Speed and Love |HARRY STYLES FANFIC| Parte II

El olor a café que cubrió todo el lugar me hizo apartarme de él. Sentí mis mejillas ruborizarse al instante lo cual, como era de esperarse, causo una risa burlona en Harry. Rodé los ojos riendo también y me di la vuelta para ir hasta la cocina.

-¿Quieres café?-Pregunté sacando dos tazas.

Él asintió y se sentó en un taburete al frente de la mesa en medio del lugar, sus ojos me observaban detenidamente en todo momento mientras con torpeza yo trataba de no dejar que el destello verde que sentía sobre mí, así no estuviera viéndolo de frente, me afectara más de lo necesario.

Sorprendentemente logré arreglármelas sin inconvenientes para servir el café y colocar las dos tazas llenas en la mesa junto con el azúcar y una pequeña cuchara, y luego tomé asiento a su lado.

-No has respondido a mi pregunta-Recalqué después de un minuto de silencio, no tan incómodo-¿Qué haces aquí?
-Quería verte-Respondió sin titubeos y volvió a llevar la taza hasta sus labios.

Por supuesto mis mejillas cogieron color de nuevo, traté de esconder el rubor tomando otro sorbo de café pero sabía que él lo había notado. Siempre lo notaba. Pasé la mano nerviosamente por mi larga cabellera suelta tratando de arreglarla un poco para que no fuera tan evidente el hecho de que hacía poco me había levantado.

Harry terminó con su café y se puso de pie yendo hasta Dorothy para alzarla como siempre solía hacerlo. Rodé los ojos cuando la apretó más de a lo que ella estaba acostumbrada pero no dije nada, después de todo, había llegado a la conclusión de que no tenía caso repetirle que fuera suave con ella. Él simplemente no podía serlo y al parecer a Dorothy ya no le asustaba su brusquedad.

Llevé mi taza hasta mi boca ocultando una sonrisa ante la imagen que tenía ante mis ojos. Apostaría lo que fuera a que si Zayn o alguien de las carreras viera a Harry en estos momentos, no se lo creería. Yo tampoco llegaba a acostumbrarme totalmente a lo diferente que él podía llegar a ser. Pero me gustaba. Me gustaba esa extraña y tóxica combinación.

Cuando terminé con mi café arrastré las pantuflas hasta el lavabo, enjuagué ambas tazas y las dejé a un lado para que se secaran sintiendo la mirada de Harry sobre mí acechando cada uno de mis movimientos y justo cuando iba a moverme, sentí el peso de su cuerpo a mis espaldas.

-Tú y ese vestido están volviéndome completamente loco-Pegó la boca en mi oído susurrando despacio y profundo.

Un estremecimiento recorrió cada parte de mi cuerpo haciendo que mi piel se erizara de inmediato. Harry apoyó las manos en mi cadera y luego las deslizó hasta mi vientre encerrándome entre sus brazos, a lo cual solo pude responder abriendo la boca para que una bocanada de aire saliera y cerrando los ojos automáticamente para dejarme llevar por su aliento cálido que chocaba contra mi cuello y por la forma en que sus largos dedos dibujaban pequeños círculos en mi abdomen por encima de la tela de la pijama.

-Inocente-Susurró y me dio un suave beso debajo de la oreja-Te ves tan jodidamente inocente. Y no tengo ni puta idea del porqué eso me enciende tanto.
-Harry…-Mi voz me traicionó al escucharse como una tórrida súplica.

Soltó una de sus manos y la llevó hasta mi nuca acariciando la piel por un instante antes de correr mi cabellera. Despacio y con suavidad, la dejó reposar sobre mi hombro izquierdo y su boca empezó a recorrer el nuevo camino que se abría paso.

-Te gusta lo que provocas en mí ¿Cierto?-Habló ronco y sin separarse más de un milímetro de mi piel-Te encanta que te lo diga ¿No?-Bajó de nuevo la mano apoyándola en mi cadera mientras él se empujaba contra mi apretándome al mármol con mayor fuerza-Y te fascina comprobarlo. ¿Verdad Sky?

Solté un pesado suspiro y dejé caer la cabeza hacia atrás para descansarla en el hombro de Harry a medida que sus labios y lengua subían por mi mandíbula.

-No lo puedes negar Sky-Murmuró al mismo tiempo que mi mente ya empezaba a dar demasiadas vueltas.

Mis ojos no podían permanecer abiertos por más de un segundo, mi respiración tomó un compás más agitado haciendo más y más difícil la tarea de recordar coger aire para llenar mis pulmones. Mi mente vagaba completamente nublada en algún lugar lejano y mi cabeza parecía haber perdido la capacidad de sostenerse por sí misma. Era como si él me robara la energía y no había nada que yo pudiera, o quisiera, hacer para recuperarla.

-Harry-Titubeé finalmente cuando su mano descendió.
-¿Qué?-Respondió sin detener sus acciones.

Solté un mudo jadeo cuando levantó un poco el vestido y su mano se moldeó contra mi parte baja empezando a acariciarme por encima de la tela de mi ropa interior. Sus besos recorrieron mi mejilla hasta llegar a la comisura de mi boca, donde se detuvo tentativamente.

-No sigas-Respondí aun sin abrir los ojos y siendo consciente de la falta de convicción con la que había pronunciado las palabras.
-¿Por qué?-Preguntó y mi boca se abrió instintivamente para recibir su cálido aliento que chocó contra mis labios-No es nada que no te haya hecho antes.

Mi cuerpo tembló y sus labios empezaron a moverse besando la comisura de mi boca, todo al mismo tiempo. Incliné la cabeza más hacia atrás incitando el encuentro entre nuestros labios pero cuando su lengua entró sin vacilar, tuve que apoyar la mano en su mejilla para lograr mayor soporte en el beso y su toque en mi parte baja se hizo más insistente.

-No-Volví a repetir colocando distancia mínima de su rostro y mirando fijamente sus ojos-Por favor no. Tengo clases y debo empezar a alistarme.
-Y yo tengo que ir a trabajar-Susurró aún más despacio y ronco que antes-Pero eso no es importante ahora.

Aparté el rostro a sus decididos intentos de besarme otra vez.

-Por favor-Repetí con suavidad.

Me analizó con el ceño fruncido y pude ver mi reflejo en sus ojos claros y dilatados antes de que él decidiera finalmente soltarme. Se alejó apoyándose en la mesa mientras enterraba desesperadamente las manos en su cabello, luciendo frustrado y enojado a medida que su pecho subía y bajaba. Me limité a observarlo sin decir nada aprovechando que él parecía estar muy concentrado en no perder la calma, lo cual le agradecía.

No podía explicarlo muy bien pero cada día me sorprendía más la forma en la que Harry siempre lograba hacerme sentir tan…diferente…la forma en la que en menos de un segundo me hacía perder la razón por completo y me hacía desear cosas que no debería querer en primer lugar, sinceramente más que sorprenderme…me asustaba. Con simplemente una mirada de su parte, una sonrisa, su cercanía, su toque…todo de él hacía que mi estómago y mi corazón dieran un vuelco total. Había sido de ese modo desde el primer momento en que lo vi.

Mordí mi labio inferior concentrándome en respirar y buscando qué decir para romper el hielo del silencio. Me giré por completo de cara hacia él al mismo tiempo que el recuperó la compostura enganchando la mirada con la mía y luego para total sorpresa, se estiró alcanzando mi mano y me arrastró hacia sus brazos.

-No puedes decir que no siempre Sky-Me besó corto pero firme.
-Sabes que no lo hago-Recalqué y recuerdos de todas las veces en las que no había dicho que no, llenaron mi cabeza-Aunque debería hacerlo.
-Es agotador ¿verdad? Cuándo lo que se supone debes hacer se interpone en el camino de lo que deseas.

Abrí la boca solo un poco para dejar escapar el golpe de sus palabras a medida que su dedo rozaba una y otra vez el borde de mi mandíbula.

-Yo…-Tartamudeé repetidamente pero nada, no podía decir nada.
-Vamos! Ve a arreglarte rápido. Yo te llevo.

Lo miré por un par de segundos más antes de reaccionar y apartarme con torpeza. Sus palabras habían dejado un sabor amargo en mí y me temía que era porque eran ciertas, aunque no podía aceptarlo conmigo misma por completo. Sacudí la cabeza y comencé a caminar hacia la puerta, deteniéndome antes de salir y volteando de nuevo hacia él cuando recordé su mención de hace escasos minutos atrás.

-Entonces… ¿Si trabajas?-Pregunté. Con duda pero lo hice.
-Acabas de lanzarme un balde de agua helada encima y ¿Ahora quieres saber mierda sobre mi vida? Oh no lo creo nena. Ve a arreglarte.

Dejé a Harry en el primer piso, fastidiando a Dorothy probablemente. Tomé una ducha rápida. Me puse una sudadera gris con capucha, unos jeans azules y tenis blancos. Dejé mi cabello suelto, molestándome únicamente en pasar un cepillo superficialmente por él y bajé corriendo las escaleras con mi bolso al hombro.

Fui hasta la cocina pero él no estaba ahí, decidí asomarme en la sala y alcancé a divisarlo de pie frente a la foto de papá, mamá y yo que una vez también había detallado y se había incluso burlado por mi falta de dientes. Pero a diferencia de aquella vez, él ahora no tenía hoyuelos en sus mejillas. A pesar de que lo estaba viendo de perfil, podía notar su expresión contraída y seria mientras no apartaba los ojos de la fotografía.

-¿Harry?-Entré en el lugar y pregunté con delicadeza.
-Vamos-Declaró girándose y caminando hacia mí para ubicar la mano en mi espalda baja y dirigirme hacia la puerta de salida.

Miré la hora con nerviosismo, llegaría tarde a la primera clase y eso me daba ansiedad. Yo nunca llegaba tarde. Primero, porque no necesitaba un reporte en mi majestuoso registro académico. Segundo, papá me castigaría si llegaba a enterarse. Y tercero, porque no quería treinta pares de ojos sobre mí cuando entrara en el salón.

-¿Tienes sombrilla?-Preguntó Harry cuando se detuvo justo en frente de la gran puerta principal del colegio.

Negué con la cabeza, viendo por la ventana las gotas que caían del cielo oscuro. De igual forma no era mucho lo que tenía que caminar hasta la entrada así que con un poco de suerte no me mojaría demasiado.

-Uhm adiós-Murmuré soltándome el cinturón e inclinándome hacia él para darle un beso en la mejilla.

Mi rostro se enrojeció inmediatamente cuando fui consciente de mi acción. Me alejé y me dispuse a abrir la puerta con torpeza.

-Espera-Dijo mientras estiraba una mano hacia el asiento trasero y tanteaba entre el desorden de papeles-Mierda. Tampoco tengo sombrilla.
-No importa-Alcé la capucha de mi sudadera para que tapara mi cabeza.
-Toma cúbrete con esto-Dijo agarrando una chaqueta del asiento y alargándola hacia mí-No quiero que te mojes y estés empapada todo el día.
-No es necesario.
-Tómala Sky-Me cortó de inmediato.

Sin chistear le agradecí y la cogí, me puse la enorme chaqueta que se veía mucho más enorme en mí y que alcanzaba a cubrirme a la perfección. Subí el cierre hasta mi barbilla y acomodé la capucha de la chaqueta de Harry encima de la capucha de la mía. Le di una rápida mirada a él y lo encontré observándome con una media sonrisa y frotándose el labio inferior con su dedo pulgar e índice.

-¿Qué?
-Nada, te ves hermosa-Se burló, a lo cual respondí colocando los ojos en blanco y riendo involuntariamente también-Paso por ti a las tres.

Me atrajo para darme un último beso y salí de la camioneta corriendo hacia la entrada pero con cuidado de no resbalarme. Llegué directamente al salón y efectivamente treinta pares de ojos se alzaron de sus libros cuando entré goteando agua en el suelo.

-Se me hizo un poco tarde lo siento.

La profesora Cook asintió comprensiva y me indicó que pasara. Colgué la chaqueta de Harry en el perchero junto a la puerta y fui hasta la última fila tomando asiento en el único lugar vacío que quedaba. Estaba acostumbrada a siempre sentarme adelante para poder prestar mejor atención sin las interrupciones de los que se reían y murmuraban atrás, pero al parecer ésta no sería la ocasión.

-Llegar tarde no es ningún crimen ¿Sabes?

Me giré hacia mi compañero de mesa y hallé el familiar rostro del amigo de Maddie, del cual seguía sin conocer el nombre.

-Es la primera vez que llego tarde-Admití en un susurró avergonzado, a lo que él soltó una risa más fuerte de lo que hubiera deseado.

Miré hacia el frente pero la profesora seguía con sus ojos en el libro leyendo en voz alta mientras los demás le seguían, o por lo menos los de adelante si lo hacían.

-Por cierto, me llamo Joseph pero preferiría si me llamaras solo Joe por favor-Sonrió suplicante-Tengo la impresión de que nunca me presenté correctamente.

Estreché la mano que me estaba ofreciendo y sonreí con amabilidad.

-Soy Skylar, pero dime Sky.

La clase de literatura se pasó rápido, más rápido de lo que había esperado. Tomé la chaqueta de Harry y salí junto a Joe hacia el pasillo. Aunque le insistí que no era necesario él me acompañó hasta mi salón de cálculo y luego se marchó para su clase de filosofía, creí haberle escuchado decir.

Maddie torció los ojos cuando le dije que no podría acompañarla a ir de compras esa tarde, pero me dejó bien claro que compraría los antifaces y que yo tenía que colocarme el mío así no me gustara. Su fiesta sería de disfraces y eso hacía que Maddie se sintiera diez veces más emocionada.

Noté su mirada en la chaqueta de Harry que yo había decido utilizar por el resto del día, pero no dijo nada al respecto.

-Mi ropa se ve enorme en ti-Fue lo primero que recalcó Harry cuando entré en la camioneta esa tarde.

Su aroma me había acompañado durante todo el día y por más ridículo que fuera, eso me gustaba.

Me dejó en casa y estuve a punto de preguntarle si quería entrar pero él se adelantó diciendo que tenía algunos asuntos pendientes que resolver. Me besó cortamente, le devolví su chaqueta y bajé del auto para entrar.