Trapped.

Ok, veamos... gracias. Sí, lo sé, es que el prólogo no fue narrado por ninguno de los protagonistas por ende no quise mostrar muchos sentimientos de su parte que no se noten por las personas que lo rodean, y los pensamientos lo mismo, una persona común no puede leerlo por eso no quise ponerlos.
En realidad, sí, fue rápido. Pero los investigadores tienen un pequeño problema que no saben dónde está el secuestrador -Edward- y Tanner, el policía encubierto, ya conoce el paradero de Edward. Y como debes de saber, en ciertas investigaciones de alto riesgo está el policía encubierto. Y ya al pasar la historia te darás cuenta de las pequeñas cosas que marcaste aquí, ¿sí? no espero hacer una historia tradicional con un policía, secuestrador y victima de al realidad, trato de hacer algo similar a la realidad pero llevarlo fuera de la realidad también. So, espero que después puedas entender a lo que me refiero.

Capítulo 01

Un fuerte zumbido retumbó en mi cabeza, y un gemido salió de mis labios. Intenté abrir mis ojos pero las pestañas raspaban contra una tela que me prohibía la visión; mis brazos y piernas estaban atadas, al parecer, en una silla. Lo único que podía escuchar eran mis jadeos y los latidos mi corazón que eran rápidos y parecía que en cualquier momento se saldría y caería desangrada aquí, esbocé una pequeña sonrisa ante mi estúpido pensamiento y después volví a entrar en pánico al darme cuenta que no sabía dónde mierda me encontraba, quizás me encontraba situada en un pequeño círculo y alrededor mío había tiburones o tal vez una bomba estaba en la silla y en cualquier momento explotaría. Mis pensamientos fueron ahogados cuando unos pasos se acercaban a mí, entonces la primera opción de ser el festín de unos tiburones fue descartada. Dando entrada a un nuevo pánico, tratándose que podría volar en mil pedazos a causa de una explosión, pero claro, si la persona que me secuestró estaba cerca era tonto que activará la bomba así que me mantuve tranquila.

—¿Hola?— murmuré.
—Hey, preciosa— saludó ¿alegremente? una voz masculina un poco gruesa.
—¿Q-quién eres?— mentalmente me pegué unas tres cachetadas por mostrar el temblor en mi voz.
—Edward, princesa— masculló entre dientes lo último.
—¿La princesa Edward?— solté una pequeña risita.
—¿En serio?—soltó una carcajada—, estás secuestrada y me dices eso—su risa se iba calmando de a poco— eres única—susurró para si mismo pero yo lo había escuchado.
—Lo sé, suelen decírmelo— reflexioné un momento—, ¿podrías destaparme los ojos?— pregunté con mi tono de voz más dulce.
—No— me contestó él fríamente.
—¿Por qué?- indagué.
—No puedo permitir que me veas, joder—exclamó ya fastidiado de mi parloteo, solté un suspiro y me quedé tranquila.
—¿Tienes hambre o sed?—este hombre debe de tener alguna neurona salida de la cabeza, digo, recién me grito y ahora me pregunta ésto, Jesús.
—No—me limité a responder, si él no quiere que lo joda entonces no lo haré.

Sus pasos cada vez eran menos inaudibles, así que supuse que se habría ido. Me removí algo incómoda en aquella silla y suspiré. ¿Alguien me estaría buscando? fue lo primero que me cuestioné, ha de suponer que sí. ¿Por qué me secuestro a mí? oh, esa pregunta no tenía respuesta en mi mente.

—Hey—saludó alguien haciendo que me sobresaltara.
—Hey—susurré.
—¿Quieres que te destape los ojos?—preguntó fríamente pero a la vez dulcemente.
—Mmm, sí—murmuré un poco desconfiada.
—Con una condición...—susurró en mi oído haciendo que me sobresaltara y él al notar eso rió suavemente produciendo que me estremeciera—, cuando me veas no me reprocharas nada porqué sino—acarició suavemente mi mejilla mientras depositaba un beso—esto acabara demasiado mal, cariño—sentí que se alejaba—¿entendido?
—S-sí—tartamudee con temor.
—Esa es mi chica—susurró de una manera inaudible.  

Sentí cómo se situaba detrás mío; y con sus ágiles dedos en un pestañeo tenía mis ojos libres de esa venda. Una tenue luz dio de golpe contra mis ojos produciendo que los cerrara de vuelta. Poco a poco los fui abriendo tratando de que se acostumbraran a aquella luz, hasta que se abrieron completamente; no por el echo de haberme acostumbrado a la luz, sino por la persona que estaba frente a mí.

—Tanner—susurré bastante asombrada.
—Nikky—susurró él, con cariño. Mis mejillas se sonrojaron, pero no por el echo de que me llamara así, sino porqué estaba ahí y eso me daba rabia.
—No me digas así—traté de sonar lo más calmada posible.
Una leve risa salió de sus labios—¿no vas a cambiar verdad?—negó con la cabeza.
—No, no lo haré—conteste fríamente.
—Pensé que reaccionarías un poco más...—hizo varias veces ademanes con la cabeza y la mano tratando de encontrar la palabra.
—Paranoica—terminé por él y se encogió de hombros dándome la razón.—No—negué rotundamente—hubo una condición por tu parte y yo la estoy respetando—dije naturalmente.
—Bien, tienes razón—asintió con la cabeza.

Un incómoda silencio se hizo presente, ninguno decíamos palabra alguna o siquiera nos mirábamos. ¿Por qué no se iba? esto era realmente incómodo. Unas pisadas hicieron que los dos nos sobresaltemos y miremos al susodicho pertenecientes de éstas. Edward.

—¡Hey!—saludó él... ¿feliz? ¿esto es real? qué me jodan.
—Eddie—susurró, Tanner, con tono burlón. Edward le pegó un manotazo en la cabeza y rió.
—¿Por qué no tiene la venda?—me miró fríamente al darse cuenta que lo miraba fijamente, rápidamente aparté mi mirada de él.
—Oh, hicimos un trato—se rascó la nunca nerviosamente, Tanner.
—¿Y qué trato fue, Nikolina?—mi cuerpo se tensó al instante mientras él sonreía cínicamente ante mi reacción.
—Que si la desataba ella no iba a hablar por hoy—habló Tanner y después de miles de años agradecí que él estuviera allí.
—Está bien, buen trato—Edward le dio unas palmadas "amistosas" en el hombro a Tanner mientras se sonreían de la manera más falsa que pueda existir en el mundo.
—No voy a ser tan malo contigo—dijo acercándose a mí—puedes hablar, pero no te sobre pases porque terminarás con una mordaza—me sonrió de vuelta y se dirigió hacía Tanner—; y tú—lo apuntó—cuidarás de ella, mejor dicho ve a comprar algo de comer—chasqueó su lengua y los dos en silencio se fueron.

Suspiré sonoramente y cerré los ojos tratando de repasar qué mierda había sucedido recién. Una pregunta que se me pasó demasiado por alto se asomó por mi cabeza: ¿qué carajos hacían Edward y Tanner acá?  mejor dicho ¿¡desde cuándo Tanner me hablaba!? no, no, no ¿¡Quién era Eedward y por qué ellos se conocían!? esa pregunta fue la que carcomía cada segundo la cabeza; cada segundo era peor; cada segundo que pasaba tenía ganas de llamar a Edward y preguntarle, pero me detuve. No lo haría, no podía preguntarle eso. Después de todo me tenía secuestrada; esta situación es absurda. Una carcajada salió de mis labios al darme cuenta que ésto de una manera u otra no parecía un secuestro, sino algo similar a algún tipo de venganza; entonces mi sonrisa fue tapada por una mueca de disgusto al no entender ni una jodida mierda esta situación.