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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Eternal | NC |
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capítulo 03.
Capítulo 3
Joellen Starfire
El General Itxaso, robusto, con barba incipiente y semblante frio y cruel, se pasea de un lado a otro lentamente, meditando. Trato de mover mis brazos, pero estos se encuentran sujetados por un estilo de metal, al igual que mis pies. He intentado de todo, desde que aquellos sucios de la noche me pusieron una mano encima y solo he conseguido debilitarme. Habían acabado contra el escuadrón tan rápido que no me ha dado tiempo a asimilarlo. Las preguntas de cómo se metieron al campamento, como nadie los vio, como nos encontraron y muchas mas no dejaban de pasar por mi mente. También me pregunto dónde está Egann, es el único que quedo vivo además de mí.
No había podido hacer nada porque uno de esos soldados, no sé cómo, logro paralizarme por completo e incluso hacerme golpear a Egann. Fue aterrador, aunque nunca lo admitiré. Aun así, no pienso rendirme. El tipo ya no está con nosotros.
No me han sacado de la habitación y no se con exactitud cuánto tiempo llevo sentada y atada con el material. Mis brazos se han entumecido, al igual que mis piernas. Las torturas han derivado de psicológicas: fotos de personas inocentes muertas, alegando que nuestros soldados han hecho eso; cachetadas de una mujer que parece bastante frustrada porque no solté una sola lagrima, así que seguía golpeándome la cara; electroshock cada vez que me negué a algo. Pero no importa cuánto me hagan sufrir, no pienso dar secretos sobre el país por el que tanto me he sacrificado. Por el que mi papa y todo el que conozco se ha sacrificado.
Aprovecho cada vez que alguien se me acerca en plan de “intimidarme” para escupirle en la cara, haciéndole saber con ese minúsculo gesto que todos son menos que escoria para mí.
—Vas a pagar todas tus irrespetuosas acciones, pequeña demonio —me gruñe el General, antes de salir de la habitación de metal, dando un portazo.
Los guardias vuelven a posicionarse en las puertas, vista al frente y semblante serio. Yo, en cambio, sonrío con auténtica satisfacción.
La celda está completamente hecha de metal. Es imposible que pueda utilizar el poder de la tierra, por más que trato, no puedo sentirla a través del duro material. Estoy consciente de que la temperatura disminuye cada cierto tiempo, haciendo que mis entrañas se debiliten y mis fuerzas decaigan. A pesar de que aun puedo crear fuego, la imposibilidad de mover los brazos y piernas solo hace que me entumezca y solo pueda crear el calor suficiente para que no me dé una hipotermia.
Después de lo que parece ser el tercer día, ya no puedo evitar temblar.
Traen lo que parece ser una píldora de comida dos veces al día y mucha agua. Además de eso, los generales cabecilla y dos aspirantes a jefes del ejército se mantienen entrando y saliendo de la habitación. Me hacen preguntas sobre mi país, convencidos de que soy lo suficientemente traicionera para delatarlos. A pesar de que el instinto nato de supervivencia no deja de alentarme a decirles para poder escapar de este maldito infierno congelado, no pienso poner en peligro, más de lo que esta, a mi lugar de nacimiento.
—¡Va a morir si la dejan ahí por más tiempo! Se supone que la quieren para que sirva de informante, ¿o no? De esa manera no van a lograrlo.
Un día en los que los escalofríos aumentaron considerablemente hasta el punto de ser insoportables, comienzo a escuchar aquellos gritos y reproches fuera de la habitación. No hago nada, salvo gastar toda mi resistencia en concentrar calor en mis músculos y órganos vitales. Los guardias están cómodos con la temperatura, no parece ser frío como el ártico. Pero aun así, mi cuerpo no está acostumbrado a aquello. Mis temblores continúan, no disminuyen ni aumentan.
—¿Qué sugiere, corporal Kaazim? —la voz del General al que le he jurado asesinar, se escucha como un leve susurro.
—Envíelos a dos escuadrones, el mío y el de Sai.
Quise seguir escuchando más, pero lentamente, el frío y el cansancio provocado por el mismo, me llevo a la inconsciencia.
—Van a pelear con nosotros en la guerra —anuncia el hombre, seguro de sí mismo. — Y al mínimo intento de actuar en nuestra contra, mandaremos nuestras tropas no al campo de batalla, sino a los pueblos más humildes del Territorio del Fuego, si saben a lo que me refiero.
Egann y yo nos tensamos por debajo de la horrible ropa que nos hacen usar. Aunque sea de mejor calidad que toda la que he visto en casa, el solo hecho de poseer el símbolo de la Nación de la Noche es suficiente para hacerme sentir asquerosa. Aquellas palabras retumban en mis oídos claras, fuertes, no es necesario repetirlas. El hecho de que puedan llegar a ser tan crueles para amenazar con eliminar vidas totalmente inocentes hace que mi sangre se caliente. Siento mi aliento volverse vapor más visible con el tiempo. ¿Cómo es posible? Nosotros no andamos asesinando niños y madres de la Nación cada vez que se nos da la regalada gana.
Sonríe con autosuficiencia cuando se da cuenta de que tiene nuestra atención, y más aún, nuestro “si” a todo lo que acaba de decir.
—Veo que saben muy bien de qué lado estar —se mofa y solo puedo apretar mis puños, forcejeando contra el horrible metal.
A pesar de tener las mejillas con finos cortes, el cuerpo todo moreteado e incluso replicas pequeñas del electroshock, me siento totalmente lista para mandar al infierno al horrible ser que se encuentra delante de mí. Comienza a explicar cómo cada uno de nosotros será asignado a dos de los mejores escuadrones de militares en todo el ejército. Ellos mantendrán un ojo en nosotros y al primer intento, nuestro pueblo comenzara a perecer en todo el sentido de la palabra.
Mis ojos se encienden y le dedico todo el odio que puedo. Deseo poder carbonizarlo vivo en aquel instante.
No sé cómo he quedado inconsciente ni por cuanto tiempo. Supongo que algún calmante o sedante debió echar el maldito general en la última bebida que me fui ofrecida, uno que me fue imposible detectar. Mi mano izquierda tiembla ligeramente, como lo han hecho algunas partes de mi cuerpo desde haber recibido la tercera descarga de electricidad. Es la sensación más horrible que he sentido; definitivamente una de las peores torturas físicas. Aun así, me siento orgullosa de no haber gritado, y de solo llorar cuando el sucio general salía de la habitación.
Aun no abro los ojos, pero mi cuerpo se tensa por completo cuando ciento una superficie cómoda debajo de mi espalda y piernas. Acaso, ¿estoy en una cama? Me remuevo lentamente y lo compruebo, me encuentro recostada de una cama. Lo siguiente que siento es una aguja en mi brazo izquierdo, en la vena. ¿Qué diablos…?
Cuando la idea de que me estén inyectando otro sedante, mis nervios se disparan y me incorporo, ignorando la sensación de vértigo y el fuerte dolor de cabeza. Sé que estoy mal herida y mis músculos necesitan reposo, pero muerdo mi lengua para no quejarme en voz alta. Parpadeo varias veces hasta que mis pupilas se acostumbran a la luz y ya sé que estoy fuera de aquella habitación oscura y metálica. A mi lado está el suero y no lo pienso dos veces para llevar mi mano derecha y arrancarme la aguja de la piel. El brusco movimiento envía una punzada de dolor a mi brazo, provocando que lo flexione y mi entrecejo se frunza.
La habitación es blanca, espaciosa y parece más una habitación de alguna casa que una habitación de hospital. Ya no tengo mis ropas del ejército, lo que es definitivamente malo. Sin el material especial de la ropa me siento desprotegida, pero no dejo que eso me afecte. Bajo de la cama en silencio y aprovecho que nadie está allí para acercarme a la puerta sigilosamente. Siento un poco de alivio al apoyarme de la pared y sentir la roca, aunque trabajada y unida con cemento, roca al fin.
El oxígeno sigue siendo un poco más frio del que estoy acostumbrada a soportar, pero definitivamente es mucho mejor que el que fui obligada a soportar anteriormente.
Mis sentidos se agudizan y mi corazón comienza a latir rápidamente al escuchar pasos acercarse de manera veloz hacia la puerta. Retrocedo unos cuantos pasos, torpemente y con facilidad —aunque es doloroso— extraigo roca de la pared justamente cuando la puerta se abre y un hombre de cabellera rubia cruza el marco de la misma.
—¿Quién diablos eres? —la piedra circular del tamaño de un balón de basquetbol esta en el aire, justo encima de su perfilada nariz.
Su expresión es neutral, casi serena, a pesar de que solo con dejar la roca su cráneo terminaría roto por completo. La mira y después baja la mirada a mí. Yo, en cambio, tenso más mi guardia y me preparo para lo que sea.
—Corporal Troy Kaazim, encargado de tu custodia —anuncia con orgullo y un poco de superioridad. Como si ser de mi territorio me hace ser menos que él.
Levanto un poco más el brazo derecho, haciendo que la bola se levante y frunzo el ceño. ¿De mi custodia? ¿Qué soy, un maldito niño? ¿De qué habla este idiota? Soy una presa, un insecto, un trapo que quieren utilizar para terminar de limpiarse el trasero con las personas de mi país cuando estos nunca comenzaron nada. ¿Por qué diablos me tienen en una cama, entonces?
—¿Corporal? Bien, dime una cosa —continuo. Mi voz suena demasiado ronca y siento mi garganta seca. — ¿Qué hago aquí? ¿A qué te refieres con custodia? ¿Por qué diablos no acaban de meterme a la cárcel o me asesinan?
Pasan unos segundos antes de que responda.
—Sería más fácil responder si quitaras eso de ahí —responde, refiriéndose a la bola.
—Solo responde —la subo un poco más, sabiendo que dolerá más si la dejo caer desde una gran altura.
Cuando el amenaza con no emitir palabra alguna, subo mi brazo hasta que la bola llega al techo y me preparo para estamparla con toda la fuerza posible en su cabeza. No pierdo nada con eso. Pero justo cuando estoy a punto de lanzar mi brazo siento la horrible y por desgracia, conocida, descarga eléctrica propagarse desde mi tobillo izquierdo hasta todas mis demás extremidades, con rapidez y fuerza. El electroshock me toma demasiado desprevenida, dejo caer mis brazos al instante para llevarlos a mi cabeza y mis rodillas chocan contra el duro suelo cuando mis piernas se debilitan lo suficiente para que termine en el piso. Mi cuerpo tiembla de manera exagerada mientras mis ojos se cierran y siento como casi un grito de auxilio está saliendo de mi garganta. Gimoteo de dolor y presiono más las manos contra mi cabeza, inconsciente de que me encorvo a una posición fetal. La roca ha caído en algún sitio, pero a pesar de tener la visión borrosa puedo distinguir al Corporal moviéndose cerca de mí.
Cuando estoy segura de que voy a gritar como desquiciada, la descarga se detiene. Mi respiración está más que agitada, al igual que el pulso de mi corazón y ciento mis nervios disparados hasta el tope. Abro la boca y lucho por recuperar el ritmo normal de mis inhalaciones, apoyando ambos brazos en el suelo como soporte.
—Eso ocurrirá cada vez que atentes contra los nuestros —escupe con autoridad la voz conocida del General, mientras camina por la puerta y se detiene junto al Corporal.
No puedo responder o siquiera mirarlo, estoy enfocada en devolver mi pulso a su velocidad normal y el dolor en mis músculos aumenta con el paso de los segundos.
—Te colocamos un brazalete que está conectado a este remoto. En el mínimo intento de quitártelo, morirás por causa de electroshock. Si es que no mueres con todas las descargas de antes. Y si te niegas a cooperar, pasara lo mismo. —sigue diciendo. — Aprende que ya perdiste la guerra, pequeña demonio, nosotros ya ganamos.
No había podido hacer nada porque uno de esos soldados, no sé cómo, logro paralizarme por completo e incluso hacerme golpear a Egann. Fue aterrador, aunque nunca lo admitiré. Aun así, no pienso rendirme. El tipo ya no está con nosotros.
No me han sacado de la habitación y no se con exactitud cuánto tiempo llevo sentada y atada con el material. Mis brazos se han entumecido, al igual que mis piernas. Las torturas han derivado de psicológicas: fotos de personas inocentes muertas, alegando que nuestros soldados han hecho eso; cachetadas de una mujer que parece bastante frustrada porque no solté una sola lagrima, así que seguía golpeándome la cara; electroshock cada vez que me negué a algo. Pero no importa cuánto me hagan sufrir, no pienso dar secretos sobre el país por el que tanto me he sacrificado. Por el que mi papa y todo el que conozco se ha sacrificado.
Aprovecho cada vez que alguien se me acerca en plan de “intimidarme” para escupirle en la cara, haciéndole saber con ese minúsculo gesto que todos son menos que escoria para mí.
—Vas a pagar todas tus irrespetuosas acciones, pequeña demonio —me gruñe el General, antes de salir de la habitación de metal, dando un portazo.
Los guardias vuelven a posicionarse en las puertas, vista al frente y semblante serio. Yo, en cambio, sonrío con auténtica satisfacción.
ϟϟϟ
La celda está completamente hecha de metal. Es imposible que pueda utilizar el poder de la tierra, por más que trato, no puedo sentirla a través del duro material. Estoy consciente de que la temperatura disminuye cada cierto tiempo, haciendo que mis entrañas se debiliten y mis fuerzas decaigan. A pesar de que aun puedo crear fuego, la imposibilidad de mover los brazos y piernas solo hace que me entumezca y solo pueda crear el calor suficiente para que no me dé una hipotermia.
Después de lo que parece ser el tercer día, ya no puedo evitar temblar.
Traen lo que parece ser una píldora de comida dos veces al día y mucha agua. Además de eso, los generales cabecilla y dos aspirantes a jefes del ejército se mantienen entrando y saliendo de la habitación. Me hacen preguntas sobre mi país, convencidos de que soy lo suficientemente traicionera para delatarlos. A pesar de que el instinto nato de supervivencia no deja de alentarme a decirles para poder escapar de este maldito infierno congelado, no pienso poner en peligro, más de lo que esta, a mi lugar de nacimiento.
ϟϟϟ
—¡Va a morir si la dejan ahí por más tiempo! Se supone que la quieren para que sirva de informante, ¿o no? De esa manera no van a lograrlo.
Un día en los que los escalofríos aumentaron considerablemente hasta el punto de ser insoportables, comienzo a escuchar aquellos gritos y reproches fuera de la habitación. No hago nada, salvo gastar toda mi resistencia en concentrar calor en mis músculos y órganos vitales. Los guardias están cómodos con la temperatura, no parece ser frío como el ártico. Pero aun así, mi cuerpo no está acostumbrado a aquello. Mis temblores continúan, no disminuyen ni aumentan.
—¿Qué sugiere, corporal Kaazim? —la voz del General al que le he jurado asesinar, se escucha como un leve susurro.
—Envíelos a dos escuadrones, el mío y el de Sai.
Quise seguir escuchando más, pero lentamente, el frío y el cansancio provocado por el mismo, me llevo a la inconsciencia.
ϟϟϟ
—Van a pelear con nosotros en la guerra —anuncia el hombre, seguro de sí mismo. — Y al mínimo intento de actuar en nuestra contra, mandaremos nuestras tropas no al campo de batalla, sino a los pueblos más humildes del Territorio del Fuego, si saben a lo que me refiero.
Egann y yo nos tensamos por debajo de la horrible ropa que nos hacen usar. Aunque sea de mejor calidad que toda la que he visto en casa, el solo hecho de poseer el símbolo de la Nación de la Noche es suficiente para hacerme sentir asquerosa. Aquellas palabras retumban en mis oídos claras, fuertes, no es necesario repetirlas. El hecho de que puedan llegar a ser tan crueles para amenazar con eliminar vidas totalmente inocentes hace que mi sangre se caliente. Siento mi aliento volverse vapor más visible con el tiempo. ¿Cómo es posible? Nosotros no andamos asesinando niños y madres de la Nación cada vez que se nos da la regalada gana.
Sonríe con autosuficiencia cuando se da cuenta de que tiene nuestra atención, y más aún, nuestro “si” a todo lo que acaba de decir.
—Veo que saben muy bien de qué lado estar —se mofa y solo puedo apretar mis puños, forcejeando contra el horrible metal.
A pesar de tener las mejillas con finos cortes, el cuerpo todo moreteado e incluso replicas pequeñas del electroshock, me siento totalmente lista para mandar al infierno al horrible ser que se encuentra delante de mí. Comienza a explicar cómo cada uno de nosotros será asignado a dos de los mejores escuadrones de militares en todo el ejército. Ellos mantendrán un ojo en nosotros y al primer intento, nuestro pueblo comenzara a perecer en todo el sentido de la palabra.
Mis ojos se encienden y le dedico todo el odio que puedo. Deseo poder carbonizarlo vivo en aquel instante.
ϟϟϟ
No sé cómo he quedado inconsciente ni por cuanto tiempo. Supongo que algún calmante o sedante debió echar el maldito general en la última bebida que me fui ofrecida, uno que me fue imposible detectar. Mi mano izquierda tiembla ligeramente, como lo han hecho algunas partes de mi cuerpo desde haber recibido la tercera descarga de electricidad. Es la sensación más horrible que he sentido; definitivamente una de las peores torturas físicas. Aun así, me siento orgullosa de no haber gritado, y de solo llorar cuando el sucio general salía de la habitación.
Aun no abro los ojos, pero mi cuerpo se tensa por completo cuando ciento una superficie cómoda debajo de mi espalda y piernas. Acaso, ¿estoy en una cama? Me remuevo lentamente y lo compruebo, me encuentro recostada de una cama. Lo siguiente que siento es una aguja en mi brazo izquierdo, en la vena. ¿Qué diablos…?
Cuando la idea de que me estén inyectando otro sedante, mis nervios se disparan y me incorporo, ignorando la sensación de vértigo y el fuerte dolor de cabeza. Sé que estoy mal herida y mis músculos necesitan reposo, pero muerdo mi lengua para no quejarme en voz alta. Parpadeo varias veces hasta que mis pupilas se acostumbran a la luz y ya sé que estoy fuera de aquella habitación oscura y metálica. A mi lado está el suero y no lo pienso dos veces para llevar mi mano derecha y arrancarme la aguja de la piel. El brusco movimiento envía una punzada de dolor a mi brazo, provocando que lo flexione y mi entrecejo se frunza.
La habitación es blanca, espaciosa y parece más una habitación de alguna casa que una habitación de hospital. Ya no tengo mis ropas del ejército, lo que es definitivamente malo. Sin el material especial de la ropa me siento desprotegida, pero no dejo que eso me afecte. Bajo de la cama en silencio y aprovecho que nadie está allí para acercarme a la puerta sigilosamente. Siento un poco de alivio al apoyarme de la pared y sentir la roca, aunque trabajada y unida con cemento, roca al fin.
El oxígeno sigue siendo un poco más frio del que estoy acostumbrada a soportar, pero definitivamente es mucho mejor que el que fui obligada a soportar anteriormente.
Mis sentidos se agudizan y mi corazón comienza a latir rápidamente al escuchar pasos acercarse de manera veloz hacia la puerta. Retrocedo unos cuantos pasos, torpemente y con facilidad —aunque es doloroso— extraigo roca de la pared justamente cuando la puerta se abre y un hombre de cabellera rubia cruza el marco de la misma.
—¿Quién diablos eres? —la piedra circular del tamaño de un balón de basquetbol esta en el aire, justo encima de su perfilada nariz.
Su expresión es neutral, casi serena, a pesar de que solo con dejar la roca su cráneo terminaría roto por completo. La mira y después baja la mirada a mí. Yo, en cambio, tenso más mi guardia y me preparo para lo que sea.
—Corporal Troy Kaazim, encargado de tu custodia —anuncia con orgullo y un poco de superioridad. Como si ser de mi territorio me hace ser menos que él.
Levanto un poco más el brazo derecho, haciendo que la bola se levante y frunzo el ceño. ¿De mi custodia? ¿Qué soy, un maldito niño? ¿De qué habla este idiota? Soy una presa, un insecto, un trapo que quieren utilizar para terminar de limpiarse el trasero con las personas de mi país cuando estos nunca comenzaron nada. ¿Por qué diablos me tienen en una cama, entonces?
—¿Corporal? Bien, dime una cosa —continuo. Mi voz suena demasiado ronca y siento mi garganta seca. — ¿Qué hago aquí? ¿A qué te refieres con custodia? ¿Por qué diablos no acaban de meterme a la cárcel o me asesinan?
Pasan unos segundos antes de que responda.
—Sería más fácil responder si quitaras eso de ahí —responde, refiriéndose a la bola.
—Solo responde —la subo un poco más, sabiendo que dolerá más si la dejo caer desde una gran altura.
Cuando el amenaza con no emitir palabra alguna, subo mi brazo hasta que la bola llega al techo y me preparo para estamparla con toda la fuerza posible en su cabeza. No pierdo nada con eso. Pero justo cuando estoy a punto de lanzar mi brazo siento la horrible y por desgracia, conocida, descarga eléctrica propagarse desde mi tobillo izquierdo hasta todas mis demás extremidades, con rapidez y fuerza. El electroshock me toma demasiado desprevenida, dejo caer mis brazos al instante para llevarlos a mi cabeza y mis rodillas chocan contra el duro suelo cuando mis piernas se debilitan lo suficiente para que termine en el piso. Mi cuerpo tiembla de manera exagerada mientras mis ojos se cierran y siento como casi un grito de auxilio está saliendo de mi garganta. Gimoteo de dolor y presiono más las manos contra mi cabeza, inconsciente de que me encorvo a una posición fetal. La roca ha caído en algún sitio, pero a pesar de tener la visión borrosa puedo distinguir al Corporal moviéndose cerca de mí.
Cuando estoy segura de que voy a gritar como desquiciada, la descarga se detiene. Mi respiración está más que agitada, al igual que el pulso de mi corazón y ciento mis nervios disparados hasta el tope. Abro la boca y lucho por recuperar el ritmo normal de mis inhalaciones, apoyando ambos brazos en el suelo como soporte.
—Eso ocurrirá cada vez que atentes contra los nuestros —escupe con autoridad la voz conocida del General, mientras camina por la puerta y se detiene junto al Corporal.
No puedo responder o siquiera mirarlo, estoy enfocada en devolver mi pulso a su velocidad normal y el dolor en mis músculos aumenta con el paso de los segundos.
—Te colocamos un brazalete que está conectado a este remoto. En el mínimo intento de quitártelo, morirás por causa de electroshock. Si es que no mueres con todas las descargas de antes. Y si te niegas a cooperar, pasara lo mismo. —sigue diciendo. — Aprende que ya perdiste la guerra, pequeña demonio, nosotros ya ganamos.
- Spoiler:
- Holaa <3 hasta ahi mi cap :3 esta algo corto, pero sentia que hasta ahi debia dejaro ;-; espero que les guste <3
hange.
Re: Eternal | NC |
Soy Val, desde mi otra cuenta jeje
Ame el capítulo, y eso del ataque me dio una pequeña idea para mi historia
Escribes hermoso
Askfkgkhl, ya quiero leer lo que sigue por esa parte ;)
Val xx
Ame el capítulo,
Escribes hermoso
Askfkgkhl, ya quiero leer lo que sigue por esa parte ;)
Val xx
Valen Fisher
Re: Eternal | NC |
oh dios, Mily escribes precioso!!!! :enamorado:
Me encanto por completo el capitulo! hermoso!
me cae mal el general y el corporal :muere:
que se mueran los malditos bastardos!
okno, me calmo, me calmo XD
eñhfajdsljkfñldksafñlkds
espero el cap de Prisci!!!
un beso a todas, cuídense!!
Sofy fuera, PAZ!
Me encanto por completo el capitulo! hermoso!
me cae mal el general y el corporal :muere:
que se mueran los malditos bastardos!
okno, me calmo, me calmo XD
eñhfajdsljkfñldksafñlkds
espero el cap de Prisci!!!
un beso a todas, cuídense!!
Sofy fuera, PAZ!
Malik.
Re: Eternal | NC |
Amé tu cap Mily!!! Lo leí ni bien lo publicaste pero no pude comentar, me imagine todo y sentí lastima por ellos :sad: me gusta mucho como escribeeees!!
Ahora les digo esto a todas, ya abrí el tema de las fichas es Este. Pasensé y comenten así pueden verlas. Solo falta la mia que aún no la arme.
Fuera de eso, Priscilla ¡Esperamos tu cap!
Ahora les digo esto a todas, ya abrí el tema de las fichas es Este. Pasensé y comenten así pueden verlas. Solo falta la mia que aún no la arme.
Fuera de eso, Priscilla ¡Esperamos tu cap!
Kira.
Re: Eternal | NC |
Mily, me encanto el capitulo. Ya sabes que pienso de tu escritura. Me encanta como vas desarrollando la historia. De verdad, me vuelve loca. okno. Coincido que también me cae mal, muy mal, el general ese. Ese si que esta loco.
Perdón por comentar tan tarde y por el comentario feo este.
Chicas, subiré mi capitulo en cuanto pueda. Tengo la mitad, pero se me han acumulado las colectivas y bueno, mi imaginación parece que se tomo unas vacaciones.
Perdón por comentar tan tarde y por el comentario feo este.
Chicas, subiré mi capitulo en cuanto pueda. Tengo la mitad, pero se me han acumulado las colectivas y bueno, mi imaginación parece que se tomo unas vacaciones.
Invitado
Invitado
Re: Eternal | NC |
Priscilla.- escribió:Mily, me encanto el capitulo. Ya sabes que pienso de tu escritura. Me encanta como vas desarrollando la historia. De verdad, me vuelve loca. okno. Coincido que también me cae mal, muy mal, el general ese. Ese si que esta loco.
Perdón por comentar tan tarde y por el comentario feo este.
Chicas, subiré mi capitulo en cuanto pueda. Tengo la mitad, pero se me han acumulado las colectivas y bueno, mi imaginación parece que se tomo unas vacaciones.
Hey Pri no hay problema, todavía te quedan unos 3 o 4 días mas así que, con calma. Creo que a todas nos pasa eso de estar sin inspiración, lo mejor es no forzarla.
Kira.
Re: Eternal | NC |
Gracias Flor por entender. Si, es frustrante cuando uno anda así y encima se le juntan las colectivas. Pero ya llegara el momento, y sino, obligare a mi cerebro. okno.
Invitado
Invitado
Re: Eternal | NC |
Capítulo 2 de sogoca
OH GOSH!
Déjame decirte que me encantó tu capítulo, fue tan fhdsidsaklsal
Amo a Zayn pero hay algo que no entendí y necesito que lo aclares... ¿Zayncho(?) es realmente proveniente de la Nación de la Noche?
Bueh, amé la parte de la batalla, cuando murió Finn fue como:
Luego ya lo que restó del capítulo estuve como: :manlycrypls: :manlycrypls: :manlycrypls:
Pero bueh, me agradaba Finn y lo mataste(?)
Muy buen capítulo
OH GOSH!
Déjame decirte que me encantó tu capítulo, fue tan fhdsidsaklsal
Amo a Zayn pero hay algo que no entendí y necesito que lo aclares... ¿Zayncho(?) es realmente proveniente de la Nación de la Noche?
Bueh, amé la parte de la batalla, cuando murió Finn fue como:
Luego ya lo que restó del capítulo estuve como: :manlycrypls: :manlycrypls: :manlycrypls:
Pero bueh, me agradaba Finn y lo mataste(?)
Muy buen capítulo
Bart Simpson
Re: Eternal | NC |
EMILYAAAAAAAAAANOOOOOOOOOOOOOOOOO
Fue asombrosooooooooooooo
Tu mentecilla aparte de tener pensamientos pervertidos(?), tiene muy buenas ideas
Me encantó completamente tu cap y aunque me es difícil aprender el nombre de tu chica(?) *se va a leer el nombre*, la llamare Joey
¿Por qué? Pues porque quiero
Pobre chica, mira que hacerle tanto daño no es de Dios(?) :manlycrypls: :manlycrypls:
Pero en fin, amé tu capítulo
Fue asombrosooooooooooooo
Tu mentecilla aparte de tener pensamientos pervertidos(?), tiene muy buenas ideas
Me encantó completamente tu cap y aunque me es difícil aprender el nombre de tu chica(?) *se va a leer el nombre*, la llamare Joey
¿Por qué? Pues porque quiero
Pobre chica, mira que hacerle tanto daño no es de Dios(?) :manlycrypls: :manlycrypls:
Pero en fin, amé tu capítulo
Bart Simpson
Re: Eternal | NC |
Priscila Dolores(?)
Deja de distraerte tanto en la puta chatbox y ponte a escribir el jodido capítulo que llevas casi una semana(?) y no has subido nada :barbpls:
O sino... :matar: :matar: :matar:
Deja de distraerte tanto en la puta chatbox y ponte a escribir el jodido capítulo que llevas casi una semana(?) y no has subido nada :barbpls:
O sino... :matar: :matar: :matar:
Bart Simpson
Re: Eternal | NC |
jajajaja. A pedido especial de Jenn, mañana subo mi capitulo.
Hoy no puedo porque estoy de viaje, y bueno, no puedo hacerlo desde mi celular.
Hoy no puedo porque estoy de viaje, y bueno, no puedo hacerlo desde mi celular.
Invitado
Invitado
Re: Eternal | NC |
Estoy sin internet. Realmente les pido perdon. Cuando llegue a mi casa intente conectarme pero me dice que hay una falla en el servidor. Idk. No entiendo mucho. Perdon enserio.
Voy a ver si o se soluciona la cuestion. Cualquier cosas aviso.
Voy a ver si o se soluciona la cuestion. Cualquier cosas aviso.
Invitado
Invitado
Re: Eternal | NC |
Soy una colgada. Pri, no pasa nada como te dije, te esperamos. Lo espero con ansias *-*
Kira.
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