bєsαrмє? sσbrє мı cαdαvєr!♡ {Cαp. 26: clari.}

¿Cómo piensas que es el amor?, no hablo de cualquier amor, no, no me refiero al que le tienes a tu familia, amigos o a personas cercana, me refiero a las personas esas que hacen que tu corazón lata a un ritmo más rápido, que no puedas dejar de pensar en esa persona tan especial, que cuando estás con él o ella sientes que en tu estómago hay algo que te hace cosquillas. A eso me refiero.
¿Crees que es bonito?. Ok, no lo niego, es bonito. Y te digo que lo aproveches mientras puedas. Porque hay algunas personas a las cuales solo les gustan jugar con tú corazón. Pero eso no viene al tema ahora. Lo que quiero es contarle lo que pasa ahora, no lo que pasó en un pasado, un pasado muy oscuro.
- ¡Clara!- Escuché como alguien me llamaba.- ¡Levántate, se te hace tarde!- Su voz chillona, ya sé quién es, me hubiera gustado que no me trate como su hija.
- ¡Ya voy, Arianna! Espera… ¿Tarde? ¿Para qué?- Grité de igual manera.
- ¡Clara!- Me gritó de nuevo y alargó mi nombre.
- ¿QUÉ?- Pregunté fastidiada.
- ¿Te olvidaste que hoy saldríamos a “pasear” con las chicas?- Aunque yo estaba en mi habitación sabía que hizo comillas en “pasear”.- Porque el lunes debemos ir de nuevo a la universidad.
- Ah. Y ni me hables de la universidad, Ari. Por favor- Le dije.
- Bien. Prepárate, nos encontraremos en el centro comercial con las demás. No te tardes- Lo último dijo en tono de advertencia.
- Sí, mamá- Dije y ella rió.
Al final me puse esto y salí. Arianna estaba muy bonita, y cualquier chico diría que hasta sexy.
- ¿Vamos a un desfile o a pasear?- Le pregunté. Ella estaba vestida así
- Jajaja, muy graciosa. Vamos, las chicas me llamaron y me dijeron que estarán en la cafetería del centro comercial.
- Ok. Vamos- Ella tomó su bolso y ambas salimos rumbo al centro comercial.
Fuimos caminando, ya que, estábamos cerca de allí.
- ¿Qué vestido te gustaría para casarte?- Me preguntó. Estábamos en frente de una tienda que vendía vestidos, todos preciosos. Pero ella más que nadie sabe que no me gusta hablar sobre esas cosas.
- Arianna. Vamos, las chicas nos están esperando- Le dije cambiando de tema rápidamente.
- Clari, sé perfectamente que quieres evitar el tema, pero vamos, hay que seguir la vida. Y si ese inútil te hizo sufrir, pero hay que seguir adelante. Te juro que si alguien vuelve a hacerte sentir mal o algo, se las verá conmigo ¿me oíste?- Me dijo y en ese momento una pelota de fútbol estacionó en su cara, auch. Por suerte la pelota no vino a todo lo que daba.- ¡Ey tú idiota! ¿Cómo te atreves a tirar una pelota de fútbol en mi cara? ¿Eres imbécil o qué?- Wow, sí que se enojó. Me giré y vi a dos chicos reírse, pero uno no se reía. Arianna tomó el balón y se lo tiró a los tres.
- ¡Te dije que a la castaña no a la rubia!- Dijo el que no se reía.
- Óyeme bien. Me tiras ese balón a mi cara y te juro que iré hasta tu casa, sea donde sea que vivas, te buscaré hasta debajo de las piedras, pero sé que te esconderás debajo de tu cama, oye lo siguiente: Tiras esa pelota, y te rompo los dientes, a una mujer se la respeta, y me importa muy poco que seas un niño de 13 años, eres un maleducado que solo busca la atención de las chicas mayores y bonitas. Llegan a tocarnos, un solo cabello, oigan bien ¡Uno solo!- levanté un poco la voz. Estos pendejos que no saben respetar me tienen harta- y me conocerán aunque no sepan ni mi nombre ni el de ella. ¿Ok?. Ahora váyanse antes de que me enfade.- Les dije y me di la vuelta. Arianna me miró y sonrió dándome las gracias. Y escuché “¿antes de que me enfade?...” y se rieron, ok, si no se fueron les va a ir mal. Me di la vuelta y apenas me vieron salieron corriendo aterrorizados.
- ¡Woooow!- Exclamó Arianna-, jamás pensé que te enojarías con eso. Pero en lo que estábamos- cambió de tema de nuevo-, tengo que demostrarte que no todos los chicos son unos idiotas que quieren jugar contigo, ¿y si te consigo una cita?- me dijo y la verdad no quería hablar de chicos en este momento.- ¡Di que sí! ¡Di que sí!
- No, enserio. Solo si me dejas que yo te busque una cita a ti- Le dije y su cara cambió.
- Mejor no- Dijo y me reí.
- Entonces no hay trato.
- No, no lo hay- Me dijo nuevamente.
- ¿Sabes?, la amistad es mucho mejor que el amor.- Le dije y me abrazó.