Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Delicate |Kim Taehyung|Finalizado|
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
Página 1 de 1. • Comparte
Delicate |Kim Taehyung|Finalizado|
• Título: Delicate
• Nombre del autor: Auri Gabriela.
• Adaptación: No
• Género: Romance/OS
• Otras páginas: Si, en ARMY amino
• Advertencias: No
Última edición por Moonstar el Miér 24 Abr 2019, 5:01 pm, editado 3 veces
Moonstar
Re: Delicate |Kim Taehyung|Finalizado|
Delicate
Capítulo único.
Se sentía como aquella tarde de otoño donde las hojas caían sin disposición alguna, como aquella brisa que pasa por tu alrededor jugando a meterse contigo. Los secos pasos que daba no reflejaban más que una angustia estresante, incluso si quería correr no podía, si quería llorar no debía. Simplemente debía quedarse así como estaba ahora al menos si eso significaba que lo haría sentir mejor.
Una gran nevada había amenazó con llegar y en cuanto lo hizo creyó desaparecer todo lo que se encontraba en su alrededor, los árboles fueron cubiertos por aquella nieve al igual que el pasto verde de aquel parque. El frío no era de esperarse y por más que lograba ponerse un gigantesco abrigo seguía sintiendo frío, sus huesos temblaban pero ni siquiera se mutuo ante aquel acto. Ese día había salido de su departamento con sólo un ligero suéter de manga larga, tenía un decorado navideño y era tejido a mano «hermoso», iba compuesto por una bufanda roja junto a un gorro negro, también tenía unos jeans que tiraban a negro aunque su color casi desgastado hacia dudar, sus botas negras tenían pequeñas manchas de pintura derramada aunque parecían ser viejas ya.
¿Las cosas verdaderamente tenían que ser así?
Cada día se preguntaba lo mismo con nostalgia de que hubiera sido mejor si quizá, sólo quizá hubiera visto bien las cosas como eran. Sus ojos mostraban tristeza, era más delgado que de costumbre y sus labios ya ni siquiera tenían el mismo color carmesí que lo acompañaba desde que nació. Tampoco quería salir de su habitación puesto que ahora más que nunca amaba su soledad, encerrado en cuatro paredes verdes sin ninguna luz o alguien con quien pudiera hablar.
¿Un sentimiento? Arrepentimiento.
Se sentía mal consigo mismo. Es como si de alguna manera tu subconsciente te dijera que estas pasando por una enorme etapa que pronto se esfumaria y estarías bien, aquel dolor dentro que aunque quisieras pegarte para que algún dolor más potente lo calmara sabías que se quedaría ahí de todos modos. Las ganas de llorar eran muchas pero las lágrimas que amenazan con salir nunca lo hacen ya, incluso había dejado hábitos comunes y por más que sus padres querían convencerlo de dejar ese estado no podía. No quería.
Se había sentido un estúpido los últimos once meses dando casi un año, lamentaba ser tan ciego antes.
-¿Bueno?-no dudo en contestar aunque ni siquiera le importó mirar el número.
-¿Hyung?-preguntaron de la otra línea, podía oír como hablaban varias personas «dile ya».-hyung estamos preocupados ¿Cuándo volverás a casa?
-Les dije que planeaba hacer...unas cosas importantes. Así que Jimin, ¿Podrían dejar de hostigarme?
-pidió irritado por sus constantes llamadas y mensajes.
-Oh, pero hy...-un ruido se escuchó brevemente.
-¿Qué acaso piensas estar así por siempre? Más te vale que regreses ahora sino..
-Lo siento ya dije mi última palabra. Jimin, Nam.
-colgó.
No estaba de buenos ánimos para oír las conversaciones para arreglar su tediosa actitud por parte del psicólogo personal Kim Namjoon. Ni siquiera quería escucharlo a él, o a Jimin su mejor amigo.
Comenzaba a ser un hábito que cada tarde a la misma hora tuvieran que llamarlo para saber que no había tenido un accidente o se había suicidado. Él creía que si sus amigos pensaban que haría algo tan bajo realmente no lo comprendían bien, le dolía pero había hecho una promesa que si bien no fue física la hizo mentalmente, pensaba cumplirla al menos así un poco de su ser se clamaba. Sólo un poco por que lo demás se sentía vacío, solo.
Camino cerca de una tienda de mercancías, estaba tan bonita por las decoraciones navideñas que habían, incluso un viejo y casi descompuesto santa clous gigante estaba sobre la puerta de vidrio para animar a los pequeños a entrar y hacer gastar a sus padres dinero.
-Omo, prometiste que si te regalaba ese último pedazo de pizza me comprarías lo que quisiera.-hizo un puchero. Sonrió por lo gracioso que se veía aquella chica.
-¿Yo dije eso? Vaya, creí que hablabas de que tú me lo darías.
-¡Ah! ¡Oppa eres malo!-se cruzó de brazos indignada. Aquella castaña haría un berrinche pronto.
Rio y se acercó hacia ella, beso su frente.-Entonces entremos, será divertido preciosa.
Ambos entraron mientras la castaña admiraba los pequeños juguetes que habían ahí, era como una niña pequeña que si bien él era igual ella lo superaba. Sus ojos verdes mostraban alegría al ver los juguetes. Corría de aquí para allá hasta detenerse en un puesto de peluches.
Tomó un pequeño unicornio entre sus brazos para voltear con una enorme sonrisa hacia él.-¡Taehyung ya se lo que quiero! ¡Lo quiero a él!
Movió su cabeza un poco mientras arrugaba la nariz. No era saludable que se viera recordando ese tipo de cosas pero su mente solía ganarle siempre, incluso cuando no quería.
Se alejó de aquella tienda caminando con la cabeza mirando a sus pies, no era que siempre haya sido alguien serio pero realmente no lograba encontrarse. Se sentía perdido como si una parte de él se hubiera alejado «marchitado». Levantó la vista observando curiosamente como las personas que pasaban a su lado lo miraban mal o sólo raro, no es como si eso le molestará pero al menos debían ser más discretos. Sabía que su poca ropa abrigada podría causarle problemas pero eso ya lo había hecho hace unos meses atrás.
-¿Entonces? ¿Sólo debo tomar esto y será asunto resuelto?-vio aquel frasco amarillo.
-Joven Kim, ya lo hemos hablado.-suspiro quitando sus lentes para verlo.-debe usarlos un tiempo indefinido. Cuando se acaben tendrá que someterse a...
-Lo sé. Sólo pienso que es tonto que deba tomarlos si de todos modos no me harán nada.-esta vez lo vio.
-Son para atrasar el asunto, eso evitará que se agrave más.
Rio amargamente. Sabía que aquel médico mentía por petición de su mamá pero tampoco es como si fuera a desobedecer porque de todas maneras debía seguir sus plantaciones, aún si significaba sentirse un tonto para hacer feliz a su mamá.
Eran aproximadamente las cinco y media por lo que el sol ya comenzaba a meterse dándole la bienvenida a la señora luna. Amaba las noches de invierno más si se trataba de la primera de varios meses, está era el primer día que caía la nieve y para muchos parecía verde eterna. Metió sus manos en ambos lados de los bolsillos del suéter, sacó un frasco amarillo casi gastado más que sólo una píldora blanca dentro.
-¿Realmente puedes salvar a alguien que no quiere ser salvado?-pregunto con ironía.
Sacó su otra mano y abrió el frasco para tomarse la píldora, había una pequeña fuente de agua para beber así que se acercó. Sabía amarga aún sin morderla, simplemente asqueroso pero por suerte la última. Se suponía debía ir directo al hospital aunque tenía mejores cosas que hacer que visitar un horrible lugar. Camino unos metros hasta llegar al final del parque, ahí había un viejo árbol que dejaba caer sus últimas flores quizá ya marchitas o rígidas por aquel enorme frío que se sentía desde la mañana, observó como caía la última hasta llegar al suelo. Decidió agacharse para recogerla mientras la veía detenidamente con una ligera sonrisa algo apagada para su gusto.
Las hojas comenzaban a brotar al igual que las flores aquel día. Anunciaba la llegada de la primavera y todo parecía tener un aire de amor y felicidad, habían muchas personas aquel día en el parque unas jugando, otras paseando, unas cuántas en picnic. Había sido obligado por la chica a ir, le emocionaba el hecho de ver las primeras flores que daría la primavera debido a su gran amor por la naturaleza, era algo que le encantaba de ella.
-¡Apurate oppa!-exclamó desde el otro extremo. Fue la primera en salir corriendo.-¡Vamos!
-¡Si sigues así te caeras!-gritó de vuelta con ambas manos en su boca como un altavoz.
La siguió intentando alcanzar su velocidad hasta que la encontró, estaba parada estática frente a un gigante árbol ya viejo. Se acercó a su novia mirándola con curiosidad, aquella castaña sólo estaba mirando sin omitir palabra alguna parecía que estaba pensando que hacer, metió ambas manos en los bolsillos de su abrió azul para posar su vista en el árbol, ¿Qué tenía de bueno?
-Es asombroso.-murmuró hipnotizada.
-¿Qué? ¿El árbol? Es sólo un simple árbol viejo, a estado aquí por años no es nada nuevo.
-Lo sé. Pero piensa en todo lo bueno que a pasado, que sin importar que haya gente que quiera dañarlo siempre se mantiene rígido y fuerte. Crece con eso porque sabe que sólo el puede desear morir.
No dijo nada y simplemente sonrió. A veces podía llegar a ser tan reflexiva como melodramatica. Así era ella, y así la amaba. El viento comenzó a soplar y unas pequeñas flores caían a lo que la menor sonrió y alzó la mano para notar como una caía en la palma de esta, la tomó con cuidado como si de un bebé se tratara, era bastante curiosa.
-Es hermosa, mira Taehyung.-una amplia sonrisa decorada su rostro.-la más hermosa de todas.
-No digas eso o harás que me ponga celoso.-dijo llamando la atención de la castaña.-ya déjala y sólo dime hermoso a mi, omo.-empezó haciendo un puchero seguido de inflar sus mejillas.
El aegyo que lograba hacer para ella era el más hermoso del mundo, incluso si lo pensaba sabía que Taehyung era el único hombre con quien desearía pasar los últimos días de su vida, los últimos.
Suspiro. Ya estaba bastante cansado de que cualquier cosa trajera recuerdos agrios y tristes, todo parecía ser que lograba hacer que ella volviera a su mente una y otra vez. Tan seguidas que empezaba a volverse molestó.
Unas horas más tarde llegó a su destino, era una fuente en medio de lo que parecía ser una pequeña plaza en medio de varios edificios, un lugar cálido al que quisieras llevar a la chica de tus sueños a pasear, comer algún postre o simplemente sentarse a hablar mientras contemplaban la fuente. Un sólo empezó a hacerse presente en su pecho llevo una mano apretando fuerte pero aquel dolor sólo lograba hacerse más fuerte cada vez que miraba aquel lugar, los recuerdos llegaron como flashbacks como si quisieran atormentarte, miles de imágenes corrían a través de él sin detenerse entonces con fuerza cerró los ojos haciendo que sus pies se debilitaran y cayera sentado en una de las bancas. Los abrió está vez con lágrimas en ellos ¿cuánto tiempo pasó para que volviera a llorar? ¿Por qué dolía? ¿Por qué volvía ahí? Quizá porque fue el último lugar feliz que tuvo.
-Lo siento, por favor ve y se feliz. No mereces estar conmigo, ya no.-murmuró sin mirarlo.
¿Por qué decidía ella eso? ¿Qué acaso el no podía opinar?
-No lo haré, ni siquiera se porque razón haces esto.-estaba roto mientras lloraba sin parar. La tomó de los hombros enojado.-¡Te estoy pidiendo una explicación!
-Tae...me estás lastimando.-Lo miro asustada ante el acto de él.
-¡No lo entiendo! ¡¿Por qué?!-entonces sólo la agitó para soltarla y caer de rodillas llorando.-¿Por qué?
-Lo siento. No me busques más, por favor.
Sin decir nada más tomó su bolso y salió por aquella puerta, él estaba llorando sin recibir ni siquiera una explicación sabía que aunque quisiera ella no permitiría acercarse, la conocía, hacia lo mismo cuando peleaban. Se sentía usado, lastimado, enojado, era un manojo de emociones que al paso no sabía que haría con eso. La comenzaba a odiar aunque ¿hablaba enserio? Ella salió aquel día, con aquella bolsa, con su corazón roto.
Era inevitable no llorar y sentirse culpable. Sabía que después de todo ella tenía una razón específica pero nunca la escucho, ni siquiera cuando ella quiso hablar después de un mes él simplemente la corrió de su casa gritándole cosas horribles sin sentido, la empujó haciendo que cayera lastimandose, ni siquiera le importó y cerró la puerta. Estaba cegado por su irá. Nunca quiso leer sus mensajes o las cartas que su amigo Jungkook envía para él, las rechazo todas.
Tiempo después parecía que todo terminó pues no volvió a molestarlo, al menos no hasta ese día tan vago y tedioso. No podía hacer nada contra su estúpida actitud de antes y la impotencia que sentía sobre si.
-¿Al menos podrías escuchar?
Estaban en la salida y aquel chico lo había detenido para poder hablar sobre su ex novia. No sentía ganas de saber de ella -o eso fingia-. Ni siquiera pensaba detenerse porque aquel chico lo siguiera hablándole como si fueran amigos de toda la vida, iba tarde a casa de Nam por lo que su apresurado paso hacia que para el menor fuera imposible seguirle bien.
-¡Kim Taehyung escuchame!-exclamó sosteniendo su mochila. Debía darse prisa quedaba poco.
No volteó, no pensaba hacerlo así que sólo decidía a caminar, era invierno así que traía consigo una chamarra negra junto a sus botas negras, una bufanda blanca y un gorro de lana. Moría de frío por la gran cantidad de ese día, estaban igual a sólo unas semanas de navidad así que eso explicaba gran parte.
-¡Ella morirá!-gritó llamando la atención del mayor.
Paro. Volteó lentamente observando a aquel castaño molestó, no sabía que decir ante aquel comentario que ni siquiera era para su agrado. Si eso era una broma lo asesinaria ahí mismo. Se acercó a paso lento hasta quedar frente a él.
-Si es una clase de broma te juro que...
-Lo interrumpió.
-No, noona esta grave. Ella realmente está muy grave.
-¿De que hablas? ¿Tuvo un accidente?-pregunto, de un modo preocupado, claro que no iba a admitirlo. Jungkook negó.-¿Entonces?
-Noona estaba sufriendo problemas hace aproximadamente unos seis meses atrás, ella tiene leucemia.-dijo levantando la vista.-ella no quería que tú tuvieras que sufrir pues ella sabía que iba a morir, es algo que no puedes curar.
-¡¿Qué?¡ ¡¿Por qué jamás mencionó eso?!-lo miro con disgusto debido a aquello. No podía creerle así como así.
-No quería que lo supieras, yo ni siquiera debería estar aquí pero se que debes verla una vez más. Su enfermedad avanzó y ahora está débil, intentan hacerle una cirugía pero no se que pase con noona.-explicó con ojos lagrimosos.-sabes que ella y yo hemos sido mejores amigos desde la primaria. Ella es como mi hermana. La verdad detrás del porque te dejo fue porque sabía que si ella moría no quería que sufrieras, no quería que vieras por lo que pasa porque..ella realmente te ama.
Había sido un idiota.
Si bien empezó a correr dejando al chico detrás gritando. Sabía que de todos los hospitales sólo había uno donde verdaderamente su familia confiaba, era tonto adivinarlo pero quería creer en su fe. Ella intentaba decirle, él la trató de la peor manera que pudo. Una vez adentro pregunto lo más rápido por ella, subió al ascensor apretando el botón con fuerza. Tenía miedo.
Los doctores hacían lo mejor que podían, empezaba a bajar su pulso y debían tener que remediarlo a tiempo sino querían que su paciente muera. Era verdad que tenía leucemia pero más haya escondida otras enfermedades, su cuerpo era muy frágil que contraer cualquier cosa para aquella chica era fácil.
Entonces todo paso. Noto como llevaban una camilla con alguien, la vio, sin dudarlo se acercó aún cuando aquellos médicos pedían que se aleje no dudaba en empujarlos lejos hasta que llegó a ella. Tenía un aparato respiratorio y sus ojos estaban cerrados, intentó hablarle pero un jalón lo hizo caer al piso. Levanto la vista viendo a aquel médico.
-¡Necesito verla! ¡Por favor!-exclamó levantándose para caminar pero este lo detuvo.
-Lo siento, no hay nada que podamos hacer ya joven..
No quería, no debía creer lo peor. Él era lo peor.
Cayó al piso llorando como un bebé, se sentía tan indefenso que no podía no evitar gritar. La había tratado mal y ni siquiera pudo decirle cuanto la amaba, que realmente quería estar con ella en su dolor, hacerla feliz sólo una vez más, verla antes de partir. Pero no pudo y eso lo destrozaba, si tan sólo su enojo no lo hubiera cegado.
Las personas se asustaban al ver tal acto de ese chico, unos se acercaban para preguntar si estaba bien pero sinceramente no necesitaba nada más de nadie, la quería a ella, la necesitaba de vuelta. La vida era tan injusta con él. «No te preocupes ahora Tae Tae, quizá cuando leas esto último sabrás que todo a acabado, para mi. No importa que hagas quiero que sólo sigas tu vida, vive por ti, muere cuando debas morir y piensa que cualquier cosa que desees podrás lograrlo aunque yo no esté ahí. Espero me perdones por haber sido una cobarde, incluso cuando me digne a hacerlo aunque me hayas alejado quizá yo me busque eso, así que lo siento. Te amaré incluso después de la muerte y si hay una vida luego lo haré, no te preocupes. Vive por ti. Sea como sea volveré a ti tal y como la primera vez, como siempre. Te amaré por y para siempre». ¿Y si él no quería eso? ¿Y si no quería una simple carta? ¿Qué pasa si realmente la necesitaba? No quería tener que leer todo eso pero quería cumplir su última voluntad, viviría por él y hasta que la vela de su vida se apagará por su cuenta, aunque si ella regresaba esperaba que fuera ahora mismo. Quería que regresará como hace un año, en aquella primera nevada ella regresaría.
Sabía que tan pronto como pasará el invierno su corazón se detendría. Haber bebido durante largos días y noches trajo problemas a su pobre y vacía vida, su corazón moriría pronto como ella lo hizo pero eso significaba que se iría feliz sabiendo que volvería a verla, estarían juntos. Ella había muerto y a él sólo le quedaban pocas ganas de vivir.
¿Está bien si después de todo acaba ahí su vida? Estaba feliz, eso era lo que importaba.
Una gran nevada había amenazó con llegar y en cuanto lo hizo creyó desaparecer todo lo que se encontraba en su alrededor, los árboles fueron cubiertos por aquella nieve al igual que el pasto verde de aquel parque. El frío no era de esperarse y por más que lograba ponerse un gigantesco abrigo seguía sintiendo frío, sus huesos temblaban pero ni siquiera se mutuo ante aquel acto. Ese día había salido de su departamento con sólo un ligero suéter de manga larga, tenía un decorado navideño y era tejido a mano «hermoso», iba compuesto por una bufanda roja junto a un gorro negro, también tenía unos jeans que tiraban a negro aunque su color casi desgastado hacia dudar, sus botas negras tenían pequeñas manchas de pintura derramada aunque parecían ser viejas ya.
¿Las cosas verdaderamente tenían que ser así?
Cada día se preguntaba lo mismo con nostalgia de que hubiera sido mejor si quizá, sólo quizá hubiera visto bien las cosas como eran. Sus ojos mostraban tristeza, era más delgado que de costumbre y sus labios ya ni siquiera tenían el mismo color carmesí que lo acompañaba desde que nació. Tampoco quería salir de su habitación puesto que ahora más que nunca amaba su soledad, encerrado en cuatro paredes verdes sin ninguna luz o alguien con quien pudiera hablar.
¿Un sentimiento? Arrepentimiento.
Se sentía mal consigo mismo. Es como si de alguna manera tu subconsciente te dijera que estas pasando por una enorme etapa que pronto se esfumaria y estarías bien, aquel dolor dentro que aunque quisieras pegarte para que algún dolor más potente lo calmara sabías que se quedaría ahí de todos modos. Las ganas de llorar eran muchas pero las lágrimas que amenazan con salir nunca lo hacen ya, incluso había dejado hábitos comunes y por más que sus padres querían convencerlo de dejar ese estado no podía. No quería.
Se había sentido un estúpido los últimos once meses dando casi un año, lamentaba ser tan ciego antes.
-¿Bueno?-no dudo en contestar aunque ni siquiera le importó mirar el número.
-¿Hyung?-preguntaron de la otra línea, podía oír como hablaban varias personas «dile ya».-hyung estamos preocupados ¿Cuándo volverás a casa?
-Les dije que planeaba hacer...unas cosas importantes. Así que Jimin, ¿Podrían dejar de hostigarme?
-pidió irritado por sus constantes llamadas y mensajes.
-Oh, pero hy...-un ruido se escuchó brevemente.
-¿Qué acaso piensas estar así por siempre? Más te vale que regreses ahora sino..
-Lo siento ya dije mi última palabra. Jimin, Nam.
-colgó.
No estaba de buenos ánimos para oír las conversaciones para arreglar su tediosa actitud por parte del psicólogo personal Kim Namjoon. Ni siquiera quería escucharlo a él, o a Jimin su mejor amigo.
Comenzaba a ser un hábito que cada tarde a la misma hora tuvieran que llamarlo para saber que no había tenido un accidente o se había suicidado. Él creía que si sus amigos pensaban que haría algo tan bajo realmente no lo comprendían bien, le dolía pero había hecho una promesa que si bien no fue física la hizo mentalmente, pensaba cumplirla al menos así un poco de su ser se clamaba. Sólo un poco por que lo demás se sentía vacío, solo.
Camino cerca de una tienda de mercancías, estaba tan bonita por las decoraciones navideñas que habían, incluso un viejo y casi descompuesto santa clous gigante estaba sobre la puerta de vidrio para animar a los pequeños a entrar y hacer gastar a sus padres dinero.
-Omo, prometiste que si te regalaba ese último pedazo de pizza me comprarías lo que quisiera.-hizo un puchero. Sonrió por lo gracioso que se veía aquella chica.
-¿Yo dije eso? Vaya, creí que hablabas de que tú me lo darías.
-¡Ah! ¡Oppa eres malo!-se cruzó de brazos indignada. Aquella castaña haría un berrinche pronto.
Rio y se acercó hacia ella, beso su frente.-Entonces entremos, será divertido preciosa.
Ambos entraron mientras la castaña admiraba los pequeños juguetes que habían ahí, era como una niña pequeña que si bien él era igual ella lo superaba. Sus ojos verdes mostraban alegría al ver los juguetes. Corría de aquí para allá hasta detenerse en un puesto de peluches.
Tomó un pequeño unicornio entre sus brazos para voltear con una enorme sonrisa hacia él.-¡Taehyung ya se lo que quiero! ¡Lo quiero a él!
Movió su cabeza un poco mientras arrugaba la nariz. No era saludable que se viera recordando ese tipo de cosas pero su mente solía ganarle siempre, incluso cuando no quería.
Se alejó de aquella tienda caminando con la cabeza mirando a sus pies, no era que siempre haya sido alguien serio pero realmente no lograba encontrarse. Se sentía perdido como si una parte de él se hubiera alejado «marchitado». Levantó la vista observando curiosamente como las personas que pasaban a su lado lo miraban mal o sólo raro, no es como si eso le molestará pero al menos debían ser más discretos. Sabía que su poca ropa abrigada podría causarle problemas pero eso ya lo había hecho hace unos meses atrás.
-¿Entonces? ¿Sólo debo tomar esto y será asunto resuelto?-vio aquel frasco amarillo.
-Joven Kim, ya lo hemos hablado.-suspiro quitando sus lentes para verlo.-debe usarlos un tiempo indefinido. Cuando se acaben tendrá que someterse a...
-Lo sé. Sólo pienso que es tonto que deba tomarlos si de todos modos no me harán nada.-esta vez lo vio.
-Son para atrasar el asunto, eso evitará que se agrave más.
Rio amargamente. Sabía que aquel médico mentía por petición de su mamá pero tampoco es como si fuera a desobedecer porque de todas maneras debía seguir sus plantaciones, aún si significaba sentirse un tonto para hacer feliz a su mamá.
Eran aproximadamente las cinco y media por lo que el sol ya comenzaba a meterse dándole la bienvenida a la señora luna. Amaba las noches de invierno más si se trataba de la primera de varios meses, está era el primer día que caía la nieve y para muchos parecía verde eterna. Metió sus manos en ambos lados de los bolsillos del suéter, sacó un frasco amarillo casi gastado más que sólo una píldora blanca dentro.
-¿Realmente puedes salvar a alguien que no quiere ser salvado?-pregunto con ironía.
Sacó su otra mano y abrió el frasco para tomarse la píldora, había una pequeña fuente de agua para beber así que se acercó. Sabía amarga aún sin morderla, simplemente asqueroso pero por suerte la última. Se suponía debía ir directo al hospital aunque tenía mejores cosas que hacer que visitar un horrible lugar. Camino unos metros hasta llegar al final del parque, ahí había un viejo árbol que dejaba caer sus últimas flores quizá ya marchitas o rígidas por aquel enorme frío que se sentía desde la mañana, observó como caía la última hasta llegar al suelo. Decidió agacharse para recogerla mientras la veía detenidamente con una ligera sonrisa algo apagada para su gusto.
Las hojas comenzaban a brotar al igual que las flores aquel día. Anunciaba la llegada de la primavera y todo parecía tener un aire de amor y felicidad, habían muchas personas aquel día en el parque unas jugando, otras paseando, unas cuántas en picnic. Había sido obligado por la chica a ir, le emocionaba el hecho de ver las primeras flores que daría la primavera debido a su gran amor por la naturaleza, era algo que le encantaba de ella.
-¡Apurate oppa!-exclamó desde el otro extremo. Fue la primera en salir corriendo.-¡Vamos!
-¡Si sigues así te caeras!-gritó de vuelta con ambas manos en su boca como un altavoz.
La siguió intentando alcanzar su velocidad hasta que la encontró, estaba parada estática frente a un gigante árbol ya viejo. Se acercó a su novia mirándola con curiosidad, aquella castaña sólo estaba mirando sin omitir palabra alguna parecía que estaba pensando que hacer, metió ambas manos en los bolsillos de su abrió azul para posar su vista en el árbol, ¿Qué tenía de bueno?
-Es asombroso.-murmuró hipnotizada.
-¿Qué? ¿El árbol? Es sólo un simple árbol viejo, a estado aquí por años no es nada nuevo.
-Lo sé. Pero piensa en todo lo bueno que a pasado, que sin importar que haya gente que quiera dañarlo siempre se mantiene rígido y fuerte. Crece con eso porque sabe que sólo el puede desear morir.
No dijo nada y simplemente sonrió. A veces podía llegar a ser tan reflexiva como melodramatica. Así era ella, y así la amaba. El viento comenzó a soplar y unas pequeñas flores caían a lo que la menor sonrió y alzó la mano para notar como una caía en la palma de esta, la tomó con cuidado como si de un bebé se tratara, era bastante curiosa.
-Es hermosa, mira Taehyung.-una amplia sonrisa decorada su rostro.-la más hermosa de todas.
-No digas eso o harás que me ponga celoso.-dijo llamando la atención de la castaña.-ya déjala y sólo dime hermoso a mi, omo.-empezó haciendo un puchero seguido de inflar sus mejillas.
El aegyo que lograba hacer para ella era el más hermoso del mundo, incluso si lo pensaba sabía que Taehyung era el único hombre con quien desearía pasar los últimos días de su vida, los últimos.
Suspiro. Ya estaba bastante cansado de que cualquier cosa trajera recuerdos agrios y tristes, todo parecía ser que lograba hacer que ella volviera a su mente una y otra vez. Tan seguidas que empezaba a volverse molestó.
Unas horas más tarde llegó a su destino, era una fuente en medio de lo que parecía ser una pequeña plaza en medio de varios edificios, un lugar cálido al que quisieras llevar a la chica de tus sueños a pasear, comer algún postre o simplemente sentarse a hablar mientras contemplaban la fuente. Un sólo empezó a hacerse presente en su pecho llevo una mano apretando fuerte pero aquel dolor sólo lograba hacerse más fuerte cada vez que miraba aquel lugar, los recuerdos llegaron como flashbacks como si quisieran atormentarte, miles de imágenes corrían a través de él sin detenerse entonces con fuerza cerró los ojos haciendo que sus pies se debilitaran y cayera sentado en una de las bancas. Los abrió está vez con lágrimas en ellos ¿cuánto tiempo pasó para que volviera a llorar? ¿Por qué dolía? ¿Por qué volvía ahí? Quizá porque fue el último lugar feliz que tuvo.
-Lo siento, por favor ve y se feliz. No mereces estar conmigo, ya no.-murmuró sin mirarlo.
¿Por qué decidía ella eso? ¿Qué acaso el no podía opinar?
-No lo haré, ni siquiera se porque razón haces esto.-estaba roto mientras lloraba sin parar. La tomó de los hombros enojado.-¡Te estoy pidiendo una explicación!
-Tae...me estás lastimando.-Lo miro asustada ante el acto de él.
-¡No lo entiendo! ¡¿Por qué?!-entonces sólo la agitó para soltarla y caer de rodillas llorando.-¿Por qué?
-Lo siento. No me busques más, por favor.
Sin decir nada más tomó su bolso y salió por aquella puerta, él estaba llorando sin recibir ni siquiera una explicación sabía que aunque quisiera ella no permitiría acercarse, la conocía, hacia lo mismo cuando peleaban. Se sentía usado, lastimado, enojado, era un manojo de emociones que al paso no sabía que haría con eso. La comenzaba a odiar aunque ¿hablaba enserio? Ella salió aquel día, con aquella bolsa, con su corazón roto.
Era inevitable no llorar y sentirse culpable. Sabía que después de todo ella tenía una razón específica pero nunca la escucho, ni siquiera cuando ella quiso hablar después de un mes él simplemente la corrió de su casa gritándole cosas horribles sin sentido, la empujó haciendo que cayera lastimandose, ni siquiera le importó y cerró la puerta. Estaba cegado por su irá. Nunca quiso leer sus mensajes o las cartas que su amigo Jungkook envía para él, las rechazo todas.
Tiempo después parecía que todo terminó pues no volvió a molestarlo, al menos no hasta ese día tan vago y tedioso. No podía hacer nada contra su estúpida actitud de antes y la impotencia que sentía sobre si.
-¿Al menos podrías escuchar?
Estaban en la salida y aquel chico lo había detenido para poder hablar sobre su ex novia. No sentía ganas de saber de ella -o eso fingia-. Ni siquiera pensaba detenerse porque aquel chico lo siguiera hablándole como si fueran amigos de toda la vida, iba tarde a casa de Nam por lo que su apresurado paso hacia que para el menor fuera imposible seguirle bien.
-¡Kim Taehyung escuchame!-exclamó sosteniendo su mochila. Debía darse prisa quedaba poco.
No volteó, no pensaba hacerlo así que sólo decidía a caminar, era invierno así que traía consigo una chamarra negra junto a sus botas negras, una bufanda blanca y un gorro de lana. Moría de frío por la gran cantidad de ese día, estaban igual a sólo unas semanas de navidad así que eso explicaba gran parte.
-¡Ella morirá!-gritó llamando la atención del mayor.
Paro. Volteó lentamente observando a aquel castaño molestó, no sabía que decir ante aquel comentario que ni siquiera era para su agrado. Si eso era una broma lo asesinaria ahí mismo. Se acercó a paso lento hasta quedar frente a él.
-Si es una clase de broma te juro que...
-Lo interrumpió.
-No, noona esta grave. Ella realmente está muy grave.
-¿De que hablas? ¿Tuvo un accidente?-pregunto, de un modo preocupado, claro que no iba a admitirlo. Jungkook negó.-¿Entonces?
-Noona estaba sufriendo problemas hace aproximadamente unos seis meses atrás, ella tiene leucemia.-dijo levantando la vista.-ella no quería que tú tuvieras que sufrir pues ella sabía que iba a morir, es algo que no puedes curar.
-¡¿Qué?¡ ¡¿Por qué jamás mencionó eso?!-lo miro con disgusto debido a aquello. No podía creerle así como así.
-No quería que lo supieras, yo ni siquiera debería estar aquí pero se que debes verla una vez más. Su enfermedad avanzó y ahora está débil, intentan hacerle una cirugía pero no se que pase con noona.-explicó con ojos lagrimosos.-sabes que ella y yo hemos sido mejores amigos desde la primaria. Ella es como mi hermana. La verdad detrás del porque te dejo fue porque sabía que si ella moría no quería que sufrieras, no quería que vieras por lo que pasa porque..ella realmente te ama.
Había sido un idiota.
Si bien empezó a correr dejando al chico detrás gritando. Sabía que de todos los hospitales sólo había uno donde verdaderamente su familia confiaba, era tonto adivinarlo pero quería creer en su fe. Ella intentaba decirle, él la trató de la peor manera que pudo. Una vez adentro pregunto lo más rápido por ella, subió al ascensor apretando el botón con fuerza. Tenía miedo.
Los doctores hacían lo mejor que podían, empezaba a bajar su pulso y debían tener que remediarlo a tiempo sino querían que su paciente muera. Era verdad que tenía leucemia pero más haya escondida otras enfermedades, su cuerpo era muy frágil que contraer cualquier cosa para aquella chica era fácil.
Entonces todo paso. Noto como llevaban una camilla con alguien, la vio, sin dudarlo se acercó aún cuando aquellos médicos pedían que se aleje no dudaba en empujarlos lejos hasta que llegó a ella. Tenía un aparato respiratorio y sus ojos estaban cerrados, intentó hablarle pero un jalón lo hizo caer al piso. Levanto la vista viendo a aquel médico.
-¡Necesito verla! ¡Por favor!-exclamó levantándose para caminar pero este lo detuvo.
-Lo siento, no hay nada que podamos hacer ya joven..
No quería, no debía creer lo peor. Él era lo peor.
Cayó al piso llorando como un bebé, se sentía tan indefenso que no podía no evitar gritar. La había tratado mal y ni siquiera pudo decirle cuanto la amaba, que realmente quería estar con ella en su dolor, hacerla feliz sólo una vez más, verla antes de partir. Pero no pudo y eso lo destrozaba, si tan sólo su enojo no lo hubiera cegado.
Las personas se asustaban al ver tal acto de ese chico, unos se acercaban para preguntar si estaba bien pero sinceramente no necesitaba nada más de nadie, la quería a ella, la necesitaba de vuelta. La vida era tan injusta con él. «No te preocupes ahora Tae Tae, quizá cuando leas esto último sabrás que todo a acabado, para mi. No importa que hagas quiero que sólo sigas tu vida, vive por ti, muere cuando debas morir y piensa que cualquier cosa que desees podrás lograrlo aunque yo no esté ahí. Espero me perdones por haber sido una cobarde, incluso cuando me digne a hacerlo aunque me hayas alejado quizá yo me busque eso, así que lo siento. Te amaré incluso después de la muerte y si hay una vida luego lo haré, no te preocupes. Vive por ti. Sea como sea volveré a ti tal y como la primera vez, como siempre. Te amaré por y para siempre». ¿Y si él no quería eso? ¿Y si no quería una simple carta? ¿Qué pasa si realmente la necesitaba? No quería tener que leer todo eso pero quería cumplir su última voluntad, viviría por él y hasta que la vela de su vida se apagará por su cuenta, aunque si ella regresaba esperaba que fuera ahora mismo. Quería que regresará como hace un año, en aquella primera nevada ella regresaría.
Sabía que tan pronto como pasará el invierno su corazón se detendría. Haber bebido durante largos días y noches trajo problemas a su pobre y vacía vida, su corazón moriría pronto como ella lo hizo pero eso significaba que se iría feliz sabiendo que volvería a verla, estarían juntos. Ella había muerto y a él sólo le quedaban pocas ganas de vivir.
¿Está bien si después de todo acaba ahí su vida? Estaba feliz, eso era lo que importaba.
Moonstar
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.