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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
HOLA CJICAS PERDON POR NO ESTAR ON PERO LA ESCUELA NO ME DEJA MUCHOTIEMPO MKI TAREA LA TERMINO YA UN POCO NOCHE PERO LES PROMETP QUIE MAÑANA LES SUBIRE UN CAPITULO ESPERO NO HAVER PERDIDO NINGUNA LECTORA :(SI ES ASI PUES TODO ES MI CULPA POR NO SUBIR SEGUIDO PERO LAS ENTIENDO CHIKAS ESPERO LA AIGAN DISFRUTADO CUIDENSE XOXO
JACKE MASLOW PENA *
JACKE MASLOW PENA *
Jacke Maslow Pena *
Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
Capitulo 16:
-¿Decías?-dijo intentando que siguiera con mi oración. Parpadeé y mi mirada bajó a sus labios.- esta bien, no digas nada.- se alejó de mi y tomó la ropa que yo había dejado sobre la cama.- No entiendo.-dijo.- ¿Para que me preguntas que parte del armario voy a usar si luego no me dejas nada de espacio?-estaba notoriamente molesto.
-Iba a dejarte la mitad pero luego me di cuenta que tu estabas jugando sucio y decidí hacer lo mismo.-expliqué. Se sentó en la cama y me miró, entre cerró los ojos y asintió.
-Gracias.-dijo luego. Lo miré sin entender. Me mostró el paquetito que yo acababa de entregarle. Entendí. Lo abrió y sonrió.- Te debo algo.-me dijo y se levantó de la cama. Besó mi mejilla sonoramente.
-De nada.-respondí algo anonada.
-Puedes volver a guardar tu ropa.-me informó. Asentí.
Ya estaba cayendo la noche. Creo que ambos coincidíamos en que no queríamos pelear más. Me di una ducha mientras James terminaba de ordenar su parte del armario.
Esta vez me llevé el pijama al baño y cuando salí de la ducha me lo coloqué.
Luego de mi ducha, era el turno de James, que sin protestar se metió al baño y se llevó su ropa al igual que yo.
Me tiré en la cama y encendí el televisor esperando encontrar un buen canal para ver a esta hora, mientras esperábamos la comida en la habitación.
-Listo.-dijo cuando salió sacudiendo su pelo con una toalla.- ¿Todavía no llegó la comida?-agregó. Lo miré, fue cuando caí en la cuenta de que el estaba en boxers con el torso desnudo. Me hizo una mueca torcida, intente no mirarlo mucho para no empezar con los problemas.
-No, todavía no.-me limité a decirle. Se sentó en la cama mientras veía fijamente a la pantalla del televisor.- ¿Qué ves?-arqueó una ceja.
-Sweet 16.-respondí secamente.
-¿Qué canal es ese?-dijo extrañado.
-El programa se llama “Sweet 16”.-volteé a verlo. Me miró.- El canal es el MTV.-asintió con la cabeza.- No me digas que no lo conoces.-agregué divertida. Rió.
-No, no se de donde salió ese canal tan raro.
-Woow James, tu si que tienes problemas.-carcajeé. Me sonrió.
-¿Problemas?-dijo divertido.- No lo creo pequeña.-rió. Lo miré seriamente haciendo que rodara sus ojos.- ¿Qué eres?
-¿Qué soy?-dije confundida.
-Si, ¿Qué eres?-insistió.
-Puede que tus amigos te entiendan cuando hablas así de raro pero yo no te entiendo.-dije cambiando de canal.
-Quiero decir…-dijo buscando las palabras correctas. Me quedé mirándolo.- Que… si eres pequeña, una mujer, una señorita, una dama. ¿Cómo te gusta que te trate?-dijo finalmente. Me quedé pensando sobre eso.- Olvídalo, solo quería saber como hablarte, pero no importa.-volteé mi mirada al televisor y a los segundo regresé mi mirada a su rostro.
-¿Tu que crees que soy?-pregunté. Me miró.- ¿Una nena?- negó con la cabeza.- Entonces…-lo incité para que hablara.
-Para mi eres…- miró hacía el techo. Se me hacía divertido que preguntara eso y a la vez me causaba ternura que preguntara como debía tratarme.
-Una simple adolescente.-le completé la frase. Bajó la mirada hasta mis ojos.- Solo eso.
-No.-dijo negando con la cabeza.- Eres mi novia.
-Tu nunca me preguntaste si quería ser tu novia.
-Porque sabia que ibas a decir que no.
-Pregunto…-dije acomodándome en la cama.- ¿Por qué en vez de tratarme mal no intentaste acercarte a mí?
-No necesito de los demás para ser feliz.-contestó secamente.
-Tal cual lo imaginaba, un frío sin sentimientos.
-Oh, si, eso piensas porque no me conoces.-dijo.- Aparte no entenderías nunca.
-James…-dije.- créeme, he sufrido mucho en mi vida y sigo sonriendo y necesito de los demás.
-No entenderías.
-¿Por qué no?-pregunté. Se pasó las manos por el cabello.
-Porque no.
-Porque no, no es una razón.-le dije.
-¿Quieres que peleemos otra vez?-arqueó una ceja.- No tengo drama.-agregó.
-Okey, okey.-volteé mi mirada al televisor.- Pero tarde o temprano tendrás que responder a mis preguntas porque no puedes obligarme a que me case contigo si ni siquiera se cual es tu segundo nombre.-respiré profundo. Había dicho todo con molestia y enojo.
-David.-respondió. Parecía que me estaba queriendo molestar. Un momento…. ¿David?
-¿David?-lo miré.- ¿David?- se me escapó una risita.
-Hey, no te rías.-me dijo mientras me señalaba con su dedo.
-¿Cómo no reírme?-dije en una carcajada.- David.-repetí. Rió.
-Bueno, bueno, yo ya te dije eso. Ahora, volvamos al tema con el que empezó todo. ¿Si?
-¿Cuál fue?-pregunté intentando no reír por su segundo nombre.
-Que yo no te había preguntado si querías ser mi novia.-dijo. Rodé los ojos.
-¿Para que quieres que hablemos de eso? ¿Para pelearnos otra vez?
-No. Es que, tienes razón, debería de haberte preguntado si querías ser mi novia.
-El error ya lo cometiste.-dije.
-Vamos, dame una oportunidad.-dijo casi en un susurro. Sentimos el golpe en la puerta. Me levanté de la cama.- Yo voy.-dijo.
-¿En boxers?-le pregunté. Se rió y se sentó en la cama.-Voy yo.-comencé a caminar hasta la puerta.
Estábamos sentados en el mini living de la habitación. James comía papas fritas como si fueran las últimas en su vida. Yo por mi lado me dediqué a probar la carne de cerdo.
-Tranquilo.-dije en una carcajada. Me miró.- Límpiate la boca.-agregué mientras le pasaba la servilleta.
-¿Me limpias tu?-dijo estúpidamente.
-Cursi.-murmuré. Rió.
-Te estaba probando.-dijo mientras se limpiaba la boca. Nuevamente el silencio se apoderó de la situación.
-Tengo una pregunta.-dije rompiendo el silencio. Me miró.
-Dime.
-¿Por qué trabajo tuyo estamos acá?
-Un pequeño temita que ya mañana y pasado resuelvo.-dijo y se metió una papa a la boca.
-Ah, bien. Y entonces… ¿solo iremos a la playa?
-No.-dijo.- Podemos hacer miles de cosas. Claro, si te comportas como se debe.
-¿Cómo se debe?-pregunté sin entender.- James creo que tienes una imagen mía que no es correcta.
-¿Ah si?-arqueó una ceja.
-Si, Maslow .-dije de mala gana.- Créeme puedo parecer una nena pero en realidad no lo soy, así que empieza a tratarme como tal, porque te las veras conmigo.
-Bueno, tranquila.-rió.- Creo que tendrás que demostrarme que no eres una nena.-dijo. Lo miré mal.- Digo… no se, depende de ti como me lo demuestres.
-James, que te quede claro que nunca en mi vida me acostare contigo.
-Eso dices ahora pequeña.-me dijo burlonamente.
-Si, lo digo ahora y por siempre.-dije antes de levantarme del sillón.
La parte mas fea del día se acercaba, íbamos a dormir juntos. El hecho de tener a James tan cerca mío me daba ganas de llorar. ¿Qué pasa si me viola? O ¿Si me obliga a tener sexo con el? No, no _______, creo que estas exagerando las cosas. Pero en serio, dormir con James, los dos solos en la habitación, nadie conocido acá en México, este chico es un sexopata, definitivamente esta noche no voy dormir.
Me tiré en la cama y prendí el televisor, como de costumbre, nada para ver. Cambié de canal unas setenta veces antes de encontrar “Pretty Little Liars”. A veces Aria me confunde, pero es mi preferida de ellas… gracias Maslow por interrumpir mis pensamientos.
-¿Por qué ves cosas tan malas?
-¿Por qué tuviste que nacer?
-Hey, que dura eres.-rió.- Solo pregunto, y creo que nací porque mi mamá y mi papá…
-No me digas mas nada.-dije intentando no reír.- Eres un inmaduro.
-Disculpa, habló la madura.-carcajeó. Se acostó mi lado.- ¿Ya te vas a dormir?
-No, no tengo sueño.-dije sin despegar los ojos del televisor.
-Yo tampoco tengo sueño.-dijo pícaramente. Recibió un codazo.- Solo decía.-rió.
-Bueno, mejor no digas nada.-dije de mala gana. Se sentó a un costado mío y comenzó a observarme.- ¿Qué?-dije mirándolo de reojo.- ¿Qué tengo?
-Pregunto…-dijo esperando una respuesta de mi parte.
-Pregúntame.
-¿Por qué tan seria?-dijo entre cerrando los ojos para ver si adivinaba algo.
-¿Tengo que ser sincera?
-Claro, bueno, si quieres contarme, si no, no importa.
-Okey.-me acomodé para verlo.- ¿No te ríes de mi?
-Lo prometo.-dijo.
-Me da miedo dormir contigo.-sentí como mis mejillas tomaron color
-¿Decías?-dijo intentando que siguiera con mi oración. Parpadeé y mi mirada bajó a sus labios.- esta bien, no digas nada.- se alejó de mi y tomó la ropa que yo había dejado sobre la cama.- No entiendo.-dijo.- ¿Para que me preguntas que parte del armario voy a usar si luego no me dejas nada de espacio?-estaba notoriamente molesto.
-Iba a dejarte la mitad pero luego me di cuenta que tu estabas jugando sucio y decidí hacer lo mismo.-expliqué. Se sentó en la cama y me miró, entre cerró los ojos y asintió.
-Gracias.-dijo luego. Lo miré sin entender. Me mostró el paquetito que yo acababa de entregarle. Entendí. Lo abrió y sonrió.- Te debo algo.-me dijo y se levantó de la cama. Besó mi mejilla sonoramente.
-De nada.-respondí algo anonada.
-Puedes volver a guardar tu ropa.-me informó. Asentí.
Ya estaba cayendo la noche. Creo que ambos coincidíamos en que no queríamos pelear más. Me di una ducha mientras James terminaba de ordenar su parte del armario.
Esta vez me llevé el pijama al baño y cuando salí de la ducha me lo coloqué.
Luego de mi ducha, era el turno de James, que sin protestar se metió al baño y se llevó su ropa al igual que yo.
Me tiré en la cama y encendí el televisor esperando encontrar un buen canal para ver a esta hora, mientras esperábamos la comida en la habitación.
-Listo.-dijo cuando salió sacudiendo su pelo con una toalla.- ¿Todavía no llegó la comida?-agregó. Lo miré, fue cuando caí en la cuenta de que el estaba en boxers con el torso desnudo. Me hizo una mueca torcida, intente no mirarlo mucho para no empezar con los problemas.
-No, todavía no.-me limité a decirle. Se sentó en la cama mientras veía fijamente a la pantalla del televisor.- ¿Qué ves?-arqueó una ceja.
-Sweet 16.-respondí secamente.
-¿Qué canal es ese?-dijo extrañado.
-El programa se llama “Sweet 16”.-volteé a verlo. Me miró.- El canal es el MTV.-asintió con la cabeza.- No me digas que no lo conoces.-agregué divertida. Rió.
-No, no se de donde salió ese canal tan raro.
-Woow James, tu si que tienes problemas.-carcajeé. Me sonrió.
-¿Problemas?-dijo divertido.- No lo creo pequeña.-rió. Lo miré seriamente haciendo que rodara sus ojos.- ¿Qué eres?
-¿Qué soy?-dije confundida.
-Si, ¿Qué eres?-insistió.
-Puede que tus amigos te entiendan cuando hablas así de raro pero yo no te entiendo.-dije cambiando de canal.
-Quiero decir…-dijo buscando las palabras correctas. Me quedé mirándolo.- Que… si eres pequeña, una mujer, una señorita, una dama. ¿Cómo te gusta que te trate?-dijo finalmente. Me quedé pensando sobre eso.- Olvídalo, solo quería saber como hablarte, pero no importa.-volteé mi mirada al televisor y a los segundo regresé mi mirada a su rostro.
-¿Tu que crees que soy?-pregunté. Me miró.- ¿Una nena?- negó con la cabeza.- Entonces…-lo incité para que hablara.
-Para mi eres…- miró hacía el techo. Se me hacía divertido que preguntara eso y a la vez me causaba ternura que preguntara como debía tratarme.
-Una simple adolescente.-le completé la frase. Bajó la mirada hasta mis ojos.- Solo eso.
-No.-dijo negando con la cabeza.- Eres mi novia.
-Tu nunca me preguntaste si quería ser tu novia.
-Porque sabia que ibas a decir que no.
-Pregunto…-dije acomodándome en la cama.- ¿Por qué en vez de tratarme mal no intentaste acercarte a mí?
-No necesito de los demás para ser feliz.-contestó secamente.
-Tal cual lo imaginaba, un frío sin sentimientos.
-Oh, si, eso piensas porque no me conoces.-dijo.- Aparte no entenderías nunca.
-James…-dije.- créeme, he sufrido mucho en mi vida y sigo sonriendo y necesito de los demás.
-No entenderías.
-¿Por qué no?-pregunté. Se pasó las manos por el cabello.
-Porque no.
-Porque no, no es una razón.-le dije.
-¿Quieres que peleemos otra vez?-arqueó una ceja.- No tengo drama.-agregó.
-Okey, okey.-volteé mi mirada al televisor.- Pero tarde o temprano tendrás que responder a mis preguntas porque no puedes obligarme a que me case contigo si ni siquiera se cual es tu segundo nombre.-respiré profundo. Había dicho todo con molestia y enojo.
-David.-respondió. Parecía que me estaba queriendo molestar. Un momento…. ¿David?
-¿David?-lo miré.- ¿David?- se me escapó una risita.
-Hey, no te rías.-me dijo mientras me señalaba con su dedo.
-¿Cómo no reírme?-dije en una carcajada.- David.-repetí. Rió.
-Bueno, bueno, yo ya te dije eso. Ahora, volvamos al tema con el que empezó todo. ¿Si?
-¿Cuál fue?-pregunté intentando no reír por su segundo nombre.
-Que yo no te había preguntado si querías ser mi novia.-dijo. Rodé los ojos.
-¿Para que quieres que hablemos de eso? ¿Para pelearnos otra vez?
-No. Es que, tienes razón, debería de haberte preguntado si querías ser mi novia.
-El error ya lo cometiste.-dije.
-Vamos, dame una oportunidad.-dijo casi en un susurro. Sentimos el golpe en la puerta. Me levanté de la cama.- Yo voy.-dijo.
-¿En boxers?-le pregunté. Se rió y se sentó en la cama.-Voy yo.-comencé a caminar hasta la puerta.
Estábamos sentados en el mini living de la habitación. James comía papas fritas como si fueran las últimas en su vida. Yo por mi lado me dediqué a probar la carne de cerdo.
-Tranquilo.-dije en una carcajada. Me miró.- Límpiate la boca.-agregué mientras le pasaba la servilleta.
-¿Me limpias tu?-dijo estúpidamente.
-Cursi.-murmuré. Rió.
-Te estaba probando.-dijo mientras se limpiaba la boca. Nuevamente el silencio se apoderó de la situación.
-Tengo una pregunta.-dije rompiendo el silencio. Me miró.
-Dime.
-¿Por qué trabajo tuyo estamos acá?
-Un pequeño temita que ya mañana y pasado resuelvo.-dijo y se metió una papa a la boca.
-Ah, bien. Y entonces… ¿solo iremos a la playa?
-No.-dijo.- Podemos hacer miles de cosas. Claro, si te comportas como se debe.
-¿Cómo se debe?-pregunté sin entender.- James creo que tienes una imagen mía que no es correcta.
-¿Ah si?-arqueó una ceja.
-Si, Maslow .-dije de mala gana.- Créeme puedo parecer una nena pero en realidad no lo soy, así que empieza a tratarme como tal, porque te las veras conmigo.
-Bueno, tranquila.-rió.- Creo que tendrás que demostrarme que no eres una nena.-dijo. Lo miré mal.- Digo… no se, depende de ti como me lo demuestres.
-James, que te quede claro que nunca en mi vida me acostare contigo.
-Eso dices ahora pequeña.-me dijo burlonamente.
-Si, lo digo ahora y por siempre.-dije antes de levantarme del sillón.
La parte mas fea del día se acercaba, íbamos a dormir juntos. El hecho de tener a James tan cerca mío me daba ganas de llorar. ¿Qué pasa si me viola? O ¿Si me obliga a tener sexo con el? No, no _______, creo que estas exagerando las cosas. Pero en serio, dormir con James, los dos solos en la habitación, nadie conocido acá en México, este chico es un sexopata, definitivamente esta noche no voy dormir.
Me tiré en la cama y prendí el televisor, como de costumbre, nada para ver. Cambié de canal unas setenta veces antes de encontrar “Pretty Little Liars”. A veces Aria me confunde, pero es mi preferida de ellas… gracias Maslow por interrumpir mis pensamientos.
-¿Por qué ves cosas tan malas?
-¿Por qué tuviste que nacer?
-Hey, que dura eres.-rió.- Solo pregunto, y creo que nací porque mi mamá y mi papá…
-No me digas mas nada.-dije intentando no reír.- Eres un inmaduro.
-Disculpa, habló la madura.-carcajeó. Se acostó mi lado.- ¿Ya te vas a dormir?
-No, no tengo sueño.-dije sin despegar los ojos del televisor.
-Yo tampoco tengo sueño.-dijo pícaramente. Recibió un codazo.- Solo decía.-rió.
-Bueno, mejor no digas nada.-dije de mala gana. Se sentó a un costado mío y comenzó a observarme.- ¿Qué?-dije mirándolo de reojo.- ¿Qué tengo?
-Pregunto…-dijo esperando una respuesta de mi parte.
-Pregúntame.
-¿Por qué tan seria?-dijo entre cerrando los ojos para ver si adivinaba algo.
-¿Tengo que ser sincera?
-Claro, bueno, si quieres contarme, si no, no importa.
-Okey.-me acomodé para verlo.- ¿No te ríes de mi?
-Lo prometo.-dijo.
-Me da miedo dormir contigo.-sentí como mis mejillas tomaron color
Jacke Maslow Pena *
Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
Capitulo 17... MINI MARATON 1/2
-¿Miedo?-dijo arqueando una ceja.- _______, no voy a obligarte a dormir conmigo.-me dijo. Suspiré.- ¿Te doy miedo?-agregó con un tono de… ¿preocupación?
-Es que no es que me des miedo tú, si no que… sin ofender, eres algo bipolar y de repente te enojas conmigo y dices cosas sin sentido que de verdad me asustan.-dije. Me miró bien, torció un poco la cabeza.- Eso también me da miedo.-dije causando su tierna risita.
-¿Bipolar?-dijo poniéndose serio.- No, no lo creo.-carcajeó.
-¿Ves?-reí.- Puede que no te des cuenta pero de verdad a veces asustas James.-le dije. Me sonrió.
-Bueno, iré a un medico.-dijo. Me reí.- No vamos a dormir juntos, no te preocupes.-me dijo.
-Gracias.
-Nunca pensé que una chica me iba a dar las gracias por no dormir con ella.
-Pregunto…-dije.
-Pregúntame.
-¿Te acuestas con la primera que se te cruza?
-No siempre es la primera.-dijo riendo. Negué con la cabeza en tono de reproche.- Tú te me has cruzado un par de veces y ni siquiera me quieres besar.-rió. – Me causa ternura que te sonrojes.
-¡James!-dije intentando sonar molesta. Me sonrió.
-Hasta mañana.-dijo y sacó una almohada de la cama.- Capaz que mañana cuando despiertes yo no voy a estar en la habitación, ¿si?
-Si.-dije mientras asentía.- Hasta mañana, que descanses.
Admito que fue lindo de su parte dejarme la cama para irse a dormir a un incomodo sillón donde le sobresalían los pies, era gracioso verlo ahí pero a la vez daba algo de pena. No digo que me importe mucho James, pero de verdad el hace mucho por mi, aun que me trate mal, me da un techo y me cuida.
Fui hasta el baño, cepillé mis dientes, até mi cabello en una coleta, lave mi cara quitando todo resto de maquillaje corrido por el agua de la ducha. Al salir abrí la cama y cambié de canal, no encontré nada así que lo apagué.
Me incliné un poco en la cama para ver a James que reposaba sobre el sillón mientras miraba el techo. Recosté mi cabeza sobre la almohada dándole la espalda al lugar vacío de James en esta cama.
Ahora un nuevo pensamiento invadía mi cabeza.
¿Qué tal si solo es un truco y luego se mete en la cama?
Ya con eso no iba a poder dormir. Cerré mis ojos y respiré profundo.
-________ no exageres, ni que estuvieras en una película de terror.-murmuré para mi misma.
-¿Qué?-sentí que decía. Creo que no lo dije lo suficientemente bajo.
-Nada, nada, hablaba conmigo misma.
-¿Segura?-dijo divertido. Rodé en la cama para verlo.
-Segura.-le dije. Me sonrió.- No te preocupes siempre hablo sola.-dije y volví a voltear.- Descansa.
-Gracias, tu también.-dijo en una risita.
Es una exageración lo que estoy pensando pero… ¿Qué tal si me duerme y se abusa de mi? Okey _______, te fuiste a la mierda con ese pensamiento.
-Es imposible.-murmuré.
-________, dile a _______ que se cierre la boca.-me dijo. Reí.
-Perdona James, estoy en una lluvia de pensamientos.- le dije. De seguro el quiere que me duerma rapido para luego…
-¿Segura estas bien?-me dijo. Rodé de vuelta sobre la cama y asentí.- Una persona que esta bien no habla sola.-dijo divertido.
-Créeme, si estuvieras en mi situación hablarías solo.-le dije. Me sonrió.- Ya duérmete.-volví a rodar hasta mi lugar.
Cerré los ojos e intenté dormir, pero aun que yo misma me convenciera no iba a poder dormir teniendo a James despierto.
Miré el reloj en mi celular, las 02:13 am. ¿Qué carajo iba a hacer toda la noche? Respiré profundo y solté el aire de golpe.
-Mierda.-murmuré. Oh no, seguro James me escuchó.- James.-dije despacio. No respondió, gire sobre la cama y lo mire.
Uno de sus brazos caía graciosamente sobre la alfombra y el otro reposaba tras su nuca. Me reí por lo bajo. Tenía la boca un poco abierta y los pies tiesos como un muerto, este chico si que descansa.
Lo di por dormido y volteé de nuevo a mi lugar.
Estaba segura de que no iba a dormir hasta que James se fuera del hotel, cosa que pasaría nunca o tal vez dos horas en la mañana.
Me acomodé mirando el techo y comencé a jugar con un almohadón. Tíralo, atrápalo, tíralo, atrápalo, tíralo, mierda… al piso. Me bajé de la cama para alcanzar en almohadón y me metí de nuevo en la cama con el pequeño almohadón en mis manos.
Idea, loca, pero idea en fin.
-James.-murmuré. Ni se movió.- David.-dije divertida.- James David Maslow , despierta.-susurré lo bastante alto pero no mucho como para no asustarlo.-James, levántate, no puedo dormir.-insistí.
Definitivamente James tenía un sueño pesado pero no daba mucha ternura al dormir así que yo iba a divertirme un rato.
-¡Un ladrón!-grité mientras el almohadón impactaba contra su cara. Lo quitó rápido y saltó del sillón provocándose una caída en seco sobre la alfombra. Ouuch, eso debió doler. Me reí cuando se sentó sobre la alfombra con la cara roja.
-No fue divertido.-me dijo enfadado. Ahí fue cuando exploté en risas.- ¿De que te ríes?-dijo enojado.- Me dolió y mucho.-se sentó sobre el sillón mientras se sobaba la mejilla.
Me revolcaba sobre la cama mientras reía como una loca maniática. Recibí un almohadonzazo de parte de James pero no me afecto ni en lo mas mínimo.
-¿Por qué no te duermes y dejas de molestarme?-dijo. Lo miré atenta intentando contener mi risa.- Hey, es en serio.-me dijo casi contagiándose de mi risa.
-James.-dije respirando profundo para no largarle una carcajada.
-No te rías.-me dijo.- Por favor. De verdad me duele.-agregó.
-Ve a mojarte con agua.-le dije. Se levantó del sillón.- No pensé que te ibas a caer.-agregué. Rió.
-Descuida.-dijo entrando al baño.- Me vengare de esto.-me gritó desde ahí adentro.
En ese momento caí en la cuenta de que me iba a hacer algo, y no iba a ser nada bueno.
-Perdóname.-le dije apoyándome sobre el marco de la puerta.-De verdad no fue intencional la caída.
-Pero si el almohadonzazo.-me dijo.- Ya pasó, pero veras tu castigo pequeña.-dijo tomándome por la cintura.
-Aléjate James.-puse mis manos sobre su pecho y lo empujé levemente.
-Oh, vamos _______, sabes perfectamente que mueres por probar mi boca.-dijo casi suplicante mientras yo volvía a meterme en la cama.
-Sigue soñando Maslow .-le dije. Se rió. Se metió en la cama junto a mí, me senté y lo miré.- ¿Qué crees que haces?
-Tengo sueño, déjame dormir.-me dijo. Le pegué una leve patada por debajo de las sabanas. Se rió.- Quiero dormir contigo.-dijo haciendo voz de nene pequeño.
-Te pones irritante Maslow .-le dije. Me sonrió.
-Ven aquí.
-Vete de aquí.-le dije. Se dio vuelta y me dio la espalda.- James.-insistí.- Ve a ese sillón.
-¿Sabes que no es lindo dormir ahí?-me dijo. Esperé que siguiera hablando.- ¿Por qué no duermes tu ahí?-agregó. Arqueé una ceja.
-James.-dije en tono de reproché.- Por favor, vete de la cama.
-No quiero.-me dijo secamente.- Y ahora, si me permitís, voy a apagar la luz.- dicho y hecho, la apagó.
Me quedé un rato sentada en la cama mientras miraba su espalda. Estaba solo con los boxers y eso no era nada bueno para mi salud mental, me estaba torturando porque sabía que yo me distraía en su pecho desnudo.
-Es de mala educación mirar a las persona así.-me dijo. Creo que llegué a sonrojarme. Me dí la vuelta sentándome en la orilla de la cama, toqué el suelo con los pies y suspiré. La luz del velador alumbraba la habitación nuevamente.- ¿Qué pasa?
-Nada.-dije secamente.
-¿Segura?-insistió. Asentí con la cabeza.
El tenía vista de mi espalda cubierta por la fina tela de mi ropa de dormir. Sentí una de sus manos sobre mi cintura y luego vi su rostro apoyado en el colchón a mi lado.
-¿Qué pasa?-dijo nuevamente.
Ciertamente no sabía que me pasaba. O sea, si sabía pero no iba a decirle que era lo que me pasaba.
-Nada.-contesté. Hizo una mueca. Hizo un movimiento y se sentó a mi lado. Apoyó su mano sobre la mía.- En serio James, no me pasa nada.
-Voy a ir al sillón. ¿Si?-dijo intentando ignorar mis palabras. Me sentí aliviada de que no me fuera a preguntar sobre lo que me pasaba.- Luego de que me digas que es lo que te pasa.-agregó. Sentí un nudo en la garganta.
Bien, es raro, muy raro. Me encontraba pensando sobre el cuerpo de James cuando recordé como lo conocí y los recuerdos de mi padre volvieron a mi mente. Ciertamente no me encontraba bien y el hecho de que James estuviera a mi lado me hacía sentir mal porque si no fuera por la muerte de mi padre, yo no habría sido la compra de James.
-No me dirás.-afirmó.- _____, se que puedo ser un imbécil y todo, pero no voy a juzgarte por nada de lo que sientas.-me dijo. Intenté contener las lágrimas.
-James, no es que seas un imbécil o no, que si lo eres.-rió tiernamente.- No voy a decirte mis problemas. ¿Para que?- pregunté mas como una afirmación.- Quédate tranquilo que si piensas que volveré a cortarme, no lo haré.-le dije. Me miró detenidamente.
-No estaba pensando en eso.-dijo quitando su mano de la mía.- ¿Puedes mirarme cuando hablamos?-dijo. Negué con la cabeza. Lo sentí levantarse de la cama y ponerse en cuclillas en frente mío. Hice una mueca. Me tomó por la barbilla y me hizo mirarlo.- ¿Hice algo mal?
-No James, no eres tu.-afirmé.- Simplemente son cosas estúpidas que no puedo olvidar.
-¿Tiene que ver conmigo?-preguntó. Negué con la cabeza.- ¿Con quien?
-De verdad, no tiene importancia.-le dije. Me moví en la cama y subí mis pies al colchón. Se quedó mirándome un rato y luego volvió a sentarse a mi lado.
-¿Estas llorando?-me dijo. Bajé aun mas mi cabeza para que no notara mis lagrimas.- Hey, _______, ¿Por qué?
-James, no estoy llorando.
-Bueno, como quieras llamarlo. ¿Por qué?
-Porque simplemente siento la necesidad de llorar.-dije casi en un grito. Me miró atento.- Perdona, no quería gritarte.-le dije. Asintió.
-Mírame.-dijo casi suplicando mi mirada sobre la suya.- Mírame.
Lentamente levanté la mirada y me encontré con sus ojos color miel. Nunca, pero nunca, en el tiempo que he estado con el, me había fijado en sus hermosos ojos y el brillo que llevaban. Tiernamente se movió y me envolvió en sus brazos. Sorprendida por su acto, lo recibí. Sus manos recorrían mi espalda pero no en forma depravada, solo quería hacerme sentir mejor.
-No llores _______.-dijo alejándose un poco para mirarme.- Por favor.
-¿Te afecta que llore?-pregunté.
-Si. ¿Crees que es lindo verte llorar?
-No lo…-me calló con un beso.
-¿Miedo?-dijo arqueando una ceja.- _______, no voy a obligarte a dormir conmigo.-me dijo. Suspiré.- ¿Te doy miedo?-agregó con un tono de… ¿preocupación?
-Es que no es que me des miedo tú, si no que… sin ofender, eres algo bipolar y de repente te enojas conmigo y dices cosas sin sentido que de verdad me asustan.-dije. Me miró bien, torció un poco la cabeza.- Eso también me da miedo.-dije causando su tierna risita.
-¿Bipolar?-dijo poniéndose serio.- No, no lo creo.-carcajeó.
-¿Ves?-reí.- Puede que no te des cuenta pero de verdad a veces asustas James.-le dije. Me sonrió.
-Bueno, iré a un medico.-dijo. Me reí.- No vamos a dormir juntos, no te preocupes.-me dijo.
-Gracias.
-Nunca pensé que una chica me iba a dar las gracias por no dormir con ella.
-Pregunto…-dije.
-Pregúntame.
-¿Te acuestas con la primera que se te cruza?
-No siempre es la primera.-dijo riendo. Negué con la cabeza en tono de reproche.- Tú te me has cruzado un par de veces y ni siquiera me quieres besar.-rió. – Me causa ternura que te sonrojes.
-¡James!-dije intentando sonar molesta. Me sonrió.
-Hasta mañana.-dijo y sacó una almohada de la cama.- Capaz que mañana cuando despiertes yo no voy a estar en la habitación, ¿si?
-Si.-dije mientras asentía.- Hasta mañana, que descanses.
Admito que fue lindo de su parte dejarme la cama para irse a dormir a un incomodo sillón donde le sobresalían los pies, era gracioso verlo ahí pero a la vez daba algo de pena. No digo que me importe mucho James, pero de verdad el hace mucho por mi, aun que me trate mal, me da un techo y me cuida.
Fui hasta el baño, cepillé mis dientes, até mi cabello en una coleta, lave mi cara quitando todo resto de maquillaje corrido por el agua de la ducha. Al salir abrí la cama y cambié de canal, no encontré nada así que lo apagué.
Me incliné un poco en la cama para ver a James que reposaba sobre el sillón mientras miraba el techo. Recosté mi cabeza sobre la almohada dándole la espalda al lugar vacío de James en esta cama.
Ahora un nuevo pensamiento invadía mi cabeza.
¿Qué tal si solo es un truco y luego se mete en la cama?
Ya con eso no iba a poder dormir. Cerré mis ojos y respiré profundo.
-________ no exageres, ni que estuvieras en una película de terror.-murmuré para mi misma.
-¿Qué?-sentí que decía. Creo que no lo dije lo suficientemente bajo.
-Nada, nada, hablaba conmigo misma.
-¿Segura?-dijo divertido. Rodé en la cama para verlo.
-Segura.-le dije. Me sonrió.- No te preocupes siempre hablo sola.-dije y volví a voltear.- Descansa.
-Gracias, tu también.-dijo en una risita.
Es una exageración lo que estoy pensando pero… ¿Qué tal si me duerme y se abusa de mi? Okey _______, te fuiste a la mierda con ese pensamiento.
-Es imposible.-murmuré.
-________, dile a _______ que se cierre la boca.-me dijo. Reí.
-Perdona James, estoy en una lluvia de pensamientos.- le dije. De seguro el quiere que me duerma rapido para luego…
-¿Segura estas bien?-me dijo. Rodé de vuelta sobre la cama y asentí.- Una persona que esta bien no habla sola.-dijo divertido.
-Créeme, si estuvieras en mi situación hablarías solo.-le dije. Me sonrió.- Ya duérmete.-volví a rodar hasta mi lugar.
Cerré los ojos e intenté dormir, pero aun que yo misma me convenciera no iba a poder dormir teniendo a James despierto.
Miré el reloj en mi celular, las 02:13 am. ¿Qué carajo iba a hacer toda la noche? Respiré profundo y solté el aire de golpe.
-Mierda.-murmuré. Oh no, seguro James me escuchó.- James.-dije despacio. No respondió, gire sobre la cama y lo mire.
Uno de sus brazos caía graciosamente sobre la alfombra y el otro reposaba tras su nuca. Me reí por lo bajo. Tenía la boca un poco abierta y los pies tiesos como un muerto, este chico si que descansa.
Lo di por dormido y volteé de nuevo a mi lugar.
Estaba segura de que no iba a dormir hasta que James se fuera del hotel, cosa que pasaría nunca o tal vez dos horas en la mañana.
Me acomodé mirando el techo y comencé a jugar con un almohadón. Tíralo, atrápalo, tíralo, atrápalo, tíralo, mierda… al piso. Me bajé de la cama para alcanzar en almohadón y me metí de nuevo en la cama con el pequeño almohadón en mis manos.
Idea, loca, pero idea en fin.
-James.-murmuré. Ni se movió.- David.-dije divertida.- James David Maslow , despierta.-susurré lo bastante alto pero no mucho como para no asustarlo.-James, levántate, no puedo dormir.-insistí.
Definitivamente James tenía un sueño pesado pero no daba mucha ternura al dormir así que yo iba a divertirme un rato.
-¡Un ladrón!-grité mientras el almohadón impactaba contra su cara. Lo quitó rápido y saltó del sillón provocándose una caída en seco sobre la alfombra. Ouuch, eso debió doler. Me reí cuando se sentó sobre la alfombra con la cara roja.
-No fue divertido.-me dijo enfadado. Ahí fue cuando exploté en risas.- ¿De que te ríes?-dijo enojado.- Me dolió y mucho.-se sentó sobre el sillón mientras se sobaba la mejilla.
Me revolcaba sobre la cama mientras reía como una loca maniática. Recibí un almohadonzazo de parte de James pero no me afecto ni en lo mas mínimo.
-¿Por qué no te duermes y dejas de molestarme?-dijo. Lo miré atenta intentando contener mi risa.- Hey, es en serio.-me dijo casi contagiándose de mi risa.
-James.-dije respirando profundo para no largarle una carcajada.
-No te rías.-me dijo.- Por favor. De verdad me duele.-agregó.
-Ve a mojarte con agua.-le dije. Se levantó del sillón.- No pensé que te ibas a caer.-agregué. Rió.
-Descuida.-dijo entrando al baño.- Me vengare de esto.-me gritó desde ahí adentro.
En ese momento caí en la cuenta de que me iba a hacer algo, y no iba a ser nada bueno.
-Perdóname.-le dije apoyándome sobre el marco de la puerta.-De verdad no fue intencional la caída.
-Pero si el almohadonzazo.-me dijo.- Ya pasó, pero veras tu castigo pequeña.-dijo tomándome por la cintura.
-Aléjate James.-puse mis manos sobre su pecho y lo empujé levemente.
-Oh, vamos _______, sabes perfectamente que mueres por probar mi boca.-dijo casi suplicante mientras yo volvía a meterme en la cama.
-Sigue soñando Maslow .-le dije. Se rió. Se metió en la cama junto a mí, me senté y lo miré.- ¿Qué crees que haces?
-Tengo sueño, déjame dormir.-me dijo. Le pegué una leve patada por debajo de las sabanas. Se rió.- Quiero dormir contigo.-dijo haciendo voz de nene pequeño.
-Te pones irritante Maslow .-le dije. Me sonrió.
-Ven aquí.
-Vete de aquí.-le dije. Se dio vuelta y me dio la espalda.- James.-insistí.- Ve a ese sillón.
-¿Sabes que no es lindo dormir ahí?-me dijo. Esperé que siguiera hablando.- ¿Por qué no duermes tu ahí?-agregó. Arqueé una ceja.
-James.-dije en tono de reproché.- Por favor, vete de la cama.
-No quiero.-me dijo secamente.- Y ahora, si me permitís, voy a apagar la luz.- dicho y hecho, la apagó.
Me quedé un rato sentada en la cama mientras miraba su espalda. Estaba solo con los boxers y eso no era nada bueno para mi salud mental, me estaba torturando porque sabía que yo me distraía en su pecho desnudo.
-Es de mala educación mirar a las persona así.-me dijo. Creo que llegué a sonrojarme. Me dí la vuelta sentándome en la orilla de la cama, toqué el suelo con los pies y suspiré. La luz del velador alumbraba la habitación nuevamente.- ¿Qué pasa?
-Nada.-dije secamente.
-¿Segura?-insistió. Asentí con la cabeza.
El tenía vista de mi espalda cubierta por la fina tela de mi ropa de dormir. Sentí una de sus manos sobre mi cintura y luego vi su rostro apoyado en el colchón a mi lado.
-¿Qué pasa?-dijo nuevamente.
Ciertamente no sabía que me pasaba. O sea, si sabía pero no iba a decirle que era lo que me pasaba.
-Nada.-contesté. Hizo una mueca. Hizo un movimiento y se sentó a mi lado. Apoyó su mano sobre la mía.- En serio James, no me pasa nada.
-Voy a ir al sillón. ¿Si?-dijo intentando ignorar mis palabras. Me sentí aliviada de que no me fuera a preguntar sobre lo que me pasaba.- Luego de que me digas que es lo que te pasa.-agregó. Sentí un nudo en la garganta.
Bien, es raro, muy raro. Me encontraba pensando sobre el cuerpo de James cuando recordé como lo conocí y los recuerdos de mi padre volvieron a mi mente. Ciertamente no me encontraba bien y el hecho de que James estuviera a mi lado me hacía sentir mal porque si no fuera por la muerte de mi padre, yo no habría sido la compra de James.
-No me dirás.-afirmó.- _____, se que puedo ser un imbécil y todo, pero no voy a juzgarte por nada de lo que sientas.-me dijo. Intenté contener las lágrimas.
-James, no es que seas un imbécil o no, que si lo eres.-rió tiernamente.- No voy a decirte mis problemas. ¿Para que?- pregunté mas como una afirmación.- Quédate tranquilo que si piensas que volveré a cortarme, no lo haré.-le dije. Me miró detenidamente.
-No estaba pensando en eso.-dijo quitando su mano de la mía.- ¿Puedes mirarme cuando hablamos?-dijo. Negué con la cabeza. Lo sentí levantarse de la cama y ponerse en cuclillas en frente mío. Hice una mueca. Me tomó por la barbilla y me hizo mirarlo.- ¿Hice algo mal?
-No James, no eres tu.-afirmé.- Simplemente son cosas estúpidas que no puedo olvidar.
-¿Tiene que ver conmigo?-preguntó. Negué con la cabeza.- ¿Con quien?
-De verdad, no tiene importancia.-le dije. Me moví en la cama y subí mis pies al colchón. Se quedó mirándome un rato y luego volvió a sentarse a mi lado.
-¿Estas llorando?-me dijo. Bajé aun mas mi cabeza para que no notara mis lagrimas.- Hey, _______, ¿Por qué?
-James, no estoy llorando.
-Bueno, como quieras llamarlo. ¿Por qué?
-Porque simplemente siento la necesidad de llorar.-dije casi en un grito. Me miró atento.- Perdona, no quería gritarte.-le dije. Asintió.
-Mírame.-dijo casi suplicando mi mirada sobre la suya.- Mírame.
Lentamente levanté la mirada y me encontré con sus ojos color miel. Nunca, pero nunca, en el tiempo que he estado con el, me había fijado en sus hermosos ojos y el brillo que llevaban. Tiernamente se movió y me envolvió en sus brazos. Sorprendida por su acto, lo recibí. Sus manos recorrían mi espalda pero no en forma depravada, solo quería hacerme sentir mejor.
-No llores _______.-dijo alejándose un poco para mirarme.- Por favor.
-¿Te afecta que llore?-pregunté.
-Si. ¿Crees que es lindo verte llorar?
-No lo…-me calló con un beso.
Jacke Maslow Pena *
Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
Capitulo 18... MINI MARATON 2/2
¿Por qué no besarlo si yo realmente quería?
Le seguí el beso. No había nada de malo en eso, después de todo éramos novios, o eso era lo que tendríamos que ser.
Me besó con ternura y pasión. Una de sus manos sobre mi espalda y la otra secaba mis lágrimas mientras brindaba pequeñas caricias.
-________, yo.-dijo entre besos.- yo… nada… olvídalo.-dijo antes de atraerme mas hacia su cuerpo.
Me obligó a moverme y sentarme sobre el, no con palabras, si no con caricias y pequeños empujoncitos.
Nuestros labios no se separaban y la temperatura en esa habitación comenzaba a subir.
Mis piernas, ambas, a los costados de su cuerpo. Esta vez, sus manos se posicionaban de manera distinta, sobre mis muslos.
Una de sus manos comenzó a recorrer mi espalda, pero por debajo de mi pijama, no lo alejé de mi, ciertamente me encantaba.
Con su lengua delineó mis labios pidiendo permiso para entrar en mi cavidad bucal, sin dudarlo un segundo abrí mi boca permitiendo que nuestras lenguas se encontraran. Subió la parte de arriba de mi pijama y se separó un poco de mi para quitarlo. Sin gesto alguno volvió a apoderarse de mis labios. Me tomó firmemente por la cintura y se echó para atrás dejándome sobre el. Perfecto, ahora yo llevaba la iniciativa.
Siguió brindando caricias sobre la piel desnuda de mi espalda mientras jugaba con el elástico de short.
Si debemos parar debe ser ahora o nunca.
Pero prefería el nunca. Sus caricias y besos me hacían que me sintiera amada y deseada a la vez, una sensación increíble.
De un momento al otro James giró dejándome debajo de el. Sus manos se posaron en mi cadera y bajó a besarme el cuello. Eché la cabeza para atrás dándole espacio a su boca. Besaba y saboreaba cada rincón de mi cuello, succionó dejándome una marca que seguramente luego se notaria.
Nuevamente subió hasta mi boca y me besó pasionalmente mientras se despojaba de mi short. Me sentí completamente desnuda, pero aun no lo estaba, una de sus manos acariciaba el elástico de mi ropa interior provocando desespero. ¿Vergüenza? Se había ido en el momento en el que James había comenzado a besarme. Sentí como lentamente comenzaba a bajar mi ropa interior.
Simplemente no podía entregarme a el.
-James…-murmuré. Volvió a besarme. Intenté separarlo un poco para hablarle.- James… escúchame.
-_______, no tienes nada que decir, te deseo tanto como tu a mi.
Y supe que no podía negarme, pero tampoco podía aceptar el hecho de que me quitara mi virginidad sin antes habernos casado.
Siguió con lo que antes hacía, bajar mi ropa interior.
No podía decirle que parara porque luego me arrepentiría pero no podía hacerlo con el porque luego también me arrepentiría.
¿Las palabras correctas para detener esto? Bien, ninguna llegó a mi mente. Simplemente las lagrimas comenzaron a bajar por mis mejillas. Lo notó y se alejó un poco de mi.
-¿Te lastime?-preguntó acariciando mi cabello. Negué con la cabeza, me da vergüenza hablar.- ________, por favor, dime que es lo que pasa.-hablaba tiernamente. Cerré los ojos con fuerza.- _______.-insistió.- ¿Quieres que me quite de encima tuyo?- me dijo, asentí con mi cabeza.
Se quito de encima mio y buscó mi ropa en el suelo, la dejó a mi lado y se sentó mientras me miraba.
Me sentía asquerosa, sin pudor alguno, no tenía cara para volver a mirarlo a los ojos.
Me senté a su lado y sin decirle nada me coloqué la ropa y caminé hacía el baño. Me miré al espejo y nuevas lágrimas recorrieron mis mejillas.
Me sentía sucia, había dejado que el me tocara a su manera, estuvimos a punto de juntar nuestros cuerpos. Acomodé el bretel de mi pijama que se resbaló por mi piel, ahí note la marca que James había dejado en mi. Pase mi dedo por la marca y lo noté algo hinchado, sonreí desganada, después de todo tenía que admitir que me había gustado un poco.
Abrí la ducha y cerré la puerta con llave, me despojé de mi ropa y entré a la tibia lluvia artificial que caia sobre mi cuerpo.
Con tan solo 16 años había estado por perder la virginidad con el, con el que por ahora, era mi peor enemigo.
Pero la pregunta que ocupaba mi cabeza era:
¿Por qué le seguí el juego?
Claro estaba que el no era para nada feo y bien deseable se veía en boxers pero… ¿amor? Ni una pizca de ese sentimiento.
Sé que de parte de el había lujuria, deseo y pasión por mi cuerpo, pero de mi parte había mas que eso. No se muy bien que… pero que lo había, lo había.
Me envolví en la toalla y volví a mirarme en el espejo mientras cepillaba mi húmedo cabello.
-Yo no lo amo.-murmuré mientras me miraba.- ¿O si?- me pregunté.- No, no lo creo.
Volví a colocarme la misma ropa, después de todo, estaba limpia porque me había bañado hacía menos de 5 horas.
Respiré profundo y tomé el picaporte de la puerta, tenía que salir de ahí, pero no iba a ser fácil mirarlo a los ojos.
Le di vuelta a la llave y salí del baño intentando no cruzar miradas. Y definitivamente no cruzamos miradas porque él no estaba en la habitación. Miré el sillón, dentro del armario, debajo de la cama, pero nada.
Me sorprendí y tuve miedo a la vez.
¿Qué tal si se fue para siempre?
Me metí en la cama y coloqué la sabana sobre mi cuerpo dejando mis brazos al descubierto. Dejé el velador encendido, tenía miedo. Cerré los ojos y lentamente caí en un profundo sueño.
Desperté al sentir una rayo de sol que daba justo sobre mi ojo, volteé sobre la cama haciendo que ya no me molestara más. Estiré mis músculos y me senté en la cama, miré hacía el sillón, James no estaba ahí.
Presté atención para saber si la ducha estaba encendida, pero no. Me levanté y caminé hacía el baño, James tampoco estaba ahí.
Luego de lavarme la cara, los dientes y cepillar mi cabello, me coloqué un short de jean y una musculosa celeste, y por supuesto mis cómodas ojotas. Pedí el desayuno por teléfono, no iba a bajar a desayunar sola.
Me sentía abandonada por James. Si bien aun no sabía como íbamos a reaccionar al vernos frente a frente, no quería estar sin el, me sentía desprotegida.
Pasé toda la mañana y la tarde, completamente sola sentada viendo televisión. No quería salir de la habitación por miedo a perderme y no encontrar a James nunca más.
Eran las 3:00 am y yo intentaba no caer en el sueño. Mis parpados estaban pesados y se caían provocando que cerrara mis ojos. Sentí la puerta abrirse y casi me caigo del sillón.
¿Por qué no besarlo si yo realmente quería?
Le seguí el beso. No había nada de malo en eso, después de todo éramos novios, o eso era lo que tendríamos que ser.
Me besó con ternura y pasión. Una de sus manos sobre mi espalda y la otra secaba mis lágrimas mientras brindaba pequeñas caricias.
-________, yo.-dijo entre besos.- yo… nada… olvídalo.-dijo antes de atraerme mas hacia su cuerpo.
Me obligó a moverme y sentarme sobre el, no con palabras, si no con caricias y pequeños empujoncitos.
Nuestros labios no se separaban y la temperatura en esa habitación comenzaba a subir.
Mis piernas, ambas, a los costados de su cuerpo. Esta vez, sus manos se posicionaban de manera distinta, sobre mis muslos.
Una de sus manos comenzó a recorrer mi espalda, pero por debajo de mi pijama, no lo alejé de mi, ciertamente me encantaba.
Con su lengua delineó mis labios pidiendo permiso para entrar en mi cavidad bucal, sin dudarlo un segundo abrí mi boca permitiendo que nuestras lenguas se encontraran. Subió la parte de arriba de mi pijama y se separó un poco de mi para quitarlo. Sin gesto alguno volvió a apoderarse de mis labios. Me tomó firmemente por la cintura y se echó para atrás dejándome sobre el. Perfecto, ahora yo llevaba la iniciativa.
Siguió brindando caricias sobre la piel desnuda de mi espalda mientras jugaba con el elástico de short.
Si debemos parar debe ser ahora o nunca.
Pero prefería el nunca. Sus caricias y besos me hacían que me sintiera amada y deseada a la vez, una sensación increíble.
De un momento al otro James giró dejándome debajo de el. Sus manos se posaron en mi cadera y bajó a besarme el cuello. Eché la cabeza para atrás dándole espacio a su boca. Besaba y saboreaba cada rincón de mi cuello, succionó dejándome una marca que seguramente luego se notaria.
Nuevamente subió hasta mi boca y me besó pasionalmente mientras se despojaba de mi short. Me sentí completamente desnuda, pero aun no lo estaba, una de sus manos acariciaba el elástico de mi ropa interior provocando desespero. ¿Vergüenza? Se había ido en el momento en el que James había comenzado a besarme. Sentí como lentamente comenzaba a bajar mi ropa interior.
Simplemente no podía entregarme a el.
-James…-murmuré. Volvió a besarme. Intenté separarlo un poco para hablarle.- James… escúchame.
-_______, no tienes nada que decir, te deseo tanto como tu a mi.
Y supe que no podía negarme, pero tampoco podía aceptar el hecho de que me quitara mi virginidad sin antes habernos casado.
Siguió con lo que antes hacía, bajar mi ropa interior.
No podía decirle que parara porque luego me arrepentiría pero no podía hacerlo con el porque luego también me arrepentiría.
¿Las palabras correctas para detener esto? Bien, ninguna llegó a mi mente. Simplemente las lagrimas comenzaron a bajar por mis mejillas. Lo notó y se alejó un poco de mi.
-¿Te lastime?-preguntó acariciando mi cabello. Negué con la cabeza, me da vergüenza hablar.- ________, por favor, dime que es lo que pasa.-hablaba tiernamente. Cerré los ojos con fuerza.- _______.-insistió.- ¿Quieres que me quite de encima tuyo?- me dijo, asentí con mi cabeza.
Se quito de encima mio y buscó mi ropa en el suelo, la dejó a mi lado y se sentó mientras me miraba.
Me sentía asquerosa, sin pudor alguno, no tenía cara para volver a mirarlo a los ojos.
Me senté a su lado y sin decirle nada me coloqué la ropa y caminé hacía el baño. Me miré al espejo y nuevas lágrimas recorrieron mis mejillas.
Me sentía sucia, había dejado que el me tocara a su manera, estuvimos a punto de juntar nuestros cuerpos. Acomodé el bretel de mi pijama que se resbaló por mi piel, ahí note la marca que James había dejado en mi. Pase mi dedo por la marca y lo noté algo hinchado, sonreí desganada, después de todo tenía que admitir que me había gustado un poco.
Abrí la ducha y cerré la puerta con llave, me despojé de mi ropa y entré a la tibia lluvia artificial que caia sobre mi cuerpo.
Con tan solo 16 años había estado por perder la virginidad con el, con el que por ahora, era mi peor enemigo.
Pero la pregunta que ocupaba mi cabeza era:
¿Por qué le seguí el juego?
Claro estaba que el no era para nada feo y bien deseable se veía en boxers pero… ¿amor? Ni una pizca de ese sentimiento.
Sé que de parte de el había lujuria, deseo y pasión por mi cuerpo, pero de mi parte había mas que eso. No se muy bien que… pero que lo había, lo había.
Me envolví en la toalla y volví a mirarme en el espejo mientras cepillaba mi húmedo cabello.
-Yo no lo amo.-murmuré mientras me miraba.- ¿O si?- me pregunté.- No, no lo creo.
Volví a colocarme la misma ropa, después de todo, estaba limpia porque me había bañado hacía menos de 5 horas.
Respiré profundo y tomé el picaporte de la puerta, tenía que salir de ahí, pero no iba a ser fácil mirarlo a los ojos.
Le di vuelta a la llave y salí del baño intentando no cruzar miradas. Y definitivamente no cruzamos miradas porque él no estaba en la habitación. Miré el sillón, dentro del armario, debajo de la cama, pero nada.
Me sorprendí y tuve miedo a la vez.
¿Qué tal si se fue para siempre?
Me metí en la cama y coloqué la sabana sobre mi cuerpo dejando mis brazos al descubierto. Dejé el velador encendido, tenía miedo. Cerré los ojos y lentamente caí en un profundo sueño.
Desperté al sentir una rayo de sol que daba justo sobre mi ojo, volteé sobre la cama haciendo que ya no me molestara más. Estiré mis músculos y me senté en la cama, miré hacía el sillón, James no estaba ahí.
Presté atención para saber si la ducha estaba encendida, pero no. Me levanté y caminé hacía el baño, James tampoco estaba ahí.
Luego de lavarme la cara, los dientes y cepillar mi cabello, me coloqué un short de jean y una musculosa celeste, y por supuesto mis cómodas ojotas. Pedí el desayuno por teléfono, no iba a bajar a desayunar sola.
Me sentía abandonada por James. Si bien aun no sabía como íbamos a reaccionar al vernos frente a frente, no quería estar sin el, me sentía desprotegida.
Pasé toda la mañana y la tarde, completamente sola sentada viendo televisión. No quería salir de la habitación por miedo a perderme y no encontrar a James nunca más.
Eran las 3:00 am y yo intentaba no caer en el sueño. Mis parpados estaban pesados y se caían provocando que cerrara mis ojos. Sentí la puerta abrirse y casi me caigo del sillón.
Jacke Maslow Pena *
Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
nueva y fiel lectora siguela pronto pero pronto
liliana de henderson
Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
Capitulo 19:
Abrí mis ojos lo más que pude y volteé a ver la puerta. El estaba ahí parado, se había quedado asombrado al verme. No iba a dejar de mirarlo y al perecer el tampoco dejaría de mirarme. Su rostro no portaba gesto alguno y el mío de seguro era un espanto. Entrelacé mis dedos intentando darme seguridad para hablar.
-¿Dónde estabas?-dije temblorosa. Entró del todo a la habitación y cerró la puerta detrás de el.
-No tengo porque darte explicaciones.
-Si tienes porque.-le dije. Pasó a mi lado dirigiéndose a la cama. Tenía olor a alcohol.- James.-lo llamé haciendo que volteara a verme.
-No tengo que darte explicaciones a ti.-me dijo seriamente.
-Si que tienes, y las quiero ya.
-Mira...-me tomó por las muñecas.- primero que nada, tú tienes que darme explicaciones a mí y segundo, NO TE METAS EN MI VIDA.-gritó la ultima frase y me soltó bruscamente. Respiré hondo intentando calmar mi miedo.
-James…-dije cuando ya no me miraba.
-No quiero que me digas cosas que ya se.
-¿Cosas como que?
-Y tampoco quiero que me confundas.-me dijo. Regresó su mirada a mi rostro.- Quiero que me expliques.
-¿Estuviste tomando?-pregunté ignorando lo anterior.
-¡Eso no viene al caso!-dijo exaltado.- ¿Y que si estuve?-dijo enojado.
-A ver James…-dije sentándome en el sillón. Me había mareado.- Hablemos como se debe, sin gritos, sin golpes, como dos personas normales.- se sentó a mi lado pero mas alejado de mi cuerpo.- ¿Dónde estabas?
-Eso no importa.
-Si importa.-dije secamente. Lo sentí reír con ironía.
-Entonces te importa. ¿Cierto? Pero no te importa calentarme y luego dejarme solo en la cama. ¿Verdad?- estaba completamente furioso y se notaba en su mirada y voz.
-No fue así.
-Espera… déjame continuar, aun no acabo.- apoyó sus codos sobre sus rodillas y se pasó las manos por el cabello alborotándolo. Volvió a sentarse derecho y me miró.- ¿Por qué lo hiciste?-me dijo.- Pensé que habíamos terminado con las venganzas.
-Y no era una venganza.-dije en mi defensa.
-¿Entonces por que lo hiciste?-me dijo.
-Tú empezaste.-me defendí.
-Pero tú no me detuviste.-agregó. Posó su mirada sobre mis ojos.- ¿Por qué llorabas?
-Yo te pregunté algo antes.-dije intentando no responderle.
-¿Qué quieres que te responda?-me dijo histéricamente.- ¿Quieres saber si tome?-me gritó. Asentí temerosamente.- Si, si tomé, y puede que en este momento este algo mareado pero soy conciente de lo que me hiciste, o mejor dicho con lo que me dejaste con ganas de hacer.
-James no hace falta que me grites.
-¿Qué no?-dijo elevando la voz.
-Estamos en un hotel.-le grité.- No vuelvas a elevar la voz o nos sacaran a patadas de aquí.-agregué en un tono más calmo.
-No me interesa. Es más, nos vamos de aquí.-se levantó del sillón. Volteó a verme.- Levántate del maldito sillón y arma tus maletas.
-James…
-_______, tu y tus repetidos “Jamess” todo el tiempo me están hartando. Levántate dije.-gritó. Me levanté del sillón y quedé frente a frente con el.- Ve y arma tus maletas ya.-gritó.
-Pídelo bien.-le dije sabiendo que en cualquier momento iba a pegarme.
-Okey, ¿Sabes que te la estas buscando?
-¿Qué cosa?-pregunté mientras tragaba saliva ruidosamente.
-No me hagas perder tiempo y arma tus valijas.-volvió a gritarme.
-No James.
-¿Qué dijiste?
-Dije…-respiré hondo y hable.- No James.
-Tu te la buscaste.-dijo levantando la mano. Pero antes de que pudiera accionar fui yo quien le di una cachetada en la mejilla. Me moví de su lado y cuando el volteó a verme, corrí y me encerré en el baño.- Ya me abres.-dijo golpeando la puerta con fuerza.
-No quiero.-dije recargando mi peso sobre la puerta para poner el seguro. El seguía golpeando.- Ve a dormir y mañana cuando no estés tomado hablamos bien.-pegué un grito ahogado.
-Me abres si no quieres que tire la puerta.-dijo. Resbalé hasta el suelo con la espalda apoyada en la puerta, acerqué mis piernas a mi cuerpo y las abracé.
-Tírala.-dije con un tono bajo de voz.
-¿Qué dices?-dijo girando la manija, pero nada logró porque estaba con seguro.- Repítelo.
-¡DIJE QUE LA TIRES!-le grité sin miedo alguno. Sentí que pegó un puñetazo a la puerta. Me acerqué mas a mis piernas y coloqué mi cabeza sobre mis rodillas.- Si la tiras, me haces daño, estoy sobre la puerta.- volvió a dar un puñetazo sobre la madera. Debo aceptarlo, tenía mucho miedo.
No volví a pronunciar palabra alguna, el tampoco lo hizo. Inconcientemente mis ojos se cerraban, pero no podía quedarme dormida, estaba apoyada sobre la puerta del baño y detrás de esta, estaba James borracho.
Desperté con dolor de cabeza y columna, me hice hacía un costado y caí golpeándome contra el suelo.
-Mierda, olvidé que no estaba en la cama.-murmuré tallando mis ojos con mis puños.
Me puse de pie y pegué mi oído a la puerta, no se escuchaba absolutamente nada. Con cuidado de no hacer ruido, rodé la llave y quité el seguro de la puerta, abrí lentamente. La cama estaba vacía, caminé en silencio, sentí un ruido y volteé a ver. James estaba durmiendo contra la pared al lado de la puerta.
Su camisa celeste a medio desprender, su cabello revuelto y sin zapatillas, estaba totalmente desastroso. Sus ojos estaban cerrados y su rostro en paz. Me acerqué un poco a el y me senté en frente suyo. Esperé unos minutos a que abriera los ojos pero me cansé y me decidí a pedir el desayuno. Me puse de pie y lo mire una vez mas. Di media vuelta y sentí su voz ronca.
-No te vallas.-me dijo. Volteé a verlo y vi como abría sus ojos con cierta pesadez.- Por favor.- dijo casi suplicando.
-Voy a pedir el desayuno.-le informé temerosamente. No había olvidado lo de la noche anterior y como había querido pegarme.
-No lo pidas.-me dijo. Ignorándolo volteé de nuevo y me senté en la cama junto a la mesa de noche, tomé el teléfono.- No lo pidas.-insistió. Lo miré.
-Tengo hambre.-dije. Se puso derecho e hizo una mueca de dolor.- Me pediré solo para mi.-le advertí viendo como se ponía de pie. Tenía miedo de que me quisiera pegar por esto.
-Pero no pidas nada, ni para ti, ni para mí, ni para nadie.-dijo dirigiéndose a la cama. Respiré hondo conteniendo el miedo. Se tiró sobre la cama, boca abajo, volteó la cabeza y me miró.- ¿Puedo llevarte a desayunar?
-No James, no quiero.-dije. Sabía que me estaba por ganar un golpe.
-¿Por qué no?
-No tengo ganas de salir, aparte solo mírate, estas hecho un desastre y tienes un olor a alcohol que no se soporta.
-Me doy una ducha y vamos.-dijo. Lo vi hacer otra mueca de dolor y se sentó en la cama.- ¿Puede ser?
-No tengo ganas, dejémoslo para otro día.
-Me doy una ducha y nos vamos.-me comentó. Se puso de pie y buscó ropa en su parte del armario.- Ponte algo de ropa, estas en pijama.-me dijo. Entró al baño y cerró la puerta.
Dejé el teléfono donde estaba. Era mas que obvio que tenía que obedecer. Abrí el armario y saqué una remera gris y unos shorts blancos. Me puse mis ojotas y me coloqué frente al espejo. Tenía ojeras, debía cubrirlas pero tenía que esperar a que James saliera del baño, porque ahí estaban mis pinturas. Me quedé observando mi rostro, la marca en mi cuello que aun no se borraba. A través del espejo vi a James salir del baño. Llevaba puestos unos pantalones negros y una camisa blanca. Volteé y me encontré con el muy cerca mío. Me puse incomoda y desvié la mirada.
-¿Soy el responsable de esto?-dijo tocando la marca de mi cuello.
-¿Quién mas si no?
-No lo se, ayer no estuve en todo el día contigo.
-¿Me crees fácil?-arqueé una ceja. No entendía a que se refería.
-Por lo que me demostraste, yo creo que si.-dijo. Ignoré sus palabras, e intenté ignorar su presencia, pero esa parte se me hizo imposible.
Caminé hasta el baño y comencé a maquillarme. Me coloqué corrector de ojeras y luego lo cubrí con base, me delineé los ojos con negro y luego pase rimel en mis pestañas, me coloqué manteca de cacao en los labios y dos gotas de perfume en el cuello. Salí del baño y lo vi sentado en la cama tecleando su celular.
-¿Lista? Ya tengo hambre.-dijo levantándose de la cama. Ni siquiera me miró, caminó hasta la mesita de noche y sacó su billetera, volteó a verme.- Vamos, no te quedes ahí parada.
No respondí, no iba a decirle algo para que comenzáramos a pelear. El se dirigió a la puerta y la abrió, tomé mi celular y salí por la puerta que antes había sido abierta por él, el salió detrás de mí y cerró la puerta. Llamé al elevador y en segundos se abrió la puerta, entramos y James marcó planta baja. La caja metálica comenzó a descender hasta abrir sus puertas en la planta baja del hotel. James tomó mi mano antes de salir de ahí. Quise zafarme de su agarre pero me fulminó con la mirada haciendo que el temor se apoderara de mi cuerpo, solo seguí sus pasos.
-Buen día señor y señora Maslow .-dijo el recepcionista.
-Buenos días.-le respondió James con una sonrisa mas falsa que una moneda de lata. Yo solo miré el suelo mientras salíamos de ahí.- Vamos caminando.-me informó, solo asentí.
Caminamos de la mano hasta llegar al muelle y nos sentamos en un café. Uno en frente de el otro y ninguno hablaba. Se sentían las olas romper y la brisa del mar llegaba hasta allí.
-Buen día. ¿Qué desean desayunar?-dijo la alegre voz de una joven.
-Buenos días.-dijo James llevando su mirada al rostro de la chica.- _______. ¿Qué vas a pedir?
-Un jugo de naranja y dos media lunas.-le dije a la chica. Ella asintió y escribió sobre su anotador.
-¿Usted señor?-le preguntó a James. Definitivamente ella le estaba coqueteando. El le sonrió seductoramente antes de hablar.
-Nada mas un café-dijo y luego desvió su mirada hacía mí. Lo estaba haciendo a propósito.
La chica sonrió coqueta y se retiro de nuestra mesa. Me crucé de piernas y apoyé mis manos sobre mi rodilla, miré las olas moverse mientras esperábamos nuestro desayuno.
-Gracias.-dijo James cuando la morena colocó el café frente a sus ojos.
-De nada señor.-le contestó ella con una risita estúpida.- Aquí esta lo suyo.-me dijo a mi mientras me entregaba mi pedido.- Si necesitan algo me avisan.
-Si, necesito una cosa.-dije. Ella volteó a verme, James sonrió enterándose de mis notorios celos.
-Dígame.-dijo ella.
-Que te retires y dejes de coquetear con mi prometido.-dije revolviendo mi jugo como si nada pasara.
-Disculpen, yo pensé que eran hermanos.-dijo la morena. Le sonreí sarcásticamente y se dio la vuelta para irse de ahí con sus mejillas rosadas.
-¿Qué fue eso?-preguntó tomando de su café.
-Jamescito.-le dije amenazante.- Estas jugando con fuego.
-________.- me dijo en el mismo tono.- ¿Acaso te estoy quemando con mi fuego?-dijo. Arqueé una ceja, sonrió de costado.- Creo que estas algo celosa por mi coqueteo hacía la morena. ¿No crees tu?
-No bombón.-dije sarcástica. Sonrió hipócritamente.- Solo quería cortarte el mambo. Por mi, ya te he dicho, puedes morirte.
-Como digas. Créeme, reconozco a una persona cuando esta celosa.
Me quedé callada, no iba a negarle que no estaba celosa.
Abrí mis ojos lo más que pude y volteé a ver la puerta. El estaba ahí parado, se había quedado asombrado al verme. No iba a dejar de mirarlo y al perecer el tampoco dejaría de mirarme. Su rostro no portaba gesto alguno y el mío de seguro era un espanto. Entrelacé mis dedos intentando darme seguridad para hablar.
-¿Dónde estabas?-dije temblorosa. Entró del todo a la habitación y cerró la puerta detrás de el.
-No tengo porque darte explicaciones.
-Si tienes porque.-le dije. Pasó a mi lado dirigiéndose a la cama. Tenía olor a alcohol.- James.-lo llamé haciendo que volteara a verme.
-No tengo que darte explicaciones a ti.-me dijo seriamente.
-Si que tienes, y las quiero ya.
-Mira...-me tomó por las muñecas.- primero que nada, tú tienes que darme explicaciones a mí y segundo, NO TE METAS EN MI VIDA.-gritó la ultima frase y me soltó bruscamente. Respiré hondo intentando calmar mi miedo.
-James…-dije cuando ya no me miraba.
-No quiero que me digas cosas que ya se.
-¿Cosas como que?
-Y tampoco quiero que me confundas.-me dijo. Regresó su mirada a mi rostro.- Quiero que me expliques.
-¿Estuviste tomando?-pregunté ignorando lo anterior.
-¡Eso no viene al caso!-dijo exaltado.- ¿Y que si estuve?-dijo enojado.
-A ver James…-dije sentándome en el sillón. Me había mareado.- Hablemos como se debe, sin gritos, sin golpes, como dos personas normales.- se sentó a mi lado pero mas alejado de mi cuerpo.- ¿Dónde estabas?
-Eso no importa.
-Si importa.-dije secamente. Lo sentí reír con ironía.
-Entonces te importa. ¿Cierto? Pero no te importa calentarme y luego dejarme solo en la cama. ¿Verdad?- estaba completamente furioso y se notaba en su mirada y voz.
-No fue así.
-Espera… déjame continuar, aun no acabo.- apoyó sus codos sobre sus rodillas y se pasó las manos por el cabello alborotándolo. Volvió a sentarse derecho y me miró.- ¿Por qué lo hiciste?-me dijo.- Pensé que habíamos terminado con las venganzas.
-Y no era una venganza.-dije en mi defensa.
-¿Entonces por que lo hiciste?-me dijo.
-Tú empezaste.-me defendí.
-Pero tú no me detuviste.-agregó. Posó su mirada sobre mis ojos.- ¿Por qué llorabas?
-Yo te pregunté algo antes.-dije intentando no responderle.
-¿Qué quieres que te responda?-me dijo histéricamente.- ¿Quieres saber si tome?-me gritó. Asentí temerosamente.- Si, si tomé, y puede que en este momento este algo mareado pero soy conciente de lo que me hiciste, o mejor dicho con lo que me dejaste con ganas de hacer.
-James no hace falta que me grites.
-¿Qué no?-dijo elevando la voz.
-Estamos en un hotel.-le grité.- No vuelvas a elevar la voz o nos sacaran a patadas de aquí.-agregué en un tono más calmo.
-No me interesa. Es más, nos vamos de aquí.-se levantó del sillón. Volteó a verme.- Levántate del maldito sillón y arma tus maletas.
-James…
-_______, tu y tus repetidos “Jamess” todo el tiempo me están hartando. Levántate dije.-gritó. Me levanté del sillón y quedé frente a frente con el.- Ve y arma tus maletas ya.-gritó.
-Pídelo bien.-le dije sabiendo que en cualquier momento iba a pegarme.
-Okey, ¿Sabes que te la estas buscando?
-¿Qué cosa?-pregunté mientras tragaba saliva ruidosamente.
-No me hagas perder tiempo y arma tus valijas.-volvió a gritarme.
-No James.
-¿Qué dijiste?
-Dije…-respiré hondo y hable.- No James.
-Tu te la buscaste.-dijo levantando la mano. Pero antes de que pudiera accionar fui yo quien le di una cachetada en la mejilla. Me moví de su lado y cuando el volteó a verme, corrí y me encerré en el baño.- Ya me abres.-dijo golpeando la puerta con fuerza.
-No quiero.-dije recargando mi peso sobre la puerta para poner el seguro. El seguía golpeando.- Ve a dormir y mañana cuando no estés tomado hablamos bien.-pegué un grito ahogado.
-Me abres si no quieres que tire la puerta.-dijo. Resbalé hasta el suelo con la espalda apoyada en la puerta, acerqué mis piernas a mi cuerpo y las abracé.
-Tírala.-dije con un tono bajo de voz.
-¿Qué dices?-dijo girando la manija, pero nada logró porque estaba con seguro.- Repítelo.
-¡DIJE QUE LA TIRES!-le grité sin miedo alguno. Sentí que pegó un puñetazo a la puerta. Me acerqué mas a mis piernas y coloqué mi cabeza sobre mis rodillas.- Si la tiras, me haces daño, estoy sobre la puerta.- volvió a dar un puñetazo sobre la madera. Debo aceptarlo, tenía mucho miedo.
No volví a pronunciar palabra alguna, el tampoco lo hizo. Inconcientemente mis ojos se cerraban, pero no podía quedarme dormida, estaba apoyada sobre la puerta del baño y detrás de esta, estaba James borracho.
Desperté con dolor de cabeza y columna, me hice hacía un costado y caí golpeándome contra el suelo.
-Mierda, olvidé que no estaba en la cama.-murmuré tallando mis ojos con mis puños.
Me puse de pie y pegué mi oído a la puerta, no se escuchaba absolutamente nada. Con cuidado de no hacer ruido, rodé la llave y quité el seguro de la puerta, abrí lentamente. La cama estaba vacía, caminé en silencio, sentí un ruido y volteé a ver. James estaba durmiendo contra la pared al lado de la puerta.
Su camisa celeste a medio desprender, su cabello revuelto y sin zapatillas, estaba totalmente desastroso. Sus ojos estaban cerrados y su rostro en paz. Me acerqué un poco a el y me senté en frente suyo. Esperé unos minutos a que abriera los ojos pero me cansé y me decidí a pedir el desayuno. Me puse de pie y lo mire una vez mas. Di media vuelta y sentí su voz ronca.
-No te vallas.-me dijo. Volteé a verlo y vi como abría sus ojos con cierta pesadez.- Por favor.- dijo casi suplicando.
-Voy a pedir el desayuno.-le informé temerosamente. No había olvidado lo de la noche anterior y como había querido pegarme.
-No lo pidas.-me dijo. Ignorándolo volteé de nuevo y me senté en la cama junto a la mesa de noche, tomé el teléfono.- No lo pidas.-insistió. Lo miré.
-Tengo hambre.-dije. Se puso derecho e hizo una mueca de dolor.- Me pediré solo para mi.-le advertí viendo como se ponía de pie. Tenía miedo de que me quisiera pegar por esto.
-Pero no pidas nada, ni para ti, ni para mí, ni para nadie.-dijo dirigiéndose a la cama. Respiré hondo conteniendo el miedo. Se tiró sobre la cama, boca abajo, volteó la cabeza y me miró.- ¿Puedo llevarte a desayunar?
-No James, no quiero.-dije. Sabía que me estaba por ganar un golpe.
-¿Por qué no?
-No tengo ganas de salir, aparte solo mírate, estas hecho un desastre y tienes un olor a alcohol que no se soporta.
-Me doy una ducha y vamos.-dijo. Lo vi hacer otra mueca de dolor y se sentó en la cama.- ¿Puede ser?
-No tengo ganas, dejémoslo para otro día.
-Me doy una ducha y nos vamos.-me comentó. Se puso de pie y buscó ropa en su parte del armario.- Ponte algo de ropa, estas en pijama.-me dijo. Entró al baño y cerró la puerta.
Dejé el teléfono donde estaba. Era mas que obvio que tenía que obedecer. Abrí el armario y saqué una remera gris y unos shorts blancos. Me puse mis ojotas y me coloqué frente al espejo. Tenía ojeras, debía cubrirlas pero tenía que esperar a que James saliera del baño, porque ahí estaban mis pinturas. Me quedé observando mi rostro, la marca en mi cuello que aun no se borraba. A través del espejo vi a James salir del baño. Llevaba puestos unos pantalones negros y una camisa blanca. Volteé y me encontré con el muy cerca mío. Me puse incomoda y desvié la mirada.
-¿Soy el responsable de esto?-dijo tocando la marca de mi cuello.
-¿Quién mas si no?
-No lo se, ayer no estuve en todo el día contigo.
-¿Me crees fácil?-arqueé una ceja. No entendía a que se refería.
-Por lo que me demostraste, yo creo que si.-dijo. Ignoré sus palabras, e intenté ignorar su presencia, pero esa parte se me hizo imposible.
Caminé hasta el baño y comencé a maquillarme. Me coloqué corrector de ojeras y luego lo cubrí con base, me delineé los ojos con negro y luego pase rimel en mis pestañas, me coloqué manteca de cacao en los labios y dos gotas de perfume en el cuello. Salí del baño y lo vi sentado en la cama tecleando su celular.
-¿Lista? Ya tengo hambre.-dijo levantándose de la cama. Ni siquiera me miró, caminó hasta la mesita de noche y sacó su billetera, volteó a verme.- Vamos, no te quedes ahí parada.
No respondí, no iba a decirle algo para que comenzáramos a pelear. El se dirigió a la puerta y la abrió, tomé mi celular y salí por la puerta que antes había sido abierta por él, el salió detrás de mí y cerró la puerta. Llamé al elevador y en segundos se abrió la puerta, entramos y James marcó planta baja. La caja metálica comenzó a descender hasta abrir sus puertas en la planta baja del hotel. James tomó mi mano antes de salir de ahí. Quise zafarme de su agarre pero me fulminó con la mirada haciendo que el temor se apoderara de mi cuerpo, solo seguí sus pasos.
-Buen día señor y señora Maslow .-dijo el recepcionista.
-Buenos días.-le respondió James con una sonrisa mas falsa que una moneda de lata. Yo solo miré el suelo mientras salíamos de ahí.- Vamos caminando.-me informó, solo asentí.
Caminamos de la mano hasta llegar al muelle y nos sentamos en un café. Uno en frente de el otro y ninguno hablaba. Se sentían las olas romper y la brisa del mar llegaba hasta allí.
-Buen día. ¿Qué desean desayunar?-dijo la alegre voz de una joven.
-Buenos días.-dijo James llevando su mirada al rostro de la chica.- _______. ¿Qué vas a pedir?
-Un jugo de naranja y dos media lunas.-le dije a la chica. Ella asintió y escribió sobre su anotador.
-¿Usted señor?-le preguntó a James. Definitivamente ella le estaba coqueteando. El le sonrió seductoramente antes de hablar.
-Nada mas un café-dijo y luego desvió su mirada hacía mí. Lo estaba haciendo a propósito.
La chica sonrió coqueta y se retiro de nuestra mesa. Me crucé de piernas y apoyé mis manos sobre mi rodilla, miré las olas moverse mientras esperábamos nuestro desayuno.
-Gracias.-dijo James cuando la morena colocó el café frente a sus ojos.
-De nada señor.-le contestó ella con una risita estúpida.- Aquí esta lo suyo.-me dijo a mi mientras me entregaba mi pedido.- Si necesitan algo me avisan.
-Si, necesito una cosa.-dije. Ella volteó a verme, James sonrió enterándose de mis notorios celos.
-Dígame.-dijo ella.
-Que te retires y dejes de coquetear con mi prometido.-dije revolviendo mi jugo como si nada pasara.
-Disculpen, yo pensé que eran hermanos.-dijo la morena. Le sonreí sarcásticamente y se dio la vuelta para irse de ahí con sus mejillas rosadas.
-¿Qué fue eso?-preguntó tomando de su café.
-Jamescito.-le dije amenazante.- Estas jugando con fuego.
-________.- me dijo en el mismo tono.- ¿Acaso te estoy quemando con mi fuego?-dijo. Arqueé una ceja, sonrió de costado.- Creo que estas algo celosa por mi coqueteo hacía la morena. ¿No crees tu?
-No bombón.-dije sarcástica. Sonrió hipócritamente.- Solo quería cortarte el mambo. Por mi, ya te he dicho, puedes morirte.
-Como digas. Créeme, reconozco a una persona cuando esta celosa.
Me quedé callada, no iba a negarle que no estaba celosa.
Jacke Maslow Pena *
Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
me encanto sigela plissss tambien sigue la de las 50 sombras de maslow
liliana de henderson
Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
chicas los iento por no estra on pero pues no e tenido tiempo
Jacke Maslow Pena *
Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
Capitulo 20:
-¿Entonces? ¿Vamos a desayunar así de callados?-preguntó mirándome. No le dediqué ni una mirada, solo asentí con la cabeza.- Quería preguntarte algo.-agregó.
-Guárdatelo, no quiero saber que quieres preguntar.-dije. Rió cínicamente.
-¿Por qué tan a la defensiva?
-Porque tú eres un maldito fastidioso.
-Lastima.-dijo echándose para atrás sobre el respaldo de la silla.- Vas a soportarme toda tu vida.
-Aun no entiendo. Esta bien que me compres en una subasta y todo eso, que me tengas en tu casa y me fastidies todo el día, pero… ¿Por qué me tengo que casar contigo?
-Porque a mi se me da la gana.- me dijo. Ahora si lo observé.
-¿Y si a mi no se me da la gana?-arqueé una ceja. Sonrió.- No me hace ningún tipo de gracia, es más, cuando estemos en el altar y pregunten si acepto o no, diré que no.
-Dilo y quedas expuesta a cualquier tipo de venganza.-me dijo. Arrugué la nariz y le saqué la lengua.- Yo también te amo _______.-me dijo entre risas sarcásticas.
Aun estaba sin entender todo esto. El podría haber abusado de mí, me podría haber golpeado y hasta insultado de manera extravagante por mi comportamiento, sin embargo solo me molestaba y me deseaba en su cama.
-Como digas Maslow .-dije tomando el último sorbo de mi jugo.- De todas maneras no ganas nada siendo mi esposo, así que da igual.
-Si que gano bonita.-me sonrió.- Y créeme que aun no sabes lo que tu te ganaras.
-Depravado.-dije haciendo una mueca de asco. Rió.
-Ya veras, cuando estemos casados no dirás lo mismo, todo a su debido tiempo.
-James, ya deja de soñar despierto y termina con tu café, quiero irme de aquí.
-Tranquila, tranquila pequeña.-dijo calmado. Desvié la mirada.
Estoy segura de que era a propósito. Estaba tardando más de media hora en tomarse un insignificante café. Me tenía harta, cansada y muerta de sed. Quería irme, escaparme de su lado, no volver a verlo. Cerré los ojos con fuerza, me dolía la cabeza y no soportaba el bullicio de gente.
-Ya vamos.-dijo, al final.- Pero espera que voy a pagar al mostrador.
Me quedé ahí sentada con los ojos cerrados por un rato. Respiré profundo y me levanté de la silla, inmediatamente me mareé y tuve que volver a sentarme.
-¿Estas bien?-preguntó poniendo una de sus manos sobre mi hombro. La quité con una mueca de desagrado e intenté levantarme de nuevo. James tuvo que tomarme de la cintura, casi caigo dura al piso.- No, definitivamente no estas bien.-dijo. Apoyé mis manos sobre los hombros de James y me puse firme.
-No necesito tu ayuda.-dije. Elevó los hombros en señal de desinterés y me aferró a su cuerpo.
-Si la necesitas.-me dijo sensualmente a escasos centímetros de mi oído.
-No James.-dije tragando saliva. Me separé de el.- No quiero nada que venga de tu parte.-agregué y comencé a caminar.
Sin decir más nada me siguió. A mitad del camino se adelantó y me tomó la mano con suavidad.
-¿Vamos a la playa?- preguntó luego de besar mi mejilla.
-No tengo ganas.-dije pasando mi mano por donde había dado el beso.- Y no me beses.- lo había limpiado con brusquedad.
-Mala persona.-dijo y tiró de mi brazo para atraparme en un abrazo.- Vamos a la playa.-insistió.- Por favor.-besó mi cuello. Lo aparté con desagrado.
-No me vuelvas a besar. ¿Entendiste?-le di un leve empujón y seguí con mi camino.
-________.-me llamó, no volteé a verlo por lo que siguió molestando.- ________.
-James, entiende que lo que menos quiero es estar cerca de ti así que…-pero no pude continuar porque puso una de sus manos sobre mi boca.
-Cállate y escucha.-me dijo, quité su mano bruscamente.- Vamos a ir al hotel y luego del almuerzo vamos a la playa, te guste o no.
-No quiero ir.-dije firmemente. Me tomó del brazo, me estaba haciendo daño.
-No es una pregunta, es una orden.-me dijo, luego soltó mi brazo dejando marcas rojas de sus dedos sobre mi piel. Comenzó a caminar dejándome atrás suyo.
-Maldito imbécil.-murmuré tocando las marcas en mis brazos.- Brusco sin corazón.-dije en un suspiro, volteó a verme. Oh no Dios, dime que no escuchó.
-Vamos camina.-dijo con impaciencia. Sin decir una sola palabra apresuré mi paso para llegar pronto al hotel.
Entramos al hotel, el iba por delante mío. Llamó el elevador y se metió en el, puso cara de fastidio mientras esperaba que yo entrara. La caja metálica subió hasta el piso de nuestra habitación. Las puertas se abrieron y sin decir nada James salió de ahí, yo solo lo seguí. Pasó la tarjeta por la hendidura y la puerta se abrió, entró en la habitación y me empujó la puerta sobre mi cuerpo, la sostuve y entré.
-¿Cuál es el problema contigo?-dije cerrando la puerta de un solo golpe. Volteó a verme.- Deja tu estúpido mal humor de lado y responde.-le dije en un grito.- ¡¡Maslow !!-grité al ver que no iba responder.- ¿Sabes que? Me tienes harta con tus niñerías. Te detesto.-dije tirando un florero que permanecía sobre una mesita.
-¿Estas loca?-me gritó.- Todo lo que tú rompas aquí en el hotel, yo debo pagarlo. ¿Entiendes? De mi bolsillo sale la plata de las cosas que tu tiras y rompes, así que deja de hacerte la enojada conmigo y hazte cargo de las estupideces que haces y dices.
Dio media vuelta y quedó dándome la espalda. Me senté en el sillón de brazos cruzados. El se sentó en la cama, tomó su celular y comenzó a teclear y a hacer cosas, las cuales yo desconocía.
Verlo con su celular me hizo pensar en mi celular, ¿Dónde estaba? ¿Lo había olvidado en la casa? De todas maneras era lo mismo tenerlo o no, nadie nunca hablaba conmigo o me pedía mi número.
Suspiré captando la atención de James, luego volteó sin gesto alguno. Desvié la mirada, sabía que este viaje iba a ser una porquería y no me había equivocado en pensarlo.
-Quiero volver a mi casa.-dije en un hilo de voz.
-No vamos a volver . Te dije que tenía cosas que hacer.
-No quiero volver a tu casa James.-dije secamente.- Quiero volver a mi casa.
-Tu vives conmigo, eso no va a cambiar.-dijo sin sentimientos en su voz. Volteó a verme. Miré hacía otro lado, no quería mostrarle las pocas lagrimas que resbalaban por mis mejillas.- No seas tonta.-agregó.- Tienes 16 años y lloras por cada cosa que te ocurre.-dijo. Cerré los ojos con fuerza, mis ganas de matarlo a patadas aumentaron y con ellas mis lagrimas.- Mírame cuando te hablo.-siguió hablando.- No me gusta hablarle a la nada.
-Te estoy escuchando.-dije entrecortadamente. Respiré dificultosamente. Suspiró.
-¿Se supone que ahora debo preguntar que te ocurre, ir a abrazarte y decirte que todo va a estar bien?-dijo. Me sorprendí, nunca en mi vida había conocido a una persona tan fría como el.- ¿Eso debo hacer?
-Que desalmado eres.
-Tal vez no puedo dar amor porque nunca lo recibí. ¿No crees?-dijo fríamente. Sus palabras retumbaron en mi cabeza.- Tu a pesar de que ahora no tienes padre, el te amó y mucho, ¿O no es así?-agregó. Se levantó de la cama y se sentó a mi lado.- No pretendas que cambie solo por ti porque eso no va a pasar.
-No quiero que pase, tu no me importas, no quiero volver a verte, déjame ir de aquí.-dije soplando mi nariz hacía adentro.- Solo quiero que me lleves de vuelta a mi casa donde solía vivir.
-_______, no voy a hacer eso.
-¿Por qué no?
-Porque ahora eres mía.
-No, James yo no te pertenezco.-dije casi en un gritó.
-No se si recuerdas que te subastaron y yo fui el que te compré.
-Pero déjame ir. Por favor.
-No te prometo nada.-dijo secamente. Sequé mis lagrimas y lo miré fijamente, prendió el televisor y se acomodó mejor en el sillón.- ¿Qué? ¿Qué tanto miras?
-Aun que no quieras dejarme ir.-dije pensativa.- Puedes por lo menos… ¿Ser mas bueno conmigo?
-¿Bueno? ¿En que sentido?-hizo una sonrisa de lado.- Nunca comprendo tus palabras de adolescente alocada.
-James, bueno, es una persona que no le grita a los demás, que no te lastima, que no te trata mal. ¿Te suena?
-Anda bajando los humos pequeña.-dijo enfadado. Me quedé callada. Miró el televisor y luego de 5 minutos volvió su mirada a mi.- ¿No soy bueno?
-No.-respondí.
-¿Qué hice de malo?
-Me lastimas, emocionalmente y físicamente.-dije en un hilo de voz.
-¿Qué pretendes?-arqueó una ceja.- ¿Que ande a los abrazos y besos contigo? Ni lo sueñes.
-No pretendo eso, gracias.-dije en un tono indiferente.- Solo quiero que me respetes y no me grites.
-Tu eres la que grita.-dijo. Esto ya se tornaba una discusión.- Cada vez que me quedo callado o te soy indiferente me gritas.
-Me pones de los pelos.-dije en un gritó ahogado. Hizo una mueca.
-¿Lo ves?
-¿Y que?-alcé los hombros.- Tu eres bipolar.
-Nada que ver.-dijo frunciendo el ceño.
-¿Qué no? Vives dándome la mano y pidiéndome que me acueste contigo y a los 5 segundos estas enojado conmigo por estupideces.
-Infantil.
-Ñoño.
-Tonta.
-Estúpido.
-Miedosa.
-¿De que?-pregunté arqueando una ceja.- No digas bobadas Maslow .
-¿De que? ¿Quieres saber de que?
-Cállate.
-No, no.-dijo divertido.- Tienes miedo de mi y de el.-dijo haciendo un gesto hacía abajo.
-No te pases.
-Tú lo provocaste.
-¿Qué cosa?
-Que mente sucia tienes ______.-dijo en una risita.- Admite que por más que me odias o como sea, deseabas haberte acostado conmigo.-dijo.
-Ya, si, claro como quieras, sigue soñando con eso James.
-No soñare mas, cuando nos casemos no tendré que solo alucinar contigo pidiendo mas, te tendré debajo de mis sabanas pidiendo por mi cuerpo, gritando mi nombre una y otra vez. Admítelo.
-Já, piensa lo que quieras, sueña lo que quieras.
-Créeme, luego de la luna de miel, lo único que sabrás decir será, “Oh James, James, no pares.”-dijo haciendo una voz chillona.
-Me haces reír.-dije enojada. Sonrió.
-No quieres admitir que te acabas de mojar.-dijo a mi oído.
-Admite que nunca en tu vida una mujer te tuvo tan dominado como yo.-dije sensualmente.
Me plantó un beso haciendo que cayera debajo de el en el sillón.
-Vamos, veamos quien tiene el control.-dijo levantando mi remera.- Créeme, luego de esto, amaras tenerme cerca.
-¿Entonces? ¿Vamos a desayunar así de callados?-preguntó mirándome. No le dediqué ni una mirada, solo asentí con la cabeza.- Quería preguntarte algo.-agregó.
-Guárdatelo, no quiero saber que quieres preguntar.-dije. Rió cínicamente.
-¿Por qué tan a la defensiva?
-Porque tú eres un maldito fastidioso.
-Lastima.-dijo echándose para atrás sobre el respaldo de la silla.- Vas a soportarme toda tu vida.
-Aun no entiendo. Esta bien que me compres en una subasta y todo eso, que me tengas en tu casa y me fastidies todo el día, pero… ¿Por qué me tengo que casar contigo?
-Porque a mi se me da la gana.- me dijo. Ahora si lo observé.
-¿Y si a mi no se me da la gana?-arqueé una ceja. Sonrió.- No me hace ningún tipo de gracia, es más, cuando estemos en el altar y pregunten si acepto o no, diré que no.
-Dilo y quedas expuesta a cualquier tipo de venganza.-me dijo. Arrugué la nariz y le saqué la lengua.- Yo también te amo _______.-me dijo entre risas sarcásticas.
Aun estaba sin entender todo esto. El podría haber abusado de mí, me podría haber golpeado y hasta insultado de manera extravagante por mi comportamiento, sin embargo solo me molestaba y me deseaba en su cama.
-Como digas Maslow .-dije tomando el último sorbo de mi jugo.- De todas maneras no ganas nada siendo mi esposo, así que da igual.
-Si que gano bonita.-me sonrió.- Y créeme que aun no sabes lo que tu te ganaras.
-Depravado.-dije haciendo una mueca de asco. Rió.
-Ya veras, cuando estemos casados no dirás lo mismo, todo a su debido tiempo.
-James, ya deja de soñar despierto y termina con tu café, quiero irme de aquí.
-Tranquila, tranquila pequeña.-dijo calmado. Desvié la mirada.
Estoy segura de que era a propósito. Estaba tardando más de media hora en tomarse un insignificante café. Me tenía harta, cansada y muerta de sed. Quería irme, escaparme de su lado, no volver a verlo. Cerré los ojos con fuerza, me dolía la cabeza y no soportaba el bullicio de gente.
-Ya vamos.-dijo, al final.- Pero espera que voy a pagar al mostrador.
Me quedé ahí sentada con los ojos cerrados por un rato. Respiré profundo y me levanté de la silla, inmediatamente me mareé y tuve que volver a sentarme.
-¿Estas bien?-preguntó poniendo una de sus manos sobre mi hombro. La quité con una mueca de desagrado e intenté levantarme de nuevo. James tuvo que tomarme de la cintura, casi caigo dura al piso.- No, definitivamente no estas bien.-dijo. Apoyé mis manos sobre los hombros de James y me puse firme.
-No necesito tu ayuda.-dije. Elevó los hombros en señal de desinterés y me aferró a su cuerpo.
-Si la necesitas.-me dijo sensualmente a escasos centímetros de mi oído.
-No James.-dije tragando saliva. Me separé de el.- No quiero nada que venga de tu parte.-agregué y comencé a caminar.
Sin decir más nada me siguió. A mitad del camino se adelantó y me tomó la mano con suavidad.
-¿Vamos a la playa?- preguntó luego de besar mi mejilla.
-No tengo ganas.-dije pasando mi mano por donde había dado el beso.- Y no me beses.- lo había limpiado con brusquedad.
-Mala persona.-dijo y tiró de mi brazo para atraparme en un abrazo.- Vamos a la playa.-insistió.- Por favor.-besó mi cuello. Lo aparté con desagrado.
-No me vuelvas a besar. ¿Entendiste?-le di un leve empujón y seguí con mi camino.
-________.-me llamó, no volteé a verlo por lo que siguió molestando.- ________.
-James, entiende que lo que menos quiero es estar cerca de ti así que…-pero no pude continuar porque puso una de sus manos sobre mi boca.
-Cállate y escucha.-me dijo, quité su mano bruscamente.- Vamos a ir al hotel y luego del almuerzo vamos a la playa, te guste o no.
-No quiero ir.-dije firmemente. Me tomó del brazo, me estaba haciendo daño.
-No es una pregunta, es una orden.-me dijo, luego soltó mi brazo dejando marcas rojas de sus dedos sobre mi piel. Comenzó a caminar dejándome atrás suyo.
-Maldito imbécil.-murmuré tocando las marcas en mis brazos.- Brusco sin corazón.-dije en un suspiro, volteó a verme. Oh no Dios, dime que no escuchó.
-Vamos camina.-dijo con impaciencia. Sin decir una sola palabra apresuré mi paso para llegar pronto al hotel.
Entramos al hotel, el iba por delante mío. Llamó el elevador y se metió en el, puso cara de fastidio mientras esperaba que yo entrara. La caja metálica subió hasta el piso de nuestra habitación. Las puertas se abrieron y sin decir nada James salió de ahí, yo solo lo seguí. Pasó la tarjeta por la hendidura y la puerta se abrió, entró en la habitación y me empujó la puerta sobre mi cuerpo, la sostuve y entré.
-¿Cuál es el problema contigo?-dije cerrando la puerta de un solo golpe. Volteó a verme.- Deja tu estúpido mal humor de lado y responde.-le dije en un grito.- ¡¡Maslow !!-grité al ver que no iba responder.- ¿Sabes que? Me tienes harta con tus niñerías. Te detesto.-dije tirando un florero que permanecía sobre una mesita.
-¿Estas loca?-me gritó.- Todo lo que tú rompas aquí en el hotel, yo debo pagarlo. ¿Entiendes? De mi bolsillo sale la plata de las cosas que tu tiras y rompes, así que deja de hacerte la enojada conmigo y hazte cargo de las estupideces que haces y dices.
Dio media vuelta y quedó dándome la espalda. Me senté en el sillón de brazos cruzados. El se sentó en la cama, tomó su celular y comenzó a teclear y a hacer cosas, las cuales yo desconocía.
Verlo con su celular me hizo pensar en mi celular, ¿Dónde estaba? ¿Lo había olvidado en la casa? De todas maneras era lo mismo tenerlo o no, nadie nunca hablaba conmigo o me pedía mi número.
Suspiré captando la atención de James, luego volteó sin gesto alguno. Desvié la mirada, sabía que este viaje iba a ser una porquería y no me había equivocado en pensarlo.
-Quiero volver a mi casa.-dije en un hilo de voz.
-No vamos a volver . Te dije que tenía cosas que hacer.
-No quiero volver a tu casa James.-dije secamente.- Quiero volver a mi casa.
-Tu vives conmigo, eso no va a cambiar.-dijo sin sentimientos en su voz. Volteó a verme. Miré hacía otro lado, no quería mostrarle las pocas lagrimas que resbalaban por mis mejillas.- No seas tonta.-agregó.- Tienes 16 años y lloras por cada cosa que te ocurre.-dijo. Cerré los ojos con fuerza, mis ganas de matarlo a patadas aumentaron y con ellas mis lagrimas.- Mírame cuando te hablo.-siguió hablando.- No me gusta hablarle a la nada.
-Te estoy escuchando.-dije entrecortadamente. Respiré dificultosamente. Suspiró.
-¿Se supone que ahora debo preguntar que te ocurre, ir a abrazarte y decirte que todo va a estar bien?-dijo. Me sorprendí, nunca en mi vida había conocido a una persona tan fría como el.- ¿Eso debo hacer?
-Que desalmado eres.
-Tal vez no puedo dar amor porque nunca lo recibí. ¿No crees?-dijo fríamente. Sus palabras retumbaron en mi cabeza.- Tu a pesar de que ahora no tienes padre, el te amó y mucho, ¿O no es así?-agregó. Se levantó de la cama y se sentó a mi lado.- No pretendas que cambie solo por ti porque eso no va a pasar.
-No quiero que pase, tu no me importas, no quiero volver a verte, déjame ir de aquí.-dije soplando mi nariz hacía adentro.- Solo quiero que me lleves de vuelta a mi casa donde solía vivir.
-_______, no voy a hacer eso.
-¿Por qué no?
-Porque ahora eres mía.
-No, James yo no te pertenezco.-dije casi en un gritó.
-No se si recuerdas que te subastaron y yo fui el que te compré.
-Pero déjame ir. Por favor.
-No te prometo nada.-dijo secamente. Sequé mis lagrimas y lo miré fijamente, prendió el televisor y se acomodó mejor en el sillón.- ¿Qué? ¿Qué tanto miras?
-Aun que no quieras dejarme ir.-dije pensativa.- Puedes por lo menos… ¿Ser mas bueno conmigo?
-¿Bueno? ¿En que sentido?-hizo una sonrisa de lado.- Nunca comprendo tus palabras de adolescente alocada.
-James, bueno, es una persona que no le grita a los demás, que no te lastima, que no te trata mal. ¿Te suena?
-Anda bajando los humos pequeña.-dijo enfadado. Me quedé callada. Miró el televisor y luego de 5 minutos volvió su mirada a mi.- ¿No soy bueno?
-No.-respondí.
-¿Qué hice de malo?
-Me lastimas, emocionalmente y físicamente.-dije en un hilo de voz.
-¿Qué pretendes?-arqueó una ceja.- ¿Que ande a los abrazos y besos contigo? Ni lo sueñes.
-No pretendo eso, gracias.-dije en un tono indiferente.- Solo quiero que me respetes y no me grites.
-Tu eres la que grita.-dijo. Esto ya se tornaba una discusión.- Cada vez que me quedo callado o te soy indiferente me gritas.
-Me pones de los pelos.-dije en un gritó ahogado. Hizo una mueca.
-¿Lo ves?
-¿Y que?-alcé los hombros.- Tu eres bipolar.
-Nada que ver.-dijo frunciendo el ceño.
-¿Qué no? Vives dándome la mano y pidiéndome que me acueste contigo y a los 5 segundos estas enojado conmigo por estupideces.
-Infantil.
-Ñoño.
-Tonta.
-Estúpido.
-Miedosa.
-¿De que?-pregunté arqueando una ceja.- No digas bobadas Maslow .
-¿De que? ¿Quieres saber de que?
-Cállate.
-No, no.-dijo divertido.- Tienes miedo de mi y de el.-dijo haciendo un gesto hacía abajo.
-No te pases.
-Tú lo provocaste.
-¿Qué cosa?
-Que mente sucia tienes ______.-dijo en una risita.- Admite que por más que me odias o como sea, deseabas haberte acostado conmigo.-dijo.
-Ya, si, claro como quieras, sigue soñando con eso James.
-No soñare mas, cuando nos casemos no tendré que solo alucinar contigo pidiendo mas, te tendré debajo de mis sabanas pidiendo por mi cuerpo, gritando mi nombre una y otra vez. Admítelo.
-Já, piensa lo que quieras, sueña lo que quieras.
-Créeme, luego de la luna de miel, lo único que sabrás decir será, “Oh James, James, no pares.”-dijo haciendo una voz chillona.
-Me haces reír.-dije enojada. Sonrió.
-No quieres admitir que te acabas de mojar.-dijo a mi oído.
-Admite que nunca en tu vida una mujer te tuvo tan dominado como yo.-dije sensualmente.
Me plantó un beso haciendo que cayera debajo de el en el sillón.
-Vamos, veamos quien tiene el control.-dijo levantando mi remera.- Créeme, luego de esto, amaras tenerme cerca.
Jacke Maslow Pena *
Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
Capitulo 21 PARTE 1/2
-Quítate de encima mío.-dije empujándolo. Sonrió.- ¿Qué es tan gracioso? ¿Ah?- estaba totalmente enojada.- Juro que si no me explicas te golpeare.
-Vamos, adelante, golpéame.-volvió a sonreír.
-¿Por qué eres tan cínicamente estúpido?-le dije cruzando mis brazos.
-Porque tú eres una aniñada que me contagia su estupidez.
-Muérete.
-Y dale con eso. ¿Sabes? Si quieres, solo si quieres, puedes buscar palabras nuevas para decirme, solo si quieres.- hágase notorio su sarcasmo ¿verdad?
-¿Por qué te ríes?-le grite.
-Porque te ves tan indefensa cuando te beso.-me dijo. Ya me estaba sacando de mis casillas y se iba a comer un par de puñetazos.
-Basta, me tienes cansada.-le grité.- Deja de meterte en mi vida, de molestarme, lo unico que haces es que te odie cada día mas, que cada vez que te vea tenga ganas de apuñalarte, haces que me repugnes. No entiendo porque me obligas a casarme contigo, porque me besas, porque me haces fingir que somos “una hermosa pareja” frente a tus padres. ¿Sabes que? Creo que eres un despechado, que te han hecho sufrir y por eso me quieres hacer sufrir a mí. Anda, muy bien hecho James, lo has logrado.- las lagrimas comenzaron a desprenderse de mis ojos.- Haces que mi vida sea un infierno. Pero…
-______, yo…-dijo mirando el suelo.
-Tú nada James, tú vives para hacerme daño, pero esta bien, parece que yo nací para sufrir, así que ya ¿Qué más da? Es lo mismo, siempre voy a sufrir. Haz lo que quieras.-di media vuelta y entre en el baño. No cerré la puerta solo saqué papel del baño y me sople la nariz.
-______.-se apoyó sobre el marco de la puerta.- De verdad no quería hacerte llorar.-dijo.
-¿Ahora me dirás que lo sientes?-bajé la tapa del inodoro y me senté ahí. Lo vi asentir.- Ni te gastes en mentirme de esa maneras.-tiré el papel dentro del cesto de basura.
-No quiero hacerte sufrir, y menos hacerte infeliz.
-Ya lo lograste James, no necesitas decirme esas tonterías para que por lo menos me vaya a la cama contigo.-le dije. No lo estaba mirando.
-No quiero acostarme contigo.-dijo. Volteé a verlo.- No ahora.-agregó. Demasiada ilusión me había hecho.
-No quiero estar cerca de ti, me haces mal.-dije dejando que un par de lagrimas inundaran mis ojos.- De verdad no entiendo cual es el propósito.-dije. Se sentó en el suelo y me miró.
-Voy a contarte todo.-me dijo. Se veía sincero pero no podía confiar en el.
-Adelante.-lo invité a hablar.
-Antes necesito explicaciones.-dijo tranquilamente. Intenté controlar mi respiración para luego contestarle.
-¿Explicaciones de que?-pregunté. Me observó atento y volvió a hablar.
-¿Por qué no quisiste?- y dale con ese tema Maslow .
-James ya te dije, simplemente no pude.
-¿Por qué?
-Porque no. En serio, se que sonara estúpido o como quieras llamarlo, pero estoy esperando al hombre correcto.
-¿Es en serio?-arqueó una ceja.- ¿Vas a esperar de por vida?
-En la vida no todo es sexo.
-Creo que tienes una imagen muy incorrecta sobre el sexo.-me dijo. Espere que siguiera.- Aparte nadie dijo que nosotros íbamos a tener sexo.
-No, es que solo nos besamos para luego jugar a las cartas.-agregué sarcásticamente. Soltó una risa.- Si yo no paraba de seguro hubiéramos tenido sexo.
-No, para mi íbamos a hacer el amor.-soltó. Lo miré atenta. ¿Qué no es lo mismo? Me pregunté a mi misma.- ¿Tu que crees?
-Es lo mismo James.-le dije como si no fuera más que obvio. Negó con la cabeza.- Vamos, explica, soy una chica de 16 años, no una vieja experimentada.
-Sexo, es solo el polvo de una noche, pero cuando haces el amor, no querrás alejarte de esa persona.
-Oh, que cursi.-le dije casi riendo, pero la situación no daba para eso.
-Vas a ver, cuando hagas el amor, te darás cuenta.-me dijo. Este chico se esta poniendo cursimente tarado.- Piensa lo que quieras yo ya te dije la diferencia. Por algo se llama hacer el “amor” porque es con amor, tener sexo, es solo de una noche.
-Oh, veo que estas enterado de eso.-le dije. Me dedicó una mirada no tan agradable.- ¿Algunas vez haz hecho el amor?
-Nunca.-concluyo. Me sentí mal por haberlo rebotado de esa manera.
-Ah, entiendo.-dije mirando las blancas baldosas del baño.- Bueno, ahora explícame.-agregué como para zafar del tema anterior.
-Bien, te explicaré cuando respondas a mi pregunta.
-Ya te dije, ¿Qué mas quieres escuchar?-arqueé una ceja.
-Te dio miedo.-afirmó.
-¿Tu?-le dije, reí sarcástica. Su rostro no denotaba nada.- James, no vas a escuchar lo que quieres escuchar, aparte ya te he dicho muchas veces, no voy a acostarme contigo.
-¿Por qué no?-dijo casi desesperado.
-Porque no quiero, porque no eres el hombre al que amo.
-¿Y quien es ese hombre?-preguntó.
-Nadie, no me gusta nadie, por ahora, pero tú tampoco me gustas, así que nada de sexo o de hacer el amor, o como mierda te guste llamarle a tumbarse en una cama y devorarse el uno al otro.- rió por mi ultimo comentario y habló.
-Okey, entonces, James…-se hablaba a si mismo.- dale tiempo al tiempo y veras el procedimiento.
-¿Qué?-dije casi largando una carcajada.
-Lo que dije, tu solo espera y veras.-me dijo. No entendí.
-Bien, ahora si, explícame.-dije ansiosa por saber porque este chico hacía de mi vida un infierno.
-Si, te explicare, pero vamos a la habitación, no me gustan mucho los baños.-se levantó del suelo y me tendió la mano, lo ignoré y me puse de pie yo sola.
Salimos del baño y caminamos hasta el pequeño living, yo me senté en uno de los sillones mas pequeños, el en el grande.
-Dime, y quiero que empieces desde el principio.
-¿Luego iras a la playa comigo?
-Depende, vamos explícame James.-dije seria.
-Si.-entrelazó sus manos y se acomodó sobre el sillón.- Es algo complicado.
-Vamos, no des vueltas y dilo, créeme a estas alturas ya nada puede sorprenderme viniendo de tu familia.-le dije, me fulminó con la mirada.
-¿Recuerdas lo que te conté de mis padres? Cuando estábamos en la oficina, que tu decidiste que nos preguntáramos cosas, ¿Recuerdas?- dijo, asentí.- Bueno, mi padre me prohíbe ver a mi hermana y no se cuando podré verla de nuevo.
-¿Cuántos años tiene ella?
-Ella ahora tiene 8, me perdí su vida desde hace dos años, te aseguro que ni siquiera se acuerda de mí.
-James, no creo que sea así.-dije sin mirarlo, no pude.
-No lo se.-dijo pensativo.- Bueno, entonces hace poco me dijo que el iba a dejarme ver a Alison…-Alison, tomé nota mental de mi futura “cuñada”.- solo si me caso.
-¿Y que tiene que ver eso con que me hagas sufrir día a día?-dije frunciendo el ceño.
-¿Quieres dejarme terminar o no?-dijo de la misma manera que yo.
-Vamos, anda.-subí los pies al sillón y me senté como indio.
-Entonces fui a esa subasta de mujeres huérfanas y créeme que no encontré nada mejor que tu…-lo interrumpí bruscamente.
-¿Qué insinúas Maslow ?-dije enojada.- ¿Soy poca cosa?
-Para casarte conmigo, si.-dijo sin importarle nada.
-Bien, pues entonces vete a otra subasta y déjame a mí en paz.-dije levantándome del sillón.
-Bueno, como quieras, puedes escaparte pero de alguna manera te traeré de nuevo, y no iré a otra subasta porque me costaste bastante cara como para desperdiciarte.-me dijo. Lo mire sorprendida.
-No hablas en serio ¿o si?-créanme, daba miedo.
-Si, no pagué $3000 solo para tenerte de adorno, y mis planes no eran solo casarme contigo pero eres muy pequeña y no voy a hacer lo que tenía planeado.
-Oh, entonces cambiaste tus planes y me arruinaste la vida.
-Digamos que si.
-Bueno, digamos que si, ahora supongamos que cuando el cura pregunte “_______ Jarrel ¿Acepta a James Maslow como esposo?” Yo supuestamente tengo que decir que si, pero…
-Ni te atrevas.-dijo enojado.
-¿Ah no?-arqueé una ceja.- ¿Qué pasa si digo que no?
-Te mato.-me gritó.- Ten piedad, no me caso contigo solo para casarme contigo o porque de verdad me gustes, me caso contigo solo para ver a mi hermana.
-Bueno, búscate a otra que quiera casarse contigo.-di media vuelta y caminé hasta el teléfono.- Tengo hambre. ¿Puedo pedir o no?
-Haz lo que se te de la merecida gana.-dijo de mala manera y se recostó en el sillón boca abajo.- ¡Ahora si grítame que me muera!-grito chocando su boca contra un almohadón.
-¡MUERETE ENTONCES!-le grité yo, me senté en la cama y tomé el teléfono.
-Gracias, es lo que quiero desde hace ya varios años.
Me quedé pensando, ¿Qué sería de mí sin James? No, no, sin James de la manera en que el me mantiene, me da una casa y bueno, me trata mal pero dentro de todo, vivo gracias a el.
-No, no te mueras.-dije pensativa.
-¿Qué?-dijo desde el sillón. Yo miraba el teléfono en mis manos.- ¿Qué dijiste?
-Que no te mueras.-repetí. Aun que era raro de admitir, lo necesitaba.
Con tan solo imaginar la vida sin James, se me hizo aburrido. Sin sus peleas y bipolaridades, lo quería a pesar de que era un maldito fastidioso, de que me hacía la vida imposible.
-Luego dices que el bipolar soy yo.-se dio vuelta en el sillón y aun acostado me miró.- Si yo me muriera, ¿Me extrañarías?-preguntó.
Sonó tierno, pero conmigo no va lo tierno, por lo general, lo tierno es cursi y empalagoso.
-________.-dijo esperando mi respuesta.- Si tu te murieras, yo si te extrañaría.-me dijo. Volteé a verlo, me sonrió de costado.
-Quítate de encima mío.-dije empujándolo. Sonrió.- ¿Qué es tan gracioso? ¿Ah?- estaba totalmente enojada.- Juro que si no me explicas te golpeare.
-Vamos, adelante, golpéame.-volvió a sonreír.
-¿Por qué eres tan cínicamente estúpido?-le dije cruzando mis brazos.
-Porque tú eres una aniñada que me contagia su estupidez.
-Muérete.
-Y dale con eso. ¿Sabes? Si quieres, solo si quieres, puedes buscar palabras nuevas para decirme, solo si quieres.- hágase notorio su sarcasmo ¿verdad?
-¿Por qué te ríes?-le grite.
-Porque te ves tan indefensa cuando te beso.-me dijo. Ya me estaba sacando de mis casillas y se iba a comer un par de puñetazos.
-Basta, me tienes cansada.-le grité.- Deja de meterte en mi vida, de molestarme, lo unico que haces es que te odie cada día mas, que cada vez que te vea tenga ganas de apuñalarte, haces que me repugnes. No entiendo porque me obligas a casarme contigo, porque me besas, porque me haces fingir que somos “una hermosa pareja” frente a tus padres. ¿Sabes que? Creo que eres un despechado, que te han hecho sufrir y por eso me quieres hacer sufrir a mí. Anda, muy bien hecho James, lo has logrado.- las lagrimas comenzaron a desprenderse de mis ojos.- Haces que mi vida sea un infierno. Pero…
-______, yo…-dijo mirando el suelo.
-Tú nada James, tú vives para hacerme daño, pero esta bien, parece que yo nací para sufrir, así que ya ¿Qué más da? Es lo mismo, siempre voy a sufrir. Haz lo que quieras.-di media vuelta y entre en el baño. No cerré la puerta solo saqué papel del baño y me sople la nariz.
-______.-se apoyó sobre el marco de la puerta.- De verdad no quería hacerte llorar.-dijo.
-¿Ahora me dirás que lo sientes?-bajé la tapa del inodoro y me senté ahí. Lo vi asentir.- Ni te gastes en mentirme de esa maneras.-tiré el papel dentro del cesto de basura.
-No quiero hacerte sufrir, y menos hacerte infeliz.
-Ya lo lograste James, no necesitas decirme esas tonterías para que por lo menos me vaya a la cama contigo.-le dije. No lo estaba mirando.
-No quiero acostarme contigo.-dijo. Volteé a verlo.- No ahora.-agregó. Demasiada ilusión me había hecho.
-No quiero estar cerca de ti, me haces mal.-dije dejando que un par de lagrimas inundaran mis ojos.- De verdad no entiendo cual es el propósito.-dije. Se sentó en el suelo y me miró.
-Voy a contarte todo.-me dijo. Se veía sincero pero no podía confiar en el.
-Adelante.-lo invité a hablar.
-Antes necesito explicaciones.-dijo tranquilamente. Intenté controlar mi respiración para luego contestarle.
-¿Explicaciones de que?-pregunté. Me observó atento y volvió a hablar.
-¿Por qué no quisiste?- y dale con ese tema Maslow .
-James ya te dije, simplemente no pude.
-¿Por qué?
-Porque no. En serio, se que sonara estúpido o como quieras llamarlo, pero estoy esperando al hombre correcto.
-¿Es en serio?-arqueó una ceja.- ¿Vas a esperar de por vida?
-En la vida no todo es sexo.
-Creo que tienes una imagen muy incorrecta sobre el sexo.-me dijo. Espere que siguiera.- Aparte nadie dijo que nosotros íbamos a tener sexo.
-No, es que solo nos besamos para luego jugar a las cartas.-agregué sarcásticamente. Soltó una risa.- Si yo no paraba de seguro hubiéramos tenido sexo.
-No, para mi íbamos a hacer el amor.-soltó. Lo miré atenta. ¿Qué no es lo mismo? Me pregunté a mi misma.- ¿Tu que crees?
-Es lo mismo James.-le dije como si no fuera más que obvio. Negó con la cabeza.- Vamos, explica, soy una chica de 16 años, no una vieja experimentada.
-Sexo, es solo el polvo de una noche, pero cuando haces el amor, no querrás alejarte de esa persona.
-Oh, que cursi.-le dije casi riendo, pero la situación no daba para eso.
-Vas a ver, cuando hagas el amor, te darás cuenta.-me dijo. Este chico se esta poniendo cursimente tarado.- Piensa lo que quieras yo ya te dije la diferencia. Por algo se llama hacer el “amor” porque es con amor, tener sexo, es solo de una noche.
-Oh, veo que estas enterado de eso.-le dije. Me dedicó una mirada no tan agradable.- ¿Algunas vez haz hecho el amor?
-Nunca.-concluyo. Me sentí mal por haberlo rebotado de esa manera.
-Ah, entiendo.-dije mirando las blancas baldosas del baño.- Bueno, ahora explícame.-agregué como para zafar del tema anterior.
-Bien, te explicaré cuando respondas a mi pregunta.
-Ya te dije, ¿Qué mas quieres escuchar?-arqueé una ceja.
-Te dio miedo.-afirmó.
-¿Tu?-le dije, reí sarcástica. Su rostro no denotaba nada.- James, no vas a escuchar lo que quieres escuchar, aparte ya te he dicho muchas veces, no voy a acostarme contigo.
-¿Por qué no?-dijo casi desesperado.
-Porque no quiero, porque no eres el hombre al que amo.
-¿Y quien es ese hombre?-preguntó.
-Nadie, no me gusta nadie, por ahora, pero tú tampoco me gustas, así que nada de sexo o de hacer el amor, o como mierda te guste llamarle a tumbarse en una cama y devorarse el uno al otro.- rió por mi ultimo comentario y habló.
-Okey, entonces, James…-se hablaba a si mismo.- dale tiempo al tiempo y veras el procedimiento.
-¿Qué?-dije casi largando una carcajada.
-Lo que dije, tu solo espera y veras.-me dijo. No entendí.
-Bien, ahora si, explícame.-dije ansiosa por saber porque este chico hacía de mi vida un infierno.
-Si, te explicare, pero vamos a la habitación, no me gustan mucho los baños.-se levantó del suelo y me tendió la mano, lo ignoré y me puse de pie yo sola.
Salimos del baño y caminamos hasta el pequeño living, yo me senté en uno de los sillones mas pequeños, el en el grande.
-Dime, y quiero que empieces desde el principio.
-¿Luego iras a la playa comigo?
-Depende, vamos explícame James.-dije seria.
-Si.-entrelazó sus manos y se acomodó sobre el sillón.- Es algo complicado.
-Vamos, no des vueltas y dilo, créeme a estas alturas ya nada puede sorprenderme viniendo de tu familia.-le dije, me fulminó con la mirada.
-¿Recuerdas lo que te conté de mis padres? Cuando estábamos en la oficina, que tu decidiste que nos preguntáramos cosas, ¿Recuerdas?- dijo, asentí.- Bueno, mi padre me prohíbe ver a mi hermana y no se cuando podré verla de nuevo.
-¿Cuántos años tiene ella?
-Ella ahora tiene 8, me perdí su vida desde hace dos años, te aseguro que ni siquiera se acuerda de mí.
-James, no creo que sea así.-dije sin mirarlo, no pude.
-No lo se.-dijo pensativo.- Bueno, entonces hace poco me dijo que el iba a dejarme ver a Alison…-Alison, tomé nota mental de mi futura “cuñada”.- solo si me caso.
-¿Y que tiene que ver eso con que me hagas sufrir día a día?-dije frunciendo el ceño.
-¿Quieres dejarme terminar o no?-dijo de la misma manera que yo.
-Vamos, anda.-subí los pies al sillón y me senté como indio.
-Entonces fui a esa subasta de mujeres huérfanas y créeme que no encontré nada mejor que tu…-lo interrumpí bruscamente.
-¿Qué insinúas Maslow ?-dije enojada.- ¿Soy poca cosa?
-Para casarte conmigo, si.-dijo sin importarle nada.
-Bien, pues entonces vete a otra subasta y déjame a mí en paz.-dije levantándome del sillón.
-Bueno, como quieras, puedes escaparte pero de alguna manera te traeré de nuevo, y no iré a otra subasta porque me costaste bastante cara como para desperdiciarte.-me dijo. Lo mire sorprendida.
-No hablas en serio ¿o si?-créanme, daba miedo.
-Si, no pagué $3000 solo para tenerte de adorno, y mis planes no eran solo casarme contigo pero eres muy pequeña y no voy a hacer lo que tenía planeado.
-Oh, entonces cambiaste tus planes y me arruinaste la vida.
-Digamos que si.
-Bueno, digamos que si, ahora supongamos que cuando el cura pregunte “_______ Jarrel ¿Acepta a James Maslow como esposo?” Yo supuestamente tengo que decir que si, pero…
-Ni te atrevas.-dijo enojado.
-¿Ah no?-arqueé una ceja.- ¿Qué pasa si digo que no?
-Te mato.-me gritó.- Ten piedad, no me caso contigo solo para casarme contigo o porque de verdad me gustes, me caso contigo solo para ver a mi hermana.
-Bueno, búscate a otra que quiera casarse contigo.-di media vuelta y caminé hasta el teléfono.- Tengo hambre. ¿Puedo pedir o no?
-Haz lo que se te de la merecida gana.-dijo de mala manera y se recostó en el sillón boca abajo.- ¡Ahora si grítame que me muera!-grito chocando su boca contra un almohadón.
-¡MUERETE ENTONCES!-le grité yo, me senté en la cama y tomé el teléfono.
-Gracias, es lo que quiero desde hace ya varios años.
Me quedé pensando, ¿Qué sería de mí sin James? No, no, sin James de la manera en que el me mantiene, me da una casa y bueno, me trata mal pero dentro de todo, vivo gracias a el.
-No, no te mueras.-dije pensativa.
-¿Qué?-dijo desde el sillón. Yo miraba el teléfono en mis manos.- ¿Qué dijiste?
-Que no te mueras.-repetí. Aun que era raro de admitir, lo necesitaba.
Con tan solo imaginar la vida sin James, se me hizo aburrido. Sin sus peleas y bipolaridades, lo quería a pesar de que era un maldito fastidioso, de que me hacía la vida imposible.
-Luego dices que el bipolar soy yo.-se dio vuelta en el sillón y aun acostado me miró.- Si yo me muriera, ¿Me extrañarías?-preguntó.
Sonó tierno, pero conmigo no va lo tierno, por lo general, lo tierno es cursi y empalagoso.
-________.-dijo esperando mi respuesta.- Si tu te murieras, yo si te extrañaría.-me dijo. Volteé a verlo, me sonrió de costado.
Jacke Maslow Pena *
Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
Capitulo 22 2/2
Okey, que alguien me ayude porque no se que responder. Bien… rápido…” Mmm… me acabo de dar cuenta de que yo también te extrañaría”. Mejor juguemos al papel de la chica histérica y el chico bestia.
-Wow, que cursi puedes ser cuando te lo propones.-dije dedicándole una mirada indiferente. Desvió la mirada y largó una risa amarga.
-Sigo insistiendo, luego el bipolar soy yo.-canturreó. Lo miré de mal modo.- ¿Por qué te empeñas en que nos llevemos mal?-preguntó.
-Porque tú te empeñas en joderme la vida y por eso…-me quedé callada, no tenía nada que decirle.
-¿Por eso?-me incitó a hablar.- Voy a preguntarte una cosa.-me dijo.- ¿Nunca nos vamos a llevar como una pareja normal?
-James, no me salgas con cursilería barata, es obvio que nunca vamos a llevarnos como una pareja normal porque no somos una pareja normal.
-Entonces…-¿Qué más quería que le digiera?
-Oye, James, mira tengo hambre, así que si no te importa voy a pedir algo para almorzar porque de verdad me estas saturando los nervios.
-Okey, pídeme algo a mí también.-volvió a tumbarse en el sillón.
No respondí, solo marqué el número y llamé al servicio a la habitación. Para mi pedí solo una ensalada y una gaseosa de dieta, para James carne al horno con puré de papas (patatas).
Me acosté en la cama y comencé a hacer ruidos sobre la almohada.
-Mmmm….iiiiaiaiaiaii…shhhhuuooouuuu.- ¿Quedo claro que estaba aburrida? Sentí la tierna risa de James a mi lado.- ¡Te vas!-dije aun con la cara sobre la almohada.- Vamos, no quiero pelear de nuevo.
-Y no tienes por qué.-lo sentí recostarse a mi lado. Apreté la almohada con mis manos.- ¿Qué hacías?-preguntó. Sentí su mirada sobre mi rostro clavado en la amolada.
-Ruidos sin sentido.-respondí aplastando mi boca. Inentendible.
-Ah.-dijo con desgano.- ¿Sabes?-hablaba mientras tecleaba su celular.- Aun tengo ganas de ir a la playa.
-Oh, que bien.-dije sarcástica mientras apoyaba mi rostro de costado.- Que te vaya lindo.
-Ah si, no te hagas la indiferente que tu vienes conmigo.-dijo, mas bien, carcajeó.
-Okey, con una condición.-dije, bloqueó su celular y me miró atento.- Que me dejes hacerme una de esas trencitas de playa.
-No.-dijo firmemente. Gruñí como una nena pequeña, frunció el seño y se acostó de la misma manera que yo, si no que observándome a mi. Quedamos frente a frente mientras nuestras respiraciones se mezclaban.- Con esas cosas te llenas de piojos.-hizo una mueca asqueante. Reí.
-Hazte una.-le sonreí.- Por favor.
-No me vas a convencer.-dijo.
-Ouuu que amargo eres Maslow , espero que nuestros hijos no sean iguales a ti.- shit, fue un comentario al descuido. Juro que su sonrisa era maléfica.- No lo tomes literalmente.-le sonreí como para salir del apuro.
-O sea, que vamos a tener hijos.-dijo sorprendido por las palabras que habían salido de mi boca.- ¡Que bien!-sonrió.- Si es una nena se llamará Megan.-me informó. Reí.
-Sigue soñando.
-Hey, tu dijiste que íbamos a tener hijos, no yo.-me echó en cara.
-No hablaba de eso, dije que sigas soñando con lo del nombre, se llamara Ashley.
-Eso esta por verse.-dijo riendo.- Pareces una nena pequeña, así toda despeinada.
-Cállate.- Oh no ______, no te sonrojes. Tarde, conciencia molesta que adviertes las cosas cuando ya han ocurrido. Estas loca Jarrel, loca.- James.-dije llamando su atención, me miró directo a los ojos. Vamos ______ tu puedes decirlo.- Si.
-¿Si que?-arqueó una ceja. No había entendido.
-Que si.-volví a decir. ¿Por qué es tan difícil expresarse?
-________, no entiendo.-dijo. Lo más malo de la historia es que lo decía en serio.
-Que si, que si tu te mueres si te extrañaría.-dije, me sonrió enternecido. Volteé el rostro y me escondí tapándome con la almohada.
¿Qué más incomoda situación cuando la gente no te responde algo que te cuesta decir? No conozco otra.
Mis nervios de punta, mis mejillas explotando en colores rojizos y mi corazón latiendo con fuerza.
Sentí unas suaves caricias que me corrían el pelo de la cara. No levantes la cabeza, no levantes la cabeza, vamos _______, concéntrate en respirar el rico aroma de las almohada recién perfumadas por la limpieza del hotel.
¿Vieron en las películas en las que la campana los salva de dar lecciones orales a esos profesores malévolos? Bien, a mi me salvaron tres golpes secos en la puerta de la habitación.
Solté todo el aire que retenían mis pulmones cuando sentí que James se levantaba de la cama y abría la puerta.
-Gracias. Diga en recepción que lo agreguen a mi cuenta.
-Si señor, dígame su apellido.
-Maslow .
-Listo, yo avisare.-dijo amablemente. La puerta se cerró.
-Ven a almorzar.-dijo apoyando la comida sobre la mesita del pequeño living, luego el silencio fue reemplazado por las noticias del día de hoy.
Levanté la cabeza y volteé a verlo.
-¿Me lo traes aquí?
-No.-cortó un trozo de la carne.- Vas a llenar de comida la cama.
-¿De que te quejas si tú no duermes en esta cama?-dije. Sonrió.
-No dormía, hoy si pequeña.-me dijo. Sentí mi corazón corriendo por llegar a mi garganta, tragué saliva y me levanté de la cama.
-Bueno, yo dormiré en el sillón.-traté de controlar mis nervios.
-Como gustes preciosa.-dijo mientras se concentraba en su comida.
Me senté a su lado y agarré la bandeja que contenía mi ensalada, tomé un tenedor y comencé a comer.
Él se concentraba en su carne, en devorar a la pobre vaca que había dado su vida por alimentar a algunas personas, no lo juzgo, yo no soy vegetariana pero cuando me imagino esas cosas me dan ganas de serlo. No viene al caso.
Terminé antes que él y aun que él comía como un animal, su comida era más abundante que la mía.
Me levanté del sillón y caminé hasta el baño, debía cepillar mis dientes.
-Alístate como para ir a la playa.-me gritó desde donde él estaba.
-Okey.-dije.- Tú prepárate para hacerte una trencita.
-Tú y tus ideas locas.-me gritó, reí y cerré la puerta.
Me cepillé los dientes, cepillé mi cabello y me quité el maquillaje, para ir a la playa no se necesita. Abrí el armario y saque mi bikini celeste junto con un short de mesilla y una remera negra de tirantes.
Me coloqué la ropa en el baño, para no causar discusiones con James. Arreglé mi cabello en una coleta y salí.
-Oh Dios santo.-abrí los ojos con asombro. Volteé rápidamente.- ¡Cúbrete ya!-grité. Sentí su risa.
-Ya, ya, pensé que no ibas a salir tan pronto.
-Vamos James, ponte unos boxers o algo.
-Listo.-dijo.
-¿No mientes?
-Por supuesto que no.
-No te creo.-dije volteando con los ojos cerrados.
-Vamos, mírame, te prometo que estoy en maya.-dijo, abrí los ojos y vi su blanco trasero. Volvió a reír y me volteé de nuevo.
-Ya te pones el traje de baño si no quieres que te de con un palo.-le grité, carcajeó algo que no pude entender.
-Ahora si.
-Júralo.
-Lo juro.-dijo tomándome de la cintura.- Creo que debería tomar sol de espalda, ¿No crees?-dijo a mi oído.
Mis mejillas se tornaron de colores rosados, reí tontamente mientras echaba la cabeza para atrás, sentí un húmedo beso posarse en mi cuello.
-Relájate cariño, estas muy tensa.-me dijo sensualmente. Woow Maslow si que sabes conquistar a una mujer.
-Ya, vamos.-me zafé de su agarre.-Todo muy lindo, muy lindo pero se nos va el sol y quiero broncearme.
James tomó el bolso de playa y juntos salimos hacía el pasillo del hotel. —
Okey, que alguien me ayude porque no se que responder. Bien… rápido…” Mmm… me acabo de dar cuenta de que yo también te extrañaría”. Mejor juguemos al papel de la chica histérica y el chico bestia.
-Wow, que cursi puedes ser cuando te lo propones.-dije dedicándole una mirada indiferente. Desvió la mirada y largó una risa amarga.
-Sigo insistiendo, luego el bipolar soy yo.-canturreó. Lo miré de mal modo.- ¿Por qué te empeñas en que nos llevemos mal?-preguntó.
-Porque tú te empeñas en joderme la vida y por eso…-me quedé callada, no tenía nada que decirle.
-¿Por eso?-me incitó a hablar.- Voy a preguntarte una cosa.-me dijo.- ¿Nunca nos vamos a llevar como una pareja normal?
-James, no me salgas con cursilería barata, es obvio que nunca vamos a llevarnos como una pareja normal porque no somos una pareja normal.
-Entonces…-¿Qué más quería que le digiera?
-Oye, James, mira tengo hambre, así que si no te importa voy a pedir algo para almorzar porque de verdad me estas saturando los nervios.
-Okey, pídeme algo a mí también.-volvió a tumbarse en el sillón.
No respondí, solo marqué el número y llamé al servicio a la habitación. Para mi pedí solo una ensalada y una gaseosa de dieta, para James carne al horno con puré de papas (patatas).
Me acosté en la cama y comencé a hacer ruidos sobre la almohada.
-Mmmm….iiiiaiaiaiaii…shhhhuuooouuuu.- ¿Quedo claro que estaba aburrida? Sentí la tierna risa de James a mi lado.- ¡Te vas!-dije aun con la cara sobre la almohada.- Vamos, no quiero pelear de nuevo.
-Y no tienes por qué.-lo sentí recostarse a mi lado. Apreté la almohada con mis manos.- ¿Qué hacías?-preguntó. Sentí su mirada sobre mi rostro clavado en la amolada.
-Ruidos sin sentido.-respondí aplastando mi boca. Inentendible.
-Ah.-dijo con desgano.- ¿Sabes?-hablaba mientras tecleaba su celular.- Aun tengo ganas de ir a la playa.
-Oh, que bien.-dije sarcástica mientras apoyaba mi rostro de costado.- Que te vaya lindo.
-Ah si, no te hagas la indiferente que tu vienes conmigo.-dijo, mas bien, carcajeó.
-Okey, con una condición.-dije, bloqueó su celular y me miró atento.- Que me dejes hacerme una de esas trencitas de playa.
-No.-dijo firmemente. Gruñí como una nena pequeña, frunció el seño y se acostó de la misma manera que yo, si no que observándome a mi. Quedamos frente a frente mientras nuestras respiraciones se mezclaban.- Con esas cosas te llenas de piojos.-hizo una mueca asqueante. Reí.
-Hazte una.-le sonreí.- Por favor.
-No me vas a convencer.-dijo.
-Ouuu que amargo eres Maslow , espero que nuestros hijos no sean iguales a ti.- shit, fue un comentario al descuido. Juro que su sonrisa era maléfica.- No lo tomes literalmente.-le sonreí como para salir del apuro.
-O sea, que vamos a tener hijos.-dijo sorprendido por las palabras que habían salido de mi boca.- ¡Que bien!-sonrió.- Si es una nena se llamará Megan.-me informó. Reí.
-Sigue soñando.
-Hey, tu dijiste que íbamos a tener hijos, no yo.-me echó en cara.
-No hablaba de eso, dije que sigas soñando con lo del nombre, se llamara Ashley.
-Eso esta por verse.-dijo riendo.- Pareces una nena pequeña, así toda despeinada.
-Cállate.- Oh no ______, no te sonrojes. Tarde, conciencia molesta que adviertes las cosas cuando ya han ocurrido. Estas loca Jarrel, loca.- James.-dije llamando su atención, me miró directo a los ojos. Vamos ______ tu puedes decirlo.- Si.
-¿Si que?-arqueó una ceja. No había entendido.
-Que si.-volví a decir. ¿Por qué es tan difícil expresarse?
-________, no entiendo.-dijo. Lo más malo de la historia es que lo decía en serio.
-Que si, que si tu te mueres si te extrañaría.-dije, me sonrió enternecido. Volteé el rostro y me escondí tapándome con la almohada.
¿Qué más incomoda situación cuando la gente no te responde algo que te cuesta decir? No conozco otra.
Mis nervios de punta, mis mejillas explotando en colores rojizos y mi corazón latiendo con fuerza.
Sentí unas suaves caricias que me corrían el pelo de la cara. No levantes la cabeza, no levantes la cabeza, vamos _______, concéntrate en respirar el rico aroma de las almohada recién perfumadas por la limpieza del hotel.
¿Vieron en las películas en las que la campana los salva de dar lecciones orales a esos profesores malévolos? Bien, a mi me salvaron tres golpes secos en la puerta de la habitación.
Solté todo el aire que retenían mis pulmones cuando sentí que James se levantaba de la cama y abría la puerta.
-Gracias. Diga en recepción que lo agreguen a mi cuenta.
-Si señor, dígame su apellido.
-Maslow .
-Listo, yo avisare.-dijo amablemente. La puerta se cerró.
-Ven a almorzar.-dijo apoyando la comida sobre la mesita del pequeño living, luego el silencio fue reemplazado por las noticias del día de hoy.
Levanté la cabeza y volteé a verlo.
-¿Me lo traes aquí?
-No.-cortó un trozo de la carne.- Vas a llenar de comida la cama.
-¿De que te quejas si tú no duermes en esta cama?-dije. Sonrió.
-No dormía, hoy si pequeña.-me dijo. Sentí mi corazón corriendo por llegar a mi garganta, tragué saliva y me levanté de la cama.
-Bueno, yo dormiré en el sillón.-traté de controlar mis nervios.
-Como gustes preciosa.-dijo mientras se concentraba en su comida.
Me senté a su lado y agarré la bandeja que contenía mi ensalada, tomé un tenedor y comencé a comer.
Él se concentraba en su carne, en devorar a la pobre vaca que había dado su vida por alimentar a algunas personas, no lo juzgo, yo no soy vegetariana pero cuando me imagino esas cosas me dan ganas de serlo. No viene al caso.
Terminé antes que él y aun que él comía como un animal, su comida era más abundante que la mía.
Me levanté del sillón y caminé hasta el baño, debía cepillar mis dientes.
-Alístate como para ir a la playa.-me gritó desde donde él estaba.
-Okey.-dije.- Tú prepárate para hacerte una trencita.
-Tú y tus ideas locas.-me gritó, reí y cerré la puerta.
Me cepillé los dientes, cepillé mi cabello y me quité el maquillaje, para ir a la playa no se necesita. Abrí el armario y saque mi bikini celeste junto con un short de mesilla y una remera negra de tirantes.
Me coloqué la ropa en el baño, para no causar discusiones con James. Arreglé mi cabello en una coleta y salí.
-Oh Dios santo.-abrí los ojos con asombro. Volteé rápidamente.- ¡Cúbrete ya!-grité. Sentí su risa.
-Ya, ya, pensé que no ibas a salir tan pronto.
-Vamos James, ponte unos boxers o algo.
-Listo.-dijo.
-¿No mientes?
-Por supuesto que no.
-No te creo.-dije volteando con los ojos cerrados.
-Vamos, mírame, te prometo que estoy en maya.-dijo, abrí los ojos y vi su blanco trasero. Volvió a reír y me volteé de nuevo.
-Ya te pones el traje de baño si no quieres que te de con un palo.-le grité, carcajeó algo que no pude entender.
-Ahora si.
-Júralo.
-Lo juro.-dijo tomándome de la cintura.- Creo que debería tomar sol de espalda, ¿No crees?-dijo a mi oído.
Mis mejillas se tornaron de colores rosados, reí tontamente mientras echaba la cabeza para atrás, sentí un húmedo beso posarse en mi cuello.
-Relájate cariño, estas muy tensa.-me dijo sensualmente. Woow Maslow si que sabes conquistar a una mujer.
-Ya, vamos.-me zafé de su agarre.-Todo muy lindo, muy lindo pero se nos va el sol y quiero broncearme.
James tomó el bolso de playa y juntos salimos hacía el pasillo del hotel. —
Jacke Maslow Pena *
Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
HOLA JACKE
PERDON ENCERIO PERDON POR NO HAVER COMENTADO
MATAME SI QUIERES
PERDONAME
PERO ESQUE...AAAAAHAHHHHH
NO SE COMO DECIRLO
BUENO BUENO....AAAAAAAHHHHHH
AME LOS CAPIS
HAY JAMES
MATARAS A LA RAYIS..JEJE
AGHKHDOBUBJGIKVLGJDMHVG
TE QUIERO MUCHO LINDA
SIGUELA PRONTO
BESOS Y ABRAZOS
BYE!!!!
PERDON ENCERIO PERDON POR NO HAVER COMENTADO
MATAME SI QUIERES
PERDONAME
PERO ESQUE...AAAAAHAHHHHH
NO SE COMO DECIRLO
BUENO BUENO....AAAAAAAHHHHHH
AME LOS CAPIS
HAY JAMES
MATARAS A LA RAYIS..JEJE
AGHKHDOBUBJGIKVLGJDMHVG
TE QUIERO MUCHO LINDA
SIGUELA PRONTO
BESOS Y ABRAZOS
BYE!!!!
abrilita de henderson
Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
holaaa!!!
nueva y fiel lectora!!!
puedes llamarme Laura o Lau :)
tu nove esta genial, enserio, me he leido todos los capitulos de un tiron jejeje
siguela cuando puedas!!!
besos <3
nueva y fiel lectora!!!
puedes llamarme Laura o Lau :)
tu nove esta genial, enserio, me he leido todos los capitulos de un tiron jejeje
siguela cuando puedas!!!
besos <3
laura_33426
Re: La Bella & La bestia (James Maslow & __tn)
hola nueva y fiel lectora me guta mucho tu nove espero que la sigas besos :bye:
loquita BTR
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