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Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
Sinopsis:
Después de aquel accidente automovilístico, Harry Styles había pasado de ser un chico fuerte, altanero, arrogante & decidido, a ser un pobre chico enfadado con el mundo, huraño, solitario que parecía que lo único que quería hacer era morir...
Había perdido la vista & con ello sus ganas de vivir.
¿Cómo iba a continuar con su vida?, ¿Cómo iba a vivir en un mundo que no podía ver?, ¿Quién iba a querer estar con una persona como él?, él solo quería encerrarse hasta morir...
_______, era una chica amante de los libros, risueña, con una personalidad efervescente & explosiva. Sus padres eran invidentes & ella había aprendido a "ver" el mundo con sus manos, & el resto de sus sentidos. Tal & como ellos lo veían.
Por azares del destino, llega a la vida de Harry para mostrarle el mundo de la forma en la que sus propios padres, le habían enseñado; mostrándole que había motivos para seguir viviendo & que había alguien que podía amarlo aunque no pudiera verla...
Había perdido la vista & con ello sus ganas de vivir.
¿Cómo iba a continuar con su vida?, ¿Cómo iba a vivir en un mundo que no podía ver?, ¿Quién iba a querer estar con una persona como él?, él solo quería encerrarse hasta morir...
_______, era una chica amante de los libros, risueña, con una personalidad efervescente & explosiva. Sus padres eran invidentes & ella había aprendido a "ver" el mundo con sus manos, & el resto de sus sentidos. Tal & como ellos lo veían.
Por azares del destino, llega a la vida de Harry para mostrarle el mundo de la forma en la que sus propios padres, le habían enseñado; mostrándole que había motivos para seguir viviendo & que había alguien que podía amarlo aunque no pudiera verla...
Última edición por Javiera♥ el Jue 20 Mar 2014, 6:52 pm, editado 5 veces
Javiera♥
Re: Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
Capitulo 1:
Y ahí estaba yo.
Metida en un verdadero lío sólo porque a mi mamá se le había ocurrido hacerse una amiga insoportablemente adorable.
La había conocido un día en el supermercado mientras hacía la despensa y habían quedado prendadas la una a la otra. Recuerdo perfectamente el haber llegado a casa aquel día y haberlas encontrado en la sala de la sala tomando el té.
Mi mamá no tenía muchas amigas, pero las pocas que tenía eran increíbles; dulces, amables, cariñosas...
Anne Cox parecía ser todo aquello.
Se habían conmovido la una a la otra. Mi mamá era invidente y, al parecer, el hijo de Anne había sufrido un accidente y había perdido la vista.
Poco a poco la convivencia entre ella fue más fuerte y frecuente y, cuando me di cuenta, Anne ya iba casi a diario a nuestra casa.
Aquella tarde, Anne nos había contado la situación de su hijo. Al parecer, perder la vista había sido un golpe muy duro para él porque, según su madre, se la vivía encerrado. No quería comer, no quería salir, no quería ver a nadie, no iba a la escuela... Parecía esperar su muerte.
El corazón se me estrujaba en el pecho cada que me daba cuenta del dolor de aquella mujer y, en un arranque, me ofrecí a ayudarla.
Sabía que me arrepentiría después porque, con la universidad, las tareas, ayudar a mi mamá en la tienda y mis clases de braile me quedaba muy poco tiempo para mí pero no me importó.
Yo sabía "ver" el mundo como lo hacían mis padres. Sabía moverme en cualquier lado sin ver con los ojos. Veía con el resto de mis sentidos.
Recuerdo perfectamente como jugaba con mi madre. Ella vendaba mis ojos y me enseñaba a ver el fascinante mundo de la sensibilidad, el tacto, el olfato...
Me había comprometido a ir a intentar enseñarle a su hijo absolutamente todo lo que yo sabía.
Mi madre siempre había sido una mujer muy espiritual. Una mujer que creía que el destino era algo irrevocable. Algo que no podía cambiarse, algo que ya estaba escrito y nada, ni nadie, podría modificarlo. Nada pasa por casualidad y, para ella, el haberse encontrado con Anne Cox, no era una coincidencia ni una casualidad. Era destino.
Así que ahí me encontraba. Caminando rumbo a casa de Anne Cox para ayudar a su hijo.
Pude distinguir el número de la casa y me quité los audífonos. Uno de ellos se enredó en mi cabello y luché con él unos segundos para liberarlo. Intenté peinar con mis dedos mi mata de cabello pero fue imposible. Mi cabello nunca podría verse como los de las chicas de las revistas, debía resignarme.
Toqué el timbre de la casa y aguardé unos segundos antes de encontrarme con la amable Anne.
—¡_______!, ¡Hola!, pensé que no vendrías. —me dijo. Su voz parecía aliviada.
Sonreí antes de entrar a la casa tras ella titubeante.
Se volvió hacia mí un instante. Por un segundo vi el miedo en su mirada y comencé a ponerme nerviosa.
—Harry es un chico... —titubeó un segundo pensando en la palabra perfecta. —, con un carácter especial.
Intenté sonreír pero estoy segura que lució más como una mueca.
—Puedo manejarlo —dije intentando sonar segura.
Anne sonrió nerviosa y subimos las escaleras.
El silencio me ponía los pelos de punta. Nos detuvimos frente a una puerta de madera. Nuestros pasos eran amortiguados por la alfombra del suelo. Anne tocó la puerta pero nadie respondió.
—¿Harry? —titubeó.
Guardamos silencio un momento que me pareció eterno pero nadie habló.
—Harry, no quiero entrar sin tu permiso —dijo Anne con voz acongojada.
—Vete. —dijo una voz ronca desde el interior de la habitación.
—Harry, por favor... —pude notar como la voz de Anne se quebraba.
El silencio lo invadió todo.
Anne me miró y abrió la puerta lentamente asomando la cabeza por la rendija. Articuló algo que no pude entender y luego me miró.
Yo la miré expectante y negó con la cabeza.
—No quiere visitas —me dijo en un susurro para que él no nos escuchara.
Cerró la puerta y se dirigió a la escalera. Pude notar como aguantaba las lágrimas y entonces, regresé a la puerta y abrí la puerta con brusquedad.
Me quedé congelada. Esperaba a un niño no mayor de doce años pero en ésa habitación sólo estaba un chico. Un chico más o menos de mi edad. Sus ojos verdes estaban perdidos en la nada, su cabello castaño claro se rizaba alborotado sobre su nuca y su frente, su piel blanca contrastaba con unos labios rojos y mullidos. Su expresión de confusión era casi igual que la mía.
—¿Quién anda ahí? —dijo con su voz ronca mientras miraba hacia a todos lados con el entrecejo fruncido.
________________________________________________________________________________________________________
Espero que les guste el primer capitulo:3
Javiera♥
Re: Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
Capitulo 2:
—¿Quién anda ahí? —dijo con su voz ronca mientras miraba hacia a todos lados con el entrecejo fruncido.
Yo no pude moverme. No podía articular palabra. No podía dejar de mirarlo. Su mirada destilaba fuerza a pesar de estar fija en la nada. No era difícil adivinar que había sido increíblemente intimidante en su momento.
—¡Respondan!, ¿Quién demonios está ahí? —espetó.
Cuando pude darme cuenta, Anne se encontraba a mi lado con la mirada nerviosa fija en su hijo.
—Harry... —murmuró.
—¿Quién demonios viene contigo? —le interrumpió. Estaba recostado en su cama cubierto hasta la cintura por las pesadas colchas. Pude notar como apretó en un puño la tela del edredón hasta que los nudillos se le pusieron blancos. Estaba furioso.
—Soy _______ —solté de pronto. —. _______ Evans.
Anne me miró aterrorizada y él dirigió su atención hacia mi.
—No necesito una enfermera -siseó con desdén.
No pude evitar fruncir el entrecejo confundida y tartamudeé —N-No soy una enfermera.
—Tampoco necesito una niñera. No soy un inválido —me soltó en voz alta.
El coraje comenzó a recorrer mi cuerpo con rapidez. ¿Cómo se atrevía a comportarse de aquella manera conmigo si yo no le había hecho nada?
—Harry, _______ no es una enfermera; es hija de... — comenzó Anne.
—¡No me interesa si es hija del presidente de Estados Unidos!, ¡Quiero que se largue! —gritó Harry. De pronto, su pecho subía y bajaba rápidamente con su respiración pesada. Las aletas de su nariz se abrían por el coraje y exploté.
—¡No me voy a ir!
La mirada de Anne era aterrada.
Harry bajó el volumen de su voz diciendo con voz amenazante —Vete.
—Sácame —una sonrisa burlona se dibujó en mi rostro mientras me cruzaba de brazos. Sabía que no iba a levantarse de la cama.
Enmudeció.
—¿Qué pasa?, ¿No puedes? —le reté.
Sabía que estaba siendo cruel, pero era la única forma de hacerle ver que me necesitaba. Que necesitaba dejar que lo ayudaran. Él bajó la cabeza mientras decía casi en un murmullo.
—No puedo ir al baño por mi cuenta, no puedo vestirme, no puedo caminar sin caerme. No puedo hacer nada... —su voz parecía haberse quebrado pero cuando alzó la vista, sólo pude ver sus ojos sin vida vidriosos. —, vete.
—Yo puedo ayudarte. —murmuré. Una parte de mi se había conmovido terriblemente al verle de ésa forma. Por un segundo pareció tan vulnerable.
Para mi sorpresa, rió.
Rió amargamente mientras decía —¿Si?, ¿Cómo?, ¿Llevándome al baño?, ¿Vistiéndome?, ¿Sacándome de mi habitación? —su risa se apagó dejando solo el dolor de su voz —, es denigrante.
—¿Qué pasaría si yo te dijera que puedes hacer éso y más tú solo? —murmuré con cuidado.
Pude ver un atisbo de asombro y esperanza en su rostro.
—¿Cómo? —titubeó.
—Puedo enseñarte a "ver" el mundo con tus manos. Tus manos serán tus ojos —dije con renovada esperanza.
Él frunció el ceño. —¿Eres ciega? —preguntó de pronto.
Yo sonreí tristemente.
—No. No lo soy. Pero mis papás si..., ellos me enseñaron a ver el mundo con mis manos; si tú quieres, puedo enseñarte.
Vi la duda atravesar su rostro y me volví hacia Anne. Lucía más tranquila y esperanzada. El corazón se me encogió; me veía como si yo fuera una salvación y no lo era. Sólo era una chiquilla que intentaba ser de ayuda.
Di un paso hacia la cama de Harry y luego otro mientras sentía que el corazón comenzaba a latirme con fuerza contra las costillas. Cuando estuve al pie de la cama, me detuve.
Pude notar que me percibía porque olisqueó hacia mi dirección.
—Sal de la cama —dije con cautela.
—No. —dijo tajante.
Suspiré y me armé de valor. Mis manos se posicionaron sobre la colcha y tiré de ella descubriéndolo.
—¡¿Qué demonios...!? —exclamó.
—Sal de la cama —dije intentando sonar firme.
Él no lo hizo. Rodeé la cama hasta quedar a su lado y enredé mis dedos sobre sus muñecas para tirar de él hacia arriba pero fue mas rápido & tiró de mi. Perdí el equilibrio & terminé apoyando una rodilla sobre la cama con mi cuerpo abalanzado sobre el suyo y su rostro a pocos centímetros del mío.
Mi corazón comenzó a latir desbocado por su cercanía. Su aroma me golpeó aturdiéndome. Olía a perfume caro, loción de afeitar y menta. Mi cuerpo comenzó a temblar involuntariamente y mis ojos se posaron en los suyos.
En ése momento, podría jurar que podía verme.
—No vuelvas a hacer éso —siseó. Su aliento me rozaba el rostro y un extraño escalofrío me recorrió el cuerpo.
Javiera♥
Re: Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
Hola primera y FIEL, lectora, me encanta la novela es tan hermosa tienes que seguirla pronto
xoxo
xoxo
Laura Sofia
Re: Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
Holi mi única lectora<3 u.u ya la sigo para ti :)Laura Sofia escribió:Hola primera y FIEL, lectora, me encanta la novela es tan hermosa tienes que seguirla pronto
xoxo
Xx
Javiera♥
Re: Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
Capitulo 3:
—No vuelvas a hacer éso —siseó. Su aliento me rozaba el rostro y un extraño escalofrío me recorrió el cuerpo.
El corazón me latía con fuerza contra el pecho y una extraña sensación de vacío en el estómago me invadió. Aflojé mi agarre y me tambaleé al incorporarme pero no aparté la vista de su rostro.
—¿D-Dejarás que te ayude? —tartamudeé intentando sonar tranquila.
Harry tenía la mirada fija en un punto perdido pero percibía su atención sobre mi.
—Si dejo que me... —se aclaró la garganta. —, "ayudes", ¿Me dejarás en paz?
No pude evitar sonreír y dije —Prometo intentar no ser tan irritante.
Las comisuras de sus labios se elevaron y pude ver un par de hoyuelos dibujándose en sus mejillas.
—Suena tentador —se pasó una mano por la barbilla pensativo. Reprimí una sonrisa a pesar de que sabía que no podía verme. —. Si no puedes ayudarme, ¿Dejarás de molestarme?
Fruncí el entrecejo.
—¿Por qué no habría de poder ayudarte?, no me subestimes —fanfarroneé.
Una sonrisa sincera se extendió por su rostro. El tipo de sonrisa que le quitaría el aliento a cualquiera; fresca, sincera, joven... Sus hoyuelos le daban un aspecto infantil, sus dientes perfectamente alineados, y sus labios gruesos y rojos, la hacían una sonrisa irresistible.
Sonreí como boba un segundo hipnotizada por ella pero luego me recordé que debía seguir firme. Estaba tan cerca de conseguir que dejara ayudarse...
—¿Entonces?... —pregunté mordiéndome el labio inferior en un gesto nervioso.
Sacudió la cabeza sin dejar de sonreír.
—Está bien. —dijo.
Abrí los ojos con asombro mientras me volvía hacia Anne. Ella tenía lágrimas en los ojos y una sonrisa radiante dibujada en el rostro.
—Pero mañana —continuó —. Por hoy he tenido suficiente de ti.
Me volví hacia a él y reí. —Debes acostumbrarte. Soy muy persistente.
—Creo que lo noté.
—Entonces, te dejo. —dije caminando hacia la puerta.
—¿_______?.... —dijo su voz ronca deteniéndome en la puerta.
Me volví hacia él y dije —¿Si?
—Hasta mañana. —me dedicó su sonrisa encantadora y me quedé idiotizada mirándole.
—Hasta mañana... —musité.
Salí de la casa de Anne a toda velocidad intentando comprender que acababa de pasar. Todo había salido completamente diferente a lo que había planeado y habían sido los treinta minutos más extraños e interesantes de mi semana. Estaba tan aturdida que no pude concentrarme en la tarea. Decidí dejarlo por la paz; ya la pediría a alguien mañana temprano...
—¿Te encuentras bien? —me preguntó mi mamá mientras cerrábamos el local de la tienda.
Sonreí y dije —Si.
—¿Qué tal fue todo con el hijo de Anne?
Suspiré. —Extraño... —admití —, no es un niño como yo lo pensaba. Tiene mi edad.
Mi madre sonrió. —Ya veo...
—¿En qué piensas? —inquirí entrecerrando los ojos.
Era el tipo de sonrisa que mi madre utilizaba cuando tramaba algo.
—En el destino —dijo sin más.
Bufé rodando los ojos al cielo. —Me voy a la cama. —anuncié.
—Descansa, amor —me dijo mi mamá. Pasé por la sala de la casa, que se encontraba anexa al local y encontré a mi papá escuchando la televisión desde el sillón de su estudio. Me acerqué y besé su mejilla antes de dirigirme a mi habitación a dormir.
A la mañana siguiente, me levanté, me duché y me vestí.
Unos vaqueros entallados, una blusa cómoda holgada y un jersey me vistieron. Me miré al espejo; mi cabello húmedo llegaba a mi cintura y mis ojos castaños lucían cansados. Tomé un poco de polvo e intenté cubrir las manchas bajo mis ojos sin mucho éxito, me pasé un poco de brillo por los labios y máscara para pestañas.
Tomé una goma para el cabello y mi mochila; me haría una coleta ya que mi cabello se hubiera secado.
Al salir de clases, me dirigí directamente a casa de Anne.
Me sorprendí al ser recibida por una chica muy bonita. Una chica que no había visto el día anterior y el corazón se me encogió en el pecho. No había considerado que, quizás, Harry tendría una novia.
Su cabello rubio oscuro era muy similar al de Harry pero estaba perfectamente estilizado en rizos suaves; el tipo de rizos que mi melena jamás podría tener. Sus ojos verdes me miraban fijamente y su perfecta piel blanca parecía resplandecer, era delgada y una cabeza más alta que yo.
—H-Hola —murmuré sorprendida.
—¡Hola! —me saludó con calidez. —, tú debes ser _______. Mucho gusto, soy Gemma.
—M-Mucho gusto —tartamudeé.
—Pasa, por favor —dijo.
¡Dios mío!, Debía ser una novia realmente formal para tener la libertad de invitar a pasar a alguien a una casa que no era suya.
Debía admitir que era una chica preciosa, digna de un chico como Harry. La punzada en mi pecho volvió repentinamente y me obligué a bajar la mirada.
—Mi hermano te espera en su habitación —dijo dirigiéndome una sonrisa amable.
—¿T-tu qué? —tartamudeé confundida.
Ella rió.
—Harry es mi hermano —me anunció. —. Dijo que cuando llegaras te dijera que pasaras a su habitación.
Una extraña sensación de alivio me recorrió el cuerpo y me regañé mentalmente por sentirme de aquella forma.
—Gracias —dije en un suspiro aliviado.
Ella rió de forma extraña. —Trátalo bien —me guiñó un ojo. —. Me contó lo que hiciste ayer.
No pude evitar ruborizarme.
Subí las escaleras rápidamente pero al estar frente a la puerta me congelé.
La puerta estaba entreabierta pero no me atreví a entrar.
—Pasa —dijo la voz de Harry desde adentro.
Fruncí el ceño confundida y entré.
—¿Cómo sabías que era yo? —dije.
Rodó los ojos como si fuera la pregunta más estúpida que le hubieran hecho en toda su vida.
—Te olí —dijo con su voz ronca —, además, escuché como subías las escaleras.
—¿Listo? —dije intentando sonar segura.
—Sorpréndeme —dijo alzando una ceja con arrogancia.
Encendí la luz para que la habitación no estuviera en penumbra y caminé hacia él.
—Sal de la cama —dije deteniéndome a su lado junto a la cama.
Pude ver que tenía el cabello húmedo y su aroma era más persistente que el de ayer. Acaba de ducharse y el aroma era embriagador.
Se sentó al pie de la cama y se puso de pie tanteando la cabecera para afirmarse de algo.
Me paré frente a él y su figura se impuso ante mi. Era casi dos cabezas más alto que yo, fuerte, firme... Me sentí intimidada pero me aclaré la garganta y dije.
—Vas a conocer tu habitación tan bien que será imposible que caigas nunca más —dije.
Él frunció el ceño.
—Confía en mi —dije sonriendo. Dejé mi mochíla en el suelo y saqué de ella un bastón "Blanco", mejor conocido como el bastón de los ciegos; lo desdoblé y lo puse en una de sus manos.
—¿Es un bastón? —susurró.
—Si —dije nerviosa.
Él no dijo nada, pero pude ver su expresión triste.
Tomé una de sus muñecas y dí dos pasos hacia atrás para que su brazo quedaran extendido. Una de sus manos estaba aferrada al bastón.
—Necesito que tanteés la superficie con él e intentes detectar que objetos hay en el suelo. ¿Crees que puedas hacerlo? —dije.
Él frunció el ceño y asintió.
Comenzó a mover el bastón bastante lejos de su cuerpo.
—No tan lejos. Cerca de tu cuerpo. —ordené.
Él obedeció y comenzó de nuevo.
El bastón golpeó con un banquito de escritorio.
—¿Qué es? —dije en voz baja mirándolo.
Harry frunció más el ceño. —¿Mi banco?
Sonreí —Así es. Nadie tiene permiso de mover absolutamente nada de tu habitación. El banco siempre estará ahí, ¿Correcto?
Él asintió.
Comenzó a recorrer la habitación tropezando de vez en cuando y al tercer intento pudo hacerlo a la perfección.
Anne había mirado ése último intento y sonreía emocionada.
—Está prohibido mover cosas en la casa —dije —, si van a mover algo, deben hacerle recorrer la habitación de ésta forma hasta que memorice el espacio en el que se mueve — me dirigí hacia Harry —. Mañana continuaremos con el resto de la casa.
Él tanteó al aire en busca de algo y me acerqué a él un paso.
Tomó mi mano y la apretó con fuerza antes de llevársela a los labios besándola.
El corazón comenzó a acelerarse dentro de mi pecho.
—Gracias —dijo con los labios pegados al dorso de mi mano.
______________________________________________________________________________________________________
Dedicada a mi unica lectora asdfghjklñXDDDD Laura(? Gracias por leer:3 <3
Javiera♥
Re: Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
Ahhh que hermoso capitulo, finalmente Harry dejo que rayis lo ayudara!!! jajajja
Ahhh conoció a Gemma, jajajajaj pensaba que era su novia ajjajajajaj
Ahhh que bueno que ya esta consiguiendo "ver" pero de otro forma!!!! MUCHAS GRACIAS RAYIS!!! jajajaj
Siguelaaa pronto!!!
xoxo
Ahhh conoció a Gemma, jajajajaj pensaba que era su novia ajjajajajaj
Ahhh que bueno que ya esta consiguiendo "ver" pero de otro forma!!!! MUCHAS GRACIAS RAYIS!!! jajajaj
Siguelaaa pronto!!!
xoxo
Laura Sofia
Re: Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
Hola acabo de leer los capitulo!!!! Y déjame decirte que ME ENCANTARON!!!
Primero yo estaba como *No harry es ciego noooooooooooo* despues estaba *Ahhh rayis lo va a ayudar* luego *Quien es la chica que abrió la puerta :x ... ammm bueno es Gemma ;) * y todo acabo en el tierno momento de rayis y hazza QUE FUE SUPER HERMOSO!!!!!!!!!!!!!!!!!
Siguelaaaaaaaaaaaaa
ATT.Lina
Primero yo estaba como *No harry es ciego noooooooooooo* despues estaba *Ahhh rayis lo va a ayudar* luego *Quien es la chica que abrió la puerta :x ... ammm bueno es Gemma ;) * y todo acabo en el tierno momento de rayis y hazza QUE FUE SUPER HERMOSO!!!!!!!!!!!!!!!!!
Siguelaaaaaaaaaaaaa
ATT.Lina
Lina Garcia
Re: Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
Laura Sofia escribió: Ahhh que hermoso capitulo, finalmente Harry dejo que rayis lo ayudara!!! jajajja
Ahhh conoció a Gemma, jajajajaj pensaba que era su novia ajjajajajaj
Ahhh que bueno que ya esta consiguiendo "ver" pero de otro forma!!!! MUCHAS GRACIAS RAYIS!!! jajajaj
Siguelaaa pronto!!!
xoxo
Si, harry es todo un terco, no deja que rayis la ayude >:c asdfghjklñ ya la sigo gracias por leer;)
Xx
Javiera♥
Re: Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
Lina Garcia escribió:Hola acabo de leer los capitulo!!!! Y déjame decirte que ME ENCANTARON!!!
Primero yo estaba como *No harry es ciego noooooooooooo* despues estaba *Ahhh rayis lo va a ayudar* luego *Quien es la chica que abrió la puerta :x ... ammm bueno es Gemma ;) * y todo acabo en el tierno momento de rayis y hazza QUE FUE SUPER HERMOSO!!!!!!!!!!!!!!!!!
Siguelaaaaaaaaaaaaa
ATT.Lina
Asdfghjklñlkjhgfds Rayis es una tierna:3 Ya la sigo gracias por leer:(<3<3
Xx
Javiera♥
Re: Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
Capitulo 4:
—Gracias —dijo con los labios pegados al dorso de mi mano.
Y ahí iba mi corazón desbocado, una vez más.
Retiré mi mano de su contacto muy nerviosa. Anne nos miró de hito en hito, primero a Harry y luego a mí. Me aclaré la garganta y dije —Ahora, voy a necesitarte, Anne.
Ella alzó las cejas con sorpresa mientras Harry fruncía el ceño.
—Te voy a enseñar a ver el rostro de una persona con tus manos.
Harry apretó el bastón ansiosamente mientras yo lo ayudaba a sentarse al pie de la cama.
Me quité un converse y lo dejé en el lugar de donde quité el banquillo del escritorio. Sólo para recordar el lugar exacto y volver a acomodarlo allí.
Anne soltó una risita divertida y me ruboricé lentamente.
Coloqué el banquillo y lo dejé frente a Harry.
—Siéntate, por favor, Anne —dije mirándola.
Ella se sentó frente a su hijo quedando cara a cara.
Me paré junto a ellos y dije —Harry, vas a recorrer su rostro con tus manos y me vas a describir sus facciones. ¿Crees que puedas hacerlo?
Frunció el ceño.
—Pero no serviría de nada porque conozco el rostro de mi madre. —observó él.
Hice una mueca.
Tenía razón. Tenía que ser alguien a quien no conociera.
—¿Por qué no tomas mi lugar? —sugirió Anne.
Abrí los ojos como platos de la sorpresa y titubeé.
Anne se levantó del banquillo y me hizo sentarme sin que tuviera tiempo para protestar.
—Harry puede hacerlo contigo y describirte hacia mí. Yo le diré si es correcta la descripción que me dé —dijo Anne parándose justo donde yo me encontraba.
Me desvené el cerebro intentando encontrar una buena excusa; un buen motivo para no ser yo la que tuviera que estar tan cerca de aquel chico tan extraño pero no lo encontré.
Miré a Harry y dije en voz baja —Está bien.
Él elevó ambas manos con lentitud y las puso sobre mis mejillas con delicadeza. El simple toque hizo que la piel se me pusiera de gallina.
Sus manos eran cálidas y grandes. Sentí mi corazón acelerándose y cerré los ojos con fuerza intentando tranquilizarme. Deslizó su mano derecha por mi mejilla hacia abajo y su meñique me acarició aquel punto en el que la mandíbula se une con el cuello. Me estremecí por completo & apreté los puños intentando no jadear.
Deslizó su mano hacia arriba y rozó mi oreja. Posicionó su mano en mi nuca. Su pulgar me rozaba un costado del rostro y el resto de su mano en mi cuello. Me sostuvo con firmeza mientras con la otra mano examinaba mi rostro.
Contuve la respiración mientras las yemas de sus dedos bordearon mis labios, mi nariz, mis pómulos, mi mandíbula, mi frente..., sonrió al tener que alejar un par de mechones de cabello de mi frente y siguió su recorrido por mi sien.
Sentí sus dedos cerca de mis ojos y cerré los ojos. Segundos después, los sentí sobre mis párpados cerrados.
—Sus ojos son grandes —comenzó a hablar con la voz más ronca de lo normal —, tiene pestañas largas, nariz pequeña, labios gruesos pero pequeños, pómulos marcados y la mandíbula fina.
Anne abrió los ojos con sorpresa. —Así es. —dijo.
Harry sonrió.
Su mano se deslizó fuera de mi nuca. Su toque había sido eliminado y pude respirar con naturalidad otra vez.
Harry parecía satisfecho con el mismo.
El resto de la tarde la pasamos dándole objetos sin decirle que eran para que él, con el tacto, lo descubriera. Se frustraba con mucha facilidad al no reconocer los objetos al primer intento pero, tras varias rabietas, comenzó a acertar con rapidez.
Eran casi las nueve de la noche cuando decidí dejarlo por ése día.
—Terminamos por hoy — anuncié con una sonrisa cansada. Miré el reloj y recordé mi tarea de química. No iba a dormir ésa noche.
—¿Vendrás mañana? —preguntó Harry poniéndose de pie aferrado al bastón blanco.
—Sí, pero será más tarde, ¿Está bien? —dije.
—Bien. —Harry me sonrió amablemente y apreté su mano.
—Descansa —dije.
—Gracias —dijo él con una sonrisa tímida.
Sonreí y bajé las escaleras con rapidez.
Al pie de la puerta, se encontraba Anne esperándome.
—Muchas gracias, _______. —dijo apretando mi mano.
—No hay de qué —dije regresándole el gesto.
Vi que intentó sacar un par de billetes de su monedero y abrí los ojos como platos.
—Toma —dijo. —. No es mucho, pero...
—¡No, no y no! —dije alzando las manos a la altura de mis hombros. —, no puedo aceptarlo.
—¿Cómo no vas a aceptarlo?, Toma —dijo extendiendo el dinero hacia mi.
—No, Anne. Lo hago con mucho gusto, de verdad —dije negando con la cabeza.
—Pero...
—Sin ningún "pero". Lo hago porque me nace hacerlo.
Anne, sin decir una palabra, se me echó a los brazos tomándome por sorpresa.
—¡Gracias, _______!, ¡Muchas gracias! —dijo sollozando.
Se me formó un nudo en la garganta mientras correspondía su abrazo. Anne era una mujer que amaba a su hijo más que a nada en éste mundo y podía notarlo. Era la clase de mujer que daría todo por su hijo.
Tomé el autobús rumbo a mi casa y aquella noche, fue la primera noche que soñé con sus hermosos ojos verdes. Fue la primera noche que soñé con Harry...
Y ahí iba mi corazón desbocado, una vez más.
Retiré mi mano de su contacto muy nerviosa. Anne nos miró de hito en hito, primero a Harry y luego a mí. Me aclaré la garganta y dije —Ahora, voy a necesitarte, Anne.
Ella alzó las cejas con sorpresa mientras Harry fruncía el ceño.
—Te voy a enseñar a ver el rostro de una persona con tus manos.
Harry apretó el bastón ansiosamente mientras yo lo ayudaba a sentarse al pie de la cama.
Me quité un converse y lo dejé en el lugar de donde quité el banquillo del escritorio. Sólo para recordar el lugar exacto y volver a acomodarlo allí.
Anne soltó una risita divertida y me ruboricé lentamente.
Coloqué el banquillo y lo dejé frente a Harry.
—Siéntate, por favor, Anne —dije mirándola.
Ella se sentó frente a su hijo quedando cara a cara.
Me paré junto a ellos y dije —Harry, vas a recorrer su rostro con tus manos y me vas a describir sus facciones. ¿Crees que puedas hacerlo?
Frunció el ceño.
—Pero no serviría de nada porque conozco el rostro de mi madre. —observó él.
Hice una mueca.
Tenía razón. Tenía que ser alguien a quien no conociera.
—¿Por qué no tomas mi lugar? —sugirió Anne.
Abrí los ojos como platos de la sorpresa y titubeé.
Anne se levantó del banquillo y me hizo sentarme sin que tuviera tiempo para protestar.
—Harry puede hacerlo contigo y describirte hacia mí. Yo le diré si es correcta la descripción que me dé —dijo Anne parándose justo donde yo me encontraba.
Me desvené el cerebro intentando encontrar una buena excusa; un buen motivo para no ser yo la que tuviera que estar tan cerca de aquel chico tan extraño pero no lo encontré.
Miré a Harry y dije en voz baja —Está bien.
Él elevó ambas manos con lentitud y las puso sobre mis mejillas con delicadeza. El simple toque hizo que la piel se me pusiera de gallina.
Sus manos eran cálidas y grandes. Sentí mi corazón acelerándose y cerré los ojos con fuerza intentando tranquilizarme. Deslizó su mano derecha por mi mejilla hacia abajo y su meñique me acarició aquel punto en el que la mandíbula se une con el cuello. Me estremecí por completo & apreté los puños intentando no jadear.
Deslizó su mano hacia arriba y rozó mi oreja. Posicionó su mano en mi nuca. Su pulgar me rozaba un costado del rostro y el resto de su mano en mi cuello. Me sostuvo con firmeza mientras con la otra mano examinaba mi rostro.
Contuve la respiración mientras las yemas de sus dedos bordearon mis labios, mi nariz, mis pómulos, mi mandíbula, mi frente..., sonrió al tener que alejar un par de mechones de cabello de mi frente y siguió su recorrido por mi sien.
Sentí sus dedos cerca de mis ojos y cerré los ojos. Segundos después, los sentí sobre mis párpados cerrados.
—Sus ojos son grandes —comenzó a hablar con la voz más ronca de lo normal —, tiene pestañas largas, nariz pequeña, labios gruesos pero pequeños, pómulos marcados y la mandíbula fina.
Anne abrió los ojos con sorpresa. —Así es. —dijo.
Harry sonrió.
Su mano se deslizó fuera de mi nuca. Su toque había sido eliminado y pude respirar con naturalidad otra vez.
Harry parecía satisfecho con el mismo.
El resto de la tarde la pasamos dándole objetos sin decirle que eran para que él, con el tacto, lo descubriera. Se frustraba con mucha facilidad al no reconocer los objetos al primer intento pero, tras varias rabietas, comenzó a acertar con rapidez.
Eran casi las nueve de la noche cuando decidí dejarlo por ése día.
—Terminamos por hoy — anuncié con una sonrisa cansada. Miré el reloj y recordé mi tarea de química. No iba a dormir ésa noche.
—¿Vendrás mañana? —preguntó Harry poniéndose de pie aferrado al bastón blanco.
—Sí, pero será más tarde, ¿Está bien? —dije.
—Bien. —Harry me sonrió amablemente y apreté su mano.
—Descansa —dije.
—Gracias —dijo él con una sonrisa tímida.
Sonreí y bajé las escaleras con rapidez.
Al pie de la puerta, se encontraba Anne esperándome.
—Muchas gracias, _______. —dijo apretando mi mano.
—No hay de qué —dije regresándole el gesto.
Vi que intentó sacar un par de billetes de su monedero y abrí los ojos como platos.
—Toma —dijo. —. No es mucho, pero...
—¡No, no y no! —dije alzando las manos a la altura de mis hombros. —, no puedo aceptarlo.
—¿Cómo no vas a aceptarlo?, Toma —dijo extendiendo el dinero hacia mi.
—No, Anne. Lo hago con mucho gusto, de verdad —dije negando con la cabeza.
—Pero...
—Sin ningún "pero". Lo hago porque me nace hacerlo.
Anne, sin decir una palabra, se me echó a los brazos tomándome por sorpresa.
—¡Gracias, _______!, ¡Muchas gracias! —dijo sollozando.
Se me formó un nudo en la garganta mientras correspondía su abrazo. Anne era una mujer que amaba a su hijo más que a nada en éste mundo y podía notarlo. Era la clase de mujer que daría todo por su hijo.
Tomé el autobús rumbo a mi casa y aquella noche, fue la primera noche que soñé con sus hermosos ojos verdes. Fue la primera noche que soñé con Harry...
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RAYIS SOÑO CON HARRY*0* algo le pasa ah rayita con harry 1313 asdfghjklñ okya:(
Javiera♥
Re: Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
Capitulo 5:
Aquella mañana me levanté tarde.
No había escuchado sonar el despertador y me maldije todo el camino rumbo a la escuela. Estaba completamente furiosa por ser tan descuidada. No volvería a pasar toda la tarde en casa de Harry; la universidad era importante para mí y no iba a descuidarla.
Al llegar a la escuela, era tan tarde que el profesor de Química no me dejó entrar al salón. Otro motivo para ponerme furiosa, había pasado casi toda la noche terminando el proyecto y no iba a poder entregarlo por haberme quedado dormida.
Me desplomé en el suelo y apoyé la cabeza entre mis manos mientras intentaba relajarme.
—¿Qué haces aquí, boba? —aquella voz tan familiar me hizo levantar la cabeza.
Mi mejor amiga, Perrie se encontraba de pie a mi lado con una sonrisa burlona en el rostro.
—Smith no me dejó entrar —dije haciendo una mueca de fastidio.
Ella negó con la cabeza.
—Tienes suerte de que tenga hora libre. ¿Vamos a desayunar? —dijo.
Miré mi reloj y comprobé que aún era temprano. Me levanté y caminamos hasta la cafetería del campus.
Después de pedir un generoso desayuno, nos sentamos en una pequeña mesa a comer y charlar.
Perrie no paraba de hablar del chico al que había conocido el fin de semana: Zayn Malik. Al parecer la había invitado a salir el próximo fin de semana y no paraba de hablar de él.
—¡Es tan lindo! —dijo dándole un sorbo a su café. Yo sonreí. —, me dijeron que solía ser un patán de primera pero que después del accidente que tuvo con sus amigos, cambió.
—¿Tuvo un accidente? —dije intentando meterme en aquella conversación con mi amiga. Me encontraba completamente absorta en mis pensamientos.
—Si. Automovilístico. Iba con sus amigos y, a lo que escuché, falleció uno de ellos y otro quedó ciego. —dijo Perrie con pesar.
Sentí un extraño escalofrío recorrerme el cuerpo —¿Q-Qué? —tartamudeé.
—Sí, bueno... El chico que murió se llamaba Noah Grint y el que quedó invidente Harry Styles.
Sentí que el estómago se me revolvió en ése instante.
—¿H-Harry?, ¿Harry qué? —dije intentando calmar el temblor de mis manos.
—Styles -repitió. ¿Por qué?
Negué con la cabeza enérgicamente. No podía ser el mismo Harry, ¿O sí?, el apellido de Anne era "Cox". Tenía que ser otro Harry pero, ¿Cuántas posibilidades había de que fuera alguien diferente?
—Por nada. —murmuré.
Aquella tarde, al terminar las clases, me dirigí a casa. No podía dejar de pensar en lo que me había contado Perrie. Quizás sería bueno preguntarle a Harry que había pasado aquel día de su accidente. No sabía que tan reacio a contarme podría estar, pero tenía que intentarlo.
Me metí a la ducha y al salir me puse mi perfume favorito. Ése que solo utilizaba cuando salía a fiestas importantes.
Me vestí mis vaqueros favoritos y una blusa holgada con transparencias en la espalda.
Cepillé mi cabello intentando domarlo sin éxito y me puse una capa fina de máscara para pestañas y brillo labial.
Salí de mi casa y tomé el autobús rumbo a casa de Harry.
Al llegar, toqué la puerta y me recibió Anne. Su expresión era angustiada y fruncí el ceño intentando averiguar qué había pasado.
—¡_______! —dijo preocupada.
—Hola, ¿Qué sucede?, ¿Está todo en orden? —dije mirándola con cautela.
Anne se frotó la cara con angustia. —Moví el banquito. Fue un accidente y... —ahogó un sollozo. Yo ya podía imaginar lo que venía a continuación —, cayó. Sangró de la nariz, y yo...
No pudo continuar.
Subí las escaleras rápidamente sin poder esperar a que terminara de contarme algo que no quería escuchar de su boca, sino de la de él. Moví el pomo de la puerta intentando abrirla. Estaba cerrada con llave.
Toqué la puerta con brusquedad pero nadie me abrió.
—Harry, ábreme —dije comenzando a sentirme más ansiosa de lo que ya me sentía.
—¡LÁRGATE DE AQUÍ! -gritó con furia desde el interior de la habitación. Yo di un respingo al escucharlo hablar así.
No se parecía en nada al Harry que había estado conmigo la tarde anterior.
—No me voy a ir, ábreme —dije intentando sonar tranquila.
—¡¿QUÉ NO ENTIENDES QUE QUIERO QUE TE LARGUES DE AQUÍ?!, ¡YA PROBASTE TU PUNTO!, ¡SOY UN MALDITO INÚTIL, AHORA LÁRGATE AL DEMONIO DE AQUÍ!
El corazón comenzó a latirme fuertemente dentro del pecho.
Anne estaba a mi lado y la miré.
—¿Tienes llave de ésta habitación? —pregunté.
Ella me miró dudosa pero me entregó un llavero. —Es la única plateada. —indicó.
Tomé la pequeña llave plateada y la introduje en la abertura. Abrí el cerrojo.
Cuando abrí la puerta, tuve que volver a cerrarla porque un zapato salió disparado en mi dirección. El golpe sordo de la madera de la puerta me hizo dar un salto y chillé. Si no hubiera reaccionado tan rápido, me habría golpeado en la cara.
—¡¿Qué demonios está mal contigo?! —chillé con la voz una octava más arriba de lo normal.
Nadie me respondió.
—¡Lánzame lo que quieras, no voy a irme! —solté de pronto enfurecida.
Entré a la habitación y otro zapato voló en mi dirección. Yo me agaché justo a tiempo para esquivarlo.
—¡Deja de actuar como si tuvieras cinco años! —chillé en su dirección.
—¡Nadie te pidió que entraras!, ¡Lárgate de una maldita vez! —me espetó enfurecido.
—¡ERES UN IMBÉCIL! —le grité encolerizada.
El silencio invadió la habitación. Mi pecho subía y bajaba al ritmo de mi pesada respiración. Estaba furiosa. Completa y absolutamente furiosa.
—Le dijiste imbécil a un ciego —siseó él. Como si la culpa pudiera hacerme retractarme de haberlo dicho.
Me reí amargamente y solté. —Le dije imbécil a un imbécil.
Pude ver como su cuerpo se tensaba con la rabia que sentía. Pero no me importaba. Yo sólo intentaba ayudarle y él se comportaba como si yo fuera la culpable de todos sus problemas.
—Lárgate. —soltó con voz grave y amenazante.
—Quiero que sepas que si me voy, no voy a volver nunca. —dije intentando tranquilizarme.
—Nadie te ha pedido que vengas, en primer lugar. —me dijo con amargura.
—No va a haber nadie en ésta ciudad que esté dispuesto a ayudarte si tú no cambias tu actitud—comencé —. Deja de comportarte como una víctima porque no lo eres. Mejor dale gracias a la vida que estás vivo, no como Noah Grint.
—¿Q-Qué dijiste? —tartamudeó.
En ése momento comprendí lo que acababa de hacer y me quedé completamente muda mirándolo.
—¿D-Dónde supiste lo de Noah? —dijo con la voz entrecortada. Yo no pude responder.
Si pudiera haberme fulminado con la mirada, lo habría hecho. Estaba segura.
Tenía el rostro completamente desencajado y, a pesar de tener la mirada fija en la nada, podía notar el coraje en sus ojos.
—¡Maldita sea, _______, responde! —me espetó.
No había escuchado sonar el despertador y me maldije todo el camino rumbo a la escuela. Estaba completamente furiosa por ser tan descuidada. No volvería a pasar toda la tarde en casa de Harry; la universidad era importante para mí y no iba a descuidarla.
Al llegar a la escuela, era tan tarde que el profesor de Química no me dejó entrar al salón. Otro motivo para ponerme furiosa, había pasado casi toda la noche terminando el proyecto y no iba a poder entregarlo por haberme quedado dormida.
Me desplomé en el suelo y apoyé la cabeza entre mis manos mientras intentaba relajarme.
—¿Qué haces aquí, boba? —aquella voz tan familiar me hizo levantar la cabeza.
Mi mejor amiga, Perrie se encontraba de pie a mi lado con una sonrisa burlona en el rostro.
—Smith no me dejó entrar —dije haciendo una mueca de fastidio.
Ella negó con la cabeza.
—Tienes suerte de que tenga hora libre. ¿Vamos a desayunar? —dijo.
Miré mi reloj y comprobé que aún era temprano. Me levanté y caminamos hasta la cafetería del campus.
Después de pedir un generoso desayuno, nos sentamos en una pequeña mesa a comer y charlar.
Perrie no paraba de hablar del chico al que había conocido el fin de semana: Zayn Malik. Al parecer la había invitado a salir el próximo fin de semana y no paraba de hablar de él.
—¡Es tan lindo! —dijo dándole un sorbo a su café. Yo sonreí. —, me dijeron que solía ser un patán de primera pero que después del accidente que tuvo con sus amigos, cambió.
—¿Tuvo un accidente? —dije intentando meterme en aquella conversación con mi amiga. Me encontraba completamente absorta en mis pensamientos.
—Si. Automovilístico. Iba con sus amigos y, a lo que escuché, falleció uno de ellos y otro quedó ciego. —dijo Perrie con pesar.
Sentí un extraño escalofrío recorrerme el cuerpo —¿Q-Qué? —tartamudeé.
—Sí, bueno... El chico que murió se llamaba Noah Grint y el que quedó invidente Harry Styles.
Sentí que el estómago se me revolvió en ése instante.
—¿H-Harry?, ¿Harry qué? —dije intentando calmar el temblor de mis manos.
—Styles -repitió. ¿Por qué?
Negué con la cabeza enérgicamente. No podía ser el mismo Harry, ¿O sí?, el apellido de Anne era "Cox". Tenía que ser otro Harry pero, ¿Cuántas posibilidades había de que fuera alguien diferente?
—Por nada. —murmuré.
Aquella tarde, al terminar las clases, me dirigí a casa. No podía dejar de pensar en lo que me había contado Perrie. Quizás sería bueno preguntarle a Harry que había pasado aquel día de su accidente. No sabía que tan reacio a contarme podría estar, pero tenía que intentarlo.
Me metí a la ducha y al salir me puse mi perfume favorito. Ése que solo utilizaba cuando salía a fiestas importantes.
Me vestí mis vaqueros favoritos y una blusa holgada con transparencias en la espalda.
Cepillé mi cabello intentando domarlo sin éxito y me puse una capa fina de máscara para pestañas y brillo labial.
Salí de mi casa y tomé el autobús rumbo a casa de Harry.
Al llegar, toqué la puerta y me recibió Anne. Su expresión era angustiada y fruncí el ceño intentando averiguar qué había pasado.
—¡_______! —dijo preocupada.
—Hola, ¿Qué sucede?, ¿Está todo en orden? —dije mirándola con cautela.
Anne se frotó la cara con angustia. —Moví el banquito. Fue un accidente y... —ahogó un sollozo. Yo ya podía imaginar lo que venía a continuación —, cayó. Sangró de la nariz, y yo...
No pudo continuar.
Subí las escaleras rápidamente sin poder esperar a que terminara de contarme algo que no quería escuchar de su boca, sino de la de él. Moví el pomo de la puerta intentando abrirla. Estaba cerrada con llave.
Toqué la puerta con brusquedad pero nadie me abrió.
—Harry, ábreme —dije comenzando a sentirme más ansiosa de lo que ya me sentía.
—¡LÁRGATE DE AQUÍ! -gritó con furia desde el interior de la habitación. Yo di un respingo al escucharlo hablar así.
No se parecía en nada al Harry que había estado conmigo la tarde anterior.
—No me voy a ir, ábreme —dije intentando sonar tranquila.
—¡¿QUÉ NO ENTIENDES QUE QUIERO QUE TE LARGUES DE AQUÍ?!, ¡YA PROBASTE TU PUNTO!, ¡SOY UN MALDITO INÚTIL, AHORA LÁRGATE AL DEMONIO DE AQUÍ!
El corazón comenzó a latirme fuertemente dentro del pecho.
Anne estaba a mi lado y la miré.
—¿Tienes llave de ésta habitación? —pregunté.
Ella me miró dudosa pero me entregó un llavero. —Es la única plateada. —indicó.
Tomé la pequeña llave plateada y la introduje en la abertura. Abrí el cerrojo.
Cuando abrí la puerta, tuve que volver a cerrarla porque un zapato salió disparado en mi dirección. El golpe sordo de la madera de la puerta me hizo dar un salto y chillé. Si no hubiera reaccionado tan rápido, me habría golpeado en la cara.
—¡¿Qué demonios está mal contigo?! —chillé con la voz una octava más arriba de lo normal.
Nadie me respondió.
—¡Lánzame lo que quieras, no voy a irme! —solté de pronto enfurecida.
Entré a la habitación y otro zapato voló en mi dirección. Yo me agaché justo a tiempo para esquivarlo.
—¡Deja de actuar como si tuvieras cinco años! —chillé en su dirección.
—¡Nadie te pidió que entraras!, ¡Lárgate de una maldita vez! —me espetó enfurecido.
—¡ERES UN IMBÉCIL! —le grité encolerizada.
El silencio invadió la habitación. Mi pecho subía y bajaba al ritmo de mi pesada respiración. Estaba furiosa. Completa y absolutamente furiosa.
—Le dijiste imbécil a un ciego —siseó él. Como si la culpa pudiera hacerme retractarme de haberlo dicho.
Me reí amargamente y solté. —Le dije imbécil a un imbécil.
Pude ver como su cuerpo se tensaba con la rabia que sentía. Pero no me importaba. Yo sólo intentaba ayudarle y él se comportaba como si yo fuera la culpable de todos sus problemas.
—Lárgate. —soltó con voz grave y amenazante.
—Quiero que sepas que si me voy, no voy a volver nunca. —dije intentando tranquilizarme.
—Nadie te ha pedido que vengas, en primer lugar. —me dijo con amargura.
—No va a haber nadie en ésta ciudad que esté dispuesto a ayudarte si tú no cambias tu actitud—comencé —. Deja de comportarte como una víctima porque no lo eres. Mejor dale gracias a la vida que estás vivo, no como Noah Grint.
—¿Q-Qué dijiste? —tartamudeó.
En ése momento comprendí lo que acababa de hacer y me quedé completamente muda mirándolo.
—¿D-Dónde supiste lo de Noah? —dijo con la voz entrecortada. Yo no pude responder.
Si pudiera haberme fulminado con la mirada, lo habría hecho. Estaba segura.
Tenía el rostro completamente desencajado y, a pesar de tener la mirada fija en la nada, podía notar el coraje en sus ojos.
—¡Maldita sea, _______, responde! —me espetó.
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Harry se enojo -.-
Javiera♥
Re: Aunque no puedo verte|Harry Styles & tu|
Capitulo 6:
—¡Maldita sea, _______, responde! —me espetó.
"¡Mierda, mierda, mierda!" pensé para mis adentros. ¿Acaso no podía haber sido más estúpida?, era evidente que aquel Harry del accidente del que me habló Perrie, era el mismo Harry que tenía frente a mi. Ahora comprendía que había cruzado una línea demasiado delicada que no debía haber cruzado.
—Yo... —no era capaz de formular una respuesta.
—¡No sabes absolutamente NADA de lo que pasó ésa noche!, ¡Nadie lo sabe!, ¡No estabas ahí! —parecía que gruñía entre palabras. —, no sabes lo que hubiera dado por tomar su lugar.
Abrí los ojos con sorpresa. ¿Quería morir?, ¿Acaso quería desaparecer?, ¿Tan poco valía su vida?
—Harry... —intenté enmendar lo que había hecho pero él me interrumpió.
—Yo iba manejando —dijo. Su voz se escuchó completamente quebrada y el corazón se me quebró en mil pedazos. —. Era yo quien conducía el auto. Yo lo maté.
Abrí la boca para decir algo pero la cerré inmediatamente. Mi mente en ése momento era un caos terrible. Quería abrazarlo, quería gritarle que era un estúpido por querer morir, quería llorar, quería alejarme de él y quería acercarme más...
—Merezco lo que me pasó y si estoy vivo es porque la vida se encarga de recordarme a diario que yo lo maté...
—¡Cállate! —lo interrumpí con la voz entrecortada por el nudo que sentía en mi garganta. —, ¡Tú no lo mataste!, ¡Fue un accidente!
—¡NO FUE UN MALDITO ACCIDENTE, MALDITA SEA! —gritó él. Bajó el tono de su voz hasta casi ser un susurro —, si no hubiera bebido..., Si no hubiera sido tan imbécil, Noah estaría vivo y yo podría ver. No merezco tu ayuda ni la de nadie. No merezco ser feliz.
Las lágrimas se agolparon en mis ojos al ver su expresión de dolor y frustración. Tenía todo el cuerpo tenso y las manos apretadas contra el edredón de su cama.
—Agradezco lo que intentas hacer, pero no quiero tu ayuda. —me dijo en voz baja y ronca. —Ahora, por favor, vete.
Me obligué a tragar el nudo de mi garganta. —No merezco que me trates de ésta forma —murmuré intentando no llorar.
—Lo irónico aquí es que no tengas ni poquito orgullo. Te trato de la mierda y sigues aquí, ¿Acaso te tienes tan poquito amor propio?, ten dignidad y vete de aquí —me soltó con amargura pintándole la voz.
Me estaba echando y yo estaba escuchándolo. Se estaba comportando como un imbécil. Debía irme y sin embargo, no podía mover los pies.
—Bien. —dije con la voz entrecortada por el nudo de mi garganta. Una lágrima salió de mis ojos pero la sequé rápidamente con el dorso de mi mano mientras salía precipitadamente de la habitación.
—¡_______! —gritó Anne desde la sala pero yo era incapaz de mirarla. Abrí la puerta de la entrada y salí casi tropezando con mis propios pies.
Comencé a caminar rápidamente por la acera mientras me regañaba mentalmente.
"No llores, no llores, por el amor de Dios, _______; no llores." repetía para mis adentros.
Golpeé con un cuerpo a unos cuantos metros de la casa de Anne y me disculpé sin levantar la vista.
Unos brazos me rodearon lentamente y el gesto me tomó por sorpresa.
Alcé la vista y pude mirar a Gemma abrazándome con ternura y comprensión.
—¿Estás bien? —preguntó apartándose un poco para mirarme a la cara.
Estoy segura que mi aspecto era terrible porque hizo una mueca y me tomó las manos con firmeza. —, ¿Fue Harry, cierto?
Yo comencé a negar con la cabeza intentando parecer normal.
—No me engañes. Sé que mi hermano puede llegar a ser un imbécil —me miró con aprehensión. —. Sólo, por favor no lo abandones.
Fruncí el ceño confundida con su comentario.
—Harry es un completo imbécil a veces. Suele intentar ahuyentar a las personas con sus estupideces pero, has logrado más en él en un día que cualquiera de nosotros en casi un año. No lo abandones ahora. Es demasiado estúpido como para notarlo pero, te necesita. Aquel imbécil llamado Harry Styles, te necesita. —me dijo mirándome con intensidad. Yo no podía comprender porqué tenían tanta fe en mi.
No podría ayudar a Harry. No si él seguía con sus estúpidas actitudes.
—Me tengo que ir. —murmuré. Gemma me dio un cálido apretón en las manos y sonrió tiernamente. Me di la media vuelta y di un par de pasos antes de volverme hacia ella y decir.
—Gemma, no voy a volver.
Ella hizo una mueca triste y dijo —Lo sé.
Asentí lentamente y seguí mi camino.
Ésa noche, fue la primer noche que lloré por un chico.
Jamás lo había hecho. Me burlaba de las chicas que dejaban de dormir por llorar desconsoladas por alguien que no las merecía; ésa noche, yo había llorado por él. De frustración por su actitud, de coraje conmigo misma por permitirle tratarme como basura, por creer que yo era capaz de ayudar a un chico como él, y por ser tan imbécil y creer que él podría agradecerlo...
La semana siguiente fue un completo martirio.
Había días en los que sólo quería correr a casa de Anne e intentar hablar con Harry pero sus palabras me frenaban.
Tenía razón, necesitaba tener un poquito de amor propio y no buscarlo así tuviera que arrancarme todos y cada uno de los cabellos de mi cuero cabelludo por la ansiedad.
Había pasado ya una semana y media desde el incidente con Harry y comenzaba a asimilar la idea de que él no quería ser ayudado y que, por más que yo quisiera, no iba a poder hacerlo si él no me lo permitía.
Me encontraba sentada en la silla detrás del aparador de la tienda de abarrotes que mi madre tenía. Ella había salido con mi papá a surtir las cosas que hacían falta en la tienda y yo me había quedado atendiendo.
Las ventas estaban muy flojas a ésa hora del día así que decidí ponerme a leer.
Tenía la mirada inmersa en el libro y toda mi concentración puesta en las letras cuando escuché la campana de la entrada sonar.
Salí de mi ensoñación y puse un pequeño papelito en la hoja que me había quedado para no perder la página. Al dejar el libro en la vitrina tumbé un par de botes de sopa instantánea y maldije en voz baja al agacharme a recogerlos.
Estiré la mano por la rendija intentando alcanzar un bote de debajo de la vitrina y lo alcancé después de varios intentos.
—¿_______? —dijo una voz ronca impresionantemente familiar. Me levanté bruscamente y golpeé mi cabeza en el borde de la vitrina y caí al suelo sosteniéndome la cabeza sobándome con los ojos cerrados.
Abrí los ojos y me congelé al verlo ahí, de pie, con el ceño fruncido en un gesto confundido. Insoportablemente atractivo...
—¿Harry? —dije abriendo los ojos como platos. El corazón comenzó a latirme fuertemente contra las costillas. ¿Qué demonios estaba haciendo aquí?
"¡Mierda, mierda, mierda!" pensé para mis adentros. ¿Acaso no podía haber sido más estúpida?, era evidente que aquel Harry del accidente del que me habló Perrie, era el mismo Harry que tenía frente a mi. Ahora comprendía que había cruzado una línea demasiado delicada que no debía haber cruzado.
—Yo... —no era capaz de formular una respuesta.
—¡No sabes absolutamente NADA de lo que pasó ésa noche!, ¡Nadie lo sabe!, ¡No estabas ahí! —parecía que gruñía entre palabras. —, no sabes lo que hubiera dado por tomar su lugar.
Abrí los ojos con sorpresa. ¿Quería morir?, ¿Acaso quería desaparecer?, ¿Tan poco valía su vida?
—Harry... —intenté enmendar lo que había hecho pero él me interrumpió.
—Yo iba manejando —dijo. Su voz se escuchó completamente quebrada y el corazón se me quebró en mil pedazos. —. Era yo quien conducía el auto. Yo lo maté.
Abrí la boca para decir algo pero la cerré inmediatamente. Mi mente en ése momento era un caos terrible. Quería abrazarlo, quería gritarle que era un estúpido por querer morir, quería llorar, quería alejarme de él y quería acercarme más...
—Merezco lo que me pasó y si estoy vivo es porque la vida se encarga de recordarme a diario que yo lo maté...
—¡Cállate! —lo interrumpí con la voz entrecortada por el nudo que sentía en mi garganta. —, ¡Tú no lo mataste!, ¡Fue un accidente!
—¡NO FUE UN MALDITO ACCIDENTE, MALDITA SEA! —gritó él. Bajó el tono de su voz hasta casi ser un susurro —, si no hubiera bebido..., Si no hubiera sido tan imbécil, Noah estaría vivo y yo podría ver. No merezco tu ayuda ni la de nadie. No merezco ser feliz.
Las lágrimas se agolparon en mis ojos al ver su expresión de dolor y frustración. Tenía todo el cuerpo tenso y las manos apretadas contra el edredón de su cama.
—Agradezco lo que intentas hacer, pero no quiero tu ayuda. —me dijo en voz baja y ronca. —Ahora, por favor, vete.
Me obligué a tragar el nudo de mi garganta. —No merezco que me trates de ésta forma —murmuré intentando no llorar.
—Lo irónico aquí es que no tengas ni poquito orgullo. Te trato de la mierda y sigues aquí, ¿Acaso te tienes tan poquito amor propio?, ten dignidad y vete de aquí —me soltó con amargura pintándole la voz.
Me estaba echando y yo estaba escuchándolo. Se estaba comportando como un imbécil. Debía irme y sin embargo, no podía mover los pies.
—Bien. —dije con la voz entrecortada por el nudo de mi garganta. Una lágrima salió de mis ojos pero la sequé rápidamente con el dorso de mi mano mientras salía precipitadamente de la habitación.
—¡_______! —gritó Anne desde la sala pero yo era incapaz de mirarla. Abrí la puerta de la entrada y salí casi tropezando con mis propios pies.
Comencé a caminar rápidamente por la acera mientras me regañaba mentalmente.
"No llores, no llores, por el amor de Dios, _______; no llores." repetía para mis adentros.
Golpeé con un cuerpo a unos cuantos metros de la casa de Anne y me disculpé sin levantar la vista.
Unos brazos me rodearon lentamente y el gesto me tomó por sorpresa.
Alcé la vista y pude mirar a Gemma abrazándome con ternura y comprensión.
—¿Estás bien? —preguntó apartándose un poco para mirarme a la cara.
Estoy segura que mi aspecto era terrible porque hizo una mueca y me tomó las manos con firmeza. —, ¿Fue Harry, cierto?
Yo comencé a negar con la cabeza intentando parecer normal.
—No me engañes. Sé que mi hermano puede llegar a ser un imbécil —me miró con aprehensión. —. Sólo, por favor no lo abandones.
Fruncí el ceño confundida con su comentario.
—Harry es un completo imbécil a veces. Suele intentar ahuyentar a las personas con sus estupideces pero, has logrado más en él en un día que cualquiera de nosotros en casi un año. No lo abandones ahora. Es demasiado estúpido como para notarlo pero, te necesita. Aquel imbécil llamado Harry Styles, te necesita. —me dijo mirándome con intensidad. Yo no podía comprender porqué tenían tanta fe en mi.
No podría ayudar a Harry. No si él seguía con sus estúpidas actitudes.
—Me tengo que ir. —murmuré. Gemma me dio un cálido apretón en las manos y sonrió tiernamente. Me di la media vuelta y di un par de pasos antes de volverme hacia ella y decir.
—Gemma, no voy a volver.
Ella hizo una mueca triste y dijo —Lo sé.
Asentí lentamente y seguí mi camino.
Ésa noche, fue la primer noche que lloré por un chico.
Jamás lo había hecho. Me burlaba de las chicas que dejaban de dormir por llorar desconsoladas por alguien que no las merecía; ésa noche, yo había llorado por él. De frustración por su actitud, de coraje conmigo misma por permitirle tratarme como basura, por creer que yo era capaz de ayudar a un chico como él, y por ser tan imbécil y creer que él podría agradecerlo...
La semana siguiente fue un completo martirio.
Había días en los que sólo quería correr a casa de Anne e intentar hablar con Harry pero sus palabras me frenaban.
Tenía razón, necesitaba tener un poquito de amor propio y no buscarlo así tuviera que arrancarme todos y cada uno de los cabellos de mi cuero cabelludo por la ansiedad.
Había pasado ya una semana y media desde el incidente con Harry y comenzaba a asimilar la idea de que él no quería ser ayudado y que, por más que yo quisiera, no iba a poder hacerlo si él no me lo permitía.
Me encontraba sentada en la silla detrás del aparador de la tienda de abarrotes que mi madre tenía. Ella había salido con mi papá a surtir las cosas que hacían falta en la tienda y yo me había quedado atendiendo.
Las ventas estaban muy flojas a ésa hora del día así que decidí ponerme a leer.
Tenía la mirada inmersa en el libro y toda mi concentración puesta en las letras cuando escuché la campana de la entrada sonar.
Salí de mi ensoñación y puse un pequeño papelito en la hoja que me había quedado para no perder la página. Al dejar el libro en la vitrina tumbé un par de botes de sopa instantánea y maldije en voz baja al agacharme a recogerlos.
Estiré la mano por la rendija intentando alcanzar un bote de debajo de la vitrina y lo alcancé después de varios intentos.
—¿_______? —dijo una voz ronca impresionantemente familiar. Me levanté bruscamente y golpeé mi cabeza en el borde de la vitrina y caí al suelo sosteniéndome la cabeza sobándome con los ojos cerrados.
Abrí los ojos y me congelé al verlo ahí, de pie, con el ceño fruncido en un gesto confundido. Insoportablemente atractivo...
—¿Harry? —dije abriendo los ojos como platos. El corazón comenzó a latirme fuertemente contra las costillas. ¿Qué demonios estaba haciendo aquí?
____________________________________________________________________________________________
Ahi Harry eres tan temperamental:( asdfghjklñ ya harry te doy 1000 hijo 1313 Espero que les guste la maraton*-* las tkm (wena) <3<3
Xx
Javiera♥
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