Re: Devilish Temptation.©(Hell, Yes) Joe & Tu (Hot)

por **chelis** Vie 15 Ago - 1:37

Devilish Temptation.©(Hell, Yes) Joe & Tu (Hot) - Página 20 2686721104

por **DaiJonaticAlways** Miér 20 Ago - 20:50

Holaaa me encanta♡♡♡
Realmente siempre espero para leer
Y es una de las mejores novelas.
Espero que te desbloquees rápido D:.
Sinceramente no recuerdo si antes comente D: y si no lo hice me presento xd
Soy Dai , Buenos Aires . Argentina. amo la música y me gusta escribir xD Jajajaja Leo todas tus novelas y todas me encantan xd asiqe nada espero cap pronto c:.
Saludos ♡

por **chelis** Jue 21 Ago - 2:15

por **moondust.** Dom 21 Sep - 22:05

Te informo que tu novela tiene la ficha reglamentaria incompleta. Pasa por las reglas y edita el primer mensaje o correrás el riesgo de que borremos tu historia sin aviso previo. Posees un plazo de 48 horas para cambiar lo requerido. Cualquier duda, queja, o sugerencia, contáctame por mp.

por **chelis** Dom 21 Sep - 23:04

por **MileyCyruZ** Lun 22 Sep - 23:19

Capítulo 15

(parte 1)

Después de pasar un rato nadando Joe y yo regresamos con sus amigos, ellos habían iniciado una fogata y platicaban animados tirando carcajadas, Jess sonreía ocasionalmente sin realmente prestarles atención, me sentí culpable por arruinar el paseo.
Joe me envolvió de inmediato en mi toalla y me coloco el vestido sin darme oportunidad realmente de secarme, lo mire molesta pero lo deje pasar de inmediato, era el poder que tenían sus hoyuelos. Nos sentamos de la misma forma que al llegar y me envolvió en sus brazos con mi espalda contra su pecho concentrándome en sus respiraciones tranquilas y relajantes. La noche había caído y Jess pidió ser llevada a casa, Dillan se ofreció y como era el dueño de la camioneta los gemelos y Brad se despidieron también dejándonos a Joe y a mí, solos. En cuanto la camioneta se alejó él beso mi cuello, me reí ante la sensación pero no me aleje.

—Te dije que encontraría un lugar para estar solos.

—Realmente no hiciste nada, ellos se fueron. —dije riendo.

—Pero estamos solos ¿no? Ese era el objetivo.

— ¿Y ahora cuál es tu objetivo?

Joe soltó una carcajada sexy justo en mi oído ocasionando que mi sangre se calentara de inmediato. Él se movió y me recostó en la arena antes de colocarse sobre mí. Sonreí con el ligero contacto, expectante por todo lo que vendría despues, se inclinó y me beso, un beso tierno y dulce que decía demasiado, que era demasiado. Enrede mis manos en su cabello y lo acerque de forma lenta, no quería estropear ese tierno beso a causa de mis alborotadas hormonas. Joe movió su mano por debajo de mi vestido y acarició mi pierna hasta mi cadera.

—Lucias tan caliente en tu biquini. —murmuro contra mis labios.

— ¿Lucia? Aun lo llevo.

— ¿Puedo verlo de nuevo? He olvidado algunos detalles.

Me reí como boba y el me observo con esa mirada sexy que decía “No estoy bromeando”. Asentí, se incoó frente a mí y me sentó para retirar mi vestido. Levante mis manos y la prenda desapareció, Joe volvió a besarme y me recostó de nuevo en la arena, abrase su cuello sin tener la intención de soltarlo pero el rompió con nuestro beso y me observo.

— ________...—Mi nombre sonó como pregunta dejándome confundida.

— ¿Sí?

Se quedó en silencio confundiéndome aún más.

—…Jamás había sentido esto… Ni siquiera sabía que era posible para alguien como yo.

Contemple su hermoso rostro con mi corazón golpeando mi pecho, sin saber que responder acaricie sus mejillas memorizando cada detalle con mis manos, el beso mis dedos cuando toque sus labios. Nos observamos el uno al otro. En sus ojos encontré todo lo que necesitaba saber, y entonces las palabras salieron de mi boca sin si quiera tener la intención de decirlas en voz alta.

—Te amo, Joe.

Me sorprendí yo misma al escucharme decirlo pero no me sentía arrepentida, Joe me observo en silencio, su mano acaricio mi rostro y me beso.

Él me besaba con pasión, el beso tierno había quedado atrás. Le respondí abrazándolo con fuerza y atrayéndolo hacia mí, su cuerpo se tensó sobre el mío y me abrazo con fuerza cuando se presionó contra mí, gemí de inmediato. La arena lijó mi piel cuando se presionó de nuevo, me aleje de él.

— ¿Qué sucede? —dijo agitado.

—Tengo arena en el trasero. —respondí riéndome.

—Puedo ayudar con eso.

Sujeto mis caderas y me giro poniéndome sobre el a horcajadas, golpe su pecho aun riendo.

—Esto no es ayudar.

Joe se sentó y su rostro quedo a centímetros del mío, sus labios rozaron los míos y una sonrisa apareció.

—Tengo una manta en la camioneta. Iré por ella.

En un giro rápido y hábil, me recostó en la arena de nuevo para despues besar mis labios antes de salir trotando hacia la camioneta. Lo contemple mientras se perdía en la obscuridad ¿Qué pasaría cuando regresara? Me ruborice solo de pensarlo. ¿La haremos? ¿Tendré relaciones con Joe en la playa? Por alguna extraña razón la idea no me molestaba sonreí decidida al escuchar los pasos sobre la arena, me senté en su búsqueda pero no era él.

Karen me observaba con una sonrisa en sus labios, mi corazón quiso salir de mi pecho, busque detrás de ella a Joe, ella libero una carcajada mientras daba unos pasos hacia mí.

—Qué estúpida eres ¿De verdad creíste que él te diría que te ama?

Me quede en silencio y seguí buscando a Joe en la obscuridad.

—A él no le interesas, es un demonio. Eres su cesta de comida andante. No te ama, no sabe lo que eso significa.

—Dices eso porque me odias.

—Odiarte no tiene nada que ver en esto, lo que digo es verdad, ¿No fue obvio para ti que el no quiso responderte y por eso te beso?

—Eso no es verdad, solo tienes celos, porque él prefirió estar conmigo.

Karen se burló con ganas tocando su estómago.

—Eso me tiene sin cuidado, Joe terminara asesinándote algún día, y entonces volverá arrastrándose. Ya lo he visto antes. Siempre he estado ahí, lo conozco, incluso mejor que tú y créeme no le interesas.

Baje la mirada y ella se carcajeo de nuevo.

—Solo date por advertida, por lo menos ya no te tomara por sorpresa cuando te deje o… te asesine. —Se giró un momento y observo la obscuridad. —Joe ya viene, será mejor que me valla, no quiero interrumpir su noche.

Sonrió de la forma más encantadora y se alejó, busque mi vestido y me lo coloque, Joe aparecio segundos despues con la manta colgando en su hombro. Me puse de pie colgándome mi maleta negra, frunció el ceño de inmediato.

— ¿Qué haces?

—Mamá acaba de llamarme, vio llegar a Jess y está preguntándose donde estoy.

Desvié la mirada del rostro de Joe y fingí interés en la fogata apenas encendida.

—Deberíamos apagar eso antes de irnos.

Murmure mientras lo espiaba, él no había despegado su mirada de mí ni un solo instante, lo vi asentir ligeramente y camino hacia la fogata para comenzar a patear arena sobre ella. Cuando termino se paró justo enfrente de mí y coloco la manta sobre mis hombros.

—________… —Dijo tomando mi barbilla obligándome a mirarlo. —________ yo…

—Joe, no quiero que mamá se moleste con nosotros, ¿Puedes llevarme a casa?

El asintió y paso su brazo sobre mis hombros. Comenzamos a caminar hacia la camioneta en silencio, no fui capaz de mirarlo a pesar de que sabía que él me estaba observando desde que llego con la manta. Me ayudo a entrar en la camioneta y me observo unos segundos más antes de cerrar la puerta.

El recorrido a casa fue silencioso, no podía dejar de pensar en lo que Karen había dicho, todas sus palabras giraban en mi cabeza causándome millones de dudas, Joe se estaciono frente a mi casa y yo me apresure a bajar, su mano tomo mi muñeca de forma instantánea, sorprendentemente él ya se encontraba atrás de mí.

—________ ¿Qué sucede? ¿Estas enfadada?

—No, solo… debo entrar, no quiero que…

—Ya sé, no quieres que tu madre se moleste. Ahora dime realmente que sucede.

Mordí mi labio sin saber exactamente que responderle ¿Cómo lo supo? Joe exhalo y paso su mano por su cabello dejándolo alborotado.

— ¿Te molesto lo que sucedió en la playa?

— ¿Exactamente qué?

—Todo me refiero a todo.

—No es nada de eso Joe, ¿Podemos hablar cuando mamá no nos espié?

Joe observo en dirección a mi casa y despues suspiro.

—Te veo en un rato, Campanita.

Se inclinó y beso mis labios de forma tierna, odiándome por ser débil y por el efecto que podían tener sus besos sobre mí, me aleje lentamente. Sonreí débil mente y camine hacia la casa.

Cuando entre mis sospechas fueron confirmadas, mamá corrió hacia el sofá cuando abrí la puerta. Ella fingió al verme entrar.

—Cariño, llegaste. —Dijo con falsa sorpresa— ¿Te divertiste? ¿Qué tal estuvo?

—Divertido mamá. Oye subiré a ducharme, cuando estés lista para irte me lo dices.

Ella asintió decepcionada por la poca información que le proporcione, subí corriendo las escaleras y me duche un largo tiempo. Karen no abandono mis pensamientos, ella repitió palabra tras palabra angustiándome nuevamente. Escuche ruidos en mi habitación, salí apresurada esperando ver a mi madre pero no encontré nada. Despues de cepillar mi cabello, perdí el tiempo leyendo, una hora despues mamá entro a mi habitación y se despidió, la acompañe hasta su auto, cuando ella se fue me asegure de cerrar todas las puertas de la casa.

Subí escaleras arriba y le eche un vistazo a Sebastián él dormía profundamente incluso soltando leves ronquidos ¿Desde cuándo ronca? Cerré despacio su puerta y camine hacia mi habitación, me recosté de nuevo en mi cama y volví a mi lectura.

Minutos más tarde la puerta de mi habitación se abrió de nuevo, salte de la cama asustada. Joe entro y me dio una sonrisa leve, lo observe sin entender.

— ¿Por qué…?

—Tenía que hacer algo para que Sebastián no despertara, no quiero que escuche lo que va a suceder aquí.

Joe sonreía de forma coqueta mientras avanzaba hacia mí a paso lento.

— ¿Y qué sucederá? —dije nerviosa.

—Es una sorpresa, siéntate—sonrió de nuevo apuntando hacia la cama.

Algo indecisa me senté en el borde de la cama, Joe soltó una risita y se acercó hacia a mí, tomándome por la cintura me sentó en el centro de la cama y despues me beso. Mi corazón martillo en mi pecho.

—Relájate Campanita.

Con una sonrisa burlona se alejó de mí y fue hasta mi armario, lo vi abrirlo y despues saco una guitarra. ¿Cómo llego eso ahí?

—La escondí mientras te duchabas. —explico divertido. —Y despues te espié.

Mis ojos se abrieron de inmediato y él se burló.

—No vi nada, tú ya habías terminado y saliste hacia la habitación como una demente.

—Eres un idiota, Joe.

—Lo sé. Pero soy el más guapo tú lo dijiste.

— ¿Vas a cantarme algo? — dije apuntando la guitarra.

—No, la traje para golpearte con ella.

Me reí por su sarcasmo y por el gesto que hizo al decirlo, el camino y se sentó en la cama, comenzó a tocar la guitarra mientras la afinaba o eso creo que hacía.

— ¿Por qué no hiciste eso antes de venir?

—No me presiones Campanita, lo que estoy a punto de cantar arruinara mi reputación, así que no puedes decirlo.

Me reí de nuevo sin poder evitarlo. Joe sonrió ligeramente y siguió tocando la guitarra. Espere impaciente a que terminara ¿Qué cantaría?

Comenzó con unas notas lentas, recogí mis piernas y las abrase contra mi pecho, el me observo con una sonrisa de lado mostrando su bello hoyuelo y entonces comenzó a cantar haciendo temblar todo mi cuerpo.

“Quédate conmigo, cúbreme, abrázame

Acuéstate conmigo y sostenme en tus brazos

Tu corazón está contra mi pecho

Tus labios presionados sobre mi cuello

Me he enamorado de tus ojos

Pero ellos no me conocen todavía

Y con la sensación de que voy a olvidar

Estoy enamorado ahora”

“Bésame como si quisieras ser amada, quisieras ser amada

Se siente como si me enamorara, como si me enamorara”

“Quédate conmigo y seré tu guardián, tú serás mi dama,

Fui echo para mantener tu cuerpo caliente

Pero soy frio como el soplar del viento

Así que sostenme en tus brazos”

“Oh, mi corazón está contra tu pecho

Tus labios presionados sobre mi cuello

Me he enamorado de tus ojos

Pero ellos no me conocen todavía

Y con la sensación de que voy a olvidar

Estoy enamorado ahora”

“Bésame como si quisieras ser amada, quisieras ser amada

Se siente como si me enamorara, como si me enamorara”

“He sentido de todo, del odio al amor,

Del amor a la lujuria, de la lujuria a la verdad

Supongo que es así como te conozco

Así que te mantendré cerca para ayudarte a renunciar”

“Bésame como si quisieras ser amada, quisieras ser amada

Se siente como si me enamorara, como si me enamorara”

Lagrimas resbalaron por mi rostro una tras de otra, observe a Joe, él estaba ahí analizando mi rostro, dejo su guitarra a un lado y se acercó a mi abrazándome contra su pecho, me aferre a él y llore en su pecho, él había plasmado sus sentimientos en esa canción, una canción completamente diferente a su estilo, a él y lo había hecho por mí.

En ese momento comprendí todo, tal vez esto fuera algo nuevo para el pero lo sentía tanto como yo, el sentía que era real y que esto era algo muy lejano a lo que Karen aseguraba, su mirada jamás abandono la mía al cantar cada palabra, eso había sido lo más lindo que jamás alguien hizo por mí y si eso no era amor no tenía idea de a que más culpar. Pero lo era, para mí lo era.

Joe froto mi espalda mientras besaba mi cabello repetidas veces, seguí aferrada a su cuerpo y el me abrazo con más fuerza.

— ¿El llanto significa que te gusto? — susurro contra mi cabello.

Me reí y levante la mirada, el me regalo una sonrisa tierna y beso mi rostro para limpiar mis lágrimas.

—Me encanto. —respondí y bese sus labios.

—Que extrañas son las mujeres.

—Cierra la boca, no arruines tu actuación más romántica.

Joe soltó una risa leve.

—Enserio, si se lo dices a alguien te matare.

— ¿No puedo contárselo a tu hermana? —pregunte burlona.

—A ella menos que a nadie.

— Joe ¿Puedo preguntarte algo?

—Sí.

— ¿Por qué decidiste cantar hoy?

—Bueno, realmente iba ser una sorpresa para mi próximo concierto pero… no sabes esperar.

— ¿En verdad la ibas a cantar? Tu dijiste que…

—Estaba bromeando, claro que la iba a cantar.

— ¿Por qué no se esperar?

Guardo silencio un minuto que me pareció eterno, incluso creí que no me había escuchado. Joe suspiro.

—Hoy en la playa… sucedió algo extraño contigo, sé que no es verdad que tu madre llamo y no te estoy reclamando yo te entiendo, pero me asuste… tal vez fue algo estúpido pero sentí que te perdía. No quería perderte sin decirte lo que sentía y entonces decidí que hoy era el momento para cantarte. Ahora me siento como todo un idiota.

—Era exactamente lo que necesitaba, Joe.

Lo abrase de nuevo con fuerza. Joe respondió a mi abrazo y nos recostamos en la cama. No podía decir en que terminaría todo esto pero podía decir lo feliz que era justo ahora. Jess tenía razón y ahora lo entendía, tenía que decírselo a Joe y él lo entendería también eso no nos iba a separar.

Hola chicas he regresado solo quiero informarles que retome la historia tuve que volver a leer y modifique cosas que no me gustaban pero en fin avance unas cuantas paginas finalmente asi que creo que estaremos bien por el momento espero no tener un bloqueo de nuevo en fin espero sigan conmigo leyendo la historia. En fin les dejares el Link de la cancion que canta Joe en este cap. Espero la amen tanto como yo :3 gracias por su paciencia y por leer la quiero chicas

por **jonatika_4ever_hilda** Mar 23 Sep - 5:25

ay!! MI VIDAAAA!
maldita Karen, esta celosa la maldita desgraciadaa!!!!!
pero Joe es un amor!!!!
siguela :D
que bueno que regreso la inspiración a ti :D

por **chelis** Miér 24 Sep - 23:26

siii que esta enamoradooo!!!!!.....
pero como reaccionara???

por **MileyCyruZ** Vie 3 Oct - 8:25

Capítulo 15

(PARTE 2)

Dormí como jamás había hecho, había tenido la noche más linda y había descansado como nunca. Todo parecía estar tomando su lugar y me sentía con un peso menos enzima. Cuando desperté, ni Joe ni la guitarra estaban, en su lugar encontré una enorme rosa roja junto a una nota.

“Te observe mientras dormías… ¿Sabías que babeas? Solo bromeo, Campanita. No quise despertarte así que dejo una patética nota. Tendré ensayo con la banda, me ocupare durante la tarde pero llegare a tiempo para verte tirar baba. Lo sé, arruine por completo el romántico detalle de la rosa, hare un intento más. Ve el reversoà”

Me reí mientras giraba la nota.

“Tu novio es un perdedor en cuanto a romanticismo y notas… lo siento.”

“Tuyo Joe.”

El seguramente no tenía idea de lo estúpidamente romántico que había sido. Guarde la nota y observe la rosa mientras suspiraba.

Tome una ducha rápida y baje hacia la cocina, realmente me encontraba de muy buen humor y todo lo que podía hacer era pensar en Joe. Encendí la cafetera y espere mientras continuaba sonriendo como una completa demente, el sonido de la cafetera término con mis fantasías. Ya con mi enorme taza de café lista y mis galletas favoritas me gire hacia la barra encontrándome con Jess.

Salte tres metros con mi corazón latiendo desenfrenado mientras Jess me daba una mirada aburrida por mi reacción.—¡Diablos, Jess! Casi me causas un infarto.

—Debemos hablar.

Mordí mi labio y libere un suspiro derrotada, sabía que esta conversación seria incomoda y no me gustaría pero también sabía que tarde o temprano debería tenerla y si el momento había llegado sería mejor afrontarlo.

—Bien, hablemos.

Colocando mi café y galletas a un lado me deje caer en el taburete frente a Jess, ella me dio una mirada y despues estiro su mano y tomo el paquete de galletas.

— ¿Desde cuándo sabes lo que eres? —Dijo con un gesto y despues mordió una de las galletas.

Me encogí de hombros mientras la veía devorar con verdadero placer mi ex desayuno.

—Un par de meses, creo.

—Doy por hecho que Nick te lo dijo.

Volví a encogerme de hombros sin tener ganas de decir algo que ya era más que obvio. Jess rio por lo bajo mientras negaba con diversión inexistente.

—Ese idiota, debí saberlo. ¿Y él te ha dicho lo que sucederá cuando seas una de ellos?

—Lo dices como si me fuera a salir un tercer ojo en el trasero.

Ella volvió a hacer un gesto mientras me observaba.

—En verdad creo que debes decirle a Joe.

—Se lo diré.

— ¿Cuándo?

—Pronto.

Suspirando se puso de pie de un salto.

—Escucha, no quiero hacer esto pero… tienes que decírselo o se lo diré yo.

—NO. Jess, por favor no se lo digas, solo dame tiempo, no estoy lista para decirle, no ahora que lo nuestro está funcionando.

Ella suspiro como si estuviera cansada de escucharme. Su mirada vago por la cocina durante varios segundo y yo solo podía suplicar en silencio que no saliera corriendo a decirle a su hermano. Finalmente su mirada volvió a mí.

—Bien, no le diré nada, pero tienes que decírselo, cuanto antes mejor.

Asentí agradecida y ella tomo el paquete de galletas y salió de la casa sin decir nada más. El resto del día no logre hacer nada más que pensar en lo que haría. ¿Por qué me era tan difícil decirle? Las horas pasaron lentas y cada segundo mi angustia aumentaba, mamá había llegado y se encontraba profundamente dormida al igual que Sebastián y yo debería estar haciendo exactamente lo mismo pero me iba ser imposible. Me senté contra la cabecera de la cama y tome mi libro donde escondía la carta de papá. Cada que tocaba ese sobre los escalofríos corrían por mi cuerpo sin detenerse ni un segundo. Tal vez era momento, tal vez debería leer la carta, tal vez he estado perdiendo tiempo y necesito en realidad leer lo que mi padre escribió. Tome el sobre entre mis manos, el anillo en mi dedo brilla, es tan hermoso que dolía solo verlo. Cerré mis ojos intentando alejar las lágrimas que luchaban por ser liberadas. Me olvide del anillo y comencé a rasgar la pestaña del sobre, no perdería más tiempo. Me estremecí al escuchar el papel rasgarse.

— ¿Cuántas veces has leído ese libro?

Cerré de golpe el libro encerrando la carta dentro de nuevo. Joe me observo y un parpadeo despues se encontraba a mi lado besando mi mejilla.

—Creí que llegarías más tarde.

—Es tarde campanita, creí que ya estarías dormida.

Observe hacia el reloj sobre mi mesa de noche solo para comprobar que eran las 3am. Joe sonrió mientras hacia un flip con su cabello esperando por mi respuesta.

—No me di cuenta de la hora.

—De eso ya me doy cuenta.

Tomo el libro de mis manos y casi estuve tentada a quitárselo, lo observe mientras lo colocaba sobre la mesa de noche sin prestarle atención. Trague saliva cuando su mirada choco en la mía. Sus ojos eran tan verdes y extraños que me erizaban la piel por completo pero al mismo tiempo eran tan tiernos que me provocaban calor. Se inclinó de nuevo hacia mí y beso mi hombro antes de observarme.

— ¿Qué sucede?

—No sucede nada. —respondí sonriendo. —Gracias por la rosa y la tarjeta.

Su rostro se arrugo en un gesto y se dejó caer en la cama con los brazos flexionados detrás de su cabeza.

—Juro que intente ser romántico pero no es lo mío, solo pensaba en ti y en ese corto camisón que usabas.

Me reí pero de inmediato cubrí mi boca con mis manos sofocando mi risa. Joe me observo curioso.

—Aunque lo que usas hoy es mejor.

Sonreí y golpee su duro abdomen.

—Deberíamos apagar las luces, ya es tarde. —Dice con una sonrisa coqueta.

Me encogí de hombros y un segundo despues la habitación se encontraba en absoluta obscuridad. Las manos de Joe encontraron las mías y tiro de mi hasta recostarme sobre su pecho ahora desnudo.

—Deberíamos encender la luz de nuevo. —dije contra su pecho.

Una carcajada vibro contra mi mejilla pero de inmediato guardo silencio. —Eres una pequeña pervertida y no negare que eso me calienta.

Guardamos silencio durante varios minutos mientras nuestras respiraciones se sincronizaban de esa manera extraña que solían hacer últimamente. Fue casi imposible no pensar en mi conversación con Jess. Tenía que decirle a Joe la verdad y debería comenzar ahora.

— ¿Joe?

—Mmhh.

—Cuando me dijiste lo que eres… ¿Qué esperabas que sucediera?

Guardo silencio y tomo una respiración irregular antes de volver a acompasarse con la mía. Los segundos transcurrieron y el continuaba en un silencio escalofriante, empezaba a creer que esa era la peor señal.

—Esperaba que sucediera exactamente esto, quería que aceptaras lo que era pero sabía que tal vez no sucedería y mierda estaba asustado… por primera vez tenía miedo de una chica y aun lo tengo.

— ¿Me tienes miedo? —dije burlona.

Su mano recorrió mi espalda de abajo a arriba en lentos movimientos y sentí su sonrisa sobre mi cabello. —Tengo miedo de que algún día te des cuenta de la mierda que soy… y te alejes.

—No digas eso, Joe.

—Es la verdad Campanita, no soy el indicado para ti, pero soy lo suficientemente egoísta como para no dejarte ir.

—Pues continua así porque no iré a ninguna parte.

Su sonrisa divertida perforo mi corazón ante la imagen de sus hoyuelos que seguro estaban ahí listos para derretirme. Girando en la cama se colocó sobre mí con su pecho presionándose contra el mío.

—No planeo dejarte ir. —Murmuro contra mis labios antes de callar cualquier protesta inexistente con un beso que prácticamente me envió a la luna ida y vuelta.

Me aferre a su cuello enredando mis dedos en su espeso cabello negro acercándolo a mi tanto como era posible, su frio pecho se estrelló contra el mío y mi piel se erizo cuando su lengua se deslizo dentro de mi boca. Atrape su labio inferior entre mis dientes dándole una ligera mordida antes de succionarlo y liberarlo provocando gruñidos en respuesta. Espere que hiciera lo mismo pero en lugar de eso el rompió el besos con la respiración agitada. En nuestras sesiones de besos Joe jamás lucia tan agitado como ahora, al menos no tan rápido, lo observe con curiosidad, el mantenía sus ojos cerrados con fuerza mientras contraía su mandíbula. Acaricie su rostro y el abrió sus brillantes ojos y una media sonrisa apareció.

— ¿Te sucede algo?

—Debes descansar, Campanita. —dijo con voz ronca.

—Joe. —dije con el tono que mamá utilizaba conmigo al regañarme.

Una sonrisa lleno su rostro trayendo sus hoyuelos a mi presencia. —No puedo besarte.

Mi corazón se detuvo y mis oídos silbaron. — ¿Qué? ¿Por qué?

—No es que no quiera Campanita, créeme.

— ¿Entonces qué es?

Suspirando sostuvo su peso en sus antebrazos y me observo.

—Yo… no estoy seguro de controlarme.

—Siempre te has controlado—dije riéndome.

—Por qué no necesitaba alimentarme pero ahora… es diferente.

Mi sonrisa se desvaneció. ¿El necesitaba alimentarse? Desde que sabía lo que Joe era había intentado no pensar demasiado en el alimentándose y jamás quise preguntar pero ahora ¿que se suponía que debí hacer? Lo observe sin saber que mierda decir, esa conversación me ponía incomoda pero en el fondo quería preguntar un montón de cosas sobre ello.

—Tú… ¿Tú no te has…? ¿No te has alimentado?

Un gesto se formó en su rostro y un segundo despues se inclinó enterrando su cara en el espacio entre mi cuello y hombro.

—No quiero hablar sobre eso contigo, Campanita. —murmuro contra mi cuello.

—Soy tu novia y quiero que me respondas.

—Vas a molestarte. —dijo aun enterrado en mi cuello.

—Ya estoy molesta y si tardas más en decirme será peor.

Finalmente salió del escondite y volvió a sostener su peso como antes. —Bien, se suponía que hoy despues del ensayo iría con los chicos pero no lo hice.

—Amm… de acuerdo ¿Estás diciendo que cuando me has dicho que vas a ensayar en realidad vas a alimentarte?

—Si voy a ensayar.

—Pero despues vas a alimentarte de chicas calenturientas.

—Sabía que te molestarías.

— ¿Tú no te molestarías si yo me alimentara con besos de chicos? Y yo solo dije besos.

Sus dientes rechinaron. —Mierda, cada imbécil estaría muerto.

—Bueno, entonces es obvio que a mí me molesta pero créeme que intento pensar que es algo que tienes que hacer e intento estar bien con eso o por lo menos intento no pensar en eso.

—No debes preocuparte, no he ido con los chicos desde hace varias semanas.

— ¿Qué? pero tú fuiste a ensayar la semana pasada.

—Fui al ensayo pero regrese contigo cuando terminamos.

—Estas diciéndome que no te has alimentado en semanas.

Joe sonrió de forma encantadora y se inclinó a darme un beso rápido en los labios. —No es tan grabe a como se escucha.

— ¿Por qué no te has alimentado, Joe?

—No quiero hacerlo.

—Debes hacerlo, no puedes andar por ahí sin alimento.

—Sí que puedo. —dijo riéndose.

—Joe.

—Escucha nena. No quiero hacerlo, siento que es como engañarte y mierda de eso se trata y no lo hare.

Sonreí casi de inmediato al escuchar sus motivos. Él estaba haciendo un sacrificio por mí al no alimentarse y yo quería hacer algo por él y más porque yo tenía un enorme secreto oculto de él. Tome su rostro entre sus manos y me incline para besarlo pero casi de inmediato se alejó agitado.

—Es linda tu intención pero no puedes continuar así, Joe. Además yo quiero besarte sin que te alejes cada 5 segundos preocupado.

—Sé que esto apesta. Intento controlarme pero no puedo hacerlo, no me voy a alimentar, Campanita. No puedo hacerlo.

—Puedes hacerlo sin recurrir a otras chicas. —Su mirada fue de confusión inmediata. —Puedes alimentarte de mí.

Su ceño se frunció —No.

Antes de que lograra darme cuenta ya estaba de pie caminando por la habitación de un lado a otro. Me senté en la cama y lo observe.

— ¿Por qué no? Soy tu novia, no me molestaría, créeme conozco el proceso.

—No, no lo conoces. No voy a hacerte pasar por eso. —Se quedó quieto y pasó sus manos por su cabello con frustración. —Tu solo conoces un ligero destello de lo que es en realidad.

—No importa Joe, quiero hacerlo.

—Tú no eres como las demás. No puedo hacerlo.

Mordí mi labio antes de salir de la cama y caminar hasta donde él se encontraba, rodeé su cintura con mis brazos y recargue mi mejilla contra su fría espalda. No quería que el creyera que se aprovechaba de mi porque no era así, quería hacer eso por él y dios sabe lo mucho que lo deseaba, no sería del todo malo, ni siquiera creo que esto tendría un lado malo.

—Joe, por favor, no voy a romperme, puedo soportar lo que sucederá despues.

—Tú eres diferente _______, tu sabor es diferente, eres demasiado dulce, no quiero arriesgarme a no detenerme. No quiero lastimarte.

—Estaré bien, confió en ti.

Sujeto mis brazos en su cintura y tiro hasta que quede frente a él. Abrazo mi cintura y me elevo para que abrazara sus caderas con mis piernas y nuestros rostros quedaron a la misma altura. Lo observe tragar saliva con fuerza provocando que su manzana se moviera en el proceso.

—Haremos esto solo si permaneces despierta, necesito que me detengas.

—Creí que solo se podía mientras dormía.

—Lo hacemos mientras duermen porque de esa manera creen que solo fue un sueño pero no es necesario que duermas y estaría más tranquilo si no lo hicieras.

—Bien, será como tú quieras.

—Tienes que detenerme, _______, no será como antes.

—Confió en ti Joe, te amo.

por **goree!** Jue 9 Oct - 7:41

Continuala poraforr!!!

por **chelis** Vie 10 Oct - 1:01

aaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh!!!.. eso es amor!!!!!!.... y me pregunto como será???? y que dira cuando se entere???

por **jonatika_4ever_hilda** Vie 10 Oct - 2:04

AY PLEASEEEE SIGUELAAAAAA!!
NO SEAS MALAAAAA!!
Y YO TAMBIEN TENGO LA DUDA DE QUE PASARÁ CUANDO SE ENTERE?????
D:

por **chelis** Dom 12 Oct - 5:03

por **xoxo22** Mar 14 Oct - 4:37

Devilish Temptation.©(Hell, Yes) Joe & Tu (Hot) - Página 20 1054092304

siguelaaaaaaa

por **MileyCyruZ** Mar 14 Oct - 7:54

Capítulo 16

(Parte 1)
Una sonrisa apareció en su rostro preocupado, sus manos se deslizaron por mis hombros y tomo mi mano entrelazando nuestros dedos. Sin decir nada más me guio de regreso a la cama donde nos recostamos. No podía evitar que mi corazón latiera frenético contra mi pecho. Quería hacer esto por él.
Joe me observo mientras acariciaba mis labios con su pulgar, podía ver como empezaba a cambiar de opinión de nuevo. Atrape su mano y la aleje de mi rostro antes de inclinarme en busca de sus labios.
—No tienes que hacerlo. —susurro descansando su frente contra la mía.
—Ya habíamos terminado con ese tema. Hazlo ya. —Sus labios se fruncieron en una mueca. —Prometo detenerte.
Traga saliva audiblemente y se inclina sobre mí. Sus labios apenas rosan los míos y su respiración ya se encuentra acelerada. Esta vez espero a que él haga los movimientos, sé que esto debe ser algo difícil y no quiero arruinar nada y que decida terminar con esto.
Se aleja y su mirada busca la mía en la obscuridad. Sus ojos verdes brillan de esa manera extraña con una intensidad que creo que la habitación está más iluminada a causa de eso. Su mano se arrastra por mi cuerpo hacia mi cadera donde sus dedos se clavan en mi piel.
—Eres demasiado dulce, Campanita. —dice en un susurro.
Sonrió confundida ¿Acaso ya ha comenzado? No puede ser verdad, apenas me ha besado. Termino con mis pensamientos porque el presiona sus labios contra los míos con más fuerza esta vez y de manera posesiva. Abrazo su cuello en respuesta, no quiero que se aleje de nuevo, se acomoda sobre mí y termino con mis piernas enredadas en sus caderas. En cuestión de segundos la parte superior de mi pijama desaparece y me encuentro solo en mis boxers azules y diminutos. Los gruñidos de Joe vibran con fuerza en mis labios, el parece desesperado y de alguna manera frustrado. Libero su cuello y deslizo mis manos por su marcado pecho y abdomen hasta el elástico de su pijama. Sus manos atraparon las mías de inmediato y las coloco sobre mi cabeza con fuerza mientras continuaba besándome desenfrenado.
—No hagas eso, no te muevas, ________. —Jadea contra mis labios.
Descendiendo por mí cuello continúo bajando. Tire de mis manos de manera instintiva al sentir sus besos en el canal entre mis pechos. Que dios me ayudara porque era imposible no moverme. Mi espalda se arqueo cuando su aliento frio erizo mi piel. Gemí cuando sus labios terminaron presionándose en uno de mis pechos atrapando mi pezón entre sus dientes. OH MI DIOS. Su lengua era tan fría contra mi piel que lo único que podía hacer era estremecerme sin control. Intente liberar mis manos de nuevo pero Joe se reusaba a dejarme. Volví a gemir y él se presionó contra mí en un movimiento de cadera brusco. Los escalofríos volvieron a mi cuerpo pero a causa del gruñido ronco que Joe había liberado, todo había cambiado. Deje de intentar liberar mis manos y permanecí quieta, poco a poco note como comenzaba a desvanecerme, mis parpados pesaban, mi cuerpo se sentía demasiado ligero y era casi imposible moverme pero no podía dejar de disfrutar lo que sucedía, no quería que esto terminara, amaba a Joe y quería estar así con él por siempre.
— ¿________?
Despierto con un horrible dolor punzando detrás de mis ojos. No tengo idea de que hora es pero sé que debo levantarme pronto para llevar a Sebastián al colegio y despues ir a clases. Solo pensarlo hace que el dolor se vuelva más insoportable. Tan pronto como puedo llevo mis manos hacia mis ojos y presiono intentando calmar el dolor que pulsa constantemente y se extiende por mi cabeza hasta mi nuca. Diablos. Sin lograr abrir mis ojos me incorporo en la cama suspirando, aun con mis ojos cerrados puedo sentir como si la habitación girara a mi alrededor.
— ¿Cómo te sientes?
Mis ojos se abren de inmediato al escuchar la voz ronca de Joe detrás de mí. Aun no logro girarme en su búsqueda cuando el aparece en mi campo de visión con una mirada nada feliz que se transforma en una mirada coqueta y despues simplemente observa en otra dirección evitándome.
—Estoy bien, ¿Qué hora es?
—Tarde. —murmura sin observarme.
Lo contemple con curiosidad, el ya no vestía su pijama si no que estaba perfecta e impecablemente vestido con unos jeans obscuros y una camiseta gris con cuello en V que dejaba a la vista una perfecta porción de su pecho marcado. Había comenzado a fantasear con sus ajustados Jeans cuando recordé que había dicho que era Tarde.
—Oh Dios, tengo que llevar a Sebastián al colegio.
Comenzaba a ponerme de pie cuando Joe sujeto mis hombros y me obligo a sentarme de nuevo en la cama. El dolor detrás de mis ojos latió y termine obedeciendo.
—Sebastián ya está en el colegio, Jess lo llevo y lo traerá también.
— ¿Qué? pero…
—No quise despertarte…—Su mirada vago por mi rostro. — despues de lo que sucedió… creí que deberías descansar.
—Así que… falte a clases.
—Faltamos, Campanita. —me corrigió con una sonrisa coqueta.
Sonriendo volví a ponerme de pie hasta estar frente a él. Sus cejas se alzaron y su sonrisa se extendió mostrando sus hoyuelos, no pude evitar sonreír mientras rodeaba su cuello con mis brazos. Joe permaneció ahí observándome con sus brazos a sus costados y una mirada profunda.
— ¿Qué se supone que diré mañana?
—No necesitas decir nada, creo que todos ya se lo imaginan, yo falte, tú faltaste. Es como sumar 1 más 1.
Sus palabras eran coquetas pero esta vez era diferente, el solo estaba frente a mi quieto con su mirada vagando en mi rostro y la cama detrás de mí.
Me incline hacia el para besar su mejilla. — ¿Qué sucede?
Su garganta se movió de arriba abajo cuando trago. —No creas que me molesta pero… deberías vestirte porque estoy a punto de lanzarme sobre ti… de nuevo.
Ni siquiera hice el intento de dirigir mi mirada hacia abajo, sabía que solo llevaba mis boxers, cerré mis ojos con fuerza y descanse mi frente en su pecho. Sus brazos finalmente me rodearon. Mi cuerpo tembló de inmediato. Comenzó a besar mi mejilla dejando un reguero de más besos por mi cuello y hombro.
—Te traeré algo de la cocina.
Asentí sin tener la intención de dejarle ir a ningún sitio pero el deshacerse de mis brazos no suponía ningún reto para él. Con un beso rápido en los labios desapareció por la puerta antes de que me diera cuenta. Corriendo entre en el cuarto de baño y me observe en el espejo. OH. POR. DIOS. Era un completo desastre ahora me sentía avergonzada de que Joe me viera. Mi vergüenza se transformó en calor subiendo por mi cuello y mejillas cuando observe las marcas rojas en mis pechos que ya comenzaban a desaparecer ante mis ojos, por primera vez odie sanar tan pronto ¿Por qué no sucedía lo mismo con mi dolor de cabeza? Suspirando comencé a llenar la bañera, el vapor lleno el cuarto de baño de inmediato. Regrese a la habitación en busca de ropa y volví a encerrarme para tomar mi ducha, seria corta por que Joe se encontraba en la casa y no quería perder tiempo. Agregue mi jabón preferido y entre en la bañera. Cerré mis ojos y disfrute un segundo de la tibia sensación que ofrecía el agua.
— ¿Estas bien?
Mis ojos se abrieron y me encontré con Joe recargado en el marco de la puerta observándome con sus brazos cruzados sobre su pecho.
—Joe, sal de aquí.
—Estoy cuidando de ti, Campanita.
Arrastro sus pies y termino sentado frente a la bañera observándome. Estaba preparada para escuchar cualquier tipo de comentario arrogante, coqueto o descarado pero no estaba preparada para lo que salió de su boca.
—Gracias por lo de ayer.
—No… yo.
—Shh, no tenías que hacerlo, no creo que seas consciente del peligro en el que estuviste, no sé si lo notaste pero no fui yo, no fue como quería y me pase de la raya. Me preocupe demasiado, ________. En verdad creí que no me detendría, hay algo en ti que es diferente. No sé si sea porque te…
Joe se detuvo a media oración. Con ambas manos alboroto su cabello y despues froto su rostro quedando pensativo con su mirada analizándome. — ¿Por qué…?
Dije presionando a que terminara, una media sonrisa apareció. —Por qué me importas.
No era la respuesta que esperaba pero no mencione nada, asentí mientras el continuaba sonriendo con su mirada fija en mi rostro.
—Diablos, ¿Por qué mejor no sales de ahí?
—Bien, pero primero vete.
Con una mueca y claramente ganas de discutir se puso de pie y camino hacia la puerta, me lanzo una mirada cuando ya se encontraba casi fuera.
—Joe, me refiero completamente afuera y que cierres la puerta.
Liberando una carcajada salió dejándome sola. Cuando regrese a mi habitación ya completamente vestida, Joe se encontraba sentado en el pequeño sillón puff de cebra.
— ¿Te encariñaste con mi sillón o algo parecido?
—Somos compañeros, tenemos un vínculo. —respondió poniéndose de pie y acercándose a mí.
Su mano serpenteo por mi cintura y me estrecho contra su pecho para despues rosar mi cuello con su nariz y labios.
—Soy malditamente adicto a este aroma. —murmuro dejando un beso justo debajo de mi oreja.
— ¿Te refieres al jabón? —respondí riéndome.
—Me refiero a ti. —acaricio mi mejilla por un segundo antes de levantar la cabeza. —Ven.
En silencio salimos de la habitación y bajamos hacia la cocina. Casi había olvidado por completo que mamá se encontraba en la casa. Cuando llegamos a la cocina el aroma a café me golpeo mezclado con el aroma de rollos de canela. Joe me indico que me sentara y se desplazó por la cocina mientras servía café y me lo entregaba seguido por un plato con rollos de canela humeantes y deliciosos. Lo observe incrédula.
—No creí que podría llevarte todo esto a tu habitación así que espere.
—Tu… ¿Cocinaste?
—Oye, no solo soy sexy, Campanita. Ahora come.
Joe y yo comimos en silencio y en verdad estaba sorprendida de que él hubiera cocinado eso, era demasiado bueno. Casi habíamos terminado cuando escuche la puerta principal abrirse y despues cerrarse seguido por voces que identifique como Jess y Sebastián. Ellos entraron solo segundos despues guiados por el aroma a canela. Mi hermano se limitó a tomar un rollo de canela y salir prácticamente corriendo. Jess me observo y despues a su hermano.
—Espero que valiera la pena faltar por que los rumores ya suenan por todo el instituto.

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