Diplomacia (Larry Stylinson) Epílogo

Sacnybell escribió:

:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: 

Carajos o:' Harry se corrio pensando en Louis D:' akljdsljs estando con Lucy, pero que depravado  sin solo Lucy supiera que Harry tenia sexo con ella pensando en el sexy embajadon americano .________.' no se yo que ella le aviento una piña en la cabeza?' haha' Okya me gusta mucho seguila pronto por favor c:'

Hola
Harry se siente atraído por Louis.
Si ella supiera...
Ya la sigo
Saludos
Bye

Chicharita escribió:Sigue pronto... Amo esa novela...!!

Hola
Gracias:)
Ya la sigo
Saludos
Bye

Alex_YopP escribió:jaja que capi.... ya conocemos un poco mas a Harry... mmm... estoy intrigada por lo que pase en la cena... y ya imaginandose al embajador??? jaja 

Hola
Uh ¿Que pasara en esa cena?
hahah
Saludos
Bye

Debby1D escribió:Ewww, que situación de mierda.
Harry básicamente se tubo que meter de nuevo en el closet para que su carrera funcionara? eso es horrible. Es hasta triste incluso.
Que sociedad de mierda. Como si su trabajo fuera a ser mejor o peor dependiendo de con quien estuviese, por dios. Que estupidez.
Pobre bebe.
Y que horror que estando con esa chica viva usando su imaginación porque le gustan los hombres. Es feo para ambos. Porque no se consiguió una beard? todo falso, evitaba el contacto físico, ah JAJAJ
Seguila pronto por favor!
Adios ♥

Hola
¿A que te suena? En sus vidas ambos tienen que cuidar de su apariencia. Lo se es una mierda de vida.
Es triste, si, y lo mas triste, es que es una situación que te tienta a ser real. 
Lo feo, es saber que vivimos en una sociedad de mierda, donde las apariencias lo son todo. Eso es algo que me atrajo de esta novela, es la situación que nos relata.
Aun así, seria una vida de mierda. Siempre aparentando ser algo que no eres, ¿No te suena?
Esa situación fue la que me llevo a pensar en esos dos.
Saludos
Bye

Lo estoy sintiendo tanto...es tan duro para ellos, este tipo de sociedad es una mierda

Sacnybell escribió:Oww pero que bonito *.*' me encanta'
Buee creo que tienes toda la razón. Aveces la sociedad es una mierda, es muy hipócrita &' también hay veces que tratan a la gente de lo peor o &' muchas cosas más porque no están a su nivel por así decirlo. Yo creo que Harry &' Louis o bueno toda la gente el general tiene miedo de que los vean como realmente son. La sociedad siempre critica &' no se da cuenta de los errores que ellos mismo tienen, duele &' mucho.
Pero bue.. seguila pronto que me encanta'
Un beso :hug: 

Hola
Que bueno que te guste:)
Tal cual!
La sociedad es una total mierda.
Bueno ya la seguiré:)
Bye

julyALC escribió:"—Amásalo despacio, no le saques el aire. Piensa que es el pecho de una mujer. 
 
Harry rio. 


 
—Lo que en mi caso terminará siendo un bollito muy pequeño."

 

Hola
Espero que te guste la novela:)
Bye

1dfu94 escribió:Lo estoy sintiendo tanto...es tan duro para ellos, este tipo de sociedad es una mierda

Hola
Si, totalmente una mierda!
Bueno espero que te guste, el sufrimiento no es por siempre, al igual que la felicidad!
Bye

Debby1D escribió:Los dos lo saben, claramente. 
Saben las intenciones del otro, lo notan. 
Que hacen que no se están besando contra la mesada o algo? ah
Que situación difícil de manejar.
Pobre Harry, ver cuando Louis beso a la barba, ew.
Seguila pronto por favor!
Adios ♥

Ambos saben que se atraen.
mmmm esa es buena pregunta!
Pero veamos cuando pierden el miedo y se dan contra la pared!
Ver al hombre que te gusta con otra persona es horrible.
Ya la sigo
Bye

La cena fue deliciosa y las dos mujeres congeniaron tan maravillosamente que casi ni se dieron cuenta de que los hombres no hablaban a menos que fueran forzados a contestar. 

Sin embargo, Harry sí se dio cuenta. Sentía que la tensión se podía cortar con un cuchillo. Y aunque estaba seguro de que Louis se había dado cuenta también, el embajador evitaba mirarle constantemente. 
¿Por qué había tocado su mano así? 

Habían estado en la cocina, en un ambiente relajado, y Louis le había estado enseñando todo tipo de trucos de cocina. Cosas fáciles que él también pudiera hacer, si algún día se aventuraba a hacer algo más que freír un huevo o poner una pizza en el horno. 

Harry se había acercado a Louis, robándole la ocasional caricia mientras su codo rozaba el brazo desnudo de Louis, la seda de su camisa transfiriendo calor corporal. Había estudiado las manos del embajador mientras habían hecho aquellos delicados paquetitos de salmón y hierbas, y le había ayudado poniendo su dedo para que pudiera atar el cordel. Podía decirse que habían hecho un buen equipo. 

Y entonces, de repente, los pequeños roces no habían sido suficientes para Harry. Porque lo que realmente quería hacer, era poner sus brazos alrededor del cuerpo del hombre, abrazarlo y besarlo, sentir sus cuerpos apretarse. 
En vez de eso, puso su mano sobre la de Louis. El hombre la había puesto descuidadamente sobre la encimera, y Harry la cubrió con su propia mano y dobló los dedos a su alrededor, con el corazón a mil por hora. 

Esperaba que Louis quitara su mano. No era que el hombre hubiera dado ninguna indicación de que Harry le estuviera agobiando, incluso aunque la cocina era tan grande que no era necesario estar tan juntos. 

Pero esta vez había dejado que su mano estuviera allí mucho más tiempo del necesario, y cuando el embajador lo miró, Harry también lo hizo. Por el brillo de los ojos de Louis, Harry supo que el embajador había comprendido ese deliberado intento de un contacto físico. 
Y para sorpresa de Harry, no retiró su mano. Pero su mirada era otra cosa. ¿Qué significaba? ¿Sorpresa? ¿Disgusto? La respiración de Louis comenzó a ser laboriosa, un poco más pronunciada, y después Harry se dio cuenta de aquella mezcla entre arrepentimiento y algo que se parecía sospechosamente al miedo. ¿Tenía miedo de que entrara Eleanor y les pillara? ¿Le estaba diciendo que él también quería esto, pero no ahora? ¿O estaba intentando ser amable en vez de salir corriendo asustado? 

Harry retiró la mano y bajó los ojos al suelo. En ese preciso instante entró Eleanor en la cocina con Lucy detrás, ambas con rosas en las manos que habían cortado del jardín. Harry dio un paso atrás, creando distancia entre los dos hombres. 

—¿Qué tal va la cena? —preguntó Eleanor mientras llenaba un jarrón con agua y comenzaba a arreglar las flores. 

—Me encantan las cocinas que huelen a pan recién hecho. Me recuerdan a la cocina de mi madre —comentó Lucy con los ojos brillantes—. ¿No me digas que también hacéis vuestro propio pan? —preguntó a Eleanor. 

—Sí —respondió Harry, mirando al hombre más mayor—, Louis es un hombre de muchos talentos. 

Louis no respondió. Simplemente se giró hacia el horno y comprobó el pan. Finalmente sonrió vagamente a Lucy. 
—Casi listo. Estará en un momento. 

Así que ahí estaban, los cuatro compartiendo una cena caótica pero muy cómoda, con los estómagos llenos y el vino corriendo alegremente, las mujeres charlando animadamente y los hombres sentados en silencio, mirando hacia las paredes cubiertas de papel o las preciosas flores que había traído Eleanor. 

Harry quería romper el hielo, pero no sabía cómo hacerlo sin llamar la atención sobre el modo en que se comportaban el uno con el otro, y tener que explicar lo que había ocurrido en la cocina. Lo más extraño era que ni si quiera él sabía qué había pasado. Hubiera sido mucho más sencillo si Louis simplemente hubiera retirado la mano y hubiera continuado como si nada ni remotamente íntimo hubiera pasado entre ellos. ¡No era como si le hubiera besado! Aún así, Louis no parecía saber qué hacer con sus propios sentimientos tampoco, o al menos parecía que no se encontraba en total control de la situación. 

Aún así, Harry sabía que tenía que arreglarlo. Después de todo, tendrían que seguir trabajando juntos después de esto, y si no podían hablar sobre sus diferencias, entonces ¿cómo podrían trabajar bien para sus países? Tenía que hacer él el primer movimiento y demostrar al otro hombre que podía dejar sus sentimientos personales a un lado por el bien común. Tendría que hacer precisamente lo que se espera de un diplomático. 

Harry fue sacado de sus pensamientos cuando Eleanor se levantó de la mesa. 

—Louis, ¿por qué no te llevas a Lucy y a Harry al salón, mientras yo limpio aquí? 

Lucy se levantó enseguida. 

—Yo te ayudo, Eleanor. 

—Oh, no. No puedo permitirlo —dijo Eleanor—, eres nuestra invitada. Las reglas cuando tenemos invitados son: Louis cocina, y yo limpio. 
Lucy la ayudó de todos modos, así que cuando Louis se excusó, Harry se quedó solo. Tomó alguno de los platos sucios y los llevó a la cocina donde se encontró con Eleanor, que le sonreía cálidamente. 

—Oh, no. ¡Ambos en esta cocina, no! ¿Te ha dejado Louis solo? —Puso los ojos en blanco—. ¡Típico! Escucha, Harry, creo que está en el porche fumando un cigarro. Estoy segura de que no le importará algo de compañía, si puedes soportar el humo, claro. 

Harry asintió y sonrió a la mujer. Ella le entregó dos vasos de brandy. 

—¿Por qué no le llevas uno? 

*******************
—Es sorprendente lo cálido que está siendo el día, a pesar del frío que ha hecho esta semana —comenzó Harry cuando encontró a su anfitrión en el banco del porche, inclinándose contra la pared de la casa. 

Louis inhaló fuertemente el humo de su cigarrillo y contestó tranquilamente sin mirar al joven: —Sí. 

—Pensé que todos los americanos habían dejado ya de fumar —intentó bromear Harry, mientras le ofrecía uno de los vasos que sostenía. 

Louis se encogió de hombros, con la mirada aún perdida en el jardín. 

—Bueno, puedo dejarlo cuando quiera, pero nunca sé cuánto tardaré en volver. Eleanor insiste en que lo deje, pero supongo que no es un incentivo muy atrayente.
Harry se sentó en el lado opuesto del sencillo banco de madera, con cuidado de no acercarse demasiado al otro hombre. Se inclinó hacia delante y reposó los codos sobre sus rodillas. 

—Es un jardín bonito. 

—Sí. La mujer del último embajador tenía los dedos verdes. 
—Bueno, parece que Eleanor también sabe moverse con unas tijeras de podar. 

—Sí. 

Y ahí estaban de nuevo. Harry no podía sacudirse la sensación de que cada vez que el nombre de Eleanor salía en la conversación, Louis se quedaba callado. ¿O quizá era sólo su imaginación? 

—Lo lamento, Louis. 

—No, no lo haces —argumentó éste sin dudarlo. 

—Ni si quiera sabes por qué me estoy disculpando. —Harry se sentó derecho y miró hacia Louis, que continuaba reclinado, mirando hacia el horizonte donde el sol comenzaba a descender. 

—Te disculpas porque casi nos pillan. 

Harry miró al americano durante un buen rato, buscando una confirmación, queriendo saber si había entendido bien a Louis, pero su mirada no fue devuelta. 

—De hecho… no lo siento —se encontró a sí mismo diciendo, decidiendo que era el momento de ser valiente. 

—Me lo imaginaba —respondió Louis con una suave sonrisa que comenzó a extenderse por sus labios. 

Tomó un sorbo de su brandy, se levantó y pasó por delante de Harry antes de introducirse en la casa. 

Al pasar junto a él, el dedo índice de Louis pasó por su mandíbula, acariciándole suavemente, y después su mano se posó en su hombro y apretó, antes de que el americano despareciera en el interior del salón. 

Harry estaba asombrado por el gesto y ladeó la cabeza, intentando recapturar la sensación de la mano de Louis contra su rostro. Intentó recordar todos los acontecimientos de aquella tarde, y una y otra vez llegaba a la misma conclusión. Esa no era la forma en que un hombre se comportaba si no estaba interesado. 

Louis volvió al interior de la casa con una sonrisa en el rostro, llevándose la mano a la nariz e identificando el olor residual de la crema de afeitado de Harry, que había quedado ahí después de su leve contacto. 

A pesar de su resolución de no dejarse llevar, el joven había invadido su corazón, y sabía que no iba a ser sencillo trabajar con él de ahora en adelante. Incluso aunque de ningún modo pudieran abandonarse a estos sentimientos, parte de él los disfrutaba. Y ¿por qué no podía darse el gusto? Muchos hombres tenían aventuras, se acostaban con otras personas a espaldas de sus mujeres. 

Gracias a la escasa luz del salón, podía ver a Eleanor en la cocina con Lucy. ¿Podría ser infiel a su esposa? Era obvio que Harry quería más; prácticamente podía verse la lujuria en los ojos del joven cuando se dirigían hacia él. Sabía que la bola estaba en su tejado. No creía que Harry hubiera hecho un movimiento tan osado hacia él sin sentido, porque el joven sabía que Louis tenía el poder de conseguir que lo despidieran. Adiós sueños de seguir en el mundo de la diplomacia. 

Ahora que lo pensaba, Harry tenía el mismo poder sobre él. Si permitía que su relación se desarrollara, tendrían que mantener los pies en la tierra todo el tiempo, constantemente con miedo a ser descubiertos. Tener una aventura a espaldas de tu esposa era algo considerado casi natural. Te disculpabas, la besabas, lo arreglabas y prometías que nunca más lo volverías a hacer. Pero una aventura con otro hombre podría costarle su comisión; eso era algo que siempre había sabido. Su credibilidad saldría disparada por la ventana. Iría a la mesa de negociaciones con las manos vacías y sus adversarios se reirían de él a sus espaldas. 

Louis sacudió la cabeza para quitarse aquellos pensamientos y respiró con fuerza antes de entrar en la cocina. 

—¿Está el postre listo, Ele? —preguntó a su esposa, con afecto. 

Eleanor miró hacia arriba con ojos enamorados y después miró a Lucy. 

—No se fía de mí en la cocina —puso su brazo alrededor de sus hombros y le apretó más cerca—, pero estamos haciendo mi especialidad, ¿verdad? —Se volvió a hablar con Lucy—: Pastel de arándanos con helado. 

—¡Suena delicioso! —exclamó Lucy. 

—Sin mencionar que es fácil de hacer, Harry podría hacerlo también —le dijo Louis después de besar juguetonamente el cuello de su mujer.

Louis relajó su agarre sobre Eleanor cuando vio que Harry entraba en la cocina. Podía decir que el británico intentaba parecer contento. 

—Podría hacer ¿qué? —preguntó el joven. 

Louis movió su dedo índice en su dirección. 

—Ven aquí. 

Mientras Harry se acercaba hacia él, tomó su delantal y se colocó a la espalda del joven inglés, resbalando el nudo por su cabeza y gesticulando exageradamente como un mago en una fiesta de cumpleaños infantil. Podía ver a Harry sonreír, un poco inseguro sobre cómo reaccionar en esta situación, pero las mujeres estaban disfrutando claramente del espectáculo. 

Louis voló por la cocina trayendo todo tipo de cosas y enseñándoselas una a una a Harry y a las chicas. 

—Necesitamos… un huevo… un cuenco grande y otro pequeño para separarlo. ¿Puedes hacer eso, Harry? ¿Puedes separar un huevo? 

Harry tomó el huevo y los cuencos, sonriendo dudosamente. 

—Bueno, lo puedo intentar. 
—También necesitamos una caja de arándanos frescos, ya que estamos en la estación. El azúcar. Eleanor, cariño, serías tan amable… —El americano continuó hablando y señaló hacia el armario detrás de su esposa, y ella lo abrió para alcanzarle lo que quería—. Harry, ya veo que has sido capaz de separar el huevo. Jovencito, ¡tienes talentos ocultos! Vas a hacer el pastel por mí, mientras yo bato la clara hasta que esté cremosa. —Louis se acercó al frigorífico—. Pero primero, mis queridos espectadores, esto es algo que ya había preparado antes. —Quitó el plástico transparente que enrollaba cuidadosamente una bola de masa y lo puso sobre papel de horno—. Harry, pon los arándanos en un cuenco y añade tres cucharadas soperas de azúcar y la ralladura de un limón. —Eleanor ya se acercaba a Harry con el limón y el rallador. Levantó una ceja y Louis se giró para mirar al joven británico—. ¿No me digas que tengo que enseñarte cómo usar un rallador? 

Harry le dedicó una mirada desesperada. 

—Vale, pues entonces mezcla los ingredientes. Yo rallaré el limón. ¿Lucy? ¿Podrías poner las claras esponjosas? —Con manos claramente más experimentadas que las de Harry, Louis procedió a usar el curioso aparato para arrancar pequeñas partículas de la capa exterior de la piel del limón. 

Louis se giró para comprobar si el horno estaba caliente, aplaudió y miró a Harry, quien claramente estaba disfrutando aunque no parecía estar cómodo del todo. 

—Muy bien, señor Chef, vamos a ensamblar el pastel. Bandeja de horno, capa de pastel. Utiliza un tenedor para hacer unos cuantos agujeros en el centro. 

Harry siguió las instrucciones, así que Louis se giró hacia Lucy. 
—La parte de abajo del pastel es una capa de crema de clara de huevo. Después añadimos los arándanos. 

Esperó hasta que Harry vació su cuenco. 

—Ahora viene la parte difícil. 
Guiñó un ojo al joven, acercándose a él, como habían estado antes cuando estuvieron solos en la cocina, sólo que ahora pasó un brazo alrededor del hombro del británico mientras señalaba hacia la bandeja de hornear. 

—Tenemos que cerrar la masa alrededor de los arándanos. Hay que apretar bien. —Louis miró a ambas mujeres, a sus divertidos rostros mientras Harry procedía a doblar y sellar los lados de la masa sobre los arándanos. 

Podía notar lo tenso que estaba el joven y se imaginaba que los ojos de las mujeres estarían fijos en lo que hacía Harry, así que bajó la mano, acariciándole la espalda. 

Louis pudo ver que el joven le miraba con esperanza y sonreía. 

Entonces señaló con la barbilla al pastel de nuevo—. Asegúrate de que no quedan agujeros, o los jugos se saldrán y sería una pena. 

Harry presionó sobre la masa por aquí y por allá para asegurarse. 

—Ahora le moment supreme. Para darle un bonito color, pintaremos toda la masa con la yema del huevo y lo pondremos en el horno. Estará listo en unos veinticinco minutos, y tendremos el mejor pastel de arándonos que Harry ha hecho jamás.

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Oops, que torpe soy.
Gracias por leer:)