Unpredictable | 5 Seconds of Summer

Ariadne yacía en su cama, estudiando para el examen que tenía al día siguiente, de matemáticas. Estuvo estudiando hora y media y al terminar, bajó abajo para cenar. Sus padres tenían una cena con unos amigos, así que pidio ella misma la comida. Una deliciosa pizza cuatro quesos estaba siendo llevada a su casa.

Michael conducía por las calles de Sidney subido en la moto roja, de la pizzería en la cual trabajaba para ahorrar algo de dinero. Necesitaba un coche, para desplazarse dónde y cuando quisiera. Y hasta podría llevar a Calum al instituto por las mañanas, si él así lo deseaba. Aunque seguramente querría seguir yendo en bus para ver a Nicole. Giró una esquina de forma cautelosa, para que la pizza llegara en el mejor estado posible. Llegó a la dirección indicada, aparcó la moto y bajó con la pizza, aun caliente, en sus manos. Llamó al timbre, y una voz extremadamente familiar se oyó al otro lado de la puerta. Una voz dulce y suave. Entonces, el pomo empezó a girar, y para Michael, esos segundos fueron eternos. Un sudor frío empezó a recorrerle la espalda, bajando por su columna vertebral. Empezó a temblar levemente, como si del mismísimo papel se tratara. La puerta siguió abriéndose y a Michael el corazón le latía fuertemente. “¿Por qué?” se preguntaba en su cabeza. “Es solo una chica.” Lo que en realidad fueron unos tres segundos, para Mike parecieron horas. Cuando finalmente, la chica apareció tras el umbral de la puerta. A Michael casi le da un ataque al ver la escasa vestimenta de la chica. Una camiseta corta azul intenso, por encima de su ombligo, y unas braguitas blancas.

— ¡Mi pizza! Menos mal, me estaba muriendo de hambre… - dijo Ari arrebatándole la pizza al chico. - ¿Cuánto te debo?
— O- ocho dó- dólares… - respondió Michael en tono inquieto.
La chica extendió un billete de diez y Michael, en un esfuerzo terrible por no temblar, lo agarró con torpeza.
— ¿No tienes calor? – preguntó Ari riendo. Michael no pudo evitar que los pensamientos invadieran su mente, de nuevo. Odiaba su cerebro pervertido, en aquellos instantes.
— Bueno, qui-quizás un poco. – confesó Michael con timidez.
— Ven, si quieres puedes beber un poco de agua. – ofreció la rubia sonriendo. Aunque fuese un mujeriego despreciable, nunca estaba de más ser un poco amable. La chica no dejó ni responder a Michael, y entró dentro. Mike no tuvo más remedio que seguirla. Era una casa bonita, limpia, espaciosa y bien decorada. Un dulce perfume afrutado inundó sus fosas nasales, dejándolo algo atontado. Llegó a la cocina, dónde la chica servía limonada en dos vasos. Ariadne alargó su brazo, ofreciendo a Michael uno de los vasos. Mike se tragó el vaso de un trago.
— Vaya, si que tenías sed. – Ari dejó ir una de sus melodiosas carcajadas. Michael se quedó mirándola fascinado. ¿Por qué era tan perfecta? Sus ojos, sus pómulos, sus labios, su nariz, su sonrisa, la manera en la que sus pómulos se tornan rojos cuando ríe, las pequeñas arugas que se le forman en los costados exteriores de los ojos al sonreír. Toda ella era perfecta.
— ¿Qué? – preguntó Ari al ver que Mike la miraba fijamente. - ¿No tendré algo entre los dientes?
Michael no pudo evitar reír.
— No, sólo que… gracias, por la limonada digo. – aclaró Michael dejando el vaso vacío en la encimera.
— No las des, cualquier cosa por un amigo. – Ari se enogió de hombros.
Michael se sentía como si le hubieran dado una patada en el trasero.

— ¡Te ha friendzoneado! – exclamó Calum riendo a más no poder.

— Cállate, ¿quieres? – masculló Mike echando chispas.

— Osea, que Nicole tiene novio, Ari te ha friendzoneado, Angie está colada por un tío inexistente y encima tiene friendzoneado a Luke de por vida, y Ash está en la brotherzone… - farfulló Calum. – Estamos jodidos.

— Muy jodidos, la brotherzone es… horrible y… y es muy mala y… - Ash dijo en un intento fallido para engañar a sus amigos.

— Ash, ¿tienes algo que contarnos? – preguntó Luke enarcando las cejas.

— Nah, por cierto, ¿nunca te han dicho que este tupé que llevas te favorece muchísimo? – Ash inentó cambiar de tema, aunque sin éxito, sus amigos no se daban por vencidos.

— Uy, uy Aquí hay algo gordo. – dijo Calum en tono divertido.

— Joder, está bien, pelmas. Puede que Kat y yo no seamos ya tan “hermanos”… - intentó explicar Ashton de la forma más discreta posible.

— ¡Os habéis liado! ¿Cierto? – exclamó Michael señalando a Ash con el dedo índice.

— ¡No chilles escandaloso! – lo regañó Ash. – Y no, no nos hemos liado…

— ¿Ah no? ¿Y entonces como explicas ese chupetón que llevas en el cuello? – preguntó Luke. Ash rápidamente intentó esconderlo, y su rostro se tornó completamente rojo.

— Irwin, Irwin, Irwin… - negó con la cabeza divertido Calum.


     

Michael caminaba hacia su casa, tarareando 'Wake Me Up When September Ends', con las manos en los bolsillos. Estaba distraído, completamente sumergido en sus pensamientos. Debía decirle a Ariadne lo que sentía por ella, necesitaba que ella lo supiera, si no explotaría. Necesitaba conquistarla de un modo u otro. Para éso, pediría consejo a la mejor amiga de Ari, Angie. Pidió a Luke su número, y el rubio, después de negarse unas cuántas veces, al final cedió, pero antes de éso, hizo prometer a Mike que no intentaría nada con su amada. Marcó el número de la chica, y después del segundo timbre, una voz dulce y femenina respondió.

—  ¿Diga?
—  Angie, soy Michael, el amigo de Luke, necesito urgentemente tu ayuda, por favor.

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