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Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
Nombre:"Alma profunda"Adaptacion [Nick y tu]
Autor: HeyitsNicktanii
Adaptación: Si,de Lora L.
Género: Romantica/erotica
Advertencias:Bueno esta nove no es como las que he subido es erotica,osea contiene escenas muy subidas de tono y muy explisitas,pero tambien tiene historia no solo se basa en lo erotico.
Hola señoritas haha como estan?,espero que super duper,aqui yo de nuevo con esta historia que en lo personal es de mis favoritas,bueno todas las de los castas son mis favorias son tan romanticos,pero bueno me presento para las que no me conocen me llamo Tania,tengo 19 años y soy mexicana ajuas(?)haha,bien espero que disfruten de la historia tanto como yo y que tengas muchos coments hehe,ya les dije es Romantica/erotica espero que no les moleste,bueno sin mas los dejo con las sinopsis y el primer capitulo :D
Argumento
La madre naturaleza tiene una manera de hacer “adecuadas” las parejas más inverosímiles. ¿Y qué podría ser más inverosímil que la descarada e independiente hija del Presidente que no sabe cuándo mantener la boca cerrada y un solitario de la casta del coyote con hambre por una linda boca como un capullo de rosa y que está determinado a inmovilizar?
El voto parala Leydela Castaestá siendo atacado. El trabajo de Nicholas es vigilar a __________, la hija del Presidente, mirar, pero no tocar. Solo cerciorarse de que la pandilla de estúpidos del servicio secreto asignados para protegerla realiza su trabajo hasta que se apruebe la ley.
Pero cuando no lo hacen y los sicarios se ponen en movimiento para raptarla, Nicholas de mala gana acude al rescate, apartándola de la seguridad. Pero ella no va a ir con él fácilmente, de modo que él hace algo más que utilizar la mera conversación para hacerle ver su punto de vista.
Para un hombre que no ha tenido nada, __________ Marion es el alimento para el hambre que lo ha torturado, la realidad de cada uno de los sueños en que Nicholas nunca se atrevió a creer. Lo que siente por ella es más que pasión, más que amor. Ella insufla vida en su corazón endurecido, derritiendo la helada frialdad que lo ha protegido durante toda su existencia, tocando una parte de él que pensaba que había muerto —su alma—. Y ahora él matará a cualquiera que trate de apartarla de su lado.
Pero una persona contra la que no puede luchar es __________, y cuando ella quiere marcharse…
Autor: HeyitsNicktanii
Adaptación: Si,de Lora L.
Género: Romantica/erotica
Advertencias:Bueno esta nove no es como las que he subido es erotica,osea contiene escenas muy subidas de tono y muy explisitas,pero tambien tiene historia no solo se basa en lo erotico.
Hola señoritas haha como estan?,espero que super duper,aqui yo de nuevo con esta historia que en lo personal es de mis favoritas,bueno todas las de los castas son mis favorias son tan romanticos,pero bueno me presento para las que no me conocen me llamo Tania,tengo 19 años y soy mexicana ajuas(?)haha,bien espero que disfruten de la historia tanto como yo y que tengas muchos coments hehe,ya les dije es Romantica/erotica espero que no les moleste,bueno sin mas los dejo con las sinopsis y el primer capitulo :D
Argumento
La madre naturaleza tiene una manera de hacer “adecuadas” las parejas más inverosímiles. ¿Y qué podría ser más inverosímil que la descarada e independiente hija del Presidente que no sabe cuándo mantener la boca cerrada y un solitario de la casta del coyote con hambre por una linda boca como un capullo de rosa y que está determinado a inmovilizar?
El voto parala Leydela Castaestá siendo atacado. El trabajo de Nicholas es vigilar a __________, la hija del Presidente, mirar, pero no tocar. Solo cerciorarse de que la pandilla de estúpidos del servicio secreto asignados para protegerla realiza su trabajo hasta que se apruebe la ley.
Pero cuando no lo hacen y los sicarios se ponen en movimiento para raptarla, Nicholas de mala gana acude al rescate, apartándola de la seguridad. Pero ella no va a ir con él fácilmente, de modo que él hace algo más que utilizar la mera conversación para hacerle ver su punto de vista.
Para un hombre que no ha tenido nada, __________ Marion es el alimento para el hambre que lo ha torturado, la realidad de cada uno de los sueños en que Nicholas nunca se atrevió a creer. Lo que siente por ella es más que pasión, más que amor. Ella insufla vida en su corazón endurecido, derritiendo la helada frialdad que lo ha protegido durante toda su existencia, tocando una parte de él que pensaba que había muerto —su alma—. Y ahora él matará a cualquiera que trate de apartarla de su lado.
Pero una persona contra la que no puede luchar es __________, y cuando ella quiere marcharse…
Última edición por heyitsnicktanii el Dom 23 Sep 2012, 2:42 am, editado 5 veces
heyitsnicktanii
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
Capitulo 1
Capítulo Uno
La información recibida del Complejo de la casta felina ha divulgado que el comandante Dash Sinclair del ejército de Estados Unidos ha sido confirmado positivamente como casta del lobo. El comandante Sinclair es la primera casta conocida del lobo que sobrevivió al exterminio desde que la noticia de su creación surgió hace un año.
Las comunidades científica y militar americanas fueron rápidas en asegurar tanto a la prensa como al gobierno, que existirían muy pocas de estas castas ausentes y que las probabilidades de tal fuga eran tan difíciles entonces que, si hubiera otros, sería un milagro.
Los laboratorios alrededor del mundo que creaban y criaban a los soldados de la casta de Lobo erradicaron sus creaciones por orden ejecutiva de la cabeza del Consejo de Genética, que no es otro que el antiguo Vicepresidente, Douglas Finnell. Las investigaciones en los miembros del Consejo a través de ordenadores y archivos apresados durante un ataque coordinado contra los laboratorios descubiertos revelaron una crueldad y total carencia de moralidad humana en la creación y la formación de estos individuos únicos. Las atrocidades realizadas por el Consejo de Genética, sus guardias y científicos han sido etiquetadas por muchos como uno de los delitos más horrorosos cometidos contra seres vivos.
La Operación Indiferencia fue un importante ataque que cruzó límites internacionales y fronteras, y sacó a la luz la profundidad de la depravación moral de los creadores, de mujeres y de hombres entrenados y asesinados y de niños que estaban siendo entrenados como asesinos y soldados avanzados para usar contra la población general en los próximos años. Un ejército privado que no conocería piedad alguna.
Pero mientras ahora claman los científicos alrededor del mundo, las castas rescatadas de campos de concentración muestran un honor interior instintivo, innato, a la ley de la naturaleza. Los archivos y los registros del entrenamiento demuestran claramente que el Consejo de Genética fallaba en su directiva. Crearon al soldado perfecto, pero era uno que rechazaba matar a inocentes, y uno quién, ante un gran dolor, mantendría el honor personal que había sido de alguna manera establecido. En todas las Castas excepto en una. Las Castas del Coyote. Carceleros, en algunos entrenadores y ejecutores, el Coyote era el triunfo final del Consejo, según informan algunas fuentes.
Lamentablemente, cuando comenzó la Operación Indiferencia y estos laboratorios pesadamente fortificados fueron atacados, sus creaciones fueron asesinadas; hombres, mujeres y niños fueron aniquilados para prevenir la libertad de estos únicos humanos genéticamente alterados.
La historia de cómo el mayor Sinclair se escapó del complejo con apenas diez años de edad, y su viaje subsiguiente con los servicios sociales como huérfano y a cargo del Estado ha planteado muchas preguntas sobre la supervivencia de otras castas ocultas. Castas que escaparon a la destrucción inicial con pura determinación y suerte.
El Consejo de Genética fue desmontado con la ayuda de Merinus Tyler, esposa y proclamada compañera de Callan Lyons, el líder de las Castas Felinas que se escapó de un Complejo de Nuevo México hace más de una década. Desde su revelación al mundo, las Castas Felinas han trabajado exclusivamente, alrededor del orbe, para encontrar a aquellos de sus hermanos todavía mantenidos cautivos en los laboratorios que los crearon. Laboratorios más pequeños, sigilosos que todavía trabajan para perfeccionar la selección genética que creará a los asesinos sanguinarios, lógicos, de sangre fría que el Consejo buscaba.
Hasta la fecha, cientos de castas felinas ocupan ahora el Complejo anterior del consejo en Virginia, y están haciendo incursiones para crear una atmósfera cómoda para que los antiguos cautivos vivan allí.
Las sociedades de Sangre Pura sin embargo crecen por doquier. Lo que una vez llamamos supremacistas blancos se hacen ahora llamar Supremacistas de la Sangre, y exigen el encarcelamiento de las castas para guardar las modificaciones genéticas que las Castas comportan de la población en general. El presidente recién elegido, Vernon Marion, se ha mofado de tales demandas, proclamando que las Castas no son más riesgo que los americanos nativos, los irlandeses u otras nacionalidades extranjeras lo fueron siglos antes. Pero la lucha no ha terminado.
Según lo divulgado, los ataques contra Castas y el Complejo de la Casta, han estado intensificándose durante meses y en este nuevo desarrollo, una Casta que vive entre nosotros, desconocida, tan familiar a los hombres con los que él luchó como el vecino de al lado, le ha planteado al Presidente Marion complicaciones a la cara. Los niños adoptados y los huérfanos conocidos han llegado en números enormes a las oficinas de los doctores alrededor del mundo, exigiendo pruebas genéticas para demostrar que ellos no llevan el ADN de la Casta. Los grupos de Supremacistas exigen ahora que esta prueba se haga obligatoria en las consultas de todos los doctores, hospitales, e instalaciones médicas.
Esto también plantea la pregunta de que si los Lobos y los evadidos Felinos vagan ahora por el mundo, ¿qué hay de los Coyotes que fueron criados para ser sus carceleros? Los informes declaran que las Castas de Coyote fueron criadas, educadas y entrenadas para realzar el ADN que muchos eruditos indígenas han indicado podría excluirlos de lo que está siendo llamado el Honor de Casta, el código instintivo de la naturaleza que todas las Castas hasta ahora reclaman. ¿Si el Coyote, en su estado natural, realmente no tiene ninguna alma, que hay entonces del hombre creado de ese ADN? ¿Puede tener una conciencia?
Con la Ley de Casta puesta en el Senado, programada para su voto dentro de unas semanas, las preguntas provocadas son más que sólo el Derecho a la Vida. La Ley originaria, en efecto, dará la autonomía a las Castas.
Esta permitirá la creación de una Casta ofensiva de ataque y Defensa donde los grupos especialmente seleccionados tendrán, en resultado, la aprobación plena del gobierno para matar, sin prejuicio alguno, a cualquier grupo o grupos que ataquen al Complejo de la Casta o las reservas de la Casta seleccionadas. Una de las leyes actualmente sobre la mesa también permite la ejecución de cualquier empleado del gobierno o ciudadano privado encontrado a sabiendas y/o dispuesto tomando parte en la muerte o el ataque de tales instalaciones de la Casta.
Y esta también incluye una ley que muchos Senadores debaten actualmente aún más acaloradamente que el ataque y Defensa del estatuto. Una ley simplemente titulada Derecho a aparearse. Esta ley, declaran los Senadores, es demasiado vaga para su clara comprensión. Según lo declarado en el estatuto, un Compañero de la Casta, definido como cualquier macho o hembra considerada emparejado por la Mesa de decisión de la Casta, estará, en efecto, bajo la Ley de la Casta, y bajo la jurisdicción de todas y cada una de las sanciones de Casta que le pueden ser impuestas.
Esta ley, de ser votada, dará a la sociedad de la Casta la jurisdicción completa sobre sí misma, sin la influencia gubernamental por un período de cincuenta años. La Mesa de decisión consistirá de varios líderes de Casta, incluido Callan Lyons, quién encabezará el cuerpo legislativo, Kane Tyler, hermano de Merinus Tyler y la fuerza impulsora detrás del ataque contra los laboratorios, y el senador Sam Tyler, un defensor de la Ley de la casta así como varios científicos que se han hecho ya miembros permanentes del Complejo de Casta en Virginia desde el nacimiento del hijo de Callan y de Merinus, David Lyons, el año pasado.
Los defensores de la Ley aseguran al público y a la prensa a la par que todas las medidas preventivas están de acuerdo con la Ley para asegurar que tanto las Castas genéticamente cambiadas como la población normal puedan vivir en armonía. Ellos declaran que son conscientes de los miedos de la población general y que se esfuerzan por aliviarlos.
¿Pero, hemos nosotros, la humanidad, desarrollado algún punto dónde tales diferencias pueden ser aceptadas y vivir con ellas? ¿Puede una Casta moverse entre nosotros sin el prejuicio que hemos mostrado a otras razas en el pasado? Los eruditos y los historiadores igualmente se están preguntando sobre tal posibilidad…
Capítulo Uno
La información recibida del Complejo de la casta felina ha divulgado que el comandante Dash Sinclair del ejército de Estados Unidos ha sido confirmado positivamente como casta del lobo. El comandante Sinclair es la primera casta conocida del lobo que sobrevivió al exterminio desde que la noticia de su creación surgió hace un año.
Las comunidades científica y militar americanas fueron rápidas en asegurar tanto a la prensa como al gobierno, que existirían muy pocas de estas castas ausentes y que las probabilidades de tal fuga eran tan difíciles entonces que, si hubiera otros, sería un milagro.
Los laboratorios alrededor del mundo que creaban y criaban a los soldados de la casta de Lobo erradicaron sus creaciones por orden ejecutiva de la cabeza del Consejo de Genética, que no es otro que el antiguo Vicepresidente, Douglas Finnell. Las investigaciones en los miembros del Consejo a través de ordenadores y archivos apresados durante un ataque coordinado contra los laboratorios descubiertos revelaron una crueldad y total carencia de moralidad humana en la creación y la formación de estos individuos únicos. Las atrocidades realizadas por el Consejo de Genética, sus guardias y científicos han sido etiquetadas por muchos como uno de los delitos más horrorosos cometidos contra seres vivos.
La Operación Indiferencia fue un importante ataque que cruzó límites internacionales y fronteras, y sacó a la luz la profundidad de la depravación moral de los creadores, de mujeres y de hombres entrenados y asesinados y de niños que estaban siendo entrenados como asesinos y soldados avanzados para usar contra la población general en los próximos años. Un ejército privado que no conocería piedad alguna.
Pero mientras ahora claman los científicos alrededor del mundo, las castas rescatadas de campos de concentración muestran un honor interior instintivo, innato, a la ley de la naturaleza. Los archivos y los registros del entrenamiento demuestran claramente que el Consejo de Genética fallaba en su directiva. Crearon al soldado perfecto, pero era uno que rechazaba matar a inocentes, y uno quién, ante un gran dolor, mantendría el honor personal que había sido de alguna manera establecido. En todas las Castas excepto en una. Las Castas del Coyote. Carceleros, en algunos entrenadores y ejecutores, el Coyote era el triunfo final del Consejo, según informan algunas fuentes.
Lamentablemente, cuando comenzó la Operación Indiferencia y estos laboratorios pesadamente fortificados fueron atacados, sus creaciones fueron asesinadas; hombres, mujeres y niños fueron aniquilados para prevenir la libertad de estos únicos humanos genéticamente alterados.
La historia de cómo el mayor Sinclair se escapó del complejo con apenas diez años de edad, y su viaje subsiguiente con los servicios sociales como huérfano y a cargo del Estado ha planteado muchas preguntas sobre la supervivencia de otras castas ocultas. Castas que escaparon a la destrucción inicial con pura determinación y suerte.
El Consejo de Genética fue desmontado con la ayuda de Merinus Tyler, esposa y proclamada compañera de Callan Lyons, el líder de las Castas Felinas que se escapó de un Complejo de Nuevo México hace más de una década. Desde su revelación al mundo, las Castas Felinas han trabajado exclusivamente, alrededor del orbe, para encontrar a aquellos de sus hermanos todavía mantenidos cautivos en los laboratorios que los crearon. Laboratorios más pequeños, sigilosos que todavía trabajan para perfeccionar la selección genética que creará a los asesinos sanguinarios, lógicos, de sangre fría que el Consejo buscaba.
Hasta la fecha, cientos de castas felinas ocupan ahora el Complejo anterior del consejo en Virginia, y están haciendo incursiones para crear una atmósfera cómoda para que los antiguos cautivos vivan allí.
Las sociedades de Sangre Pura sin embargo crecen por doquier. Lo que una vez llamamos supremacistas blancos se hacen ahora llamar Supremacistas de la Sangre, y exigen el encarcelamiento de las castas para guardar las modificaciones genéticas que las Castas comportan de la población en general. El presidente recién elegido, Vernon Marion, se ha mofado de tales demandas, proclamando que las Castas no son más riesgo que los americanos nativos, los irlandeses u otras nacionalidades extranjeras lo fueron siglos antes. Pero la lucha no ha terminado.
Según lo divulgado, los ataques contra Castas y el Complejo de la Casta, han estado intensificándose durante meses y en este nuevo desarrollo, una Casta que vive entre nosotros, desconocida, tan familiar a los hombres con los que él luchó como el vecino de al lado, le ha planteado al Presidente Marion complicaciones a la cara. Los niños adoptados y los huérfanos conocidos han llegado en números enormes a las oficinas de los doctores alrededor del mundo, exigiendo pruebas genéticas para demostrar que ellos no llevan el ADN de la Casta. Los grupos de Supremacistas exigen ahora que esta prueba se haga obligatoria en las consultas de todos los doctores, hospitales, e instalaciones médicas.
Esto también plantea la pregunta de que si los Lobos y los evadidos Felinos vagan ahora por el mundo, ¿qué hay de los Coyotes que fueron criados para ser sus carceleros? Los informes declaran que las Castas de Coyote fueron criadas, educadas y entrenadas para realzar el ADN que muchos eruditos indígenas han indicado podría excluirlos de lo que está siendo llamado el Honor de Casta, el código instintivo de la naturaleza que todas las Castas hasta ahora reclaman. ¿Si el Coyote, en su estado natural, realmente no tiene ninguna alma, que hay entonces del hombre creado de ese ADN? ¿Puede tener una conciencia?
Con la Ley de Casta puesta en el Senado, programada para su voto dentro de unas semanas, las preguntas provocadas son más que sólo el Derecho a la Vida. La Ley originaria, en efecto, dará la autonomía a las Castas.
Esta permitirá la creación de una Casta ofensiva de ataque y Defensa donde los grupos especialmente seleccionados tendrán, en resultado, la aprobación plena del gobierno para matar, sin prejuicio alguno, a cualquier grupo o grupos que ataquen al Complejo de la Casta o las reservas de la Casta seleccionadas. Una de las leyes actualmente sobre la mesa también permite la ejecución de cualquier empleado del gobierno o ciudadano privado encontrado a sabiendas y/o dispuesto tomando parte en la muerte o el ataque de tales instalaciones de la Casta.
Y esta también incluye una ley que muchos Senadores debaten actualmente aún más acaloradamente que el ataque y Defensa del estatuto. Una ley simplemente titulada Derecho a aparearse. Esta ley, declaran los Senadores, es demasiado vaga para su clara comprensión. Según lo declarado en el estatuto, un Compañero de la Casta, definido como cualquier macho o hembra considerada emparejado por la Mesa de decisión de la Casta, estará, en efecto, bajo la Ley de la Casta, y bajo la jurisdicción de todas y cada una de las sanciones de Casta que le pueden ser impuestas.
Esta ley, de ser votada, dará a la sociedad de la Casta la jurisdicción completa sobre sí misma, sin la influencia gubernamental por un período de cincuenta años. La Mesa de decisión consistirá de varios líderes de Casta, incluido Callan Lyons, quién encabezará el cuerpo legislativo, Kane Tyler, hermano de Merinus Tyler y la fuerza impulsora detrás del ataque contra los laboratorios, y el senador Sam Tyler, un defensor de la Ley de la casta así como varios científicos que se han hecho ya miembros permanentes del Complejo de Casta en Virginia desde el nacimiento del hijo de Callan y de Merinus, David Lyons, el año pasado.
Los defensores de la Ley aseguran al público y a la prensa a la par que todas las medidas preventivas están de acuerdo con la Ley para asegurar que tanto las Castas genéticamente cambiadas como la población normal puedan vivir en armonía. Ellos declaran que son conscientes de los miedos de la población general y que se esfuerzan por aliviarlos.
¿Pero, hemos nosotros, la humanidad, desarrollado algún punto dónde tales diferencias pueden ser aceptadas y vivir con ellas? ¿Puede una Casta moverse entre nosotros sin el prejuicio que hemos mostrado a otras razas en el pasado? Los eruditos y los historiadores igualmente se están preguntando sobre tal posibilidad…
heyitsnicktanii
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
Tuuu primera lectooraa!!!
esta muy interesante :P
SIGUELAA :D
__________________________________________________
Pasate por mis noves;
Hermosas criaturas ~Nick&Tu~
Desata la noche ~Joe&Tu~
Placeres de la noche ~Joe&Tu~
esta muy interesante :P
SIGUELAA :D
__________________________________________________
Pasate por mis noves;
Hermosas criaturas ~Nick&Tu~
Desata la noche ~Joe&Tu~
Placeres de la noche ~Joe&Tu~
tianijonas
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
segunda lectora....!!!!
muuuuuuuy buena sigue porfis me muero por saber lo siguiente n.n
saludos...!
muuuuuuuy buena sigue porfis me muero por saber lo siguiente n.n
saludos...!
Bianca
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
hola!!! Nueva lectora
Me gusta mucho la nove
Aunque estoy algo confundida :scratch: espero entender despues
Siguela!!
Me gusta mucho la nove
Aunque estoy algo confundida :scratch: espero entender despues
Siguela!!
aranzhitha
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
Hola hermosas,como estan?,espero que genial,bueno aqui les traigo el capitulo 2 si tienen dudas se iran aclarando con forme trancurra la novela,&&' las entiendo al principio tambien estaba de ah?O.o,haha bueno disfruten el capitulo &&' bienvenidas :D
Capítulo dos
Halloween. Truco o trato. Grupos de fantasmas y goblins. __________ lo adoraba.
Reía mientras estaba de pie en la puerta y daba caramelos a los niños enmascarados y pintados, comentaba los trajes y felicitaba a los insolentes querubines y a los pequeños monstruos por las creaciones que sus padres habían hecho para ellos.
El aire era quebradizo y fresco, la caída de la tarde era estimulante y alegre. No había nada sobre Halloween que no adorase. Era un acontecimiento del que no podía disfrutar en el hogar de su padre, siendo agradable mientras conversaba con aburridos políticos y casanovas envejecidos. Ella podía relajarse en casa, mirar una película y ver la alegría en los ojos de los niños que visitaban su morada, inclinándose para tomar los dulces que les daba.
Vestida con un disfraz largo, rojo, de diablesa, atraía la cantidad justa de miradas interesadas de los hombres, pero todavía estaba lo bastante bien cubierta, algo a tener en cuenta, para que las madres hablasen con ella confortablemente. El vestido rojo largo era fino pero no transparente, fluyendo de su cintura a sus caderas en una nube de perfección roja. La blusa un poco apretada estaba atada debajo de sus pechos, mientras que el material de gasa ahuecaba y se ceñía a sus senos. Su pelo largo y marrón estaba peinado flojamente y caía hasta su cintura, y los pequeños cuernos rojos asomaban encima de su cabeza.
Era su traje estándar de Halloween. Ella se sentía atractiva, viva, independiente. Especialmente este año. Su primer año oficial ausente de las restricciones de su familia. Por lo menos, casi lejos de ellas.
—Hola, señorita Marion. —La niña, Kylie Brock, giró sobre sus pies, exhibiendo su pequeño traje de diablo mientras le ofrecía una sonrisa llena de boquetes en sus dientes—. Me parezco a usted.
__________ le echó un vistazo a su madre. Tammy Brock era una abogada joven, delgada y muy prometedora que vivía varias casas abajo. Con sonrientes ojos azules y un sentido del humor ácido, la mujer más mayor puso los ojos en blanco hacia su hija.
—Claro, Kylie. —__________ flexionó sus rodillas, poniéndose al nivel de la niña mientras ponía un puñado de caramelos en su bolsa abierta—. ¿Has estado asustando a todo el mundo por un caramelo esta noche?
La niña echó un vistazo a la parte superior de la cabeza de __________. Ella suspiró profundamente.
—Oh sí. Tengo montones de caramelos. Pero mami no pudo encontrarme cuernos como los suyos. —Los niños habían adorado su disfraz cuando ella lo sacó para enseñárselo el día antes a la fiesta de Halloween. Los cuernos especialmente.
—¿No pudo? —__________ alcanzó hasta enderezar los cuernos especialmente hechos que había encontrado en una pequeña tienda de regalos mientras que hacía compras con su hermana en Nueva York.
—Miré en todas partes —se rió Tammy Brock—. Incluso en las tiendas de suministros de trajes. Deben de pensar que soy una loca.
__________ se rió entre dientes con ella.
—Diles qué yo compré varios pares. —Ella levantó los cuernos de su cabeza y aseguró los pequeños peines que los anclaban en su lugar en la peluca roja que Kylie usaba. Sus ojos se redondearon cuando su pálida cara enrojeció de placer.
—¿Son míos? —preguntó ella con asombro, sus ojos grises brillaban de felicidad—. ¿Todo míos?
—Todo tuyos. —__________ sonrió, aceptando el abrazo excitado de la pequeña mientras que la madre la miraba con gratitud.
—Gracias, __________ —susurró, mientras que Kylie volvía sobre sus pasos para mostrar su tesoro a sus amigos—.Acabas de alegrarle la noche.
—¿Cómo está? —A Kylie le había sido diagnosticado un raro desorden de la sangre el año pasado, y había sido un duro golpe para ella y sus padres.
—Tiene días buenos y días malos —suspiró Tammy—. Casi no la he sacado esta noche, pero ella se ve tan contenta. —__________ sacudió la cabeza.
—Déjame saber si necesitas cualquier cosa. —Ella abrazó a la otra mujer con fuerza, sintiendo que su corazón se rompía ante la presión que sabía que su nueva amiga debía de estar sufriendo.
—Lo haré —asintió con la cabeza Tammy—. Y tú ten cuidado también. Imagino que ser la hija del Presidente en este momento viene con más bajos que altos.
__________ volvió la vista atrás, sus labios se curvaron con la ironía del comentario de la otra mujer.
—Tiene sus días —admitió con una risa, echando más caramelos en las bolsas abiertas cuando varios niños más se le acercaron.
Después del lío de la elección presidencial, de las protestas sobre la ley de la casta, de los derechos de las castas y de todo sobre las castas, ella había tenido que descansar. Durante el último año su propio trabajo se había convertido en una broma. Donde antes había sido una vez un miembro respetado de la comunidad, ahora era una caja de resonancia para la retórica política del director de la escuela delante de sus estudiantes de sexto grado y de sus padres.
Si eso no era suficientemente malo, los agentes del Servicio Secreto que la acompañaban a trabajar realmente se alarmaban si un solo insecto se le acercaba. Ella no era el maldito presidente, y se sentía ligeramente frustrada con los problemas que comenzaban a causarle. Actuaban como perros guardianes rabiosos.
—¿__________, podría usar tu tocador? — preguntó bajo Tammy de repente, una sonrisa tensa le curvaba los labios— Estoy a punto de sucumbir y no quiero tener que llevar a Kylie a casa. Estaré sólo un momento.
—Claro. —__________ echó un vistazo hacia la casa—. En el fondo del pasillo a la izquierda.
—Estaré allí. —Ella pasó rápidamente y se dirigió hacia la casa—. Kylie estará bien con sus amigos durante un segundo si la vigilas. —__________ echó un vistazo a la niña.
—Ve. La vigilaré — rió ella. Kylie todavía mostraba los cuernos.
__________ se inclinó contra el marco de la puerta, mirándola de cerca. Le gustaban los niños, y un día, se imaginaba, tendría uno propio. Se preguntaba ocasionalmente por qué esperaba. Habría podido casarse veinte veces, si hubiese estado dispuesta a conformarse con alguno de los ofrecimientos de los hombres. Lisa y llanamente niños de mamá, pensó con un suspiro, sabiendo que nunca funcionaría.
—Gracias. —Tammy llegó momentos más tarde, sus ojos miraban nerviosos a la acera donde Kylie charlaba con sus amigos.
—Tómate las cosas con calma, Tammy. —__________ frunció el ceño ante la sonrisa nerviosa que la madre le echó antes de que se moviera rápidamente e impulsara a su niña adelante a lo largo de la calle.
La casa al lado de __________ estaba oscura, ninguna luz para dar la bienvenida a pequeños «truco o trato». Ella frunció el ceño a la puerta de la otra mitad de su dúplex y miró en la oscuridad.
La unidad de servicio secreto que su padre le había asignado estaba acampada allí. Idi/otas.
Cerró la puerta después de repartir el último de los caramelos y se volvió de nuevo al salón de su espacioso dúplex. Se detuvo precipitadamente. Sus ojos se desorbitaron por la sorpresa al ver las formas revestidas de negro que estaban de pie en su vestíbulo.
Su mirada fija se dirigió al sistema de alarma en la otra pared, demasiado lejos para activar la alarma manual, pero ella podía ver la luz roja que indicaba que la puerta trasera había sido desactivada. Querido Dios. Tammy debía de haber desactivado la alarma. Pero, ¿por qué?
Bien, ¿entonces dónde estaban los zopencos?, pensó frenéticamente. Deberían haber recibido una alarma de que la puerta trasera había sido abierta, así como la principal, mientras estaba fuera. Eran tan est/úpidos que ella había pensado que lo comprobarían inmediatamente.
—¿Puedo ayudarles? —Les dijo con voz aguda, histéricamente divertida ante la frase cortés que se le escapó de los labios mientras que se movía hacia atrás, hacia la puerta que ella acababa de cerrar. En un segundo cegador advirtió que estaba bastante jodida.
Había cuatro de ellos. Eran más de lo que su formación de defensa personal podía manejar inmediatamente, eso era seguro. Las máscaras cubrían sus caras pero nada podía esconder el odio salvaje en sus ojos. __________ tragó con fuerza, preguntándose por sus posibilidades de fuga. No parecían muy buenas.
—Sí, sí que puede. —Uno de ellos avanzó, sus ojos azul claro brillaban salvajemente cuando levantó el arma que sostenía resueltamente en su mano y la dirigió a su cabeza—. Puede venir silenciosamente o puedo pegarle un tiro. Es su elección.
—¿Tengo elección? — Parpadeó ella con inocencia burlona— Ah, guau. ¿Puedo pensarlo un rato?
Ella casi hizo una mueca de dolor por el sarcasmo. Mal movimiento. El sarcasmo y las armas no se mezclaban.
Los fríos ojos azules se entrecerraron sobre ella mientras amartillaba el arma, el sonido rebotó a través de su cuerpo y la hizo temblar de pavor.
—¿Realmente desea correr ese riesgo, Señorita Marion? — Le preguntó él suavemente— Podría ser mortal.
Ella tomó un profundo aliento, tragando con fuerza. Odiaba las opciones. ¿Una bala o quizás un destino peor que muerte? Si fuera muy, muy afortunada un disparo sólo dolería como el infierno y llamaría bastante la atención… ¡No!, llevaban silenciador. Maldición.
Ella permaneció de pie, silenciosa e inmóvil, haciéndoles frente mientras atrapaba la imagen de la luz por el rabillo de su ojo. No iba a dejarles capturarla tranquilamente. Sólo Dios sabía quién eran.
Él dio otro paso y ella brincó. Su mano dio una palmada sobre el interruptor mientras saltaba hacia la puerta, abriendo la cerradura cuando giró el pomo y gritó todo lo que pudo. Un segundo después de que el sonido saliera de su garganta descendió la oscuridad.
Maldición. Morir no iba a ser divertido...
Capítulo dos
Halloween. Truco o trato. Grupos de fantasmas y goblins. __________ lo adoraba.
Reía mientras estaba de pie en la puerta y daba caramelos a los niños enmascarados y pintados, comentaba los trajes y felicitaba a los insolentes querubines y a los pequeños monstruos por las creaciones que sus padres habían hecho para ellos.
El aire era quebradizo y fresco, la caída de la tarde era estimulante y alegre. No había nada sobre Halloween que no adorase. Era un acontecimiento del que no podía disfrutar en el hogar de su padre, siendo agradable mientras conversaba con aburridos políticos y casanovas envejecidos. Ella podía relajarse en casa, mirar una película y ver la alegría en los ojos de los niños que visitaban su morada, inclinándose para tomar los dulces que les daba.
Vestida con un disfraz largo, rojo, de diablesa, atraía la cantidad justa de miradas interesadas de los hombres, pero todavía estaba lo bastante bien cubierta, algo a tener en cuenta, para que las madres hablasen con ella confortablemente. El vestido rojo largo era fino pero no transparente, fluyendo de su cintura a sus caderas en una nube de perfección roja. La blusa un poco apretada estaba atada debajo de sus pechos, mientras que el material de gasa ahuecaba y se ceñía a sus senos. Su pelo largo y marrón estaba peinado flojamente y caía hasta su cintura, y los pequeños cuernos rojos asomaban encima de su cabeza.
Era su traje estándar de Halloween. Ella se sentía atractiva, viva, independiente. Especialmente este año. Su primer año oficial ausente de las restricciones de su familia. Por lo menos, casi lejos de ellas.
—Hola, señorita Marion. —La niña, Kylie Brock, giró sobre sus pies, exhibiendo su pequeño traje de diablo mientras le ofrecía una sonrisa llena de boquetes en sus dientes—. Me parezco a usted.
__________ le echó un vistazo a su madre. Tammy Brock era una abogada joven, delgada y muy prometedora que vivía varias casas abajo. Con sonrientes ojos azules y un sentido del humor ácido, la mujer más mayor puso los ojos en blanco hacia su hija.
—Claro, Kylie. —__________ flexionó sus rodillas, poniéndose al nivel de la niña mientras ponía un puñado de caramelos en su bolsa abierta—. ¿Has estado asustando a todo el mundo por un caramelo esta noche?
La niña echó un vistazo a la parte superior de la cabeza de __________. Ella suspiró profundamente.
—Oh sí. Tengo montones de caramelos. Pero mami no pudo encontrarme cuernos como los suyos. —Los niños habían adorado su disfraz cuando ella lo sacó para enseñárselo el día antes a la fiesta de Halloween. Los cuernos especialmente.
—¿No pudo? —__________ alcanzó hasta enderezar los cuernos especialmente hechos que había encontrado en una pequeña tienda de regalos mientras que hacía compras con su hermana en Nueva York.
—Miré en todas partes —se rió Tammy Brock—. Incluso en las tiendas de suministros de trajes. Deben de pensar que soy una loca.
__________ se rió entre dientes con ella.
—Diles qué yo compré varios pares. —Ella levantó los cuernos de su cabeza y aseguró los pequeños peines que los anclaban en su lugar en la peluca roja que Kylie usaba. Sus ojos se redondearon cuando su pálida cara enrojeció de placer.
—¿Son míos? —preguntó ella con asombro, sus ojos grises brillaban de felicidad—. ¿Todo míos?
—Todo tuyos. —__________ sonrió, aceptando el abrazo excitado de la pequeña mientras que la madre la miraba con gratitud.
—Gracias, __________ —susurró, mientras que Kylie volvía sobre sus pasos para mostrar su tesoro a sus amigos—.Acabas de alegrarle la noche.
—¿Cómo está? —A Kylie le había sido diagnosticado un raro desorden de la sangre el año pasado, y había sido un duro golpe para ella y sus padres.
—Tiene días buenos y días malos —suspiró Tammy—. Casi no la he sacado esta noche, pero ella se ve tan contenta. —__________ sacudió la cabeza.
—Déjame saber si necesitas cualquier cosa. —Ella abrazó a la otra mujer con fuerza, sintiendo que su corazón se rompía ante la presión que sabía que su nueva amiga debía de estar sufriendo.
—Lo haré —asintió con la cabeza Tammy—. Y tú ten cuidado también. Imagino que ser la hija del Presidente en este momento viene con más bajos que altos.
__________ volvió la vista atrás, sus labios se curvaron con la ironía del comentario de la otra mujer.
—Tiene sus días —admitió con una risa, echando más caramelos en las bolsas abiertas cuando varios niños más se le acercaron.
Después del lío de la elección presidencial, de las protestas sobre la ley de la casta, de los derechos de las castas y de todo sobre las castas, ella había tenido que descansar. Durante el último año su propio trabajo se había convertido en una broma. Donde antes había sido una vez un miembro respetado de la comunidad, ahora era una caja de resonancia para la retórica política del director de la escuela delante de sus estudiantes de sexto grado y de sus padres.
Si eso no era suficientemente malo, los agentes del Servicio Secreto que la acompañaban a trabajar realmente se alarmaban si un solo insecto se le acercaba. Ella no era el maldito presidente, y se sentía ligeramente frustrada con los problemas que comenzaban a causarle. Actuaban como perros guardianes rabiosos.
—¿__________, podría usar tu tocador? — preguntó bajo Tammy de repente, una sonrisa tensa le curvaba los labios— Estoy a punto de sucumbir y no quiero tener que llevar a Kylie a casa. Estaré sólo un momento.
—Claro. —__________ echó un vistazo hacia la casa—. En el fondo del pasillo a la izquierda.
—Estaré allí. —Ella pasó rápidamente y se dirigió hacia la casa—. Kylie estará bien con sus amigos durante un segundo si la vigilas. —__________ echó un vistazo a la niña.
—Ve. La vigilaré — rió ella. Kylie todavía mostraba los cuernos.
__________ se inclinó contra el marco de la puerta, mirándola de cerca. Le gustaban los niños, y un día, se imaginaba, tendría uno propio. Se preguntaba ocasionalmente por qué esperaba. Habría podido casarse veinte veces, si hubiese estado dispuesta a conformarse con alguno de los ofrecimientos de los hombres. Lisa y llanamente niños de mamá, pensó con un suspiro, sabiendo que nunca funcionaría.
—Gracias. —Tammy llegó momentos más tarde, sus ojos miraban nerviosos a la acera donde Kylie charlaba con sus amigos.
—Tómate las cosas con calma, Tammy. —__________ frunció el ceño ante la sonrisa nerviosa que la madre le echó antes de que se moviera rápidamente e impulsara a su niña adelante a lo largo de la calle.
La casa al lado de __________ estaba oscura, ninguna luz para dar la bienvenida a pequeños «truco o trato». Ella frunció el ceño a la puerta de la otra mitad de su dúplex y miró en la oscuridad.
La unidad de servicio secreto que su padre le había asignado estaba acampada allí. Idi/otas.
Cerró la puerta después de repartir el último de los caramelos y se volvió de nuevo al salón de su espacioso dúplex. Se detuvo precipitadamente. Sus ojos se desorbitaron por la sorpresa al ver las formas revestidas de negro que estaban de pie en su vestíbulo.
Su mirada fija se dirigió al sistema de alarma en la otra pared, demasiado lejos para activar la alarma manual, pero ella podía ver la luz roja que indicaba que la puerta trasera había sido desactivada. Querido Dios. Tammy debía de haber desactivado la alarma. Pero, ¿por qué?
Bien, ¿entonces dónde estaban los zopencos?, pensó frenéticamente. Deberían haber recibido una alarma de que la puerta trasera había sido abierta, así como la principal, mientras estaba fuera. Eran tan est/úpidos que ella había pensado que lo comprobarían inmediatamente.
—¿Puedo ayudarles? —Les dijo con voz aguda, histéricamente divertida ante la frase cortés que se le escapó de los labios mientras que se movía hacia atrás, hacia la puerta que ella acababa de cerrar. En un segundo cegador advirtió que estaba bastante jodida.
Había cuatro de ellos. Eran más de lo que su formación de defensa personal podía manejar inmediatamente, eso era seguro. Las máscaras cubrían sus caras pero nada podía esconder el odio salvaje en sus ojos. __________ tragó con fuerza, preguntándose por sus posibilidades de fuga. No parecían muy buenas.
—Sí, sí que puede. —Uno de ellos avanzó, sus ojos azul claro brillaban salvajemente cuando levantó el arma que sostenía resueltamente en su mano y la dirigió a su cabeza—. Puede venir silenciosamente o puedo pegarle un tiro. Es su elección.
—¿Tengo elección? — Parpadeó ella con inocencia burlona— Ah, guau. ¿Puedo pensarlo un rato?
Ella casi hizo una mueca de dolor por el sarcasmo. Mal movimiento. El sarcasmo y las armas no se mezclaban.
Los fríos ojos azules se entrecerraron sobre ella mientras amartillaba el arma, el sonido rebotó a través de su cuerpo y la hizo temblar de pavor.
—¿Realmente desea correr ese riesgo, Señorita Marion? — Le preguntó él suavemente— Podría ser mortal.
Ella tomó un profundo aliento, tragando con fuerza. Odiaba las opciones. ¿Una bala o quizás un destino peor que muerte? Si fuera muy, muy afortunada un disparo sólo dolería como el infierno y llamaría bastante la atención… ¡No!, llevaban silenciador. Maldición.
Ella permaneció de pie, silenciosa e inmóvil, haciéndoles frente mientras atrapaba la imagen de la luz por el rabillo de su ojo. No iba a dejarles capturarla tranquilamente. Sólo Dios sabía quién eran.
Él dio otro paso y ella brincó. Su mano dio una palmada sobre el interruptor mientras saltaba hacia la puerta, abriendo la cerradura cuando giró el pomo y gritó todo lo que pudo. Un segundo después de que el sonido saliera de su garganta descendió la oscuridad.
Maldición. Morir no iba a ser divertido...
heyitsnicktanii
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
HOLAA
COMO ESTAS?
SIGUELA PRONTO PORFAAA
SE VE GENIALL!!
pd: nueva lectora :D
COMO ESTAS?
SIGUELA PRONTO PORFAAA
SE VE GENIALL!!
pd: nueva lectora :D
*Stephanie*
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
Tania
siguela porfaaa
siguela porfaaa
*Stephanie*
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
Hola!,bueno perdon por no subir,pero es que como casi no veo comentarios pues siento que no les esta gustando la historia :/ &&' pues ni ganas de subir :( aparte tengo un trabajo super laborioso,tengo que hacer una casa Jonatica &&' un centro comercial Directoner D: haha lo se estoy loca hubieran visto la cara de mis compañeros cuando elegi el tema para mi trabajo,pero bueno creeo que se estan acostumbrando a mi locura(? en fin estaba pensando en cancelar la nove pero aun no se,vi unos comentarios de *Stephanie* y bueno como ella siempre me a apoyado subire dos capitulos,pero si sigo sin ver comentarios la tendre que cancelar :( pero bueno por lo pronto aqui los capitulos las quiero!
Capitulo 3
El trabajo de niñero apestaba. Nicholas se recostó en el asiento del lujoso Lexus, miró a la pequeña mano de la diablesa dar caramelos como favores reales y sofocó un gruñido de excitación. Había estado así desde hacía ahora una semana, y su efecto sobre él era condenadamente inoportuno. Y aquel traje no ayudaba en absoluto.
Ella se rió con los niños, su cara se encendía de placer con cada uno de los que venían a su puerta, sólo era suavemente cortés al dirigirse a los padres. Ella se mantuvo a distancia, controlada, pero él podría sentir un ardor cocerse a fuego lento en su interior.
La maldita mujer, vigilarla no había sido su jugada más brillante. Debería haberle dicho a Dash Sinclair que se fuera a paseo cuando se puso en contacto con él y le pidió que se uniera a esta locura. El mundo no iba a aceptar a las castas. El presidente Marion podía votar cien Leyes dela Castay eso no iba a significar ninguna diferencia. Eran demasiado diferentes. Pero Dash y Callan Lyons estaban seguros de que podría pasar. Igual que estaban seguros de que Nicholas podría ayudar.
Él bufó ante eso. Un coyote uniéndose a los leones y los lobos. ¿Qué sería lo siguiente?
Cambió de lugar en el asiento de cuero, reajustando su miembro y gimiendo ante la hinchada longitud. Justo lo que necesitaba, ponerse duro por la dulce hija pequeña del presidente. Eso le garantizaría ser buscado y linchado como el animal sarnoso que le crearon para ser, pensó burlón.
Mientras Nicholas miraba la puerta principal, esta se abrió de golpe de repente, el grito estrangulado de una mujer apenas le llegó cuando esta se cerró rápidamente. Sus ojos se movieron a la puerta de al lado, el dúplex que su unidad de Servicio Secreto usaba estaba oscuro y tranquilo. Ninguna luz; ninguna alarma sonaba.
Su mirada fija se estrechó mientras exploró la ahora casi abandonada calle. Los «truco o trato» estaban en la calle arriba y abajo, pero no había nadie lo bastante cerca para oír el precipitado grito. Maldiciendo tiró de la Glock* de la cintura de sus pantalones y salió de su vehícu/lo rápidamente. Agachándose, fue alrededor de los coches, llegando al lado de la cerca que incluía el pequeño dúplex de dos plantas.
No la sacarían por la puerta principal; tendrían un coche en la parte posterior. Maldición, ¿dónde infiernos estaban sus guardias de corps asignados, los ineptos del servicio secreto? Él personalmente no necesitaba esta Mie/rda. Se suponía que debía ser de reserva, nada más, no la maldita caballería.
Mientras se movía a través de las sombras, bordeando la cerca cuidadosamente, vio la furgoneta y al conductor que esperaba impacientemente, una máscara negra cubría su cara. Nicholas se movilizo a través de las sombras, inhalando el aire quebradizo de la noche para estar seguro que no había otros protectores afuera. Su visión distinguió al conductor, pero ninguna otra señal de un socio en la furgoneta.
Est/úpido. Est/úpido, rabió calladamente mientras que lo silenciaba, tomó rápidamente su arma y la preparó. El guardia salió afuera inmediatamente, en el mismo momento en que la puerta trasera se abría. Moviéndose rápidamente a lo largo de la cerca, Nicholas sacudió con fuerza al primer hombre delante de la puerta, sus brazos circundaron su cabeza y la torcieron rápidamente. Dejó caer el cuerpo antes de que el sonido hueco de rotura acabara. El segundo hombre fue igualmente sorprendido, era fácil tomarlos. Agazapándose, apenas esquivó una bala antes de colocarse detrás y eliminar al tercero. No les llevó a esos muchachos mucho tiempo entender que estaban atrapados, pensó burlón.
Los perros ahora ladraban, las voces se levantaban mientras el cuarto hombre se movía para poner su arma en la sien de la mujer inconsciente que sostenía.
El entrenamiento podía ser una cosa maravillosa, pensó Nicholas distantemente mientras extendía su brazo y disparaba primero, antes de agarrar la carga que el atacante llevaba cuando cayó.
¿Ahora qué? Maldición, él no necesitaba esto.
Lanzándola sobre su hombro, se trasladó a la furgoneta, apartando de un tirón al conductor muerto de su asiento, lanzándolo al pavimento y poniéndose en él. Dejó a la muchacha en el suelo de la furgoneta, arrancó el motor y salió mientras que las luces comenzaban a inundar la calle.
Jo/der, realmente no necesitaba esto. Se suponía que debía vigilarla, solo vigilarla y cerciorarse de que la tropa de idi/otas no chapuceaba su trabajo y que no dejarían a los Supremacistas dela Sangre, que acechaban al presidente Marion, hacer una intentona con ella.
En el servicio secreto eran experimentados. Estaban acostumbrados a proteger a las primeras hijas. Los mejores de los mejores y o bien ellos estaban jodidos y muertos en el infierno o dormían en el trabajo, y ahora él tenía que aguantar ala Niña.
La dejaría en algún sitio, haría una pequeña llamada telefónica rápida a la comisaría más cercana y sería así. Fácil. Simple.
Gilip/olleces.
Si los bastardos habían podido llegar a ella tan fácilmente entonces había alguna Mie/rda de especialista que se preparaba para golpear, un fanático. Nadie, pero nadie, se acercaba a la hija del presidente simplemente sin ayuda desde el interior. Mie/rda.
Capitulo 3
El trabajo de niñero apestaba. Nicholas se recostó en el asiento del lujoso Lexus, miró a la pequeña mano de la diablesa dar caramelos como favores reales y sofocó un gruñido de excitación. Había estado así desde hacía ahora una semana, y su efecto sobre él era condenadamente inoportuno. Y aquel traje no ayudaba en absoluto.
Ella se rió con los niños, su cara se encendía de placer con cada uno de los que venían a su puerta, sólo era suavemente cortés al dirigirse a los padres. Ella se mantuvo a distancia, controlada, pero él podría sentir un ardor cocerse a fuego lento en su interior.
La maldita mujer, vigilarla no había sido su jugada más brillante. Debería haberle dicho a Dash Sinclair que se fuera a paseo cuando se puso en contacto con él y le pidió que se uniera a esta locura. El mundo no iba a aceptar a las castas. El presidente Marion podía votar cien Leyes dela Castay eso no iba a significar ninguna diferencia. Eran demasiado diferentes. Pero Dash y Callan Lyons estaban seguros de que podría pasar. Igual que estaban seguros de que Nicholas podría ayudar.
Él bufó ante eso. Un coyote uniéndose a los leones y los lobos. ¿Qué sería lo siguiente?
Cambió de lugar en el asiento de cuero, reajustando su miembro y gimiendo ante la hinchada longitud. Justo lo que necesitaba, ponerse duro por la dulce hija pequeña del presidente. Eso le garantizaría ser buscado y linchado como el animal sarnoso que le crearon para ser, pensó burlón.
Mientras Nicholas miraba la puerta principal, esta se abrió de golpe de repente, el grito estrangulado de una mujer apenas le llegó cuando esta se cerró rápidamente. Sus ojos se movieron a la puerta de al lado, el dúplex que su unidad de Servicio Secreto usaba estaba oscuro y tranquilo. Ninguna luz; ninguna alarma sonaba.
Su mirada fija se estrechó mientras exploró la ahora casi abandonada calle. Los «truco o trato» estaban en la calle arriba y abajo, pero no había nadie lo bastante cerca para oír el precipitado grito. Maldiciendo tiró de la Glock* de la cintura de sus pantalones y salió de su vehícu/lo rápidamente. Agachándose, fue alrededor de los coches, llegando al lado de la cerca que incluía el pequeño dúplex de dos plantas.
No la sacarían por la puerta principal; tendrían un coche en la parte posterior. Maldición, ¿dónde infiernos estaban sus guardias de corps asignados, los ineptos del servicio secreto? Él personalmente no necesitaba esta Mie/rda. Se suponía que debía ser de reserva, nada más, no la maldita caballería.
Mientras se movía a través de las sombras, bordeando la cerca cuidadosamente, vio la furgoneta y al conductor que esperaba impacientemente, una máscara negra cubría su cara. Nicholas se movilizo a través de las sombras, inhalando el aire quebradizo de la noche para estar seguro que no había otros protectores afuera. Su visión distinguió al conductor, pero ninguna otra señal de un socio en la furgoneta.
Est/úpido. Est/úpido, rabió calladamente mientras que lo silenciaba, tomó rápidamente su arma y la preparó. El guardia salió afuera inmediatamente, en el mismo momento en que la puerta trasera se abría. Moviéndose rápidamente a lo largo de la cerca, Nicholas sacudió con fuerza al primer hombre delante de la puerta, sus brazos circundaron su cabeza y la torcieron rápidamente. Dejó caer el cuerpo antes de que el sonido hueco de rotura acabara. El segundo hombre fue igualmente sorprendido, era fácil tomarlos. Agazapándose, apenas esquivó una bala antes de colocarse detrás y eliminar al tercero. No les llevó a esos muchachos mucho tiempo entender que estaban atrapados, pensó burlón.
Los perros ahora ladraban, las voces se levantaban mientras el cuarto hombre se movía para poner su arma en la sien de la mujer inconsciente que sostenía.
El entrenamiento podía ser una cosa maravillosa, pensó Nicholas distantemente mientras extendía su brazo y disparaba primero, antes de agarrar la carga que el atacante llevaba cuando cayó.
¿Ahora qué? Maldición, él no necesitaba esto.
Lanzándola sobre su hombro, se trasladó a la furgoneta, apartando de un tirón al conductor muerto de su asiento, lanzándolo al pavimento y poniéndose en él. Dejó a la muchacha en el suelo de la furgoneta, arrancó el motor y salió mientras que las luces comenzaban a inundar la calle.
Jo/der, realmente no necesitaba esto. Se suponía que debía vigilarla, solo vigilarla y cerciorarse de que la tropa de idi/otas no chapuceaba su trabajo y que no dejarían a los Supremacistas dela Sangre, que acechaban al presidente Marion, hacer una intentona con ella.
En el servicio secreto eran experimentados. Estaban acostumbrados a proteger a las primeras hijas. Los mejores de los mejores y o bien ellos estaban jodidos y muertos en el infierno o dormían en el trabajo, y ahora él tenía que aguantar ala Niña.
La dejaría en algún sitio, haría una pequeña llamada telefónica rápida a la comisaría más cercana y sería así. Fácil. Simple.
Gilip/olleces.
Si los bastardos habían podido llegar a ella tan fácilmente entonces había alguna Mie/rda de especialista que se preparaba para golpear, un fanático. Nadie, pero nadie, se acercaba a la hija del presidente simplemente sin ayuda desde el interior. Mie/rda.
heyitsnicktanii
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
Capitulo 4
Una hora más tarde Nicholas aparcó la furgoneta blanca en la parte trasera de un motel que había estado rondando durante más tiempo del que le gustaba confesar y arrastró su carga, todavía inconsciente, a la habitación del motel. No había sido seguido, pero no era tan est/úpido como para asumir que alguien por ahí no iba a buscar aquella furgoneta rápido. Una operación bien hecha no lo era sin su reserva.
Con movimientos rápidos la ató y la amordazó, aunque para ser honestos no parecía como si fuese a despertar pronto, pero prefirió no equivocarse en la cuestión de la precaución.
Ella respiraba normalmente, el golpe en su cabeza no era demasiado grande, y él tenía que librarse de esa maldita furgoneta y hacer una llamada telefónica. Condenación, ésta era la maldita última vez que le hacía a Dash o a Simón un favor. Sabía que mezclarse con ese curandero y su harén era una idea est/úpida. Realmente est/úpida.
Miró fijamente a la belleza dormir, con una mueca en su cara, con sus manos apoyadas en las caderas, y asumió que ella viviría durante el breve tiempo que tenía que estar ausente. Él odió hacerlo, pero maldito si tenía una opción. Esa furgoneta era como un faro para los malos, y si iba derramarse sangre deseaba estar condenadamente seguro de que no fuera la suya, pensó mientras se giraba y salía de la habitación.
Dejó la furgoneta en un depósito de chatarra aproximadamente a diez millas de la ciudad antes de caminar al teléfono público más cercano y llamar a un taxi. El taxista que le recogió y lo condujo a su motel, más allá de uno de los bloques de pisos bulliciosos, unas manzanas más arriba, estaba ligeramente borracho, o era un beligerante asiduo a fiestas.
Allí Nicholas volvió a su habitación, abrió la puerta y la cerró con fuerza. Bien, por lo menos la muchacha todavía respiraba. Y no era demasiado duro mirarla, pero maldición si deseaba ese problema.
Sacando su teléfono móvil de su bolsillo hizo una llamada sumamente importante.
—¿Hola nene, qué puedo hacer por ti? —La voz era suficiente para hacer a la po/lla de cualquier hombre contraerse nerviosamente. Lamentablemente, estaba demasiado cabreado para dejar a aquel órgano tener cualquier opinión.
—Sacadme de aquí —espetó él en el código para una reunión de emergencia —. Estoy en el Lazy Oak Inn. ¿Para cuándo puedes estar aquí?
Hubo un corto silencio.
—Una hora —contestó ella, con voz fuerte que no demostraba ninguna preocupación que la situación ahora requería—. ¿Tienes el condón?
Él deseó poner sus ojos en blanco ante la pregunta. La hija de Marion era considerada como un escudo entre el éxito o el fracaso conla Leyde Casta más importante para el voto. Eso de dar la autonomía, el derecho de defender y matar a sus atacantes sin prejuicio. Si __________ Marion se quedara segura y feliz, el Presidente Marion votaría según su conciencia. Pero si ella era usada contra él, mantenida para utilizarla para conseguir un voto negativo, entonces las Castas podrían bien poner sus cabezas entre sus piernas, besar sus traseros y decir adiós. Marion los vendería por la vida de su hija y nunca les daría un segundo pensamiento.
—Tengo el jodido condón, maldición —gruñó echando un vistazo a la muchacha otra vez—. Ahora trae tu trasero aquí.
—Eres tan romántico —suspiró petulantemente la voz femenina—. Puede ser que tenga que azotarte por esto.
—Asegúrate de traer el látigo —refunfuñó—. Vas a necesitarlo. Muévete ya.
Él desconectó la llamada, entonces se recostó en la silla y contempló a su preciosa cautiva. Resopló por el pensamiento. Él estaría pronto fuera de este pequeño lugar y de la vigilancia de la casa y de los problemas pegados con ella ahora. Simón Quatres y sus pequeñas potrancas mejor ponían sus traseros en marcha y se venían aquí rápidamente porque él no estaba de humor para esto.
Simón podría quitarle a la hija del presidente de sus manos en una hora, esconderla en algún lugar agradable y protegerla y Nicholas iría de caza. Él se calmó con ese pensamiento. ¿Qué infiernos le importaba a él su cuidado?
Entonces sus ojos volvieron a la muchacha. Una mancha de sangre en su frente, donde había sido golpeada, hizo que la furia se elevara de nuevo dentro de él. Demonios, no había ninguna necesidad de golpearla, pensó. Los bastardos que trataron de capturarla no habían dado una maldita indicación de si la matarían o no. Todo por lo que se preocupaban era por sus proyectos fanáticos y sus locos prejuicios. Sí, ir de caza era una maldita buena idea. Los supremacistas de la sangre infectaban ahora la sociedad y comenzaban a erosionar sus nervios de todos modos.
Se movió en su silla, haciendo una mueca por el duro abultamiento en sus vaqueros. Cuanto más la miraba más duro se ponía. Era una mala cosa. Muy mala. Nunca había tenido problemas para separar la lujuria de los negocios, y sólo lo hacía cuando era completamente necesario. Era malditamente difícil separar los dos mientras la miraba. Y esta era una de aquellas situaciones cuando no solo era innecesario sino malditamente est/úpido.
Suspirando con fatiga se puso en pie y le quitó la mordaza. Ella parecía respirar muy bien, pero no deseó arriesgarse. Deslizó el paño antes de volver a su silla y mirarla fijamente de nuevo. Podría acostumbrarse a verla en su cama, pensó.
Ella se veía realmente bonita. Largo, largo pelo castaño caía como gruesas cintas alrededor de su cuerpo delgado, y aquel traje era caliente como el infierno. Seductoramente rojo, casi caía a pico, la blusa cómoda bajo sus pechos, haciéndolos derramarse encima del escote bajo. Carne pálida suave y sedosa. Una boca de capullo de rosa. Su po/lla se movió nerviosamente con fuerza a la vista de aquella boca. Era atractivamente roja y tentadora como el infierno. Una boca así podría dar a un hombre más éxtasis del que él tenía derecho a tener. Sin mencionar a uno dela Casta.
Mientras la miraba, un quejido bajo pasó sobre las curvas tentadoras de sus labios, y las largas pestañas se agitaron abriéndose débilmente. Él se movió de la silla, mirándola estrechamente mientras se dejaba caer en la cama al lado de ella y puso su mano sobre su boca justo a tiempo.
El grito amortiguado fue acompañado por el movimiento frenético de su cuerpo cuando él se movió sobre ella, poniéndose sobre ella pesadamente, mirando fijamente unos ojos de color avellana, profundos y misteriosos, que podrían hacer llorar a un hombre ya crecido.
Sombras de marrones, verdes y azules chocaban en aquellos ojos, puntos diminutos de color que, desde cerca, casi hipnotizaban. Estaban desorbitados con miedo y ultraje ahora. Uh-oh. Esto con ímpetu, pensando en el asesinato de él que estaba presionado contra su bajo vientre, y que estaba seguro que era la causa del ultraje y chispas de furia candente que encendían sus ojos.
—Quieta —murmuró, mirándola de cerca, permitiéndose disfrutar de la sensación del cuerpo delgado debajo de él—. No voy a hacerte daño.
Sí, como que ella iba a creerle, pensó él, especialmente con su erección punzándola y esas cuerdas que la sujetaban.
Su grito amortiguado de ultraje contra su palma le aseguró que tenía razón.
Una hora más tarde Nicholas aparcó la furgoneta blanca en la parte trasera de un motel que había estado rondando durante más tiempo del que le gustaba confesar y arrastró su carga, todavía inconsciente, a la habitación del motel. No había sido seguido, pero no era tan est/úpido como para asumir que alguien por ahí no iba a buscar aquella furgoneta rápido. Una operación bien hecha no lo era sin su reserva.
Con movimientos rápidos la ató y la amordazó, aunque para ser honestos no parecía como si fuese a despertar pronto, pero prefirió no equivocarse en la cuestión de la precaución.
Ella respiraba normalmente, el golpe en su cabeza no era demasiado grande, y él tenía que librarse de esa maldita furgoneta y hacer una llamada telefónica. Condenación, ésta era la maldita última vez que le hacía a Dash o a Simón un favor. Sabía que mezclarse con ese curandero y su harén era una idea est/úpida. Realmente est/úpida.
Miró fijamente a la belleza dormir, con una mueca en su cara, con sus manos apoyadas en las caderas, y asumió que ella viviría durante el breve tiempo que tenía que estar ausente. Él odió hacerlo, pero maldito si tenía una opción. Esa furgoneta era como un faro para los malos, y si iba derramarse sangre deseaba estar condenadamente seguro de que no fuera la suya, pensó mientras se giraba y salía de la habitación.
Dejó la furgoneta en un depósito de chatarra aproximadamente a diez millas de la ciudad antes de caminar al teléfono público más cercano y llamar a un taxi. El taxista que le recogió y lo condujo a su motel, más allá de uno de los bloques de pisos bulliciosos, unas manzanas más arriba, estaba ligeramente borracho, o era un beligerante asiduo a fiestas.
Allí Nicholas volvió a su habitación, abrió la puerta y la cerró con fuerza. Bien, por lo menos la muchacha todavía respiraba. Y no era demasiado duro mirarla, pero maldición si deseaba ese problema.
Sacando su teléfono móvil de su bolsillo hizo una llamada sumamente importante.
—¿Hola nene, qué puedo hacer por ti? —La voz era suficiente para hacer a la po/lla de cualquier hombre contraerse nerviosamente. Lamentablemente, estaba demasiado cabreado para dejar a aquel órgano tener cualquier opinión.
—Sacadme de aquí —espetó él en el código para una reunión de emergencia —. Estoy en el Lazy Oak Inn. ¿Para cuándo puedes estar aquí?
Hubo un corto silencio.
—Una hora —contestó ella, con voz fuerte que no demostraba ninguna preocupación que la situación ahora requería—. ¿Tienes el condón?
Él deseó poner sus ojos en blanco ante la pregunta. La hija de Marion era considerada como un escudo entre el éxito o el fracaso conla Leyde Casta más importante para el voto. Eso de dar la autonomía, el derecho de defender y matar a sus atacantes sin prejuicio. Si __________ Marion se quedara segura y feliz, el Presidente Marion votaría según su conciencia. Pero si ella era usada contra él, mantenida para utilizarla para conseguir un voto negativo, entonces las Castas podrían bien poner sus cabezas entre sus piernas, besar sus traseros y decir adiós. Marion los vendería por la vida de su hija y nunca les daría un segundo pensamiento.
—Tengo el jodido condón, maldición —gruñó echando un vistazo a la muchacha otra vez—. Ahora trae tu trasero aquí.
—Eres tan romántico —suspiró petulantemente la voz femenina—. Puede ser que tenga que azotarte por esto.
—Asegúrate de traer el látigo —refunfuñó—. Vas a necesitarlo. Muévete ya.
Él desconectó la llamada, entonces se recostó en la silla y contempló a su preciosa cautiva. Resopló por el pensamiento. Él estaría pronto fuera de este pequeño lugar y de la vigilancia de la casa y de los problemas pegados con ella ahora. Simón Quatres y sus pequeñas potrancas mejor ponían sus traseros en marcha y se venían aquí rápidamente porque él no estaba de humor para esto.
Simón podría quitarle a la hija del presidente de sus manos en una hora, esconderla en algún lugar agradable y protegerla y Nicholas iría de caza. Él se calmó con ese pensamiento. ¿Qué infiernos le importaba a él su cuidado?
Entonces sus ojos volvieron a la muchacha. Una mancha de sangre en su frente, donde había sido golpeada, hizo que la furia se elevara de nuevo dentro de él. Demonios, no había ninguna necesidad de golpearla, pensó. Los bastardos que trataron de capturarla no habían dado una maldita indicación de si la matarían o no. Todo por lo que se preocupaban era por sus proyectos fanáticos y sus locos prejuicios. Sí, ir de caza era una maldita buena idea. Los supremacistas de la sangre infectaban ahora la sociedad y comenzaban a erosionar sus nervios de todos modos.
Se movió en su silla, haciendo una mueca por el duro abultamiento en sus vaqueros. Cuanto más la miraba más duro se ponía. Era una mala cosa. Muy mala. Nunca había tenido problemas para separar la lujuria de los negocios, y sólo lo hacía cuando era completamente necesario. Era malditamente difícil separar los dos mientras la miraba. Y esta era una de aquellas situaciones cuando no solo era innecesario sino malditamente est/úpido.
Suspirando con fatiga se puso en pie y le quitó la mordaza. Ella parecía respirar muy bien, pero no deseó arriesgarse. Deslizó el paño antes de volver a su silla y mirarla fijamente de nuevo. Podría acostumbrarse a verla en su cama, pensó.
Ella se veía realmente bonita. Largo, largo pelo castaño caía como gruesas cintas alrededor de su cuerpo delgado, y aquel traje era caliente como el infierno. Seductoramente rojo, casi caía a pico, la blusa cómoda bajo sus pechos, haciéndolos derramarse encima del escote bajo. Carne pálida suave y sedosa. Una boca de capullo de rosa. Su po/lla se movió nerviosamente con fuerza a la vista de aquella boca. Era atractivamente roja y tentadora como el infierno. Una boca así podría dar a un hombre más éxtasis del que él tenía derecho a tener. Sin mencionar a uno dela Casta.
Mientras la miraba, un quejido bajo pasó sobre las curvas tentadoras de sus labios, y las largas pestañas se agitaron abriéndose débilmente. Él se movió de la silla, mirándola estrechamente mientras se dejaba caer en la cama al lado de ella y puso su mano sobre su boca justo a tiempo.
El grito amortiguado fue acompañado por el movimiento frenético de su cuerpo cuando él se movió sobre ella, poniéndose sobre ella pesadamente, mirando fijamente unos ojos de color avellana, profundos y misteriosos, que podrían hacer llorar a un hombre ya crecido.
Sombras de marrones, verdes y azules chocaban en aquellos ojos, puntos diminutos de color que, desde cerca, casi hipnotizaban. Estaban desorbitados con miedo y ultraje ahora. Uh-oh. Esto con ímpetu, pensando en el asesinato de él que estaba presionado contra su bajo vientre, y que estaba seguro que era la causa del ultraje y chispas de furia candente que encendían sus ojos.
—Quieta —murmuró, mirándola de cerca, permitiéndose disfrutar de la sensación del cuerpo delgado debajo de él—. No voy a hacerte daño.
Sí, como que ella iba a creerle, pensó él, especialmente con su erección punzándola y esas cuerdas que la sujetaban.
Su grito amortiguado de ultraje contra su palma le aseguró que tenía razón.
heyitsnicktanii
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
—Mire señora, si yo la quisiera muerta, usted estaría muerta —se quejó él—. Si yo la desease asustada y bajo control, usted estaría amordazada y atada. Si no hubiera jugado al jodido sir Galahad podría haber sido capaz de dar cobijo y advertir a los compañeros de sus atacantes del hecho de que usted está viva y bien en este lugar y momento. ¿Ahora, infiernos, quiere callarse y prometerme no gritar, o quiere en su boca uno de mis calcetines? Confíe en mí, esa no es una buena alternativa.
Ella parpadeó con sorpresa.
—¿Vas a ser ahora una buena chica? —Murmuró él— ¿O me tumbo aquí hasta que estés cansada y utilizo en cambio ese calcetín?
Unos ojos bonitos, muy bonitos.
Ella inspiró en una respiración profunda, las ventanas de su nariz llamearon mientras que se calmaba debajo de él.
—¿Te quedarás quieta?
Ella asintió enfáticamente.
Mirándola con recelo, comenzó a levantar su mano. Despacio, la movió hacia atrás, disponiéndose a levantarse de encima si ella mantenía su palabra. Ella era demasiado suave y dulce para mentir, pero él tenía una sensación… Mie/rda.
Su boca se abrió, un grito pe/netrante casi salió antes de que él bajara su cabeza y lo apresara con sus labios.
Est/úpida, est/úpida idea. Dulce cielo, sus labios eran suaves, tiernos, su boca una caverna caliente y seductora que lo atraía.
Sus manos agarraron sus muñecas cuando los dedos delgados formaron garras. Las cuerdas la sostuvieron rápido, pero él le dio sus manos para agarrar, para pinchar con aquellas pequeñas uñas delicadas. Algo para aliviar la necesidad de violencia que sabía debía rabiar en su interior.
Por dios, sus labios eran suaves.
Él miró fijamente sus ojos, sintiendo el claro shock hasta las suelas de sus pies mientras su lengua lamía la perfección del capullo de rosa, probando algo delicado, adictivo, sintiendo una locura acalorada incorporarse a su cerebro mientras el hambre aumentaba en su interior.
Ella pareció aturdida, mirándolo fijamente, el azul en sus ojos de color avellana se oscureció cuando él lamió en sus labios otra vez. Él sólo quería impedirle gritar, hacerla callar tan rápido como fuera posible sin hacerle daño. Pero no esperaba esto.
Él movió sus manos, forzándolas de su apretón de forma que pudiese hundirlas en su pelo donde sentir su sedosidad, mantenerla quieta y cavar más profundamente en su boca al mismo tiempo.
Sus pulgares apretaron contra su mandíbula, controlando sus pequeños dientes agudos por si ella tuviera en mente morder, forzándolos a abrirse lo bastante como para empujar su lengua bruscamente dentro de su boca.
Dios, estaba dolorido. Su lengua palpitaba con el gusto de ella, pinchando en la suya cuando él miró el movimiento de sus pestañas más abajo, miró sus ojos oscurecerse.
Dulce, la dulce miel llenó sus sentidos, tentó sus papilas gustativas. Maldición, ella sabía bien. Como el verano. A inocencia. Algo que él nunca había conocido o pensado que pudiera existir hasta que fuera demasiado viejo para engañarse a creerlo. Pero esto existía realmente, aquí mismo, ahora mismo, y su gusto llenó sus sentidos.
Demonios, él no necesitaba esto. Antes de que pudiera debilitarse más, apartó sus labios de los suyos, poniéndole la mordaza que había usado antes, una longitud densamente anudada de una funda de almohada rasgada y había empujado el nudo por delante de sus labios separados antes de atarla rápidamente detrás de su cabeza, mientras sus gritos sordos y luchas frenéticas pincharon en la conciencia que no se suponía que tuviera.
—Lo siento. —Él inspiró ásperamente, sentándose al lado de ella cuando ella lo miró fijamente a la zaga, furiosamente—. Pero realmente no arriesgué mi trasero para que puedas gritar tontamente y hacer que nos maten a ambos.
Ella gritaba ahora mientras se sacudía y resistía contra sus restricciones, sus ojos hermosos prometían una abundancia de justo castigo cuando finalmente se hundió en el agotamiento.
—Mira, yo iba incluso a darte algo para ese repugnante dolor de cabeza que apuesto que tienes. —Él sonrió con un brillo mortal—. ¿Eso duele bastante, ¡eh!?
Ella apartó la mirada, sus fosas nasales que llameaban de rabia, su cara estaba ruborizada mientras sus pechos temblaban con agitación. Y esos eran unos pechos malditamente bonitos. Con pequeños pezones apretados y perfectos.
Estos se hinchaban contra la blusa roja cómoda, bajo la sedosa tela. Pequeños globos firmes, rechonchos con sorprendentes pezones duros, erectos. Sus ojos se estrecharon con signos obvios de excitación, su po/lla se hinchó bajo sus vaqueros mientras su boca babeaba por degustarlos.
Extendiendo la mano, él permitió que el dorso de sus dedos rozaran los lados de las expuestas curvas superiores.
Sus ojos se movieron hacia él, amplios, llenos de miedo y calor.
—¿Tus pezones siempre se ponen tan duros cuándo eres secuestrada? — Él trató de bromear, pero los pequeños brotes apretados estaban sólo debajo de las yemas de sus dedos, más tentadores de lo que podría haberse imaginado.
Ella respiraba con más dificultad ahora, su mirada fija era apenada, sus mejillas ruborizadas cuando ella sacudió su cabeza suplicantemente.
—¿No?
El escote elástico cedió fácilmente a sus dedos cuando estos dejaron de lado las duras curvas. Enrojecidos también, los pezones rosado oscuro estaban erizados con fuerza y atentos cuando la tela raspó sobre ellos.
Ah hombre, él iba a irse al diablo por esto seguro.
El elástico quedó enganchado bajo los firmes montícu/los, levantándolos más alto, haciendo sus pequeños y dulces pezones señalar directamente al techo. Los puntos apretados estaban sorprendentemente congestionados, excitados. Esto no era miedo. Esto era su cuerpo exigiendo alivio.
Llamándose to/nto de siete formas diferentes, dejó a sus dedos remontar camino a un pequeño punto endurecido, entre su pulgar y el índice agarró una de las bayas duras, tirando con fuerza, mirándola estrechamente.
Él no esperaba la reacción. Ella se arqueó, doblándose mientras los estremecimientos sexuales convulsionaban su cuerpo menudo.
—Maldición.
Él ardía ahora, casi temblando cuando un pequeño gemido roto escapó a través de la mordaza y su cabeza bajó.
Indefenso, la lujuria aumentaba montándolo con tanta fuerza, tan rápido, que se sintió drogado, fuera de control ante ello. La boca de ella se abrió cuando él cubrió un pico tembloroso, atrayéndolo, sorbiéndolo ferozmente en su boca mientras se inclinaba sobre ella. Su lengua se rizó alrededor mientras ella se arqueaba contra él, levantándose más cerca, empujando su pezón apretado y endurecido contra su lengua mientras él comenzó a darse un festín.
Ella parpadeó con sorpresa.
—¿Vas a ser ahora una buena chica? —Murmuró él— ¿O me tumbo aquí hasta que estés cansada y utilizo en cambio ese calcetín?
Unos ojos bonitos, muy bonitos.
Ella inspiró en una respiración profunda, las ventanas de su nariz llamearon mientras que se calmaba debajo de él.
—¿Te quedarás quieta?
Ella asintió enfáticamente.
Mirándola con recelo, comenzó a levantar su mano. Despacio, la movió hacia atrás, disponiéndose a levantarse de encima si ella mantenía su palabra. Ella era demasiado suave y dulce para mentir, pero él tenía una sensación… Mie/rda.
Su boca se abrió, un grito pe/netrante casi salió antes de que él bajara su cabeza y lo apresara con sus labios.
Est/úpida, est/úpida idea. Dulce cielo, sus labios eran suaves, tiernos, su boca una caverna caliente y seductora que lo atraía.
Sus manos agarraron sus muñecas cuando los dedos delgados formaron garras. Las cuerdas la sostuvieron rápido, pero él le dio sus manos para agarrar, para pinchar con aquellas pequeñas uñas delicadas. Algo para aliviar la necesidad de violencia que sabía debía rabiar en su interior.
Por dios, sus labios eran suaves.
Él miró fijamente sus ojos, sintiendo el claro shock hasta las suelas de sus pies mientras su lengua lamía la perfección del capullo de rosa, probando algo delicado, adictivo, sintiendo una locura acalorada incorporarse a su cerebro mientras el hambre aumentaba en su interior.
Ella pareció aturdida, mirándolo fijamente, el azul en sus ojos de color avellana se oscureció cuando él lamió en sus labios otra vez. Él sólo quería impedirle gritar, hacerla callar tan rápido como fuera posible sin hacerle daño. Pero no esperaba esto.
Él movió sus manos, forzándolas de su apretón de forma que pudiese hundirlas en su pelo donde sentir su sedosidad, mantenerla quieta y cavar más profundamente en su boca al mismo tiempo.
Sus pulgares apretaron contra su mandíbula, controlando sus pequeños dientes agudos por si ella tuviera en mente morder, forzándolos a abrirse lo bastante como para empujar su lengua bruscamente dentro de su boca.
Dios, estaba dolorido. Su lengua palpitaba con el gusto de ella, pinchando en la suya cuando él miró el movimiento de sus pestañas más abajo, miró sus ojos oscurecerse.
Dulce, la dulce miel llenó sus sentidos, tentó sus papilas gustativas. Maldición, ella sabía bien. Como el verano. A inocencia. Algo que él nunca había conocido o pensado que pudiera existir hasta que fuera demasiado viejo para engañarse a creerlo. Pero esto existía realmente, aquí mismo, ahora mismo, y su gusto llenó sus sentidos.
Demonios, él no necesitaba esto. Antes de que pudiera debilitarse más, apartó sus labios de los suyos, poniéndole la mordaza que había usado antes, una longitud densamente anudada de una funda de almohada rasgada y había empujado el nudo por delante de sus labios separados antes de atarla rápidamente detrás de su cabeza, mientras sus gritos sordos y luchas frenéticas pincharon en la conciencia que no se suponía que tuviera.
—Lo siento. —Él inspiró ásperamente, sentándose al lado de ella cuando ella lo miró fijamente a la zaga, furiosamente—. Pero realmente no arriesgué mi trasero para que puedas gritar tontamente y hacer que nos maten a ambos.
Ella gritaba ahora mientras se sacudía y resistía contra sus restricciones, sus ojos hermosos prometían una abundancia de justo castigo cuando finalmente se hundió en el agotamiento.
—Mira, yo iba incluso a darte algo para ese repugnante dolor de cabeza que apuesto que tienes. —Él sonrió con un brillo mortal—. ¿Eso duele bastante, ¡eh!?
Ella apartó la mirada, sus fosas nasales que llameaban de rabia, su cara estaba ruborizada mientras sus pechos temblaban con agitación. Y esos eran unos pechos malditamente bonitos. Con pequeños pezones apretados y perfectos.
Estos se hinchaban contra la blusa roja cómoda, bajo la sedosa tela. Pequeños globos firmes, rechonchos con sorprendentes pezones duros, erectos. Sus ojos se estrecharon con signos obvios de excitación, su po/lla se hinchó bajo sus vaqueros mientras su boca babeaba por degustarlos.
Extendiendo la mano, él permitió que el dorso de sus dedos rozaran los lados de las expuestas curvas superiores.
Sus ojos se movieron hacia él, amplios, llenos de miedo y calor.
—¿Tus pezones siempre se ponen tan duros cuándo eres secuestrada? — Él trató de bromear, pero los pequeños brotes apretados estaban sólo debajo de las yemas de sus dedos, más tentadores de lo que podría haberse imaginado.
Ella respiraba con más dificultad ahora, su mirada fija era apenada, sus mejillas ruborizadas cuando ella sacudió su cabeza suplicantemente.
—¿No?
El escote elástico cedió fácilmente a sus dedos cuando estos dejaron de lado las duras curvas. Enrojecidos también, los pezones rosado oscuro estaban erizados con fuerza y atentos cuando la tela raspó sobre ellos.
Ah hombre, él iba a irse al diablo por esto seguro.
El elástico quedó enganchado bajo los firmes montícu/los, levantándolos más alto, haciendo sus pequeños y dulces pezones señalar directamente al techo. Los puntos apretados estaban sorprendentemente congestionados, excitados. Esto no era miedo. Esto era su cuerpo exigiendo alivio.
Llamándose to/nto de siete formas diferentes, dejó a sus dedos remontar camino a un pequeño punto endurecido, entre su pulgar y el índice agarró una de las bayas duras, tirando con fuerza, mirándola estrechamente.
Él no esperaba la reacción. Ella se arqueó, doblándose mientras los estremecimientos sexuales convulsionaban su cuerpo menudo.
—Maldición.
Él ardía ahora, casi temblando cuando un pequeño gemido roto escapó a través de la mordaza y su cabeza bajó.
Indefenso, la lujuria aumentaba montándolo con tanta fuerza, tan rápido, que se sintió drogado, fuera de control ante ello. La boca de ella se abrió cuando él cubrió un pico tembloroso, atrayéndolo, sorbiéndolo ferozmente en su boca mientras se inclinaba sobre ella. Su lengua se rizó alrededor mientras ella se arqueaba contra él, levantándose más cerca, empujando su pezón apretado y endurecido contra su lengua mientras él comenzó a darse un festín.
heyitsnicktanii
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
NO TANIA!!! NO LA CANCELES PORFAAA
ME ENCANTA TU NOVE E AME LOS CAPS!!!
SIGUELAS PRONTO E NO LA CANCELE PLEASE!!!!!
pd: siempre estare te apoyando!!!
ME ENCANTA TU NOVE E AME LOS CAPS!!!
SIGUELAS PRONTO E NO LA CANCELE PLEASE!!!!!
pd: siempre estare te apoyando!!!
*Stephanie*
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
Hola,bueno aqui yo de nuevo con capitulo un poco subido de tono :evil: bueno estube meditando y seguire subiendo esta adaptacion hasta terminarla,pero quiero tan siquiera una firma diaria,para saber que la estan leyendo,por favor &&' no se tal vez sea la ultima adaptacion que suba,por que pues como que no les gusta o no se,en fin les dejo el capitulo disfruten!
*Stephanie mil gracias por siempre apoyar y leer todas mis adaptaciones
Capitulo 5
Esto no podía ser verdad. __________ se agitó bajo el fuego líquido de la boca del extraño. Un extraño. Oh Dios, ella no hacía esto con un extraño, tirando más cerca, tratando de empujar su pecho más profundamente en su boca succionante mientras su lengua se curvaba alrededor de su pezón como terciopelo mojado.
Ella gemía desesperada. ¿De dónde había salido ese fuego? El que pasaba como un rayo de su pezón a su matriz, convulsionando su estómago con espasmos de excitación interminable, atormentadora. Y ella no jadearía. No lo haría.
Pero lo hacía.
Ella gritó detrás de la mordaza, sus manos se apretaron en puños cuando sus dientes agarraron su pezón, pellizcando y tirando de él cuando un punto de inflamada electricidad mojada chisporroteó entre sus muslos.
Sus labios, dientes y lengua trabajaron en el punto hasta que fue tan sensible que ella no podía pensar en nada más. Necesitaba más. Lo necesitaba a él succionándolo profundamente y con fuerza, a sus dientes enviando esa curiosa mezcla de placer y dolor que pasaba como un rayo a las profundidades de su sexo mientras su clí/toris comenzaba a hincharse y a pedir su atención.
—Dios, que bien sabes —murmuró él un segundo antes de que atrajera el pequeño punto dentro, profunda y duramente, succionándolo con su boca mientras brutales ráfagas de sensación se rasgaban a través de ella.
Ella se enroscó bajo él, sus caderas se elevaban cuando él se inclinó sobre ella, quejidos y gruñidos desesperados salieron de la mordaza cuando sus dedos comenzaron a jugar con el otro pezón. No era bastante. Su grito se hizo sordo cuando su cuerpo exigió más, estaba sacudida hasta su núcleo, pero esto no alivió el placer terrible y enloquecido que se rasgaba con él.
Entonces sus dedos tiraron más fuerte, la presa se hizo más apretada mientras sus dientes raspaban el otro punto. Oh Dios, esto dolía con un placer que ella sabía que la volvería loca. Ella quería más, necesitaba más. Sólo un poquito más y la presión intensa, tormentosa sólo detrás de su clí/toris se liberaría, aliviando el fuego líquido que se derramaba de su sexo.
—Mie/rda. ¿Te gusta así, verdad? —Él levantó su cabeza, con sus ojos estrechados en ella cuando sus dedos se enroscaron en el pezón atormentado.
Ella gritó para él, su cabeza presionaba hacia atrás en el colchón mientras luchaba contra la cascada aplastante de brutal placer.
Más.
Necesitaba más.
Ella no podía soportar la presión en aumento, la increíble hambre sexual que pareció elevarse de una parte oscura y escondida de su alma. El hambre parecía una criatura, royendo las mismas profundidades de su sexo y enviando llamas para chamuscar el brote palpitante de su clí/toris.
Más… Ella gritó la palabra detrás de la mordaza mientras él la miraba.
Ah Dios. ¿Qué iba mal con ella? ¿Aquel golpe en la cabeza había activado un interruptor sexual que ella desconocía?
¿Qué le había hecho?
Él tiró de sus pezones otra vez y su mirada fija era vidriosa mientras ella luchaba por tomar aliento.
Sí. Sí. Así.
Llamaradas doradas de sensación impregnaron su cuerpo, que zumbaba sobre su carne, electrizándola.
—Demonios. —Él respiraba también con fuerza.
Sus ojos negros eran pozos sin fondo de lujuria excitada, sus pómulos oscuros estaban enrojecidos, sus labios estirados en una línea apretada de control cuando ella se retorció bajo la presión.
—¿Qué quieres, nena? —Susurró él entonces, una sexualidad pecaminosa bañaba su expresión, dándole una mirada peligrosa, oscura.
Ella se arqueó, jadeando cuando sus dedos tiraron en sus pezones otra vez. Quería su boca allí otra vez. Quería sentir sus labios y dientes tirar en ellos, usándola, haciendo pequeños rayos de dolor de placer apretarse en su matriz.
Quería saber su nombre.
Su cabeza bajó otra vez, y a ella no le importó cuál fuera su nombre. Su boca era ardiente, su lengua un instrumento de tortura raspando y azotando en la carne enarbolada y haciendo a sus sentidos descontrolarse con el placer.
Entonces sus dientes pellizcaron en ellos, enviando ardientes fragmentos de placer doloroso que estallaron en su matriz.
Su cabeza se retorció en la cama, sus brazos y piernas tiraban contra las ataduras, su clí/toris era una masa torturada de nervios, tan necesitados de alivio que todo en lo que ella podría pensar era en el dolor en aumento.
—Hija de pu/ta. —Él respiraba fuerte y ásperamente cuando su cabeza se levantó, su lengua lamía sobre sus labios ya húmedos cuando el aire fresco de la habitación erizó sus pezones más aún.
Por favor. Ella quiso gritar la palabra.
—Demonios. —Él desató la mordaza rápidamente, pero antes de que ella pudiera rogar, sus labios cubrían los suyos otra vez, su lengua se fraguaba en su boca.
Aquel sabor. Miel y especias. Su lengua se entrelazó con la suya, sus labios se acomodaron alrededor cuando ella lo absorbió en su boca, sintiendo el sabor intensificarse cuando sus manos agarraron su cabeza, sosteniéndosela, usando su lengua para jo/der su boca con golpes calientes, posesivos.
Su camisa raspó sus pezones mientras se inclinaba, sin tocarla en ninguna otra parte, haciéndola enloquecer por más. Ella necesitaba más. Ella gimió contra la necesidad que azotaba contra la cama mientras gemidos como maullidos desesperados se salían de su garganta.
Cuando él levantó su cabeza, ella lo miró de modo suplicante.
—Hazlo parar —jadeó ella—. Por favor hazlo parar.
—¿El qué? —Él jadeaba cuando la miró, su mirada fija estaba centrada en sus labios— ¿Qué tengo que hacer parar?
Ella gimió. ¿Por qué quería torturarla? ¿Qué le había hecho ella?
—Por favor —susurró ella, las lágrimas llenaban sus ojos cuando su clí/toris floreció en un nudo encendido de agonía—. Esto duele. Haz que deje de doler.
Él sacudió su cabeza como si estuviera confundido.
—¿El qué duele?
¿No lo sabía? Él la había convertido en una masa de hambre tan intensa que ella se moría con ello.
—Demonios —maldijo ella amargamente, arqueándose, frotando sus pechos en su pecho, gimiendo por la sensación—. Tú sabes lo que quiero decir. Hazlo detenerse ahora, no puedo soportarlo.
Su mano se movió de su cabeza, deslizándose a su cintura antes de posarse en su muslo. Ella se aplacó, sus labios se separaron cuando ella hizo esfuerzos por respirar, su mirada fija se trabó con la suya mientras él comenzaba a subir la falda suelta de su vestido por sus piernas.
Sí.
El aire frío susurró sobre las medias que llevaba puestas, aliviando el brutal calor durante sólo un segundo antes de que este volviera con plena fuerza. Ella se retorció cuando desnudó sus rodillas, arqueándose mientras la tela se deslizaba sobre sus muslos.
Habría gritado cuando sus dedos rozaron la entrepierna de sus bragas si sus labios no hubieran cubierto los suyos otra vez, su lengua bombeaba repetidamente en su boca cuando él de repente rasgó las bragas, minúsculas como eran, de su cuerpo que se retorcía.
Cuando su mano volvió ella se calmó, un grito salió de su garganta cuando el calor de su palma se ahuecó sobre su sexo enviando arcos de relámpago llameando por su cuerpo. Su cabeza se levantó despacio, sus ojos entornados en ella, mirándola con cuidado cuando él se movió más abajo en la cama, empujando su vestido sobre sus caderas cuando sus ojos fueron entre sus muslos.
—Un sexo depilado —susurró él—. ¿Sabes lo excitante que es?
Era conveniente para ella. Una sensación de libertad, una emoción femenina. Ahora la sexualidad de ello se derramó por ella.
—¿Qué me has hecho? —Ella trató de hablar, pero eso interfería con la respiración. Realmente tenía que respirar ahora mismo.
—Sé lo que voy a hacerte —refunfuñó él mientras sus dedos separaban los pliegues saturados, enviando estremecimientos eléctricos sobre sus terminaciones nerviosas.
Su clí/toris golpeó a toda velocidad, el calor palpitante se extendía sobre ella, haciéndola arquearse, retorcer sus caderas.
—Quédate quieta. —La orden fue seguida de una palmada pequeña y mordaz que aterrizó en su co/ño.
—Oh Dios…—Sus ojos se desorbitaron mientras ella se resistía contra el fuego que se derramó por ella.
No. No. No. Ella gritaba la negación en su cabeza, pero su clí/toris se apretaba, sus jugos fluían de su sexo mientras el dolor sexual casi la empujaba al orgasmo. Un orgasmo que ella sabía desafiaría todas las leyes de la liberación y satisfacción que había experimentado hasta ahora.
—Esto es malo —oyó que él refunfuñaba mientras se sacaba su camisa sobre su cabeza y estaba de pie al lado de la cama.
Bronceados y formidables múscu/los, sus bíceps, el pecho y fuertes abdominales fueron revelados en la luz baja de la habitación. Debajo… ella tragó con dificultad a la vista del bulto bajo aquellos vaqueros.
Manos amplias y fuertes se movieron al cinturón de sus vaqueros, chasqueando para aflojarlo, raspando la cremallera abajo y luego empujando el material ofensivo, junto con su ropa interior, debajo de sus muy musculosas piernas.
Estaba segura que aquellas piernas parecían realmente atractivas, pero a quién demonios le importaba. Sus ojos se centraron en la erección que se hinchaba entre medio de sus muslos, colgando bajo, el pesado peso del grueso múscu/lo hacía que esta se destacara claramente de su cuerpo.
Tragó con dificultad, preguntándose si había una maldita posibilidad de que ella realmente pudiese acomodar su miembro.
—No te conozco —susurró, lamiéndose los labios, sabiendo que realmente no importaba.
—Pronto lo harás —gruñó él.
Antes de que pudiera decir algo más él se movió entre sus muslos, estirando, su cabeza equilibrada encima de los pliegues mojados y palpitantes de su sexo.
Ella se estremeció con desesperación cuando sintió que su aliento enviaba una caricia refrescante sobre el tejido sensible.
—Demonios, este tiene que ser el pequeño sexo más bonito en el que he puesto alguna vez mis ojos —susurró él, sus dedos se movieron a través de su raja haciéndola temblar, la estremecida respuesta logró que un grito saliera de sus labios.
—Voy a devorarte, nena.
Bueno ahi esta,,espero que les gustara y ya saben una firma por dia y subo diario si hay mas mucho mejor,pero quiero ver si la estan leyendo,bueno me fui las quiero chao
*Stephanie mil gracias por siempre apoyar y leer todas mis adaptaciones
Capitulo 5
Esto no podía ser verdad. __________ se agitó bajo el fuego líquido de la boca del extraño. Un extraño. Oh Dios, ella no hacía esto con un extraño, tirando más cerca, tratando de empujar su pecho más profundamente en su boca succionante mientras su lengua se curvaba alrededor de su pezón como terciopelo mojado.
Ella gemía desesperada. ¿De dónde había salido ese fuego? El que pasaba como un rayo de su pezón a su matriz, convulsionando su estómago con espasmos de excitación interminable, atormentadora. Y ella no jadearía. No lo haría.
Pero lo hacía.
Ella gritó detrás de la mordaza, sus manos se apretaron en puños cuando sus dientes agarraron su pezón, pellizcando y tirando de él cuando un punto de inflamada electricidad mojada chisporroteó entre sus muslos.
Sus labios, dientes y lengua trabajaron en el punto hasta que fue tan sensible que ella no podía pensar en nada más. Necesitaba más. Lo necesitaba a él succionándolo profundamente y con fuerza, a sus dientes enviando esa curiosa mezcla de placer y dolor que pasaba como un rayo a las profundidades de su sexo mientras su clí/toris comenzaba a hincharse y a pedir su atención.
—Dios, que bien sabes —murmuró él un segundo antes de que atrajera el pequeño punto dentro, profunda y duramente, succionándolo con su boca mientras brutales ráfagas de sensación se rasgaban a través de ella.
Ella se enroscó bajo él, sus caderas se elevaban cuando él se inclinó sobre ella, quejidos y gruñidos desesperados salieron de la mordaza cuando sus dedos comenzaron a jugar con el otro pezón. No era bastante. Su grito se hizo sordo cuando su cuerpo exigió más, estaba sacudida hasta su núcleo, pero esto no alivió el placer terrible y enloquecido que se rasgaba con él.
Entonces sus dedos tiraron más fuerte, la presa se hizo más apretada mientras sus dientes raspaban el otro punto. Oh Dios, esto dolía con un placer que ella sabía que la volvería loca. Ella quería más, necesitaba más. Sólo un poquito más y la presión intensa, tormentosa sólo detrás de su clí/toris se liberaría, aliviando el fuego líquido que se derramaba de su sexo.
—Mie/rda. ¿Te gusta así, verdad? —Él levantó su cabeza, con sus ojos estrechados en ella cuando sus dedos se enroscaron en el pezón atormentado.
Ella gritó para él, su cabeza presionaba hacia atrás en el colchón mientras luchaba contra la cascada aplastante de brutal placer.
Más.
Necesitaba más.
Ella no podía soportar la presión en aumento, la increíble hambre sexual que pareció elevarse de una parte oscura y escondida de su alma. El hambre parecía una criatura, royendo las mismas profundidades de su sexo y enviando llamas para chamuscar el brote palpitante de su clí/toris.
Más… Ella gritó la palabra detrás de la mordaza mientras él la miraba.
Ah Dios. ¿Qué iba mal con ella? ¿Aquel golpe en la cabeza había activado un interruptor sexual que ella desconocía?
¿Qué le había hecho?
Él tiró de sus pezones otra vez y su mirada fija era vidriosa mientras ella luchaba por tomar aliento.
Sí. Sí. Así.
Llamaradas doradas de sensación impregnaron su cuerpo, que zumbaba sobre su carne, electrizándola.
—Demonios. —Él respiraba también con fuerza.
Sus ojos negros eran pozos sin fondo de lujuria excitada, sus pómulos oscuros estaban enrojecidos, sus labios estirados en una línea apretada de control cuando ella se retorció bajo la presión.
—¿Qué quieres, nena? —Susurró él entonces, una sexualidad pecaminosa bañaba su expresión, dándole una mirada peligrosa, oscura.
Ella se arqueó, jadeando cuando sus dedos tiraron en sus pezones otra vez. Quería su boca allí otra vez. Quería sentir sus labios y dientes tirar en ellos, usándola, haciendo pequeños rayos de dolor de placer apretarse en su matriz.
Quería saber su nombre.
Su cabeza bajó otra vez, y a ella no le importó cuál fuera su nombre. Su boca era ardiente, su lengua un instrumento de tortura raspando y azotando en la carne enarbolada y haciendo a sus sentidos descontrolarse con el placer.
Entonces sus dientes pellizcaron en ellos, enviando ardientes fragmentos de placer doloroso que estallaron en su matriz.
Su cabeza se retorció en la cama, sus brazos y piernas tiraban contra las ataduras, su clí/toris era una masa torturada de nervios, tan necesitados de alivio que todo en lo que ella podría pensar era en el dolor en aumento.
—Hija de pu/ta. —Él respiraba fuerte y ásperamente cuando su cabeza se levantó, su lengua lamía sobre sus labios ya húmedos cuando el aire fresco de la habitación erizó sus pezones más aún.
Por favor. Ella quiso gritar la palabra.
—Demonios. —Él desató la mordaza rápidamente, pero antes de que ella pudiera rogar, sus labios cubrían los suyos otra vez, su lengua se fraguaba en su boca.
Aquel sabor. Miel y especias. Su lengua se entrelazó con la suya, sus labios se acomodaron alrededor cuando ella lo absorbió en su boca, sintiendo el sabor intensificarse cuando sus manos agarraron su cabeza, sosteniéndosela, usando su lengua para jo/der su boca con golpes calientes, posesivos.
Su camisa raspó sus pezones mientras se inclinaba, sin tocarla en ninguna otra parte, haciéndola enloquecer por más. Ella necesitaba más. Ella gimió contra la necesidad que azotaba contra la cama mientras gemidos como maullidos desesperados se salían de su garganta.
Cuando él levantó su cabeza, ella lo miró de modo suplicante.
—Hazlo parar —jadeó ella—. Por favor hazlo parar.
—¿El qué? —Él jadeaba cuando la miró, su mirada fija estaba centrada en sus labios— ¿Qué tengo que hacer parar?
Ella gimió. ¿Por qué quería torturarla? ¿Qué le había hecho ella?
—Por favor —susurró ella, las lágrimas llenaban sus ojos cuando su clí/toris floreció en un nudo encendido de agonía—. Esto duele. Haz que deje de doler.
Él sacudió su cabeza como si estuviera confundido.
—¿El qué duele?
¿No lo sabía? Él la había convertido en una masa de hambre tan intensa que ella se moría con ello.
—Demonios —maldijo ella amargamente, arqueándose, frotando sus pechos en su pecho, gimiendo por la sensación—. Tú sabes lo que quiero decir. Hazlo detenerse ahora, no puedo soportarlo.
Su mano se movió de su cabeza, deslizándose a su cintura antes de posarse en su muslo. Ella se aplacó, sus labios se separaron cuando ella hizo esfuerzos por respirar, su mirada fija se trabó con la suya mientras él comenzaba a subir la falda suelta de su vestido por sus piernas.
Sí.
El aire frío susurró sobre las medias que llevaba puestas, aliviando el brutal calor durante sólo un segundo antes de que este volviera con plena fuerza. Ella se retorció cuando desnudó sus rodillas, arqueándose mientras la tela se deslizaba sobre sus muslos.
Habría gritado cuando sus dedos rozaron la entrepierna de sus bragas si sus labios no hubieran cubierto los suyos otra vez, su lengua bombeaba repetidamente en su boca cuando él de repente rasgó las bragas, minúsculas como eran, de su cuerpo que se retorcía.
Cuando su mano volvió ella se calmó, un grito salió de su garganta cuando el calor de su palma se ahuecó sobre su sexo enviando arcos de relámpago llameando por su cuerpo. Su cabeza se levantó despacio, sus ojos entornados en ella, mirándola con cuidado cuando él se movió más abajo en la cama, empujando su vestido sobre sus caderas cuando sus ojos fueron entre sus muslos.
—Un sexo depilado —susurró él—. ¿Sabes lo excitante que es?
Era conveniente para ella. Una sensación de libertad, una emoción femenina. Ahora la sexualidad de ello se derramó por ella.
—¿Qué me has hecho? —Ella trató de hablar, pero eso interfería con la respiración. Realmente tenía que respirar ahora mismo.
—Sé lo que voy a hacerte —refunfuñó él mientras sus dedos separaban los pliegues saturados, enviando estremecimientos eléctricos sobre sus terminaciones nerviosas.
Su clí/toris golpeó a toda velocidad, el calor palpitante se extendía sobre ella, haciéndola arquearse, retorcer sus caderas.
—Quédate quieta. —La orden fue seguida de una palmada pequeña y mordaz que aterrizó en su co/ño.
—Oh Dios…—Sus ojos se desorbitaron mientras ella se resistía contra el fuego que se derramó por ella.
No. No. No. Ella gritaba la negación en su cabeza, pero su clí/toris se apretaba, sus jugos fluían de su sexo mientras el dolor sexual casi la empujaba al orgasmo. Un orgasmo que ella sabía desafiaría todas las leyes de la liberación y satisfacción que había experimentado hasta ahora.
—Esto es malo —oyó que él refunfuñaba mientras se sacaba su camisa sobre su cabeza y estaba de pie al lado de la cama.
Bronceados y formidables múscu/los, sus bíceps, el pecho y fuertes abdominales fueron revelados en la luz baja de la habitación. Debajo… ella tragó con dificultad a la vista del bulto bajo aquellos vaqueros.
Manos amplias y fuertes se movieron al cinturón de sus vaqueros, chasqueando para aflojarlo, raspando la cremallera abajo y luego empujando el material ofensivo, junto con su ropa interior, debajo de sus muy musculosas piernas.
Estaba segura que aquellas piernas parecían realmente atractivas, pero a quién demonios le importaba. Sus ojos se centraron en la erección que se hinchaba entre medio de sus muslos, colgando bajo, el pesado peso del grueso múscu/lo hacía que esta se destacara claramente de su cuerpo.
Tragó con dificultad, preguntándose si había una maldita posibilidad de que ella realmente pudiese acomodar su miembro.
—No te conozco —susurró, lamiéndose los labios, sabiendo que realmente no importaba.
—Pronto lo harás —gruñó él.
Antes de que pudiera decir algo más él se movió entre sus muslos, estirando, su cabeza equilibrada encima de los pliegues mojados y palpitantes de su sexo.
Ella se estremeció con desesperación cuando sintió que su aliento enviaba una caricia refrescante sobre el tejido sensible.
—Demonios, este tiene que ser el pequeño sexo más bonito en el que he puesto alguna vez mis ojos —susurró él, sus dedos se movieron a través de su raja haciéndola temblar, la estremecida respuesta logró que un grito saliera de sus labios.
—Voy a devorarte, nena.
Bueno ahi esta,,espero que les gustara y ya saben una firma por dia y subo diario si hay mas mucho mejor,pero quiero ver si la estan leyendo,bueno me fui las quiero chao
heyitsnicktanii
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
Nueva lectora, me encanta la nove espero y la sigas :)
Cuidate
Cuidate
paurivera
Re: Alma profunda Adaptacion(Erotica/Romantica) [Nick & Tu] ~Terminada~
Disculpame PORFAVOR.....no habia tenido mucho tiempo hasta ayer en la madrugada xD amm...pero prometo pasar diario vale..? me ENCANTA...!!! Dios que amm...perver es....jajajaja ya ya vuelo despues besos
Bianca
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