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the blacklist. {nc} audiciones abiertas.
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Re: the blacklist. {nc} audiciones abiertas.
¡Mia querer audicionar! La idea esta genial. Aquí te dejo todo lo que pediste.
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Elizabeth Steele {Dianna Agron} || Liam Payne {Liam Payne}
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[/size]Capitulo 1Mia Frost | Niall HoranKoniMi vista se fijó en el horizonte. La puesta de sol lucía hermosa este día, mas a lo lejos la luna comenzaba a apoderarse del cielo, el cual se tornaba de un precioso azul marino. Recargue ambos codos sobre el barandal del balcón y una brisa helada me estremeció. Como un acto reflejo baje las mangas de mi suéter color beige, di un largo suspiro lleno de frustración e impaciencia y me dedique a esperar. Ah seguir esperando.Los minutos pasaban y yo perdía la esperanza de que el llegará. Era mi cumpleaños y Niall había prometido hacer todo lo posible por venir a verme, pero al parecer no lo había logrado, aunque no me extrañaba, siempre había un motivo por el cual no podíamos estar juntos.― No vendrá -Dijo una voz masculina detrás mío- Beth.― Eso no lo sabes -Corregí, sin mirarlo a la cara- el día aún no termina.Mi hermano soltó una pequeña risa inofensiva ante mi terco optimismo y camino hacia mi, pasando su brazo izquierdo por mi hombro. James era el único que aceptaba, o más bien, soportaba mi relación con Niall. En cambio mis padres y mi otro hermano, todo lo contrario, ellos aborrecían la idea de que una Frost mantuviera una relación con un chico de clase baja. Todos en esa estúpida familia eran iguales: Frívolos y sin sentimientos, interesados solo en lo social y en el dinero, James y yo éramos las tristes excepciones.― Mamá esta histérica porque te rehúsas a bajar a la fiesta -Hablo James después de una larga pausa.― Ella sabe la razón por la que no quiero estar ahí -Conteste con resentimiento en mi voz- si no está mi prometido no vale la pena.― Como tú lo dijiste hermanita, el vendrá.― Acabas de decir que no lo hará -Recordé, algo confundida.― En este caso trato de ser optimista por ti, además, ¿Te puedes imaginar la cara que pondría Edward al ver a Niall en la fiesta? -Rio un poco- tal vez hasta lo mata.― Ni siquiera lo pienses -Refute- francamente, estoy perdiendo las esperanzas de que algún día él y yo podamos ser felices.― ¡Vamos Mia! Estamos hablando de Niall, el chico que soporta los malos comentarios de la familia, y además, es capaz de brincar una barda de cuatro metros y espantar a los gorilas que tenemos por guardias, solo para verte a ti. ¡Hasta yo quiero uno así!― Siempre sabes cómo hacerme sonreír Jamie.― Jamie es nombre de niña -Se quejó.― Es un apodo, de cariño -Corregí- no seas macho.― ¿Soy hembra? -Pregunto, dramático.― ¡James!― Esta bien, me calmo, uno que trata de portarse bien con su hermana, trayéndole a su novio a la fiesta y tu poniéndome apodos de...― ¡Trajiste a Niall! -Chille entusiasmada, pero después tape mi boca por miedo a que alguien me hubiera escuchado.― Ah eso venia -Contesto- a decírtelo.― ¿Y porque no lo hiciste desde el principio? -Pregunte golpeando su pecho.― Me cambiaste el tema -Respondió encogiéndose de hombros.― ¡Yo no te...! -Pare de hablar, no tenía ganas de discutir- ¿Donde esta?― Afuera, escondido en los arbustos -Informo- más vale que te apures porque si papá lo encuentra no dudara en sacar la escopeta.― Gracias James, eres el mejor.Tome la única chaqueta que colgaba del perchero de la puerta del armario y salí de mi habitación lo más rápido que mis pies pudieron permitirme. A lo lejos cuando me encontraba corriendo por el pasillo pude escuchar que James gritaba algo, o más bien advertía, pero estaba tan entusiasmada y apurada en llegar a donde Niall me esperaba que no le presté atención.Ah pasos torpes y escondiéndome de los invitados que estaban en una de las estancias de la casa, con miedo a que mi madre o mi padre me descubrieran, pude salir al jardín delantero, acto seguido me adentre en los enormes arbustos que cubrían los ventanales de la entrada y al llegar a mi destino comencé a buscar a Niall con la mirada.― Niall -Lo llame en susurro- ¡Niall!El corazón se me cayó a los pies cuando sentí que alguien me tomaba del tobillo y me arrojaba al suelo rodeándome con ambos brazos, pero la tranquilidad volvió cuando escuche su voz, esa dulce voz que hacía que mi corazón saltara como un loco cada vez que la escuchaba.― Si no te agachas te verán y tendré que irme –Advirtió- por cierto, feliz cumpleaños.Una sonrisa de tonta enamorada se formó en mi rostro y levante la mirada. Ahí se encontraba Niall, detrás de mí, observándome fijamente con la misma expresión con que yo lo observaba a él.― Creí que no vendrías -Dije girándome y abrazándolo lo más fuerte que pude.― Como crees que iba a dejarte sola en tu cumpleaños, te dije que llegaría, cumplí mi promesa.― Te amo.― Y yo a ti.Juntamos nuestras frentes y sonreímos. Esta era una de las pocas ocasiones que podíamos vernos desde que les anunciamos a mis padres nuestro compromiso y ellos se pusieron como locos. Ese mismo día me prohibieron seguir viendo a Niall y me ordenaron terminar la relación, pero yo me rehusé, desde entonces hemos sabido aprovechar el poco tiempo que tenemos para vernos.― Te traje un regalo –Anuncio, sacando una pequeña caja de su pantalón.― Niall, no era necesario, con tu presencia me basta.― Solo ábrelo.Tome la pequeña caja entre mis manos y le quite el moño rojo que la cubría. Tan solo la abrí mis ojos se iluminaron: era un reluciente anillo de compromiso con un enorme diamante incrustado en él, sentí que mis mejillas comenzaban a mojarse y mire a Niall, debió haberle costado meses de trabajo, este tomo mi mano y lo coloco en mi dedo dándole un beso al final.― Ahora podemos decir que es oficial –Aclaro- con esto quiero que sepas que no dejare que nadie nos separe. Les demostrare a tus padres que valgo la pena.― No lo necesitas –Dije secando mis lágrimas- con que yo sepa que me amas me conformo.Nos abrazamos de nuevo y segundos después, pase mis manos por su nuca para acercarlo más a mí, estuvimos a puntos de besarnos cuando un fuerte grito nos sobresaltó a ambos, grite en mi interior, rogando que no fuera quien creía que era pero al parecer solo logre invocarlo.― ¡ELIZABETH! -Chillo mi padre azotando la puerta de la entrada y acercándose peligrosamente.― Esto no es bueno -Advertí levantándome del suelo- escóndete antes de que te vea.― No Beth, no voy a huir, tus padres tienen que entender que...No pudo terminar su frase porque cayo nuevamente al suelo gracias a un brutal golpe que mi padre le propino en la mandíbula. Quise acercarme pero un fuerte brazo me tomo por la cintura y me levanto por el aire impidiendo que me acercara a Niall.― ¡Niall! -Grite espantada al notar que no se movía- ¡Suéltame Edward! -Rogué forcejeando.― ¿Cómo te atreves a regresar a mi casa después de la advertencia que te di? -Pregunto mi padre, esta vez, dándole una patada en el estómago.― ¡No lo lastimes!― ¡Cállate! -Ordeno.― ¿La llevo adentro papá? -Pregunto Edward.― No -Le contesto- quiero que vea lo que le are a este malnacido por haberme desobedecido.― ¡Por favor! -Suplique con lágrimas en los ojos- ¡Papá, no le hagas nada!Ah pesar de mis gritos y suplicas no me escucho, siguió pateando a Niall en el estómago y golpeando su rostro. Mis ojos estaban viendo una completa masacre, y lo peor de todo era que a mi hermano y a mi padre parecía divertirles.― ¡No vuelvas a acercarte a mi casa, ni a mi hija! ¡¿Escuchaste?! -Pregunto, a lo cual no recibió respuesta, cosa que lo enfureció más y le costó a Niall una patada en el rostro- ¡No te escuche!No lo resistí más. Con el tacón de mis botas le di a Edward una patada justo en la entrepierna, este me tiro al suelo preso por el dolor y yo me arrastre hasta Niall tomándolo en mis brazos. Estaba desecho y su nariz, frente y boca sangraban con exageración al igual que las heridas en sus brazos.― Todo va a estar bien amor -Comencé a decirle, pero las lágrimas no me dejaban hablar con claridad- solo no te duermas, quédate conmigo.― Edward, levántate del suelo, Elizabeth, entra a la casa, los guardias se encargaran de sacar a esta escoria de aquí -Ordeno.― Déjame llevarlo a un hospital -Suplique.― ¡Ah la casa dije!― ¡No papá!― ¡Ah mí me obedeces! ¡Levántate Edward y llévate a Mia!Como pudo, mi hermano saco fuerzas para levantarse, quitarme las botas y tomarme en brazos. Este en contra de mi voluntad me llevo hacia la casa donde los invitados de mi madre veían la escena atentos, pasamos por la estancia y todas las miradas se posaron en mí. Lloraba y gritaba sin importarme absolutamente nada más que Niall.Edward me llevo hasta la biblioteca por órdenes de mi madre y me soltó, al instante me paré e intente salir, pero mi hermano bloqueo la entrada.― ¡Basta Elizabeth! -Ordeno Edward tratando de detenerme- Mamá está furiosa, tus invitados vieron todo el show que montaste.― ¡Los odio a todos! –Grite lo más fuerte que pude con toda la intención de ser escuchada y causarle más vergüenza a mi madre.De pronto la puerta se abrió y James entro a la biblioteca, trate de salir pero Edward fue más rápido y cerró la puerta con llave. Derrotada, me tumbe en uno de los sillones y lleve ambas manos a mi rostro para continuar llorando, James se acercó a mí y me abrazo.― Fue horrible -Comencé a hablar- papá lo golpeo y Niall sangraba por todas partes.― Jamás los dejaran en paz si no huyes con el Beth -Propuso James.― ¡Que tonterías le estas diciendo! -Inquirió Edward alejando a James de mí- ¡¿Cómo puedes...?!― ¡No es ninguna tontería Edward! -Se defendió- ¡Lo único que están logrando es que Beth los odie!― Lo hacemos por su bien.― Si claro, ¿Por su bien golpearon a Niall?, ¿Desde cuando te crees el hermano sobreprotector?.La puerta se abrió de nuevo, interrumpiendo la pelea entre mis hermanos, eran mis padres y no venían justamente a hablar con serenidad. Tampoco yo, así que furiosa y cegada por el enojo tome fuerzas y le di una fuerte cachetada a mi padre, recibiendo una yo casi al mismo tiempo por parte de mi madre.― ¡¿Qué te pasa Elizabeth?! -Grito ofendida- ¡No sabes la vergüenza que pase gracias a ti con todos tus invitados!― ¡Te denunciare Finnick Frost! -Le grite a mi padre ignorando por completo el comentario de mamá- ¡Esto no se va a quedar así!― ¡Ah mí no me vas a amenazar! -Me contestó.― ¡Demasiado tarde!, me da repugnancia ser tu hija. Eres un ser humano vil y sin sentimientos ¡Que solo se preocupa por sus propios intereses! -Dije con rencor y odio en mis palabras- ¡¿Dónde está Niall?!― Donde debe de estar -Hablo Edward- en la calle.El simple comentario que salió de los labios de mi hermano hizo que la sangre me hirviera y tomara uno de los libros estrellándoselo tan fuerte en la cara que seguramente le rompí la nariz.― Un día de estos voy a desaparecer -Aclare mirando a mi padre ya que mi madre había ido en rescate de Edward- y ese será el día en el que todos ustedes se arrepientan de todo el daño que me han hecho.Salí de la biblioteca a paso rápido, dejando a toda mi familia detrás y subí las escaleras para llegar a mi habitación. Sin siquiera saberlo James comenzó a perseguirme, pero no lo deje entrar, cerré la puerta con seguro y como pude moví uno de los muebles para tapar la entrada.Tenía que hacer esto rápido, iba a irme, no quería estar ni un minuto más en esta casa, tome mi celular y note que tenía cinco llamadas pérdidas de Niall, sin pensarlo dos veces marque su número.― Amor, ¿estás bien?, ¿te hicieron algo? -Pregunto preocupado, en su voz se podía escuchar el dolor que sentía.― Me iré de la casa Niall -Respondí- no pienso quedarme ni un minuto más, me iré contigo.― ¿Estas segura?― ¿No quieres?― Nada me haría más feliz.― Entonces, quédate donde estas, dame 10 minutos para salir de la propiedad, después te llevaré a un hospital -Ordene.Colgué y apague el celular dirigiéndome al baño para arrojarlo al escusado, así se mojaba y dejaba de servir, ya no tendrían como localizarme. Salí del baño y abrí el armario, tomé una mochila y metí un poco de ropa, en el espacio que quedo guarde un poco de dinero que tenía ahorrado para alguna emergencia, después me coloque unos tenis y la mochila, salí al balcón y mire mi habitación, esta sería la última vez que estaría en este lugar, no lo extrañaría mucho. Me pase al otro lado del balcón y de repente alguien comenzó a tratar de abrir la puerta.― Beth, abre, soy James -Pidió- solo quiero hablar contigo.― Te voy a extrañar -Le dije en tono de despedida.― ¡¿Que estás diciendo?! ¡Elizabeth Frost! -Grito alterado- ¡No hagas una locura!― Adiós James.
[size="2"]Cerré los ojos para tomar valor y salté.
Invitado
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Re: the blacklist. {nc} audiciones abiertas.
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Tessa Playball // Chloe Moretz || Harry Styles // Harry Styles
- Capitulo c:
Capítulo 2: Asaltos escritos con sangreDiana y Ellen se sentaron junto a mí en el almuerzo. Sacaron su emparedado de atún al mismo tiempo y puedo jurar que parpadeaban cada diez segundos. Diana y Ellen daban mucho miedo, a mi parecer sí. Siempre con sus dos colas rizadas artificialmente y sus uniformes perfectamente planchado con un broche de un girasol a la derecha. Una siempre seguía a la otra, hacían todo junto, se vestían igual, incluso un día empezó el rumor que eran lesbianas… pero esos fueron días oscuros tanto para Diana y Ellen como para mí, y es mejor no recordar cosas malas. Finalmente Diana desmintió cualquier rumor diciendo que eran más heterosexuales que dos artistas porno.
— Hola Clairon— dijeron al unísono. Me sacudí y les sonreí.
— Hola Diana. Hola Ellen— respondí sacando el emparedado de mermelada de manzana y mi jugo de sandía.
— ¿Sabes quién ha roto?— dijo Ellen causando una risita a Diana. Se miraron cómplices y después negué con la cabeza —. Niall y Esther, ¿puedes imaginarlo? Ahora Niall será el más buscado por todas las chicas. Incluyéndome, obviamente.
— ¿Qué?, pero en la mañana los vi intercambiando saliva muy plácidamente. No creo que Esther haya sido tan tonta como desperdiciar sus erecciones.
Diana y Ellen soltaron una carcajada y después le dieron un sorbo a su jugo de zanahoria (siempre llevan ese jugo desde que Louis dijo que su verdura favorita eran las zanahorias)
— Niall descubrió a Esther en pleno adulterio. Ella casi lo hacía en el baño de hombres con Ethan, ¿puedes creerlo?... esa arpía. Después Niall le dijo a Esther que no quería saber nada sobre ella. Esther suplicó y lloró por él pero Niall ya había dicho lo que tenía que decir— prosiguió Diana.
— Vaya, chicas, que atentas son. Me inscribiré para tatar de ganar el corazón de Niall Horan, ¿saben dónde son las inscripciones?
— ¿Qué?, no te ofendas, Clairon, pero… no creo que seas el tipo de chica que Niall Horan busca…, no lo sé. Pero a Niall le gustan las chicas…— empezó a decir Diana.
— ¿Con más pechos?, ¿con más trasero?, ¿Qué usen más vestidos? Estaba bromeando Diana. Jamás me metería con Niall Horan aunque me pagaran un millón de libras— esas eran las veces en que Diana y Ellen me sacaban de quicio. Vale, está bien que no soy una chica popular, no tengo cabello rubio, ni enormes pechos ni gran trasero. No soy en lo absoluto especial, pero a veces estas chicas en serio deberían de dejar que sus bocas emanaran pura porquería.
— Oh— se limitó a decir Ellen. Unos segundos incomodos (no, más incómodos para ellas que para mí) se posaron en el aire hasta que Louis apareció con una bandeja de postres. Pay de cereza y pudín de chocolate. Diana y Ellen suspiraron y le dedicaron una mirada coqueta.
— Hola, Louis— dijeron.
— Ah, hola— respondió por compromiso. Sabía que a Louis no le caían muy bien ellas, así que las evitaba lo más que podía —. Sé que son tus favoritos— dijo refiriéndose a la bandeja con los postres. Reí sin evitarlo.
— Gracias— dije tomando un pedazo de pay. Louis tomó un pudín y hundió el dedo.
— Y… Louis, ¿Cómo van las prácticas de futbol?, escuché que jugarán contra las salamandras de Awe High.
— Si, estamos entrenando duro.
Ellen y Diana rieron y minutos más tarde entendí el chiste. Escuchar a Louis Tomlinson decir “duro” era una cosa que no pasaba todos los días.
***
La señorita Solange había regresado de su viaje por Broadway. La profesora Solange era mi profesora favorita porque además de ser buena maestra, instruía en mi materia favorita. O mejor dicho, en mi actividad extracurricular favorita: Artes.
— ¡Harry, Clairon!, qué alegría verlos hoy por estos lugares. Hace tanto que no los veía y empezaba a extrañarlos más que demasiado— dijo Solange Pierre a Harry y a mí. Sonreí de lado y dejé que ella nos abrazara y nos diera un beso en cada mejilla. Harry era el favorito de la profesora, ya que además de ayudarla en la última obra de teatro, Harry tenía una voz realmente bella. Y a mí solo me soportaba por ser la amiga de Harry (no era del todo cierto, la señora Solange me había dicho que tenía una habilidad impresionante para actuar, pero la verdad es que no me gustaba actuar, solo me gustaba mentir).
— Que alegría señorita Solange— saludó cordialmente Harry con un ademán. Reí divertida ante la situación mientras los demás chicos del curso entraban. Sabía que más de la mitad odiaba esta clase, porque a menos que tengas un talento como cantar, actuar, dibujar, pintar o al menos hacer un truco de magia barato tendrás un cartel de “marginado” pegado en la frente.
— Bien chicos, al final del bimestre tenemos un proyecto realmente interesante— empezó a decir la profesora Solange, sonrió y posó su mirada sobre mí —. Durante mi estadía en América tuve la gran oportunidad de ir a uno de los teatros de Broadway y se me ocurrió una idea genial. Es decir que escribí una obra y espero producirla y que sea protagonizada por ustedes. Todo el mundo debe participar aunque sea disfrazado de un árbol, ¿entendido?
La profesora sacó un guion de su escritorio mientras se sentaba en éste. Subió su larga falda con estampados de flores secas y sonrió.
— Clairon, ¿nos podrías hacer el favor?— dijo Solange Pierre. Suspiré y salí de mi asiento con los brazos extendidos. Mentir era una de las cosas más divertidas en el mundo—. Y… ¡Niall Horan!, ¡Sí!, Niall Horan será tu compañero— exclamó. Abrí los ojos de golpe y paré en seco. ¿Niall Horan sería mi compañero?... pero Niall Horan no estaba en esta clase. Observé a mí alrededor y ahí estaba el pedazo de mierda llamado Niall Horan. No podía refutar en ese momento; solo me quedaba aguantar.
Leí lo que antes había subrayado la profesora con plumón florecente rosa. Suspiré resignada al leer “Beso”. ¿Por qué estas cosas me pasaban a mí? Yo y mi tonto talento de actuar.
— Bien… como dice en la obra. Página ocho, párrafo uno, línea diez— empezó a decir la profesora Solange entregando los demás libretos a los aburridos chicos —. Imaginemos que estamos en los cuarenta, en la cuna de la segunda guerra mundial. Bonnie, que es tu personaje Clairon, está devastada porque su amado está a punto de ir a la guerra en Alemania, sabiendo que nunca lo podría volver a ver. Y Ryan. Quien es tu personaje Niall, está un poco dolido al saber que dejará a su preciada novia… y ¡Acción!
— Ryan… Ryan, mírame. Mírame a los ojos, por favor— dije fingiendo desesperación. Niall giró la cabeza para leer las líneas y después la volvió mirándome a los ojos. Sentí como un pánico me asaltaba y me tomaba como rehén —. Prométeme que nos volveremos a ver. Júrame que harás hasta lo imposible.
— Bonnie… yo… no lo sé.
— ¡Ryan!, tienes que prometérmelo…
— Te lo prometo.
— Y si esto es una despedida…, quiero que sea la mejor de todas, ¿de acuerdo?
— ¿Y cómo lograrás eso?
— Dime que la vida es hermosa.
— ¿De qué hablas?
— Solo… solo dime que la vida es hermosa.
— Tú eres hermosa. Para mi tu eres vida, porque eres la persona que me sostiene. Bonnie, te amo.
Y nuestras respiraciones empezaron a mezclarse y convertirse en una sola. El mundo desapareció y solo pude observar sus tontos ojos azules que volvían loca a la mitad de la población femenina de la escuela –si incluyendo profesoras-. Pero el único aplauso de la señora Solange me hizo caer de nuevo a la tierra, donde me encontré con la boca media abierta de Niall Horan. Abrí los ojos de golpe y empujé el pecho del rubio a un metro de mí. Recobré la compostura y busqué rápidamente con la mirada a Harry quien igual me observaba con los ojos bien abiertos y una sonrisa pícara.
— ¡Excelente, Excelente! Esto es justo lo que buscaba. Niall será Ryan y Clairon será Bonnie— dijo Solange con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
— Pe-pero… ¿no se supone que deben de haber audiciones?— cuestioné.
— Oh, vamos Clairon, después de ver eso no creo que alguien se les iguale.
***
— A Clairon le gusta Niall… a Clairon le gusta Niall— canturreó Harry a la hora de estudio. La hora de estudio estaba dirigida por el señor Marion, un calvo de mediana edad. Pero más que una hora de estudio parecía “La hora de decorar el aula con corazoncitos de papel de colores”.
— Cállate Harold. ¿Cómo crees semejante barbaridad?, ¿Qué no sabes qué es actuar? Fueron solo sentimientos actuados. No son reales.
— Está bien, lo que digas— dijo Harry recortando un corazón por la mitad simulando que estaba roto. Resopló malhumorado y aventó el corazón a la réplica —. Es difícil hacer esto si no lo haces contento o enamorado.
Reí y golpeé su hombro.
— ¿Estás enojado y no enamorado?— pregunté. Harry asintió e hizo una mueca con los labios —. Pobre alma en pena. Espero que en algún tiempo o lugar del espacio Harry encuentre su media manzana.
— ¿Manzana?
— Las naranjas están muy caras esta temporada, ¿no has visto?— dije encogiendo los hombros. Harry asintió y empezó a recortar más corazones —. Pero… ¿Por qué necesitas a una persona a tu lado?
— Exactamente no lo sé.
— Pues mírame a mí. Estoy completa y plenamente feliz sin una persona.
— Pero… no sé. Tú eres más… independiente. Algunas personas como yo necesitamos a una persona que nos haga feliz.
— En mi opinión, depender de una persona no es algo bueno. Porque en algún momento esa persona desaparecerá y no tendrás más felicidad. Es mejor crear nuestra propia felicidad.
Hay veces en las que me doy miedo. Saco mi lado poético que ni sabía que tenía y lo peor de todo es que ese consejo es demasiado bueno.
— Wow, Clairon, ¿qué haz comido hoy? Yo también quiero de eso— dijo Harry observándome. Rodé los ojos y sonreí de lado.
— Jaja— reí con ironía.
***
Diana y Ellen roncaban demasiado fuerte. Lo bueno es que llevo dos años durmiendo en el mismo cuarto y ya me he acostumbrado (aunque también cuenta que mi padre ronca como oso). Pero mi mente estaba demasiado obstruida. El reloj marcaba cerca de las tres de la mañana y este insomnio no era de gran ayuda.
Me levanté, tomé un lápiz número dos y quité la capa de sudor que se había colado a mi frente.
Como arruinar San Valentín en seis pasos:
» Día uno: Cambiar las rosas de todo el mundo por palitos con coliflor (Cabe decir que todo el mundo odia la sopa de coliflor de la señora Mags)
» Día dos: Hacer un escándalo cuando el director Will Nelson cante el famoso himno a San Valentín.
» Día tres: Quitarle a Esther Allen algo que tenga (Ya es hora de que esa chica sea destronada)
» Día cuatro: Inscribirme en los ayudantes para el baile de los corazones (valla, nombre para un simple baile de cuarta) y arruinarlo poniendo sustancias viscosas sobre la cabeza de la reina del día de San Valentín y soltando roedores por el piso.
» Día cinco: Arruinar la propuesta de matrimonio del director Will Nelson a su esposa (corría peligro de que me expulsaran pero el amor apesta. Además la novia del director Will no es una mujer buena)
» Día seis: Cambiar el final de la obra de teatro de la señora Solange (esta era igual o más peligrosa que la anterior, pero contando que el final es un tanto desagradable para mí, haré todo lo necesario para no besar a Niall Horan).
» Día siete: Enamorar para después romperle el corazón a Niall Horan
Este es de un fanfic que ya he borrado... y que creo nunca subi >,< Espero que cuente XD.
Ficha aceptada
Amor, está todo perfecto, y obvio que el capi cuenta :) Ya está participando. suerte
khaleesi.
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Re: the blacklist. {nc} audiciones abiertas.
.Beautiful. escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Bastian Hudson. {Finn Harries} || Charlotte Monroe. {Cara Delevingne}Mi escrito: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Está todo perfecto bella, ya estás participando. Mucha suerte
khaleesi.
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Re: the blacklist. {nc} audiciones abiertas.
O'shea. escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
benjamin copper & audrey anne jones.
- Spoiler:
Es apenas un instante, un momento, un segundo en el que uno equivoca el camino. A partir de ahí cada paso que damos nos aleja cada vez más de nosotros mismos.
No tenemos conciencia de los errores que cometemos, apenas una sensación, una pequeña voz interior que nos dice algo está mal. Y aunque esa vocecita está ahí seguimos adelante, ignorándola, equivocándonos, casi a conciencia.
Lo vemos venir. Sabes que eso que estás por hacer va a cambiar todo, y aún así lo haces. Ya te extraviaste, ya te vaciaste, ya te equivocaste, ya te fuiste, ya te perdiste, ya te traicionaste. Y ahí te miras al espejo y no te reconoces. Hay otro que te mira y te pregunta: ¿dónde fuiste?, ¿dónde estás? Un error lleva a otro error. Es tan fácil equivocar el camino y tan difícil volver de eso… Es un impulso, un momento irracional, y ya no hay vuelta atrás. Incluso cuando tenemos buenas intenciones un error puede cambiar todo, romper todo. Ya estás perdido, errado, extraviado, si no tenes rumbo, ¿a donde poder ir? Si ya no hay nada, ¿que poder hacer? Hay alertas, hay advertencias, pero no las escuchamos y vamos directo al error.
Errar es hacer algo pensando solo en nosotros y nada en los demás. ¿Qué nos pasó?, ¿por qué nos equivocamos tanto?, ¿por qué fuimos tan débiles? Cuando cometiste error tras error no puedes ni siquiera quejarte, ni siquiera tienes ese derecho. Corres, te desesperas, pero cuando tomas el desvío el camino de regreso es más largo. Porque en tu propio desvío causaste dolor, heridas que tardan mucho en sanar. El dolor se transforma en resentimiento, en tristeza vieja, inolvidable. Ya no soy el que era, ya no eres el que eras. ¿Dónde estás?, ¿dónde estamos? Quieres volver el tiempo atrás, quieres volver a ser quien eras, pero ya es tarde, muy tarde. Los errores del presente son las tragedias del futuro. Corres pero ya es tarde, y mientras corres tu alma llora, porque sabes que tendrías que haber escuchado esa vocecita, ese murmullo en tu corazón que te decía que estabas equivocando el camino. Solo te queda mirar el reflejo en el espejo, observas a alguien destrozado que no es feliz, que no tiene ni una pizca de alegría en sus ojos. Ahora que veo como te vas adentrando en la niebla, empiezo a recordarte.{...}
Adolescentes, ¿que son? No son lo suficiente maduros para vivir solos, pero tampoco demasiado chicos como para seguir disfrutando de esa pequeña e inocente libertad. Estaban tan dañados que solo pensaron en una cosa: escapar.
Un viaje por todo Estados Unidos con amigos o simplemente conocidos, la mayoría de las mimas edades y todos y cada uno de ellos, adolescentes. Aquel verano fue, sin duda, el mejor de sus vidas o el peor. ¿Por qué el peor? Porqué cuando los fugitivos de su propia vida regresan a casa ya nada es igual. Mamá murió, papá se fue, tu hermano volvió a la droga... Todo en su vida gira drásticamente, y ahora ya no hay vuelta atrás.
Después de varios años, llega el año nuevo y todos aquellos adolescentes, ahora jóvenes adultos regresan a su pueblo natal para pasar tiempo en el lugar donde provienen. Por alguna extraña razón todos se encuentran en una misma terraza para apreciar los fuegos artificiales y al recordar todos esos días en aquel autobús y verse las caras solo hay una última cosa por la que desear.—Quiero volver a ese mismo verano.
Dicen que los sueños se vuelven realidad, porqué a la mañana siguiente, volvieron a ser esos mismos chicos que estaban apunto de cambiar sus vidas con un simple viaje.
- Spoiler:
—¿Lo harás, Lerman? —el filo de la navaja suiza comenzó a adentrarse en su cuello, dejando salir sangre y creando una herida.
—¿Tengo otra opción? —inquirió apretando los dientes con la mandíbula lo más dura posible, tratando de zafarse de la cuchilla. El hombre de mirada oscura sonrió.
—Tienes razón, no tienes alternativa —le dio a entender—. Pero atrévete a traicionarme, y juro que te mato —amenazo para luego darle un golpe con el puño cerrado en la mejilla —. Déjenlo ir.
Acto seguido, dos hombres de cuerpo esbelto tomaron al moreno de los brazos, mientras otro hombre de baja estatura no tan forzudo como los otros, puso una bolsa marrón en su cabeza.
En el camino el olor a muerto inundo sus fosas nasales y las ganas de vomitar lo invadieron, una sensación horrible. Logan no sabía donde se encontraba, pero si pudo asegurar que caminaba por un largo pasillo. Gritos desgarradores y fuertes sollozos de mujeres se oían a lo lejos; Lerman se imaginaba el dolor que estaban sufriendo y eso le daba un vuelco en el estomago.
—Nosotros te llamamos —espeto con arrogancia el más pequeño de los guardias, para luego tirarlo a la fría calle y cerrar aquella extraña y espeluznante puerta roja.{...}
—No entiendo porqué debo tener un guardaespaldas, no lo necesito —se volvió a quejar, como siempre, cuestionando las decisiones que tomaban sus padres.
La mujer de cabello rojizo y largo hasta las caderas tomo el rostro de su única hija. Le dolía dejarla, le dolía más que nada y siquiera podía decírselo.
—Cuando menos lo esperes lo entenderás, Amy —le prometió con los ojos cristalinos dejando más anonada a su pequeña.
—Está bien, pero no llores —abrazo a su madre aún con confusión.
—Vamos, Elizabeth —mascullo su padre con la mandíbula dura y firme. La pelirroja asintió y apenas había llegado a sus maletas cuando Logan se ofrece a ayudarla.
Al ver al moreno en la habitación, Amanda revoleo los ojos y fue abajo. Se encontró con una Rosie algo sentimental. La señora tenía los ojos ajados y rojos con un pañuelo en mano. Amy ladeo la cabeza para luego sentarse en el sofá de la gran sala junto a las llamas de la chimenea.
—Yo cuidare la casa, señora —hablo Roseline —. Cuidare de Amanda y de que no haga desastres —sollozo esta mientras Elizabeth bajaba los escalones de forma en espiral. La rubia la fulmino con la mirada.
—No te preocupes, Roseline, creo que Amanda estará en muy buenas manos —hablo esta vez Daniel, su padre, dedicándole una mirada al oji-azul. Amy se sintió mucho más humillada, si es que eso fuera posible.
—Se cuidarme sola —espeto con frialdad. Todos rieron por lo bajo.
—¿Cuidarte?, ¿tú? Discúlpame, pero ni siquiera podrías cuidar a un pez —Amy no la insulto de pies a cabeza solo porqué estaban sus padres.
—La última vez que te dejamos casi quemaste la casa —le recordó su padre —. No cometeremos ese error otra vez.
Logan observo a la rubia, esta estaba concentrada en el fuego a su lado, pero sintió la mirada y sus ojos verdes fueron directamente a parar a los del moreno. Lerman trago saliva temiendo lo peor de ella.
Todos pararon en el marco de la puerta y Elizabet llamo a su hija. Amanda se levanto y abrazo a su familia. Hasta a Daniel se lo veía con la mirada triste, ¿pero Amanda? Amanda no mostraba ni un sentimiento que demostrara tristeza o lamento. No, ella no sentía absolutamente nada y Logan lo tenía entendido.
—Adiós —se despidió simplemente, viendo como la limusina de color negro se perdía entre la lluvia. Cerró la puerta y volvió a sentarse en la chimenea, mientras Lerman observaba cada uno de sus movimientos —. ¿Te vas a quedar ahí viéndome toda la noche? —inquirió algo fastidiada.
—No, lo siento —se disculpo torpemente.
—Tranquilo, ya estoy acostumbrada a que todos me traten como un monstruo —tomo un libro para luego correr hacía su habitación.
Y por primera vez, el moreno sentía una agria culpa punzante en su pecho. No por lo que había hecho, sino por lo que iba a hacer con aquella rubia que despertó una masoquista curiosidad en él.
Ficha aceptada
Mía no eran necesarios los dos capítulos (?) Ahque. amo como escribís y creo que lo sabes (?) ppero me deleito con tus capis, y eso, so es obvio que ya está más que aceptada <333333 Suerte
khaleesi.
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Re: the blacklist. {nc} audiciones abiertas.
Wanda. escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Elizabeth Lovegood. ♡ William O'Conner.
- to change everything. | prólogo. :
Abril, 2137.
Últimamente me he quedado flotando en el limbo de mis pensamientos y la realidad. De todas maneras, a todos nos ha pasado y supongo que es normal. Ese momento en el que te sientes perdida y acomplejada, incomprendida y juzgada. Somos seres humanos y hasta el más fuerte sufre.
Mi papá solía decirme que yo era una pequeña fuerte, aunque en realidad siempre fui una niña cobarde y tímida. Pero creo que lo dice por el hecho de que todas las veces que me caí en mi niñez, yo me levantaba, aún con rasmillones en las rodillas, y seguía jugando. Sin siquiera botar una lágrima. Al pasar los años me di cuenta que las personas deberíamos aprender de ello. Pequeñas experiencias de nuestra niñez, en realidad son enseñanzas de vida. Y no nos dábamos cuenta. Esa es la razón por la cual las personas han cambiado, la sociedad ha cambiado, aunque yo siempre lo he vivido todo igual.
Papá me contaba que cuando él era niño no era tan así. La tecnología existía, pero ellos tenían claro que habían cosas que eran más importantes. Sus padres lo incentivaban a seguir sus sueños, y él se esforzaba por ello. Ahora tienes el futuro completamente asegurado y pocas veces te encuentras con una persona pobre. Aunque si te puedes encontrar con personas realmente ignorantes.
A veces me pregunto, ¿Quiénes somos realmente?
Las personas somos como una moneda. Tenemos dos caras; la que mostramos a la gente y la que ocultamos. Únicamente conocida por nosotros mismos. Somos quienes queremos ser, uno muestra lo que quieren que vean cuando en realidad todos los sentimientos están escondidos. Escondidos tras nuestra segunda cara. La vida. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción. Nunca el mundo estará hecho solamente de honestidad, porque todos tenemos secretos. Todos escondemos algo y todos ocultamos quien realmente somos. A veces fingimos ser felices cuando en realidad uno solo quiere abrir unas alas imaginarias y volar lejos. Alejarse de los problemas, ser libres. Dejar de fingir todo lo que decimos ser. Podemos arriesgarnos a serlo, pero no lo hacemos. ¿Por qué? Simplemente cobardía. La cobardía, el temor a ser juzgados nos consume. ¿Por qué ahora no puedes ser tu mismo? ¿Por qué no podemos dejar los comentarios atrás? Fácil. El temor a ser juzgado. Y no seré hipócrita, yo tengo miedo de los comentarios hacia mí. Tengo ganas de solamente pasar desapercibida entre la gente. Que no me noten, ni me juzguen. Ser invisible. Y no me afectaría. Ya nada podría afectarme más. Mis alas de los sueños y la esperanza se rompieron. Estoy hueca. Ya no siento nada más que tristeza, y la felicidad que solía tener está cubierta bajo los mantos del temor y la inseguridad. Mis pensamientos encerrados en mi cabeza, sin salir de allí. Permanecen, sin irse, metiéndome en mi mundo. Siempre hay soluciones, pero he perdido las ganas de luchar, de levantarme nuevamente. Me dejo caer sin intentar superar cada problema. No hago el esfuerzo de volver a levantarme, simplemente lo dejo. Me echo a morir. Sin valor para superar todo y seguir adelante. Aunque siempre hay algo que jamás querrás dejar. Cuando leo, por ejemplo. Siento que me voy, me desvanezco poco a poco y luego aparezco encerrada en el mundo de mi imaginación, sin querer salir de allí, con la ilusión de quedarme para siempre. La lectura me lleva a mundos fantásticos, a lugares extraordinarios. Abre las puertas de nuestra mente a reflexionar que es la verdadera vida. Nos hace preguntarnos cosas que jamás nos preguntamos. ¿En realidad existo? ¿Que será de mí? ¿De mi vida? ¿Cuando muera? ¿Quedaré en el olvido o mi ausencia será notada? ¿Habrá vida después de la muerte o simplemente seré...nada? Nosotros elegimos quienes somos. Nosotros elegimos el rumbo que queremos tomar. Solo nosotros. El destino es solo una excusa para no luchar por nuestro futuro o lo que será de nosotros. Nosotros elegimos en que creer. Yo tenía la mentalidad de no pensar en un futuro, vivir del pasado. Vivir de los recuerdos, vivir para respirar y no para vivir.
Recuerdo aquellas mañanas de Invierno que solía sentarme con mi padre en el viejo sofá que teníamos. Nos tomábamos un café y hablábamos sobre diversos temas. Recuerdo que un día quisimos hablar sobre la vida. Él se quedó callado largos segundos, pero luego habló. "La muerte está tan segura de su victoria, que te da toda una vida de ventaja" había dicho. Y allí empecé a mirar las cosas de manera diferente. Lo había comprendido. Nada es más importante que la vida. Aunque estés triste, feliz o enojado. Deprimido o confundido. Solo son etapas. Etapas que nos enseñan a superarnos, porque la vida es una etapa de superación. No hay que rendirse sin intentarlo. Todo problema tiene solución. Todo abismo tiene forma de cruzar. Todo se puede lograr. Simplemente debes luchar por ello. Y eso estoy haciendo yo, superaré cada problema con la frente en alto y saldré adelante. Levantándome una y otra vez si es necesario. Mi padre se va a morir, no tengo amigos y las pocas personas que conozco solo se burlan de mi personalidad. Tengo completamente presente que soy extraña. Me lo repito una y otra vez. Ahora solo me queda recordar sus consejos.
Tomé su mano, fría y algo arrugada debido a la leucemia. Las lágrimas comienzan a brotar por sí solas de mis ojos. Él me sonríe con esfuerzo.
—No llores. —me susurra —Por favor, no lo hagas.
Le sonrío una vez más, como siempre hago para él. Sabía que sería la última vez. El sujeta mi mano, con fuerza, como si no quisiera dejarme.
—Te tengo un regalo, pequeña Samantha. —tose un poco, pero continúa. —En casa, cuando te vayas, ve al laboratorio.
Mi padre era científico.
En realidad, actualmente los estereotipos de “científicos locos” ya no estaban presentes, ya que ellos descubrieron el uso de muchos de los artefactos tecnológicos actuales, hecho que los hizo respetables e incluso dignos de admiración.
Sinceramente, creo que le debo mucho de lo que soy a mi papá. No diré que fue perfecto, porque todos en algún momento tenemos problemas con nuestros padres.
Tengo la suerte de que él no me odia, pero hay gente a la que si le sucede, y lo siento mucho. Además de todo, papá siempre me hacía sentir única. Yo siempre me sentí especial y distinta a los demás, no por lucirme, solo creo que voy mas allá. Soy más…profunda. Y eso en este tiempo es raro. ¡Solo tengo trece años y he leído más libros que cualquier persona adulta de esta generación!
Cuando sentí que el pulso de mi padre desapareció, solté su mano. Sabía que debía hacerlo, no podía seguir viviendo del pasado.
« Se supone que no debo mirar atrás, ¿verdad? »
Decidí hacer la última petición que él me había planteado. Antes de salir realicé los trámites correspondientes después de su muerte. Por alguna razón sentí que luego no podría hacerlo.
Tomé un taxi, el cual se demoró en llegar, y me dirigí a mi casa.
No vivía en una mansión. Mi casa siempre ha sido una humilde vivienda, no pequeña, pero distinta a cualquier otra. Lo que yo tenía entendido era que la casa había pertenecido a mi tatarabuelo, aunque nunca he tenido razones para creer que es verdad o mentira. El piso es de mármol y la mayoría de los objetos que hay dentro son de épocas antiguas, lo cual me parece algo muy interesante. Cada uno de ellos tiene una historia diferente.
Cuando llegué, sentía que debía dar mil pasos para llegar a la puerta. Porque tenía la seguridad de que no volvería a ser lo mismo entrar. Ahora estaría todo callado, sin vida. Y la culpa se estaba apoderando de mi corazón. Dolía mucho saber que de un momento a otro me había quedado sola para siempre.
Suspiré y me adentré, intentando que mis sentimientos no escaparan. Corrí al laboratorio ubicado al otro lado de la vivienda. Coloqué la contraseña para que la compuerta se abriera y esperé unos mínimos segundos. Frente a mis ojos se encontraba aquella sala en la que crecí y viví la mayoría de los mejores momentos de mi vida. Hasta que vi algo extraño, muy extraño.
Comencé a caminar con lentitud hacía el invento desconocido para mí. Era por llamarle de alguna manera “peculiar”. Por suerte, mi padre solía dejar una pequeña descripción cerca de sus máquinas.
Comencé a buscar entre el desorden, hasta que encontré lo que creí era una breve descripción, aunque en realidad era una carta.
“Querida Samantha:
Cuando leas esto yo ya estaré muerto, y por esa misma razón cambiará tu vida para siempre. La máquina que está frente a tus ojos es el objeto que te llevará a cumplir tu mayor sueño.
Yo siempre quise que tú fueras feliz por sobre todo, y después de varios años, he logrado mi objetivo.
No puedo sacar a los personajes de los libros, Sam. Intenté de todo, pero no pude. No me rendí, porque yo te enseñé que eso es incorrecto. Encontré otra manera. Tú puedes adentrarte en ellos. Más abajo te dejaré las instrucciones para ocuparla. Úsala con sabiduría, y espero que de una vez por todas, seas feliz.
Te ama mucho, tu papá.”
Por un momento me sentí en shock, pero bastaron unos segundos para darme cuenta de que yo estaba sonriendo.
Me puse nerviosa luego de comenzar a leer las instrucciones. Esto, como la carta decía, cambiaría completamente toda mi vida.
Cuando ya sabía cómo ocuparla, me posicioné frente a ella y realicé los procedimientos necesarios.
Vi una resplandeciente luz blanca que era tan intensa a tal punto de que sentía que me cegaría.
—Gracias, papá.
Y luego no vi nada.
- ashes of love. | one shot.:
Ella solía sentarse bajo aquel robusto árbol, miraba el cielo y al pasar la mano por el césped sentía como se le mojaban los dedos. Sonreía, y luego sacaba su libro para leer.
Sersh siempre realizaba la misma rutina, no había siquiera un alma que la molestara; aquella sensación le agradaba por completo, y solo la podía sentir en aquel parque cercano a su casa.
Solo ese lugar era importante para ella, ningún otro. Era especial, y por sobre todo; único. En aquel único lugar conoció después de un tiempo, al que sería el amor de su vida.
Fue un recuerdo que duró en ella para siempre, a lo largo de su vida; ella recordó cada detalle de su historia con él, cada promesa, cada palabra, cada beso y cada sentimiento. Todo estaba presente, absolutamente en su cabeza.
Se conocieron en una bellísima Primavera de 2010, exactamente en el 12 de Abril. El cumpleaños de la chica, aunque no le importaba mucho. Corría mientras las lágrimas caían sin parar de sus azulados ojos. La respiración se le acababa, solamente quería llegar a su árbol.
Sus padres la habían regañado por el hecho de llegar un poco atrasada a casa, y lo peor, habían olvidado que ese día, Sersh cumplía años.
Nunca había pasado, sus padres la querían y sobreprotegían muchísimo, Saoirse sabía que este último tiempo ellos se encontraban bastante estresados por sus gastos económicos, pero jamás pensó que olvidarían algo tan importante, o al menos para ella.
Y cuando pensó que se calmaría, estaba muy equivocada.
Frente a ella, sentado bajo el gran árbol, había un chico escribiendo en un libro, quitándole su lugar.
Inhaló sorprendida, nadie jamás, en todos los años en los que ella iba al parque, se había puesto en aquel lugar, nadie menos ella.
El chico levantó la mirada y frunció el ceño al ver sus lágrimas. Se paró y se acercó a ella a pasos lentos.
—No llores, pequeña. —el rubio le sonrió intentando alentarla. —Por favor, no llores. —el chico era inexperto consolando a la gente, pero hacía lo que podía, y no se le ocurrió más que abrazarla.
—Ey, suéltame. —logró decir ella, cesando su llanto. —Ni siquiera te conozco.
—Soy Jake Abel, tengo 22 años. —le sonrió, aquella chica para él era solo una niña. Una niña muy atractiva.
—¿22? —indagó Saoirse y él asintió. —Saoirse Ronan, 16 años.
Jake lo presintió, no parecía ser de su edad.
—¿Seahorse Ronan? —ella lo miró seria. — ¿Swishy?
Quizás la manera en la que él la había hecho reír había sido especial, y ella no lo notó hasta después de mucho tiempo.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
12 de Agosto de 2010, habían pasado exactamente cuatro meses desde que se conocieron. Se habían vuelto grandes amigos, y ahora compartían aquel especial árbol.
Los padres de Sersh estaban de acuerdo con ello, porque ellos tenían la mentalidad de que tanto para el amor como para la amistad; no hay edad, además de que la diferencia no era tan grande.
El padre de Jake también lo aceptaba, incluso la chiquilla le caía de maravilla, el problema era Kim Abel.
—¡Es solo una niña! — le había gritado a su hijo. —¡Tiene 16 años, Jacob! ¡No puedes!
—¡Pero yo amo a esa niña, mamá! —y ella había quedado en silencio. Jake hace mucho tenía claridad de sus sentimientos hacia Saoirse, y no dejaría que nada los separara. —Yo amo a esa niña.
Ahora se encontraban allí, recostados en el pasto, uno al lado del otro.
Faltaba un mes para que llegara la Primavera, pero por alguna extraña razón, ese día parecía que las floreces crecían en torno a las hojas de los árboles sobre ellos.
—¿Sabes? Es curioso. —el rubio había comenzado a hablar de la nda.
—¿Qué cosa? —la chica lo miró a los ojos, sin saber a qué se refería.
—Una de las razones por la cual amo tu nombre es su significado, libertad. Es exactamente como me siento cuando estoy a tu lado, libre. —Sersh no pudo disimular su sorpresa, su boca formó una gran ‘O’ por lo que el ojiazul rió fuertemente. Con esa risa que tanto la hipnotizaba.
En realidad, ambos se gustaban, o más que gustar, se querían. Un sentimiento completamente puro y transparente.
Sus miradas conectaron, como siempre lo hacían y unieron sus manos.
—Quiero que seas mi novia. —le susurró él unos minutos después, con suavidad y sin siquiera mirarla.
—Y yo quiero ser tu novia. —ella sonrió, sin mirarlo también. No se acercaron, ni se alejaron, simplemente se mantuvieron quietos toda la tarde mirando el cielo. Juntos, y sin separar sus manos.
Nada importaba, nada más que ellos.
—Te quiero, Jacob Allen Abel.
—Yo también te quiero, Saoirse Una Ronan.
Ese día quisieron dejar su amor proclamado en aquel especial árbol, que después llevaría las iniciales de ambos encerradas en un corazón.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
—¿Alguna vez te has preguntado cómo será cuando fallezcamos? —Sersh levantó la mirada para encontrarse con los orbes azules de su novio, que la miraban tiernamente mientras le acariciaba el cabello. —Yo sí, estaremos viejitos y acostados en nuestro dormitorios, tomados de las manos, y sin que nos demos cuenta, morimos dormidos. Recordando nuestra vida juntos, morimos felices.
La chica se abrazó a su pecho.
—Cuando muera, quiero que lancen mis cenizas al mar. —murmuró mirando el océano frente a ellos, Jake la sentó sobre su regazo y le besó la frente.
—Lanzaran las cenizas de ambos al mar, estaremos juntos para siempre. Nuestras cenizas al mar, serán nuestras cenizas de amor. —ninguno de los dos lo supo, pero esa sería su promesa más importante.
Quizás, aún después de dos años, Kim Abel no aceptaba la relación, y no se molestaba en disimular su poco agrado por Saoirse, pero después de todo, ellos superarían cada barrera que se les interpusiera. Ellos eran fuertes, el amor que se tenían los hacía fuertes, y no se dejarían consumir por el fracaso.
Se amaban, eso era seguro.
Jacob se levantó de la alta roca en la que estaban sentados y le ofreció la mano a su chica. Las olas les salpicaban ferozmente. Habían sido unos descuidados al ubicarse en aquella gran roca dentro del océano.
—¡Estás loco, vas a matarte! —gritó ella a carcajadas, pero el rubio no le hizo caso, la levantó de un tirón y la tomó en brazos mientras ella gritaba. —¡No, bájame! ¡Jake, en serio, bájame! —el la posicionó a su lado, sujetándola por la cintura para que no se callera y comenzó a gritar en dirección al mar.
—¡Amo a Saoirse Ronan! ¡Mi Sersh! ¡La amo! —sonreía como nunca, y sus gritos se escuchaban llenos de entusiasmo a lo largo de toda la playa.
—¡Escuche mundo, amo a Jake Abel! —el nuevamente la tomó entre sus brazos, y se lanzó al agua.
Ambos se hundieron en el refrescante mar, y cuando salieron a flote, con el agua a altura de sus cuellos, se acercaron hasta que sus labios se unieron en un beso.
—Estás loco. —le dijo ella cuando se separaron.
—Sí, por ti. —y se volvieron a besar. Demostrando el amor que se tenían, sin importar nada.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
23 de Octubre de 2014.
El tiempo pasaba muy rápido, y Saoirse con Jake estaban formando su propia familia. Tenían un pequeño hijo, de solamente un año y medio de edad, Tyler Abel.
¡Oh, que niño más bello! Poseía un hermoso cabello rubio, ojos extremadamente calipsos y una sonrisa encantadora. Un bebé hermosísimo, incluso, el regalón de su abuela paterna, que actualmente al menos toleraba a su yerna.
El pequeño se encontraba con Kim, mientras ellos se dirigían a su vivienda.
Era de noche, se encontraba todo muy oscuro y frío, pero aún así ellos estaban felices.
Aún se encontraban cerca de la casa de los señores Abel, aunque actualmente era solamente Kim Abel, pues su marido había muerto poco después del nacimiento de Tyler debido a una enfermedad terminal.
Iban con precaución debido a la poca visión que tenían.
Aún así no sirvió de nada.
—Estoy preocupado, Sersh. —le susurró de repente Jake, y ella se asustó, ya que él siempre se tomaba todo con calma.
—¿Sucede algo? —cuestionó la irlandesa.
—Siento que va a suceder algo. —contestó, con miedo en la voz. —Te amo más que a cualquier cosa, a ti y a Tyler, son mi todo. —
Ella sin darse cuenta y sin saber la razón comenzó a llorar, aquellas palabras le sonaban como una despedida. Aunque en realidad lo fueron.
—También te amo, eres lo más importante para mí. —pero ella no pudo continuar, porque sintió como un impactó la golpeó fuertemente. Después sintió un peso sobre ella, pero no pudo abrir los ojos. Lo único que escuchaba era un pitido que la desesperaba en aquel infierno negro. No veía, no oía, no sentía. Estaba tan asustada que perdió el conocimiento, y al despertar, quiso no haberlo hecho.
Se encontraba recostada en una camilla blanca, de la cual se levantó de golpe al abrir los ojos.
—¡Jake, Jake! —chilló. Aún se encontraba en la fría carretera, por lo que el viento le golpeaba el rostro.
—Señorita, cálmese. —le susurró una enfermera, pero Sersh no hizo caso.
—¡Jake! —siguió gritando. Hasta que sus ojos se encontraron con una imagen horrible.
Una auto destrozado junto a un cuerpo, cubierto por una manta gris.
—¿Jake? —susurró con un hilo de voz, la misma enfermera se posicionó a su lado observándola con lástima y comenzó a hablar.
—El auto que los chocó vino por su lado. —Sersh esperó que siguiera. —Probablemente el choque a usted no la hubiera matado…pero si la bolsa de aire. —la chica sintió las lágrimas picarles en los ojos, la enfermera continuó. —Pero el chico se interpuso, y el impacto de la bolsa de aire lo recibió él.
No necesitó nada más para romper a llorar allí mismo.
A lo lejos, pudo observar a una persona en un sus mismas condiciones, cargando un bebé.
Allí se encontraba Kim, llorando a mares por la pérdida de su hijo.
Sersh se acercó a ella con lentitud, y cuando estuvieron frente a frente, sin importar sus diferencias, se abrazaron sin cesar el llanto. Se necesitaban la una a la otra, estaban igual de destruidas, igual de acabadas.
—No llores, pequeña. —le susurró la mujer. —Por favor, no llores. —la irlandesa lloró con más intensidad. Kim era tan parecida a Jake…Aún pensaba que todo era una pesadilla de la cual despertaría en la mañana, pero no era así. Lamentablemente todo lo que estaba ocurriendo era verdad, completamente real. Ese era el problema.
Una realidad rota, en eso se había transformado aquel 23 de Octubre, el infierno en vida.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
10 de Enero de 2015.
Allí se encontraba Kim Abel, en la roca donde Jake y Sersh habían hecho la promesa.
Y era hora de cumplirla.
Hace unos días la chica había muerto debido a un disparo no premeditado que ocasionaron unos ladrones en un robo, Sersh no tenía oportunidades.
Kim abrió el frasco, donde yacían las cenizas de ambos y las lanzó al mar, tal como ambos habrían querido.
Dejando libres sus cenizas de amor....
—Tus padres se amaban muchísimo, Tyler. —le susurró la envejecida mujer a su nieto, de solo unos 17 años de edad. —Y te amaban muchísimo a ti.
—Te quiero, abuela. —susurró el chiquillo de ojos calipsos.
—Y yo a ti, pequeño.
Ficha aceptada
Wanda <333333333333 que hermoso que estés audicionando, en serio. tus capítulos alshsdlsdhsdlsdhsdl *muere* Creo que está de más decir que estás aceptada. so... suerte Wandu
khaleesi.
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Re: the blacklist. {nc} audiciones abiertas.
¡Mia querer audici
MiaElizabeth escribió:onar! La idea esta genial. Aquí te dejo todo lo que pediste.
- Spoiler:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen][Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Elizabeth Steele {Dianna Agron} || Liam Payne {Liam Payne}
- Spoiler:
[/size] Capitulo 1Mia Frost | Niall HoranKoniMi vista se fijó en el horizonte. La puesta de sol lucía hermosa este día, mas a lo lejos la luna comenzaba a apoderarse del cielo, el cual se tornaba de un precioso azul marino. Recargue ambos codos sobre el barandal del balcón y una brisa helada me estremeció. Como un acto reflejo baje las mangas de mi suéter color beige, di un largo suspiro lleno de frustración e impaciencia y me dedique a esperar. Ah seguir esperando.Los minutos pasaban y yo perdía la esperanza de que el llegará. Era mi cumpleaños y Niall había prometido hacer todo lo posible por venir a verme, pero al parecer no lo había logrado, aunque no me extrañaba, siempre había un motivo por el cual no podíamos estar juntos.― No vendrá -Dijo una voz masculina detrás mío- Beth.― Eso no lo sabes -Corregí, sin mirarlo a la cara- el día aún no termina.Mi hermano soltó una pequeña risa inofensiva ante mi terco optimismo y camino hacia mi, pasando su brazo izquierdo por mi hombro. James era el único que aceptaba, o más bien, soportaba mi relación con Niall. En cambio mis padres y mi otro hermano, todo lo contrario, ellos aborrecían la idea de que una Frost mantuviera una relación con un chico de clase baja. Todos en esa estúpida familia eran iguales: Frívolos y sin sentimientos, interesados solo en lo social y en el dinero, James y yo éramos las tristes excepciones.― Mamá esta histérica porque te rehúsas a bajar a la fiesta -Hablo James después de una larga pausa.― Ella sabe la razón por la que no quiero estar ahí -Conteste con resentimiento en mi voz- si no está mi prometido no vale la pena.― Como tú lo dijiste hermanita, el vendrá.― Acabas de decir que no lo hará -Recordé, algo confundida.― En este caso trato de ser optimista por ti, además, ¿Te puedes imaginar la cara que pondría Edward al ver a Niall en la fiesta? -Rio un poco- tal vez hasta lo mata.― Ni siquiera lo pienses -Refute- francamente, estoy perdiendo las esperanzas de que algún día él y yo podamos ser felices.― ¡Vamos Mia! Estamos hablando de Niall, el chico que soporta los malos comentarios de la familia, y además, es capaz de brincar una barda de cuatro metros y espantar a los gorilas que tenemos por guardias, solo para verte a ti. ¡Hasta yo quiero uno así!― Siempre sabes cómo hacerme sonreír Jamie.― Jamie es nombre de niña -Se quejó.― Es un apodo, de cariño -Corregí- no seas macho.― ¿Soy hembra? -Pregunto, dramático.― ¡James!― Esta bien, me calmo, uno que trata de portarse bien con su hermana, trayéndole a su novio a la fiesta y tu poniéndome apodos de...― ¡Trajiste a Niall! -Chille entusiasmada, pero después tape mi boca por miedo a que alguien me hubiera escuchado.― Ah eso venia -Contesto- a decírtelo.― ¿Y porque no lo hiciste desde el principio? -Pregunte golpeando su pecho.― Me cambiaste el tema -Respondió encogiéndose de hombros.― ¡Yo no te...! -Pare de hablar, no tenía ganas de discutir- ¿Donde esta?― Afuera, escondido en los arbustos -Informo- más vale que te apures porque si papá lo encuentra no dudara en sacar la escopeta.― Gracias James, eres el mejor.Tome la única chaqueta que colgaba del perchero de la puerta del armario y salí de mi habitación lo más rápido que mis pies pudieron permitirme. A lo lejos cuando me encontraba corriendo por el pasillo pude escuchar que James gritaba algo, o más bien advertía, pero estaba tan entusiasmada y apurada en llegar a donde Niall me esperaba que no le presté atención.Ah pasos torpes y escondiéndome de los invitados que estaban en una de las estancias de la casa, con miedo a que mi madre o mi padre me descubrieran, pude salir al jardín delantero, acto seguido me adentre en los enormes arbustos que cubrían los ventanales de la entrada y al llegar a mi destino comencé a buscar a Niall con la mirada.― Niall -Lo llame en susurro- ¡Niall!El corazón se me cayó a los pies cuando sentí que alguien me tomaba del tobillo y me arrojaba al suelo rodeándome con ambos brazos, pero la tranquilidad volvió cuando escuche su voz, esa dulce voz que hacía que mi corazón saltara como un loco cada vez que la escuchaba.― Si no te agachas te verán y tendré que irme –Advirtió- por cierto, feliz cumpleaños.Una sonrisa de tonta enamorada se formó en mi rostro y levante la mirada. Ahí se encontraba Niall, detrás de mí, observándome fijamente con la misma expresión con que yo lo observaba a él.― Creí que no vendrías -Dije girándome y abrazándolo lo más fuerte que pude.― Como crees que iba a dejarte sola en tu cumpleaños, te dije que llegaría, cumplí mi promesa.― Te amo.― Y yo a ti.Juntamos nuestras frentes y sonreímos. Esta era una de las pocas ocasiones que podíamos vernos desde que les anunciamos a mis padres nuestro compromiso y ellos se pusieron como locos. Ese mismo día me prohibieron seguir viendo a Niall y me ordenaron terminar la relación, pero yo me rehusé, desde entonces hemos sabido aprovechar el poco tiempo que tenemos para vernos.― Te traje un regalo –Anuncio, sacando una pequeña caja de su pantalón.― Niall, no era necesario, con tu presencia me basta.― Solo ábrelo.Tome la pequeña caja entre mis manos y le quite el moño rojo que la cubría. Tan solo la abrí mis ojos se iluminaron: era un reluciente anillo de compromiso con un enorme diamante incrustado en él, sentí que mis mejillas comenzaban a mojarse y mire a Niall, debió haberle costado meses de trabajo, este tomo mi mano y lo coloco en mi dedo dándole un beso al final.― Ahora podemos decir que es oficial –Aclaro- con esto quiero que sepas que no dejare que nadie nos separe. Les demostrare a tus padres que valgo la pena.― No lo necesitas –Dije secando mis lágrimas- con que yo sepa que me amas me conformo.Nos abrazamos de nuevo y segundos después, pase mis manos por su nuca para acercarlo más a mí, estuvimos a puntos de besarnos cuando un fuerte grito nos sobresaltó a ambos, grite en mi interior, rogando que no fuera quien creía que era pero al parecer solo logre invocarlo.― ¡ELIZABETH! -Chillo mi padre azotando la puerta de la entrada y acercándose peligrosamente.― Esto no es bueno -Advertí levantándome del suelo- escóndete antes de que te vea.― No Beth, no voy a huir, tus padres tienen que entender que...No pudo terminar su frase porque cayo nuevamente al suelo gracias a un brutal golpe que mi padre le propino en la mandíbula. Quise acercarme pero un fuerte brazo me tomo por la cintura y me levanto por el aire impidiendo que me acercara a Niall.― ¡Niall! -Grite espantada al notar que no se movía- ¡Suéltame Edward! -Rogué forcejeando.― ¿Cómo te atreves a regresar a mi casa después de la advertencia que te di? -Pregunto mi padre, esta vez, dándole una patada en el estómago.― ¡No lo lastimes!― ¡Cállate! -Ordeno.― ¿La llevo adentro papá? -Pregunto Edward.― No -Le contesto- quiero que vea lo que le are a este malnacido por haberme desobedecido.― ¡Por favor! -Suplique con lágrimas en los ojos- ¡Papá, no le hagas nada!Ah pesar de mis gritos y suplicas no me escucho, siguió pateando a Niall en el estómago y golpeando su rostro. Mis ojos estaban viendo una completa masacre, y lo peor de todo era que a mi hermano y a mi padre parecía divertirles.― ¡No vuelvas a acercarte a mi casa, ni a mi hija! ¡¿Escuchaste?! -Pregunto, a lo cual no recibió respuesta, cosa que lo enfureció más y le costó a Niall una patada en el rostro- ¡No te escuche!No lo resistí más. Con el tacón de mis botas le di a Edward una patada justo en la entrepierna, este me tiro al suelo preso por el dolor y yo me arrastre hasta Niall tomándolo en mis brazos. Estaba desecho y su nariz, frente y boca sangraban con exageración al igual que las heridas en sus brazos.― Todo va a estar bien amor -Comencé a decirle, pero las lágrimas no me dejaban hablar con claridad- solo no te duermas, quédate conmigo.― Edward, levántate del suelo, Elizabeth, entra a la casa, los guardias se encargaran de sacar a esta escoria de aquí -Ordeno.― Déjame llevarlo a un hospital -Suplique.― ¡Ah la casa dije!― ¡No papá!― ¡Ah mí me obedeces! ¡Levántate Edward y llévate a Mia!Como pudo, mi hermano saco fuerzas para levantarse, quitarme las botas y tomarme en brazos. Este en contra de mi voluntad me llevo hacia la casa donde los invitados de mi madre veían la escena atentos, pasamos por la estancia y todas las miradas se posaron en mí. Lloraba y gritaba sin importarme absolutamente nada más que Niall.Edward me llevo hasta la biblioteca por órdenes de mi madre y me soltó, al instante me paré e intente salir, pero mi hermano bloqueo la entrada.― ¡Basta Elizabeth! -Ordeno Edward tratando de detenerme- Mamá está furiosa, tus invitados vieron todo el show que montaste.― ¡Los odio a todos! –Grite lo más fuerte que pude con toda la intención de ser escuchada y causarle más vergüenza a mi madre.De pronto la puerta se abrió y James entro a la biblioteca, trate de salir pero Edward fue más rápido y cerró la puerta con llave. Derrotada, me tumbe en uno de los sillones y lleve ambas manos a mi rostro para continuar llorando, James se acercó a mí y me abrazo.― Fue horrible -Comencé a hablar- papá lo golpeo y Niall sangraba por todas partes.― Jamás los dejaran en paz si no huyes con el Beth -Propuso James.― ¡Que tonterías le estas diciendo! -Inquirió Edward alejando a James de mí- ¡¿Cómo puedes...?!― ¡No es ninguna tontería Edward! -Se defendió- ¡Lo único que están logrando es que Beth los odie!― Lo hacemos por su bien.― Si claro, ¿Por su bien golpearon a Niall?, ¿Desde cuando te crees el hermano sobreprotector?.La puerta se abrió de nuevo, interrumpiendo la pelea entre mis hermanos, eran mis padres y no venían justamente a hablar con serenidad. Tampoco yo, así que furiosa y cegada por el enojo tome fuerzas y le di una fuerte cachetada a mi padre, recibiendo una yo casi al mismo tiempo por parte de mi madre.― ¡¿Qué te pasa Elizabeth?! -Grito ofendida- ¡No sabes la vergüenza que pase gracias a ti con todos tus invitados!― ¡Te denunciare Finnick Frost! -Le grite a mi padre ignorando por completo el comentario de mamá- ¡Esto no se va a quedar así!― ¡Ah mí no me vas a amenazar! -Me contestó.― ¡Demasiado tarde!, me da repugnancia ser tu hija. Eres un ser humano vil y sin sentimientos ¡Que solo se preocupa por sus propios intereses! -Dije con rencor y odio en mis palabras- ¡¿Dónde está Niall?!― Donde debe de estar -Hablo Edward- en la calle.El simple comentario que salió de los labios de mi hermano hizo que la sangre me hirviera y tomara uno de los libros estrellándoselo tan fuerte en la cara que seguramente le rompí la nariz.― Un día de estos voy a desaparecer -Aclare mirando a mi padre ya que mi madre había ido en rescate de Edward- y ese será el día en el que todos ustedes se arrepientan de todo el daño que me han hecho.Salí de la biblioteca a paso rápido, dejando a toda mi familia detrás y subí las escaleras para llegar a mi habitación. Sin siquiera saberlo James comenzó a perseguirme, pero no lo deje entrar, cerré la puerta con seguro y como pude moví uno de los muebles para tapar la entrada.Tenía que hacer esto rápido, iba a irme, no quería estar ni un minuto más en esta casa, tome mi celular y note que tenía cinco llamadas pérdidas de Niall, sin pensarlo dos veces marque su número.― Amor, ¿estás bien?, ¿te hicieron algo? -Pregunto preocupado, en su voz se podía escuchar el dolor que sentía.― Me iré de la casa Niall -Respondí- no pienso quedarme ni un minuto más, me iré contigo.― ¿Estas segura?― ¿No quieres?― Nada me haría más feliz.― Entonces, quédate donde estas, dame 10 minutos para salir de la propiedad, después te llevaré a un hospital -Ordene.Colgué y apague el celular dirigiéndome al baño para arrojarlo al escusado, así se mojaba y dejaba de servir, ya no tendrían como localizarme. Salí del baño y abrí el armario, tomé una mochila y metí un poco de ropa, en el espacio que quedo guarde un poco de dinero que tenía ahorrado para alguna emergencia, después me coloque unos tenis y la mochila, salí al balcón y mire mi habitación, esta sería la última vez que estaría en este lugar, no lo extrañaría mucho. Me pase al otro lado del balcón y de repente alguien comenzó a tratar de abrir la puerta.― Beth, abre, soy James -Pidió- solo quiero hablar contigo.― Te voy a extrañar -Le dije en tono de despedida.― ¡¿Que estás diciendo?! ¡Elizabeth Frost! -Grito alterado- ¡No hagas una locura!― Adiós James.
[size="2"]Cerré los ojos para tomar valor y salté.
Ficha aceptada
todo está perfecto linda :) Ya estas participando, mucha suerte
khaleesi.
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Re: the blacklist. {nc} audiciones abiertas.
audicionen audicionen audicionen que hay tiempo
khaleesi.
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Re: the blacklist. {nc} audiciones abiertas.
Uhm... mi ficha no está aceptada. ¿Me puedes decir que está mal? Para arreglarlo pronto, por favor.
pinkfloyd.
Re: the blacklist. {nc} audiciones abiertas.
SheThinksSheIsInBarbados. escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
♡Charlie Gehrman. {Zayn Malik. ♡Laila Dodd. {Marina Diamonds.
- Escrito:
Y ahí estaba yo, como un completo loco, hablándole a mi taza de café, contándole mis sueños frustrados y esperanzas rotas. Mis planes a futuro contigo, mis ideales sobre cómo formar nuestra familia. Platicándole cómo es que te conocí y la ropa que usabas el día que te vi partir.
- Ella era preciosa, lo puedo jurar. Tenía una boca que... ¡Dios mío! Te hacías adicto a ella. Y unos ojos... esos bellos ojos marrones, negros de noche, oscuros como la boca de un lobo furioso. Un cabello sedoso, incluso cuando despertaba en las mañanas, todo despeinado, era perfecto.
Y me siento aun más loco porque siento que me escucha y que su cálido aliento es una señal reconfortante para hacerme sentir que alguien está ahí.
- Lamentablemente, eso me hace un adicto -pause mi tonta charla con el café y susurre-. Demonios, ¿desde cuando hablo con una taza de café?
Cuando reparé en lo extraño que me veía juré no hablar más con mi café. Se lo conté a mi taza de té y se rió de mí. Será mejor que intente una charla con los libros que me regalaste. Ellos reciben mis lágrimas y después de un rato las hacen desaparecer.
Ahora solo espero dejar de pensar en ti para que mi almohada no se moleste de nuevo conmigo.
- Capitulo:
Miro a su alrededor, una cocina algo vieja y muy desordenada era la escena que la rodeaba. Utensilios de cocina, ollas y algun mejunje sobre el suelo. Una chica caminaba rápidamente por la cocina, haciendo movimientos rápidos y prácticos.
- ¿Es usted Nina Billington, no es así? -pregunto en un tono levemente juguetón, y a Nina le pareció lo más agradable que había oído en todo el tiempo de estadía en el cháteau de los Styles. Pero esa pregunta se la habían echo una y otra vez en su corta estadía en aquel lugar.
- Así es. -asintió mientras pestañeaba lentamente- ¡Bien! -exclamo de pronto- ¿Donde empezaré, Señorita Cece?
- Mmm... -quedo pensativa unos instantes- Va a tener que aprender a moverse por esta casa. Intentaré darme prisa, terminar en la cocina y luego...
- Digame donde tengo que iniciar mi trabajo, y lo haré.
- ¡Esa es la actitud! -bramo alegremente ella- Bien, las camas no han sido tendidas todavía. ¿Puede ayudarme? Estoy completamente sola esta mañana, la cocinera Brashares está cuidando a uno de sus hijos, ha caido enfermo. Las fiebres atacan fuertemente en la zona Sur de nuestra ciudad. No habrá suficiente personal esta mañana.
Al recordar las fiebres, un escalofrío le recorrió la espalda.
- Claro. Tenderé las camas. ¿Donde están?
- Sigame -le guió por un gran pasillo, con grandes puertas que llegaban hasta el alto techo de la casa. Retratos colgaban de las paredes y le miraban con ojos penetrantes. Retratos espeluznantes para espeluznantes personas. Subió por una escalera, finamente decorada con una alfombra larga, roja. Muy cliché. Rojo sangre. La chica continuó caminando, hasta llegar a una gran habitación. Una ancha cama desecha, mesitas de noche a cada lado. Lujoso, lujoso.
- Esto será pan comido -murmuro Nina con una gran sonrisa curvada en sus labios.
Cece dudo un momento. No estaba tan segura que fuera pan comido, Nina debía creer que simplemente sería la habitación de los jefes. Levanto los hombros en señal de resignación y miro a Nina.
- Bueno... no será tan fácil, querida.
- ¿No? -pregunto ella, la confusión rondaba por su rostro. Cece se fijo en su ropa, algo desteñida, como su cabello. Pensó, quizás, que sería una buena idea regalarle algún vestido, y quizás algún abrigo para la temporada de frío. Sus mejillas denotaban poca comida y tenía los ojos hundidos. Parecía algún tipo de esqueleto vivo.
- Es tiempo de fiesta en el cháteau de los Styles -suspiro, negando con la cabeza- Todos los años, el Señor Des organiza una fiesta a lo grande. Personas importantes de Londres asisten, incluso, algunos empresarios de otras tierras, aprovechando la fiesta como alojamiento y de alguna forma, persuadir a los Styles de hacer algún contrato juntos. Esta fiesta sin razón alguna, se lleva a cabo durante una semana y media, tiempo suficiente para explotar a sus empleados.
Nina suspiro bastante fuerte. Había llegado en un mal momento. Era tiempo de fiesta, lo que requería aún más trabajo. No podría cuidar de su hermano y trabajo en el tiempo que requería.
No poder ver los dulces ojos color chocolate de su hermano estrechaba su corazón como una daga infinitamente. La vida de aquel pequeño se habría basado en trabajo arduo, tardes completas trabajando con su madre en el pequeño puesto de feria en el pueblo y días bajo el sol, caliente y caldeando las piedras del pequeño terreno de su padre.
Haría lo que fuera por él. Su hermano no tenía garantizado el futuro como aquellas personas que le rodeaban en este cháteau. El estatus social de esa gente era para lo que vivían. Nada más. Si no aprovechaban la reputación de su familia, fallaban intensamente en su vida. Era un total desperdicio no aprovechar la oportunidad.
Nina Billington estaba lejos de ser una de esas personas. Su padre había trabajado día y noche, faltando durante festividades y cumpleaños. Durante tiempo viajaba lejos, buscando fortuna, para luego volver con las manos vacías y ásperas de tanto trabajar sin conseguir lo que tanto ansiaban.
Y ella nunca había dejado de luchar. Sería fiel a cada promesa que hizo a su padre. Sacaría adelante a su hermano. Lucharía cada segundo de su vida. Pues al no tener ningún pretendiente, no tenía que dar heredero a ningún gusano contratista.
Tenía hambre de éxito, tenía hambre de conseguir lo que buscaba, hambre de ganar, de vencer, de salir triunfadora.
- Así es, Señorita Billington. Y me temo que está noche será algo fuerte.
- ¿Fuerte? -pregunto aterrada de no poder volver a casa antes de medianoche.
- Trabajo duro. Es el cumpleaños de el hijo de la casa, el hijo del Señor Styles.
- Oh.
Fue lo único que pudo decir. No bastaba con tener que verle, ahora tendría que servirle. Demonio de ojos verdes.
Se sabía que era un malcriado sin ninguna mano firme quien le hubiera educado durante su crecimiento. A kilómetros se podía notar que nunca había necesitado mover siquiera el dedo meñique para conseguir algo en su absurda vida. Nunca habría sentido hambre, verdaderamente. Nunca habría tenido que esperar sentado, frente a su diminuto pastel de cumpleaños, que su padre llegara antes de apagar las velas y pedir esos deseos que tan imposibles se le hacían.
El pensamiento de aquella vez le nublo la vista. Parpadeo rápidamente, quitando aquellas indeseables lágrimas desaparecieran lo más pronto posible. Quedo hundida en aquellos recuerdos, absorta a todo lo que le rodeaba. Quería despertar de el sueño en el que había sido sometida, mientras Cece hablaba.
- Bien, Nina -Cece intento llamar su atención, pero ella más ocupada pensando en ojos verdes. Ella negó con la cabeza y aplaudió frente al rostro de la rubia-. ¡Atención, Nina!
Pero no despreciaba la vida que llevaba. Agradecía infinitamente haber tenido padres tan maravillosos, y un hermano dulce. Siempre disfruto su infancia. Las pequeñas cosas -los pequeños detalles- hacían que sonriera. Se lo debía a su padres. Su madre, quien nunca había dejado que se quedara sin comida y un plato frente a ella. Y había sido feliz. Y lo sabía.
- Oh, discúlpeme... ¿Que decía? -intento mantenerse fija en la conversación. Ese era otro de los grandes problemas de Nina. Selección al momento de escuchar. Si no estaba interesada en la conversación, no oía.
- Vamos -suspiro resignada Cece. ¡Esta chica estaba en otro mundo! No iba a mantenerse mucho tiempo trabajando en el cháteau si tenía esa actitud.
La guió por el pasillo, mientras apuntaba con un dedo cada puerta que debía asear. La muchacha prestó atención, a todo lo que la chica frente a ella ordenaba que debía hacer. Le entrego los suministro que debería usar para ordenar los desastres de los invitados -la mayoría con resaca, luego de haber festejado y bebido hasta muy tarde. Cuando Cece estaba caminando de regreso, lista para dejar a la nueva integrante trabajar, dio media vuelta y murmuro:
- Será lindo trabajar contigo. Lo harás bien.
Nina levanto la mirada, sorprendida por el apoyo incondicional de la muchacha. Acostumbrada a que nadie le apoyara durante su trabajo. Siempre estaba escuchando ordenes, regaños y a sus anteriores jefes, recordandole usualmente lo inútil que era.
Pero Nina era eficiente, rápida en sus trabajos y muy astuta, algo que necesitaba realmente.
Caminó, decidida a comenzar su trabajo. Tocó la primera puerta, mientras una voz resonaba por dentro, diciendo 'Adelante, ya era hora'.
Gruño de frustración cuando escucho aquello.
- Con su permiso -murmuro mientras entraba a la gran habitación. Observo la cama con dosel, y miro a la mujer que estaba sentada en ella. Ceño fruncido, grandiosamente arrugada y de algún modo, vestida con ropa carísima aunque bastante vulgar.
- ¡Ya era hora! ¡Hace una hora que llamo a la ama de llaves para que arregle este lugar! -chillo la dama, indignada- Mi marido y yo hemos esperado que limpie el lugar. Bajaré a desayunar, si vuelvo y este lugar no está perfectamente limpio... ¡Demandaré que la despidan!
Y con aquel grito, la mujer desapareció por la puerta en la que la pequeña Nina había entrado. Negó con la cabeza, sin saber si reír o llorar. Se arrastro por la habitación, dando fuertes pisadas. Se acerco a la cama y la tendió en dos minutos. En su vida había trabajado dos años como ama de llaves, tres más en una pequeña pastelería -de la cual había conseguido bastantes habilidades en la cocina- y su último trabajo había sido en un pequeño café, donde no había requerido demasiado trabajo.
Eso, entre otras habilidades, habían sido de gran utilidad para su larga vida.
Entro al pequeño baño, junto a la habitación. Limpió con rapidez y precisión el lugar, saliendo del cuarto en menos de seis minutos. La habitación había quedado impecable, sin ningún tipo de suciedad, nada de ropa en el suelo.
Paso hacía la siguiente habitación, observando como la cama estaba completamente limpia. Tendida. No había rastro alguno de ropa sobre el suelo, excepto por unos pantalones negros, chaqueta, camisa y corbata sobre la cama. Oyó unos pasos, que provenían del elegante baño de la habitación en donde se situaba.
Decidió que debía retirase. Dio media vuelta, y, con sus utensilios dio un paso hacía adelante.
- ¿A donde se dirige, Señorita?
Una voz ronca le hablo por la espalda, miro por su hombro y se movió en sus pies, para quedar frente a un hombre de anchos hombros y abdomen cuidado. Cabello ligeramente mojado del que unos rulos se notaban. Vestía simplemente una toalla alrededor de su cadera, sujetada simplemente por su mano. Jadeo y un gemido involuntario salió sin ningún permiso de su garganta. Demonio verde.
Ficha aceptada
omg. ya está aceptada. Perdón por no hacerlo antes, es que se me debe de haber pasado :c
Pero ya está linda Ya estás participando suerte
khaleesi.
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Re: the blacklist. {nc} audiciones abiertas.
amé tu idea, srsly, desde que la vi me dio curiosidad y pensé "¿por qué no?" y me gustó tanto que audicionaré. te dejo el gif de thg y la ficha más tarde o tal vez mañana. por cierto soy ann.
tobias.
Re: the blacklist. {nc} audiciones abiertas.
Pushoooo, culisuelta. Voy a audicionar, da. Te dejo todo bien y edito el cpmentario bc estpy con el celu y :c asco. Amé la idea. Voy a ir por el culoooon bello♡
Si pongo la "p" en vez de "o", culpen al celular._.
Si pongo la "p" en vez de "o", culpen al celular._.
bhavi.
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