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Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
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Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
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Michael Clifford|Dianna Agron|Ariadne Carter.
◖Personalidad◗:
- Spoiler:
- Todo el mundo conoce a Ari como a la chica que siempre sonríe. Es muy alegre y feliz. Es espontánea, soñadora y tiene una vitalidad inacabable. Es fuerte y luchadora, y nunca se da por vencida, y pese a todo por lo que ha pasado, sigue sonriendo. Quizá es un tanto infantil, pero eso la hace más dulce y tierna, hecho que ella niega rotundamente ser. Nunca le ha gustado verse tierna, cree que se ve indefensa. Aunque, en realidad, es frágil como una flor, y muy sensible. Las críticas le afectan mucho, quizá demasiado, pero ella intenta ser fuerte. Nunca llora en público. Nunca. Por la misma razón que ya se ha nombrado antes: odia con todo su ser verse indefensa. Es una joven sincera y franca. Siempre dice la verdad; por muy dura que sea, aunque sea lo que no quieras oír, siempre la dirá. Buena amiga y muy buena consejera. Comprensiva y dispuesta a ayudar a los demás. Quizá es un tanto rebelde, ya que no le gusta que le digan lo que debe hacer, y adora desobedecer. Es valiente, no teme a absolutamente nada, aunque es un poco tímida. Es divertida, sociable y carismática. Ama pasarlo bien, y aun más hacer locuras. Es imaginativa e ingeniosa. No es muy enamoradiza, ya que solo ha tenido un par de novios en toda su vida. El primero se fue a vivir a Italia, y el segundo le rompió el corazón, cuando Ari se enteró de que la engañaba con la chica más popular del instituto. Tiene un encanto excepcional, que puede alegrar a quién sea. Tal vez este atractivo se encuentra en su constante sonrisa, o en su forma de hablar, de actuar. Quién sabe… Quizá su sonrisa embriaga a algún chico como si fuera un muñeco vudú.
◖Capítulo, shot, etc.◗:
- Hey there, Delilah:
- Capítulo dos.Coffee cups, that start things that are never forgotten.snow.
Recuerdo perfectamente ese día. Amaneció algo nublado, y la fría brisa otoñal azotaba mi rostro, provocando que mis cabellos danzaran de forma grácil entorno a él.
Una vez sentada detrás del aburrido mostrador, hojeé aburrida una especie de catálogo. Repentinamente, una reconocible voz me sobresaltó. Levanté la vista en un raudo movimiento. Ahí se encontraba Lou. De pie, sosteniendo dos vasos de café. Alargó el brazo para que pudiera alcanzar uno de ellos. La calidez que el cartón desprendía provocó una confortable sensación en mi cuerpo. Acerqué el recipiente a mis labios. Sabía estupendo.
— ¿Lo has preparado tú? – proferí después de tomar otro sorbo.
Asintió, mientras una suave sonrisa se dibujaba en su rostro.
— ¿Te gusta?
— Mucho. – sonreí, apoyando el vaso en la mesa. – Oh, tu chaqueta. Casi se me olvida.
Me levanté de mi asiento, y me dirigí al vestidor de empleados. Al cabo de medio minuto regresé junto a Louis.
— Aquí tienes.
— Gracias. – en el momento en que nuestras manos rozaron, un escalofrío recorrió mi columna vertebral. Su piel era suave al tacto, y realmente cálida. Aparté mi mano abruptamente, y un signo de interrogante se dibujó en el rostro de Louis.
— Eh, si necesitas algo más… - inquirí encogiendo mis hombros.
— No, no. Yo ya me voy. – sentenció metiendo las manos en sus bolsillos.
Me limité a sonreír y volví a mi habitual ubicación, la cual era detrás de esa mesa anaranjada, con una caja registradora encima de ella.
Cuando el castaño se disponía a desaparecer por las puertas transparentes, paró en seco. Giró sobre sus tobillos y me regaló una dulce sonrisa.
— Delilah… - comenzó, hablando en tono infantil - ¿Tienes planes para mañana por la tarde?
— Eh… No. – respondí de forma confusa.
— ¿Te puedo invitar a un café entonces? – cuestionó en un tono adorable, mientras miraba el suelo con cierta timidez.
— Claro. – sonreí.
— Quiero que nos conozcamos mejor, ¿Sabes?
— Yo también quiero conocerte, Lou. – sonrió ante el diminutivo por el cual lo había llamado, ya que nunca antes lo había hecho.
— Adiós Del.
— Adiós Lou.
Esta vez sí, el chico desapareció tras las puertas de cristal. Eché un leve suspiro. ¿Por qué actuaba de esa forma en frente de Louis? ¿A caso me gustaba? Negué exageradamente con la cabeza. No. No podía ser. ¿O tal vez sí? Otro suspiro se escapó de mis labios. Fuese como fuese, no quería que el amor me hiriera de nuevo. Salí al exterior, para que el frío aire matutino, me despejara un poco. Nada más pisar al asfalto, el aire frío impactó en mi rostro, acariciando mis fosas nasales. Me senté en el bordillo de la acera. Palpé en el bolsillo trasero de mi pantalón. El relevo rectangular sobresaliente en él, me avocó que esa misma mañana había comprado una caja de cigarrillos. Extraje uno del interior del recipiente de cartón, y lo encendí rápidamente. Medité. Razoné. Reflexioné.
El tabaco me ayudaba a pensar. No tratándose de cálculos matemáticos –ni mucho menos- me ayudaba a pensar sobre la vida. Las cosas cotidianas que sucedían en mí día a día.
Un escalofrío provocó que empezara a tiritar. Dejé caer el cigarrillo en el pavimento y lo pisé. Volví a entrar dentro del local.
Entonces, la habitual pregunta que aparecía en la mente de toda adolescente antes de una cita apareció en la mía: “¿Qué me voy a poner?”
- Diana NC:
- Capítulo cuatro.Lucy Stark[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Observé detenidamente mi cuerpo, ahora mojado ya que acababa de salir de la ducha, en el gran espejo del baño, que se encontraba incorporado a mi habitación. Las lágrimas resbalaban por mis mejillas mientras presionaba mi barriga fuertemente, intentando reducir su tamaño. Hasta que me di por vencida. La frustración invadió mi mente obligándome a provocar mi propio vomito. Introduje dos dedos en mi cavidad bucal, presionando mi lengua ligeramente hacia abajo. Expulsé todo lo ingerido horas antes. Me levanté del suelo secando las gotitas de agua procedentes de mis ojos bruscamente con la manga de mi jersey. Volví a analizarme en el espejo. Asentí en forma de aceptación, aunque me seguía viendo como una bola de grasa, no engordaría más. Recogí mi cabello en un moño y bajé las escaleras pesadamente. “Otro día más.” Pensé. Otro día de invisibilidad ante mis compañeros, miradas de desprecio, burlas… Entré en la cocina, donde encontré a mi padre leyendo el periódico, como siempre.
— Buenos días, cariño. – me saludó mientras me miraba por encima de los papeles blancos. Le dediqué una sonrisa dulce mientras me acercaba a él para besar su mejilla.
— Buenos días. – me observó mientras fruncía el ceño notoriamente.
— ¿Y esas ojeras? – preguntó.
— ¿Cuáles? Papá, creo que deberías ir al oculista… No tengo ojeras. – intenté mostrar obviedad. En realidad sí las tenía, y de hacía días. No podía dormir tranquila, las burlas de mis compañeros resonaban en mi cabeza cada vez que cerraba los ojos, y la maliciosa sonrisa de Nicole se reflejaba en mi mente. Él solo asintió no muy convencido, volviendo a fijar su vista en el periódico. – Yo ya me voy, que tengas un buen día. – me despedí cerrando la puerta detrás de mí.
Coloqué los auriculares en mis oídos para aislarme del resto del universo. Solo éramos Imagine Dragons, mis auriculares y yo. Caminé fijando mi vista al suelo. No quería ver a nadie, ni tampoco ser vista. Llegué a mi instituto, “Harrow School” o como yo lo llamaba, “Horror School”. El ritmo de mis pasos aumentó al pasar por delante del grupo de Nicole.
— Mirad, la bolita de grasa. – sonrió maliciosamente.
— Vaya, ¿Cuántas veces has vomitado hoy Stark? – comentó otra de esas zorras. El coraje recorrió por mis venas.
— No lo sé, pero creo que el verte de nuevo me está produciendo arcadas. – sonreí falsamente, y seguí mi camino. “¿Qué has hecho Lucy?” me regañaba a mí misma. No quería tener problemas con Nicole y sus amiguitas… Pero el orgullo me venció.
Entré en aquél horrible edificio, dónde cada día derramaba mil y una lágrimas. Bajé mi cabeza, fijando mi vista en mis Converse negras. “Mirad la foca.” Oí comentar a algunos de los chicos populares. En ese instante mi vista se nubló a causa de las lágrimas acumuladas en mis ojos. Intenté retenerlas, pero fue en vano. Abrí mi taquilla guardando los libros en su interior.
— Hola foquita. – la chillona voz de Nicole me sacó de mis pensamientos.
— ¿Qué quieres ahora, Nicole? – me giré de mala gana para mirarla a la cara.
— Cuando ibas caminando se te cayó esto. – Nicole me entregó un pequeño libro de tapas duras color caoba con algunos dibujos en ellas, mi diario. – Así que tú también te ves gorda y asquerosa, no me extraña. Y por cierto, recuerdos a tu madre… Ah no, espera… Está muerta. - agregó mostrando una cínica sonrisa.
Agarré bruscamente el libro que tenía entre sus manos y lo guardé con un gesto rápido en mi bolsa. Ella solo rió burlonamente y se fue caminando como si fuera una diva. Las lágrimas resbalaban por mis mejillas y caían encima de mi jersey gris. Cerré la taquilla con un fuerte golpe y salí corriendo de allí. Corrí sin rumbo alguno, sin saber a dónde iba; solo quería desaparecer de la faz de la tierra en ese mismo instante. No me importaba si no asistía a clases. Salí al exterior del edificio y bajé las escaleras apresuradamente, pero terminé cayendo al suelo.
— Mierda. – murmuré sobando mi rodilla. Me incorporé sentándome en el frío suelo y enterré mis manos en mis cabellos. Las lágrimas seguían corriendo por mi rostro, cayendo al suelo. Pasé ahí sentada un buen rato, al menos la primera hora. Estaba adentrada en mis pensamientos, hasta que vi como llegaban tres chicas y se colocaban a mí alrededor.
— ¿Qué tienes hermosa? – habló una de ellas. Era muy bonita, de cabello castaño largo, y ojos celestes un tanto grisáceos.
— Cosas, problemas. – respondí con la voz quebrada, y de manera fría.
— Soy Jessie Blake, del club de las que odia a las populares y apartada. – se presentó una chica, de cabello negro intenso y ojos cafés obscuros, estirando su mano. La apreté con fuerza. Miré a las demás.
— Ah, yo soy Jo Katherine, pero solo dime Jo o Kat, solo soy apartada. – se presentó la misma chica que había hablado primero sonriendo.
— Y yo soy Paula Smith, pertenezco al grupo de las apartadas por completo. – finalizó la chica restante, sonriendo tiernamente.
— Lucy. – dije en un susurro.- Lucy Stark.
— Un gusto. – respondieron las tres al unísono.
— ¿Que no se supone que deben de estar en clase?- pregunté curiosa, secando las lágrimas que aun se mantenían en mis pómulos.
— -Bien, perdimos Matemáticas gracias a mi.- explicó Jo haciendo una mueca que me pareció bastante graciosa.
— Fue un accidente. – aclaró Jessie. Sonreí por primera vez en días. Realmente esas chicas parecían geniales.
— ¿Y ahora qué hacemos? – pregunté levantándome.
— Debemos esperar a la siguiente clase. – sentenció Paula.
— ¿Por qué no nos sentamos en un banco? – propuso Jo señalando uno con la cabeza. Nos dirigimos a dónde Jo apuntó con la cabeza, y nos dejamos caer en la dura madera ocre. El silencio reinaba en el lugar. Yo pensaba en Nicole, otra vez. ¿Qué habría leído en mi diario? Tenía miedo, mucho miedo. Ahora sabía algunos de mis secretos, pero no todos, ya que algunos los guardaba bajo llave en un cajón de mi cuarto.
Un estruendo provocó que alzara mi vista. Una chica de pelo negro y ondulado acababa de dar un fuerte portazo al coche del que acababa de bajar. Caminó a paso firme, dirigiéndose a las grandes puertas del instituto. Las lágrimas empezaron a surgir de sus ojos. Las cuatro la observamos curiosas.
— ¡Hey! ¡Chica! – exclamó Jessie. La chica nos miró extrañada y luego siguió su camino. Las cuatro nos levantamos y caminamos rápidamente hacia ella. La chica nos iba mirando de reojo hasta que se giró.
— ¡¿Qué queréis, pesadas?! – preguntó llevando sus manos a su cintura. Las lágrimas aun corrían por su rostro.
— ¿Estás bien? – preguntó Jo.
— Sí. – respondió de mala gana.
— ¿Seguro? – agregué yo tímidamente.
— Sí, gracias. – agregó una pequeña sonrisa mientras secaba sus lágrimas. Le devolvimos la sonrisa.
— No creo que te dejen entrar a ésta hora. – comentó Paula.
— Ya lo sé, debo esperar a la próxima hora. – asintió haciendo una mueca.
Eché un suspiro. Entonces me senté en el suelo. Las demás me miraron extrañadas.
— Lucy, ¿Qué haces? – preguntó Jessie.
— Venid, sentaos. – indiqué sacando un pequeña pelota de goma de mi bolsa. Las demás se sentaron de manera que formamos un círculo. – Soy Lucy Stark, tengo diecisiete años y… sufro bulímia. – confesé apretando la pelota de color violeta entre msi manos. – Te toca. – le pasé la pelota a Paula.- Imagina:
- — Niall, ¿Podemos hablar? – mencióne acariciando los cabellos que sobresalian de mi recogido, encima de mi nuca.
— Claro, princesa. Dime, ¿Qué sucede? – se acercó hacia mí a paso lento.
— Verás, sabes que te quiero mucho. Pero esto no puede seguir así, debemos dejarlo. – a medida que mi voz se quebraba mi corazón se partía en mil pedazos, provocando un fuerte dolor en mi pecho. Niall no reaccionó, estaba quieto, sin hacer absolutamente nada. De repente una pequeña lágrima empezó a recorrer su rostro. Si mi corazón ya estaba destruido, eso lo machacó todavía más.
— ¿Por qué? – susurró secando bruscamente sus ojos con el borde de su manga.
— Niall, no te hagas el inocente. No me mientas más… - mi rostro ya estaba totalmente empapado.
— ¿Cómo? Yo nunca te mentiría, lo sabes. – dijo desesperado. – Yo te amo.
— ¿Y por qué te estás viendo con Amanda Morrison? ¿Por qué encontré esto en un cajón de tu mesita de noche? – inquirí sacando una pequeña caja azul, que contenía un anillo en su interior. Niall no respondió, solo miró atentamente la caja que tenía entre mis manos. – Lo sabía. – susurré al borde del llanto. En ese instante tiré la cajita al suelo y salí corriendo de allí. Dejando a Niall solo. Corrí y corrí, sin rumbo alguno. El aire frío de diciembre golpeaba en mi rostro. Llegué a un parque adornado de blanco, por la nieve. Me senté en uno de los bancos de madera escondiendo mi rostro entre mis rodillas. ¿Por qué me había hecho esto? ¿Tan mala novia había sido? ¿Por qué mi príncipe azul me traicionaba de esa forma? Mientras estas y miles de preguntas más rondaban en mi cabeza noté una cálida mano posarse en mi hombro. Alcé mi cabeza para encontrarme con esos preciosos ojos azulados que me dejaban sin respiración. Aparté mi vista, sabía que si lo seguía observando el llanto se apoderaría de mí.
— Adriana… Adriana escúchame por favor, te lo ruego. – suplicó Niall agarrando mi mentón para que pudiera ver mi rostro. – Esa cajita azul… Era para ti. Te iba a pedir compromiso ésta noche, y sobre lo de Amanda… Quería que me diera algunos consejos de estilismo.Para ir bien arreglado, el día en que nos comprometiéramos a acompañarnos en este largo viaje, que es la vida. – las lágrimas resbalaban por sus mejillas, hasta caer en mis manos, las cuales ahora sujetaban la parte superior de su cuello.
— Lo siento Niall. Soy una estúpida. Por poco lo arruino todo. – murmuré mientras un horrible sentimiento de culpa me invadía.
— No, nada de eso. – entonces agarró con fuerza mi mentón, el cual aún sujetaba, obligándome a unir nuestros labios. Un perfecto beso, dulce y tierno, y a la vez salado, por las lágrimas que aun no cesaban por parte de ambos.
— Te amo, te amo, te amo. – reiteré para dejarle claro, que el era el único hombre en mi vida. Se levantó, y agarró una pequeña flor que se alzaba en medio del espeso mar blanquecino, el cual es la nieve. Empezó a manipular la pequeña planta entre sus manos, hasta darle una forma circular. Se arrodilló.
— Adriana Marcela, mi Adri. ¿Me harías el inmenso placer de hacerte mi mujer? – mencionó pasando el “anillo” que acababa de hacer el mismo, en uno de los dedos de mi mano.
— Por supuesto, mi vida. – afirmé aferrándome a su cuello. Posicionó sus dos manos en mi cintura mientras me elevaba en el aire.
— Te amo, mi princesa, y nunca, lo dejaré de hacer.
- Austin :3:
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Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
He hecho más o menos igual que Rachel, porque queda bien cúl.
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Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
snowflake. escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Michael Clifford|Dianna Agron|Ariadne Carter.
◖Personalidad◗:
- Spoiler:
Todo el mundo conoce a Ari como a la chica que siempre sonríe. Es muy alegre y feliz. Es espontánea, soñadora y tiene una vitalidad inacabable. Es fuerte y luchadora, y nunca se da por vencida, y pese a todo por lo que ha pasado, sigue sonriendo. Quizá es un tanto infantil, pero eso la hace más dulce y tierna, hecho que ella niega rotundamente ser. Nunca le ha gustado verse tierna, cree que se ve indefensa. Aunque, en realidad, es frágil como una flor, y muy sensible. Las críticas le afectan mucho, quizá demasiado, pero ella intenta ser fuerte. Nunca llora en público. Nunca. Por la misma razón que ya se ha nombrado antes: odia con todo su ser verse indefensa. Es una joven sincera y franca. Siempre dice la verdad; por muy dura que sea, aunque sea lo que no quieras oír, siempre la dirá. Buena amiga y muy buena consejera. Comprensiva y dispuesta a ayudar a los demás. Quizá es un tanto rebelde, ya que no le gusta que le digan lo que debe hacer, y adora desobedecer. Es valiente, no teme a absolutamente nada, aunque es un poco tímida. Es divertida, sociable y carismática. Ama pasarlo bien, y aun más hacer locuras. Es imaginativa e ingeniosa. No es muy enamoradiza, ya que solo ha tenido un par de novios en toda su vida. El primero se fue a vivir a Italia, y el segundo le rompió el corazón, cuando Ari se enteró de que la engañaba con la chica más popular del instituto. Tiene un encanto excepcional, que puede alegrar a quién sea. Tal vez este atractivo se encuentra en su constante sonrisa, o en su forma de hablar, de actuar. Quién sabe… Quizá su sonrisa embriaga a algún chico como si fuera un muñeco vudú.
◖Capítulo, shot, etc.◗:
- Hey there, Delilah:
Capítulo dos.Coffee cups, that start things that are never forgotten.snow.
Recuerdo perfectamente ese día. Amaneció algo nublado, y la fría brisa otoñal azotaba mi rostro, provocando que mis cabellos danzaran de forma grácil entorno a él.
Una vez sentada detrás del aburrido mostrador, hojeé aburrida una especie de catálogo. Repentinamente, una reconocible voz me sobresaltó. Levanté la vista en un raudo movimiento. Ahí se encontraba Lou. De pie, sosteniendo dos vasos de café. Alargó el brazo para que pudiera alcanzar uno de ellos. La calidez que el cartón desprendía provocó una confortable sensación en mi cuerpo. Acerqué el recipiente a mis labios. Sabía estupendo.
— ¿Lo has preparado tú? – proferí después de tomar otro sorbo.
Asintió, mientras una suave sonrisa se dibujaba en su rostro.
— ¿Te gusta?
— Mucho. – sonreí, apoyando el vaso en la mesa. – Oh, tu chaqueta. Casi se me olvida.
Me levanté de mi asiento, y me dirigí al vestidor de empleados. Al cabo de medio minuto regresé junto a Louis.
— Aquí tienes.
— Gracias. – en el momento en que nuestras manos rozaron, un escalofrío recorrió mi columna vertebral. Su piel era suave al tacto, y realmente cálida. Aparté mi mano abruptamente, y un signo de interrogante se dibujó en el rostro de Louis.
— Eh, si necesitas algo más… - inquirí encogiendo mis hombros.
— No, no. Yo ya me voy. – sentenció metiendo las manos en sus bolsillos.
Me limité a sonreír y volví a mi habitual ubicación, la cual era detrás de esa mesa anaranjada, con una caja registradora encima de ella.
Cuando el castaño se disponía a desaparecer por las puertas transparentes, paró en seco. Giró sobre sus tobillos y me regaló una dulce sonrisa.
— Delilah… - comenzó, hablando en tono infantil - ¿Tienes planes para mañana por la tarde?
— Eh… No. – respondí de forma confusa.
— ¿Te puedo invitar a un café entonces? – cuestionó en un tono adorable, mientras miraba el suelo con cierta timidez.
— Claro. – sonreí.
— Quiero que nos conozcamos mejor, ¿Sabes?
— Yo también quiero conocerte, Lou. – sonrió ante el diminutivo por el cual lo había llamado, ya que nunca antes lo había hecho.
— Adiós Del.
— Adiós Lou.
Esta vez sí, el chico desapareció tras las puertas de cristal. Eché un leve suspiro. ¿Por qué actuaba de esa forma en frente de Louis? ¿A caso me gustaba? Negué exageradamente con la cabeza. No. No podía ser. ¿O tal vez sí? Otro suspiro se escapó de mis labios. Fuese como fuese, no quería que el amor me hiriera de nuevo. Salí al exterior, para que el frío aire matutino, me despejara un poco. Nada más pisar al asfalto, el aire frío impactó en mi rostro, acariciando mis fosas nasales. Me senté en el bordillo de la acera. Palpé en el bolsillo trasero de mi pantalón. El relevo rectangular sobresaliente en él, me avocó que esa misma mañana había comprado una caja de cigarrillos. Extraje uno del interior del recipiente de cartón, y lo encendí rápidamente. Medité. Razoné. Reflexioné.
El tabaco me ayudaba a pensar. No tratándose de cálculos matemáticos –ni mucho menos- me ayudaba a pensar sobre la vida. Las cosas cotidianas que sucedían en mí día a día.
Un escalofrío provocó que empezara a tiritar. Dejé caer el cigarrillo en el pavimento y lo pisé. Volví a entrar dentro del local.
Entonces, la habitual pregunta que aparecía en la mente de toda adolescente antes de una cita apareció en la mía: “¿Qué me voy a poner?”
- Diana NC:
Capítulo cuatro.Lucy Stark[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Observé detenidamente mi cuerpo, ahora mojado ya que acababa de salir de la ducha, en el gran espejo del baño, que se encontraba incorporado a mi habitación. Las lágrimas resbalaban por mis mejillas mientras presionaba mi barriga fuertemente, intentando reducir su tamaño. Hasta que me di por vencida. La frustración invadió mi mente obligándome a provocar mi propio vomito. Introduje dos dedos en mi cavidad bucal, presionando mi lengua ligeramente hacia abajo. Expulsé todo lo ingerido horas antes. Me levanté del suelo secando las gotitas de agua procedentes de mis ojos bruscamente con la manga de mi jersey. Volví a analizarme en el espejo. Asentí en forma de aceptación, aunque me seguía viendo como una bola de grasa, no engordaría más. Recogí mi cabello en un moño y bajé las escaleras pesadamente. “Otro día más.” Pensé. Otro día de invisibilidad ante mis compañeros, miradas de desprecio, burlas… Entré en la cocina, donde encontré a mi padre leyendo el periódico, como siempre.
— Buenos días, cariño. – me saludó mientras me miraba por encima de los papeles blancos. Le dediqué una sonrisa dulce mientras me acercaba a él para besar su mejilla.
— Buenos días. – me observó mientras fruncía el ceño notoriamente.
— ¿Y esas ojeras? – preguntó.
— ¿Cuáles? Papá, creo que deberías ir al oculista… No tengo ojeras. – intenté mostrar obviedad. En realidad sí las tenía, y de hacía días. No podía dormir tranquila, las burlas de mis compañeros resonaban en mi cabeza cada vez que cerraba los ojos, y la maliciosa sonrisa de Nicole se reflejaba en mi mente. Él solo asintió no muy convencido, volviendo a fijar su vista en el periódico. – Yo ya me voy, que tengas un buen día. – me despedí cerrando la puerta detrás de mí.
Coloqué los auriculares en mis oídos para aislarme del resto del universo. Solo éramos Imagine Dragons, mis auriculares y yo. Caminé fijando mi vista al suelo. No quería ver a nadie, ni tampoco ser vista. Llegué a mi instituto, “Harrow School” o como yo lo llamaba, “Horror School”. El ritmo de mis pasos aumentó al pasar por delante del grupo de Nicole.
— Mirad, la bolita de grasa. – sonrió maliciosamente.
— Vaya, ¿Cuántas veces has vomitado hoy Stark? – comentó otra de esas zorras. El coraje recorrió por mis venas.
— No lo sé, pero creo que el verte de nuevo me está produciendo arcadas. – sonreí falsamente, y seguí mi camino. “¿Qué has hecho Lucy?” me regañaba a mí misma. No quería tener problemas con Nicole y sus amiguitas… Pero el orgullo me venció.
Entré en aquél horrible edificio, dónde cada día derramaba mil y una lágrimas. Bajé mi cabeza, fijando mi vista en mis Converse negras. “Mirad la foca.” Oí comentar a algunos de los chicos populares. En ese instante mi vista se nubló a causa de las lágrimas acumuladas en mis ojos. Intenté retenerlas, pero fue en vano. Abrí mi taquilla guardando los libros en su interior.
— Hola foquita. – la chillona voz de Nicole me sacó de mis pensamientos.
— ¿Qué quieres ahora, Nicole? – me giré de mala gana para mirarla a la cara.
— Cuando ibas caminando se te cayó esto. – Nicole me entregó un pequeño libro de tapas duras color caoba con algunos dibujos en ellas, mi diario. – Así que tú también te ves gorda y asquerosa, no me extraña. Y por cierto, recuerdos a tu madre… Ah no, espera… Está muerta. - agregó mostrando una cínica sonrisa.
Agarré bruscamente el libro que tenía entre sus manos y lo guardé con un gesto rápido en mi bolsa. Ella solo rió burlonamente y se fue caminando como si fuera una diva. Las lágrimas resbalaban por mis mejillas y caían encima de mi jersey gris. Cerré la taquilla con un fuerte golpe y salí corriendo de allí. Corrí sin rumbo alguno, sin saber a dónde iba; solo quería desaparecer de la faz de la tierra en ese mismo instante. No me importaba si no asistía a clases. Salí al exterior del edificio y bajé las escaleras apresuradamente, pero terminé cayendo al suelo.
— Mierda. – murmuré sobando mi rodilla. Me incorporé sentándome en el frío suelo y enterré mis manos en mis cabellos. Las lágrimas seguían corriendo por mi rostro, cayendo al suelo. Pasé ahí sentada un buen rato, al menos la primera hora. Estaba adentrada en mis pensamientos, hasta que vi como llegaban tres chicas y se colocaban a mí alrededor.
— ¿Qué tienes hermosa? – habló una de ellas. Era muy bonita, de cabello castaño largo, y ojos celestes un tanto grisáceos.
— Cosas, problemas. – respondí con la voz quebrada, y de manera fría.
— Soy Jessie Blake, del club de las que odia a las populares y apartada. – se presentó una chica, de cabello negro intenso y ojos cafés obscuros, estirando su mano. La apreté con fuerza. Miré a las demás.
— Ah, yo soy Jo Katherine, pero solo dime Jo o Kat, solo soy apartada. – se presentó la misma chica que había hablado primero sonriendo.
— Y yo soy Paula Smith, pertenezco al grupo de las apartadas por completo. – finalizó la chica restante, sonriendo tiernamente.
— Lucy. – dije en un susurro.- Lucy Stark.
— Un gusto. – respondieron las tres al unísono.
— ¿Que no se supone que deben de estar en clase?- pregunté curiosa, secando las lágrimas que aun se mantenían en mis pómulos.
— -Bien, perdimos Matemáticas gracias a mi.- explicó Jo haciendo una mueca que me pareció bastante graciosa.
— Fue un accidente. – aclaró Jessie. Sonreí por primera vez en días. Realmente esas chicas parecían geniales.
— ¿Y ahora qué hacemos? – pregunté levantándome.
— Debemos esperar a la siguiente clase. – sentenció Paula.
— ¿Por qué no nos sentamos en un banco? – propuso Jo señalando uno con la cabeza. Nos dirigimos a dónde Jo apuntó con la cabeza, y nos dejamos caer en la dura madera ocre. El silencio reinaba en el lugar. Yo pensaba en Nicole, otra vez. ¿Qué habría leído en mi diario? Tenía miedo, mucho miedo. Ahora sabía algunos de mis secretos, pero no todos, ya que algunos los guardaba bajo llave en un cajón de mi cuarto.
Un estruendo provocó que alzara mi vista. Una chica de pelo negro y ondulado acababa de dar un fuerte portazo al coche del que acababa de bajar. Caminó a paso firme, dirigiéndose a las grandes puertas del instituto. Las lágrimas empezaron a surgir de sus ojos. Las cuatro la observamos curiosas.
— ¡Hey! ¡Chica! – exclamó Jessie. La chica nos miró extrañada y luego siguió su camino. Las cuatro nos levantamos y caminamos rápidamente hacia ella. La chica nos iba mirando de reojo hasta que se giró.
— ¡¿Qué queréis, pesadas?! – preguntó llevando sus manos a su cintura. Las lágrimas aun corrían por su rostro.
— ¿Estás bien? – preguntó Jo.
— Sí. – respondió de mala gana.
— ¿Seguro? – agregué yo tímidamente.
— Sí, gracias. – agregó una pequeña sonrisa mientras secaba sus lágrimas. Le devolvimos la sonrisa.
— No creo que te dejen entrar a ésta hora. – comentó Paula.
— Ya lo sé, debo esperar a la próxima hora. – asintió haciendo una mueca.
Eché un suspiro. Entonces me senté en el suelo. Las demás me miraron extrañadas.
— Lucy, ¿Qué haces? – preguntó Jessie.
— Venid, sentaos. – indiqué sacando un pequeña pelota de goma de mi bolsa. Las demás se sentaron de manera que formamos un círculo. – Soy Lucy Stark, tengo diecisiete años y… sufro bulímia. – confesé apretando la pelota de color violeta entre msi manos. – Te toca. – le pasé la pelota a Paula.◖Gif◗:
- Imagina:
— Niall, ¿Podemos hablar? – mencióne acariciando los cabellos que sobresalian de mi recogido, encima de mi nuca.
— Claro, princesa. Dime, ¿Qué sucede? – se acercó hacia mí a paso lento.
— Verás, sabes que te quiero mucho. Pero esto no puede seguir así, debemos dejarlo. – a medida que mi voz se quebraba mi corazón se partía en mil pedazos, provocando un fuerte dolor en mi pecho. Niall no reaccionó, estaba quieto, sin hacer absolutamente nada. De repente una pequeña lágrima empezó a recorrer su rostro. Si mi corazón ya estaba destruido, eso lo machacó todavía más.
— ¿Por qué? – susurró secando bruscamente sus ojos con el borde de su manga.
— Niall, no te hagas el inocente. No me mientas más… - mi rostro ya estaba totalmente empapado.
— ¿Cómo? Yo nunca te mentiría, lo sabes. – dijo desesperado. – Yo te amo.
— ¿Y por qué te estás viendo con Amanda Morrison? ¿Por qué encontré esto en un cajón de tu mesita de noche? – inquirí sacando una pequeña caja azul, que contenía un anillo en su interior. Niall no respondió, solo miró atentamente la caja que tenía entre mis manos. – Lo sabía. – susurré al borde del llanto. En ese instante tiré la cajita al suelo y salí corriendo de allí. Dejando a Niall solo. Corrí y corrí, sin rumbo alguno. El aire frío de diciembre golpeaba en mi rostro. Llegué a un parque adornado de blanco, por la nieve. Me senté en uno de los bancos de madera escondiendo mi rostro entre mis rodillas. ¿Por qué me había hecho esto? ¿Tan mala novia había sido? ¿Por qué mi príncipe azul me traicionaba de esa forma? Mientras estas y miles de preguntas más rondaban en mi cabeza noté una cálida mano posarse en mi hombro. Alcé mi cabeza para encontrarme con esos preciosos ojos azulados que me dejaban sin respiración. Aparté mi vista, sabía que si lo seguía observando el llanto se apoderaría de mí.
— Adriana… Adriana escúchame por favor, te lo ruego. – suplicó Niall agarrando mi mentón para que pudiera ver mi rostro. – Esa cajita azul… Era para ti. Te iba a pedir compromiso ésta noche, y sobre lo de Amanda… Quería que me diera algunos consejos de estilismo.Para ir bien arreglado, el día en que nos comprometiéramos a acompañarnos en este largo viaje, que es la vida. – las lágrimas resbalaban por sus mejillas, hasta caer en mis manos, las cuales ahora sujetaban la parte superior de su cuello.
— Lo siento Niall. Soy una estúpida. Por poco lo arruino todo. – murmuré mientras un horrible sentimiento de culpa me invadía.
— No, nada de eso. – entonces agarró con fuerza mi mentón, el cual aún sujetaba, obligándome a unir nuestros labios. Un perfecto beso, dulce y tierno, y a la vez salado, por las lágrimas que aun no cesaban por parte de ambos.
— Te amo, te amo, te amo. – reiteré para dejarle claro, que el era el único hombre en mi vida. Se levantó, y agarró una pequeña flor que se alzaba en medio del espeso mar blanquecino, el cual es la nieve. Empezó a manipular la pequeña planta entre sus manos, hasta darle una forma circular. Se arrodilló.
— Adriana Marcela, mi Adri. ¿Me harías el inmenso placer de hacerte mi mujer? – mencionó pasando el “anillo” que acababa de hacer el mismo, en uno de los dedos de mi mano.
— Por supuesto, mi vida. – afirmé aferrándome a su cuello. Posicionó sus dos manos en mi cintura mientras me elevaba en el aire.
— Te amo, mi princesa, y nunca, lo dejaré de hacer.
- Austin :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Ficha aceptadísimaAhque, eres genial. Amé los tres shots. El de Diana, ah, amo esa canción pls.Y la personalidad me encanta.Amo el apellido Carter, y también el nombrees el segundo nombre de Austin bc su padre se llamaba asíBueno, ¡mucha suerte! <3Pd: me has dado feels bc esa fue la primera foto que vi de Mikey es mi favorita y me da feels y fangirleo y me crusheé con esa foto y... ah
spitfire.
Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
Te quedó per-fect.snowflake. escribió:He hecho más o menos igual que Rachel, porque queda bien cúl.
spitfire.
Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
¿Really?Nana99 escribió:Ficha aceptadísimaAhque, eres genial. Amé los tres shots. El de Diana, ah, amo esa canción pls.Y la personalidad me encanta.Amo el apellido Carter, y también el nombrees el segundo nombre de Austin bc su padre se llamaba asíBueno, ¡mucha suerte! <3Pd: me has dado feels bc esa fue la primera foto que vi de Mikey es mi favorita y me da feels y fangirleo y me crusheé con esa foto y... ah
Gracias. <3
A mí también me gusta ese apellido, es really cool.
¡Gracias!
Pd: Lo sé, sale tan fucking perfecto. Ah, Mikey. c:
Invitado
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Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
Mike feels <3snowflake. escribió:¿Really?Nana99 escribió:Ficha aceptadísimaAhque, eres genial. Amé los tres shots. El de Diana, ah, amo esa canción pls.Y la personalidad me encanta.Amo el apellido Carter, y también el nombrees el segundo nombre de Austin bc su padre se llamaba asíBueno, ¡mucha suerte! <3Pd: me has dado feels bc esa fue la primera foto que vi de Mikey es mi favorita y me da feels y fangirleo y me crusheé con esa foto y... ah
Gracias. <3
A mí también me gusta ese apellido, es really cool.
¡Gracias!
Pd: Lo sé, sale tan fucking perfecto. Ah, Mikey. c:
spitfire.
Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
Cuanto spam. Dios... Como me gustan las fichas de Rach y de snowflake no sé tu nombre, seguro que lo dijiste pero soy olvidadiza. Sorry
Menos mal que no van a por Ashton, que sí no... No quedaba no de broma.
Igual me sigo mereciendo un pin.
Menos mal que no van a por Ashton, que sí no... No quedaba no de broma.
Igual me sigo mereciendo un pin.
blake.
Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
Dile Ari, aunque ese no es su verdadero nombre.
Uhm... que te lo diga ella.
¿Enserio te gusta mi ficha?
Uhm... que te lo diga ella.
¿Enserio te gusta mi ficha?
Invitado
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Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
Me encanta tu ficha Rach. No sé sí te lo dije ya, pero tienes que saberlo: escribes de maravilla y a mí me caes genial, por lo que se me llena la boca de hablar de lo preciosa que ha sido tu audición y de que seguro que quedarás, ah
blake.
Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
Se llama Lucy, ah.
Y sí, tu audición es genial Rach.
Y sí, tu audición es genial Rach.
spitfire.
Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
Ese no es su verdadero nombre, ah.
JA, JA.
¿Enserio? Bueno yo creo que escribo mal, idk...
JA, JA.
¿Enserio? Bueno yo creo que escribo mal, idk...
Invitado
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Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
La única que puede pensar que escribe mal soy yo y es bc tengo razón, vosotras dos escribir perfecto, malditas lol
blake.
Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
SHi, soy Ari. A ver, la única que puede pensar que escribe fatal soy yo, pls.
Soy Ariadna, pero me puedes llamar Ari <3
Soy Ariadna, pero me puedes llamar Ari <3
Invitado
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Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
P-p-pero las tres sois geniales, idk, no entiendo porque estáis en esta enecé, ah.
Habías dicho que te llamas Lucy... ¿no? ok, soy tonta.
Habías dicho que te llamas Lucy... ¿no? ok, soy tonta.
spitfire.
Re: Unpredictable | 5sos | nc | {Audiciones cerradas} RESULTADOS
Sí, es un lío. Ósea, prefiero que me llamen Lucy, pero mi nombre real es Ariadna. Me puedes llamar Ari.Nana99 escribió:P-p-pero las tres sois geniales, idk, no entiendo porque estáis en esta enecé, ah.
Habías dicho que te llamas Lucy... ¿no? ok, soy tonta.
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