Enemigos Extraños [Logan Lerman]

Summer metió el último bolso de William a su auto y con una sonrisa fingida se despidió con la mano, viendo como se alejaba el automóvil. Volteó cabreada por el hecho de que no pudieran tomar vacaciones por una vez en su vida y sus amigos la siguieron mientras iba hasta el comedor, aun quejándose de cómo se había escapado tan rápido de ella.
Al entrar a la casa vieron a Logan entrar al comedor, tambaleándose con los ojos entre abiertos y cubriéndose con la palma de su mano para cubrirse de la luz del sol que ingresaba por todas las gigantes ventana s que habían. Summer soltó una risotada, hasta que vio que Logan le mostraba el dedo del medio, como solía hacer cuando era un adolescente.
Summer levantó sus cejas y fue hasta la heladera.
— Ey, Summer—dijo Logan—. ¿me sirves un vaso de agua?
— Imbécil—insultó ella entre dientes y luego volteó a mirarlo—. Claro—respondió y sirvió el vaso con una gran sonrisa. Se acercó a Logan y estiró su brazo.
— Gracias—le dijo él y ella arrojó todo el agua sobre el—. Maldición, eso era para que ingrese en mi organismo—replicó riendo—. Está bien, Summer—Logan le dio unos golpecitos a la espalda de Summer y caminó el mismo hasta la cocina para servirse otro vaso—. Solo te lo pedí porque tengo resaca y quiero tomar mi pastilla.
Todos miraron a Logan atónitos por su buen humor y la respuesta extremadamente educada que tuvo con la castaña. Casi como si con resaca Logan pudiera soportarla más, por más ridículo que suena aquello. Metió la pastilla en su boca y la tragó con rapidez. Al cruzar al lado de Summer, le arrojó lo que había sobrado de su vaso de agua.
— ¿tienes algún problema, Lerman?—preguntó Summer de forma histérica, Logan volteó y tirándole un poco más de agua dijo:
— Sobró un poco—dejó el vaso sobre la mesa del comedor y puso una mano en la cabeza de Summer, como tratando de consolarla. Luego de eso le dio un golpe y salió corriendo.
Todos suspiraron de alivio porque Logan había vuelto a ser sí mismo y Summer volteó sus ojos, mientras iba hacia la cocina para agarrar un trapo seco y limpiarse. Desde lejos se acercó Jennifer y se sentó en la silla alta del desayunador.
— ¿Cuál es el asunto de William? ¿A dónde se fue?—preguntó y Summer soltó un refunfuño de cansancio.
— Tiene que trabajar. Siempre fue así. Siempre puso su trabajo antes que nada.
— Tú serás su esposa, así que tu deberías ser lo que pone primero—contestó Jennifer y Summer frunció el rostro, sintiendo que lastimosamente su amiga castaña tenía razón.
Fue hasta el patio con sus pinceles y sus papeles para dibujar, lo cual era una de las únicas cosas que realmente la tranquilizaban y hacían que se sintiera sola, sin que nadie la pudiera molestar. Se sentó frente a la piscina y colocó el caballete frente a ella para empezar a dar sus cinceladas.

Fue hasta el patio con sus pinceles y sus papeles para dibujar, lo cual era una de las únicas cosas que realmente la tranquilizaban y hacían que se sintiera sola, sin que nadie la pudiera molestar. Se sentó frente a la piscina y colocó el caballete frente a ella para empezar a dar sus cinceladas.
No podía entender que en este punto de su vida se sintiera realmente perdida. Se suponía que su vida ya estaba algo así como planeada o armada, pero ella sentía que más bien estaba desordenada. Estaba tan metida en sus pensamientos cuando escuchó la voz de Nathan se sobresaltó más de lo que debía.
— Me asustaste—dijo ella soltando el pincel sobre el trapo y Nathan se acercó a mirar.
— Realmente es impresionante—dijo mirando la pintura y sentándose al lado de Summer, con una soda en una mano y el otro brazo estirándose hacia la castaña para entregarle un refresco.
— Gracias—respondió ella, agarrando el refresco y tomando un trago.
— ¿estás deprimida?—preguntó el y Summer asintió con un gesto de discrepancia—. Creo que deberías deprimirte seguido por la forma en que pintas cuando te encuentras en este estado—el soltó unas risitas pero Summer simplemente acertó en abrazarlo con fuerzas. Era demasiado que soportar en tan pocos días.
— Tuve años—replicó ella, sintiendo angustia—, años para olvidarlo pero en simplemente días puede hacer que todo ese escudo que me construí, se rompa y sea inservible. Lo peor es que no puedo hablar con nadie de esto.
— Tú piensas que no puedes hablar con nadie de esto pero todos estamos más que dispuestos a hablar de lo que sea que necesites quitar de tu pecho. Summer, yo te estoy escuchando y puedo hacerlo cuando quieras.
— Todos me dicen lo mismo pero no me entienden—contestó ella, sintiéndose desesperada, pero Nathan la agarró por ambos hombros para que le mirara fijamente.
— ¿Quién te entendería más que una persona que paso por algo parecido? Yo también me enamoré de mi mejor amiga, Summer y también sentí la confusión que sientes tú.
— Pero yo estoy por casarme y él me odia…
— No te odia y olvidémonos de William por un segundo—interrumpió el y Summer respiró hondo.
— De acuerdo—contestó.
— Imagínate a ti en el futuro ¿con quién te ves? ¿Cómo te ves? ¿en qué posición?—preguntó y Summer abrió sus ojos como platos al darse cuenta de lo que había visto en su mente.
— No veo nada—dijo riendo y Nathan le miró con seriedad—. De acuerdo… de acuerdo—dijo y la sonrisa se borró de su rostro—. No… veo a William.
— ¿no ves a William en lo que te imaginas de tu futuro?
— Me veo a mi y a nadie más—contestó con un rostro melancólico y Nathan supo que lo decía enserio, y que no podía hacer nada si era lo que ella quería.
Logan estaba en la casa abandonada, mirando como el agua caía de la punta de la fuente hasta la base y luego volvía arriba para seguir el mismo recorrido una y otra vez.
Pensó que él era igual a aquella agua.
Luego de un gran recorrido para cambiar de curso, volvía al mismo lugar y volvía a suceder lo mismo.
De su bolsillo removió el collar que le había dado a Summer en su cumpleaños de 16 años, y lo miró por unos segundos muy largos. Lo había guardado tantos años y ahora no sabía si dárselo o no. Para ser honesto consigo mismo, lo había guardado para agradarle a Summer.

De su bolsillo removió el collar que le había dado a Summer en su cumpleaños de 16 años, y lo miró por unos segundos muy largos. Lo había guardado tantos años y ahora no sabía si dárselo o no. Para ser honesto consigo mismo, lo había guardado para agradarle a Summer.
Luego de que ella lo había tirado en el pasillo, Logan le había seguido y agarró el collar del suelo. No podía creer que aquel guardapelo estaba intacto. Tenía la fotografía de todos sus amigos. Una fotografía bastante pequeña pero significativa. Logan abrió el guardapelo y miró la foto con los recuerdos en su mente. Aquel collar terminó por resbalársele de las manos cuando su visión se torno un poco borrosa, pero el de inmediato se arrojó hacia adelante para agarrar el regalo. Metió todo su brazo bajo el agua y con el otro se aferró al borde, luego agarró el guardapelo. Escuchó que desde su auto sonaba su celular y salió de la fuente con el collar a salvo.
— Hola—dijo poniendo el celular contra su oreja.
— ¿Dónde estás, Lerman?—preguntaba la voz de Nathan y Logan soltó el collar sobre el asiento de conductor.
— En la casa abandonada ¿por qué?
— Porque no encuentro a Summer ¿Está contigo?—Logan miró alrededor aunque sabía que Summer no se encontraba allí.
— No—contestó y de un momento a otro le entró desesperación—. ¿Dónde puede estar? ¿por qué desaparece y no avisa? Voy a matarla—concluyó y Nathan soltó una risotada.
— Tranquilízate y vuelve a casa, que nosotros la buscamos—dijo Nathan sereno y Logan soltó un gran suspiro.
— De acuerdo, voy para allá—cortó la llamada y entró al auto dispuesto a arrancarlo, hasta que vio a Summer sentada en la fuente y alejó sus manos de las llaves. Acercó su mano a la bocina y la apretó con fuerza, Summer se inquietó a tal punto que terminó cayendo dentro de la fuente. Logan bajó del auto riendo con fuerza y rió aun más cuando ella salió a la superficie pareciendo un gatito mojado.
— ¿Qué diablos, Logan?—preguntó ella enojada mientras con lentitud y esfuerzo salía fuera de la fuente. El se sentó al borde y la miró mientras se apartaba el cabello del rostro.
— Es simpático verte mojada, ¿Sabes?
— Es estúpido que digas eso, ¿Sabes?
— Lo sé—contestó el riendo y aceptando que aquello había sido tonto de comentar—. Pero es que tienes que verte, enserio.
Se miraron por un momento con una leve sonrisa en sus rostros, sus manos involuntariamente se acercaron a través de aquel pequeño espacio. Hacían un ligero y tímido contacto en sus dedos, pero aquello era suficiente para desconcentrarlos de su conversación.
— Te tengo un regalo—dijo Logan, alejándose de ella de un movimiento repentino y corrió hacia el auto para buscar el collar—. Quédate allí.
— Estoy quieta—dijo y luego él se acercó de nuevo.
— Creo que lo reconocerás—comentó, mientras miraba sus manos y luego se sentaba al lado de ella. Summer se tapó la boca con ambas manos cuando vio aquel objeto.
— ¿Cómo?—preguntó y agarró la cadenita entre sus manos.
— En la graduación. Te seguí y vi cuando la arrojaste al suelo.
— ¿la guardaste todo este tiempo?—preguntó, levantando su mirada y encontrándose con los profundos ojos de Logan.
— ¿Y tirar 350 dólares a la basura?
— ¿350 dólares?—preguntó ella exaltada, sin poder creer cuanto había gastado.
— ¿por qué gastaría menos?—soltó unas risitas tímidas luego de decir aquello y bajó su mirada. Summer entonces volteó para darle la espalda. Logan la miró de nuevo y vio como ella le estaba pasando el collar.