Unpredictable | 5 Seconds of Summer

La incesante alarma del despertador provocó que Michael Clifford soltara un gruñido y se removiera bajo las sábanas.
— Viernes… - suspiró con la voz ronca. Estuvo diez minutos más vagueando entre las sábanas negras, hasta que optó por darse una ducha. La fría temperatura del agua lo hizo reaccionar. Se vistió para bajar a desayunar. Sus padres ya se habían ido a trabajar. Abrió la nevera y agarró un envase de zumo de naranja y le dio algunos tragos, seguidamente cogió algunas galletas y salió por la puerta de su casa. En la acera de enfrente, sentados en la parada de bus, se encontraban sentados su amigo Calum Hood, y Nicole Miller, la chica más inteligente de todo el instituto.
— ¡Ey, Cal! – lo saludó Michael.
— Hola Mike. – contestó su amigo.

Varios segundos después llegó el bus. Justo cuando Nicole se disponía a subir los escalones tropezó cayendo hacia atrás. Pero Calum, instintivamente posó las manos en la espalda de la rubia, evitando que impactara contra el suelo. Después de agradecerle a Calum, la chica subió al autobús apresuradamente. Los dos chicos subieron tras ella y se sentaron juntos.

El día transcurrió bastante rápido para Mike, ya que se distraía observando a casi todas las chicas que pasaban cerca suyo. De la nada, surgió una chica rubia, realmente bonita, con una sonrisa que cautivó a Michael. Parecía de porcelana. Entonces recordó su nombre, Ariadne Carter, mejor amiga de Angela Roberts, la chica por la que Luke lleva colado años. El chico no podía apartar su vista de ella. ¿Cómo no se había fijado antes en ella? Seguramente estaría distraído con otras chicas. “Nuevo fichaje” pensó para sus adentros. Pero… ¿Sería solo otro ligue para Michael, o tal vez esta chica rompería con sus esquemas? Decidió pensar en otras cosas, y desviar sus pensamientos de la rubia misteriosa.

La clase de literatura para Ariadne Carter pasó lenta, muy lenta. Su único anhelo era que el timbre sonara ya. Un chico castaño de la primera fila no paraba de girarse para sonreírle, y eso la incomodaba demasiado. El chico se llamaba Joe, el cual ya había pedido más de una vez una cita a Ari. La chica lo había rechazado en cada ocasión. Le temía al amor. La habían lastimado más de una vez, entonces se juró a sí misma no volver a enamorarse, no otra vez. Por esa razón rehusaba cualquier muestra de amor proveniente de un chico, excepto si se trataba de amistad, obviamente. Hundida en sus pensamientos, Ariadne tardó unos pocos segundos en darse cuenta de que la clase había llegado a su fin. La chica se fue caminando hacia su casa, la cual se encontraba a muy pocas manzanas del instituto. Por fin era fin de semana, podría salir con Angie, aunque quizá ella ya había quedado con su mejor amigo Luke, el cual lleva enamorado de ella mucho tiempo, todo el mundo parece notarlo excepto ella. Llegó a su hogar y lo primero que hizo fue subir a su habitación para desconectar del mundo. Puso música a todo volumen, “Whatsername” de Green Day se escuchaba por toda la casa. Obviamente, estaba sola. Cerró los ojos para reflexionar sobre todo, y pensar en nada.

Michael se encontraba en el centro comercial con su amigo Ashton. Ambos esperaban a Calum, los tres habían quedado. Al cabo de unos minutos el moreno apareció entre la muchedumbre.
— ¿Por qué has tardado tanto, Hood? – preguntó Michael.
— Es que he visto a Nicole… - pero repentinamente enmudeció.
— ¿Nicole… Miller? – habló Ashton.
— Eh, sí. No importa. ¿Vamos a por unos refrescos? – Cal optó por no decir nada sobre lo que había visto escasos minutos antes.
Los tres chicos fueron a la cafetería más próxima y se sentaron cada uno con un refresco en la mano. Entonces, una chica morena, de ojos verdes pasó enfrente suyo, parecía una modelo. Calum y Ashton observaron a Michael, esperando que éste se levantara para flirtear con ella o pedirle su número de teléfono… pero no fue así.
— Eh, Mike, ¿Por qué no le dices nada a esa chica? – preguntó Ashton extrañado.
— ¿Cuál? – preguntó Michael reaccionando, estaba perdido en sus pensamientos.
— Ese pedazo de mujer. – replicó Calum señalando a la muchacha con la cabeza.
— Ah, no está mal… - soltó Mike dando un trago a su refresco.
— Miachel Gordon Clifford, ¿tienes fiebre? – bromeó Ashton posando su mano encima de la frente del chcio.
— No me llames Gordon. – lo regañó Michael.
— Ahora en serio tío, pareces otra persona, ¿qué sucede? – dijo serio Calum.
— Nada, nada…
Los dos amigos decidieron ignorar el comportamiento extraño de Michael y seguir con lo suyo. ¿Se estaba enamorando Michael de esa chica? No, no podía ser. Quería seguir con su vida de mujeriego, una chica diferente cada semana y viviendo sin preocupaciones, nada de amor, nada de complicaciones.

Sigue: Ro