| Amityville Institute |

Ficha

Amytiville Institute

Una vez que entres, no lo podrás creer.

Hace tiempo que todo el mundo sabe que en la casa de Amityville, sobre Ocean Avenue, se dan sucesos extraños: voces que susurran historias, gritos, movimientos aparentemente espontáneos de objetos y muebles que no debieran poseer vida alguna e incluso apariciones extrañas en medio de la noche que son inexplicables hasta para el más incrédulo de los hombres.
Cuándo comenzó todo esto y por qué es tan aceptado, te preguntarás, y la respuesta es un poco más que simple: en Amityville todo comenzó con Ronald DeFeo asesinando a su familia completa mientras dormían, demasiado macabro, ¿verdad? Pues esto no termina allí, sino que continuó con la familia Lutz comprando la propiedad, ocho meses después, con un desenlace poco feliz. A los pocos días de haberse mudado, los Lutz comenzaron a ser testigos de sucesos poco corrientes: apariciones, voces en la madrugada, manchas de sangre y moho que aparecían y desaparecían como por arte de magia y, además, presencias extrañas en las habitaciones de la casa. Pronto, el patriarca de la familia, George Lutz, comenzó a sufrir alucinaciones permanentes, donde diferentes voces le decían que debía acabar con todos y cada uno de los integrantes de la familia de la misma forma que Ronald DeFeo lo había hecho. ¡Me huele a "El resplandor"!. Para suerte de él y su familia, y desgracia de los entes que intentaban dominarlos, los Lutz abandonaron la casa justo a tiempo para salvarse. Años después, la casa cayó en la ruina y los vándalos no tardaron en hacerse presentes: destrozaron cristales, lograron violar la escasa seguridad del lugar e, ingresando dentro de las instalaciones, hicieron pintadas, prendieron fuego varias de las habitaciones e incluso utilizaron el sótano como sede para rituales varios que, por lo general, siempre acabaron mal. ¿El por qué? Aunque ninguno de ellos lo creyera, en la casa todavía habitaban presencias, y hasta en la actualidad lo hacen: fantasmas, poltergeists, como les suelen llamar. Mueven cosas, hablan, se comunican con los humanos de maneras inimaginables, siempre vigilantes, como custodiando la casa que alguna vez les perteneció.

En la actualidad, el edificio de la ex casa DeFeo se lo han entregado al estado, para que se sirva de él de la manera que le parezca más correcta posible. A medida que en Amityville los problemas judiciales con adolescentes iban en severo aumento, las autoridades se dieron cuenta de una grave realidad: necesitaban un lugar donde contener a la juventud descarriada y poner sus vidas en orden de nuevo. Pero, ¿dónde? ¿Cómo? Eligieron la casa del 112 de Ocean Avenue por sus grandes dimensiones, su didáctica desembocadura en el lago y sus enormes parques y espacios verdes, tomando en cuenta que así ninguno de los chicos se molestaría entre sí al iniciar sus tratamientos. Rápidamente la gran casona se fue llenando de profesionales, psicólogos, doctores y maestros de las más variadas asignaturas que actuaban con un objetivo en común: calmar a las masas de adolescentes que a diario se veían afectadas de alguna manera poco normal por las historias que se contaban acerca de su pueblo de origen.
De alguna extraña forma, al escuchar las narraciones desde su más tierna infancia, los adolescentes habían asumido el hecho de tratar con entes supernaturales como algo normal, algo que no tenía absolutamente nada de malo. Y al arrogarse a esa realidad, no habían hecho más que desastres: llamadas a espíritus que no siempre eran buenos, habían logrado que muchos de los entes habitaran en sus hogares y comenzaran, lentamente, a volverlos en contra de todo el mundo.
Muchos decían escuchar voces o ver figuras que los incitaban a hacer cierto tipo de cosas, algunas veces, simplemente tenían otros problemas propios de los adolescentes, apartados de los hechos paranormales.
Fueran el tipo de problemas que fueran, todos estos jóvenes son aceptados en el instituto Amityville donde no solo intentan cumplir con su tratamiento, sino también lidiar con las fuerzas invisibles que los rodean, sobrevivir a ellas y, al mismo tiempo, vencer a la curiosidad de contactarlos lo cual no siempre llega a buen puerto. En el sótano del instituto, normalmente cerrado, se juntan por las noches a hacer las típicas ‘llamadas’. ¿Te atreves a comprobar si todo es cierto? Sólo debes volverte loco o ser un adolescente rebelde, te invito a descubrirlo. Malvenido seas a Amityville Institite.

± Cualquier pregunta, por mp, no muerdotanto.