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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
The Wrecks Weddings {Inscripciones Cerradas} N.C
O W N :: Novelas colectivas :: Novelas colectivas :: Novelas Colectivas :: Inscripciones / audiciones
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Re: The Wrecks Weddings {Inscripciones Cerradas} N.C
Owww gracias por aceptarme me encantó la idea y me emocionó haber quedado ldfjsfljglkfj..Steph. escribió:Hay deos me van a hacer sentir muy special con todas las chicas que lleganAuditore escribió:Hola, me encantó la idea está super dlkfjdlfkjh.
Me presento. Soy Bea.
"I'm a wedding destroys"
Logan Lerman||Kaya Scodelario.
- Capítulo sepsi.:
Capítulo 1.
La cegadora luz se filtró por las ventanas de la habitación, haciendo que Kathleen despertara, sus ojos se abrieron de par en par, volteó a su izquierda donde se encontró junto al hombre con el que había pasado la noche. Trató de moverse pero una de las manos de él la tenía sujeta de la pierna derecha.
Posó su mirada en el reloj de la mesa de a lado, 8:30 am, marcaba este. Había sido una noche bastante agitada, por suerte consiguió un cliente y ganó 80 dólares, lo que necesitaba para pagar la renta. Mientras estaba absorta en sus pensamientos el hombre desconocido se movió y despertó.
-Estuviste genial a noche muñeca –le dijo al oído- Si fuera por mí nunca te dejaría ir.
-Pero tienes que –dijo Kathleen.
-Bien, vete ya que mi esposa vendrá en una hora –él se levantó y empezó a vestirse. Kathleen lo imitó. Él la llevó hasta la puerta, era un día soleado aunque había unas nubes que amenazaban con cubrir el sol.
Ella salió de la casa con los 80 dólares en el bolsillo, caminaba por una avenida cuando su estómago rugió. “Tengo que comer algo” pensó, “Pero no puedo gastarme ni un centavo de los ochenta dólares” se reprimió. Pasó frente a una panadería, el olor era exquisito que hizo que la castaña frenara para olerlo. Una familia adinerada salió de la panadería, una señora con dos niños pequeños, los cuales al pasar a su lado se alejaron lo más que pudieron de ella mirándola desdeñosamente.
Buscó en los bolsillos de su desgastado sweater si tenía algo de dinero olvidado, nada.
-¿Vas a comprar algo? –preguntó el vendedor.
-No –negó con la cabeza
-Entonces vete, no quiero a alguien como tú frente a mi tienda –espetó el hombre haciendo que Kathleen siguiera su camino. Llegó a un pequeño parque y se sentó en una de las bancas.
Observó a muchas personas, todos se veían felices, compartiendo con su familia el hermoso día. “Familia” pensó ella “Cuando se aburren de ti te dejan abandonado”.
Se recostó en la banca fijando su vista en el cielo, el sol calentó su cuerpo en minutos, la brisa le despeinó el cabello. Pasados unos 10 minutos sabía que no podía quedarse más tiempo, así que retomó su camino hacia el edificio donde vivía. Entró siendo recibida por el portero.
-¿Sabes dónde está el señor Murs? – preguntó al portero.
-Está en tu piso. ¿Tienes el dinero? –preguntó amable.
-Sí, ya reuní los 2,000 de la renta –dijo la castaña sonriendo.
-Me alegro –sonrió este y dejó que Kathleen continuara su camino.
“En mi piso” pensó Kathleen “¿Y si ya me desalojó?” subió las escaleras lo más rápido que pudo cuando ese pensamiento cruzó su mente. Recorrió el pasillo de su piso rogando por encontrar al señor Murs. Cuando llegó frente a su apartamento observó cajas esparcidas por el suelo. “Oh no” se lamentó la castaña creyendo que la habían desalojado, pero se dio cuenta, al acercarse más, que esas no eran sus cosas y su puerta seguía cerrada, pero la puerta del apartamento continuo no.
-Bien señor Lerman espero que el apartamento sea de su agrado –dijo el señor Murs saliendo del apartamento acompañado de un joven.
-Sí, es perfecto –dijo el joven, el cual Kathleen no pudo ver bien.
-Oh señorita Scodelario –exclamó el señor Murs al fijarse en Kathleen- ¿Tiene el dinero?
-Si, en mi apartamento –respondió ella metiendo la llave en la cerradura- Ahora se lo traigo –entró al pequeño apartamento que solo consistía en una pequeña cama, una ventana, un mueble con espejo, y un baño. Kathleen se dirigió al mueble, abrió una gaveta, sacó un fajo de billetes y salió de nuevo.
Aquí tiene señor Murs, y gracias por esperarme –agradeció entregándole el fajo de billetes junto con los 80 dólares, él sonrió.
-Bien –dijo el señor Murs examinando el fajo- Kathleen te presentó a Logan Lerman, será tu nuevo vecino –dijo cuando hubo terminado de contar el dinero y el joven apareció.
Tenía unos hermosos ojos azules como el mar, su cabello era azabache y tenía buen porte. Logan se acercó y estrechó la mano de Kathleen.
-Kathleen –pronunció- lindo nombre –dijo haciendo que las mejillas de esta se ruborizaran.
-Gracias –murmuró ella.
-Tengo que seguir, así que los veo luego –el señor Murs se marchó.
Kathleen estaba a punto de entrar a su apartamento cuando la voz de Logan la detuvo.
-¿Quisieras ayudarme? Es que me faltan muchas cosas –dijo.
Kathleen lo pensó. “¿Ayudar a un completo desconocido a meter sus cosas a su apartamento o dormir en una cama lo suficiente para reponerme de anoche?”
-Está bien –dijo sorprendiéndose de lo que había dicho.
-Gracias –sonrió Logan dejando ver sus perfectos dientes blancos.
Kathleen entró con una pequeña caja al apartamento de Logan, se fijó que su apartamento era un poco más grande que el de ella.
-Y… ¿Hace cuánto que vives aquí? –preguntó Logan entrando también.
-Solamente dos años, estoy aquí desde que tengo 14 –respondió Kathleen- ¿Por qué te mudaste aquí?
-Larga historia. Mis padres querían que siguiera con la empresa de la familia y yo bueno… eso me aburre un poco así que me fui –el entró con dos cajas grandes, que hubieran caído al suelo si Kathleen no las sujeta a tiempo- Gracias.
-¿Quieres ir a comer? Muero de hambre –dijo Logan cuándo todo estuvo adentro y ordenado.
-Yo, no puedo –dijo Kathleen.
-¿Por qué? –preguntó Logan acomodando las últimas cosas.
-No tengo dinero –dijo en un murmullo casi inaudible, pero Logan la escuchó.
-No te preocupes, yo invito. Así te agradezco por haberme ayudado. Y no aceptaré un no por respuesta –dijo al ver que la castaña iba a replicar.
-Está bien. Gracias –Logan hizo un ademán para que ella pasara primero, cabizbaja Kathleen pasó rozando su mano y sintiendo una corriente eléctrica. Logan cerró la puerta del apartamento y juntos bajaron hasta salir del edificio.
Caminaron en silencio hasta llegar a un restaurante barato, Logan como todo un caballero le abrió la puerta a Kathleen y ella sonriendo pasó. Se sentaron en una mesa frente a la ventana, de la cual se podía ver el parque en donde la castaña había estado minutos antes.
-¿Qué van a ordenar? –preguntó una camarera llegando a la mesa.
-Yo quiero un hamburguesa con papas fritas y una Coca-Cola, por favor –respondió Logan, la mesera lo apuntó y seguido se giró hacia Kathleen.
-Lo mismo, por favor –respondió.
-Bien, en un momento les traigo sus órdenes –dijo la mesera apuntando en su libreta y seguido de eso se fue.
-¿En qué trabajas? –preguntó Logan después de unos segundos de silencio.
-Yo… -Kathleen palideció. “No puedes decirle que eres prostituta ¿Qué pensaría de mí? vamos, inventa algo” pensó- Trabajo de… mesera, en la noche –“Si claro, no podías haberte inventado algo mejor”
-Oh, yo mañana saldré y veré si puedo conseguir algo –Logan hizo una mueca y la oji-verde rió.
Cuándo la comida llegó, Kathleen intentó disimular su hambre, intento fallido ya que cuando la mesera puso frente a ella la hamburguesa, se le lanzó de tal manera que casi deja caer su vaso. Logan hacía reír a Kathleen de una manera que nadie había podido ser capaz durante muchos años, con él Kathleen se sentía comprendida, segura y ella misma.
El escrito esta genial con lo poco que leí por lo que esta aceptado ya te los reservo Bea
Saludos C:
Gracias
totoro.
Re: The Wrecks Weddings {Inscripciones Cerradas} N.C
aww Lizzo is in the house....Steph. escribió:Hay deos, Lizzie here lizzie here
Plz con las presencia basta para dejar la marca (? aunque ese gif de Demi me hace sentir bien checadita :chkt:
Que genial que te gustara y claro que esta audición esta aceptada ame todito todito pronto te los reservo a tus personajes
Me vuelvo a sentir special
hahah :chkt: :flash: :BAM: :interesting: hay muchas demis...en los icons.. eso quiere decir que el staff es lovatic e.e
aww :333 yo are special to me...
Dato curioso:
si reserve a esos par de rubios porque lo amaba como pareja en glee.. asi que los revivire en esta ene ce porque soy re cúl
pd: perdon por no responder pronto estaba leyendo y plz cuando leo parezco drogada ...
Última edición por Lizzie Boo el Dom 27 Oct 2013, 9:54 pm, editado 1 vez
dragón.
Re: The Wrecks Weddings {Inscripciones Cerradas} N.C
- Capitulo:
- Capitulo OO1Acércate todo lo que puedas, pues entre mejor creas que ves, mas facil serás engañada.Eleanor Army
Grant Gustin — Rey RojoUn día más, multitudes de personas moviéndose de un lado a otro con rumbo a sus respectivos trabajos y en el caso de los jóvenes regresando a sus hogares.
Cierta rubia se encontraba caminando por las enormes calles de Florencia, Italia, a decir verdad, no tenía rumbo alguno, simplemente caminaba esperando despejar su mente.
Algunos cuantos empujones y hasta jalones recibía de parte de otras personas que llevaban demasiada prisa.
—Por Dios, toda esta gente debería calmarse un poco.—suspiró diciendo aquello para si misma.
Aquella chica rubio no era nadie más que Eleanor Army, hija de Ian Army un prestigioso empresario inglés y Elena Grey una famosa diseñadora italiana, padres divorciados, ella vivía con su madre en Italia mientras que su padre vivía en Inglaterra, pero no hace falta mencionar muchas cosas de su vida, ya que la mayoría de las personas saben parte de su historia.
Paró su camino al encontrarse en frente de su dulcería favorita, Royal Candies. Esbozó una sonrisa y entro en ella, desde hace unos instantes sentía que alguien la estaba siguiendo, pero no quería prestarle atención a eso. Compró unos cuantos dulces y salió del lugar, alzó ligeramente su mirada y un pequeño bulto blanco del otro lado de la calle llamó su atención. Parpadeó unas cuantas veces, ¿era un conejo? ¿qué rayos hacía un conejo en ese lugar? Y lo más raro, al parecer llevaba una pequeña playera encima.
—La gente que tiene mascotas es cada vez mas rara hoy en día.—rió y se dio la vuelta, no prestándole atención al lindo animal.
Saco su celular para observar la hora, apenas eran las 4:37 p.m., algo temprano, se le hacía raro que alguno de sus hermanos no le hubieran llamado, o incluso su madre que siempre le hablaba para que fuera a la empresa a alguna prueba de vestuario. Coloco sus auriculares en sus oídos, quería escuchar por un momento algo de música, al menos estaba teniendo un momento relajante.
Continuó caminando y se quitó los auriculares al ver una escena que le había llamado la atención, en una de las tiendas que estaban cruzando la calle se había escabullido un pequeño conejo, el cual estaba aterrando a algunas de sus compradoras.
—Las personas no podrían ser mas dramáticas y la seguridad de hoy en día es un asco, sino pueden evitar que entre un pequeño conejo no me imagino cuando entre un ladrón.—dijo negando la cabeza y llevando uno de los dulces que tenía en su mano a su boca.
Su atención volvió a su celular cuando lo sintió vibrar por unos segundos, oprimió unas cuantas teclas, tenía un mensaje nuevo.
“Ely, necesitamos que vengas ahora, es tiempo de que regreses, no hay más tiempo. Por favor, date prisa.”
Observó el nombre de la persona que le había enviado el mensaje, Drew Army, uno de sus hermanos, suspiró cansada, ahora tendría que ir a la empresa de su madre, quien sabe que era lo que había sucedido. Apresuró su paso ahora en camino al gran edificio donde estaban las oficinas de su familia, sus pies comenzaron a dolerle un poco, y al voltear de vez en cuando veía algún incidente con algún animal, en especial con conejos, ¿qué era lo que pasaba ese día?
Logró llegar a estar en frente de aquel enorme edificio en cuestión de unos quince minutos, tenía suerte de no haber estado lejos del lugar, dejo escapar un suspiro de cansancio y se adentro en aquel edificio.
—Buenas tardes señorita Grey.—saludó una de las secretarias que pasaba cerca de ella.
—Hola Sophie.—contestó el saludo sonriéndole, los empleados de su madre tenían prohibido llamarla con el apellido Army, sus padres se odiaban demasiado.
Llegó hasta el elevador y oprimió el botón para que este bajara mientras esperaba sacó su celular y le marcó a cierta persona.
—¿Bueno?—contestó una voz masculina.
—Drew, ¿para qué me necesitan? Tu mensaje parecía importante, ya estoy por subir al elevador.—dijo a su hermano y de pronto las puertas del elevador se abrieron.
—¿De qué mensaje hablas? Se supone que hoy era tu día libre, nunca te envié nada.—habló su hermano algo confundido. ¿De qué se trataba todo esto?
—No me vengas con tonterías Drew.—dijo al momento de entrar al elevador.
—Te estoy diciendo la verdad Ely, te lo juro que…—la llamada se había cortado, era cierto, dentro de los elevadores no había señal. Bufó por ello y cerró las puertas observando que subiría sola, oprimió el botón para el piso número siete.
Empezó a tararear una de sus canciones preferidas, Unbreakable, de Fireflight, pero algo llamo su atención, un pequeño ruido y un fuerte movimiento. El elevador se había detenido.
“Mierda” fue la única palabra que pasó por su mente, esa debía ser una broma de sus hermanos, y una de muy mal gusto.
Decidió voltear para poder ver su cara en el espejo del elevador en esos momentos, pero pegó un pequeño brinco al darse cuenta de algo.
—¡Dios mío!—gritó al observar que durante esos pequeños segundos una persona había estado detrás de ella, pero… al entrar al elevador ella se había asegurado que estaba sola.—Esto no me puede estar pasando a mi, pero si tú, pero…
Aquella persona era un chico castaño de unos hermosos ojos color marrón, llevaba una chamarra negra encima, casi no se podía notar que estaba sonriendo ante la reacción de la rubia, la cual hablaba y se movía de un lado a otro constantemente en aquel espacio tan pequeño.
—Yo ya sé como termina todo esto, más bien YA vi una película de todo esto.—dijo casi exasperada— Solo que ahí eran cinco personas, y una de ellas era el diablo, oh Dios mío, dime que tú no eres el diablo, porque yo no lo soy, creo que moriré.—comenzó a hablar haciendo reír un poco al chico— ¡SAQUENME DE AQUÍ!—dijo comenzando a arañar la puerta del elevador.
—Tranquila.—habló aquel joven misteriosamente captando la atención de la chica, volteándolo a ver—Se con certeza que yo no soy el diablo.
—Entonces…¿cómo rayos me explicas como llegaste aquí? Cuando yo subí al elevador tu no estabas en él.—dijo Eleanor algo asustada, observó como el chico observaba sonriente aquel espejo, ¿qué quería decirle con ello— Mira, puedo parecer, pero no soy tonta amigo.
—No creo que lo seas.—rió divertido— Acércate Alice.
—Debes estar confundiéndome, mi nombre es Eleanor.—dijo, pero sin querer dio unos cuantos pasos pequeños hasta el castaño y este la tomo de los hombros para que mirara el espejo, ambos se mantuvieron quietos, viendo sus reflejos.
—Acércate todo lo que puedas, pues entre mejor creas que ves, serás engañada más facilmente.—susurró al oído de la rubia— Aquí nada es lo que parece.
—¿Qué quieres decir con eso?—preguntó la chica.
Y de pronto, todo se vino abajo, literalmente, ambos sentían como el elevador comenzaba a caer, en especial Eleanor, que gritaba aturdiendo un poco a su acompañante.
—¡VOY A MORIR!—gritó mientras unas pequeñas lagrimas de miedo se escapaban de sus ojos.
—Ya te dije que te tranquilices Alice.—suspiró.
—Joder, me llamo Eleanor, ¿y no ves que estamos por morir?
—Eso no sucederá, al menos, no por ahora.—terminó de decir eso, y el elevador se volvió a detener, ambos quedando frente del espejo de nuevo.
—¿Qué esta sucediendo? ¿Quién eres tú?—preguntó Eleanor ya que no estaba entendiendo absolutamente nada en esos momentos, pero no quitaba su vista del espejo.
—Mira más de cerca.—murmuró el castaño— Porque entre más cerca creas que estas, tal vez menos podrás ver, todo depende de ti… Alice.
Aquellas palabras retumbaron en la mente de la chica, y movió un poco su mano para tocar su reflejo, el cuál no hizo ni el mas mínimo movimiento, haciendo que Ely se asustará.
—No te asustes.—dijo aquel chico esbozando una sonrisa.
El reflejo de Ely sonrió, y ella se sobresaltó dando unos pequeños pasos hacía atrás.
—Dios mío, ¿no que no eras el demonio? ¡Viste eso!—gritó enojada, pero más que nada con mucho miedo.
—Claro que lo vi.—comentó y por un momento desapareció del elevador. Ely parpadeó varias veces, ahora el chico estaba en el espejo.
—Algo tenían esos dulces, sin duda, son los dulces.—se repetía así misma cerrando fuertemente sus ojos.
—Eleanor Army, ¿no te gustaría, acompañarme a un país de maravillas?—preguntó extendiéndole una mano junto con su reflejo. Ely dudo mucho, tal vez alguien tratando de contrabandear droga había puesto algo en los dulces de Royal Candies, tal vez estaba soñando, o simplemente se había vuelto loca, y lo estaba aún mas, al haber extendido su mano a aquel chico, pero, ¿qué podría pasar? Ella no entraría al espejo… ¿o sí? Al parecer si, ya que su reflejo y aquel misterioso y guapo castaño la habían jalado hacía ellos, haciendo que cayera de rodillas, pero ya no estaba en el elevador, ahora se encontraba en un lugar que ni siquiera ella conocía y aquel chico ya no estaba con ella.
—Si, no hay duda, alguien le puso droga a los dulces. ¡En mi vida vuelvo a comprar en esa dulcería!—gritó formando un pequeño “eco”.
Se levantó y sacudió sus rodillas ya que estaban llenas de tierra. Alzó su mirada y su boca se abrió de golpe. ¿Dónde se encontraba? No lo sabía, pero aquel lugar era maravilloso, único. Y otra pregunta rondaba en su mente ¿dónde diablos se había metido aquel muchacho?
—¡Hola!—grito tratando de que alguien la escuchara— ¿Hay alguien aquí o soy la única tonta gritando a lo idiota?
Al parecer no había nadie más, o nadie la había escuchado. Resignada de haber gritado algunas veces más y que nadie la escuchara comenzó a caminar, hasta que llegó a un punto donde el camino se dividía.
—Mierda, ¿ahora a donde voy?—se dijo a si misma.
—Eso depende, ¿a dónde quieres ir?—preguntó una voz detrás de ella— Al parecer Liam trajo a una Alice más.—susurró para que la rubia no lo oyese.
—¿Quién eres tú?—respondió con otra pregunta Ely dándose la vuelva y quedo pasmada a ver al chico que le había hablado. Era algo alto, de cabellos rizados color castaño obscuro, ojos verdes, en verdad hermosos y una sonrisa de oreja a oreja adornando su rostro. Pero había algo raro, en su cabeza había dos orejas, como si fueran de gato—Otro raro, ¿por qué a mi?
—Yo soy Cheshire.—habló mientras sonreía y se acercaba a la rubia— Mi nombre verdadero, no es necesario que lo sepas aún. Entonces, ¿a dónde quieres ir?
—En verdad, no lo se.—suspiró cansada.
—Pues entonces, realmente no importa el camino que debas tomar.—dijo por ultimo regalándole otra sonrisa a la chica y desapareciendo al instante.
—¡Espera!—gritó tratando de que regresará mas no fue así.
Se sentó junto a uno de los arboles que había cerca de ella y miró el pasto. ¿En que lío se había metido ahora? Se estaba comenzando a sentir sola en aquel lugar tan grande. Sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar unas cuantas voces y pasos que se acercaban al lugar donde ella se hallaba. Se levantó rápidamente y observó como el chico que hace un rato había estado con ella en el elevador estaba frente a ella junto con otras chicas más.
—¡TU! ¿Dónde rayos te metiste cuando llegamos aquí?—grito y observo que las demás chicas igual estaban algo desconcertadas—No me digas, ¡Eres un degenerado verdad, eso es lo que eres!
—No, espera, yo te explicare, pero todo a su debido tiempo.—trato de excusarse.
—Todo a su debido tiempo al demonio, a mi me dices donde estamos y quien rayos eres ahora mismo.—dijo enojada Eleanor.
—Tranquila, estamos en Wonderland, soy el conejo blanco, mi nombre es Liam.—dijo con algo de miedo por el tono que había utilizado la chica.
—Wow si, eso lo explica todo pero por el momento con eso me conformo, por ahora.—suspiró y sonrió— ¿Quiénes son ustedes?
—Nosotras tampoco sabemos que hacemos aquí, tenemos las mismas dudas que tú. Mi nombre es Emily.—sonrió una rubia de ojos algo azules y facciones un poco inocentes— Puedes decirme Ems.
—Yo soy Liselotte—dijo entusiasmada una pelirroja—Puedes decirme Lottie o Lise, como tu quieras.
—Michelle pero puedes decirme Ellie.—se presentó con una sonrisa otra rubia a decir verdad muy hermosa— Al parecer todas nosotras estamos en las mismas.
—Así es.—suspiro un poco tímida ahora una morena— Yo soy Kenneth.
—Yo soy Gin.—sonrió de lado otra pelirroja.
—Isabelle.—sonrió una castaña— Puedes decirme Izzy.
—Hola a todas.—saludo Eleanor.— Me llamo Eleanor, pueden decirme Elly. Ahora, ¿qué rayos hacemos aquí? ¿cómo se encontraron todas ustedes?
—Eso es algo que no les puedo decir hasta que lleguen las demás.—comentó el único chico que se encontraba con ellas.
—¿¡QUÉ!?—grito una de las rubias, Emily— ¿Quiénes mas?
—Esto debe ser un sueño o una mala broma.—habló la morena soltando una pequeña mala cara.
—Ni siquiera sabemos donde rayos estamos y que eres tu, ¡un humano no esta con unas orejas de conejo como si nada!—dijo Michelle.
—Para mi que alguien nos drogo a todas.—susurró Eleanor ya que según ella todo lo estaban alucinando.
—Chicas, por favor, cálmense.—dijo con miedo Liam.
Gritos y una pequeña pelea estaba comenzando, las chicas comenzaban a desesperarse y hacer pregunta tras pregunta a aquel extraño.
—Al parecer tu plan no salió como tu esperabas.—rieron dos voces masculinas apareciendo en frente de aquel grupo y captando su atención, era dos chicos, prácticamente idénticos, cualquiera diría que podrían ser clones.
—¡Genial!—rió con sarcasmo Lottie— mas gente extraña.
—Mucho gusto hermosas.—dijo uno de estos mirando a cada una de pies a cabeza, hasta llegar a ver a una de las pelirrojas y guiñarle un ojo con calma— Nosotros somos los gemelos Tweedle, bienvenidas a Wonderland.
—Nombre mas idiota para el lugar no pudieron haber escogido.—soltó de un bufido Eleanor, ya que se encontraba muy enojada al ver que nadie daba explicaciones.
—¡Oye!—gritaron ambos gemelos y las demás chicas comenzaron a reírse de la reacción de estos.
—Bueno, ya ¿qué es lo que hacen ustedes aquí?—preguntó el castaño cansado.
—En primera, déjanos presentarnos bien antes estas hermosas Alice.—sonrió uno de ellos.—Yo soy Tweedledee.
—Yo soy Tweedledum.—sonrió de lado el otro chico. Ambos eran muy atractivos a decir verdad, sus ojos realmente eran llamativos y no decir nada de su sonrisa, era mas que perfecta—Hemos venido hasta aquí pues…—dio un gran salto hasta quedar en frente del conejo, asustándolo un poco— Él se ha enterado de lo que has hecho.
—¿Q-qué?—tartamudeó Liam haciendo que los gemelos rieran y las chicas se preocuparan un poco—¿Pero c-cómo?
—Quien sabe.—respondió Tweedledee—Cualquiera pudo haberle dicho, pero creo que sospecho del Joker.
—¿Joker? ¿Cómo el de Batman?—pregunto emocionada Emily.
—Creo que ese no es el caso.—dijo con una pequeña risita Isabelle.
—¿Batman? ¿Qué es eso?—inquirieron los tres chicos.
—Es una película, ¿no la han visto? Bueno, no nos hagan caso sigan con su platica extraña.—sonrió Gin.
—Bueno, hemos traído esto.—comentaron ambos sacando un pequeño sobre con el símbolo de corazones en este— Se les esta invitando a todas al castillo del Rey.
—¿Castillo?—preguntó emocionada Kenneth y los gemelos asintieron con la cabeza, si era un sueño ese debía ser uno de los mejores para ella.
—P-pero, aun no estan todas juntas.—dijo nervioso el conejo.
—De eso no te preocupes.—habló Tweedledum— Puedes ir a dejar a estas Alice al castillo primero, y después ir por las demás o…
—¿O qué?—preguntó dudoso.
—Nosotros podríamos ir, o mandar a Cheshire.
—¿Ustedes ya se encontraron al gato parlanchín?—preguntó Eleanor confundida y Lottie la observó.
—Yo ya, fue algo raro y corto el encuentro.—suspiro la pelirroja.
—Prefiero la primera opción.—dijo cortante Liam.
—Como tu quieras.—respondieron ambos al unísono—Eso es todo.
—Muy bien, gracias por el aviso.—susurró Liam agarrando el sobre que los gemelos tenían.
—Espero volver a verlas pronto.—sonrió de lado Tweedledee observando de reojo a una de las pelirrojas, Gin exactamente y dedicándole una mirada algo extraña.
—Tal vez nos veamos antes de lo que esperan.—rió su gemelo y ambos comenzaron a caminar por el bosque, perdiéndose en el y volviendo a dejarlas solas con el conejo.
—Saben, ustedes son muy extraños aquí, hasta podría decir que algo locos.—dijo Ken.
—Quiero que nos digas que es lo que sucede.—habló Gin.
—No puedo, pero pronto lo haré, pronto estarán todas juntas.—comentó Liam comenzando a caminar— Síganme.
Y sin saberlo, el juego para aquellas chicas ya había comenzado, dentro de un rato se encontrarían en el castillo y después de ello conocerían a las demás Alice, pero lo que mas le aterraba al conejo era el castigo que recibiría por parte del Rey al no haberle avisado de su plan.
Algunas cuantas platicas y risas salían de la boca de las chicas, no se conocían en lo absoluto pero estaban comenzando a llevarse bien, y eso era lo importante.
Después de un largo recorrido ahí se encontraban, en frente del enorme castillo del Rey Rojo.
—En unos minutos, todo se les será explicado.—dijo el conejo sin siquiera voltearlas a ver y dejándolas con una gran duda, ¿Qué es lo que sucedería ahí adentro?
Sky.
Re: The Wrecks Weddings {Inscripciones Cerradas} N.C
Stef, mi vida, yo digo que ya cerrés audiciones.
ahque, o sea, irresponsabilidad nivel: yo. :pokerface:
skldfjdsfds, perdón por no aparecer.... conste, se lo sigo a stef, no a ustedes. laescritoramásodiadaentresdosuno.
klsjdf, hay tantas chicas bellas y que amo.
Ahora sí, si no se presentan en el muro interactivo o en la novela, las mato.
skljdfs, May, si me entero de que están haciendo algo con Puros, te mato también.
ahque, o sea, irresponsabilidad nivel: yo. :pokerface:
skldfjdsfds, perdón por no aparecer.... conste, se lo sigo a stef, no a ustedes. l
klsjdf, hay tantas chicas bellas y que amo.
Ahora sí, si no se presentan en el muro interactivo o en la novela, las mato.
skljdfs, May, si me entero de que están haciendo algo con Puros, te mato también.
Última edición por °Agethe° el Lun 28 Oct 2013, 9:17 am, editado 1 vez (Razón : ilysm<33)
PARACETAMOL
Re: The Wrecks Weddings {Inscripciones Cerradas} N.C
Omg ¡cuanta gente ha aparecido! Y además, no conozco a la mayoría so habrá que hacer mucho spam en el muro interactivo ;)
blake.
Re: The Wrecks Weddings {Inscripciones Cerradas} N.C
Lizzie... Tus personajes... Oh my Glee feels, después de Finchel y Brittana eran la pareja que más amaba ASKDFKDKAJAJ
blake.
Re: The Wrecks Weddings {Inscripciones Cerradas} N.C
Cúl ya las cierro en la tarde, llego del colegio acepto las audiciones que me faltan y creo muro interactivo. May el plan sigue en pie
Kurisu
Re: The Wrecks Weddings {Inscripciones Cerradas} N.C
idk, me acabo de dar cuenta de que holland está tomada no lo vi. bueno, será Freya Mavor. idk. <3 is mine.
Invitado
Invitado
Re: The Wrecks Weddings {Inscripciones Cerradas} N.C
De nada, gracias a ti por inscribirte reallyAuditore escribió:Owww gracias por aceptarme :iih:me encantó la idea y me emocionó haber quedado ldfjsfljglkfj..Steph. escribió:Hay deos me van a hacer sentir muy special con todas las chicas que lleganAuditore escribió:Hola, me encantó la idea está super dlkfjdlfkjh.
Me presento. Soy Bea.
"I'm a wedding destroys"
Logan Lerman||Kaya Scodelario.
- Capítulo sepsi.:
Capítulo 1.
La cegadora luz se filtró por las ventanas de la habitación, haciendo que Kathleen despertara, sus ojos se abrieron de par en par, volteó a su izquierda donde se encontró junto al hombre con el que había pasado la noche. Trató de moverse pero una de las manos de él la tenía sujeta de la pierna derecha.
Posó su mirada en el reloj de la mesa de a lado, 8:30 am, marcaba este. Había sido una noche bastante agitada, por suerte consiguió un cliente y ganó 80 dólares, lo que necesitaba para pagar la renta. Mientras estaba absorta en sus pensamientos el hombre desconocido se movió y despertó.
-Estuviste genial a noche muñeca –le dijo al oído- Si fuera por mí nunca te dejaría ir.
-Pero tienes que –dijo Kathleen.
-Bien, vete ya que mi esposa vendrá en una hora –él se levantó y empezó a vestirse. Kathleen lo imitó. Él la llevó hasta la puerta, era un día soleado aunque había unas nubes que amenazaban con cubrir el sol.
Ella salió de la casa con los 80 dólares en el bolsillo, caminaba por una avenida cuando su estómago rugió. “Tengo que comer algo” pensó, “Pero no puedo gastarme ni un centavo de los ochenta dólares” se reprimió. Pasó frente a una panadería, el olor era exquisito que hizo que la castaña frenara para olerlo. Una familia adinerada salió de la panadería, una señora con dos niños pequeños, los cuales al pasar a su lado se alejaron lo más que pudieron de ella mirándola desdeñosamente.
Buscó en los bolsillos de su desgastado sweater si tenía algo de dinero olvidado, nada.
-¿Vas a comprar algo? –preguntó el vendedor.
-No –negó con la cabeza
-Entonces vete, no quiero a alguien como tú frente a mi tienda –espetó el hombre haciendo que Kathleen siguiera su camino. Llegó a un pequeño parque y se sentó en una de las bancas.
Observó a muchas personas, todos se veían felices, compartiendo con su familia el hermoso día. “Familia” pensó ella “Cuando se aburren de ti te dejan abandonado”.
Se recostó en la banca fijando su vista en el cielo, el sol calentó su cuerpo en minutos, la brisa le despeinó el cabello. Pasados unos 10 minutos sabía que no podía quedarse más tiempo, así que retomó su camino hacia el edificio donde vivía. Entró siendo recibida por el portero.
-¿Sabes dónde está el señor Murs? – preguntó al portero.
-Está en tu piso. ¿Tienes el dinero? –preguntó amable.
-Sí, ya reuní los 2,000 de la renta –dijo la castaña sonriendo.
-Me alegro –sonrió este y dejó que Kathleen continuara su camino.
“En mi piso” pensó Kathleen “¿Y si ya me desalojó?” subió las escaleras lo más rápido que pudo cuando ese pensamiento cruzó su mente. Recorrió el pasillo de su piso rogando por encontrar al señor Murs. Cuando llegó frente a su apartamento observó cajas esparcidas por el suelo. “Oh no” se lamentó la castaña creyendo que la habían desalojado, pero se dio cuenta, al acercarse más, que esas no eran sus cosas y su puerta seguía cerrada, pero la puerta del apartamento continuo no.
-Bien señor Lerman espero que el apartamento sea de su agrado –dijo el señor Murs saliendo del apartamento acompañado de un joven.
-Sí, es perfecto –dijo el joven, el cual Kathleen no pudo ver bien.
-Oh señorita Scodelario –exclamó el señor Murs al fijarse en Kathleen- ¿Tiene el dinero?
-Si, en mi apartamento –respondió ella metiendo la llave en la cerradura- Ahora se lo traigo –entró al pequeño apartamento que solo consistía en una pequeña cama, una ventana, un mueble con espejo, y un baño. Kathleen se dirigió al mueble, abrió una gaveta, sacó un fajo de billetes y salió de nuevo.
Aquí tiene señor Murs, y gracias por esperarme –agradeció entregándole el fajo de billetes junto con los 80 dólares, él sonrió.
-Bien –dijo el señor Murs examinando el fajo- Kathleen te presentó a Logan Lerman, será tu nuevo vecino –dijo cuando hubo terminado de contar el dinero y el joven apareció.
Tenía unos hermosos ojos azules como el mar, su cabello era azabache y tenía buen porte. Logan se acercó y estrechó la mano de Kathleen.
-Kathleen –pronunció- lindo nombre –dijo haciendo que las mejillas de esta se ruborizaran.
-Gracias –murmuró ella.
-Tengo que seguir, así que los veo luego –el señor Murs se marchó.
Kathleen estaba a punto de entrar a su apartamento cuando la voz de Logan la detuvo.
-¿Quisieras ayudarme? Es que me faltan muchas cosas –dijo.
Kathleen lo pensó. “¿Ayudar a un completo desconocido a meter sus cosas a su apartamento o dormir en una cama lo suficiente para reponerme de anoche?”
-Está bien –dijo sorprendiéndose de lo que había dicho.
-Gracias –sonrió Logan dejando ver sus perfectos dientes blancos.
Kathleen entró con una pequeña caja al apartamento de Logan, se fijó que su apartamento era un poco más grande que el de ella.
-Y… ¿Hace cuánto que vives aquí? –preguntó Logan entrando también.
-Solamente dos años, estoy aquí desde que tengo 14 –respondió Kathleen- ¿Por qué te mudaste aquí?
-Larga historia. Mis padres querían que siguiera con la empresa de la familia y yo bueno… eso me aburre un poco así que me fui –el entró con dos cajas grandes, que hubieran caído al suelo si Kathleen no las sujeta a tiempo- Gracias.
-¿Quieres ir a comer? Muero de hambre –dijo Logan cuándo todo estuvo adentro y ordenado.
-Yo, no puedo –dijo Kathleen.
-¿Por qué? –preguntó Logan acomodando las últimas cosas.
-No tengo dinero –dijo en un murmullo casi inaudible, pero Logan la escuchó.
-No te preocupes, yo invito. Así te agradezco por haberme ayudado. Y no aceptaré un no por respuesta –dijo al ver que la castaña iba a replicar.
-Está bien. Gracias –Logan hizo un ademán para que ella pasara primero, cabizbaja Kathleen pasó rozando su mano y sintiendo una corriente eléctrica. Logan cerró la puerta del apartamento y juntos bajaron hasta salir del edificio.
Caminaron en silencio hasta llegar a un restaurante barato, Logan como todo un caballero le abrió la puerta a Kathleen y ella sonriendo pasó. Se sentaron en una mesa frente a la ventana, de la cual se podía ver el parque en donde la castaña había estado minutos antes.
-¿Qué van a ordenar? –preguntó una camarera llegando a la mesa.
-Yo quiero un hamburguesa con papas fritas y una Coca-Cola, por favor –respondió Logan, la mesera lo apuntó y seguido se giró hacia Kathleen.
-Lo mismo, por favor –respondió.
-Bien, en un momento les traigo sus órdenes –dijo la mesera apuntando en su libreta y seguido de eso se fue.
-¿En qué trabajas? –preguntó Logan después de unos segundos de silencio.
-Yo… -Kathleen palideció. “No puedes decirle que eres prostituta ¿Qué pensaría de mí? vamos, inventa algo” pensó- Trabajo de… mesera, en la noche –“Si claro, no podías haberte inventado algo mejor”
-Oh, yo mañana saldré y veré si puedo conseguir algo –Logan hizo una mueca y la oji-verde rió.
Cuándo la comida llegó, Kathleen intentó disimular su hambre, intento fallido ya que cuando la mesera puso frente a ella la hamburguesa, se le lanzó de tal manera que casi deja caer su vaso. Logan hacía reír a Kathleen de una manera que nadie había podido ser capaz durante muchos años, con él Kathleen se sentía comprendida, segura y ella misma.
El escrito esta genial con lo poco que leí por lo que esta aceptado ya te los reservo Bea
Saludos C:
Gracias
Kurisu
Re: The Wrecks Weddings {Inscripciones Cerradas} N.C
Pasar de página es CoolAuditore escribió:2da vez que paso de página
Kurisu
Re: The Wrecks Weddings {Inscripciones Cerradas} N.C
Plz el Staff es lovatic a mi no me miente yo soy lovatic Hay también eres especial para miLizzie Boo escribió:aww Lizzo is in the house...
hahah :chkt: :flash: :BAM: :interesting: hay muchas demis...en los icons.. eso quiere decir que el staff es lovatic e.e
aww :333 yo are special to me...
Dato curioso:
si reserve a esos par de rubios porque lo amaba como pareja en glee.. asi que los revivire en esta ene ce porque soy re cúl
pd: perdon por no responder pronto estaba leyendo y plz cuando leo parezco drogada ...
Glee amo la serie, Rachel y Santana my idols llore como loca en el tributo a Cory me dijero chillona .____.
No te preocupes te comprendo jajaja.
Kurisu
Re: The Wrecks Weddings {Inscripciones Cerradas} N.C
te inscribiste yo sabía yo sabía :A:y obvio que la audición esta aceptada. Ese capitulo es de Are You Alice lo reconozco, son de los pocos que pude leer soy pésima lectora La chica esta totalmente reservada espero al chicoSky. escribió:Ahi esta mi audición Stefy, audiciono por Ariana de ani Grande y el chico lo pensaré si es que quedo , te amoo<3
- Capitulo:
Capitulo OO1Acércate todo lo que puedas, pues entre mejor creas que ves, mas facil serás engañada.Eleanor Army
Grant Gustin — Rey RojoUn día más, multitudes de personas moviéndose de un lado a otro con rumbo a sus respectivos trabajos y en el caso de los jóvenes regresando a sus hogares.
Cierta rubia se encontraba caminando por las enormes calles de Florencia, Italia, a decir verdad, no tenía rumbo alguno, simplemente caminaba esperando despejar su mente.
Algunos cuantos empujones y hasta jalones recibía de parte de otras personas que llevaban demasiada prisa.
—Por Dios, toda esta gente debería calmarse un poco.—suspiró diciendo aquello para si misma.
Aquella chica rubio no era nadie más que Eleanor Army, hija de Ian Army un prestigioso empresario inglés y Elena Grey una famosa diseñadora italiana, padres divorciados, ella vivía con su madre en Italia mientras que su padre vivía en Inglaterra, pero no hace falta mencionar muchas cosas de su vida, ya que la mayoría de las personas saben parte de su historia.
Paró su camino al encontrarse en frente de su dulcería favorita, Royal Candies. Esbozó una sonrisa y entro en ella, desde hace unos instantes sentía que alguien la estaba siguiendo, pero no quería prestarle atención a eso. Compró unos cuantos dulces y salió del lugar, alzó ligeramente su mirada y un pequeño bulto blanco del otro lado de la calle llamó su atención. Parpadeó unas cuantas veces, ¿era un conejo? ¿qué rayos hacía un conejo en ese lugar? Y lo más raro, al parecer llevaba una pequeña playera encima.
—La gente que tiene mascotas es cada vez mas rara hoy en día.—rió y se dio la vuelta, no prestándole atención al lindo animal.
Saco su celular para observar la hora, apenas eran las 4:37 p.m., algo temprano, se le hacía raro que alguno de sus hermanos no le hubieran llamado, o incluso su madre que siempre le hablaba para que fuera a la empresa a alguna prueba de vestuario. Coloco sus auriculares en sus oídos, quería escuchar por un momento algo de música, al menos estaba teniendo un momento relajante.
Continuó caminando y se quitó los auriculares al ver una escena que le había llamado la atención, en una de las tiendas que estaban cruzando la calle se había escabullido un pequeño conejo, el cual estaba aterrando a algunas de sus compradoras.
—Las personas no podrían ser mas dramáticas y la seguridad de hoy en día es un asco, sino pueden evitar que entre un pequeño conejo no me imagino cuando entre un ladrón.—dijo negando la cabeza y llevando uno de los dulces que tenía en su mano a su boca.
Su atención volvió a su celular cuando lo sintió vibrar por unos segundos, oprimió unas cuantas teclas, tenía un mensaje nuevo.
“Ely, necesitamos que vengas ahora, es tiempo de que regreses, no hay más tiempo. Por favor, date prisa.”
Observó el nombre de la persona que le había enviado el mensaje, Drew Army, uno de sus hermanos, suspiró cansada, ahora tendría que ir a la empresa de su madre, quien sabe que era lo que había sucedido. Apresuró su paso ahora en camino al gran edificio donde estaban las oficinas de su familia, sus pies comenzaron a dolerle un poco, y al voltear de vez en cuando veía algún incidente con algún animal, en especial con conejos, ¿qué era lo que pasaba ese día?
Logró llegar a estar en frente de aquel enorme edificio en cuestión de unos quince minutos, tenía suerte de no haber estado lejos del lugar, dejo escapar un suspiro de cansancio y se adentro en aquel edificio.
—Buenas tardes señorita Grey.—saludó una de las secretarias que pasaba cerca de ella.
—Hola Sophie.—contestó el saludo sonriéndole, los empleados de su madre tenían prohibido llamarla con el apellido Army, sus padres se odiaban demasiado.
Llegó hasta el elevador y oprimió el botón para que este bajara mientras esperaba sacó su celular y le marcó a cierta persona.
—¿Bueno?—contestó una voz masculina.
—Drew, ¿para qué me necesitan? Tu mensaje parecía importante, ya estoy por subir al elevador.—dijo a su hermano y de pronto las puertas del elevador se abrieron.
—¿De qué mensaje hablas? Se supone que hoy era tu día libre, nunca te envié nada.—habló su hermano algo confundido. ¿De qué se trataba todo esto?
—No me vengas con tonterías Drew.—dijo al momento de entrar al elevador.
—Te estoy diciendo la verdad Ely, te lo juro que…—la llamada se había cortado, era cierto, dentro de los elevadores no había señal. Bufó por ello y cerró las puertas observando que subiría sola, oprimió el botón para el piso número siete.
Empezó a tararear una de sus canciones preferidas, Unbreakable, de Fireflight, pero algo llamo su atención, un pequeño ruido y un fuerte movimiento. El elevador se había detenido.
“Mierda” fue la única palabra que pasó por su mente, esa debía ser una broma de sus hermanos, y una de muy mal gusto.
Decidió voltear para poder ver su cara en el espejo del elevador en esos momentos, pero pegó un pequeño brinco al darse cuenta de algo.
—¡Dios mío!—gritó al observar que durante esos pequeños segundos una persona había estado detrás de ella, pero… al entrar al elevador ella se había asegurado que estaba sola.—Esto no me puede estar pasando a mi, pero si tú, pero…
Aquella persona era un chico castaño de unos hermosos ojos color marrón, llevaba una chamarra negra encima, casi no se podía notar que estaba sonriendo ante la reacción de la rubia, la cual hablaba y se movía de un lado a otro constantemente en aquel espacio tan pequeño.
—Yo ya sé como termina todo esto, más bien YA vi una película de todo esto.—dijo casi exasperada— Solo que ahí eran cinco personas, y una de ellas era el diablo, oh Dios mío, dime que tú no eres el diablo, porque yo no lo soy, creo que moriré.—comenzó a hablar haciendo reír un poco al chico— ¡SAQUENME DE AQUÍ!—dijo comenzando a arañar la puerta del elevador.
—Tranquila.—habló aquel joven misteriosamente captando la atención de la chica, volteándolo a ver—Se con certeza que yo no soy el diablo.
—Entonces…¿cómo rayos me explicas como llegaste aquí? Cuando yo subí al elevador tu no estabas en él.—dijo Eleanor algo asustada, observó como el chico observaba sonriente aquel espejo, ¿qué quería decirle con ello— Mira, puedo parecer, pero no soy tonta amigo.
—No creo que lo seas.—rió divertido— Acércate Alice.
—Debes estar confundiéndome, mi nombre es Eleanor.—dijo, pero sin querer dio unos cuantos pasos pequeños hasta el castaño y este la tomo de los hombros para que mirara el espejo, ambos se mantuvieron quietos, viendo sus reflejos.
—Acércate todo lo que puedas, pues entre mejor creas que ves, serás engañada más facilmente.—susurró al oído de la rubia— Aquí nada es lo que parece.
—¿Qué quieres decir con eso?—preguntó la chica.
Y de pronto, todo se vino abajo, literalmente, ambos sentían como el elevador comenzaba a caer, en especial Eleanor, que gritaba aturdiendo un poco a su acompañante.
—¡VOY A MORIR!—gritó mientras unas pequeñas lagrimas de miedo se escapaban de sus ojos.
—Ya te dije que te tranquilices Alice.—suspiró.
—Joder, me llamo Eleanor, ¿y no ves que estamos por morir?
—Eso no sucederá, al menos, no por ahora.—terminó de decir eso, y el elevador se volvió a detener, ambos quedando frente del espejo de nuevo.
—¿Qué esta sucediendo? ¿Quién eres tú?—preguntó Eleanor ya que no estaba entendiendo absolutamente nada en esos momentos, pero no quitaba su vista del espejo.
—Mira más de cerca.—murmuró el castaño— Porque entre más cerca creas que estas, tal vez menos podrás ver, todo depende de ti… Alice.
Aquellas palabras retumbaron en la mente de la chica, y movió un poco su mano para tocar su reflejo, el cuál no hizo ni el mas mínimo movimiento, haciendo que Ely se asustará.
—No te asustes.—dijo aquel chico esbozando una sonrisa.
El reflejo de Ely sonrió, y ella se sobresaltó dando unos pequeños pasos hacía atrás.
—Dios mío, ¿no que no eras el demonio? ¡Viste eso!—gritó enojada, pero más que nada con mucho miedo.
—Claro que lo vi.—comentó y por un momento desapareció del elevador. Ely parpadeó varias veces, ahora el chico estaba en el espejo.
—Algo tenían esos dulces, sin duda, son los dulces.—se repetía así misma cerrando fuertemente sus ojos.
—Eleanor Army, ¿no te gustaría, acompañarme a un país de maravillas?—preguntó extendiéndole una mano junto con su reflejo. Ely dudo mucho, tal vez alguien tratando de contrabandear droga había puesto algo en los dulces de Royal Candies, tal vez estaba soñando, o simplemente se había vuelto loca, y lo estaba aún mas, al haber extendido su mano a aquel chico, pero, ¿qué podría pasar? Ella no entraría al espejo… ¿o sí? Al parecer si, ya que su reflejo y aquel misterioso y guapo castaño la habían jalado hacía ellos, haciendo que cayera de rodillas, pero ya no estaba en el elevador, ahora se encontraba en un lugar que ni siquiera ella conocía y aquel chico ya no estaba con ella.
—Si, no hay duda, alguien le puso droga a los dulces. ¡En mi vida vuelvo a comprar en esa dulcería!—gritó formando un pequeño “eco”.
Se levantó y sacudió sus rodillas ya que estaban llenas de tierra. Alzó su mirada y su boca se abrió de golpe. ¿Dónde se encontraba? No lo sabía, pero aquel lugar era maravilloso, único. Y otra pregunta rondaba en su mente ¿dónde diablos se había metido aquel muchacho?
—¡Hola!—grito tratando de que alguien la escuchara— ¿Hay alguien aquí o soy la única tonta gritando a lo idiota?
Al parecer no había nadie más, o nadie la había escuchado. Resignada de haber gritado algunas veces más y que nadie la escuchara comenzó a caminar, hasta que llegó a un punto donde el camino se dividía.
—Mierda, ¿ahora a donde voy?—se dijo a si misma.
—Eso depende, ¿a dónde quieres ir?—preguntó una voz detrás de ella— Al parecer Liam trajo a una Alice más.—susurró para que la rubia no lo oyese.
—¿Quién eres tú?—respondió con otra pregunta Ely dándose la vuelva y quedo pasmada a ver al chico que le había hablado. Era algo alto, de cabellos rizados color castaño obscuro, ojos verdes, en verdad hermosos y una sonrisa de oreja a oreja adornando su rostro. Pero había algo raro, en su cabeza había dos orejas, como si fueran de gato—Otro raro, ¿por qué a mi?
—Yo soy Cheshire.—habló mientras sonreía y se acercaba a la rubia— Mi nombre verdadero, no es necesario que lo sepas aún. Entonces, ¿a dónde quieres ir?
—En verdad, no lo se.—suspiró cansada.
—Pues entonces, realmente no importa el camino que debas tomar.—dijo por ultimo regalándole otra sonrisa a la chica y desapareciendo al instante.
—¡Espera!—gritó tratando de que regresará mas no fue así.
Se sentó junto a uno de los arboles que había cerca de ella y miró el pasto. ¿En que lío se había metido ahora? Se estaba comenzando a sentir sola en aquel lugar tan grande. Sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar unas cuantas voces y pasos que se acercaban al lugar donde ella se hallaba. Se levantó rápidamente y observó como el chico que hace un rato había estado con ella en el elevador estaba frente a ella junto con otras chicas más.
—¡TU! ¿Dónde rayos te metiste cuando llegamos aquí?—grito y observo que las demás chicas igual estaban algo desconcertadas—No me digas, ¡Eres un degenerado verdad, eso es lo que eres!
—No, espera, yo te explicare, pero todo a su debido tiempo.—trato de excusarse.
—Todo a su debido tiempo al demonio, a mi me dices donde estamos y quien rayos eres ahora mismo.—dijo enojada Eleanor.
—Tranquila, estamos en Wonderland, soy el conejo blanco, mi nombre es Liam.—dijo con algo de miedo por el tono que había utilizado la chica.
—Wow si, eso lo explica todo pero por el momento con eso me conformo, por ahora.—suspiró y sonrió— ¿Quiénes son ustedes?
—Nosotras tampoco sabemos que hacemos aquí, tenemos las mismas dudas que tú. Mi nombre es Emily.—sonrió una rubia de ojos algo azules y facciones un poco inocentes— Puedes decirme Ems.
—Yo soy Liselotte—dijo entusiasmada una pelirroja—Puedes decirme Lottie o Lise, como tu quieras.
—Michelle pero puedes decirme Ellie.—se presentó con una sonrisa otra rubia a decir verdad muy hermosa— Al parecer todas nosotras estamos en las mismas.
—Así es.—suspiro un poco tímida ahora una morena— Yo soy Kenneth.
—Yo soy Gin.—sonrió de lado otra pelirroja.
—Isabelle.—sonrió una castaña— Puedes decirme Izzy.
—Hola a todas.—saludo Eleanor.— Me llamo Eleanor, pueden decirme Elly. Ahora, ¿qué rayos hacemos aquí? ¿cómo se encontraron todas ustedes?
—Eso es algo que no les puedo decir hasta que lleguen las demás.—comentó el único chico que se encontraba con ellas.
—¿¡QUÉ!?—grito una de las rubias, Emily— ¿Quiénes mas?
—Esto debe ser un sueño o una mala broma.—habló la morena soltando una pequeña mala cara.
—Ni siquiera sabemos donde rayos estamos y que eres tu, ¡un humano no esta con unas orejas de conejo como si nada!—dijo Michelle.
—Para mi que alguien nos drogo a todas.—susurró Eleanor ya que según ella todo lo estaban alucinando.
—Chicas, por favor, cálmense.—dijo con miedo Liam.
Gritos y una pequeña pelea estaba comenzando, las chicas comenzaban a desesperarse y hacer pregunta tras pregunta a aquel extraño.
—Al parecer tu plan no salió como tu esperabas.—rieron dos voces masculinas apareciendo en frente de aquel grupo y captando su atención, era dos chicos, prácticamente idénticos, cualquiera diría que podrían ser clones.
—¡Genial!—rió con sarcasmo Lottie— mas gente extraña.
—Mucho gusto hermosas.—dijo uno de estos mirando a cada una de pies a cabeza, hasta llegar a ver a una de las pelirrojas y guiñarle un ojo con calma— Nosotros somos los gemelos Tweedle, bienvenidas a Wonderland.
—Nombre mas idiota para el lugar no pudieron haber escogido.—soltó de un bufido Eleanor, ya que se encontraba muy enojada al ver que nadie daba explicaciones.
—¡Oye!—gritaron ambos gemelos y las demás chicas comenzaron a reírse de la reacción de estos.
—Bueno, ya ¿qué es lo que hacen ustedes aquí?—preguntó el castaño cansado.
—En primera, déjanos presentarnos bien antes estas hermosas Alice.—sonrió uno de ellos.—Yo soy Tweedledee.
—Yo soy Tweedledum.—sonrió de lado el otro chico. Ambos eran muy atractivos a decir verdad, sus ojos realmente eran llamativos y no decir nada de su sonrisa, era mas que perfecta—Hemos venido hasta aquí pues…—dio un gran salto hasta quedar en frente del conejo, asustándolo un poco— Él se ha enterado de lo que has hecho.
—¿Q-qué?—tartamudeó Liam haciendo que los gemelos rieran y las chicas se preocuparan un poco—¿Pero c-cómo?
—Quien sabe.—respondió Tweedledee—Cualquiera pudo haberle dicho, pero creo que sospecho del Joker.
—¿Joker? ¿Cómo el de Batman?—pregunto emocionada Emily.
—Creo que ese no es el caso.—dijo con una pequeña risita Isabelle.
—¿Batman? ¿Qué es eso?—inquirieron los tres chicos.
—Es una película, ¿no la han visto? Bueno, no nos hagan caso sigan con su platica extraña.—sonrió Gin.
—Bueno, hemos traído esto.—comentaron ambos sacando un pequeño sobre con el símbolo de corazones en este— Se les esta invitando a todas al castillo del Rey.
—¿Castillo?—preguntó emocionada Kenneth y los gemelos asintieron con la cabeza, si era un sueño ese debía ser uno de los mejores para ella.
—P-pero, aun no estan todas juntas.—dijo nervioso el conejo.
—De eso no te preocupes.—habló Tweedledum— Puedes ir a dejar a estas Alice al castillo primero, y después ir por las demás o…
—¿O qué?—preguntó dudoso.
—Nosotros podríamos ir, o mandar a Cheshire.
—¿Ustedes ya se encontraron al gato parlanchín?—preguntó Eleanor confundida y Lottie la observó.
—Yo ya, fue algo raro y corto el encuentro.—suspiro la pelirroja.
—Prefiero la primera opción.—dijo cortante Liam.
—Como tu quieras.—respondieron ambos al unísono—Eso es todo.
—Muy bien, gracias por el aviso.—susurró Liam agarrando el sobre que los gemelos tenían.
—Espero volver a verlas pronto.—sonrió de lado Tweedledee observando de reojo a una de las pelirrojas, Gin exactamente y dedicándole una mirada algo extraña.
—Tal vez nos veamos antes de lo que esperan.—rió su gemelo y ambos comenzaron a caminar por el bosque, perdiéndose en el y volviendo a dejarlas solas con el conejo.
—Saben, ustedes son muy extraños aquí, hasta podría decir que algo locos.—dijo Ken.
—Quiero que nos digas que es lo que sucede.—habló Gin.
—No puedo, pero pronto lo haré, pronto estarán todas juntas.—comentó Liam comenzando a caminar— Síganme.
Y sin saberlo, el juego para aquellas chicas ya había comenzado, dentro de un rato se encontrarían en el castillo y después de ello conocerían a las demás Alice, pero lo que mas le aterraba al conejo era el castigo que recibiría por parte del Rey al no haberle avisado de su plan.
Algunas cuantas platicas y risas salían de la boca de las chicas, no se conocían en lo absoluto pero estaban comenzando a llevarse bien, y eso era lo importante.
Después de un largo recorrido ahí se encontraban, en frente del enorme castillo del Rey Rojo.
—En unos minutos, todo se les será explicado.—dijo el conejo sin siquiera voltearlas a ver y dejándolas con una gran duda, ¿Qué es lo que sucedería ahí adentro?
Saludos <333
Kurisu
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