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"En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Cap 4 (II)
Holasssss.. Perdón por la demora :P
Bienvenidas a las New Readers ;)
Gracias por comentar chicassssss!! :D
Tras recoger a un par de personas en el descenso, las puertas se abrieron. Nick salió y escudriñó la zona antes de maldecir por lo bajo. El vestíbulo y la recepción estaban llenos de gente por todos lados. Una multitud entraba y salía de los casinos, a los que se accedía desde el vestíbulo en el que estaban los ascensores.
Un botones pasó a su lado y le siguió. En menos de treinta segundos se encontraba subiendo la escalinata hacia uno de los casinos.
Cuando llegó arriba, la música electrónica resonó en todo su cuerpo. Enfrente había un par de puertas plateadas y el nombre del club centelleaba con pintura fluorescente sobre ellas: «Pecado».
Nick entró y dejó que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad antes de buscar a ______ entre la multitud. Un minuto después la vio en el bar, con una copa en la mano. Apuraba el líquido de un trago y chupaba un trozo de lima.
¡Vaya mierda! Exactamente, ¿qué es lo que había hecho él para que ella estuviera tan irritada? Rememoró todo lo ocurrido desde que se conocieron, pero no había nada destacable, salvo aquel explosivo orgasmo en el que habían conectado de una manera impactante y que se había quedado grabado a fuego en su memoria. ______ no había disfrutado de un trío y no le había gustado que encendiera la luz, pero no había parecido perturbada por ninguna de las dos cosas hasta que todo terminó. Algo en su conexión la había hecho llorar.
Le había entrado el pánico cuando él se había mostrado posesivo. Bien, ______ iba a tener que aprender a vivir con ello porque él no pensaba cambiar.
Nick recorrió el local lentamente. La observó deslizar el vaso hacia delante y pedir otra copa que bebió de un tirón antes de lamer de nuevo la lima. Repitió el proceso. Gracias a Dios parecía que se había detenido en algún lugar para ponerse el sujetador, pero eso no impedía que los hombres se la comieran con los ojos.
Un tipo alto con una gorra de béisbol y pantalones vaqueros flojos y caídos se acercó a ella. Por el lenguaje corporal supo que estaba intentando invitarla a algo. Nick estaba lo suficientemente cerca como para leerle los labios y no pudo contener una risa ahogada. Su ______ tenía unas formas muy creativas de decir que no.
De repente se le borró la sonrisa. No permitiría que utilizara esas imaginativas respuestas con él. La deseaba otra vez, desnuda y frotándose contra él, mientras él entraba lo más profundamente que podía en su cuerpo. De hecho, «deseo» era una palabra que no alcanzaba a describir lo que sentía. Le dolía, ansiaba, anhelaba.
Cuando el presunto Romeo se largó y ______ se bebía otra copa más, Nick se acercó.
—Si lo que quieres es acabar hecha polvo, estás haciendo un gran trabajo.
Ella chasqueó la lengua mientras le miraba fijamente.
—¿Por qué no puedo deshacerme de ti?
Nick consideró todas las respuestas posibles, luego se inclinó por la que era menos probable que provocara conflictos.
—No puedes celebrar tu cumpleaños sola, cielo. Y acabas de espantar al último tipo que se te ha acercado, así que me parece que tendrás que conformarte conmigo.
—No tiene gracia, Nick. Ya te lo he dicho, ha terminado. Deja de acosarme.
¿Así que quería ser franca? Pues mejor para él.
—Te he afectado lo suficiente como para hacerte llorar. ¿Qué es lo que te ha hecho huir?
Ella le pidió otra bebida al barman, negándose a mirarle.
—Que hayamos pasado una hora juntos en la cama no quiere decir que te deba una respuesta.
—Entonces, ¿qué te parece si me respondes por cortesía? De todas maneras no me marcharé hasta que me digas qué demonios te molestó.
En cuanto el camarero puso el vaso sobre la barra, ______ se ventiló el contenido de un trago, después lamió la lima y se estremeció.
—¿Ves? Ya estás de nuevo. Exiges y presionas. Intentas controlarme. Ya te he dicho que eso no me va. Y ahora ¡vete a la mierda!
No era una sorpresa que una mujer tan independiente como ______ se sintiera así, pero su cuerpo le había dicho algo totalmente distinto. Cuando él asumió el control del orgasmo y se lo había hecho alcanzar en sus términos, ella se había retraído... De acuerdo, antes de eso ella se había corrido en un frenesí salvaje. Puede que no le gustara ser controlada, pero la ponía a cien.
—Puedes mandarme donde quieras, pero no me marcho. Para empezar, estoy bastante seguro de que estás borracha. Para seguir, estás sola; lo que te convierte en el blanco perfecto para cualquiera que busque una víctima fácil. Además...
—Además, soy una mujer adulta y no pienso aguantar estas gilipolleces. —Negó con la cabeza—. Me fui de casa de mis padres el día que cumplí dieciocho años; he preferido vivir en nidos de ratas a tener que sufrir jueguecitos tan despreciables como ésos que has intentado jugar conmigo. No necesito que un clon de mi padrastro me diga lo que tengo que hacer.
«¿Su padrastro? ¡Mierda!» Había rollos familiares de por medio. Eso sonaba muy mal. Eso lo cambiaba todo... incluida su táctica.
Se acercó más a ella.
—Háblame de él, cielo —la alentó suavemente con una caricia.
A una señal de ______, el barman le sirvió otra bebida. Se la terminó de un trago echando la cabeza hacia atrás.
—¿Por qué no me dices dónde está tu interruptor de apagado?
Terca, independiente, divertida. Se irritaría todavía más si le dijera lo adorable que le parecía en ese momento. No porque estuviera tan frustrada como para mandarle a la mierda literalmente, pero no le preocupaba que se comportara así... Le habían llamado gilipollas más de una vez porque se lo había ganado a pulso.
—¿Tu padrastro te pegaba? Te aseguro que no permitiré que vuelva a ponerte un dedo encima. Le daré una paliza si lo intenta.
—¡Estás loco! Puede que mi familia sea un desastre, pero no es como un episodio de COPS.
—No es la primera vez que me lo dicen, pero es que soy persistente.
—No me digas... —La fingida sorpresa rezumaba sarcasmo—. ¡Jamás lo hubiera imaginado!
Al parecer, cuando se trataba de mecanismos de defensa, ella tenía un arsenal. Lo bueno es que él también tenía sus propias armas.
Cuando ella hizo una señal para que le sirvieran otra copa, él le cogió la mano.
—Si sigues bebiendo así, te podrás mal.
—Eso es cosa mía.
Nick no podía discutirlo. Era una estupidez, pero la elección era de ella.
—¿Qué estás bebiendo?
Ella le lanzó una mirada recelosa.
—Tequila.
Contuvo una exclamación. Antes de que se diera cuenta, ______ no sentiría nada de nada y al día siguiente estaría como si hubiera chocado contra un muro de ladrillos.
—Oye, tío —le preguntó el barman—, ¿quieres algo?
—Un agua con gas con una rodaja de lima.
El musculoso camarero, que podría haber sido el doble de Mister Proper, arqueó una ceja con diversión.
—¿Qué pasa? ¿No te atreves con el tequila? —se burló ______. El alcohol comenzaba a hacer estragos en ella; tenía los párpados pesados.
—No bebo.
La joven frunció el ceño cuando perdió el equilibro durante un segundo y se agarró a él para estabilizarse. Aunque aún no lo supiera, parte de ella confiaba en él.
—¿Eres alcohólico?
—No. Pero me niego a tomar algo que es tan auto-destructivo.
Con los ojos entrecerrados, ______ alargó el brazo hacia el vaso que el camarero había puesto sobre la barra.
—Estás decidido a ponerme nerviosa, ¿verdad?
—No, pero sí estoy decidido a vigilar que no te pase nada.
El camarero de cabeza rapada puso bruscamente el vaso de agua con gas sobre la barra.
—Son cuatro dólares.
—Si haces el favor, cóbrame también lo de ella.
Ella se atragantó mientras bebía de su copa.
—Pero, ¿qué demonios?
El joven encogió los hombros tras la barra.
—Ella me dio cien dólares cuando entró y me dijo que le sirviera tequilas hasta que se acabara el dinero. Aun no ha consumido ni la mitad.
Cuando hubiera dado buena cuenta de todo ese dinero estaría como una cuba. «¡Joder!» Nick metió la mano en el bolsillo y sacó la cartera.
—No le sirvas más —le indicó, ofreciéndole otros cien dólares. Mister Proper se encogió de hombros de nuevo.
—Como quieras.
Un botones pasó a su lado y le siguió. En menos de treinta segundos se encontraba subiendo la escalinata hacia uno de los casinos.
Cuando llegó arriba, la música electrónica resonó en todo su cuerpo. Enfrente había un par de puertas plateadas y el nombre del club centelleaba con pintura fluorescente sobre ellas: «Pecado».
Nick entró y dejó que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad antes de buscar a ______ entre la multitud. Un minuto después la vio en el bar, con una copa en la mano. Apuraba el líquido de un trago y chupaba un trozo de lima.
¡Vaya mierda! Exactamente, ¿qué es lo que había hecho él para que ella estuviera tan irritada? Rememoró todo lo ocurrido desde que se conocieron, pero no había nada destacable, salvo aquel explosivo orgasmo en el que habían conectado de una manera impactante y que se había quedado grabado a fuego en su memoria. ______ no había disfrutado de un trío y no le había gustado que encendiera la luz, pero no había parecido perturbada por ninguna de las dos cosas hasta que todo terminó. Algo en su conexión la había hecho llorar.
Le había entrado el pánico cuando él se había mostrado posesivo. Bien, ______ iba a tener que aprender a vivir con ello porque él no pensaba cambiar.
Nick recorrió el local lentamente. La observó deslizar el vaso hacia delante y pedir otra copa que bebió de un tirón antes de lamer de nuevo la lima. Repitió el proceso. Gracias a Dios parecía que se había detenido en algún lugar para ponerse el sujetador, pero eso no impedía que los hombres se la comieran con los ojos.
Un tipo alto con una gorra de béisbol y pantalones vaqueros flojos y caídos se acercó a ella. Por el lenguaje corporal supo que estaba intentando invitarla a algo. Nick estaba lo suficientemente cerca como para leerle los labios y no pudo contener una risa ahogada. Su ______ tenía unas formas muy creativas de decir que no.
De repente se le borró la sonrisa. No permitiría que utilizara esas imaginativas respuestas con él. La deseaba otra vez, desnuda y frotándose contra él, mientras él entraba lo más profundamente que podía en su cuerpo. De hecho, «deseo» era una palabra que no alcanzaba a describir lo que sentía. Le dolía, ansiaba, anhelaba.
Cuando el presunto Romeo se largó y ______ se bebía otra copa más, Nick se acercó.
—Si lo que quieres es acabar hecha polvo, estás haciendo un gran trabajo.
Ella chasqueó la lengua mientras le miraba fijamente.
—¿Por qué no puedo deshacerme de ti?
Nick consideró todas las respuestas posibles, luego se inclinó por la que era menos probable que provocara conflictos.
—No puedes celebrar tu cumpleaños sola, cielo. Y acabas de espantar al último tipo que se te ha acercado, así que me parece que tendrás que conformarte conmigo.
—No tiene gracia, Nick. Ya te lo he dicho, ha terminado. Deja de acosarme.
¿Así que quería ser franca? Pues mejor para él.
—Te he afectado lo suficiente como para hacerte llorar. ¿Qué es lo que te ha hecho huir?
Ella le pidió otra bebida al barman, negándose a mirarle.
—Que hayamos pasado una hora juntos en la cama no quiere decir que te deba una respuesta.
—Entonces, ¿qué te parece si me respondes por cortesía? De todas maneras no me marcharé hasta que me digas qué demonios te molestó.
En cuanto el camarero puso el vaso sobre la barra, ______ se ventiló el contenido de un trago, después lamió la lima y se estremeció.
—¿Ves? Ya estás de nuevo. Exiges y presionas. Intentas controlarme. Ya te he dicho que eso no me va. Y ahora ¡vete a la mierda!
No era una sorpresa que una mujer tan independiente como ______ se sintiera así, pero su cuerpo le había dicho algo totalmente distinto. Cuando él asumió el control del orgasmo y se lo había hecho alcanzar en sus términos, ella se había retraído... De acuerdo, antes de eso ella se había corrido en un frenesí salvaje. Puede que no le gustara ser controlada, pero la ponía a cien.
—Puedes mandarme donde quieras, pero no me marcho. Para empezar, estoy bastante seguro de que estás borracha. Para seguir, estás sola; lo que te convierte en el blanco perfecto para cualquiera que busque una víctima fácil. Además...
—Además, soy una mujer adulta y no pienso aguantar estas gilipolleces. —Negó con la cabeza—. Me fui de casa de mis padres el día que cumplí dieciocho años; he preferido vivir en nidos de ratas a tener que sufrir jueguecitos tan despreciables como ésos que has intentado jugar conmigo. No necesito que un clon de mi padrastro me diga lo que tengo que hacer.
«¿Su padrastro? ¡Mierda!» Había rollos familiares de por medio. Eso sonaba muy mal. Eso lo cambiaba todo... incluida su táctica.
Se acercó más a ella.
—Háblame de él, cielo —la alentó suavemente con una caricia.
A una señal de ______, el barman le sirvió otra bebida. Se la terminó de un trago echando la cabeza hacia atrás.
—¿Por qué no me dices dónde está tu interruptor de apagado?
Terca, independiente, divertida. Se irritaría todavía más si le dijera lo adorable que le parecía en ese momento. No porque estuviera tan frustrada como para mandarle a la mierda literalmente, pero no le preocupaba que se comportara así... Le habían llamado gilipollas más de una vez porque se lo había ganado a pulso.
—¿Tu padrastro te pegaba? Te aseguro que no permitiré que vuelva a ponerte un dedo encima. Le daré una paliza si lo intenta.
—¡Estás loco! Puede que mi familia sea un desastre, pero no es como un episodio de COPS.
—No es la primera vez que me lo dicen, pero es que soy persistente.
—No me digas... —La fingida sorpresa rezumaba sarcasmo—. ¡Jamás lo hubiera imaginado!
Al parecer, cuando se trataba de mecanismos de defensa, ella tenía un arsenal. Lo bueno es que él también tenía sus propias armas.
Cuando ella hizo una señal para que le sirvieran otra copa, él le cogió la mano.
—Si sigues bebiendo así, te podrás mal.
—Eso es cosa mía.
Nick no podía discutirlo. Era una estupidez, pero la elección era de ella.
—¿Qué estás bebiendo?
Ella le lanzó una mirada recelosa.
—Tequila.
Contuvo una exclamación. Antes de que se diera cuenta, ______ no sentiría nada de nada y al día siguiente estaría como si hubiera chocado contra un muro de ladrillos.
—Oye, tío —le preguntó el barman—, ¿quieres algo?
—Un agua con gas con una rodaja de lima.
El musculoso camarero, que podría haber sido el doble de Mister Proper, arqueó una ceja con diversión.
—¿Qué pasa? ¿No te atreves con el tequila? —se burló ______. El alcohol comenzaba a hacer estragos en ella; tenía los párpados pesados.
—No bebo.
La joven frunció el ceño cuando perdió el equilibro durante un segundo y se agarró a él para estabilizarse. Aunque aún no lo supiera, parte de ella confiaba en él.
—¿Eres alcohólico?
—No. Pero me niego a tomar algo que es tan auto-destructivo.
Con los ojos entrecerrados, ______ alargó el brazo hacia el vaso que el camarero había puesto sobre la barra.
—Estás decidido a ponerme nerviosa, ¿verdad?
—No, pero sí estoy decidido a vigilar que no te pase nada.
El camarero de cabeza rapada puso bruscamente el vaso de agua con gas sobre la barra.
—Son cuatro dólares.
—Si haces el favor, cóbrame también lo de ella.
Ella se atragantó mientras bebía de su copa.
—Pero, ¿qué demonios?
El joven encogió los hombros tras la barra.
—Ella me dio cien dólares cuando entró y me dijo que le sirviera tequilas hasta que se acabara el dinero. Aun no ha consumido ni la mitad.
Cuando hubiera dado buena cuenta de todo ese dinero estaría como una cuba. «¡Joder!» Nick metió la mano en el bolsillo y sacó la cartera.
—No le sirvas más —le indicó, ofreciéndole otros cien dólares. Mister Proper se encogió de hombros de nuevo.
—Como quieras.
Holasssss.. Perdón por la demora :P
Bienvenidas a las New Readers ;)
Gracias por comentar chicassssss!! :D
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Aww Nick es más lindo y ella ¬¬
jajajaj emm
Siguela cuando puedas ;)
jajajaj emm
Siguela cuando puedas ;)
FranJones.
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
new reader!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
plis siguela esta buenisimaaaa
plis siguela esta buenisimaaaa
ama-jonatik
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Cap 4 (III)
—¡Oye, tú! —______ increpó al barman, que la ignoró. Luego se puso en pie y miró a Nick con el ceño fruncido
—. ¡Maldita sea! ¿Lo ves? Ya estás intentando controlarme otra vez. ¿Por qué demonios habré follado contigo?
El camarero contuvo una sonrisa. Nick maldijo por lo bajo. Definitivamente ______ había bebido más de la cuenta y tenía que sacarla de allí lo antes posible. Para ser una chica que no quería perder el control, había bebido lo suficiente como para asegurarse de que lo perdía. El tequila debía servir para olvidar el miedo y el dolor; estaba seguro de ello. Ahora tenía que intentar aclarar todo el asunto antes de que ella volviera a alzar barreras entre ellos.
El conflicto con su padrastro, fuera el que fuese, era algo lo suficientemente importante como para no tratarlo allí, con la música resonando en los oídos, el humo envolviéndoles y demasiado alcohol en sangre como para superar los límites legales. Y aunque estuviera perturbada porque él había controlado su cuerpo, le había encantado. Igual que a él. Pero si se lo volvía a decir, se alejaría de él. Era probable que el padrastro de ______ hubiera utilizado su posición en la familia para abusar de su confianza, así que debía actuar con mucho cuidado.
Ella se giró, tambaleándose. Nick la sostuvo del brazo y la atrajo hacia su cuerpo.
—Lo siento.
______ le lanzó una mirada de sorpresa ligeramente desenfocada. —¿Qué es lo que sientes exactamente?
—Haber intentado dominarte sin hablarlo antes. Tiendo a ser un poco autoritario.
—¿Un poco? —______ puso los ojos en blanco—. Gracias, capitán de lo obvio.
—De haber sabido cuánto iba a molestarte, lo hubiera hablado antes contigo.
—¿Antes de que me follaras? Bueno, ¿qué clase de conversación hubiera sido ésa?
Nick suspiró. No iba a arreglar nada con los Black Eyes Peas haciendo vibrar las paredes.
Le puso la mano en el hombro y lo acarició.
—Cielo, como no comas algo y te tomes un café cargado, vas a acabar fatal. —Al ver la expresión tensa y furiosa que se extendió por los rasgos de ______, Nick levantó las manos en defensa propia—. No te estoy ordenando nada, sólo lo sugiero. Si no te cuidas, antes de que te des cuenta estarás en el mismo estado que Joe, durmiendo la mona en el suelo del cuarto de baño, y serás firme candidata a una buena resaca. Ahora, si realmente crees que beber para olvidar un sexo fabuloso vale el dolor de cabeza que sentirás mañana, me quedaré contigo mientras te emborrachas y te meteré en la cama sin que hayas sufrido ningún daño. Pero si quieres encontrarte bien cuando salga el sol para regresar a casa...
______ no dijo nada durante un buen rato.
—¿Por qué cuando me aseguras que estás intentando no controlarme, te esfuerzas tanto en demostrarme lo contrario? —Negó con la cabeza—. En serio, no sé por qué sigues aquí, ni por qué demonios te importa tanto lo que yo haga.
Nick se acercó más a ella y le rodeó la cintura con un brazo para apretarla contra su cuerpo. Ella agrandó los ojos, y él supo que no era tan indiferente como quería hacerle creer.
—Oh, ¿importa, cielo?
Se demostraba más con hechos que con palabras, así que capturó los labios de ______ con ferocidad y abandono. Ella se puso rígida contra él y contuvo la respiración, pero a los pocos segundos, cuando frotó su lengua contra la de ella, que sabía a lima, ______ le rodeó el cuello con los brazos y se dejó llevar completamente por el beso, haciendo que él estallara en llamas... Pero había algo más.
Algo que él había sentido desde el momento en que se conocieron. Algo que le impulsaba a poseerla. No había sido suficiente haberse acostado con ______. No sería suficiente volver a hacerlo. Ni mucho menos. Quería tener derechos sobre ella. Protegerla, cuidarla, decir que era suya... para siempre.
Ahí estaba la realidad que bullía a fuego lento en su conciencia, la razón por la que la perseguía con tal empeño. De repente todo fue transparente como el cristal. La quería para siempre.
Nick terminó el beso, anonadado por la sorpresa, y se quedó mirando la cara ruborizada de ______, sus ojos entreabiertos, sus labios hinchados... Pruebas fehacientes de la sensual sirena que vivía bajo su piel.
No tuvo ninguna duda, la quería para siempre. Y en ese momento en concreto, ella no quería nada con él. Dentro de ocho días tendría que reintegrarse a su unidad. Había habido un brote de actividades clandestinas en las zonas próximas a Irán y tenían noticias de que se estaban adquiriendo armas nucleares; además el gobierno venezolano parecía dispuesto a echarles una mano; Nick no tenía ninguna duda de que las misiones se amontonaban. Si partía sin haber conseguido a ______... Esta podría haberse casado con Joe, o con cualquier otro, antes de que él volviera a pisar los Estados Unidos.
Y eso sería inaceptable.
—¿Pero a ti qué te pasa? —atacó ______—. Primero me irritas, luego intentas compensarlo con un beso impresionante y después te apartas. ¿De verdad pretendes convencerme de que no eres un dominante obsesivo? Pues tío, lo que tú digas.
Se dio la vuelta e intentó confundirse con un grupo cercano. Nick observó a la gente durante un momento y se dio cuenta de que era una fiesta. Dado que una de las mujeres llevaba un vestido corto y blanco y un ramo de flores, supuso que estaban a punto de asistir a una boda de medianoche.
Nick los miró fijamente y sonrió. Puede que estuviera perdiendo la batalla en ese momento, pero la guerra no había acabado.
Se abalanzó sobre ______ y la cogió del brazo para hacerla girar hacia él.
—Tengo dos preguntas. ¿Estás dispuesta a responderlas?
Ella frunció el ceño, como si le costara concentrarse a causa del embotamiento etílico. Nick agradeció aquella momentánea inclinación por el tequila. Tenía muchas posibilidades de que le contestara la verdad.
—¿Después me dejarás en paz?
«No.»
—Si es eso lo que quieres.
—Oh. —Su expresión, levemente confusa y alicaída, le dio esperanzas—. Bueno, ¿de qué se trata?
—El sexo entre nosotros... ayúdame a comprender que fue lo que te hizo llorar. —Cuando ella le miró, parecía dispuesta a no responderle. Él se inclinó hacia delante y le habló al oído—. No te juzgaré ni te haré pasar un mal rato, pero necesito saber si te hice daño de alguna manera.
______ suspiró.
—De acuerdo. Tú ganas —dijo con voz pastosa mientras dejaba caer los hombros en señal de derrota—. Tienes razón. Fue demasiado intenso. No me gusta sentirme débil, ni necesitar nada. ¿Satisfecho?
«Mucho.» Nick se guardó una sonrisa para sí mismo. Bueno era saber que su instinto no se equivocaba.
—No eres débil, cielo, sino humana. Mi última pregunta. —Y la más importante—. ¿Tienes algo en contra de las relaciones largas? ¿Qué opinas del matrimonio?
—¿Qué clase de pregunta es ésa?
El encogió los hombros, fingiendo desinterés.
—Simple curiosidad.
______ suspiró y negó con la cabeza.
—No quiero pasar sola el resto de mi vida y adoro a mis sobrinos. Cuando los veo... fantaseo con la idea de tener un hijo algún día.
—Comprensible. Es algo con lo que sueña la mayoría de la gente, incluso yo.
—Lo que pasa es que... —Se pasó la mano por la cara—. Me gustaría encontrar a alguien paciente para compartir mi vida. Un hombre que no se asuste de tener que usar una fregona o encender la estufa. Alguien que me comprenda, que no le importe hablar de sentimientos. —Cerró los ojos por un instante—. Alguien dulce.
Nick contuvo una mueca de disgusto. ______ estaba describiendo a una hembra con pene. Se aseguraría de que llegara a comprender lo antes posible que eso no era lo que necesitaba.
—¿Alguien a quién le gusten las antigüedades y caminar por la playa? —murmuró, pasándole la lengua por la mejilla.
—¡Sí! Pero no hago más que encontrarme a hombres que sólo quieren ir de fiesta en fiesta o que piensan que tirarse un pedo es divertido. Una vez salí con un chico que quería a su consola mucho más de lo que podría llegar a amar a una mujer. Y luego están los que son unos capullos exigentes. —Le lanzó una mirada irónica.
Nick contuvo la risa. Se sentía eufóricamente optimista. Cuando ______ le conociera bien, se daría cuenta de que eran el uno para el otro. Necesitaba pasar más tiempo con ella y sólo se le ocurría una manera de que siguieran unidos. Permitir que desapareciera sin luchar por ella —llevándose consigo su corazón—, no era una opción. Su padre no había tenido pelotas para pelear por la mujer que amaba. Después de que su matrimonio fracasara, se había convertido en un hosco ermitaño adicto al trabajo. Nick se negaba a seguir los pasos del Coronel.
—¿Todavía quieres ir de marcha? Acabo de ver pasar a un grupo de gente que parecía estar pasándolo muy bien —la tentó.
Sujetándose de sus hombros para no caerse, ______ miró a su alrededor y vio las carcajadas, los abrazos, los brindis, el espíritu festivo... Esbozó una amplia sonrisa.
—¡Parece divertidísimo!
—. ¡Maldita sea! ¿Lo ves? Ya estás intentando controlarme otra vez. ¿Por qué demonios habré follado contigo?
El camarero contuvo una sonrisa. Nick maldijo por lo bajo. Definitivamente ______ había bebido más de la cuenta y tenía que sacarla de allí lo antes posible. Para ser una chica que no quería perder el control, había bebido lo suficiente como para asegurarse de que lo perdía. El tequila debía servir para olvidar el miedo y el dolor; estaba seguro de ello. Ahora tenía que intentar aclarar todo el asunto antes de que ella volviera a alzar barreras entre ellos.
El conflicto con su padrastro, fuera el que fuese, era algo lo suficientemente importante como para no tratarlo allí, con la música resonando en los oídos, el humo envolviéndoles y demasiado alcohol en sangre como para superar los límites legales. Y aunque estuviera perturbada porque él había controlado su cuerpo, le había encantado. Igual que a él. Pero si se lo volvía a decir, se alejaría de él. Era probable que el padrastro de ______ hubiera utilizado su posición en la familia para abusar de su confianza, así que debía actuar con mucho cuidado.
Ella se giró, tambaleándose. Nick la sostuvo del brazo y la atrajo hacia su cuerpo.
—Lo siento.
______ le lanzó una mirada de sorpresa ligeramente desenfocada. —¿Qué es lo que sientes exactamente?
—Haber intentado dominarte sin hablarlo antes. Tiendo a ser un poco autoritario.
—¿Un poco? —______ puso los ojos en blanco—. Gracias, capitán de lo obvio.
—De haber sabido cuánto iba a molestarte, lo hubiera hablado antes contigo.
—¿Antes de que me follaras? Bueno, ¿qué clase de conversación hubiera sido ésa?
Nick suspiró. No iba a arreglar nada con los Black Eyes Peas haciendo vibrar las paredes.
Le puso la mano en el hombro y lo acarició.
—Cielo, como no comas algo y te tomes un café cargado, vas a acabar fatal. —Al ver la expresión tensa y furiosa que se extendió por los rasgos de ______, Nick levantó las manos en defensa propia—. No te estoy ordenando nada, sólo lo sugiero. Si no te cuidas, antes de que te des cuenta estarás en el mismo estado que Joe, durmiendo la mona en el suelo del cuarto de baño, y serás firme candidata a una buena resaca. Ahora, si realmente crees que beber para olvidar un sexo fabuloso vale el dolor de cabeza que sentirás mañana, me quedaré contigo mientras te emborrachas y te meteré en la cama sin que hayas sufrido ningún daño. Pero si quieres encontrarte bien cuando salga el sol para regresar a casa...
______ no dijo nada durante un buen rato.
—¿Por qué cuando me aseguras que estás intentando no controlarme, te esfuerzas tanto en demostrarme lo contrario? —Negó con la cabeza—. En serio, no sé por qué sigues aquí, ni por qué demonios te importa tanto lo que yo haga.
Nick se acercó más a ella y le rodeó la cintura con un brazo para apretarla contra su cuerpo. Ella agrandó los ojos, y él supo que no era tan indiferente como quería hacerle creer.
—Oh, ¿importa, cielo?
Se demostraba más con hechos que con palabras, así que capturó los labios de ______ con ferocidad y abandono. Ella se puso rígida contra él y contuvo la respiración, pero a los pocos segundos, cuando frotó su lengua contra la de ella, que sabía a lima, ______ le rodeó el cuello con los brazos y se dejó llevar completamente por el beso, haciendo que él estallara en llamas... Pero había algo más.
Algo que él había sentido desde el momento en que se conocieron. Algo que le impulsaba a poseerla. No había sido suficiente haberse acostado con ______. No sería suficiente volver a hacerlo. Ni mucho menos. Quería tener derechos sobre ella. Protegerla, cuidarla, decir que era suya... para siempre.
Ahí estaba la realidad que bullía a fuego lento en su conciencia, la razón por la que la perseguía con tal empeño. De repente todo fue transparente como el cristal. La quería para siempre.
Nick terminó el beso, anonadado por la sorpresa, y se quedó mirando la cara ruborizada de ______, sus ojos entreabiertos, sus labios hinchados... Pruebas fehacientes de la sensual sirena que vivía bajo su piel.
No tuvo ninguna duda, la quería para siempre. Y en ese momento en concreto, ella no quería nada con él. Dentro de ocho días tendría que reintegrarse a su unidad. Había habido un brote de actividades clandestinas en las zonas próximas a Irán y tenían noticias de que se estaban adquiriendo armas nucleares; además el gobierno venezolano parecía dispuesto a echarles una mano; Nick no tenía ninguna duda de que las misiones se amontonaban. Si partía sin haber conseguido a ______... Esta podría haberse casado con Joe, o con cualquier otro, antes de que él volviera a pisar los Estados Unidos.
Y eso sería inaceptable.
—¿Pero a ti qué te pasa? —atacó ______—. Primero me irritas, luego intentas compensarlo con un beso impresionante y después te apartas. ¿De verdad pretendes convencerme de que no eres un dominante obsesivo? Pues tío, lo que tú digas.
Se dio la vuelta e intentó confundirse con un grupo cercano. Nick observó a la gente durante un momento y se dio cuenta de que era una fiesta. Dado que una de las mujeres llevaba un vestido corto y blanco y un ramo de flores, supuso que estaban a punto de asistir a una boda de medianoche.
Nick los miró fijamente y sonrió. Puede que estuviera perdiendo la batalla en ese momento, pero la guerra no había acabado.
Se abalanzó sobre ______ y la cogió del brazo para hacerla girar hacia él.
—Tengo dos preguntas. ¿Estás dispuesta a responderlas?
Ella frunció el ceño, como si le costara concentrarse a causa del embotamiento etílico. Nick agradeció aquella momentánea inclinación por el tequila. Tenía muchas posibilidades de que le contestara la verdad.
—¿Después me dejarás en paz?
«No.»
—Si es eso lo que quieres.
—Oh. —Su expresión, levemente confusa y alicaída, le dio esperanzas—. Bueno, ¿de qué se trata?
—El sexo entre nosotros... ayúdame a comprender que fue lo que te hizo llorar. —Cuando ella le miró, parecía dispuesta a no responderle. Él se inclinó hacia delante y le habló al oído—. No te juzgaré ni te haré pasar un mal rato, pero necesito saber si te hice daño de alguna manera.
______ suspiró.
—De acuerdo. Tú ganas —dijo con voz pastosa mientras dejaba caer los hombros en señal de derrota—. Tienes razón. Fue demasiado intenso. No me gusta sentirme débil, ni necesitar nada. ¿Satisfecho?
«Mucho.» Nick se guardó una sonrisa para sí mismo. Bueno era saber que su instinto no se equivocaba.
—No eres débil, cielo, sino humana. Mi última pregunta. —Y la más importante—. ¿Tienes algo en contra de las relaciones largas? ¿Qué opinas del matrimonio?
—¿Qué clase de pregunta es ésa?
El encogió los hombros, fingiendo desinterés.
—Simple curiosidad.
______ suspiró y negó con la cabeza.
—No quiero pasar sola el resto de mi vida y adoro a mis sobrinos. Cuando los veo... fantaseo con la idea de tener un hijo algún día.
—Comprensible. Es algo con lo que sueña la mayoría de la gente, incluso yo.
—Lo que pasa es que... —Se pasó la mano por la cara—. Me gustaría encontrar a alguien paciente para compartir mi vida. Un hombre que no se asuste de tener que usar una fregona o encender la estufa. Alguien que me comprenda, que no le importe hablar de sentimientos. —Cerró los ojos por un instante—. Alguien dulce.
Nick contuvo una mueca de disgusto. ______ estaba describiendo a una hembra con pene. Se aseguraría de que llegara a comprender lo antes posible que eso no era lo que necesitaba.
—¿Alguien a quién le gusten las antigüedades y caminar por la playa? —murmuró, pasándole la lengua por la mejilla.
—¡Sí! Pero no hago más que encontrarme a hombres que sólo quieren ir de fiesta en fiesta o que piensan que tirarse un pedo es divertido. Una vez salí con un chico que quería a su consola mucho más de lo que podría llegar a amar a una mujer. Y luego están los que son unos capullos exigentes. —Le lanzó una mirada irónica.
Nick contuvo la risa. Se sentía eufóricamente optimista. Cuando ______ le conociera bien, se daría cuenta de que eran el uno para el otro. Necesitaba pasar más tiempo con ella y sólo se le ocurría una manera de que siguieran unidos. Permitir que desapareciera sin luchar por ella —llevándose consigo su corazón—, no era una opción. Su padre no había tenido pelotas para pelear por la mujer que amaba. Después de que su matrimonio fracasara, se había convertido en un hosco ermitaño adicto al trabajo. Nick se negaba a seguir los pasos del Coronel.
—¿Todavía quieres ir de marcha? Acabo de ver pasar a un grupo de gente que parecía estar pasándolo muy bien —la tentó.
Sujetándose de sus hombros para no caerse, ______ miró a su alrededor y vio las carcajadas, los abrazos, los brindis, el espíritu festivo... Esbozó una amplia sonrisa.
—¡Parece divertidísimo!
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
ama-jonatik escribió:new reader!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
plis siguela esta buenisimaaaa
Bienvenida :D
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
me encantó el cap!
Morí de la risa cuando Nick dijo: " ______ estaba describiendo a una hembra con pene" jajaj encerio ._. xD
SIGUELA PRONTO ;)
Morí de la risa cuando Nick dijo: " ______ estaba describiendo a una hembra con pene" jajaj encerio ._. xD
SIGUELA PRONTO ;)
FranJones.
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
NUEVA LECTORA :study: :hi:
ADORO TU NOVE :D :polli:
PORFAVOR SIGUELA PRONTO :hug:
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
:bounce: :bounce: :bounce: :bounce: :bounce: :bounce:
ADORO TU NOVE :D :polli:
PORFAVOR SIGUELA PRONTO :hug:
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
:bounce: :bounce: :bounce: :bounce: :bounce: :bounce:
Stephany D´Jonas
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Ahhhhh que buenos cap's Valen. me encantarón! pero lo digo en serio! :3
Siguela pronto!!(:
Siguela pronto!!(:
Catherine
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
Que buenos los Caps!!
Siguela pronto!
esto se pone bueno :D
Siguela, si?
Que buenos los Caps!!
Siguela pronto!
esto se pone bueno :D
Siguela, si?
# Lightweight{♥}
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
sisis
osea _____ ya asi ya tiene su corazon
que tiernoo :)
osea _____ ya asi ya tiene su corazon
que tiernoo :)
#Fire Rouge..*
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
siiiiiiiiiiiiiiiiiii
vamonos de fiestaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!1:drunken: :drunken:
jejejejej
siguela porfa
vamonos de fiestaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!1:drunken: :drunken:
jejejejej
siguela porfa
chelis
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
CAPÍTULO 05
La luz del sol incidió en la cara de ______ como si fuera un hacha. Hizo una mueca y se puso la mano sobre los ojos, que entrecerró ante el brillante color que le hacía explotar el cráneo.
¿Qué demonios había tomado la noche anterior para tener esa monstruosa resaca?
Emitió un gemido al tiempo que rodaba hacia un lado. Se encontró con un pesado muslo sobre los de ella y un torso musculoso. Abrió los ojos como platos. El era duro, peligroso y muy masculino.
«Nick.»
¿Se había vuelto a acostar con él? Dado que estaba completamente desnuda y que incluso el más leve movimiento hacía que le dolieran músculos que ni siquiera sabía que poseía, se figuró que sí. Pero lo peor de todo era que incluso un leve roce contra el áspero vello que cubría aquella piel masculina la hacía sentirse caliente y mojada. Otra vez.
A pesar de que Nick era tan suave como un martillo y que, por lo general, ______ se negaba a estar a menos de diez metros de ese tipo de hombres, una parte de ella sólo quería acurrucarse contra él para sentir sus firmes brazos envolviéndola y aquella profunda voz diciendo su nombre otra vez.
Muchos hombres huían en cuanto notaban su actitud y su lengua afilada, ¿por qué no lo hacía también Nick? No importaba cuantas veces le hubiera mandado a freír espárragos la noche anterior, él no se había rendido. Sus contiendas verbales la excitaban y él le había demostrado a fondo que era tan bueno atacando como defendiéndose. No importaba cómo ni qué le dijera, él había permanecido a su lado para asegurarse de que estaba a salvo. Recordó leves destellos del brutal deseo de Nick y de sus muestras de ternura que, aún ahora, la estremecían.
El la hacía sentir más deseable, en todos los aspectos, que cualquier otro hombre antes. Mentiría si dijera que no quería más.
«No es una buena idea.» Nick era dominante, capaz de atrapar a cualquier mujer que le apeteciera y luego desarmarla; justo lo que ella no necesitaba.
______ se desperezó y la cabeza comenzó a dolerle en serio. Se sobresaltó. ¿Qué demonios había ocurrido la noche anterior?
Rebuscó en su memoria pero no pudo rellenar todas las lagunas. Recordaba la fiesta y que Joe se había quedado frito... Y, ¡oh!, también el increíble sexo que había mantenido con Nick antes de huir de él. Luego acabó en un club donde había litros de tequila, pero el SEAL la había seguido. Sabía que le había revelado demasiado sobre su familia y sus temores. ______ estaba horrorizada. ¿Qué la había poseído para sacar un tema tan odioso como Gordon?
Hizo una mueca mientras se alejaba poco a poco de Nick, sacando el muslo de debajo del de él. Ignorando el martilleo en la cabeza —y el latido que todavía sentía entre las piernas—, se puso en pie, con las rodillas temblorosas.
Se agarró con fuerza el estómago revuelto sin dejar de revisar sus recuerdos mientras se deslizaba de puntillas por la habitación para recoger su ropa.
En el club, Nick y ella se habían unido finalmente a un grupo de personas con las que habían abandonado el hotel. Tenía una vaga imagen de las brillantes luces de Las Vegas pasando ante sus ojos mientras viajaban en un taxi con sus nuevos amigos. Iba sentada sobre el regazo de Nick, con los labios de él pegados al cuello y sus dedos escondidos bajo la falda, trazándole perezosos círculos alrededor del clítoris. Todos parecían entusiasmados de camino al centro de la ciudad, pero a su memoria sólo acudía el orgasmo que había alcanzado mientras Nick la besaba y no podía recordar por qué su destino era tan importante. ¿Habrían ido a un casino más famoso? ¿A un show?
Lo ocurrido después del trayecto en taxi era un espacio en blanco.
Se inclinó para coger la ropa y notó que la habitación en penumbra daba vueltas. Sus bragas ahora no eran más que tres trozos de tela. Verlo no debería hacer que su sexo palpitara, pero... ______ maldijo por lo bajo. Tenía que centrarse.
La falda colgaba del pomo de la puerta, los zapatos estaban justo debajo. El suéter había acabado en el suelo del pasillo, a un par de pasos del dormitorio. ¿Y el sujetador? Había desaparecido.
Recordaba vagamente que Nick la había desnudado unos segundos después de cerrar la puerta a sus espaldas, y que le había permitido que ejerciera de nuevo su taimada magia sobre ella. Las imágenes fragmentadas que llenaban su mente la excitaban de pies a cabeza.
Se giró hacia la cama y observó el lento vaivén del musculoso pecho de Nick. La mayoría de la gente parecía más suave y vulnerable mientras dormía, pero a él se le veía igual de formidable que cuando estaba despierto. Y, dada su profesión, si no salía ahora a hurtadillas, se despertaría antes de que pudiera desaparecer.
Abandonarle le parecía una cobardía, pero teniendo en cuenta la atracción que sentía por él y su extraña renuencia a dejarle, sería mejor que enfilara directa hacia la puerta. Al final, habían compartido toda la noche, y su garganta, algo dolorida, era fiel reflejo de lo que le había pedido a gritos una y otra vez. Nick debería conformarse con eso, pero ¿qué más querría su parte más posesiva?
______ echó un vistazo alrededor buscando su bolso, conteniendo el deseo de volver a mirarle a él. No se atrevió a despertarle, podría tomarlo como una indirecta para comenzar... ¿el qué? ¿El decimoquinto round? No. Tendría que contener también las ganas de orinar.
Por fin divisó su bolsito en el suelo, cerca del armario, lo cogió y corrió lo más rápido que pudo hacia la puerta. Le pareció que tardaba una eternidad en abrir todos los cerrojos. Nick lanzó un gruñido y los ronquidos se interrumpieron mientras ella daba la última vuelta a la cerradura. Luego se quedó inmóvil hasta que, al cabo de unos instantes, la respiración masculina se hizo de nuevo profunda y constante.
______ abrió la puerta y la cerró con un suave «clic». Lo más probable es que jamás volviera a verle.
En cuanto tuvo ese pensamiento se detuvo en seco en el corredor. Eso era algo bueno, ¿no? Sí, aquella química feroz que había entre ellos la hacía estremecerse incluso ahora, pero Nick era un polvo de una noche. Su trabajo era puro peligro. El era capaz de dominarla, empujarla, desafiarla. Era cierto que, cuando había estado muy furiosa, la había escuchado. No era un imbécil. Pero sólo de pensar en pasar más tiempo con él, notaba que un escalofrío de pánico le bajaba por la espalda. Era mucho más que un presentimiento. Estar con Nick podría cambiar su vida. Y a ella.
Temía por su corazón. Lo que había pasado entre ellos no era lo que ocurría en una aventura de una noche. A pesar del pánico que la inundaba, algo en su interior le gritaba que cometía un terrible error al alejarse de él.
Ese sentimiento era... peligroso, pero innegable.
______ se volvió hacia la puerta y miró de reojo hacia la enorme ventana, junto a los ascensores. El sol estaba en lo alto. Aquello no tenía sentido, ¿qué hora era?
Sacó el móvil del bolso y casi se atragantó cuando comprobó el reloj. ¡Su avión salía en menos de dos horas!
Bueno, ya se ocuparía de aquellos sentimientos por Nick una vez que regresara a Lafayette. Quizá fuera bueno darse un poco de tiempo. Cuando los dos pudieran valorar la situación con más frialdad, podrían decidir lo que hacer. Si dentro de unos días seguía pensando en Nick, le pediría a Joe su número. Si no... Quizá sería mejor despedirse a la francesa. Además, ahora que había tenido una maratón de sexo, quizá fuera el propio Nick quien no quisiera saber nada de ella.
Aquella posibilidad la deprimió.
______ corrió hacia el ascensor. Entró en él y apretó el botón correspondiente a la planta donde se encontraba su suite. Una vez ante la puerta, sacó su tarjeta de plástico y la pasó por la ranura. Joe estaba allí, con una toalla alrededor de la cintura, mirándola tan fijamente como si en vez de ser ella fuera la Medusa de la mitología.
—¿Dónde coño te has metido?
—He bebido demasiado y no lo recuerdo bien.
Joe gruñó y se llevó la mano a la cabeza.
—Eso me suena. Me desperté en el suelo del cuarto de baño. ¿Qué ocurrió anoche?
—¿Te refieres a después de que me dejaras semi-desnuda con Nick y te desmayaras? —Arqueó una ceja de manera juguetona.
—¡Maldición! ¿Fue eso lo que ocurrió? —Suspiró—. Lo siento, ______. Lo he echado todo a perder.
Lo cierto era que en realidad no había sido así. Sonrió.
—Tenías buenas intenciones.
El se acercó y un mechón de pelo oscuro le cayó en la frente.
—Puede que nos dé tiempo para uno rapidito. ¿Qué te parece, nena? Te compensaré.
«No.» La reacción fue inmediata y la dejó confundida. Por lo general, disfrutaba mucho cuando echaba un polvo rápido con Joe. El se las arreglaba muy bien cuando sólo tenía unos minutos y se esmeraba en que fuera perfecto. Pero imaginó el rostro de Nick sobre el de ella, como había ocurrido durante la mayor parte de la noche, y recordó cuando él le había sujetado las manos por encima de la cabeza mientras la penetraba con dureza una y otra vez. Le bajó un escalofrío por la espalda.
Negó con la cabeza.
—Llegaríamos tarde. Tengo que darme una ducha y aún no he hecho el equipaje.
Joe suspiró y se alejó.
—Tienes razón. Maldita sea. Terminaré de prepararme y pediré un taxi.
—Estaré lista dentro de quince minutos —le aseguró. Cogió unos vaqueros, una camiseta y ropa interior limpia de la maleta y se dirigió al cuarto de baño, cerrando la puerta.
—Chloe, Hallie y Mari ya han salido para el aeropuerto. Tu hermana llamó por teléfono, buscándote. ¿No ibas a ir con ellas? —dijo Joe tras abrir la puerta del baño.
______ dio un respingo.
—Lo siento. Me... me quedé dormida.
—¿Con quién? —Joe la miraba fijamente—. Estoy seguro de que esa marca en el cuello no ha salido sola.
¿Qué demonios había tomado la noche anterior para tener esa monstruosa resaca?
Emitió un gemido al tiempo que rodaba hacia un lado. Se encontró con un pesado muslo sobre los de ella y un torso musculoso. Abrió los ojos como platos. El era duro, peligroso y muy masculino.
«Nick.»
¿Se había vuelto a acostar con él? Dado que estaba completamente desnuda y que incluso el más leve movimiento hacía que le dolieran músculos que ni siquiera sabía que poseía, se figuró que sí. Pero lo peor de todo era que incluso un leve roce contra el áspero vello que cubría aquella piel masculina la hacía sentirse caliente y mojada. Otra vez.
A pesar de que Nick era tan suave como un martillo y que, por lo general, ______ se negaba a estar a menos de diez metros de ese tipo de hombres, una parte de ella sólo quería acurrucarse contra él para sentir sus firmes brazos envolviéndola y aquella profunda voz diciendo su nombre otra vez.
Muchos hombres huían en cuanto notaban su actitud y su lengua afilada, ¿por qué no lo hacía también Nick? No importaba cuantas veces le hubiera mandado a freír espárragos la noche anterior, él no se había rendido. Sus contiendas verbales la excitaban y él le había demostrado a fondo que era tan bueno atacando como defendiéndose. No importaba cómo ni qué le dijera, él había permanecido a su lado para asegurarse de que estaba a salvo. Recordó leves destellos del brutal deseo de Nick y de sus muestras de ternura que, aún ahora, la estremecían.
El la hacía sentir más deseable, en todos los aspectos, que cualquier otro hombre antes. Mentiría si dijera que no quería más.
«No es una buena idea.» Nick era dominante, capaz de atrapar a cualquier mujer que le apeteciera y luego desarmarla; justo lo que ella no necesitaba.
______ se desperezó y la cabeza comenzó a dolerle en serio. Se sobresaltó. ¿Qué demonios había ocurrido la noche anterior?
Rebuscó en su memoria pero no pudo rellenar todas las lagunas. Recordaba la fiesta y que Joe se había quedado frito... Y, ¡oh!, también el increíble sexo que había mantenido con Nick antes de huir de él. Luego acabó en un club donde había litros de tequila, pero el SEAL la había seguido. Sabía que le había revelado demasiado sobre su familia y sus temores. ______ estaba horrorizada. ¿Qué la había poseído para sacar un tema tan odioso como Gordon?
Hizo una mueca mientras se alejaba poco a poco de Nick, sacando el muslo de debajo del de él. Ignorando el martilleo en la cabeza —y el latido que todavía sentía entre las piernas—, se puso en pie, con las rodillas temblorosas.
Se agarró con fuerza el estómago revuelto sin dejar de revisar sus recuerdos mientras se deslizaba de puntillas por la habitación para recoger su ropa.
En el club, Nick y ella se habían unido finalmente a un grupo de personas con las que habían abandonado el hotel. Tenía una vaga imagen de las brillantes luces de Las Vegas pasando ante sus ojos mientras viajaban en un taxi con sus nuevos amigos. Iba sentada sobre el regazo de Nick, con los labios de él pegados al cuello y sus dedos escondidos bajo la falda, trazándole perezosos círculos alrededor del clítoris. Todos parecían entusiasmados de camino al centro de la ciudad, pero a su memoria sólo acudía el orgasmo que había alcanzado mientras Nick la besaba y no podía recordar por qué su destino era tan importante. ¿Habrían ido a un casino más famoso? ¿A un show?
Lo ocurrido después del trayecto en taxi era un espacio en blanco.
Se inclinó para coger la ropa y notó que la habitación en penumbra daba vueltas. Sus bragas ahora no eran más que tres trozos de tela. Verlo no debería hacer que su sexo palpitara, pero... ______ maldijo por lo bajo. Tenía que centrarse.
La falda colgaba del pomo de la puerta, los zapatos estaban justo debajo. El suéter había acabado en el suelo del pasillo, a un par de pasos del dormitorio. ¿Y el sujetador? Había desaparecido.
Recordaba vagamente que Nick la había desnudado unos segundos después de cerrar la puerta a sus espaldas, y que le había permitido que ejerciera de nuevo su taimada magia sobre ella. Las imágenes fragmentadas que llenaban su mente la excitaban de pies a cabeza.
Se giró hacia la cama y observó el lento vaivén del musculoso pecho de Nick. La mayoría de la gente parecía más suave y vulnerable mientras dormía, pero a él se le veía igual de formidable que cuando estaba despierto. Y, dada su profesión, si no salía ahora a hurtadillas, se despertaría antes de que pudiera desaparecer.
Abandonarle le parecía una cobardía, pero teniendo en cuenta la atracción que sentía por él y su extraña renuencia a dejarle, sería mejor que enfilara directa hacia la puerta. Al final, habían compartido toda la noche, y su garganta, algo dolorida, era fiel reflejo de lo que le había pedido a gritos una y otra vez. Nick debería conformarse con eso, pero ¿qué más querría su parte más posesiva?
______ echó un vistazo alrededor buscando su bolso, conteniendo el deseo de volver a mirarle a él. No se atrevió a despertarle, podría tomarlo como una indirecta para comenzar... ¿el qué? ¿El decimoquinto round? No. Tendría que contener también las ganas de orinar.
Por fin divisó su bolsito en el suelo, cerca del armario, lo cogió y corrió lo más rápido que pudo hacia la puerta. Le pareció que tardaba una eternidad en abrir todos los cerrojos. Nick lanzó un gruñido y los ronquidos se interrumpieron mientras ella daba la última vuelta a la cerradura. Luego se quedó inmóvil hasta que, al cabo de unos instantes, la respiración masculina se hizo de nuevo profunda y constante.
______ abrió la puerta y la cerró con un suave «clic». Lo más probable es que jamás volviera a verle.
En cuanto tuvo ese pensamiento se detuvo en seco en el corredor. Eso era algo bueno, ¿no? Sí, aquella química feroz que había entre ellos la hacía estremecerse incluso ahora, pero Nick era un polvo de una noche. Su trabajo era puro peligro. El era capaz de dominarla, empujarla, desafiarla. Era cierto que, cuando había estado muy furiosa, la había escuchado. No era un imbécil. Pero sólo de pensar en pasar más tiempo con él, notaba que un escalofrío de pánico le bajaba por la espalda. Era mucho más que un presentimiento. Estar con Nick podría cambiar su vida. Y a ella.
Temía por su corazón. Lo que había pasado entre ellos no era lo que ocurría en una aventura de una noche. A pesar del pánico que la inundaba, algo en su interior le gritaba que cometía un terrible error al alejarse de él.
Ese sentimiento era... peligroso, pero innegable.
______ se volvió hacia la puerta y miró de reojo hacia la enorme ventana, junto a los ascensores. El sol estaba en lo alto. Aquello no tenía sentido, ¿qué hora era?
Sacó el móvil del bolso y casi se atragantó cuando comprobó el reloj. ¡Su avión salía en menos de dos horas!
Bueno, ya se ocuparía de aquellos sentimientos por Nick una vez que regresara a Lafayette. Quizá fuera bueno darse un poco de tiempo. Cuando los dos pudieran valorar la situación con más frialdad, podrían decidir lo que hacer. Si dentro de unos días seguía pensando en Nick, le pediría a Joe su número. Si no... Quizá sería mejor despedirse a la francesa. Además, ahora que había tenido una maratón de sexo, quizá fuera el propio Nick quien no quisiera saber nada de ella.
Aquella posibilidad la deprimió.
______ corrió hacia el ascensor. Entró en él y apretó el botón correspondiente a la planta donde se encontraba su suite. Una vez ante la puerta, sacó su tarjeta de plástico y la pasó por la ranura. Joe estaba allí, con una toalla alrededor de la cintura, mirándola tan fijamente como si en vez de ser ella fuera la Medusa de la mitología.
—¿Dónde coño te has metido?
—He bebido demasiado y no lo recuerdo bien.
Joe gruñó y se llevó la mano a la cabeza.
—Eso me suena. Me desperté en el suelo del cuarto de baño. ¿Qué ocurrió anoche?
—¿Te refieres a después de que me dejaras semi-desnuda con Nick y te desmayaras? —Arqueó una ceja de manera juguetona.
—¡Maldición! ¿Fue eso lo que ocurrió? —Suspiró—. Lo siento, ______. Lo he echado todo a perder.
Lo cierto era que en realidad no había sido así. Sonrió.
—Tenías buenas intenciones.
El se acercó y un mechón de pelo oscuro le cayó en la frente.
—Puede que nos dé tiempo para uno rapidito. ¿Qué te parece, nena? Te compensaré.
«No.» La reacción fue inmediata y la dejó confundida. Por lo general, disfrutaba mucho cuando echaba un polvo rápido con Joe. El se las arreglaba muy bien cuando sólo tenía unos minutos y se esmeraba en que fuera perfecto. Pero imaginó el rostro de Nick sobre el de ella, como había ocurrido durante la mayor parte de la noche, y recordó cuando él le había sujetado las manos por encima de la cabeza mientras la penetraba con dureza una y otra vez. Le bajó un escalofrío por la espalda.
Negó con la cabeza.
—Llegaríamos tarde. Tengo que darme una ducha y aún no he hecho el equipaje.
Joe suspiró y se alejó.
—Tienes razón. Maldita sea. Terminaré de prepararme y pediré un taxi.
—Estaré lista dentro de quince minutos —le aseguró. Cogió unos vaqueros, una camiseta y ropa interior limpia de la maleta y se dirigió al cuarto de baño, cerrando la puerta.
—Chloe, Hallie y Mari ya han salido para el aeropuerto. Tu hermana llamó por teléfono, buscándote. ¿No ibas a ir con ellas? —dijo Joe tras abrir la puerta del baño.
______ dio un respingo.
—Lo siento. Me... me quedé dormida.
—¿Con quién? —Joe la miraba fijamente—. Estoy seguro de que esa marca en el cuello no ha salido sola.
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
TellMeFraan escribió:uuuy MARCA EN EL CUELLO 1313 XD
Siguela pronto ;)
O.o
Que rapida Fran :P jajajja acabo de subir ;) :oops:
Tina(:
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