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Cincuenta sombras de Malik (Ziam)
O W N :: Archivos :: Canceladas
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Re: Cincuenta sombras de Malik (Ziam)
ay por dios! pobre zayn! seguila cuanto puedas
beso
cami
beso
cami
Invitado
Invitado
Re: Cincuenta sombras de Malik (Ziam)
Chicas, lo lamento. Se que he sido la peor persona del mundo por no seguirla but, le faltan unos seis capítulos y se acaba la primera temporada. So, estaba pensando en hacerles un maratón de tres o tal vez cuatro capítulos para mañana, si ustedes quieren, claro. So, espero sus respuestas. xx
Invitado
Invitado
Re: Cincuenta sombras de Malik (Ziam)
Hmmm.....quiero capítulos pero ya va a acabar la primera temporada......haz el maratón!
AndyKP
Re: Cincuenta sombras de Malik (Ziam)
SIII MARATOON!!! porfavorr hace mucho que no subes te lo agradeceriamos muchoo :D <3
Natalia101412
Re: Cincuenta sombras de Malik (Ziam)
Lo siento, subiré mañana bc hoy mi Internet era un caca ademas de que tenia problemas personales por x y y motivos, so mañana les subo. xx
Invitado
Invitado
Re: Cincuenta sombras de Malik (Ziam)
Capitulo 26.
Hay luz por todas partes. Una luz intensa, cálida, penetrante, y me esfuerzo por mantenerla a raya unos cuantos minutos más. Quiero esconderme, solo unos minutos más, pero el resplandor es demasiado fuerte y, al final, sucumbo al despertar. Una gloriosa mañana de Seattle me saluda: el sol entra por el ventanal e inunda la habitación de una luz demasiado intensa. ¿Por qué no bajamos las persianas anoche? Estoy en la enorme cama de Zayn Malik, pero él no está.
Me quedo tumbado un rato, contemplando por el ventanal desde mi encumbrada y privilegiada posición el perfil urbano de Seattle. La vida en las nubes produce desde luego una sensación de irrealidad. Una fantasía —un castillo en el aire, alejado del suelo, a salvo de la cruda realidad— lejos del abandono, del hambre, de madres que se prostituyen por crack. Me estremezco al pensar lo que debió de pasar de niño, y entiendo por qué vive aquí, aislado, rodeado de belleza, de valiosas obras de arte, tan alejado de sus comienzos… toda una declaración de intenciones. Frunzo el ceño, porque eso sigue sin explicar por qué no puedo tocarlo.
Curiosamente, yo me siento igual aquí arriba, en su torre de marfil. Lejos de la realidad. Estoy en este piso de fantasía, teniendo un sexo de fantasía con mi novio de fantasía, cuando la cruda realidad es que él quiere un contrato especial, aunque diga que intentará darme más. ¿Qué significa eso? Eso es lo que tengo que aclarar entre nosotros, para ver si aún estamos en extremos opuestos del balancín o nos vamos acercando.
Salgo de la cama sintiéndome agarrotado y, a falta de una expresión mejor, bien machacado. Sí, debe de ser de tanto sexo. Mi subconsciente frunce los labios en señal de desaprobación. Yo le pongo los ojos en blanco, alegrándome de que cierto obseso del control de mano muy suelta no esté en la habitación, y decido preguntarle por el entrenador personal. Eso, si firmo. El dios que llevo dentro me mira desesperado. Pues claro que vas a firmar. Los ignoro a los dos y, tras una visita rápida al baño, salgo en busca de Zayn.
No está en la galería de arte, pero una mujer elegante está limpiando en la zona de la cocina. Al verla, me paro en seco. Es rubia, lleva el pelo corto y tiene los ojos azules; viste una impecable blusa blanca y lisa y una falda de tubo azul marino. Esboza una amplia sonrisa al verme.
—Buenos días, señor Payne. ¿Le apetece desayunar? —me pregunta en un tono agradable pero profesional, y yo alucino.
¿Qué hace esta atractiva rubia en la cocina de Zayn? No llevo puesta más que la camiseta que me dejó. Me siento cohibido por mi desnudez, menos mal que me queda larga y me tapa.
—Me temo que juega usted con ventaja —digo en voz baja, incapaz de ocultar la angustia que me produce.
—Ah, lo siento muchísimo… Soy la señora Jones, el ama de llaves del señor Malik.
Ah.
—¿Qué tal? —consigo decir.
—¿Le apetece desayunar, señor?
¡Señor!
—Me gustaría tomar un poco de té, gracias. ¿Sabe dónde está el señor Malik?
—En su estudio.
—Gracias.
Salgo disparado hacia el estudio, muerto de vergüenza. ¿Por qué Zayn solo contrata a rubias atractivas? Y una idea desagradable me viene a la cabeza: ¿serán todas ex sumisas? Me niego a acariciar una idea tan espantosa. Asomo la cabeza tímidamente por la puerta. Está al teléfono, de cara al ventanal, vestido con pantalones negros y camisa blanca. Aún tiene el pelo mojado de la ducha y eso me distrae por completo de mis pensamientos negativos.
—Salvo que mejore el balance de pérdidas y ganancias de la compañía, no me interesa, Ros. No vamos a cargar con un peso muerto. No me pongas más excusas tontas. Que me llame Marco, es todo o nada. Sí, dile a Barney que el prototipo pinta bien, aunque la interfaz no me convence. No, le falta algo. Quiero verlo esta tarde para discutirlo. A él y a su equipo; podemos hacer una tormenta de ideas. Vale. Pásame con Andrea otra vez. —Espera, mirando por el ventanal, amo y señor del universo contemplando a la pobre gente bajo su castillo en el cielo—. Andrea…
Al levantar la vista, me ve en la puerta. Una sensual sonrisa se extiende lentamente por su hermoso rostro, y me quedo sin habla al tiempo que se me derriten las entrañas. Es sin lugar a dudas el hombre más hermoso del planeta, demasiado hermoso para los seres vulgares de allá abajo, demasiado hermoso para mí. No, el dios que llevo dentro me mira ceñudo, demasiado hermoso para mí, no. En cierto modo, es mío… de momento. La idea me produce un escalofrío y disipa mi irracional inseguridad.
Sigue hablando, sin dejar de mirarme.
—Cancela toda mi agenda de esta mañana, pero que me llame Bill. Estaré allí a las dos. Tengo que hablar con Marco esta tarde, eso me llevará al menos media hora. Ponme a Barney y a su equipo después de Marco, o quizá mañana, y búscame un hueco para quedar con Claude todos los días de esta semana. Dile que espere. Ah. No, no quiero publicidad para Darfur. Dile a Sam que se encargue él de eso. No. ¿Qué evento? ¿El sábado que viene?
Espera.
—¿Cuándo vuelves de Georgia? —me pregunta.
—El viernes.
Retoma la conversación telefónica.
—Necesitaré una entrada más, porque voy acompañado. Sí, Andrea, eso es lo que he dicho, acompañado, el señor Liam Payne vendrá conmigo. Eso es todo. —Cuelga—. Buenos días, señor Payne.
—Señor Malik —sonrío tímidamente.
Rodea el escritorio con su habitual elegancia y se sitúa delante de mí. Me acaricia suavemente la mejilla con el dorso de los dedos.
—No quería despertarte, se te veía tan sereno. ¿Has dormido bien?
—He descansado, gracias. Solo he venido a saludar antes de darme una ducha.
Lo miro, me embebo de él. Se inclina y me besa con suavidad, y no puedo controlarme. Me cuelgo de su cuello y mis dedos se enredan en su pelo aún húmedo. Con el cuerpo pegado al suyo, le devuelvo el beso. Lo deseo. Mi ataque lo toma por sorpresa, pero, tras un instante, responde con un grave gruñido gutural. Desliza las manos por mi pelo y desciende por la espalda para agarrarme el trasero, explorándome la boca con la lengua. Se aparta, con los ojos entrecerrados.
—Vaya, parece que el descanso te ha sentado bien —murmura—. Te sugiero que vayas a ducharte, ¿o te echo un polvo ahora mismo encima de mi escritorio?
—Prefiero lo del escritorio —le susurro temerario mientras el deseo invade mi organismo como la adrenalina, despertándolo todo a su paso.
Me mira perplejo un milisegundo.
—Esto le gusta de verdad, ¿no, señor Payne? Te estás volviendo insaciable —masculla.
—Lo que me gusta eres tú —le digo.
Sus ojos se agrandan y se oscurecen mientras me masajea el trasero. Empieza a introducir los dedos en mi interior.
—Desde luego, solo yo —gruñe, y de pronto, con un movimiento rápido, aparta todos los planos y documentos del escritorio, que se esparcen por el suelo, y luego me coge en brazos y me tumba en el lado corto de la mesa, de forma que la cabeza casi me cuelga por el borde—. Tú lo has querido, nene —masculla, sacándose un preservativo del bolsillo del pantalón al tiempo que se baja la cremallera.
Vaya con el boyscout. Desliza el condón por su miembro erecto y me mira.
—Espero que estés listo —dice con una sonrisa lasciva.
Y en un instante está dentro de mí y, sujetándome con fuerza las muñecas a los costados, me penetra hasta el fondo.
Gimo… oh, sí.
—Dios, Li. Sí que estás listo —susurra con veneración.
Enroscándole las piernas en la cintura, lo abrazo de la única forma que puedo mientras él, de pie, me mira, con un brillo intenso en esos ojos verdes, apasionado y posesivo. Empieza a moverse, a moverse de verdad. Esto no es hacer el amor, esto es follar, y me encanta. Gimo. Es tan crudo, tan carnal, me excita tanto. Gozo de su penetración, su pasión sacia la mía. Se mueve con facilidad, gozándome, disfrutando de mí, con la boca algo abierta a medida que se le acelera la respiración. Gira las caderas de un lado a otro y me produce una sensación deliciosa.
Cierro los ojos, notando que se aproxima el clímax, esa deliciosa avalancha lenta y creciente, que me eleva más y más hasta el castillo en el aire. Oh, sí… su empuje aumenta un poco. Gimo fuerte. Soy todo sensación, todo él; disfruto de cada embate, de cada vez que me llega hasta el fondo. Coge ritmo, empuja más rápido, más fuerte, y todo mi cuerpo se mueve a su compás, y noto que se me agarrotan las piernas, y mis entrañas se estremecen y se aceleran.
—Vamos, nene, dámelo todo —me incita entre dientes, y el deseo ardiente de su voz, la tensión, me abocan al precipicio.
Lanzo una súplica silenciosa y apasionada cuando toco el sol y me quemo, y me desplomo a su alrededor, caigo, de vuelta a una cima intensa y luminosa en la Tierra. Embiste y para en seco al llegar al clímax y, tirándome de las muñecas, se desploma con elegancia, calladamente, sobre mí.
Uau… esto no me lo esperaba. Poco a poco, vuelvo a materializarme en la Tierra.
—¿Qué diablos me estás haciendo? —dice besuqueándome el cuello—. Me tienes completamente hechizado, Liam. Ejerces alguna magia poderosa.
Me suelta las muñecas y le paso los dedos por el pelo, descendiendo de las alturas. Aprieto las piernas alrededor de su cintura.
—Soy yo el hechizado —susurro.
Me mira, me contempla, con expresión desconcertada, alarmada incluso. Poniéndome las manos a ambos lados de la cara, me sujeta la cabeza.
—Tú… eres… mío —dice, marcando bien cada palabra—. ¿Entendido?
Lo dice tan serio, tan exaltado… con tal fanatismo. La fuerza de su súplica me resulta tan inesperada, tan apabullante. Me pregunto por qué se siente así.
—Sí, tuyo —le susurro, completamente desconcertado por su fervor.
—¿Seguro que tienes que irte a Georgia?
Asiento despacio. Y, en ese breve instante, veo alterarse su expresión y noto cómo cambia su actitud. Se retira bruscamente y yo hago una mueca de dolor.
—¿Te duele? —pregunta inclinándose sobre mí.
—Un poco —confieso.
—Me gusta que te duela. —Sus ojos abrasan—. Te recordará que he estado ahí, solo yo.
Me coge por la barbilla y me besa con violencia, luego se endereza y me tiende la mano para ayudarme a levantarme. Miro el envoltorio del condón que tengo al lado.
—Siempre preparado —murmuro.
Me mira confundido mientras se sube la bragueta. Sostengo en alto el envoltorio vacío.
—Un hombre siempre puede tener esperanzas, Liam, incluso sueña, y a veces los sueños se hacen realidad.
Suena tan raro, con esa mirada encendida. No lo entiendo. Mi dicha poscoital se esfuma rápidamente. ¿Qué problema tiene?
—Así que hacerlo en tu escritorio… ¿era un sueño? —le pregunto con sequedad, probando a bromear para aliviar la tensión que hay entre nosotros.
Me dedica una sonrisa enigmática que no le llega a los ojos y sé inmediatamente que no es la primera vez que lo ha hecho en su escritorio. La idea me desagrada. Me retuerzo incómodo al tiempo que mi dicha poscoital se esfuma del todo.
—Más vale que vaya a darme una ducha.
Me levanto y me dispongo a marcharme. Mierda, tengo el frontal de la camiseta todo mojado de mi semen.
Frunce el ceño y se pasa una mano por el pelo.
—Tengo un par de llamadas más que hacer. Desayunaré contigo cuando salgas de la ducha. Creo que la señora Jones te ha lavado la ropa de ayer. Está en el armario.
¿Qué? ¿Cuándo lo ha hecho? Por Dios, ¿nos habrá oído? Me ruborizo.
—Gracias —murmuro.
—No se merecen —dice automáticamente, pero noto cierto tonillo en su voz.
No te estoy dando las gracias por follarme. Aunque ha sido muy…
—¿Qué? —me suelta, y entonces me doy cuenta de que estoy frunciendo el ceño.
—¿Qué pasa? —le pregunto en voz baja.
—¿A qué te refieres?
—Pues a que estás siendo aún más raro de lo habitual.
—¿Te parezco raro?
Trata de reprimir una sonrisa.
—A veces.
Me estudia un instante, pensativo.
—Como de costumbre, me sorprende, señor Payne.
—¿En qué le sorprendo?
—Digamos que esto ha sido un regalito inesperado.
—La idea es complacer, señor Malik.
Ladeo la cabeza como hace él a menudo, devolviéndole sus palabras.
—Y me complaces, desde luego —dice, pero lo noto inquieto—. Pensaba que ibas a darte una ducha.
Vaya, me está echando.
—Sí… eh… luego te veo.
Salgo de su despacho completamente anonadado.
Zayn parecía confundido. ¿Por qué? Debo decir que, como experiencia física, ha sido muy satisfactoria. En cambio, emocionalmente… bueno, me desconcierta su reacción, y eso es tan enriquecedor emocionalmente como nutritivo el algodón de azúcar.
La señora Jones sigue en la cocina.
—¿Le apetece el té ahora, señor Payne?
—Me voy a duchar primero, gracias —murmuro, y me apresuro a salir de allí con el rostro aún encendido e intentando esconder las manchas húmedas de la camiseta.
En la ducha, trato de averiguar qué le pasa a Zayn. Es la persona más complicada que conozco y no alcanzo a comprender sus estados de ánimo cambiantes. Parecía estar bien cuando he entrado en su estudio. Lo hemos hecho… y luego ya no estaba bien. No, no lo entiendo. Recurro a mi subconsciente. Me lo encuentro silbando con las manos a la espalda, mirando a cualquier parte menos a mí. No tiene ni idea, y el dios que llevo dentro sigue disfrutando de los restos de la dicha poscoital. No… ninguno de nosotros tiene ni idea.
Me seco el pelo con la toalla, me lo cepillo con el único peine que tiene Zayn. El traje está colgado, lavado y planchado, en el armario, junto con mi camisa y mis calzoncillos también limpios. La señora Jones es una maravilla. Me calzo las Vans, me arreglo un poco el traje, respiro hondo y vuelvo a salir del enorme dormitorio.
Zayn sigue sin aparecer, y la señora Jones está revisando lo que hay en la despensa.
—¿Quiere ya el té, señor Payne? —pregunta.
—Por favor.
Le sonrío. Me siento algo más a gusto ahora que voy vestido.
—¿Le apetece comer algo?
—No, gracias.
—Pues claro que vas a comer algo —espeta Zayn, resplandeciente—. Le gustan las tortitas con huevos y beicon, señora Jones.
—Sí, señor Malik. ¿Qué va a tomar usted, señor?
—Tortilla, por favor, y algo de fruta. —No me quita los ojos de encima, su expresión es indescifrable—. Siéntate —me ordena, señalando uno de los taburetes de la barra.
Obedezco, y él se sienta a mi lado mientras la señora Jones prepara el desayuno. Uf, me pone nervioso que alguien más oiga lo que hablamos.
—¿Ya has comprado el billete de avión?
—No, lo compraré cuando llegue a casa, por Internet.
Se apoya en mi hombro y se frota la barbilla en él.
—¿Tienes dinero?
Oh, no.
—Sí —digo poniendo un tono de resignada paciencia, como si hablara con un niño pequeño.
Me arquea una ceja reprobatoria. Mierda.
—Sí tengo, gracias —rectifico enseguida.
—Tengo un jet. No se va a usar hasta dentro de tres días; está a tu disposición.
Lo miro boquiabierto. Pues claro que tiene un jet, y yo tengo que resistir la inclinación natural de mi cuerpo a poner los ojos en blanco. Me entran ganas de reír. Pero no lo hago, porque no sé de qué humor está.
—Ya hemos abusado bastante de la flota aérea de tu empresa. No me gustaría volver a hacerlo.
—La empresa es mía, el jet también.
Parece ofendido. ¡Ah, Zayn y sus juguetitos!
—Gracias por el ofrecimiento, pero prefiero coger un vuelo regular.
Me da la impresión de que quiere seguir discutiéndolo, pero al final no lo hace.
—Como quieras. —Suspira—. ¿Tienes que prepararte mucho para las entrevistas?
—No.
—Bien. No vas a decirme de qué editoriales se trata, ¿verdad?
—No.
Se dibuja en sus labios una sonrisa reticente.
—Soy un hombre de recursos, señor Payne.
—Soy perfectamente consciente de eso, señor Malik. ¿Me vas a rastrear el móvil? —pregunto inocentemente.
—La verdad es que esta tarde voy a estar muy liado, así que tendré que pedirle a alguien que lo haga por mí.
Sonríe con picardía.
Lo dirá en broma, ¿no?
—Si puedes poner a alguien a hacer eso, es que te sobra personal, desde luego.
—Le mandaré un correo a la jefa de recursos humanos y le pediré que revise el recuento de personal.
Tuerce la boca para ocultar la sonrisa.
Ay, menos mal que ha recobrado el sentido del humor.
La señora Jones nos sirve el desayuno y comemos en silencio durante unos minutos. Tras recoger los cacharros, la mujer se retira discretamente de la zona del salón. Lo miro.
—¿Qué pasa, Liam?
—¿Sabes?, al final no me has dicho por qué no te gusta que te toquen.
Palidece y su reacción me hace sentirme culpable por preguntar.
—Te he contado más de lo que le he contado nunca a nadie —dice en voz baja mientras me mira impasible.
Y tengo claro que nunca le ha hecho confidencias a nadie. ¿No tiene amigos íntimos? Quizá se lo contara a la señora Robinson. Quiero preguntárselo, pero no puedo… no puedo meterme así en su vida. Niego con la cabeza al darme cuenta. Está solo, pero de verdad.
—¿Pensarás en nuestro contrato mientras estás fuera? —pregunta.
—Sí.
—¿Me vas a echar de menos?
Lo miro, sorprendido por la pregunta.
—Sí —respondo con sinceridad.
¿Cómo puede haber llegado a significar tanto para mí en tan poco tiempo? Se me ha metido bajo la piel, literalmente. Sonríe y se le ilumina la mirada.
—Yo también te voy a echar de menos. Más de lo que imaginas —me dice.
Se me alegra el corazón al oír sus palabras. Lo está intentando, de verdad. Me acaricia suavemente la mejilla, se inclina y me besa con ternura.
__________
A última hora de la tarde espero sentado y nervioso al señor J. Hyde en el vestíbulo de Seattle Independent Publishing. Es mi segunda entrevista de hoy y la que más me interesa. La primera ha ido bien, pero era para un grupo mayor, con oficinas en todo el país, y yo no sería más que uno de los muchos ayudantes editoriales. Imagino que semejante máquina corporativa me engulliría y me escupiría bastante rápido. En SIP es donde quiero estar. Es pequeña y poco convencional, aboga por los autores locales y tiene una interesante y peculiar lista de clientes.
El lugar resulta un tanto austero, pero creo que es una declaración de intenciones más que un indicio de frugalidad. Estoy sentado en uno de los dos sillones Chesterfield de piel verde oscuro, muy similares al sofá que tiene Zayn en su cuarto de juegos. Acaricio la piel, apreciativo, y me pregunto distraído qué hará Zayn en ese sofá. Divago pensando en las posibilidades… no, más vale que no piense en eso ahora. Me sonrojan mis pensamientos descarriados e inoportunos. La recepcionista es una joven afroamericana con grandes pendientes de plata y el pelo largo y liso. Tiene cierto aire bohemio; es de esa clase de mujeres con las que podría llevarme bien. La idea me reconforta. De vez en cuando me mira, apartando la vista del ordenador, y me sonríe tranquilizadora. Yo le devuelvo la sonrisa tímidamente.
Ya tengo el vuelo reservado, mi madre está encantada de que vaya a verla, he hecho la maleta y Perrie ha accedido a acompañarme al aeropuerto. Zayn me ha ordenado que me lleve el iPhone y el Mac. Pongo los ojos en blanco al recordar su despotismo, pero ahora me doy cuenta de que él es así. Le gusta controlarlo todo, incluido yo. Sin embargo, también puede ser tan impredecible y desconcertantemente agradable… Puede ser tierno, alegre, e incluso dulce. Y, cuando lo es, resulta tan imprevisible e inesperado… Ha insistido en acompañarme hasta el coche, que estaba aparcado en el garaje. Por Dios, que solo me voy unos días; se comporta como si me marchara durante varias semanas. Me tiene siempre desconcertado.
Invitado
Invitado
Re: Cincuenta sombras de Malik (Ziam)
Capitulo 27.
—¿Liam Payne?Una mujer de melena negra prerrafaelita, de pie junto al mostrador de recepción, me saca de mi ensimismamiento. Tiene el mismo aire bohemio y etéreo que la recepcionista. Tendrá unos treinta y muchos, quizá cuarenta y pocos; resulta muy difícil de saber con mujeres de cierta edad.
—Sí —respondo, y me levanto desmañadamente.
Me dedica una sonrisa educada, sus fríos ojos castaños me escudriñan. Visto uno de los conjuntos que me escoge Harry, un pantalón algo ajustado rojo, una camisa blanca de manga corta, unos tirantes azul marino y blancos y mis Vans blancas. Muy de entrevista, creo yo. Llevo el pelo peinado como de costumbre y, por una vez, los mechones se están comportando. Me tiende la mano.
—Hola, Liam, me llamo Elizabeth Morgan. Soy la jefa de recursos humanos de SIP.
—¿Cómo está?
Le estrecho la mano. La veo muy informal para ser jefa de recursos humanos.
—Sígueme, por favor.
Pasamos la puerta de doble hoja que hay detrás de la zona de recepción y entramos en una oficina grande y diáfana de decoración luminosa, y de ahí a una pequeña sala de reuniones. Las paredes son de color verde claro y están llenas de fotos de cubiertas de libros. A la cabecera de la mesa de conferencias de madera de arce está sentado un hombre joven, pelirrojo, con la melena recogida en una coleta. En ambas orejas le brillan unos pequeños aros de plata. Viste camisa azul claro, sin corbata, y pantalones de algodón gris oscuro. Cuando me acerco a él, se levanta y me mira con unos ojos azul oscuro insondables.
—Liam Payne, soy Jack Hyde, director de adquisiciones de SIP. Encantado de conocerte.
Nos damos la mano. Su mirada oscura me resulta impenetrable, aunque suficientemente afable, creo.
—¿Vienes de muy lejos? —me pregunta amablemente.
—No, acabo de mudarme a la zona de Pike Street Market.
—Ah, entonces vives muy cerca. Siéntate, por favor.
Me siento, y Elizabeth toma asiento a mi lado.
—Dinos, ¿por qué quieres trabajar como becario en SIP, Liam? —pregunta.
Pronuncia mi nombre con suavidad y ladea la cabeza, como alguien que yo me sé; resulta inquietante. Esforzándome por ignorar el recelo irracional que me inspira, me lanzo a soltarle mi discurso cuidadosamente preparado, consciente de que un rubor sonrosado se extiende por mis mejillas. Los miro a los dos, recordando la charla de Harry Styles sobre cómo salir airoso de una entrevista: «¡Mantén el contacto visual, Lou!». Dios, qué mandona puede ser ella también, a veces. Jack y Elizabeth me escuchan con atención.
—Tienes una nota media impresionante. ¿De qué actividades extracurriculares has disfrutado en tu universidad?
¿Disfrutar? Lo miro extrañado. Qué extraña elección léxica. Entro en detalles sobre mi puesto de bibliotecario en la biblioteca central del campus y mi experiencia entrevistando a un déspota indecentemente rico para la revista de la universidad. Paso por alto el hecho de que, en realidad, no fui yo quien escribió el artículo. Menciono las dos sociedades literarias a las que pertenecía y concluyo con mi trabajo en Clayton’s y todos los conocimientos inútiles que ahora poseo sobre ferretería y bricolaje. Los dos se ríen, que es lo que esperaba. Poco a poco, me relajo y empiezo a sentirme a gusto.
Jack Hyde me hace preguntas agudas e inteligentes, pero no me amilano; mantengo el tipo y, cuando hablamos de mis preferencias literarias y mis libros favoritos, creo que me defiendo bastante bien. A Jack, en cambio, solo parece gustarle la literatura estadounidense posterior a 1950. Nada más. Ningún clásico, ni siquiera Henry James, ni Upton Sinclair, ni F. Scott Fitzgerald. Elizabeth no dice nada, solo asiente de vez en cuando y toma notas. Jack, pese a su afán por la controversia, es agradable a su manera, y mi recelo inicial se disipa a medida que hablamos.
—¿Y dónde te ves dentro de cinco años? —pregunta.
Con Zayn Malik, me viene sin querer la idea a la cabeza. La divagación me hace fruncir el ceño.
—De editor, quizá. Tal vez de agente literario, no estoy seguro. Estoy abierto a todas las posibilidades.
Jack sonríe.
—Muy bien, Liam. No tengo más preguntas. ¿Y tú? —me plantea directamente.
—¿Cuándo habría que empezar? —inquiero.
—Lo antes posible —interviene Elizabeth—. ¿Cuándo podrías tú?
—Estoy disponible a partir de la semana que viene.
—Está bien saberlo —dice Jack.
—Si nadie tiene nada más que decir —Elizabeth nos mira a los dos—, creo que damos por terminada la entrevista.
Sonríe amablemente.
—Ha sido un placer conocerte, Liam —dice Jack en voz baja cogiéndome la mano.
Me la aprieta con suavidad, así que lo miro con cierta extrañeza cuando me despido.
Camino del coche, me noto intranquilo, pero no sé por qué. Creo que la entrevista ha ido bien, pero es difícil saberlo. Las entrevistas me parecen algo tan artificial; todo el mundo comportándose de la mejor forma posible e intentando desesperadamente esconderse tras una fachada profesional. ¿Encajo en el perfil? Habrá que esperar para saberlo.
Me subo a mi Audi A3 y me dirijo a casa, pero con tranquilidad. He reservado un vuelo nocturno con escala en Atlanta, pero no sale hasta las 22.25 h, así que tengo tiempo de sobra.
Cuando llego, Harry está desempaquetando cajas en la cocina.
—¿Qué tal te ha ido? —me pregunta emocionado.
Solo Harry puede estar guapísimo con una camiseta gigante, unos vaqueros gastados y un pañuelo azul marino en la cabeza.
—Bien, gracias, Harry. No sé si este conjunto era lo bastante apropiado para la segunda entrevista.
—¿Y eso?
—Me habría venido mejor algo bohemio y elegante.
Harry arquea una ceja.
—Tú y tus bohemios elegantes. —Ladea la cabeza, ¡agh! ¿Por qué todo el mundo me recuerda a mi Cincuenta favorito?—. En realidad, Liam, tú eres una de las pocas personas que puede conseguir ese look.
Sonrío.
—Me ha gustado mucho el segundo sitio. Creo que podría encajar allí. Eso sí, el tipo que me ha entrevistado era un tanto inquietante.
Me interrumpo. Mierda, que estás hablando con Parabólica Styles. ¡Cállate, Liam!
—¿Y eso?
El radar de Harry Styles, detector de datos interesantes, entra en acción de inmediato en busca de ese dato que solo resurgirá en algún momento inoportuno y comprometedor, lo cual me recuerda algo.
—Por cierto, ¿podrías dejar de provocar a Zayn? Tu comentario sobre Niall en la cena de anoche no venía a cuento. Es un tipo celoso. Lo que haces no está bien, ¿sabes?
—Mira, si no fuera el hermano de Louis, le habría dicho cosas peores. Es un controlador obsesivo. No entiendo cómo lo aguantas. Pretendía ponerlo celoso, ayudarlo un poco a decidirse. —Levanta las manos con aire defensivo—. Pero si no quieres que me meta, no lo haré —añade enseguida al verme fruncir el ceño.
—Muy bien. La vida con Zayn ya es bastante complicada de por sí, créeme.
Dios, sueno como él.
—Liam. —Hace una pausa, mirándome fijamente—. Estás bien, ¿no? ¿No irás a casa de tu madre para escapar?
Me ruborizo.
—No, Harry. Fuiste tú el que dijo que necesitaba un descanso.
Se acerca y me coge de las manos, un gesto impropio de Harry.
Oh, no… Me voy a echar a llorar.
—Te veo… no sé… distinto. Espero que estés bien y que, sean cuales sean los problemas que tengas con el señor Millonetis, puedas hablarlo conmigo. Y que sepas que yo no pretendo provocarlo, aunque, la verdad, con él es como pescar en una pecera. Mira, Liam, si algo va mal, cuéntamelo. No te voy a juzgar. Procuraré entenderlo.
Contengo las lágrimas.
—Ay, Harry… —La abrazo—. Creo que me he enamorado de él de verdad.
—Liam, eso lo ve cualquiera. Y él se ha enamorado de ti. Está loco por ti. No te quita los ojos de encima.
Río tímidamente.
—¿Tú crees?
—¿No te lo ha dicho?
—No con tantas palabras.
—¿Se lo has dicho tú?
—No con tantas palabras.
Me encojo de hombros, como disculpándome.
—¡Liam! Uno de los dos tiene que dar el primer paso, si no nunca llegaréis a ninguna parte.
¿Qué, que le diga lo que siento?
—Me da miedo espantarlo.
—¿Y cómo sabes que él no siente lo mismo?
—¿Zayn, miedo? No me lo imagino asustado de nada.
Pero, mientras lo digo, me lo imagino de niño. Quizá el miedo fuera lo único que conocía entonces. Solo de pensarlo, se me encoge el corazón de pena.
Harry me observa con los labios y los ojos fruncidos, como mi subconsciente… solo le faltan las gafas de pasta.
—Os hace falta sentaros a charlar.
—No hemos hablado mucho últimamente.
Me sonrojo. Otras cosas sí. Comunicación no verbal, y no ha estado nada mal. Bueno, ha estado más que bien.
Sonríe.
—¡Por el sexo! Si eso va bien, tienes media batalla ganada, Liam. Voy a buscar algo de comida china. ¿Lo tienes ya todo listo para el viaje?
—Casi. Aún nos quedan un par de horas o así.
—No… vuelvo dentro de veinte minutos.
Coge la cazadora y se va; se olvida de cerrar la puerta. La cierro y me voy a mi cuarto, rumiando sus palabras.
¿Tiene miedo Zayn de lo que siente por mí? ¿Siente algo por mí? Parece muy entusiasmado, dice que soy suyo… pero eso forma parte de su yo dominante y obsesivo que debe tenerlo y poseerlo todo, seguro. Me doy cuenta de que, mientras esté fuera, tendré que repasar todas nuestras conversaciones y ver si puedo detectar algún indicio claro.
«Yo también te voy a echar de menos. Más de lo que imaginas.»
«Me tienes completamente hechizado.»
Niego con la cabeza. No quiero pensar en eso ahora. El iPhone se está cargando, así que no lo he mirado en toda la tarde. Me acerco con cautela y me desilusiona ver que no hay mensajes. Enciendo el cacharro infernal y tampoco hay mensajes. Es la misma dirección de e-mail, Liam, me dice mi subconsciente poniéndome los ojos en blanco y, por primera vez, entiendo por qué Zayn quiere darme unos azotes cada vez que lo hago.
Vale. Bueno, pues le escribo un correo yo.
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De: Liam Payne
Fecha: 30 de mayo de 2013 18:49
Para: Zayn Malik
Asunto: Entrevistas
Querido señor:
Las entrevistas de hoy han ido bien.
He pensado que igual te interesaba.
¿Qué tal tu día?
Liam.
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Me siento y miro furioso la pantalla. Las respuestas de Harry suelen ser instantáneas. Espero y espero, y por fin oigo el tono de mensaje entrante.
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De: Zayn Malik
Fecha: 30 de mayo de 2013 19:03
Para: Liam Payne
Asunto: Mi día
Querido señor Payne:
Todo lo que hace me interesa. Es el chico más fascinante que conozco.
Me alegro de que sus entrevistas hayan ido bien.
Mi mañana ha superado todas mis expectativas.
Mi tarde, en comparación, ha sido de lo más aburrida.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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De: Liam Payne
Fecha: 30 de mayo de 2013 19:05
Para: Zayn Malik
Asunto: Mañana maravillosa
Querido señor:
También la mañana ha sido extraordinaria para mí, aunque te hayas mostrado raro después del impecable polvo sobre el escritorio. No creas que no me he dado cuenta.
Gracias por el desayuno. O gracias a la señora Jones.
Me gustaría hacerte algunas preguntas sobre ella (sin que vuelvas a ponerte raro conmigo).
Liam.
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Titubeo antes de pulsar la tecla de envío y me tranquiliza pensar que mañana a estas horas estaré en la otra punta del continente.
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De: Zayn Malik
Fecha: 30 de mayo de 2013 19:10
Para: Liam Payne
Asunto: ¿Tú en una editorial?
Liam:
«Ponerse raro» no es una forma verbal aceptable y no debería usarla alguien que quiere entrar en el mundo editorial.
¿Impecable? ¿Comparado con qué, dime, por favor? ¿Y qué es lo que quieres preguntarme de la señora Jones? Me tienes intrigado.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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De: Liam Payne
Fecha: 30 de mayo de 2013 19:17
Para: Zayn Malik
Asunto: Tú y la señora Jones
Querido señor:
La lengua evoluciona y avanza. Es algo vivo. No está encerrada en una torre de marfil, rodeada de carísimas obras de arte, con vistas a casi todo Seattle y con un helipuerto en la azotea.
Impecable en comparación con las otras veces que hemos… ¿cómo lo llamas tú…?, ah, sí, follado. De hecho, los polvos han sido todos impecables, punto, en mi modesta opinión,… pero, claro, como bien sabes, tengo una experiencia muy limitada.
¿La señora Jones es una ex sumisa tuya?
Liam.
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Titubeo una vez más antes de darle a la tecla de envío, pero al final le doy.
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De: Zayn Malik
Fecha: 30 de mayo de 2013 19:22
Para: Liam Payne
Asunto: Lenguaje. ¡Esa boquita…!
Liam:
La señora Jones es una empleada muy valiosa. Nunca he mantenido con ella más relación que la profesional. No contrato a nadie con quien haya mantenido relaciones sexuales. Me sorprende que se te haya ocurrido algo así. La única persona con la que haría una excepción a esta norma eres tú, porque eres un joven brillante con notables aptitudes para la negociación. No obstante, como sigas utilizando semejante lenguaje, voy a tener que reconsiderar la posibilidad de incorporarte a mi plantilla. Me alegra que tengas una experiencia limitada. Tu experiencia seguirá estando limitada… solo a mí. Tomaré «impecable» como un cumplido… aunque contigo nunca sé si es eso lo que quieres decir o si el sarcasmo está hablando por ti, como de costumbre.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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De: Liam Payne
Fecha: 30 de mayo de 2013 19:27
Para: Zayn Malik
Asunto: Ni por todo el té del mundo
Querido señor Styles:
Creo que ya le he manifestado mis reservas respecto a trabajar en su empresa. Mi opinión no ha cambiado, ni va a cambiar, ni cambiará, jamás. Ahora te tengo que dejar porque Harry ya ha vuelto con la cena. Mi sarcasmo y yo te deseamos buenas noches.
Me pondré en contacto contigo cuando esté en Georgia.
Liam.
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De: Zayn malik
Fecha: 30 de mayo de 2013 19:29
Para: Liam Payne
Asunto: ¿Ni por el YORKSHIRE TEA?
Buenas noches, Liam.
Espero que tu sarcasmo y tú tengáis un buen vuelo.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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Harry y yo paramos en la zona de estacionamiento frente a la terminal de salidas del Sea-Tac. Se inclina desde su asiento para abrazarme.
—Pásatelo bien en Barbados, Harreh. Que tengas unas vacaciones maravillosas.
—Te veo a la vuelta. No dejes que Millonetis te amargue la existencia.
—No lo haré.
Nos abrazamos una vez más, y me quedo solo. Me dirijo a facturación y me pongo en la cola, esperando con mi equipaje de cabina. No me he molestado en coger una maleta, solo una elegante mochila que Mark me regaló por mi último cumpleaños.
—Billete, por favor.
El joven aburrido del otro lado del mostrador me tiende la mano sin mirarme siquiera.
Con idéntica desgana le entrego mi billete y el carnet de conducir como documento de identidad. Espero que me toque ventanilla, si es posible.
—Muy bien, señor Payne. Le han pasado a primera clase.
—¿Qué?
—Señor, si es tan amable, pase a la sala VIP y espere allí a que salga su vuelo.
Parece haber despertado y me sonríe como si yo fuera Santa Claus y el conejo de Pascua todo en uno.
—Tiene que haber algún error.
—No, no. —Vuelve a mirar la pantalla del ordenador—. Liam Payne: a primera clase —lee, y me dirige una sonrisa afectada.
Aghhh… Entorno los ojos. Me da mi tarjeta de embarque y me dirijo a la sala VIP, rezongando por lo bajo. Maldito Zayn Malik, metomentodo controlador. ¿Es que no me puede dejar en paz?
Invitado
Invitado
Re: Cincuenta sombras de Malik (Ziam)
Capitulo 28.
Me han dado un masaje y me he tomado dos copas de champán. La sala VIP tiene muchas ventajas. Con cada sorbo de Moët, me siento un poco más inclinado a perdonar a Zayn por su intervención. Abro el MacBook con la confianza de poner a prueba la teoría de que funciona en cualquier parte del planeta.
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De: Liam Payne
Fecha: 30 de mayo de 2013 21:53
Para: Zayn Malik
Asunto: Detalles superextravagantes
Querido señor Malik:
Lo que verdaderamente me alarma es cómo has sabido qué vuelo iba a coger.
Tu tendencia al acoso no conoce límites. Espero que el doctor Atkin haya vuelto de vacaciones.
Me han dado un masaje en la espalda y me he tomado dos copas de champán, una forma agradabilísima de empezar mis vacaciones.
Gracias.
Liam.
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De: Zayn Malik
Fecha: 30 de mayo de 2013 21:59
Para: Liam Payne
Asunto: No se merecen
Querido señor Payne:
El doctor Atkin ha vuelto y tengo cita con él esta semana.
¿Quién le ha dado un masaje en la espalda?
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc., con amigos en los sitios adecuados
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¡Ajá! Hora de vengarse. Ya han llamado a nuestro vuelo, así que ahora podré contestarle desde el avión. Será más seguro. Estoy a punto de abrazarme de perversa alegría.
Hay muchísimo sitio en primera. Con un cóctel de champán en la mano, me instalo en el suntuoso asiento de cuero junto a la ventanilla mientras la cabina empieza a llenarse poco a poco. Llamo a Mark para decirle dónde estoy; una llamada compasivamente breve, porque es muy tarde para él.
—Te quiero, papá —susurro.
—Y yo a ti, Li. Saluda a tu madre. Buenas noches.
—Buenas noches.
Cuelgo.
Mark está en buena forma. Miro mi Mac y, con el mismo regocijo infantil creciente, lo abro y entro en el programa de correo.
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De: Liam Payne
Fecha: 30 de mayo de 2013 22:22
Para: Zayn Malik
Asunto: Manos fuertes y capaces
Querido señor:
Me ha dado un masaje en la espalda un joven muy agradable. Verdaderamente agradable. No me lo habría topado en la sala de embarque normal, así que te agradezco de nuevo el detalle.
No sé si me van a dejar mandar correos cuando hayamos despegado; además, necesito dormir para estar guapo, porque últimamente no he dormido mucho.
Dulces sueños, señor Malik… pienso en ti.
Liam.
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Uf, cómo se va a enfadar… y estaré en el aire, lejos de su alcance. Le está bien empleado. Si hubiera estado en la sala de embarque normal, el masajista no me habría puesto las manos encima. Era un joven muy agradable, de esos rubios y permanentemente bronceados; en serio, ¿quién puede estar bronceado en Seattle? Qué absurdo. Me quedo mirando el correo. Harry tiene razón. Con él, es como pescar en una pecera. Mi subconsciente me mira con la boca espantosamente torcida: ¿en serio quieres provocarlo? ¡Lo que ha hecho es un detallazo, lo sabes! Le importas y quiere que viajes por todo lo alto. Sí, pero me lo podía haber preguntado, o habérmelo dicho, y no hacerme quedar como un auténtico lelo en el mostrador de facturación. Pulso la tecla de envío y espero, sintiéndome un niño muy malo.
—Señor Payne, tiene que apagar el portátil durante el despegue —me dice amablemente una azafata supermaquillada.
Me da un susto de muerte. Mi conciencia culpable me castiga.
—Ah, lo siento.
Mierda. Ahora me va a tocar esperar para saber si me ha contestado. La azafata me da una manta suave y una almohada, mostrándome su dentadura perfecta. Me echo la manta por las rodillas. Es agradable que te mimen de vez en cuando.
La primera clase se ha llenado, salvo el asiento de al lado del mío, que sigue sin ocupar. Ay, no. Se me pasa una idea perturbadora por la cabeza. Igual ese sitio es el de Zayn.
Mierda, no, no será capaz. ¿O sí? Le dije que no quería que viniera conmigo. Miro impaciente el reloj y entonces la voz mecánica del personal de pista anuncia: «Tripulación: armar rampas y cross check».
¿Qué significa eso? ¿Van a cerrar las puertas? Siento que se me eriza el vello mientras espero sentado con palpitante inquietud. El asiento de al lado del mío es el único desocupado de los dieciséis de la cabina de primera. El avión arranca con una sacudida y yo suspiro de alivio, pero también siento una leve punzada de desilusión: no habrá Zayn en cuatro días. Miro de reojo el iPhone.
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De: Zayn Malik
Fecha: 30 de mayo de 2013 22:25
Para: Liam Payne
Asunto: Disfruta mientras puedas
Querido señor Payne:
Sé lo que se propone y, créame, lo ha conseguido. La próxima vez irá en la bodega de carga, atado y amordazado y metido en un cajón. Le aseguro que encargarme de que viaje en esas condiciones me producirá muchísimo más placer que cambiarle el billete por uno de primera clase.
Espero ansioso su regreso.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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Dios mío. Ese es el problema del humor de Zayn, que nunca estoy seguro de si bromea o si está enfadadísimo. Sospecho que, en esta ocasión, está enfadadísimo. Subrepticiamente, para que no me vea la azafata, tecleo una respuesta bajo la manta.
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De: Liam Payne
Fecha: 30 de mayo de 2013 22:30
Para: Zayn Malik
Asunto: ¿Bromeas?
¿Ves?, no tengo ni idea de si estás bromeando o no. Si no bromeas, mejor me quedo en Georgia. Los cajones están en mi lista de límites infranqueables. Siento haberte enfadado. Dime que me perdonas.
L.
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De: Zayn Malik
Fecha: 30 de mayo de 2013 22:31
Para: Liam Payne
Asunto: Bromeo
¿Cómo es que estás mandando correos? ¿Estás poniendo en peligro la vida de todos los pasajeros, incluida la tuya, usando el iPhone? Creo que eso contraviene una de las normas.
Zayn Malik
Presidente de manos sueltas (ambas) de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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¡Ambas! Guardo el iPhone, me recuesto en el asiento mientras el avión entra en pista y saco mi ejemplar de Tess… una lectura ligera para el viaje. Una vez en el aire, echo mi asiento para atrás y no tardo en quedarme dormido.
La azafata me despierta cuando iniciamos el descenso en Atlanta. Son las 5.45 h, hora local, pero solo he dormido unas cuatro horas o así. Estoy grogui, pero agradezco el zumo de naranja que me ofrece la azafata. Miro nervioso el iPhone. No hay más correos de Zayn. Bueno, son casi las tres de la mañana en Seattle, y seguramente quiere evitar que me cargue los sistemas de navegación o lo que sea que impide que vuelen los aviones cuando hay móviles encendidos.
La espera en Atlanta es de solo una hora. Y de nuevo disfruto del refugio de la sala VIP. Me siento tentado de dormirme acurrucado en uno de esos sofás tan blanditos que se hunden suavemente bajo mi peso, pero no voy a estar aquí tanto rato. Para mantenerme despierto, inicio en el portátil un interminable monólogo interior dirigido a Zayn.
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De: Liam Payne
Fecha: 31 de mayo de 2013 06:52 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: ¿Te gusta asustarme?
Sabes cuánto me desagrada que te gastes dinero en mí. Sí, eres muy rico, pero aun así me incomoda; es como si me pagaras por el sexo. No obstante, me gusta viajar en primera —mucho más civilizado que el autocar—, así que gracias. Lo digo en serio, y he disfrutado del masaje, el masajista era horrible. He omitido ese detalle en mi correo anterior para provocarte, porque estaba molesto contigo, y lo siento.
Pero, como de costumbre, tu reacción es desmedida. No me puedes decir esas cosas (atado y amordazado en un cajón; ¿lo decías en serio o era una broma?), porque me asustan, me asustas. Me tienes completamente cautivado, considerando la posibilidad de llevar contigo un estilo de vida que no sabía ni que existía hasta la semana pasada, y vas y me escribes algo así, y me dan ganas de salir corriendo espantado. No lo haré, desde luego, porque te echaría de menos. Te echaría mucho de menos. Quiero que lo nuestro funcione, pero me aterra la intensidad de lo que siento por ti y el camino tan oscuro por el que me llevas. Lo que me ofreces es erótico y sensual, y siento curiosidad, pero también tengo miedo de que me hagas daño, física y emocionalmente. A los tres meses, podrías pasar de mí y ¿cómo me quedaría yo? Claro que supongo que ese es un riesgo que se corre en cualquier relación. Esta no es precisamente la clase de relación que yo imaginaba que tendría, menos aún siendo la primera. Me supone un acto de fe inmenso.
Tenías razón cuando dijiste que no hay una pizca de sumisión en mí, y ahora coincido contigo. Dicho esto, quiero estar contigo, y si eso es lo que tengo que hacer para conseguirlo, me gustaría intentarlo, aunque me parece que lo haré de pena y terminaré lleno de moratones… y la idea no me atrae en absoluto.
Estoy muy contento de que hayas accedido a intentar darme más. Solo me falta decidir lo que entiendo por «más», y esa es una de las razones por las que quería distanciarme un poco. Me deslumbras de tal modo que me cuesta pensar con claridad cuando estamos juntos.
Nos llaman para embarcar. Tengo que irme.
Luego más.
Tu Li.
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Le doy a la tecla de envío y me dirijo medio adormilado a la puerta de embarque para subirme a otro avión. Este solo tiene seis asientos en primera y, en cuanto despegamos, me acurruco bajo mi suave manta y me quedo dormido.
Tras un sueño demasiado corto me despierta la azafata con más zumo de naranja, ya que iniciamos la aproximación al Savannah International. Sorbo despacio, exhausto, y me permito sentir un poco de emoción. Voy a ver a mi madre después de seis meses.
Mirando de reojo el iPhone, recuerdo que le he enviado un largo y farragoso correo a Zayn, pero no hay respuesta. Son las cinco de la madrugada en Seattle; con un poco de suerte, aún estará dormido y no interpretando alguna pieza lúgubre al piano.
Lo bueno de las mochilas de cabina es que uno puede salir volando del aeropuerto sin tener que esperar una eternidad junto a las cintas de equipaje. Lo bueno de viajar en primera es que te dejan bajar del avión antes que a nadie.
Mi madre me espera con Bob, y estoy encantado de verlos. No sé si es por el agotamiento, por el largo viaje o por toda la situación con Zayn, pero en cuanto estoy en los brazos de mi madre me echo a llorar.
—Ay, Li, cielo. Debes de estar muy cansado.
Mira inquieta a Bob.
—No, mamá, es que… me alegro mucho de verte.
La abrazo con fuerza.
Me hace sentir tan bien, tan protegido, como en casa. La suelto a regañadientes y Bob me da un incómodo abrazo con un solo brazo. No parece tenerse bien en pie, y entonces recuerdo que se ha hecho daño en una pierna.
—Bienvenido a casa, Liam. ¿Por qué lloras? —pregunta.
—Oh, Bob, también me alegro de verte a ti.
Contemplo su apuesto rostro de mandíbula cuadrada y sus chispeantes ojos azules que me miran con cariño. Me gusta este marido, mamá. Te lo puedes quedar. Me coge la mochila.
—Por Dios, Liam, ¿qué llevas aquí?
Será el Mac. Los dos me agarran por la cintura mientras nos dirigimos al aparcamiento.
Siempre olvido el calor insoportable que hace en Savannah. Al salir de los confines refrigerados de la terminal de llegadas, nos cae encima la manta de calor de Georgia. Buf… Es agotador. Tengo que zafarme de los brazos de mamá y de Bob para quitarme la sudadera con capucha. Menos mal que me he traído pantalones cortos. A veces echo de menos el calor seco de Las Vegas, donde viví con mamá y Bob cuando tenía diecisiete años, pero a este calor húmedo, incluso a las ocho y media de la mañana, cuesta acostumbrarse. Cuando me encuentro al fin en el asiento de atrás del Tahoe de Bob, maravillosamente refrigerado, me quedo sin fuerzas. Desde el monovolumen, les envío un mensaje rápido a Mark, a Harry y a Zayn:
*He llegado sano y salvo a Savannah. L :)*
De pronto pienso en Niall mientras pulso la tecla de envío y, en medio de la neblina de mi fatiga, recuerdo que su exposición es la semana que viene. ¿Debería invitar a Zayn, sabiendo que no le cae bien Niall? ¿Aún querrá verme Zayn después del e-mail que le he mandado? Me estremezco de pensarlo, y me lo quito de la cabeza. Ya me ocuparé de eso luego. Ahora voy a disfrutar de la compañía de mi madre.
—Cielo, debes de estar cansado. ¿Quieres dormir un rato cuando lleguemos a casa?
—No, mamá. Me apetece ir a la playa.
Llevo mi bañador azul, mientras sorbo una Coca-Cola light tumbado en una hamaca mirando el océano Atlántico. Y pensar que ayer, sin ir más lejos, contemplaba el
Sound abriéndose al Pacífico. Mi madre gandulea a mi lado, protegiéndose del sol con un sombrero flexible desmesuradamente grande y unas gafas de sol enormes, tipo Jackie O, sorbiendo su propia Coca-Cola. Estamos en la playa de Tybee Island, a tres manzanas de casa. Me tiene cogido de la mano. Mi fatiga ha disminuido y, mientras me empapo de sol, me siento a gusto, seguro y animado. Por primera vez en una eternidad, empiezo a relajarme.
—Bueno, Li… háblame de ese chico que te tiene tan loco.
¡Loco! ¿Cómo lo sabe? ¿Qué le digo? No puedo hablar de Zayn con mucho detalle por el acuerdo de confidencialidad, pero, en cualquier caso, ¿le hablaría a mi madre de él? Palidezco de pensarlo.
—¿Y bien? —insiste, y me aprieta la mano.
—Se llama Zayn. Es guapísimo. Es rico… demasiado rico. Es muy complicado y temperamental.
Sí, me siento tremendamente orgulloso de mi definición escueta y precisa. Me vuelvo de lado para mirarla, justo cuando ella hace lo mismo. Me mira con sus ojos de un azul transparente.
—Centrémonos en lo de complicado y temperamental.
Oh, no…
—Sus cambios de humor me confunden, mamá. Tuvo una infancia difícil y es muy cerrado, es muy difícil entenderle.
—¿Te gusta?
—Más que eso.
—¿En serio? —me dice, mirándome boquiabierta.
—Sí, mamá.
—En realidad, cielo, la mayoría de los hombres no son complicados. Son criaturas muy simples y cuadriculadas. Por lo general dicen lo que quieren decir. Tratas de analizar lo que han dicho, cuando lo cierto es que resulta obvio. Yo, en tu lugar, me lo tomaría al pie de la letra. Igual te ayuda.
La miro alucinado. Parece un buen consejo. Tomarme a Zayn al pie de la letra. Enseguida me vienen a la cabeza algunas de las cosas que me ha dicho.
«No quiero perderte…»
«Me tienes embrujado…»
«Me tienes completamente hechizado…»
«Yo también te voy a echar de menos, más de lo que te imaginas…»
Miro a mi madre. Ella se ha casado cuatro veces. A lo mejor sí sabe algo de los hombres, después de todo.
—Casi todos los hombres son volubles, cariño, algunos más que otros. Mira a tu padre, por ejemplo…
Se le ablanda y entristece la mirada siempre que piensa en mi padre. En mi verdadero padre, ese hombre mítico al que no llegué a conocer y al que nos arrebataron de forma tan cruel, siendo marine, en unas maniobras de combate. En parte, creo que mamá ha estado buscando a alguien como él todo este tiempo; puede que ya haya encontrado en Bob lo que buscaba. Lástima que no lo encontrara en Mark.
—Yo solía pensar que tu padre era voluble, pero ahora, cuando vuelvo la vista atrás, pienso que solamente estaba demasiado agobiado con su trabajo e intentando ganarse la vida para mantenernos. —Suspira—. Era tan joven… los dos lo éramos. Igual ese fue el problema.
Mmm… Zayn no es precisamente viejo. Sonrío cariñoso a mi madre. Se pone muy sentimental cuando habla de mi padre, pero estoy seguro de que los cambios de humor del marine no tenían nada que ver con los de Zayn.
—Bob quiere llevarnos a cenar esta noche. A su club de golf.
—¡No me digas! ¿Bob ha empezado a jugar al golf? —pregunto en tono burlón e incrédulo.
—Dímelo a mí —gruñe mi madre, poniendo los ojos en blanco.
Tras un almuerzo ligero de vuelta en casa, empiezo a deshacer la mochila. Me voy a obsequiar con una siesta. Mamá se ha ido a moldear velas o lo que sea que haga con ellas, y Bob está en el trabajo, así que tengo un rato para recuperar horas de sueño. Abro el Mac y lo enciendo. Son las dos de la tarde en Georgia, las once de la mañana en Seattle. Me pregunto si Zayn me habrá contestado. Nervioso, abro el correo.
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De: Zayn Malik
Fecha: 31 de mayo de 2013 07:30
Para: Liam Payne
Asunto: ¡Por fin!
Liam:
Me fastidia que, en cuanto pones distancia entre nosotros, te comuniques abierta y sinceramente conmigo. ¿Por qué no lo haces cuando estamos juntos?
Sí, soy rico. Acostúmbrate. ¿Por qué no voy a gastar dinero en ti? Le hemos dicho a tu padre que soy tu novio. ¿No es eso lo que hacen los novios? Como amo tuyo, espero que aceptes lo que me gaste en ti sin rechistar. Por cierto, díselo también a tu madre.
No sé cómo responder a lo que me dices de que te sientes como una puta. Ya sé que no me lo has dicho con esas palabras, pero es lo mismo. Ignoro qué puedo decir o hacer para que dejes de sentirte así. Me gustaría que tuvieras lo mejor en todo. Trabajo muchísimo, y me gusta gastarme el dinero en lo que me apetezca. Podría comprarte la ilusión de tu vida, Liam, y quiero hacerlo. Llámalo redistribución de la riqueza, si lo prefieres. O simplemente ten presente que jamás pensaría en ti de la forma que dices y me fastidia que te veas así. Para ser un joven tan guapo, ingenioso e inteligente, tienes verdaderos problemas de autoestima y me estoy pensando muy seriamente concertarte una cita con el doctor Atkin.
Siento haberte asustado. La idea de haberte inspirado miedo me resulta horrenda. ¿De verdad crees que te dejaría viajar como una presa? Te he ofrecido mi jet privado, por el amor de Dios. Sí, era una broma, y muy mala, por lo visto. No obstante, la verdad es que imaginarte atado y amordazado me pone (esto no es broma: es cierto). Puedo prescindir del cajón; los cajones no me atraen. Sé que no te agrada la idea de que te amordace; ya lo hemos hablado: cuando lo haga —si lo hago—, ya lo hablaremos. Lo que parece que no te queda claro es que, en una relación amo/sumiso, es el sumiso el que tiene todo el poder. Tú, en este caso. Te lo voy a repetir: eres tú el que tiene todo el poder. No yo. En la casita del embarcadero te negaste. Yo no puedo tocarte si tú te niegas; por eso debemos tener un contrato, para que decidas qué quieres hacer y qué no. Si probamos algo y no te gusta, podemos revisar el contrato. Depende de ti, no de mí. Y si no quieres que te ate, te amordace y te meta en un cajón, jamás sucederá.
Yo quiero compartir mi estilo de vida contigo. Nunca he deseado nada tanto. Francamente, me admira que un joven tan inocente como tú esté dispuesto a probar. Eso me dice más de ti de lo que te puedas imaginar. No acabas de entender, pese a que te lo he dicho en innumerables ocasiones, que tú también me tienes hechizado. No quiero perderte. Me angustia que hayas cogido un avión y vayas a estar a casi cinco mil kilómetros de mí varios días porque no puedes pensar con claridad cuando me tienes cerca. A mí me pasa lo mismo, Liam. Pierdo la razón cuando estamos juntos; así de intenso es lo que siento por ti.
Entiendo tu inquietud. He intentado mantenerme alejado de ti; sabía que no tenías experiencia —aunque jamás te habría perseguido de haber sabido lo inocente que eras—, y aun así me desarmas por completo como nadie lo ha hecho antes. Tu correo, por ejemplo: lo he leído y releído un montón de veces, intentando comprender tu punto de vista. Tres meses me parece una cantidad arbitraria de tiempo. ¿Qué te parece seis meses, un año? ¿Cuánto tiempo quieres? ¿Cuánto necesitas para sentirte cómodo? Dime.
Comprendo que esto es un acto de fe inmenso para ti. Debo ganarme tu confianza, pero, por la misma razón, tú debes comunicarte conmigo si no lo hago. Pareces fuerte e independiente, pero luego leo lo que has escrito y veo otro lado tuyo. Debemos orientarnos el uno al otro, Louis, y solo tú puedes darme pistas. Tienes que ser sincero conmigo y los dos debemos encontrar un modo de que nuestro acuerdo funcione.
Te preocupa no ser dócil. Bueno, quizá sea cierto. Dicho esto, debo reconocer que solo adoptas la conducta propia de un sumiso en el cuarto de juegos. Parece que ese es el único sitio en el que me dejas ejercer verdadero control sobre ti y el único en el que haces lo que te digo. «Ejemplar» es el calificativo que se me ocurre. Y yo jamás te llenaría de moratones. Me va más el rosa. Fuera del cuarto de juegos, me gusta que me desafíes. Es una experiencia nueva y refrescante, y no me gustaría que eso cambiara. Así que sí, dime a qué te refieres cuando me pides más. Me esforzaré por ser abierto y procuraré darte el espacio que necesitas y mantenerme alejado de ti mientras estés en Georgia. Espero con ilusión tu próximo correo.
Entretanto, diviértete. Pero no demasiado.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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Madre mía. Ha escrito una redacción como las del colegio, y casi todo lo que dice es bueno. Con el corazón en la boca, releo su epístola y me acurruco en la cama del cuarto de invitados prácticamente abrazado a mi Mac. ¿Que prorroguemos nuestro contrato a un año? ¡Que soy yo el que tiene el poder! Voy a tener que meditar sobre eso. Que me lo tome al pie de la letra, eso es lo que me ha dicho mamá. No quiere perderme. ¡Ya me lo ha dicho dos veces! También, que quiere que esto funcione. ¡Ay, Zayn, y yo! ¡Que va a procurar mantenerse alejado! ¿Significa eso que a lo mejor no lo consigue? De pronto, deseo que así sea. Quiero verlo. No llevamos separados ni veinticuatro horas, y al pensar que voy a estar cuatro días sin él me doy cuenta de lo mucho que lo echo de menos. De lo mucho que lo quiero.
Invitado
Invitado
Re: Cincuenta sombras de Malik (Ziam)
Capitulo 29.
—Li, cielo —me dice una voz suave y cálida, llena de amor y de dulces recuerdos de tiempos pasados.
Una mano suave me acaricia la cara. Mi madre me despierta y yo estoy abrazado al portátil, cogido a él como una lapa.
—Liam, cariño —sigue con su voz suave y cantarina mientras resurjo del sueño, parpadeando a la pálida luz rosada del atardecer.
—Hola, mamá.
Me desperezo y sonrío.
—Nos vamos a cenar en media hora. ¿Aún quieres venir? —pregunta amable.
—Sí, claro, desde luego.
Me esfuerzo en vano por contener un bostezo.
—Vaya, un artilugio impresionante —dice, señalando el portátil.
Mierda.
—Ah, ¿esto? —digo haciéndome un poco el tonto.
¿Se lo olerá mamá? Parece que se ha vuelto más perspicaz desde que tengo «novio».
—Me lo ha prestado Zayn. Pensé que podría pilotar una nave espacial con él, pero solo lo uso para enviar correos y navegar por Internet.
En serio, no es nada. Mirándome con recelo, se sienta en la cama y me coloca un mechón de flequillo suelto hacia la derecha.
—¿Te ha escrito?
Mierda, mierda.
—Sí.
Esta vez no sé hacerme el tonto, y me sonrojo.
—A lo mejor te echa de menos, ¿no?
—Eso espero, mamá.
—¿Qué te dice?
Mierda, mierda, mierda. Busco desesperadamente algo de ese correo que pueda contarle a mi madre. No creo que le apetezca oír hablar de amos, ni de bondage y mordazas, claro que el acuerdo de confidencialidad tampoco me permite contárselo.
—Me ha dicho que me divierta, pero no demasiado.
—Parece razonable. Te dejo para que te arregles, cielo. —Se inclina y me besa en la frente—. Me alegro mucho de que hayas venido, Li. Me encanta tenerte aquí.
Y, después de tan afectuosa declaración, se va.
Uf, Zayn y razonable… dos conceptos que siempre había creído incompatibles; aunque, después del último correo, igual todo es posible. Meneo la cabeza. Necesito tiempo para digerir sus palabras. Hasta después de la cena… tal vez entonces le pueda responder. Salgo de la cama, me quito rápidamente la camiseta y los pantalones cortos y me dirijo a la ducha.
Me he traído el traje gris que llevé en la graduación. Es la única prenda de vestir que metí en la mochila. Lo bueno de la humedad es que las arrugas han desaparecido, así que creo que me lo pondré para ir al club de golf. Mientras me visto, abro el portátil. No hay nada nuevo de Zayn y siento una punzada de desilusión. Muy rápido, le escribo un correo.
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De: Liam Payne
Fecha: 31 de mayo de 2013 19:08 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: ¿Elocuente?
Señor, eres un escritor elocuente. Tengo que ir a cenar al club de golf de Bob y, para que lo sepas, estoy poniendo los ojos en blanco solo de pensarlo. Pero, de momento, tú y tu mano suelta estáis muy lejos de mí. Me ha encantado tu correo. Te contesto en cuanto pueda. Ya te echo de menos.
Disfruta de tu tarde.
Tu Liam.
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De: Zayn Malik
Fecha: 31 de mayo de 2013 16:10
Para: Liam Payne
Asunto: Su trasero
Querido señor Payne:
Me tiene distraído el asunto de este correo. Huelga decir que, de momento, está a salvo.
Disfrute de la cena. Yo también le echo de menos, sobre todo su trasero y esa lengua viperina suya.
Mi tarde será aburrida y solo me la alegrará pensar en usted y en sus ojos en blanco. Creo que fue usted quien juiciosamente me hizo ver que también yo tengo esa horrenda costumbre.
Zayn Malik
Presidente que acostumbra a poner los ojos en blanco, de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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De: Liam Payne
Fecha: 31 de mayo de 2013 19:14 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: Ojos en blanco
Querido señor Styles:
Deja de mandarme correos. Intento arreglarme para la cena. Me distraes mucho, hasta cuando estás en la otra punta del país. Y sí, ¿quién te da unos azotes a ti cuando eres tú el que pone los ojos en blanco?
Tu Liam.
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Le doy a la tecla de envío e inmediatamente me viene a la cabeza la imagen de esa bruja malvada de la señora Robinson. No quiero ni imaginarlo. A Zayn golpeado por alguien de la edad de mi madre; qué barbaridad. Una vez más me pregunto cuánto daño le habrá hecho esa mujer. Aprieto los labios de rabia. Necesito un muñeco al que clavarle alfileres; igual así logro descargar parte de la ira que siento por esa desconocida.
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De: Zayn Malik
Fecha: 31 de mayo de 2013 16:18
Para: Liam Payne
Asunto: Su trasero
Querido señor Payne:
Me gusta más mi asunto que el tuyo, en muchos sentidos. Por suerte, soy el dueño de mi propio destino y nadie me castiga.
Salvo mi madre, de vez en cuando, y el doctor Atkin, claro. Y tú.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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De: Liam Payne
Fecha: 31 de mayo de 2013 19:22 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: ¿Castigarte yo?
Querido señor:
¿Cuándo he tenido yo valor de castigarle, señor Malik? Me parece que me confunde con otro, lo cual resulta preocupante.
En serio, tengo que arreglarme.
Tu Liam.
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De: Zayn Malik
Fecha: 31 de mayo de 2013 16:25
Para: Liam Payne
Asunto: Tu trasero
Querido señor Payne:
Lo hace constantemente por escrito. ¿Me deja que le suba los pantalones?
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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Por alguna extraña razón, sus palabras saltan de la pantalla y me hacen jadear. Oh… está juguetón.
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De: Liam Payne
Fecha: 31 de mayo de 2013 19:28 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: Para mayores de 18 años
Preferiría que me los bajaras.
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De: Zayn Malik
Fecha: 31 de mayo de 2013 16:31
Para: Liam Payne
Asunto: Cuidado con lo que deseas…
YO TAMBIÉN.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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De: Liam Payne
Fecha: 31 de mayo de 2013 19:33 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: Jadeando
Muy despacio…
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De: Zayn Malik
Fecha: 31 de mayo de 2013 16:35
Para: Liam Payne
Asunto: Gruñendo
Ojalá estuviera allí.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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De: Liam Payne
Fecha: 31 de mayo de 2013 19:37 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: Gimiendo
OJALÁ.
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—¡Liam!
Mi madre me llama y doy un respingo. Mierda. ¿Por qué me siento tan culpable?
—Ya voy, mamá.
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De: Liam payne
Fecha: 31 de mayo de 2013 19:39 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: Gimiendo
Tengo que irme.
Hasta luego, nene.
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Salgo corriendo al pasillo, donde me esperan Bob y mi madre. Esta frunce el ceño.
—Cariño… ¿te encuentras bien? Te veo un poco acalorado.
—Estoy bien, mamá.
Todo lo bien que se puede estar mientras escondes una erección en unos pantalones grises de un traje.
—Estás precioso, cariño.
—Ah, este traje me lo escogió Harry. ¿Te gusta?
Frunce el ceño aún más.
—¿Por qué te lo ha escogido el?
Oh… no.
—Pues porque a el le gusta hacer de estilista —improviso.
Me escudriña mientras Bob rezuma impaciencia con su mirada de perrillo faldero hambriento.
—Mañana iremos de compras, hace mucho que no voy —dice.
—Ay, mamá, no hace falta. Tengo mucha ropa.
—¿Es que no puedo hacer algo por mi hijo? Venga, que Bob está muerto de hambre.
—Cierto —gimotea Bob, frotándose el estómago y poniendo carita de pena.
Río como un bobo cuando él pone los ojos en blanco, y luego salimos por la puerta.
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Más tarde, mientras estoy en la ducha refrescándome bajo el agua tibia, pienso en lo mucho que ha cambiado mi madre. En la cena ha estado en su elemento: divertida y coqueta, rodeada de montones de amigos del club de golf. Bob se ha mostrado cariñoso y atento. Parece que se llevan bien. Me alegro mucho por mi madre. Significa que puedo dejar de preocuparme por ella y de cuestionar sus decisiones, y olvidar los días oscuros del marido número tres. Bob le va a durar. Además, ahora me da buenos consejos. ¿Cuándo ha empezado a suceder eso? Desde que conocí a Zayn. ¿Y eso por qué? Cuando termino, me seco rápidamente, ansioso por volver con Zayn. Hay un correo esperándome, enviado justo después de que me fuera a cenar, hace un par de horas.
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De: Zayn Malik
Fecha: 31 de mayo de 2013 16:41
Para: Liam Payne
Asunto: Plagio
Me has robado la frase.
Y me has dejado colgado.
Disfruta de la cena.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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De: Liam Payne
Fecha: 31 de mayo de 2013 22:18 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: Mira quién habla
Señor, si no recuerdo mal, la frase era de Louis.
¿Sigues colgado?
Liam.
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De: Zayn Malik
Fecha: 31 de mayo de 2013 19:22
Para: Liam Payne
Asunto: Pendiente
Señor Payne:
Ha vuelto. Se ha ido tan de repente… justo cuando la cosa empezaba a ponerse interesante.
Louis no es muy original. Le habrá robado esa frase a alguien.
¿Qué tal la cena?
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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De: Liam payne
Fecha: 31 de mayo de 2013 22:26 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: ¿Pendiente?
La cena me ha llenado; te gustará saber que he comido hasta hartarme.
¿Se estaba poniendo interesante? ¿En serio?
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De: Zayn Malik
Fecha: 31 de mayo de 2013 19:30
Para: Liam Payne
Asunto: Pendiente, sin duda
¿Te estás haciendo el tonto? Me parece que acababas de pedirme que te bajara los pantalones.
Y yo estaba deseando hacerlo. Me alegra saber que estás comiendo bien.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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De: Liam Payne
Fecha: 31 de mayo de 2013 22:36 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: Bueno, siempre nos queda el fin de semana
Pues claro que como… Solo la incertidumbre que siento cuando estoy contigo me quita el apetito.
Y yo jamás me haría el tonto, señor Malik.
Seguramente ya te habrás dado cuenta.
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De: Zayn Malik
Fecha: 31 de mayo de 2013 19:40
Para: Liam Payne
Asunto: Estoy impaciente
Lo tendré presente, señor Payne, y, por supuesto, utilizaré esa información en mi beneficio.
Lamento saber que le quito el apetito. Pensaba que tenía un efecto más concupiscente en usted. Eso me ha pasado a mí también, y bien placentero que ha sido.
Espero impaciente la próxima ocasión.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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De: Liam Payne
Fecha: 31 de mayo de 2013 22:36 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: Flexibilidad léxica
¿Has estado echando mano otra vez al diccionario de sinónimos?
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De: Zayn Malik
Fecha: 31 de mayo de 2013 19:40
Para: Liam Payne
Asunto: Me ha pillado
Qué bien me conoce, señor Payne.
Voy a cenar con una vieja amistad, así que estaré conduciendo.
Hasta luego, nene©.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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¿Qué vieja amistad? No sabía que Zayn tuviera viejas amistades, salvo… ella. Miro ceñudo la pantalla. ¿Por qué tiene que seguir viéndola? Sufro un repentino y agudo ataque de celos. Quiero atizarle a algo, preferiblemente a la señora Robinson. Furioso, apago el portátil y me meto en la cama.
Debería contestar su largo correo de esta mañana, pero de pronto estoy demasiado enfadado. ¿Por qué no la ve como lo que es: una pederasta? Apago la luz, furibundo, y me quedo mirando a la oscuridad. ¿Cómo se atrevió esa mujer? ¿Cómo osó aprovecharse de un adolescente vulnerable? ¿Seguirá haciéndolo? ¿Por qué lo dejaron? Se me pasan por la cabeza varios escenarios posibles: si fue él quien se hartó de ella, entonces ¿por qué continúan siendo amigos?; o bien fue ella la que se hartó. ¿Estará casada? ¿Divorciada? Dios. ¿Tendrá hijos? ¿Tendrá algún hijo de Zayn? Mi subconsciente asoma su feo rostro, me sonríe lascivo, y yo me quedo pasmado y asqueado solo de pensarlo. ¿Sabrá de ella el doctor Atkin?
Me obligo a salir de la cama y vuelvo a encender el cacharro infernal. Tengo una misión que cumplir. Tamborileo los dedos impaciente mientras espero a que aparezca la pantalla azul. Entro en la sección de imágenes de Google y tecleo «Zayn Malik» en el recuadro de búsqueda. La pantalla se llena de pronto de imágenes de Zayn: con corbata negra, trajeado, Dios… las fotos que tomó Niall en el Heathman, con su camisa blanca y sus pantalones de franela. ¿Cómo han llegado esas imágenes a Internet? Vaya, está fenomenal.
Voy bajando deprisa: algunas con socios comerciales, y una foto tras otra del hombre más fotogénico que conozco íntimamente. ¿Íntimamente? ¿Conozco a Zayn íntimamente? Lo conozco sexualmente, y deduzco que aún me queda mucho por descubrir en ese aspecto. Sé que es voluble, difícil, divertido, frío, cariñoso… el pobre es un amasijo ambulante de contradicciones. Paso a la siguiente página y recuerdo que Harry mencionó que no había podido encontrar ninguna foto suya con acompañante, de ahí que planteara la pregunta de si era gay. Entonces, en la tercera página, veo una foto mía, con él, en mi graduación. Su única foto con un acompañante, y soy yo.
¡Madre mía! ¡Estoy en Google! Nos miro. Parezco sorprendido por la cámara, nervioso, descolocado. Eso fue justo antes de que accediera a probar. Zayn, en cambio, está guapísimo, sereno, y lleva esa corbata… Lo contemplo, ese rostro hermoso, un rostro hermoso que podría estar mirando ahora mismo a la maldita señora Robinson. Guardo la foto en mi carpeta de descargas y sigo repasando las dieciocho páginas… nada. No voy a encontrar a la señora Robinson en Google. Pero necesito saber si está con ella.
Le escribo un correo rápido a Zayn.
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De: Liam Payne
Fecha: 31 de mayo de 2013 23:58 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: Compañeros de cena apropiados
Espero que esa amistad tuya y tú hayáis pasado una velada agradable.
Liam.
P.D.: ¿Era la señora Robinson?
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Le doy a la tecla de envío y vuelvo a la cama desanimado, decidido a preguntarle a Zayn por su relación con esa mujer. Por un lado, estoy desesperado por saber más; por otro, quiero olvidar que me lo ha contado. Me tumbo y, por fin, termino sumiéndome en un sueño inquieto, deseando que estuviéramos en la misma ciudad, no a casi cinco mil kilómetros de distancia.
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Después de una mañana de compras y otra tarde de playa, mi madre ha decidido que deberíamos salir de copas esta noche. Así que dejamos a Bob delante del televisor, y al rato ya estamos en el lujoso bar del hotel más exclusivo de Savannah. Yo voy por el segundo Cosmopolitan; mi madre, por el tercero. Continúa desvelándome su percepción del frágil ego masculino. Resulta desconcertante.
—Verás, Liam, los hombres os va más la acción.
—Mamá, ¿por qué me cuentas todo eso? —pregunto sin poder ocultar mi exasperación.
Lleva así todo el día.
—Cariño, te veo tan perdido. Nunca has traído a un chico a casa. Ni siquiera tuviste novio cuando vivíamos en Las Vegas. Pensé que habría algo con ese chico que conociste en la universidad, Niall.
—Mamá, Niall no es más que un amigo.
—Ya lo sé, cielo, pero pasa algo, y tengo la impresión de que no me lo estás contando todo.
Me mira, con el rostro fruncido de preocupación maternal.
—Necesitaba distanciarme un poco de Zayn para aclararme, nada más. A veces me agobia un poco.
—¿Te agobia?
—Sí. Pero lo echo de menos.
Frunzo el ceño. No he sabido nada de Zayn en todo el día. Ni un correo, nada. Estoy tentado de llamarlo para ver si está bien. Mi mayor temor es que haya tenido un accidente; el segundo mayor temor es que la señora Robinson haya vuelto a clavarle sus garras. Sé que no es racional, pero, en lo que a ella respecta, parece que he perdido la perspectiva.
—Cariño, tengo que ir al lavabo.
La breve ausencia de mi madre me proporciona otra ocasión para echar un vistazo al iPhone. Llevo todo el día mirando a escondidas el correo. Por fin… ¡Zayn me ha contestado!
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De: Zayn Malik
Fecha: 1 de junio de 2013 21:40 EST
Para: Liam Payne
Asunto: Compañeros de cena
Sí, he cenado con la señora Robinson. No es más que una vieja amiga, Liam.
Estoy deseando volver a verte. Te echo de menos.
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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En efecto, estaba cenando con ella. Confirmados mis peores temores, noto que la adrenalina y la rabia se apoderan de mi cuerpo y se me eriza el vello. ¿Será posible? Estoy fuera dos días y ya se larga con esa zorra malvada.
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De: Liam Payne
Fecha: 1 de junio de 2013 21:42 EST
Para: Zayn Malik
Asunto: VIEJOS compañeros de cena
Esa no es solo una vieja amiga.
¿Ha encontrado ya otro adolescente al que hincarle el diente?
¿Te has hecho demasiado mayor para ella?
¿Por eso terminó vuestra relación?
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Pulso la tecla de envío justo cuando vuelve mi madre.
—Liam, qué pálido estás. ¿Qué ha pasado?
Niego con la cabeza.
—Nada. Vamos a tomarnos otra copa —mascullo malhumorado.
Frunce el ceño, pero alza la vista, llama a uno de los camareros y le señala nuestras copas. Él asiente con la cabeza. Entiende la seña universal de «otra ronda de lo mismo, por favor». Mientras ella hace esto, vuelvo a mirar rápidamente el iPhone.
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De: Zayn Malik
Fecha: 1 de junio de 2013 21:45 EST
Para: Liam Payne
Asunto: Cuidado…
No me apetece hablar de esto por e-mail.
¿Cuántos Cosmopolitan te vas a beber?
Zayn Malik
Presidente de Malik Enterprises Holdings, Inc.
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Dios mío, está aquí.
- Abreme♥:
- Hasta aquí el maratón. Todavía quedan varios capítulos para que se acabe la primera temporada bc los recorte para su gusto. Espero hayan disfrutado. Tratare de seguir mas seguido, se que soy una irresponsable but tengo muchos problemas de los cuales no hablare pero me impiden tener mucho tiempo para seguir mis novelas. So, disculpa de nuevo. xx
Invitado
Invitado
Re: Cincuenta sombras de Malik (Ziam)
ay la puta! esta ahi! ahhhhhhhhhh!!!! por dios que nervios! jajajaja ese VIEJA me sono a un: te conviene que no la hayas tocado por que si no te eeparto la jeta en 8 pedazos diferentes :power:
Invitado
Invitado
Re: Cincuenta sombras de Malik (Ziam)
Sdjñsgkñsgnñsfkñ, muero. ¡Zayn llegó! Ah.
Esperaré ansiosa el otro capítulo, síguela, por favor.
Esperaré ansiosa el otro capítulo, síguela, por favor.
Ziamlover
Re: Cincuenta sombras de Malik (Ziam)
no la dejes ahiii!!! Dioos no puede estar ahí Zayn o si jajajajajaja siguela porfavoor!!
Directioner122
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