Re: Un Matrimonio escandaloso Joe & Tu *Terminada*

por **chelis** Jue 24 Nov 2011, 12:20 pm

porfaaaaa

por Micaa *-* Jue 24 Nov 2011, 12:27 pm

Chicas no les podre subir cap por que estoy llena de trabajos :/ espero que me entiendan

Aaa otra cosa me pueden dar sus msn y de que pais son por fiss para que ablemos :D
LasQuiero :hug: :hug:

por **adina** Jue 24 Nov 2011, 12:29 pm

ok, te entiendo :) ninaherdz@hotmail.com Costa Rica

por Micaa *-* Jue 24 Nov 2011, 12:57 pm

adina escribió:ok, te entiendo :) ninaherdz@hotmail.com Costa Rica

Listo ya te agregue :)

por **adina** Jue 24 Nov 2011, 1:47 pm

ok :)

por **Yhosdaly** Jue 24 Nov 2011, 5:33 pm

Diossss""
Estuvieromnn juntosss!! (baile de 15segundos)
Siguelaa porfisss!!!!!!
Maratonn!! per grnadee!!!
siguelaa porfisss!!!!
amo como escribess!!
TT: TU SIEMPRE FIEL LECTORA!!

por **CoteDreamer** Jue 24 Nov 2011, 8:03 pm

Siguelaa!!!!
Siguelaa!!!!
Siguelaa!!!!

por **chelis** Vie 25 Nov 2011, 11:42 am

aaaaaahh bueno pues suerte en los trabajos... jejeje para que acabes pronto.. mi msn es chelis23-@hotmail.com ...... y soy de méxico :)

por Micaa *-* Vie 25 Nov 2011, 11:45 am

chelis escribió:aaaaaahh bueno pues suerte en los trabajos... jejeje para que acabes pronto.. mi msn es chelis23-@hotmail.com ...... y soy de méxico :)

:D Listo ya te agregue

por **jamileth** Vie 25 Nov 2011, 2:19 pm

te entiendo..
mi msm es mjsd_mksd@hotmail.com ecuador..

por **chelis** Vie 25 Nov 2011, 7:32 pm

esperando caaapiiiiss

por Micaa *-* Sáb 26 Nov 2011, 5:50 pm

Siglos después, se derrumbaron sobre la cama y se quedaron allí tumbados, sin decir palabra, respirando trabajosamente.
-No, no te apartes -le suplicó ella cuando Joe se separó por fin.
Normalmente, después de poseer a una mujer, sobre todo si era la primera vez, Joe intentaba distanciarse dando media vuelta y quedándose dormido, o yendo al cuarto de baño.
Sabía por experiencia que el peligro acechaba en esos momentos de dicha posteriores a la satisfacción sexual. Después de hacer el amor, las mujeres eran especialmente vulnerables, y tendían a malinterpretar lo que Joe sentía por ellas. Invariablemente, querían hablar y hacerse arrumacos. Pero Joe no era muy charlatán, ni le gustaban los arrumacos. La única vez que había cometido esa estupidez, siendo todavía un adolescente, la chica en cuestión le había declarado su amor antes de darle tiempo a decir nada.
Joe no soportaba que una mujer le dijera que lo quería.
Así que ¿por qué no se iba corriendo al cuarto de baño? ¿Por qué le acariciaba el pelo a________ y la besaba suavemente en los labios?
Porque aquella situación era distinta, se dijo para tranquilizarse. ________ nunca le diría que lo amaba. Con ella podía relajarse y hacer lo que le apeteciera.
Y le apetecía hacer lo que estaba haciendo en ese instante.
-¿Quieres venir al baño conmigo? -sugirió.
Ella pareció un poco sorprendida, como si ningún hombre le hubiera sugerido nunca algo semejante.
-Eh... ¿en qué estás pensando?
-Hay una bañera genial -señaló con la cabeza el cuarto de baño.
-Bueno, yo...
-Tú trae el champán y los canapés -ordenó Joe-. Yo voy a abrir los grifos -no iba a permitir que ella hiciera lo que solía hacer él: huir despavorido-. Estamos casados, ¿recuerdas? Es muy normal que los recién casados se bañen juntos.
Ella se echó a reír.
-En este matrimonio nada es normal, Joe.
El se encogió de hombros.
-¿Y qué? Podemos divertirnos mientras dure. ¿No es eso lo que quieres? ¿Divertirte? Dejaré que me laves todo el cuerpo si tú me dejas hacer lo mismo.
-Eres muy malo, ¿lo sabías?
-Sí.
Ella suspiró voluptuosamente y se retorció un poco, y Joe se dio cuenta de que ya empezaba a recuperarse.
Con un poco de suerte, habría más preservativos en el cuarto de baño. Sólo llevaba dos en la cartera.
-¡Bingo! -exclamó cinco minutos después.
Había una caja abierta en uno de los cajones de la cómoda, y aún quedaban varios. Se puso a silbar mientras abría los grifos de la bañera y echaba al agua un poco de espuma de baño. Luego fue en busca de otros utensilios capaces de satisfacer sus fantasías.
El cuarto de baño, muy bien surtido, tenía todo cuanto podía desear.
Ahora sólo le faltaba ________.
-¿________? -llamó-. ¿Dónde demonios te has metido?
Ella apareció en la puerta cubierta con una bata de seda color marfil que debía de haber llevado con ella, pero que apenas escondía su desnudez.
-No puedo abrir el champán -dijo un poco sin aliento-. Soy una inútil con esas cosas. ¡Vaya! ¡Un baño de burbujas! ¡Qué maravilla!
No miró a Joe directamente. El pensó que no era su desnudez lo que la molestaba, sino su erección.
La repentina timidez de ________ le dio que pensar. Tal vez no fuera tan experimentada como él había creído.
Pero eso no tenía sentido. ________ había sido la amante de un hombre casado. Tenían que haber hecho ciertas cosas juntas.
-¿Por qué no te metes en la bañera? -sugirió él suavemente-. Yo voy por el champán.
-¿De veras? -dijo ella, mirándolo por fin.
-Por ti, lo que sea, preciosa -contestó él.
Su sonrojo le encantó. Pero no iba a dejarse engañar por él. ________ era puro fuego haciendo el amor. Y él no pensaba darle descanso.
Le desató el cinturón de la bata y se la quitó, dejándola caer sobre las baldosas. Ella contuvo la respiración, pero no intentó cubrirse con las manos.
-Te prefiero desnuda -afirmó él y, enlazándola por la cintura, la atrajo hacia sí.
Ella no dijo palabra. Quizá no podía. Sus ojos parecían empañados. El propio Joe se sentía un poco aturdido.
El solo contacto de su cuerpo hacía arder su cuerpo. La deseaba otra vez. Inmediatamente.
Menos mal que los preservativos estaban a mano, o no se habría molestado.
No pidió permiso, y el hecho de que________no protestara confirmó lo que ya sospechaba de ella: le gustaba que los hombres mandaran en la cama.
La levantó en volandas y la sentó sobre el tocador le abrió las piernas y se hundió en ella de un solo empellón.
El sedoso guante de su carne ciñó de nuevo su sexo y lo apretó con fuerza antes de succionarlo del todo. Joe dejó escapar un gemido al darse cuenta de que de nuevo estaba a punto de llegar. La asió por las caderas, decidido a aminorar un poco el ritmo. Pero siguió penetrándola con ansia, con los ojos fijos en el lugar en que; su miembro la penetraba.

por **chelis** Sáb 26 Nov 2011, 6:16 pm

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh
hechenles aguaaaa!!!!!!!!!!!!
jejejejejejeje
es bromaaaasss!!!!!!!!!
aaaaii estan divino joe!!!
siguela porfaaaaaa

por Micaa *-* Sáb 26 Nov 2011, 6:20 pm

Al oírla gemir, levantó la mirada hacia su cara, y ya pudo apartarla. Ella tenía los ojos cerrados y la boca abierta; había echado hacia atrás la cabeza y el pelo le caía sobre la espalda.
Parecía completamente abandonada y estaba muy hermosa.
Joe seguía mirándola cuando ella llegó, arqueándose hacia él al tiempo que sus gritos de placer retumbaban en las paredes.
El orgasmo pilló por sorpresa a Joe, que se estremeció con fuerza durante largo rato. Por fin, agotado, apoyó la frente en el pecho de ________y un hondo suspiro escapó de sus pulmones.
Y así seguía cuando ella le rodeó tiernamente la cabeza con los brazos y le besó la coronilla.
-Ha sido increíble -musitó ________-. Eres increíble.
Joe zozobró un momento en la calidez de su halago. Y habría zozobrado aún más si su desconfianza hacia las mujeres no le hubiera avisado de que no debía dejarse llevar demasiado.
El delicioso cuerpo de ________ ya había actuado sobre él como un poderoso afrodisíaco, haciéndole perder el control. No quería empezar a perder también la cabeza.
-Gracias por el cumplido -dijo, y, levantando la cabeza, la bajó del tocador.
Era hora de calmarse un poco. Hora de darse un largo baño juntos, y de descubrir hasta dónde estaba dispuesta a dejarle llegar su flamante esposa.

-¡________! ¡Por fin! exclamó Alanna-. Llevo toda la mañana esperando que me llames. Aunque, claro, sólo son las diez. ¿Y bien? ¿Qué pasó ayer, después de que nos marcháramos? ¿Sí o no?
-¿Sí o no qué? -preguntó ________.
-Por lo que más quieras, chica, no me martirices. Estoy segura de que pasó algo. Si nuestros esfuerzos hubieran fracasado, no estarías tan alegre. Quiero saberlo todo con pelos y señales.
________ se echó a reír y se sonrojó. No pensaba contárselo todo a Alanna. Podía asumir que Joe la hubiera despojado por completo de su pudor, pero no quería que nadie más lo supiera.
Aun así, no tenía sentido fingir que no se habían hecho amantes. Seguramente Joe se lo diría a sus amigos. A los hombres les gustaba alardear de sus conquistas sexuales.
Y a ella, desde luego, la había conquistado. ¿Haba algo que no le hubiera dejado hacer esa noche? Si lo había, ella lo desconocía. Al salir de aquella bañera, estaba completamente corrompida.
-Está bien, está bien -admitió-. Sí, todos nuestros esfuerzos funcionaron. Joe y yo nos acostamos anoche.
Qué forma tan delicada de decirlo, teniendo en cuenta que sus alardes sexuales no se habían limitado a la cama.
-¡Lo sabía! -exclamó Alanna-. Reece dijo que Joe no podría resistirse. Dice que Joe no está hecho para el celibato.
________ hizo una mueca. Aunque sabía que no era su tipo, le disgustaba pensar que sólo hubiera aceptado acostarse con ella por pura frustración.
-Bueno, ¿y qué opinas de él ahora? -insistió Alanna-. ¿Te gusta más?
________ hizo otra mueca. Debería haber imaginado que Alanna empezaría a hacerle preguntas así. Sospechaba desde el principio que Holly y ella albergaban esperanzas sobre aquel matrimonio.
Pero ________ se resistía a darles alas. O a dárselas a sí misma.
-Supongo que sí. Pero no tenemos absolutamente nada en común.
-Los opuestos se atraen, ¿sabes?
-Sí, pero la atracción no basta en el matrimonio, Alanna.
-Es un principio. ¿Crees que podrías enamorarte de él con el tiempo?
-Me parece improbable -fue la ambigua respuesta de ________.
Sexualmente obsesionada con él, sí.
Adicta a su cuerpo, también.
Pero ¿enamorarse de él?
Cielo santo, esperaba sinceramente que no. Autodestruirse otra vez por culpa de un nombre sería el colmo. Pero ________ sospechaba que, en el fondo, en ese lugar donde intentan ocultarse las crudas verdades, ya estaba pisando la fina línea que separaba la pasión del amor.
-¿Improbable, pero no imposible? -sugirió Alanna.
-Nada es imposible.
-¿Dónde está?
-Ha ido a su casa a recoger el resto de su ropa para los días que vamos a pasar en el yate. Y a comprar unas cosas.
-¿Ah, sí? ¿Qué clase de cosas? Holly me dijo que en el ático había de todo.
________ no podía decirle que Joe había ido a comprar más preservativos.
-El periódico del domingo -contestó-. Y un poco de leche. A los dos nos gusta el café con leche fresca.
-¿Ves? -dijo Alanna-. Ya tenéis algo en común.
-Eres una optimista incurable, Alanna.
-La vida sería horrorosa sin optimismo. Siempre hay que tener esperanza. Yo sé lo que es vivir sin esperanza, y es un asco. Anoche estuve hablando con Holly y las dos pensamos que eres la clase de mujer que le conviene a Joe.
-Cielo santo, ¿por qué?
-Porque eres lista, sexy y extremadamente sensible. Y apuesto a que, además, cocinas bien.
-Se me da bastante bien la cocina, sí -reconoció.
Brandon era aficionado a la cocina de gourmet, pero no tanto como para pagar por ella. Ella se había pasado un sinfín de horas preparándole platos complicados, y a menudo había tenido que comérselos sola porque él no aparecía en el último minuto.
-Justo lo que pensaba -dijo Alanna-. Tienes madera de esposa, ________. Ahora, lo único que hace falta es que convenzas a Joe de que tener una esposa como tú sería un privilegio, no una carga.
-¿Y si no quiero que Joe sea mi marido? -replicó ella.
Alanna se echó a reír.
-Me he pasado las últimas semanas contigo, ________. Creo conocerte ya bastante bien. ¿Tienes idea de cuánto hablabas de Joe?
________ dejó escapar un gruñido.
-¿Cuánto?
-Constantemente. Cada vez que te probabas una prenda, decías ¿le gustará esto a Joe? ¿Le excitará?
-Eso no es más que sexo, Alanna -si seguía diciéndolo, tal vez llegara a creérselo.
-Hasta que se convierte en otra cosa. Joe es un buen hombre, ________. Y está terriblemente solo. Necesita alguien que lo quiera.
-Él no lo cree. Respecto al amor y el matrimonio, es inflexible.
-Intenta olvidarte de esa fachada de hombre solitario y mirar al hombre que hay debajo. No es tan duro como finge ser. ¿Sabes cuánto dinero gasta con los niños desfavorecidos? Niños que no tienen familia, ni dinero.
-No -dijo ________, sorprendida-. No me ha dicho nada.
-No, claro. Pero a esos niños les da montones de dinero cada año. Les paga los campamentos de verano. Les compra ordenadores a montones. Va a sus colegios y les da clases de informática gratis. Y hace poco emprendió un nuevo proyecto para construirles centros sociales, de ésos que tienen polideportivos cubiertos, salas de juegos y montones de actividades. Reece y Richard ayudan con donativos, pero Joe pone la mayor parte del dinero. Si crees que le interesa el contrato con Helsinger para aumentar su capital, estás muy equivocada.
________ se quedó de piedra.
-¿Por qué no me lo has dicho antes?
-No se me ha ocurrido. Estábamos muy ocupadas intentando convertirte en una mujer seductora. Pero ahora que lo sabes, ¿cambia el hecho de que sea un filántropo tus sentimientos hacia él?
-Yo... bueno, la verdad es que me dan ganas de saber más de él. Quiero decir que ¿qué es lo que le mueve? ¿Qué le pasó durante su niñez para que sea como es? ¿Lo sabes?
-No, nunca habla de ello. Ni siquiera con Richard o Reece.
-Debió de ser horrible.
-Sí, horrible. ¿Por qué no se lo preguntas un día en la cama, cuando esté... digamos... vulnerable?
-A Joe no le gusta hablar en la cama.
-Quizá deberías preguntárselo directamente -sugirió Alanna-. A fin de cuentas, tendrás que saber algo sobre su pasado antes de que os vayáis al yate. El señor Helsinger o su mujer podrían preguntarte sobre su vida, y parecería raro que no supieras nada.
-Sí, supongo que sí -respondió ________ aparentemente tranquila, aunque en el fondo no lo estaba.
Alanna empezaba a ponerla nerviosa. Y a hacerla pensar seriamente en Joe y en sus sentimientos hacia él.
________ no quería empezar a actuar como en el pasado, pensando siempre que estaba enamorada y deseando constantemente que el hombre con el que estuviera saliendo en ese momento estuviera dispuesto a darse a ella. El sentido común le decía que se conformara con disfrutar del tiempo que pasara con Joe; sobre todo, de la semana que se avecinaba.
Entre tanto, no quería seguir hablando con Alanna. Ni con nadie más, a decir verdad.
Se alegraba infinitamente de haberle dicho a su madre que iba a irse una semana de vacaciones a la costa y que tendría el móvil apagado. Les había escrito e-mails a todos sus clientes de la agencia diciéndoles lo mismo.
-Tengo que colgar, Alanna -dijo-. Joe volverá en cualquier momento. Mira, te llamaré el próximo fin de semana. No voy a llevarme el móvil al yate, y estaré con Mike todo el tiempo. Podría resultar embarazoso.
-Está bien. Pásatelo bien. ¿Puedo contarle a Holly lo tuyo con Joe?
-Sólo si no os ponéis románticas.
-Pero sí es muy romántico, ________. Lo que pasa es que todavía no te das cuenta.
-No, eres tú quien no lo entiende, Alanna. No estoy enamorada de Joe. Esto no es más que sexo, ¿de acuerdo?
-Si tú lo dices... -gorjeó Alanna mientras ________ hacía girar los ojos. Había gente que no escuchaba.
-Adiós, Alanna.
-Adiós, cielo.
________ colgó con un suspiro exagerado.
-Esta chica... -masculló.
-Era Alanna con sus ideas románticas, ¿no?
________ se giró y vio a Joe parado en la puerta de la cocina, con una mirada atenta y recelosa.
-No te he oído entrar -dijo antes de darse cuenta de que era lógico que no lo hubiera oído. El ático era enorme y la cocina estaba lejos de la entrada.
Y, además, Joe iba descalzo.
Esa mañana iba prácticamente desnudo; sólo llevaba puestos unos pantalones cortos caídos.
-¿Qué quieres decir con eso de «sus ideas románticas»? -añadió ella frunciendo el ceño.
-Que intenta hacer de casamentera.
________ hizo una mueca. Pero no tenía sentido negar lo que Joe sin duda había oído.
-Sólo quiere lo mejor para nosotros, Joe. Cree que te vendría bien tener una esposa de verdad. Y también cree que estoy enamorada de ti porque me he acostado contigo. He intentado decirle que se equivoca.
-Sí, te he oído decir que esto sólo era sexo.
Si era así, ¿por qué no parecía más contento? Lo único que quería de ella era sexo, ¿no?
-¿Qué es lo que os pasa a las mujeres? -gruñó él, dejando la leche y el paquete envuelto en papel sobre la encimera de granito negro-. ¿Es que tenéis que contároslo todo?
________levantó la barbilla. No iba permitir que le hablara así.
-Pues sí -respondió-. Nosotras, las mujeres, tenemos la espantosa costumbre de necesitar a otras personas. Para otras cosas, aparte del sexo, claro. Necesitamos compañía, cariño e hijos. Ah, sí, y también, de vez en cuando, necesitamos amor. ¡Qué idiotas somos! Pero no te preocupes, Joe. A ti no voy a pedirte amor. No soy tan tonta. Sé que esa palabra te da pánico. No querrías a nadie aunque tu vida dependiera de ello.
El la miró con enojo y cerró los puños junto a los costados.
-No sabes lo que dices.

por Micaa *-* Sáb 26 Nov 2011, 6:46 pm

Pues dímelo tú. Me gustaría saberlo. ¿Qué es lo que te impulsa, Joe? ¿Por qué eres tan generoso con tu dinero y tan avaro con tus sentimientos? ¿Qué te pasó cuando eras pequeño para ser como eres?
Él pareció furioso un momento, y luego se echó a reír.
-Veo que también Alanna te ha contado algún secreto.
-El hecho de que seas generoso no debería ser un secreto.
-Lo que yo haga con mi dinero es asunto mío y sólo mío.
-Y así vas a estar siempre, Joe -replicó ella-. Solo.
-Es mi elección.
-Seguramente. Pero lo siento, creo que no puedo continuar con esta relación -mientras decía estas palabras, deseó no haberlas pronunciado.
Las fosas nasales de Joe se hincharon.
-¿Por qué no?
-Yo... no sé si podré resistirlo.
-Pues anoche resististe muy bien.
-No seas bruto.
-No lo soy. Sólo digo la verdad. Ven -la agarró de las manos y se las llevó al pecho desnudo-. Anoche no te cansabas de esto. Ni de mí. Nada ha cambiado esta mañana, ________. Seguimos siendo los mismos.
«Yo no», quiso gritarle ella. «Y tú tampoco».
«Algo ha cambiado entre nosotros, ¿es que no lo ves? ¿Es que no lo sientes?»
-Yo desde luego no me he cansado de ti -añadió él.
Mientras decía esto, sus ojos delataban necesidades que no eran simplemente sexuales.
Alanna había dicho que estaba muy solo, que necesitaba alguien que lo quisiera. Tenía razón. ________ vio la verdad escrita en su semblante, vislumbró la tristeza que había tras su pasión física.
Pero él jamás lo reconocería. Eso ________ lo sabía también. Las heridas de su pasado, fueran cuales fuesen, no habían curado bien. Lo único que ella podía ofrecerle era consuelo en su forma más elemental. No podía decirle que lo quería, pero podía demostrárselo.
-Me alegra saberlo -murmuró mientras acariciaba con las yemas de los dedos sus pezones, hasta que se endurecieron.
Cuando agachó la cabeza para chuparlos, Joe dejó escapar un gemido. Dio un paso atrás y se recostó en la encimera.
-¿Es esto lo que quieres? -musitó ella al tiempo que se ponía de rodillas ante él y levantaba los ojos hacia su rostro contraído.
Joe contuvo la respiración cuando ella le desabrochó los pantalones cortos, y dejó escapar un leve gemido cuando le besó el ombligo, rodeándolo con la lengua mientras le bajaba los pantalones y los calzoncillos.
Qué diferente le pareció aquello comparado con la noche anterior, cuando había hecho lo mismo. Aquello no era un acto de lujuria, sino de amor. Asió suavemente el sexo de Joe mientras lo lamía de arriba abajo, en toda su longitud. Cada chupada. Cada beso. Cada caricia. Todo hecho con amor. Y, cuando se metió su miembro en la boca, se sentía embargada de emoción.
-No -gruñó él, y levantándola en brazos la llevó al dormitorio-. No es eso lo que quiero. Te quiero a ti, ________.
Ella no dijo una palabra. Estaba demasiado atareada intentando combatir las fútiles esperanzas que sus palabras apasionadas despertaban en ella.
Porque Joe no la quería en realidad. Al menos para siempre. Sólo la quería para una temporada.
Sin embargo, aquella temporada sería muy excitante, se dijo mientras él la depositaba en la cama.
«Disfrútala, ________».
Y ¿quién sabía lo que podía depararle el futuro?
Alanna había dicho que la vida sin optimismo era un asco.
________ estaba de acuerdo con ella.
Y empezó a hacerse ilusiones.

________ estaba acabando de peinarse cuando vio a Mike por el espejo del cuarto de baño. Estaba parado en la puerta, observándola.
Cielo santo, qué guapo estaba con su ropa nueva. Los pantalones color crema tenían un corte soberbio y dotaban de elegancia a sus piernas largas y musculosas. A ________ le gustaba también su camisa. Era de color beige, y realzaba su bronceado. La camisa era de manga corta, naturalmente, para mostrar sus maravillosos brazos.
Reece había elegido bien.
-¿Estás lista? -preguntó él.
-Tanto como puedo estarlo -contestó ________, dándose la vuelta-. No creía que fuera a ponerme tan nerviosa.
-No hay razón para que estés nerviosa. Estás fantástica.
-¿Te gusto con esto?
________ se preguntó un momento si Alanna se habría equivocado. No sabía si debería haberse puesto algo más informal para su primer encuentro con los Helsinger. Los pantalones pirata blancos que llevaba en la maleta, por ejemplo, y no una falda a media pierna y una camiseta a juego que podían servir perfectamente para pasar un día en las carreras.
-El azul te sienta bien -dijo Joe.
«Pues espera a ver el vestido que me he comprado para la fiesta de mañana por la noche». Era azulisimo.
-Es una pena lo del sujetador -añadió él mientras la recorría con la mirada.
-¡Pero si no llevo! -exclamó ella, desconcertada.
-Lo sé -dijo él con sorna, y fijó los ojos en sus pezones desnudos, que al instante se destacaron bajo la seda de la camiseta.
-Deja de mirarme así -le dijo ella, llena de nerviosismo. Joe siempre le hacía lo mismo. El día anterior, no había hecho otra cosa. Podía excitarla con sólo mirarla-. Tenemos... tenemos que irnos enseguida.
-No, no es cierto -dijo él-. Puedo cancelar la cita y mandar a Helsinger al infierno. Hay otras empresas que querrán mi programa. No necesito a Comproware.
-Pero esas empresas no te ofrecerán una participación en el negocio -protestó ella, asombrada por su repentino cambio de actitud-.________, te has casado conmigo para conseguir ese acuerdo. Ahí es donde está el dinero de verdad, y con ese dinero puedes hacer muchas cosas buenas.
Él la miró con los ojos entornados.
-¿Seguro que estás pensando en mis buenas obras y no en tu segundo millón?
________ se puso tensa.
-Eso no es justo.
-Sí, tienes razón -dijo él, un poco contrito-. Perdóname. No sé qué me pasa hoy. Es que odio transigir, y eso es lo que me ha obligado a hacer Helsinger. Quería que me casara, y me casé. Cosa que había jurado no hacer nunca. Esta mañana estaba pensando en lo mucho que me gusta trabajar por mi cuenta. Detesto tener que arrastrarme ante Chuck Helsinger.
-Tú nunca te arrastrarías ante nadie, Joe -dijo ella con sinceridad.
-Ya lo he hecho -replicó él, malhumorado-. Y seguramente para nada.
-¿Qué quieres decir?
-Si Helsinger me ha hecho investigar, esto no habrá servido de nada. Cualquier detective privado como es debido habría averiguado que mi flamante esposa dirige una agencia de contactos llamada Se Buscan Esposas. ¿Qué crees que habrá pensado Helsinger? Sólo un tonto pensaría que nos hemos casado de verdad.
-En ese caso, no creo que te haya hecho investigar -razonó Joe en voz alta-. O habría cancelado la invitación para que te reúnas con él en su yate y habría retirado la oferta. Me juego la cabeza.
-Espero que tengas razón, ________. Pero todo eso me da mala espina. Puede que a Helsinger le guste jugar con los demás. O tal vez se aburra de ser multimillonario.
-La vida está llena de incógnitas, Joe. Hemos llegado hasta aquí. Tenemos que seguir adelante.
Joe se quedó mirándola. ________ tenía razón, desde luego.
Pero, aun así, él se resistía a proseguir. No estaba sólo preocupado por Helsinger, sino también por ella. Por aquella mujer bella y fascinante que lo había atraído desde el principio, y que empezaba a convertirse en una obsesión. Una obsesión peligrosa.
Peligrosa para su paz de su espíritu, por no hablar de la de su cuerpo. Con ella no era como con las demás mujeres. Cuanto más se acostaba con ella, más la deseaba. Su deseo se había convertido en una compulsión. Empezaba a necesitarla con la misma desesperación con que un hombre abandonado en el desierto necesitaba el agua.
Joe se había jurado en otra época no necesitar nunca a una mujer. Al menos, no de ese modo.
-¿Joe? -dijo ________ con la frente fruncida.
-Tienes razón -contestó él con cierta aspereza-. Tenemos que llegar hasta el final -«aunque me vuelva loco»-, pero no pienso aguantar más tonterías.
-Por lo menos, no tenemos que fingir que somos amantes -repuso ella, y sonrió suave y seductoramente.
El efecto que aquella sonrisa surtió sobre él resultaba sorprendente: de pronto se sentía envuelto en un cálido manto, en medio de una noche gélida. La sangre le corría ardiente por las venas, agitando su carne.
Menos mal que tenían que irse enseguida; si no, se habría abalanzado sobre ella.
-Deja ya de acicalarte -le ordenó bruscamente-. Salgamos de aquí.
-Primero tengo que recoger mi bolso -dijo ella-. Y las fotos de la boda.
-No, las fotos no.
-Pero si has pagado un extra para que te trajeran un álbum esta mañana para poder enseñárselo a los Helsinger.
-No quiero enseñárselas. No son amigos íntimos. No creo que esperen que se las enseñemos -a decir verdad, detestaba que el fotógrafo hubiera captado cómo había mirado a ________ antes y durante la ceremonia. Como un tonto enamorado-. Te espero en la puerta -dijo hoscamente, y se marchó.
Ya había bajado las maletas a la portería del edificio para que estuvieran listas cuando llegara el coche de alquiler. Estaba previsto que el coche, pagado por su anfitrión, llegara a las diez y media para conducirlos al embarcadero del puerto de Darling donde estaba atracado el yate.

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