Aquella primera vez que... (Mini novela)/Larry Stylinson/

Nombre: Aquella primera vez que... (Mini novela)/Larry Stylinson/
Autor:Es una autora de Facebook, pero no aparece su nombre.
Adaptación: Si. La original se encuentra Facebook
Género: Un poco de todo.
Advertencias: SI ERES HOMOFOBICO, FUERA
Otras páginas:https://www.facebook.com/media/set/?set=a.330939940342865.1073741829.315645855205607&type=3

AQUI LES DEJO EL PRIMER CAPITULO, SI LES GUSTA DIGANME PARA SEGUIRLA, ESTA MINI NOVELA TIENE 7 PARTES, AQUI LA PRIMERA:



Capitulo 1-Primer encuentro

Abrí el grifo del agua fría y junté mis manos recogiendo el líquido, me salpiqué la cara con él un par de veces hasta que noté cómo mis músculos comenzaban a relajarse bajo mi piel. Mis rodillas continuaban temblando, al igual que mis manos, pero esta vez el temblor era apenas un ligero movimiento. Todo había pasado, me recordé una y otra vez. Ahora solo quedaba esperar la decisión de los jueces, saber si había conseguido impresionarles hasta el nivel de hacerme pasar a la última fase, a la Casa de los Jueces, o si toda esta situación surrealista terminaba aquí y yo, Harry Styles, de 16 años procedente de un pequeño pueblo de Inglaterra, que seguía en el instituto y trabajaba los fin de semana en la panadería local, conseguía pasar a la última fase y con suerte, con mucha suerte, llegar al programa y hacerme un hueco en el codiciado y competitivo mundo de la música o si en cambio, acababa volviendo a casa con mi familia, a clase y a las pequeñas actuaciones en los garajes.

Cuando me inscribí para las audiciones de Manchester nunca pensé que sería capaz de pasar la primera fase y ahora estaba en un cuarto de baño después de haber cantado por segunda vez en aquel impresionante escenario. Dejé que el aliento se escapara entre mis dientes, ese aliento que en algún momento durante los últimos segundos se había quedado atrapado en mi pecho. Cerré los ojos con fuerza apoyando ambas manos en el lavabo de cerámica y me obligué a relajarme porque ya no había motivos para estar tan nervioso. Lo había dado todo en el escenario y solo espera que eso fuera suficiente, de verdad que lo deseaba.

Escuché un suave carraspeó que procedía de algún punto por detrás de mi y abrí los ojos clavándolos en el espejo, observando a la figura que se erguía a mi derecha. No conocía su nombre pero no podía negar el hecho de que le había visto un par de veces durante el Bootcamp, ojos azules, cabello castaño y liso cayendo sobre su frente y siempre con una sonrisa bordada en su rostro. Esta vez no fue diferente, clavó sus ojos brillantes en las míos y sonrió tímidamente, sonreí de vuelta y giré un poco mi cuerpo enfrentándolo al suyo.

– Hola – murmuré y mi voz salió cómo un graznido, agaché la cabeza dejando que el pelo me tapara la cara y me aclaré la garganta antes de hablar, notando como mis mejillas se coloreaban y vi una mano extendida delante de mi cuerpo.

– Soy Louis – dijo suavemente y levanté la cabeza enfrentando su mirada y su sonrisa.

– Harry – contesté apretando su mano y una pequeña descarga recorrió mis dedos.

– Lo sé, te he visto cantar hace un rato, Styles.

Sonreí de nuevo, tímidamente, sin saber qué contestar y su mano se trasladó a mi hombro apretándolo suavemente.

– Has estado increíble ahí arriba, sino te pasan a la Casa de los Jueces estarán cometiendo un gran error. ¡Que digo! Si no ganas el concurso, Inglaterra cometerá un error.

Noté como mis mejillas pasaban del rosa al rojo fuego y me encogí bajo su agarré, quedándome sin palabras porque ¿Qué contestas a eso? ¿Gracias? No, un gracias sonaría ridículo, pero quedarme en silencio era todavía peor, abrí la boca un par de veces pero ningún sonido la abandonó. Sus palabras seguían resonando en mi cerebro chocando contra las paredes de mi cráneo, había sonado tan sincero, tan real que no sabía como reaccionar. Su sonrisa seguía grabada en su rostro, una sonrisa abierta y perfecta que iluminaba aún más su mirada.

– ¿Puedo pedirte una cosa? – murmuró dando un paso hacía mi posición hasta que nuestros pies chocaron, asentí con la cabeza incapaz de hablar – ¿Me darías un autógrafo?

Abrí los ojos ante la pregunta y sacudí la cabeza incapaz de creer las palabras que habían abandonado sus labios. ¿Por qué me pedía un autógrafo? Yo no era nadie.

– ¿Por… por qué? – tartamudeé incrédulo y pasé mi mirada por su rostro buscando cualquier signo que me indicará que todo era una broma, no encontré nada y eso me sorprendió aún más, parecía tan seguro.

– Como te he dicho creo que vas a llegar muy lejos, tienes el pack completo, buena voz, buena apariencia y personalidad capaz de encandilar a cualquiera – dijo guiñándome un ojo y noté mis mejillas aún más calientes que antes, como si de un momento a otro fuera a producirse una combustión instantánea en mi rostro.

– Claro… – susurré sin creerme lo que estaba pasando y un papel apareció delante de mi cara, acompañado por un bolígrafo azul.

¿Qué debía poner? Nunca en mi vida había firmado un autógrafo, este sería el primero y seguramente el último. Cogí el papel entre mis temblorosas manos y lo apoyé contra el espejo de mi izquierda, quité la tapa al bolígrafo y lo posicioné contra el trozo de folio, me quedé parado y noté como Louis se acercaba más a mí.

– Simplemente pon tu nombre – susurró contra mi oído y ese sonido acompañado de su aliento chocando contra mi piel mandó un escalofrío por mi columna.

Hice lo que me dijo y garabateé mi nombre en medio del papel, lo volví a agarrar y se lo tendí, dejando que nuestras manos se rozaran a su paso. Sonrió cuando sus manos agarraron el trozo blanco con mi nombre en él y volvió a clavar sus ojos en los míos.

– Y ahora, ¿foto? – preguntó alzando una ceja y solté una carcajada.

– Esto es ridículo, Louis, no soy nadie y no creo que llegue a serlo – dije mientras veía como sacaba su teléfono móvil del bolsillo y se encogía de hombros.

– Quien sabe, mejor prevenir que curar ¿no? – comentó pasando una mano por mi cintura, acercándome a su cuerpo caliente. Me estremecí de nuevo y coloqué mi mano sobre sus hombros.

Negué con la cabeza incrédulo y divertido, era todo ridículo y de alguna manera, excitante. Giré mi rostro mirando a aquel peculiar muchacho y segundos después su cabeza giró también enfrentando nuestras miradas.

– ¿No deberíamos mirar a la cámara? – preguntó divertido y asentí con la cabeza incapaz de borrar la sonrisa que ahora se ensanchaba en mi rostro.

Alzó el teléfono y yo le agarré la cara con la mano. Entonces, capturó el momento, su brazo abandonó mi cuerpo y por un segundo noté que el calor abandonaba mi piel y se fugaba con él.

– Cuando seas famosos acuérdate que tu primer autógrafo lo tiene Louis de Doncaster – dijo haciendo una ridícula reverencia arrancando otra carcajada de mi pecho.

– Un placer Louis de Doncaster, espero que tengas suerte – murmuré y él asintió con la cabeza mientras se encogía de hombros y guardaba el papel y el teléfono en un bolsillo.

– Nos vemos Harry.

Y con esas tres palabras salió del servicio dejándome parado en medio de la habitación, con una estúpida sonrisa en los labios y la esperanza de que aquella no hubiera sido la última vez que viera a aquel muchacho de ojos azules y sonrisa fácil.

¡Me encantó! Yo sinceramente creo que Larry es real y siempre quise una historia que contara todo su proceso de enamoramiento, como se conocieron y como se terminaron enamorando. Escribís muy bien, pudiste tomar la personalidad de los personajes muy bien. Seguilaaaa porfaaaaa

Está genial, por qué no la sigues? (: