Enemigos Extraños [Logan Lerman]

Salieron donde estaban todos y Will al ver a Summer, se acercó.
— Summer, tenemos que organizar algunas cosas de la ceremonia—dijo y ella asintió.
— ¿Qué sucede?
— Si no quieres hacerlo, no hay problema, conseguiré alguien que lo haga.
— ¿Qué sucede?—insistió.
— Nada, hay que…
— William, Summer, buenos días—dijo Logan colocándose frente a ellos y posando sus manos en los hombros de ellos dos—, me voy a retirar de la casa por todo el día. No se molesten en llamarme. Adiós.
Ellos lo miraron con los gestos que se merecía, porque aquello había sido bastante extraño. Pero tan pronto lo vieron subirse a su auto, siguieron hablando.
Summer sabía que Logan hacía eso para que ella hablara con William, finalmente tuvieran la charla que debían tener y cuando el volviera ambos podían finalmente irse. No sucedería hoy.
— Will… ¿podemos ver eso en otro momento? No me siento muy bien.
— ¿Qué sucede?
— Estoy mareada.
La castaña se sentó en una de las sillas sin decir más nada. William la miró y enojado espetó:
— ¿Qué te pasa, Summer? Enserio. He sido muy paciente contigo.
— ¿Tú has sido paciente? ¿Estás seguro William?
— Claro que estoy seguro.
Dejando ir un gruñido, se levantó del asiento y entre dientes, parándose frente a el le dijo:
— ¿por qué no piensas un poco en todo lo que hiciste o conversas con mis amigos sobre el tema mientras me tomo el día para mi misma?
— ¿eh?
— Adiós, William. Vuelvo después.
— ¿vas a ir con Logan?
— Ajá.
— Summer, no te lo permito.
— ¡Adivina qué!—exclamó ella, volteando y dando pasos de espaldas hacia el auto de Logan—. ¡NO ERES MI ESPOSO! ¡Y no puedes decirme que hacer!
— Soy tu prometido, Summer. Te pido que te quedes.
— ¿Cuántas veces te lo pedí yo también?
Esa pregunta la había formulado con un nudo en la garganta, y William la miró mientras le daba la espalda e iba trotando hacia el auto de Logan que no había ido tan lejos y ahora se había detenido porque Summer lo había empezado a perseguir y gritar detrás de él.
— ¿estás bien?—preguntó Eric, poniendo una mano sobre el hombro de William.
— No lo sé, amigo.