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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
She's broken inside {harry styles}
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
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She's broken inside {harry styles}
por totoro. Jue 07 Nov 2013, 3:59 pm
Nombre: She's broken inside.
Autor: Yo, Bea.
Género: Drama y romance.
Adaptación: No.
Advertencias: Ninguna.
Otras páginas: No.
Autor: Yo, Bea.
Género: Drama y romance.
Adaptación: No.
Advertencias: Ninguna.
Otras páginas: No.
Antes que nada me gustaría dedicarle este Shot a una persona que, aunque no llevemos mucho tiempo de conocernos es muy especial para mí. Redoble de tambores por favor *brrrrrr* la dulce Dani<3 *tada* Así que espero que disfrutes el Shot, aunque no sea el mejor Shot de la historia te juro que lo hice pensando en ti e hice mi mayor esfuerzo.
Te quiero mucho y espero que no lo olvides nunca o mi fantasma irá a recordartelo :P así que no te librarás muy fácil de mí.
Bai.
She's broken inside
El profesor West estaba explicando algo sobre la Segunda Guerra Mundial, pero mi mente no podía concentrarse, al menos no hasta que ella hubiera llegado.
Su lugar vacío no era una sorpresa, casi nunca llegaba y cuando lo hacía, no llegaba a tiempo.
-Harry –Louis me golpeó en la cabeza sacándome de mis pensamientos.
-¿Qué? –me giré para verlo.
-¿Puedes concentrarte? Sabes que esto vendrá en el examen –me regañó el castaño. Él sabía lo enamorado que estaba de ella y lo mucho que me preocupaba.
-Lo siento –él castaño giró los ojos y volvió a prestar atención. Yo por mi parte lo intentaba, pero era casi imposible no pensar en esa chica, ella tenía los ojos más azules que se puedan imaginar, su piel es de un blanco porcelana y sus labios son rosados y delgados, perfectos para mí. Toda ella era completamente perfecta, aunque nadie más se diera cuenta, ni siquiera ella misma.
-¿Puedo pasar? –todas la miradas se desviaron hacia ella.
-Esta será la última vez señorita Herondale –dijo el profesor y ella asintió.
Ella era la oveja negra de la escuela, se vestía de negro y le disgustaban las charlas que mantenían las chicas normales. Ese día usaba sus jeans rotos y su típica sudadera negra y grande.
Pasó a mi lado sin siquiera dirigirme una mirada, aunque yo no podía quitarle la mía, y se sentó en la parte de atrás.
-Ya apareció ¿Feliz? –habló Louis sarcástico.
-En realidad, no –me giré hacia él de nuevo- Me gustaría poder ir a hablarle.
-Ya hiciste eso una vez ¿o se te olvidó? –el oji-azul soltó una risa.
Por supuesto que no se me había olvidado. Yo me acerqué a su casillero y me presenté, ella por su parte me ignoró y comenzó a caminar. No me rendí y la seguí hasta que ella me dio una patada en donde más me duele y me dejó tirado a la mitad del pasillo.
-Pero esta vez me gustaría no sentir dolor al hacerlo –aclaré.
El timbre del receso sonó y todos se levantaron apresurados de sus lugares, pero antes de poder salir el profesor nos detuvo.
-Antes de salir quiero dejarles la tarea –dijo y todos volvieron a sus asientos- Se acerca su graduación como todos saben, entonces quiero dejarles un trabajo final. Será en parejas –todos voltearon a ver a sus amigos, aunque yo en realidad volteé a verla a ella. Louis me golpeó el hombro indignado- Pero yo las asignaré –se escucharon quejidos y algunos comenzaron a alegar- Tomlinson y Tisdale, Smith y Johson, Diamond y Henderson, Styles y Herondale –levanté la cabeza sorprendido al escuchar nuestros nombres juntos, una sonrisa apareció en mi rostro.
-Me tocó con Angeline –exclamé cuando salimos del aula.
-Tienes suerte, a mí me tocó con la estúpida de Sally –dijo revolviéndose el cabello- Tendré que hacerlo todo mientras ella se arregla las uñas y el cabello.
-Louis –chilló la susodicha detrás nuestro- Te irás conmigo a mí casa, te espero en la entrada de la escuela –dicho esto le guiñó un ojo y se fue con su séquito de amigas.
-¡Demonios! –dijo con los ojos bien abiertos- Intentará tener relaciones conmigo –solté una carcajada y él me vio fulminante- Vete al diablo Styles –comenzó a caminar a la cafetería, yo por mi parte me dispuse a buscar a Angeline.
Me asomé al aula ya que ella era la última en dejarla, y no me equivoqué esta vez. Respiré hondo y me adentré al salón. Carraspeé un poco al llegar a su lugar, ella me vio y luego regresó a lo que estaba haciendo, pero solo bastó esa milésima de segundo para que mi mundo se moviera, para que mi corazón comenzara a latir fuertemente.
-¿Vas a quedarte allí como idiota o me dirás que hay que hacer para el proyecto final? –preguntó levantándose de su asiento y echándose la mochila al hombro.
-Yo pensaba que podrías venir a mi casa y allí comenzar la tarea –tartamudeé.
-Me parece bien –dijo y pasó a mi lado.
-Entonces, te espero en la entrada de la escuela –grité antes de que ella saliera por la puerta.
Al llegar a la cafetería encontré a Louis rodeado por Sally y su grupo de amigas, el castaño se veía bastante incómodo.
-Hola Harry ¿te gustaría sentarte? –preguntó Regina, la mano derecha de Sally, y una chica que estaba más que obsesionada conmigo.
-No. Vamos Lou –jalé a mi amigo del cuello de la camisa y me lo llevé de allí. Los murmullos de las chicas llegaban a nuestros oídos.
-Te debo una –admitió Louis componiendo su camisa.
El resto de las clases pasó más lento de lo normal, o tal vez era yo y mi impaciencia para que llegara el final del día.
Faltaban segundo para que el reloj anunciara que la última clase había acabado y mis dedos no dejaban de tamborilear en el escritorio.
La campana sonó y me adelanté para ser el primero en salir.
-Borra esa sonrisa de estúpido o la espantarás –Louis apareció detrás de mí cuando esperaba a Angeline en la entrada de la escuela.
-Lo siento, es que simplemente no puedo controlarme –dije y él sonrió.
-¡Louis! –Sally apareció frente a nosotros en su convertible rosado. Levantaba una mano tratando de llamar la atención del castaño.
-Suerte –palmeé a mi amigo en el hombro. Se adelantó y entró al convertible de Sally, arrancaron a toda velocidad.
Sentí que tocaban mi espalda por detrás, al girarme me encontré con Angeline. Traté de reprimir la sonrisa de estúpido, y funcionó a medias.
-Vamos en mi auto –ella solo asintió y me siguió por el estacionamiento de la escuela.
Le abrí la puerta del copiloto y ella murmuró un “gracias” al entrar. Di la vuelta y entré yo. Arranqué el auto y puse la radio, la canción “New divide” de Linkin Park, comencé a tararear la canción.
La castaña a mi lado hizo cara de disgustó, le baje un poco a la radio.
-¿Pasa algo? –pregunté deteniéndome en un semáforo.
-¿Por qué te gusta esa música? –preguntó viendo la radio- Es tan… ruidosa.
-¿Y qué clase de música te gusta a ti? –la miré fugazmente antes de poner el auto en marcha de nuevo.
Cambió de emisora unas cuantas veces hasta que se detuvo en una. Imagine Dragons y su canción “Demons” ahora llenaba el ambiente.
-Eso es música –finalizó.
-No –cambié de nuevo a la canción de Linkin park- Eso es música.
Ella me vio indignada y yo reí. Se veía tan linda.
Cambió de nuevo, está vez sintonizando a mi banda preferida y su canción “Viva la vida”. Angeline sonrió.
-Eso es música –dijimos ambos al mismo tiempo. Soltamos una risa, volteé a verla y se veía hermosa. Casi nunca sonreía, es más, nunca lo hacía.
-Deberías ver tu camino –murmuró. Regresé mi vista para cruzar justo a tiempo hacia el lugar en donde vivo.
Entramos al pequeño complejo de casas, era un barrio de clase media. Al llegar a la mía, bajé y antes de que ella pudiera bajar le abrí la puerta.
-Harry –saludó mi madre al abrirnos la puerta, posó su mirada en Angeline- Tu debes ser Angeline, Harry no deja de hablar de ti –la castaña me vio de reojo y asintió- Soy Anne.
-Un gusto en conocerla –murmuró y mi madre nos dejó pasar.
-La comida estará en unos minutos, acomódense –nos señaló el living.
-Gracias mamá –dije quitándome la chaqueta- ¿Quieres darme tu sweater?
-No, gracias. Tengo frío –apretó sus mangas.
Angeline paseó su mirada por la casa, se detuvo en el muro en el que estaban algunas fotografías mías y de mi hermana. Se acercó y las examinó.
-Parece una linda chica –susurró mi madre llegando a mi lado, yo sonreí.
-Es una linda chica –ella se volteó y desvió la mirada incómoda.
-La comida está lista –dijo mi madre y pasamos a la cocina dónde casi siempre comíamos.
Los dos nos servimos el pollo que mi madre había preparado y nos sentamos a comer. Mi madre le
hacía unas cuantas preguntas a Angeline y ella las respondía con más confianza cada vez.
-Estuvo muy deliciosa Sra. Styles –dijo al terminar.
-Gracias linda –mi madre sonrió al recoger su plato- Puedes decirme Anne.
-Nosotros vamos a hacer nuestro trabajo –salimos de la cocina y nos dirigimos a mi habitación.
Subimos las escaleras en silencio mientras ella observaba las fotografías puestas en la pared.
Al llegar a mi habitación pusimos las mochilas a un lado. Ella observó los posters puestos en mi pared.
-¿Te gusta The Killers? –preguntó emocionado señalando uno de ellos.
-Sí, es una de mis bandas favoritas ¿Y a ti?
-¿Bromeas? –preguntó retóricamente- Son lo mejor que le ha pasado a este siglo desde Coldplay y The Script.
-Esas son dos de mis bandas preferidas también –señalé unos cuantos posters de ellos.
Hablamos un poco más de música. Realmente se emocionaba al hacerlo y yo no podía hacer más que verla embobado apreciando cada una de sus hermosas facciones.
Comenzamos el trabajo, el cual consistía de un ensayo de 1,000 palabras sobre la Revolución
Francesa y sus consecuencias y una maqueta que la ejemplificara. Ella se ofreció a hacer los planos para hacer la maqueta y yo comencé con el ensayo.
Me acerqué a ver sus dibujos y realmente eran muy buenos. Ella volteó y me dedicó una tímida sonrisa.
-Son geniales –señalé las hojas.
-Gracias –murmuró.
-¿No has pensado dedicarte a eso? –pregunté dejando la computadora de lado.
-¿A la pintura? No, claro que no –desvió la vista a sus dibujos.
-Pues deberías. Son muy buenos –ella apoyó su brazo en su mejilla y allí fue cuando las vi.
Mis ojos se abrieron de repente y el alma se me cayó a los pies. Sentí una punzada en el corazón de sólo pensar que ella se hacía eso.
Ella se dio cuenta de mi mirada sobre su muñeca y subió su manga rápidamente. Intenté agarrarla pero ella se levantó.
-Tengo que irme –colgó su mochila al hombro, pero yo la intercepté en la puerta- Déjame pasar.
-No. Súbete las mangas –le dije en tono autoritario, ella bajó la mirada.
-Tú no eres nadie para mandarme –me empujó a un lado y salió por la puerta. Corrió escaleras abajo mientras yo la seguía. Mi madre salió de la cocina extrañada.
-¿Pasa algo? –preguntó cuándo Angeline salió de la casa apresurada.
-Nada –me limité a responder antes de salir.
La vi caminando por la acera. Corrí hacia ella y la tomé de la muñeca obligándola a girarse hacia mí. La castaña me vio con lágrimas en los ojos, suavicé mi agarre al verla de esa manera.
-¿¡Qué quieres!? –exclamó.
-¿Por qué lo haces? –murmuré.
-¡Pues porque no todos tenemos una familia perfecta! ¿Sabes? –gritó tratando de soltarse.
-¡Pero esta no es la manera de solucionar las cosas! –grité yo está vez.
-Tú qué sabes. Tienes todo lo que alguien podría desear –se soltó y comenzó a caminar, de nuevo la agarré.
-Es verdad, yo no lo entiendo, y tal vez nunca lo haga –admití- Pero quiero ayudarte.
-No necesito de tu lástima –dijo enojada- ¡Suéltame!
-No es lástima. Es que en verdad me importas Angeline –ella dejó de forcejear- Y no te soltaré jamás –esta vez la sujete de la cintura. Me fui acercando a su rostro con miedo a que ella pudiera propinarme un puñetazo en cualquier momento, pero no lo hizo.
Me armé de valor y junté mis labios con los suyos y una agradable sensación recorrió todo mi cuerpo con un torbellino de diferentes emociones. Me sentía infinitamente feliz, mi corazón desbocado latía más rápido de lo alguna vez había latido, jamás la soltaría, de eso estaba seguro.
Ella comenzó a mover su labios al compás de los míos segundos después, y la felicidad aumentó. Nuestros labios encajaban a la perfección, como si estuvieran hechos el uno para el otro.
Angeline se separó, sus mejillas estaban encendidas y sus labios estaban rojos.
-Eso… -pasó un mechón de cabello por detrás de su oreja.
-Eso fue lo mejor que me haya pasado en la vida –admití sonriendo.
Angeline tenía la vista clavada en el suelo y jugueteaba con sus dedos. Levanté su barbilla y ella desviaba la mirada.
-Vamos. No pudo haber sido tan malo –bromé.
-No lo fue, es que yo… –comenzó a tartamudear- No puedo hacer esto –se alejó de mí.
-¿Por qué no? ¿Soy yo?
-No eres tú Harry –bajó la mirada de nuevo- Yo no soy una chica para ti.
-¿Quién lo dice? –levanté su mirada de nuevo.
Ella se quedó en silencio.
-Angeline –tomé su rostro entre mis manos- Eres la chica de la que siempre he estado enamorado, aunque me hayas golpeado en el pasillo hace unos años mis sentimientos hacia ti no han cambiado –ella río- Me importas y mucho.
-Lamento eso –dijo refiriéndose a lo del pasillo.
-No importa –dije restándole importancia- La única pregunta es ¿Tú me quieres?
-Sí –se limitó a responder después de una pausa.
Una sonrisa iluminó mi rostro. En ese momento era la persona más feliz del planeta. Volví a besarla lentamente disfrutando del sabor de sus dulces labios.
-Ahora tenemos que hablar de esto –subí su brazo y ella frunció los labios- ¿Por qué lo haces? –pregunté acariciando su mejilla.
-Hay demasiadas razones –murmuró.
-Entonces prometo que esas razones desaparecerán –dije antes de volverla a besar.
-Puedes dejarme aquí –dijo señalando una calle deshabitada.
-No, te dejaré frente a tu casa. Es muy tarde y no te dejaré a la mitad de la calle –finalicé. La castaña se recostó sobre el sillón resignada.
Conduje guiado por las indicaciones de Angeline hasta llegar a los barrios suburbanos. Varias casas viejas, grises y decadentes se alzaron frente a nosotros.
Al llegar a la que parecía su casa me bajé junto a ella.
-Gracias de verdad. No tendrías que haberte molestado –murmuró ella. ¿Por qué estaba murmurando?
-No me molesta. Solo quería ver que llegaras… -la puerta de su casa se abrió interrumpiéndome. Un señor muy bien vestido pero con olor a alcohol apareció detrás de ella.
-¿Quién eres tú?-preguntó hostilmente.
-Nadie papá –Angeline se giró hacia él- Solo me trajo para que nada me pasara ¿está bien?
El padre de Angeline bufó.
-No quiero verte cerca de mi Angeline de nuevo ¿lo entiendes? –me amenazó con el dedo.
-Tranquilo papá. Ya se iba –Angeline empujó a su padre dentro de la casa. Se giró hacia mí y sonrió débilmente- Yo… tengo que entrar. Te veo mañana –sonrió antes de cerrar la puerta dejándome muy inquieto acerca de su padre.
Los meses pasaron y Angeline cambió radicalmente desde que está conmigo. Se mantenía más atenta en las clases y también más interesada sobre su futuro. Las cortadas en sus muñecas se habían convertido en cicatrices del pasado.
Vestía mejor y había pasado de ser la chica que odiaba al mundo, a una chica más segura de sí misma y con mejor actitud. Las personas ya no se burlaban de ella cómo antes lo hacían y habían comenzado a agradarle. Todos admiraban felices su gran cambio.
Angeline logró obtener una beca para una universidad de arte en Londres después de haber seguido mi consejo de ir más allá de unos simples bocetos. Yo por mi parte había logrado entrar junto a Louis a una universidad en Londres también.
También había rentado un pequeño apartamento en dónde escuchábamos música, veíamos películas hasta muy entrada la noche y conversábamos acerca de todo. A pesar de todos sus problemas la seguía amando como el primer día. Sus defectos los había aprendido a apreciar así como ella los míos.
Había dejado a su padre con mi ayuda después de enterarme que este la golpeaba casi todos los días y ahora vivía junto a una tía.
El día de la graduación estábamos todos los alumnos y padres reunidos en el auditorio de la escuela. Afuera llovía a cantaros y los truenos resonaban de vez en cuando.
Mi madre y mi hermana estaban eufóricas tomándome fotos haciendo cualquier cosa. Al igual que a Angeline y a Louis.
-No puedo creer que nos hayamos graduado –admitió Louis llegando a mi lado.
-Yo tampoco –dije sonriendo buscando a Angeline con la mirada.
-Harry –chilló mi madre con lágrimas en los ojos.
-Mamá –ella me abrazó.
-Estoy tan feliz. Ahora ambos se irán a la universidad y me dejarán aquí sola –se dirigió a mí y a Louis.
-Tranquila mamá, sabes que volveremos –ella sonrió ampliamente y Gemma me abrazó también.
-Harry –Sally apareció frente a mí, Louis retrocedió- Angeline te estaba buscando –anunció.
-¿Dónde está?
-En el pasillo cerca del armario del conserje –respondió. Le lanzó una mirada de desprecio a Louis y se marchó.
Me dirigí al pasillo que me había indicado Sally, pero cuando llegué no había nadie. Paré confundido, seguro era una de las bromas de la rubia.
-¿Buscas a alguien? –me encontré a Regina al girar bruscamente.
-Sally me dijo que Angeline estaba aquí. Pero veo que solo es otra de sus bromas –me dispuse a salir de allí pero Regina me tapó el camino- ¿Qué haces?
-¿Por qué sales con una fracasada como Angeline cuando podrías estar conmigo? –Regina se acercó peligrosamente a mí.
-No hables así de ella –dije frío.
-Pero es cierto. Tú eres alguien que se merece algo mejor –volvió a acercarse. Intenté apartarla pero tomó mi rostro entre sus manos- Alguien como yo –unió nuestros labios en un agresivo beso. La tomé de los hombros para intentar separarme de ella, pero la chica tenía fuerza.
-¿Harry? –Regina paró de besarme cuando oyó el murmullo.
-Angeline yo… –la castaña se llevó sus manos a la boca- Esto no es lo que parece, lo juro.
-¿A no? –su voz se rompió y sus ojos se llenaron de lágrimas- ¿Entonces qué es?
-Yo vine a buscarte –comencé pero ella me interrumpió.
-¡¿Y como no me encontraste preferiste irte con Regina?! –vociferó- Yo confié en ti –finalizó con un hilo de voz antes de irse corriendo.
-No puedo creer que hayas caído tan bajo –miré despectivamente a Regina antes de correr detrás de Angeline. La castaña se dirigió a las puertas y salió al frío y lluvioso invierno.
-¡Angeline espera! –las gotas de lluvia caían violentamente contra el asfalto, se veía borroso.
Ella por su parte siguió caminando con la cabeza gacha. Corrí y la tomé de la cintura. Sus lágrimas se disfrazaban con las gotas de lluvia en su rostro.
-¿Qué quieres? –golpeaba mi pecho tratando de zafarse.
-¿Recuerdas cuándo te besé la primera vez? Se parece mucho a esto –ella se detuvo un instante.
-Solo que no estaba lloviendo –dijo alzando la mirada.
-Te juro que no pasó nada. Sabes que Regina está fuera de control –me vio a los ojos.
-Y tu cómo buen caballero le seguiste el juego ¿no? –dijo sarcástica.
-Tiene más fuerza de la que crees –ella río y torció los ojos- Jamás haría algo para lastimarte y lo sabes. Te amo demasiado para hacerlo.
-¿Me amas? –preguntó sorprendida.
-Pues claro –dije sonriendo- Solo que nunca lo había dicho en voz alta –ella me golpeó una vez más en el pecho.
-Yo también te amo –dijo para unir nuestros labios en un tierno beso.
La llevé a mi apartamento y la noche fue solamente nuestra. Nuestros cuerpos y almas se unieron y crearon una conexión tan especial que jamás podrán separarse.
Las mantas cubrían nuestros cuerpos desnudos mientras mis manos recorrían todo su cuerpo y le susurraba palabras dulces a su oído.
-Jamás pensé que esto llegaría a suceder algún día –dijo Angeline acariciando mi espalda.
-Sinceramente yo tampoco –suspiré- Y jamás terminará -sus ojos azules se posaron en los míos.
-¿Lo prometes? –inquirió.
-Lo prometo –besé sus labios sellando el trato que hasta el día de hoy se mantiene vigente.
Ya que cómo dije el día que le declaré mí amor, jamás la dejaría ir.
Su lugar vacío no era una sorpresa, casi nunca llegaba y cuando lo hacía, no llegaba a tiempo.
-Harry –Louis me golpeó en la cabeza sacándome de mis pensamientos.
-¿Qué? –me giré para verlo.
-¿Puedes concentrarte? Sabes que esto vendrá en el examen –me regañó el castaño. Él sabía lo enamorado que estaba de ella y lo mucho que me preocupaba.
-Lo siento –él castaño giró los ojos y volvió a prestar atención. Yo por mi parte lo intentaba, pero era casi imposible no pensar en esa chica, ella tenía los ojos más azules que se puedan imaginar, su piel es de un blanco porcelana y sus labios son rosados y delgados, perfectos para mí. Toda ella era completamente perfecta, aunque nadie más se diera cuenta, ni siquiera ella misma.
-¿Puedo pasar? –todas la miradas se desviaron hacia ella.
-Esta será la última vez señorita Herondale –dijo el profesor y ella asintió.
Ella era la oveja negra de la escuela, se vestía de negro y le disgustaban las charlas que mantenían las chicas normales. Ese día usaba sus jeans rotos y su típica sudadera negra y grande.
Pasó a mi lado sin siquiera dirigirme una mirada, aunque yo no podía quitarle la mía, y se sentó en la parte de atrás.
-Ya apareció ¿Feliz? –habló Louis sarcástico.
-En realidad, no –me giré hacia él de nuevo- Me gustaría poder ir a hablarle.
-Ya hiciste eso una vez ¿o se te olvidó? –el oji-azul soltó una risa.
Por supuesto que no se me había olvidado. Yo me acerqué a su casillero y me presenté, ella por su parte me ignoró y comenzó a caminar. No me rendí y la seguí hasta que ella me dio una patada en donde más me duele y me dejó tirado a la mitad del pasillo.
-Pero esta vez me gustaría no sentir dolor al hacerlo –aclaré.
El timbre del receso sonó y todos se levantaron apresurados de sus lugares, pero antes de poder salir el profesor nos detuvo.
-Antes de salir quiero dejarles la tarea –dijo y todos volvieron a sus asientos- Se acerca su graduación como todos saben, entonces quiero dejarles un trabajo final. Será en parejas –todos voltearon a ver a sus amigos, aunque yo en realidad volteé a verla a ella. Louis me golpeó el hombro indignado- Pero yo las asignaré –se escucharon quejidos y algunos comenzaron a alegar- Tomlinson y Tisdale, Smith y Johson, Diamond y Henderson, Styles y Herondale –levanté la cabeza sorprendido al escuchar nuestros nombres juntos, una sonrisa apareció en mi rostro.
-Me tocó con Angeline –exclamé cuando salimos del aula.
-Tienes suerte, a mí me tocó con la estúpida de Sally –dijo revolviéndose el cabello- Tendré que hacerlo todo mientras ella se arregla las uñas y el cabello.
-Louis –chilló la susodicha detrás nuestro- Te irás conmigo a mí casa, te espero en la entrada de la escuela –dicho esto le guiñó un ojo y se fue con su séquito de amigas.
-¡Demonios! –dijo con los ojos bien abiertos- Intentará tener relaciones conmigo –solté una carcajada y él me vio fulminante- Vete al diablo Styles –comenzó a caminar a la cafetería, yo por mi parte me dispuse a buscar a Angeline.
Me asomé al aula ya que ella era la última en dejarla, y no me equivoqué esta vez. Respiré hondo y me adentré al salón. Carraspeé un poco al llegar a su lugar, ella me vio y luego regresó a lo que estaba haciendo, pero solo bastó esa milésima de segundo para que mi mundo se moviera, para que mi corazón comenzara a latir fuertemente.
-¿Vas a quedarte allí como idiota o me dirás que hay que hacer para el proyecto final? –preguntó levantándose de su asiento y echándose la mochila al hombro.
-Yo pensaba que podrías venir a mi casa y allí comenzar la tarea –tartamudeé.
-Me parece bien –dijo y pasó a mi lado.
-Entonces, te espero en la entrada de la escuela –grité antes de que ella saliera por la puerta.
Al llegar a la cafetería encontré a Louis rodeado por Sally y su grupo de amigas, el castaño se veía bastante incómodo.
-Hola Harry ¿te gustaría sentarte? –preguntó Regina, la mano derecha de Sally, y una chica que estaba más que obsesionada conmigo.
-No. Vamos Lou –jalé a mi amigo del cuello de la camisa y me lo llevé de allí. Los murmullos de las chicas llegaban a nuestros oídos.
-Te debo una –admitió Louis componiendo su camisa.
El resto de las clases pasó más lento de lo normal, o tal vez era yo y mi impaciencia para que llegara el final del día.
Faltaban segundo para que el reloj anunciara que la última clase había acabado y mis dedos no dejaban de tamborilear en el escritorio.
La campana sonó y me adelanté para ser el primero en salir.
-Borra esa sonrisa de estúpido o la espantarás –Louis apareció detrás de mí cuando esperaba a Angeline en la entrada de la escuela.
-Lo siento, es que simplemente no puedo controlarme –dije y él sonrió.
-¡Louis! –Sally apareció frente a nosotros en su convertible rosado. Levantaba una mano tratando de llamar la atención del castaño.
-Suerte –palmeé a mi amigo en el hombro. Se adelantó y entró al convertible de Sally, arrancaron a toda velocidad.
Sentí que tocaban mi espalda por detrás, al girarme me encontré con Angeline. Traté de reprimir la sonrisa de estúpido, y funcionó a medias.
-Vamos en mi auto –ella solo asintió y me siguió por el estacionamiento de la escuela.
Le abrí la puerta del copiloto y ella murmuró un “gracias” al entrar. Di la vuelta y entré yo. Arranqué el auto y puse la radio, la canción “New divide” de Linkin Park, comencé a tararear la canción.
La castaña a mi lado hizo cara de disgustó, le baje un poco a la radio.
-¿Pasa algo? –pregunté deteniéndome en un semáforo.
-¿Por qué te gusta esa música? –preguntó viendo la radio- Es tan… ruidosa.
-¿Y qué clase de música te gusta a ti? –la miré fugazmente antes de poner el auto en marcha de nuevo.
Cambió de emisora unas cuantas veces hasta que se detuvo en una. Imagine Dragons y su canción “Demons” ahora llenaba el ambiente.
-Eso es música –finalizó.
-No –cambié de nuevo a la canción de Linkin park- Eso es música.
Ella me vio indignada y yo reí. Se veía tan linda.
Cambió de nuevo, está vez sintonizando a mi banda preferida y su canción “Viva la vida”. Angeline sonrió.
-Eso es música –dijimos ambos al mismo tiempo. Soltamos una risa, volteé a verla y se veía hermosa. Casi nunca sonreía, es más, nunca lo hacía.
-Deberías ver tu camino –murmuró. Regresé mi vista para cruzar justo a tiempo hacia el lugar en donde vivo.
Entramos al pequeño complejo de casas, era un barrio de clase media. Al llegar a la mía, bajé y antes de que ella pudiera bajar le abrí la puerta.
-Harry –saludó mi madre al abrirnos la puerta, posó su mirada en Angeline- Tu debes ser Angeline, Harry no deja de hablar de ti –la castaña me vio de reojo y asintió- Soy Anne.
-Un gusto en conocerla –murmuró y mi madre nos dejó pasar.
-La comida estará en unos minutos, acomódense –nos señaló el living.
-Gracias mamá –dije quitándome la chaqueta- ¿Quieres darme tu sweater?
-No, gracias. Tengo frío –apretó sus mangas.
Angeline paseó su mirada por la casa, se detuvo en el muro en el que estaban algunas fotografías mías y de mi hermana. Se acercó y las examinó.
-Parece una linda chica –susurró mi madre llegando a mi lado, yo sonreí.
-Es una linda chica –ella se volteó y desvió la mirada incómoda.
-La comida está lista –dijo mi madre y pasamos a la cocina dónde casi siempre comíamos.
Los dos nos servimos el pollo que mi madre había preparado y nos sentamos a comer. Mi madre le
hacía unas cuantas preguntas a Angeline y ella las respondía con más confianza cada vez.
-Estuvo muy deliciosa Sra. Styles –dijo al terminar.
-Gracias linda –mi madre sonrió al recoger su plato- Puedes decirme Anne.
-Nosotros vamos a hacer nuestro trabajo –salimos de la cocina y nos dirigimos a mi habitación.
Subimos las escaleras en silencio mientras ella observaba las fotografías puestas en la pared.
Al llegar a mi habitación pusimos las mochilas a un lado. Ella observó los posters puestos en mi pared.
-¿Te gusta The Killers? –preguntó emocionado señalando uno de ellos.
-Sí, es una de mis bandas favoritas ¿Y a ti?
-¿Bromeas? –preguntó retóricamente- Son lo mejor que le ha pasado a este siglo desde Coldplay y The Script.
-Esas son dos de mis bandas preferidas también –señalé unos cuantos posters de ellos.
Hablamos un poco más de música. Realmente se emocionaba al hacerlo y yo no podía hacer más que verla embobado apreciando cada una de sus hermosas facciones.
Comenzamos el trabajo, el cual consistía de un ensayo de 1,000 palabras sobre la Revolución
Francesa y sus consecuencias y una maqueta que la ejemplificara. Ella se ofreció a hacer los planos para hacer la maqueta y yo comencé con el ensayo.
Me acerqué a ver sus dibujos y realmente eran muy buenos. Ella volteó y me dedicó una tímida sonrisa.
-Son geniales –señalé las hojas.
-Gracias –murmuró.
-¿No has pensado dedicarte a eso? –pregunté dejando la computadora de lado.
-¿A la pintura? No, claro que no –desvió la vista a sus dibujos.
-Pues deberías. Son muy buenos –ella apoyó su brazo en su mejilla y allí fue cuando las vi.
Mis ojos se abrieron de repente y el alma se me cayó a los pies. Sentí una punzada en el corazón de sólo pensar que ella se hacía eso.
Ella se dio cuenta de mi mirada sobre su muñeca y subió su manga rápidamente. Intenté agarrarla pero ella se levantó.
-Tengo que irme –colgó su mochila al hombro, pero yo la intercepté en la puerta- Déjame pasar.
-No. Súbete las mangas –le dije en tono autoritario, ella bajó la mirada.
-Tú no eres nadie para mandarme –me empujó a un lado y salió por la puerta. Corrió escaleras abajo mientras yo la seguía. Mi madre salió de la cocina extrañada.
-¿Pasa algo? –preguntó cuándo Angeline salió de la casa apresurada.
-Nada –me limité a responder antes de salir.
La vi caminando por la acera. Corrí hacia ella y la tomé de la muñeca obligándola a girarse hacia mí. La castaña me vio con lágrimas en los ojos, suavicé mi agarre al verla de esa manera.
-¿¡Qué quieres!? –exclamó.
-¿Por qué lo haces? –murmuré.
-¡Pues porque no todos tenemos una familia perfecta! ¿Sabes? –gritó tratando de soltarse.
-¡Pero esta no es la manera de solucionar las cosas! –grité yo está vez.
-Tú qué sabes. Tienes todo lo que alguien podría desear –se soltó y comenzó a caminar, de nuevo la agarré.
-Es verdad, yo no lo entiendo, y tal vez nunca lo haga –admití- Pero quiero ayudarte.
-No necesito de tu lástima –dijo enojada- ¡Suéltame!
-No es lástima. Es que en verdad me importas Angeline –ella dejó de forcejear- Y no te soltaré jamás –esta vez la sujete de la cintura. Me fui acercando a su rostro con miedo a que ella pudiera propinarme un puñetazo en cualquier momento, pero no lo hizo.
Me armé de valor y junté mis labios con los suyos y una agradable sensación recorrió todo mi cuerpo con un torbellino de diferentes emociones. Me sentía infinitamente feliz, mi corazón desbocado latía más rápido de lo alguna vez había latido, jamás la soltaría, de eso estaba seguro.
Ella comenzó a mover su labios al compás de los míos segundos después, y la felicidad aumentó. Nuestros labios encajaban a la perfección, como si estuvieran hechos el uno para el otro.
Angeline se separó, sus mejillas estaban encendidas y sus labios estaban rojos.
-Eso… -pasó un mechón de cabello por detrás de su oreja.
-Eso fue lo mejor que me haya pasado en la vida –admití sonriendo.
Angeline tenía la vista clavada en el suelo y jugueteaba con sus dedos. Levanté su barbilla y ella desviaba la mirada.
-Vamos. No pudo haber sido tan malo –bromé.
-No lo fue, es que yo… –comenzó a tartamudear- No puedo hacer esto –se alejó de mí.
-¿Por qué no? ¿Soy yo?
-No eres tú Harry –bajó la mirada de nuevo- Yo no soy una chica para ti.
-¿Quién lo dice? –levanté su mirada de nuevo.
Ella se quedó en silencio.
-Angeline –tomé su rostro entre mis manos- Eres la chica de la que siempre he estado enamorado, aunque me hayas golpeado en el pasillo hace unos años mis sentimientos hacia ti no han cambiado –ella río- Me importas y mucho.
-Lamento eso –dijo refiriéndose a lo del pasillo.
-No importa –dije restándole importancia- La única pregunta es ¿Tú me quieres?
-Sí –se limitó a responder después de una pausa.
Una sonrisa iluminó mi rostro. En ese momento era la persona más feliz del planeta. Volví a besarla lentamente disfrutando del sabor de sus dulces labios.
-Ahora tenemos que hablar de esto –subí su brazo y ella frunció los labios- ¿Por qué lo haces? –pregunté acariciando su mejilla.
-Hay demasiadas razones –murmuró.
-Entonces prometo que esas razones desaparecerán –dije antes de volverla a besar.
***
-Puedes dejarme aquí –dijo señalando una calle deshabitada.
-No, te dejaré frente a tu casa. Es muy tarde y no te dejaré a la mitad de la calle –finalicé. La castaña se recostó sobre el sillón resignada.
Conduje guiado por las indicaciones de Angeline hasta llegar a los barrios suburbanos. Varias casas viejas, grises y decadentes se alzaron frente a nosotros.
Al llegar a la que parecía su casa me bajé junto a ella.
-Gracias de verdad. No tendrías que haberte molestado –murmuró ella. ¿Por qué estaba murmurando?
-No me molesta. Solo quería ver que llegaras… -la puerta de su casa se abrió interrumpiéndome. Un señor muy bien vestido pero con olor a alcohol apareció detrás de ella.
-¿Quién eres tú?-preguntó hostilmente.
-Nadie papá –Angeline se giró hacia él- Solo me trajo para que nada me pasara ¿está bien?
El padre de Angeline bufó.
-No quiero verte cerca de mi Angeline de nuevo ¿lo entiendes? –me amenazó con el dedo.
-Tranquilo papá. Ya se iba –Angeline empujó a su padre dentro de la casa. Se giró hacia mí y sonrió débilmente- Yo… tengo que entrar. Te veo mañana –sonrió antes de cerrar la puerta dejándome muy inquieto acerca de su padre.
***
Los meses pasaron y Angeline cambió radicalmente desde que está conmigo. Se mantenía más atenta en las clases y también más interesada sobre su futuro. Las cortadas en sus muñecas se habían convertido en cicatrices del pasado.
Vestía mejor y había pasado de ser la chica que odiaba al mundo, a una chica más segura de sí misma y con mejor actitud. Las personas ya no se burlaban de ella cómo antes lo hacían y habían comenzado a agradarle. Todos admiraban felices su gran cambio.
Angeline logró obtener una beca para una universidad de arte en Londres después de haber seguido mi consejo de ir más allá de unos simples bocetos. Yo por mi parte había logrado entrar junto a Louis a una universidad en Londres también.
También había rentado un pequeño apartamento en dónde escuchábamos música, veíamos películas hasta muy entrada la noche y conversábamos acerca de todo. A pesar de todos sus problemas la seguía amando como el primer día. Sus defectos los había aprendido a apreciar así como ella los míos.
Había dejado a su padre con mi ayuda después de enterarme que este la golpeaba casi todos los días y ahora vivía junto a una tía.
El día de la graduación estábamos todos los alumnos y padres reunidos en el auditorio de la escuela. Afuera llovía a cantaros y los truenos resonaban de vez en cuando.
Mi madre y mi hermana estaban eufóricas tomándome fotos haciendo cualquier cosa. Al igual que a Angeline y a Louis.
-No puedo creer que nos hayamos graduado –admitió Louis llegando a mi lado.
-Yo tampoco –dije sonriendo buscando a Angeline con la mirada.
-Harry –chilló mi madre con lágrimas en los ojos.
-Mamá –ella me abrazó.
-Estoy tan feliz. Ahora ambos se irán a la universidad y me dejarán aquí sola –se dirigió a mí y a Louis.
-Tranquila mamá, sabes que volveremos –ella sonrió ampliamente y Gemma me abrazó también.
-Harry –Sally apareció frente a mí, Louis retrocedió- Angeline te estaba buscando –anunció.
-¿Dónde está?
-En el pasillo cerca del armario del conserje –respondió. Le lanzó una mirada de desprecio a Louis y se marchó.
Me dirigí al pasillo que me había indicado Sally, pero cuando llegué no había nadie. Paré confundido, seguro era una de las bromas de la rubia.
-¿Buscas a alguien? –me encontré a Regina al girar bruscamente.
-Sally me dijo que Angeline estaba aquí. Pero veo que solo es otra de sus bromas –me dispuse a salir de allí pero Regina me tapó el camino- ¿Qué haces?
-¿Por qué sales con una fracasada como Angeline cuando podrías estar conmigo? –Regina se acercó peligrosamente a mí.
-No hables así de ella –dije frío.
-Pero es cierto. Tú eres alguien que se merece algo mejor –volvió a acercarse. Intenté apartarla pero tomó mi rostro entre sus manos- Alguien como yo –unió nuestros labios en un agresivo beso. La tomé de los hombros para intentar separarme de ella, pero la chica tenía fuerza.
-¿Harry? –Regina paró de besarme cuando oyó el murmullo.
-Angeline yo… –la castaña se llevó sus manos a la boca- Esto no es lo que parece, lo juro.
-¿A no? –su voz se rompió y sus ojos se llenaron de lágrimas- ¿Entonces qué es?
-Yo vine a buscarte –comencé pero ella me interrumpió.
-¡¿Y como no me encontraste preferiste irte con Regina?! –vociferó- Yo confié en ti –finalizó con un hilo de voz antes de irse corriendo.
-No puedo creer que hayas caído tan bajo –miré despectivamente a Regina antes de correr detrás de Angeline. La castaña se dirigió a las puertas y salió al frío y lluvioso invierno.
-¡Angeline espera! –las gotas de lluvia caían violentamente contra el asfalto, se veía borroso.
Ella por su parte siguió caminando con la cabeza gacha. Corrí y la tomé de la cintura. Sus lágrimas se disfrazaban con las gotas de lluvia en su rostro.
-¿Qué quieres? –golpeaba mi pecho tratando de zafarse.
-¿Recuerdas cuándo te besé la primera vez? Se parece mucho a esto –ella se detuvo un instante.
-Solo que no estaba lloviendo –dijo alzando la mirada.
-Te juro que no pasó nada. Sabes que Regina está fuera de control –me vio a los ojos.
-Y tu cómo buen caballero le seguiste el juego ¿no? –dijo sarcástica.
-Tiene más fuerza de la que crees –ella río y torció los ojos- Jamás haría algo para lastimarte y lo sabes. Te amo demasiado para hacerlo.
-¿Me amas? –preguntó sorprendida.
-Pues claro –dije sonriendo- Solo que nunca lo había dicho en voz alta –ella me golpeó una vez más en el pecho.
-Yo también te amo –dijo para unir nuestros labios en un tierno beso.
La llevé a mi apartamento y la noche fue solamente nuestra. Nuestros cuerpos y almas se unieron y crearon una conexión tan especial que jamás podrán separarse.
Las mantas cubrían nuestros cuerpos desnudos mientras mis manos recorrían todo su cuerpo y le susurraba palabras dulces a su oído.
-Jamás pensé que esto llegaría a suceder algún día –dijo Angeline acariciando mi espalda.
-Sinceramente yo tampoco –suspiré- Y jamás terminará -sus ojos azules se posaron en los míos.
-¿Lo prometes? –inquirió.
-Lo prometo –besé sus labios sellando el trato que hasta el día de hoy se mantiene vigente.
Ya que cómo dije el día que le declaré mí amor, jamás la dejaría ir.
totoro.
Re: She's broken inside {harry styles}
por D.A.Bruno Jue 07 Nov 2013, 4:32 pm
¡Beaaaaaa!
Amé mucho el shot, is beautiful<3, muchas gracias por haberme hecho eso, en cerio. Tú tampoco te librarás fácilmente de mi. Ilysm<3 ¿sabes? extraño tus comentarios, quisiera tenerte en WL como lectora, si tu quieres pasarte.
D.A.Bruno
Re: She's broken inside {harry styles}
por totoro. Jue 07 Nov 2013, 4:35 pm
Dani, me alegra que lo hayas amado. Lo hice con todo mi heart. Yo también te amo mucho mucho.D.A.Bruno escribió:
¡Beaaaaaa!
Amé mucho el shot, is beautiful<3, muchas gracias por haberme hecho eso, en cerio. Tú tampoco te librarás fácilmente de mi. Ilysm<3 ¿sabes? extraño tus comentarios, quisiera tenerte en WL como lectora, si tu quieres pasarte.
Estoy leyendo WL, pero al mismo tiempo te estaba escribiendo el Shot así que no me daba tiempo de comentar, pero ahora que lo terminé lo leeré y comentaré.
Ily<3
totoro.
Re: She's broken inside {harry styles}
por -JazzLou- Jue 21 Nov 2013, 10:21 pm
OH DIOS!
Uno de los mejores, sin dudas, FUE HERMOSO, LO AMÉ CON TODA MI ALMA! :P
Gracias por subirlo, linda
Fue PERFECTO :calor:
Uno de los mejores, sin dudas, FUE HERMOSO, LO AMÉ CON TODA MI ALMA! :P
Gracias por subirlo, linda
Fue PERFECTO :calor:
Atte:_Jazz_
-JazzLou-
Re: She's broken inside {harry styles}
por totoro. Vie 22 Nov 2013, 9:15 pm
Me alegra que te haya gustado alksdjhfdkjhg. Me haces sentir mejor escritora con tus palabras.-JazzLou- escribió:OH DIOS!
Uno de los mejores, sin dudas, FUE HERMOSO, LO AMÉ CON TODA MI ALMA! :P
Gracias por subirlo, linda
Fue PERFECTO :calor:Atte:_Jazz_
¡Besos!
totoro.
Re: She's broken inside {harry styles}
por Invitado Mar 26 Nov 2013, 4:46 pm
Sigue!
Fue tan hermoso!! *--*
Fue tan hermoso!! *--*
Invitado
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