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Mensaje por lilrediconiac Sáb 05 Oct 2013, 10:34 am

Capítulo 1


Por fin había llegado el día que tanto había deseado.
Mimmi, mi mejor amiga, me lo había confirmado. En unos días nos íbamos a Londres.
Siempre había querido escapar de aquí, viajar y conocer mundo, pero no había sido posible hasta hace unos meses, cuando nos habían ofrecido una beca para estudiar allí.
Londres era el lugar perfecto para vivir, había infinitos lugares para visitar y además siempre había querido subirme en uno de esos autobuses rojos típicos de allí. Sé que es algo simple, pero siempre lo había deseado. Además, la razón más importante de querer vivir allí era por mis ídolos.


La noticia me había pillado por sorpresa. Aunque ya habíamos rellenado todo el papeleo hace meses y era seguro, necesitaba que llegara la carta para poder creerme que era real.
Mimmi me había llamado para decirme que ya le había llegado la carta. Las dos estábamos emocionadas y no dejábamos de gritar.
—¡Nuestro sueño se va a hacer realidad! 
—Lo sé Mimmi, aún no me lo puedo creer.
—Cuando me veas abrazando a Hazza te lo creerás.
—Como si nos fueran a estar esperando en el aeropuerto.
—¿Quién sabe?
—Tienes razón. Hay un 1% de posibilidades de que los chicos estén esperándonos allí.
—¿Por qué tienes que arruinarme el momento romántico? Yo ya me imaginaba a Harry con una camisa más desabrochada de lo debido, enseñando sus tatuajes y su colgante a la vista y...
—Mimmi, ya sé que darías cualquier cosa por ver a Harry así —la interrumpí—. Y bueno si es lo que quieres oír, sí, puede que pase. Al fin y al cabo, nada es imposible.
—Eso mismo. Además tú también verías a Niall.
—Mimmi no me digas eso que no llego viva a Londres.
—Duendecilla, si yo llego a conocer a Harry le diría que nos presentara a todos los chicos.
-Gracias Mi, yo haría lo mismo. —Sabía que era la persona perfecta. Mimmi y yo nos habíamos conocido hace dos años, pero desde el primer momento fue como si nos conociéramos de toda la vida. Ambas éramos Directioners y nuestro sueño era vivir allí, así que cuando nos dijeron lo de la beca fue increíble, nos sentíamos realmente afortunadas. —Bueno te cuelgo, no creo que tarde mucho en llegar mi carta con la noticia.
—Llámame mañana y quedamos, ¿vale? Así hablamos sobre todo esto.
—Sí, te llamo mañana. Te quiero.
—Y yo a ti -se calló un momento, pero después continuó—. Me alegro muchísimo de haberte conocido, Irene.
—Yo también, ahora mismo no sé que haría sin ti.
—Ni yo. Seguramente si no nos hubiéramos conocido no estaríamos a punto de viajar a donde siempre hemos querido.
—Tienes razón — uve que contener las lágrimas antes de seguir hablando—. Soy muy feliz gracias a ti.
—Y yo gracias a ti pequeña. Nos vemos mañana, te quiero.
—Vale, adiós. —Colgué. Después me tiré en mi cama y oprimí mi cara contra la almohada. Estaba deseando que pasaran todos esos días y que por fin pudiera escapar.


Al final me había quedado dormida, cansada de tanto pensar en lo mismo.
Me levanté de mi cama y bajé a la cocina.
—Mamá, ¿ha llegado ya la carta?
—No me he fijado, he dejado todo el correo en la entrada porque tenía que salir.
—Vale, voy a mirar entonces.
Allí me encontré con varias revistas, cartas de recibos y un sobre bastante grande. "Seguro que es este" pensé. Pero rechacé la idea ya que iba dirigido a mi padre, sería del trabajo. ¿Por qué aún no había llegado la carta? Si hubiera algún problema tampoco le habría llegado a Mimmi. Intenté buscar una explicación razonable pero me cansé, así que cogí una bolsa de patatas fritas y subí a mi cuarto. Puse "They don't know about us" en mi iPod a todo volumen, me tumbé boca arriba en mi cama y me limité a escucharla. Estaba escuchando sus voces, las voces de mis ídolos. Un día quizá las escucharía en persona. Eso me sacó una sonrisa, como siempre.
Era bastante tarde pero ya no tenía sueño, así que cogí el libro que me estaba leyendo y lo continué. Al cabo de un rato dejé el libro y cogí el móvil. Mimmi me había escrito un mensaje: "¿Qué, ya ha llegado tu carta?" y le respondí: "No, aún no. Supongo que para mañana habrá llegado." 
Dejé el móvil en el escritorio y me metí en la cama.
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Mensaje por lilrediconiac Sáb 05 Oct 2013, 10:47 am

Capítulo 2

Me desperté tarde así que me lavé la cara y bajé rápido a desayunar. Mi madre había hecho tortitas con Nutella y estaban deliciosas. Me quedé viendo la tele para matar el rato hasta que escuché que sonaba el teléfono. Lo cogí.
—¿Sí?
—Hola, llamaba para informarle de que ha habido un problema con la solicitud que envió para estudiar en Londres. 
—¿Qué? -fue lo único que logré decir.
—Hubo un problema con todas las solicitudes pero pudimos recuperar la mayoría. La suya por desgracia no, le hemos enviado de nuevo los datos que tiene que rellenar.
—De acuerdo. ¿Sabe cuánto tardará en llegar más o menos?
—Un par de días como máximo.
—Pero si tengo que enviarlo de nuevo, ¿para la semana que viene estaría todo listo?
—No se lo puedo asegurar, pero es lo más probable.
—Vale, gracias.
Era la peor noticia que podían darme. Estas cosas sólo me pasaban a mí.
¿Por qué justamente esto? Era mi sueño y se suponía que nada iba a impedirme cumplirlo.
Si la solicitud no la confirmaban para la semana que viene, Mimmi tendría que ir sola a Londres y más tarde yo tendría que hacer lo mismo.
Volví a mi cuarto y la llamé.
—¿Irene?
—Mimmi, traigo malas noticias.
Le expliqué todo con pelos y señales. 
—¡Pero qué dices!
—Pues eso, que espero que todo esté listo para el lunes porque sino tendremos que separarnos e ir solas.
—Vaya mierda.
—Eso mismo pienso yo.
—Rellena los datos esos a toda leche y los envías rápidamente, así ahorramos tiempo.
—¿Y por qué no mejor voy yo allí y los entrego en persona?
—Oye, no es mala idea.
—Mejor que quedarme aquí esperando, seguro.
—Bueno, te veo esta tarde en la cafetería de siempre.
—Hecho.
—Hasta luego leprechaun.
—Adiós cupcake.

Me puse unos shorts de rayas azules y una camiseta de tirantes blanca y fui donde había quedado con Mimmi. Nos contamos todo lo que nos había pasado durante esos dos días en los que no nos habíamos visto. Como que un amigo mío tenía cachorritos y había podido coger a algunos, eran una monada. O que su madre le había comprado a Mimmi un vestido precioso de regalo, ya que estaríamos mucho tiempo sin ver a nuestras familias. Pasamos la tarde juntas tomando un helado y paseando por la ciudad. Antes de despedirnos prometimos contarnos cualquier novedad sobre el viaje.

Pasados unos días había recibido el sobre con los datos, como esperaba. Se lo conté a Mimmi nada más recibirlos y los rellené y envié ese mismo día. Después tocó esperar todos los días a que llegara la carta que tanto necesitaba leer. Llegó justo a tiempo, el domingo por la noche. Corrí escaleras arriba y llamé a Mimmi.
—¡Hey! Ha llegado Mimmi, tengo la carta.
—¿En serio? Joder, estaba muy preocupada. Ya pensaba que mañana tendría que coger el avión e irme sola dejándote a ti aquí.
—Sí, me acabo de quitar un peso de encima.
—¿Sabes que mañana tenemos que estar pronto en el aeropuerto, no?
—Sí, ¿por qué?
—Irene, ¡las maletas! —Era verdad. Con los nervios y la incertidumbre de si al final iba o no me habían aislado del mundo y sólo pensaba en eso. Se me había olvidado por completo que tenía que hacer todo el equipaje.
—Oh, mierda. Te dejo entonces, mañana me verás con unas ojeras que pareceré un mapache.
—Suerte duendecilla, te quiero.
—Gracias, yo a ti también.
Tiré el móvil en mi cama y abrí el armario. Empecé a sacar ropa y zapatos hasta que mi habitación parecía un centro comercial en plenas rebajas. Fui a por mis maletas y metí todo lo necesario dentro, sin olvidar mi peluche. Sé que puede parecer infantil, pero así siento que alguien me protege todas las noches.
Acabé de guardarlo todo a las cuatro de la mañana, así que apagué la luz y me dormí profundamente.
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Mensaje por lilrediconiac Sáb 05 Oct 2013, 10:48 am

Capítulo 3

Sonó el despertador y abrí los ojos con dificultad. Aún tenía sueño. Tenía poco más de una hora para estar en casa de Mimmi, así que me vestí y me hice dos trenzas, desayuné y cogí todas las maletas. Mi padre me esperaba con el maletero del coche abierto. Me despedí de mi madre y ella me puso en las manos una cajita pequeña.
—Es un regalo para que nos recuerdes, de parte de tu padre y yo. —Lo abrí. Era un collar precioso, con una cadena de plata y un colgante de un trébol verde.
—Oh mamá, muchas gracias, me encanta. —Hacía unos años que mi tobillera con un colgante del trébol se me había roto y ellos sabían cuánto me gustaba.
—De nada, disfruta mucho este viaje cariño.
—Lo haré. —Abracé a mi madre y fui fuera con todo el equipaje. 
—Papá gracias por el regalo. —dije mientras le pasaba una maleta.
—Ha sido idea de tu madre.
—Es precioso.
—Nos encantó a tu madre y a mí en cuanto lo vimos y sabíamos que a ti también te gustaría.
Terminamos de meter todo en el coche y mi padre fue a casa de Mimmi. Salió fuera cargada de maletas y bolsos y se despidió de sus padres. Una vez en el coche éstos nos despidieron con la mano. Nosotras hicimos lo mismo. 
Cuando llegamos al aeropuerto mis padre sacó nuestras cosas y nos acompañó hasta la entrada. Le abracé y nos despedimos. Después de que Mimmi y yo dejáramos las maletas para que las llevaran al avión y recogiéramos las tarjetas de embarque nos tocó esperar.
—Mimmi, estoy muy nerviosa.
—Yo también, estoy deseando pisar Londres.
—Y yo —La abracé—. Tengo tantas ganas de ver nuestra casa, las calles, la gente... y subirme en un autobús rojo.
—Cuando estemos allí como si quieres subirte todos los días.
-Contigo.
—Siempre. —Las dos sonreímos. Nos entendíamos tan bien que muchas veces nos bastaba mirarnos para entender en lo que estábamos pensando.

Quedaba una hora para que el avión aterrizara. Me había pasado la mayor parte del tiempo mirando por la ventanilla. Las nubes parecían algodón de azúcar y las montañas parecían granitos de chocolate amontonados. Vale, quizá también fuera porque tenía hambre, pero me encantaba observar esa imagen. 
Mimmi y yo habíamos estado escuchando música durante todo el viaje y en algún momento nos habíamos quedado dormidas.
Nos pusimos los cinturones ya que el avión se disponía a aterrizar. Sentí esa presión en el estómago. Odiaba esa sensación, siempre que estaba en sitios altos la sentía. Quién hubiera dicho que una chica con vértigo se subiría a un avión. Ni yo misma lo entendía, siempre había tenido vértigo, pero en un avión era distinto, me sentía segura.
Nos dirigimos a la salida y bajamos las escaleras, fuimos a por nuestro equipaje en el aeropuerto y cuando por fin salimos de allí empezamos a gritar.
—¡YA ESTAMOS EN LONDRES!
—¡SÍ, POR FIN PUEDO VERLO Y DARME CUENTA DE QUE TODO ESTO ES CIERTO!
Pedimos un taxi y nos llevó hasta el que sería nuestro hogar a partir de ese momento. Las dos estábamos entusiasmadas, no dejábamos de mirar por las ventanas toda la ciudad. Era enorme y había más gente de la que me podía imaginar. Salimos y nos quedamos atónitas. La casa era mucho más bonita vista en persona. Cogimos nuestro equipaje y le di el dinero al conductor. Abrí la puerta y vimos lo inmensa que era. Visitamos todas las habitaciones y dejamos las maletas en nuestras habitaciones, estábamos demasiado cansadas para sacarlo todo. Como ya era tarde salimos a cenar fuera. Mimmi se puso una falda que me encantaba y una camisa celeste. Yo me puse unos vaqueros y una camisa de color salmón. Entramos en un restaurante italiano y pedimos unas pizzas. Estaban mucho más buenas que las que comía habitualmente. Después recorrimos algunas calles viendo escaparates. La ropa de allí era increíble. Fuimos a un parque y paseamos cerca de allí, era un sitio agradable. Cuando ya estábamos completamente rendidas volvimos a casa y nos fuimos a dormir.
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Mensaje por lilrediconiac Sáb 05 Oct 2013, 10:49 am

Capítulo 4

Fui a la cocina, preparé café y unas tostadas y llamé a Mimmi. Empecé a comer y vi que no aparecía, así que terminé y le subí el desayuno a su habitación. Seguía dormida, así que sin hacer ruido coloqué la bandeja en su mesita de noche. Pensé en salir y comprar algo ya que no teníamos casi nada para comer. Me puse lo primero que vi y me fui. Encontré un supermercado no muy alejado de nuestra casa, así que lo compré todo ahí. 
Una vez fuera decidí visitar un poco más la ciudad. Estuve andando sin rumbo hasta que me encontré una tienda de ropa y entré. Me probé casi toda la tienda y al final me decidí por un vestido rosa pálido ceñido por la parte superior y una camiseta verde en la que ponía "Food is my best friend". Después de eso seguí caminando hasta que vi una tienda de música, llena de guitarras de todos los colores. Entré sólo por curiosear, ya tenía una guitarra acústica en casa, pero es que en mi ciudad sólo había un par de tiendas de música y en ninguna había tanta variedad. Vi una que me encantaba, de color azul eléctrico, pero el precio era demasiado caro, en realidad todo en esa tienda era más caro de lo normal. De repente oí que se abría la puerta del local, me giré para ver quién era. ¿Pero qué veían mis ojos? No, no podía estar viendo a Niall Horan a apenas unos metros de mí, era imposible.
—¿N-Niall? -conseguí pronunciar mientras le observaba atónita.
—El mismo. —dijo él. Pero no me dio tiempo a reaccionar porque me desperté.
—Mierda. —me dije. Ojalá todo eso hubiera sido real. Pero claro, ¿cómo me iba a pasar eso a mí?
Fui a la habitación de Mimmi y toqué su puerta. Después entré y vi que estaba tumbada en la cama con el móvil.
—¿Tienes hambre?
—Sí. Iba a bajar desayunar.
—Vale, yo también.
Sólo me tomé unas galletas ya que no tenía mucho apetito.
—Mimmi, adivina con quién he soñado.
—Con los chicos.
—Casi.
—Con Niall.
—Jo, ¿cómo lo puedes acertar tan rápido?
—Quizá porque te conozco muy bien. 
—Lo sé.
—Bueno, cuenta.
Le expliqué mi sueño a Mimmi y después ella dijo:
—Yo creo que has soñado con él porque le vas a conocer.
—No sé, no creo.
—Que sí, tú confía mí
—Si tú lo dices, entonces me lo creo.
—Esa es la Irene a la que quería ver.
—¿Salimos un rato? No quiero quedarme encerrada aquí más tiempo.
—Claro. Y podemos subirnos en el London Eye.
—Sí, aunque después me arrepentiré, tiene que ser increíble estar ahí arriba.
Primero visitamos una plaza enorme donde había muchos niños jugando.
—Mira Irene, ¡Kevin!
—¡Hala, es verdad! —Y nos pusimos a perseguir como tontas a las palomas, mientras nos reíamos.
—Irene, necesito ir al baño.
—Ahí hay una cafetería, ¿te acompaño?
—No hace falta, no tardo nada.
—Vale.
Me senté en un banco y mientras la esperaba cogí mi móvil y entré en twitter. Estaba leyendo algunos tweets cuando vi uno en el que ponía: "One Direction estará toda la semana en Londres." Corrí hacia la cafetería en la que Mimmi había entrado y vi que salía del servicio.
—¡Mimmi!
—¿Qué pasa?
—Mira esto. —Le enseñé el tweet.
—¿QUÉ?
—Tenemos que encontrarlos cueste lo que cueste.
—Sí. Además así podremos conocer más Londres.
Primero buscamos por una calle muy transitada donde había una pastelería. Me compré unos pastelitos y los compartí con Mimmi. Seguimos por una calle que llegaba hasta un parque precioso lleno de árboles altos y donde había gente sentada leyendo o escuchando música. También miramos por las calles principales, pero sin éxito.
—Puede que estén en un estudio de grabación o algo parecido.
—Sí, puede ser eso... —Sabía que no los íbamos a encontrar, pero nunca me daba por vencida—. Bueno, vamos a seguir un poco más, por si acaso.
—Vale.
Al final acabamos desorientadas. Estábamos en una calle pequeña donde había un karaoke.
—Oye, ¿por qué no entramos y cantamos algo? Estoy cansada de andar. —propuso Mimmi.
—Sí, es una buena idea. 
Puede que el karaoke fuera pequeño, pero el escenario, las mesas, los sofás... Todo parecía nuevo, como si acabaran de abrir el local. 
En realidad nunca antes había estado en uno, aunque siempre me había hecho ilusión.
Pedimos unas bebidas y miramos las canciones que había.
—Lo encontré. —dije señalando lo que buscaba.
—¿Una canción de los chicos?
—No sólo una canción de los chicos. Little Things, Mimmi, Little Things.
—Oh dios, vamos a cantarla. —En realidad me daba mucho corte cantar ante personas, aunque apenas hubiera gente ahí, pero era una canción de los chicos y eso me animaba a hacerlo. Subimos por unas pequeñas escaleras de cristal al escenario. La música empezó a sonar y me entró el pánico. "No me van a salir las palabras, no puedo hacerlo" me repetía.
—Irene tranquila, todo va a ir bien.
—Gracias. —Miré a un punto fijo donde no había nadie para tranquilizarme—. Your hand fits in mine like it's made just for me. But bear this in mind, it was meant to be. And I'm joining up the dots with the freckles on your cheeks and it all makes sense to me —Sonreí. Mimmi cantó la parte de Liam y después nos tocaba a las dos juntas. Cuando iba a sonar el solo de Niall me preparé porque era una parte muy especial para mí.
You'll never love yourself half as much as I love you. You'll never treat yourself right, darling, but I want you to. If I let you know I'm here for you, maybe you'll love yourself like I love you, oh. —Me sentía orgullosa de mis ídolos por todas esas sonrisas que me sacaban gracias a su música. Si no hubiera estado en ese lugar, donde cualquiera me podía ver, seguramente habría llorado. Dejé de mirar a esa esquina vacía y esta vez mire al frente, pero lo que vi me asombró tanto que pensé que otra vez estaba soñando.
—M-M-Mimmi. —No respondía así que la miré de reojo. Ella estaba igual que yo. Parada ahí mirando a las cinco personas que acababan de entrar por la puerta.
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Mensaje por lilrediconiac Sáb 05 Oct 2013, 10:50 am

Capítulo 5

Hacía años que lloraba por no poder conocerles, porque pensaba en que a una chica como yo no le pasaban esas cosas. Porque no podría darles las gracias por aparecer en mi vida y cambiarla para mejor, por sacarme una sonrisa cuando me sentía mal, por convertir esas lágrimas en felicidad. Porque no creí que algún día pudiera tenerles en mis abrazos, tan cerca de mí como siempre había querido. Porque ni siquiera pude imaginar que un día pudiera verles, aunque sólo fuera de lejos. Porque sabía que los sueños se cumplían, pero nunca quise aceptar que los míos fueran a hacerse realidad. Y ahora los tenía delante mía.
Empecé a llorar. Pero esta vez era diferente, estaba tan feliz que no pude contener las lágrimas. La gente del local se quedó asombrada, los chicos no tanto, supongo que estaban acostumbrados a que las fans lloraran cuando les veían. Mimmi no hablaba. Aunque claro, ¿qué podía decir después de ver a sus ídolos entrar en el karaoke justamente cuando estábamos nosotras allí? Y cantando una canción suya, por cierto. Y por si fuera poco su mejor amiga se ponía a llorar. ¿Qué iba a decir? Por suerte los chicos se acercaron y fueron los que por fin acabaron con el silencio que se había adueñado del lugar.
—¿Qué os pasa? ¿Os podemos ayudar? —dijo Liam.
Miré a Mimmi y le di la mano, me sentía segura con ella a mi lado. Respiré hondo y me tranquilicé.
—Creo que no podrías tener un corazón más grande, Liam — e limpié las lágrimas y sonreí—. Siento haber montado este espectáculo, pero es que en la vida podría haberme imaginado que de verdad pasaría esto. Quiero decir, tener a mis ídolos delante mía. —Esta vez ellos sonrieron.
—Pues aquí nos tienes. —dijo Louis.
—Sí, aunque no me lo creeré hasta que os haya abrazado a cada uno de vosotros.
—¿Y a qué esperas? —dijo Harry con esa gran sonrisa que tanto adoraba.
—Bueno, creo que no estaría mal que nos presentáramos. Yo llamo Irene y ella es Sara, pero llamadla Mimmi, ambas somos Directioners. —Tiré de Mimmi y bajamos el escenario hacia los chicos.
Zayn estaba delante mía así que solté la mano de Mimmi y le abracé tan fuerte como si fuera el último abrazo que iba a dar en mi vida. Cuando me separé de él vi cómo Mimmi abrazaba a los demás mientras no dejaba de sonreír.
—Zayn, te quiero muchísimo, no te lo puedes ni imaginar. —Se me escapó una lágrima.
—No llores. —me sonrío. Esa sonrisa que siempre había visto en fotos, mordiéndose la lengua, que me hacía sentir orgullosa de tenerle como ídolo.
—Vale. —Le abracé de nuevo. Él era tan importante para mí y ahora podía abrazarlo.

Los chicos habían estado todo el día grabando y les habían dejado tiempo libre. Por eso habían aprovechado para desconectar durante el tiempo que podían. Nos contaron que era un karaoke al que les gustaba ir. Nos ofrecieron sentarnos con ellos y pasar la noche juntos, a lo que aceptamos de inmediato. Bebimos algo y tomamos unos aperitivos mientras hablábamos.
—Yo quiero cantar una de Justin Bieber, ¿quién se apunta? —dije por un impulso. No sé si sería por todas las emociones que contenía o qué, pero en ese momento lo único que me importaba era estar con mis ídolos. Me daba igual lo demás, quería cantar, hacer el tonto y disfrutar del momento.
—¡Yo! —respondió Niall. Es verdad, estaba con el fan número uno de Justin, ni me había acordado. Sólo tenía ganas de cantar una de sus increíbles canciones. Subí con Niall al escenario y vi a Mimmi que me hacía un corazón con las manos. No pude evitar reírme.
—¿Qué te ocurre? -me preguntó.
—No es nada. -le dije con una sonrisa.
—¿Qué canción quieres cantar?
—"Be Alright" si no te importa.
—Vale. —la música empezó a sonar. Estaba nerviosa, pero esta vez no tenía que nada que ver con mi miedo escénico. Es que me acababa de dar cuenta de que tenía al chico de mis sueños muy cerca e iba a cantar con él. Parecía irreal, otro sueño más guardado en mi memoria que nunca se haría realidad. Pero no, esta vez no estaba soñando.
Across the ocean, across the sea, starting to forget the way you look at me now. Over the mountains, across the sky, need to see your face and need to look in your eyes. —Su voz era tan preciosa que se confundía con la de un ángel. Nunca antes le había escuchado en directo, lo más “directo” había sido escucharle a él y a los chicos por móvil gracias a una amiga que me había llamado desde el concierto.
“Me gustaría abrazarle y no soltarle nunca” dije para mí misma.
Cuando me tocaba cantar a mí empezaron a aparecer recuerdos en mi cabeza: Cuando me sentía mal y creía que no podía aguantar más me gustaba escuchar esa canción. Era como si de verdad hubiera alguien a mi lado diciéndome que todo iba a ir bien. Aunque en realidad estuviera sola en mi cuarto llenando la cama de lágrimas.
Cuando terminamos de cantar volvimos con los demás, que nos aplaudían.
—Habéis estado increíbles. —nos felicitó Mimmi.
—Gracias, pero el que realmente ha estado increíble ha sido Niall. —le dije. Miré a Niall y me pareció que se sonrojaba, aunque no lo comprendí, todas las fans le decían que era increíble y no le pasaba eso. Pensé que sería por otra cosa.
Me senté de nuevo junto a Mimmi, que estaba al lado de Harry. Ella les empezó a contar nuestra historia, cómo nos conocimos y nuestro sueño de viajar a Londres y conocerles. Los chicos escuchaban interesados y cuando Mimmi relataba alguna locura que habían hecho los chicos, alguna cosa que le había llamado la atención de sus vídeos o entrevistas, ellos la representaban, haciendo el tonto como siempre. Reímos y charlamos toda la noche, fue como hablar con unos antiguos amigos a los que hacía tiempo que no veíamos.
Cuando se hizo tarde los chicos nos propusieron que fuéramos a casa de Liam.
—¿Os apetece venir? —nos dijo él.
—Pues claro, no hace falta ni que lo preguntéis. —respondió Mimmi.
Estuvimos viendo películas de terror y aunque yo la mayoría del tiempo mantuve los ojos cerrados, de vez en cuando miraba a los demás: Mimmi se había sentado otra vez junto a Harry y él la abrazaba para que no tuviera miedo. Louis y Zayn estaban concentrados en la película. Niall a veces me miraba, aunque cuando se daba cuenta de que yo también, volvía a mirar la pantalla. Pensé en si había hecho algo que le hubiera molestado, aunque no tuve mucho tiempo para pensarlo porque de repente apareció una chica ahogada en sangre en el televisor. Me encogí cerrando los ojos muy fuerte y me agarré al brazo de Liam, que estaba a mi lado.
—No tengas miedo, estoy aquí contigo y no te va a pasar nada.
—Gracias.
Cuando acabó la primera película Zayn se tuvo que ir porque estaba muy cansado, así que le despedimos y seguimos. La segunda fue peor, estaba tan asustada que dije que tenía que ir al baño como excusa. Estuve allí metida un rato para hacer tiempo y de paso aclarar mis pensamientos. "¿Por qué Niall se comporta así?" "A lo mejor es algo normal" pensé. "No, seguro que he metido la pata y ahora está molesto conmigo". Me decidí por lo último. Ya llevaba bastante ahí dentro así que decidí volver. Salí y de pronto escuché unos pasos. Después de haber visto esa película me temía que me apareciera la niña ahogada o su madre, que había fallecido en circunstancias sospechosas y que se quería vengar del padre. Miré asustada a todas partes pero me armé de valor y avancé por el pasillo de vuelta al salón. Escuché otro ruido que procedía de la cocina, me giré y vi a alguien.
—¿Niall? —Él se giró y me miró sorprendido—. Uf, me habías asustado, pensé que eras... bueno nada.
—Lo siento, había venido a por patatas fritas, no quería asustarte.
—No pasa nada -Me sonrió—. ¿Patatas fritas a las cuatro de la mañana?
—Tengo hambre.
—Yo también quiero. —dije mirando la bolsa de patatas que acababa de abrir.
—Pues las compartimos.
—¿Vas a compartirlas conmigo?
—Sí, ¿por qué no?
—Porque te encantan las patatas.
—¿Crees que las patatas me importan? —me preguntó algo serio.
—Emm... ¿sí? —No tenía ni idea de qué quería decir con eso. Niall miró al suelo con aire triste. ¿Pero qué demonios le pasaba?
—Lo siento, tú no tienes la culpa... quiero decir que no debería hablarte así.
—No me importa mientras que vengas conmigo a ver la película y me des de tus patatas. —Soltó una pequeña risa.
—Vamos.
Esta vez Niall se colocó a mi lado para que los pudiéramos comer patatas. En varias ocasiones al meter la mano en la bolsa le había rozado la mano sin querer y me sentía rara. Me encantaba tenerle a mi lado, sentía algo en el estómago cuando estábamos tan cerca. Al final me había perdido bastante de la película, por lo que no quedaba tanto para que terminara. 
Acabamos la noche de cine casi a las cinco de la madrugada. Intercambiamos nuestros números de teléfono y Louis se ofreció para llevarnos a casa. Por el camino puso la radio del coche y una de las canciones que sonaron fue "Good Feeling", aunque era una canción antigua me encantaba, siempre me había gustado. Además me traía muchísimos recuerdos y entonces caí en la cuenta de que Louis había hecho un cover de esa canción antes de hacerse famoso.
—Lou, adoro tu cover de esta canción. —le dije. Al parecer Mimmi había pensado lo mismo porque me miró y dijo:
—Y yo. Cuántos recuerdos.
—Gracias, aunque no es gran cosa comparado con lo que hago ahora.
—Tommo tu voz era y es perfecta, da igual lo que cantes, siempre vas a tener esa maravillosa voz. —replicó Mimmi.
—Muchas gracias chicas, tengo a unas fans increíbles.
—Sí, pero nosotras tenemos al mejor ídolo.
—Deberías tenernos envidia, tenemos al perfecto Tomlinson como ídolo. —dije yo esta vez. Louis se rió. Seguimos hablando durante el trayecto y también cantamos.
—Bueno chicas quedamos otro día. Me alegro mucho de haberos conocido.
—Ya, pero nosotras más. —le dijo Mimmi. Nos despedimos de él y entramos en casa. Fuimos directas a la cama y nos quedamos dormidas nada más taparnos con la sábana.
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Mensaje por lilrediconiac Sáb 05 Oct 2013, 10:50 am

Capítulo 6



Me desperté medio dormida y fui a prepararme un café. Ya había dormido suficiente pero aún estaba cansada. Me senté en el sofá y advertí que había una nota en la mesa.
"Buenos días dormilona, Harry me ha invitado a su casa a comer y no le podía decir que no. Volveré antes de las seis. Siento mucho dejarte sola leprechaun, pero sé que me entiendes.
Te quiero xx"
Me alegré mucho por Mimmi, ella llevaba mucho tiempo esperando estar con Harry y obviamente la entendía, no pasaba nada por quedarme unas horas sola.
Leí un rato, me puse unos pantalones cortos y una camiseta de “Gorillaz” y salí.
Paseé cerca de nuestro barrio. Había una tienda de ropa donde me compré una camiseta negra en la que ponía “Perfect boys only exist in books”, una pastelería donde compré unos cupcakes para compartirlos con Mimmi y una heladería enorme. Había helados de todos los sabores, hasta los que no te podías ni imaginar. Elegí uno de fresa y frutos del bosque.
—¿Irene? —me giré y pude ver a Liam y a Zayn cargados de bolsas.
—¡Chicos! Qué casualidad encontraros aquí.
—Sí. Acabábamos de terminar de comprar algunas cosas y queríamos tomar un helado para relajarnos. —Más bien parecía que estaban renovando el armario por completo.
—Os invito.
—¿Qué? En todo caso tendríamos que invitarte a ti, tú eres la chica.
—Ya, pero yo ya he pagado el mío y quiero compraros un helado, así que no rechistéis, soy muy cabezota cuando quiero. —ambos se rieron.
—Vale, pero te debemos una. —dijo Liam.
De acuerdo.
Pidieron sus helados y nos fuimos. Estuvimos hablando mientras me enseñaban el centro de la ciudad. Todo era precioso, me alegraba tanto de estar allí y con ellos. Mientras contemplaba los lugares a los que íbamos también estaba metida en mis pensamientos. Necesitaba hablar con Mimmi ya que no habíamos tenido tiempo después de conocer a los chicos y saber si Niall estaba bien, por qué se comportaba de un modo diferente.
Todos esos pensamientos desaparecieron porque surgió otro en mi cabeza.
—Oye chicos, ya que me debéis un favor.
—Sí.
—Sé qué podéis hacer por mí.
—Suéltalo.
—Quiero subirme en un autobús rojo, como vosotros en "One Thing", de los que puedes subirte al piso de arriba y verlo todo. Aunque tiene que ser con Mimmi, le prometí que estaríamos juntas. -los chicos se miraron como si hubieran pensado lo mismo a la vez.
—Hecho.
—Pero Mimmi ahora mismo estará con Harry. Sólo queda media hora para que vuelva a casa, ¿por qué no la esperamos allí y vamos con los demás chicos también?
—Louis está con Eleanor, así que no puede, lo siento. —respondió Zayn.
¿Y Niall?
—Ni idea, se ha comportado muy raro estos días y se ha ido esta mañana sin decir nada. —Así que no eran imaginaciones mías. Niall estaba raro, lo que no sabía era por qué.
—Pues nosotros, Mimmi y Harry, ¿qué os parece?
Genial, vamos a tu casa entonces.
Llegamos un poco antes que Mimmi y Harry, les ofrecí algo de comer. Liam, Zayn y yo estábamos en el sofá del salón hablando, entonces Mimmi entró con Harry y nos callamos, así que no se dieron cuenta de que estábamos en la habitación de al lado y se escuchaba todo.
—Muchas gracias Harry, me lo he pasado genial.
—Gracias a ti, tenemos que repetir otro día.
—Sí, la próxima vez puede ser en mi casa.
Será un placer.
Empecé a malinterpretar la conversación en mi cabeza y no pude contener la risa. Al final estallé en carcajadas. No pude ver la cara de los tortolitos al advertir que había alguien escuchándoles, pero me la imaginé. Mimmi apareció segundos después en el salón sonrojada.
—¿Q-Qué hacéis aquí? —nos preguntó. Aunque la pregunta iba más bien dirigida a mí.
—Os estábamos esperando. —dijo Zayn intentando no reírse. Harry apareció entonces.
—¿Chicos? —les preguntó.
—A ver, os lo explico todo. Me he encontrado a Liam y a Zayn mientras paseaba por ahí, ellos me debían un favor por comprarles un helado y se me ha ocurrido que me acompañen a subirme en un autobús rojo. Pero Mimmi, te dije que lo íbamos a hacer juntas así que os hemos esperado aquí para ir todos juntos y… bueno hemos escuchado lo que decíais, lo siento. —aclaré.
—Ah bueno, qué normal todo. —me dijo Mimmi con una sonrisa.
—Lo sé cupcake, pero mi vida es de todo menos normal. ¡Ah! Hablando de cupcakes, he comprado unos en una pastelería para que los compartiéramos. ¿Queréis chicos?
Ellos asintieron. Nos los comimos de camino a la parada de autobuses. Tuvimos que esperar un poco, pero valió la pena.
—¡Ya está aquí, no me lo creo! –grité emocionada.
—Pero si tan sólo es un autobús. –rió Harry.
—Sí, pero lo llevo deseando desde hace años.
—Pues disfruta de tu gran momento.
Eso haré.
Subí la primera al autobús y corriendo busqué unas escaleras por donde subir al piso de arriba. No había nada. Me asomé por la puerta y vi a los demás hablando en voz baja.
—Chicos, ¿qué hacéis? —estos se volvieron y me miraron.
—Nada, nada. —dijo Harry intentado esconder el bulto.
—¿Qué es lo que no queréis que sepa?
—Si no queremos que lo sepas, ¿cómo vamos a decirte lo que es? —me dijo Mimmi soltando una pequeña risita.
Buen argumento.
Subieron todos y nos sentamos en la parte trasera, donde había más asientos. Yo era muy curiosa y necesitaba saber qué se tramaban esos cuatro.
—Chicos, no es por ofender ni nada pero este autobús no tiene dos pisos. —todos se empezaron a reír.
—Ya lo sabemos. ¿Es que no te habías fijado cuando ha llegado? —me dijo Liam aún riendo.
—Con la emoción, no me había dado cuenta. Pero explicadme qué pasa, por favor.
Espera y lo verás.
¿"Espera y lo verás"? Una cosa que yo no tenía era paciencia, así que lo llevaba bien. Estuve durante todo el camino mirando por la ventanilla, por si conseguía descubrir a dónde íbamos o algo que me permitiera averiguar lo que nadie me quería decir.
El autobús se detuvo y abrió sus puertas. Me levanté y bajé las escaleras de la salida con rapidez. Cuando ya estaba fuera vi cómo los demás también salían.
-Parece que aún no ha llegado. -dijo Harry refiriéndose a los demás, que sabían de que hablaba. No como yo, que no dejaba de preguntarme qué pasaba.
—Habrá que esperar. —le dijo Zayn.
Estábamos en un sitio enorme y abierto, parecido a un aparcamiento, donde no había nadie excepto nosotros. Nos sentamos en un bordillo a esperar algo. O quizá a alguien. No tenía ni idea.
Al cabo de un rato, cuando ya estaba cansada y aburrida de esperar me di cuenta de que los chicos se habían callado. Les miré y vi que estaban observando algo. Seguro que era lo que esperaban a que llegara, así que miré hacia esa dirección.
—¡Hola Lou! —gritó Mimmi.
—¿Pero qué hace Louis ahí? ¿No se suponía que estaba con Eleanor? —pregunté confundida.
—Lo siento —me dijo Liam—. Te hemos mentido.
—¿Qué? -pregunté más confundida aún.
—Pero por una buena causa —dijo esta vez Zayn—. Pronto lo verás.
—¿Eso quiere decir que sabéis dónde esta Niall?
—No, lo de Niall era verdad, pero tras llamarle varias veces al final ha contestado, así que llegará de un momento a otro.
¿Pero para qué es todo esto?
Ni les dio tiempo a contestar ni hizo falta, porque tenía la respuesta delante mía.
Un autobús rojo enorme con dos pisos se dirigía hacia nosotros. Pero no uno normal, era igualito que el del vídeo de "One Thing" donde grabaron los chicos.
—Aquí tienes lo que has pedido. -me dijo Liam indicándolo con un gesto. Les abracé a cada uno de ellos y no pude aguantar más. Les llené el hombro de lágrimas.
—Gracias, es el mejor regalo del mundo.
—Me alegro de que te guste.
—¡Sois los mejores ídolos! -grité tan fuerte como pude. No podía contener toda la emoción, no me lo esperaba. De repente vi que Niall se dirigía hacia donde estábamos nosotros.
—Por fin has llegado -le dijo Louis a Niall-. ¿Dónde te habías metido?
—Sólo he ido a dar un paseo esta mañana, nada más. -No se le veía muy alegre, más bien parecía triste.
—¿Estás bien? -le pregunté.
—Sí. —me respondió sonriendo por primera vez.
Una vez en el autobús, los chicos nos llevaron arriba. Era como vivir lo que ellos habían hecho hace años, era increíble y me traía muchos recuerdos. El conductor arrancó y los chicos nos ofrecieron asiento. Harry y Mimmi se sentaron atrás, a su lado Louis y Zayn y delante Niall. Liam se quedó conmigo, ya que yo prefería quedarme de pie para verlo todo mejor.
¿Cómo habéis hecho todo esto en tan poco tiempo y sin que me diera cuenta? —le pregunté.
Tenemos nuestros contactos. Luego sólo tuve que avisar a los chicos para que vinieran.
Creo que aquí falta algo.
¿El qué?
Este autobús es una parte de "One Thing" , pero no puede faltar la música. —Cogí mi móvil y cuando iba a poner la canción me apareció en la pantalla que no tenía batería. Liam estaba mirando también mi pantalla y de repente sonrío.
I've tried playing it cool, but when I'm looking at you I can never be brave, cause you make my heart race. —cantó Liam mientras se dirigía hacia los chicos para que le siguieran.
Shot me out of the sky. You're my kryptonite. You keep making me weak, yeah, frozen and can't breathe. Esa era la parte de Harry, que había cogido de la mano a Mimmi y se habían puesto de pie al igual que los demás hacían. 


Cantamos todos juntos mientras hacíamos payasadas recordando el vídeo, viendo Londres desde ahí arriba. Fue un día inolvidable.
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Mensaje por lilrediconiac Sáb 05 Oct 2013, 10:51 am

Capítulo 7

Me desperté porque alguien me llamó al móvil. ¿A quién se le ocurría llamarme tan temprano? Odiaba madrugar.
¿Si?
—¿Irene?
¿N-Niall? Soltó una risita. ¿Qué quieres?
¿Tienes planes?
¿Ahora mismo?
Sí.
Dormir.
Ah, es que quería hablar contigo. Si no te apetece...
¿Estarás de coña, no? Dime dónde y ahora nos vemos. Se rió de nuevo.
¿Te parece bien si voy a por ti?
Vale.
Hasta ahora.
Adiós.
Colgué y me quedé pensando si era real lo que acababa de pasar. ¿Niall me había pedido una cita? ¿Era una cita? Fuera lo que fuera me había llamado a mí, mientras que podía llamar a cualquiera había quedado conmigo.
Fui corriendo emocionada a la habitación de Mimmi y me tiré encima suya.
¡Mi, despierta!
¿Pero qué te pasa?
Niall va a venir a recogerme para quedar.
¡Qué!
Lo que oyes —Y entonces las dos gritamos y saltamos en su cama. Oye Mimmi, necesito contarte algo. Es que... ¿te acuerdas del día del karaoke? Ella asintió con la cabeza. Cuando abracé a Niall no quise soltarle, porque sabía que sería lo más cerca que estaría de él nunca. Pero ahora...
¡Ha quedado contigo! —Esbocé una gran sonrisa. ¡Y tienes que prepararte! Oh dios, no tenemos tiempo, ¡corre!
Fuimos a mi cuarto y elegimos lo que me iba a poner entre las dos. Un vestido de color vainilla con un estampado de pájaros y unas vans azules. Después me llevó al baño y me alisó el pelo. Me puse un poco de rimmel y cogí el colgante de trébol.
Qué bonito, ¿dónde lo has comprado?
Me lo dieron mis padres cuando nos fuimos.
Me encanta, pero a Niall le gustará más todavía -Miré hacia abajo y sonreí. Me sostuve el pelo mientras Mimmi me ponía el colgante y después me miré en el espejo. A Niall se le va a caer la baba cuando te vea.
Gracias. La abracé.
No las des mi leprechaun.
Te quiero mucho.
Y yo a ti -Sonó el timbre y nos separamos. Suerte con el irlandés.
Una vez la entrada respiré hondo y abrí la puerta. Él estaba mirando su móvil, hasta que lo dejó y me miró.
Hey, que guapa. Me gusta tu colgante. El corazón me latió muy rápido.
Gracias, tú también. Logré decir nerviosa. Aunque iba vestido con unos vaqueros y una sudadera, estaba guapísimo.
Gracias. ¿Nos vamos? Asentí.
Me llevó a un parque donde había un lago y un paseo que lo rodeaba. Estaba lleno de árboles altos y delgados y de flores por todas partes, era muy bonito. También había algunos bancos, aunque nosotros nos sentamos sobre la hierba, a la sombra de un conjunto de árboles.
Quería pedirte un favor.
Dime.
Lo primero es que no se lo cuentes a nadie.
Vale.
Hay una chica que desde hace unos días me insulta.
Creo que más de una hace eso.
Sí, pero esta aparece en todas partes. A veces cuando salgo con
 los chicos ahí está, pero nunca la ven. Es como si se escondiera cuando quiero avisarles.
¿Como en las películas cuando uno les dice a los demás que miren y cuando lo hacen ya ha desaparecido?
Exacto. Los chicos me dijeron que ya se cansaría, pero la última vez fue a peor. Volvía solo a casa y la vi, así que entré corriendo y avisé a los de seguridad, pero como siempre, ya se había ido.
¿Por eso estás raro últimamente?
Sí, aunque no sólo por eso, sino por lo que me dice...
¿Qué te ha dicho?
Lleva unos papeles en los que pone “Estás gordo” y me insulta diciendo que doy asco y que debería dejar de comer y morirme —dijo mientras miraba al suelo con aire apenado. En ese momento había sentido mucha rabia, pero me dio igual porque pude ver lo mal que se sentía Niall y la tristeza me invadió. Empecé a llorar. ¿P-Por qué lloras?
No le respondí, simplemente le abracé tan fuerte como pude y no le solté durante un rato.
Eres perfecto tal y como eres, ni se te ocurra cambiar, yo quiero al irlandés que ama la comida y las patatas de todas las formas que se pueden cocinar.
Gracias. Negué con la cabeza.
No hace falta que me las des, no te mereces nada de lo que te está pasando.
Pero a ti nadie te obliga a ayudarme y aún así lo haces. —Me quedé pensando en lo que quería decirle. "No me obliga nadie pero te amo y no puedo verte sufrir" "No hace falta que alguien me obligue a ayudar al chico que amo". Pero no le podía decir eso.
Es normal, eres mi ídolo y no quiero que te sientas así.  A quién quería engañar? Era mucho más que mi ídolo.
Bueno, lo que te quería pedir es... si podría quedarme en tu casa unos días para que no me pueda seguir y me deje de una vez Abrí los ojos como platos. Sólo si quieres.
No estaba así por lo que me había pedido, y mucho menos porque no quisiera. Reaccioné de ese modo porque eso significaba que podría tener a Niall a mi lado. 
Puede que sólo fueran unos días, pero para mí eso era una eternidad junto a él.
 Claro que sí, todo el tiempo que quieras.
¿En serio? Muchas gracias. —Me abrazó. Entonces empecé a sentir mariposas en el estómago. Quería que él lo supiera todo pero, ¿qué le iba a decir? ¿Que estaba enamorada de él? Millones de chicas también lo estaban y no por eso iba a salir con ellas. Además si se lo decía ahora y se quedaba en mi casa sería muy incómodo, porque él me diría que no siente lo mismo por mí y verle cada día después de eso... No, definitivamente no podía.
De nada Supuse que me había sonrojado, porque empecé a notar calor en mis mejillas. ¿Cuándo vendrás?
Si no te importa, ahora mismo.
De acuerdo.
Voy a recoger mis cosas, ¿vienes conmigo? -dijo mientras se levantaba y me ofrecía su mano.
Claro. le respondí mientras me ayudaba a levantarme. 
Me sacudí el vestido de hierba y caminé junto a Niall hasta su casa.
¿Dónde está el baño? le pregunté.
Al fondo del pasillo. contestó mientras se dirigía a su habitación.
Por suerte el baño estaba lejos para que Niall hubiera escuchado mi conversación con Mimmi.
¿Hablas en serio?
Más en serio que nunca.
Dios, si viene podréis conoceros más y quién sabe, tu rubio podría acabar enamorándose también de ti.
Eso nunca va a pasar.
Anda, no seas pesimista. Si Niall va a dormir contigo quién dice que no se puede enamorar de ti.
¡Q-Qué! Niall no dormirá conmigo.
Pero si sólo tenemos dos camas.
Mierda es verdad, no me había dado cuenta porque en lo único que pensaba era que iba a tener a Niall cerca. Supongo que dormirá en el sofá.
Si yo fuera él preferiría dormir en una cama contigo, pero bueno.
—Oye, me tienes que contar qué pasa entre tú y Harry.
—Ay no sé duendecilla, me ha invitado varias veces a su casa pero sólo en plan amigos.
—Pues voy a tener que hablar con Harry de ese "En plan amigos".
—Y yo con Niall para que me explique qué es eso de que en vez de pedirte salir te pide quedarse en nuestra casa.
—Es por lo de la chica, ya te lo he dicho.
—Entiendo lo de la chica, ¿pero por qué te lo pide a ti?
—Porque a mí me conoce desde hace muy poco tiempo y no creo que esa chica sepa eso. No conoce mi dirección ni sabe quién soy.
—Sigo pensando que hay algo más.
Mimmi, Niall ya habrá cogido sus cosas y si ve que tardo tanto en salir del baño va a parecer otra cosa. Mimmi se rió a carcajadas.
Vale,nos vemos luego.
Adiós.
Salí del baño rápidamente y fui a la entrada, pero no había nadie. Me aburría esperando así que salí a la terraza. Era muy amplia y tenía unas vistas increíbles.
De repente noté una mano en mi hombro y me giré bruscamente.
¿Ya has terminado?
Sí, podemos irnos.

Cuando llegamos le ayudé a meter su ropa en mi armario, ya que me era el único sitio donde podíamos meterla y además me sobraba espacio. Guardamos sus otras pertenencias y cuando acabó de instalarse se tumbó en el sofá y se quedó dormido al momento.
Mimmi no estaba, ese día había quedado otra vez— con Harry. Me sentía muy feliz por ella, se merecía lo mejor del mundo. Así que cogí una manta y se la puse a Niall, que seguía plácidamente dormido.
Realmente parecía un ángel. Su cabello rubio despeinado le hacía ser más atractivo aún.
Fui a preparar algo para cenar. Busqué una receta en internet y aunque cocinar no era mi especialidad, no tenía muy mal aspecto. Probé un poco y estaba demasiado salado, tuve que tirarlo. Después de eso llegó Mimmi y me preguntó que hacía.
He intentado hacer la cena, pero vamos a tener que pedir algo porque no me ha salido bien.
¿Tú cocinando? Pero si se te da fatal.
—Tampoco lo hago tan mal.
—Querías impresionar a Niall.
—¿Cómo lo sabes?
—Irene, está claro.
—¿Tan obvio era?
—Pues sí.
—Anda ven, vamos a vestirnos y mejor salimos a cenar.
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Mensaje por lilrediconiac Sáb 05 Oct 2013, 10:51 am

Capítulo 8

Narra Mimmi

Harry y yo quedábamos muy a menudo, me resultaba extraño porque no ocurría nada romántico, todo era como amigos, pero aún así sentía que había algo entre los dos.
También era extraño vivir con Niall, aún no me acostumbraba, pero me encantaba tener a mi ídolo cerca y que Irene pudiera estar con él más tiempo. Habían pasado un par de días desde que Niall se había trasladado a nuestra casa y desde mi última cita —si se le puede llamar así— con Harry. Tenía muchísimas ganas de verle. Me había llamado diciendo que quería enseñarme algo.
La primera vez que quedamos me invitó a comer en su casa. Estuvimos hablando y conociéndonos cada vez más. Me gustaba escuchar sus anécdotas de cuando empezaba a ser famoso, cuando todo era nuevo para él. Las otras veces habíamos salido a tomar algo e ido al parque o al cine.
Confiábamos el uno en el otro, como amigos de toda la vida, pero cuando le miraba a los ojos sentía algo especial, en realidad desde que vi la primera foto de él en internet lo había sentido. Pero ahora era distinto, vivía en Londres y nos veíamos. Era un sueño del que no quería despertar.
Me había puesto un vestido rosa pálido corto con un cinturón y unos tacones. Quería que Harry se fijara en mí, que ocurriera algo entre los dos, que fuera mucho más que un amigo.

Irene siempre había querido ir a Nando’s así que Niall se ofreció para ir con ella y acompañarla. Así que estaba sola en casa, cuando terminé de arreglarme miré mi móvil y vi que Harry me había enviado varios mensajes: “¿Estás lista ya?” “Voy a recogerte, ¿vale?” “Seguro que te gusta lo que hacemos hoy”.
¿Qué quería decir con eso último? No podía dejarme así. Me dirigía hacia el salón mientras apagaba el móvil y entonces sonó el timbre. Sería Harry, así que me arreglé el vestido y fui a abrirle.
—Hola, encantado. Soy Jake, ¿eres nueva aquí, verdad?
—Sí, yo soy Mimmi, encantada. Vivo con una amiga pero ahora mismo no está.
—Bueno, a partir de ahora seremos vecinos así que quería pasarme a saludar.
—Gracias, no hacía falta que te molestaras.
—¿No eres de por aquí, no?
—No, ¿se nota mucho?
—Sí, la verdad.
—Soy de España.
—¿De veras? Siempre he querido ir, un amigo estuvo y me contó que le encantó y que quería volver.
—Yo al contrario prefiero no volver, prefiero tierras inglesas.
—¿Tienes algo que hacer? Si quieres te puedo enseñar algunos sitios de aquí que seguro que no conoces.
—Lo siento, me encantaría pero he quedado con… un amigo.
—¿Amigo? ¿No querrás decir novio, no?
—N-No, para nada, ojalá fuera así.
—Ah bueno, te gusta.
—…Sí.
—No te preocupes, puedes confiar en mí. Bueno, si ya tienes planes mejor quedamos otro día, suerte con tu cita. –dijo mientras se marchaba y yo me quedaba con un “No es una cita” en la boca.
Cerré la puerta y me senté en el sofá a ver la tele, Harry no podría tardar mucho más. O eso pensaba.
Estuve una hora esperando y no aparecía. No respondía mis mensajes y no contestaba al móvil. ¿Y si le había pasado algo? No, lo mejor era no pensar en esas cosas.
Esperé media hora más por si acaso y al final llamé a Louis para ver si sabía algo. Nada, probé con Zayn y Liam pero tampoco sabían dónde estaba.
Empecé a preocuparme de verdad. “Seguro que le ha pasado algo” pensé. Mi cabeza se llenó de imágenes suyas, desde que era un adolescente persiguiendo sus sueños hasta ahora, que se había convertido en un hombre. Cayeron lágrimas sobre mis mejillas. No podía perderle, no podía dejar que se marchara. No.
Mi primer impulso fue abrir la puerta y salir corriendo. Empecé a mirar en todos lados, tenía que encontrarle. Pregunté a varias personas si le habían visto, pero no obtenía resultado. Al final me rendí y me senté en un banco de un parque. Era enorme, todo lleno de césped. Había un camino de tierra a la sombra de los árboles y palomas comiendo trozos de pan del suelo. Una anciana se los estaba tirando, tenía una bolsa llena de pan. Parecía una persona muy agradable, así que me acerqué a ella.
—Perdone, soy Mimmi, ¿le puedo hacer una pregunta?
—Claro cielo, dime.
—¿Sabe quién es Harry Styles?
—¿Qué si sé quién es? Mi nieta no deja de hablar de él y de los otros cuatro en todo el día. –me respondió mientras soltaba una carcajada. Sonreí.
—Me preguntaba si le había visto, le estoy buscando.
—Pues sí, hace una hora estaba mi nieta conmigo y al verle le pidió que le firmara el gorro. Se lo hice yo a mano y lo aprecia mucho, así que quería que el muchacho se lo firmara.
—¿Hace una hora? ¿Sabe a dónde iba?
—No sé a dónde, pero se marchó en aquella dirección. –me respondió señalando una gran avenida.
—Muchísimas gracias, ha sido un placer conocerla.
—No te preocupes, no ha sido nada.
Corrí por la avenida mirando en cada una de las calles pero no había ni rastro de Harry. La avenida daba a otras dos calles más grandes, pero preferí ir por una pequeña callejuela. Al final de esta había un paseo y la entrada a un teatro. Recorrí todo el paseo sin éxito. Me apoyé en un bordillo y suspiré. De pronto sonó mi móvil.
—¿Qué haces aquí? –Estaba a punto de cogerlo y mirar si era Harry pero al oír a alguien levanté la cabeza y miré quién era.
—¡Zayn!
—Todavía no sabes nada de Harry, ¿no? –cogí mi móvil y miré el mensaje. Era publicidad. Mierda.
—Nada en absoluto.
—Salí a dar una vuelta y así de paso podía ver si encontraba al rizos, pero tampoco he tenido suerte.
—¿Qué sitios suele frecuentar? –Zayn miró al suelo y se quedó pensando varios segundos.
—He mirado en los sitios a los que va normalmente, pero no estaba ni le habían visto. También hay algunas tiendas a las que no he ido, pero a estas horas ya estarán cerradas –miré hacia abajo decepcionada—. Pero ahora que lo pienso —le miré con los ojos muy abiertos—… Le gusta ir a una bolera, unos amigos suyos son aficionados y le enseñaron hace un tiempo. Va cuando tiene tiempo. A lo mejor está ahí, creía que estaría cerrado pero me he equivocado, mira. —dijo señalándome un gran letrero con luces brillantes que parpadeaban a lo lejos.
—¿Eso es?
—Sí, vamos.
Entramos en la bolera, que no era demasiado grande. No había mucha gente, unos cuantos grupos jugando y una pareja cambiándose de zapatos a punto de marcharse. Harry no estaba. Zayn fue a preguntarle a un chico que trabajaba allí si le había visto.
—Dice que estuvo aquí, pero que se ha marchado hace un rato.
—Mierda, no puede estar muy lejos, ¿no?
—No creo, vamos a mirar por calles cercanas a ver si hay resultado.
—Vale, espera un momento. —Intenté llamar a Harry de nuevo, pero seguía sin contestar.


—Creo que lo mejor sería que volvieras a casa, está oscureciendo. —dijo Zayn después de que miráramos por varias calles que rodeaban la bolera.
—Tienes razón.
—Te acompaño.
—No hace falta Zayn, no te preocupes.
—Pero no puedo dejarte sola, es tarde.
—Zayn, no pasa nada, de verdad.
—¿En serio?
—Sí, por favor.
—Ten cuidado, ¿vale?
—Claro, gracias. —Le abracé y nos despedimos.


Cada vez todo estaba más oscuro y aún quedaba un poco para llegar a casa. Había poca gente fuera, en cambio los restaurantes y pubs se veían llenos. Las luces de las farolas iluminaban la calle, una parpadeaba. Seguí todo recto y luego me metí por una calle más pequeña y oscura. No había nadie. Cuando salí a otra más iluminada noté una mano en mi espalda.
—Mimmi. —Me giré asustada y vi por fin su rostro.
—¡Harry! —Me lancé en sus brazos y le abracé tan fuerte como pude—. Oh dios, eres tonto, estaba muy preocupada y los chicos también. —Se le veía sorprendido. Estuvo un momento callado y después dijo cabizbajo:
—Lo siento.
—¿Por qué te has ido y no respondías al móvil? ¿Qué te ha pasado, no te encuentras bien?
—No es nada Mimmi, en serio.
—Si eso fuera verdad me lo contarías —Me miró fijamente con esos ojos verdes que tanto me gustaban. Me agarró la mano y echó a andar—. ¿A dónde me llevas?


—Ahora lo verás.
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Mensaje por lilrediconiac Sáb 05 Oct 2013, 10:52 am

Capítulo 9

Narra Irene

Niall tenía hambre y sugirió ir a Nando’s. Desde que supe de su existencia había querido ir, ¿pero con Niall? Eso sí que era un sueño.
Mimmi ya tenía planes con Harry así que no se apuntó.

Sólo íbamos a estar él y yo. ¿Podría llamarlo cita? Probablemente no, pero me conformaba con tenerlo a mi lado.

Desde que se había trasladado a nuestra casa teníamos mucha más confianza. Nos llevábamos muy bien, a pesar de habernos conocido esa semana era como si nos conociéramos de hace años. En parte porque él llevaba siendo mi ídolo mucho tiempo y ya conocía cosas sobre él. Pero no era nada comparado con todo lo que había descubierto durante el tiempo que habíamos pasado juntos.
Al principio estuve un poco cortada, pero Niall era más extrovertido y sacaba temas de conversación. Aunque después me abrí más, no me costaba hablarle, era como un mejor amigo. Aunque no por eso me olvidaba de mis sentimientos hacia él. A veces me perdía en su mirada o me quedaba mirándole cuando él no se daba cuenta.

Niall me contaba historias embarazosas que le habían pasado y yo hacía lo mismo. Era una forma que teníamos de mostrar confianza el uno por el otro y de conocernos mejor. La mayoría eran tonterías, pero nos reíamos de nosotros mismos y nos lo pasábamos bien.
Además nos quedábamos hasta muy tarde despiertos. Gastamos bromas telefónicas, pedimos pizza, vimos películas y jugamos a videojuegos.
Se me pasaba el tiempo volando, quería que eso durara para siempre, pero sabía de sobra que en algún momento se acabaría.

Cuando llegamos a Nando’s me quedé unos segundos mirando el letrero embobada. Sonreí y entré, seguida de Niall, quien había llamado para hacer una reserva. Nos sentamos en una mesa apartada, en la planta superior. Al lado nuestra había un gran ventanal por el que se veían grandes edificios a lo lejos. El restaurante estaba casi lleno. Una chica morena y alta vino a atendernos. Mientras pedíamos vinieron pensamientos negativos a mi cabeza. “Ella es más guapa que tú” “No mereces todo lo que te está pasando” “Niall no te quiere, asimílalo de una vez”. La camarera se fue y yo me quedé absorta en esos pensamientos.
—¿Qué te pasa? —me preguntó tras dar un chasquido.
—No es nada.
—¿Te sientes mal?
—No, de verdad. —No sonaba muy convencida, pero al parecer a Niall me creyó.

La comida estaba deliciosa, una de las mejores que había probado nunca. Dejé el plato vacío. Miré a Niall y vi que tenía la cara manchada.
—Tienes un poco de comida ahí —dije sonriendo. De repente tuve un impulso. Cogí mi servilleta y extendí el brazo. —¿Te importa si…? —Niall se quedó sorprendido y después negó con la cabeza. Froté la servilleta contra su mejilla de forma tan suave por miedo a molestarle que se rió.
—Me haces cosquillas. —Yo también me reí.
—Sólo pretendía ser amable, pero ya veo que ni valgo para eso.
—Bueno, no lo has hecho tan mal. Yo creo que sólo te falta un poco de práctica.
—Gracias. —dije con una sonrisa tímida.
—A ti.

A pesar de que protesté varias veces Niall acabó invitándome dándome como argumento que no podía dejar pagar a una señorita. Salimos fuera y una vez allí me dijo que le acompañara.
—¿Pero a dónde quieres ir?
—Es una sorpresa, tú solo di que sí, por favor. —me suplicó.
—Vale, iré contigo. —Niall sonrió como cuando a un niño pequeño le compran el juguete que quiere. Después hizo una especie de baile que me pareció muy gracioso. Yo me uní a él y estuvimos haciendo el tonto. Una señora mayor que paseaba un perro pasó cerca nuestra y nos miró con cara rara. Yo seguí como si nada, hasta que se fue. Entonces estallé en carcajadas, y no fui la única.
Fuimos de vuelta a casa porque a Niall se le había olvidado algo. Por el camino miraba escaparates, de repente vi uno donde todo me gustaba. Frené en seco y me quedé mirando la ropa como si fuera inalcanzable para mí. En realidad eso no se alejaba mucho de la realidad. Tenía dinero, pero no me sobraba.
—¿Te gusta algo? —me preguntó Niall.
—Más bien todo.
—Pues venga, entra.
—¿En serio no te importa?
—Para nada.
La tienda era bastante grande. Casi todo era vestidos y zapatos. Empecé a coger todo lo que me gustaba y acabé en el probador con media tienda en mis manos. Primero me probé un vestido blanco de encaje con volantes que llegaba sobre las rodillas y encima me puse una camisa vaquera abierta. Cogí unos tacones no muy altos, porque ya de por sí yo era alta. Salí del probador y me miré en un espejo. No me convencía mucho, así que me giré y le pregunté a Niall:
—¿Qué te parece? —Me miró de arriba abajo.
—Te queda muy bien. —¿Eso quería decir que le gustaba cómo me quedaba? Me miré de nuevo en el espejo y esta vez me vi totalmente distinta, me encantaba cómo me quedaba ese conjunto sólo por haber escuchado a Niall decir eso.
—Gracias. Voy a seguir probándome.
Me probé muchos más vestidos pero el que más me gustó fue el último. Hice lo mismo que con la comida, dejar lo mejor para el final.
Era un vestido corto y sin mangas. La parte de arriba era ceñida, blanca y tenía algunos dibujos brillantes. La parte de abajo era de color naranja pálido, con volantes. Separando las dos partes había una especie de cinta muy fina de color cobre y un lacito brillante en medio de ésta. Me lo probé, cogí unos tacones de un color parecido y salí del probador. Me miré en el espejo sorprendida. El vestido era más bonito aún puesto. Sonreí y me giré hacia Niall.
—¿Qué tal este? —Me miró muy sorprendido.
—Guau. —logró decir.
—¿Eso es que te gusta? —reí.
—Estás preciosa. —De repente noté que el corazón me latía más deprisa. Miré al suelo nerviosa, levanté la cabeza y le miré a los ojos.
—Muchas gracias —dije con una sonrisa tonta. Cogí la etiqueta y miré el precio—. Oh no, mierda.
—¿Qué pasa?
—Es demasiado caro. —Suspiré.
—No pasa nada.
—¿Qué?
—Tú ve y cámbiate. —obedecí sin entender nada, me puse mi ropa y me arreglé un poco el pelo. Cuando salí Niall no estaba en la tienda. Le vi fuera, en la puerta.
—Bueno, ya podemos irnos. —dije tras abrir la puerta. Niall se giró, llevaba una bolsa en las manos.
—¿Qué es eso?
—Un regalo. —dijo dándome la bolsa. Miré dentro y vi el vestido que me acababa de probar.
—Niall no puedo aceptarlo, no es justo que me invites a comer y ahora esto.
—Pero quiero hacerlo. Es un regalo, acéptalo y ya está.
—Pues te debo dos favores.
—Pero Irene, no hace falta, me dejas quedarme en tu casa y es lo menos que puedo hacer. El que te debe algo soy yo, no tú. —¿Eso quería decir que todo lo que estaba haciendo era porque me lo debía tras acceder a quedarse en mi casa? ¿Lo hacía por obligación?
—Sólo acepto el vestido si tú aceptas mis dos favores.
—Bueno, si así te quedas más tranquila…
—¡Gracias Niall! —le abracé. No le había abrazado desde que le vi por primera vez en el karaoke, a pesar de pasar tiempo juntos no había tenido ninguna excusa para hacerlo. Me habría gustado quedarme así más tiempo, pero le solté—. Gracias por todo esto.
—No me las des. —En ese momento estaba muy confundida, pero intenté no pensar mucho en el por qué Niall hacía todo eso por mí.

Cuando llegamos a casa fui a la cocina a por un vaso de agua. Mientras Niall fue a por lo que fuera que necesitara. Volvió a la cocina con una mochila de las que se había traído para traer su ropa.
—¿Qué llevas ahí? —pregunté interesada.
—Como te dije antes, es una sorpresa.
Después fuimos a por el coche de Niall. Estuvimos escuchando la radio y hablando para matar el tiempo. Mientras que le contaba a Niall que me daban miedo a las alturas empezó a sonar una canción de Michael Bublé.
—Me encanta está canción. —dijo.
—Me lo imaginaba. —Él empezó a cantarla y yo después hice lo mismo. Sólo me sabía algunas partes de la letra, pero Niall se la sabía de principio a fin. Tras un rato vi a lo lejos el mar, cada vez se veía más cerca, hasta que entramos en un pequeño pueblo. Recorrimos un camino estrecho con el coche y aparcamos a la sombra de unos árboles que cubrían la entrada de una casita. Salimos del coche, Niall cogió su mochila y abrió la puerta que daba a la entrada de la casa, una especie de jardín rodeado por una valla.
—¿Dónde estamos? —le pregunté.
—Esta era la casa de mi tío. Cuando era pequeño nos reuníamos a menudo toda la familia aquí. Luego mi tío se mudó a la ciudad y sólo viene cuando tiene vacaciones.
—Pues es preciosa. —dije mientras miraba las enredaderas que la cubrían.
—Y aún queda lo mejor. —me agarró la mano y me condujo hacia el fondo del jardín. Empecé a ponerme nerviosa pero me gustaba poder darle la mano, aunque solo fuera un momento. Había una puerta muy alta de metal con un candado. Niall sacó una llave del bolsillo y la abrió. No me esperaba en absoluto lo que había tras esa puerta.
Una playa enorme y vacía. Al fondo el mar que había visto un rato antes. Todo estaba rodeado de rocas, como aislado del pueblo.
—Esto es increíble.
—Se me ocurrió que podríamos quedar todos y pensé que este sería un buen lugar. Ahora llamaré a los chicos y a Mimmi para que vengan.
—Pero es una pena, no he traído bañador.
—Sí que has traído. —dijo mientras sacaba uno de mis bikinis de su mochila.
—¡Niall!
—¿Qué creías, que no lo tenía todo preparado?
—No sé, es que no me lo esperaba.
—¿Y te gusta?
—Me encanta.
Entramos en la casa. Tenía dos pisos. Arriba estaban las habitaciones así que subí a cambiarme mientras que Niall avisaba a los demás. Me estaba cambiando y de repente pensé en que si Niall había ido a buscar mi bikini tendría que haber mirado en mis cajones. ¿Habría visto mi ropa interior? Recé porque no fuera así y bajé al salón. Niall ya se había puesto su bañador.
—¿Lista? —me preguntó levantándose.
—¿No esperamos a los demás?
—La entrada al jardín y a la playa están abiertas, nosotros les esperaremos allí. ¿Es que no tienes ganas de bañarte?
—Sí, muchas —Me lanzó una toalla y fuimos a la playa. Una vez que atravesamos la puerta corrí y dejé atrás a Niall. Dejé la toalla en la arena y fui corriendo a tirarme dentro. El agua estaba limpia y serena. Además no estaba muy fría—. ¡Vamos Niall, a qué esperas!
—¡Ya voy! —dijo mientras corría y se zambullía en el agua. Me salpicó un poco y miré hacia otro lado. Después cuando volví a mirar ya no estaba. ¿Dónde se había metido? Miré hacia los lados y de repente noté unos brazos rodeando mi cuerpo por detrás. Me volví y le vi.
—Perdona si te he asustado. —No estaba asustada, pero mi cara daba a entender eso. Me había quedado paralizada. Además estaba muy nerviosa porque Niall me estaba abrazando por la espalda.
—No, tranquilo.
—Gracias por dejar que me quedara en vuestra casa, en serio.
—Niall ya te dije que no hacía falta que las dieras.
—Pero lo haces sin recibir nada a cambio, te las debo.
—Sí recibo algo a cambio. —Mierda. No sé para que abriría la boca.
—¿El qué?
—No sé, me siento bien haciéndolo. —Menos mal que se me había ocurrido algo creíble. En realidad me sentía bien haciendo buenas acciones, pero la verdadera razón por la que lo hacía era él.
Niall me soltó y yo me giré.
—Pasado mañana los chicos y yo tendremos que irnos para grabar parte del ábum.
—Ah —Ahora que le tenía a mi lado, la idea de tener que pasar tiempo sin él me destrozaba. Pero lo entendía, era su trabajo—. ¿Y cuánto tiempo estaréis fuera?
—Unas dos semanas.
—Bueno, entonces hoy tendremos que disfrutar todos un montón por todo el tiempo que estaremos sin vernos. —dije con una gran sonrisa.


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Mensaje por lilrediconiac Sáb 05 Oct 2013, 10:53 am

Capítulo 10

Louis llegó el primero, cuando Niall y yo estábamos por ver quién nadaba más rápido. Se le escuchó gritar “¡Allá voy!” desde el agua. Nosotros nos detuvimos y miramos hacia la puerta metálica. Louis venía corriendo en nuestra dirección mientras se desvestía e iba tirando la ropa al suelo. Cuando llegó a la orilla dio un salto y se sumergió.
—Ya veo que tenías ganas de bañarte. —dijo Niall cuando Louis subió a la superficie.
—Tío, tenemos una playa para nosotros solos, esto no pasa todos los días —En ese momento pensé en que debía ser como un paraíso para ellos, que siempre estaban rodeados de fans, prensa y trabajo—. Ah sí, que Mimmi estaba esperando a Harry porque habían quedado, me ha dicho que cuando llegue se lo dirá.
—Vale. Oye, ¿no tenéis hambre? —preguntó Niall.
—Pues sí, la verdad.
—Yo he traído unos dulces —dijo Louis—. Los demás no tardarán en llegar, ahora nos los comemos.
Preparamos además unos sándwiches y zumo. Bueno, yo me limitaba a mirar. Los que cocinaban eran ellos.
Liam y Zayn llegaron poco después y me ayudaron a colocar la mesa en el jardín. Hacía muy buen tiempo y había que aprovecharlo.
Estuvimos esperando a Mimmi y Harry pero no llegaban, así que intentamos llamarlos, pero no había cobertura.
—Esos dos seguro que se han puesto románticos y han decidido quedarse solos. —bromeó Louis mientras se acababa su sándwich.
—No sé, a lo mejor Harry ya había planeado algo y por eso no han podido venir. —sugerí yo.
—Por cierto, ¿os apetece que hagamos retos? —propuso Louis.
—¿Qué tipo de retos? —preguntó Liam.
—No sé, cualquiera.
Todos estuvimos de acuerdo en que era una buena idea para divertirnos un rato. Niall tuvo que ir gritándole a todo el que veía por la calle que era calvo y que llevaba peluca, en plan chiflado. A Liam le tocó pedirle una cita a una anciana, que por cierto era muy maja. A Zayn decirle a la primera chica que viera que por qué había roto con él, fingiendo que se conocían, que habían salido juntos y que aún seguía muy dolido. Yo tuve que decirle a un grupo de chicos que sabía que uno de ellos hablaba mal de mí a mis espaldas y que quería que confesase el que lo había hecho. A mí me costaba mucho hablar con desconocidos, sobre todo si eran chicos y más de mi edad. Pero al final lo hice. Quería devolvérsela a Louis y no sé cómo la suerte me sonrío y me tocó a mí proponer el reto para él.
—Bueno, tienes que hacer como si fuéramos pareja, vamos paseando de la mano…
—Qué fácil.
—Pero tú vas en calzoncillos.
—¿Y tú no?
—Yo no uso calzoncillos.
—Bueno ya, pero me refería…
—Mejor deja ese tema Louis. Y tienes que actuar normal, como si llevaras ropa.
—Está bien. Un reto es un reto. —Se quitó la camiseta, los zapatos y a continuación los pantalones.
—Esto no es bueno para mi salud —dije—. Tengo a mi ídolo casi desnudo delante de mí. Quién lo diría.
—Pues disfruta mientras puedas. —dijo él a la vez que me agarraba del brazo y me llevaba fuera del jardín por una calle donde no había mucha gente.
—Oye, eso no vale, aquí no hay ni nadie.
—Tú no has dicho nada de dónde tenía que hacerlo.
—Pues vaya mierda.
—¿Tanto quieres verme hacer el ridículo?
—Es que te lo debía, me cuesta mucho hablar con chicos y tú justamente me has dicho que haga eso.
—Lo siento, si quieres te puedo ayudar con eso.
—En todo caso debería pedir perdón yo, que te he obligado a ir en ropa interior en mitad de la calle. Así que lo siento. Y muchas gracias, no me vendría mal un poco de confianza y seguridad.
—Si tú vas en ropa interior también, yo salgo ahí fuera a que me vea todo el mundo.
—¿Qué?
—Lo que has escuchado, si vamos juntos lo hago.
—Louis, no sé si lo sabrás, pero soy muy tímida.
—Da igual, ahora vives en Londres, nueva vida, nueva Irene. Además aquí no te conoce nadie y esto te ayudará a perder vergüenza. —No sé cómo, pero me lo pensé. Tampoco era para tanto, ¿no? La ropa interior era como el bikini, no sé por qué tanta preocupación por enseñarla. Me seguía dando vergüenza, pero quería hacerlo porque estaba harta de ser tan tímida y cobarde.
—¿Puedo quedarme al menos con la camiseta? —De todas formas la camiseta que llevaba era algo corta y de tirantes.
—¿En serio lo vas a hacer?
—Sí, cuando me propongo algo lo hago en serio.
—Vale, entonces puedes quedarte con la camiseta. Ve a dejar el pantalón y los zapatos en el jardín. —Espera, entonces los chicos me verían. Niall me vería. Me empecé a poner muy nerviosa y a pensar en qué podía hacer.
—Ahora vuelvo. —Los chicos estaban algo alejados de la entrada, así que si no hacía mucho ruido y la dejaba rápidamente, no me verían. Me quedé un poco más tranquila. El plan era bueno, pero yo era demasiado torpe como para que me saliera bien. Miré dentro del jardín y no había nadie. “Habrán entrado dentro o estarán en la playa” pensé. Así que pude pasar, quitarme la ropa y dejarla en una silla. Cuando todo iba bien y ya podía marcharme Zayn, Liam, Louis y Niall aparecieron de repente por la entrada. Me asusté e intenté taparme con las manos.
—¿Entonces es verdad? —preguntó Liam.
—Claro —respondió Louis—. Vamos a hacer el reto juntos. Ven Irene — Yo ni siquiera escuchaba lo que me decían, me había quedado mirando a Niall y él me miraba a mí también. Estaría rojísima y sólo podía pensar en que me estaba viendo en ropa interior. Había sido tan estúpida por proponer ese reto—. ¿Irene?
—Ya voy. —dije mientras caminaba cabizbaja y sonrojada hacia Louis.
—La gente va a alucinar, ¿lo sabéis, no? —dijo Zayn riéndose.
—Ya de paso podríais uniros vosotros también.
—No Louis, no nos metas en esto, nosotros ya hemos cumplido nuestros retos.
—Pues venga, vamos Irene. —Cuando nos alejamos respiré hondo y me tranquilicé. ¿Por qué me preocupaba tanto? Si quería perder la timidez no podía seguir así. Debía asimilar que no me tenía que importar lo que pensara la gente de mí, que si quería hacer algo no tenía por qué tener miedo de lo que dijeran los demás. La gente nos miraba y se reía, pero no hice caso, miraba al frente con una sonrisa y me pegaba más a Louis. Él entonces decía “Hoy hace un poco de frío, ¿no?” y entonces se reían más. Me encantaba eso de Louis. Que pudiera reírse de sí mismo, que soportaba lo que le dijeran y seguía con una sonrisa.
Unos adultos nos miraron y dijeron “¿No os da vergüenza?”. A lo que yo respondí con una sonrisa “Sí, pero me estoy enfrentando a mis miedos, ¿algún problema?”, se quedaron sorprendidos de que les respondiera de esa forma. Luego pasamos al lado del grupo de chicos con los que había tenido que hablar antes. Estos se pusieron a silbar y entonces Louis, siguiendo su papel de novio, empezó a decir “Hey, que es mi chica”. Me gustó que dijera eso, me sentí importante y especial por un momento. Dimos una vuelta por las calles del centro y volvimos a la casa del tío de Niall.
Ya se había hecho bastante tarde así que Zayn dijo que se tenía que ir, que quería ver si Mimmi y Harry estaban bien. Liam quiso acompañarle y Louis dijo que iba a visitar a su familia, ya que el lunes se iban.
Cuando se fueron todos y nos quedamos solos hubo un silencio incómodo.
—¿Quieres volver ya a casa? —me preguntó Niall. Yo le miré sorprendida.
—No, la verdad es que me gusta mucho este sitio y estoy muy a gusto aquí.
—Si quieres podemos quedarnos hasta mañana.
—¿En serio? Me haría mucha ilusión.
—Pues claro.
—Jo, gracias. —Le abracé. Quería aprovechar cada oportunidad que tuviera de abrazarle si iba a estar tanto tiempo sin verle. Me sacaba una sonrisa estar en sus brazos, podría quedarme así para siempre.
—De nada. ¿Te apetece cenar ya?
—Sí, tengo un poco de hambre.
Niall preparó una hamburguesas. Yo mientras me puse un pijama que me dejó Niall. Era de su tía y me estaba algo grande, pero a mí me gustaba así. Coloqué las bebidas en la mesa y me senté en el sofá a ver la tele. Después vino Niall con las hamburguesas, que nos comimos mientras veíamos el estreno de una película, una comedia romántica. Estuvimos hasta tarde viéndola y después subimos a dormir. Yo estaba en la habitación de los tíos de Niall y él en la de invitados.
Y no podía dormir. Una nube de pensamientos llevaban mi cabeza. Por mucho que me moviera o que intentara dejar de pensar en Niall, no lo conseguía. Se iba dentro de un día y mientras él estaba lejos empezarían las clases. Supuse que estudiar me distraería y que no tendría tiempo para pensar en él.
Seguía sin poder dormirme, así que se me pasó una idea por la cabeza. Me apetecía darme un baño para despejarme de todos mis pensamientos. Así que fui al y preparé la bañera, con mucha espuma, como a mí me gustaba. Una vez llena me metí dentro y me relajé. El agua estaba caliente y el gel olía a jazmín. Estaba muy cómoda allí dentro, pero tenía miedo de despertar a Niall, así que no estuve mucho tiempo. Me sequé rápidamente y me vestí. Volvía al dormitorio y la puerta de al lado se abrió.
—¿Qué haces aún despierta? —preguntó Niall mientras salía de la habitación y bostezaba.
—No podía dormir así que me he dado un baño. Espero que no te importe.
—Para nada. Si quieres puedo prepararte un té.
—No hace falta, pero gracias.
—Bueno, si necesitas algo avísame, aunque esté dormido.
—Muchas gracias.
—De nada —Se quedó callado, pero permaneció donde estaba, apoyado en el marco de la puerta de su habitación, como si aún tuviera algo que decir—. ¿Te puedo preguntar algo?
—Claro.
—¿Por qué hiciste lo de esta tarde? —No hizo falta que lo mencionara para saber a qué se refería. Estaba claro que no se le ocurría una razón lógica para explicar que me había quedado en ropa interior y paseado por el pueblo. Si yo hubiera sido él tampoco entendería nada.
—En realidad quería explicártelo, pero no sabía cómo, ya que a lo mejor no me entendías.
—No te preocupes, lo haré.
—Bueno, siempre he sido muy tímida con la gente. O al menos cuando no la conozco. Si tengo confianza con alguien no me cuesta hablar, pero si no le conozco de nada o no hemos hablado mucho, me pongo muy nerviosa y a veces ni puedo hacerlo. Siempre he odiado eso de mí. Veo a gente que no tiene miedo de decir algo y que los demás se puedan reír de él, que es capaz de decir las cosas claras sin que le cueste y los envidio, porque soy demasiado insegura y yo no me atrevo a hacer lo que ellos hacen. Quería cambiar todo eso, así que se lo conté a Louis y decidió ayudarme a superarlo, entonces me dijo que le acompañara en el reto, sería como dar el primer paso si quería perder mi timidez. Así que no sé cómo, pero lo hice. Que Lou estuviera a mi lado todo el tiempo me ayudó. Sola no lo podría haber hecho. Y eso es todo.
—¿Por qué pensabas que no lo entendería?
—No lo sé, como te he dicho soy muy insegura.
—Bueno, yo creo que eres genial tal y como eres, con tu timidez incluida.
—Gracias Niall. Tú eres el mejor saca-sonrisas del mundo.
—Venga ya, no exageres.
—No exagero, lo digo en serio. Bueno me voy ya a dormir.
—Buenas noches, gracias por confiar en mí y contármelo.

—No es nada. Buenas noches. —dije a la vez que volvía a mi habitación.
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