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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Trouble, love&shows {One Direction} NC. 2do tema
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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susiiyandreea
carpediem@1106
Re: Trouble, love&shows {One Direction} NC. 2do tema
por karen gomez Vie 09 Mayo 2014, 10:34 pm
Espero*-*
karen gomez
Capítulo 43: Parte 1.
por Bart Simpson Sáb 10 Mayo 2014, 5:44 am
Capítulo 43
Jaymie Williams
La plática de anoche fue un tanto/muy emotiva y me doy cuenta que, a pesar de que somos como hermanas, hay cosas que nos guardamos para nosotras mismas y quizá eso no es lo más saludable.
Sigo recostada en la habitación de huéspedes de los padres de Emma, aunque el departamento que sus padres me ofrecieron tiene hasta ropa para mí, me siento como una niñita cobarde que debe refugiarse con sus amigas para no afrontar la realidad. No quiero ver la cara de Arnold, él me dejó muy en claro que soy como una puta, supongo que alguien le ha dado un chisme obviamente falso sobre mí pero, si así lo piensa él, me importa un comino si no cambia de opinión, el hombre es tan terco que primero controlo el clima y hago que caiga nieve de chocolate antes de hacerlo cambiar de parecer.
Suspiro unas cuantas veces antes de colocar la máscara de “Me rio de todo porque estoy súper feliz aunque todo a mi alrededor sea una completa mierda”. No creo conveniente el ser una triste alma vagando por aquí cuando mis chicas ya lo son. El tiempo del contrato se está extinguiendo y justo ahora no sé si celebrar o llorar un río el cual se convertiría la próxima maravilla del mundo gracias a su extensión.
Doy el último suspiro y me levanto de la cama, camino lentamente hasta la puerta y la abro, me asomo y al no ver a nadie en el pasillo camino aún descalza por la alfombra sintiéndome Jaymie Bond una vez más, echo un último vistazo y entro a la habitación de Emma. Ella se encuentra tumbada en la cama y aún puedo escuchar los ronquidos provenientes de la rubia, suprimo una risita y me acerco lentamente hasta ella. Cuando me encuentro a un lado de Emma me tiro encima haciéndola sobresaltar y soltar un grito que probablemente ha sido escuchado en lo profundo del mar negro.
- ¡¿Qué carajo te pasa?! – dice con los ojos saltándole como pelotas. No puedo evitar soltar una fuerte carcajada.
- Sólo quería despertarte – me excuso sin dejar de reír como loca.
- Tal parece que querías matarme, loca de mierda – se tapa la cabeza con una almohada – ¿No deberías ir a la universidad?
- No iré – miro hacia el techo encogiéndome de hombros. Al instante mi rubia amiga descubre su cabeza y me mira entornando los ojos.
- ¿Por qué? Creí que tenías examen con papito Grey – gira su cuerpo para quedar bocarriba como yo.
- Él me exentará, estoy segura de eso – me encojo aún más de hombros.
- Quisiera tener un papito Grey que me exente aunque no asista a su clase – la miro de reojo y a pesar de que quiere bromear, sus ojos no expresan más que tristeza.
- ¿Te parece si te hago el desayuno? – me giro hacia ella y al instante su cara se transforma en una mueca graciosa.
- ¿Tú cocinando? ¿Acaso quieres matarme? – levanta una ceja.
- No, sólo quiero hacer algo lindo para que mi amiga aleje esa expresión de mierda de su rostro – digo con sarcasmo el cual parece no haber tomado del mejor modo.
- Bien, adelántate, en un momento voy – resopla con fastidio y vuelve a colocar la almohada sobre su cabeza.
Me levanto de su cama y camino hasta la habitación de huéspedes para colocarme algunas pantuflas. Antes de dirigirme hacia la cocina echo un vistazo a la puerta de madera pintada de rosa de mi amiga, me preocupa el verla así, tanto como ver a Cora seria y a Carrie tan cabizbaja. Es de hecho desesperante porque, por más que lo intente no puedo hacer nada para animarlas y lo peor de todo es que yo estaré así quizá hoy, mañana o pasado mañana, Simon es impredecible y tan hijo de perra.
Cuando por fin recuerdo qué es lo que estoy haciendo en la cocina camino hasta la alacena y abro la puerta, tomo la harina preparada para hacer hot cakes y el frasco de vainilla, no he hecho muchos hot cakes en mi vida pero doy gracias a Dios que las instrucciones vienen en la bolsa.
Coloco la bolsa de harina en la mesa y me acerco al refrigerador para sacar la leche, los huevos y la mantequilla, busco entre los cajones la batidora y un bol hasta que por fin los encuentro y los coloco en la mesa, es hora de leer las instrucciones.
¿Sólo eso? Vaya que las instrucciones son tan explicitas que seré chef de hot cakes, tamborileo los dedos sobre la mesa un momento, dejaré que mi instinto cocinero haga todo por mí aunque sé que saldrá un desastre.
Tomo una taza y la lleno de harina, acto seguido la vierto dentro del bol, quiebro un huevo y cae espolvoreando la harina en el plástico, vierto un cuarto de taza de leche y acto seguido rebusco una cuchara en el cajón de cubiertos y lleno una cucharada de vainilla para después verterla dentro del bol.
Quito la tapa de la mantequilla y reviso las instrucciones de la bolsa antes de tomar una cucharada. Mis ojos viajan entre la mezcla rara y la cuchara con mantequilla, sin tener idea de lo que hago la vierto dentro del bol, conecto la batidora y me concentro en batir.
- Estoy aquí – anuncia Emma entrando a la cocina, se sienta sobre una silla y abraza sus rodillas mientras me observa. Mis ojos confundidos observan la mezcla grumosa, la jodida mantequilla no se deshace.
- ¿Cómo debe quedar el menjurje para los hot cakes? – pregunto intentando sonar lo más indiferente que puedo.
- Espeso – contesta cortante y recargándose sobre la mesa.
- ¿Espeso como lodo? – mi voz tiembla por un momento.
- Espeso como hot cakes – dice de la misma manera mientras revolotea los ojos.
¡Dios! Bato unos segundos más hasta que la mantequilla parece ceder a la rapidez en la que giran las aspas de la batidora, echo un vistazo a la rubia quien se limita a recargar la cabeza sobre la madera de la mesa y cerrar los ojos.
Cuando considero que la mezcla parece a la de los hot cakes apago la batidora y enciendo el quemador de la estufa, busco una sartén y tomo un cucharon, con la pala de madera tomo un poco de mantequilla. lo embarro en toda la sartén y espero unos segundos para verter un cucharón con mezcla para hot cakes.
Pongo todo mi esfuerzo pero sigo creyendo que la cocina me odia, me faltan como dos cucharones para terminar con la mezcla y ya llevo unos cuantos quemones en las manos que ni siquiera yo sé cómo me los he hecho, sin embargo, lo que me preocupa en este momento es que Emma sigue recargada sobre la mesa, pensaría que se ha quedado dormida de no ser porque hace movimientos y pequeños sollozos escapan de ella.
Cuando por fin he terminado tomo dos platos aparte de donde están los hot cakes y los llevo hasta la mesa junto a dos tenedores, sirvo leche en dos vasos de vidrio y coloco en la mesa la mermelada así como dulce de leche.
- ¡Aquí está! – la chica se sobresalta sin mirarme, se toma un poco de tiempo y mira los panecillos sobre la mesa y después me mira a mí.
- ¿Qué es eso? – pregunta fingiendo miedo.
- Tu desayuno – suelto una risita tonta que distraiga el hecho de que veo sus ojos rojos al igual que su nariz – No los juzgues antes de probarlos.
- Bien – se encoge de hombros y sirve uno a su plato, le unta mermelada de fresa y acto seguido introduce un trozo a su boca – Wow, al fin sabes cocinar algo – lo dice con un tono tan frío que no puedo evitar el nudo que comienza a formarse en mi garganta.
La miro unos segundos y se me aguadan los ojos.
- Sé que te sientes mal pero no debes tratar a los demás como mierda y menos cuando lo único que intentan es ayudarte – escupo ofendida, sus ojos verdes se posan sobre mí como asimilando lo que le estoy diciendo.
- ¡Jaymie! – me mira apenada – Disculpa, yo… creo que me estoy resfriando o algo.
- ¡Deja de mentir, Emma! – le digo fuerte pero sin gritar – Deja ya de pretender que ocultas al mundo lo que tienes o lo que sientes, a la única que se lo intentas ocultar es a ti misma, los demás nos damos cuenta.
- No quiero hablar de eso – revolea los ojos.
- Deberías – me levanto – Quizá tu mal humor se vaya. No creas que no comprenderé tu situación, yo estoy pasando por cosas muy similares a las tuyas.
- No tengo nada – suspira y puedo ver que la saliva que traga a la fuerza se entre atora en su garganta.
- Ven – la tomo de la mano y ella me sigue.
Tomo mi celular y busco una pista, acto seguido lo conecto a las bocinas en su habitación y la rubia se sienta sobre el colchón de su cama. Tomo una respiración y espero a entrar con la letra.
Emma suspira tantas veces como puede así como dirige la mirada hacia el techo para que sus lágrimas se queden en sus ojos.
Me acerco a ella y me siento a su lado.
La rubia me mira y como dándose por vencida deja que lágrima por lágrima vayan deslizándose por sus mejillas.
Me quedo en silencio unos segundos para después abrazarla, Emma me aprieta fuerte y yo sobo su espalda susurrando palabras de ánimo.
- Estoy aquí, Emma – acaricio su enredado cabello sintiendo lágrimas empapar mis mejillas porque, después de todo, en poco tiempo estaré probablemente igual que ella.
- ¿Siempre tienes una canción cursi para cada ocasión? – me pregunta entre sollozos y no puedo evitar soltar una risita.
- Así es – la miro y le sonrío. Levanta el rostro y me observa unos segundos.
- También lloras – asegura frunciendo el entrecejo y sin dejar de derramar lágrimas.
- Las buenas amigas ríen y lloran juntas – aprieto su mano y ella baja un poco la mirada. Pasan unos minutos y la observo cuando ella se debate entre hablar o no.
- Yo… siento cosas muy grandes por Liam – admite aun llorando.
- Lo sé, Emma. Lo sé – me abraza una vez más e imito su acción.
Camino directo a la parada del autobús, Emma insistió en llevarme a casa de Michelle pero me negué; es mi amiga, no mi chofer personal. Una vez que tomo asiento al final del colectivo mis manos tiemblan con mi celular entre mis dedos, intento ignorar las susurros ofensivos de algunas chiquillas hacia mi persona pero supongo que es raro que la novia de uno de los chicos más famosos del mundo tome el autobús para transportarse.
Observo una vez más la pantalla, ni siquiera he quitado el jodido mensaje.
Como si el poner una carita feliz lo librara de ser un pendejo. Me levanto y presiono el botón que avisa al chofer que una persona va a bajar del bus, bajo los escalones y camino a grandes zancadas la cuadra y media que me falta para llegar a casa de Michelle.
Una vez frente a la puerta de su hogar respiro profundamente varias veces antes de golpear con mis nudillos la madera. No pasan ni cinco segundos cuando su padre me recibe.
- ¡Jaymie! – sonríe – Que gusto verte aquí, pasa.
Obedezco al atractivo padre de mi amiga y camino detrás de él hasta el comedor donde Michelle se atraganta con fruta. A su lado Rose sostiene una humeante taza de café y doy por sentado que Louise se encuentra en la escuela y Lukas visitando a sus amigos.
- Siéntate, Jaymie – Rose señala una silla a su lado – Ya te sirvo un poco de fruta.
Camino hasta la silla y me siento observando a Michelle quien me saluda con la mano ya que su boca está repleta de mango y fresa.
- ¿Qué te trae por acá, Jay? – pregunta Andrew sorbiendo de su taza de lo que deduzco es café.
- Michelle y yo saldremos – sonrío.
- Alérgica a la miel, ¿cierto? – dice Rose girando la cabeza hacia nosotros, me limito a asentir. Es increíble lo mucho que me conocen, quizá sea por el hecho de que mi madre y ella, al igual que Michie y yo, eran como hermanas y me críe junto a mis locas amigas – ¿Quieres un poco de café?
- El café la pone ansiosa, Rose – responde el padre de Chelle robándome las palabras de la boca.
- Te daré un poco de jugo – guiña el ojo y camina hacia el refrigerador.
- Arnold me preguntó por ti – al instante Michelle se atraganta y comienza a toser por el comentario de su padre – Me dijo que tenía problemas con una niña rebelde, di por sentado que eras tú, aunque lo confirmó unos tres minutos después.
- Arnold es un terco – me encojo de hombros y observo la manera en que Michelle evita meterse en la conversación bebiendo de su taza de café.
- Bueno, Jaymie – me mira – Nadie nace sabiendo ser padre y no creas que me pongo de su lado pero lo conozco lo suficiente y créeme que no sabe qué hacer.
- Deberías darle lecciones de cómo ser padre, Andrew – vuelvo a encogerme de hombros y el hombre suelta una sonora carcajada.
- ¿Le pides el favor a él? – lo señala Michelle con diversión e ironía.
- ¡Niña! – regaña su padre – Déjame lucirme como padre o no hay mesada – bromea con la castaña quien revolotea los ojos.
- Ya déjala, Andrew – dice Rose colocando un plato con fruta picada frente a mí y un gran vaso de vidrio con jugo de naranja.
- Mi mami tiene una sorpresa para ti, Jay – Michelle aplaude como foca en medio de un espectáculo acuático y su sonrisa es más grande que la del gato Cheshire.
- ¿Enserio? – pincho un trozo de mango y lo llevo a mi boca.
- Sería una sorpresa para más tarde pero al parecer la chismosa no pudo esperar – entrecierra los ojos en dirección de Michelle y suelto una carcajada.
- Lo siento, estoy emocionada – vuelve a aplaudir.
- Voy por él – sonríe mientras se levanta de su asiento y se pierde en la puerta del comedor.
- ¡Cielos! – exclama Andrew observando su reloj – Quisiera quedarme un rato más pero el trabajo me llama – besa la cabeza de Michelle y después se coloca frente a mí – Fue agradable verte, Jaymie. Cuídate y recuerda que eres bienvenida todo el tiempo que quieras porque, después de todo, para Rose y para mí eres como una hija más – sonríe y al igual que a Michelle, besa mi mejilla y sale del comedor.
- ¿Qué fue eso? – pregunto frunciendo el entrecejo.
- Nada, simplemente mis padres te quieren demasiado – sonríe de manera tierna – ¡Anda! Sigue comiendo.
Escucho a Andrew despedirse de Rose y los pasos de la mujer hasta que entra al comedor. Michelle se remueve en su asiento y continúa aplaudiendo como las focas que ofrecen espectáculos en el zoológico.
- Aquí está – Rose extiende una caja aterciopelada de color azul marino hasta mis manos.
Como cualquier chica, amo la joyería así que no puedo evitar sentir emoción, creo que ni mi padre me da tantos obsequios como sus amigos o las mejores amigas de Ciara. Levanto la tapa de la caja y trago en seco al ver el contenido, es una esclava de oro sólido.
Creo que mis ojos se saldrán de sus órbitas ante tanta belleza, mi boca se abre de asombro y creo que parezco una boba cuando volteo a ver a Rose y Michelle, ambas sonríen y creo que Rose está por llorar.
- La elegimos entre las dos – chilla con emoción mi castaña amiga.
- No… no sé qué decir – me tomo el pecho que sube y baja como desquiciado – Es bellísima.
- Déjame ponértela – la mujer se acerca hasta mí y toma entre sus manos la pulsera, levanto mi mano temblorosa y espero a que ella la abroche alrededor de mi muñeca, acto seguido me abraza por unos segundos.
- Ahora terminen, no quiero que se les haga tarde – sorbe su nariz y sale como alma en pena limpiándose lo que supongo es una lágrima, la miro confundida sin entender del todo lo que pasa hasta que Michelle carraspea su garganta y me dispongo a terminar con la fruta que yace sobre el plato.
Ambas vamos cantando al compás de la música de la radio en el auto de Michelle. Quisiera cantar con más entusiasmo pero al igual que a Michie, la realidad me ha golpeado recordándome el asunto del contrato. Una vez que hemos llegado, Michelle estaciona el auto y antes de salir echo un vistazo a la esclava que cuelga de mi muñeca.
- Vamos – me sacude la castaña y de inmediato salgo.
- Odio toda esta mierda – me quejo.
- No creas que a mí me gusta demasiado – su tono de voz hace despertar curiosidad en mí por lo que me giro hacia ella y la sostengo por los hombros para que mi instinto reportero florezca.
- Dime, Santa Michie. Sientes cosas por Malik, ¿no? – sus ojos se abren de golpe y la sangre sube hasta colorar sus mejillas de un rojo carmesí.
- No – se encoje de hombros y niego soltando una risa irónica.
- Tu postura, tu tono de voz, tus ojos y el rojo en tus mejillas me lo dicen todo – entrecierro los ojos y ella hace un puchero.
- Entonces para qué me preguntas – se queja cruzándose de brazos.
- ¡AJÁ! Entonces sientes cosas por el copete de rampa de skate – la señalo y ella baja la mirada.
- De nada sirve – se abraza a sí misma y la miro entornando los ojos – Esto se termina ya – asiente como si ya hubiera aceptado todo, aun así no quita esa mueca de nostalgia, acto seguido me toma del brazo y me encamina hasta la entrada del edificio de Cowell.
Entro arrastrando los pies, la ansiedad transita mis venas al igual que la adrenalina, me aferro al brazo de Michie y caminamos directo a la oficina a la que me han regañado más veces de las que ha hecho mi padre. Cuando estamos frente a la puerta de madera nos observamos unos segundos antes de asentir y tocar tres veces, un “adelante” se escucha del otro lado y Chelle gira la manija para abrir la puerta. Simon permanece sentado en su cómoda silla de cuero negro ante su escritorio, junta sus manos como si fuese un rey y puedo notar cómo le empiezan a brotar cuernos de la cabeza porque podría ser el mismísimo satán en la tierra, frente a él Louis y Zayn parecen perritos regañados; ambos con expresión decaída.
- ¡Hola, chicas! – saluda con el entusiasmo que veo por primera vez en él, como si estuviese feliz por decirnos adiós con crueldad, justo como lo hacen en big brother – Tomen asiento – señala las sillas vacías, una a cada lado de los Erection.
Me siento entre Louis y Zayn a regañadientes, aún sigo molesta con big ass por ser un chismoso y metiche de mierda, sin embargo, el sentarme sobre la alfombra no es una opción para mí. Miro sin expresión alguna a Simon quien se toma su tiempo para comenzar a decir el discurso que he escuchado ya tres veces.
- Bien – asiente – Ya sabemos para qué están aquí, así que me ahorraré el discurso, tan sólo me queda decir a cualquiera de ustedes dos – nos señala – Que gracias pero no gracias.
Revoloteo los ojos y el tipo agita un frasco con dos papeles dentro, mis ojos miran en dirección de los trozos de papel doblados, se mueven dentro tan rápido que me es imposible seguir del todo uno.
- Toma uno – le pide a Zayn y el cachorro obedece. Se lo entrega al hombre y comienza a desdoblarlo. Mi mirada no puede ver otra cosa que no sea sus enormes dedos maniobrando el trozo de papel, una vez que lo desdobla lo mira por unos segundos – Louis y Jaymie.
Dice con indiferencia y siento mi corazón detenerse por una fracción de segundo, sin embargo, asiento. Respiro lentamente ignorando las miradas de Zayn y Michelle.
- Eso es todo, tienen como máximo dos días – nos señala al ojiazul y a mí.
Nos levantamos de las sillas y salimos sin decir una sola palabra.
- ¿Vienes en tu auto? – pregunta sacándome de mis raros pensamientos, echo un vistazo a Michelle que platica a susurros con Zayn a unos cuantos metros mientras él toca su mejilla y ella lo mira con ojos de chiquilla enamorada.
- No – me limito a responder.
- ¿Puedo llevarte a tu casa? – pregunta intentando ser cortes.
- Yo… – me interrumpe Bruno Mars en mi teléfono – Disculpa.
Me alejo unos cuantos metros y observo la pantalla, deslizo la flecha para desbloquearlo y abro el mensaje.
Sonrío y rápidamente respondo.
A lo que ella responde al instante:
Guardo mi celular y me dirijo hacia Louis una vez más.
- Iré a la casa de Cora – me excuso.
- Puedo llevarte ahí, no es ningún problema para mí – toma mi mano provocando una risita en mí.
- Genial – lo miro a los ojos – Gracias, Peter Pan.
Explico a Michelle que iré con Louis y cuando ella me dice que no hay problema salgo del edificio junto al bastardo. Camino sin soltar su mano hasta su auto donde abre la puerta para mí y una vez que estoy dentro la cierra. Lo miro rodear el coche y entrar en el mismo.
- Todo esto es muy jodido, ¿no? – pregunta una vez que el auto está en marcha.
- Algo – respondo sin dejar de observar el camino.
Lo observo por el rabillo del ojo una y otra vez, él parece concentrado en el camino así que mi vista se dirige al frente. Gira hacia la derecha y minutos después estaciona el auto en un estacionamiento subterráneo.
Frunzo el entrecejo al recordar el lugar. Fue exactamente donde nos bañaron con icee, duré toda la tarde quitando el dulce de mi enmarañado cabello.
Cuando mi mente regresa al presente, a mi izquierda Louis me observa sonriente mientras extiende su mano para ayudarme a salir, la tomo y sintiéndome estúpida salgo del auto.
- ¿Qué pasa? Estás más pensativa de lo común – cierra de un portazo y se recarga sin dejar de observarme.
- Aquí me bañaron con hielo endulzado por ti – me cruzo de brazos y levanto una ceja.
- Eso no sucederá esta vez, créemelo – guiña el ojo – Recuerda que tus facciones deben estar como si tu perro hubiera muerto.
- ¡¿Qué?! – me exalto ante su comentario, el hacerme recordar a mi pequeño príncipe es algo muy cruel y más imaginarlo muerto.
- Es sólo un decir – ríe mientras toma mi mano, acto seguido camina llevándome a rastras.
Sin poner objeción alguna regulo mi paso para caminar junto a él, observo nuestras manos unidas y no es necesario el imaginar a Jake arrollado por un carro o algo así, el simple hecho de la situación me pone las facciones tan jodidas como un adicto al internet sin internet.
Entramos al elevador y subimos hasta el segundo piso del centro comercial, de tanto en tanto me aseguro de que ninguna mocosa loca tenga un icee en la mano para lanzármelo en la cara, si eso pasa, juro que le parto la cabeza en mil pedazos.
- Me gusta tu pulsera – dice y regreso la mirada hacia él.
- Mmm… gracias, fue un obsequio de Michelle y su madre – mis ojos viajan hasta la esclava que cuelga en mi muñeca.
- ¿Me esperas un segundo aquí? – se coloca frente a mí y asiento de inmediato, el chico besa mi frente y se va corriendo a algún lugar de la plaza.
Me giro hacia el centro del lugar, ahí se encuentra una fuente que lanza agua cristalina al compás de música clásica. Me recargo en el barandal para ver mejor, sin embargo, la vista sigue siendo la misma.
Observo detalladamente a las personas que van pasando y una pequeña llama mi atención. Ella viste un traje de ballet y con entusiasmo lanza el agua de la fuente a su madre que parece gritarle, sin embargo, la nena corre por todo el lugar seguida de su mamá. Al instante me invade un poco de nostalgia y alegría que no puedo explicar, es raro, algo así como si tuvieras frío pero también calor, ambos al mismo tiempo.
- Listo – anuncia Tomilson a mis espaldas. Me giro de repente y lo encuentro sonriendo a medias mientras carga en su brazo derecho una bolsa cuyo centro tiene una palabra inentendible para cualquier ser humano.
- Genial – me limito a responder y lo sigo una vez que él toma mi mano.
Entramos al ascensor y me miro unos segundos al espejo hasta darme cuenta de que las puertas se han abierto. Siento la mirada de Louis sobre mí y giro el rostro para no darle la cara.
- ¿Qué pasa? – pregunta intentando encontrar mi mirada.
- Nada – suspiro y me giro hacia él mirándolo a los ojos para que me crea.
- Estás muy callada y eso no es algo bueno porque normalmente eres un perico que no para de hablar – entrecierra los ojos – O en nuestro caso, no paras de pelear conmigo.
- Sólo estoy un poco abrumada con todo lo que está pasado – aprieto los labios, si me pregunta algo más morderé su brazo hasta arrancarle el trozo de carne.
No muy convencido sigue caminando, toma sus llaves y aprieta un botón, al instante la alarma de su carro suena como por dos segundos y caminamos hasta ahí. Abre la puerta del copiloto para mí y entro, lo veo rodear el auto y me muerdo la lengua para dejar mi estupidez de lado, todo esto es tan ridículo que ni yo me lo creo.
Finjo una sonrisa hasta el punto de que me creo que estoy feliz y lo veo entrar, él deja las cosas atrás y me mira por unos segundos mientras va acercándose a mí, como una completa idiota me quedo estática sin poder moverme y sin ganas de hacerlo también.
- No quisiera que esto termine – susurra a centímetros de mis labios y lo único que quiero es tomarlo del pelo y comérmelo completo.
- Es hora de irnos – revolotea los ojos ante mi comentario y sonrío por joderle el momento cursi.
- Bien – enciende el motor – Tenías que ser Jaymie la que arruina toda la diversión.
Me da una mirada recelosa y carcajeo ante aquella acción de nene pequeño. El chico pone en marcha el auto y enciende la radio, la cual manipulo para no escuchar su música.
- ¡Deja esa canción! – me pide con un grito y tomando mi mano para que no pueda cambiar de estación. Justo comienza One & Only de Adele – Esa es nuestra canción – suelto una fuerte carcajada.
- ¿Nuestra canción? – pregunto aun riendo.
- Bueno, nuestra canción de mí para ti – y justo esas palabras borraron la estúpida sonrisa de mi rostro.
Conozco la letra a la perfección, la he cantado cientos de veces en el bar pero ahora es como si cada palabra que sale de los labios de Adele fuera una nueva enseñanza para mí. Como si jamás en la vida la hubiese escuchado y cada palabra que entra por mis oídos hiciese que mi corazón lata por el idiota junto a mí.
El chico entona la letra conforme a la música, al mismo tiempo se gira a mirarme y es como si mi estómago quisiera devolverse de tanta azúcar. Me limito a sonreírle y pasar todo por alto, como una de las tantas idioteces que hicieron los Erection.
- ¡Estaciona aquí! – pido a unas cuadras de con Coraline.
- ¿Por qué? – observa hacia atrás y al ver que no hay carros baja la velocidad hasta frenar y busca un lugar para estacionar su coche.
- No quiero que Coraline te vea – frunce el entrecejo confundido – No te ofendas pero, el verte le recordará a Tinker Bell y no quiero que arruines su felicidad de ahora – me excuso.
- Eres una loca – revolotea los ojos – No es mi culpa recordarle a Niall.
- Pues no me importa. Vamos, puedes acompañarme hasta una cuadra antes – sonrío burlona y bajo del auto.
Camino a zancadas pequeñas siempre mirando hacia atrás por el rabillo del ojo, me giro hacia el frente y escucho la puerta del auto cerrarse, al instante sonrío como tonta.
- Espera, novia – dice Louis agitado, supongo que corrió hasta llegar conmigo. Acto seguido toma mi mano y siento algo extraño que recorre mi mano hasta llegar a mi pecho y de ahí a mi tonto estómago.
- Vamos, me espera una de mis amantes – estiro su mano para caminar un poco más rápido.
- Creí que Emma era tu amante – se coloca detrás de mí y me abraza para detener las grandes zancadas que comenzaba a dar. Camino a su paso sintiéndome idiota pero al mismo tiempo siento que el vació dentro de mí no está tan vacío.
- Emma es mi marida, las demás son mis amantes – explico recargando la cabeza en su hombro.
- Espera – se coloca frente a mí y me toma por los hombros – Si Emma es tu marida, que por cierto eso es muy raro, y las demás son tus amantes… ¿Qué soy yo? – entrecierra sus ojos.
- Tú, amigo. Eres Peter Pan – le doy un golpecito en el pecho y camino a grandes zancadas una vez más sin poder evitar reír como una desquiciada.
- ¡Espera! – lo escucho gritar a unos metros, aun así y sigo mi camino ignorándolo.
Doblo la esquina a la derecha y me deleito con las hojas teñidas de naranja cayendo de los árboles, aprieto los puños para calentar un poco mis manos, seguro el invierno estará muy frío este año, más de lo normal.
- No huyas – de un momento a otro me abraza el pedazo de alien.
- ¡Me aprietas, loco! – me retuerzo en el momento en que sus manos van hasta mis costillas y comienza a hacerme cosquillas.
Entre gritos y risas le pido que me suelte pero es tan idiota que no lo hace hasta que mi codo viaja con fuerza a su estómago sofocándolo, sus facciones se transforman en una mueca de dolor y se toma la barriga. Aunque en otro momento me hubiera gustado tanto hacer esto, lo único que puedo hacer ahora es sentir culpa. Me acerco hasta él y lo abrazo.
- Te dije que dejaras de hacerlo – un deje de culpa se escapa en mi voz. El chico coloca un brazo alrededor de mi cintura y se toma su tiempo para hablar.
- Descuida, Niall es un duende y puede usar magia para curarme – revoloteo los ojos y una carcajada se escapa de mis labios ante tal comentario tan estúpido. Lo abrazo aún más fuerte y por detrás de él puedo ver el timbre de la gigantesca casa frente a nosotros.
- ¿Louis? – lo aprieto un poco más contra mí.
- ¿Sí? – se aleja un poco para verme la cara, sin embargo, no deja de abrazarme.
- Justo en este momento quiero hacer algo – suspiro y me trago las fuertes carcajadas que quieren escaparse.
- ¿Qué es lo que quieres hacer? – entrecierra los ojos con desconfianza – ¿Debería usar algo para protegerme?
- No, tonto – suelto una risita – Simplemente quiero besarte – me mira sorprendido, incluso sus ojos parecen como los de los dibujos de anime – Y mucho.
- ¿Te sientes bien? – toca mi frente y puedo notar la preocupación en sus ojos.
- Sí – sonrío – Sólo quédate quieto.
- Esto no es una broma de esas en las que te vuelves una psicópata y me apuñalas, ¿cierto?
- Bueno, si no quieres no te obligaré – miro unos segundos el piso y acto seguido me giro lentamente.
- ¡No! Espera – me toma del brazo – claro que quiero pero, es raro porque no me has pedido dinero y no veo a ningún fotógrafo o algún metiche por aquí.
- Puedo pedirte dinero, no tengo problema con eso – me encojo de hombros y el chico frente a mí suelta una risita.
- Ya dijiste que me besarás sin nada a cambio – entrecierra los ojos – Así que hazlo de una buena vez.
Suelto una fuerte carcajada y me pongo frente a él. Coloco mis manos en su pecho y puedo sentir cómo su corazón late con rapidez, mi mirada viaja de su pecho a sus ojos. Su mirada en mí es dulce y siento algo revolverse en mí estómago.
Suspiro al mismo tiempo que él y de inmediato ríe, sonrío de lado y paso mi mano derecha hasta su mejilla, él se mantiene quieto, sin despegar su azul mirada de mí hasta que su mano izquierda cobija mi mano en su mejilla provocándome soltar un “Auch”.
- Disculpa – de inmediato la retira – Había olvidado tu pelea contra el vidrio de la ventana de tu casa – se burla tomando mi mano, enseguida la mira y con la yema de su dedo acaricia las heridas aún unidas con hilos de sutura.
- Que gracioso, mira cómo me rio. No paro de hacerlo – digo con mi cara épica de “eres un pendejo y yo la más amargada de la vida”.
- Ya pues. Hazme tuyo – levanta las manos y me imagino siendo una bailarina exótica y él el tubo.
- Primero baja las manos – baja los brazos sonriendo de oreja a oreja y a continuación toma mi cintura – ¡No tan rápido, vaquero! – alejo sus manos de mí y las dejo en sus costados – Ahora cierra los ojos.
- Esto es frustrante – revolotea los ojos, sin embargo obedece.
Una vez que lo veo con los brazos a sus costados y los ojos cerrados, camino lentamente y sin hacer nada de ruido hasta la casa frente a nosotros. Observo unos segundos el timbre y giro el rostro para verlo en la misma posición. Tomo una bocanada de aire sin hacer ruido y tragándome una vez más las carcajadas que están a punto de salir, lo miro una vez más y después al botón color rojo. El chico carraspea como esperando su beso y de inmediato toco repetidas veces el timbre y echo a correr lo más rápido que puedo.
- ¡Eres tan iluso, Peter Pan! – grito mientras corro y sin parar de reír.
Giro el rostro para ver qué hizo el Erection y sólo puedo reír más al ver su expresión de miedo. Corro más rápido sin parar de reír.
- ¡Alto ahí! – lo escucho detrás de mí. Acto seguido me toma de las muñecas y me lleva hasta la pared. Su respiración es agitada y puedo notar que sus pupilas están dilatadas. Sigo riendo hasta que veo su expresión de enojo, sin embargo, cierro el pico cuando sus facciones tensas no cambian – Eres una embustera, Jaymie Williams.
- Disculpa – se acerca más a mí clavándome la mirada haciéndolo lucir estúpidamente sexy – Era una broma de despedida, Peter Pan.
Su mirada viaja de mis labios hasta mis ojos revelándome a un Louis que jamás había visto. Continúa tomando mis muñecas y apretándolas en la pared a mis espaldas. Se acerca hasta quedar a unos cuantos centímetros de mí y mi estúpido corazón pareciera trabajar más de lo necesario ya que late como un loco y lo escucho retumbar en mi pecho.
- Jaymie… – susurra casi rozando sus labios con los míos.
Me limito a mirar éstos y mi mente comienza a imaginar cómo se sentirá un beso real, no uno de los muchos que fueron actuados, sino uno en el que de verdad quiera participar sin tener que sobornarlo con dinero o algo por el estilo. El chico roza sus suaves, delgados y rosados labios con los míos y siento como si mi corazón fuese a explotar debido a la intensidad en la que late.
- Sé mi Wendy...
Susurra a milímetros de mis labios con los ojos ya cerrados y esas palabras son las que me hacen olvidar absolutamente todo y cuando digo todo, me refiero a olvidar hasta mi propio nombre. Asiento lentamente y acorto los milímetros de distancia entre sus labios y los míos para por fin besarlo como Dios manda, sin la obligación de hacerlo.
Rodeo su cuello con mis manos y acaricio su lacia cabellera, puedo sentir sus manos en mi cintura y me olvido de todo. ¿Alguna vez han sentido que necesitan tanto a alguien que es como si murieran por dentro considerando el hecho de que esa persona está ahí? Pues es justo lo que me pasa ahora y no debo hacerlo, de hecho no debería estar haciendo esto porque es estúpido e ilógico.
Me separo de golpe de Louis, él me mira confundido y luego esa confusión se transforma en melancolía. Me toma de la mejilla y me observa durante unos segundos en los cuales me obligo a pensar en cualquier otra cosa como en por qué coño Voldemort mató a los papás de Harry Potter o algo estúpido que aleje todos los pensamientos de mi mente. El castaño me abraza con fuerza, en cambio yo me limito a morderme la lengua para sentir dolor físico y no emocional.
- Te juro que no quisiera que esto termine – admite hundiendo su rostro en mi cuello. Carraspeo para que mi voz suene como la de una persona normal y no como la del gallo Claudio.
- Debo irme. Cora me espera – desde aquí puedo ver la casa de la rubia.
- Bien – se aleja de mí y noto sus ojos rojizos pero soy cobarde para preguntarle el por qué están así.
- Nos vemos – asiento de manera estúpida y me giro, a continuación empiezo a caminar.
- Jaymie – me detengo sin voltear a verlo – ¿Podríamos hablar acerca de la cosa mala? – me giro y lo miro confundida.
- ¿La cosa mala?
- Sí, tú sabes – se rasca la cabeza – La… ruptura – susurra lo último.
- Bien, ¿dónde? – me cruzo de brazos.
- Puedo venir por ti y llevarte a mi departamento. Harry saldrá junto a los demás – imita mi acción.
- No te molestes, llegaré yo a tu departamento por mi cuenta. Hasta al rato – me giro nuevamente y camino a grandes zancadas.
Una vez que estoy frente a la puerta de la pequeña rubia toco tres veces y de inmediato la abre mi amiga. Su sonrisa es inmensa, sin embargo, puedo ver que sigue resintiendo lo de Tinker Bell.
- ¡Jaymie! – da un brinquito y me abraza con fuerza.
- He llegado – sonrío.
- Ven, pasa – toma mi mano y me guía hasta la sala donde Steve mira la televisión y Xander lee un libro.
- Hola – saludo a mi otro padre. Su mirada se dirige hasta mí y una bella sonrisa se forma en su rostro.
- ¡Jaymie! – se levanta y camina hasta mí, después me da un abrazo que me deja casi sin aire en los pulmones – Tenía demasiado tiempo sin verte. Le dije a Cora que te invitara más seguido pero vive en las nubes.
- Lo siento – se disculpa a mi lado la rubia y yo suelto una sonora carcajada.
- Hola, Jaymie – me saluda desde el sillón Xander.
- Hola, chico de los ojos más bellos que haya visto en mi vida – me sonríe tímidamente a la vez que sus mejillas se tornan rojas.
- Ése es mi hijo – susurra Stevie – El que se sonroja hasta porque una mosca pasa.
- ¡Papá! – regaña Cora.
- Sólo bromeo, lo siento – se excusa.
- Iremos con mamá – la rubia toma mi mano y me jala camino a la cocina sin siquiera dejarme despedir de su padre.
- ¡Jaymie! – saluda Lottie.
- ¡Lottie! – camino hasta ella y le doy un fuerte abrazo.
- Me alegra tanto que hayas venido, linda – responde mi abrazo.
Lottie es una de las personas más cariñosas que he conocido en mi vida, tan sólo imaginen a Coraline pero diez veces más cariñosa y cursi.
- Princesa, por favor observa la comida – pide a la rubia y ella obedece – Hice tu comida favorita, Jay – sonríe mientras toma mi mano – ¡Dios mío! – observa los puntos – ¿Qué te sucedió, cariño?
- Fue un accidente, no te preocupes, sólo se ve mal pero yo estoy bien – cobijo su mano con la mía.
- Espero que así sea, ¿quieres algo de beber en lo que todo está listo? – dice mientras se acerca al enorme refrigerador de la cocina.
- Lo que tengas está bien – me siento en una silla del desayunador.
- Tengo una Coca-Cola bien fría para ti – toma la lata roja con detalles en blanco, acto seguido va por un vaso de vidrio y sirve algo de refresco para después colocarlo frente a mí.
- La lasaña está lista, mami – dice Coraline con un tono tan infantil que me provoca soltar una carcajada – ¿Qué? – pregunta con inocencia.
- Nada, sólo que pareces una nenita consentida con su mami – sorbo de la fría bebida.
- Niña – me regaña Lottie y yo me encojo de hombros – Cariño, pon la mesa por mami, ¿sí?
- No puedo decirte que no, mami – sale de la cocina y yo me quedo ahí como tonta evitando la mirada de Lottie.
- ¿Qué pasa, cariño? – pregunta tomándome por sorpresa.
- Nada – me recargo sobre mi muñeca.
- Tu mirada se ve triste, princesa – se acerca más a mí – Sabes que puedes contar conmigo sin importar qué, ¿cierto?
- Lo sé, Lottie – tomo su mano y le obsequio una sonrisa de lado.
- ¡Ya está puesta la mesa! – grita la pequeña rubia entrando por la puerta.
- Vamos para allá – se levanta y me mira – Toma asiento, Jaymie. Nosotras nos encargamos.
Obedezco las órdenes de Lottie y me encamino hasta la mesa donde Xander ha tomado puesto ya, me siento junto a él y hago preguntas random para iniciar una conversación.
Steve toma lugar y se une a nuestra conversación acerca de series japonesas, insisto en que sailor moon y ranma ½ son las mejores series que he visto en la vida, sin embargo, Xander discute que él se une a Cora y Carrie en que Naruto rulea el mundo, en cambio, Stevie recuerda aquellos tiempos en los que las televisoras se obsesionaban en pasar Los Caballeros del Zodiaco noche y día.
Carcajeo casi en cada momento, Stevie es un padre amorosamente gracioso, tanto que me duele el estómago de la risa.
- Ya está todo listo – anuncia Lottie – Deja de ser el payaso de la conversación e inicia la plegaria por la comida – regaña a su marido quien ríe por lo bajo y al recibir una mala mirada por parte de la rubia se encoje de hombros. Cora se sienta frente a mí, junta sus manos al igual que los demás y cierra sus ojos, desconcertada hago lo mismo que ellos.
- Señor Jesús – comienza Stevie – Te damos gracias por bendecirnos con estos alimentos. Te agradecemos por mostrar bondad ante nosotros y te pedimos que por favor ayudes a aquellos que no tienen. Muchas gracias una vez más… amén.
Los demás miembros de la familia repiten el “amén” y me obligo a hacer lo mismo. Me sorprende el hecho de que me doy cuenta que con Arnold jamás hacíamos esto, cada quien se iba a su mundo; Anny con su eterna pelea hacia el psicoanálisis, Kenny con sus extrañas conversaciones y Arnold leyendo sus estúpidos libros de leyes. Incluso Jake se concentraba sólo en tragar.
Tomo el tenedor y comienzo a probar bocados pequeños de lasaña, a continuación tomo un trozo de pan y continúo comiendo, sin duda alguna Lottie tiene un sazón exquisito, cosa que Coraline no sacó y pues no me queda juzgar eso de la rubia porque yo no saqué ni habilidad para poner sal en los alimentos.
- Espero que la hayas pasado bien, Jay – dice Lottie pasándole un plato escurriendo de agua a Cora quien seca con una toalla.
- La pasé genial. Tenía demasiado sin disfrutar una cena así – confieso observándolas desde la barra donde estoy recargada.
- Debes venir más seguido, linda – se gira a mirarme – Te extrañamos aquí.
- Prometo venir más seguido – levando mi mano derecha como señal de promesa.
- Eso espero, linda – seca sus manos en otra toalla – Ya vengo. Cora y yo te tenemos una sorpresa.
La observo salir por la puerta y miro a Coraline mientras tomo asiento.
- ¿Cómo te sientes, rubia? – la chica suspira y baja la mirada por unos segundos mientras observa afuera por la ventana, acto me levanto y camino hasta ella proporcionándole un abrazo.
- Intento seguir adelante pero… no lo sé – se recarga en mi hombro – Es difícil. Y con todo esto – se muerde el labio como debatiéndose entre hablar o no – ¿Quiénes son los siguientes? – sus palabras me golpean como un cubo de agua fría. Carraspeo y concentro mi vista en las figuras de cerámica pegadas al refrigerador con imanes.
- Soy la siguiente, Cora – respondo intentando sonar tranquila pero no estoy del todo segura si la tranquilidad domina mi estado de ánimo en este preciso momento.
- Lo siento, Jay – la observo, ella aprieta los labios antes de abrazarme con fuerza. Me limito a responder el abrazo.
- No te preocupes – sorbo mi nariz – No pienso dejar que mamá Simon haga alguna mierda como lo hizo contigo – la rubia me aprieta más ante dichas palabras y me bofeteo mentalmente por ser tan inconsciente. La encamino hasta sentarnos en las sillas del desayunador u al instante la madera de la puerta rechina mientras Lottie entra.
- Cora y yo lo elegimos con mucho cariño especialmente para ti, preciosa – pone frente a mí una cajita aterciopelada de color negro.
Frunzo el entrecejo al recordar que esto pasó hace horas, es algo como un déjà vu. Observo la cajita en la mesa y un escalofrío recorre mi cuerpo, sigo con la sensación de que algo sucede y mi cerebro no me permite recordarlo.
Abro la cajita donde un dije de elefante y un pequeño ángel en oro resplandecen sobre la tela aterciopelada.
- Yo quería el ángel y mamá el elefante – explica Coraline llamando mi atención – Así que terminamos comprando ambos.
Le dedico una mirada y después regreso la vista a los dijes, mi cerebro trabaja intentando armar un rompecabezas pero las piezas no encajan. Mi cumpleaños no se acerca y todavía falta menos de un mes para navidad así que todo esto me parece un tanto ilógico.
- Son bellísimos – digo sin dejar de observar los dijes.
- Déjame colocarlos por ti – habla Lottie interrumpiendo mi juego de “adivina qué mierda está sucediendo”.
Toma primero el ángel y lo abrocha en un hoyuelo de la esclava que cuelga de mi muñeca, acto seguido toma el pequeño elefante e imita la acción. Observo cómo ambos dijes dorados se menean en mi muñeca debido al movimiento de mi mano.
- Muchas gracias – observo a ambas y las abrazo.
- Por nada, cariño – contesta Lottie acariciando con suavidad mi cabello.
- ¿Quieres que te lleve? – pregunta Cora.
- No, está bien. Puedo irme en el bus, no te molestes – aliso con mis manos la falda de mi vestido con nerviosismo.
- No es molestia, de cualquier modo voy con Carrie, de paso puedo llevarte con Emma – sonríe mientras juega con las llaves de su auto.
- Bueno – me encojo de hombros sin mencionarle que también voy al edificio donde vive Carrie.
- Con cuidado, Coraline – pide su madre acariciando su mejilla.
- No te preocupes, mami. Siempre obedezco las leyes de tránsito.
- Gracias por todo una vez más, Lottie – comienzo a despedirme – Los visitaré más seguido.
Me acerco hasta ella y le doy un fuerte abrazo el cual también me corresponde.
Salgo de la cocina hasta la sala donde se encuentra Stevie y me despido de él prometiendo volver pronto, con un gesto de mano me despido de Xander y salgo acompañada de Coraline hasta su enorme patio delantero. Subo al lado del copiloto de su coche y me abrocho el cinturón de seguridad al mismo tiempo que ella.
- Cora – la rubia gira el rostro hacia mí – De hecho también me dirijo al edificio de Carrie.
- Genial – sonríe – ¿Por qué no lo mencionaste? – enciende el motor y pone el auto en marcha.
- Es que no voy precisamente hacia con Carrie – me muerdo el labio como si confesarle que voy con Louis es el gran pecado del mundo – Voy a ver a Louis.
- Está bien, no te preocupes – se concentra en el camino – Sólo una cosa. El hecho de que hables de Louis no hace que mi corazón se rompa cada vez que lo mencionas – suspira.
- Lo sé, lo siento. Es sólo que no me gusta verte así – la observo y ella me mira de tanto en tanto – Porque, después de todo… no quiero terminar igual. No te ofendas es sólo que… no sé, no quiero que esto cause algo tan “wow” en mí, ¿entiendes?
- Claro que entiendo y no te preocupes, sólo… olvidemos esto por un momento – suspira con resignación – Quiero comentarte algo que mi padre me dijo… es sobre Arnold.
- Dímelo – la observo con sigilo.
- Él te extraña, Jay – me observa unos segundos para después volver la vista al camino – Mi padre me dijo que lo vio muy triste y no sé, creo que deberías arreglar las cosas con él, siento feo porque Arnold es como un padre para mí.
- Lo intento – me acomodo en el asiento y fijo la vista en las casas a mi izquierda – Pero es bastante obstinado.
- Me duele verlos así, ¿sabes?
- Cora – la miro – Te duele que aplaste una mosca porque según tú por ahí hay una esposa mosquita e hijitos mosquitas esperando por su papá mosca – digo con sarcasmo provocando una carcajada en la rubia.
- No, Jaymie. Esta vez te hablo más enserio que nunca – me mira una vez más cuando detiene el auto debido a la luz roja del semáforo – Después de todo él es todo lo que tienes y tú eres todo lo que él tiene.
Evito su mirada de cachorro reprochante, después de todo la pequeña rubia llorona tiene razón pero, él me llamó puta y me dijo que me odiaba, no quiero estar cerca de las personas que me odian.
- Él se lo ganó – me encojo de hombros mientras toco con la yema de los dedos los pequeños dijes que bailan con el movimiento del auto.
- Es tu padre y te ama pero se equivoca – la observo frunciendo el entrecejo – Igual que tú. No creas que mi relación con papá siempre es perfecta, él tiene su carácter y aunque no lo creas, yo tengo el mío pero, después de todo es mi padre.
- Si quieres cambiar de padre conmigo sería perfecto – bromeo para cambiar el incómodo tema – Arnold es un enojón de primera.
- Sólo piénsalo, ¿sí? – arranca el auto cuando la luz verde alumbra en el semáforo.
- Si – contesto muy a la fuerza.
Alguien le ha hecho algo a mi rubia y quiero que me la devuelvan.
No pasan ni diez minutos cuando Coraline deja el auto en el estacionamiento. Salimos del coche y nos encaminamos hasta el edificio para tomar el ascensor. Cuando ella baja me despido y espero a que el elevador suba un piso más.
Sigo recostada en la habitación de huéspedes de los padres de Emma, aunque el departamento que sus padres me ofrecieron tiene hasta ropa para mí, me siento como una niñita cobarde que debe refugiarse con sus amigas para no afrontar la realidad. No quiero ver la cara de Arnold, él me dejó muy en claro que soy como una puta, supongo que alguien le ha dado un chisme obviamente falso sobre mí pero, si así lo piensa él, me importa un comino si no cambia de opinión, el hombre es tan terco que primero controlo el clima y hago que caiga nieve de chocolate antes de hacerlo cambiar de parecer.
Suspiro unas cuantas veces antes de colocar la máscara de “Me rio de todo porque estoy súper feliz aunque todo a mi alrededor sea una completa mierda”. No creo conveniente el ser una triste alma vagando por aquí cuando mis chicas ya lo son. El tiempo del contrato se está extinguiendo y justo ahora no sé si celebrar o llorar un río el cual se convertiría la próxima maravilla del mundo gracias a su extensión.
Doy el último suspiro y me levanto de la cama, camino lentamente hasta la puerta y la abro, me asomo y al no ver a nadie en el pasillo camino aún descalza por la alfombra sintiéndome Jaymie Bond una vez más, echo un último vistazo y entro a la habitación de Emma. Ella se encuentra tumbada en la cama y aún puedo escuchar los ronquidos provenientes de la rubia, suprimo una risita y me acerco lentamente hasta ella. Cuando me encuentro a un lado de Emma me tiro encima haciéndola sobresaltar y soltar un grito que probablemente ha sido escuchado en lo profundo del mar negro.
- ¡¿Qué carajo te pasa?! – dice con los ojos saltándole como pelotas. No puedo evitar soltar una fuerte carcajada.
- Sólo quería despertarte – me excuso sin dejar de reír como loca.
- Tal parece que querías matarme, loca de mierda – se tapa la cabeza con una almohada – ¿No deberías ir a la universidad?
- No iré – miro hacia el techo encogiéndome de hombros. Al instante mi rubia amiga descubre su cabeza y me mira entornando los ojos.
- ¿Por qué? Creí que tenías examen con papito Grey – gira su cuerpo para quedar bocarriba como yo.
- Él me exentará, estoy segura de eso – me encojo aún más de hombros.
- Quisiera tener un papito Grey que me exente aunque no asista a su clase – la miro de reojo y a pesar de que quiere bromear, sus ojos no expresan más que tristeza.
- ¿Te parece si te hago el desayuno? – me giro hacia ella y al instante su cara se transforma en una mueca graciosa.
- ¿Tú cocinando? ¿Acaso quieres matarme? – levanta una ceja.
- No, sólo quiero hacer algo lindo para que mi amiga aleje esa expresión de mierda de su rostro – digo con sarcasmo el cual parece no haber tomado del mejor modo.
- Bien, adelántate, en un momento voy – resopla con fastidio y vuelve a colocar la almohada sobre su cabeza.
Me levanto de su cama y camino hasta la habitación de huéspedes para colocarme algunas pantuflas. Antes de dirigirme hacia la cocina echo un vistazo a la puerta de madera pintada de rosa de mi amiga, me preocupa el verla así, tanto como ver a Cora seria y a Carrie tan cabizbaja. Es de hecho desesperante porque, por más que lo intente no puedo hacer nada para animarlas y lo peor de todo es que yo estaré así quizá hoy, mañana o pasado mañana, Simon es impredecible y tan hijo de perra.
Cuando por fin recuerdo qué es lo que estoy haciendo en la cocina camino hasta la alacena y abro la puerta, tomo la harina preparada para hacer hot cakes y el frasco de vainilla, no he hecho muchos hot cakes en mi vida pero doy gracias a Dios que las instrucciones vienen en la bolsa.
Coloco la bolsa de harina en la mesa y me acerco al refrigerador para sacar la leche, los huevos y la mantequilla, busco entre los cajones la batidora y un bol hasta que por fin los encuentro y los coloco en la mesa, es hora de leer las instrucciones.
“Mezcle todos los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea”
¿Sólo eso? Vaya que las instrucciones son tan explicitas que seré chef de hot cakes, tamborileo los dedos sobre la mesa un momento, dejaré que mi instinto cocinero haga todo por mí aunque sé que saldrá un desastre.
Tomo una taza y la lleno de harina, acto seguido la vierto dentro del bol, quiebro un huevo y cae espolvoreando la harina en el plástico, vierto un cuarto de taza de leche y acto seguido rebusco una cuchara en el cajón de cubiertos y lleno una cucharada de vainilla para después verterla dentro del bol.
Quito la tapa de la mantequilla y reviso las instrucciones de la bolsa antes de tomar una cucharada. Mis ojos viajan entre la mezcla rara y la cuchara con mantequilla, sin tener idea de lo que hago la vierto dentro del bol, conecto la batidora y me concentro en batir.
- Estoy aquí – anuncia Emma entrando a la cocina, se sienta sobre una silla y abraza sus rodillas mientras me observa. Mis ojos confundidos observan la mezcla grumosa, la jodida mantequilla no se deshace.
- ¿Cómo debe quedar el menjurje para los hot cakes? – pregunto intentando sonar lo más indiferente que puedo.
- Espeso – contesta cortante y recargándose sobre la mesa.
- ¿Espeso como lodo? – mi voz tiembla por un momento.
- Espeso como hot cakes – dice de la misma manera mientras revolotea los ojos.
¡Dios! Bato unos segundos más hasta que la mantequilla parece ceder a la rapidez en la que giran las aspas de la batidora, echo un vistazo a la rubia quien se limita a recargar la cabeza sobre la madera de la mesa y cerrar los ojos.
Cuando considero que la mezcla parece a la de los hot cakes apago la batidora y enciendo el quemador de la estufa, busco una sartén y tomo un cucharon, con la pala de madera tomo un poco de mantequilla. lo embarro en toda la sartén y espero unos segundos para verter un cucharón con mezcla para hot cakes.
Pongo todo mi esfuerzo pero sigo creyendo que la cocina me odia, me faltan como dos cucharones para terminar con la mezcla y ya llevo unos cuantos quemones en las manos que ni siquiera yo sé cómo me los he hecho, sin embargo, lo que me preocupa en este momento es que Emma sigue recargada sobre la mesa, pensaría que se ha quedado dormida de no ser porque hace movimientos y pequeños sollozos escapan de ella.
Cuando por fin he terminado tomo dos platos aparte de donde están los hot cakes y los llevo hasta la mesa junto a dos tenedores, sirvo leche en dos vasos de vidrio y coloco en la mesa la mermelada así como dulce de leche.
- ¡Aquí está! – la chica se sobresalta sin mirarme, se toma un poco de tiempo y mira los panecillos sobre la mesa y después me mira a mí.
- ¿Qué es eso? – pregunta fingiendo miedo.
- Tu desayuno – suelto una risita tonta que distraiga el hecho de que veo sus ojos rojos al igual que su nariz – No los juzgues antes de probarlos.
- Bien – se encoge de hombros y sirve uno a su plato, le unta mermelada de fresa y acto seguido introduce un trozo a su boca – Wow, al fin sabes cocinar algo – lo dice con un tono tan frío que no puedo evitar el nudo que comienza a formarse en mi garganta.
La miro unos segundos y se me aguadan los ojos.
- Sé que te sientes mal pero no debes tratar a los demás como mierda y menos cuando lo único que intentan es ayudarte – escupo ofendida, sus ojos verdes se posan sobre mí como asimilando lo que le estoy diciendo.
- ¡Jaymie! – me mira apenada – Disculpa, yo… creo que me estoy resfriando o algo.
- ¡Deja de mentir, Emma! – le digo fuerte pero sin gritar – Deja ya de pretender que ocultas al mundo lo que tienes o lo que sientes, a la única que se lo intentas ocultar es a ti misma, los demás nos damos cuenta.
- No quiero hablar de eso – revolea los ojos.
- Deberías – me levanto – Quizá tu mal humor se vaya. No creas que no comprenderé tu situación, yo estoy pasando por cosas muy similares a las tuyas.
- No tengo nada – suspira y puedo ver que la saliva que traga a la fuerza se entre atora en su garganta.
- Ven – la tomo de la mano y ella me sigue.
Tomo mi celular y busco una pista, acto seguido lo conecto a las bocinas en su habitación y la rubia se sienta sobre el colchón de su cama. Tomo una respiración y espero a entrar con la letra.
Oh, why you look so sad?
Tears are in your eyes
Come on and come to me now
Don't be ashamed to cry
Let me see you through
'cause I've seen the dark side too
When the night falls on you
You don't know what to do
Nothing you confess
Could make me love you less
Tears are in your eyes
Come on and come to me now
Don't be ashamed to cry
Let me see you through
'cause I've seen the dark side too
When the night falls on you
You don't know what to do
Nothing you confess
Could make me love you less
Emma suspira tantas veces como puede así como dirige la mirada hacia el techo para que sus lágrimas se queden en sus ojos.
I'll stand by you
I'll stand by you
Won't let nobody hurt you
I'll stand by you
I'll stand by you
Won't let nobody hurt you
I'll stand by you
Me acerco a ella y me siento a su lado.
So... if you're mad, get mad
Don't hold it all inside
Come on and talk to me now
Hey, what you got to hide?
I get angry too
Well I'm a lot like you
When you're standing at the crossroads
And don't know which path to choose
Let me come along
'cause even if you're wrong
Coro...
Don't hold it all inside
Come on and talk to me now
Hey, what you got to hide?
I get angry too
Well I'm a lot like you
When you're standing at the crossroads
And don't know which path to choose
Let me come along
'cause even if you're wrong
Coro...
La rubia me mira y como dándose por vencida deja que lágrima por lágrima vayan deslizándose por sus mejillas.
And when...
When the night falls on you, baby
You're feeling all alone
You won't be on your own
I'll stand by you
I'll stand by you
Won't let nobody hurt you
I'll stand by you
Take me in, into your darkest hour
And I'll never desert you
I'll stand by you
I'll stand by you
Won't let nobody hurt you
I'll stand by you
And I'll never desert you
I'll stand by you
I'll stand by you
Won't let nobody hurt you
I'll stand by you
When the night falls on you, baby
You're feeling all alone
You won't be on your own
I'll stand by you
I'll stand by you
Won't let nobody hurt you
I'll stand by you
Take me in, into your darkest hour
And I'll never desert you
I'll stand by you
I'll stand by you
Won't let nobody hurt you
I'll stand by you
And I'll never desert you
I'll stand by you
I'll stand by you
Won't let nobody hurt you
I'll stand by you
Me quedo en silencio unos segundos para después abrazarla, Emma me aprieta fuerte y yo sobo su espalda susurrando palabras de ánimo.
- Estoy aquí, Emma – acaricio su enredado cabello sintiendo lágrimas empapar mis mejillas porque, después de todo, en poco tiempo estaré probablemente igual que ella.
- ¿Siempre tienes una canción cursi para cada ocasión? – me pregunta entre sollozos y no puedo evitar soltar una risita.
- Así es – la miro y le sonrío. Levanta el rostro y me observa unos segundos.
- También lloras – asegura frunciendo el entrecejo y sin dejar de derramar lágrimas.
- Las buenas amigas ríen y lloran juntas – aprieto su mano y ella baja un poco la mirada. Pasan unos minutos y la observo cuando ella se debate entre hablar o no.
- Yo… siento cosas muy grandes por Liam – admite aun llorando.
- Lo sé, Emma. Lo sé – me abraza una vez más e imito su acción.
* * *
Camino directo a la parada del autobús, Emma insistió en llevarme a casa de Michelle pero me negué; es mi amiga, no mi chofer personal. Una vez que tomo asiento al final del colectivo mis manos tiemblan con mi celular entre mis dedos, intento ignorar las susurros ofensivos de algunas chiquillas hacia mi persona pero supongo que es raro que la novia de uno de los chicos más famosos del mundo tome el autobús para transportarse.
Observo una vez más la pantalla, ni siquiera he quitado el jodido mensaje.
Hoy temprano en mi oficina :).
Simon
Simon
Como si el poner una carita feliz lo librara de ser un pendejo. Me levanto y presiono el botón que avisa al chofer que una persona va a bajar del bus, bajo los escalones y camino a grandes zancadas la cuadra y media que me falta para llegar a casa de Michelle.
Una vez frente a la puerta de su hogar respiro profundamente varias veces antes de golpear con mis nudillos la madera. No pasan ni cinco segundos cuando su padre me recibe.
- ¡Jaymie! – sonríe – Que gusto verte aquí, pasa.
Obedezco al atractivo padre de mi amiga y camino detrás de él hasta el comedor donde Michelle se atraganta con fruta. A su lado Rose sostiene una humeante taza de café y doy por sentado que Louise se encuentra en la escuela y Lukas visitando a sus amigos.
- Siéntate, Jaymie – Rose señala una silla a su lado – Ya te sirvo un poco de fruta.
Camino hasta la silla y me siento observando a Michelle quien me saluda con la mano ya que su boca está repleta de mango y fresa.
- ¿Qué te trae por acá, Jay? – pregunta Andrew sorbiendo de su taza de lo que deduzco es café.
- Michelle y yo saldremos – sonrío.
- Alérgica a la miel, ¿cierto? – dice Rose girando la cabeza hacia nosotros, me limito a asentir. Es increíble lo mucho que me conocen, quizá sea por el hecho de que mi madre y ella, al igual que Michie y yo, eran como hermanas y me críe junto a mis locas amigas – ¿Quieres un poco de café?
- El café la pone ansiosa, Rose – responde el padre de Chelle robándome las palabras de la boca.
- Te daré un poco de jugo – guiña el ojo y camina hacia el refrigerador.
- Arnold me preguntó por ti – al instante Michelle se atraganta y comienza a toser por el comentario de su padre – Me dijo que tenía problemas con una niña rebelde, di por sentado que eras tú, aunque lo confirmó unos tres minutos después.
- Arnold es un terco – me encojo de hombros y observo la manera en que Michelle evita meterse en la conversación bebiendo de su taza de café.
- Bueno, Jaymie – me mira – Nadie nace sabiendo ser padre y no creas que me pongo de su lado pero lo conozco lo suficiente y créeme que no sabe qué hacer.
- Deberías darle lecciones de cómo ser padre, Andrew – vuelvo a encogerme de hombros y el hombre suelta una sonora carcajada.
- ¿Le pides el favor a él? – lo señala Michelle con diversión e ironía.
- ¡Niña! – regaña su padre – Déjame lucirme como padre o no hay mesada – bromea con la castaña quien revolotea los ojos.
- Ya déjala, Andrew – dice Rose colocando un plato con fruta picada frente a mí y un gran vaso de vidrio con jugo de naranja.
- Mi mami tiene una sorpresa para ti, Jay – Michelle aplaude como foca en medio de un espectáculo acuático y su sonrisa es más grande que la del gato Cheshire.
- ¿Enserio? – pincho un trozo de mango y lo llevo a mi boca.
- Sería una sorpresa para más tarde pero al parecer la chismosa no pudo esperar – entrecierra los ojos en dirección de Michelle y suelto una carcajada.
- Lo siento, estoy emocionada – vuelve a aplaudir.
- Voy por él – sonríe mientras se levanta de su asiento y se pierde en la puerta del comedor.
- ¡Cielos! – exclama Andrew observando su reloj – Quisiera quedarme un rato más pero el trabajo me llama – besa la cabeza de Michelle y después se coloca frente a mí – Fue agradable verte, Jaymie. Cuídate y recuerda que eres bienvenida todo el tiempo que quieras porque, después de todo, para Rose y para mí eres como una hija más – sonríe y al igual que a Michelle, besa mi mejilla y sale del comedor.
- ¿Qué fue eso? – pregunto frunciendo el entrecejo.
- Nada, simplemente mis padres te quieren demasiado – sonríe de manera tierna – ¡Anda! Sigue comiendo.
Escucho a Andrew despedirse de Rose y los pasos de la mujer hasta que entra al comedor. Michelle se remueve en su asiento y continúa aplaudiendo como las focas que ofrecen espectáculos en el zoológico.
- Aquí está – Rose extiende una caja aterciopelada de color azul marino hasta mis manos.
Como cualquier chica, amo la joyería así que no puedo evitar sentir emoción, creo que ni mi padre me da tantos obsequios como sus amigos o las mejores amigas de Ciara. Levanto la tapa de la caja y trago en seco al ver el contenido, es una esclava de oro sólido.
Creo que mis ojos se saldrán de sus órbitas ante tanta belleza, mi boca se abre de asombro y creo que parezco una boba cuando volteo a ver a Rose y Michelle, ambas sonríen y creo que Rose está por llorar.
- La elegimos entre las dos – chilla con emoción mi castaña amiga.
- No… no sé qué decir – me tomo el pecho que sube y baja como desquiciado – Es bellísima.
- Déjame ponértela – la mujer se acerca hasta mí y toma entre sus manos la pulsera, levanto mi mano temblorosa y espero a que ella la abroche alrededor de mi muñeca, acto seguido me abraza por unos segundos.
- Ahora terminen, no quiero que se les haga tarde – sorbe su nariz y sale como alma en pena limpiándose lo que supongo es una lágrima, la miro confundida sin entender del todo lo que pasa hasta que Michelle carraspea su garganta y me dispongo a terminar con la fruta que yace sobre el plato.
* * *
Ambas vamos cantando al compás de la música de la radio en el auto de Michelle. Quisiera cantar con más entusiasmo pero al igual que a Michie, la realidad me ha golpeado recordándome el asunto del contrato. Una vez que hemos llegado, Michelle estaciona el auto y antes de salir echo un vistazo a la esclava que cuelga de mi muñeca.
- Vamos – me sacude la castaña y de inmediato salgo.
- Odio toda esta mierda – me quejo.
- No creas que a mí me gusta demasiado – su tono de voz hace despertar curiosidad en mí por lo que me giro hacia ella y la sostengo por los hombros para que mi instinto reportero florezca.
- Dime, Santa Michie. Sientes cosas por Malik, ¿no? – sus ojos se abren de golpe y la sangre sube hasta colorar sus mejillas de un rojo carmesí.
- No – se encoje de hombros y niego soltando una risa irónica.
- Tu postura, tu tono de voz, tus ojos y el rojo en tus mejillas me lo dicen todo – entrecierro los ojos y ella hace un puchero.
- Entonces para qué me preguntas – se queja cruzándose de brazos.
- ¡AJÁ! Entonces sientes cosas por el copete de rampa de skate – la señalo y ella baja la mirada.
- De nada sirve – se abraza a sí misma y la miro entornando los ojos – Esto se termina ya – asiente como si ya hubiera aceptado todo, aun así no quita esa mueca de nostalgia, acto seguido me toma del brazo y me encamina hasta la entrada del edificio de Cowell.
Entro arrastrando los pies, la ansiedad transita mis venas al igual que la adrenalina, me aferro al brazo de Michie y caminamos directo a la oficina a la que me han regañado más veces de las que ha hecho mi padre. Cuando estamos frente a la puerta de madera nos observamos unos segundos antes de asentir y tocar tres veces, un “adelante” se escucha del otro lado y Chelle gira la manija para abrir la puerta. Simon permanece sentado en su cómoda silla de cuero negro ante su escritorio, junta sus manos como si fuese un rey y puedo notar cómo le empiezan a brotar cuernos de la cabeza porque podría ser el mismísimo satán en la tierra, frente a él Louis y Zayn parecen perritos regañados; ambos con expresión decaída.
- ¡Hola, chicas! – saluda con el entusiasmo que veo por primera vez en él, como si estuviese feliz por decirnos adiós con crueldad, justo como lo hacen en big brother – Tomen asiento – señala las sillas vacías, una a cada lado de los Erection.
Me siento entre Louis y Zayn a regañadientes, aún sigo molesta con big ass por ser un chismoso y metiche de mierda, sin embargo, el sentarme sobre la alfombra no es una opción para mí. Miro sin expresión alguna a Simon quien se toma su tiempo para comenzar a decir el discurso que he escuchado ya tres veces.
- Bien – asiente – Ya sabemos para qué están aquí, así que me ahorraré el discurso, tan sólo me queda decir a cualquiera de ustedes dos – nos señala – Que gracias pero no gracias.
Revoloteo los ojos y el tipo agita un frasco con dos papeles dentro, mis ojos miran en dirección de los trozos de papel doblados, se mueven dentro tan rápido que me es imposible seguir del todo uno.
- Toma uno – le pide a Zayn y el cachorro obedece. Se lo entrega al hombre y comienza a desdoblarlo. Mi mirada no puede ver otra cosa que no sea sus enormes dedos maniobrando el trozo de papel, una vez que lo desdobla lo mira por unos segundos – Louis y Jaymie.
Dice con indiferencia y siento mi corazón detenerse por una fracción de segundo, sin embargo, asiento. Respiro lentamente ignorando las miradas de Zayn y Michelle.
- Eso es todo, tienen como máximo dos días – nos señala al ojiazul y a mí.
Nos levantamos de las sillas y salimos sin decir una sola palabra.
- ¿Vienes en tu auto? – pregunta sacándome de mis raros pensamientos, echo un vistazo a Michelle que platica a susurros con Zayn a unos cuantos metros mientras él toca su mejilla y ella lo mira con ojos de chiquilla enamorada.
- No – me limito a responder.
- ¿Puedo llevarte a tu casa? – pregunta intentando ser cortes.
- Yo… – me interrumpe Bruno Mars en mi teléfono – Disculpa.
Me alejo unos cuantos metros y observo la pantalla, deslizo la flecha para desbloquearlo y abro el mensaje.
Hola, Jay. Espero que te encuentres bien, mi familia y yo queremos invitarte a comer, por favor ven. xX Cora.
Sonrío y rápidamente respondo.
Me encantaría comer en tu casa, Kora (?... La Sheimy :P
A lo que ella responde al instante:
Te esperamos muy contentos. La Kora ^^
Guardo mi celular y me dirijo hacia Louis una vez más.
- Iré a la casa de Cora – me excuso.
- Puedo llevarte ahí, no es ningún problema para mí – toma mi mano provocando una risita en mí.
- Genial – lo miro a los ojos – Gracias, Peter Pan.
Explico a Michelle que iré con Louis y cuando ella me dice que no hay problema salgo del edificio junto al bastardo. Camino sin soltar su mano hasta su auto donde abre la puerta para mí y una vez que estoy dentro la cierra. Lo miro rodear el coche y entrar en el mismo.
- Todo esto es muy jodido, ¿no? – pregunta una vez que el auto está en marcha.
- Algo – respondo sin dejar de observar el camino.
Lo observo por el rabillo del ojo una y otra vez, él parece concentrado en el camino así que mi vista se dirige al frente. Gira hacia la derecha y minutos después estaciona el auto en un estacionamiento subterráneo.
Frunzo el entrecejo al recordar el lugar. Fue exactamente donde nos bañaron con icee, duré toda la tarde quitando el dulce de mi enmarañado cabello.
Cuando mi mente regresa al presente, a mi izquierda Louis me observa sonriente mientras extiende su mano para ayudarme a salir, la tomo y sintiéndome estúpida salgo del auto.
- ¿Qué pasa? Estás más pensativa de lo común – cierra de un portazo y se recarga sin dejar de observarme.
- Aquí me bañaron con hielo endulzado por ti – me cruzo de brazos y levanto una ceja.
- Eso no sucederá esta vez, créemelo – guiña el ojo – Recuerda que tus facciones deben estar como si tu perro hubiera muerto.
- ¡¿Qué?! – me exalto ante su comentario, el hacerme recordar a mi pequeño príncipe es algo muy cruel y más imaginarlo muerto.
- Es sólo un decir – ríe mientras toma mi mano, acto seguido camina llevándome a rastras.
Sin poner objeción alguna regulo mi paso para caminar junto a él, observo nuestras manos unidas y no es necesario el imaginar a Jake arrollado por un carro o algo así, el simple hecho de la situación me pone las facciones tan jodidas como un adicto al internet sin internet.
Entramos al elevador y subimos hasta el segundo piso del centro comercial, de tanto en tanto me aseguro de que ninguna mocosa loca tenga un icee en la mano para lanzármelo en la cara, si eso pasa, juro que le parto la cabeza en mil pedazos.
- Me gusta tu pulsera – dice y regreso la mirada hacia él.
- Mmm… gracias, fue un obsequio de Michelle y su madre – mis ojos viajan hasta la esclava que cuelga en mi muñeca.
- ¿Me esperas un segundo aquí? – se coloca frente a mí y asiento de inmediato, el chico besa mi frente y se va corriendo a algún lugar de la plaza.
Me giro hacia el centro del lugar, ahí se encuentra una fuente que lanza agua cristalina al compás de música clásica. Me recargo en el barandal para ver mejor, sin embargo, la vista sigue siendo la misma.
Observo detalladamente a las personas que van pasando y una pequeña llama mi atención. Ella viste un traje de ballet y con entusiasmo lanza el agua de la fuente a su madre que parece gritarle, sin embargo, la nena corre por todo el lugar seguida de su mamá. Al instante me invade un poco de nostalgia y alegría que no puedo explicar, es raro, algo así como si tuvieras frío pero también calor, ambos al mismo tiempo.
- Listo – anuncia Tomilson a mis espaldas. Me giro de repente y lo encuentro sonriendo a medias mientras carga en su brazo derecho una bolsa cuyo centro tiene una palabra inentendible para cualquier ser humano.
- Genial – me limito a responder y lo sigo una vez que él toma mi mano.
Entramos al ascensor y me miro unos segundos al espejo hasta darme cuenta de que las puertas se han abierto. Siento la mirada de Louis sobre mí y giro el rostro para no darle la cara.
- ¿Qué pasa? – pregunta intentando encontrar mi mirada.
- Nada – suspiro y me giro hacia él mirándolo a los ojos para que me crea.
- Estás muy callada y eso no es algo bueno porque normalmente eres un perico que no para de hablar – entrecierra los ojos – O en nuestro caso, no paras de pelear conmigo.
- Sólo estoy un poco abrumada con todo lo que está pasado – aprieto los labios, si me pregunta algo más morderé su brazo hasta arrancarle el trozo de carne.
No muy convencido sigue caminando, toma sus llaves y aprieta un botón, al instante la alarma de su carro suena como por dos segundos y caminamos hasta ahí. Abre la puerta del copiloto para mí y entro, lo veo rodear el auto y me muerdo la lengua para dejar mi estupidez de lado, todo esto es tan ridículo que ni yo me lo creo.
Finjo una sonrisa hasta el punto de que me creo que estoy feliz y lo veo entrar, él deja las cosas atrás y me mira por unos segundos mientras va acercándose a mí, como una completa idiota me quedo estática sin poder moverme y sin ganas de hacerlo también.
- No quisiera que esto termine – susurra a centímetros de mis labios y lo único que quiero es tomarlo del pelo y comérmelo completo.
- Es hora de irnos – revolotea los ojos ante mi comentario y sonrío por joderle el momento cursi.
- Bien – enciende el motor – Tenías que ser Jaymie la que arruina toda la diversión.
Me da una mirada recelosa y carcajeo ante aquella acción de nene pequeño. El chico pone en marcha el auto y enciende la radio, la cual manipulo para no escuchar su música.
- ¡Deja esa canción! – me pide con un grito y tomando mi mano para que no pueda cambiar de estación. Justo comienza One & Only de Adele – Esa es nuestra canción – suelto una fuerte carcajada.
- ¿Nuestra canción? – pregunto aun riendo.
- Bueno, nuestra canción de mí para ti – y justo esas palabras borraron la estúpida sonrisa de mi rostro.
Conozco la letra a la perfección, la he cantado cientos de veces en el bar pero ahora es como si cada palabra que sale de los labios de Adele fuera una nueva enseñanza para mí. Como si jamás en la vida la hubiese escuchado y cada palabra que entra por mis oídos hiciese que mi corazón lata por el idiota junto a mí.
El chico entona la letra conforme a la música, al mismo tiempo se gira a mirarme y es como si mi estómago quisiera devolverse de tanta azúcar. Me limito a sonreírle y pasar todo por alto, como una de las tantas idioteces que hicieron los Erection.
- ¡Estaciona aquí! – pido a unas cuadras de con Coraline.
- ¿Por qué? – observa hacia atrás y al ver que no hay carros baja la velocidad hasta frenar y busca un lugar para estacionar su coche.
- No quiero que Coraline te vea – frunce el entrecejo confundido – No te ofendas pero, el verte le recordará a Tinker Bell y no quiero que arruines su felicidad de ahora – me excuso.
- Eres una loca – revolotea los ojos – No es mi culpa recordarle a Niall.
- Pues no me importa. Vamos, puedes acompañarme hasta una cuadra antes – sonrío burlona y bajo del auto.
Camino a zancadas pequeñas siempre mirando hacia atrás por el rabillo del ojo, me giro hacia el frente y escucho la puerta del auto cerrarse, al instante sonrío como tonta.
- Espera, novia – dice Louis agitado, supongo que corrió hasta llegar conmigo. Acto seguido toma mi mano y siento algo extraño que recorre mi mano hasta llegar a mi pecho y de ahí a mi tonto estómago.
- Vamos, me espera una de mis amantes – estiro su mano para caminar un poco más rápido.
- Creí que Emma era tu amante – se coloca detrás de mí y me abraza para detener las grandes zancadas que comenzaba a dar. Camino a su paso sintiéndome idiota pero al mismo tiempo siento que el vació dentro de mí no está tan vacío.
- Emma es mi marida, las demás son mis amantes – explico recargando la cabeza en su hombro.
- Espera – se coloca frente a mí y me toma por los hombros – Si Emma es tu marida, que por cierto eso es muy raro, y las demás son tus amantes… ¿Qué soy yo? – entrecierra sus ojos.
- Tú, amigo. Eres Peter Pan – le doy un golpecito en el pecho y camino a grandes zancadas una vez más sin poder evitar reír como una desquiciada.
- ¡Espera! – lo escucho gritar a unos metros, aun así y sigo mi camino ignorándolo.
Doblo la esquina a la derecha y me deleito con las hojas teñidas de naranja cayendo de los árboles, aprieto los puños para calentar un poco mis manos, seguro el invierno estará muy frío este año, más de lo normal.
- No huyas – de un momento a otro me abraza el pedazo de alien.
- ¡Me aprietas, loco! – me retuerzo en el momento en que sus manos van hasta mis costillas y comienza a hacerme cosquillas.
Entre gritos y risas le pido que me suelte pero es tan idiota que no lo hace hasta que mi codo viaja con fuerza a su estómago sofocándolo, sus facciones se transforman en una mueca de dolor y se toma la barriga. Aunque en otro momento me hubiera gustado tanto hacer esto, lo único que puedo hacer ahora es sentir culpa. Me acerco hasta él y lo abrazo.
- Te dije que dejaras de hacerlo – un deje de culpa se escapa en mi voz. El chico coloca un brazo alrededor de mi cintura y se toma su tiempo para hablar.
- Descuida, Niall es un duende y puede usar magia para curarme – revoloteo los ojos y una carcajada se escapa de mis labios ante tal comentario tan estúpido. Lo abrazo aún más fuerte y por detrás de él puedo ver el timbre de la gigantesca casa frente a nosotros.
- ¿Louis? – lo aprieto un poco más contra mí.
- ¿Sí? – se aleja un poco para verme la cara, sin embargo, no deja de abrazarme.
- Justo en este momento quiero hacer algo – suspiro y me trago las fuertes carcajadas que quieren escaparse.
- ¿Qué es lo que quieres hacer? – entrecierra los ojos con desconfianza – ¿Debería usar algo para protegerme?
- No, tonto – suelto una risita – Simplemente quiero besarte – me mira sorprendido, incluso sus ojos parecen como los de los dibujos de anime – Y mucho.
- ¿Te sientes bien? – toca mi frente y puedo notar la preocupación en sus ojos.
- Sí – sonrío – Sólo quédate quieto.
- Esto no es una broma de esas en las que te vuelves una psicópata y me apuñalas, ¿cierto?
- Bueno, si no quieres no te obligaré – miro unos segundos el piso y acto seguido me giro lentamente.
- ¡No! Espera – me toma del brazo – claro que quiero pero, es raro porque no me has pedido dinero y no veo a ningún fotógrafo o algún metiche por aquí.
- Puedo pedirte dinero, no tengo problema con eso – me encojo de hombros y el chico frente a mí suelta una risita.
- Ya dijiste que me besarás sin nada a cambio – entrecierra los ojos – Así que hazlo de una buena vez.
Suelto una fuerte carcajada y me pongo frente a él. Coloco mis manos en su pecho y puedo sentir cómo su corazón late con rapidez, mi mirada viaja de su pecho a sus ojos. Su mirada en mí es dulce y siento algo revolverse en mí estómago.
Suspiro al mismo tiempo que él y de inmediato ríe, sonrío de lado y paso mi mano derecha hasta su mejilla, él se mantiene quieto, sin despegar su azul mirada de mí hasta que su mano izquierda cobija mi mano en su mejilla provocándome soltar un “Auch”.
- Disculpa – de inmediato la retira – Había olvidado tu pelea contra el vidrio de la ventana de tu casa – se burla tomando mi mano, enseguida la mira y con la yema de su dedo acaricia las heridas aún unidas con hilos de sutura.
- Que gracioso, mira cómo me rio. No paro de hacerlo – digo con mi cara épica de “eres un pendejo y yo la más amargada de la vida”.
- Ya pues. Hazme tuyo – levanta las manos y me imagino siendo una bailarina exótica y él el tubo.
- Primero baja las manos – baja los brazos sonriendo de oreja a oreja y a continuación toma mi cintura – ¡No tan rápido, vaquero! – alejo sus manos de mí y las dejo en sus costados – Ahora cierra los ojos.
- Esto es frustrante – revolotea los ojos, sin embargo obedece.
Una vez que lo veo con los brazos a sus costados y los ojos cerrados, camino lentamente y sin hacer nada de ruido hasta la casa frente a nosotros. Observo unos segundos el timbre y giro el rostro para verlo en la misma posición. Tomo una bocanada de aire sin hacer ruido y tragándome una vez más las carcajadas que están a punto de salir, lo miro una vez más y después al botón color rojo. El chico carraspea como esperando su beso y de inmediato toco repetidas veces el timbre y echo a correr lo más rápido que puedo.
- ¡Eres tan iluso, Peter Pan! – grito mientras corro y sin parar de reír.
Giro el rostro para ver qué hizo el Erection y sólo puedo reír más al ver su expresión de miedo. Corro más rápido sin parar de reír.
- ¡Alto ahí! – lo escucho detrás de mí. Acto seguido me toma de las muñecas y me lleva hasta la pared. Su respiración es agitada y puedo notar que sus pupilas están dilatadas. Sigo riendo hasta que veo su expresión de enojo, sin embargo, cierro el pico cuando sus facciones tensas no cambian – Eres una embustera, Jaymie Williams.
- Disculpa – se acerca más a mí clavándome la mirada haciéndolo lucir estúpidamente sexy – Era una broma de despedida, Peter Pan.
Su mirada viaja de mis labios hasta mis ojos revelándome a un Louis que jamás había visto. Continúa tomando mis muñecas y apretándolas en la pared a mis espaldas. Se acerca hasta quedar a unos cuantos centímetros de mí y mi estúpido corazón pareciera trabajar más de lo necesario ya que late como un loco y lo escucho retumbar en mi pecho.
- Jaymie… – susurra casi rozando sus labios con los míos.
Me limito a mirar éstos y mi mente comienza a imaginar cómo se sentirá un beso real, no uno de los muchos que fueron actuados, sino uno en el que de verdad quiera participar sin tener que sobornarlo con dinero o algo por el estilo. El chico roza sus suaves, delgados y rosados labios con los míos y siento como si mi corazón fuese a explotar debido a la intensidad en la que late.
- Sé mi Wendy...
Susurra a milímetros de mis labios con los ojos ya cerrados y esas palabras son las que me hacen olvidar absolutamente todo y cuando digo todo, me refiero a olvidar hasta mi propio nombre. Asiento lentamente y acorto los milímetros de distancia entre sus labios y los míos para por fin besarlo como Dios manda, sin la obligación de hacerlo.
Rodeo su cuello con mis manos y acaricio su lacia cabellera, puedo sentir sus manos en mi cintura y me olvido de todo. ¿Alguna vez han sentido que necesitan tanto a alguien que es como si murieran por dentro considerando el hecho de que esa persona está ahí? Pues es justo lo que me pasa ahora y no debo hacerlo, de hecho no debería estar haciendo esto porque es estúpido e ilógico.
Me separo de golpe de Louis, él me mira confundido y luego esa confusión se transforma en melancolía. Me toma de la mejilla y me observa durante unos segundos en los cuales me obligo a pensar en cualquier otra cosa como en por qué coño Voldemort mató a los papás de Harry Potter o algo estúpido que aleje todos los pensamientos de mi mente. El castaño me abraza con fuerza, en cambio yo me limito a morderme la lengua para sentir dolor físico y no emocional.
- Te juro que no quisiera que esto termine – admite hundiendo su rostro en mi cuello. Carraspeo para que mi voz suene como la de una persona normal y no como la del gallo Claudio.
- Debo irme. Cora me espera – desde aquí puedo ver la casa de la rubia.
- Bien – se aleja de mí y noto sus ojos rojizos pero soy cobarde para preguntarle el por qué están así.
- Nos vemos – asiento de manera estúpida y me giro, a continuación empiezo a caminar.
- Jaymie – me detengo sin voltear a verlo – ¿Podríamos hablar acerca de la cosa mala? – me giro y lo miro confundida.
- ¿La cosa mala?
- Sí, tú sabes – se rasca la cabeza – La… ruptura – susurra lo último.
- Bien, ¿dónde? – me cruzo de brazos.
- Puedo venir por ti y llevarte a mi departamento. Harry saldrá junto a los demás – imita mi acción.
- No te molestes, llegaré yo a tu departamento por mi cuenta. Hasta al rato – me giro nuevamente y camino a grandes zancadas.
Una vez que estoy frente a la puerta de la pequeña rubia toco tres veces y de inmediato la abre mi amiga. Su sonrisa es inmensa, sin embargo, puedo ver que sigue resintiendo lo de Tinker Bell.
- ¡Jaymie! – da un brinquito y me abraza con fuerza.
- He llegado – sonrío.
- Ven, pasa – toma mi mano y me guía hasta la sala donde Steve mira la televisión y Xander lee un libro.
- Hola – saludo a mi otro padre. Su mirada se dirige hasta mí y una bella sonrisa se forma en su rostro.
- ¡Jaymie! – se levanta y camina hasta mí, después me da un abrazo que me deja casi sin aire en los pulmones – Tenía demasiado tiempo sin verte. Le dije a Cora que te invitara más seguido pero vive en las nubes.
- Lo siento – se disculpa a mi lado la rubia y yo suelto una sonora carcajada.
- Hola, Jaymie – me saluda desde el sillón Xander.
- Hola, chico de los ojos más bellos que haya visto en mi vida – me sonríe tímidamente a la vez que sus mejillas se tornan rojas.
- Ése es mi hijo – susurra Stevie – El que se sonroja hasta porque una mosca pasa.
- ¡Papá! – regaña Cora.
- Sólo bromeo, lo siento – se excusa.
- Iremos con mamá – la rubia toma mi mano y me jala camino a la cocina sin siquiera dejarme despedir de su padre.
- ¡Jaymie! – saluda Lottie.
- ¡Lottie! – camino hasta ella y le doy un fuerte abrazo.
- Me alegra tanto que hayas venido, linda – responde mi abrazo.
Lottie es una de las personas más cariñosas que he conocido en mi vida, tan sólo imaginen a Coraline pero diez veces más cariñosa y cursi.
- Princesa, por favor observa la comida – pide a la rubia y ella obedece – Hice tu comida favorita, Jay – sonríe mientras toma mi mano – ¡Dios mío! – observa los puntos – ¿Qué te sucedió, cariño?
- Fue un accidente, no te preocupes, sólo se ve mal pero yo estoy bien – cobijo su mano con la mía.
- Espero que así sea, ¿quieres algo de beber en lo que todo está listo? – dice mientras se acerca al enorme refrigerador de la cocina.
- Lo que tengas está bien – me siento en una silla del desayunador.
- Tengo una Coca-Cola bien fría para ti – toma la lata roja con detalles en blanco, acto seguido va por un vaso de vidrio y sirve algo de refresco para después colocarlo frente a mí.
- La lasaña está lista, mami – dice Coraline con un tono tan infantil que me provoca soltar una carcajada – ¿Qué? – pregunta con inocencia.
- Nada, sólo que pareces una nenita consentida con su mami – sorbo de la fría bebida.
- Niña – me regaña Lottie y yo me encojo de hombros – Cariño, pon la mesa por mami, ¿sí?
- No puedo decirte que no, mami – sale de la cocina y yo me quedo ahí como tonta evitando la mirada de Lottie.
- ¿Qué pasa, cariño? – pregunta tomándome por sorpresa.
- Nada – me recargo sobre mi muñeca.
- Tu mirada se ve triste, princesa – se acerca más a mí – Sabes que puedes contar conmigo sin importar qué, ¿cierto?
- Lo sé, Lottie – tomo su mano y le obsequio una sonrisa de lado.
- ¡Ya está puesta la mesa! – grita la pequeña rubia entrando por la puerta.
- Vamos para allá – se levanta y me mira – Toma asiento, Jaymie. Nosotras nos encargamos.
Obedezco las órdenes de Lottie y me encamino hasta la mesa donde Xander ha tomado puesto ya, me siento junto a él y hago preguntas random para iniciar una conversación.
Steve toma lugar y se une a nuestra conversación acerca de series japonesas, insisto en que sailor moon y ranma ½ son las mejores series que he visto en la vida, sin embargo, Xander discute que él se une a Cora y Carrie en que Naruto rulea el mundo, en cambio, Stevie recuerda aquellos tiempos en los que las televisoras se obsesionaban en pasar Los Caballeros del Zodiaco noche y día.
Carcajeo casi en cada momento, Stevie es un padre amorosamente gracioso, tanto que me duele el estómago de la risa.
- Ya está todo listo – anuncia Lottie – Deja de ser el payaso de la conversación e inicia la plegaria por la comida – regaña a su marido quien ríe por lo bajo y al recibir una mala mirada por parte de la rubia se encoje de hombros. Cora se sienta frente a mí, junta sus manos al igual que los demás y cierra sus ojos, desconcertada hago lo mismo que ellos.
- Señor Jesús – comienza Stevie – Te damos gracias por bendecirnos con estos alimentos. Te agradecemos por mostrar bondad ante nosotros y te pedimos que por favor ayudes a aquellos que no tienen. Muchas gracias una vez más… amén.
Los demás miembros de la familia repiten el “amén” y me obligo a hacer lo mismo. Me sorprende el hecho de que me doy cuenta que con Arnold jamás hacíamos esto, cada quien se iba a su mundo; Anny con su eterna pelea hacia el psicoanálisis, Kenny con sus extrañas conversaciones y Arnold leyendo sus estúpidos libros de leyes. Incluso Jake se concentraba sólo en tragar.
Tomo el tenedor y comienzo a probar bocados pequeños de lasaña, a continuación tomo un trozo de pan y continúo comiendo, sin duda alguna Lottie tiene un sazón exquisito, cosa que Coraline no sacó y pues no me queda juzgar eso de la rubia porque yo no saqué ni habilidad para poner sal en los alimentos.
* * *
- Espero que la hayas pasado bien, Jay – dice Lottie pasándole un plato escurriendo de agua a Cora quien seca con una toalla.
- La pasé genial. Tenía demasiado sin disfrutar una cena así – confieso observándolas desde la barra donde estoy recargada.
- Debes venir más seguido, linda – se gira a mirarme – Te extrañamos aquí.
- Prometo venir más seguido – levando mi mano derecha como señal de promesa.
- Eso espero, linda – seca sus manos en otra toalla – Ya vengo. Cora y yo te tenemos una sorpresa.
La observo salir por la puerta y miro a Coraline mientras tomo asiento.
- ¿Cómo te sientes, rubia? – la chica suspira y baja la mirada por unos segundos mientras observa afuera por la ventana, acto me levanto y camino hasta ella proporcionándole un abrazo.
- Intento seguir adelante pero… no lo sé – se recarga en mi hombro – Es difícil. Y con todo esto – se muerde el labio como debatiéndose entre hablar o no – ¿Quiénes son los siguientes? – sus palabras me golpean como un cubo de agua fría. Carraspeo y concentro mi vista en las figuras de cerámica pegadas al refrigerador con imanes.
- Soy la siguiente, Cora – respondo intentando sonar tranquila pero no estoy del todo segura si la tranquilidad domina mi estado de ánimo en este preciso momento.
- Lo siento, Jay – la observo, ella aprieta los labios antes de abrazarme con fuerza. Me limito a responder el abrazo.
- No te preocupes – sorbo mi nariz – No pienso dejar que mamá Simon haga alguna mierda como lo hizo contigo – la rubia me aprieta más ante dichas palabras y me bofeteo mentalmente por ser tan inconsciente. La encamino hasta sentarnos en las sillas del desayunador u al instante la madera de la puerta rechina mientras Lottie entra.
- Cora y yo lo elegimos con mucho cariño especialmente para ti, preciosa – pone frente a mí una cajita aterciopelada de color negro.
Frunzo el entrecejo al recordar que esto pasó hace horas, es algo como un déjà vu. Observo la cajita en la mesa y un escalofrío recorre mi cuerpo, sigo con la sensación de que algo sucede y mi cerebro no me permite recordarlo.
Abro la cajita donde un dije de elefante y un pequeño ángel en oro resplandecen sobre la tela aterciopelada.
- Yo quería el ángel y mamá el elefante – explica Coraline llamando mi atención – Así que terminamos comprando ambos.
Le dedico una mirada y después regreso la vista a los dijes, mi cerebro trabaja intentando armar un rompecabezas pero las piezas no encajan. Mi cumpleaños no se acerca y todavía falta menos de un mes para navidad así que todo esto me parece un tanto ilógico.
- Son bellísimos – digo sin dejar de observar los dijes.
- Déjame colocarlos por ti – habla Lottie interrumpiendo mi juego de “adivina qué mierda está sucediendo”.
Toma primero el ángel y lo abrocha en un hoyuelo de la esclava que cuelga de mi muñeca, acto seguido toma el pequeño elefante e imita la acción. Observo cómo ambos dijes dorados se menean en mi muñeca debido al movimiento de mi mano.
- Muchas gracias – observo a ambas y las abrazo.
- Por nada, cariño – contesta Lottie acariciando con suavidad mi cabello.
- ¿Quieres que te lleve? – pregunta Cora.
- No, está bien. Puedo irme en el bus, no te molestes – aliso con mis manos la falda de mi vestido con nerviosismo.
- No es molestia, de cualquier modo voy con Carrie, de paso puedo llevarte con Emma – sonríe mientras juega con las llaves de su auto.
- Bueno – me encojo de hombros sin mencionarle que también voy al edificio donde vive Carrie.
- Con cuidado, Coraline – pide su madre acariciando su mejilla.
- No te preocupes, mami. Siempre obedezco las leyes de tránsito.
- Gracias por todo una vez más, Lottie – comienzo a despedirme – Los visitaré más seguido.
Me acerco hasta ella y le doy un fuerte abrazo el cual también me corresponde.
Salgo de la cocina hasta la sala donde se encuentra Stevie y me despido de él prometiendo volver pronto, con un gesto de mano me despido de Xander y salgo acompañada de Coraline hasta su enorme patio delantero. Subo al lado del copiloto de su coche y me abrocho el cinturón de seguridad al mismo tiempo que ella.
- Cora – la rubia gira el rostro hacia mí – De hecho también me dirijo al edificio de Carrie.
- Genial – sonríe – ¿Por qué no lo mencionaste? – enciende el motor y pone el auto en marcha.
- Es que no voy precisamente hacia con Carrie – me muerdo el labio como si confesarle que voy con Louis es el gran pecado del mundo – Voy a ver a Louis.
- Está bien, no te preocupes – se concentra en el camino – Sólo una cosa. El hecho de que hables de Louis no hace que mi corazón se rompa cada vez que lo mencionas – suspira.
- Lo sé, lo siento. Es sólo que no me gusta verte así – la observo y ella me mira de tanto en tanto – Porque, después de todo… no quiero terminar igual. No te ofendas es sólo que… no sé, no quiero que esto cause algo tan “wow” en mí, ¿entiendes?
- Claro que entiendo y no te preocupes, sólo… olvidemos esto por un momento – suspira con resignación – Quiero comentarte algo que mi padre me dijo… es sobre Arnold.
- Dímelo – la observo con sigilo.
- Él te extraña, Jay – me observa unos segundos para después volver la vista al camino – Mi padre me dijo que lo vio muy triste y no sé, creo que deberías arreglar las cosas con él, siento feo porque Arnold es como un padre para mí.
- Lo intento – me acomodo en el asiento y fijo la vista en las casas a mi izquierda – Pero es bastante obstinado.
- Me duele verlos así, ¿sabes?
- Cora – la miro – Te duele que aplaste una mosca porque según tú por ahí hay una esposa mosquita e hijitos mosquitas esperando por su papá mosca – digo con sarcasmo provocando una carcajada en la rubia.
- No, Jaymie. Esta vez te hablo más enserio que nunca – me mira una vez más cuando detiene el auto debido a la luz roja del semáforo – Después de todo él es todo lo que tienes y tú eres todo lo que él tiene.
Evito su mirada de cachorro reprochante, después de todo la pequeña rubia llorona tiene razón pero, él me llamó puta y me dijo que me odiaba, no quiero estar cerca de las personas que me odian.
- Él se lo ganó – me encojo de hombros mientras toco con la yema de los dedos los pequeños dijes que bailan con el movimiento del auto.
- Es tu padre y te ama pero se equivoca – la observo frunciendo el entrecejo – Igual que tú. No creas que mi relación con papá siempre es perfecta, él tiene su carácter y aunque no lo creas, yo tengo el mío pero, después de todo es mi padre.
- Si quieres cambiar de padre conmigo sería perfecto – bromeo para cambiar el incómodo tema – Arnold es un enojón de primera.
- Sólo piénsalo, ¿sí? – arranca el auto cuando la luz verde alumbra en el semáforo.
- Si – contesto muy a la fuerza.
Alguien le ha hecho algo a mi rubia y quiero que me la devuelvan.
No pasan ni diez minutos cuando Coraline deja el auto en el estacionamiento. Salimos del coche y nos encaminamos hasta el edificio para tomar el ascensor. Cuando ella baja me despido y espero a que el elevador suba un piso más.
Última edición por Peter Pan el Sáb 22 Nov 2014, 10:26 pm, editado 1 vez
Bart Simpson
Capítulo 43: parte 2.
por Bart Simpson Sáb 10 Mayo 2014, 6:23 am
Capítulo 43: Parte 2.
Jaymie Williams
Cuando por fin estoy en el piso correcto, salgo del elevador y camino a pasos torpes hasta quedar frente a la puerta del hogar de mi novio falso. Trago en seco y observo ambos lados del pasillo. Levanto mi mano izquierda y cierro los ojos al tocar la puerta, después me giro dando la espalda al departamento mientras observo las demás puertas con disimulo. Escucho el abrir de la puerta y me giro lentamente para encontrarme a Louis sonriéndome sin mostrar los dientes.
- Pasa, Wendy – toma mi mano y me encamina hasta dentro.
- No me llames así – revoloteo los ojos.
- Te llamaré Samantha entonces – señala el sillón de la sala y yo tomo asiento mientras abrazo uno de los suaves cojines.
- De ser así entonces no me dirijas la palabra – lo sentencio con la mirada.
- ¿Por qué? – se sienta a mi lado – Samantha es un nombre bello.
- Lo odio, así que jamás vuelvas a llamarme así – me pongo rígida observando el televisor apagado.
- Bien, enojona – lo miro irritada – ¿Te ofrezco algo de beber?
- Una soda está bien – me encojo de hombros.
- Bien – desaparece de la sala y minutos después regresa con dos Coca-Colas en las manos, me entrega una y toma asiento a mi lado.
- ¿De qué quieres hablar? – destapo el refresco escuchando el “pss” más fuerte que de costumbre.
- Iré directo al punto – deja la lata sobre la mesa de centro, se gira hacia mí y entrelaza los dedos de sus manos – Veo cómo se encuentran mis amigos y de verdad me parte el corazón – baja la mirada – Quizá suene raro pero puede que hayan llegado a tomarles cariño a Coraline, Carrie y Emma. Y yo no quiero terminar como ellos, ¿sabes?
- Te entiendo – tomo el control de la tv y la enciendo, no tomo importancia en el canal, tan sólo quiero algo que me distraiga un poco del tema.
- Quiero que tú y yo sigamos hablando. No importa que sea a escondidas de Simon pero, la verdad es que no quiero perder la comunicación contigo, Jaymie.
- Ajá – digo asimilando cada palabra que dice.
- ¿Disculpa? – pregunta ofendido y no entiendo qué es lo que pasa.
- ¿Qué? – me encojo de hombros sin entender del todo.
- ¿Me estás poniendo atención? – observa el televisor – Porque parece que el canal de chismes te parece más interesante que lo que te digo.
- No te ofendas pero, considero todo esto inútil – jugueteo con mis dedos.
- No entiendo – ladea la cabeza sin despegar la mirada de mí.
- El contrato ha terminado, no tienes la obligación de seguir en contacto conmigo.
- No me siento obligado a hacerlo – entrecierra los ojos – ¿Tú sí?
- Pues… – pienso por unos segundos y acto seguido revoleo los ojos – Bien.
- ¿Por qué lo tomas como un juego? – pregunta frunciendo el entrecejo.
- Porque eso es lo que es – respondo obvia, en cambio él endurece la mirada.
- Esto no es un juego, Jaymie – niega con la cabeza.
- Lo es, simple actuación y nada más – me encojo de hombros.
- ¿Lo es para ti? – noto cómo su manzana de Adán se mueve cuando traga saliva.
- Algo – me obligo a decir.
- No te creo – mira el televisor.
- ¿Por qué no lo crees? – observo su pecho moviéndose con rapidez.
- Noté cómo me mirabas hoy – se gira nuevamente hacia mí – Así que deja de fingir. Pareciera que te refugias en la negación y en los chistecitos para no aceptar la realidad.
Se gira nuevamente hacia el televisor y vaya, el que te digan tus verdades enserio que incomoda. Quizá Tomilson tenga razón pero, es el modo en que vivo y es la única manera en la que no salgo tan herida. Lo observo nuevamente y me levanto del sillón con la intención a retirarme, no estoy dispuesta a escuchar algo que ya sé, giro la manija de la puerta y no puedo abrirla porque la mano de Tomilson la cierra.
- Déjame abrir la maldita puerta – le pido con seriedad.
- Deja de huir de mí – contesta con el mismo tono que usé.
- No quiero hablar más contigo – observo con intensidad la chapa color plata para evitar su mirada que se encuentra clavada sobre mí.
- Mírame a los ojos y dime que de verdad quieres que todo termine de esta manera – cielos, es un idiota.
- Si quiero – lo miro unos segundos – Ahora quita tu mano.
- Eres una mentirosa – entrecierra los ojos – ¿Sabes? Comienzo a creer que la profesión va perfectamente contigo. No haces más que mentir y manipular pero, no te das cuenta que a la que más engañas es a ti misma.
- Gracias por el sermón, papá – digo con sarcasmo – Ahora quita tu maldita mano para irme de una buena vez.
- Me parece curioso que en estos seis meses de conocerte, prácticamente no te conozco – lo miro frunciendo el entrecejo – Sé lo que quieres que sepa, que básicamente es tu nombre, el de tu padre y lo mínimo sobre ti. Ni siquiera sé tu color favorito o tu música preferida.
- ¿Es enserio? – suelto una carcajada sarcástica – En el contrato no decía que debía contarte cada detalle de mi vida.
- Ni siquiera lo leíste – revolea los ojos exasperándome del todo.
- No me importa, mi vida privada es asunto mío. Ahora quítate – tomo su mano pero aprieta bastante fuerte. Me toma del hombro girándome y coloca ambos manos a mi lado como encarcelándome entre él y la puerta.
- ¿Por qué no me tienes confianza? – niega sin entender – Deja de ser tan desconfiada conmigo, no iré a contárselo a nadie.
- No quiero hacerlo – respondo con sinceridad.
- No te lo guardes, Jaymie – suspira cansado – Soy tu novio falso. Puedes confiar en mí – suelta una risita que me pone los pelos de punta y lo miro resignada.
- No tengo mucho qué contar, ¿sabes? – me bofeteo mentalmente.
- Sabes que no me importa si la “historia” es tan larga que debo permanecer despierto toda la noche. Permíteme conocerte.
- Veo esto como algo inútil. Todo ha terminado – revolea los ojos con fastidio.
- Ves todo como algo inútil. No me interesa si es inútil o no – el tono de su voz me hace sentir insegura por primera vez – ¿Cuáles son tus aspiraciones? ¿Qué te gusta y qué no? Con esfuerzo te he escuchado cantar unas cuantas veces – niega.
- No confío en ti – suelto de repente sin mirarlo a los ojos.
- Eso es algo que ya sé – sonríe – Atrévete a hacerlo.
Su mirada es tan penetrante que comienzo a creer que puede escuchar lo que estoy pensando. Un nudo se forma en mi garganta ante mis pensamientos, lo observo una vez más y revoloteo los ojos resignada. El chico sonríe y toma mi mano para guiarme nuevamente hacia el sillón. Tomo asiento y aprieto la lata de soda entre mis manos.
- Pregúntame y yo te contestaré – digo arrastrando las palabras.
- Comencemos con algo fácil – da un sorbo de su refresco sin despegar la mirada de mí – ¿Cuál es tu color preferido?
- ¿No es obvio? – levanto la ceja obvia y él niega – Bien – revoloteo los ojos totalmente fastidiada porque, parece que es verdad que los chicos son unos idiotas despistados – Amo el color morado.
- Es un lindo color – se hace el gracioso, cosa que no me hace gracia en lo absoluto – Me gusta el color rojo – sonríe de lado.
- Lo sé, cada revista del mundo lo dice – doy un sorbo de soda – Eso no es algo nuevo para nadie.
- Bien… en el colegio yo era el típico chico gracioso… – lo interrumpo.
- Disculpa pero, tu vida privado de hecho no es tan privada que digamos – le guiño el ojo con todo el sarcasmo que puedo.
- Entonces cuéntame tu vida – se cruza de hombros – Al parecer sabes la mía, quisiera saber sobre ti – sonríe burlón.
- ¿Qué quieres saber? – pregunto dándole vueltas al asunto.
- Sé que te apasiona cantar – entrecierra los ojos y se toma unos segundos para continuar – ¿Por qué no persigues tu sueño? Podrías comenzar audicionando en The X Factor como yo lo hice. Puede que incluso ganes, novia falsa – suelto una sonora carcajada para después quedarme seria y recordar viejos tiempos que no hubiera querido que pasasen por mi mente nuevamente.
- Lo hice – digo de golpe mientras el castaño se atraganta con el líquido de la lata roja.
- ¡¿Qué?! – pregunta más que sorprendido – ¿Cómo es que no lo sabía? Simon jamás comentó eso.
- Eso es porque Simon es un hijo de perra – sonrío con cinismo a lo que él revolea los ojos.
- Él es un buen hombre – levanta la ceja.
- Contigo lo es – observo los puntos en mi mano derecha – ¿Recuerdas cuando hicimos el sorteo para ver quién quedaba con quién? – asiente mientras me mira concentrado – Pues, el comentario de Simon, “Tal vez con algo de suerte podría escucharte” – hago las comillas en el aire – Más bien fue sarcástico a nivel mercenario.
- ¿A qué te refieres? – pregunta entrecerrando los ojos.
- Pasé al bootcamp, pero en la penúltima prueba él fue el grandísimo invitado. La verdad hubiera preferido que se quedara en el show de América porque fue Simon quien me mandó a casa.
- Wow – suelta con la sorpresa reflejada en su rostro – No puedo creerlo.
- Pues comienza a creerlo, Louis Tomilson – doy otro sorbo de refresco hasta terminar el contenido y dejar la lata sobre la mesita de centro, el chico mantiene una expresión de pocos amigos debido a que siempre pronuncio mal su apellido, sin embargo, su expresión vuelve a cambiar.
- Te ayudaré – afirma decidido – Tu sueño debe cumplirse.
- No siquiera lo pienses – niego irritada – No quiero conseguir las cosas a cuesta de los demás.
- No haré la gran cosa, tan sólo conseguirte algunas audiciones o algo así.
- Pues si lo haces, tenlo por seguro que no iré – levanto la ceja.
- ¿Por qué? – dice exasperado.
- Porque lo que obtenga, quiero obtenerlo a cuesta mía – me recargo en el respaldo del sofá.
- Entonces qué harás – toma mi mano y de inmediato la quito.
- Eso no es asunto tuyo – sonrío con hipocresía.
- ¡Vamos! No se lo contaré a nadie – dice algo desesperado.
- ¡Eres un metiche! – lo observo clavándole la mirada.
- ¡Sólo dímelo! – chilla.
- ¡Bien! – grito – Viajaré a América – me cruzo de brazos irritada – Y pobre de ti que le cuentes a alguien. Juro que te castro.
- Descuida – entrecierra los ojos – ¿Y tu padre lo sabe?
- Tengo dieciocho, no tiene por qué saber cada movimiento que hago – contesto muy a la fuerza.
- ¿Qué hay de tu padre? – pregunta – Hace tiempo fui a buscarte a tu casa y él me dijo algo como “La zorra no está en casa” y después me cerró la puerta en la nariz – me giro asombrada hacia él, tal y como si fuese Chris Hemsworth pasando por la calle.
- ¡¿Que hiciste qué?! – pregunto tan exaltada que incluso me levanto del sillón.
- Quería que fuéramos al cine – se encoje de hombros.
- ¡Dios! – tapo mi rostro con la mano como si tratase de que mis ojos no se saliesen de sus órbitas – ¡Eres un idiota! ¿Por qué no me lo dijiste antes?
- No lo vi necesario – se encoge aún más de hombros.
- Olvídalo – camino de un lado a otro tomándome las sienes.
- No es difícil suponer que pasa algo malo entre él y tú – se levanta.
- Eso sí que no es asunto tuyo – le digo a centímetros de su rostro.
- Bien – levanta las manos en señal de paz – Tranquilízate, te has puesto roja.
- Tu idiotez lo ha provocado – lo miro de mala gana.
- Cambiemos de tema – se deja caer sobre el sillón – Anda, siéntate – obedezco a regañadientes, al parecer lo único que provocará esta charla es una úlcera gástrica en mi estómago – Te traeré otra bebida para que te tranquilices.
Se levanta del sillón y camina hasta la cocina, puedo escuchar la puerta del refrigerador abrirse y luego cerrarse. Me tomo la cabeza y me obligo a calmarme, después de todo, mi relación con Arnold es jodida y esto no cambiará mucho.
Louis toma posición junto a mí nuevamente y me entrega la lata de soda pero ahora sabor manzana, la destapo escuchando el “pss” y bebo de ella.
- Quisiera preguntar algo que de verdad me intriga – lo observo unos segundos. Él permanece concentrado en la lata vacía sobre la mesa de centro.
- Todo te intriga porque eres un metiche – suelto irritada.
- Quizá sea algo cierto pero, ¿qué pasó con tu madre? – pregunta haciéndome atragantar con el refresco.
Comienzo a toser estrepitosamente hasta que el refresco comienza a salir incluso por mi nariz, Louis se levanta y toma una caja de pañuelos desechables, tomo uno y aprieto mi nariz soportando el ardor causado por el gas. Lo observo directamente a los ojos, su mirada es tranquila y de una extraña manera me inspira confianza. Suspiro y me tomo unos segundos mientras intento armar la historia de cómo pasó todo…
- Pues…
- ¡Llegamos! – la puerta se abre de golpe haciéndonos sobresaltar en el sillón.
Noto a un ruliento y un rubio con algo de alcohol en su organismo, primero por sus ojos y mejillas rojas, y segundo, porque se tambalean estando de pie. A su lado Liam y Zayn observan en dirección de donde permanecemos con cara de espanto Louis y yo.
- ¡Vaya! Miren a quién tenemos aquí – dice Tinker Bell y efectivamente, está ebrio ya que arrastra las palabras de manera graciosa.
- ¡Es Jaymico! – apunta cabeza de brócoli en mi dirección. Liam y Zayn sueltan una carcajada. Me limito a reír con fingido entusiasmo e hipocresía de sobra, acto seguido tomo la lata de soda vacía y la lanzo a la cara del imbécil.
- Es Jaymie, idiota – un “auch” se escapa de sus labios cuando la lata impacta en su rostro – Al parecer el alcohol te quita lo maduro y respetuoso porque intelecto no creo que tengas.
- Seguro a ti el alcohol te quita la ropa – me lanza devuelta la lata que no llega ni al sillón.
- Basta, Harry – advierte Louis.
- ¡Uy! Lo siento – levanta las manos al estilo meme “ay si” – Olvidé que mi marido me cambió por Jaymico.
- ¡Dios! Me largo de aquí – dejo la lata que aún tiene refresco sobre la mesa de centro – Hablamos mañana, Louis.
- ¡Espera! – grita el rubio cuando estoy a metro y medio de la puerta – Necesito saber cómo está mi panquecito de vainilla.
La cara de todos se deforma de la confusión, me toma unos segundos asimilar que el “panquecito de vainilla” es Coraline y al ver su expresión, la de Harry e incluso la de Liam, me da miedo. Mi instinto me dice que salga corriendo de aquí lo más rápido que pueda ya que ellos parecen depredadores de información y yo no delataré el estado de ánimo de mis amigas. Observo la puerta y después a los tres chiflados, la observo una vez más y camino a paso veloz – por no decir que corro –, tomo la orilla de la puerta y al instante Harold la cierra con fuerza llevándose mi mano. El crujir de mis huesos hace acto de presencia y grito estrepitosamente debido al coñazo que me ha provocado el idiota.
- ¡Eres un idiota! – le grito en la cara tomando mi mano.
- ¡Harry! – grita Louis a modo de regaño para después salir corriendo hasta mí.
- ¡Sangre! – ahora grita Tinker Bell como el maricón que es. Observo mi mano y efectivamente, un hilo de sangre gotea hasta el piso.
- ¡Cielos, Harold! Le abriste los puntos – se acerca huesos y toma mi mano, me duele tanto que ni siquiera quiero pelearle.
- Iré por el botiquín – anuncia Liam desapareciendo del lugar.
- ¿Qué? Si le cerré despacito – se excusa el ruliento encogiéndose de hombros. Como quisiera tomarlo del cabello y arrancarle los pelos.
Louis y huesos me llevan hasta sentarme en el sillón, de la caja de pañuelos desechables toman un puño para que el líquido rojo que sale del corte no ensucie más de lo que ya ha hecho, me muerdo la lengua para no llorar del dolor pero incluso siento que mi mano completa empieza a palpitar. Observo una vez más y tres puntos están hechos mierda, seguro querrán llevarme al médico y yo saldré corriendo como nenita. No quiero que me inyecten anestesia para volver a unir la herida.
A los pocos minutos vuelve Liam con un botiquín de primeros auxilios, toma un paquete de gasas y lo rompe de manera torpe, cuando tiene los trozos de tela los coloca en mi mano y se debate entre usar agua oxigenada y alcohol a lo cual prefiero lo primero.
- ¡El agua oxigenada! – le grito haciéndolo sobresaltar y el chico toma una torunda de algodón seca para después humedecerla con agua oxigenada.
Noto cómo la espuma comienza a colorearse de rosa y después de rojo, luego de unos minutos de soportar el ardor le pido que me entregue una gasa nueva, cuando lo hace la aprieto contra mi herida y miro con desaprobación al ruliento que se muerde las uñas.
- Eres un idiota – le clavo la mirada.
- Tú fuiste quien metió la mano – se excusa acercándose y sentándose frente a nosotros en la mesa.
- Esa es la excusa más idiota que he escuchado en mi vida – contesto sin dejar de verlo.
- Al igual que Niall, sólo quiero saber cómo se encuentra Carrie – Tinker Bell toma posición junto a él y a mi lado Liam intenta hacer todo lo posible por buscar algo milagroso en el botiquín.
- No te lo diré. Si tienes tantas ganas de saberlo el elevador se encuentra a unos metros de ti y su departamento justo debajo del tuyo – quito gasa y vuelvo a colocarla al ver que la sangre sigue saliendo – ¿Podrías cortar tres trocitos de tela adhesiva en forma de moño? – le pido a huesos quien asiente – De cualquier modo ellas están bien pero me intriga saber cómo están ustedes.
- Sin palabras – dicen el rubio y el ruliento al mismo tiempo.
- Aunque no necesito palabras para saberlo, es injusto que quieran la misma información que ustedes no están dispuestos a dar – Zayn coloca los tres trocitos en forma de moño en su dedo índice. Veo unas tijeritas dentro del botiquín y las tomo – Sostén el hilo – señalo el trozo de hilo de sutura que parece mierda y lo corto, así hago con dos más para después tomar los trocitos de tela adhesiva y unir la herida – Sólo me queda decir algo – los observo a ambos – Neil…
- Niall – me corrige el rubio.
- Lo siento, como siempre te llamo Tinker Bell pues, no me acostumbré a tu nombre – observo mi mano hinchada y morada – Deja de ser un maldito cobarde. Y Harold, para tu jueguito de “soy el Dios del mundo y a todas me las como vivas”. Ahora si me retiro y por favor no me jodas la otra mano – lo miro con recelo – Gracias huesos – agradezco al moreno y revolea los ojos, carraspeo la garganta y lo miro nuevamente – Gracias por tu ayuda Zayn, y gracias también a ti, Liam.
- No es nada – contestan ambos.
Me levanto del sillón y camino hasta la puerta de salida sin mirar atrás. Tomo la manija con la mano izquierda y la giro, a continuación salgo y camino por el pasillo.
- Espérame – llega hasta mí el chico zanahoria – Te llevaré a casa de Emma.
- Bien – respondo sin negarme esta vez. Entramos al elevador y presiono el botón para bajar.
- ¿Te duele mucho? – pregunta rompiendo el silencio entre nosotros.
- Como no tienes idea – tomo mi mano una vez más.
- Ven aquí – extiende sus brazos y sin poner objeción alguna lo dejo rodearme.
Una vez que las puertas del elevador se abren, ambos salimos aún abrazados y caminamos lentamente hasta el estacionamiento, echo un vistazo y el auto de Coraline sigue ahí, seguramente dormirá con Carrie el día de hoy. Louis me abre la puerta del copiloto y entro.
Este día ha sido jodido para mí, creí que la de la mala suerte era Michelle pero creo que no sólo es ella. Observo mi mano una vez más y un escalofrío me recorre por completo, seguro Jenna me preguntará qué fue lo que me pasó y Emma querrá matar a rizos. Regreso a la Tierra cuando Louis cierra la puerta, por el rabillo del ojo observo la manera en que me mira y ni siquiera me encojo de hombros o algo por el estilo. Permanezco en la misma posición, encorvada y tomando la mano derecha con la izquierda hasta que el chico vuelve a abrazarme y deposita un beso en mi sien, otro en mi mejilla e inconscientemente me giro hacia él para sentir sus labios una vez más.
Tomo su mejilla derecha y por un momento olvido todo lo que ha sucedido y es justamente ahora cuando debo hacer alguna mierda que arruine todo porque de otro modo querré hasta casarme con el imbécil y esto es más jodido que quedarte ciego un día antes del estreno de “Los Juegos del Hambre: Sinsajo Parte 1”. Cuando se separa de mí es como si toda la mierda regresara de golpe y al parecer el besar en contra de mi voluntad a alguien a quien odiaba ha sido algo del pasado porque ahora es justo lo contrario, algo típico en las personas que están destinadas a ser jodidas por siempre. Cuando comienzas a aceptar algo, ése algo se va. O en mi caso, cuando creo que alguien permanecerá junto a mí, termina por irse.
Me pongo el cinturón de seguridad y observo hacia el frente esperando a que arranque el auto, me paso todo el camino pensando qué podría decirle para que me odie o simplemente esa estúpida idea de mantener contacto conmigo se aleje de su pensamiento. Cuando menos lo espero estamos frente al enorme portón de la casa de Emma.
- Antes de que te vayas quiero darte algo – sonríe a medias y toma la bolsa que se encuentra justo en el asiento trasero, aquella bolsa que al parecer jamás bajó del auto. Tomo la bolsa y me la entrega – Míralo.
Observo la bolsa con desconfianza pero aun así introduzco la mano, lo primero que atiento es tela así que saco lo que parece ser una playera. La extiendo y noto las palabras escritas en morado neón “SHE IS CRAZY, SHE IS WILD BUT I LOVE HER EVERY TIME”.
Me quedo boquiabierta, si mal no recuerdo es la misma playera que me gustó del centro comercial aquella vez que nos bañaron a las chicas y a mí en icee. Lo observo y él parece contento, sin embargo, algo de culpa comienza a formarse dentro de mí. Observo la bolsa una vez más y veo la pequeña cajita dentro.
Por un momento me petrifico al pensar que podría ser una sortija de matrimonio, idea de me obligo a alejar de mi mente. Observo por un momento la caja aterciopelada y segundos después la abro lentamente para encontrarme con un dije de corazón en oro. Louis enciende la luz de dentro del auto y me señala el centro del corazón, agudizo mi vista y puedo leer “Laymie Shipper”, intento formar una sonrisa pero lo único que mis facciones hacen es una mueca rara de consternación ya que siento que esto se me está yendo de las manos.
- ¡No se vale! – observa mi pulsera – Quería ser el primero en colgar un dije.
Ni siquiera me limito a responder, el chico toma el dije y lo asegura de uno de los hoyuelos de la esclava, después desabrocha su cinturón de seguridad y se acerca a mí. Recarga su frente en mi sien mientras yo me quedo estática observando el pequeño dije que comienza a bailar junto a los demás, cuando el chico comienza a depositar repetidos besos en mi mejilla, carraspeo para llamar su atención y evitar que siga haciéndolo.
- Louis – se separa de mí y me mira – Debo confesarte algo – muerdo mi lengua un segundo como tomando el valor – Hace poco tiempo, justo antes de la tonta obra esa en la que fui rapera… yo…
- ¿Tú qué? – frunce el entrecejo confundido.
- Besé a Ethan – lo observo y su rostro se deforma a una expresión de confusión, enojo y tristeza a la vez – Bueno, de hecho el me besó pero yo seguí el beso. Sé que esto no te importa porque nosotros somos sólo novios falsos – miento y le recuerdo el novios “falsos” – Pero quería decírtelo de cualquier modo.
Me mira unos segundos y después observa el parabrisas como asimilando mis palabras, a continuación asiente y puedo observar su expresión de confusión.
- Bueno, entonces nos vemos mañana para terminar todo – mantiene la misma postura – Sólo quiero que sepas que estoy de acuerdo en aquello de terminar bien. Y quizá seguir manteniendo el contacto entre nosotros.
Me acerco a él y dejo un beso en su mejilla, sin embargo, se limita a mirarme y sonreír de lado. Salgo del auto con la bolsa y me adentro hasta la casa de Emma.
No es tan tarde pero me siento de hecho muy cansada y el dolor en mi mano ha aumentado. Camino hasta el cuarto de baño de la habitación de huéspedes y rebusco en el botiquín hasta encontrar analgésicos que me quiten este dolor de mierda, ya mañana haré algo más.
Me recuesto sobre la cama mirando al techo y me siento estúpida, minutos después, en la mesita de noche mi celular comienza a vibrar. Observo la pantalla y veo que tengo un WhatsApp de Louis Erection, el miedo se apodera de mí y me debato entre ver el mensaje o dejarlo así pero mi curiosidad gana esta vez así que toco la pantalla para abrir el mensaje.
No sabes cuántas cosas siento por ti en este momento.
- ¡Ah! – grito como tonta y de manera estúpida lanzo el celular al piso.
Bien, no me esperaba eso por parte del castaño. Puede que simplemente le tenga un poquitín de miedo a su mensaje al parecer de amor. Puede que tenga un poquito de miedo al amor. Pero quizá, sólo quizá en ese “No sabes cuántas cosas siento por ti en ese momento” se refiera a que me odia por ser una zorra y “engañarlo” con mi profesor de Derecho Penal… o quizá es todo lo contrario, no sé. Obligo a mi cerebro a somatizar mis sentimientos y a obligar a mi mano a doler más y me distraiga de esto.
- Jaymie – saluda Emma entrando a la habitación y se detiene al ver la deformidad hinchada que es ahora mi mano – Wow.
- Un estúpido accidente – explico.
- Se ve doloroso – arruga la nariz – ¿Cómo te fue todo hoy? Tardaste más de lo que esperaba que hicieras.
- Fui a casa de Coraline, me invitó a comer – me encojo de hombros.
- ¡A mí no me invitó la zorra! – exclama mientras revolea los ojos ofendida.
- Soy la siguiente, Emma – confieso antes de que ella me pregunte y la tomo por sorpresa. Frunce el entrecejo y me abraza por un momento.
- Está bien, estoy aquí – se recuesta y yo imito su acción.
Mi amiga permanece a mi lado con un brazo sobre mi abdomen, suspiro unas cuantas veces y observo el celular en el piso antes de obligarme a cerrar los ojos y dormir.
Me obligo a observar el pizarrón donde mi profe explica un caso en el que una pareja se divorcia y la custodia la pide el padre debido a que acusa a la mujer de ser una adicta a las drogas y muchas mierdas más que ni siquiera escuché. Observo mi celular en la parte superior de la mesa, lo único que hice al levantarme fue apagarlo y no ver la pantalla porque así podía leer una y otra vez el mensaje.
Observo una vez más la clase, el profesor no para de hablar y yo no soporto ni un minuto más aquí. Miro el reloj colgado a medio metro sobre la puerta de salida y faltan tan sólo quince minutos para salir de clase, quince minutos que parece que jamás pasarán.
Me recargo en la mesa y cierro los ojos hasta que la campaña suena, tomo mis cosas y salgo del aula. Estoy pensando seriamente en irme de pinta las últimas dos clases. Camino por el pasillo de la facultad de Derecho, me concentro en encender por fin el celular hasta que choco con alguien.
- ¡Jaymie! – levanto la mirada y me encuentro con el hombre por el cual suspiraba cada cinco segundos – Creí que vendrías ayer. Te esperé para hablar.
- Lo siento, me sentía mal – me excuso sin mirarlo del todo a los ojos.
- No te preocupes – toma mi hombro – Sólo quería recordarte nuestra cita – me guiña el ojo – Debo irme, me comunicaré contigo.
Lo miro confundida, ni siquiera recordaba que tenía una cita con él. Mi celular comienza a vibrar dentro de mi bolso y con miedo lo tomo para ver la pantalla, sin embargo, me tranquilizo al ver que es una llamada de Carrie.
- Hola, Carmín – saludo burlona.
- ¡Qué graciosa, Jaymico! – me contesta con hipocresía y sarcasmo en su voz.
- Ya. ¿Qué pasó? – empiezo a caminar una vez más.
- Sal de esa prisión que mi mami y yo te esperamos en el estacionamiento de la facultad – avisa con tranquilidad.
- Me faltan dos clases, deja de ser mala influencia para mí – miento, de hecho voy camino a la salida.
- Anda, zorra. No te tardes.
Antes de colgar escucho la manera en que Claudia la regaña por llamarme así, cosa que me hace soltar una risita. Cuando estoy fuera puedo ver el lujoso mercedes convertible de Claudia, mi otra madre. Camino a grandes zancadas y manteniendo una sonrisa en mi rostro.
Abro la puerta y me acomodo en la parte trasera del auto, acto seguido abrazo por detrás a la rubia madre de mi amiga. Ella se gira en su asiento y me corresponde el abrazo aún más fuerte.
- Me alegra verte, Jaymie – aprieta mi mejilla – Ponte el cinturón que esta mamá conduce rápido – me guiña el ojo y obedezco porque efectivamente es verdad.
Carrie extiende su mano hacia mí por la izquierda de su asiento, supongo que ya sabe que estoy por ó he “terminado” mi “relación” con Louis. Extiendo mi mano izquierda y ella la toma, acaricia el dorso de mi mano con sus dedos hasta que se detiene en la pulsera que cuelga de mi muñeca, me tenso cuando voltea a verla y observa con detenimiento el dije de corazón. Me mira unos segundos por el espejo retrovisor y me acerco a ella para susurrar un “en un momento te cuento”.
Claudia cambia de estación y una música electrónica inunda el ambiente poniendo el momento de un buen humor. Muevo la cabeza al compás de la música hasta que la rubia detiene el coche en un restaurante chino. Sube la capota del convertible y las tres salimos del coche para dirigirnos hacia el local.
- Quisieras decirme qué pasa con el dije ese – me susurra Carrie mientras Claudia habla con la hostess.
- Me lo obsequió Louis – me excuso sin tomarle mucha importancia al asunto.
- Dice “Laymie” – hace las comillas en el aire.
- Tranquila, es sólo una broma estúpida y le sigo la corriente. Es todo.
La castaña me mira no muy convencida hasta el momento en que su madre nos jala a ambas, a lo lejos puedo observar a Emma junto a Jenna, nos hacen señas como si no las hubiésemos visto ya así que apresuramos el paso. Saludo a Jenna de beso en la mejilla, no es como si tuviera semanas sin verla, de hecho la vi esta mañana, después sobo su barriga abultada.
Tomo asiento a un lado de Carrie y me enfrasco en una conversación con ella y Emma evitando el tema de Louis y los Erection. Incluso cuando la comida llega a la mesa continúo la charla, sigo notando aquella nostalgia que invade las miradas de mis amigas y eso hace que se me ponga la piel de gallina.
Terminamos de comer y ahora Claudia y Jenna se unen a nosotras acerca del trabajo de Carrie y la universidad para Emma y para mí. No es algo de lo que me gustaría hablar exactamente porque he descuidado mucho el tema de los estudios, tengo exámenes la siguiente semana y ni me he dignado a estudiar como debería hacerlo. El mesero se lleva los platos y cubiertos sucios y deja un montón de galletas de la suerte, como la ridícula que puedo llegar a ser tomo una y la parto a la mitad tan sólo para ver la fortuna que los chinos tienen para mí.
Vaya, eso sonó más a una jodida maldición que a una fortuna. Guardo el papel en la bolsa delantera de mis jeans cuando Emma dice mi nombre, al instante miro a todas con los ojos bien abiertos.
- Estás muy distraída, cariño – dice Claudia y me doy cuenta que estaban mencionando mi nombre desde hace minutos.
- Lo siento, me quedé tildada con la tonta profecía rara de la galleta – suelto una risita.
- No te preocupes – dice ahora Jenna – Nos reunimos las cinco aquí para terminar de darte tu sorpresa – suelta un suspiro y observa a Claudia. Ésta suspira y se lame los labios para hablar.
- Sabemos que esto es muy difícil para ti y créeme, porque si para nosotras es algo muy duro de sobrellevar, para ti seguramente es un martirio – frunzo el entrecejo al instante, observo a Emma y Carrie quienes permanecen serias.
- Tenemos dos pequeños obsequios para ti – ambas colocan frente a mí una cajita aterciopelada, la primera es color lila y la segunda rojo quemado.
- Nosotras ayudamos a elegir – interrumpe Emma sonriendo a medias.
Las observo a ambas más confundida aún, a continuación tomo la primer caja y levanto la tapa encontrándome con un dije en forma de nota musical, me encanta y observo a Carrie porque sé ella más que Claudia lo eligió. Lo coloco sobre la mesa y tomo el siguiente, levanto la tapa y observo lentamente el último dije.
- Es un…
- Delfín – me interrumpe Jenna quitándome las palabras de la boca. La observo por un segundo, después a Claudia y por último a mis amigas.
- ¿Qué? – pregunto para mí misma – No entiendo, Rose y Michelle me obsequiaron la pulsera, Coraline y Lottie dijes de elefante y ángel, y ahora ustedes esto. ¿Qué es lo que sucede?
- Jaymie – susurra Jenna tomándose el pecho. Puedo notar cómo sus ojos se cristalizan y mira confundida a Claudia, Carrie coloca una mano sobre mi espalda como si estuviese dándome apoyo.
- No sé qué pasa – recargo los codos en la mesa y me tomo la cabeza estresada.
- ¡Dios! – exclama Claudia – Jaymie, ¿no recuerdas qué fecha es en exactamente dos semanas?
Rebusco en mi reburujado cerbero la respuesta pero tengo tantas cosas en la cabeza que no sé del todo. Estamos en 28 de noviembre, dos semanas…
¡Cielos! Me siento como en un examen de historia del derecho, observo despistadamente la nota musical en oro frente a mí y después el pequeño delfín…
¡Delfín!
De repente todo comienza a tener sentido y siento que el mundo se me viene abajo. La culpa me invade por olvidar tal fecha. En mi mente se reproduce varias veces la misma fecha hasta tal punto que comienzo a sentir mareo, 12 de diciembre fue el día, el peor día de mi vida.
- ¡Dios! – cubro mi boca para que no salga el sollozo - ¡Dios mío! – observo a ambas rubias, Jenna comienza a derramar lágrimas ya.
- Jaymie – llama Claudia con los ojos vidriosos.
Cubro mi rostro y siento a dos personas abrazarme las cuales supongo son Carrie y Claudia, en primera porque Carrie se encontraba a mi lado y en segunda porque escuché los tacones de la rubia dar dos pasos hasta llegar a mi lado.
- Yo lo había olvidado – digo muy apenas, el puto nudo ya está en mi garganta – Soy una mala hija.
Y esas palabras dan paso a mis típicas lágrimas causadas por la muerte de mi madre.
- Claro que no, cariño – susurra Claudia mientras acaricia mi cabello – Simplemente tienes demasiadas cosas en la cabeza.
- Estamos aquí contigo, Jaymie – la mano de Jenna toma mi deforme y todavía hinchada mano.
- Pasa, Wendy – toma mi mano y me encamina hasta dentro.
- No me llames así – revoloteo los ojos.
- Te llamaré Samantha entonces – señala el sillón de la sala y yo tomo asiento mientras abrazo uno de los suaves cojines.
- De ser así entonces no me dirijas la palabra – lo sentencio con la mirada.
- ¿Por qué? – se sienta a mi lado – Samantha es un nombre bello.
- Lo odio, así que jamás vuelvas a llamarme así – me pongo rígida observando el televisor apagado.
- Bien, enojona – lo miro irritada – ¿Te ofrezco algo de beber?
- Una soda está bien – me encojo de hombros.
- Bien – desaparece de la sala y minutos después regresa con dos Coca-Colas en las manos, me entrega una y toma asiento a mi lado.
- ¿De qué quieres hablar? – destapo el refresco escuchando el “pss” más fuerte que de costumbre.
- Iré directo al punto – deja la lata sobre la mesa de centro, se gira hacia mí y entrelaza los dedos de sus manos – Veo cómo se encuentran mis amigos y de verdad me parte el corazón – baja la mirada – Quizá suene raro pero puede que hayan llegado a tomarles cariño a Coraline, Carrie y Emma. Y yo no quiero terminar como ellos, ¿sabes?
- Te entiendo – tomo el control de la tv y la enciendo, no tomo importancia en el canal, tan sólo quiero algo que me distraiga un poco del tema.
- Quiero que tú y yo sigamos hablando. No importa que sea a escondidas de Simon pero, la verdad es que no quiero perder la comunicación contigo, Jaymie.
- Ajá – digo asimilando cada palabra que dice.
- ¿Disculpa? – pregunta ofendido y no entiendo qué es lo que pasa.
- ¿Qué? – me encojo de hombros sin entender del todo.
- ¿Me estás poniendo atención? – observa el televisor – Porque parece que el canal de chismes te parece más interesante que lo que te digo.
- No te ofendas pero, considero todo esto inútil – jugueteo con mis dedos.
- No entiendo – ladea la cabeza sin despegar la mirada de mí.
- El contrato ha terminado, no tienes la obligación de seguir en contacto conmigo.
- No me siento obligado a hacerlo – entrecierra los ojos – ¿Tú sí?
- Pues… – pienso por unos segundos y acto seguido revoleo los ojos – Bien.
- ¿Por qué lo tomas como un juego? – pregunta frunciendo el entrecejo.
- Porque eso es lo que es – respondo obvia, en cambio él endurece la mirada.
- Esto no es un juego, Jaymie – niega con la cabeza.
- Lo es, simple actuación y nada más – me encojo de hombros.
- ¿Lo es para ti? – noto cómo su manzana de Adán se mueve cuando traga saliva.
- Algo – me obligo a decir.
- No te creo – mira el televisor.
- ¿Por qué no lo crees? – observo su pecho moviéndose con rapidez.
- Noté cómo me mirabas hoy – se gira nuevamente hacia mí – Así que deja de fingir. Pareciera que te refugias en la negación y en los chistecitos para no aceptar la realidad.
Se gira nuevamente hacia el televisor y vaya, el que te digan tus verdades enserio que incomoda. Quizá Tomilson tenga razón pero, es el modo en que vivo y es la única manera en la que no salgo tan herida. Lo observo nuevamente y me levanto del sillón con la intención a retirarme, no estoy dispuesta a escuchar algo que ya sé, giro la manija de la puerta y no puedo abrirla porque la mano de Tomilson la cierra.
- Déjame abrir la maldita puerta – le pido con seriedad.
- Deja de huir de mí – contesta con el mismo tono que usé.
- No quiero hablar más contigo – observo con intensidad la chapa color plata para evitar su mirada que se encuentra clavada sobre mí.
- Mírame a los ojos y dime que de verdad quieres que todo termine de esta manera – cielos, es un idiota.
- Si quiero – lo miro unos segundos – Ahora quita tu mano.
- Eres una mentirosa – entrecierra los ojos – ¿Sabes? Comienzo a creer que la profesión va perfectamente contigo. No haces más que mentir y manipular pero, no te das cuenta que a la que más engañas es a ti misma.
- Gracias por el sermón, papá – digo con sarcasmo – Ahora quita tu maldita mano para irme de una buena vez.
- Me parece curioso que en estos seis meses de conocerte, prácticamente no te conozco – lo miro frunciendo el entrecejo – Sé lo que quieres que sepa, que básicamente es tu nombre, el de tu padre y lo mínimo sobre ti. Ni siquiera sé tu color favorito o tu música preferida.
- ¿Es enserio? – suelto una carcajada sarcástica – En el contrato no decía que debía contarte cada detalle de mi vida.
- Ni siquiera lo leíste – revolea los ojos exasperándome del todo.
- No me importa, mi vida privada es asunto mío. Ahora quítate – tomo su mano pero aprieta bastante fuerte. Me toma del hombro girándome y coloca ambos manos a mi lado como encarcelándome entre él y la puerta.
- ¿Por qué no me tienes confianza? – niega sin entender – Deja de ser tan desconfiada conmigo, no iré a contárselo a nadie.
- No quiero hacerlo – respondo con sinceridad.
- No te lo guardes, Jaymie – suspira cansado – Soy tu novio falso. Puedes confiar en mí – suelta una risita que me pone los pelos de punta y lo miro resignada.
- No tengo mucho qué contar, ¿sabes? – me bofeteo mentalmente.
- Sabes que no me importa si la “historia” es tan larga que debo permanecer despierto toda la noche. Permíteme conocerte.
- Veo esto como algo inútil. Todo ha terminado – revolea los ojos con fastidio.
- Ves todo como algo inútil. No me interesa si es inútil o no – el tono de su voz me hace sentir insegura por primera vez – ¿Cuáles son tus aspiraciones? ¿Qué te gusta y qué no? Con esfuerzo te he escuchado cantar unas cuantas veces – niega.
- No confío en ti – suelto de repente sin mirarlo a los ojos.
- Eso es algo que ya sé – sonríe – Atrévete a hacerlo.
Su mirada es tan penetrante que comienzo a creer que puede escuchar lo que estoy pensando. Un nudo se forma en mi garganta ante mis pensamientos, lo observo una vez más y revoloteo los ojos resignada. El chico sonríe y toma mi mano para guiarme nuevamente hacia el sillón. Tomo asiento y aprieto la lata de soda entre mis manos.
- Pregúntame y yo te contestaré – digo arrastrando las palabras.
- Comencemos con algo fácil – da un sorbo de su refresco sin despegar la mirada de mí – ¿Cuál es tu color preferido?
- ¿No es obvio? – levanto la ceja obvia y él niega – Bien – revoloteo los ojos totalmente fastidiada porque, parece que es verdad que los chicos son unos idiotas despistados – Amo el color morado.
- Es un lindo color – se hace el gracioso, cosa que no me hace gracia en lo absoluto – Me gusta el color rojo – sonríe de lado.
- Lo sé, cada revista del mundo lo dice – doy un sorbo de soda – Eso no es algo nuevo para nadie.
- Bien… en el colegio yo era el típico chico gracioso… – lo interrumpo.
- Disculpa pero, tu vida privado de hecho no es tan privada que digamos – le guiño el ojo con todo el sarcasmo que puedo.
- Entonces cuéntame tu vida – se cruza de hombros – Al parecer sabes la mía, quisiera saber sobre ti – sonríe burlón.
- ¿Qué quieres saber? – pregunto dándole vueltas al asunto.
- Sé que te apasiona cantar – entrecierra los ojos y se toma unos segundos para continuar – ¿Por qué no persigues tu sueño? Podrías comenzar audicionando en The X Factor como yo lo hice. Puede que incluso ganes, novia falsa – suelto una sonora carcajada para después quedarme seria y recordar viejos tiempos que no hubiera querido que pasasen por mi mente nuevamente.
- Lo hice – digo de golpe mientras el castaño se atraganta con el líquido de la lata roja.
- ¡¿Qué?! – pregunta más que sorprendido – ¿Cómo es que no lo sabía? Simon jamás comentó eso.
- Eso es porque Simon es un hijo de perra – sonrío con cinismo a lo que él revolea los ojos.
- Él es un buen hombre – levanta la ceja.
- Contigo lo es – observo los puntos en mi mano derecha – ¿Recuerdas cuando hicimos el sorteo para ver quién quedaba con quién? – asiente mientras me mira concentrado – Pues, el comentario de Simon, “Tal vez con algo de suerte podría escucharte” – hago las comillas en el aire – Más bien fue sarcástico a nivel mercenario.
- ¿A qué te refieres? – pregunta entrecerrando los ojos.
- Pasé al bootcamp, pero en la penúltima prueba él fue el grandísimo invitado. La verdad hubiera preferido que se quedara en el show de América porque fue Simon quien me mandó a casa.
- Wow – suelta con la sorpresa reflejada en su rostro – No puedo creerlo.
- Pues comienza a creerlo, Louis Tomilson – doy otro sorbo de refresco hasta terminar el contenido y dejar la lata sobre la mesita de centro, el chico mantiene una expresión de pocos amigos debido a que siempre pronuncio mal su apellido, sin embargo, su expresión vuelve a cambiar.
- Te ayudaré – afirma decidido – Tu sueño debe cumplirse.
- No siquiera lo pienses – niego irritada – No quiero conseguir las cosas a cuesta de los demás.
- No haré la gran cosa, tan sólo conseguirte algunas audiciones o algo así.
- Pues si lo haces, tenlo por seguro que no iré – levanto la ceja.
- ¿Por qué? – dice exasperado.
- Porque lo que obtenga, quiero obtenerlo a cuesta mía – me recargo en el respaldo del sofá.
- Entonces qué harás – toma mi mano y de inmediato la quito.
- Eso no es asunto tuyo – sonrío con hipocresía.
- ¡Vamos! No se lo contaré a nadie – dice algo desesperado.
- ¡Eres un metiche! – lo observo clavándole la mirada.
- ¡Sólo dímelo! – chilla.
- ¡Bien! – grito – Viajaré a América – me cruzo de brazos irritada – Y pobre de ti que le cuentes a alguien. Juro que te castro.
- Descuida – entrecierra los ojos – ¿Y tu padre lo sabe?
- Tengo dieciocho, no tiene por qué saber cada movimiento que hago – contesto muy a la fuerza.
- ¿Qué hay de tu padre? – pregunta – Hace tiempo fui a buscarte a tu casa y él me dijo algo como “La zorra no está en casa” y después me cerró la puerta en la nariz – me giro asombrada hacia él, tal y como si fuese Chris Hemsworth pasando por la calle.
- ¡¿Que hiciste qué?! – pregunto tan exaltada que incluso me levanto del sillón.
- Quería que fuéramos al cine – se encoje de hombros.
- ¡Dios! – tapo mi rostro con la mano como si tratase de que mis ojos no se saliesen de sus órbitas – ¡Eres un idiota! ¿Por qué no me lo dijiste antes?
- No lo vi necesario – se encoge aún más de hombros.
- Olvídalo – camino de un lado a otro tomándome las sienes.
- No es difícil suponer que pasa algo malo entre él y tú – se levanta.
- Eso sí que no es asunto tuyo – le digo a centímetros de su rostro.
- Bien – levanta las manos en señal de paz – Tranquilízate, te has puesto roja.
- Tu idiotez lo ha provocado – lo miro de mala gana.
- Cambiemos de tema – se deja caer sobre el sillón – Anda, siéntate – obedezco a regañadientes, al parecer lo único que provocará esta charla es una úlcera gástrica en mi estómago – Te traeré otra bebida para que te tranquilices.
Se levanta del sillón y camina hasta la cocina, puedo escuchar la puerta del refrigerador abrirse y luego cerrarse. Me tomo la cabeza y me obligo a calmarme, después de todo, mi relación con Arnold es jodida y esto no cambiará mucho.
Louis toma posición junto a mí nuevamente y me entrega la lata de soda pero ahora sabor manzana, la destapo escuchando el “pss” y bebo de ella.
- Quisiera preguntar algo que de verdad me intriga – lo observo unos segundos. Él permanece concentrado en la lata vacía sobre la mesa de centro.
- Todo te intriga porque eres un metiche – suelto irritada.
- Quizá sea algo cierto pero, ¿qué pasó con tu madre? – pregunta haciéndome atragantar con el refresco.
Comienzo a toser estrepitosamente hasta que el refresco comienza a salir incluso por mi nariz, Louis se levanta y toma una caja de pañuelos desechables, tomo uno y aprieto mi nariz soportando el ardor causado por el gas. Lo observo directamente a los ojos, su mirada es tranquila y de una extraña manera me inspira confianza. Suspiro y me tomo unos segundos mientras intento armar la historia de cómo pasó todo…
- Pues…
- ¡Llegamos! – la puerta se abre de golpe haciéndonos sobresaltar en el sillón.
Noto a un ruliento y un rubio con algo de alcohol en su organismo, primero por sus ojos y mejillas rojas, y segundo, porque se tambalean estando de pie. A su lado Liam y Zayn observan en dirección de donde permanecemos con cara de espanto Louis y yo.
- ¡Vaya! Miren a quién tenemos aquí – dice Tinker Bell y efectivamente, está ebrio ya que arrastra las palabras de manera graciosa.
- ¡Es Jaymico! – apunta cabeza de brócoli en mi dirección. Liam y Zayn sueltan una carcajada. Me limito a reír con fingido entusiasmo e hipocresía de sobra, acto seguido tomo la lata de soda vacía y la lanzo a la cara del imbécil.
- Es Jaymie, idiota – un “auch” se escapa de sus labios cuando la lata impacta en su rostro – Al parecer el alcohol te quita lo maduro y respetuoso porque intelecto no creo que tengas.
- Seguro a ti el alcohol te quita la ropa – me lanza devuelta la lata que no llega ni al sillón.
- Basta, Harry – advierte Louis.
- ¡Uy! Lo siento – levanta las manos al estilo meme “ay si” – Olvidé que mi marido me cambió por Jaymico.
- ¡Dios! Me largo de aquí – dejo la lata que aún tiene refresco sobre la mesa de centro – Hablamos mañana, Louis.
- ¡Espera! – grita el rubio cuando estoy a metro y medio de la puerta – Necesito saber cómo está mi panquecito de vainilla.
La cara de todos se deforma de la confusión, me toma unos segundos asimilar que el “panquecito de vainilla” es Coraline y al ver su expresión, la de Harry e incluso la de Liam, me da miedo. Mi instinto me dice que salga corriendo de aquí lo más rápido que pueda ya que ellos parecen depredadores de información y yo no delataré el estado de ánimo de mis amigas. Observo la puerta y después a los tres chiflados, la observo una vez más y camino a paso veloz – por no decir que corro –, tomo la orilla de la puerta y al instante Harold la cierra con fuerza llevándose mi mano. El crujir de mis huesos hace acto de presencia y grito estrepitosamente debido al coñazo que me ha provocado el idiota.
- ¡Eres un idiota! – le grito en la cara tomando mi mano.
- ¡Harry! – grita Louis a modo de regaño para después salir corriendo hasta mí.
- ¡Sangre! – ahora grita Tinker Bell como el maricón que es. Observo mi mano y efectivamente, un hilo de sangre gotea hasta el piso.
- ¡Cielos, Harold! Le abriste los puntos – se acerca huesos y toma mi mano, me duele tanto que ni siquiera quiero pelearle.
- Iré por el botiquín – anuncia Liam desapareciendo del lugar.
- ¿Qué? Si le cerré despacito – se excusa el ruliento encogiéndose de hombros. Como quisiera tomarlo del cabello y arrancarle los pelos.
Louis y huesos me llevan hasta sentarme en el sillón, de la caja de pañuelos desechables toman un puño para que el líquido rojo que sale del corte no ensucie más de lo que ya ha hecho, me muerdo la lengua para no llorar del dolor pero incluso siento que mi mano completa empieza a palpitar. Observo una vez más y tres puntos están hechos mierda, seguro querrán llevarme al médico y yo saldré corriendo como nenita. No quiero que me inyecten anestesia para volver a unir la herida.
A los pocos minutos vuelve Liam con un botiquín de primeros auxilios, toma un paquete de gasas y lo rompe de manera torpe, cuando tiene los trozos de tela los coloca en mi mano y se debate entre usar agua oxigenada y alcohol a lo cual prefiero lo primero.
- ¡El agua oxigenada! – le grito haciéndolo sobresaltar y el chico toma una torunda de algodón seca para después humedecerla con agua oxigenada.
Noto cómo la espuma comienza a colorearse de rosa y después de rojo, luego de unos minutos de soportar el ardor le pido que me entregue una gasa nueva, cuando lo hace la aprieto contra mi herida y miro con desaprobación al ruliento que se muerde las uñas.
- Eres un idiota – le clavo la mirada.
- Tú fuiste quien metió la mano – se excusa acercándose y sentándose frente a nosotros en la mesa.
- Esa es la excusa más idiota que he escuchado en mi vida – contesto sin dejar de verlo.
- Al igual que Niall, sólo quiero saber cómo se encuentra Carrie – Tinker Bell toma posición junto a él y a mi lado Liam intenta hacer todo lo posible por buscar algo milagroso en el botiquín.
- No te lo diré. Si tienes tantas ganas de saberlo el elevador se encuentra a unos metros de ti y su departamento justo debajo del tuyo – quito gasa y vuelvo a colocarla al ver que la sangre sigue saliendo – ¿Podrías cortar tres trocitos de tela adhesiva en forma de moño? – le pido a huesos quien asiente – De cualquier modo ellas están bien pero me intriga saber cómo están ustedes.
- Sin palabras – dicen el rubio y el ruliento al mismo tiempo.
- Aunque no necesito palabras para saberlo, es injusto que quieran la misma información que ustedes no están dispuestos a dar – Zayn coloca los tres trocitos en forma de moño en su dedo índice. Veo unas tijeritas dentro del botiquín y las tomo – Sostén el hilo – señalo el trozo de hilo de sutura que parece mierda y lo corto, así hago con dos más para después tomar los trocitos de tela adhesiva y unir la herida – Sólo me queda decir algo – los observo a ambos – Neil…
- Niall – me corrige el rubio.
- Lo siento, como siempre te llamo Tinker Bell pues, no me acostumbré a tu nombre – observo mi mano hinchada y morada – Deja de ser un maldito cobarde. Y Harold, para tu jueguito de “soy el Dios del mundo y a todas me las como vivas”. Ahora si me retiro y por favor no me jodas la otra mano – lo miro con recelo – Gracias huesos – agradezco al moreno y revolea los ojos, carraspeo la garganta y lo miro nuevamente – Gracias por tu ayuda Zayn, y gracias también a ti, Liam.
- No es nada – contestan ambos.
Me levanto del sillón y camino hasta la puerta de salida sin mirar atrás. Tomo la manija con la mano izquierda y la giro, a continuación salgo y camino por el pasillo.
- Espérame – llega hasta mí el chico zanahoria – Te llevaré a casa de Emma.
- Bien – respondo sin negarme esta vez. Entramos al elevador y presiono el botón para bajar.
- ¿Te duele mucho? – pregunta rompiendo el silencio entre nosotros.
- Como no tienes idea – tomo mi mano una vez más.
- Ven aquí – extiende sus brazos y sin poner objeción alguna lo dejo rodearme.
Una vez que las puertas del elevador se abren, ambos salimos aún abrazados y caminamos lentamente hasta el estacionamiento, echo un vistazo y el auto de Coraline sigue ahí, seguramente dormirá con Carrie el día de hoy. Louis me abre la puerta del copiloto y entro.
Este día ha sido jodido para mí, creí que la de la mala suerte era Michelle pero creo que no sólo es ella. Observo mi mano una vez más y un escalofrío me recorre por completo, seguro Jenna me preguntará qué fue lo que me pasó y Emma querrá matar a rizos. Regreso a la Tierra cuando Louis cierra la puerta, por el rabillo del ojo observo la manera en que me mira y ni siquiera me encojo de hombros o algo por el estilo. Permanezco en la misma posición, encorvada y tomando la mano derecha con la izquierda hasta que el chico vuelve a abrazarme y deposita un beso en mi sien, otro en mi mejilla e inconscientemente me giro hacia él para sentir sus labios una vez más.
Tomo su mejilla derecha y por un momento olvido todo lo que ha sucedido y es justamente ahora cuando debo hacer alguna mierda que arruine todo porque de otro modo querré hasta casarme con el imbécil y esto es más jodido que quedarte ciego un día antes del estreno de “Los Juegos del Hambre: Sinsajo Parte 1”. Cuando se separa de mí es como si toda la mierda regresara de golpe y al parecer el besar en contra de mi voluntad a alguien a quien odiaba ha sido algo del pasado porque ahora es justo lo contrario, algo típico en las personas que están destinadas a ser jodidas por siempre. Cuando comienzas a aceptar algo, ése algo se va. O en mi caso, cuando creo que alguien permanecerá junto a mí, termina por irse.
Me pongo el cinturón de seguridad y observo hacia el frente esperando a que arranque el auto, me paso todo el camino pensando qué podría decirle para que me odie o simplemente esa estúpida idea de mantener contacto conmigo se aleje de su pensamiento. Cuando menos lo espero estamos frente al enorme portón de la casa de Emma.
- Antes de que te vayas quiero darte algo – sonríe a medias y toma la bolsa que se encuentra justo en el asiento trasero, aquella bolsa que al parecer jamás bajó del auto. Tomo la bolsa y me la entrega – Míralo.
Observo la bolsa con desconfianza pero aun así introduzco la mano, lo primero que atiento es tela así que saco lo que parece ser una playera. La extiendo y noto las palabras escritas en morado neón “SHE IS CRAZY, SHE IS WILD BUT I LOVE HER EVERY TIME”.
Me quedo boquiabierta, si mal no recuerdo es la misma playera que me gustó del centro comercial aquella vez que nos bañaron a las chicas y a mí en icee. Lo observo y él parece contento, sin embargo, algo de culpa comienza a formarse dentro de mí. Observo la bolsa una vez más y veo la pequeña cajita dentro.
Por un momento me petrifico al pensar que podría ser una sortija de matrimonio, idea de me obligo a alejar de mi mente. Observo por un momento la caja aterciopelada y segundos después la abro lentamente para encontrarme con un dije de corazón en oro. Louis enciende la luz de dentro del auto y me señala el centro del corazón, agudizo mi vista y puedo leer “Laymie Shipper”, intento formar una sonrisa pero lo único que mis facciones hacen es una mueca rara de consternación ya que siento que esto se me está yendo de las manos.
- ¡No se vale! – observa mi pulsera – Quería ser el primero en colgar un dije.
Ni siquiera me limito a responder, el chico toma el dije y lo asegura de uno de los hoyuelos de la esclava, después desabrocha su cinturón de seguridad y se acerca a mí. Recarga su frente en mi sien mientras yo me quedo estática observando el pequeño dije que comienza a bailar junto a los demás, cuando el chico comienza a depositar repetidos besos en mi mejilla, carraspeo para llamar su atención y evitar que siga haciéndolo.
- Louis – se separa de mí y me mira – Debo confesarte algo – muerdo mi lengua un segundo como tomando el valor – Hace poco tiempo, justo antes de la tonta obra esa en la que fui rapera… yo…
- ¿Tú qué? – frunce el entrecejo confundido.
- Besé a Ethan – lo observo y su rostro se deforma a una expresión de confusión, enojo y tristeza a la vez – Bueno, de hecho el me besó pero yo seguí el beso. Sé que esto no te importa porque nosotros somos sólo novios falsos – miento y le recuerdo el novios “falsos” – Pero quería decírtelo de cualquier modo.
Me mira unos segundos y después observa el parabrisas como asimilando mis palabras, a continuación asiente y puedo observar su expresión de confusión.
- Bueno, entonces nos vemos mañana para terminar todo – mantiene la misma postura – Sólo quiero que sepas que estoy de acuerdo en aquello de terminar bien. Y quizá seguir manteniendo el contacto entre nosotros.
Me acerco a él y dejo un beso en su mejilla, sin embargo, se limita a mirarme y sonreír de lado. Salgo del auto con la bolsa y me adentro hasta la casa de Emma.
No es tan tarde pero me siento de hecho muy cansada y el dolor en mi mano ha aumentado. Camino hasta el cuarto de baño de la habitación de huéspedes y rebusco en el botiquín hasta encontrar analgésicos que me quiten este dolor de mierda, ya mañana haré algo más.
Me recuesto sobre la cama mirando al techo y me siento estúpida, minutos después, en la mesita de noche mi celular comienza a vibrar. Observo la pantalla y veo que tengo un WhatsApp de Louis Erection, el miedo se apodera de mí y me debato entre ver el mensaje o dejarlo así pero mi curiosidad gana esta vez así que toco la pantalla para abrir el mensaje.
No sabes cuántas cosas siento por ti en este momento.
- ¡Ah! – grito como tonta y de manera estúpida lanzo el celular al piso.
Bien, no me esperaba eso por parte del castaño. Puede que simplemente le tenga un poquitín de miedo a su mensaje al parecer de amor. Puede que tenga un poquito de miedo al amor. Pero quizá, sólo quizá en ese “No sabes cuántas cosas siento por ti en ese momento” se refiera a que me odia por ser una zorra y “engañarlo” con mi profesor de Derecho Penal… o quizá es todo lo contrario, no sé. Obligo a mi cerebro a somatizar mis sentimientos y a obligar a mi mano a doler más y me distraiga de esto.
- Jaymie – saluda Emma entrando a la habitación y se detiene al ver la deformidad hinchada que es ahora mi mano – Wow.
- Un estúpido accidente – explico.
- Se ve doloroso – arruga la nariz – ¿Cómo te fue todo hoy? Tardaste más de lo que esperaba que hicieras.
- Fui a casa de Coraline, me invitó a comer – me encojo de hombros.
- ¡A mí no me invitó la zorra! – exclama mientras revolea los ojos ofendida.
- Soy la siguiente, Emma – confieso antes de que ella me pregunte y la tomo por sorpresa. Frunce el entrecejo y me abraza por un momento.
- Está bien, estoy aquí – se recuesta y yo imito su acción.
Mi amiga permanece a mi lado con un brazo sobre mi abdomen, suspiro unas cuantas veces y observo el celular en el piso antes de obligarme a cerrar los ojos y dormir.
* * *
Me obligo a observar el pizarrón donde mi profe explica un caso en el que una pareja se divorcia y la custodia la pide el padre debido a que acusa a la mujer de ser una adicta a las drogas y muchas mierdas más que ni siquiera escuché. Observo mi celular en la parte superior de la mesa, lo único que hice al levantarme fue apagarlo y no ver la pantalla porque así podía leer una y otra vez el mensaje.
Observo una vez más la clase, el profesor no para de hablar y yo no soporto ni un minuto más aquí. Miro el reloj colgado a medio metro sobre la puerta de salida y faltan tan sólo quince minutos para salir de clase, quince minutos que parece que jamás pasarán.
Me recargo en la mesa y cierro los ojos hasta que la campaña suena, tomo mis cosas y salgo del aula. Estoy pensando seriamente en irme de pinta las últimas dos clases. Camino por el pasillo de la facultad de Derecho, me concentro en encender por fin el celular hasta que choco con alguien.
- ¡Jaymie! – levanto la mirada y me encuentro con el hombre por el cual suspiraba cada cinco segundos – Creí que vendrías ayer. Te esperé para hablar.
- Lo siento, me sentía mal – me excuso sin mirarlo del todo a los ojos.
- No te preocupes – toma mi hombro – Sólo quería recordarte nuestra cita – me guiña el ojo – Debo irme, me comunicaré contigo.
Lo miro confundida, ni siquiera recordaba que tenía una cita con él. Mi celular comienza a vibrar dentro de mi bolso y con miedo lo tomo para ver la pantalla, sin embargo, me tranquilizo al ver que es una llamada de Carrie.
- Hola, Carmín – saludo burlona.
- ¡Qué graciosa, Jaymico! – me contesta con hipocresía y sarcasmo en su voz.
- Ya. ¿Qué pasó? – empiezo a caminar una vez más.
- Sal de esa prisión que mi mami y yo te esperamos en el estacionamiento de la facultad – avisa con tranquilidad.
- Me faltan dos clases, deja de ser mala influencia para mí – miento, de hecho voy camino a la salida.
- Anda, zorra. No te tardes.
Antes de colgar escucho la manera en que Claudia la regaña por llamarme así, cosa que me hace soltar una risita. Cuando estoy fuera puedo ver el lujoso mercedes convertible de Claudia, mi otra madre. Camino a grandes zancadas y manteniendo una sonrisa en mi rostro.
Abro la puerta y me acomodo en la parte trasera del auto, acto seguido abrazo por detrás a la rubia madre de mi amiga. Ella se gira en su asiento y me corresponde el abrazo aún más fuerte.
- Me alegra verte, Jaymie – aprieta mi mejilla – Ponte el cinturón que esta mamá conduce rápido – me guiña el ojo y obedezco porque efectivamente es verdad.
Carrie extiende su mano hacia mí por la izquierda de su asiento, supongo que ya sabe que estoy por ó he “terminado” mi “relación” con Louis. Extiendo mi mano izquierda y ella la toma, acaricia el dorso de mi mano con sus dedos hasta que se detiene en la pulsera que cuelga de mi muñeca, me tenso cuando voltea a verla y observa con detenimiento el dije de corazón. Me mira unos segundos por el espejo retrovisor y me acerco a ella para susurrar un “en un momento te cuento”.
Claudia cambia de estación y una música electrónica inunda el ambiente poniendo el momento de un buen humor. Muevo la cabeza al compás de la música hasta que la rubia detiene el coche en un restaurante chino. Sube la capota del convertible y las tres salimos del coche para dirigirnos hacia el local.
- Quisieras decirme qué pasa con el dije ese – me susurra Carrie mientras Claudia habla con la hostess.
- Me lo obsequió Louis – me excuso sin tomarle mucha importancia al asunto.
- Dice “Laymie” – hace las comillas en el aire.
- Tranquila, es sólo una broma estúpida y le sigo la corriente. Es todo.
La castaña me mira no muy convencida hasta el momento en que su madre nos jala a ambas, a lo lejos puedo observar a Emma junto a Jenna, nos hacen señas como si no las hubiésemos visto ya así que apresuramos el paso. Saludo a Jenna de beso en la mejilla, no es como si tuviera semanas sin verla, de hecho la vi esta mañana, después sobo su barriga abultada.
Tomo asiento a un lado de Carrie y me enfrasco en una conversación con ella y Emma evitando el tema de Louis y los Erection. Incluso cuando la comida llega a la mesa continúo la charla, sigo notando aquella nostalgia que invade las miradas de mis amigas y eso hace que se me ponga la piel de gallina.
Terminamos de comer y ahora Claudia y Jenna se unen a nosotras acerca del trabajo de Carrie y la universidad para Emma y para mí. No es algo de lo que me gustaría hablar exactamente porque he descuidado mucho el tema de los estudios, tengo exámenes la siguiente semana y ni me he dignado a estudiar como debería hacerlo. El mesero se lleva los platos y cubiertos sucios y deja un montón de galletas de la suerte, como la ridícula que puedo llegar a ser tomo una y la parto a la mitad tan sólo para ver la fortuna que los chinos tienen para mí.
Hay algo que estás olvidando, deberías ser más precavida y no ser tan descuidada para que así no lamentes las consecuencias.
Vaya, eso sonó más a una jodida maldición que a una fortuna. Guardo el papel en la bolsa delantera de mis jeans cuando Emma dice mi nombre, al instante miro a todas con los ojos bien abiertos.
- Estás muy distraída, cariño – dice Claudia y me doy cuenta que estaban mencionando mi nombre desde hace minutos.
- Lo siento, me quedé tildada con la tonta profecía rara de la galleta – suelto una risita.
- No te preocupes – dice ahora Jenna – Nos reunimos las cinco aquí para terminar de darte tu sorpresa – suelta un suspiro y observa a Claudia. Ésta suspira y se lame los labios para hablar.
- Sabemos que esto es muy difícil para ti y créeme, porque si para nosotras es algo muy duro de sobrellevar, para ti seguramente es un martirio – frunzo el entrecejo al instante, observo a Emma y Carrie quienes permanecen serias.
- Tenemos dos pequeños obsequios para ti – ambas colocan frente a mí una cajita aterciopelada, la primera es color lila y la segunda rojo quemado.
- Nosotras ayudamos a elegir – interrumpe Emma sonriendo a medias.
Las observo a ambas más confundida aún, a continuación tomo la primer caja y levanto la tapa encontrándome con un dije en forma de nota musical, me encanta y observo a Carrie porque sé ella más que Claudia lo eligió. Lo coloco sobre la mesa y tomo el siguiente, levanto la tapa y observo lentamente el último dije.
- Es un…
- Delfín – me interrumpe Jenna quitándome las palabras de la boca. La observo por un segundo, después a Claudia y por último a mis amigas.
- ¿Qué? – pregunto para mí misma – No entiendo, Rose y Michelle me obsequiaron la pulsera, Coraline y Lottie dijes de elefante y ángel, y ahora ustedes esto. ¿Qué es lo que sucede?
- Jaymie – susurra Jenna tomándose el pecho. Puedo notar cómo sus ojos se cristalizan y mira confundida a Claudia, Carrie coloca una mano sobre mi espalda como si estuviese dándome apoyo.
- No sé qué pasa – recargo los codos en la mesa y me tomo la cabeza estresada.
- ¡Dios! – exclama Claudia – Jaymie, ¿no recuerdas qué fecha es en exactamente dos semanas?
Rebusco en mi reburujado cerbero la respuesta pero tengo tantas cosas en la cabeza que no sé del todo. Estamos en 28 de noviembre, dos semanas…
¡Cielos! Me siento como en un examen de historia del derecho, observo despistadamente la nota musical en oro frente a mí y después el pequeño delfín…
¡Delfín!
De repente todo comienza a tener sentido y siento que el mundo se me viene abajo. La culpa me invade por olvidar tal fecha. En mi mente se reproduce varias veces la misma fecha hasta tal punto que comienzo a sentir mareo, 12 de diciembre fue el día, el peor día de mi vida.
- ¡Dios! – cubro mi boca para que no salga el sollozo - ¡Dios mío! – observo a ambas rubias, Jenna comienza a derramar lágrimas ya.
- Jaymie – llama Claudia con los ojos vidriosos.
Cubro mi rostro y siento a dos personas abrazarme las cuales supongo son Carrie y Claudia, en primera porque Carrie se encontraba a mi lado y en segunda porque escuché los tacones de la rubia dar dos pasos hasta llegar a mi lado.
- Yo lo había olvidado – digo muy apenas, el puto nudo ya está en mi garganta – Soy una mala hija.
Y esas palabras dan paso a mis típicas lágrimas causadas por la muerte de mi madre.
- Claro que no, cariño – susurra Claudia mientras acaricia mi cabello – Simplemente tienes demasiadas cosas en la cabeza.
- Estamos aquí contigo, Jaymie – la mano de Jenna toma mi deforme y todavía hinchada mano.
Última edición por Peter Pan el Sáb 22 Nov 2014, 10:27 pm, editado 1 vez
Bart Simpson
Capítulo 45: Parte 3.
por Bart Simpson Sáb 10 Mayo 2014, 7:15 am
Capítulo 45: Parte 3.
Jaymie Williams
Permanezco sentada en la sala de Jenna Woodhouse junto a mis cuatro locas amigas. Miramos fotos de cuando éramos pequeñas y más que culpable me siento estúpida por olvidarme de esa fecha que me atormenta y prestar más atención a ridiculeces sin importancia con Louis Tomlinson.
- Recuerdo este día – dice Cora mostrándonos una fotografía – Jaymie me quitó el desayuno – suelto una risita.
- Lo siento, rubia – tomo la fotografía y la observo con detenimiento. Justo como la nena del mall, Ciara corre detrás de mí para regañarme mientras Coraline llora y me apunta – De verdad tenía hambre.
- Además compartió conmigo – habla Emma – Así que déjala.
Sonrío una vez más y regreso la foto al álbum. Me acomodo en el sillón recargándome en el respaldo, suspiro pesadamente y observo los dijes bailarines de mi muñeca, se tambalean como si estuviesen bailando, acto seguido observo a las cuatro mujeres sentadas alrededor del comedor mientras beben té y me pregunto qué es lo que se siente perder a una de tus mejores amigas. La curiosidad me invade y al instante observo a las cuatro locas sentadas frente a mí, ellas están aquí después de todo pero no me imagino el hecho de perder siquiera a una. Sería como si parte de mi castillo de fuerza se derribase. Observo una vez más a las mujeres – o madres, como suelo llamarlas – ellas platican entre sí, sin embargo, sus sonrisas demuestran un vacío y me imagino que ése vació es Ciara.
¿Cómo serían las cosas si ella estuviese aquí? Quizá no estaría tan jodida mi relación con Arnold y no andaría mendigando el amor de una madre con esas bellas mujeres pero, por algo pasan las cosas, ¿cierto?
¿Si pasan por algo?...
- Jaymie – llama mi atención el padre de Emma. Giro el rostro para observarlo y me hace un gesto para que vaya hasta él.
- ¿Qué pasa? – pregunto una vez que lo tengo enfrente.
- Me encanta tu pulsera – sonríe – Pero todavía falta un dije ahí.
- Esto es demasiado extraño, Connor – suspiro con pesadez.
- Lo sé. Cambiando un poquito de tema... sé que tus problemas con Arnold son tu asunto y el de él pero, después de todo eres como una hija más para mí y tu padre es como mi hermano – confiesa observando a las demás – Es un amargado y enojón pero me dio algo para su pequeña gruñona – suelta una risita, sin embargo, permanezco quieta y sin expresión alguna.
- Puede dármelo en persona – me cruzo de brazos.
- ¡Oh vamos! – me abraza – Conmigo no quieras ser la gruñona. Yo sólo soy un chismoso y metiche que pasa los mensajes y en este caso el paquete.
Me entrega una caja aterciopelada más pero en color rosa pálido, con las mismas letras que las anteriores, tal y como si también se hubiese puesto de acuerdo para comprarla en el mismo lugar. Observo a Connor entrar al comedor y salir minutos después. Aprieto la cajita entre mis manos y la guardo en el bolsillo de mi chamarra. Por ahora no tengo la disposición de ver qué hay dentro, camino hasta las chicas y continuamos con lo que hacíamos minutos antes.
Observo el departamento que la familia Woodhouse me prestó, de verdad es lindo y amueblado se ve mucho mejor, tanto que quiero abrazar y besar cada mueble dentro del lugar. Me dejo caer sobre el sillón y suelto un suspiro pesado, me costó convencer a mis amigas y a mis “madres” que no haría algo estúpido, simplemente quiero un momento para mí.
He notado que últimamente estoy más idiota de lo normal, no puedo creer que olvidé el día de la muerte de Ciara. Me siento tan estúpida que quisiera lanzarme del balcón e incluso el remordimiento me martilla la cabeza, es como si por un tiempo me hubiese olvidado del todo de mi madre y es algo que no puedo perdonarme.
Mi celular comienza a vibrar como loco y “Counting Stars” de One Republic me confirma que es una llamada, meto la mano a mi bolsa y en la pantalla puedo leer el nombre de Louis. Cierro los ojos con fuerza y tomo una respiración profunda antes de responder.
- Hola, Jay – saluda y su voz suena apagada.
- ¿Qué hay? – respondo su saludo observando el corazón que cuelga de mi pulsera.
- ¿A qué hora paso por ti para lo de la cosa mala?
- ¿Te parece en dos horas? – pregunto mientras juego con mis dedos, esto es de verdad difícil.
- Claro, ¿a dónde paso por ti? – lo escucho carraspear y a un gritón detrás de él.
- Al nuevo departamento, recuerdas dónde está, ¿cierto? – muerdo mi labio con nerviosismo.
- Sí, sé dónde está. Te veo en dos horas.
Cuelgo dos segundos después de que él lo hace, es raro que no haya dicho alguna burrada, incluso en los peores momentos Louis es un grandísimo imbécil así que doy por sentado que le ocurre algo. Sé que fui una grosera al no contestarle su mensaje ayer pero de verdad me tomó por sorpresa y me pegó un susto tremendo pero, reconsideré un poco las cosas y no quiero perder comunicación con él, no quiero pasar por lo mismo que Carrie, Emma y Coraline, quiero hacer las cosas bien por una vez en mi vida.
Me levanto del sofá y camino hasta una de las habitaciones, tomo algo de ropa que había llevado tiempo atrás, una toalla y me encamino directo a la ducha.
Una vez que salgo me pongo los jeans, un suéter y las botas ugg, camino hasta la cama mientras desarreglo mi cabello con las manos para que seque pronto. Me recuesto y tomo mi celular, hace demasiado tiempo que no entro a twitter y tengo la curiosidad de ver qué nuevas formas de asesinarme encontraron las fanáticas de One Erection.
Me sorprende ver el vocabulario de las nenas de trece años hacia mí persona. No sé si reír o ponerme a llorar debido a que no tienen respeto ni por mi madre que en paz descanse, ni por mi padre. Uno de los tweets tiene etiquetado a Louis y la curiosidad me invade por completo así que entro a su twitter.
Hay demasiados tweets pero algunos en especial me llaman la atención.
Es tan raro leer a Louis tan cursi y ridículo, deslizo el dedo por la pantalla táctil para que baje y me sorprendo al ver espantosas fotos mías.
Dios, esto es tan vergonzoso. Ahora todas sus fans han de creer que como como cerda todo el tiempo.
Observo mi reloj de mano y es maravilloso cómo vuela el tiempo. Dejo el celular de lado y me dedico a maquillarme un poco; me pongo algo de base, polvo para fijar el maquillaje líquido, rímel en las pestañas, un poco de delineador, rubor y lápiz labial. Tardo aproximadamente media hora en hacerlo porque mis movimientos son más lentos que el cerebro de Harry y Huesos.
Observo mi reloj y faltan cuarenta y cinco minutos para que llegue Louis así que enciendo el televisor y muevo mi cabello con mi mano para que se seque y poder hacer algunas ondulaciones marcadas. Cuando mi cabello está más seco que húmedo, me pongo protector de calor en todo el cabello y comienzo a hacer el arte de magia.
Mientras me coloco la muñequera elástica en la mano que Jenna compró para mí, mi celular timbra con Young Girls de Bruno Mars indicando que tengo un mensaje nuevo. Tomo el celular y observo la pantalla.
Me miro una vez más en el espejo de cuerpo completo y guardo el celular en un pequeño morral para después salir por la puerta. Recargado en la puerta de su auto, se ve condenadamente sexy y lo único que puedo hacer es caminar a grandes zancadas hasta él y plantarle un beso en los labios. Sé que es algo estúpido pero mi instinto reaccionó antes que la razón.
- ¿Y eso? – me mira confundido.
- No lo sé – contesto atropellando las palabras.
- Luego dices que el loco soy yo – bromea y suelto una risita que él acompaña. Acto seguido abre la puerta del copiloto y entro.
Una vez que el castaño está dentro del coche lo enciende y arranca hasta llegar a un Burger King, mi emoción se hace presente porque es mi lugar favorito. Baja del coche y abre la puerta para mí, toma mi mano y nos encaminamos por el estacionamiento. De inmediato in montón de hombres tomando fotografías se acerca casi impidiéndonos el paso y preguntando cosas estúpidas como: “¿Es cierto que estás embarazada?, ¿Tu amiga Emma murió? ¿Carrie ahora se dedica a extorsionar personas?, ¿Coraline se cayó golpeándose la cabeza cuando era bebé?, ¿Michelle en realidad es un transexual?” y un sinfín de preguntas raras que si no fuera por Louis ya hubiese golpeado a unos cuantos metiches.
Una vez dentro, todos y cada uno de los clientes dirigen la mirada hacia la estrellita y su novia la “roba fama”, les doy la espalda y quedo frente a Louis en la fila para pedir nuestra orden.
- ¿Cómo haremos todo esto? – pregunto observando al guapo cajero, sin embargo, no observo su belleza, es sólo a donde mi mirada cayó.
- Simple, salimos con la cabeza agachada y cara de amargados hablando sobre nuestra ruptura – damos unos pasos al frente – Los chismosos de allá afuera se encargarán del resto. ¿Qué quieres ordenar? – señala los combos en un anuncio luminoso arriba de nosotros.
- Quisiera la extreme – entrecierro los ojos.
- ¡Chócalas! Pediré esa también – levanta la mano y choco mi palma derecha con la de él – ¡Dios! Esto te dejó Harry como recuerdo – toma mi mano con la muñequera y de inmediato recuerdo la reacción estúpida de cerrarme la puerta.
- Vaya recuerdo tan doloroso – revoleo los ojos y el castaño frente a mí ríe – ¿Qué?
- Nada – continúa riendo como tonto.
- Te haré lo mismo para que rías con más fuerza – me cruzo de brazos. La fila avanza y llegamos hasta quedar frente al cajero.
- Tres extreme con papas grandes y refrescos grandes por favor – lo observo confundida pero me quedo callada por el momento en que el cajero teclea en su caja registradora. Louis le da unos billetes y el chico le regresa el cambio con un número de orden y el ticket.
- ¿Por qué pediste tres? – pregunto confundida mientras nos dirigimos hasta la mesa.
- Ya verás – dice mientras toma asiento, coloca el número de la orden sobre la mesa.
- Louis – me observa – Quiero pedirte un favor.
- Claro, dime – recarga sus codos sobre la madera.
- Por favor no le comentes todo lo que te he contado a nadie – entrecierra los ojos – Ni siquiera a Harry. Cuando esté preparada yo diré todo a todos, ¿de acuerdo?
- Sí, no te preocupes – observa el logotipo de la mesa con atención.
Lo observo por unos minutos, a pesar de que se mantiene “normal”, hay algo que siento que me oculta. No quiero ser una paranoica pero me es imposible el no serlo.
Observo a una chica de las que trabajan aquí, se acerca con una bandeja siempre observando a Louis, no siento celos sino todo lo contrario, no entiendo cómo se puede querer a alguien que ni siquiera sabe tu nombre o tu existencia.
- Su pedido – deja la bandeja sobre la mesa mirando con ojos de borreguito a Louis quien se limita a agradecerle sin mirarla. La chica se aleja y puedo verla detrás de la caja de cobro con la mirada aún sobre Louis.
- ¿Me contarás qué pasó con Ciara? – suelta de repente haciéndome sobre saltar.
- ¿Disculpa? – pregunto asimilando lo que acaba de decir.
- Ayer no me contaste porque llegó Harry, luego hizo picadillo tu mano y bueno, no escuché la historia – trago saliva y mi corazón aumenta la intensidad de sus latidos.
Suspiro y echo un vistazo a las hamburguesas envueltas en papel frente a mí, jalo un cuerito de mis labios y me obligo a mirarlo nuevamente.
- Es difícil para mí contarlo y no quiero verme estúpida mientras lo hago – me excuso tamborileando los dedos sobre la madera de la mesa. Louis suelta una risita y toma mi mano.
- Jamás te ves estúpida, créeme – me guiña el ojo – Siempre te ves bella – resoplo y paso la mano por mi cabello como si eso quitase la frustración que se acumuló en mí.
- Ciara murió un doce de diciembre – su boca se abre a la vez que su entrecejo se frunce.
- Faltan dos semanas para doce de diciembre – asiento mirando el logotipo de la mesa.
- Yo tenía trece años cumplidos y siempre he amado la música – la voz comienza a temblarme así que carraspeo la garganta – Todo fue tan estúpido… yo fui muy estúpida de hecho. Me odio por eso.
- ¿A qué te refieres? – pregunta acercándose un poco.
- Pues…
Levanto la mirada y veo a un hombre muy parecido a mi padre dirigirse hacia nosotros. Su vestimenta son jeans de mezclilla, una playera de manga corta en negro y unos tenis Vans a juego con la playera, algo que jamás en mi vida había visto porque él es el hombre más formal del mundo.
- Hola – saluda mientras toma asiento con nosotros confirmando que es Arnold, siento mi sangre irse hasta mis pies y de regreso a mi cabeza.
- ¿Qué pasa aquí? – pregunto muy confundida mientras observo a Louis.
- Yo estaba preocupado por ti – dice nervioso, puedo notar que su pecho se infla y desinfla con rapidez – Así que visité a Arnold. Él me dijo que no sabía nada de ti y creí que tiene derecho a saber cómo estás, después de todo es tu padre.
Mi pecho arde y mis manos se calientan al instante, la ira se acumula en la boca de mi estómago provocando un ligero ardor. Cierro los ojos unos segundos y después observo a mi padre, él permanece serio y con la vista fija en mí.
- Me sorprende que hayas venido a verme – trago saliva – Creí que para ti era sólo una puta en busca de dinero a cambio de sexo, Arnold.
- En primer lugar, vine aquí porque estaba más que preocupado, no atiendes mis llamadas y ni siquiera vas a casa – observa si hay personas alrededor y continúa hablando – Y en segundo, tenía derecho a pensarlo, no estabas en casa todo el día y siempre tenías dinero el cual no te daba yo – lo miro sorprendida y muy enojada.
- Para ser el abogado con el bufete más grande de Londres eres un ingenuo – hago hasta lo imposible para no desquiciarme – Y no, no tienes derecho a pensar que tu hija que pasa más tiempo en la calle y no contigo que siempre estás ocupado o con tu mujer, es una zorra. Tengo dinero porque trabajo, ¿sabes?
- Jamás me lo dijiste – entrecierra los ojos con confusión.
- Pues ahora te lo digo – levanto la ceja – Trabajo cantando en un bar, Arnold. Y estoy orgullosa de mi trabajo.
- ¿Cantando? – su cara se deforma, como si el cantar me hiciera una pordiosera – ¿Estás loca?
- No tanto como tú – sus ojos están fijos en mí, sé que está muy enojado porque las venas de su cuello se ven de aquí a China, sin embargo, también sé que hace lo imposible para controlar su enojo.
- Mira, niña – me apunta – No pago tus estudios universitarios para que trabajes y menos en un bar de mala muerte.
- Pues ahórrate tu valioso dinero, querido papi – sarcasmo, sarcasmo – Porque no tienes que preocuparte por eso. Ya no iré a la maldita universidad.
- ¡Jaymie! – levanta la voz atrayendo la mirada de unos chiquillos curiosos.
- ¿Esto es lo que querías? – pregunto ahora a Louis – Querías que confiara en ti y vas de chismoso con este hombre – lo señalo.
- Basta de berrinches, Jaymie – advierte mi padre haciendo puños las manos.
- No estoy haciendo berrinches, Arnold – lo miro seria – Soy una adulta, tú me tratas como si tuviera cinco años y ahora me independizo de ti y de todos, te despido de ser mi padre. Y tú – señalo a Erection – No vuelvas a dirigirme la palabra.
Me levanto indignada del asiento y camino a grandes zancadas del lugar, sé por el ruido de otra silla que alguien va detrás de mí pero lo mandaré a la mierda en cuanto me alcance.
No abro del todo la puerta cuando los hombres que hace tiempo no me dejaban entrar, ahora no me dejan salir. Se amontonan sobre mí y por más que los empujo no dejan de preguntarme cosas.
- Jaymie, ¿quién es el hombre que entró? – pregunta uno grabando con su celular.
- He escuchado que es tu ex marido – afirma otro encendiendo más la llama de la furia en mí.
- ¡Váyanse a la mierda todos! – exclamo con enojo mientras les levanto mis amorosos dedos medios.
- ¡Jaymie, Jaymie! – grita uno entrometiéndose en mi camino – ¿Supiste sobre el encuentro amoroso de Tomlinson con Calder esta mañana?
- Aléjate de mí, reportero de mierda – camino unos cuantos pasos mientras el tipo me sigue.
- No te miento, sólo observa esto – coloca frente a mi rostro una cámara tan cerca que incluso doy un tope con ésta.
Me detengo de golpe y agudizo la mirada observando la puta fotografía. Ahí se encuentra el experto en las mentiras Tomlinson junto a la zorra esa que le puso los cuernos cuando aún eran novios, pero eso no es todo…
La chica sonríe mientras él la abraza por la cintura, el hombre cambia la fotografía y ahora ambos unen sus labios en un beso asquerosamente francés. Ella lo abraza por el cuello y él parece pegarla más a su cuerpo mientras sus manos siguen en la delgada cintura de la chica.
Observo la fecha y es exactamente el día veintiocho de noviembre, ósea hoy. El corazón me da un vuelco y es como si el mundo se me viniese encima. Sin embargo, no siento dolor, pero si estoy que muero de la ira y la decepción.
Es un maldito mentiroso de mierda, odio las mentiras, más en esa situación en la que no tenía por qué mentirme con esa mierda de que no quería perder la comunicación conmigo y esa estupidez de que sentía muchas cosas por mí. Al parecer es uno de esos tipos mierdas que necesitan estar rodeados de mujeres para poder afirmarse a ellos mismos que son hombres y que su masculinidad no caiga por los suelos.
Me quedo estática observando la foto aún, escucho que repiten mi nombre cientos de veces y eso sólo me hace molestar más.
- ¡Jaymie, espera! – logro distinguir esa maldita voz de marica y me giro para enfrentarlo. Los metiches hacen un círculo dejándonos a Tomlinson y a mí en medio.
- ¿Por qué me mentiste? – pregunto con un nudo que quema en mi garganta.
- Yo no…
- ¡No digas que no! – grito mientras le quito la cámara al tipo y la pongo frente al rostro de Tomilson.
- ¡No! ¡Eso no…! – se enreda con sus palabras mientras balbucea idioteces. No puedo entender nada de lo que me dice y creo que no es porque no habla del todo bien, tan sólo quiero golpearlo hasta desmayarlo – Déjame explicarte.
- ¿Qué le explicarás, Louis? ¿Qué la engañaste? ¿Qué le pusiste los cuernos? – dice uno de los tipos mientras acerca el celular que sigue grabando.
- Eres un maldito mentiroso – niego decepcionada – Y repito lo que te dije allá dentro – señalo el local – ¡Jamás en tu miserable vida vuelvas a hablarme! – me giro sobre mis talones y no doy ni un paso cuando Louis me toma del brazo.
- ¡Espera! Déjame explicarte, maldita sea – se pasa la mano por el cabello con frustración.
- ¡No quiero escucharte! He visto suficiente – dirijo mi mano a la pulsera y con torpeza comienzo a quitar el dije que él me regaló.
- No hagas esto, Jaymie – mis ojos comienzan a derramar una que otra lágrima causada por el coraje y la impotencia. Toma mi hombro y quito su mano con hostilidad.
- ¡No me toques! – me alejo – Y no quiero nada que provenga de ti, mentiroso de mierda – le lanzo en la cara el pequeño dije.
- ¡Lánzale mi zapato, Jaymie! – grita uno apareciendo a mi lado con un converse en la mano.
Estoy tan furiosa que tomo el zapato y se lo lanzo al castaño, acto seguido empujo al tipo que quedó con un solo tenis provocando que caiga al piso y lanzo la estúpida cámara al concreto, después salgo corriendo del lugar. Ni siquiera me importa la humillación, ya la tomaré en cuenta cuando la ira se haya ido de mí.
Camino a grandes zancadas por el centro sintiendo el vibrar de mi celular dentro del morral, una que otra chiquilla me pide una foto o incluso me gritan insultos pero no estoy de humor para nada así que simplemente paso de largo. He caminado como por una hora quizá más porque incluso me duelen los pies, veo un pequeño parque a dos cuadras así que me obligo a caminar hasta ahí. Me siento en una banca y observo a los niños jugar en los columpios y resbaladillas, subo los pies al asiento y abrazo mis rodillas para esconder mi rostro. Mi celular comienza a vibrar una vez más y fastidiada lo saco del morral, observo la pantalla y cuelgo la llamada entrante, tengo demasiadas llamadas perdidas del Louis Mentiroso de Mierda Tomlinson. Escondo mi rostro una vez más y el jodido teléfono vibra otra vez pero ahora el que llama es Arnold.
- ¿Qué quieres? – contesto de mala gana.
- ¿Dónde estás? – pregunta con la voz agitada – ¿Estás bien?
- No, no estoy bien – respondo con cinismo en mi voz – No me digas que no viste todo lo que pasó afuera de Burger King.
- Lo vi, por eso te lo pregunto. Dime dónde estás.
- ¿Para qué quieres saberlo? – pregunto con el mismo tono de fastidio en mi voz.
- Estoy buscándote.
- No lo hagas, tampoco vuelvas a llamarme porque no quiero volver a hablar contigo.
Cuelgo la llamada y apago el teléfono.
Por fin he normalizado mi respiración, sin embargo, el coraje sigue ahí. Estancado en mi cuello, en mi pecho y en mi estómago. No voy a llorar como una nenita, no más. Las mierdas siempre le suceden a las personas cuando menos lo esperan y a pesar de que ha sido un golpe bajo para mi orgullo, se acabó la niñita llorona.
Toco el timbre de la casa de Michelle, al instante Louise abre la puerta y me mira con sus grandes ojos castaños.
- Jaymie – su ceño se frunce con preocupación – ¿Estás bien?
- ¿Se encuentra Michelle? – ignoro su pregunta.
- No pero está Lukas. Pasa – se mueve hacia un lado y entro como zombie al lugar – Le diré que viniste y enviaré un mensaje a Michelle. Ponte cómoda – señala los sillones de la sala de estar y me encamino hasta ellos, tomo un cojín y me siento abrazándolo.
Espero unos minutos hasta que un sexy rubio se sienta a mi lado, lo observo unos segundos y ni siquiera debo hablar porque él ya sabe lo que me sucede. Se limita a abrazarme y acariciar mi cabello, cierro los ojos y me trago las lágrimas que amenazan con salir de mis lagrimales.
- ¿Quieres hablar? – susurra y yo niego.
Me quedo así por no sé cuánto tiempo, incluso Michelle ha llegado a mi lado regalándome un fuerte abrazo, me limito a permanecer ahí mirando la mesa de centro. No pasan ni diez minutos cuando las demás llegan, mi mirada no se aleja del mismo punto desde hace rato ya.
- No entiendo – rompo el silencio.
- ¿Qué no entiendes, cariño? – pregunta Carrie colocándose frente a mí.
- Las mentiras – me limito a decir. Observo a cada una y a Lukas, sus expresiones son de confusión.
Coraline suspira con pesadez y se acerca a mí, me abraza y comienza a sollozar, incluso veo a Emma cerrar los ojos y fruncir los labios.
- Todo esto es una mierda – dice ahora Carrie frente a mí.
- Más que eso – tomo el control remoto y enciendo el televisor.
E! News comienza con un enorme encabezado que llama mi atención al instante. “Louis Tomlinson vuelve al grupo de los solteros”. Me quedo quieta observando mientras la presentadora tetona habla con fingido entusiasmo.
- ¡¿Y qué pareja joven creen que acaba de terminar?! – al instante todos voltean a ver – Así es, nada más y nada menos que el joven cantante de One Direction Louis Tomlinson y la chica no famosa Jaymie Williams – revoleo los ojos ante sus diálogos que parecen creados por simios – Todo esto sucedió fuera del Burger King en Covent Garden y según los espectadores fue un espectáculo digno de admirar. Fuentes cercanas a la ex pareja revelaron que ellos estaban teniendo problemas en su relación, al parecer el joven Tomlinson tenía intenciones de regresar con su ex amada Eleanor Calder – al lado de la tipa aparece la misma fotografía de Louis y Eleanor besándose – Cuando esta mañana los captaron besándose, cosa que la joven Jaymie no pudo soportar después de que un paparazzi le mostrara la foto que ven en pantalla. Esto es lo que sucedió.
La tipa sonríe y acto seguido un video de mala calidad – obviamente grabado con un teléfono celular – muestra la escena en la que le grito al Erection, incluso cuando empujo a un paparazzi y lanzo al piso la cámara del otro, hasta que salgo de ahí corriendo.
- Vaya escena – la tipa mueve la mano como si todo el escándalo haya sido la gran cosa – Hasta ahora Tomlinson no ha dado declaraciones y el hombre Ronald Harrison pide que se le pague la cámara que la joven lanzó hostilmente al piso. Lástima por las directioners que comenzaban a aceptar la pareja Laymie Willinson…
- ¡Apaga esa mierda! – dice Emma tomando el control del televisor y presionando el botón que apaga el aparato.
- Al menos ya saben cómo ocurrió todo y no tengo que explicar nada – comento intentando sonar graciosa, sin embargo, ni a mí me causó gracia.
Observo el techo unos segundos, Simon ha logrado lo que quería, una ruptura que diera algo para hablar. Esta noche será larga pero no tanto como los días que se avecinan…
- Recuerdo este día – dice Cora mostrándonos una fotografía – Jaymie me quitó el desayuno – suelto una risita.
- Lo siento, rubia – tomo la fotografía y la observo con detenimiento. Justo como la nena del mall, Ciara corre detrás de mí para regañarme mientras Coraline llora y me apunta – De verdad tenía hambre.
- Además compartió conmigo – habla Emma – Así que déjala.
Sonrío una vez más y regreso la foto al álbum. Me acomodo en el sillón recargándome en el respaldo, suspiro pesadamente y observo los dijes bailarines de mi muñeca, se tambalean como si estuviesen bailando, acto seguido observo a las cuatro mujeres sentadas alrededor del comedor mientras beben té y me pregunto qué es lo que se siente perder a una de tus mejores amigas. La curiosidad me invade y al instante observo a las cuatro locas sentadas frente a mí, ellas están aquí después de todo pero no me imagino el hecho de perder siquiera a una. Sería como si parte de mi castillo de fuerza se derribase. Observo una vez más a las mujeres – o madres, como suelo llamarlas – ellas platican entre sí, sin embargo, sus sonrisas demuestran un vacío y me imagino que ése vació es Ciara.
¿Cómo serían las cosas si ella estuviese aquí? Quizá no estaría tan jodida mi relación con Arnold y no andaría mendigando el amor de una madre con esas bellas mujeres pero, por algo pasan las cosas, ¿cierto?
¿Si pasan por algo?...
- Jaymie – llama mi atención el padre de Emma. Giro el rostro para observarlo y me hace un gesto para que vaya hasta él.
- ¿Qué pasa? – pregunto una vez que lo tengo enfrente.
- Me encanta tu pulsera – sonríe – Pero todavía falta un dije ahí.
- Esto es demasiado extraño, Connor – suspiro con pesadez.
- Lo sé. Cambiando un poquito de tema... sé que tus problemas con Arnold son tu asunto y el de él pero, después de todo eres como una hija más para mí y tu padre es como mi hermano – confiesa observando a las demás – Es un amargado y enojón pero me dio algo para su pequeña gruñona – suelta una risita, sin embargo, permanezco quieta y sin expresión alguna.
- Puede dármelo en persona – me cruzo de brazos.
- ¡Oh vamos! – me abraza – Conmigo no quieras ser la gruñona. Yo sólo soy un chismoso y metiche que pasa los mensajes y en este caso el paquete.
Me entrega una caja aterciopelada más pero en color rosa pálido, con las mismas letras que las anteriores, tal y como si también se hubiese puesto de acuerdo para comprarla en el mismo lugar. Observo a Connor entrar al comedor y salir minutos después. Aprieto la cajita entre mis manos y la guardo en el bolsillo de mi chamarra. Por ahora no tengo la disposición de ver qué hay dentro, camino hasta las chicas y continuamos con lo que hacíamos minutos antes.
* * *
Observo el departamento que la familia Woodhouse me prestó, de verdad es lindo y amueblado se ve mucho mejor, tanto que quiero abrazar y besar cada mueble dentro del lugar. Me dejo caer sobre el sillón y suelto un suspiro pesado, me costó convencer a mis amigas y a mis “madres” que no haría algo estúpido, simplemente quiero un momento para mí.
He notado que últimamente estoy más idiota de lo normal, no puedo creer que olvidé el día de la muerte de Ciara. Me siento tan estúpida que quisiera lanzarme del balcón e incluso el remordimiento me martilla la cabeza, es como si por un tiempo me hubiese olvidado del todo de mi madre y es algo que no puedo perdonarme.
Mi celular comienza a vibrar como loco y “Counting Stars” de One Republic me confirma que es una llamada, meto la mano a mi bolsa y en la pantalla puedo leer el nombre de Louis. Cierro los ojos con fuerza y tomo una respiración profunda antes de responder.
- Hola, Jay – saluda y su voz suena apagada.
- ¿Qué hay? – respondo su saludo observando el corazón que cuelga de mi pulsera.
- ¿A qué hora paso por ti para lo de la cosa mala?
- ¿Te parece en dos horas? – pregunto mientras juego con mis dedos, esto es de verdad difícil.
- Claro, ¿a dónde paso por ti? – lo escucho carraspear y a un gritón detrás de él.
- Al nuevo departamento, recuerdas dónde está, ¿cierto? – muerdo mi labio con nerviosismo.
- Sí, sé dónde está. Te veo en dos horas.
Cuelgo dos segundos después de que él lo hace, es raro que no haya dicho alguna burrada, incluso en los peores momentos Louis es un grandísimo imbécil así que doy por sentado que le ocurre algo. Sé que fui una grosera al no contestarle su mensaje ayer pero de verdad me tomó por sorpresa y me pegó un susto tremendo pero, reconsideré un poco las cosas y no quiero perder comunicación con él, no quiero pasar por lo mismo que Carrie, Emma y Coraline, quiero hacer las cosas bien por una vez en mi vida.
Me levanto del sofá y camino hasta una de las habitaciones, tomo algo de ropa que había llevado tiempo atrás, una toalla y me encamino directo a la ducha.
Una vez que salgo me pongo los jeans, un suéter y las botas ugg, camino hasta la cama mientras desarreglo mi cabello con las manos para que seque pronto. Me recuesto y tomo mi celular, hace demasiado tiempo que no entro a twitter y tengo la curiosidad de ver qué nuevas formas de asesinarme encontraron las fanáticas de One Erection.
Me sorprende ver el vocabulario de las nenas de trece años hacia mí persona. No sé si reír o ponerme a llorar debido a que no tienen respeto ni por mi madre que en paz descanse, ni por mi padre. Uno de los tweets tiene etiquetado a Louis y la curiosidad me invade por completo así que entro a su twitter.
Hay demasiados tweets pero algunos en especial me llaman la atención.
Es tan raro leer a Louis tan cursi y ridículo, deslizo el dedo por la pantalla táctil para que baje y me sorprendo al ver espantosas fotos mías.
Dios, esto es tan vergonzoso. Ahora todas sus fans han de creer que como como cerda todo el tiempo.
Observo mi reloj de mano y es maravilloso cómo vuela el tiempo. Dejo el celular de lado y me dedico a maquillarme un poco; me pongo algo de base, polvo para fijar el maquillaje líquido, rímel en las pestañas, un poco de delineador, rubor y lápiz labial. Tardo aproximadamente media hora en hacerlo porque mis movimientos son más lentos que el cerebro de Harry y Huesos.
Observo mi reloj y faltan cuarenta y cinco minutos para que llegue Louis así que enciendo el televisor y muevo mi cabello con mi mano para que se seque y poder hacer algunas ondulaciones marcadas. Cuando mi cabello está más seco que húmedo, me pongo protector de calor en todo el cabello y comienzo a hacer el arte de magia.
Mientras me coloco la muñequera elástica en la mano que Jenna compró para mí, mi celular timbra con Young Girls de Bruno Mars indicando que tengo un mensaje nuevo. Tomo el celular y observo la pantalla.
Estoy aquí (:
Me miro una vez más en el espejo de cuerpo completo y guardo el celular en un pequeño morral para después salir por la puerta. Recargado en la puerta de su auto, se ve condenadamente sexy y lo único que puedo hacer es caminar a grandes zancadas hasta él y plantarle un beso en los labios. Sé que es algo estúpido pero mi instinto reaccionó antes que la razón.
- ¿Y eso? – me mira confundido.
- No lo sé – contesto atropellando las palabras.
- Luego dices que el loco soy yo – bromea y suelto una risita que él acompaña. Acto seguido abre la puerta del copiloto y entro.
Una vez que el castaño está dentro del coche lo enciende y arranca hasta llegar a un Burger King, mi emoción se hace presente porque es mi lugar favorito. Baja del coche y abre la puerta para mí, toma mi mano y nos encaminamos por el estacionamiento. De inmediato in montón de hombres tomando fotografías se acerca casi impidiéndonos el paso y preguntando cosas estúpidas como: “¿Es cierto que estás embarazada?, ¿Tu amiga Emma murió? ¿Carrie ahora se dedica a extorsionar personas?, ¿Coraline se cayó golpeándose la cabeza cuando era bebé?, ¿Michelle en realidad es un transexual?” y un sinfín de preguntas raras que si no fuera por Louis ya hubiese golpeado a unos cuantos metiches.
Una vez dentro, todos y cada uno de los clientes dirigen la mirada hacia la estrellita y su novia la “roba fama”, les doy la espalda y quedo frente a Louis en la fila para pedir nuestra orden.
- ¿Cómo haremos todo esto? – pregunto observando al guapo cajero, sin embargo, no observo su belleza, es sólo a donde mi mirada cayó.
- Simple, salimos con la cabeza agachada y cara de amargados hablando sobre nuestra ruptura – damos unos pasos al frente – Los chismosos de allá afuera se encargarán del resto. ¿Qué quieres ordenar? – señala los combos en un anuncio luminoso arriba de nosotros.
- Quisiera la extreme – entrecierro los ojos.
- ¡Chócalas! Pediré esa también – levanta la mano y choco mi palma derecha con la de él – ¡Dios! Esto te dejó Harry como recuerdo – toma mi mano con la muñequera y de inmediato recuerdo la reacción estúpida de cerrarme la puerta.
- Vaya recuerdo tan doloroso – revoleo los ojos y el castaño frente a mí ríe – ¿Qué?
- Nada – continúa riendo como tonto.
- Te haré lo mismo para que rías con más fuerza – me cruzo de brazos. La fila avanza y llegamos hasta quedar frente al cajero.
- Tres extreme con papas grandes y refrescos grandes por favor – lo observo confundida pero me quedo callada por el momento en que el cajero teclea en su caja registradora. Louis le da unos billetes y el chico le regresa el cambio con un número de orden y el ticket.
- ¿Por qué pediste tres? – pregunto confundida mientras nos dirigimos hasta la mesa.
- Ya verás – dice mientras toma asiento, coloca el número de la orden sobre la mesa.
- Louis – me observa – Quiero pedirte un favor.
- Claro, dime – recarga sus codos sobre la madera.
- Por favor no le comentes todo lo que te he contado a nadie – entrecierra los ojos – Ni siquiera a Harry. Cuando esté preparada yo diré todo a todos, ¿de acuerdo?
- Sí, no te preocupes – observa el logotipo de la mesa con atención.
Lo observo por unos minutos, a pesar de que se mantiene “normal”, hay algo que siento que me oculta. No quiero ser una paranoica pero me es imposible el no serlo.
Observo a una chica de las que trabajan aquí, se acerca con una bandeja siempre observando a Louis, no siento celos sino todo lo contrario, no entiendo cómo se puede querer a alguien que ni siquiera sabe tu nombre o tu existencia.
- Su pedido – deja la bandeja sobre la mesa mirando con ojos de borreguito a Louis quien se limita a agradecerle sin mirarla. La chica se aleja y puedo verla detrás de la caja de cobro con la mirada aún sobre Louis.
- ¿Me contarás qué pasó con Ciara? – suelta de repente haciéndome sobre saltar.
- ¿Disculpa? – pregunto asimilando lo que acaba de decir.
- Ayer no me contaste porque llegó Harry, luego hizo picadillo tu mano y bueno, no escuché la historia – trago saliva y mi corazón aumenta la intensidad de sus latidos.
Suspiro y echo un vistazo a las hamburguesas envueltas en papel frente a mí, jalo un cuerito de mis labios y me obligo a mirarlo nuevamente.
- Es difícil para mí contarlo y no quiero verme estúpida mientras lo hago – me excuso tamborileando los dedos sobre la madera de la mesa. Louis suelta una risita y toma mi mano.
- Jamás te ves estúpida, créeme – me guiña el ojo – Siempre te ves bella – resoplo y paso la mano por mi cabello como si eso quitase la frustración que se acumuló en mí.
- Ciara murió un doce de diciembre – su boca se abre a la vez que su entrecejo se frunce.
- Faltan dos semanas para doce de diciembre – asiento mirando el logotipo de la mesa.
- Yo tenía trece años cumplidos y siempre he amado la música – la voz comienza a temblarme así que carraspeo la garganta – Todo fue tan estúpido… yo fui muy estúpida de hecho. Me odio por eso.
- ¿A qué te refieres? – pregunta acercándose un poco.
- Pues…
Levanto la mirada y veo a un hombre muy parecido a mi padre dirigirse hacia nosotros. Su vestimenta son jeans de mezclilla, una playera de manga corta en negro y unos tenis Vans a juego con la playera, algo que jamás en mi vida había visto porque él es el hombre más formal del mundo.
- Hola – saluda mientras toma asiento con nosotros confirmando que es Arnold, siento mi sangre irse hasta mis pies y de regreso a mi cabeza.
- ¿Qué pasa aquí? – pregunto muy confundida mientras observo a Louis.
- Yo estaba preocupado por ti – dice nervioso, puedo notar que su pecho se infla y desinfla con rapidez – Así que visité a Arnold. Él me dijo que no sabía nada de ti y creí que tiene derecho a saber cómo estás, después de todo es tu padre.
Mi pecho arde y mis manos se calientan al instante, la ira se acumula en la boca de mi estómago provocando un ligero ardor. Cierro los ojos unos segundos y después observo a mi padre, él permanece serio y con la vista fija en mí.
- Me sorprende que hayas venido a verme – trago saliva – Creí que para ti era sólo una puta en busca de dinero a cambio de sexo, Arnold.
- En primer lugar, vine aquí porque estaba más que preocupado, no atiendes mis llamadas y ni siquiera vas a casa – observa si hay personas alrededor y continúa hablando – Y en segundo, tenía derecho a pensarlo, no estabas en casa todo el día y siempre tenías dinero el cual no te daba yo – lo miro sorprendida y muy enojada.
- Para ser el abogado con el bufete más grande de Londres eres un ingenuo – hago hasta lo imposible para no desquiciarme – Y no, no tienes derecho a pensar que tu hija que pasa más tiempo en la calle y no contigo que siempre estás ocupado o con tu mujer, es una zorra. Tengo dinero porque trabajo, ¿sabes?
- Jamás me lo dijiste – entrecierra los ojos con confusión.
- Pues ahora te lo digo – levanto la ceja – Trabajo cantando en un bar, Arnold. Y estoy orgullosa de mi trabajo.
- ¿Cantando? – su cara se deforma, como si el cantar me hiciera una pordiosera – ¿Estás loca?
- No tanto como tú – sus ojos están fijos en mí, sé que está muy enojado porque las venas de su cuello se ven de aquí a China, sin embargo, también sé que hace lo imposible para controlar su enojo.
- Mira, niña – me apunta – No pago tus estudios universitarios para que trabajes y menos en un bar de mala muerte.
- Pues ahórrate tu valioso dinero, querido papi – sarcasmo, sarcasmo – Porque no tienes que preocuparte por eso. Ya no iré a la maldita universidad.
- ¡Jaymie! – levanta la voz atrayendo la mirada de unos chiquillos curiosos.
- ¿Esto es lo que querías? – pregunto ahora a Louis – Querías que confiara en ti y vas de chismoso con este hombre – lo señalo.
- Basta de berrinches, Jaymie – advierte mi padre haciendo puños las manos.
- No estoy haciendo berrinches, Arnold – lo miro seria – Soy una adulta, tú me tratas como si tuviera cinco años y ahora me independizo de ti y de todos, te despido de ser mi padre. Y tú – señalo a Erection – No vuelvas a dirigirme la palabra.
Me levanto indignada del asiento y camino a grandes zancadas del lugar, sé por el ruido de otra silla que alguien va detrás de mí pero lo mandaré a la mierda en cuanto me alcance.
No abro del todo la puerta cuando los hombres que hace tiempo no me dejaban entrar, ahora no me dejan salir. Se amontonan sobre mí y por más que los empujo no dejan de preguntarme cosas.
- Jaymie, ¿quién es el hombre que entró? – pregunta uno grabando con su celular.
- He escuchado que es tu ex marido – afirma otro encendiendo más la llama de la furia en mí.
- ¡Váyanse a la mierda todos! – exclamo con enojo mientras les levanto mis amorosos dedos medios.
- ¡Jaymie, Jaymie! – grita uno entrometiéndose en mi camino – ¿Supiste sobre el encuentro amoroso de Tomlinson con Calder esta mañana?
- Aléjate de mí, reportero de mierda – camino unos cuantos pasos mientras el tipo me sigue.
- No te miento, sólo observa esto – coloca frente a mi rostro una cámara tan cerca que incluso doy un tope con ésta.
Me detengo de golpe y agudizo la mirada observando la puta fotografía. Ahí se encuentra el experto en las mentiras Tomlinson junto a la zorra esa que le puso los cuernos cuando aún eran novios, pero eso no es todo…
La chica sonríe mientras él la abraza por la cintura, el hombre cambia la fotografía y ahora ambos unen sus labios en un beso asquerosamente francés. Ella lo abraza por el cuello y él parece pegarla más a su cuerpo mientras sus manos siguen en la delgada cintura de la chica.
Observo la fecha y es exactamente el día veintiocho de noviembre, ósea hoy. El corazón me da un vuelco y es como si el mundo se me viniese encima. Sin embargo, no siento dolor, pero si estoy que muero de la ira y la decepción.
Es un maldito mentiroso de mierda, odio las mentiras, más en esa situación en la que no tenía por qué mentirme con esa mierda de que no quería perder la comunicación conmigo y esa estupidez de que sentía muchas cosas por mí. Al parecer es uno de esos tipos mierdas que necesitan estar rodeados de mujeres para poder afirmarse a ellos mismos que son hombres y que su masculinidad no caiga por los suelos.
Me quedo estática observando la foto aún, escucho que repiten mi nombre cientos de veces y eso sólo me hace molestar más.
- ¡Jaymie, espera! – logro distinguir esa maldita voz de marica y me giro para enfrentarlo. Los metiches hacen un círculo dejándonos a Tomlinson y a mí en medio.
- ¿Por qué me mentiste? – pregunto con un nudo que quema en mi garganta.
- Yo no…
- ¡No digas que no! – grito mientras le quito la cámara al tipo y la pongo frente al rostro de Tomilson.
- ¡No! ¡Eso no…! – se enreda con sus palabras mientras balbucea idioteces. No puedo entender nada de lo que me dice y creo que no es porque no habla del todo bien, tan sólo quiero golpearlo hasta desmayarlo – Déjame explicarte.
- ¿Qué le explicarás, Louis? ¿Qué la engañaste? ¿Qué le pusiste los cuernos? – dice uno de los tipos mientras acerca el celular que sigue grabando.
- Eres un maldito mentiroso – niego decepcionada – Y repito lo que te dije allá dentro – señalo el local – ¡Jamás en tu miserable vida vuelvas a hablarme! – me giro sobre mis talones y no doy ni un paso cuando Louis me toma del brazo.
- ¡Espera! Déjame explicarte, maldita sea – se pasa la mano por el cabello con frustración.
- ¡No quiero escucharte! He visto suficiente – dirijo mi mano a la pulsera y con torpeza comienzo a quitar el dije que él me regaló.
- No hagas esto, Jaymie – mis ojos comienzan a derramar una que otra lágrima causada por el coraje y la impotencia. Toma mi hombro y quito su mano con hostilidad.
- ¡No me toques! – me alejo – Y no quiero nada que provenga de ti, mentiroso de mierda – le lanzo en la cara el pequeño dije.
- ¡Lánzale mi zapato, Jaymie! – grita uno apareciendo a mi lado con un converse en la mano.
Estoy tan furiosa que tomo el zapato y se lo lanzo al castaño, acto seguido empujo al tipo que quedó con un solo tenis provocando que caiga al piso y lanzo la estúpida cámara al concreto, después salgo corriendo del lugar. Ni siquiera me importa la humillación, ya la tomaré en cuenta cuando la ira se haya ido de mí.
Camino a grandes zancadas por el centro sintiendo el vibrar de mi celular dentro del morral, una que otra chiquilla me pide una foto o incluso me gritan insultos pero no estoy de humor para nada así que simplemente paso de largo. He caminado como por una hora quizá más porque incluso me duelen los pies, veo un pequeño parque a dos cuadras así que me obligo a caminar hasta ahí. Me siento en una banca y observo a los niños jugar en los columpios y resbaladillas, subo los pies al asiento y abrazo mis rodillas para esconder mi rostro. Mi celular comienza a vibrar una vez más y fastidiada lo saco del morral, observo la pantalla y cuelgo la llamada entrante, tengo demasiadas llamadas perdidas del Louis Mentiroso de Mierda Tomlinson. Escondo mi rostro una vez más y el jodido teléfono vibra otra vez pero ahora el que llama es Arnold.
- ¿Qué quieres? – contesto de mala gana.
- ¿Dónde estás? – pregunta con la voz agitada – ¿Estás bien?
- No, no estoy bien – respondo con cinismo en mi voz – No me digas que no viste todo lo que pasó afuera de Burger King.
- Lo vi, por eso te lo pregunto. Dime dónde estás.
- ¿Para qué quieres saberlo? – pregunto con el mismo tono de fastidio en mi voz.
- Estoy buscándote.
- No lo hagas, tampoco vuelvas a llamarme porque no quiero volver a hablar contigo.
Cuelgo la llamada y apago el teléfono.
Por fin he normalizado mi respiración, sin embargo, el coraje sigue ahí. Estancado en mi cuello, en mi pecho y en mi estómago. No voy a llorar como una nenita, no más. Las mierdas siempre le suceden a las personas cuando menos lo esperan y a pesar de que ha sido un golpe bajo para mi orgullo, se acabó la niñita llorona.
* * *
Toco el timbre de la casa de Michelle, al instante Louise abre la puerta y me mira con sus grandes ojos castaños.
- Jaymie – su ceño se frunce con preocupación – ¿Estás bien?
- ¿Se encuentra Michelle? – ignoro su pregunta.
- No pero está Lukas. Pasa – se mueve hacia un lado y entro como zombie al lugar – Le diré que viniste y enviaré un mensaje a Michelle. Ponte cómoda – señala los sillones de la sala de estar y me encamino hasta ellos, tomo un cojín y me siento abrazándolo.
Espero unos minutos hasta que un sexy rubio se sienta a mi lado, lo observo unos segundos y ni siquiera debo hablar porque él ya sabe lo que me sucede. Se limita a abrazarme y acariciar mi cabello, cierro los ojos y me trago las lágrimas que amenazan con salir de mis lagrimales.
- ¿Quieres hablar? – susurra y yo niego.
Me quedo así por no sé cuánto tiempo, incluso Michelle ha llegado a mi lado regalándome un fuerte abrazo, me limito a permanecer ahí mirando la mesa de centro. No pasan ni diez minutos cuando las demás llegan, mi mirada no se aleja del mismo punto desde hace rato ya.
- No entiendo – rompo el silencio.
- ¿Qué no entiendes, cariño? – pregunta Carrie colocándose frente a mí.
- Las mentiras – me limito a decir. Observo a cada una y a Lukas, sus expresiones son de confusión.
Coraline suspira con pesadez y se acerca a mí, me abraza y comienza a sollozar, incluso veo a Emma cerrar los ojos y fruncir los labios.
- Todo esto es una mierda – dice ahora Carrie frente a mí.
- Más que eso – tomo el control remoto y enciendo el televisor.
E! News comienza con un enorme encabezado que llama mi atención al instante. “Louis Tomlinson vuelve al grupo de los solteros”. Me quedo quieta observando mientras la presentadora tetona habla con fingido entusiasmo.
- ¡¿Y qué pareja joven creen que acaba de terminar?! – al instante todos voltean a ver – Así es, nada más y nada menos que el joven cantante de One Direction Louis Tomlinson y la chica no famosa Jaymie Williams – revoleo los ojos ante sus diálogos que parecen creados por simios – Todo esto sucedió fuera del Burger King en Covent Garden y según los espectadores fue un espectáculo digno de admirar. Fuentes cercanas a la ex pareja revelaron que ellos estaban teniendo problemas en su relación, al parecer el joven Tomlinson tenía intenciones de regresar con su ex amada Eleanor Calder – al lado de la tipa aparece la misma fotografía de Louis y Eleanor besándose – Cuando esta mañana los captaron besándose, cosa que la joven Jaymie no pudo soportar después de que un paparazzi le mostrara la foto que ven en pantalla. Esto es lo que sucedió.
La tipa sonríe y acto seguido un video de mala calidad – obviamente grabado con un teléfono celular – muestra la escena en la que le grito al Erection, incluso cuando empujo a un paparazzi y lanzo al piso la cámara del otro, hasta que salgo de ahí corriendo.
- Vaya escena – la tipa mueve la mano como si todo el escándalo haya sido la gran cosa – Hasta ahora Tomlinson no ha dado declaraciones y el hombre Ronald Harrison pide que se le pague la cámara que la joven lanzó hostilmente al piso. Lástima por las directioners que comenzaban a aceptar la pareja Laymie Willinson…
- ¡Apaga esa mierda! – dice Emma tomando el control del televisor y presionando el botón que apaga el aparato.
- Al menos ya saben cómo ocurrió todo y no tengo que explicar nada – comento intentando sonar graciosa, sin embargo, ni a mí me causó gracia.
Observo el techo unos segundos, Simon ha logrado lo que quería, una ruptura que diera algo para hablar. Esta noche será larga pero no tanto como los días que se avecinan…
- LEAN, PERRILLAS:
- Por fin les traigo mi inmenso capítulo que no cupo ni en dos posts
Espero que no se aburran tanto como yo lo hice, me tardé toda la puta noche editándolo. Y cuando digo "toda la noche" quiere decir ¡TODA LA PUTA NOCHE!
justo ahora son las 8:10 am y comencé a editarlo ayer como a las 11 pm
Eso me pasa por escribir tanta mierda y bueno, ya que no iba a dormir hice unas imágenes de mierda como si fuesen tweets del culón :skip:
¡Dios! Me divertí tanto en paint
Me dije a mí misma: "Si ya estás aquí haciéndote pendeja 
¿Por qué no hacer imágenes de tweets de Tommo más falsas que las tetas de Ninel Conde? :abby: :lizzena:
Espero les guste y si no les gusta pues váyanse a la mierda a leer a otro lado :jum:
PD: Quiero un post tan largo como mi cap
PD de la PD: Lectoras que aún son fantasmas
¡TOMEN ESTA! .l. Deben comentar para leer :jum:
Última edición por Peter Pan el Sáb 22 Nov 2014, 10:31 pm, editado 1 vez
Bart Simpson
Re: Trouble, love&shows {One Direction} NC. 2do tema
por Invitado Sáb 10 Mayo 2014, 8:33 am
mierda, joder, fue tan asdfghjklñ, amo a jay, la amo, soy horrible comentando, aja, me encanto el cap, ahora síganla c:
Última edición por Poker el Sáb 10 Mayo 2014, 6:18 pm, editado 1 vez
Invitado
Invitado
Re: Trouble, love&shows {One Direction} NC. 2do tema
por OverAgain198 Sáb 10 Mayo 2014, 9:04 am
¡Joder! Que hermoso capítulo. Increíble. Valió la pena esperar. De verdad amo mucho su colectivo, son escritoras muy geniales.
Por cierto nueva lectora. Me llamo Keyla.
Por cierto nueva lectora. Me llamo Keyla.
OverAgain198
Re: Trouble, love&shows {One Direction} NC. 2do tema
por hange. Sáb 10 Mayo 2014, 9:05 am
Oficialmente: ustedes han escupido en mis sentimientos.
hange.
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Re: Trouble, love&shows {One Direction} NC. 2do tema
por hange. Sáb 10 Mayo 2014, 9:34 am
Primero voy con el capitulo de Kande
TU, SIMPLEMENTE, ERES UNA GENIO EN ESO DE INTRIGAR A LAS PERSONAS. Sabes todas las posibilidades que pensé sobre el embarazo o el no embarazo de Carrie? fueron demasiadas. Haciendo una pausa, yo tengo que ponerme al día con Naruto
LA LLAMADA DE RAY :A:No todo lo que pasa es malo, y que el estuviese interesado en ella (y no por el menso de Harry) fue muy emocionante :') A pesar de que Christopher fue un imbécil y le dijo mentiras a Ray, no importa, el la llamo y asgakfhaks le ofreció el papel ,<3
Estuve tan ansiosa antes, durante y después del capitulo >_____> me quería arrancar los cabellos cuando eso del evatest salio positivo pero aun ella debía ir al medico para confirmar. Carrie es una tonta >< es que, HARRY ESTA POR EL PISO POR ELLA Y ELLA NO LO VE. Esta tan ciega que me dan ganas de golpearla. Okay, el es un idiota y un malnacido pero pero D: la quiere y Carrie no sabe verlo D: y cuando comienza a aceptarlo...BAM, como que su naturaleza se retracta y vuelve a la fase oscuramente dolorosa de la negación.
((Simon a comenzado a caerme tan mal esta nc.)) ((En serio))
Yo, acá, voto porque todos golpeen a Carrie porque es una tonta orgullosa *levanta su mano* aunque la sigo amando, PERO JESÚS.
Yo quería llorar cuando Harry la siguió yo quería llorar cuando Harry le dijo "solo debes mirarme" yo quería llorar cuando ella le respondió tan feo pero es porque no pudo evitarlo YO QUERÍA GRITAR CUANDO EL DIJO "NO QUIERO QUE ESTO SE TERMINE" "PERO PODEMOS HACER QUE SEA DE VERDAD" Y TODAS ESAS COSAS LINDAS QUE ME PARTIERON EL CORAZÓN.
Carrie esta loca.
Verse estúpida por enamorarse de el??????
Y LOUIS ME CAE BIEN PERO ES UN ESTÚPIDO.
POR QUE HIZO ESO. POR QUE.
Aunque fue cómica la parte en que todas estaban detrás de el
hubiese sido mas cómico si se cae todas encima de el por las escaleras, pero no todo lo que se quiere se obtiene
Mi corazón se detuvo en la parte de que "Harry, Carrie esta embarzada de ti" hasta el final.
A pesar de que no esta embarazada, creo que eso me lo hubiese tomado mejor que todo lo que paso después. CUANDO HARRY EMPEZÓ A DECIR TODO ESO QUE DIJO YO ME QUERÍA A PONER A RODAR POR EL PISO DE LA SALA HASTA LA HABITACIÓN DE MI MAMA Y EL CLOSET GIGANTE QUE TIENE, PORQUE NO, SINCERAMENTE NO.. FUE DEMASIADO.
A pesar de que les dijo locas a Jay y a Cora eso es algo de lo mas real y hermoso que Harry a dicho y la ultima frase fue como si hubiese triturado mi corazón. Y luego se fue, ella lo voto :C Y eso me partió el alma, Kande, QUE QUEDE EN TU CONCIENCIA
Porque fue tan hermoso a pesar de haber sido una ruptura
Ame el capitulo; y ame que Lukas le haya dicho todas sus verdades; y ame que las chicas hayan estado ahí para ella; y ame cada palabra del capitulo y amo todo. Y amo a esta NC, y te amo por haberte pedido que entre y las amo a todas y amo a las lectoras y yo :C
TU, SIMPLEMENTE, ERES UNA GENIO EN ESO DE INTRIGAR A LAS PERSONAS. Sabes todas las posibilidades que pensé sobre el embarazo o el no embarazo de Carrie? fueron demasiadas. Haciendo una pausa, yo tengo que ponerme al día con Naruto
LA LLAMADA DE RAY :A:No todo lo que pasa es malo, y que el estuviese interesado en ella (y no por el menso de Harry) fue muy emocionante :') A pesar de que Christopher fue un imbécil y le dijo mentiras a Ray, no importa, el la llamo y asgakfhaks le ofreció el papel ,<3
Estuve tan ansiosa antes, durante y después del capitulo >_____> me quería arrancar los cabellos cuando eso del evatest salio positivo pero aun ella debía ir al medico para confirmar. Carrie es una tonta >< es que, HARRY ESTA POR EL PISO POR ELLA Y ELLA NO LO VE. Esta tan ciega que me dan ganas de golpearla. Okay, el es un idiota y un malnacido pero pero D: la quiere y Carrie no sabe verlo D: y cuando comienza a aceptarlo...BAM, como que su naturaleza se retracta y vuelve a la fase oscuramente dolorosa de la negación.
((Simon a comenzado a caerme tan mal esta nc.)) ((En serio))
Yo, acá, voto porque todos golpeen a Carrie porque es una tonta orgullosa *levanta su mano* aunque la sigo amando, PERO JESÚS.
Yo quería llorar cuando Harry la siguió
yo quería llorar cuando Harry le dijo "solo debes mirarme" yo quería llorar cuando ella le respondió tan feo pero es porque no pudo evitarlo YO QUERÍA GRITAR CUANDO EL DIJO "NO QUIERO QUE ESTO SE TERMINE" "PERO PODEMOS HACER QUE SEA DE VERDAD" Y TODAS ESAS COSAS LINDAS QUE ME PARTIERON EL CORAZÓN. Carrie esta loca.
Verse estúpida por enamorarse de el??????
Y LOUIS ME CAE BIEN PERO ES UN ESTÚPIDO.
POR QUE HIZO ESO. POR QUE.
Aunque fue cómica la parte en que todas estaban detrás de el
hubiese sido mas cómico si se cae todas encima de el por las escaleras, pero no todo lo que se quiere se obtiene Mi corazón se detuvo en la parte de que "Harry, Carrie esta embarzada de ti" hasta el final.
A pesar de que no esta embarazada, creo que eso me lo hubiese tomado mejor que todo lo que paso después. CUANDO HARRY EMPEZÓ A DECIR TODO ESO QUE DIJO YO ME QUERÍA A PONER A RODAR POR EL PISO DE LA SALA HASTA LA HABITACIÓN DE MI MAMA Y EL CLOSET GIGANTE QUE TIENE, PORQUE NO, SINCERAMENTE NO.. FUE DEMASIADO.
A pesar de que les dijo locas a Jay y a Cora eso es algo de lo mas real y hermoso que Harry a dicho y la ultima frase fue como si hubiese triturado mi corazón. Y luego se fue, ella lo voto :C Y eso me partió el alma, Kande, QUE QUEDE EN TU CONCIENCIA
Porque fue tan hermoso a pesar de haber sido una ruptura
Ame el capitulo; y ame que Lukas le haya dicho todas sus verdades; y ame que las chicas hayan estado ahí para ella; y ame cada palabra del capitulo y amo todo. Y amo a esta NC, y te amo por haberte pedido que entre y las amo a todas y amo a las lectoras y yo :C
hange.
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Re: Trouble, love&shows {One Direction} NC. 2do tema
por hange. Sáb 10 Mayo 2014, 10:19 am
Ahora con el capitulo mas largo de la historia de los capítulos de Jen
cuando dijiste 30 paginas casi no me lo creo, eh.
Ame el primer gif :') es tan hermoso :')
Y yo....creo que estoy sin palabras por tu capitulo, Jen ;-; no entiendo eso de que dices que escribes sin inspiracion, che, ojala yo hacerlo asi cuando no tengo ganas
Ese momento emotivo de Jay & Emma, cuando ella le canto I'll stand by you fue hermoso :ay:Ame la canción y ae Dios; casi me pongo a llorar Emma es la primera vez que se ve así y Jay esta tan preocupada porque le pasara lo mismo y yo YO NO QUIERO VERLAS SUFRIR D: eso duele D:
((Simon me cae, EN SERIO EN SERIO, demasiado mal))
yo ya sabia lo que pasaba desde el primer regalo, me siento inteligente
Pero Jay andaba demasiado distraída, joder ;-; ame esos momentos con las familias de todas :') Se puede ver el verdadero amor que se siente una por la otra, y a pesar del tiempo nunca se separaron y :') estan mas unidos y :') Como que no recuerdo al papa de Michie :serio:era Johnny? 
Esa parte, cuando Louis y Jay van a donde Cora... TODA ESA PARTE HA SIDO EL MEJOR MOMENTO DE ELLOS DOS EN TODA LA NC Ame cada palabra, cada oración, cada párrafo.
"No quisiera que esto termine." Deoh, por que se empenan en hacerme sufrir tanto?
Y CUANDO SONÓ ONLE AND ONLY. YO LA PUSE EN YOUTUBE Y NO LA QUITE JAMAS. JAMAS.
eso fue lo mejor:ay:porque yo pensaba que si lo iba a hacer y pensaba que Jay no haría lo mismo que Carrie en romperse ella misma el corazón en vez de romper las reglas y ser feliz Y YO PENSABA QUE ESE IBA A HACER LO MEJOR DE LA VIDA, O SEA. PERO NO.
Okay, me dio risa xd Jay esta loca y me gusto eso. Y después la cosa se volvió "intensa" A Jay le gusto ver a su Tomilson seriesito 
Cuando dijo "Se mi Wendy..." a mi también se me olvido mi nombre, como respirar, como parpadear, como escribir, que era lo que estaba haciendo. Se me fue todo de la cabeza.
Louis ya no es tan estúpido :roll:
PERO ESA IDIOTEZ DE 'ESTO ES ESTÚPIDO E ILÓGICO' POR DIOS, MUJER, SOLO TENIAS QUE OLVIDARTE DE LA VIDA Y DISFRUTAR DEL JODIDO MOMENTO 
nunca tendré novio, es demasiado emocionalmente dañino para mi :C me frustro, con esto es suficiente.
Por un momento se me olvido quienes escogí para ser padres de Cora(? eso me recuerda que debemos hacer sus fichas
En fin, otro momento hermoso junto a los padres de otra de las chicas :') ame esos, en serio; y mas aun cuando le regalaron los dijes <3 Coraline sonó como una jodida nenita XD
El "yo soy la siguiente" me persiguió por el resto del capitulo.
Me gusto que Cora le haya hablado de Arnol. 1)Arnold es sexy, es Hugh. O sea. 2) La gente se equivoca :c y deben arreglarse ;c y son lo único que tienen :c y detesto que la gente sea tan terca y orgullosa :serio:se que el la lastimo, pero la gente hace cosas estúpidas.
Deja vu. Momento en que me dio una parálisis.
Y de verdad pensé que si ella hacia lo mismo que Carrie, me iba a arrancar los bellos de la ceja. NO ES TAN DIFÍCIL, SOLO HAY QUE HACERLO COMO JAMES BOND O AGENTES DEL FBI O EL TIPAZO DE TAKEN Y ASÍ, Y JASON STAHAM Y ASÍ. Y TODOS FELICES. JEHOVA PADRE.
pero....no. estupendo
Louis es hermoso :ay:esa manera en que no se rinde ni se deja joder y como actúa...solo me hace pensar que el es perfectamente perfecto para Jay y su personalidad y ella es muy tonta o cobarde para verlo y eso no es justo. No lo es.
NO, ELLOS NO PUEDEN ACABAR ASI D:
Y yo pensaba que ellos vivirían un hermoso momento emocional y toda la cosa; pero llego el resto a cagarla y estaban borrachos Epa, incluso a mi me dieron ganas de vomitar lo del panquecito 
es un apodo tonto.
No se si sea tonto, pero hasta a mi me dolió cuando Harry le cerro la puerta en la mano >< fue incomodo.
ESE MOMENTO EN EL AUTO DE LOUIS. ESO FUE DEMASIADO PERFECTO. BELLISIMO. AY. MI CORAZÓN SE VOLVIÓ ÁCIDO DULCE PORQUE PENSÉ EN LO QUE PASARÍA DESPUÉS PERO EL MOMENTO FUE GENIAL Y EL DIJE Y LO QUE DECÍA EL DIJE Y TODO. T O D O.
Y yo comencé a rezar porque sinceramente, todo es demasiado para mi
Y yo me había olvidado del beso con Ethan :que:todo el mundo lo había olvidado Y Jay sintió la necesidad de compartirlo, genial
Y eso solo demuestra que ella si lo quiere, o no le hubiese dicho nada.
"No sabes cuantas cosas siento por ti en este momento."
"No sabes cuantas cosas siento por ti en este momento."
"No sabes cuantas cosas siento por ti en este momento."
"No sabes cuantas cosas siento por ti en este momento."
hoy no duermo pensando en esa frase y en lo hermoso que es y en lo tonta que Jay es por pensar que tiene que ver con otra cosa que no sea A M O R.
Otro momento emotivo entre madres e hijas :') y los dijes, la nota de música y el Delfin. Si para cuando no vio el Delfin no recordó, entonces oficialmente Jay esta tan enamorada que perdió la cabeza. Lastima que tampoco se da cuenta de eso *le sigh* no me gusta verlas llorar D: ODIO QUE SUFRAN, SON MIS AMADAS HERMOSAS BEBES CONSENTIDAS D: no quiero que sufran ;cc
Que lindo que agregaste las fechas porque yo ya estaba en el limbo creo que la única que se las supo siempre fue Emma.
Connor es un papi lindo. Todos son unos padres lindos <3 excepto Arnold que tiene una especie de menstruación masculina crónica, pero se que se le pasara.
Jo, Louis es una ternura twitteando esas cosas :') JAY, POR QUE NO VES QUE EL TE QUIERE DEMASIADO, JODER 
Y QUE TU LO QUIERES POR IGUAL, PERO ESTAS LOCA Y NO LO ACEPTAS
nunca me espere que Arnold y Louis hayan hecho un complot de esa manera. Y enserio tuve esperanzas de que todo saldría super hiper mega ultra genial, pero no. NO. TODOS ME ODIAN Y NO ME QUIEREN VER FELIZ.
Digo, esto no es sobre mi
La discusión de Arnold y Jay fue muy incomoda >< odio eso :c y odio que peleen :c y ella no entiende que Louis solo quera arreglar todo :c
Y EL PAPARAZZI. ESA FOTO. ESE MOMENTO. YO NO SE QUE PENSAR. PORQUE ME ENOJE TANTO PORQUE LOUIS LA HABA BESADO Y LA FECHA Y LA MIERDA. PERO DESPUÉS DE LEER EL CAP RECORDÉ LA MENTE MAESTRA DE SIMON. PERO LOUIS TARTAMUDEO Y ESO LO HACE LA GENTE CUANDO DICE MENTIRAS HORRIBLES. HORRIBLE Y ASQUEROSO MENTIROSO. Y JAY NO SE MERECE ESO. Y ELLA TENIA QUE TIRARLE EL OTRO ZAPATO Y EL ZAFACON Y DESPUÉS IRSE CORRIENDO. Y YO ESTOY DEMASIADO TRAUMADA PORQUE FUE EL MEJOR CAPITULO TUYO JAY PORQUE LO AME DEMASIADO Y PASARON TANTAS COSAS Y YO AMO TODO ESTO Y LO AME CON CADA CELLA DE MI CUERPO.
de Jen cuando dijiste 30 paginas casi no me lo creo, eh.
Ame el primer gif :') es tan hermoso :')
Y yo....creo que estoy sin palabras por tu capitulo, Jen ;-; no entiendo eso de que dices que escribes sin inspiracion, che, ojala yo hacerlo asi cuando no tengo ganas
Ese momento emotivo de Jay & Emma, cuando ella le canto I'll stand by you fue hermoso :ay:Ame la canción y ae Dios; casi me pongo a llorar
Emma es la primera vez que se ve así y Jay esta tan preocupada porque le pasara lo mismo y yo YO NO QUIERO VERLAS SUFRIR D: eso duele D:((Simon me cae, EN SERIO EN SERIO, demasiado mal))
yo ya sabia lo que pasaba desde el primer regalo, me siento inteligente
Pero Jay andaba demasiado distraída, joder ;-; ame esos momentos con las familias de todas :') Se puede ver el verdadero amor que se siente una por la otra, y a pesar del tiempo nunca se separaron y :') estan mas unidos y :') Como que no recuerdo al papa de Michie :serio:era Johnny? Esa parte, cuando Louis y Jay van a donde Cora... TODA ESA PARTE HA SIDO EL MEJOR MOMENTO DE ELLOS DOS EN TODA LA NC
Ame cada palabra, cada oración, cada párrafo. "No quisiera que esto termine." Deoh, por que se empenan en hacerme sufrir tanto?
Y CUANDO SONÓ ONLE AND ONLY. YO LA PUSE EN YOUTUBE Y NO LA QUITE JAMAS. JAMAS.
eso fue lo mejor
:ay:porque yo pensaba que si lo iba a hacer y pensaba que Jay no haría lo mismo que Carrie en romperse ella misma el corazón en vez de romper las reglas y ser feliz Y YO PENSABA QUE ESE IBA A HACER LO MEJOR DE LA VIDA, O SEA. PERO NO.Okay, me dio risa xd Jay esta loca y me gusto eso. Y después
la cosa se volvió "intensa" A Jay le gusto ver a su Tomilson seriesito Cuando dijo "Se mi Wendy..." a mi también se me olvido mi nombre, como respirar, como parpadear, como escribir, que era lo que estaba haciendo. Se me fue todo de la cabeza.
Louis ya no es tan estúpido :roll:
PERO ESA IDIOTEZ DE 'ESTO ES ESTÚPIDO E ILÓGICO'
POR DIOS, MUJER, SOLO TENIAS QUE OLVIDARTE DE LA VIDA Y DISFRUTAR DEL JODIDO MOMENTO nunca tendré novio, es demasiado emocionalmente dañino para mi :C me frustro, con esto es suficiente.
Por un momento se me olvido quienes escogí para ser padres de Cora(?
eso me recuerda que debemos hacer sus fichas En fin, otro momento hermoso junto a los padres de otra de las chicas :') ame esos, en serio; y mas aun cuando le regalaron los dijes <3 Coraline sonó como una jodida nenita XD
El "yo soy la siguiente" me persiguió por el resto del capitulo.
Me gusto que Cora le haya hablado de Arnol. 1)Arnold es sexy, es Hugh. O sea. 2) La gente se equivoca :c y deben arreglarse ;c y son lo único que tienen :c y detesto que la gente sea tan terca y orgullosa :serio:se que el la lastimo, pero la gente hace cosas estúpidas.
Deja vu. Momento en que me dio una parálisis.
Y de verdad pensé que si ella hacia lo mismo que Carrie, me iba a arrancar los bellos de la ceja. NO ES TAN DIFÍCIL, SOLO HAY QUE HACERLO COMO JAMES BOND O AGENTES DEL FBI O EL TIPAZO DE TAKEN Y ASÍ, Y JASON STAHAM Y ASÍ. Y TODOS FELICES. JEHOVA PADRE.
pero....no. estupendo
Louis es hermoso :ay:esa manera en que no se rinde ni se deja joder y como actúa...solo me hace pensar que el es perfectamente perfecto para Jay y su personalidad y ella es muy tonta o cobarde para verlo y eso no es justo. No lo es.
NO, ELLOS NO PUEDEN ACABAR ASI D:
Y yo pensaba que ellos vivirían un hermoso momento emocional y toda la cosa; pero llego el resto a cagarla
y estaban borrachos Epa, incluso a mi me dieron ganas de vomitar lo del panquecito es un apodo tonto.No se si sea tonto, pero hasta a mi me dolió cuando Harry le cerro la puerta en la mano >< fue incomodo.
ESE MOMENTO EN EL AUTO DE LOUIS. ESO FUE DEMASIADO PERFECTO. BELLISIMO. AY. MI CORAZÓN SE VOLVIÓ ÁCIDO DULCE PORQUE PENSÉ EN LO QUE PASARÍA DESPUÉS PERO EL MOMENTO FUE GENIAL Y EL DIJE Y LO QUE DECÍA EL DIJE Y TODO. T O D O.
Y yo comencé a rezar porque sinceramente, todo es demasiado para mi
Y yo me había olvidado del beso con Ethan :que:todo el mundo lo había olvidado
Y Jay sintió la necesidad de compartirlo, genial Y eso solo demuestra que ella si lo quiere, o no le hubiese dicho nada.
"No sabes cuantas cosas siento por ti en este momento."
"No sabes cuantas cosas siento por ti en este momento."
"No sabes cuantas cosas siento por ti en este momento."
"No sabes cuantas cosas siento por ti en este momento."
hoy no duermo pensando en esa frase y en lo hermoso que es y en lo tonta que Jay es por pensar que tiene que ver con otra cosa que no sea A M O R.
Otro momento emotivo entre madres e hijas :') y los dijes, la nota de música y el Delfin. Si para cuando no vio el Delfin no recordó, entonces oficialmente Jay esta tan enamorada que perdió la cabeza. Lastima que tampoco se da cuenta de eso *le sigh* no me gusta verlas llorar D: ODIO QUE SUFRAN, SON MIS AMADAS HERMOSAS BEBES CONSENTIDAS D: no quiero que sufran ;cc
Que lindo que agregaste las fechas porque yo ya estaba en el limbo
creo que la única que se las supo siempre fue Emma.Connor es un papi lindo. Todos son unos padres lindos <3 excepto Arnold que tiene una especie de menstruación masculina crónica, pero se que se le pasara.
Jo, Louis es una ternura
twitteando esas cosas :') JAY, POR QUE NO VES QUE EL TE QUIERE DEMASIADO, JODER Y QUE TU LO QUIERES POR IGUAL, PERO ESTAS LOCA Y NO LO ACEPTAS
nunca me espere que Arnold y Louis hayan hecho un complot de esa manera. Y enserio tuve esperanzas de que todo saldría super hiper mega ultra genial, pero no. NO. TODOS ME ODIAN Y NO ME QUIEREN VER FELIZ.
Digo, esto no es sobre mi
La discusión de Arnold y Jay fue muy incomoda >< odio eso :c y odio que peleen :c y ella no entiende que Louis solo quera arreglar todo :c
Y EL PAPARAZZI. ESA FOTO. ESE MOMENTO. YO NO SE QUE PENSAR. PORQUE ME ENOJE TANTO PORQUE LOUIS LA HABA BESADO Y LA FECHA Y LA MIERDA. PERO DESPUÉS DE LEER EL CAP RECORDÉ LA MENTE MAESTRA DE SIMON. PERO LOUIS TARTAMUDEO Y ESO LO HACE LA GENTE CUANDO DICE MENTIRAS HORRIBLES. HORRIBLE Y ASQUEROSO MENTIROSO. Y JAY NO SE MERECE ESO. Y ELLA TENIA QUE TIRARLE EL OTRO ZAPATO Y EL ZAFACON Y DESPUÉS IRSE CORRIENDO. Y YO ESTOY DEMASIADO TRAUMADA PORQUE FUE EL MEJOR CAPITULO TUYO JAY PORQUE LO AME DEMASIADO Y PASARON TANTAS COSAS Y YO AMO TODO ESTO Y LO AME CON CADA CELLA DE MI CUERPO.
hange.
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Re: Trouble, love&shows {One Direction} NC. 2do tema
por Sweettama Sáb 10 Mayo 2014, 11:32 am
Chicas cada capitulo de ustedes vale la pena, amo esta historia sus personajes y todo, son unas genias. No quiero que termine !!!!!!!!!!!!!! Van a hacer una 2da temporada???? Digan que siiiiiiiiiii 
Todo el trabajo que te tomaste, los twitts y las canciones lo hicieron mas perfecto todavia
Todo el trabajo que te tomaste, los twitts y las canciones lo hicieron mas perfecto todavia
Sweettama
Re: Trouble, love&shows {One Direction} NC. 2do tema
por Lila Black Sáb 10 Mayo 2014, 1:41 pm
No puedo ver ninguno de los capítulos! NINGUNO! Y cada segundo que pasa me esta carcomiendo la cabeza! No se porque realmente no me permite verlo pero si suben el siguiente y aun no puedo hacerlo ..no si llegan a ser las 3 pm y sigo sin leerlo se quedan sin una lectora! *estaré muerta* Leelo los comentarios y se que es perfectoooo *-* solo espero leerlo YA! :gasp: :imdead: :muere: 
:wtf:
:wtf:Lila Black
Re: Trouble, love&shows {One Direction} NC. 2do tema
por maria s.h. Sáb 10 Mayo 2014, 1:49 pm
hola soy nueva ak y tengo q decir q ustedes son geniales...de verdad escriben muy bien
maria s.h.
Re: Trouble, love&shows {One Direction} NC. 2do tema
por Directionerwithswag Sáb 10 Mayo 2014, 1:54 pm
MUERO,ERES LO MEJOR, escriben hermoso, las amoo, okno -.-
Directionerwithswag
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