Enemigos Extraños [Logan Lerman]

Los preparativos para la boda que era en dos meses habían empezado y también los planes para todo el tiempo que pasarían en la casa de Will. Había decidido llamar a sus amigos para confirmar a qué hora irían mañana a la casa de verano y se dirigió al teléfono en la pared de la cocina. Marcó el número de Brenda y escuchó a su amiga gritando su nombre por la bocina del teléfono.
— ¡Summer Fontana!—ambas rieron y Summer no pudo resistir su curiosidad.
— ¿por si acaso estas ebria?
— Ni siquiera puedo pensar claramente—Summer explotó de risa y escuchó los llantos de su amiga por el teléfono. Entonces ella se puso seria y caminó con el teléfono hasta el baño, luego se encerró adentro.
— ¿Qué sucedió?
— Clarence rompió conmigo.
— Oh querida—dijo Summer tratando de consolarla—. Si no vio lo valiosa que eres, no te merecía.
— ¿sabes? Ya ni me interesa—se escucharon llantos más fuertes.
— Tu llanto dice lo contrario, Brenda.
— Lo sé, lo sé. Pero a partir de mañana voy a festejar el verano como nunca. Estoy soltera y lista para tontear.
— No es así.
— ¿Qué importa? Ah y otra cosa.
— ¿sí?
— Debes llamar a Logan también, recuérdalo.
— Ya me lo has dicho.
— Escúchame la próxima vez. Nos vemos mañana.
— De acuerdo. Te quiero. Cuídate—Summer colgó el teléfono y marcó el número de Erik mientras salía del baño y recostaba un poco su cabeza para sostener el teléfono entre su hombro y cráneo. Agarró la bandeja con las bebidas entre sus manos y caminó hasta dejarla en la mesa del comedor. Luego de tener las manos libres, agarró el teléfono con su mano y escuchó la voz de Erik, la cual parecía un poco dormida—. ¿te desperté?
— ¡Fontana!—exclamó Erik, con la simpática forma en la que solían llamarla sus amigos y… Logan.
— ¡Clayton!
— No me digas por mi segundo nombre. Tú sabes que lo odio.
— Cállate. Oye, ¿a qué hora llegaras al River of dreams?
— ¿Dónde?
— Ya sabes. La casa de Will.
— ¿Qué diablos?, ¿por qué se llama igual que una canción?
— Pues ya sabes lo mucho que ama a Billy Joel. Y como hay un gran rio cerca del terreno, decidió ponerle así.
— Te digo que tú y tu novio están locos.
— Lo sé. Dime la hora.
— Pues… ¿A qué hora llega Brenda?
— A las 14 p.m.
— Iré a esa hora. Oye, espero ver a Logan allí.
— Lo sé, lo sé… de acuerdo. Te espero. Te quiero, tonto.
— Yo también—ambos cortaron la llamada y uno de los amigos de Will miraba con los ojos bien abiertos a Summer.
— Buen día—le brindó una gran sonrisa y el solo se retiró. A Summer le había parecido extremadamente extraño aquello pero sin preocupaciones fue a buscar a su prometido. Para cuando llegó, vio a un William enojado—. ¿sucedió algo?
— ¿por qué es que Dave me dijo que tú me engañas?—Summer no lo soportó y soltó una gran risotada. Aquello de alguna forma había tranquilizado a William.
— No, JAJAJAJA—volvió a reír—. Estaba hablando con Erik y pues, ya sabes que mañana nos vamos a ir a el River of dreams y estaba confirmándolo con él.
— Oh, de acuerdo—dijo Will, soltando un suspiro de alivio y acercándose para abrazarla—. ¿y todos vienen?
— Si. Hasta ahora todos llegaran a las 14 p.m.
— De acuerdo. Arregla todo y yo iré con los muchachos a jugar golf.
— Claro—se dieron un pequeño beso y Summer se retiró hacia la sala para poder llamar a Jennifer.

Caminó hacia el sillón y se sentó. Recordando que todos le habían dicho sobre Logan. Era obvio que él lo había dejado atrás…, es decir, seis años ya habían pasado desde que Logan y ella se habían visto por última vez. Era claramente un tiempo suficiente para madurar y olvidar todo el pasado. Aquello le había dado confianza y hasta un poco de emociones por llamar a Logan y arreglar sus desacuerdos con él. Escuchó la voz de Jennifer a través de la bocina y por unos segundos no respondió.
— Summer. Hola, Summer, contesta. Summer ¿estás ahí?
— Jennifer… ¿crees que por fin pueda llevarme bien con Logan?
— ¿vas a invitarlo?
— Claro. Todos ustedes me dijeron que era obligatorio.
— Debes entendernos…
— Yo los entiendo—interrumpió Summer—. Pero tengo la intención de arreglar mis errores del pasado y empezar una amistad con Logan.
— Pues utiliza este verano. Porque tal vez sea el último que pases con el si es que se pelean demasiado.
— Lo llamaré hoy.
— Tranquila. Recuerda que yo ya le he avisado sobre el viaje y el ha preparado todo.
— Te espero a las 13 p.m.
— Nos vemos, linda.
— Te quiero—cortó con el humor un poco desanimado y en su directorio busco el numero de Logan. Allí estaba. Al lado de su nombre había un simpático icono de una carita feliz con unos anteojos. Siempre le había parecido tan tonto pero le encantaba así. Todos sus cuatro mejores amigos… y Logan, tenían iconos especiales al lado de sus nombres. Pulsó la tecla verde para llamar a Logan y rió tontamente al escuchar que su backtone3 era el soundtrack de el rey león y la canción era The lion sleeps tonight.
— ¿hola?—interrumpió una voz que hizo que su corazón casi saltara del susto.
— Lerman—pronunció ella con una leve sonrisa.
— ¿Fontana?—preguntó él soltando algunas risitas—. Oye, ¿Cómo has estado?, ¿nuevas almas que robar por allá?
— No me trates de demonio—ordenó Summer furiosa.
— Tú sabes que es broma. ¿Cómo anda el famoso William Hunter?
— Por ahí…, con su cámara. Ya sabes. Logan, te llame para lo del horario de mañana.
— ¿aja?—preguntó el sin entender completamente. O fingiendo no hacerlo.
— Para lo de las vacaciones en la casa de verano de Will. ¿a qué hora llegaras?
— ¿Qué tal a las 15 p.m.? Realmente no puedo llegar antes de esa hora. Tú sabes. Las cosas del trabajo.
— Me comentaron que eres abogado—afirmó Summer un poco titubeante.
— Oye Summer. Estoy realmente cansado. ¿podríamos hablar mañana o tal vez en los próximos días que tenemos que pasar juntos?
— Pues…, claro. Ya te veo.
— Si. Adiós—ambos cortaron la llamada y miraron el teléfono por unos segundos. Se asombraban al sentir que esa conversación fue hasta un poco agradable.

Ya era de noche y Summer había puesto el último bolso en la gran camioneta de William. Levantó el dedo pulgar, señalándole a Will que ya había terminado. Cerró la puerta de la valijera y rápidamente se subió al asiento de copiloto. Prendió la radio y agarró la bolsa de galletitas que había traído.
— ¿Qué provisiones hay?—preguntó William en un tono simpático y Summer le mostró las galletitas, que eran las favoritas de ambos—. Te amo, ¿lo sabías?
— Yo también… las amo—agarró una galletita y la metió en su boca.
— ¡Oye!—exclamó William riendo y estiró una de sus manos, con su vista hacia la carretera, esperando que Summer le pusiera una galletita en esta.
— Abre tu boca.
— ¿Qué?
— Ábrela—estiró su brazo y le dio una galletita en la boca—. El resto es para mí.
— Pareces una hambrienta.
— Pues lo estoy. Estuve toda la mañana y el medio día arreglando la casa y organizando nuestras cosas mientras tú jugabas golf con tus amigos. Me merezco una bolsa de galletitas.
— Perdóname—hizo un puchero y Summer rió.
— No hay problemas—como si fuera una adolescente, subió sus piernas sobre el asiento y se sentó en posición india—. Amo ver ese campo de flores—apuntó al campo de flores amarillas que se veía a través de la ventana y volvió a meter una galletita en su boca—. Es realmente hermoso.
— Lo sé. Oye, ¿sabes que es la primera vez que realmente me tomare un mes completo de vacaciones? Siento que es raro.
— Las mil veces que me lo dijiste, te he repetido que te lo mereces—le enseño una sonrisa—. Tendrás menos tiempo para tu teléfono y por fin más tiempo para mí.
— Y, ¿cuando llegan los chicos?
— Mañana al mediodía. Y recuerda que también viene Logan.
— ¿Quién?
— Ya sabes. Ya te hable de él.
— No. En realidad no creo que haber escuchado de él.
— Pues, ¿recuerdas a mi amigo que te dije que usaba anteojos gigantes y usaba camisas a cuadros debajo de los pantalones?
— Ah, ya sé quién es. El nerd ¿no?
— No le digas así—replicó ella riendo—. Es mi amigo aun cuando no nos llevábamos tan bien.
— ¿y por qué viene si es que nunca te llevaste bien con él?
— Porque lo conozco desde pequeña y ya te dije que es mi amigo. Deja de ser un tonto.
El resto del viaje fue un poco silencioso y Summer estaba cansada, por lo que se echó a dormir. Últimamente sus recuerdos de adolescencia se hacían muy frecuentes, y recordaba todas las cosas que le había hecho o dicho a Logan. Sabía que había sido una horrible persona y ahora se sentía peor de lo que había sido.
Summer no estaba del mejor humor durante el último mes. Tenía 17 años cuando su padre había fallecido y sin embargo, su novio nunca estaba allí a su lado. Solo lo estaban sus cuatro amigos y Logan, por más extraño que parezca. La presencia de ellos le había ayudado bastante a sentirse mejor luego de la muerte de su padre. Le habían dado una razón para seguir viviendo, ya que ella sentía que quería desaparecer. Y esa era probablemente la última reunión concreta que tendrían todos antes de la universidad.
Los cuatro amigos estaban cenando en la casa de Erik, que ya tenía una casa propia. Summer, que se encontraba un poco melancólica, salió al pequeño patio y miró al cielo mientras la brisa la abrazaba. Sentía la presencia de su padre a su lado, mirándola y cuidándola. Luego sintió una mano en su espalda y al voltear vio a Logan, mirándola con comprensión.
— Yo no me recupere de la muerte de mis padres hasta ahora—ella lo miró por unos segundos—. Pero te prometo que todo se pone mejor.
— Es simpático que tú seas la persona en la que más siento consuelo. Es extraño, lo sé.
— Yo también te buscaría si necesito consejos o apoyo—ambos se miraron por unos segundos y luego apartaron la mirada al cielo de nuevo—. No eres una mala persona, Summer. Eres la persona más buena, pero idiota que he conocido en mi vida.
— Gracias—susurró ella e impulsivamente lo abrazó. Summer nunca agradeció tanto un abrazo en su vida. Él le había rodeado con sus brazos y estuvieron así por unos minutos, mientras ella lloraba sobre su hombro.
— Somos los enemigos más extraños del universo—le dijo al oído mientras aun se abrazaban.
— Es porque no lo somos.
— ¿ah no?
— Eres mi amigo—susurró abrazándolo un poco más fuerte—. Un amigo con el que tengo muchas diferencias.
— Somos demasiado parecidos, debo decir—ambos se separaron al escuchar que la puerta se abría.
— ¿Qué hacen ahí?—preguntó Brenda en un tono insinuante.
— Hablamos—replicó Logan, con la misma frialdad de siempre.
— ¿De qué?
— No te importa—dijeron Logan y Summer al mismo tiempo, y luego entraron a la casa de nuevo.
Summer de pronto despertó al sentir un fuerte estruendo. Al mirar alrededor vio a William cargándole gasolina a la camioneta. Se quedó mirando alrededor para asegurarse donde estaban y luego salió del auto.

Summer de pronto despertó al sentir un fuerte estruendo. Al mirar alrededor vio a William cargándole gasolina a la camioneta. Se quedó mirando alrededor para asegurarse donde estaban y luego salió del auto.
— Voy a comprar jugo. ¿quieres algo?—le preguntó Summer a Will, y el negó mientras fijaba su atención en su teléfono—. De acuerdo. Ya vengo—entró a la tienda y fue a buscar su jugo. Cuando llego allí, notó que su prometido hablaba muy interesadamente por teléfono. Le había parecido raro, pero solo siguió con sus actividades y fue hasta la caja para pagar. Salió de la tienda y pudo ver que una tormenta fuerte se avecinaba, había un viento fuerte y el cielo tenía unas nubes negras horribles. Summer corrió al auto y entró. Al mirar su teléfono le pareció extraño ver una llamada perdida a las 4.a.m.
Miró su registro de llamadas y se sorprendió aun más, al ver que era Logan quien la había llamado. Marcó el número con torpeza y aprovechó que William aun estaba hablando por teléfono afuera. Escuchó los pitidos durante segundos que le parecieron infinitos. Logan no había respondido. Aquello había sido tan raro, pero simplemente dejó su celular a un costado y abrió su jugo mientras aun esperaba a William. Luego de unos segundos, William entró por la puerta con una sonrisa y arrancó el auto.
— ¿Qué es tan alegre que estas con esa sonrisa?
— Nada. Es sobre mi próxima película. Será genial—Summer le sonrió y felicitó. Luego apartó su mirada hacia la ventana. Se recostó con la manta que había traído y se quedó mirando a través del vidrio empañado la inmensa pastura de esa zona, aunque solo se veían extensos campos oscuros. Su celular había comenzado a sonar pero estaba un poco perdida en su mundo, entonces no lo notó.
— ¿Quién es Logan?—preguntó William y Summer volteó.
— Te acabo de hablar sobre el—agarró el teléfono y apretó el botón para contestar. Colocó el teléfono contra su oído y oyó una voz entre cortada que susurraba su nombre—. ¿Logan?—preguntó ella un poco preocupada—. ¿te encuentras bien?
— Es el aniversario de casamiento de mis padres—susurró—. No sé porqué te llamé pero por favor no me cortes.
Ella quedó sin habla al escuchar sus llantos a través del teléfono. Sentía casi el mismo dolor que él en ese momento. Miró hacia la ventana para que William no pudiera ver que ella también estaba empezando a llorar pero en silencio. Tomó un gran respiro y subió sus pies al asiento.
— Estoy segura de que están muy orgullosos de ti. Te lo puedo asegurar.
— ¿Cómo puedes decir eso? Ni siquiera hablamos demasiado por cinco años.
— Yo lo estaría—escuchó algunos sollozos más fuertes de él—. Somos unos enemigos muy raros ¿no?—ambos soltaron risitas al escuchar la frase que siempre se habían dicho cuando tenían conversaciones decentes.
— ¿sabes qué? Me alegro de haberte llamado a ti.
— Yo me alegro que tú lo hicieras también.
— Los extraño. Ojala nunca se hubieran ido.
— Lo sé, Logan. Yo también extraño a mis padres—esperó unos segundos para la respuesta de Logan pero no había nada, miró la pantalla de su teléfono y se dio cuenta de que la llamada se había dado por culminada por alguna razón. Chequeó su crédito, y aun le quedaba, por lo que asumió que era mejor dejar a Logan dormir y poner su teléfono en silencio para hacer lo mismo. Cerró sus ojos con lentitud y luego cayó a los brazos de Morfeo.
Sintió una fuerte luz contra su rostro y abrió un ojo levemente. Por dentro se quejaba porque si era por ella, se quedaba durmiendo mucho más tiempo. Habían salido esa madrugada a las 3:30a.m ya que si iban a cualquier otra hora, sabían que iba a haber mucho más tráfico. Escuchó música de su banda favorita, Los Beatles, en la radio que estaba a un volumen razonable para que ella pudiera seguir durmiendo. Al voltear vio a su hombre tomando un café y le sonrió. Se frotó los ojos con el revés de su mano y se estiró. Apartó su manta y se miró al espejo. Su cabello estaba un desastre, pero en realidad poco le importaba.