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Unpredictable | 5 Seconds of Summer
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Re: Unpredictable | 5 Seconds of Summer
Uhm Con el Hood, el Hood es mi platónico. But también está Hutcherson. O TODOS LOS OTROS FAMOSOS QUE ME TIENEN LOCA. Whatever.
vendetta.
Re: Unpredictable | 5 Seconds of Summer
Hood es de Ro, pero ella es mas de Niall... ROSH FOREVER Y YASTÁ. Ruthie y Josh, ah. Es que no lo shippeo con nadie so idk
spitfire.
Re: Unpredictable | 5 Seconds of Summer
Cap esta noche bbys. Espero que tengáis ganas de leer Kashton.
blake.
Re: Unpredictable | 5 Seconds of Summer
Capítulo 7
kat smith - ashton irwin
Dio una vuelta delante del espejo, para admirarse. Estaba simplemente perfecta. Eso era lo que buscaba, ¿no es cierto? Ser la más popular, sobrepasar a todas. Necesitaba brillar con luz propia. Que todos la vieran, si es que no lo habían hecho ya. Sonrió, satisfecha. Iba a ser la más popular, la más buscada. Como siempre había querido.
Su ajustado y corto vestido negro se abrazaba a su figura de una forma que dejaría a muchos con la boca abierta. Sin embargo, era lo suficientemente decente como para demostrar que ella no era ninguna regalada. Un poco de colorete para las casi imperceptibles imperfecciones, pintalabios rojo y un toque de rímel. Definitivamente, Katherine sabía perfectamente cómo jugar sus cartas.
Con una sonrisa, cogió su chaqueta y se calzó los tacones, no sabía qué haría sin ellos. No le gustaban mucho, pero midiendo menos de uno sesenta, sin duda eran mejores que parecer una enana. Cogió su boso, a juego por supuesto, y bajó las escaleras. Su padre le había dado permiso, aunque él pensaba que su hija se iba a una gala benéfica. Esperaba no cruzárselo antes de salir. Y ojalá su deseo se hubiera hecho realidad.
—¿Esperas salir a la calle así vestida?— preguntó, mirándola como si no la reconociese. Ella se encogió de hombros, con una sonrisa.
—No querrás que me cambie, ¿verdad? Si ya voy tarde— intentó salir, pero su padre le bloqueó la salida.
—Katherine, dime que eso es una camiseta larga y que debajo llevas unos pantalones, por Jesús y por la virgen— odiaba que su padre jurase por Dios, cuando ellos eran ateos. O algo así.
—Bien, papá, te informo de que lo que llevo no es más que una simple camiseta ajustada y debajo llevo unos shorts muy bonitos que me quedan estupendamente y no dejan que nadie se lleve una mala impresión de mí— y, antes de que pudiera replicar o quejarse de nuevo por su atuendo o decir algo sobre la gran mentira que acababa de salir de su boca, Kat se escapó por la puerta. Estaba demasiado harta de que su padre siempre estuviera detrás de ella, cuestionando todo lo que hacía y no hacía, esperando que fuera como él quería, perfecta.
Su ajustado y corto vestido negro se abrazaba a su figura de una forma que dejaría a muchos con la boca abierta. Sin embargo, era lo suficientemente decente como para demostrar que ella no era ninguna regalada. Un poco de colorete para las casi imperceptibles imperfecciones, pintalabios rojo y un toque de rímel. Definitivamente, Katherine sabía perfectamente cómo jugar sus cartas.
Con una sonrisa, cogió su chaqueta y se calzó los tacones, no sabía qué haría sin ellos. No le gustaban mucho, pero midiendo menos de uno sesenta, sin duda eran mejores que parecer una enana. Cogió su boso, a juego por supuesto, y bajó las escaleras. Su padre le había dado permiso, aunque él pensaba que su hija se iba a una gala benéfica. Esperaba no cruzárselo antes de salir. Y ojalá su deseo se hubiera hecho realidad.
—¿Esperas salir a la calle así vestida?— preguntó, mirándola como si no la reconociese. Ella se encogió de hombros, con una sonrisa.
—No querrás que me cambie, ¿verdad? Si ya voy tarde— intentó salir, pero su padre le bloqueó la salida.
—Katherine, dime que eso es una camiseta larga y que debajo llevas unos pantalones, por Jesús y por la virgen— odiaba que su padre jurase por Dios, cuando ellos eran ateos. O algo así.
—Bien, papá, te informo de que lo que llevo no es más que una simple camiseta ajustada y debajo llevo unos shorts muy bonitos que me quedan estupendamente y no dejan que nadie se lleve una mala impresión de mí— y, antes de que pudiera replicar o quejarse de nuevo por su atuendo o decir algo sobre la gran mentira que acababa de salir de su boca, Kat se escapó por la puerta. Estaba demasiado harta de que su padre siempre estuviera detrás de ella, cuestionando todo lo que hacía y no hacía, esperando que fuera como él quería, perfecta.
{---}
—Iré a por… algo de beber— se excusó Ashton. No era que no se lo estuviera pasando, simplemente le aburría un poco ver cómo Michael intentaba ligar con Ari, y Luke babeaba por Angie en secreto. Se sentía un poco ignorado.
—¿Qué pasa, Ash? ¿Es que como hoy no has tenido clases particulares con Kathie no te estás divirtiendo con nosotros?— le pinchó Calum, mientras le seguía a la mesa de bebidas.
—Tío, eso es una tontería. Claro que me lo paso bien con vosotros— cogió algo que parecía coca-cola, esperaba que lo fuera. Cuando lo probó, comprobó que sí era esa bebida, sólo que mezclada claramente con alcohol. Sostuvo el vaso, sin embargo.
—¿Sabes lo que pienso? Que estás coladito por ella. Pero te da miedo admitirlo delante de todos porque ella te mataría, es más, te mandaría a la mierda. Por no hablar de su padre, el benévolo profesor de física que es capaz de cortar cabezas por su niñita— su amigo le señalaba con el dedo, y Ashton soltó una carcajada. Era la teoría más estúpida que había formulado en mucho tiempo.
—No sabes lo que dices. No me gusta. Además, no es como si fuera a acercarme a ella la próxima vez que la vea, a morrearla y comprobar su reacción— bromeó con una sonrisa. La mirada de Calum se desvió.
—Bueno, podrías hacerlo ahora—. Ashton se giró, para comprobar cómo se acercaba Kat con unos vertiginosos tacones, que hacían que sus piernas pareciesen interminables.— Si tienes huevos, claro.
—Calum, era una puñetera broma. No pienso acercarme. Está con sus amigos. Y… lleva un vestido demasiado corto— tragó saliva sonoramente y Cal soltó una sonora carcajada.
—Sí, y te está poniendo como una moto, amigo mío— le pegó un manotazo por el comentario. Pero no dijo nada. No podía negarlo. Estaba muy guapa. Siempre lo estaba, de hecho. Pero aquella noche más que nunca—. Anda, ve a hablar con ella. Se ha quedado sola.
Ashton hizo caso a su compañero. Tenía muy claro que no se iba a enamorar de Kat, no podía hacerlo. Pero, quería comprobar exactamente sus sentimientos hacia ella. Sólo por si acaso. Repasó mentalmente los últimos años con ella, mientras caminaba. La había visto crecer, cambiar, madurar. Sin embargo, siempre había tenido aquella chispa que la hacía especial, diferente del resto de chicas. Lo que sí que era cierto, era que muchos de los mejores momentos que recordaba, eran con ella. Riendo, hablando, o simplemente mirando cómo ella se concentraba en adivinar la respuesta a su pregunta.
—Hola, Kat— saludó, tocándose el pelo. No sabía por qué, pero cuando se trataba de ella, siempre era un poco más tímido que de costumbre, no quería hacer nada que pudiera molestarla. En público era completamente distinta que en privado.
—¿Ashton? No esperaba verte aquí, la verdad.— le sonrió, sin acercarse. Kat no era muy de tocar.
—Lo mismo podría decirte. Ah y estás…— se vio cortado por la chica que acababa de llegar y le estaba dando dos besos a la que iba a ser la recibidora de su cumplido.
Hayley puso la sonrisa más falsa que tenía y le dio dos besos a Kat. Se odiaban. Desde siempre y para siempre. Pero, por supuesto, Hayley la había invitado a su fiesta, para demostrar que era mucho mejor que ella. Y Kat estaba por dejar por los suelos aquel plan, con ese vestido y acompañada de Ashton, por el que todas las chicas suspiraban.
—¡Qué bien que hayas venido!— exclamó y la morena se separó de ella. No podían soportarse, sin embargo, tenían esa extraña relación de rivales que fingían que se adoraban aunque era obvio que no.
—¡Es genial estar aquí! Has invitado a toda a gente que conozco— Kat hizo un gesto, señalando sin darse cuenta a Ashton, que estaba ahí, en medio, mirando sin decir una palabra.
—Sí, es verdad. ¿Conoces a mi ex, Ash? Cuando lo dejamos dijo que nunca volvería a querer a nadie como me quería a mí, ¿te acuerdas?— las dos chicas se giraron a mirarle, y él no sabía dónde meterse.
—Creo que esas no fueron mis palabras exactas…— dijo, aunque ninguna de las dos le hizo caso. Estaban demasiado ocupadas preparando el siguiente golpe.
—¿Ah, sí? ¿De verdad salisteis? Es bueno saberlo— levantó una ceja, confiada, aunque no sabía aquella información, estaba ideando un plan para usarla en su contra.
—Sí. ¿Y sabes qué más dijo? Que mis besos eran los mejores y eran irremplazables—. Aquella era claramente una lucha de poderes. De yo tengo más que tú. Y, aunque el chico fuera el tema de conversación, estaba claro que no tenía ni voz ni voto. Así que esperó a que acabasen. También podía haberse ido, pensó después. Hubiera sido mucho mejor.
—Bueno, lo de que es tu ex podía pasar. Pero está claro que esto no. Hayley, ¿conoces a mi novio, Ash?— le devolvió el golpe. E hizo lo que nadie esperaba.
De pronto, como si no fuera demasiado el hecho de haberle metido en la pelea, Kat le cogió de la camiseta y le besó. Ashton se quedó de piedra durante unos cortos dos segundos, para después coger a la chica de la mandíbula y profundizar aquel impulsivo beso. El que estaba provocando todo un océano de emociones en él.
No esperaba que fuera su primero, aquello estaba claro, pero tampoco se esperaba, ni mucho menos, que ella besase tan condenadamente bien. El intercambio de saliva se prolongó unos segundos más, y, por fin terminó, dejando al chico más confuso que nunca. Kat sonrió.
—Bueno, Hayley, tu fiesta me aburre. Me voy. Y me llevo a MI novio conmigo— había recalcado el mi como si Ashton fuera un objeto, no un chico al que acababa de besar. Y eso le había dolido un poco.
Caminaron unos metros, hasta que estuvieron lo suficientemente lejos como para no tener que chillar en vez de hablar gracias a la estruendosa música. Kat se paró a mirar al chico y le dio un abrazo. Él le correspondió, confuso.
—Muchísimas gracias por seguirme el rollo. Eres el mejor amigo del mundo entero. Sabía que tú me apoyarías. ¡Nos vemos el lunes!— y se fue. Se marchó.
—¡Se ha ido, gilipollas! ¡Deja de pensar en ella! ¡Ese beso no ha significado nada para ella y para ti tampoco!— exclamó gritándose a sí mismo cuando ya caminaba solo en dirección a su casa. Entonces, recibió un mensaje:
“Pensaba que no tenías huevos. Estaba equivocado. Felicidades, tío”
Pero él no sentía que hubiera nada que felicitar. Es más, no había nada. Había sentido algo que no debía por aquel beso. Y, ahora que volvía a casa sabiendo que para ella solo era un amigo, un chico en el que confiar y que siempre estaría ahí, le hacía sentirse extrañamente solo y perdido.
—¿Qué pasa, Ash? ¿Es que como hoy no has tenido clases particulares con Kathie no te estás divirtiendo con nosotros?— le pinchó Calum, mientras le seguía a la mesa de bebidas.
—Tío, eso es una tontería. Claro que me lo paso bien con vosotros— cogió algo que parecía coca-cola, esperaba que lo fuera. Cuando lo probó, comprobó que sí era esa bebida, sólo que mezclada claramente con alcohol. Sostuvo el vaso, sin embargo.
—¿Sabes lo que pienso? Que estás coladito por ella. Pero te da miedo admitirlo delante de todos porque ella te mataría, es más, te mandaría a la mierda. Por no hablar de su padre, el benévolo profesor de física que es capaz de cortar cabezas por su niñita— su amigo le señalaba con el dedo, y Ashton soltó una carcajada. Era la teoría más estúpida que había formulado en mucho tiempo.
—No sabes lo que dices. No me gusta. Además, no es como si fuera a acercarme a ella la próxima vez que la vea, a morrearla y comprobar su reacción— bromeó con una sonrisa. La mirada de Calum se desvió.
—Bueno, podrías hacerlo ahora—. Ashton se giró, para comprobar cómo se acercaba Kat con unos vertiginosos tacones, que hacían que sus piernas pareciesen interminables.— Si tienes huevos, claro.
—Calum, era una puñetera broma. No pienso acercarme. Está con sus amigos. Y… lleva un vestido demasiado corto— tragó saliva sonoramente y Cal soltó una sonora carcajada.
—Sí, y te está poniendo como una moto, amigo mío— le pegó un manotazo por el comentario. Pero no dijo nada. No podía negarlo. Estaba muy guapa. Siempre lo estaba, de hecho. Pero aquella noche más que nunca—. Anda, ve a hablar con ella. Se ha quedado sola.
Ashton hizo caso a su compañero. Tenía muy claro que no se iba a enamorar de Kat, no podía hacerlo. Pero, quería comprobar exactamente sus sentimientos hacia ella. Sólo por si acaso. Repasó mentalmente los últimos años con ella, mientras caminaba. La había visto crecer, cambiar, madurar. Sin embargo, siempre había tenido aquella chispa que la hacía especial, diferente del resto de chicas. Lo que sí que era cierto, era que muchos de los mejores momentos que recordaba, eran con ella. Riendo, hablando, o simplemente mirando cómo ella se concentraba en adivinar la respuesta a su pregunta.
—Hola, Kat— saludó, tocándose el pelo. No sabía por qué, pero cuando se trataba de ella, siempre era un poco más tímido que de costumbre, no quería hacer nada que pudiera molestarla. En público era completamente distinta que en privado.
—¿Ashton? No esperaba verte aquí, la verdad.— le sonrió, sin acercarse. Kat no era muy de tocar.
—Lo mismo podría decirte. Ah y estás…— se vio cortado por la chica que acababa de llegar y le estaba dando dos besos a la que iba a ser la recibidora de su cumplido.
Hayley puso la sonrisa más falsa que tenía y le dio dos besos a Kat. Se odiaban. Desde siempre y para siempre. Pero, por supuesto, Hayley la había invitado a su fiesta, para demostrar que era mucho mejor que ella. Y Kat estaba por dejar por los suelos aquel plan, con ese vestido y acompañada de Ashton, por el que todas las chicas suspiraban.
—¡Qué bien que hayas venido!— exclamó y la morena se separó de ella. No podían soportarse, sin embargo, tenían esa extraña relación de rivales que fingían que se adoraban aunque era obvio que no.
—¡Es genial estar aquí! Has invitado a toda a gente que conozco— Kat hizo un gesto, señalando sin darse cuenta a Ashton, que estaba ahí, en medio, mirando sin decir una palabra.
—Sí, es verdad. ¿Conoces a mi ex, Ash? Cuando lo dejamos dijo que nunca volvería a querer a nadie como me quería a mí, ¿te acuerdas?— las dos chicas se giraron a mirarle, y él no sabía dónde meterse.
—Creo que esas no fueron mis palabras exactas…— dijo, aunque ninguna de las dos le hizo caso. Estaban demasiado ocupadas preparando el siguiente golpe.
—¿Ah, sí? ¿De verdad salisteis? Es bueno saberlo— levantó una ceja, confiada, aunque no sabía aquella información, estaba ideando un plan para usarla en su contra.
—Sí. ¿Y sabes qué más dijo? Que mis besos eran los mejores y eran irremplazables—. Aquella era claramente una lucha de poderes. De yo tengo más que tú. Y, aunque el chico fuera el tema de conversación, estaba claro que no tenía ni voz ni voto. Así que esperó a que acabasen. También podía haberse ido, pensó después. Hubiera sido mucho mejor.
—Bueno, lo de que es tu ex podía pasar. Pero está claro que esto no. Hayley, ¿conoces a mi novio, Ash?— le devolvió el golpe. E hizo lo que nadie esperaba.
De pronto, como si no fuera demasiado el hecho de haberle metido en la pelea, Kat le cogió de la camiseta y le besó. Ashton se quedó de piedra durante unos cortos dos segundos, para después coger a la chica de la mandíbula y profundizar aquel impulsivo beso. El que estaba provocando todo un océano de emociones en él.
No esperaba que fuera su primero, aquello estaba claro, pero tampoco se esperaba, ni mucho menos, que ella besase tan condenadamente bien. El intercambio de saliva se prolongó unos segundos más, y, por fin terminó, dejando al chico más confuso que nunca. Kat sonrió.
—Bueno, Hayley, tu fiesta me aburre. Me voy. Y me llevo a MI novio conmigo— había recalcado el mi como si Ashton fuera un objeto, no un chico al que acababa de besar. Y eso le había dolido un poco.
Caminaron unos metros, hasta que estuvieron lo suficientemente lejos como para no tener que chillar en vez de hablar gracias a la estruendosa música. Kat se paró a mirar al chico y le dio un abrazo. Él le correspondió, confuso.
—Muchísimas gracias por seguirme el rollo. Eres el mejor amigo del mundo entero. Sabía que tú me apoyarías. ¡Nos vemos el lunes!— y se fue. Se marchó.
—¡Se ha ido, gilipollas! ¡Deja de pensar en ella! ¡Ese beso no ha significado nada para ella y para ti tampoco!— exclamó gritándose a sí mismo cuando ya caminaba solo en dirección a su casa. Entonces, recibió un mensaje:
“Pensaba que no tenías huevos. Estaba equivocado. Felicidades, tío”
Pero él no sentía que hubiera nada que felicitar. Es más, no había nada. Había sentido algo que no debía por aquel beso. Y, ahora que volvía a casa sabiendo que para ella solo era un amigo, un chico en el que confiar y que siempre estaría ahí, le hacía sentirse extrañamente solo y perdido.
- ¡Pup!:
- Bien, pues esto es. Tres páginas, 1506 palabras para ser exactos. No es lo más largo que he escrito, ni mucho menos, pero creo que estoy orgullosa. Me encanta la trama de mis dos personajes y adoro el camino que la historia está tomando. En el último capítulo hubo Muke, so aquí ha habido Cshton, por supuesto. Espero que os haya gustado, llevo bastante tiempo escribiendo esto y lodigo completamente en serio. Así que... ily. Besos.
blake.
Re: Unpredictable | 5 Seconds of Summer
Rocío, me has frustrado, lo juro. Es lo mejor que has escrito en bastante tiempo nada supera rmiosp sos
Primero, Cashton, o sea, ¿me odias? CASH. Me frustras con Cal, me frustras con Ash y me frustras con lo cómico que ha sido el cap. Sip, ha sido cómico, lo hayas hecho con esa intención o no. Todas les hemos dado un toque de salidos a los chicos que es demasiado, pero tú te has lucido con el mensaje de Calum al final rlly. Y me refiero a lucirse en el buen sentido de la palabra.
Y DESPUÉS EL BESO SOS. Feels, shippeo Kashton, es oficial. Me superan. El pobre babeando y ella like a boss. Amo a Kat, amo el personaje que has creado.
Ilysm culmeit
Primero, Cashton, o sea, ¿me odias? CASH. Me frustras con Cal, me frustras con Ash y me frustras con lo cómico que ha sido el cap. Sip, ha sido cómico, lo hayas hecho con esa intención o no. Todas les hemos dado un toque de salidos a los chicos que es demasiado, pero tú te has lucido con el mensaje de Calum al final rlly. Y me refiero a lucirse en el buen sentido de la palabra.
Y DESPUÉS EL BESO SOS. Feels, shippeo Kashton, es oficial. Me superan. El pobre babeando y ella like a boss. Amo a Kat, amo el personaje que has creado.
Ilysm culmeit
spitfire.
Re: Unpredictable | 5 Seconds of Summer
omg. Ro, eres la puta ama. ¿Como coño lo haces? Escribes de una forma increíble. Es asombroso. Diós mío, creo que yo también shippeo Kashton. Son... son ¡agh! Osea, Ash está loco por los huesos de Kat, y Kat solo le ve como a un amigo, y el beso... omfg el beso. Yo, ya no sé ni que decir. Simplemente me ha encantado, y espero el De Ruthz. :3
Invitado
Invitado
Re: Unpredictable | 5 Seconds of Summer
Oh dios Ro, ha sido un capítulo estupendo, de veras. ¿Como te lo haces para escribir así de bien? Estoy de acuerdo con Ele, ha sido muy cómico todo. Cal es un salido, y me hace mucha gracia, really. El mensaje del final me ha matado. Y el beso. Dios mío de mi vida. Me da mucha pena Ash, bc está loquito por ella.
So, me ha encantado, y ahora me pongo a escribir, así que espero acabar el capítulo pronto.
So, me ha encantado, y ahora me pongo a escribir, así que espero acabar el capítulo pronto.
vendetta.
Re: Unpredictable | 5 Seconds of Summer
Mierda, mierda, se me olvidó responder comentarios. Mañana lo haré. Sin embargo, quiero cap Ruthie
blake.
Re: Unpredictable | 5 Seconds of Summer
Lo sé, lo sé. Hoy tenía pensado colgarlo. Llevo todo el tiempo escribiendo, pero no me convence nada. :c Aunque ya tengo más de dos páginas escritas
vendetta.
Re: Unpredictable | 5 Seconds of Summer
Capítulo 08
Angela Roberts - Luke Hemmings
Se echó un último repaso en el espejo. No iba, que digamos, perfecta, pero iba a una simple fiesta adolescente de una chica rica, dónde bebería algo de alcohol, bailaría y conocería a gente, así que no tenía que ir muy arreglada.
A pesar de eso, cualquiera que la viera pensaría en tirársela, sin más. Y es que Angie no podía evitarlo. Ella era así, causaba esa sensación en todos los tíos. Porque una pelirroja guapa no se encontraba en muchos sitios.
A decir verdad, estaba contenta con el resultado. Tan solo un top blanco metido por dentro de una falda azul lisa que le llegaba hasta las rodillas, acompañada de unas medias de un color crema y unos bonitos botines de color azul marino bastaba para ella.
Había quedado con Ari para ir a la fiesta dentro de diez minutos en su casa, pero conociéndola, apostaría a que para ella eran veinte o más. Se calzó, cogió su chaqueta tejana y su bolso y salió al exterior, despidiéndose de su padre, que en aquél momento estaba tirado en el sofá del salón mirando una película muda en blanco y negro.
—Adiós hija, disfruta de la fiesta.
Desde la muerte de su esposa, el padre de Angie no había estado muy activo. Sus días se basaban en estar tumbado sin hacer nada, así que todo el trabajo de casa lo tenía que hacer ella, así que era como si viviese sola.
Después de tocar dos veces al timbre, salió Ari a recibirla. Aún no iba vestida, y eso que Angie había llegado tres minutos tarde.
— ¿Puedes explicarme esto? — preguntó la pelirroja levantando una ceja.
— ¿El qué? – la rubia reaccionó pronto ante la mirada asesina de su amiga – ¡Ah!
Rápidamente subió las escaleras y se encerró en su cuarto, hecho que causó que Angie se llevara la palma de la mano en la frente, señal de vergüenza ajena. Típico en Ari.
Media hora más tarde, Ari y Angie llegaron a la fiesta. Saludaron a Hayley Williams, la patrona de aquella gran fiesta, y también saludaron a Luke, Ashton, Calum y Michael. Iban muy guapos los cuatro.
{…}
Desde que Angie se había ido, no había podido parar de pensar en ella. ¿Qué estaría haciendo? ¿Por qué se había ido sin decirle nada? Lo había dejado solo con Michael y Ariadne. Ya que Ashton y Calum también se habían ido. Después de reflexionarlo mil veces, decidió que era el momento de ir a buscarla.
—Eh… chicos, me voy a buscar a Angie. – se disculpó Luke, pero no sirvió de nada, la parejita lo ignoraba completamente.
Se acercó lentamente al bar e intentó encontrar alguna señal de que Angie estaba allí. Una melena pelirroja, quizá. Pero fue en vano, ya que había demasiada gente y no conseguía ver nada ni nadie.
Divisó una chica morena y alta que le sonaba, así que se acercó a ella. Era Lisa, una amiga de Angie. Tal vez ella la habría visto.
—Hola Luke, ¿qué tal? – el aliento le apestaba a alcohol, e iba balanceándose de un lugar al otro, al igual que toda la gente de su alrededor.
—Bien, estoy bien gracias. Oye Lisa, ¿puedes decirme si has visto a Angie?
—Pues a ver… La última vez que la he visto ha sido pues… aquí mismo, en el bar. Se estaba hinchando a botellas. Huy, eso me recuerda a que tengo que ir a coger otra. Adiós guapetón. – le dio un beso casi en la oreja izquierda y se marchó, caminando de un lado para el otro y chocándose con los otros borrachos del lugar.
¿Angie bebiendo a botella? ¿Otra vez borracha? La última vez que Angie se emborrachó fue hacía cinco meses, en la fiesta de cumpleaños de su prima, y de allí no salió muy bien parada. La arrestaron por causar jaleo más tarde de las diez de la noche y estuvo en prisión durante tres horas. Luke no podía permitir que eso pasara otra vez, tenía que encontrarla antes.
Caminó rápidamente hacia dónde estaban Mike y Ari y les preguntó si habían visto a Angie, pero respondieron que no, que la última vez que la habían visto había ido a por bebidas. Entonces vio a Calum, llenándose un vasito de cartón rojo de Coca-Cola.
— ¡Cal! – gritó acercándose a toda prisa al chico.
—Hola colega. ¿Quieres? – le preguntó ofreciéndole un vaso de su misma bebida.
—No gracias. ¿Sabes qué? Vas a ayudarme a encontrar a Angie.
— ¿Quieres apostar?
—Oh venga tío, hazlo por mí. – suplicó.
—Es que estoy viendo como Ash triunfa. Míralo, ligando con Kat. – señaló hacia dónde estaba Ash, Kat y Hayley Williams.
— ¿Pero qué dices? Si parece un florero, en medio de esas dos divas. – bromeó.
—Ya… Bueno, que no puedo ayudarte, lo siento.
—Vale, gracias. Ya me dirás como le ha ido al Don Juan ése.
—No lo dudes.
Después de unos segundos más de revisar el lugar dónde estaba, caminó hacia el interior del enorme garaje, dónde la fiesta era aún más bestial. Allí el ambiente era mucho más cálido, la música estaba aún más alta, había luces de colores y gente bailando. Estaba más que seguro de que Angie estaría allí.
Recorrió aquél enorme sitio, dándose paso entre la gente a empujones, y consiguió llegar a la otra punta. Sin señales claro, de la pelirroja.
— ¡Luke! ¡Lukey ven aquí! – una voz familiar que provenía de unos pasos a su derecha lo llamaba a, literalmente, “grito pelado”.
Candy Jensen. Una morena de la que Luke había estado enamorado, hacía ya cinco años, en primero de la ESO.
—Hola Candy, ¿qué hay?
— ¡Ven a bailar conmigo! – gritó.
—Estoy aquí, no me grites. Y no, no quiero bailar contigo ahora. Pero tengo una pregunta. ¿Has visto a Angie por aquí?
— ¿Qué si la he visto? ¡Pues claro!
Silencio.
— ¿Y dónde está?
— ¡Ah, que quieres que te lo diga! Pues mira, ¿ves toda esa gente bailando? – al decir eso, señaló con el dedo índice una aglomeración de gente bailando y restregándose los unos contra los otros. – Pues está allí.
—Gracias. – sonrió.
Mientras caminaba hacia el lugar indicado por la chica, una serie de miedos se apoderaron de él, en particular uno. El pensamiento de que Angie estuviera restregándose con cualquier idiota caliente y con ganas de un polvo lo hacía temblar. Angie era suya, y solo suya.
Por suerte, estaba equivocado. Pero lo que sí era cierto, era que estaba más borracha que una cuba y con cuatro o cinco tíos babeando alrededor suyo. Al verlo, saltó de alegría.
— ¡Luke, cariño! Ven aquí a bailar conmigo.
—No, estás borracha.
— ¡No estoy borracha!
—Claro que lo estás. – los cuatro tíos seguían allí, con la cara fija en los grandes atributos de la joven. – Eh tíos, aquí no hay nada que ver, humo.
Los chicos murmuraron cuatro cosas y se retiraron a regañadientes.
—Eh, son mis amigos, no los eches.
—No son tus amigos. Y haz el favor de dejar de bailar así.
Angie bailaba de una forma… particular. De una forma sexy y muy sensual. Era un baile que ponía a cien a cualquiera.
— ¿Por qué? ¿Te pone? – sonrió pícara y moviéndose aún más sensualmente.
—N-no.
—Claro que sí. Venga rubio, baila conmigo, lo estás deseando.
Claro que lo estaba deseando. Estaba deseando muchas cosas en aquellos instantes. Cosas que nunca sería capaz de admitir. Pero vamos, era Angie. Y aunque por su mente pasaban cosas innombrables, debía controlarse.
—N-no. He di-dicho que n-no. Va-vámonos.
Luke no tuvo más remedio que cogerla del brazo y llevarla a un lugar más apartado. La llevó por todo el recinto hasta el exterior. La cogió de los dos hombros y la miró a los ojos.
—Angie, te vas a venir conmigo. Te llevaré a tu casa y te meteré en tu cama.
—Lo que tú quieras Lukey. – sonrió.
¿Lo qué él quiera? Él quería muchas cosas. Pero no era adecuado, no en aquél momento. Angie lo cogió de su musculoso brazo y caminaron hacia la casa de la chica, lentamente, para que ella no se cayera.
Una situación como aquella no era muy atractiva para muchos, pero solo la idea de estar con Angie, el corazón de Luke hacía un vuelco de alegría.
- Dadido:
- Bueno, pues aquí lo tenéis. Un capítulo más bien mierdoso. Es largo, sí, tres páginas de Wrod, pero está lleno de tonterías. Igualmente espero que os guste c: La verdad, al principio quería terminar con Lukey y Angie en casa de ella, pero quedaría demasiado largo, así que lo haré en el próximo capítulo, ya lo tengo pensado. Sigue Lena. Un beso<33
vendetta.
Re: Unpredictable | 5 Seconds of Summer
Pls Ruthie, ahora shippero Langie aún más. Espero poder subir este finde ahque, o antes.
spitfire.
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