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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Whatever [Niall Horan] |Terminado|
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
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Página 1 de 4. • 1, 2, 3, 4 
Whatever [Niall Horan] |Terminado|
por Cami Dom 08 Sep 2013, 3:19 pm
Nombre: Whatever.
Autor: yo, Cami.
Adaptación: No. NO AL PLAGIO.
Género: romance, drama.
Advertencias: vocabulario y alguna escena.
Otras páginas: en wattpad.
Whatever
1/3
– Ams, nos vamos a casar.
Como gemela, siempre me ha tocado representar el papel de la menos virtuosa en absolutamente – casi – todo. Kate tiene el cabello castaño brilloso hasta por la cintura en pequeñas y sincronizadas ondas, y yo lo poseo en una tonalidad más opaca y revoltoso en las puntas; sus piernas se asemejan a las de una modelo y las mías a las de un tero, su nariz es fina y la mía demasiado respingada. También ocurre en nuestra piel aceitunada y ojos verdes: mientras que en ella parecen resaltar mucho más, en mí solo parecen rasgos de una persona relativa y medianamente bella. Y las diferencias no solo se muestran en nuestra parte física, sino también en la psicológica: Kate la refinada, sociable y respetuosa señorita; Amanda la sucia, terca y torpe mari–macho.
En fin – y para cerrar el círculo de descripciones de una buena vez –, Kate vendría a ser como una versión mejorada de mi figura y mente. Es una suerte que en mi ADN no hayan introducido la característica de «celosa maniática», porque de ser así me estaría muriendo de la envidia. Agradezco a mi madre por la falta de atención que nos han dado, puesto que ello me enseñó a restarle importancia a las porquerías de menor grado.
Kate podía ser bonita, inteligente, sociable y terriblemente popular, pero nunca tendría amigos verdaderos como yo, ni tampoco podría realizar libertades de expresiones como las tengo a menudo. Ese era, hasta hace dos segundos, mi mejor discurso de auto–compasión en las horas más desesperantes de mi vida.
Pero ocurrió. Ahora todo ha cambiado, y aquello que creía tan cierto está comenzando a desmoronarse. Las pruebas siempre estuvieron ahí, incitándome a ver que mi mejor amigo tenía una especie de romance con mi hermana gemela. Sin embargo me obligué a negarlo, y estoy pagando las consecuencias.
En este mismo momento, con las últimas frases de Niall dichas, no sé muy bien que será de mi vida. Si me hubiera contado que estaba de novio con mi hermana lo hubiera aceptado porque, bueno, para esto están los mejores amigos, para aceptar los defectos y descarrilamientos del otro. Pero que cerrara su estúpido trasero y que, encima, viniese un domingo a la mañana a expresarnos que están a punto de casarse… Eso cambia un poco las cosas. En realidad, cambia las cosas por completo, y no sé si seré capaz de perdonarlo.
– Ams, ¿Sigues ahí?
No lo hago. Mi mente divaga en diferentes situaciones a lo largo de mi infancia, intentando encontrar el error que llevó a semejante situación. Desde chicos, Niall le ha dado poca atención a Kate. Ella era de las niñas que jugaban con sus barbies y muñecas de porcelana, nosotros de los niños que se tiraban barro en la cara y corrían detrás de la pelota. Cuando comenzamos a crecer – y se hizo evidente nuestra diferencia de sexo – él siempre se quedó a mi lado, incluso en los momentos más difíciles y en las situaciones más incomprensibles. Mientras que Kate salía a bailes y se insinuaba a chicos, Niall y yo nos interesábamos en el deporte y las ligas mayores de baloncesto. Tal vez él era un poco mujeriego, pero nunca llevaba o les dedicaba demasiado tiempo a las chicas; eran un pasatiempo y ya, el resto del día la pasaba conmigo.
Pero desde hace unos meses, comenzaron a entablar más conversaciones al cruzarse, a compartir risas y miradas cómplices. Cosas estúpidas y sin sentido aparente, pero que en la situación planteada parecen ser el motivo que pulsó el disparador.
– Llamando a tierra, pequeña Am… – papá coloca sus dos manos sobre mi frente y comienza a moverlas con energía –. Creo que la emoción fue demasiado para ella.
Sé que está bromeando. Poseemos el mismo sentido ácido del humor, el cual nos confiere la habilidad de decir las frases más ridículas en tonos serios y formales para causar molestia. Vendría a ser como una especie de don que solo llevamos en la sangre aquellos que pertenecemos realmente a la familia Weasley (como la tía, el primo Leo y la abuela Margaret).
– ¡Papá! – chilla Kate.
– Oh, vamos Kate. No puedes negar que la situación es bastante cómica.
– Y embarazosa.
Niall susurra lo suficientemente bajo como para que yo sola pueda escucharlo. Pese a mis lamentos, todavía sigue sentado a mi lado en el sillón. No solo me gustaría decirle que se corriera, sino también que se perdiera en el medio de la oscuridad y que no regresara nunca jamás. Pero eso le daría rienda suelta a mi hermana para despotricar sobre mi comportamiento y la forma que siempre parezco infeliz ante todo lo bueno que le sucede en la vida, y no puedo causarle aquel dolor de discusión–sesión de gritos a mis oídos. Así que sí, la idea de largar a patadas al rubio de mi casa está totalmente descartada (por ahora, al menos).
A lo lejos, oigo la voz chillona de Kate gritándole a mi padre y los balbuceos por lo bajo de Niall, a quien no le apetece, al parecer, dejar de maldecir. A pesar de que la escena transcurre en el living de mi propia casa, siento como si la estuviera viendo desde la pantalla del televisor.
Espero un rato hasta acostumbrarme a aquella extraña sensación para poder hablar:
– Como sea – es lo único que se me ocurre decir. Al ver tres pares de ojos encima de mí, me apresuro por añadir algo más: –. ¿Felicidades?
Y aunque mis palabras no tienen ni un ápice de alegría, mi hermana se pone contenta por ellas. Tal vez porque sabe que no logrará sacar otra reacción de mí, o capas porque ha caído en la cuenta de que realmente ha metido la pata en ésta. Cualquiera que sea la respuesta, verdaderamente me da igual. Lo único que quiero es que esto acabe de una buena vez para poder ir a mi habitación y sacar el espectáculo fuera de mi mente.
Kate comienza a saltar animadamente, produciendo que su pollera tableada color rosa bebé se contornee de un lado al otro y deje ver algunas partes de su cuerpo que no me apetecen ver. Con Niall y nuestros amigos solíamos bromear por ello en el pasado, puesto que existe el mito de que el motivo de sus cortas faldas se remonta al significado de éstas: «entrada fácil». Que insulten a alguien de mi sangre no es algo que me guste demasiado, pero cuando lo escuché por primera vez tuve que admitir que había un poco de gracia y realidad en ello.
– ¡Sabía que compartirías mi felicidad! ¡Lo sabía!
Va rápido hacia el regazo de su novio/comprometido/próximo esposo y le besa en la boca. No sé si insultar, vomitar o ponerme a llorar, y descubro que me siento algo angustiada por el suceso. No puedo explicar bien por qué, solo sé que quiero descargarme. Ni siquiera cuando mamá decidió abandonarnos por su nuevo novio multimillonario me rompí en sollozos. Supongo que soy demasiado orgullosa como para demostrar mis peores sentimientos.
«Como sea, Ams, como sea.»
Me levanto del sillón intentando atraer las pocas miradas posibles. Papá me vigila con un ceño de preocupación en su rostro, y algo me dice que él sabe más de lo que quiero admitirme a mí misma. Sea como sea, prefiero irme a descansar a la cama antes de seguir sacando conclusiones estúpidas en frente de mi ex mejor amigo y mi ex hermana gemela. En este momento el único que no tiene un “ex” en el frente es mi padre; he despedido a todos de sus títulos en mi vida.
Silenciosamente me dirijo hacia las escaleras y las subo de uno en uno. Mantengo la cabeza gacha, mirándome en los pies en todo momento e intentando no caer. Siento la voz de Niall a lo lejos, pero, a diferencia de otras veces, su llamado no es capaz de hacerme volver. Nada es capaz de hacerme volver.
No sé porque fui a ese estúpido campamento de verano. De no haberlo hecho, tal vez no me hubiera encontrado con toda esta mierda al entrar. ¡Tres meses fuera de casa y todo cambia! De repente mi mejor amigo pasa a ser mi… ¿Cuñado?
Cierro la puerta de mi habitación con llave al ingresar. No quiero pensar, hablar o discutir acerca de ello. Cualquier cosa que esté pasando en este preciso momento en el piso de abajo me tiene, sin dudas, sin ningún tipo de cuidado. ¡Al diablo todo! Si quieren casarse, deben hacerlo ¿O no? La mierda junta va, junta viene.
«Como sea, Ams, como sea.»
Como gemela, siempre me ha tocado representar el papel de la menos virtuosa en absolutamente – casi – todo. Kate tiene el cabello castaño brilloso hasta por la cintura en pequeñas y sincronizadas ondas, y yo lo poseo en una tonalidad más opaca y revoltoso en las puntas; sus piernas se asemejan a las de una modelo y las mías a las de un tero, su nariz es fina y la mía demasiado respingada. También ocurre en nuestra piel aceitunada y ojos verdes: mientras que en ella parecen resaltar mucho más, en mí solo parecen rasgos de una persona relativa y medianamente bella. Y las diferencias no solo se muestran en nuestra parte física, sino también en la psicológica: Kate la refinada, sociable y respetuosa señorita; Amanda la sucia, terca y torpe mari–macho.
En fin – y para cerrar el círculo de descripciones de una buena vez –, Kate vendría a ser como una versión mejorada de mi figura y mente. Es una suerte que en mi ADN no hayan introducido la característica de «celosa maniática», porque de ser así me estaría muriendo de la envidia. Agradezco a mi madre por la falta de atención que nos han dado, puesto que ello me enseñó a restarle importancia a las porquerías de menor grado.
Kate podía ser bonita, inteligente, sociable y terriblemente popular, pero nunca tendría amigos verdaderos como yo, ni tampoco podría realizar libertades de expresiones como las tengo a menudo. Ese era, hasta hace dos segundos, mi mejor discurso de auto–compasión en las horas más desesperantes de mi vida.
Pero ocurrió. Ahora todo ha cambiado, y aquello que creía tan cierto está comenzando a desmoronarse. Las pruebas siempre estuvieron ahí, incitándome a ver que mi mejor amigo tenía una especie de romance con mi hermana gemela. Sin embargo me obligué a negarlo, y estoy pagando las consecuencias.
En este mismo momento, con las últimas frases de Niall dichas, no sé muy bien que será de mi vida. Si me hubiera contado que estaba de novio con mi hermana lo hubiera aceptado porque, bueno, para esto están los mejores amigos, para aceptar los defectos y descarrilamientos del otro. Pero que cerrara su estúpido trasero y que, encima, viniese un domingo a la mañana a expresarnos que están a punto de casarse… Eso cambia un poco las cosas. En realidad, cambia las cosas por completo, y no sé si seré capaz de perdonarlo.
– Ams, ¿Sigues ahí?
No lo hago. Mi mente divaga en diferentes situaciones a lo largo de mi infancia, intentando encontrar el error que llevó a semejante situación. Desde chicos, Niall le ha dado poca atención a Kate. Ella era de las niñas que jugaban con sus barbies y muñecas de porcelana, nosotros de los niños que se tiraban barro en la cara y corrían detrás de la pelota. Cuando comenzamos a crecer – y se hizo evidente nuestra diferencia de sexo – él siempre se quedó a mi lado, incluso en los momentos más difíciles y en las situaciones más incomprensibles. Mientras que Kate salía a bailes y se insinuaba a chicos, Niall y yo nos interesábamos en el deporte y las ligas mayores de baloncesto. Tal vez él era un poco mujeriego, pero nunca llevaba o les dedicaba demasiado tiempo a las chicas; eran un pasatiempo y ya, el resto del día la pasaba conmigo.
Pero desde hace unos meses, comenzaron a entablar más conversaciones al cruzarse, a compartir risas y miradas cómplices. Cosas estúpidas y sin sentido aparente, pero que en la situación planteada parecen ser el motivo que pulsó el disparador.
– Llamando a tierra, pequeña Am… – papá coloca sus dos manos sobre mi frente y comienza a moverlas con energía –. Creo que la emoción fue demasiado para ella.
Sé que está bromeando. Poseemos el mismo sentido ácido del humor, el cual nos confiere la habilidad de decir las frases más ridículas en tonos serios y formales para causar molestia. Vendría a ser como una especie de don que solo llevamos en la sangre aquellos que pertenecemos realmente a la familia Weasley (como la tía, el primo Leo y la abuela Margaret).
– ¡Papá! – chilla Kate.
– Oh, vamos Kate. No puedes negar que la situación es bastante cómica.
– Y embarazosa.
Niall susurra lo suficientemente bajo como para que yo sola pueda escucharlo. Pese a mis lamentos, todavía sigue sentado a mi lado en el sillón. No solo me gustaría decirle que se corriera, sino también que se perdiera en el medio de la oscuridad y que no regresara nunca jamás. Pero eso le daría rienda suelta a mi hermana para despotricar sobre mi comportamiento y la forma que siempre parezco infeliz ante todo lo bueno que le sucede en la vida, y no puedo causarle aquel dolor de discusión–sesión de gritos a mis oídos. Así que sí, la idea de largar a patadas al rubio de mi casa está totalmente descartada (por ahora, al menos).
A lo lejos, oigo la voz chillona de Kate gritándole a mi padre y los balbuceos por lo bajo de Niall, a quien no le apetece, al parecer, dejar de maldecir. A pesar de que la escena transcurre en el living de mi propia casa, siento como si la estuviera viendo desde la pantalla del televisor.
Espero un rato hasta acostumbrarme a aquella extraña sensación para poder hablar:
– Como sea – es lo único que se me ocurre decir. Al ver tres pares de ojos encima de mí, me apresuro por añadir algo más: –. ¿Felicidades?
Y aunque mis palabras no tienen ni un ápice de alegría, mi hermana se pone contenta por ellas. Tal vez porque sabe que no logrará sacar otra reacción de mí, o capas porque ha caído en la cuenta de que realmente ha metido la pata en ésta. Cualquiera que sea la respuesta, verdaderamente me da igual. Lo único que quiero es que esto acabe de una buena vez para poder ir a mi habitación y sacar el espectáculo fuera de mi mente.
Kate comienza a saltar animadamente, produciendo que su pollera tableada color rosa bebé se contornee de un lado al otro y deje ver algunas partes de su cuerpo que no me apetecen ver. Con Niall y nuestros amigos solíamos bromear por ello en el pasado, puesto que existe el mito de que el motivo de sus cortas faldas se remonta al significado de éstas: «entrada fácil». Que insulten a alguien de mi sangre no es algo que me guste demasiado, pero cuando lo escuché por primera vez tuve que admitir que había un poco de gracia y realidad en ello.
– ¡Sabía que compartirías mi felicidad! ¡Lo sabía!
Va rápido hacia el regazo de su novio/comprometido/próximo esposo y le besa en la boca. No sé si insultar, vomitar o ponerme a llorar, y descubro que me siento algo angustiada por el suceso. No puedo explicar bien por qué, solo sé que quiero descargarme. Ni siquiera cuando mamá decidió abandonarnos por su nuevo novio multimillonario me rompí en sollozos. Supongo que soy demasiado orgullosa como para demostrar mis peores sentimientos.
«Como sea, Ams, como sea.»
Me levanto del sillón intentando atraer las pocas miradas posibles. Papá me vigila con un ceño de preocupación en su rostro, y algo me dice que él sabe más de lo que quiero admitirme a mí misma. Sea como sea, prefiero irme a descansar a la cama antes de seguir sacando conclusiones estúpidas en frente de mi ex mejor amigo y mi ex hermana gemela. En este momento el único que no tiene un “ex” en el frente es mi padre; he despedido a todos de sus títulos en mi vida.
Silenciosamente me dirijo hacia las escaleras y las subo de uno en uno. Mantengo la cabeza gacha, mirándome en los pies en todo momento e intentando no caer. Siento la voz de Niall a lo lejos, pero, a diferencia de otras veces, su llamado no es capaz de hacerme volver. Nada es capaz de hacerme volver.
No sé porque fui a ese estúpido campamento de verano. De no haberlo hecho, tal vez no me hubiera encontrado con toda esta mierda al entrar. ¡Tres meses fuera de casa y todo cambia! De repente mi mejor amigo pasa a ser mi… ¿Cuñado?
Cierro la puerta de mi habitación con llave al ingresar. No quiero pensar, hablar o discutir acerca de ello. Cualquier cosa que esté pasando en este preciso momento en el piso de abajo me tiene, sin dudas, sin ningún tipo de cuidado. ¡Al diablo todo! Si quieren casarse, deben hacerlo ¿O no? La mierda junta va, junta viene.
«Como sea, Ams, como sea.»
Bien, esta es la primera parte. Subiré la segunda esta semana, depende de como venga con el tiempo y todo eso. ¡Espero que les guste!
Última edición por Cami el Mar 26 Nov 2013, 11:19 am, editado 7 veces
Cami
Re: Whatever [Niall Horan] |Terminado|
por matie Dom 08 Sep 2013, 5:11 pm
debes seguilra inmediatamente si quieres que concilie al menos dos horas de sueño...
vale es broma pero continua rapido cariño
vale es broma pero continua rapido cariño
matie
Re: Whatever [Niall Horan] |Terminado|
por jamilettediaz_2 Vie 13 Sep 2013, 1:05 pm
Ñaaaaaaa siguelaaaaaa esta super Nose k .__. buena kajskajdnes soy rara Xd
jamilettediaz_2
Re: Whatever [Niall Horan] |Terminado|
por Cami Dom 15 Sep 2013, 6:39 pm
¡Me alegro de que te haya gustado! Mañana o tal vez el martes suba, depende de cuanto tiempo tenga c: ¡Saludos!♥matie escribió:debes seguilra inmediatamente si quieres que concilie al menos dos horas de sueño...
vale es broma pero continua rapido cariño
Cami
Re: Whatever [Niall Horan] |Terminado|
por Cami Dom 15 Sep 2013, 6:40 pm
Yo también soy rara, choque(? ah. Mañana o a más tardar el martes subo c:♥jamilettediaz_2 escribió:Ñaaaaaaa siguelaaaaaa esta super Nose k .__. buena kajskajdnes soy rara Xd
Cami
Re: Whatever [Niall Horan] |Terminado|
por Cami Dom 15 Sep 2013, 6:40 pm
Lunes o martes c:♥luly123 escribió:Síguela¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Cami
Re: Whatever [Niall Horan] |Terminado|
por Cami Dom 15 Sep 2013, 6:41 pm
Me alegro de que te haya gustado :3Cathalé escribió:Esta buenasa
Cami
Re: Whatever [Niall Horan] |Terminado|
por loubricante. Dom 15 Sep 2013, 8:44 pm
omg, voy a llorar blda, y de la emoción porque ya te extrañaba demasiado.
Caaaaaaaaaaaaaaaami !!! Me encantó, realmente. No sé que debería decir, me quede sin palabras apenas vi que era un shot tuyo.
no sé, solo me sale que me encanto mucho, mucho, mucho. Espero mas que ansiosa la 2da parte <3333.
Síguela pronto, perra ):
pd. No sé como estoy![Whatever [Niall Horan] |Terminado| 1857533193](/users/1413/29/34/05/smiles/1857533193.gif)
ay, te extrañaba un montón de enserio ): sos muy mala vos, te desapareces así porque sí ):
da igual, te sigo queriendo <333333333. besos<33.
Caaaaaaaaaaaaaaaami !!! Me encantó, realmente. No sé que debería decir, me quede sin palabras apenas vi que era un shot tuyo.
no sé, solo me sale que me encanto mucho, mucho, mucho. Espero mas que ansiosa la 2da parte <3333.
Síguela pronto, perra ):
pd. No sé como estoy
ay, te extrañaba un montón de enserio ): sos muy mala vos, te desapareces así porque sí ): da igual, te sigo queriendo <333333333. besos<33.
loubricante.
Re: Whatever [Niall Horan] |Terminado|
por Cami Lun 16 Sep 2013, 3:53 pm
¡Maggie! Blda, como te extraño D: No sabes lo mucho mucho mucho que te extrañé en todo este tiempo :c me surgieron cositas y tuve que abandonar absolutamente todo, pero ahora estoy intentando retomar algunos de mis viejos pasatiempos. Me alegro mucho de que te haya gustado, sabes que aprecio tu opinión. Ahora subo, te quiero mucho perra :'3Maggie. escribió:omg, voy a llorar blda, y de la emoción porque ya te extrañaba demasiado.
Caaaaaaaaaaaaaaaami !!! Me encantó, realmente. No sé que debería decir, me quede sin palabras apenas vi que era un shot tuyo.
no sé, solo me sale que me encanto mucho, mucho, mucho. Espero mas que ansiosa la 2da parte <3333.
Síguela pronto, perra ):
pd. No sé como estoy :A:ay, te extrañaba un montón de enserio ): sos muy mala vos, te desapareces así porque sí ):
da igual, te sigo queriendo <333333333. besos<33.
Cami
Re: Whatever [Niall Horan] |Terminado|
por Cami Lun 16 Sep 2013, 3:54 pm
Maybe
2/3
– Vamos, ¿Ni siquiera un poco?
Niego con la cabeza nuevamente y realizo una mueca de desagrado. Se me ocurren miles de razones por las cuales no debería usar ese vestido para su boda, pero todas son lo suficientemente groseras e hirientes como para entrar en la clasificación de “no debo decir” que papá me ha hecho memorizar hoy a la mañana: no debo decir que se ve gorda, no debo insultar con blasfemias y no debo vomitar en el vestido. La última me sonaba un poco estúpida antes de salir de casa, pero ahora que he visto todas estas abominaciones… Mierda, creo que entiendo el punto de papá.
Kate se ha probado diez vestidos diferentes y me ha hecho catalogarlos en dos secciones: “me gusta” y “diu, quítate ese vestido”. Solo uno ha ido a parar a la primera categoría; los otros han sufrido el efecto de descarte inmediato.
– Rayos Ams, eres imposible – masculla mientras se mira en el espejo de cuerpo completo del probador.
– Te dije que no servía para esto, que debías invitar a una de tus amiguitas en vez de a mí – por más que intento no sonar enfadada, las últimas palabras saben a hielo en mi boca –. No te quejes.
– Y yo te dije que eras mi hermana y tenías que empezar a actuar como tal.
Suspiro de manera exagerada y doy un paso al frente para retirarme y dejarla probar el próximo vestido, pero me sujeta del brazo antes de poder correr la cortina violeta del probador.
– Vamos, ¡Ams! Ni siquiera estás prestando atención. Realmente necesito tu aprobación en el asunto. Quiero que todo salga perfecto, tú lo sabes más que nadie.
Y lamentablemente sí, lo sé. En la última semana no ha parado de hablar de la boda y todos los planes que tiene para ella. Me he tenido que tragar la angustia y las ganas de mandarla a quién sabe dónde solo porque papá me ha pedido que lo haga. Incluso cuando se me pidió que sea su dama de honor me obligó a poner buena cara. ¡Y todo para que la princesita pueda estar contenta!
– El vestido es excesivamente pomposo y, sí, sé que la cosa es realzar tus pechos pero… Este te hace ver como una pechugona. ¿Contenta?
Forma una mueca de desagrado pero aun así asiente. Eso es lo que quería, ¿No? Que pusiera más empeño en mis justificaciones. ¡Pues ahí tiene! Ya no se puede quejar porque le he sido cien por ciento sincera.
Salgo del probador y me siento sobre uno de los sillones en la sala de espera, junto con algunas mujeres de edad media. En nuestro pueblo existe una vieja costumbre: las madres protagonizan y acompañan a su hija en la elección y pruebas del gran vestido. Solo en momentos como estos deseo que mamá esté aquí haciendo el trabajo que realmente le corresponde. Me siento extraña al notar que desencajo completamente en el ambiente, ni siquiera tengo la edad suficiente como para ser madre de una futura novia.
Espero y espero. Mis zapatillas se deslizan de un lado al otro en un simple gesto de ansiedad e impaciencia. «No debí haber aceptado, no debí haber aceptado.» Me repito una y mil veces que esto es una idea estúpida, que debería estar en casa comiendo papas fritas y viendo el partido. «Maldito campamento de verano, maldito campamento de verano, maldi…»
– ¡Ams!
Levanto mi cabeza. Kate lleva un vestido color crema que le llega hasta el final de su cuerpo, bien acentuado en la cintura y con un escote corazón que resalta lo justo y necesario. Su cabello castaño se desliza sobre la suavidad de la tela con gracia, como si amoldarse al vestido le fuera una danza, y le recubre la parte de atrás, donde la modista le ha sujetado el cierre con ganchos.
Me sonríe, y me veo obligada a devolverle el gesto.
«Es éste.» Ella, yo y toda la tienda lo sabe.
Por el rabillo del ojo miro a Niall, quien parece estar sumido en sus propios pensamientos. Normalmente se sienta a mi lado, pero desde la gran noticia – y desde que impuse la ley del hielo entre nosotros – los hábitos han cambiado. No lo dejo acercarse a mí y se ha acostumbrado al asunto. Sabe que le conviene no llevarme la contraria cuando estoy enojada, aun cuando ni yo sé muy bien las razones que me llevan a actuar tan fríamente con él.
Kate ha decidido no acompañarnos hoy. Cuando le preguntamos, nos respondió que había quedado con Maddie para ir al centro comercial, y nadie puso reparo en ello. La verdad es que, a esta altura, a ninguno le sorprende su desinterés por todo lo que tenga que ver con una pelota o el ejercicio en sí mismo. Mientras ella prefiere la danza clásica, la moda y los chicos, nosotros preferimos las papas, la soda y los sábados televisivos. Claro que su último hobbie ha sido borrado de la lista ahora que está comprometida (o al menos eso quiero creer).
– Voy a traer más sodas, ¿Alguien quiere algo?
Papá se levanta del asiento mientras Niall y yo negamos con la cabeza. No me hace nada de gracia que haya decidido dejarme sola con él, aunque realmente no lo culpo por haberlo hecho. Últimamente la atmósfera se vuelve muy densa cuando nos encontramos en la misma habitación con el rubio. Es como si todo el aire se volviera pesado y costara respirar debido a la tensión. Estoy segura de que no lo ha hecho con mala intención, solo quiere tomar un respiro y me parece de lo más justo.
Me concentro nuevamente el partido, intentando con todas mis fuerzas no posar los ojos sobre su cuerpo bien trabajado. ¿Cómo es que nunca me di cuenta de sus hermosos ojos celestes o de lo bien que le quedan las remeras manga corta? Mierda, creo que Kate me ha pasado sus estúpidas hormonas; tengo que parar ya.
– Ams…
– ¿Hms?
– ¿Podemos…?
– No.
– Pero…
– No.
Nuevamente me obligo a intentar ver las jugadas, dada por finalizada la breve y primera conversación que hemos tenido en mucho tiempo, pero el televisor se vuelve negro y no queda más nada por ver. Sé que lo ha apagado solo para que reaccione y grite, pero no le daré la satisfacción de una respuesta con más de un monosílabo en ella. No solo porque no se la merece, sino porque, también, carezco de palabras para entablar una conversación en estos momentos. Aun no comprendo muy bien que es lo que me molesta: el hecho de que no me hayan dicho antes, que Niall haya elegido a mi hermana o…
«Como sea.»
Me levanto del sillón e inicio el camino hacia mi habitación.
Niego con la cabeza nuevamente y realizo una mueca de desagrado. Se me ocurren miles de razones por las cuales no debería usar ese vestido para su boda, pero todas son lo suficientemente groseras e hirientes como para entrar en la clasificación de “no debo decir” que papá me ha hecho memorizar hoy a la mañana: no debo decir que se ve gorda, no debo insultar con blasfemias y no debo vomitar en el vestido. La última me sonaba un poco estúpida antes de salir de casa, pero ahora que he visto todas estas abominaciones… Mierda, creo que entiendo el punto de papá.
Kate se ha probado diez vestidos diferentes y me ha hecho catalogarlos en dos secciones: “me gusta” y “diu, quítate ese vestido”. Solo uno ha ido a parar a la primera categoría; los otros han sufrido el efecto de descarte inmediato.
– Rayos Ams, eres imposible – masculla mientras se mira en el espejo de cuerpo completo del probador.
– Te dije que no servía para esto, que debías invitar a una de tus amiguitas en vez de a mí – por más que intento no sonar enfadada, las últimas palabras saben a hielo en mi boca –. No te quejes.
– Y yo te dije que eras mi hermana y tenías que empezar a actuar como tal.
Suspiro de manera exagerada y doy un paso al frente para retirarme y dejarla probar el próximo vestido, pero me sujeta del brazo antes de poder correr la cortina violeta del probador.
– Vamos, ¡Ams! Ni siquiera estás prestando atención. Realmente necesito tu aprobación en el asunto. Quiero que todo salga perfecto, tú lo sabes más que nadie.
Y lamentablemente sí, lo sé. En la última semana no ha parado de hablar de la boda y todos los planes que tiene para ella. Me he tenido que tragar la angustia y las ganas de mandarla a quién sabe dónde solo porque papá me ha pedido que lo haga. Incluso cuando se me pidió que sea su dama de honor me obligó a poner buena cara. ¡Y todo para que la princesita pueda estar contenta!
– El vestido es excesivamente pomposo y, sí, sé que la cosa es realzar tus pechos pero… Este te hace ver como una pechugona. ¿Contenta?
Forma una mueca de desagrado pero aun así asiente. Eso es lo que quería, ¿No? Que pusiera más empeño en mis justificaciones. ¡Pues ahí tiene! Ya no se puede quejar porque le he sido cien por ciento sincera.
Salgo del probador y me siento sobre uno de los sillones en la sala de espera, junto con algunas mujeres de edad media. En nuestro pueblo existe una vieja costumbre: las madres protagonizan y acompañan a su hija en la elección y pruebas del gran vestido. Solo en momentos como estos deseo que mamá esté aquí haciendo el trabajo que realmente le corresponde. Me siento extraña al notar que desencajo completamente en el ambiente, ni siquiera tengo la edad suficiente como para ser madre de una futura novia.
Espero y espero. Mis zapatillas se deslizan de un lado al otro en un simple gesto de ansiedad e impaciencia. «No debí haber aceptado, no debí haber aceptado.» Me repito una y mil veces que esto es una idea estúpida, que debería estar en casa comiendo papas fritas y viendo el partido. «Maldito campamento de verano, maldito campamento de verano, maldi…»
– ¡Ams!
Levanto mi cabeza. Kate lleva un vestido color crema que le llega hasta el final de su cuerpo, bien acentuado en la cintura y con un escote corazón que resalta lo justo y necesario. Su cabello castaño se desliza sobre la suavidad de la tela con gracia, como si amoldarse al vestido le fuera una danza, y le recubre la parte de atrás, donde la modista le ha sujetado el cierre con ganchos.
Me sonríe, y me veo obligada a devolverle el gesto.
«Es éste.» Ella, yo y toda la tienda lo sabe.
***
Papá me pasa la bolsa de papas y mascullo un leve «gracias» como respuesta. Él asiente con la cabeza, tan – o peor – concentrado como yo en el partido de basquetbol que transmiten por la televisión. Por el rabillo del ojo miro a Niall, quien parece estar sumido en sus propios pensamientos. Normalmente se sienta a mi lado, pero desde la gran noticia – y desde que impuse la ley del hielo entre nosotros – los hábitos han cambiado. No lo dejo acercarse a mí y se ha acostumbrado al asunto. Sabe que le conviene no llevarme la contraria cuando estoy enojada, aun cuando ni yo sé muy bien las razones que me llevan a actuar tan fríamente con él.
Kate ha decidido no acompañarnos hoy. Cuando le preguntamos, nos respondió que había quedado con Maddie para ir al centro comercial, y nadie puso reparo en ello. La verdad es que, a esta altura, a ninguno le sorprende su desinterés por todo lo que tenga que ver con una pelota o el ejercicio en sí mismo. Mientras ella prefiere la danza clásica, la moda y los chicos, nosotros preferimos las papas, la soda y los sábados televisivos. Claro que su último hobbie ha sido borrado de la lista ahora que está comprometida (o al menos eso quiero creer).
– Voy a traer más sodas, ¿Alguien quiere algo?
Papá se levanta del asiento mientras Niall y yo negamos con la cabeza. No me hace nada de gracia que haya decidido dejarme sola con él, aunque realmente no lo culpo por haberlo hecho. Últimamente la atmósfera se vuelve muy densa cuando nos encontramos en la misma habitación con el rubio. Es como si todo el aire se volviera pesado y costara respirar debido a la tensión. Estoy segura de que no lo ha hecho con mala intención, solo quiere tomar un respiro y me parece de lo más justo.
Me concentro nuevamente el partido, intentando con todas mis fuerzas no posar los ojos sobre su cuerpo bien trabajado. ¿Cómo es que nunca me di cuenta de sus hermosos ojos celestes o de lo bien que le quedan las remeras manga corta? Mierda, creo que Kate me ha pasado sus estúpidas hormonas; tengo que parar ya.
– Ams…
– ¿Hms?
– ¿Podemos…?
– No.
– Pero…
– No.
Nuevamente me obligo a intentar ver las jugadas, dada por finalizada la breve y primera conversación que hemos tenido en mucho tiempo, pero el televisor se vuelve negro y no queda más nada por ver. Sé que lo ha apagado solo para que reaccione y grite, pero no le daré la satisfacción de una respuesta con más de un monosílabo en ella. No solo porque no se la merece, sino porque, también, carezco de palabras para entablar una conversación en estos momentos. Aun no comprendo muy bien que es lo que me molesta: el hecho de que no me hayan dicho antes, que Niall haya elegido a mi hermana o…
«Como sea.»
Me levanto del sillón e inicio el camino hacia mi habitación.
¡Hey! Bueno, espero que les haya gustado. Solo falta una parte y las dejo libres :B Si les gustó esta historia y quieren algo más(?) estoy subiendo una novela a Wattpad; están más que invitadas a visitarla. Saludos :'3
Última edición por Cami el Mar 26 Nov 2013, 11:20 am, editado 1 vez
Cami
Re: Whatever [Niall Horan] |Terminado|
por Julianne. Lun 16 Sep 2013, 6:17 pm
Hola, ¡Nueva lectora! Me encantaron las dos primeras partes, Niall se debe sentir muy culpable, y bueno se lo merece. Adoro a Amanda, es tan yo en algunas cosas, whatever me encanta. Kate sería como una de las chicas plásticas de la escuela, todo lo contrario a Ams. Niall eligió a la plástica, estúpida elección irlandés.
¡Me encanto Cami! ¡Escribís excelente! En serio, tenes mucho talento para esto, de verdad :3 ¡Síguela pronto! Estaré esperando ansiosa por más (:
¡Me encanto Cami! ¡Escribís excelente! En serio, tenes mucho talento para esto, de verdad :3 ¡Síguela pronto! Estaré esperando ansiosa por más (:
Julianne.
Re: Whatever [Niall Horan] |Terminado|
por zafiro7gray Lun 16 Sep 2013, 9:56 pm
tienes que seguir el shot, es muy bueno, lo ame, es perfecto
zafiro7gray
Re: Whatever [Niall Horan] |Terminado|
por jamilettediaz_2 Lun 16 Sep 2013, 10:47 pm
ÑAaaaaaaaaaaa siguela o llamo a kevin para que te tire una zanahoria
Bueno mientras Louis no sepa .__. xk oosino sera un Kevin menos :lloro: :lloro: :lloro: :wut: :wut: :wut: siguelaaaa o ya lo sabes e.e
Bueno mientras Louis no sepa .__. xk oosino sera un Kevin menos :lloro: :lloro: :lloro: :wut: :wut: :wut: siguelaaaa o ya lo sabes e.e
jamilettediaz_2
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