ASESINO(Zayn Malik y ____)HOT

Me llamo Zayn Malik y vivo en Bradford, en unos apartamentos en ruina. Tengo 18 años y esta es mi historia:
Era viernes, 22 de noviembre, y me encontraba, como siempre, trabajando en el bar 34. Mis amigos me “acompañaban” en una mesa a la esquina del bar. Bebían y decían tonterías como todos los días. Cada día se pasaban por el bar para reírse de mí y de mi estupido trabajo. Pero yo tenía que ganarme la vida no era como ellos que tenían a sus familias para apoyarlos. Yo no tenía a nadie. Mis padres y mi hermana pequeña murieron en un accidenté de coche hace dos años. Y desde entonces me busco la vida como puedo.
Al principio se me hizo duro y trabajaba en….mejor no lo digo. Despues, hace un año, Simon, mi jefe, me encontró en la calle y me ofreció trabajo de camarero. Acepte sin rechistar cualquier sueldo que me diera. Me trato bien y me dio donde vivir. Desde entonces a sido un padre para mi aunque nunca le demuestro afecto. Simon es un tipo duro y reservado. No le gustan las noñerias y mucho menos el afecto. No esta casado y mucho menos tiene hijos. Nunca lo he visto afectado por su soledad y eso merece un merito que yo no tengo. Siempre que mis padres y mi hermana pasan por mi mente me pongo a llorar como un niño pequeño. Si ese carbón borracho no los hubiera matado yo ahora estaría en casa de mis padres presentándole a mi futura mujer. A pesar de que Simon me trata bien, no me agrada nada este sitio. En cualquier momento puedes estar en una pelea, como muchas veces me ha pasado. La mitad de hombres que vienen son unos salvajes y unos histéricos como yo. Nunca revelamos lo que sentimos y mucho menos les revelamos algo a las chicas que nos tiramos. Nunca he estado enamorado y tampoco busco estarlo. Es un sentimiento que no quiero sentir. Conozco a los chicos desde hace 1 año y me han ayudado en todo lo que han podido. Somos los típicos chicos que no le agradan a una mujer fina. Nos gusta pelearnos, beber y solo follar. Nada de sentimientos.
Servia una cerveza de litro a un tipo pelirrojo barbudo, que ya estaba muy borracho, cuando la puerta se abrió y dos princesitas entraron por la puerta. Ellas no parecían las típicas chicas que nos tirabamos. Vestían finamente con unos vestidos de gala. Definitivamente este no era su sitio. Todos se dieron cuenta de su entrada y se quedaron mirándolas al igual que yo. La chica del vestido turquesa obligaba a caminar a la chica del vestido azul. Mi mirada se encontró con la del vestido turquesa y se encamino hacia ami. La otra chica iba detrás de ella agachando la mirada y agarrando fuertemente del vestido a la de delante.
-Me puedes indicar donde tienen el teléfono, por favor- me dijo amablemente la chica del vestido turquesa mientras tragaba saliva.
Parecía estar nerviosa y tener miedo pero seguía teniendo ese aire de orgullosa. La chica de detrás de ella miraba de reojo el bar pero sin levantar la cabeza. Ella seguramente estaría más asustada.
-Esta por allí-señale a mi izquierda. Justo al lado de la mesa de los chicos. Genial pensé sarcásticamente.
-Quédate aquí y no te muevas-escuche como le decía, en un susurro, la chica del traje azul a la otra.
Esta asintió, todavía asustada, y observo como su amiga se dirigía al teléfono que le había indicado. La mire de arriba abajo y se veía muy bien. Pare en sus ojos encontrándome con su mirada en los míos. Tenía la expresión de una niña pequeña asustada y desconsolada. No sabia porque pero tenia una inmensas ganas de saltar la barra y abrazarla para protegerla de lo que tuviera miedo. Pero el pelirrojo de antes se me adelanto.
-Ey preciosa, de donde eres?-pregunto este acercándose a ella y cojiendola de la cintura para acercarla a el.
La respiración de la muchacha se acelero y sus ojos se abrieron como platos. Podía leer en sus ojos el miedo que sentía ahora mismo. Estaba paralizada y sin hacer nada. No podía permitir que ese estupido se aprovechara de ella y menos en mi cara. Salte la barra y de un empujón lo separe de ella. El tipo perdió el equilibrio y calló en una mesa, rompiéndola en dos trozos. El pelirrojo estaba tan borracho que no pudo levantarse y corresponderme. Se quedo encima de la mesa tumbado e intentando no dormirse por el alcohol que llevaba encima. Ya le habíamos sacado todo el dinero que podíamos y, como siempre hacemos, lo coji del brazo y lo cargue a mi espalda. Lo saque del bar y lo tire en el suelo. Se quedo allí tumbado mientras yo volvía dentro. Todos me miraban perplejo por mi reacción. Nunca había defendido, ni a mis amigos, y menos a un desconocido. Pero sus ojos llenos de miedo me habían echo reaccionar sin pensarlo. Habían tenido en mí un poder que nunca había experimentado.