Biblioteca en alguna parte de la casa.
Lo más poderoso que había hecho era dejar a alguien en un estado de coma. No sabría decir si fue permanente, pues fue hace un tiempo y nunca supe más de aquel idiota.
Después de sentir sus mentes, me puse a trabajar en cómo distinguir una de la otra. Estaba consciente de que eso era algo que tendría que dominar para así poder llegar hasta las mentes de alguno de esos hijos de puta que nos quieren volar la cabeza.
Solo debo practicar más…
Llegué a la identificación de la quinta mente, el límite establecido por mí mismo por día hasta poder mejorar mi resistencia, cuando la indeseable persona opto por entrar e interrumpirme.
—¿Así que no me vas a saludar, chico? —al escuchar aquella voz, me levanté del suelo y giré sobre mis talones para asegurar de que no me estaba volviendo loco.
Al ver mi expresión, que de seguro estaba llena de sorpresa y confusión, él se rió con diversión y se acercó hasta a mí.
—¿Cómo diablos…? —increpé en voz baja.
—Ah, ¿creíste que te librarías de mi tan fácil? No lo creo, chico —Patch sonrió, mostrando su amarillenta hilera de dientes.
Patch. Mi tutor legar/policía que nunca me dejó descansar el culo hasta obligarme a ir al Instituto.
—¿Qué diablos estás haciendo aquí? No me digas que tú eres…—mi voz se desvaneció en el aire, recordando la información de Steve sobre la organización secreta que trabajaba por nuestra causa (la de los fenómenos con poderes) y de que personas cercanas a nosotros pertenecían a la misma.
Entonces, ¿Patch pertenecía a una? ¿Si era policía o solo un mentiroso de mierda?
—Epa, soy policía y con méritos —no me di cuenta de que había pensado en voz alta hasta que dijo eso y abrió el lado derecho de su chaqueta, mostrando su placa plateada— Pero soy policía de la organización, doble agente para que los curiosos no se metan ni por la vía fiscal, ¿me entiendes?
Los días avanzaban en puro entrenamiento, yendo al colegio para no soltar sospechas y sinceramente, no sabía que estaban haciendo los demás con el asunto de sus padres y tampoco me interesaba mucho. En lo único que me concentraba era en mejorar mis habilidades, no perder la paciencia con los irritantes de los chicos y en tratar de hacer que la llorona de Noah aprendiera como golpear dignamente. Estaba seguro de que ella sería una de las primeras en morir, si tuviésemos que enfrentarnos.
El único que me hablaba, muy a pesar de que quiero mandar al infierno a su ‘chica’, es Ryan. El rubio había adoptado una actitud más nerviosa que otra cosa con el paso del tiempo, siempre se veía como si estuviera listo pasa salir corriendo y sus preocupaciones por Charlotte aumentaban cada vez más. Más aun después del fallido intento del conjuro.
Me encontraba otra noche en la Biblioteca. Era el único refugio que tenia del caos que solía desatarse pisos más arriba. Eran pocos momentos en los que uno o dos dejaban de discutir.
Otra vez la puerta se abrió y escuché los casi inaudibles pasos de una persona pequeña, a juzgar por la rapidez de sus pasos, acercarse hasta donde me encontraba. Me extrañó que supiese exactamente donde estaba ubicado, ya que me había encargado de situarme en uno de los pasillos más alejados de la puerta. Por el rabillo del ojo, observé como nadie más que Noah se acercaba hasta mi sitio. Su cabello voluminoso estaba suelto, traía su pijama puesta y dos tazas de té en sus manos.
Fruncí el ceño y la miré, sin levantarme.
—¿Qué quieres?
Apretó sus labios en una firme línea y me ofreció la taza. Después de que el olor se metió por mis fosas nasales me fui imposible negarlo, así que lo tomé y esperé a su respuesta.
En vez de responderme, se sentó a mi lado y tomó de la taza, sujetándola con sus dos manos. Mientras la miraba, me pregunté como muchas otras veces cómo es que un piojo como ella terminó siendo un demonio. O lo que sea. Es decir…Noah lloraba por cualquier cosa y se exaltaba con la oscuridad. Otra pregunta. ¿Cómo llego aquí si estaba todo oscuro y le tenía fobia a eso?
—Soñé…so-soñé que tu…
—Toma aire y suéltalo, Noah —la presioné. No era muy paciente.
Acató la orden y tomó una gran bocanada de aire. Su mirada estaba perdida en los libros en frente de nosotros y sus dedos agarraban con firmeza la taza.
—Soñé que te atra-atrapaban y…y…—un sollozo interrumpió sus balbuceos y noté como todo su cuerpo tembló— Tengo un mal presentimiento —murmuró atropelladamente.
Tomé otro sorbo del delicioso té y me recosté del librero. Suspiré. Era obvio que había sido un juego de su mente. No es que tuviera tanta confianza en mí o que supiera lo que pasaría en el futuro, porque no lo hacía. Simplemente, para sacarme de aquí los viejos tenían que meterse a mi cabeza. Y con las barreras que había estado instalando ahí dentro, dudaba que lo hicieran sin que yo me percatase. Estaba dispuesto a tomar una píldora para morir antes de dejarme llevar por ellos.
—Solo estas cansada. Vuelve a dormir —dije quedamente.
—No puedo.
—Te ves mal, Noah. Tienes que ir a dormir.
—No puedo dormir —repitió con terquedad y dio otro sorbo de su té, como buscando calmarse.
—Vamos a estar alerta. Cualquier cosa, te vamos a despertar —las palabras salieron de mi boca antes de que mi cerebro las procesara. ¿Qué rayos? ¿Estaba tratando de consolarla?
—No puedo dormir —volvió a decir.
—¿Por qué no? —pregunté con exasperación. Esta chica era hartante.
Ella solo se limitó a sacudir la cabeza de un lado a otro, lo que únicamente sirvió para lograr exasperarme más.
—Si queremos llegar a algún lado con los ocho grandes, preferiblemente al lado ganador, debemos reunir toda la fuerza que nos sea posible —argumenté, intentando hacer que entrara en razón.
Ella suspiró con nerviosismo y tomó otro sorbo antes de contestarme.
—No es que no quiera. No es por el miedo. No puedo dormir —trató de explicarme. Me miró con ojos cristalinos— Quiero dormir, estoy agotada; pero cuando lo intento tengo una pesadilla y me despierto y no puedo volver a dormir. ¡Nada! —su voz se cortó al final y me tensé.
Odiaba ver a la gente llorar, menos a Noah. Se ponía más histérica que de costumbre.
Pasó un momento en silencio en el que yo busqué algo que decirle y ella observaba su te mientras lo bebía.
—¿Y si te noqueo?
La pregunta desfiguró su rostro por completo. Me miró como si me había salido otra nariz.
—Realmente no eres normal, Liam.
—Tu tampoco —rodé los ojos y me calmé al ver que ya parecía que no iba a llorar.
—No me noquees. Me quedare aquí —se recostó del librero y cerró los ojos, poniendo la taza al otro lado de su cuerpo.
Miré el libro delante de mí con el ceño fruncido. ¿Prefería quedarse aquí que irse a dormir en una cama? Okey, no es que fueran las más cómodas ni nada. Pero era absurdo. ¿A quién engañaba? El noventa por ciento del comportamiento de Noah era absurdo. Giré la cabeza para decirle que se fuera a su habitación porque era simplemente estúpido quedarse aquí haciendo nada. Y molestando mi paz.
—¿Por qué diablos…? —mi voz se apagó cuando noté que sus ojos seguían cerrados y que su respiración había disminuido en velocidad. ¿Se había dormido? — Noah —intenté llamarla. Al no obtener respuesta, tensé la quijada y contemplé mis opciones.
Al final decidí quedarme donde estaba, me ahorraría el trabajo de llevarla a su habitación. Después de todo, habían sido sus palabras, quería quedarse aquí.
Continué leyendo el libro, buscando informaciones y consejos que pudiesen ayudarme a mejorar y desarrollar más mi habilidad mental. No tenía nada de sueño, era algo casi imposible de sentir cuando mi mente se encontraba trabajando tan rápido. Alrededor de media hora después, sentí como el cuerpo de Noah se inclinó y su cabeza terminó apoyándose en mi hombro. Automáticamente todo mi cuerpo se tensó. Me quedé quieto y sin pensar mucho hasta que nada ocurrió, ella seguía durmiendo. Y realmente no sentía más nada que tranquilidad en el momento, por lo que obligué a mi espalda a relajarse y me volví a recostar del librero. Volví mi atención al libro.
—¡Liam, Noah! —una voz masculina retumbó en mis oídos.
Me desperté tan rápido como me lo permitió mi cuerpo. Mire a mí alrededor desorientado por unos momentos, hasta que la memoria llegó a mi cerebro. Me había quedado dormido en la Biblioteca. Noah se encontraba despierta también, discutiendo con Damon por otra vez asustarla sin piedad.
—¿Por qué nunca puedes dejarme en paz? ¿Eh? —le recriminó con su voz chillona, mientras se levantaba del suelo y se estrujaba los ojos.
—No te alteres, enana —comentó el con despreocupación— Steve nos quiere a todos reunidos, parece que hay otra forma de encontrar a Charlotte.
Asentí y les dije que se fuera adelante. Tomé el libro y lo coloqué en el mismo lugar de antes. A lo lejos pude escuchar a Damon y a Noah.
—¿Me quieres decir que hacían ustedes dos aquí?
—Damon, en serio, déjame tranquila.
—No puedo. Eres fastidiable.
—¡Y tu insufrible!
—¿Estás seguro de hacer esto? —le pregunté a Ryan minutos antes de que fuera a hacer el sacrificio.
Podía morir en segundos si esto salía mal. Steve había explicado que como ambos estaban unidos, él podría ver indicios sobre donde se encontraba Charlotte, y con suerte, regresar de aquel limbo y llevarnos hasta ella. Sería un proceso traumatizante. Explicó claramente como no sería lo mismo después de atravesar ese estado y volver a la vida. Seria por veinticuatro horas.
Veinticuatro horas en las que Ryan estaría débil y desprotegido, tratando de conseguir a Charlotte.
—Más seguro de cualquier otra cosa en toda mi vida —respondió rápidamente y sin dudar. — Mira, Liam, lo que siento por Charlotte no solo es producto de toda esta mierda que hemos pasado juntos. Es real y de alguna forma, creo que siempre ha estado dentro de mí. Siento que si la pierdo, me perderé a mí mismo en el proceso. Así que haré esto y la encontraremos —a pesar de que su voz sonaba rota, daba a entender perfectamente que no estaba en planes de rendirse en ningún momento.
Me limité a asentir sin decir nada. El devolvió el gesto y estuvo a punto de irse, pero se giró de vuelta.
—Y por favor —hizo una mueca y me miro de reojo— deja de querer matarla. No es su culpa.
—Yo no-
—Solo un idiota no se daría cuenta —me interrumpió. Rodé los ojos y le di la razón.
Realmente, si ella seguía dando problemas y me hacía enojar, no respondería por mis acciones. Y mis acciones serían probablemente acabar con su vida.
Estaba seguro de que todos sentían que las agujas del reloj avanzaban más lento que todos los días. El mundo era irónico y se encargaba de hacérnoslo saber. Ryan se veía más pálido de lo normal, estático, casi sin vida. Lo miré quedamente y me pregunté cómo se sentiría aquel frío.
Keyla movía su pie impacientemente y miraba a cualquier lugar menos a la bañera. Harry estaba mirando fijamente a Ryan, esperando el más mínimo gesto para sacarlo de allí. Alice se encontraba sentada en el suelo, mirando con impaciencia el reloj, justo como Connor y Lucas. El resto no sabía bien que hacer consigo mismos. Unos comenzaron a dar vueltas por la habitación. Noah no se podía estar quieta, se la veía sentándose y luego de pie; caminaba unos momentos y repetía la acción. Steve estaba sentado en una de las sillas, con ambas manos cubriendo su rostro.
Zayn fue el primero en romper el silencio.
—¿Y ahora qué?
—Solo resta esperar —le contestó Steve.
No creía que había vivido unas 24 horas tan largas en toda mi vida. Ni siquiera cuando se estaba en el colegio, esperando impacientemente a que sonara en el timbre de salida, se sentía una tensión y desesperación como en nuestra situación actual. Además de que si uno se ponía a contemplar las posibilidades de que Ryan no volviera y se perdiera, al igual que Charlotte, todo se volvía mucho peor. Asumí que por eso me había empezado a doler la cabeza.
—¿Cuánto falta? —preguntó por enésima vez Noah.
Había estado preguntando eso cada cinco minutos después de pasar su faceta de persona inquieta. Estaba a pocos momentos de arrojarle una silla para noquearla si seguía con eso.
—En serio, cállate, me tienes harta —le reprochó Keyla, frunciéndole el ceño y mirándola bastante enojada.
—No te pregunte a ti.
—¿Acaso…?
En ese momento, un leve temblor comenzó a sacudir todo nuestro entorno. No era tan alto como terremotos peligroso, pero si lo suficiente para que libros se cayeran de sus lugares, las mesas sonaran ruidosamente y Noah gritara otra vez. Harry le cubrió la boca y el resto, nos limitamos a quedarnos en silencio, agachándonos en el suelo imitando a Raissa.
No se alarmen, no es un terremoto normal.
—¡¿Y eso se supone que debe calmarnos?! —respondió Louis con irritación en voz alta.
¿No era un terremoto normal?
Fruncí el entrecejo e intente concentrarme a ver que conseguía. Mi dolor de cabeza aumentó considerablemente y siseé al sentir algo fuera de la casa. No podía distinguir que o quien era, o que tan fuerte; mi dolor de cabeza amenazaba con volverse insoportable de solo intentar usar más de mi poder para averiguar qué demonios estaba pasando. Si no era un terremoto normal, no había que deambular mucho para saber de quien se trataba.
—Creo que alguien está tratando de penetrar el campo de fuerza, chicos —anunció Steve, mientras se sostenía del borde de la mesa para no caerse.
La bañera en donde se encontraba Ryan dejó caer un poco de agua.
—¿Puedes ver quiénes son, Raissa? —preguntó Harry, el cual se veía más calmado en comparación con el resto.
Alice se había puesto pálida y Aline se apresuró al lado de Lucas casi automáticamente. Raissa asintió y cerró los ojos, sus cejas se juntaron levemente y solo se escuchaban los libros chocando contra el suelo de madera. De pronto, el temblor se detuvo.
—No puedo ver quien es, pero estoy segura de que es uno de los Ocho grandes.
—¿Qué se supone que haremos ahora? —preguntó Katrina, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño.
—Si quieren entrar al territorio significa que se hartaron de esperar y vienen a atacarnos. Pero no podemos huir de aquí, menos con Niall en este estado —explicó Steve, señalando al cuerpo inerte del rubio.
—¿Cuántas horas quedan para que Niall salga de ahí? —cuestionó Connor.
—Se supone que son 24, pero si él se esfuerza, puede despertar antes de eso —Steve hizo una pausa— Sin embargo, nada valdrá la pena si el Grande que está intentando penetrar la barrera alrededor del territorio lo logra.
Antes de que el pudiese hablar de nuevo, el temblor comenzó a azotar todo nuevamente. Cada quien se sujetó de lo que pudo. El ambiente estaba más tenso con cada segundo que pasaba.
—Escuchen bien: es momento para que dejen todos los miedos atrás y pongan a prueba lo que tienen, ¿de acuerdo? —aquel ‘de acuerdo’ parecía retorico y como nadie respondió, todos entendieron que no teníamos otra opción que ignorar el terror y lo suicida que era aceptar la situación en la que estábamos. — Necesitan ir a tomar sus posiciones defensivas-ofensivas, las que practicaron una y otra vez. No me defrauden.
Mis cejas se juntaron y dirigí mi mirada a Steve lleno de confusión. ¿Por qué? Solo miraba hablando a Harry, lo que me desoriento. ¿De qué posiciones estaba hablando? ¿Y a quiénes se refería?
Sin embargo, se me imposibilito expresar mis dudas porque me quede sin habla al sentir una familiar y escalofriante sensación en mi columna vertebral. El frío penetrante atravesó mi sacro y subió hasta mi nuca, dejándome paralizando y sin respiración. No estaba sorprendido porque nunca había sentido algo así –todo lo contrario. Mi shock residía, principalmente, en que no había sentido esto desde hace un par de noches. El frío que comenzó aquel día en la biblioteca, donde comenzó todo el desastre con los Ocho Grandes.
Nunca me gustó preguntarle a nadie acerca de esto. Suponía que era el grande (en este caso, “La”) que quería apoderarse de mi fuerza vital y genética sobrehumana. Me enojaba en extremo no poder ordenarle a mis músculos que hicieran lo que me plaza, esa posición de indefenso e inútil en la que me encontraba.
En contra de mi voluntad, comencé a perder la conciencia. El frío de ultratumba estaba entumeciéndome. Estaba al tanto de que había alguien que quería meterse en mi cabeza y apoderarse de todos mis conocimientos, pero no iba a dejar que lo lograran. De todos modos, sentí como si mi cuerpo se fuera congelando lentamente y como si me estuviese desvaneciendo de la biblioteca, con ninguno de los demás notándolo.
Noah Stewart
Cuando esas palabras salieron de la boca de Steve, solté un grito ahogado y mi cuerpo paro de temblar, para posteriormente comenzar de nuevo, pero con más rapidez y descontrol.
—¿Qué posiciones? —preguntó Louis.
Claro, no todos sabían. Pero yo ya sabía de lo que estaba hablando. Con el corazón casi subiéndome a la boca, decidí que había que acatar lo ordenado, o estaríamos en problemas más grandes que ahora. Aunque estuviera casi tirándome al suelo por falta de fuerzas en las piernas.
Ayudó el hecho de que Connor, reaccionando más rápido que yo, corrió hacia mí, me tomo de la mano y me jalo, corriendo detrás de Harry quien había salido después de dedicarle una mirada a Keyla y otra a Steve. Junto con él, los tres habíamos entrenado, aprendiendo acerca de las excelentes defensivas-ofensivas que resultaban ser nuestros poderes. Harry con la habilidad de telequinesis avanzada, Connor con su habilidad de detener el tiempo y así atacar a los enemigos con energía y yo, con las explosiones del demonio que debo aprender a amar.
“Son buenos con los combates a larga distancia. Pueden evitar ataques masivos con el correcto uso de sus poderes.”
“La mejor defensa es una buena ofensiva.”
“Con tus poderes, Noah, puedes hacer mucho en poco tiempo.”
Había practicado día y noche, cada vez que podía estar sola en el bosque sin ponerme tan paranoica, tratando de perfeccionar mis esferas de energía. Reuniendo partículas de energía natural en esferas y lanzándolas al aire, lo más lejos que pudiese permitirme. También había practicado el hacer una línea de bolas con energía de los árboles. Era algo que prefería no hacer, pero dada la situación, tendría que robarles la vida. De esa manera, a pesar de que me cansaba rápido, podía juntar energía más poderosa y lanzarlas todas al mismo tiempo.
Solo esperaba que el miedo no tomara lo mejor de mí en el tiempo necesario.
Solo estuve corriendo junto a los chicos mientras estuvimos dentro de la mansión, porque una vez al salir, Harry desapareció tan rápido como un parpadear de ojos en dirección norte. Connor me dio un asentimiento de cabeza antes de partir al este. Y yo, finalmente, corrí hacia el oeste, con lágrimas a punto de salir por las esquinas de mis ojos.
No sé cuánto corrí; sin embargo, supe que había llegado al límite del territorio porque a unos metros de mí se encontraban un grupo de seres, tratando de avanzar a través de una pared invisible. No pude evitar asustarme y parar en seco al ver aquellos monstruos, o lo que sea. Eran extremadamente delgados y casi trasparentes, con manos como filos de una daga y rostros medio ocultos: solo se podían ver dos orificios, que hacían de ojos. Unos eran verde luminoso, otros amarillos, otros rojos.
—Ay Dios mío… —susurré.
Y ese fue mi error.
Al instante, las ‘caras’ de los seres viajaron en mi dirección. Un escalofrió me recorrió de pies a cabeza al cruzar miradas con ellos. Sentí ganas de devolverme, correr hasta la mansión y encerrarme en el sótano con un bate en la mano.
Tranquilízate, eso solo es el miedo hablando, dijo la voz de Raissa en mi cabeza.
Asentí patéticamente, pues ella no podía verme. O eso creo. De todos modos, intente hacer caso a lo que decía. Solté mis manos, que habían abrazado mis costillas por inercia y las dejé a mis lados. Sabía que aquellas cosas no dudarían en atacarme en cuanto pusiera un pie lejos de la barrera, por lo que comencé a juntar energía lentamente. Estratégicamente, había posicionado las esferas a varios metros por encima de mi cabeza. No podía hacerlo muy lejos, ya que no tengo tanta capacidad, pero si podía hacerlo en donde no se dieran cuenta.
Distraerlos seria mi primera forma de ataque.
A lo lejos escuche una explosión. Lo más probable era que Harry se estuviese emocionando y descargando toda su ira contra los monstruos.
Dios, ayúdame con esto.
Tomando aire, corrí fuera de la barrera y gritando (por el miedo, porque quería irme, porque quería estar debajo de la falda de mi abuela en este momento) lancé las esferas hacia las cosas que estaban a pocos metros de mí. Las explosiones hicieron efecto y desaparecieron. Sin embargo, ni siquiera me dio tiempo a respirar aliviada ya que sentí una horrible punzada en mi pantorrilla izquierda.
—¡Joder! —chillé y caí al piso.
Una horrible sustancia viscosa estaba pegada de mi pantorrilla. Comenzó a arderme e incluso pude visualizar vapor saliendo de la misma. ¿Qué rayos era eso? ¡Estaba quemándome! No pude evitar comenzar a llorar y desesperada, golpeé mi pierna contra el suelo, buscando calmarme. Escuché algo caer a mi lado y mire para percatarme de que la cosa había lanzado de la sustancia otra vez, y por poco acaba en mi cara.
La irritación supero el ardor y comencé a juntar energía en mi brazo izquierdo. Lancé la esfera cuando estuvo del tamaño de mi cabeza. Me levanté como pude, siseado del dolor y cojeando. No sabía si era porque la adrenalina estaba apoderándose de mi cuerpo, despechando al dolor o si en verdad el ardor había disminuido. De cualquier manera, no tenía tiempo para pensar porque había más seres acercándose hacia mí.
Ahora uno comenzó a lanzar agujas de hielo. Aquel que tenía ojos amarillos brillantes. Y otro comenzó a provocar temblor de tierra nuevamente. ¿Qué diablos eran estas cosas? ¿Los Ocho grandes las habían creado y enviado para acá?
Debido al movimiento de la tierra, me era imposible mantener el equilibrio y a causa de eso, una aguja terminó clavada en mi muslo y otra en mi brazo antes de lograr tumbarme detrás del tronco de un árbol. Gracias al cielo que soy pequeña, pensé, ya que el tronco me cubría perfectamente. Arranqué las agujas de mi piel y a juzgar por el ardor en otras zonas de mi cuerpo, más agujas me rozaron y cortaron.
Aprovechando la situación, me giré y coloqué una mano en el tronco del árbol. No tenía mucho tiempo para pensar y si la situación seguía así, mas seres vendrían y yo acabaría quemada y muerta. Subí mi brazo derecho y apunté con la palma de la mano hacia donde estaban aquellas cosas endemoniadas. Inspiré y canalicé toda mi habilidad para absorber la energía que estaba fluyendo por el árbol, desde sus raíces más profundas hasta sus hojas más altas. Como un cosquilleo, la energía fluyó a través de mi brazo izquierdo, pasó por mi centro y terminó saliendo como muchas balas de energía por mi mano derecha. Las explosiones ocurrieron una detrás de otra, con milisegundos de diferencia, matando todo en al área.
Mi cuerpo estaba exhausto, mi mente estaba trabajando a mil por hora con todo lo visto, pero yo solo quería tirarme al suelo y dormir por tres días. Sabía que debía llegar a la mansión, reportarme y ver que todo estaba bien con el resto de los chicos. Decirle a Steve que la estrategia había funcionado y que de ahora en adelante, haré esto para defendernos si es en lo que era buena.
Pero no podía moverme.
¿Noah? La voz de Raissa retumbó en mi cerebro, aumentando la migraña que tenía.
No le respondí. No podía, mi cuerpo estaba agotado. Tenía que trabajar más en mi resistencia.
Hiciste mucho, deberías felicitarte en vez de estar diciéndote que debes mejorar. Volvió a hablar.
Este tronco de roble estaba más cómodo que nunca antes. Vaya, podría dormirme aquí. Recosté la cabeza del árbol y mis ojos comenzaron a cerrarse. Antes de dejarme caer a la tierra, una figura apareció delante de mí. Zayn estiró sus brazos y me cargo fácilmente, como la pulga que era. Luego, me invadió una sensación de vértigo y me vi obligada a cerrar los ojos con fuerza. Cuando los abrí, estábamos en la biblioteca nuevamente.
—¡¿Estas bien?! —reconocí la voz de Alice entre las demás, aunque no pude sonreírle por más que quise.
Zayn me colocó en un sillón que no recordaba haber visto aquí. En otros, pude ver a Harry con Keira haciendo algo en su brazo que sangraba, mientras Keyla estaba sentada a su lado; y a Connor, el cual estaba mucho menos lastimado que nosotros.
—Ella estará bien, tranquila.
—Bien hecho, Noah —escuché a Steve decirme. Por primera vez (o por segunda, pero esta había sido la primera voluntaria), a pesar de que estaba tan cansada que quería llorar, había servido de algo. — No creo que regresen por ahora, solo limitémonos a esperar. Puedes descansar mientras te curamos las heridas.
Aunque quisiese rechistar, no lo haría. Cerré los ojos por completo y dejarme llevar por la fatiga hacia la inconsciencia. Fallé en notar la tensión en el ambiente, a pesar de la reciente victoria.
Me desperté al sentir una ráfaga de frío rozar mi cuello. La ráfaga me asusto y me puso en alerta en cuestión de segundos. Estuve desorientada por un par de momentos. ¿En dónde estaba? ¿En mi habitación? Pero mi habitación no tenía ese olor… ¿Y por qué me duele tanto el cuerpo?
Y después, de golpe, todos los recuerdos me llegaron a la cabeza. Abrí los ojos, topándome con el alto techo de la biblioteca.
—Sigue durmiendo, todavía no pasa un día —dijo una voz a mi lado. Me giré para ver a Zayn— Faltan unas cuantas horas.
Asentí sin decir nada y cerré los ojos de nuevo. No tardé en volverme a dormir.
Estoy en una especie de sueno consciente. Si es que se le puede llamar así, claro. Pero no puedo ver nada o escuchar nada. Estoy tratando de buscar un interruptor para encender la luz, pero no lo encuentro. De repente, siento alguien soplar en mi oído derecho. Doy un salto y me giro, en busca del gracioso que quiere asustarme. Un soplido en mi oído izquierdo. Giro mis ojos. El aliento de hielo ahora me roza la frente. Quiero gritar, pero mi garganta está cerrada, sellada, como si me hubiesen arrancado las cuerdas vocales.
De repente, siento como mi corazón y todos mis nervios se paralizan al ver un ojos abrirse delante de mí, tan azul que parece agua y tan tenebroso que parece el mismísimo Satán. Una risa alegremente macabra retumbo en mis tímpanos.
Me desperté con un grito desgarrador saliendo de mi garganta. Me senté de golpe y llevé las manos por todo mi cuerpo: rostro, cuello, brazos, estomago, en busca de algo que no sabía con certeza lo que quera. Había tenido otra pesadilla de esas de nuevo. Esas que no me dejaban la vida en paz, por las que ahora las ojeras eran partes de mis rasgos faciales naturales.
—¡Noah! ¿Qué paso? —exclamó alarmada Alice, la que tenía a mi lado en segundos.
—¿Por qué gritaste de esa manera? —preguntó Aline.
—Una pesadilla, ¿Qué no es obvio? —recalcó Damon, contestando por mí.
Trague en seco y me abrace a mí misma. Repasé con la mirada todo el lugar, viendo como Lucas y Louis estaban junto a la tina de Niall. Keira se encontraba junto a Zayn en un sillón. Katrina estaba sentada apoyada en un librero. Todos tenían rostros de estar pensando en algo con toda la voluntad, sus rostros denotaban una expresión que me resultaba familiar pero no podía nombrarla aun.
—Debes seguir descansando, agotaste mucha energía peleando —la voz de Steve interrumpió mis pensamientos.
Fruncí el ceño cuando noté que había un hombre que yo no conocía junto a él. Tenía un uniforme de policía local y aunque su rostro me resultaba familiar, sabía que no lo conocía de ningún sitio.
Por inercia, sacudí la cabeza, negando la orden de Steve. Ya sabía que no volvería a dormir por más que lo intentara. Conocía como funcionaba esto. Las pesadillas seguirían atormentándome hasta ponerme paranoica y no quería volver a vivir esto. Se sintió tan real…
La única manera en la que podía dormir plácidamente es cuando sentía a Liam cerca de mí. Por extraño o inusual que pareciese, desde que había intervenido esa vez que no fui capaz de controlar mi propio cuerpo, me sentía calmada cuando estaba junto a él. Inconscientemente terminaba buscando su compañía cada vez que podía. Mis marrones ojos viajaron por todo el lugar, tratando de encontrarlo, pero no lo veía por ninguna parte.
—Eh, chicos, ¿Dónde está Liam?
Al hacer aquella pregunta, supe que algo estaba mal al instante. Como si hubiera presionado un botón, Alice, a mi lado, se tensó rápidamente y desvió la mirada hacia el suelo. ¿Qué rayos…?
Al ver que nadie me respondió, seguí intentando.
—¿Dónde está Liam? ¿Fue a dar una vuelta o algo? —insistí.
Nadie respondió. De nuevo. Y comencé a desesperarme y a pensar en cosas feas.
—¡¿Dónde está Liam?! —silencio. Miré a Steve y una emoción cruzó por sus ojos, parecida a tristeza o lastima; después fue reemplazada por intriga— ¡Respóndanme! ¡¿Dónde está?! —mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.
No quería creer que mi presentimiento había resultado ser correcto.
—Liam desapareció, justo cuando ustedes tres salieron a pelear —confesó Raissa en un susurro apenas audible. Pero si lo escuche.
Al momento, mis ojos se abrieron a mas no poder y sentí mi labio inferior temblar. Mi cabeza estaba en blanco. Y mi cuerpo estaba inmóvil, de nuevo. Pero por razones diferentes. Esto se sintió más intenso, más emocionalmente doloroso, como si mi pecho fuera agrietado en un santiamén.
¿Qué?
- LEAN LEAN:
- Bien, es para aclarar que no hagan nada con la desaparicion de Liam en sus caps, cualquier premonicion o blabla estara bloqueado porque Liam aun tiene sus barreras en la cabeza. Solo pongan a Noah de histerica o silenciosa...no se xd ella igual que siempre
En fin, eso es todo amigos
hange.
Re: Sixteen Devils. {1/2.
Bueno, luego leo y comento, pero estoy llorando de la emoción porque tengo capitulo. y está re largo.
khaleesi.
---
Re: Sixteen Devils. {1/2.
Yo leí y lo amé.
Me toca a mí y moriré.
Tardaré un poco, pero lo haré.
Estoy en proyecto final y pereceré.
No sé que me pasa, pero me detendré.
Me toca a mí y moriré.
Tardaré un poco, pero lo haré.
Estoy en proyecto final y pereceré.
No sé que me pasa, pero me detendré.
Un poema para ti, Mily
Ya, no sé que fue eso pero me salió del alma. MILYYYYYYYYYYYYYYYY; SIAMESA YO AMÉ EL CAPÏTULO lo leí hace algunos días y como ando sin dormir y con ojeras más grandes que las de un mapache(?) no recuerdo todo, pero sé que lo amé en cuanto lo leí *-* y QUIERO SABER QUE PASA CON LIAM DDDD: yo, ay, tengo demasiadas teorías pero jugaré con eso lasdjlkasd. LO AMÉ y amo a Noah (?). No diré que subiré pronto, pero lo haré dentro de las próximas semanas porque ahora mismo mi vida es un desastre en potencia (?) :B
Eso, cuídense <3
Charlie.
Re: Sixteen Devils. {1/2.
Cata, milagro que te veo por aca espero tu capitulo ily.
Y para Ems
QUE
FUE
ESO
Y MI BEBE LIAM???.?. D: QUE LE PASOOOOOO PORQUE ESTAN SECUESTRANDO A TODOS ): y omg Ryan comentare decente en la noche, pero tu capitulo.... Me ha dejado bien murida esTOY INSPIRADA, YA QUIERO ESCRIBIR.
Y para Ems
QUE
FUE
ESO
Y MI BEBE LIAM???.?. D: QUE LE PASOOOOOO PORQUE ESTAN SECUESTRANDO A TODOS ): y omg Ryan comentare decente en la noche, pero tu capitulo.... Me ha dejado bien murida esTOY INSPIRADA, YA QUIERO ESCRIBIR.
peralta.
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Re: Sixteen Devils. {1/2.
Aww, Hola, Steph. Sí, estoy resurgiendo de mis cenizas(?) y espero subir lo antes que pueda, me están matando lentamente con tanto trabajo :'c
ily2 <3
ily2 <3
Charlie.
Re: Sixteen Devils. {1/2.
No dejs que te maten Cata ): lucha contra el sistema, ah(?Wickam. escribió:Aww, Hola, Steph. Sí, estoy resurgiendo de mis cenizas(?) y espero subir lo antes que pueda, me están matando lentamente con tanto trabajo :'c
ily2 <3
peralta.
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Re: Sixteen Devils. {1/2.
LUCHA CONTRA EL SISTEMA, AJAJAJAJAJJAJAJ
Gracias por sus comentarios chicas AJAJAJ me hacen la noche:')
Gracias por sus comentarios chicas AJAJAJ me hacen la noche:')
hange.
Re: Sixteen Devils. {1/2.
Ay Dios gracias mujer tus caps que saltan con cosas 150% inesperados tambn me inspiran
hange.
Re: Sixteen Devils. {1/2.
Ay el capítulo, que perfecto. SLDHSFDSFLFH.
Debo decir que soy una gran fanática de las escenas de acción relatadas, y ésta estuvo preciosamente narrada, todo tan perfecto, me emociona.
Liam cada vez menos duro e inalcanzable, sé que se está dejando llevar por esa fuerza que los une, y pronto en vez de querer matar a charlotte, va a matar por ella. (?)
Y Noah más fuerte y decidida, me encanta. Amo el crecimiento personal de éstos Pj's.
OS AMO Y ESPERO EL SGTE CAP ANSIOSA. ):
Debo decir que soy una gran fanática de las escenas de acción relatadas, y ésta estuvo preciosamente narrada, todo tan perfecto, me emociona.
Liam cada vez menos duro e inalcanzable, sé que se está dejando llevar por esa fuerza que los une, y pronto en vez de querer matar a charlotte, va a matar por ella. (?)
Y Noah más fuerte y decidida, me encanta. Amo el crecimiento personal de éstos Pj's.
OS AMO Y ESPERO EL SGTE CAP ANSIOSA. ):
khaleesi.
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Re: Sixteen Devils. {1/2.
Muchisimas gracias, Pushi, en serio :') me hace demasiado feliz ver que les gusta tanto y que notes el crecimiento personal de mis pj's
hange.
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