Un brillante juguete nuevo. [OS Larry Stylinson] Hot/Smut

Harry había sido de gran ayuda. No sólo había llevado a su inconsciente amigo a la sala de emergencias ese día y se sentó con él durante horas, hasta que su pie estaba libre del vidrio, cosido y envuelto en una gasa, desde entonces él se comportó más simpático.

Había hecho de todo, desde llevar libros de Louis para que no se entorpeciera con la muleta que había conseguido en el hospital, hasta llevarle la cena al sofá. Los otros chicos que jugaban polo acuático con ellos habían estado molestando a Harry constantemente acerca de que Louis era su pequeña novia, pero él sólo se río y les dijo que mejor esperaran que nunca se lesionaran. Louis había pasado mucho tiempo recordándose que Harry estaba siendo un buen amigo. Eso no se sentía así.

Había una intensa tormenta fuera, el viento y la lluvia golpeando la costa y volviendo todo mojado y oscuro.

Louis era de la clase de los que les gustaba la lluvia. Él nunca se Había acostumbrado a los inviernos de Reino Unido tras pasar sus primeros ocho años en Doncaster. Siempre se sentía como que eran de mentiras —al menos cuando las cosas de Papá Noel comenzaron a aparecer. Era difícil entusiasmarse con una bola de nieve, si aún había clima seco.

Oyó llaves tintineando en la puerta principal. Harry. El Corazón de Louis dio un gran salto en su pecho antes de que palpitara a toda prisa.

Se dijo así mismo que debía calmarse probablemente por millonésima vez. Era solo Harry... Era sólo —mierda, era inútil para él. No había tal cosa como "sólo Harry” nunca más. Louis siguió intentando calmar su pulso cuando

Harry entró y se dejó caer en el sofá, con cuidado para evitar el vendado pie de Louis.

―Dios, mi examen final de vio fue brutal.

―Ciencias políticas no fue muy divertida tampoco. Creo que la pasé bien.

Harry se sentó allí por un minuto o dos, se veía agotado. Luego tomo el pie lesionado de Louis en su regazo y comenzó a frotarlo con sus gentiles y bien entrenadas manos. ― ¿Cómo te sientes hoy?

Louis no sabía si iba a ser capaz de hablar sin sonar chillón. El dolor y el placer fluyendo a través de su cuerpo desde ese punto de presión haciendo que su piel hormigueara en todo el cuerpo. Quería arquear la espalda y gemir.

―M-mejor, ― él respondió, tratando de ocultar su tartamudez con un bostezo no muy convincente. Se sentía como un depravado. El chico sólo estaba haciendo lo que pronto sería su trabajo. ― ¿Quieres pedir una pizza?― Esperaba que hablar de comida haría que su rápida erección desapareciera. Por si acaso, él inclinó la otra rodilla para que la manta pudiera esconder cualquier cosa que pudiera aparecer.

―Por supuesto. Pizza suena perfecto. ¿Pepperoni, cebolla y piña?

Louis asintió con un suspiro de felicidad. ―Creo que nuestra amistad estaba destinada a ser. Nadie más
apreciaría los ingredientes de la pizza perfecta.

Harry se río y sacó su teléfono del bolsillo. 

Se comieron la pizza y vieron algunas tontas películas de acción en HBO. La tormenta había empeorado, pero adormecido a Louis. El viento y el constante golpeteo de la lluvia sobre la ventana de la bahía estaban prácticamente induciéndolo a dormir, por no hablar de la presión suave y continúa de la mano de Harry en su pie y tobillo.

Cerró los ojos por un segundo e inclinó su cabeza hacia atrás.

―Hey, ¿Lou? ― La voz de Harry estaba tranquila. Louis se preguntó si en realidad se había quedado dormido.

―Necesitas ir a la cama. Estabas totalmente desmayado. ―Supongo que eso es un sí.
Levantó las piernas de su cómodo pedestal en los muslos de Harry y se fue cojeando hacia el baño para lavarse los dientes y tomar la última de sus pastillas para el dolor.

―Buenas noches, amigo, ―le murmuró a Harry entre bostezos.

―Buenas noches, Lou.

Louis hizo una mueca. ―¿Por qué me sigues llamando así? Nadie más lo hace como desde sexto grado.

Harry sonrió. ―Porque puedo. Vete a la cama... Lou. ―Él sonrió y

Louis sacó la lengua antes de encerrarse en el baño.

Louis se acostó en su cama y se quedó mirando a la oscuridad, al igual que lo hacía casi todas las noches. No importaba lo cansado que estuviera, tan pronto como él estuviera en el silencio de su habitación, su mente se despertaba y se negaba a dejar a su cuerpo dormir. Podía oír el débil zumbido de la televisión o la radio procedente de la habitación de Harry. Harry siempre había tenido dificultades para dormir en el puro silencio.

Louis recordó eso a partir de sus múltiples quedas a dormir fuera de casa. Pensó en Harry, acostado en la cama al otro lado de la pared, tal vez usando boxers, o nada en absoluto. Su estómago se apretó, respirando agitadamente y como de costumbre, estaba bien despierto.

Harry...

Los ojos de Louis se desviaron hacia el cajón de su mesita de noche.

No debería. No con Harry despierto en la habitación de al lado. Él realmente quería.

Él había ido a una pequeña excursión con su hermana vergonzosamente abierta de mente unas semanas antes a una gran cadena de tiendas eróticas. Ella quería conseguir algunas cosas para ella y su novio, y ella le había hablado a Louis del tapón y de un conjunto de bolas anales y de ese vibrador de color rojo brillante con corazones por todos lados que era casi demasiado lindo para ser caliente. Sin embargo Él había estado muriéndose por probarlo en sí mismo, o tal vez en Harry. O las dos cosas.

Sin duda ambas.

La idea de empujar dentro de Harry el vibrador, o sus dedos, o mejor aún, de golpe, su polla, hizo a Louis estremecerse. Tomada la decisión. Estiro el brazo y saco el brillante y nuevo vibrador y una botella de lubricante de su mesita de noche.

Pinche Perra !!! Yo ya me habia preparado para la 'accion' y tu que me cortas el rollo >:c desgraciada, a partir de ahora estas n mi lista negra, bye.
(Ni se te ocurra no subir bastarda))

>:c te odiooooooo mas te vale que la sigas pinche putaaaaaaa (con cariño:3) siguela ->:c

O la sigues o hago huelga de hambre, ah(?.

Joderr tienes que seguirlaaaaaa!!!!!!!!!
Por favoooooor *-*

siguelaa

―Lou, ¿duermes?

Louis levantó su cabeza de la almohada y se quedó mirando en la oscuridad, tratando de enfocar su cerebro somnoliento en el ruido que venía de la puerta de su habitación. Estaba aturdido y un poco perturbado por los medicamentos para el dolor. Era muy difícil mantener los ojos abiertos.

―¿Harry? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué hora es?

―No lo sé, tarde. Yo estaba en mi ordenador y se fue la luz. La tormenta está empeorando. ―Como si él la hubiera programado un trueno sacudió el apartamento.

―Sólo tienes que ir a dormir, Harry. Se terminará en la mañana.

Louis sintió que su cama se movía. Harry debe haberse sentado a los pies de esta. ―No puedo dormir. A mí no... no me gustan las tormentas.

Si eso no era la cosa más adorable que hubiera escuchado que cayera uno de esos rayos. ―Siéntate aquí durante unos minutos. Se calmará.

―¿Puedo dormir aquí? Yo sé que sueno como el mayor perdedor que exista, pero la verdad es que no quiero estar en mi habitación solo. ―Harry se acercó y levantó el borde de la colcha.

―Hey, ¡estoy desnudo! ―Louis dijo entre dientes, no es que le importara. En su neblina inducida por el Vicodin acurrucarse desnudo con Harry no sólo sonaba bien, también era posible. Mmm lo que podría suceder...

―No es gran cosa, amigo. Nos vemos desnudos todos los días en las duchas.
Regularmente Louis gastaba ese tiempo de la ducha después de la práctica tratando muy duro de no mirar a Harry. Por lo general tenía éxito. Harry se deslizó bajo las sábanas y se acurrucó más cerca de Louis. 

―Está bien. Cierra los ojos y duérmete.

―Lo haré. Oye lo siento por adelantado. Me gusta acurrucarme. ―Las palabras de Harry fueron acompañadas por un brazo colgando en el abdomen de Louis.

Respira, Louis, respira.

Se quedó en silencio durante unos minutos excepto por el inquieto contoneo de Harry. Finalmente, su voz quebró la oscura quietud.

―Qué demonios es esa cosa que empuja mi... ―Harry metió la mano bajo las mantas.

¡Oh, mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! Louis no podía recordar si él guardo el vibrador antes de que él se hubiera desmayado. Al parecer, la respuesta era no, él no lo hizo. Oh, Dios, desnudo en la cama con su mejor amigo que acababa de encontrar su... Louis quería meterse en el rincón más oscuro de su habitación y morir de vergüenza.

―¿Es esto lo que creo que es Louis William Tomlinson? ―Louis podía oír la sonrisa en la voz de Harry.

―Simplemente, ¡regrésamelo! ―Se abalanzó hacia Harry, tratando de agarrar el censurable juguete. Terminó tendido sobre el pecho de Harry y con Harry sosteniendo el juguete fuera de la cama y fuera del alcance de Louis.

―¿Desde cuándo estás en esto?

Louis se dio por vencido y se dejó caer hacia abajo, hundiendo su rostro en la almohada. ―Desde esta noche, ―murmuró miserablemente. Era oficial. Él iba a morir.

―¿Se siente bien?
Louis levantó la cabeza y miró a Harry, cuyo rostro estaba lo suficientemente cerca como para ser casi transparente en la oscuridad absoluta. ― ¿Te estás burlando de mí o realmente quieres saber?

―Realmente quiero saber.
Louis podía sentir el color en su cara. Se alegró de que Harry no fuera capaz de verlo. ―Sí, se sentía bien. Muy bien en realidad.

―Y tú querías probar, porque...

Louis suspiró. Doce años de experiencia le habían enseñado que Harry no iba a dejarlo ir hasta que él tuviera todas las respuestas que buscaba. ―Quería ver lo que se siente, porque... así que... Jesús, ¡es porque soy gay Harry! ―Él cerró los ojos y esperó por algún tipo de estallido. 

―Lo sé, ―Harry respondió serenamente.

Eso sin duda no era lo que esperaba.

― ¿En serio?

―Por supuesto. Soy tu mejor amigo, idiota. Lo he sabido hace años.

― ¿Por qué no dijiste nada?

Harry farfulló. ― ¿Por qué tú no lo hiciste?

―No lo sé. Tal vez tenía miedo.

― ¿De qué? ¿De esto?

Antes de que Louis tuviera la oportunidad de reaccionar, sus labios estaban cubiertos en un beso, dulce e insistente y todo lo que apenas se había permitido soñar. Su cuerpo reaccionó en olas de placer, piel de gallina barriendo sobre su piel. Era un sueño. Tenía que ser. Harry, mordió suavemente el labio inferior de Louis y se alejó.

― ¿Harry? ―Louis susurró cuando sus labios se separaron. Tenía miedo de hacer la pregunta, pero necesitaba saber.

― ¿Sí?―Louis estaba siendo besado de nuevo, con mordiscos y lameduras y una cálida lengua lamió la parte trasera de su nuca.

― ¿Qué estas, uff, haciendo? ―Oh Dios, Oh Dios, Oh Dios...

―Besando a mi mejor amigo.

― ¿P-por qué? ―Louis tenía dificultad para concentrarse con Harry mordiendo y lamiendo su cuello así. Cuando Harry lamió un camino por el borde de su oreja no pudo dejar de gemir en voz alta.

―Porque quiero. ―Harry le susurró al oído, el calor de su aliento hizo a Louis estremecerse.

― ¿Desde cuándo?

―No lo sé, desde hace tiempo, pero nunca me di cuenta de que lo querías también, hasta más temprano, cuando estábamos viendo la TV.

Louis se encogió. ― ¿Qué hice?

―Te lo diré más tarde. Sólo dame un beso.

Louis no podía imaginar nada más que quisiera hacer que besar a Harry... así que lo hizo, besó los suaves labios de Harry, sus pezones, la línea de su mandíbula, y el lugar en el cuello, donde su pulso latía fuerte y rápido.

Entonces Louis giro a Harry y besó y lamió su camino por la espalda de Harry. Estaba temblando y encendido, y tenía miedo de todo lo que podría estar sucediendo. La lluvia golpeaba afuera, por lo que su habitación se sentía como un paraíso oscuro y cálido del que nunca quisiera irse. Harry se estremeció y se arqueó por el contacto de Louis.

―Se siente increíble.

Louis sonrió, pero no dijo nada, sólo siguió su camino, explorando la extensión musculosa y bronceada de la espalda de Harry, con su inquieta y sedienta boca. Cuando llegó hasta el borde del pantalón del pijama de Harry se detuvo, pero Harry se volteó sobre su espalda y quito con impaciencia los pantalones. Luego cogió a Louis, envolviéndolo en lo que parecía millas de piel sedosa y caliente, depilada con cera para la piscina.

Louis se estremeció y llevó las manos a la cara de Harry, todavía casi sin poder creer lo que estaba sucediendo realmente.

―He querido hacer esto durante tanto tiempo.

― ¿Por qué no lo hiciste?

―Porque tú eras hetero, al menos yo siempre pensé que lo eras.

Harry consideró eso. ―Probablemente soy bi. Me he dado cuenta de otros chicos, pero tú eres el primero al que siempre he querido de verdad. Realmente no importa lo que soy, aunque estoy aquí porque quiero estar aquí. Contigo.

Louis no dijo nada, simplemente se estiro por otro beso, tambaleándose por el hecho de que Harry lo deseaba. El beso fue tan emocional y exploratorio como el primero excepto que el contacto de todo el cuerpo lo animo como ningún otro. El no esperaba la aterciopelada lengua de Harry, o las manos que empezaron a explorarlo, los hombros, la espalda, la agitada piel justo debajo del pliegue de sus muslos. Louis rodeo con su pierna las caderas de Harry y lo atrajo hacia sí más cerca. La mano de Harry se deslizó entre ellos, poniendo a prueba los pezones de Louis, la piel de su estómago... más abajo.

Louis tragó saliva, luego suspiró cuando la palma callosa de Harry rodeó de repente su palpitante polla.

―Ungh... Harry.

―Te sientes muy bien. Tan duro.

Louis no pudo evitar el gemido que se le escapó. ―Es por tu culpa.

―Me alegro de poder estar a tu servicio. 

Harry le dio una sonrisa socarrona a Louis y empujó sus caderas juntas para poder sostener sus dos pollas en su agarre. Louis se dejó ir en las deliciosas sensaciones durante unos momentos antes de tener que detenerlo. No había manera en el infierno que se corriera tan rápido y se perdiera lo que podría venir. Lo que no esperaba era que Harry saltara de la cama con una sonrisa.

―Ya regreso, ―dijo y se inclinó hasta el suelo. Lo siguiente que Louis supo era que estaba mirando la puerta vacía.

Cuando Harry volvió llevaba el vibrador de Louis, brillante y recién lavado y un puñado de condones.

―Yo no sabía si tenías alguno de estos.

― ¿Nosotros vamo-?

Harry se inclinó más cerca, dejando caer el juguete y los condones en la mesita de noche de Louis. ―Realmente espero que sí, ―le susurró al oído de Louis. ―Pero antes de entrar dentro de ti, quiero probarlo.

― ¿Probarlo?

―El vibrador. Tú dijiste que se siente bien. Quiero probarlo.

El aliento de Louis sonó excitado en su garganta. Sonrió en la oscuridad antes de inclinarse para recoger el vibrador de su mesa y pescar en el piso su lubricante.

―En un minuto. Quiero tocarte primero.

Harry se echó hacia atrás con satisfacción. ―Tocar me anima.

Louis comenzó lentamente, revisando los pezones de Harry, su cuello, los planos músculos de sus perfectos abdominales planos.

Luego se desvió más abajo, lamiendo la polla de Harry antes de tragarla entera. Él vio los nudillos blancos de Harry agarrando las sábanas y tuvo que sonreír.

―Lou, oh Dios mío.

Louis siguió chupando, lamiendo, canalizando meses de fantasías en este único acto íntimo. Sólo se detuvo para lamer un dedo, que trabajó suavemente en el trasero de Harry. Pronto, sin embargo, él se apartó y cubrió dos dedos con lubricante y los empujo para entrar un poco a la vez.

Cuando pensó que Harry estaba listo, el cubrió el vibrador con lubricante y poco a poco trabajó en el interior, observando el rostro de Harry.

―Esa cosa es enorme, ―gruñó Harry. 

Louis doblo el juguete en ángulo para toparse con la próstata de Harry y lo encendió en modo bajo. Harry empezó a mover sus caderas, tratando de aumentar la presión del juguete. Louis se inclinó hacia delante y tomó la polla de Harry en su boca, chupando incrementando la presión y empujando suavemente con el juguete a la vez. Él continuo, bebiendo de los suaves gritos de placer de Harry. No pasó mucho tiempo para que Harry agarrar el hombro de Louis.

―Espera, espera. Yo no quiero correrme todavía. Quiero estar dentro de ti.

Louis se quedó inmóvil, jadeando y caliente, luego se deslizó por el sudoroso cuerpo de Harry. Cuando llegó a la cima Harry le dio un beso largo y profundo.

―Creo que me gusta ese plan.

Louis saco suavemente el vibrador de Harry y lo arrojó a un lado antes de alcanzar un condón de la mesita de noche. Él lo rodó en Harry, y luego se volcó sobre su estómago, dándole una mirada traviesa a Harry por encima del hombro.

―No, No así. Quiero mirarte.

Harry tiró hasta que Louis se volteó sobre su espalda. Separó los muslos de Louis y se metió entre ellos, mojando su polla generosamente con lubricante. Él engancho su codo bajo la rodilla de Louis y se inclinó hacia arriba, apuntando a la apretado agujero Louis se moría por que fuera reclamada por él. Para Louis parecía que podía sentir cada molécula de Harry empujar dentro, llenándolo, estirándolo, empalándolo. El sentía como que apenas tenía espacio para respirar. Era perfecto, sin embargo. A él no le importaría perder su aliento si él podía tener a Harry en su cama todas las noches.

― ¿Estás bien? ―Harry parecía preocupado. Louis se dio cuenta que había estado apretando los ojos cerrados, pero él no estaba lastimado, simplemente estaba abrumado por las sensaciones que bailan a través de su cuerpo.

―Sí, estoy bien. ―Levantó sus caderas. ―Jódeme Harry. Yo lo quiero.

Cuando Harry comenzó a moverse, Louis casi sollozó en voz alta. Su piel sudorosa, los profundos besos quitando su aliento, la forma en que Harry se clavaba en el lugar correcto cada maldita vez—todo era demasiado para soportar.

Louis llegó sin aviso, apretando abajo el cuerpo de Harry y gritando en estado de shock.

―Lou, ―jadeó Harry. ―Dios, cariño.

No pasó mucho tiempo tampoco para Harry. Unos pocos golpes rápidos y se quedó paralizado, los dedos clavándose en las caderas de Louis. Harry se dejó caer encima de él, y roció su rostro con pequeños besos humedos y felices.

―Te sientes increíble― susurró finalmente.

Louis levantó la mano para acariciar la parte posterior de la cabeza de Harry. ―Tú también. Apenas puedo...

―Yo sé lo que quieres decir.

Harry se movió y se salió lentamente de Louis. Cogió un pañuelo de papel de la caja que estaba perpetuamente en la mesita de noche y envolvió el condón antes de que él lo dejara caer al suelo.

Louis se acurrucó en Harry, esperando que su anterior desvergonzado estado de acurrucamiento aún se aplicara después de haber tenido sexo con su mejor amigo. No fue decepcionado. Harry lo envolvió en cálidos brazos y Louis floto feliz allí durante unos minutos, pero no pudo conciliar el sueño.

― ¿Harry?

― ¿Mmmhmm? ―La voz de Harry era un rumor de satisfacción en su cuello.

― ¿Esto fue? ―Una cálida mano se acercó a cubrir la boca de Louis.

Harry le mordió la parte posterior de su cuello con suavidad, besó el mismo punto y luego envolvió a Louis en el abrazo más cálido y apretado que haya sentido.

―Sí, lo fue. Y lo será la próxima vez y la próxima después de eso. ¿Responde eso a tu pregunta?
Louis se giró para mirar a su viejo amigo y nuevo amante.

― ¿Estás seguro?

Harry le dio una sonrisa soñolienta a Louis. ―Te preocupas demasiado. Ven aquí. Son como las cuatro de la mañana. Tenemos que ir a dormir.

― ¡Tú me despertaste!

―Sí, y lo odiaste, ¿verdad?

―Por supuesto.

― ¿Harry?

Harry se rió suavemente. ―Eso no suena como ir a dormir. 

― ¿Qué hice… más temprano en el sofá, me refiero?

―Dijiste mi nombre cuando dormías, y luego arqueaste la espalda y gemiste. Esa fue la forma en que me lo dijiste, como yo te estaba dando placer. Yo quería estar en ese sueño contigo tan desesperadamente.

― ¿De verdad te dan miedo las tormentas? ―Ahora que pensaba en ello, no recordaba a Harry entrar en pánico mucho antes.

―No. ―La sonrisa de Harry era pura magia.

―No lo creí.

Harry empujo lo más cerca que podía a Louis, con las piernas entrelazaban cuidadosamente para no golpear el pie dolorido de Louis, sus caras ubicadas cerca, juntas en una almohada. Louis no pudo evitar hacer una pequeña y silenciosa danza feliz en su cabeza.
 
Feliz Navidad para mí, pensó. Feliz Navidad para mí.